Lea primera a los corintios e identifique en ella las diferentes partes (o al menos las que sean identificables) descritas por Raymond Brown.
El formato epistolar detectado en la mayoría de las cartas de Nuevo Testamento está
conformado por una fórmula introductoria, acción de gracias, cuerpo o mensaje y fórmula conclusiva. A continuación, la identificación de estas partes en la 1. Carta a los Corintios.
1. Formula introductoria. Esta parte consistía de tres elementos básicos: Remitente,
destinatario y saludo, este último a veces va acompañado por buenos deseos y recuerdos del destinatario. 1.1 Remitente: 1:1 “Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios y el hermano Sóstenes,” 1.2 Destinatario: 1:2 “a la iglesia de Dios que está en Corinto” …. 1.3 Saludo: 1:3 “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.”. 2. Acción de gracias. Capítulo 1 versículos del 4 al 9: “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros” …. 3. Cuerpo o mensaje: 3.1 División de la iglesia. 1:10 a 4:21. 3.2 Pecado de incesto. Capítulo 5 3.3 Litigios judiciales. 6:1-11. 3.4 Pecado de fornicación. 6:12-20 3.5 Comportamiento dentro del matimonio.7:1-24 3.6 Las vírgenes. 7:25-40 3.7 Alimentos sacrificados a ídolos. Capítulo 8 3.8 Derechos de un apóstol. Capítulo 9. 3.9 Advertencia contra la idolatría. Capítulo 10. 3.10 Atuendo de las mujeres, normas del cabello y la cabeza en la iglesia.11:2-16. 3.11 Cena del Señor.11:17-34. 3.12 Dones Espirituales. Capítulos 12 al 14. 3.13 Resurrección de los creyentes. Capítulo 15 3.14 Ofrendas. 16:1-12. 3.15 Planes de Pablo.16:5-12 (esta es la coda o conclusión del cuerpo de la carta). 4. Fórmula Conclusiva. 16: 13 -24. Escriba un ensayo de dos a tres páginas donde se describa de qué manera el conocimiento de la estructura epistolar facilita al creyente la interpretación de las cartas del Nuevo Testamento.
Tal como afirma Raymond Brown en “Clasificaciones y formatos de las
cartas del Nuevo Testamento”, las cartas del mundo helenístico tenían un formato predeterminado y no conocer esta estructura puede provocar una malinterpretación. Por esto es muy importante conocer la estructura de la mayoría de las cartas o epístolas del Nuevo Testamento como un factor de correcta interpretación. La estructura de las epístolas o cartas de los tiempos neo testamentarios era la siguiente: formula introductoria, acción de gracias, cuerpo o mensaje de la carta y fórmula conclusiva.
La fórmula introductoria incluye al remitente, destinatario y saludos. Esta
primera parte presente en toda carta, es de suma importancia para que los creyentes puedan tener una correcta interpretación de las Sagradas Escrituras. ¿Quién escribe la carta? . ¿Para quién va dirigida? ¿Cuándo y dónde se escribió? Estas y otras preguntas son básicas a la hora de estudiar a las epístolas Bíblicas.
La acción de gracias es una parte que seguía a la introducción en las
cartas helenísticas, en las bíblicas no siempre aparecen acciones de gracias, pero si en la gran mayoría. En las cartas Paulinas, en ocasiones, algunos de los temas del cuerpo de la carta se anticipan en la de acción de gracias. Por esto hay exhortaciones y abarcar varios versículos, muchas veces, es más que una expresión de alabanza y gratitud.
El cuerpo o mensaje de la carta es básicamente el contenido desde la
introducción hasta la despedida, sin embargo, puede poseer dos elementos como son la obertura que es la introducción a la composición de la epístola y la coda o conclusión del mensaje de la carta. Hay algo importante en la revisión del cuerpo o mensaje que aparece en la lectura “Epístolas: importancia del contexto”, es la naturaleza ocasional de las cartas, o sea, que las mismas, en casi todos los casos, responden a una ocasión particular por la que estaba pasando el destinatario, pudo haber sido un error doctrinal, practicas pecaminosas o una situación histórica especifica. La enseñanza, corrección o tratamiento escrita por el remitente, debemos siempre recordar y analizar que fue para personas que vivieron en sitios y épocas muy distintas a la nuestra. Por esto a veces se hace tan difícil la interpretación de ciertos pasajes al olvidar estos detalles.
La fórmula conclusiva es la despedida de la carta, que, en las epístolas del
Nuevo Testamento, no son solo buenos deseos, como era la tradición de las misivas grecorromanas, sino salutaciones, alabanzas al Señor y bendiciones. Un expositor de la Palabra de Dios, sea maestro, pastor o predicador, puede beneficiarse de conocer bien la estructura epistolar descrita anteriormente. Si se quiere interpretar, enseñar y aplicar una carta del Nuevo Testamento hay que conocer el contexto histórico y literario de la epístola Bíblica. Hay que hacer las preguntas contextuales e históricas correctas. Esto es parte de la exegesis que debe manejar todo expositor bíblico. Hay que aprender a pensar en párrafos para entender el argumento de las epístolas. Responder el contenido de cada párrafo: ¿Qué quiso decir el escritor?, Por qué quiso decir eso? Para plantearse estas preguntas y tratar de buscar las respuestas correctas hay que recordar la naturaleza ocasional de las cartas. Cada una fue escrita para un grupo de personas, en un lugar, un tiempo y una situación específica. “Toda la escritura en inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2. Timoteo 3:16). Para que sea verdaderamente útil hay que estudiar la cultura, geografía, historia y demás elementos sociológicos que estaban presentes en el siglo primero y condicionaron las epístolas del Nuevo Testamento. De esta manera se puede diferenciar entre una enseñanza teológica de aplicación universal y una enseñanza específica para los destinatarios de la carta. Manejando la correcta hermenéutica de acuerdo al contexto para evitar malas interpretaciones y por consiguiente falsas enseñanzas y hasta doctrinas erradas.