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UN POCO DE MI VIDA EN UN EFIMERO TEXTO

Andrés Camilo Cataño García


Bogotá, 09 de marzo, 2021. 1103 JT

En un pequeño pueblo en la Guajira que lleva el nombre de San Juan Del Cesar nací,
yo, Andrés Camilo Cataño García, en un pequeño hospital que hoy ya no existe pero
que, para mí, será el comienzo de mi vida, mis padres Alejandra y Álvaro quienes por
razones del destino y por no encajar el uno con el otro para llevar una vida juntos
surgió la separación de la que no tengo muchos detalles ya que la tuve que vivir a una
edad muy temprana.

Para ese entonces vivíamos en la casa de mis abuelos, ellos fueron los que me
cuidaron porque por obvias razones mi madre tenía que laborar para que no todo fuera
dado por sus padres.

Al tener cinco años, a mi madre le salió una oportunidad de pasar de un pequeño


pueblo a una masiva ciudad en el centro del país. Desde ese entonces supe que eso
sería un cambio drástico para mí, ya que pasar de una infancia tranquila de un pueblo
a una gran ciudad fue muy grande.

La figura paternal la tuve con mis queridos abuelos, basada en el respeto y la lealtad,
en vivir sin hacer daño a los demás y de hacer todo por gusto y no por obligación, con
la mejor actitud y ganas.

Así fue como, después de algunos percances terminamos en una ciudad desconocida.
Para ese entonces mi madre tuvo la suerte de conocer a un hombre increíble, que hoy
en día es su esposo, quien marcó la figura paternal, una persona que además arregló
la parte afectiva del corazón de mi madre.

Bogotá la ciudad que desde ahora seria nuestro hogar, nos acogió al sur, en el barrio
Kennedy donde por suerte vivían unas tías que fueron muy influyentes en nuestras
vidas, con ellas aprendimos a movernos con respeto en esta ciudad. Mi educación en
este nuevo espacio era muy distinta, tanto las estudiantes como los maestros eran
diferentes.

Aquí no me sentía tan familiarizado como lo estaba en mi querido pueblo natal todo
era muy distinto. Esto generó la necesidad de no ser muy amistoso con todos los que
me rodeaban y me volví un poco tímido y con el miedo de saber que no sería tan fácil
encajar como antes lo hacía, pero me sirvió para entender otras cosas como el estudio
de una mejor forma.

Años después nos mudamos a el barrio de Fontibón, que a diferencia del que
estábamos, quizás era más agradable, pasamos de vivir con las tías a un apartamento
en un conjunto muy grande en el que la recreación y diversión que no tuve desde que
llegué a esta ciudad aparecería en ese conjunto.

Conocí muchos amigos que hoy en día aún lo son y pasé de no ser amigable con
mucha gente a serlo con las personas más cercanas, haciendo de mi vida algo
divertido, lugar donde llevamos viviendo diez años. Estudié en el Colegio de Los
Andes, donde hice muchas amistades y aprendí una gran cantidad de cosas aún
conservo.

Por los costos de matrícula y pensión no aprobé el curso Octavo. Con esto, mi vida
cambió aún más, eso me hizo darme cuenta de que no todo era ir a la ligera y que
nunca nada malo pasaría. Luego de darme cuenta del error que cometí decidimos con
mis padres matricularme en el colegio publico Luis Ángel Arango donde estoy
cursando el grado undécimo y con el que estoy muy agradecido porque me ha
parecido mejor colegio que en el que estaba que era privado.

He conocido muchos amigos que me hicieron cambiar pensamientos y actitudes que


antes tenía y en cuanto a la educación que estoy recibiendo, me siento muy satisfecho
ya que los profesores son personas muy profesionales y que aman lo que hacen, que
es enseñar, siempre están dispuestos para uno y son muy buenas personas.

Ahora con 17 años, tengo todavía en mi mente la pregunta de qué quiero estudiar. Mi
meta obviamente es graduarme y sacar un buen puntaje en el examen de clasificación
(ICFES) y aunque no tenga muy claro lo que voy a hacer cuando termine mi educación
secundaria, a mis 22 años me veo ya terminando mi carrera y aplicando a alguna
opción laboral buena. En diez años, cuando tenga 27, me observo con un buen
trabajo, ojalá sea fuera de Colombia, pero si no es así, igual me gustaría trabajar en mi
país.

Para concluir mi trayectoria de vida, he visto como pasé de vivir con cambios en mi
vida que me han permitido ver mis habilidades, fortalezas e intereses. Visualizo mi
vida de niño en un pequeño pueblo a un joven en una gran ciudad con sueños de
conocer el mundo, en el ámbito del deporte que me apasiona y conociendo nuevas
personas y mil cosas por aprender.

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