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Luis Cenci..o > COMO ep PLATON SE 8 VUELVE TERAPEUTA SYNTAGMA EDICIONES arinolf ha tenida fran éxito con su obra Ades Platon y menos prozac, de la cual lo mas prometedar es el titulo, ésta es la razén de que ofrezcamos ahora la presente obra para suplir lo que en aquella no acaba de decirse de Platan v acerca de métodos de Terapia. Platon ha sido el pace del idealismo, par eso no insistimos demasiado en él —como tampoco lo hace Marinoff, sino que la adopta como un simbolo de lo filosético—. Aquf lo que tratarnos es de exponer unas categorias bdsicas, casi de sentide comin, que organicen las situaciones conflicti- vas y amueblen la mente de los pacientes fuera de los tépicos al uso, tom qa Wi + LUIS CENCILLO COMO PLATON SE VUELVE TERAPEUTA Respuesta a Marinoff: uun nuevo procedimiento de curar por el Conocimiento SYNTAGMA EDICIONES o/ Pisuerga, 3 - 28002 Madrid A Lidia Blanco que, como terapeuta, . vive la Filosofia © SYNTAGMA EDICIONES TS.BN: 84-88159-15.3 Depésito Legal: M-14716-2002 Imprime: GRAFICAS MARCAR, S.A. s, 95 ~ 28043 Madrid INDICE 1, Por qué recurrir a la Filosofia? 2. El malestar y la Intemperie 3. Deseo, Logro y Cre 4. qe qué dependen Neurosis y Creatividad? 5. Lo Real vivido y sus vertientes de Dificultad 6 i 1. 8. Ulteriores dimensiones existenciales de la terapia . 9. Cualidades de la Convivencia y Final de la terapia 10. El Amor 11, Mayéutica e Integracién .. 12. Interpretar: lo que a Freud y a Jung se les cult 13. Existi 14, Andlisis de Situacién 15, Esbozo de nuevos Enfoques de las Patologfas EPILOGO. Sintesis Practica: Como manejar terapéuticamente a Platén .. APENDICE: {Qué es Filosofia? 15 29 45 67 87 103 123 127 139 149 155 173 189 201 215 231 . 241 PROLOGO Ha sido un acierto de Marinoff llamar la atencién de que la filosofia puede ser mas eficaz que el Prozac 0 cualquier coanaliticos para que todo se explique. De vd. depende ente- rarse o no. Lo ocurrido en el recién transcurrido s. XX es un fen6- ‘meno sorprendente y bastante paradojico: Freud leg6 un ins- trumental privilegiado para trasformar personalidades a medio hacer (digémoslo asf), sin acabar de madurar. Sus discfpulos mAs fieles le hicieron anquilosarse por un exceso de respeto y surgié una lastica freudiana; y avan- 26 el siglo pero ellos quedaron varados en el maestro, profe- sando dogmaticamente su doctrina, y haciendo con ella todas las combinaciones posibles, mas sin dejar introducirse nuevas perspectivas. Y quienes no eran discfpulos de Freud empezaron a esforzarse, injusta y polémicamente, en demos- trar que sus descubrimientos no eran validos y que lo tnico eficaz y valido eran los farmacos o el andlisis de grados de ansiedad ante los estimulos, o las pautas de comunicacién en el grupo, o los esquemas cognitivos en juego, pero todo ello 9 evitando cuidadosamente destapar la caja de Pandora de la vida inconsciente. Aun sus tltimos discfpulos lacanianos prescindfan del riquisimo material detectivo de los suefios y de las fantasfas y hacfan un discurso penosamente plano. jQué prurito autodestructivo de sus posibilidades ha tenido el s. XX! Lo que fue la bomba nuclear ha seguido siendo el escep- ticismo y hasta la autoridad religiosa, a cada nuevo intento de exploracién microestructural de la vida levantaba el dedo condenatorio, advirtiendo peligro por todas partes. Decididamente mi siglo XX (pues practicamente mi vida se ha desarrollado integramente en él) ha sido un siglo cuasi aberrante, donde las ideas mas extraiias (refritos de ideolo- gias de otros tiempos) han encontrado eco y seguidores masivos. Ha sido un siglo con demasiadas pretensi ion y creatividad’, pero bastante estéril e tecnologia y en investigacién biolégica y espacial exclusiva- mente), también ha sido el siglo de las "masacres’ masivas y en frfo en nombre de ideologias a priori. Respaldéndose, como en el XVII, en la Razén de Estado o por probar medios més efi- caces de exterminio en poblacién desprevenida y anénima... Volvamos a la Psicoterapia. El otro enorme vicio de las escuelas de psicoterapia pura del s. XX, antes no las hubo (Charcot utilizaba la hipnosis y otros el electroshock, la ducha fria y los farmacos), empe- “Se podria decir que tales descos eran prematuros pero bien mirado no lo eran, sng todos conta ucla emp que habla sonado la hora defen Yar ideas sociopolticas pues se venta viviendo de las rentas de Rousseau, de Stint Simon y de Mars, en el siglo no aparecis wn solo ideélogo tan orginal omo ello, sno todo eran repetidores a ctl mas parcial yabsurdo de los gras- ‘des sistemas sociopoiticos del pasado (jun sig o siglo y medio vejs ya) 10 zando por la de Freud, es que no fueron capaces de crear gran- des sistemas abarcativos de la totalidad personal humana. Y ello porque ninguno de sus maestros fue fil6sofo. La miseria de los sistemas de psicoterapia del s. XX ha sido su sectorialidad. Cada autor experimentaba con (bioenergética, 0 en otros casos ) y concienciacién, construia una “teorfa" ad hoc de exigua base y la hacia valer como el tinico método eficaz y valido para "curar las enfermedades menta- les" (que no son ni enfermedades ni mentales...) descalifican- do todos los demas. Los tres modelos de Freud ya eran reduccionistas; pero todavia Freud, como las personalidades geniales (de G+ le calificariamos segtin los baremos establecidos por nosotros en de Creatividad, Arte y Tiempo, Madrid, Syntagma, 2000) tiene el instinto (‘sentido comin") de no sacar las dltimas consecuencias (ya ilégicas) de sus mismos principios. Son siempre los epfgonos los que se atreven a sacarlas con lo cual hacen de enfant terrible del maestro pero pierden el sentido comin, y las consecuncias son inviables y conducen, en el caso de ia terapia, a técnicas y seftalamientos disparatados. Este constante fenémeno histérico es paradéjico y demuestra que la Logica humana es rectilinea, no covenien- temente dialéctica, por eso las consecuencias demasiado rectilineamente sacadas siempre resultan inviables. De ahf el: meden dgan 6 nequid nimis ("nada en demasia") o el sum- mum ius summa iniura (‘derecho extremo injusticia suma") de los jurisconsultos romanos. Los grandes maestros siempre templan su légica con una moderacién, que ni ellos mismos advierten, en no ir hasta el final (como Teiresias aconsejaba al Edipo de Sofokles). Y Freud lo consigue, pero su escuela no; tan no lo consigue que todavia, a comienzos del s. XXI est4 estancada en las actitu- Ml des y tics que Freud presentaba a fines del XIX (1), y no sigue a su maestro en lo que él tenfa de innovador y revoluciona- rio. Como siempre: de las revoluciones salen los conservado- res; de los sans culottes, el capitalismo burgués, y de Lenin las nomaklaturas con sus privilegios, sus dachas y su geron- tocracia... Ademés todos se permitian el lujo de declarar intitiles 0 no validos conjuntos enteros de material (como los suefios, las palabras, las sensaciones cenestésicas y somiticas 0 la contratrasferencia). Y por afiadidura de filtraban de contra- bando ideologias de uno u otro tipo, que a veces desfigura- ban la capacidad para adoptar actitudes, de los pacientes. Creemos Ilegado el momento de validarlo todo y de comenzar a construir un sistema holistico de psicoterapi: el que todos los recursos utilizables puedan tener su aj cién, segtin los casos y no rutinaria ni eclécticamente (la amalgama ecléctica de técnicas y de métodos parciales nunca es sistematica; por eso es ecléctica y por lo tanto de menos calidad). Y para ello ha de aportarse la amplitud y hondura siste- matizadora de la filosofia. Fildsofo nato, levaba afios y afios camuflandome: era una deshonra ser fildsofo en los afios 70 y 80, pero la vigen- cia creada por Marinoff me permite declararme de nuevo "filésofo", pues de la filosofia y no de la medicina ni de la psi- cologia siquiera es de donde he obtenido las herramientas y Ja capacidad de vision mas eficaces para mi método terapéu- tico. Por eso no suelen abandonar mis pacientes sus terapias. Por eso y porque yo en lugar de atormentarles al princi- pio con sefialamientos siniestros y sexuales (incestos, bise- xualidad, tendencias inconfesables y cosas parecidas) dejo que vayan depositando su angustia en las sesiones y en el espacio de la terapia. Mientras yo refuerzo sus partes validas y cuando ya estén preparados pasamos a ahondar, si ellos 12 muestran su disposicién. Por algunos suefios, en su parte negada y siniestra. istir sobre el pasado nos abrimos al futu- que vayan encontrando los nuevos paré- metros de su nuevo mundo. Y esto, tanto como el andlisis de su mundo informe y personalidad desestructurada o rigidamente implantada es mucho més hacedero con las categorias filosoficas que ‘vamos a ver aqui. El mal no esta mnes y represiones procedieron y esto se resuel- ve con una reelaboracién de ese mundo y de esas estructuras, reelaboracién que se consigue mejor mediante filosofia y ‘mayéutica, que mediante andmnesis y "neurociencia’. El reduccionismo organi y aun de los guris de la OMS esta superado. ;Ténganlo en cuenta! ¢POR QUE RECURRIR A LA FILOSOFIA? Es muy sintomitico el éxito editorial de obras actuales que se han aventurado a tratar de filosofia, y de filosofia en psicoterapia como el bestseller de Lou Marinoff. Una obra que despista pues ha recurrido a un procedi- miento bastante ficticio: promete promover la curacién de los problemas psiquicos mediante la filosofia pero en reali- dad construye un discurso estimulador del tipo de la Autoayuda (no més), empedrado de frases de filosofia popu- lar y del sentido comtin, precedido en cada capitulo por un comentario ligero a un sistema filos6fico con el que enlaza sin demasiada congruencia su discurso terapéutico, al tiem- po que entrevera entre algunos parrafos citas de filésofos que tienen algo que ver con el problema pero cuya aplica- cién al mismo y deducci6n de orientaciones para ello carece de nexo légico. En realidad Marinoff comete el error inicial que todos los autores de la historia han venido cometiendo cuando tra- tan de cuestiones dificiles, empezando por Platén y Aristételes y acabando en Sartre y en Wittgenstein, pasando por Agustin, Tomas y Descartes: todos, absolutamente todos se apoyan finalmente en un concepto basico (para ellos al menos) que nunca explican ni desentrafian. 15 Socrates con su mayéutica podria haber dejado a todos convictos y confesos de ignorancia en aquello en que mas estribaban: para uno era la nocién de "idea", para otro la de “causa 0 "acto’, para otros la de "exi ibro no se aclara demasiado lo que Platén y "filos¢ fiquen... Platén fue el pensador ya plenamente filos6fico "puro" —no pretendia reflexionar acerca de los elementos de la naturaleza fisica ni de los astros—, sino acerca del pensar y de las ideas en que el pensamiento consistia, mds la dialéctica de estas mismas ideas. Naturalmente Ja forma més adecuada de hacer palpar la dialéctica de las ideas era la de su discusién en didlogos de per- sonajes (por lo general Sécrates, discfpulos, o adverdsarios suyos, 0 filésofos ya clasicos) que entre sf contrastaban opi- niones opuestas de cuya oposici6n resultaba una mayor dad, si no certeza, de lo que era mas verosimil y aceptable. temas de discusién: la verdad, la muerte y el més all (Phatdon), las eras césmicas y el fin del mundo (Témaios), la inspiracién (fon), el amor (Sym y juvenil: Phatdros), la certeza, el conocimiento y las Ideas (Thattetos), la justicia y el gobierno (Politefa), la dialéctica de las ideas (Parmenides), La contradiccién consigo mismo y la incongriencia del hombre de Estado (Euthydemos), el signifi cado de los nombres (Kratylos) Hasta él no se habfan planteado tantos problemas ni rigurosamente ni de forma tan plastica ni tan el: Llec- tor puede sentirse identificado con cada uno de los interlo- cutores, lo que evita cualquier dogmatismo. Pero lo mejor es la amplitud de posibilidades de pensar que deja abierta, den- tro de un rigor logico evidente, y el lenguaje analdgico —no 16 digital ni abstracto— por lo cual se han Iamado “mitos" sus exposiciones plasticas e imaginativas. Por todo esto Platén es el filésofo emblematico, tal vez el tinico, que puede tenerse como valido y itil para "curar’ al hombre de su estupidez. Y las neurosis a veces son estupideces inveteradas desde 1a primera infancia por las que se pagan precios exorbitantes para nada: para un poco de descanso en la inaccién, un poco de proteccién dependencial de alguien que, como contrapar- tida, te manipule; o una busqueda de estima y de carifio gra- tuitos sin esfuerzo, sin el esfuerzo por merecerlos... ¥ en las psicosis es el mundo analégico, de simbolos y mitos, lo que se tiene por real (para evadirse precisamente del mundo real, que es mas duro que el imaginari Tal vez era la primera vez que gracias a Plat6n se toma- ba en cuenta en el mundo lo que es pensar, pues Sécrates su maestro no escribié y lo que conocemos de él lo conocemos a través de Platén. Por supuesto que haciendo acopio de todos los escrito res, pensadores, poetas y *sabios" de las historia de todas las culturas siempre se hallarén frases (eso es lo que Marinoff ‘inicamente cita) que digan algo de alguna manera referido a un problema psiquico, pero que eso por sf mismo sin descri- *Don Quijote en su mundo de magos, nigromantes, princesas y caballeros Juramentados era menos infeliz que en su mundo prosaico y vacio. Todo ello le aba contenido “heroico” a su exisir, le motivaba (aunque absurdamente) y a ‘se movilizaba y emprendia aventuras, en lugar de irse apagando su indtil vida bbajo el dominio férreo del Ama, la Sobrina y el Cura en una aldea sin nombre de La Mancha. xlante, de hacer de la venta de un pfcaro con una castillo senorial en el que pudo ser “armado caballero” servido por dam: ‘adelante fel a su Orden adquirida de forma tan irregular lanvarse al ‘mundo a “desfacer muertos” (hoy se habria hecho “tedlogo de la liberaci6n”) 17 bir el modo de aplicacién de un técnico (terapeuta), que lo traduzca a sefialamientos o lo administre en su as in. Se hace un juego de prestidigitacién —que en el fondo también hacen los lacanianos— por el que suprime toda tera- pia o intervencién técnica de un terapeuta y presenta a la Flosofia (0 eso que vende como "filosofia") como flotando en el aire’ Cierto que de estos autores no se obtiene, ni se puede obtener un solo recurso para explorar o modificar los estra- tos profundos de la conducta... Pero si hay algunos autores no demasiado antiguos que suministran intuiciones y crite- rios para poder entender las estructuras de situacién y de relacién que Sartre, Anouilh, Jankélévitch o el mismo Unamuno y otros autores por el estilo. Estos podrfan considerarse dentro del campo seméntico de "Platén*. Pero Marinoff no los maneja 4gilmente... Marinoff ante cada problema, la depresion por ejemplo, da unos cuantos consejos de sentido comtin, mas sin pro- fundizar para nada en la estructura de la personalidad ni siquiera en la del estado de dnimo (por no ilamarlo patolo- gfa, ya que él no se lo llama) y luego alude a alguna teorfa de algin pensador o sabio 0 mistico y recomienda su lectura, Eso es todo. jY desde luego de la filosofia, en sentido estric- to, se puede obtener mucho mas, con eficacia y con valor terapéuticos! En Ja obra de Marinoff se echa de menos un poco de perspectiva histri- cocultural, aparecen en el mismo plano Aristételes, Confucto, Séneca, Tolstoi, Bentham, Epicuro, Wittgenstein, Laotsé, Hobbes, Kant, Buddha o Heidegger, eS decir, fl6sof0s genuinos mezclades con novelisias y mfsticos, que no se pueden, Tamar flésofos en la linea de Platén. Y ademas se confunde la sapiencia maisti- cea de un Buddha con el racionalismo erftico de tn Kant. 18 El piiblico de hoy reclama filosofia pues nuestra cultura positivista ha prescindido tanto de ella que nuestro ambiente social total y el interior men- tal de cada uno se resiente de un enorme vacio de sis- temas de referentes tiltimos y abarcativos una vez perdidos ademas los valores y la fe. Sin nada en el horizonte no se puede existir. Y todo asfixia y produce stress. Verdad es que una persona que leyese mucha filosofia sapiencial —asimilandola por supuesto y entendiéndola— serfa mucho menos proclive a ciertos problemas del afecto, que se originan por carecer de defensas mentales y de paré- metros existenciales para elaborar duelos. Pero no puede decirse que la filosoffa "cure', es el sujeto quien se cura si est bien equipado de parémetros mentales que le ayuden a ela- borar sus traumas, duelos, desengafios y amarguras. Porque eso sf, ya lo hemos tratado en otras obras, las patologias psiquicas dependen en gran medida de estos fac- tores existenciales y de relaci6n interpersonal o de situacién vital, mas que de endorfinas o secreciones hormonales. O mejor dicho, las irregularidades endocrinas no son a causa sino efecto del impacto de situaciones y de rela- ciones mal entabladas (como la gastritis es el efecto de la mala noticia recibida mientras que dispone uno a comer, y no al revés: la mala noticia causada por la gastritis). Creo que el autor no acaba de tener una idea clara y pre- losoffa" sea y la confunde con sabiduria entre popular y religiosa, pero luego carga la mano en nombres y citas de fildsofos técnicamente tales. Seria como: ofrecer tra- 19 tamiento sobre la base de las dos Teorfas de la Rel Ja Mecénica Cudntica y del Principio de Indetermi teoria del tiempo de Hawking, O sea jpoco o nada! Pues ni los sistemas ni los lenguajes son conmensurables con los fen6- menos psicopatolégicos que se trata de solucionar. ‘Me propongo decir qué sea exactamente la filoso- fia, cosa que cada vez se conoce menos. ‘Ya partir de sus contenidos deducir unos parame- tros validos —ofrecer unas bases s6lidas si se prefiere— para tratar mediante rigurosas deducciones, los diferentes desarreglos de la personalidad. Esto puede servir de repertorio a los terapeutas pero ellos habran de ser quienes lo apliquen. En efecto, lo que hace existir deficitariamente es tener la sensaci6n de pérdida en un inmenso mundo agresivo: En el que ni siquiera nos sabemos divertir, de modo que realmente nos divirtamos, sino que practicamos como diversién lo que la moda y la propaganda de los medios nos dicen que es divertido, 0 sano, 0 que nos va a hacer felices, Y lo que nos libera de ello y nos cura de los desajustes no es solamente que nos digan que tuvimos una fijacién edfpica en la infancia, sino que se nos equipe de un sistema totali- 20 zador y préctico en el que todo cuanto nos ocurre se pueda integrar. Y desde el cual podamos calibrar el verdadero valor de ciertas cosas, asuntos y eventos 0 procesos para cada uno. Esto no puede darlo sino la Filosofia, no académica, pero sf madura . Es més: esto es realmente filosofia*. ¥ lo que hizo no rendir tanto como pudieron sin duda is fue haber carecido de esional (eran penosos tiempos de positi mo de un lado; ¢ idealismo, individualismo, historicismo y subjetivismo del otro). Y con. estos sistemas unidimensionales no se podia ir a ningin Jado en buena y eficaz terapia. Por carecer, carecian Freud y compafifa hasta de una Antropologia is i te como podian. jBastante hicieron improvisando sobre la marcha ...pero se les nota! Y ahora, habiendo superado los —ismos y hasta habién- débiles e insuficientes de rehabilitada como tal medio para lograr terapias de mas dimensiones y més hondas que las unidimensionales del s. XX (cuando cada psicélogo colocaba su tenderete de verbe- na y pregonaba que su técnica, del "grito primal’ a la "bioc- nergética" era la unica solucién para todo). gNo les parece que aquel espectéculo pobre y pretencio- so a la vez. ha llegado la hora de superarlo dando un salto cualitativo, y de Ievar a cabo por fin la gran sintesis tera- péutica del s. XXI? “Ver Apéndice sobre lo que es Filosofia. 2 Una terapia respaldada por una "psicoanatom{a" universal por la que todos los terapeutas comprendan al paciente sea cual sea su viciosa "arruga" y puedan operar sin ir a ciegas acerca de por donde cortan... tenciales y de la plasti todas sus formas de (una vez que la Antroy lanz6 a locas especulaciones cuasi misticas del tipo de las de Gehlen 0 Przywara)’. Y aun mientras la terapia dura, la filosoffa (nada ideol6- gica: ver Apéndice!) deberia constituir un andamiaje sélido (més sélido que las obviedades o las consignas ideologizadas con las que ahora se acostumbra a salpicar el discurso inter- mitente del terapeuta) que vaya creando el medio en el que el sujeto se reafirme y consolide como sujeto-de-un-mundo-real ypio 0 apropiado (pero no incomunicado, autista ni sub- ), en el que ya pueda ir sabiendo a qué atenerse. En realidad el terapeuta se suele lanzar a hacer seftala- operar con ‘lo puest sofia y de alta literat ca de los afios 30 del s.XX, que versa acerca de situaciones, paradojas existenciales y cambios de personalidad y de enfo- ques, ademas de los conflictos relacionales entre personajes; yno se ha sensibilizado para ponerse en lugar del paciente ya recuperado pero teniendo que hacer frente a su mundo real (que evidentemente no es el del terapeuta). Desde luego los estereotipos psicoanaliticos sirven de base en las primeras etapas, pero no de orientacién concreta para los otros, las propias, 'y préctico (hay gente que se las arvegla para que Kant y Hegel se da y necesaria AL microscopio el vivir humano, el "estar-en-realidad’ conflictivo de cada sit -i6n y perfil de personalidad. Hasta el "teatro del absurdo’ sirve para ello, por lo que tiene de desenmascarar la trama real de las situaciones humanas més convencionales. Filosofia a este respecto es la prictica y la capacidad de reflexin hicida y complexiva de grandes conjuntos de realidad (sobre todo social y humana), o de toda realidad actual y posible en su dindmica de: sistemas referencic de interaccion de y de relaciones de significado y de valor. El terapeuta ha de ser tan neutral que pueda situarse en el mundo propio de cada paciente — para hacerse cargo de los factores que por él (el pacien- te) no son tenidos en cuenta, — aunque ese mundo particular suyo asf lo exija y para l terapeuta no tengan demasiado peso. Sélo que no se deban a la distorsién neurética, como seria el ritualismo o la obli- gaciOn de quedar bien con todo el mundo...” un fil6sofo. ¥ sus escritos met 1a metaphysikd tlene més la rigidez de modelos fisicos y de constructos, que se reflexién Iicida acerca de lo social y de lo huma- “émo no hacer el tonto por la ue adems puede ofrecer una muestra de reflexi6n Hilosética aplicada a 1s reales y personales. 42 Jamés puede un terapeuta organizarle y valorarle el mundo a su paciente desde el propio mundo (del terapeuta). Por lo menos no desde ese mundo, aunque el mundo del paciente resulte para el terapeuta tan irreal y deforme que tampoco lo encuentre valido como referente, siempre que no lo vea como enfermizo. Habra entonces de colaborar con el paciente a crear un mundo nuevo para él, pero desde éste, no desde la ideologia del terapeuta. Y esta capacidad de entrar neutral y sanamente en undos ajenos y hacerse cargo de ellos y valo- rarlos positivamente y ver lo que podria ser una conducta sana y creativa en esos supuestos, eso es filosofta. Una filosofia que se frecuenta poco, y por eso los siste- mo y agresividad larvada en suficiencia. Y algunos, ahora y a lo largo de toda la historia, dan muestras de poca sabiduria. 43 3 DESEO, LOGRO Y CREATIVIDAD Se podria decir que s6lo la creatividad en uno u otro sen- tido es lo que realiza. Y puede actuarse con creatividad en el amor, en la educaci6n, en el civismo, en la profesién y en el tiempo libre, no sdlo en el disefio y en el arte. E] hombre es la tinica especie que se hace a s{ misma, que ha sido hecha para hacer el mundo, su mundo y su figuracion social. Como dice Garaudy es ‘creado cread pero en esta Ifnea Marx se pasa cuando afirma que ‘es duefio de s{ cuando se debe la existencia a si mismo™ or semejante utopia de eDe dénde se saca este gran au nde como individuo le debemos la existencia, muy con- tingente en verdad (pues ya que dejen llegar a nacer es un triunfo...) le debemos la existencia a los progenitores. ina vez nacido, el ser humano, como individuo y como grupo, ha de realizarse como entidad, como socie- »Manuseritos, ed. cast. 1970, 154. 0 en Sobre la religion, 74: “la filosofia admite el lema de Prometeo contra los dioses que no reconocen la conciencia (que tiene el hombre de ser la divinidad suprema”. ¢Cémo puede decir tales ine- ‘actitudes locas un talento como Marx? 45 dad, como especie y como portador de una iniciativa absolu- tamente tinica en la tierra: la de adaptar la naturaleca a sus necesidades y no al revés. Esto es la praxis, de la que Marx saca muy poco partido (usa este término como Marinoff el de “filosofia"). ‘Mas esta propiedad extraordinaria conlleva un tremendo riesgo: la hybris*, el excederse en el dominio de la naturaleza No hace falta mucha "creatividad" para realizarse, lo indispensable es un mfnimo de orientacién en el conjunto de todas las cosas, todos los valores, todas la relaciones posibles xy todos los procesos de la praxis, potencialmente al menos. Lo » Hybris (pis) en gr. significa la insolencia (y la insolencia ante los dio- ges preisamente fo que Marx mucsraen estos texto arriba ctados)y toda la familia de conceptos en tomo ala violencia el orglly la trasgesin. Loe fi6- Jogos hacen conjeturas a cual més fantéstica, pues no hay rast ‘como presentan los gathas de Zarathustra a Akra Manyu (el rebelarse... En lengua griega tenemos otra palabra fonéi quien D Quijote confunde el moline de viento al que ata do, cargado, hinchado' (— osc. brutus). Por otra parte tenemos el gr. bratos (Clevadura de cervera") de la misma ralz ferveo (hervir’) ¥ en angl krmgot. mara “od a dela potton de as des ‘nara “was ge tatarta dela patrons de as des posadas ingrévida.» -Pensese en el cast. brio'y braso (pleno de energia, en Rea decade tanclas superiores y trascendentes, es una locura y ademas est- pida. Es lo que ha lastrado Ia doctrina de Marx en cuanto filosofia dela vida 46 ? ‘que paraliza es el no saber para dénde tirar ni qué desear, 0 ‘al menos desear fuertemente. E] deseo suele ser perturbador por lo que tiene de obje- to fantastico inconsciente —pues siempre hay una cierta carga de fantasfa y de pulsién inconsciente en él—, si su carga libidinal no se halla suficientemente sublimada y abier- ta a la realidad, pero sin deseos no se puede existir, s6lo que han de determinarse los objetos del deseo con suficiente preci- sion (y realismo), centrandole en tareas universales, seguras y dignas (acumular capital personal, por pura ambicié egotismo, no seria una tarea demasiado digna, o exhibirse por el disfrute 0 "erética'de la fama). Ya se sabe que definimos la felicidad (en otras varias obras publicadas) como el disfrute seguro de bienes importantes y difusives, porque cualquiera de estas tres propiedades que falten ya disminuyen o anulan la felicidad. La disputa en torno a qué sea felicidad es antigua, viene por lo menos de la época de Sécrates, y no lleg6 nunca a con- clusiones satisfactorias porque la felicidad enseguida se reducia a placer, poder, fama, riqueza, es decir, se pasaba al supuesto contenido praxico de la felicidad. Y todavia segui- mos girando en este circulo. Pero ademas de que cada una de estas propiedades sola 1 objetos de disfrute no constituyen por sf mismos la felici- dad, son todos contingentes y sélo importante tal vez para el interesado y aquf tratamos de una importancia objetiva y universal™, La felicidad plena, tal como précticamente se desea, no Ia ocasiona el deseo, sino el logro de bienes. Y estos bienes han 47 de ser importantes y difusivos, pero ademés su disfrute ha de ser seguro. todo io seguro que las cosas humanas puedan ser. Pero ya no es posible concretar mas. Desde luego ha de haber un componente de amor, pues un disfrute "en seco" es, més bien egofsta y menos "feliz", y la particpaci6n, el com- partir es un incremento de felicidad (y esto ya es de alguna manera amor). Si el disfrute no es relativamente seguro, la felicidad se puede ver perturbada a cada paso ante al amenaza de verse privado del mismo, Silos bienes no son importantes, cuanto més se aficio- ne el sujeto a ellos tal vez limite mds sus posibilidades de metas superiores y se empequefiezca més: es lamentable ver a alguien feliz por la abundancia de coches, de fincas, de mujeres 0 de muchachos (unas u otros...), de poder, de platos bien cocinados y de viajes y fiestas, de joyas y de colecciones (€l coleccionismo puede rayar ya en lo patolégico, pero hay quienes coleccionan diamantes, fincas, o valores de Bolsa, 0 divisas, o armas...). Estos cuadros (gclinicos?) de la felicidad son un poco lamentables. Y no son felicidad, sino solo muy subjetivamente y por breve tiempo. La verdadera felicidad seria ideal si ni siquiera temiera a la muerte, pues ni la muerte puede desposeer al sujeto de sus bienes importantes: ser inteligente, bueno, ef vo, capaz de amor genuino, generoso y en pos cunstancias y de los medios para realizar proyectos gentes, benéficos para la mayoria, generosos y difusivos”. En la feticidad como en el amor interviene la consistencia de la propia identi- dad, y esto es lo dificil: ser tan auténtioo, que aun en medio de los desengatos yfrus- traciones que muchas relaciones conllevan, se conserve la serenidad, las motivacio- es ¥ la apreciacién prictica de la vida real. Tampoco puede definirse la felicidad ‘como exclusivamente constitu por el amor. Pues esto dependera de la clase de pet- sort ala que se ame y de sla relacion es distrosionante de la propia identidad. 48 Los bienes que se disfrutan, se apetece disfrutar, han de ser sdlidos y verdaderos en varios aspectos y ninguno de estos aspectos coincide con la posesién acaparadora y egofs- ta de cosas materiales, o de personas a las qu Los bienes que dan la fel ‘ones, relaciones y condiciones de generar valores liquen su propio futuro relativamente seguro, es decir que se puedan realizar por encima y més allé de los impedimentos que los otros nos opongan. Uno puede ser feliz hasta en medio de la hostilidad y de las calumnnias si sabe que todo ello obedece precisamente a su eficacia y a su valor creativo que despierta envidias y odios (sobre todo en nuestro pats). La condicién para esta invulne- rabilidad es la verdadera dedicacion aficionada (es decir, llena de aficion fruitiva) al trabajo que se realiza. sf: el seguro disfrute de la felicidad, ya se ve, ha de més en producir que en poser. Nadie nos puede impedir que produzcamos y todos nos pueden privar de bie- nes materiales. La persona feliz ha de tener hasta energias para suplir la falta de medios econémicos o de canales de expresi6n de que los demas le priven. Con esto ya est explicado también la condicién de difu- sividad. Es un axioma incontestable y ya antiguo: lo bueno —lo verdaderamente bueno y positivo— tiende a difundirse; es més, el "bien’ tiene la propiedad de ser mayor bien cuanto més univeral resulta y su influencia es mayor en una amplia sociedad 0 en todo el mundo (y lo mismo pasa con lo des- tructivo y lo "malo"). Ver nuestra reciente obra Cémo no hacer el tonto por la vida que hhacer el mayor bien posible en clave de humor y evitando la inge deterioro (Bilbao, Desclée, 2000), 49 Por ejemplo es mayor bien ensefiar a pescar que regalar un pez; es mayor bien adquirir una maquina que produce para otros, que recrearse en un modelo de automévil propio; es mayor bien escribir y publicar que regodearse en los pro- pios pensamientos y ocurrencias; es mayor bien producir libremente para una multitud y sin lucro © sin demasiado lucro, que producir para unos pocos y afines en clase y con- dicion, o para si mismo. La maxima felicidad temporal desde luego consiste en haber producido bienes o mantenido actitudes positivamente influyentes y enriquecedores de una mayorta, No todos los humanos pueden realizar estas actividades, pero por lo menos la difusividad del bien o bienes que cons- truyan ha de redundar en hijos, pareja, parientes, clientes, Prueba de ello es lo poco que se da y lo diffell de acertar con lo apropiado, Por supuesto todos los deseos son de algo que nos gratifi- que 0 que haga feliz, pero la inmensa mayorfa marran la meta. Y es porque en ellos predominan la fantaséa, la pulsion inconsciente (alguna de ellas) y el egofsmo narcisista. Y de esto no puede salir nada positivo si no se eriba, Y los deseos de objeto dudoso (o claramente ilusorio y falso, como el deseo de que "todos me quieran’ o de "caer bien a todos") frustran o nacen ya frustrados. ‘Muchas veces se ve uno luchando por algo, o deseén- dolo intensamente, y de pronto se para y se pregunta gpero a dénde me lleva esto? ¢vale la pena desearlo asi? Y la actividad se enfrfa... (0 viene un desaliento general que equivale a una depresién). Porque se cae en la cuenta de que lo que se est4 deseando con tanto impetu o ardor es 0 vano, o fantastico e irrealizable, o bajo y demasiado cefi- do a goces materiales,o se trata de una tonterfa subjetiva, y narcisista para un posible/imposible engrandecimiento 50 pernicioso para otros (como prosperar econémicamente sin reparar en medios, unas irregularidades que incluso se nacién agredir y asesinar....). Por lo tanto el deseo ha de ser domado; no se puede rea- es ademés constitutivamente incolmable. ¥ esta incolma- bilidad que es un destello de cuasi divinidad (de la cuasi divi- nidad del Hombre de que hablaron Feuerbach y Marx), nos puede aguar la felicidad si no la refrenamos en sus absurdas pretensiones de grandeza indefinidamente creciente. La tragedia de la historia es que los humanos apetecen Ja m4xima riqueza, la maxima comodidad, en m4ximo pla- cer, el maximo reconocimiento y dominio. Y todos estos intereses encontrados chocan y no se armo- nizan sino que suscitan resentimiento, prejuicios y odio. Y eso no es lograrse; confunden el logro con el {ucro. El paren- tesco de ambos términos castellanos, uno més popular y otro més erudito ha quedado marcado en el cruce semantico de ambos en la palabra "logrero", que no es uno que trata de lograrse —como persona— haciendo cosas serias, sino que va por ahf lucréndose a costa de otros. Por ejemplo, el estar deseando con frecuencia —y poniendo en ello toda Ia fuerza del animo— comer o beber platos y caldos de calidad, el desear que se ie hab» panel ol desear convantmecte set Sconaconeseredabes ene piel por called de las elas que se viten oe ls eahcinqus oe chen, Ted cso real GastanteInconfexable por tonto, por vat o por eocta- tric, Pers cuion descr dete ip open fa moni de Catal 51 As{ no puede haber felicidad se produce siempre el dicho de Virgilio, repetido por Agustin: trahit sua quemque voluptas (‘arrastra a cada cual su pla- cer"), en el pasaje que sirvié de base doctrinal a los jansenistas. Para ser feliz hay que ser internamente libre. Pues libertad es la eldstica disposicién —sin rigideces ni resistencias defensivas— de sf (de la inteligencia, la afec- tividad y la practicidad), abierta a todos (los que lo merez- can y con las oportunas defensas) para elevarles psicolégica- mente con bienes importantes y seguros, que tam! tiende a conseguir por su intrinseco valor y su benéfica difu- sividad (es decir su hondo, moderado y superior placer). A este placer se referfa Agustin glosando la frase de Virgilio, pero los jansenistas lo entendieron como "gusto" sensible (si bien "espiritual’). Esta es la mas clara y sencilla definicién (0 descripcién) de logro y de felicidad, supuesto un deseo ya domado, mediante integracién de impulsos dinamizadores, cuya ade- cuada canalizacién abre a un conocimiento objetivo de lo que bienes importantes y seguros sean. Que a veces ni siquiera merece el nombre de "terapia" sino de reajuste, 0 "puesta a punto", como un motor. Lo cual es siempre necesario o cuando menos recomendable. La causa de tales irregularidades del Animo esta en el que hombre no se halla nunca terminado, sino que su posibilidad de ser, de hacer y de desear/pensar se prolongan indefinidamente; no parecen tener limite, aunque el sujeto humano sf va teniendo timitaciones a cada paso de su histo- ria. ¥ cuando cae repentinamente en la cuenta de la despro- porci6n entre su ilimitabilidad y su limitacién momenténea se desanima... Desde luego lo que el hombre no tiene es una cia concreta de finitud y no sé cémo un intelectual int te como Tierno Galvan ha podido pensar lo que expresa en su 52 obra de 1975 Qué es ser agndstico donde afirma que la acti- tud més recomendable para el ser humano es instalarse en la finitud sin més. Si se esté intelectualmente despierto no es posible des- cansar en esto, pues continuamente los enij ¢ incintan a pensar més alld de la finitud, Y el deseo incolmable no permite descansar en un estado acerca de nada y menos del sentido y estructuraci de la realidad total de las cosas y del cosmos, o del su dmbito envolvente... Siempre hay en la VICS ("vida inconsciente’) un hambre de mds y de mejor (es lo que los medievales Hamaron "apetito natural’, de conocer por ejemplo)*. Sentirse "perfectamente instalado en la finitud” como propugnaba Tierno Galvan es sélo una toma de postura momenténea, pero a la larga es insostenible. Y de hecho la crisis de la Postmodernidad lo demuestra (aunque Tierno fuese en Madrid uno de sus pro- motores). Por el contrario el ser humano vive instalado en la para- doja de no poder llegar nunca a ser él mismo (cada individuo © grupo) si no se interesa o se esfuerza por dejar de ser la ver- sion de st parcial y transitoria que es en cada momento. Y esto hace que la historia sea historia, es decir que presente una sistematicidad de constantes y una imprevisibilidad de nue- vas creaciones de formas de vida y de expresién, que se suce~ den y sorprenden siempre. ™ Podemos estar ciertos que por muchas necesidades que haya que satisfacer en el mundo (hambre y endemias o agotador trabajo infantil) siempre tendrén prioridad para destinar enormes sumas de dinero las raciones espaciales, Mientras el hombre mat ‘mis allé de lo conocido y explorado (a esto natural” de conocer). ¥ es como un i dela naturaleza 53 El ser humano es aquella forma de vida terrestre que tiene en su dinamica esencial la tendencia a continuamente dojica frase de Pascal: "el hombre rebasa (depasse) i mente al hombre" es perfectamente cierta. Por eso tiene his- toria y su supuesta *naturaleza" consiste precisamente en no tenerla, si por naturaleza se entiende una programacin masiva de sus comportamientos. Por eso la especie humana no es una “naturaleza” gramada que emite mensajes y desarrolla conductas previ bles, sino un conjunto de intentos creativos mas 0 menos logrados que instauran niveles cada vez distintos de civiliza- ci6n y de conocimiento, capaz a su vez de nuevas creaciones ("cultura"). Hay incluso cientificos que opinan que sélo hay vida inteliegente en la tierra irrepetible casi, dada la infinitesimalidad de las probabili- dades evolutivas de que el fenémeno se repita en los miles de millones de planetas habitables que haya en el cosmos. En el mapa genético no se van a hallar las claves defini- tivas y totales de todos Jos perfiles posibles de sus tipos de cardcter y de sus comportamientos (individuales y colecti vos), sino tinicamente, y ya es bastante, las predisposi- ciones elementales para ellos, pero de ninguna predisposi- cién elemental puede originarse sin mds un comportamiento complejo. ¢Por qué? Pues porque si eso fuera asf ya no habria historia: en el Magdaleniense se hubieran podido dar figuras como Velazquez 0 como Picasso, como Mozart 0 como Debus: en la modulacién de los estilos, las ideas y los comportai tos no interviniesen sustancialmente otros factores no genéti- cos: ambientales, evolutivos, de aprendizaje y de libertad de opci6n entre diferentes posibilidades expresivas (si el mapa 54 genético supusiese una verdadera programacién cuasi zool6gi- ca) cualquier forma de cultura podria haber surgido en cual- 4quier tiempo”. Y ya se ve que no ha sido asf y se intuye que no hubiera podido serlo nunca (ni entonces ni en el futuro). Ahora bien, si no es asf, si hay factores de iniciativa, de educacién, de reacci6n positiva o negativa a los ambi de opcién condicionadamente libre, de vigenci tendencia a la renovacién superadora en la constitucién esencial del hombre, naturalmente sostenida e inscrita en su organismo biolégico y en su mapa genético, el ser humano no tiene una "naturaleza’ comiin a la de las demas especies vivientes de la tierra. »Se nos puede responder que faltaban los medio scnios, yest también lo vemos nore, pe ello indica que los comportamientos hunanos operat tos, presente por sa necesdad insnumenial (Horkhelne) requeren de ‘ins elim cultural y no vienenexchanvamente dadon por el organamo y sus dlspostcones genetcas, Porque quien dice intrumento die tamnblen equ: fas mentales pars el manejo del insrumentey ante todo presupone In iver. in Se cece a Pero eno tampoco puede explcarse genétcamente, pus de er nicamen- te gencico (como supore la hipétess organist) se podria haber inveniado tedolosinsument ea to core pre de mpo cw ave "se objet que enol progimna genic acuaue una prlacon dacrén- ca,eso habia su Wet que emectaroy flat a tcacon de Taco s- Si perl gue ily hana nce na ve pra gus hai endo gue ter progamado'smilenlos de dstancia una invencion de tr. Meena s6lo se justficay muy sencillamente suponiendo que la invencién ins- trumental ha sucedidoindependicntrmente del organo por opciones cuasl libres de ensayo-ctertoeror “En varias obras anteriores hems deserio lo qu wgencia era como fuer. rientras la vigencia dura, se puede hacer, y cuando la vigencia pasa, sin causa aparente, puede resultar hasta penado o ridfculo (como actualmente lo seria "batiree en duelo” o cortar cabezas, enormemente vigente hasta no hace mucho en ler tus de nae Guinea). lus perodo de Cultura procede siempre por am; jos de vigen+ iciones, rituales o comportamientos familiares, laborales, 55 En lugar de esa "naturaleza" mAs bien estatica® en su ser dinamismo evolutivo que genera historia, una irepetible que avanza —en “dientes de sierra’—, con altos y bajos, con logros y crisis hacia un final determinado. Determinado por la trayectoria que el mismo hombre haya venido eligiendo, no por una fatalidad de tipo griego. Esto es Jo que en otras obras hemos llamado libertad exist. io que un organismo genéticamente determinado en todo presentase tal variabilidad y capacidad de innovacién en sus creaciones y en sus conductas, sin cam- biar la especie”. “»£st es al menos el concepto griego de physis, Por exo dice Ortega que ‘el hombre no tcne naturalera sine drama, Nosotros a ss evolucionar histOricamente hack “"Entendemos por libertad ex ‘cada generacion y pucblo presenta, prescindiendo de Ia libertad psicologica que ‘ello suponga. Esta puede discutirse y demostrarse por ot ‘constante variacién de modos de existiry de mai ‘evidente y un dato primario que no necesita de dad puede recibir el nombre de "ibertad” 'Y hay momentos en que toda una sociedad © ut pueblo asume consciente- ‘mente su libertad de cambio y leva a cabo una revolucin o unas lecciones cons- ayers, yet sexpliqus come se oxic efenomenol rombre" como especie incluye esencialmente las posibili: utacién especifica ni subespecttic. 56 ya, Ello es sefial inequivoca de que hay otros factores muy {nfluyentes que acaban de determinar las predisposiciones digan los bidlogos, sabemos los psicélogos la complejidad de los factores que juegan en el logro de la personalidad y en la configuracién de sus comportamientos, de su consciencia y de su capacidad de crear, de comprender y aun de estar psi- quica o fisicamente sano. Por lo tanto, lo que caracteriza la din4mica del existir ‘humano es la continua legada al final de todo camino trilla- do, la continua urgencia de improvisacién de soluciones a necesidades, pues aunque se trate de la misma necesidad, la situacion puede hacer inviable la satisfaccién acostumbrada, el salto de lo presente a lo futuro, de lo hecho a lo por hacer, de lo dado a lo creado por uno mismo... Es més, el presente es en sf mismo un ir dejando de ser presente hacia algo que va dejando de ser futuro. Por eso la pasividad es pérdida segura, pues los procesos marchan y si no se interviene activamente en ellos para defenderse 0 Ia realidad misma, que es diacrénica, nos desborda. Y s6lo ‘con no-hacer mas el paso del tiempo (por breve que sea) nos va dejando atrés, es decir nos hace retroceder y perder las nuevas oportunidades que correspondian a nuestro ir al ritmo de los procesos. Perder el ritmo, perder "el paso", es el gran error de los satisfechos con el presente, de los que como Tierno Galvan propugnan la "cOmoda instalacién en la finitud" Y de tal experiencia se infiere que el tiempo —el tiempo ‘pasar’, el de los relojes y los calendarios— es més epidérmica de la indefinitud humana, de su no-finitud. Si la especie humana fuese simplemente finita, como parecen suponer Gide, Sartre, Beckett, Cioran y Tierno entre otros, no tendria inguietudes algunas siempre que tuviese 37 ‘sus necesidades organicas satisfechas. Lo que es sumamente raro es que precisamente cuando las tiene, es cuando le entra el desencanto y va sintiendo la limitacién —jla “finitud"!— de todo lo que ha logrado. Desde luego si hubiera sélo finitud unidimensional y positivista lo que no habria es inteligencia. Inteligencia des- fondada y capaz de todas las aperturas, hasta la del absur- do. Sartre llama a esta inquietud trascensiva "pasion inutil", pero como existe, su *inutilidad" no es error, sino aviso 0 promesa. La misma dinémica inteligemte de la creatividad cultural esta avisandonos siempre de que no podemos quedaros en lo inmanente de nuestro momento individual presente, sino que por todas partes, por diferentes dimensiones, todo nos desbor- da y nos llama a ms: a compartir, a comprender, a compensar, a conquistar, a aventurarse incluso arriesgadamente y superar creativamente, desde una posible nada actual, el mundo "mal hecho" o ya rofo que nos toca vivir. Y hay que hacerlo para no morir con ese mismo "mundo que nos deprime. Sobrevivir en la propia identidad supone crearse conti- nuamente el mundo, porque el mundo hecho de vigencias y de caducidades pasa, y cada uno que crea en si y en su desti- no no puede pasar tan efimeramente como el mundo. Existir humanamente es ir superando mundos alienantes que nau- fragan en su propia limitaci6n rigida o amorfa, para mante- ner la propia integridad evolutiva que no se disuelve en la mundanidad vigencial (y tal vez involut misma algin montaje de intereses con fi Y se da con harta frecuencia el fendmeno, absolutamen- te irracional desde la hipotesis de la finitud, de que a mayor logro mds depresién (tipica "depresién del ama de casa" al subir de posicién y ocupar una morada mejor, en su grado mis familiar e fnfimo, iyo la he experimentado al llegar a ser catedratico y decano de una Facultad!, y otros al llegar a ser 58 Es el "jNo es eso! jNo es eso!" de , porque nada es y todo parece. busca verdades, como el filésofo, sélo encuentra estrategias, hasta entre los filésofos. Porque hay que advertir que no todos los filésofos lo son, sino que son "politicos" 0 simplemente gente cémoda que se ha montado la vida como el brillante espectador que de todo ha de decir algo (contra alguien o para alguien) aunque, como decfan de Bacon, sin ninguna obligacién de hacerlo bien... 0 depresién, 0 desengafio. A la larga, rara vez. nunca el entusiasmo, pasado el primer momento de euforia de haber alcanzado lo perseguido, parece que detris de todo encon- tramos la nada, el limite, el fin, que no nos va nada, que nos decepciona, nos humilla, nos rebela... Naturalmente todo esto seria inexplicable si el hombre fuese como un animalito domesticable” que sélo tiene deseos razonables y asequ iDesde luego no habria ni neur6ticos, ni esquizofréni Si la especie humana fuese s6lo “finita" no podria suce- autométicamente proporcio- \ciones de bienestar viable. No se aspiraria a més. {No habria utopias! Y utopias las hay, son necesarias y abundan més en la izquierda materialista, y muchas... Es més, la izquierda sin “Si pudiera les preguntarfa todos estos autores y principalmente a ‘iemo* zcomo puedes ser revolucionaio si cees en la finitud domesticable dal hombre’ cpara que revoluciones sel set humano no desea cosas que le supe Tan? los fehos tan demote gue cll miko, cid alenean el poet, perpetian los tice dela burguest contra la cual se reblaban Tucgo, de promover Eicamente revoluciones, estas no deben tratar de ino de trasformar el

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