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Boff, Leonardo, Ecología – grito de la tierra, grito de los pobres, Valladolid, TROTTA,1996,p.136
valores posibilitadores de sentido, no obstante en lo concerniente a nuestro estudio nos
tomamos el riesgo, comprendiendo que aunque sucede la consecuencia expresada el
constructo argumentativo tendrá posibilidad de regenerarse. Ecoteología no se entiende sin
teología de la liberación: esta afirmación la legitimaremos a la luz de los siguientes
postulados develados por la perspectiva de Boff:
Teologizar en torno a la realidad se comprende desde la perspectiva inherente del
actuar encarnado de Cristo; este teologizar es más explícito cuando su nodo de
problemática reside en la condición de pobreza, como expresión de la deformación
del proyecto divino: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”
(Jn 10,10); es por lo tanto teologizar en torno a la condena de morir antes de
tiempo2.
El proceso teologizador de la liberación comprende que la realidad de pobreza como
la condena a la muerte, desprende de tal manera al hombre de su proyecto de
religación que le impide considerar una oportunidad de conservación tanto de su
entorno como de otras especies, en otras palabras si no se promueve a sí será
incapaz de promover.
Liberación supone reconocimiento del oprimido por parte de quien quiere
acompañarlo en el proceso de liberación, pero igualmente reconocimiento por parte
del mismo oprimido; solamente podemos hablar de liberación cuando el pobre en
persona emerge como sujeto principal de su andadura, aun siendo apoyado por otros
aliados. 3
Estos aportes no solo determinan la dependencia de la ecoteología de la teología de la
liberación, sino que demuestran que los procesos trasformadores se dan en la expresión
consciente del cosmos, es decir el hombre mismo; la inter-retro-relación será entonces el
sucedáneo de una liberación integral que suponga a la tierra (como un superoganismo vivo)
e inicie por el pobre (expresión de la decadencia de los modelos de sociedad que condenan
a la muerte y reprimen la vida). El actuar será un actuar creyente, que reconozca en el
misterio pascual el proceso transformador de los modelos ya expresados; no le concierne
por tanto a la iglesia como jerarquía una respuesta que determine una solución, sino que
deberá alentar por medio de una instancia cultural y simbólica los procesos
transformadores.
2
Ibíd. p.139
3
Ibíd. p.140