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Curso de Capacitación

Docente en Neurociencias

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Introducción al estudio del sistema nervioso I

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Introducción al estudio del Sistema nervioso

Se considera que un animal responde adecuadamente a los desafíos que le


plantea la evolución cuando está en condiciones de evaluar sus percepciones
sensoriales y transformarlas en reacciones motoras concretas
(comportamientos) dirigidas a asegurar su supervivencia y a perpetuar la
especie que integra.

Además, el funcionamiento normal de un organismo animal requiere que todas


sus partes actúen coordinadamente.

Esto es válido incluso para los organismos unicelulares, aunque por supuesto
reviste mayor importancia en los animales más complejos, formados por miles,
millones o billones de células.

La eficiencia y la flexibilidad en la acción y reacción de cualquier organismo


animal sólo puede lograse si el mismo posee una red interna encargada de la
transmisión de información entre las distintas partes que lo componen.

Durante el desarrollo del embrión de cualquier animal, la coordinación de los


procesos vitales se lleva a cabo mediante el uso de señales químicas que son
relativamente lentas pues en ese período el factor tiempo no es crítico.

Pero cuando un animal ya está fuera del útero o del huevo, debe enfrentar
situaciones para las cuales las respuestas deben que ser muy rápidas, precisas
y adaptativas, por lo que se hace necesario contar con un sistema que permita
que estas vitales premisas se cumplan exitosamente.

Es por ello que los animales desarrollaron un tipo especial de células


denominadas neuronas.

La unidad del sistema nervioso: La neurona

A pesar de que la mayoría de las funciones de las neuronas son semejantes al


resto de las células de un ser vivo, pues contienen el mismo tipo y cantidad de
ADN en su núcleo, las distinguen ciertas cualidades que las hacen especiales.

a) Su peculiar forma.

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b) Las especiales propiedades de su membrana: le permiten generar y conducir
estímulos eléctricos.

c) La forma en que reaccionan a cierto tipo de estímulos.

A continuación, veremos cada una de estas cualidades y algunos


gráficos que contribuirán a una mejor comprensión del tema.

a. La forma de las neuronas

En muchos aspectos, las neuronas se asemejan a las otras células del cuerpo,
pero debido a su especialización para la comunicación intercelular, poseen una
morfología de extrañas y fascinantes geometrías.

Su característica morfológica más sobresaliente es la proliferación de dendritas,


o prolongaciones, que surgen de su cuerpo celular. La mayoría de las neuronas
poseen múltiples dendritas, que en los casos típicos son cortas y muy
ramificadas.

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Las dendritas, junto con el cuerpo celular, proporcionan sitios donde otras
células nerviosas pueden hacer contacto y, por lo tanto, se las puede considerar
como especialistas en la recepción de la información.

Entonces, la cantidad de estímulos que reciba una neurona dependerá de la


complejidad de su arborescencia dendrítica.

Las neuronas tienen, además, otro tipo de prolongación especial: el axón,


encargado de llevar a otras células las señales que ella emite. Es una extensión
única del cuerpo celular, cuya longitud variará según el tipo de neurona, y
dependiendo de la especie.

En el caso del ser humano, la mayoría de los axones tienen una longitud de
unos pocos milímetros y se especializan en la transmisión de información a nivel
local. Por el contrario, los axones que discurren desde la médula espinal hasta
los pies pueden alcanzar una longitud de hasta un metro.

El mecanismo axónico que permite la transmisión de señales se denomina


potencial de acción y es una onda eléctrica que se propaga desde su punto de
iniciación en el cono axonal (que es la porción inicial del axón) hasta la
terminación del axón.

La información codificada por estos potenciales de acción es luego traspasada a


las células siguientes a través de las sinapsis.

Las sinapsis se llevan a cabo en terminaciones especializadas denominadas


botones terminales. Lo que allí se produce es un intercambio químico (este
contacto se denomina sinapsis química) en donde se liberan los
neurotransmisores que actuarán como modificadores de las propiedades
eléctricas de las células blanco.

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b. Las propiedades de las neuronas

Las propiedades más importantes de las neuronas son:

Su capacidad de transmitir señales eléctricas generadas por ellas mismas.


Estas señales son utilizadas como un código de comunicación intraneuronal.

La de retransmitir las señales generadas por las otras neuronas que van
dirigidas hacia ella en forma de señales químicas (los neurotransmisores).

Estas facultades se basan en las propiedades especiales que tiene su


membrana plasmática.

Si usáramos una metáfora, se podría decir que la membrana está formada por
una larga hilera de fichas de dominó colocadas en forma vertical.

Cuando una de ellas es tumbada, la señal recorre toda la hilera de fichas, que
representaría en este caso al axón.

Luego, tras un período de descanso de unos milisegundos, todas las fichas


volverían a ponerse de pie en forma automática y quedarían así listas para
responder a nuevas señales entrantes.

Si bien las terminaciones axónicas pueden estar conectadas a músculos o a


glándulas, la mayoría desembocan en las dendritas de otras neuronas.

Otras propiedades de las neuronas son:

Solamente pueden obtener energía de la glucosa y del oxígeno. Este es el


motivo por el cual una privación de glucosa (hipoglucemia) o de oxigeno
(hipoxia) puede producir la parálisis funcional de la neurona y, si la privación
es prolongada, puede causar la muerte neuronal. Esto subraya la gran
vulnerabilidad de la neurona y la enorme importancia de la prevención para
que estas situaciones de privación no ocurran.

Las neuronas han perdido, salvo en algunas áreas muy circunscriptas del
Sistema Nervioso, su capacidad de duplicarse (mitosis). Esto explica por qué
el ser humano tiene un número relativamente constante de neuronas desde
la semana 28 de gestación hasta los 70 años de edad. La pérdida de la
capacidad de duplicarse (o mitosis) implica que neurona perdida no puede
ser recuperada. Esto también subraya la importancia de las conductas de
prevención y de la evitación de conductas de riesgo (fumar, tomar alcohol,
respetar las normas de tránsito, etc.).

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c. La forma en que las neuronas reaccionan a ciertos tipos de
estímulos.

Las neuronas tienen una característica esencial: se ponen en actividad cuando


algo nuevo o distinto las estimula y, por lo contrario, no responden de manera
significativa cuando se encuentran con un estímulo de características
constantes.

Esto evolucionó así dado que las necesidades de los organismos vivos son, por
lo general, de carácter inmediato. Debido a ello, las neuronas responden a los
acontecimientos: la primera vez, en con su máxima fuerza y con menor eficacia
ante cambios posteriores similares, siempre y cuando éstos últimos no afecten
la supervivencia.

Podría decirse que esta particularidad, propia de las neuronas, es también la


principal característica de la mente humana: los acontecimientos inesperados o
extraordinarios parecen tener un rápido acceso a la conciencia mientras que un
ruido constante se pasa a una zona de no registro consiente.

Esto es muy importante porque redunda en un funcionamiento más económico


de la unidad cuerpo cerebro mente (U.C.C.M.), ya que cancela las respuestas a
las cosas que no cambian, dejando más espacio para responder a aquello que
cambia y que, por tal motivo, es más relevante desde el punto de vista de la
supervivencia.

A la falta de respuesta de las neuronas ante los estímulos repetitivos o


constantes se la denomina adaptación sensorial.

Cada neurona puede conectarse con hasta 10.000 neuronas y llegar a formar
una red de extraordinaria riqueza y complejidad de hasta 1.000 billones de
conexiones (que corresponde al producto de 100.000 millones de neuronas por
10.000 conexiones posibles).

Clases de neuronas

A las neuronas, a su vez, se las puede clasificar en dos tipos básicos:

Estimuladoras.

Inhibidoras.

Las primeras tienen la capacidad de generar estímulos y las segundas se


encargan de bloquear los estímulos generados por otras neuronas.

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Ambos tipos tienen un funcionamiento análogo, diferenciándose sólo por el
hecho de que sus sinapsis propagan una influencia facilitadora o inhibidora de
la transmisión del impulso eléctrico. Cada neurona, a su vez, está preparada
para recibir señales de ambos tipos en las sinapsis que se forman en sus
dendritas.

Debido a ello, lo que hace cada neurona para determinar cómo actuar es una
sumatoria de todas las señales entrantes en un momento dado y, de acuerdo al
resultado obtenido, reacciona o no. Por ejemplo, si en una neurona entran 365
impulsos estimuladores y 400 inhibidores, el resultado va a ser negativo y, por
lo tanto, no va a reaccionar; si entran igual cantidad de impulsos estimuladores
que inhibidores tampoco reaccionará; pero si reciben más impulsos
estimuladores que inhibidores, se producirá entonces la reacción, transmitiendo
la señal a través de su axón hacia otra neurona.

Ejemplo de un sistema nervioso primitivo:

En el siguiente gráfico, veremos un ejemplo de un sistema nervioso sencillo y


primitivo formado por tan sólo tres capas de neuronas.

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La primera de estas capas corresponde a las neuronas sensoriales encargadas
de rastrear los estímulos provenientes del mundo exterior.

Por su parte, la segunda capa es la encargada de procesar esta información.


Finalmente, la tercera es la encargada de efectuar las respuestas automáticas
correspondientes que, por supuesto, serán adaptativas a los diferentes
estímulos entrantes.

Las neuronas activadas ―los puntos oscuros del gráfico anterior― son las que
transmiten las señales estimuladoras. Cuando dos de estas señales llegan a la
tercera capa, sus neuronas responden desencadenando una respuesta positiva.
Cuando llega un estímulo positivo y otro negativo, no hay respuesta y lo mismo
ocurrirá si llegan dos estímulos negativos.

El hecho de que la neurona no transmita el estímulo, no implica que haya


dejado de actuar. Su acción pudo haber sido una inhibición, ya sea del
movimiento de un músculo, de la secreción de una glándula específica, etc.

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Velocidad de Transmisión

Una vez surgidas las neuronas, la selección natural se encargó de


perfeccionarlas en el transcurso de la evolución.

Así como la velocidad de transmisión de las señales en los organismos


primitivos era del orden de 1 cm. por segundo, ahora, en los mamíferos
superiores, llega a los 120 metros por segundo (de 36 metros por hora a 432
km. por hora).

Para alcanzar un avance de tal magnitud, fue necesaria la transformación de


animales de sangre fría en animales de sangre caliente, pues todos los procesos
que se desarrollan en el cerebro se basan en reacciones bioquímicas y una alta
temperatura facilita que éstas se lleven a cabo de manera más rápida y
eficiente.

El funcionamiento del sistema nervioso central de un animal es tan crucial que


puede decirse que su rendimiento es la medida fehaciente de su capacidad de
supervivencia. Por esto, la evolución de los animales pluricelulares se basó más
que nada en el perfeccionamiento progresivo de este sistema.

La organización de la red neuronal

Junto con las propiedades de cada una de las neuronas que conforman el
Sistema Nervioso, es importante tener en cuenta también el patrón de
conexionado entre las mismas.

Este patrón se halla determinado por los genes y se forma de un modo similar
al del embrión cuando estructura su sistema arterial y venoso: según un
programa espacial y temporal contenido en el ADN.

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El diagrama de conexiones entre las diferentes neuronas tiene que configurarse
siguiendo las instrucciones contenidas dentro del mismo genoma.

Podría uno preguntarse si la información genética es suficiente para determinar


la construcción de un circuito tan complejo como la unidad Cerebro-Mente
(U.C.M.). La respuesta es que, en detalle, esto es imposible. En cambio, sí
pueden estar contenidas las instrucciones necesarias para determinar la
ubicación global de ciertos grupos de neuronas.

Una directriz global sería, por ejemplo, ordenar a un cierto grupo de neuronas
que se coloquen en capas alternativas de ‘estimuladoras’ e ‘inhibidoras’.

Y en efecto, así es la forma en que actúa el ADN en la modelación del sistema


nervioso, pues se observa cierta periodicidad en las conexiones efectuadas.

El patrón de conexionado no sólo determina la regulación de los procesos


vitales, como la frecuencia cardíaca y respiratoria, sino que además hace
posible las respuestas del organismo a los retos que le formula el medio
ambiente.

Y puesto que esta capacidad representó una gran ventaja, desde sus comienzos
más primitivos, la selección natural tendió a facilitar su proliferación.

Así fueron privilegiadas las mutaciones genéticas que propiciaron la ampliación


de la sensibilidad perceptiva, o que mejoraron el diagrama de conexionado o la
velocidad de transmisión del impulso por parte de las neuronas, porque los
organismos que presentaban esos progresos veían favorecida su supervivencia.

Cualquier adelanto que contribuya con que el organismo reciba una información
más precisa del mundo exterior, o con hacer factible que dicha información se
utilice con mayor precisión y provecho, será seleccionado una y otra vez por los
mecanismos evolutivos.

El principio básico del procesamiento de la información en un cerebro consiste


en condensar toda la información proveniente del mundo exterior en sólo
aquella que es relevante desde le punto de vista de la supervivencia.

Los órganos de la percepción, entonces, desempeñan la función de filtros que


sólo recogen aquellos estímulos del exterior que revisten importancia para el
futuro del organismo, a efectos de transmitirlos luego al sistema nervioso
central.

Los sentidos establecen un código de señales que descubren el mundo exterior


de una forma extremadamente simplificada, de modo que sólo pueden llegar al

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cerebro los estímulos que son esencialmente relevantes, desechándose todos
los demás.

El procesamiento de estímulos no se limita a los que se reciben del mundo


exterior, sino que también abarca los provenientes del mundo interior.

Por ejemplo, las respuestas hormonales pueden generar una disposición del
animal para aparearse, y ese momento, la visión de una presa que antes
hubiera desencadenado una reacción de caza, puede que no provoque esa
reacción. Así pues, tanto las señales del mundo exterior como las del mundo
interior, influyen conjuntamente en las conductas de un ser viviente.

Y la eficacia de este esquema funcional depende, en gran medida, de que estén


presentes los siguientes factores:

Una buena selección de los estímulos provenientes tanto del mundo exterior
como del interior.

Un esquema de conexionado del cerebro que genere una respuesta adecuada,


a la combinación de ambos estímulos recibidos.

Saber diferenciar los estímulos provenientes del mundo interior de los


provenientes del mundo exterior.

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