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LA MORA y la reforma al artículo 509 del Código Civil argentino (*)

por
Luis MOISSET de ESPANÉS

____________________

SUMARIO:

I.- Introducción.
II.- Derecho comparado:
a) Mora "ex persona";
b) Regla general: interpelación. Excepción: obligaciones a
plazo.
c) Mora "ex re".
III.- Mora del deudor. Elementos.
IV.- El nuevo artículo 509 y la clasificación de los plazos.
V.- Obligaciones a plazo.
VI.- Obligaciones en las que no se ha fijado plazo (la exigibilidad
surge de la naturaleza y circunstancias de la obligación).
a) Comodato;
b) Depósito; donación; mandato.
VII.- Obligaciones sin plazo (o plazo indeterminado):
a) No se fijó ningún plazo;
b) Se fijó como plazo un acontecimiento no forzoso;
c) Acciones concedidas al acreedor.
VIII.- Problemas no considerados en la reforma.
a) actos ilícitos;
b) obligaciones de no hacer;
c) falta de colaboración del acreedor;
d) mora del acreedor.
IX.- Conclusiones.

____________________

(*) Trabajo publicado en Jurisprudencia Argentina 1968-V-794.


Algunos datos se han actualizado para esta publicación.
2

I.- Introducción.

Una de las modificaciones de importancia introducidas por


la ley 17.711 al Código civil, es la sustitución del principio
sentado en el artículo 509, que exigía la interpelación para la
constitución en mora, por el régimen de la "mora ex re", que se
produce automáticamente por el solo vencimiento del plazo en el que
debía cumplirse la obligación.
No creemos menester detenernos a hacer una relación por-
menorizada de las razones que impulsaron a Vélez Sársfield a adop-
tar la mora "ex persona", siguiendo al Código civil francés1, que
en este punto se había apartado del sistema consagrado por el dere-
cho romano y las Leyes de Partida, donde regía la regla "dies in-
terpellat pro homine".
Para justificar esta actitud el codificador ilustró el
artículo 509 con una extensa nota -que no es del caso reproducir
en este momento- y la mayor parte de los tratadistas nacionales
aceptaron la posición adoptada por Vélez, considerándola la más
justa, entre otras razones porque si el acreedor no reclama el
cumplimiento es porque no se considera perjudicado y porque en
tales casos debe prevalecer el principio del "favor debitoris"2.
Otros, como LAFAILLE, sin pronunciarse sobre los funda-
mentos teóricos, han sostenido que, ya que el código había estable-
cido el principio de la mora "ex persona", no era conveniente modi-

1
. Código civil de Francia: "Art. 1139.- El deudor queda constituido en
mora sea por el requerimiento u otro acto equivalente, sea por efecto de la
convención de las partes cuando ellas establezcan que la caducidad del
término, sin necesidad de ningún requerimiento, producirá la mora del deudor".
2
. Conf. Alfredo COLMO: "Obligaciones", 3ª ed., Abeledo - Perrot, Buenos
Aires, 1961, Nº 91, p. 71; Eduardo B. BUSSO: "Código civil anotado", Ediar,
Buenos Aires, 1949, T. 3, art. 509, Nº 28, p. 259; Jorge J. LLAMBÍAS: "Tratado
de Derecho civil - Obligaciones", ed. Perrot, Buenos Aires, 1967, T. I, Nº
105, p. 119; Raymundo M. SALVAT: "Tratado de Derecho civil - Obligaciones"
(actualizado por Galli), 6ª ed., Tea, Buenos Aires, 1952, T. I, Nºs. 97 y 97 -
a, p. 109 y 110.
3
ficarlo por "motivos de orden práctico, entre ellos la dificultad
de suprimir un temperamento profundamente arraigado en nuestras
costumbres"3, máxime teniendo en cuenta que el interesado puede
insertar convencionalmente una cláusula que estipule la mora auto-
mática, por el solo vencimiento del plazo.
Finalmente, algunos han expresado que cuando se trata de
obligaciones de plazo determinado resulta superflua la exigencia de
requisitos formales4, ya que el deudor conoce exactamente el momento
en que debe cumplir la prestación, y avalan sus afirmaciones con la
solución que predomina en el derecho comparado, donde se advierte
que la mayoría de los códigos vigentes prescinden de la interpela-
ción cuando se trata de obligaciones a plazo.
Este pensamiento es el que ha prevalecido también en la
reciente reforma y se traduce en la nueva redacción dada al artícu-
lo 509; pero nos parece conveniente que, antes de analizar esa
norma, efectuemos una rápida recorrida por el derecho comparado,
para verificar cuáles son los sistemas imperantes en esta materia.

II.- Derecho comparado.

La mayor parte de los autores suelen formar solamente dos


grupos distintos de códigos: a) aquellos en que la mora se produce
"ex re"; y b) los códigos en que hay mora "ex persona". Pero, pron-
to advertimos que no siempre las listas son coincidentes y algunos
cuerpos legales se encuentran en uno u otro grupo; ello se debe a
que se han empleado criterios distintos para efectuar estas clasi-
ficaciones. Algunos tratadistas establecen la diferencia sobre la
base de que los códigos consagren, o no, como regla general la

3
. Héctor LAFAILLE: "Tratado de las Obligaciones", Ediar, Buenos Aires,
1947, T. I, Nº 161, p. 160.
4
. Guillermo A. BORDA: "Manual de obligaciones", Perrot, Buenos Aires,
1959, Nº 71; y "Tratado de Derecho civil - Obligaciones", 2ª ed., Perrot,
Buenos Aires, 1967, Nº 52, p. 56; Luis M. REZZÓNICO: "Estudio de las
Obligaciones", 9ª ed., Depalma, Buenos Aires, 1961, T. I, p. 133; Leonidas
ANASTASI: "La interpelación como requisito de la mora", J.A., T. I, p. 398,
reproducido en J.A. 1959-VI, p. 631, nota 2.
4
necesidad de la interpelación, y nos dicen que cuando se requiere
la interpelación dicho cuerpo legal sigue el sistema francés de la
mora "ex persona", y cuando no se exige la interpelación el código
debe agruparse entre los que consagran la mora "ex re"; en cambio,
otros autores miran únicamente las obligaciones a plazo, y si en
ellas la mora se produce automáticamente, dicen que ese código
corresponde al grupo en que la mora se produce "ex re".
Pero, es el caso que en algunos códigos se sienta como
principio general la necesidad de la interpelación para la consti-
tución en mora (en lo cual se aproximan al modelo francés), pero se
establece entre las excepciones a esta regla la hipótesis de las
obligaciones a plazo (en lo que se asemejan a las viejas leyes
romanas). Por lo expuesto nosotros creemos que pueden distinguirse
tres sistemas.

a) Mora "ex persona".

El primero, inspirado en el Código civil francés, esta-


blece la necesidad de la interpelación, incluso para las obligacio-
nes a plazo, aunque a veces se contemplen casos excepcionales de
mora "ex re", por otras causas. Pertenecen a este grupo casi todos
los códigos europeos del siglo XIX, muchos de los cuales ya no
tienen vigencia, como los de Nápoles5 y de Cerdeña6 y también otros
7
que han subsistido, como los códigos civiles de Mónaco y de Holan-

5
. Código civil de Nápoles o de las Dos Sicilias: “Art. 1093.- El deudor
es constituido en mora tanto por la intimación u otro acto equivalente, como
en virtud de la convención cuando ella estableciera que el deudor caerá en
mora por el sólo transcurso del término, sin necesidad de ningún otro acto”.
6
. Código civil de Cerdeña: “Art. 1230.- El deudor es constituído en
mora tanto por intimación u otro acto equivalente, como por fuerza de la
convención que estableciese que el deudor está en mora por el transcurso del
término convencional, sin necesidad de ningún otro acto”.
7
. Código civil de Mónaco: "Art. 994.- El deudor está constituido en
mora, sea por requerimiento u otro acto auténtico equivalente, sea por efecto
de la convención cuando ella establezca que sin necesidad de requerimiento y
por la sola caducidad del término, el deudor cae en mora".
5
da8, cuyas normas reproducen casi literalmente el modelo francés;
y las mismas características tiene en América la solución consagra-
da en el antiguo código boliviano artículo 730, hoy reemplazado por
la codificación Banzer9 y en el Código de Haití10.
Siempre dentro de este sistema, que requiere la interpe-
lación para la constitución en mora -aunque con modalidades pro-
pias, pues se prevé la posibilidad de la mora "ex re" cuando de la
naturaleza y circunstancias de la obligación resulte que la época
en que debía cumplirse fue un motivo determinante-, encontramos una
serie de Códigos que tomaron como modelo el proyecto de GARCÍA
GOYENA para España11, entre los que se cuenta el viejo artículo 509

8
. Código civil de Holanda (viejo): "Art. 1273.- El deudor está
constituido en mora sea por requerimiento u otro acto equivalente, sea por
efecto de la propia convención, cuando ella establezca que el deudor cae en
mora por el solo vencimiento del tiempo fijado".
Con posterioridad a la publicación originaria de este artículo se ha
sancionado un nuevo Código que en su Libro 6, artículo 82, establece también
la necesidad de requerimiento, pero en el artículo 83 dispone que no es
menester interpelación cuando hubo plazo determinado, la obligación deriva de
un acto ilícito o el deudor ha expresado que no cumplirá la obligación.
9
. Código civil de Bolivia (viejo): "Art. 730.- El obligado se hace
moroso siempre que haya habido requerimiento por parte del acreedor u otro
acto equivalente, o cuando se ha pactado que sin necesidad de acto alguno y
por sólo el transcurso del término sea constituido en mora".
Código civil de Bolivia de 1975: "Art. 340.- Constitución en mora.- El
deudor queda constituido en mora mediante intimación o requerimiento judicial
u otro acto equivalente del acreedor.
Art. 341.- Mora sin intimación o requerimiento.- La constitución de mora
tiene efecto sin intimación o requerimiento cuando:
1) Se ha convenido en que el deudor incurre en mora por el solo
vencimiento del término.
2) La deuda proviene de hecho ilícito.
3) El deudor declara por escrito que no quiere cumplir la obligación.
4) Así lo dispone la ley en otros casos especialmente determinados".
10
. Código civil de Haití: "Art. 930 (idéntico al artículo 1139 del
Código civil francés).
11
. Proyecto de García Goyena: "Art. 1007.- Para que el obligado a
entregar una cosa incurra en mora, debe mediar requerimiento por parte del
acreedor, excepto en los casos siguientes:
1) Cuando en el contrato se haya estipulado expresamente que el
vencimiento del plazo lo produzca, sin necesidad de requerimiento.
2) Cuando de la naturaleza y circunstancias del contrato resulte que la
designación de la época en que debía entregarse la cosa fue un motivo
determinante, por parte de quien había de recibirla, para celebrarlo.
En las obligaciones recíprocas, ninguno de los contratantes incurre en
mora, si el otro no cumple o no se allana a cumplir debidamente la obligación
que le es respectiva.
Cuando hay mora, por parte de los dos contratantes, perjudica la
6
de nuestro Código; el Código civil uruguayo12; y los de España13,
Puerto Rico14; Perú15 y Guatemala16.
En lo que respecta a Cuba hasta hace pocos años su Código
civil era el propio Código español, de manera que el artículo 1100

posterior".
12
. Código civil de Uruguay: "Art. 1336.- El deudor cae en mora, sea por
interpelación judicial o intimación de la protesta de daños y perjuicios, sea
por la naturaleza de la convención, o por efecto de la misma cuando en ella
se establezca que el deudor caiga en mora por el solo vencimiento del
término".
"Art. 1341.- Los daños y perjuicios sólo se deben cuando el deudor ha
caído en mora de cumplir su obligación o cuando la cosa que se había
comprometido a dar o a hacer no podía ser dada o hecha, sino en el tiempo
determinado que ha dejado transcurrir".
13
. Código civil de España: "Art. 1100.- Incurren en mora los obligados
a entregar o hacer alguna cosa desde que el acreedor les exija judicial o
extra judicialmente el cumplimiento de su obligación.
No será, sin embargo, necesaria la intimación del acreedor para que la
mora exista:
1) Cuando la obligación o la ley lo declaren así expresamente.
2) Cuando de su naturaleza y circunstancias resulte que la designación
de la época en que había de entregarse la cosa o hacerse el servicio fue
motivo determinante para establecer la obligación.
En las obligaciones recíprocas ninguno de los obligados incurre en mora
si el otro no cumple o no se allana a cumplir debidamente la que le incumbe.
Desde que uno de los obligados cumple su obligación, empieza la mora para el
otro".
14
. Código civil de Puerto Rico: El artículo 1053 es idéntico al
artículo 1100 español.
15
. Código civil del Perú de 1936: "Art. 1253.- Incurre en mora el
obligado desde que el acreedor le exija judicial o extra judicialmente el
cumplimiento de su obligación.
Empero no será necesaria la intimación del acreedor para que la mora
exista:
1) Cuando la ley o el pacto lo declaren expresamente.
2) Cuando de su naturaleza y circunstancias resultare que la designación
de la época en que había de entregarse la cosa o hacerse el servicio, fue
motivo determinante para establecer la obligación".
16
. Código civil de Guatemala: "Art. 1428.- El deudor de una obligación
exigible se constituye en mora por la interpelación del acreedor".
"Art. 1430.- El requerimiento para constituir en mora al deudor o al
acreedor, debe ser judicial o notarial. La notificación de la demanda de pago
equivale al requerimiento".
"Art. 1431.- No es necesario el requerimiento:
1) Cuando la ley o el pacto lo declaren expresamente.
2) Cuando de la naturaleza y circunstancias de la obligación resultare
que la designación de la época en que debía cumplirse la prestación, fue
motivo determinante para que aquella se estableciera.
3) Cuando el cumplimiento de la obligación se ha imposibilitado por
culpa del deudor, o éste ha declarado que no quiere cumplirla, y
4) Cuando la obligación procede de un acto o hecho ilícito".
7
del Código civil cubano reproducía textualmente la misma norma que
ya hemos citado (ver nota 13); cuando escribimos originalmente este
trabajo no sabíamos si se habían reformado o no las leyes civiles
después de la revolución de Fidel Castro, pero ahora se ha dictado
en julio de 1987 un nuevo Código, que entró en vigencia a comienzos
de 1988, cuyo artículo 295 ha variado ligeramente la redacción,
pero en líneas generales adopta la misma solución17.
Acotemos también que en nuestro país, tanto el Antepro-
yecto de Bibiloni18, como el Proyecto de Reforma de 193619 y el Ante-
proyecto de 195420, habían creído oportuno mantener el sistema vi-

17
. Código civil de Cuba: "Art. 295.- 1. El deudor de una obligación
vencida incurre en mora desde que el acreedor le exija judicial o extra
judicialmente su cumplimiento.
2. La exigencia no es necesaria, sin embargo, cuando el día de la
ejecución se ha fijado de común acuerdo o fue motivo determinante para
establecer la obligación.
3. El deudor moroso responde de los daños y perjuicios ocasionados al
acreedor si después de estar en mora la prestación se hace imposible.
4. En las obligaciones recíprocas, ninguno de los obligados incurre en
mora si el otro no cumple o no se allana a cumplir debidamente lo que le
incumbe. Desde que uno de los obligados cumple la obligación, comienza la mora
para el otro".
18
. Anteproyecto de Bibiloni: "Art. 1020.- Para que el deudor incurra
en mora, debe mediar requerimiento judicial o extrajudicial por parte del
acreedor, excepto en los casos siguientes:
1) Cuando se haya estipulado expresamente que el mero vencimiento del
plazo lo produzca.
2) Cuando de la naturaleza y circunstancias de la obligación resulte que
la designación del tiempo en que debía cumplirse la obligación, fue un motivo
determinante por parte del acreedor.
3) Cuando la obligación proviene de delito.
4) Cuando el crédito tuviese por objeto una abstención, y el deudor
hubiera realizado un hecho contrario.
5) Cuando por ausencia u ocultación del deudor, no fuese posible el
requerimiento. En tal caso la intimación por vía de declaración, producirá los
efectos de él".
19
. Proyecto de Reforma de 1936: "Art. 572.- Para que el deudor incurra
en mora debe mediar requerimiento judicial o extrajudicial del acreedor,
excepto en los siguientes casos:
1) Cuando se hubiese estipulado expresamente que el mero vencimiento del
plazo lo produzca.
2) Siempre que por la naturaleza y circunstancias de la obligación
resulte que la designación del tiempo en que debía cumplir la obligación fue
un motivo determinante por parte del acreedor.
3) Si la obligación procediere de un acto ilícito".
20
. Anteproyecto de 1954: "Art. 860.- Para que el deudor incurra en
mora, debe mediar requerimiento judicial o extrajudicial por parte del
acreedor, excepto en los casos siguientes:
1) Cuando se haya estipulado que el mero vencimiento del plazo lo
8
gente, exigiendo como regla general la interpelación, aunque se
ampliaba la enumeración de casos de excepción, en especial para
incluir las obligaciones provenientes de actos ilícitos entre los
casos en los cuales la mora debe producirse automáticamente.

b) Regla general: interpelación. Excepción: obligaciones a


plazo.

Consideramos que deben reunirse en un segundo grupo aque-


llos códigos que, si bien es cierto que sientan como regla general
la necesidad de la interpelación, excluyen de esta exigencia las
obligaciones a plazo.
En verdad al establecer esa excepción están consagrando
-aunque sea en forma disimulada- el principio romano "dies inter-
pellat pro homine". Pertenecen a este sistema el Código civil ale-
mán21, el Código suizo de las Obligaciones22, el Código civil de

produzca.
2) Cuando de la naturaleza y circunstancias de la obligación resulte que
la designación del tiempo en que debía cumplir la obligación fue un motivo
determinante por parte del acreedor.
3) Cuando el deudor haya manifestado por escrito la decisión de no
cumplir la obligación.
4) Cuando la obligación proceda de un acto ilícito....".
21
. Código civil alemán: "Artículo 284.- Si el deudor no cumple la
prestación a requerimiento del acreedor, que se practique después de tener
lugar el vencimiento, incurre en mora por dicho requerimiento. Al
requerimiento se equipara la interposición de la demanda, así como la
notificación de un mandato de pago en el procedimiento monitorio.
Si está señalado para la prestación un tiempo según el calendario, el
deudor incurre en mora sin requerimiento si no cumple la prestación en el
tiempo señalado. Lo mismo vale si a la prestación ha de preceder un aviso y
el tiempo para la prestación está determinado de forma que ha de computarse
a partir del aviso según el calendario".
22
. Código suizo de las Obligaciones: "Art. 102.- El deudor de una
obligación exigible queda constituido en mora por la interpelación del
acreedor.
Cuando el día de la ejecución ha sido determinado de común acuerdo, o
fijado por una de las partes en virtud de un derecho que le está reservado y
por medio de una advertencia regular, el deudor cae en mora por el solo
vencimiento de ese día".
9
Panamá23; el Código italiano de 194224), el Código civil griego de
194625 y el moderno Código civil portugués de 196726.

23
. Código civil de Panamá: "Art. 985.- Incurrirán en mora los obliga-
dos a entregar alguna cosa desde que el acreedor les exija judicial o extra
judicialmente el cumplimiento de su obligación.
No será, sin embargo, necesaria la intimación del acreedor para que la
mora exista:
1) Cuando el deudor no ha cumplido la obligación dentro del término
expresamente estipulado.
2) Cuando la obligación o la ley declaren expresamente que no es
necesaria la intimación.
3) Cuando de su naturaleza y circunstancias resulte que la designación
de la época en que había de entregarse la cosa o hacerse el servicio, fue un
motivo determinante para establecer la obligación.
En las obligaciones recíprocas ninguno de los obligados incurre en mora
si el otro no cumple o no se allana a cumplir debidamente la que le incumbe.
Desde que uno de los obligados cumple su obligación, empieza la mora para el
otro."
24
. Código civil italiano: "Art. 1219.- Constitución en mora.- El deudor
queda constituido en mora mediante la intimación o requerimiento hecho por
escrito.
No es necesaria la constitución en mora:
1) Cuando la deuda deriva de hecho ilícito.
2) Cuando el deudor ha declarado por escrito no querer cumplir la
obligación.
3) Cuando ha vencido el término, si la prestación debe ser cumplida en
el domicilio del acreedor. Si el término vence después de la muerte del
deudor, los herederos no quedan constituídos en mora más que mediante
intimación o requerimiento hechos por escrito y transcurridos ocho días desde
la intimación o el requerimiento".
El viejo código italiano de 1865 también consagraba la mora "ex re" para
las obligaciones a plazo, en su art. 1223.
25
. Código civil de Grecia: "Art. 340.- Mora del deudor.- El deudor de
una prestación exigible queda constituido en mora por la interpelación del
acreedor, por vía judicial o extrajudicial".
"Art. 341.- Plazo fijo.- Si se ha convenido un día determinado para la
ejecución de la prestación, el deudor queda constituido en mora por el solo
vencimiento del plazo".
Si se ha fijado para la ejecución de la prestación un plazo determinado
a partir del requerimiento, el deudor queda constituido en mora cuando,
después de efectuado el requerimiento, el plazo ha expirado".
"Art. 342.- El deudor no queda constituido en mora si el retardo en el
cumplimiento de la prestación se debe a circunstancias de las que él no es
responsable".
26
. Código civil de Portugal: Art. 805.- Momento de la constitución en
mora.- 1. El deudor queda constituido en mora después de haber sido
interpelado judicial o extrajudicialmente.
2. Hay, sin embargo, mora del deudor sin necesidad de interpelación: a)
Si la obligación tuviere plazo cierto; b) si la obligación proviniere de hecho
ilícito; c) si el propio deudor impidiese la interpelación, considerándoselo
interpelado, en este caso, en la fecha en que normalmente lo habría sido.
3. Si el crédito fuese ilíquido no hay mora mientras no se hiciese
líquido, salvo si la falta de liquidez fuese imputable al deudor".
10

c) Mora "ex re".

Finalmente, encontramos una cantidad de códigos que con-


sagran como primera regla la mora automática, para la hipótesis de
las obligaciones a plazo; es decir el principio romano, del que se
había apartado el Código civil francés.
Ya en el siglo XIX encontramos en América el Código de
Chile27, que permaneció fiel en este punto a la solución que preco-
nizaban el Derecho Romano y las Leyes de Partida. Como la obra de
BELLO sirvió de modelo a los cuerpos legales que sancionaron muchas
repúblicas americanas, veremos que la norma consagrada en su ar-
tículo 1551 ha sido reproducida literalmente en los códigos de
Colombia28, El Salvador29, Ecuador30, y Honduras31.
El mismo temperamento, es decir la consagración de la
mora "ex re", han adoptado en el siglo XX los legisladores brasile-

27
. Código civil de Chile: "Art. 1551.- El deudor está en mora:
1) Cuando no ha cumplido la obligación dentro del término estipulado,
salvo que la ley en casos especiales exija que se requiera al deudor para
constituirlo en mora.
2) Cuando la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino dentro de
cierto espacio de tiempo, y el deudor lo ha dejado pasar sin darla o
ejecutarla.
3) En los demás casos, cuando el deudor ha sido judicialmente
reconvenido por el acreedor".
28
. Código civil de Colombia, artículo 1608.
29
. Código civil de El Salvador, art. 1422.
30
. Código civil del Ecuador, art. 1541.
31
. Código civil de Honduras, art. 1525.
11
ño32, mejicano33, y venezolano34, como así también los modernos códi-
gos de los países de la Europa del Este, que pertenecen al llamado
sistema socialista de derecho35, entre los que podemos citar el

32
. Código civil del Brasil (viejo): "Art. 960.- El incumplimiento de
la obligación, positiva y líquida, en su término, constituye en mora de pleno
derecho al deudor.
No habiendo plazo designado, comienza la mora desde la interpelación,
notificación o protesto".
Código de 2003: “Art. 397.- El incumplimiento de la obligación, positiva
y líquida, en su término, constituye de pleno derecho en mora al deudor.
No habiendo plazo designado la mora se constituye mediante interpelación
judicial o extrajudicial”.
33
. Código civil de Méjico (Federal): "Art. 2104.- El que estuviere
obligado a prestar un hecho y dejare de prestarlo o no lo prestare conforme
a lo convenido, será responsable de los daños y perjuicios en los términos
siguientes:
I. Si la obligación fuere a plazo, comenzará la responsabilidad desde
el vencimiento de éste.
II.- Si la obligación no dependiere de plazo, se observará lo dispuesto
en la parte final del artículo 2080.
El que contraviniere una obligación de no hacer, pagará daños y
perjuicios por el solo hecho de la contravención".
"Art. 2105.- En las obligaciones de dar que tengan plazo fijo, se
observará lo dispuesto en la fracción I del artículo anterior.
Si no tuvieren plazo cierto, se aplicará lo prevenido en el artículo
2080, primera parte".
"Art. 2080.- Si no se ha fijado el tiempo en que debe hacerse el pago
y se trata de obligaciones de dar, no podrá el acreedor exigirlo, sino después
de los 30 días siguientes a la interpelación que se haga, ya judicialmente,
ya en lo extrajudicial, ante un notario o ante dos testigos.
Tratándose de obligaciones de hacer, el pago debe efectuarse cuando lo
exija el acreedor, siempre que haya transcurrido el tiempo necesario para el
cumplimiento de la obligación".
34
. Código civil de Venezuela: "Art. 1629.- Si la obligación es de dar
o hacer, el deudor se constituye en mora por el solo vencimiento del plazo
establecido en la convención.
Si el plazo vence después de la muerte del deudor, el heredero no
quedará constituído en mora, sino por un requerimiento u otro acto
equivalente; y, únicamente ocho días después del requerimiento.
Si no se establece ningún plazo en la convención, el deudor no quedará
constituído en mora sino por un requerimiento u otro acto equivalente".
35
. Se trataba de Códigos “modernos” a la fecha de redacción de este
trabajo. Hoy esos países han abandonado el sistema socialista pero, de acuerdo
a los datos que poseemos, en materia de obligaciones se han mantenido las
normas que mencionamos.
12
código húngaro de 195936 y el Código polaco de 196437. Es también el
sistema que ha adoptado nuestro legislador en la reforma introduci-
da por la ley 17.711.
Los estudios de derecho comparado no tienen ningún signi-
ficado si se limitan a la mera reproducción de textos legales, sin
ningún orden. No es tampoco suficiente el haberlos agrupado, dis-
tinguiendo los sistemas imperantes en la actualidad, sino que es
menester sacar de ello algunas conclusiones.
El examen efectuado pareciera indicar el predominio del
principio de la mora automática, en lo que se refiere a las obliga-
ciones a plazo, aunque la lectura de las normas vigentes permite
apreciar la existencia de algunos matices diferenciales de interés,
que tienden a prevenir problemas que pueden presentarse, si se hace
una aplicación absoluta de la regla.
Vemos, entonces, que varios códigos especifican que la
mora automática sólo se producirá cuando se trate de obligaciones
de plazo "cierto" (Portugal, Alemania, Grecia, Méjico), o cuando el
cumplimiento debía efectuarse en el domicilio del acreedor (Ita-
lia), o consideran que no hay mora cuando el deudor no es responsa-
ble del incumplimiento (Grecia y Polonia).
Por otra parte, se advierte que la regla general que
establece la mora "ex re" para las obligaciones a plazo es insufi-
ciente, ya que hay hipótesis de obligaciones que no son a plazo, en
las cuales también debería producirse la mora en forma automática,
y muchos cuerpos legales consideran conveniente incluir reglas que
contemplen hipótesis tales como las obligaciones provenientes de

36
. Código civil de Hungría: "Art. 298.- El deudor está en mora:
a) Cuando el plazo de ejecución estipulado en el contrato, o que resulta
de manera indudable del destino de la prestación, ha transcurrido sin
resultado;
b) En los otros casos, cuando el deudor no cumple su obligación pese al
requerimiento del acreedor".
37
. Código civil de Polonia: "Art. 476.- El deudor cae en mora si no
cumple la prestación en el plazo fijado, o si no hay plazo fijado, cuando no
efectúa la prestación inmediatamente después de haberle sido requerido su
cumplimiento.
Estas reglas no se aplican cuando la mora en el cumplimiento se debe a
circunstancias de las que el deudor no sea responsable".
13
los hechos ilícitos (Italia, Guatemala, Portugal y en Argentina el
Anteproyecto de Bibiloni, el Proyecto de 1936 y el Anteproyecto de
1954), o el incumplimiento de las obligaciones de no hacer (Méjico,
artículo 2104, ap. II; Brasil, artículo 961, norma que se inspira
en el artículo 1072 del Esboço de Freitas; y en nuestro país el
Anteproyecto de Bibiloni)38.
Pensamos que estos aportes del derecho comparado deben
ser tenidos en cuenta al efectuar el análisis de normas que consa-
gran un sistema de mora "ex re", como lo hace el nuevo Código para-
guayo.
Observemos, además, que dentro de los códigos que han
optado por el principio de la mora automática para las obligaciones
a plazo, existe una diferencia de técnica, que es la que nos ha
permitido distinguir dos sistemas: unos consagran como norma gene-
ral la necesidad de la interpelación y luego regulan una serie de
excepciones entre las cuales merece especial mención la hipótesis
de las obligaciones a plazo. Otros, en cambio, exponen directamente
el principio de la mora "ex re".
La técnica que pareciera predominar entre los más moder-
nos códigos occidentales es la que consagra como regla general la
necesidad de la interpelación, enumerando luego taxativamente las
hipótesis de excepción, corriente a la que se afilian el Código
alemán de 1900, el italiano de 1942, el griego de 1946 y el portu-
gués de 1967. Muchos civilistas se preguntan: ¿por qué no ha proce-
dido de la misma manera la Reforma? En tal sentido hemos tenido
oportunidad de escuchar críticas, considerando que constituye una
falla técnica el no haber asentado, al igual que en los códigos
mencionados, la regla general de la interpelación, y la mora "ex
re" como excepción.
Pero, si estudiamos a fondo las normas de esos cuerpos
legales, debemos llegar a la conclusión de que las excepciones son

38
. Hoy debemos decir que en el nuevo Código de Brasil, en vigencia
desde enero de 2003, ha desaparecido esa norma, y no hay previsión alguna
relativa a la mora en las obligaciones de no hacer.
14
tan importantes y numerosas que ¡la verdadera regla la constituye
la mora automática!
Podríamos formularnos, entonces, otra pregunta: ¿es téc-
nicamente correcto establecer como regla general un principio que
tiene más excepciones que casos de aplicación? Y, si se encuentra
como primera excepción a las obligaciones a plazo: ¿subsiste real-
mente como regla general el principio de la mora "ex persona", o
readquiere plena vigencia la máxima "dies interpellat pro homine"?
En realidad nos parece que aunque esos Códigos establez-
can como principio la necesidad de interpelación, en la práctica la
regla se ha invertido, ¡y esto también podría ser considerado como
un defecto de técnica legislativa!
Por eso no criticamos el nuevo artículo 509, que se ha
abstenido de consagrar expresamente una regla general, limitándose
a clasificar las obligaciones según tengan o no plazo, ya que las
soluciones que ha adoptado vienen a coincidir, en el fondo, con las
que prevalecen en casi todas las legislaciones, donde no se exige
la interpelación en la hipótesis de las obligaciones a plazo.

III.- Mora del deudor. Elementos.

Tradicionalmente nuestra doctrina ha sostenido que para


que existiese mora debían reunirse tres requisitos, dos de ellos
enunciados expresamente en el artículo 509: retardo e interpela-
ción, y el otro que surgía de la sistemática del Código, la culpa39.
Sin embargo, pese a esta coincidencia casi total, algún tratadista
como BORDA ha expresado que el concepto de mora es puramente obje-

39
. Eduardo B. BUSSO, obra citada, T. 3, art. 509, Nº 11 a 21, p. 275
y siguientes; Alfredo COLMO, obra citada, Nº 95: "... nuestra mora supone
imputabilidad y, de consiguiente, culpa"; Pedro LEÓN, "Apuntes de clase",
versiones taquigráficas, año 1962, p. 190 a 192; Héctor LAFAILLE, obra citada,
T. 1, Nºº 159 a 164, p. 158 y ss. y en especial Nº 164, p. 163; Jorge J.
LLAMBÍAS, obra citada, T. 1, Nº 93 y 143, y para el acreedor Nº 145; Luis M.
REZZÓNICO, obra citada, p. 127; Raymundo M. SALVAT, obra citada, T. 1, Nº 87,
p. 103.
15
tivo, y se configura con prescindencia de la culpa del deudor, por
solo el retardo y la interpelación40.
La reforma ha aclarado los conceptos en este punto, de-
jando perfectamente establecido que la culpa es uno de los elemen-
tos que integran la mora, ya que permite al deudor eximirse de
responsabilidad si prueba que el retardo no le es imputable. Expre-
sa textualmente el último párrafo del nuevo artículo:

"Para eximirse de las responsabilidades derivadas de la


mora, el deudor deberá probar que no le es imputable".

Se reconoce de esta manera la razón que inspiraba a la


doctrina mayoritaria a sostener que la imputabilidad es uno de los
elementos constitutivos de la mora.
La interpelación, en cambio, ha dejado de ser un elemento
normal, desde el momento que se establece que la mora se producirá
automáticamente por el solo vencimiento del plazo. Sin embargo es
conveniente hacer notar que constituye un elemento adicional, aun
en el caso de las obligaciones a plazo, si se desea que la mora
tenga efecto interruptivo de la prescripción; para lograr este
objetivo no bastará la mora "ex re", ni tan siquiera una simple
interpelación, sino que el requerimiento deberá efectuarse por acto
auténtico, como lo dispone el párrafo que se ha agregado al artícu-
lo 3986:

" ... La prescripción liberatoria también se interrumpe,


por una sola vez, por la constitución en mora del deudor,
efectuada en forma auténtica ...".

En resumen, en el nuevo régimen los elementos de la mora


son dos: retardo y culpa. La interpelación constituye un requisito

40
. Guillermo A. BORDA: "Tratado de Derecho civil - Obligaciones", 2ª
ed., Perrot, Buenos Aires, 1967, T. I, Nº 55, p. 51: "Los elementos normales
de la mora son dos: a) el retardo del deudor en el cumplimiento puntual; b)
la interpelación del acreedor, exigiendo el cumplimiento; es lo que se llama
la constitución en mora"; y "Manual..." Nº 70, p. 51.
16
adicional cuando se trata de obligaciones a plazo y también -con
las exigencias formales establecidas en el artículo 3986- será
siempre necesaria, en cualquier tipo de obligaciones, si se desea
lograr la interrupción de la prescripción.

IV- El nuevo artículo 509 y la clasificación de los plazos.

Nos parece conveniente realizar una comparación previa


entre el artículo 509 del Código de Vélez, que todos conocemos, y
la nueva norma.

Código de Vélez Nuevo art. 509

Para que el deudor incu- EN LAS OBLIGACIONES A PLAZO


rra en mora debe mediar reque- LA MORA SE PRODUCE POR SU SOLO
rimiento judicial o extraju- VENCIMIENTO.
dicial por parte del acreedor, SI EL PLAZO NO ESTUVIERE EXPRE-
excepto en los casos siguientes: SAMENTE CONVENIDO, PERO RESULTA-
1) Cuando se haya estipulado RE TÁCITAMENTE DE LA NATURALEZA
expresamente que el mero ven- Y CIRCUNSTANCIAS DE LA OBLIGA-
cimiento del plazo la produzca. CIÓN EL ACREEDOR DEBERÁ INTERPE
LAR AL DEUDOR PARA CONSTITUIRLO
EN MORA.
2) Cuando de la naturaleza y SI NO TUVIERE PLAZO, EL JUEZ,
circunstancias de la obligación A PEDIDO DE PARTE, LO FIJARÁ EN
resulte que la designación del PROCEDIMIENTO SUMARIO, A MENOS
tiempo en que debía cumplirse QUE EL ACREEDOR OPTE POR ACUMULAR
la obligación, fue un motivo
determinante por parte del
acreedor. LAS ACCIONES DE FIJACIÓN DE PLAZO
Y DE CUMPLIMIENTO, EN CUYO CASO EL
DEUDOR QUEDARÁ CONSTITUIDO EN
17
MORA EN LA FECHA INDICADA EN LA
SENTENCIA PARA EL CUMPLIMIENTO DE
LA OBLIGACIÓN.
PARA EXIMIRSE DE LAS RESPONSA-
BILIDADES DERIVADAS DE LA MORA, EL
DEUDOR DEBERÁ PROBAR QUE NO LE ES
IMPUTABLE.

Como ya lo hemos expresado al referirnos a los elementos


de la mora, lo primero que salta a la vista es que se ha suprimido
la necesidad de la interpelación. Surge tácitamente, de la redac-
ción del nuevo artículo, que el principio se ha invertido y que la
nueva regla será la existencia de la mora automática, para las
obligaciones a plazo, con las excepciones que se asientan en los
párrafos siguientes.
Aunque aceptamos que otros puedan pensar de manera dis-
tinta, entendemos que el retorno al principio "dies interpellat pro
41
homine", constituye un verdadero acierto ; podemos discrepar en
detalles -vinculados con la redacción de la norma o con la omisión
de algunas previsiones- pero no es menos cierto que cualquiera
fuese la redacción que se le hubiese dado, jamás habría conformado
a todos los juristas. Procuraremos, pues, que nuestro análisis
tenga la mayor objetividad posible.
Resulta claro que el legislador ha pretendido clasificar
todas las obligaciones según exista o no exista un plazo para su
cumplimiento y como la división que efectúa no coincide exactamente
con la clasificación de los plazos que tradicionalmente ha realiza-
do la doctrina, es menester tratar de desentrañar cuáles son las
distintas categorías que establece, de acuerdo a los términos que
ha empleado. Las hipótesis que se plantean son tres:
a) Obligaciones a plazo.

41
. Conf. Guillermo A. BORDA: "Manual...", Nº 71, p. 51 y "Tratado..."
Nº 52, p. 56.
18
b) Obligaciones en las que no se ha fijado plazo (pero que son
exigibles a partir de cierto momento, y ello resulta de las carac-
terísticas mismas de la obligación).
c) Obligaciones sin plazo (hipótesis en las que debe recurrir-
se al juez pidiendo la fijación de un plazo para su cumplimiento).
Estudiaremos por separado estos casos y procuraremos
ilustrar con ejemplos qué obligaciones están comprendidas dentro de
cada uno de ellos.

V.- Obligaciones a plazo.

Si nos atenemos a la terminología empleada por la doctri-


na en materia de plazos, veremos que hay dos tipos de "obligaciones
a plazo", aquellas en las cuales se lo ha fijado con relación a un
día, mes y año, o con respecto a otra fecha cierta (artículo 567);
y aquellas otras en las cuales se ha fijado el plazo para terminar
el día en que se produzca un hecho futuro, que necesariamente ha de
suceder, aunque no se sabe cuando acaecerá (artículo 568). Así
interpretada, la locución "obligaciones a plazo" que emplea la
reforma, al integrarse en la sistemática de nuestro Código, ha de
comprender tanto los casos de "plazo cierto", como los de "plazo
incierto"42, pues en ambos casos hay un plazo fijado y no puede
pensarse jamás en solicitar al juez su determinación, ni en exigir
la ejecución de la prestación antes del cumplimiento del plazo.
Ilustraremos con ejemplos ambas hipótesis:

42
. Aclaremos, de paso, que en muchas oportunidades los tribunales
argentinos, incluso la Suprema Corte, han confundido el "plazo incierto", que
es un plazo fijado por las partes, con el "plazo indeterminado", que puede y
debe ser fijado por el juez; ver, por ejemplo, L.L. 57-120; 88-537; J.A., 35-
636: 1956-I-223; y E.D., 31 octubre 1967, p. 6.
Los propios autores incurren en vacilaciones: verbigracia REZZÓNICO,
especifica bien que en el plazo incierto el hecho futuro es necesario (obra
citada, p. 558); pero luego coloca las obligaciones a mejor fortuna entre las
de plazo incierto (obra citada, p. 561 y nota 44), para -finalmente-
retornar a la denominación correcta y expresar que en ese caso estamos frente
a un plazo indeterminado (obra citada, p. 563) y que " ... en esos casos, de
plazo indeterminado su fijación corresponde a los jueces", lo que constituye,
a nuestro entender, la buena doctrina.
19
a) Hay plazo "cierto" cuando estipulamos que la obligación
debe cumplirse el día 15 de agosto de 1968 (se ha fijado día, mes
y año); o la Navidad del año en curso (que también es una fecha
cierta: 25 de diciembre de 1968); o a 30 días de la fecha...
b) La obligación tiene plazo "incierto" cuando el deudor se ha
comprometido a pagar una suma de dinero el día en que muera Fulano;
o el día de la primera lluvia a partir de la fecha. Se trata de
acontecimientos que forzosamente han de ocurrir (por eso constitu-
yen un plazo, y no una condición), pero no sabemos cuando sobreven-
drán (por eso el plazo es incierto).
El plazo ha sido claramente fijado por las partes, y no
se concibe que recurran al juez pidiendo que éste determine otro
distinto, sino que deberán esperar que el acontecimiento se produz-
ca y recién en ese momento la obligación será exigible.
De acuerdo a lo previsto en el nuevo artículo 509 la mora
se producirá automáticamente en ambas hipótesis, aunque quizás no
sea ésta la solución más acertada.
Ya hemos visto que en el Derecho Comparado hay varios
ordenamientos jurídicos que limitan la mora automática a los casos
de plazo "cierto", y ello se debe a que las exigencias no pueden
ser iguales cuando el deudor conoce con exactitud el momento en que
ha de vencer la obligación, y sin embargo no cumple, que cuando se
encuentra frente a un plazo incierto, que puede sobrevenir repenti-
namente, y por esa misma razón le resulta difícil el cumplimiento
inmediato.
Pensamos que la mora "ex re" debía haberse limitado a las
obligaciones de plazo "cierto"; pero el texto legal es terminante,
y engloba ambas hipótesis.

VI.- Obligaciones en las que no se ha fijado plazo (la exigibilidad


surge de la naturaleza y circunstancias de la obligación).

El segundo párrafo del actual artículo 509 expresa que


"si el plazo no estuviere expresamente convenido, pero resultare
20
tácitamente de la naturaleza y circunstancias de la obligación, el
acreedor deberá interpelar al deudor para constituirlo en mora".
Debemos confesar que al leer por primera vez este dispo-
sitivo legal, y compararlo con el inciso 2 de la norma consagrada
por Vélez Sársfield, pensamos que se había cometido un desatino.
Aceptábamos la sustitución del principio de la mora "ex
persona" por la mora "ex re", pero nos parecía totalmente incorrec-
to que por el simple deseo de reformar se trastrocase todo el régi-
men y que, mientras por un lado se suprimía la interpelación para
las obligaciones a plazo, por otro se estableciese ese requisito
precisamente para las hipótesis en las cuales el Código lo había
considerado innecesario.
En realidad habíamos equivocado el enfoque, porque el
parecido de la locución empleada en ambas normas ("la naturaleza y
circunstancias de la obligación") nos había llevado inconsciente-
mente a asimilar dos supuestos de hecho que son totalmente diferen-
tes.
El empleo del mismo giro evocaba en nuestra memoria con-
ceptos que habíamos utilizado durante largos años y recordábamos
los numerosos ejemplos de obligaciones en las cuales, por su natu-
raleza y circunstancias, el plazo designado era esencial, y la
falta de cumplimiento dentro de este término "provocaba automática-
mente" la mora del deudor. Doctrina43 y jurisprudencia44 nos sumi-
nistraban una cantidad de ejemplos; verbigracia, el caso del con-

43
. ver Alfredo COLMO: "Obligaciones", 3ª ed., Abeledo - Perrot, Buenos
Aires, 1961, Nº 94, p. 74; Guillermo A. BORDA: "Tratado ...", Nº 65, p. 69 y
"Manual ...", Nº 74, p. 53; Eduardo B. BUSSO: "Código civil anotado", Ediar,
Buenos Aires, 1949, T. III, art. 509, Nº 97 a 115, p. 266 a 268; Héctor
LAFAILLE: "Tratado de las obligaciones", Ediar, Buenos Aires, 1947, T. I, Nº
163, p. 161; Pedro LEÓN, obra citada, p. 195; Jorge Joaquín LLAMBÍAS: "Tratado
de Derecho Civil - Obligaciones", ed. Perrot, Buenos Aires, 1961, T. I, Nº
124, p. 138; Luis M. REZZÓNICO: Obra citada, p. 134 y 135; Raymundo M. SALVAT:
"Tratado de Derecho civil - Obligaciones" (actualizado por Enrique V. Galli),
6ª ed., Tea, Buenos Aires, 1952, Nº 100 y 101, p. 111 y ss.
44
. J.A., t. 1, p. 698 (adquisición de materiales por empresarios);
J.A., t. 74, p. 375 (contrato de transporte); J.A., t. 23, p. 332 (devolución
de un préstamo con el cual debía satisfacerse a los acreedores del concurso);
J.A., T. 61, p. 603 (restitución de una bodega para la fecha de iniciación de
la nueva cosecha); E.D., T. 7, p. 675 (ejecución artística en fecha
determinada).
21
trato de transporte, especialmente cuando la mercadería es perece-
dera; o la carga que debe efectuarse en un buque antes que el navío
zarpe; o la orquesta que se contrata para los días de carnaval; o
el pago estipulado por semestre adelantado, para el primer día del
semestre45, etc., etc.
Evidentemente en estos casos no podía, ni puede exigirse
la interpelación para constituir en mora al deudor, ya que "después
de transcurrido el plazo" no cabe la posibilidad de cumplimiento.
Pero, ¿es que acaso el segundo párrafo del artículo 509
reformado se refiere a esas situaciones, como se ha sostenido por
algunos y también llegamos a pensar nosotros en un primer momento?
Enfáticamente debemos responder con una negativa.
Cuando Vélez Sársfield hablaba en el Código de "la desig-
nación del tiempo en que debía cumplirse la obligación", estaba
refiriéndose claramente a obligaciones que tenían un plazo fijado,
y ese plazo era tan importante -de acuerdo a las características
y naturaleza de la obligación- que resultaba esencial y su venci-
miento provocaba la "mora automática" o, mejor dicho, el "incumpli-
miento definitivo".
Quizás sea conveniente insistir un poco sobre este parti-
cular; si analizamos las hipótesis enumeradas por la doctrina y
jurisprudencia como casos de mora "ex re" -correspondientes al
inciso 2 del artículo 509 del código- veremos que siempre hay un
plazo fijado. En la actualidad, con el nuevo régimen de la mora, se
aplicará en estos casos el primer párrafo del artículo 509 y tam-
bién la mora se producirá automáticamente, por tratarse de obliga-
ciones a plazo.
En realidad, como lo han señalado diversos autores nacio-
nales y extranjeros, ni siquiera se trata de verdaderas hipótesis

45
. Las resoluciones de los tribunales argentinos, interpretando el
Código de Vélez, han sido numerosas y coincidentes. Compartimos, sin embargo,
la opinión de COLMO (obra citada, p. 73), que no considera que en tales
hipótesis haya "mora ex re". En cambio esos fallos han sido defendidos por
Leonidas Anastasi en un trabajo titulado "La interpelación como requisito de
la mora", publicado en J.A., T. 1, p. 398 y reproducido en J.A. 1959-VI, p.
631, nota 2.
22
de mora, pues aquí no hay un simple retardo sino que, como el plazo
era esencial, el cumplimiento fuera de término resulta imposible
(cargar el buque después que zarpó, animar los bailes de Carnaval
después de terminadas las fiestas, etc.), y por tanto nos hallare-
mos frente a casos de incumplimiento, no de mora.
En cambio el segundo párrafo del artículo 509 reformado
se refiere a obligaciones que no tienen plazo expresamente conveni-
do, aunque de la naturaleza y circunstancias de la obligación re-
sulte que serán exigibles a partir de cierta época: en tal caso la
mora se logrará por medio de la interpelación.
Está bien claro que se trata de dos situaciones totalmen-
te distintas y perfectamente diferenciables.
Para comprender bien el funcionamiento del dispositivo
quizás sea conveniente brindar algunos ejemplos de obligaciones en
las cuales no se ha fijado plazo, sino que bastará la interpelación
extrajudicial para constituir en mora al deudor, y procuraremos
extraer ejemplos del propio Código.

a) Comodato

Una persona presta un libro, sea una novela, sea un libro


de estudio y no fija plazo para la devolución. ¿Será necesario
recurrir al juez para la fijación de un plazo para la restitución,
o bastará la simple interpelación para constituir en mora al deu-
dor? Creemos que de las circunstancias y naturaleza de la obliga-
ción surge el deber de restituir el libro dentro de ciertos plazos:
en el caso de la novela, luego del tiempo que normalmente se emplea
en leer un libro de esa naturaleza; en la hipótesis del libro de
texto, después que el joven estudiante haya preparado la asignatura
en la que debía examinarse.
Transcurridos esos plazos la obligación se hace exigible
y el comodatario podrá reclamar la restitución del libro, y si no
se lo devolviesen le bastará con la interpelación extrajudicial
para constituir en mora al deudor. Tiene aquí plena aplicación el
artículo 2271 que establece que cesa el comodato cuando no se ha
23
fijado plazo, "por haberse terminado el servicio para el cual la
cosa fue prestada".
Más aún, en materia de comodato la naturaleza misma del
contrato, que es un préstamo gratuito, autoriza al comodante a
solicitar la devolución en cualquier momento -aún antes de los
plazos convenidos- si por circunstancias imprevistas y urgentes
tuviese necesidad de la cosa (artículo 2284), y aquí también se
podrá constituir en mora al deudor por vía de la interpelación
extrajudicial.

b) Depósito; donación; mandato.

1) También la naturaleza del contrato de depósito hace


que la obligación de restituir la cosa pueda exigirse en cualquier
época, aún antes de los plazos designados, si los hubiese (artículo
2217); con mayor razón si no hubiese un plazo expresamente conveni-
do, el depositante podrá reclamar la devolución de la cosa en cual-
quier momento, y si el depositario se negara a hacerlo, lo consti-
tuirá en mora por medio de la interpelación.

2) Efectuada y aceptada una donación, el donante tiene la


obligación de entregar la cosa al donatario, y si no cumpliese con
el requisito de la tradición, indispensable para que se transmita
el derecho real de propiedad, el donatario podrá constituirlo en
mora, y desde ese momento el donante deberá la cosa y los frutos
que ella produzca como si fuera un poseedor de mala fe (artículo
1833).

3) Si en virtud del contrato de mandato el mandatario ha


cobrado algunas sumas por cuenta de su mandante, la naturaleza
misma del contrato impone la obligación de que se las entregue sin
dilación en el momento en que le sean reclamadas (artículo 1913 in
fine), y si no lo hiciera entendemos que procede la constitución en
mora mediante la interpelación.
24
Puede ocurrir también que el mandatario haya efectuado
gastos de su propio peculio para cumplir el mandato; en tal caso
podrá reclamar a su mandante en cualquier momento la restitución de
esos desembolsos o adelantos que hubiese realizado (artículos 1949
y 1955), regla que también es aplicable cuando el mandato ha con-
sistido en el pago de deudas de juego (artículo 2061).
Hemos procurado de esta manera brindar una serie de ejem-
plos, tomados del propio código, de aplicación del segundo párrafo
del nuevo artículo 509, sin que la enumeración sea de ninguna mane-
ra taxativa.
En todos los casos que hemos analizado la naturaleza
misma del contrato, y las circunstancias que lo rodean, hacen exi-
gible la obligación y permiten que el acreedor constituya en mora
al deudor por medio de la interpelación.

VII.- Obligaciones sin plazo (o plazo indeterminado).

El tercer párrafo del nuevo artículo contempla la hipóte-


sis de las obligaciones que, de acuerdo al lenguaje de la reforma,
carecen de plazo, y arbitra como solución que el juez lo fije, a
pedido de parte.
La denominación empleada para caracterizar estas obliga-
ciones puede originar algunas dificultades interpretativas y moti-
var una confusión con respecto al grupo anterior. En realidad co-
rresponden a las obligaciones que el Código denominaba de "plazo
indeterminado"; aquí la exigibilidad de la prestación no va a sur-
gir de las circunstancias y naturaleza de la obligación, sino que
será menester recurrir al juez para que éste fije un plazo de cum-
plimiento.
Y decimos que puede acarrear confusiones, no porque el
legislador haya procedido desacertadamente al distinguir las dife-
rentes hipótesis, sino porque nuestro esquema mental no está ade-
cuado a los nuevos términos y podemos caer fácilmente en el error.
La distinción trazada nos parece lógica, pues el supuesto
que estudiamos anteriormente se refiere a obligaciones en las cua-
25
les aunque las partes no han fijado plazo, surge tácitamente que
serán exigibles a partir de cierto momento. En la hipótesis que
ahora estudiamos, en cambio, no existen elementos de juicio sufi-
cientes, sea porque las partes no han fijado ningún plazo, sea
porque han hecho referencia a acontecimientos que no es forzoso que
sucedan. Veamos ejemplos de los dos tipos de situaciones que pueden
presentarse.

a) No se fijó ningún plazo (ej. locación de obra; obligacio-


nes de dar sumas de dinero).

Si las partes no han determinado ningún plazo para el


cumplimiento de la locación de obra, la naturaleza del contrato no
permite determinar cuál es el momento en que debe cumplirse la
prestación; por eso será menester acudir ante la justicia para que
se fije un plazo, como lo manifiesta el artículo 1635, cuando dice:

"A falta de ajuste sobre el tiempo en que debe ser con-


cluída la obra, entiéndese que el empresario debe concluirla
en el tiempo razonablemente necesario, según la calidad de la
obra, pudiendo en tal caso el locatario exigir que este tiempo
se designe por el juez".

También encontramos en el Código el artículo 618, en el


capítulo de las obligaciones de dar sumas de dinero, que dispone:

"Si no estuviere determinado en el acto por el que se ha


constituído la obligación, el día en que deba hacerse la en-
trega del dinero, el juez señalará el tiempo en que el deudor
deba hacerlo...".

b) Se fijó como plazo un acontecimiento no forzoso (ej. obli-


gaciones "a mejor fortuna".
26
Las partes han tomado en cuenta un acontecimiento futuro,
no necesario, como ser la posibilidad de que el deudor pague cuando
mejore de fortuna. Por excepción este hecho no necesario, no cons-
tituye una condición, ni se supedita a ese acontecimiento la exis-
tencia misma de la obligación, que deberá cumplirse en algún momen-
to. Sin embargo, como no hay elementos de juicio suficientes para
determinar desde qué instante la obligación será exigible, el
acreedor tendrá que recurrir al juez para pedir que fije el plazo.
Entre los casos de aplicación de las previsiones conteni-
das en esta parte del artículo 509 se encuentran -como hemos
dicho- las obligaciones a las que se refieren los artículos 620 y
752, que disponen:

"Art. 620.- Si la obligación autorizare al deudor para


satisfacerla cuando pudiese, o tuviese medios para hacerlo,
los jueces a instancia de parte, designarán el tiempo en que
deba hacerlo".

"Art. 752.- Si por el acto de la obligación se autorizase


al deudor para hacer el pago cuando pudiese o tuviese medios
de hacerlo, se observará lo dispuesto en el artículo 620".

Creemos innecesario reproducir aquí las múltiples hipóte-


sis en que nuestros tribunales han hecho aplicación de estas nor-
mas, como ser cuando el acreedor se compromete a pagar cuando con-
siga un crédito hipotecario, o a restituir unos vehículos de trans-
porte cuando cierta empresa importadora le haga entrega de unidades
similares que había encargado, etc. Reiteramos, sí, lo manifestado
anteriormente (ver nota 42): con frecuencia algunos autores y mu-
chos fallos judiciales han expresado incorrectamente que en estas
obligaciones hay plazo incierto, cuando en verdad se trata de un
plazo indeterminado.
El plazo incierto es un plazo fijado por las partes y
sería totalmente arbitrario pretender que el juez pueda modificar-
lo.
27

En el plazo indeterminado no hay plazo, porque las partes


no lo han fijado en absoluto, o porque se equivocaron al tomar en
consideración un hecho que no debía ocurrir forzosamente, pero como
la obligación realmente existe, y debe cumplirse, corresponde a los
tribunales determinar desde qué momento será exigible.

c) Acciones concedidas al acreedor.

Dice el tercer párrafo del artículo 509:

"Si no tuviere plazo, el juez, a pedido de parte, lo


fijará en procedimiento sumario, a menos que el acreedor opte
por acumular las acciones de fijación de plazo y de cumpli-
miento, en cuyo caso el deudor quedará constituído en mora en
la fecha indicada en la sentencia para el cumplimiento de la
obligación".

La reforma dispone que el trámite sea sumario, pero no se


detiene allí, sino que -con muy buen criterio- arbitra otra solu-
ción, permitiendo acumular la acción de cumplimiento con la de
fijación de plazo, para evitar dos procesos y agilizar de esa mane-
ra el trámite judicial.
En tal caso el acreedor podrá reclamar, juntamente con la
fijación de un plazo, el cumplimiento de la obligación, y luego de
probarse en el juicio la existencia, monto y exigibilidad de la
prestación, el juez en su sentencia condenará al deudor a pagar la
obligación y, al mismo tiempo, fijará un plazo para su cumplimien-
to.
A partir de ese momento tendremos ya una obligación a
plazo fijo y determinado, y también una sentencia judicial que
ordena su cumplimiento; si el deudor no cumple en el tiempo fijado,
caerá automáticamente en mora y, además, podrá iniciarse sin más
trámite la ejecución de la sentencia.
Se evita de esta forma un doble litigio, y en el mismo
pleito se logra el reconocimiento de la obligación, la sentencia
28
que manda pagarla, y la fijación del plazo que hará caer en mora
automáticamente, en caso de incumplimiento.
En este aspecto la norma es merecedora de elogios, pues
ahorra desgastes jurisdiccionales inútiles.

VIII.- Problemas no considerados en la reforma.

Pensamos que hubiera sido conveniente contemplar algunos


aspectos que el legislador ha dejado de lado y que, sin embargo,
han originado preocupación. Brevemente señalaremos algunos de
ellos.

a) Actos ilícitos.

Casi desde la sanción del Código preocupó a nuestros


autores y a los jueces el problema de las obligaciones derivadas de
los actos ilícitos. ¿Era menester que se interpelase al deudor para
constituirlo en mora y que comenzasen a correr los intereses? ¿O la
mora se producía "ex re"? Y, en este último caso: ¿la mora automá-
tica era aplicable solamente a las obligaciones nacidas de los
delitos, o alcanzaba también a las provenientes de los cuasideli-
tos?
Se trata de un problema que no sólo ha preocupado a la
doctrina nacional, sino que -como lo hemos comprobado al recorrer
el derecho comparado- ha sido motivo de especial consideración en
algunos códigos modernos que disponen expresamente que ésta es una
hipótesis de mora "ex re"46.
En general nuestros autores, basándose en la propia nota
de Vélez Sársfield al artículo 509, y en la disposición del artícu-
lo 1107, sostuvieron que no era aplicable a los actos ilícitos el
mismo régimen que para las obligaciones contractuales y que, en

46
. Ver el inciso 1, artículo 1219, Código civil italiano (nota 24); el
inciso 2, ap. b, artículo 805, Código civil portugués (nota 26); y el inciso
4, artículo 1431, Código civil de Guatemala (nota 16).
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consecuencia, no era menester la interpelación47. Sin embargo ha
existido una profunda división en la doctrina y jurisprudencia, ya
que en un primer momento prevaleció, en un plenario de las Cámaras
civiles de la Capital, la tesis que sostenía que la mora "ex re" se
producía únicamente cuando se trataba de delitos48, tesitura en la
que aún se mantiene LLAMBÍAS49, a pesar de que otro plenario poste-
rior50 ha venido a rectificar esta doctrina y aceptar la tesis am-
plia, que afirma que la mora se produce automáticamente tanto para
los delitos como para los cuasidelitos.
Creemos que, para poner fin a todas las controversias,
hubiera sido conveniente agregar un párrafo al artículo 509 en el
que se expresase que en el caso de actos ilícitos (delitos o cuasi-
delitos), no es necesaria la interpelación, aunque el silencio de
la reforma no es tan grave porque, como no se ha alterado nada
sobre el particular, es posible prever que la jurisprudencia segui-
rá la doctrina que predominaba después del último plenario, y con-
siderará que la mora se produce automáticamente, sea que la obliga-
ción provenga de un delito, o de un cuasidelito.

b) Obligaciones de no hacer.

También el incumplimiento de las obligaciones de no hacer


debe provocar automáticamente la mora, y así lo entiende la mayor
parte de la doctrina. Tampoco en este caso la omisión de un texto

47
. Guillermo A. BORDA: "Manual ...", Nº 74, p. 53 y "Tratado ...", Nº
68, p. 71; Eduardo B. BUSSO: obra citada, art. 509, Nº 127, p. 269; Alfredo
COLMO: obra citada, Nº 74, p. 94; Héctor LAFAILLE: obra citada, Nº 163, p.
161; Jorge J. LLAMBÍAS: obra citada, Nº 127 y 128; Luis M. REZZÓNICO: obra
citada, Nº 7, p. 137; Raymundo M. SALVAT, obra citada, nota de Galli, Nº 106
a), T. I, p. 117.
48
. Cámaras civiles en pleno, 15 de marzo 1943, J.A., 1943-I-844.
49
. Jorge J. LLAMBÍAS: obra citada, Nº 127 y 128. Compartían esa
posición BUSSO y REZZÓNICO (obras y lugares citados en nota 47).
Señalamos como una curiosidad que el Anteproyecto de 1954, que puede
considerarse obra de LLAMBÍAS, habla de "actos ilícitos" en general, y no sólo
de delitos (ver art. 860, inc. 4).
50
. J.A., 1959-I-540.
30
es demasiado grave, pues aunque algún autor haya expresado que
sería necesaria la interpelación, la jurisprudencia es pacífica y
siempre ha interpretado que la sola violación de la obligación de
no hacer produce la mora del deudor51.

c) Falta de colaboración del acreedor.

Si releemos el artículo 1219 del Código civil italiano


(ver nota 24), advertiremos que en ese cuerpo legal, en las obliga-
ciones a plazo, la mora sólo se producirá automáticamente cuando la
prestación deba ser cumplida en el domicilio del acreedor. Nuestra
jurisprudencia ha tenido también oportunidad de pronunciarse en el
mismo sentido y esta solución tiene como fundamento el hecho de que
si la obligación debiera cumplirse en el domicilio del deudor al
acreedor le bastaría con no prestar su colaboración, es decir no
hacerse presente, para provocar la mora.
Se ha criticado acerbamente al nuevo artículo 509 por no
incluir una disposición semejante, circunstancia que en cierta
medida se agrava en razón de que nuestro código no ha legislado
sobre la mora del acreedor; pero quizás este defecto pueda subsa-
narse con una aplicación inteligente del último párrafo del nuevo
artículo 509, que exime de responsabilidad al deudor si prueba que
el incumplimiento no le es imputable, aunque en verdad la prueba
del "hecho negativo", la no concurrencia del acreedor, puede resul-
tar una prueba diabólica. En esta hipótesis entendemos que debería
recaer sobre el acreedor la carga de probar que se hizo presente en
el domicilio del deudor el día del pago, para que pudiera conside-
rárselo a éste moroso.
Podrá argüirse que si el acreedor no se presenta en el
domicilio del deudor el día del vencimiento, éste tendrá el remedio
de efectuar un pago por consignación el primer día hábil posterior;

51
. El Código de Bolivia, sancionado con posterioridad a la confección
originaria de este trabajo, dispone en su art. 343 que las disposiciones sobre
mora son inaplicables a las obligaciones de no hacer, porque “cualquier hecho
que contravenga a éstas importa incumplimiento”.
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pero ello implica un perfecto conocimiento de la ley, y la necesi-
dad de contar con el auxilio de un letrado diligente, que efectúe
todos los trámites sin demoras, realizando el depósito y presentan-
do los escritos de inmediato. ¿Será ello posible en todos los ca-
sos? Creemos que no; por eso confiamos en que nuestros magistrados
han de obrar con suma prudencia cuando se presenten casos de esta
naturaleza y deban juzgar la culpa o inimputabilidad del deudor.

d) Mora del acreedor.

La falta de normas sobre la mora del acreedor constituye


un vacío en nuestro Código, que sólo se llena parcialmente con los
preceptos sobre el pago por consignación. La doctrina ha señalado
unánimemente este problema, y ya que la reforma ha modificado tan
sustancialmente el régimen de la mora, es una lástima que haya
dejado pasar la oportunidad de solucionar este problema.

IX.- Conclusiones.

Para finalizar este ensayo hemos de recapitular brevemen-


te las conclusiones que hemos extraído del análisis de este artícu-
lo que modifica el régimen de la mora.
1) Cuando en la obligación se ha fijado un plazo, sea cierto
o incierto -que son las dos formas de plazo determinado- la mora
se producirá en el momento del vencimiento, sin necesidad de inter-
pelación.
En general la solución es buena, aunque creemos que debió
restringirse a las hipótesis de plazo cierto, y hacerse extensiva
la mora "ex re" a las obligaciones de no hacer y a las que derivan
de hechos ilícitos.
2) Cuando no se ha fijado plazo, pero éste resultase tácita-
mente de la naturaleza y circunstancias de la obligación, que se
vuelve exigible a partir de cierta época, no será menester recurrir
al juez, sino que bastará la interpelación extrajudicial para cons-
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tituir en mora al deudor (ver arts. 1822, 1913 in fine, 2217, 2271,
etc.).
Entendemos que para las hipótesis de plazo incierto debía
haberse arbitrado una solución semejante.
3) Cuando no existe ningún plazo, como es el caso de las obli-
gaciones "a mejor fortuna" (artículos 620 y 752), o en la locación
de obra (artículo 1635), el deudor deberá dirigirse al juez solici-
tando la fijación de un plazo.
4) En el nuevo régimen los elementos de la mora son dos: re-
tardo y culpa.
5) La interpelación constituirá siempre un requisito adicional
-en cualquier tipo de obligaciones- si se desea lograr la inte-
rrupción de la prescripción (artículo 3986).

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