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“Los niños se

hacen lectores en el
regazo de
sus padres”

-Kiré
¡Queremos más
niños felices!
Leerles este cuento a tus
pequeños es regalarles un espacio
para conocer, expresar y
manejar sus emociones a través
de historias, juegos,
y colores.
Así poco a poco irán
aprendiendo a incorporar estas
habilidades en su vida diaria.
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“Explorar el mundo de las emociones a través
de los cuentos es la forma más divertida y si lo
hacemos juntos es mucho mejor”.
Leo y Sofi.
¡Hola, somos Leo y Sofi en
una nueva aventura!

En esta ocasión te contaremos


la historia de la venadita
Ángela y sus amigos.

Ellos fueron atacados por


seres de otro planeta…

¿Quieres saber cómo sucedió?

¡Comenzamos!
Había una vez un reino
habitado por muchos
animalitos de diferentes
especies como jirafas, venados,
osos, cebras, conejitos, koalas
y hasta ¡elefantes!
Todos vivían en armonía en
medio de la jungla, gobernada
por el Rey León a quien todos
querían y respetaban.

El reino era muy seguro, pues


el León protegía a toda la
jungla haciendo rondines de
guardia, asegurándose de que
todos vivieran en armonía.
Todo era alegría y felicidad,
hasta que un día todo
cambió…

Una mañana mientras los


animalitos de la jungla hacían
sus actividades diarias, sonó la
alarma del reino. Nadie sabía
lo que ocurría y los rumores
comenzaron a correr:
—¡El reino ha sido atacado
por seres terroríficos!
—aseguró el pingüino.
—¿De dónde son? ¿Alguien los
ha visto? —preguntó asustado
el koala.
—¡Dios mío! ¡Es el fin de la
Jungla! —dijo fatalista la
vaca.
¡Huyamooooos!
—gritaron aterrados.
El alboroto crecía entre los
habitantes de la jungla, todos
especulaban sobre lo que había
pasado, pero nadie había visto
nada aún. El León no
aparecía por ningún lado,
entonces empezaron a
preocuparse.

La señora llama, que era muy


cercana al palacio del Rey,
llegó con los habitantes de la
jungla y les habló:
—Hemos sido invadidos.
El ataque ha sido certero y nos
han tomado por sorpresa. Los
invasores han llegado a la jungla
en naves espaciales tripuladas por
seres extraños y al parecer son
muy agresivos.
—¿Los han visto?
—Sí, los hemos visto. Son
muy pequeños y se parecen a
las bacterias y virus de
nuestro planeta. Se hacen
llamar Covidnianos y son
realmente crueles.
—¡¿Cómo los venceremos si
son casi invisibles?!

—Tranquilos, debemos confiar


en el Rey, él nos salvará.

—¿Y dónde está el Rey?

—¿Lo raptaron?
—No, el Rey está oculto en
una parte secreta del castillo
y se comunicará con nosotros
muy pronto. Mientras tanto
regresen a sus casas, ahí
estarán a salvo. —agregó la
señora llama.

Cuando la informante del Rey


se marchó, todos quedaron
confundidos y alarmados por
lo que ocurría en la jungla. No
sabían qué hacer, así que
siguieron las indicaciones de la
señora llama y se fueron
rápidamente a sus casas.
Durante los siguientes días
reinó el caos en la jungla,
todos estaban asustados y
nadie quería salir por temor a
encontrarse con los invasores.
La jungla estaba paralizada
y los alimentos comenzaron
a escasear. El Rey seguía sin
aparecer y algunos
insistían en que había sido
raptado por los Covidnianos.

Parecía que los invasores


ganarían la batalla...
El León por su parte, se
preparaba en secreto con su
ejército para contraatacar a los
enemigos. Los informantes del
Rey buscaban pistas para lograr
descubrir alguna debilidad de
los Covidnianos.

—Señor, hemos investigado y lo


único que encontramos es que
los invasores no atacan a los
niños, parece que les
temen. Los escuchamos decir
que los niños son impredecibles
y además, los covidnianos no
entienden su idioma —informó
el búho al Rey.
Este descubrimiento fue lo que
el León necesitaba para
llevar a cabo su plan de
defensa contra los
Covidnianos. Escribió entonces
una carta en clave secreta que
sólo pudieran leer los niños de
la jungla y pidió al búho que
se la entregara a Ángela la
venadita, pues le habían
informado que ella era la más
veloz y valiente de la jungla .
Cuando Ángela recibió el
mensaje reunió a sus amigos:
el más puntual fue Jorge, que
como era una cebra muy
veloz, siempre era el
primero en llegar.
La siguiente fue Sonia la
jirafa, que se sentó en
primera fila con su libreta
lista para anotar.
Enseguida llegó Roberto el
elefante, con Frida la osita en
su espalda.
—Me alegra que hayan venido
tan rápido —saludó Ángela—.
¿Estamos todos?
—¡Falto yo! —dijo Yani la
conejita que llegó corriendo
agitada.
—Siempre llegando tarde… —dijo
la jirafa anotando en su libreta el
nombre de la conejita. —Ahora sí
estamos todos —confirmó
mirando a Ángela para que
continuara hablando.

—Los he reunido a todos porque


me ha llegado este mensaje.

—¿Qué es?... ¿Qué dice?... ¿Quién


lo manda? —preguntaban al
mismo tiempo.

—Ahora lo sabremos —Ángela


abrió el mensaje y comenzó a leer
en voz alta:
Primer mensaje del Rey

A todos los animalitos de la


jungla, les habla el León.

Como saben, hemos sido


invadidos por seres de otra
galaxia que llegaron en naves
espaciales desde el planeta
COVID-19.
Son seres muy crueles y quieren
destruirnos, pero no lo vamos a
permitir.
Mis informantes han
descubierto que los invasores
Covidnianos desconocen el
idioma de los niños y por lo tanto
no pueden interceptar y descifrar
estas palabras.

Este mensaje va dirigido en


especial a los niños y niñas de la
jungla, para que puedan
transmitirlo a los adultos.
A partir de ahora los niños serán
los “Agentes Secretos del Reino”
Lo primero que debemos hacer es
descubrir sus debilidades, estoy
convencido de que los Covidnianos
no son invencibles
y con su ayuda podremos
derrotar al enemigo.

Posdata: Destrúyase pronto


este mensaje.
—¿El Rey nos ha elegido para
defender la jungla? —preguntó
Roberto cubriéndose los ojos con
sus grandes orejas.

—Sí, él confía en nosotros


—agregó valiente la osita Frida.

—¿Qué vamos a hacer?...


¡Nosotros no somos guerreros!...
¿Quién sabe pelear?... ¿Alguien ya
tiene un plan? —Se
preguntaban unos a otros.

—¡Que hable Ángela!


—propuso la jirafa. Todos
asintieron y se reunieron a su
lado para escucharla.
—Yo creo que primero tenemos
que prepararnos y estar alerta
para no ser descubiertos —dijo
Ángela destruyendo la carta para
mantener a salvo el mensaje del
rey.
—¿Cómo haremos para que no
nos vean los Covidnianos?

—¿Y si nos disfrazamos?


—¡Podemos usar ropa de espía!
—sugirió Roberto.
—¡Yo no tengo ropa de espía!
—¡Yo tampoco!
—¿Y si usamos máscaras?
—¡No, máscaras no!
—Entonces como ninja...
—Eso no se puede.

—¡Sí, de ninja! Es muy fácil,


miren… —dijo Roberto
cubriéndose la nariz y boca con
sus orejas y todos rieron con su
ocurrencia.
—¡Sí, que sea de ninja!
—¡Buena idea, así no nos
reconocerán!

—¿Y quién hará nuestras


máscaras?
—¡Mi mamá las puede hacer!
—dijo Yani saltando de emoción.

—¿Cuando empezamos?
—Mañana mismo. Recuerden: el
Rey cuenta con nuestra ayuda,
así que lo primero que haremos
será observar a los Covidnianos de
cerca —dijo Ángela

—¿Y qué lograremos con eso?


—preguntó la cebra.
—Al observarlos conoceremos
cómo atacan, sus estrategias, qué
lugares frecuentan y si hay algo a
lo que le temen.

—¡Nos tienen miedo a nosotros!


—dijo orgulloso el elefante.
—Es verdad, pero no debemos
confiarnos, por eso lo mejor será
dividirnos.

—¿Dividirnos?

—Sí, en grupos. Cada uno hará


diferentes tareas:
Los más valientes investigarán de
cerca a los enemigos.
Los más rápidos serán quienes
lleven los mensajes al Rey y los
más pequeños se quedarán en casa
cuidando a los adultos.
—¡Los venceremos!

—¡Sí, vamos a regresarlos a su


planeta! —gritó emocionada Frida,
y se unieron todos al entusiasmo
de la osita con un fuerte:

¡HURRA!
A la mañana siguiente se reunieron
muy temprano. Todos usaban las
máscaras de espías al estilo ninja
que Yani les entregó.
Los niños estaban convencidos de
que derrotarían a los
Covidnianos, así que se esforzaron
mucho en observar y anotar en
sus libretas cada movimiento de
los invasores. Después de un
tiempo de vigilarlos, se reunieron
nuevamente.

—Hemos observado por varios


días a los Covidnianos y ya
descubrimos algunas de sus
artimañas para quedarse en
nuestro planeta. Pero creo que es
momento de dar un paso más
—les dijo Ángela con voz firme y
segura.
—¿Un paso más? —Todos se
miraban sin saber a qué se refería
la venadita.

—Sí, se me ocurrió un plan para


derribar una nave invasora.

—¿Derribar una nave?


—preguntaron al mismo tiempo.
—¿Y cómo haremos eso?
—Con nuestra arma secreta...

—Pero… ¡No tenemos armas!


—exclamó Jorge confundido.
—Se equivocan, si tenemos un
arma… ¡Nuestra inteligencia!
—dijo Ángela señalando su
cabeza—. Y si le agregamos
astucia podemos lograr lo que
sea.
—Pues yo no lo entiendo...

—¡Yo tampoco, pero


hagámoslo! —agregó Frida
valientemente.
—¿Y yo qué hago? —preguntó
la conejita brincando con la
mano levantada.
—Todos participaremos
—contestó Ángela.

—Yo no creo que podamos hacerlo


—intervino la cebra.

— Sí podemos —aseguró la
venadita—. Ya verán que es muy
fácil. ¿Todos tenemos un espejo en
casa, cierto?

—¡Yo tengo dos! —dijo


entusiasmado Roberto.
—¿Con espejos vamos a vencer a
los invasores? —preguntó
incrédulo Jorge levantando una
ceja.
—Mañana lo verán…

Todos se marcharon confundidos


e impacientes por conocer el plan
de acción para derribar la nave
invasora y esa misma tarde
recibieron un mensaje de Ángela
en clave secreta. Así que al día
siguiente:
—¿Recibieron mi mensaje?
—Sí, yo traje jabón
—A mi me tocó el cloro
—¿Quien trajo los globos?
—¡Yo!
—Yo traje el gel antibacterial.
—Y yo los guantes.
—¿Todos trajeron sus espejos?
—¡Sí!
—Perfecto tenemos todo lo
necesario.
—¿Y qué haremos con esto?
—preguntó la conejita poniéndose
unos guantes y dando saltitos lista
para la acción.
—Este es el plan…
Primero marcaron con una gran
equis el lugar donde harían caer
la nave y rociaron jabón por el
suelo. Así cuando los invasores
intentaran salir de la nave, sus
patas resbalarían.

Sonia la jirafa fue la encargada


de vigilar que la nave enemiga se
acercara. En cuanto la vio
volando hacia ellos, avisó a todos
para que estuvieran listos para el
ataque. La jirafa usó los espejos
para reflejar los rayos del sol
directo a los ojos del piloto
covidniano, quien perdió el
control de la nave y...
¡Pum!
Cayó justo en el lugar marcado
con la equis.
Los covidnianos abrieron la
puerta de la nave...

—¡Ahora! —gritó Ángela.

En ese momento empezó la lluvia


de globos llenos de gel
antibacterial, cloro y jabón.

—¡Es como jugar tiro al blanco!


—dijo Yani afinando su puntería.

Los covidnianos gritaban


mientras los globos se rompían en
sus cabezas feas, haciéndolos
desmayarse, pues tanta limpieza
los debilitaba.
El elefante corrió detrás de un
covidniano que intentaba escapar
por la puerta trasera de la nave y
usó su fuerte trompa para echarle
un gran chorro de agua jabonosa.

—¡Aquí no los queremos!


—gritaba la osita Frida, lanzando
globos con mucha fuerza,
atinando siempre a la cara de los
malvados invasores.
Cuando todos los covidnianos
quedaron tirados en el suelo,
Ángela y Jorge entraron a la nave
usando sus máscaras y guantes
para no tocar nada sucio.

—¡Lo tengo! Este documento


tiene la información que buscamos
—dijo Ángela.

¡Lo habían logrado!

En su cuartel secreto los niños


redactaron una carta al Rey para
informarle lo que habían
descubierto.
Mensaje de los Niños al León:

Querido Rey, estamos muy


contentos de ser Agentes Secretos
y queremos informarle que hemos
completado satisfactoriamente
nuestra primera misión.

Derribamos una nave invasora y


en su interior encontramos un
expediente con las estrategias
secretas de nuestros enemigos:

1. Les gusta estar donde hay


muchas personas reunidas.
2. Saben infiltrarse fácilmente
entre nosotros, por lo que
tenemos que estar atentos para
identificarlos. Este es un
dibujo hecho por el agente Jorge
para poder reconocer a los
enemigos.
3. Se vuelven más fuertes en
lugares sucios y llenos de mugre.

4. Debilitan a los animalitos por


la nariz y boca. Con nosotros no
funcionó su estrategia porque
usamos mascarillas.

Firman: Los Agentes Secretos del


Reino.
—Nunca se me hubiera
ocurrido derribar una nave para
descubrir sus estrategias
—pensó el Rey impresionado por
el informe de los niños.

Rápidamente elaboró un plan


para combatir al enemigo.
Segundo mensaje del Rey:

Gracias a la colaboración de los


niños ahora tenemos la
información necesaria para
vencer a los Covidnianos.
Así que de ahora en adelante
implementaremos algunas
medidas de precaución para
mantenernos a salvo de los
invasores.
1. Todos nos quedaremos en casa
y evitaremos reunirnos con otros
animalitos. Esto evitará que los
Covidnianos sientan nuestra
presencia y se metan a nuestras
casas.

2. Debemos ser muy limpios.


Los Covidnianos le temen a los
espacios aseados y la forma más
fácil de alejarlos de nosotros es
limpiar, lavar y desinfectar
nuestras manos y nuestras casas.

3. Debemos cubrirnos la boca y


nariz con mascarillas para
evitar que nos toquen con sus
manos sucias y pegajosas.
4. Debemos ser valientes y no
temerles. Los hemos observado y
podemos asegurarles que no son
tan aterradores como parecen.

Los Covidnianos creen que


estamos desorganizados y que no
haremos nada para defendernos,
pero están equivocados. Con estas
medidas lograremos debilitarlos.

Esperen más instrucciones.

Posdata: Destrúyase pronto


este mensaje.
Mientras los habitantes de la
jungla compartían en secreto el
mensaje del Rey, los
invasores ingenuamente creían
que no tendrían oposición y
celebraron anticipadamente su
triunfo. Ya habían elegido
incluso un nuevo monarca al que
llamaban “El Rey Corona”. Este
Rey soñaba con conquistar la
jungla y hacer esclavos a todos
sus habitantes.
Sin embargo, después de escuchar
el mensaje del León los
animalitos se sentían seguros,
pues cada vez que seguían las
medidas de precaución del Rey,
debilitaban a los desconcertados
invasores, pues sus estrategias ya
no funcionaban como antes.

Los habitantes de la jungla


confiaban que en algún
momento vencerían a los
Covidnianos y todo volvería a la
normalidad.
—Construiremos espejos gigantes
y seguiremos las estrategias de los
niños para vencer al enemigo
—ordenó a su ejército el Rey.
Y así fueron derribando miles de
naves cada día, dejando sólo
pocos enemigos en la jungla.
Los Covidnianos estaban cada vez
más confundidos, pues no sabían
cómo habían descubierto sus
estrategias, además de que no
se podían infiltrar entre los
habitantes, ya que todos los
animalitos mantenían distancia
entre ellos, usaban mascarillas y
se desinfectaban las manos.
Los invasores no tenían donde
refugiarse porque cada rincón de
la jungla estaba limpio e
impecable.

—¡Oh no, jabooon!


Un día en que Ángela y sus
amigos observaban a los pocos
invasores que aún quedaban, se
sorprendieron al ver que el Rey
Corona subía a una nave seguido
de sus fieles súbditos, y se
alejaban de la jungla.
—¡Retiradaaa!
—¡Vámonos,
aquí espantan!
—¡Los hemos derrotado! —gritó
emocionado Roberto.
—¡Somos invencibles! —agregó la
cebra.
—¡Todos hemos hecho un gran
trabajo!
—¡Vamos a decirle al Rey!

Los niños salieron de su


escondite y corrieron a decirles a
todos lo que habían visto.

El Rey estaba muy contento por


los resultados gracias a la ayuda
de los niños y escribió un último
mensaje.
Tercer mensaje del Rey:

Quiero felicitar a todos los


animalitos de la jungla por su
cooperación, y en especial a los
niños que han demostrado ser
muy fuertes y valientes. Felicito a
la venadita Ángela, Jorge la
cebra, Sonia la jirafa, Yani la
conejita, Roberto el elefante y a
Frida la osita por su gran victoria
contra los invasores.
Hemos confirmado que el Rey
Corona ha abandonado nuestra
jungla y regresado a su planeta
COVID—19, seguido de su tropa
de Covidnianos.

Seguiremos alerta y les daremos


nuevos escudos a todos los
animalitos para estar más
protegidos en caso de que algún
enemigo se haya quedado en la
jungla. No descansaremos hasta
estar seguros de que estamos...

¡Completamente a salvo!

Fin del mensaje.


Posdata: Que este mensaje no se
destruya y se guarde en la
memoria y corazón de todos los
animalitos de la jungla para que
recuerden que los tiempos
difíciles son para superarse y
hacerse más fuertes.
Al terminar de leer el mensaje del
León, todos celebraron con un
fuerte:
¡¡HURRA!!
Colorín colorado...

¡Este cuento se ha acabado!

En esta increíble aventura hemos aprendido que


las épocas difíciles nos hacen más fuertes.
Con astucia y valentía podemos lograr lo que nos
propongamos hasta…
¡Vencer a unos temibles invasores!

Leo y Sofi.
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lectores@clubkire.com

¡Estaremos muy felices de


conocerte!
Nos encantó
compartir contigo la
aventura de Ángelita y sus
amigos.

Ahora iremos a jugar juntos

¿Te unes?

Sí No
Ángela y sus amigos se
ocultaron para
enfrentar al enemigo...

¿Ya los viste?


¡¡Al ataque!!

Usa las armas para


acabar con el
Rey Corona.
Decifra el mensaje
oculto...

F_ _ _ _ A
F R

U A
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PRONTO!

Con amor...

Leo y Sofi.

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