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El arrepentimiento es un cambio interno producido por la voluntad, llevando al individuo a dar un viraje total a su modo de pensar, es un darle la espalda al pecado y volver el rostro a Dios.
El arrepentimiento es un cambio interno producido por la voluntad, llevando al individuo a dar un viraje total a su modo de pensar, es un darle la espalda al pecado y volver el rostro a Dios.
El arrepentimiento es un cambio interno producido por la voluntad, llevando al individuo a dar un viraje total a su modo de pensar, es un darle la espalda al pecado y volver el rostro a Dios.
El arrepentimiento es un cambio interno producido por la voluntad, llevando al individuo a dar un viraje total a su modo
de pensar, es un darle la espalda al pecado y volver el rostro a Dios.
El arrepentimiento no es una emoción sino una decisión de la voluntad seguida por la acción ordenada. En el griego se usa la palabra metanoein, que quiere decir cambiar de idea, y solo cambiamos de idea cuando en nuestra propia voluntad decidimos cambiar de actitud o del modo de pensar; Cuando tomamos la decisión en nuestro ser interior de cambiar es cuando se produce el arrepentimiento. El evangelista T. L. Osborn, recibió el testimonio de una joven que había enfermado de tuberculosis, los padres la internaron en hospital, para que pasara allá sus últimos días, teniendo como su gran compañía un nuevo testamento; cuando llego al libro de primera de Pedro, se encontró con el texto que dice: Quien llevo El mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, entendió que ella estaba incluida. Y empieza a confesar todos sus pecados, hasta que sintió que ya, no estaban en ella; sino que Jesús los había llevado. Después de llorar de gratitud por lo que el Señor había hecho en su vida, sintió que ya estaba preparada para partir con el Señor. Y bañada en lágrimas sigue leyendo todo el texto: para que nosotros estando muertos a los pecados vivamos a la justicia y por cuya herida fuisteis sanados. Y cuando ella lee esa otra parte, no salía de su asombro, decía Señor me estás hablando a mí, diciéndome que yo soy sanada por tu herida. (1 Pedro 2:24). Y se levanta de la cama, diciendo: No me quedo más en este hospital, pues ya estoy completamente sana. Ella tenia la plena certeza de que ya el Señor le había hecho el milagro. Cuando llega la mama a visitarla, pensó que su hija había perdido la razón; y trato de convencerla, de que se volviera a acostar y aceptara que médicamente estaba enferma. Pero la joven estaba firme en su decisión pues aquella palabra se había convertido en su tabla de salvación. Dios honró la fe de aquella joven, pues desde ese día quedo completamente sana. El salmista dijo: “Oh Dios restáuranos; haz resplandecer tu rostro y seremos salvos” Salmos 80:3. La palabra restáuranos usada por el salmista, significa literalmente “Haznos volver”. El salmista sabía que si no había conversión, no había salvación. En el idioma hebreo, arrepentimiento significa volverse, que es similar a cuando se está conduciendo y nos damos cuenta que vamos por el camino equivocado, y decidimos regresarnos en U; el arrepentimiento es igual, cuando nos damos cuenta de que hemos tomado el camino equivocado, y decidimos dar media vuelta y regresarnos en U