1. Deseamos que al comienzo de esta cena compartida en torno al
pesebre del Niño Dios que nos nace: 2. Que el Buen Dios nos mire y nos envuelva, con su misericordia de Padre. 3. Que el Buen Dios nos alegre el corazón. Que el Buen Dios nos llene de paz y de alegría. 4. Que el Buen Dios nos dé sabiduría para entender la vida como entrega. Que el Buen Dios nos dé novedad para hacer de cada día algo nuevo. 5. Que el Buen Dios nos llene de fuerza en los días grises y de cansancio. Que el Buen Dios nos dé tanto amor que no midamos la entrega. 6. Que el Buen Dios nos conceda delicadeza para hacer del amor «detalles de amor». Que el Buen Dios nos dé sensibilidad para leer los susurros secretos del corazón. 7. Que el Buen Dios sea nuestro horizonte y nuestra fuente. Deseamos que Dios Padre y Madre, recree cada día nuestra vida 8. Que Dios Hijo, sane y cure las heridas que nos encierran en nosotros mismos. 9. Que Dios Espíritu Santo, avive en nosotros todo lo que Jesús nos dijo y nos dejó como signo de Vida Nueva. 10. Que el Buen Dios nos dé la generosa humanidad de compartir lo que somos y tenemos con los más pequeños de nuestro mundo: los más necesitados. 11. Que el Buen Dios, Padre y Madre, nos conceda la complicidad fraterna de recrear nuestro mundo como el mundo de todos, donde lo imposible se haga posible gracias a su misericordia y bondad. 12. Que el Buen Dios nos haga más hermanos y hermanas, y seamos reflejo de un mundo más samaritano, que sabe inclinarse y tender la mano al que está en las cunetas de nuestra sociedad, sin medida, con un corazón grande, lleno de Dios. 13. Deseamos que todo esto pueda ser una realidad. Y que Él, el Niño que nace en cada encuentro y en cada realidad encarnada, nos siga bendiciendo con sus dones y nosotros seamos gesto e imagen de su bendición. Que así sea.