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GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN GALAXIA Ricardo Carballo Cale MANUAIS &/ éxito editorial obtenido por /a Gramatica elemental del galle- go comin a partir de su primera edicién lanzada en el afio 1966, ha sido notorio. Seis ediciones consecutivas fueron aparecien- do desde aquella fecha hasta el presente. En la séptima, que ahora se publica, ef autor ha realizado jin- teresantes enmiendas respecto @ Jas precedentes, aunque sin alterar el contenido esencial del libro. La experiencia obtenida en la ensefanza del gallego durante e/ perfodo de los doce Uultimos afios, acredita la eficacia indis- cutible de esta Gramatica. Tan- to fos alumnos de Lengua Galle- ga en la Facultad de Filosofia y Letras y Escuelas Universitarias, como /os aspirantes al profeso- rado de Ensefianza General Ba- sica, han podido comprobar la evidente utilidad del texto que sé reedita. Unos y otros, asi como las demas personas cultas que ma- nejen esta obra, conocen el es- pafiol oficial, que fué su lengua escolar, y por lo tanto poseen nociones gramaticales de dicha lengua. Partiendo de ese su- puesto, y a causa de ello, ef autor omite, en general, la reite- racién de la que es comin a fa estructura de las dos lenguas, y fa espaiiola es el término de re- ferencia de su estudio. Esta Gramética sigue siendo la Gnica obra que, en fa actuali- dad, ofrece una visién solvente y al dia, para ef buen conoci- miento del idioma gallego. Dep. Legal: VG. 214-1979 LS.B.N.: 84-7154-037-1 Editorial Gataxta, S. A. - Reconquista, 1 - VIGO RICARDO CARBALLO CALERO GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN SEPTIMA EDICION a a (To L GALAXIAS This one ZT8B-FO8-2107 Material protegido por derechos de autor PRGLOGO A LA CUARTA EDICION Esta Gramdtica fue concebida y ejecutada ori- ginariamente en circunstancias que aconsejaban un esfuerzo para describir de forma elemental los caracteres fundamentales del gallego comin, aun- que este gallego comin, en 1966, fecha de la prime- ra edicidn dei libro, fuese mds una aspiracion que una realidad. Desde entonces, la codificacién del gallego ha avanzado mucho. La Academia Gallega ha fijado al menos en quince puntos el criterio que estima oportuno para la solucién de problemas morfoldgicos o de otra indole determinados por las inevitables modalidades del habla. Aunque, como era de prever, con algunas dificultades, las normas académicas van siendo de observancia general, y ello facilita en gran manera la labor del que se pro- pone suministrar informacion sobre los caracteres esenciales del gallego. En esta edicidn, pues, nos atenemos a diohos datos en la descripcidn de la lengua comtn; pero, lo mismo que hemos hecho en ediciones anteriores, no dejamos de dar noticia —por lo general en notas al texto— de las particu- laridades mds importantes de cardécter dialectal, incluyendo las singularidades de la literatura de hoy. Acaso ha llegado ei dia de escribir una gra- mdtica gallega que se reduzca al aspecto norma- tivo, y, por otra parte, un tratado que preste aten- cién fundamental a los aspectos dialectales. De mo- mento, se pide al autor una nueva edicidn de este libro, que, coordinados los programas de la asigna- tura de Lengua Gallega en la Facultad de Filosofia y Letras y en las Escuelas Universitarias, pueda ser GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN 9 de historia de la misma. Con ello, la antigua “In- troduccién”, hoy convertida en ‘“Generalidades”, aparece notablemente transformada. En el capitulo titulado “Los sonidos” hemos concedido mds atencidn a la exposicidn del sistema vocdlico, y reforzado los ejemplos de valor distintivo del timbre; y en el rotulado “Las palabras” hemos escogido para los modelos de los verbos en -er e -ir, radicales sobre las que no puede operar la metafo- nia, a fin de evitar confusiones. Se ha dedicado un nuevo pardgrafo, como contrapartida, a la exposi- cién de la alternancia como resultado de la armo- nizacién de vocales. No se incluye indice analitico, por haber demos- trado la experiencia que no ofrece dificultades la consulta del libro sobre la base del indice general. Santiago, 26 de noviembre de 1973 R. CARBALLO CALERO PROLOGO A LA SEPTIMA EDICION Muchos importantes acontecimientos que afec- tan a la lengua gallega se han producido desde 1974, fecha de la cuarta edicidn de este libro, de la que son reproducciones literales la quinta y la sexta. Esos acontecimientos deben repercutir en la gramdtica del gallego. Como consecuencia de los estudios cientificos y de politica lingiiistica tltima- mente publicados, nuestro concepto del idioma es mds rico y mds profundo. Pero si incorpordsemos al texto de esta edicién la totalidad de las fichas que para mejorar o completar nuestra obra fuimos acu- mulando en el curso de estos cinco afios, el libro, sobrecargado de adiciones y correcciones, perderia su equilibrio estructural. Hubiéramos preferido es- cribirlo totalmente de nuevo, es decir, hacerlo otro, hacer otro, Pero no es tal nuestro propésito en este momen- to, en que, agotada la sexta edicién, se nos pide que preparemos la séptima con la mdxima urgen- cia. Hemos sacrificado, pues, muchos materiales que fuimos recogiendo, y nos limitamos a efectuar las enmiendas que juzgamos menos aplazables. Salvo alguna adicién de relativa importancia, no hemos incrementado ni rehecho Ia bibliografia. Si la escasez de la misma nos movid en ediciones anteriores a procurar ser, si no exhaustivos, muy generosos en esa materia, la actual situacién, de feliz desenvolvimiento de la lingiiistica gallega, desaconseja, en un manual elemental como el pre- 12 RICARDO CARBALLO CALERO sente, referencias bibliogrdficas minuciosas, Ha terminado la época en que todo escrito tenia im- portancia. Ahora, el que quiera seguir al dia la marcha de los estudios sobre ei gallego y de las publicaciones para el aprendizaje de la lengua en sus diversos niveles, tiene que estar atento perso- nalmente a las ediciones de monografias y a las resenas bibliogrdficas y catdlogos de las revistas y las editoriales. Las ultimas ediciones de este libro reuntan, por lo que se refiere a la flexidn verbal, una amplia diversidad de formas, de las cuales elegiamos para situar en el texto las que estimdbamos mds comu- nes o mds caracteristicas, y relegdbamos a las notas, como dialectales, las restantes. Aunque en materia de normatividad continuamos profesando nuestro viejo liberalismo, la conciencia de que el gallego, como idioma hispdénico occidental, no debe volver las espaldas a las otras formas del romance atldn- tico, nos aconsejaria hoy en algunos casos una dis- tribucién distinta. Pero como todo esto es materia opinable, y no sabemos, de momento, qué rumbo inmediato tomard el idioma, no hemos realizado rectificaciones importantes, aunque en las ocasio- nes en que nos parecid necesario, indicamos los cambios de orientacién que se acusan en la lengua literaria. La necesidad de una reintegracién del gallego en su mundo originario se nos aparece mds clara, y ello nos impondré en el futuro inevitables retoques. El mismo criterio determinard ajustes paralelos en otras materias. Santiago, 11 de agosto de 1979 R. CARBALLO CALERO 1 ORIENTACION BIBLIOGRAFICA Material protegido por derechos de autor 16 RICARDO CARBALLO CALERO acufiar Carolina Michaélis. Como quiera que sea, de la lengua gallega, separada de su hermana por- tuguesa, nada se sabe en el mundo cientifico extra- peninsular hasta que Saco y Arce publica su Gra- mdtica Gallega en el ao 1868, el mismo en que Francisco Adolfo Coelho, con A lingua portuguesa, introduce la Filologia Romanica en Portugal. En- tonces Francesco d’Ovidio publica (1881) su manual Portoghese e Gallego que, en la parte correspon- diente, toma de Saco su informacién. A partir de este momento, si no los romanistas en general, si- quiera los hispanistas se muestran ya, en mayor 0 menor medida, enterados de las particularidades del gallego. Cornu (1888) estudia el gallego, al me- nos en su morfologia actual, en su Grammatik der portugiesischen Sprachen, que forma parte del Grundriss de Gréber. Con la publicacién de los Ele- mentos de Gramdtica Histérica Gallega, de Garcia de Diego (1909), sustancialmente incorporados al Manual de Dialectologia Espanola, del mismo au- tor, los tratadistas extranjeros disponen de una fuente de informacién ya a la altura de los estudios romanisticos de su tiempo. De todas maneras, los errores de valoracién de la bibliografia gallega y el aparente desconocimiento de buena parte de la mis- ma, se dan atin hoy en fildlogos tan distinguidos como Rohlfs, que en su Manual (1957) incluye dos paginas sobre bibliografia del gallego en las que encontramos datos equivocados, elogios sorpren- dentes y omisiones inexplicables. Son defectos acha- cables a ligereza de informacién *. ’ Los Elementos de Gramdtica histérica gallega de Garcia de Diego aparecen erréneamente datados en 1920. La fecha exacta, que no consta en el texto impreso en Burgos, salvo en la cubierta, es de 1909, Véase Garcia de Diego, Manual de Dia- lectologia espafiola, Madrid, 1959, p, 53, donde, acaso por errata, 18 RICARDO CARBALLO CALERO estudo da Filologia Portuguesa, Lisboa, 1946, y Se- rafim da Silva Neto, Manual de Filologia Portugué- sa, Rio de Janeiro, 1957. Nosotros nos limitaremos a anotar en estas paginas, segtin hemos dicho, aquellas fuentes que, por las razones apuntadas, nos interesan especificamente. 2. BIBLIOGRAFIA LINGUISTICA GALLEGA Por otra parte, no queremos hacer un cataélogo bibliografico exhaustivo. Remitiremos a los traba- jos de bibliografia que sean mas ttiles a esos efec- tos, o a los manuales en los que el estudioso pueda encontrar la orientacién adecuada, como acabamos de hacer para la bibliografia del portugués en ge- neral, que consideramos de caracter supletorio, Sélo en zonas apenas trabajadas de la historia de la fi- lologia gallega, aunque el valor de los materiales elencados sea modesto, nos permitiremos alguna demora en la exposicién, En Bibliografia de la lingilistica espafola, por Homero Seris, Bogota, 1964, hay un apartado para el gallego, que consta de los siguientes acdpites: “Bibliografia”, “Tratados y estudios”, “Historia del gallego”, “Textos y documentos gallegos”, ‘““Gra- matica gallega”, “Lexicografia gallega”, ‘“Diccio- narios gallegos”, “Influencias mutuas”, “Dialecto- logia gallega”, “Geografia lingiiistica gallega”, “"To- ponimia gallega”. 3. EPOCA MEDIEVAL a) FORMACION DE LA LENGUA Puede partirse para este estudio de la Histdria da lingua portuguésa, de Serafim da Silva Neto, 20 RICARDO CARBALLO CALERO obra de Kurt Baldinger La formacion de los domi- nios lingiiisticos en la Peninsula Ibérica, Biblioteca Romanica Hispdnica, Editorial Gredos, Madrid, 1963 y 1972, versién espafiola basada en la segunda edicién alemana, “aunque se han reelaborado mu- chos puntos y se han incluido numerosas adiciones, de modo que puede decirse que la traduccién espa- fiola constituye en realidad una nueva edicién co- rregida y aumentada”*, Hay un capitulo sobre el gallego-portugués y sus relaciones de sustrato con Aquitania. El apartado d) “Portugués y gallego”, de la Bibliografia, que figura tanto en el capitulo “Obras generales” como en el titulado “Obras mas especializadas”, y el de las “Adiciones” concernien- tes al capitulo 7 del texto, no son los unicos que interesan particularmente a nuestra finalidad, pues en otros apartados del rico elenco bibliografico cri- tico se contienen referencias concretas a problemas que afectan al gallego. De la Enciclopedia Lingiiistica Hispénica, diri- gida por M. Alvar, A. Badia, R. de Balbin, L. F. Lindley Cintra; introduccién de Ramon Menéndez Pidal. Tomo I, Antecedentes, Onomdstica, Consejo Superior de Investigaciones Cientificas, Madrid, 1960, interesan especialmente los articulos de A. Tovar, J. Hubschmid y R. Lafon sobre “Anteceden- tes de la formacién de las lenguas hispanicas” y los de M. Diaz, S. Mariner y J. Bastardas acerca de “El latin de la Peninsula Ibérica”. Del tomo II, 1967, que estudia las fuentes de] léxico espafiol, véase sobre todo “Germanismos”, por E. Gamills- cheg, y “Lusismos”, por G. Salvador. 5 Baldinger, Ob, cit., p. 9. GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN 21 b) GRAMATICAS HISTORICAS GALLEGAS Sélo disponemos hasta la fecha de una grama- tica histérica propiamente gallega, que al mismo tiempo constituya una obra autonoma, y no parte de un contenido mas amplio. Es la de don Vicente Garcia de Diego, titulada Elementos de Gramdtica Historica Gallega (Fonética-Morfologia), Imprenta y libreria de los Hijos de Santiago Rodriguez, Bur- gos (1909). Es, pues, este texto, fundamental para el estu- dio del gallego, cinco afios posterior en su aparicién a la primera edicién del Manual de Gramdtica His- térica Espafiola de Menéndez Pidal, que se puede considerar Ja base de los estudios de fonética y mor- fologia histéricas del espafiol. La obra de Garcia de Diego no fue nunca reeditada en su forma ori- ginal, pero en el apartado “Gallego” de su Manual de Dialectologia Espanola, Madrid, 1946 y 1959, el autor ha reproducido lo esencial de aquel libro, modernizandolo en algun aspecto. Don Vicente Garcia de Diego fue catedratico del Instituto de Ensefianza Media de Pontevedra, y de su época de docencia en Galicia arranca la infor- macioén que posee sobre la lengua del pais. Conoce la bibliografia entonces disponible: las gramaticas de Mirds y Saco, los diccionarios de Cuveiro y Va- lladares *, y las ediciones de textos y colecciones de * Véase la bibliografia citada en la p. 197. En el Manual de Dialectologia Espartola, 1959, p. 53, se incorporan las grama- ticas o tratados de Couceiro, Lugris y Santiago, asi como los diccionarios de Carré y la Academia Gallega. No se repiten las fichas de los Elementos relativas a textes. documentos y otras publicaciones, pero en el interior del Manual son citadas, a veces con las siglas explicadas en la primera obra, y que en esta segunda no figuran en lista alguna. Ni en los Elementos mien el Manual se incluye en la bibliografia el Diccionario mas antiguo, el de Francisco Javier Rodriguez, publicado por 22 RICARDO CARBALLO CALERO documentos entonces publicadas, asi como las obras portuguesas pertinentes. Pero su informacion se basa también en asesoramientos de eruditos del pais: don Casto Sampedro y don Victor Said Ar- mesto para el gallego de Pontevedra; don Andrés Martinez Salazar y don Florencio Vaamonde Lores para el de La Corufia, y don Andrés Quereizaeta para el de Orense. Maneja también el autor las obras de los escritores modernos, tanto las de aque- llos —-por ejemplo, Antonio Lépez Ferreiro— que se atienen a la realidad del gallego actual o histdé- rico, como las de quienes —por ejemplo, Alberto Garcia Ferreiro— no vacilan en emplear neologis- mos, 0 en acentuar —dentro o fuera del sistema— los que les parecen rasgos distintivos del idioma. ‘Asi, nuestro autor, escrupulosamente fiel a sus da- tos, incluye entre las formas registradas vulgaris- mos o realizaciones excepcionales que tienen su importancia en el habla, aunque suelan conside- rarse fuera de la norma; pero ésta, como sabemos, dista de poseer verdadera fijeza, Voces como harro- roso’, loigo luego’ *, munarquia®, por extrahas que aparezcan en la lengua escrita o culta, se dan even- tualmente en el gallego popular, e interesa reco- gerlas cuando estan abonadas, aunque el uso lite- rario las proscriba. El libro de Antonio Couceiro Freijomil, El idio- ma gallego: historia, gramdtica, literatura, Casa editorial Alberto Martin, Barcelona, 1935, fue pri- mero parte del tomo de generalidades de la Geo- la revista Galicia, de los hermanos Antonio y Francisco de la Iglesia, en 1863; pero en las “Advertencias” preliminares de los Elementos se menciona como utilizado dicho Diccionario. 7 Elementos, p. 19. * Elementos, p, 76. ® Elementos, p. 19. GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO cOMUN 23 grafia General del Reino de Galicia, publicado por aquella editorial en 1926 Se inicia con unas paginas de historia externa de la lengua hasta su constituciédn en vehiculo de expresion literaria. Se sigue una gramdtica histé- rica, con un apéndice ortografico, Estas dos partes comprenden en conjunto unas doscientas paginas, Ja mitad aproximadamente dedicadas a la Historia, y la otra mitad a la Gramédtica. En ellas Couceiro sigue principalmente a Garcia de Diego y a Menéndez Pidal (Origenes del espaftol); pero también, sobre todo en la primera parte, a eruditos del pais sin formacién lingiiistica especi- fica, y a fildlogos o historiadores espafioles y portu- gueses cuyas obras han quedado anticuadas. C) GRAMATICAS HISTORICAS PORTUGUESAS Son en realidad manuales de lingiiistica diacré- nica que explican la formacién interna del gallego- portugués, partiendo del latin. Por lo tanto, son tan portuguesas como gallegas, en general, y nece- sarias para nuestro estudio, Mencionaremos sélo las mas importantes. José Joaquim Nunes, Compéndio de Gramdtica Histérica Portuguesa. Obra clasica. La primera edi- cién es de 1919. Nunes fallecid en 1932, después de publicar la segunda, Continua editandose el libro. Véase la 7.2 edicién, Lisboa, 1969. Nunes era un trabajador minucioso, que reuniéd materiales en gran abundancia para elaborarlos en su compendio. Este comprende fonética y morfolo- gia. Renuncié a estudiar Ja sintaxis en espera de la publicacién del trabajo sobre esta materia aco- 0 La edicién aparte esta corregida y aumentada, GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN 25 sino que en su mayoria tienen indudable valor lite- rario, Aun hay que consignar la existencia de un minucioso registro de palabras. Se han sefialado en Huber diversos errores pro- venientes de la falta de conocimiento del uso vivo del lenguaje y de mala interpretacion de los textos por no haber recurrido siempre a la fuente origi- naria. En muchos casos no cita ésta aun tratan- dose de formas singulares, por lo que resulta dudo- sa la documentacién de las mismas al no ser facil la verificacién correspondiente. La critica mas de- tallada que se formul6é sobre este libro es la de Ro- drigues Lapa (Revista Lusitana, XXXIV, pp. 300- 312), que parte de Ja aceptacién implicita del plan y el método trazados, y sélo formula reservas sobre pormenores de ejecucién. En cambio, Harri Meier (Zeitschr. f. rom. Phil. 1937) lamenta principalmente que Huber no apro- vechara las conquistas de la geografia lingiiistica; y Rohlfs, por su parte, quisiera que hubiera orde- nado dentro de la historia evolutiva de la lengua las formas y construcciones documentadas ". Por lo que se refiere al gallego, hay que tener en cuenta que no siendo intencionadamente el libro de Huber una gramatica historica portuguesa, sino un tratado (histérico) del portugués antiguo, esta mas cerca de la materia que nos interesa que los demas manuales portugueses, pues practicamente es un estudio del gallego arcaico, libre de preocu- pacién por el portugués moderno, ya que al redu- cirse a la lengua antigua, apenas contiene nada que no sea aplicable a la vez a ambos codialectos, Huber indica que las diferencias entre portugués antiguo y gallego antiguo, tales como se manifies- = Rohlis, Manual, p. 313. GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN 27 debe afadirse la de Silva Neto, Manual de Fiiologia Portuguésa, 1957, pp. 165-170. Edwin B. Williams publicd en Filadelfia, 1938, From Latin to Portuguese, Historical Phonology and Morphology of the Portuguese Language. Hay traduccién al portugués de Anténio Houaiss, Rio de Janeiro, 1961. La obra constituye “una clara exposicién de las conquistas seguras de la Fonética historica y de la Morfologia” '*. Silva Neto, que formula numerosas enmiendas de detalle", lamenta que Williams se atenga a un estricto formalismo gramatical, sin darnos un cuadro histérico de la constitucién y evo- lucién histérica del portugués, Es decir, desde su punto de vista idealista, como seguidor de Vossler, Neto critica el seco positivismo de Williams, que, limitandose a registrar los hechos etimoldgicos, es- cribe una gramatica historica al modo tradicional, y renuncia a indagar la forma interna del idioma como manifestacién de cultura, es decir, no escribe una historia de la lengua. Williams incluye en su bibliografia las grama- ticas gallegas de Saco, Garcia de Diego y Lugris Freire; y los diccionarios de F. J. Rodriguez y M. Valladares. De estas fuentes toma sus observa- ciones sobre el gallego esparcidas por las paginas de su obra. Otros libros de este tipo, o parecido, relativos al portugués, algunas veces con referencias al ga- llego, que pueden consultarse ademas, aparte de las gramaticas de Diez y 'Meyer-Liibke, son los si- guientes: ‘Anténio Garcia Ribeiro de Vasconcelos, Gramd- tica histérica da lingua portuguesa, Lisboa, 1901. % Rohlfs, p. 313. " Manual, pp. 170-183. 30 RICARDO CARBALLO CALERO Habra que consultar también los diccionarios etimoldgicos portugueses, algunos en curso de pu- blicacién, cuya resefia se encuentra en los manua- les de filologia romanica, hispanica o portuguesa, diccionarios como son los de Antenor Nascentes, Augusto Magne y José Pedro Machado. Con rela- cién a este Ultimo, cuya segunda edicién se ha publicado en tres tomos en 1967, deben verse, aun- que referidas a la primera edicién (1952), las ano- tacées de Ramén Lorenzo, Sobre cronologia do vo- cabuldrio galego-portugués (anotacdes ao “Dicio- nario etimolégico” de José Pedro Machado), edito- rial Galaxia, Vigo, 1968, que corrige muchos errores del fildlogo portugués respecto a fechas de docu- mentacién, e incluye muchas voces por aquél omitidas. 4, LA LENGUA MODERNA a) ESTUDIOS GENERALES Incluimos en este apartado las graméticas del gallego moderno y otros libros de caracter general Sobre el idioma, de los cuales los primeros crono- légicamente, y algunos otros, deben ser considera- dos prerromanisticos, es decir, ajenos a los métodos y conquistas de la moderna Filologia Roméanica. Son obra de aficionados o eruditos sin formacién lingilistica sistematica, o de fildlogos de formacién anticuada. Todos nos proporcionan un material tes- timonial de gran interés, excepto los mas recientes que, alimentando una pretensién normativa, fal- sean a veces la realidad por error de interpretacién o por arbitrariedad de criterio. Aun éstos reflejan puntos de vista sobre el idioma que el cientifico debe conocer. GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN 31 1. Francisco Miras, Compendio de gramdtica gallega-castellana, con un vocabulario de nombres y verbos gallegos y su correspondencia castellana, etc., Santiago, 1864. Son ciento cuarenta y siete paginas de texto, pero la gramatica propiamente dicha es breve, pues el libro contiene una parte literaria constituida por didalogos y poemas que pretenden completar como practica la parte teérica, aunque muchas ve- ces son impertinentes. Mirds persigue una finalidad concreta: “Como en Galicia, cuyas ferias son tan concurridas, suce- de que muchos ail ofr hablar a un labriego no lo pueden entender, segin lo haremos ver palpable- mente en los diferentes dialogos que sobre varios asuntos se pondr4n en el presente compendio, nos hemos determinado darlo a luz a fin de que pueda comprenderse este idioma” (p. 6). El compendio gramatical propiamente dicho sélo comprende las paginas 11 a 38. Miras dice que su gallego es “oido a viva voz a diferentes gallegos de todos lugares” (p. 10); pero no se registran in- flexiones dialectales. Mas bien se trata del habla rural de las inmediaciones de Santiago, con seseo y geada. La materia gramatical se distribuye en cuatro partes: I. Declinacién del articulo determinado o definido, II. Del pronombre, III. Conjugacién del verbo auxiliar “ser”; conjugaciones de los verbos atributivos “amar”, “temer”, “partir”; conjugacio- nes irregulares de otros verbos. IV. Del adverbio. Una edicién facsimil de esta obra ha sido pu- blicada en 1978. 2, Juan Cuveiro Pifiol, El habla gallega. Ob- servaciones y datos sobre su origen y vicisitudes, Pontevedra, 1868. 32 RICARDO CARBALLO CALERO La parte dedicada a “Gramatica” comprende treinta y ocho paginas, con los siguientes aparta- dos: Del alfabeto; De las vocales; De las consonan- tes; De los diptongos; Analogia; Declinacién del articulo; Del nombre; Numerales; Del pronombre; Del verbo; Conjugacién del verbo auxiliar “ser”; Ejemplo de la primera conjugacion “deixar”; Ejem- plo de la segunda conjugacién “coller”; Ejemplo de la tercera conjugacién “ir”; Ejemplo de la cuar- ta conjugacién “compor”; Consideraciones; Verbos irregulares; Verbo ‘‘ver”; Verbo “salir”; Verbo “an- dar”; Del adverbio; De la preposicién; De la con- juncién; De la interjeccién. Sigue una pagina de- dicada a sintaxis, en la que explica que no se detiene a formular reglas, sino que reproduce di- versos escritos en verso y en prosa, que vienen a continuacién, en los que se perciben los modismos y las principales diferencias sintacticas entre el ga- llego y el castellano. A diferencia de Miras, Cuveiro, que profesa ideas exageradas sobre la fragmentacién del gallego, con- cede alguna importancia a la anotacién de varian- tes dialectales. 3. Juan Antonio Saco y Arce, Gramdtica ga- llega, Lugo, 1868. Es la primera verdaderamente cientifica, aun- que la formacién de Saco no es la de un romanista, sino la de un hebrafsta, helenista y latinista de la escuela humanista neoclasica. Es util todavia como fuente de informacién del gallego orensano. Saco solo conoce de referencias, y mal, las demas moda- lidades del gallego, como lo demuestra su arbitraria division del idioma en un dialecto septentrional y otro meridional. Por primera vez hallamos en esta gramatica un tratamiento extenso de la sintaxis, GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN 33 con abundante acarreo de materiales que Saco aporta con originalidad. Todos los gramaticos pos- teriores le son tributarios en este aspecto. Hay una segunda edicién hecha en Orense en 1967. 4, Marcial Valladares Nufiez, Elementos de Gramdatica gallega, Vigo, 1970. La obra esté datada en 1892, pero permanecié inédita hasta que se public6é en 1970, afio en que el dia de las Letras Gallegas fue dedicado a Valla- dares. Son ciento cincuenta y dos paginas divididas en los siguientes apartados: Al lector, Alfabeto, Diptongo, Silabas, Monosilabos, Género, Numero, Casos, Partes del discurso, Articulo, Nombre sus- tantivo, Adjetivo, Pronombre, Del verbo, Preposi- cién, Interjeccién. Siguen varias adherencias. Valladares escribe su gramatica para justificar la ortografia que habia empleado en el Diccionario, y para proporcionar un manual escolar, “pues la llamada GramAtica del sefior Mirds es en extremo deficiente, y la del sefor Saco y Arce... si bien ex- celente como libro de consulta..., no asi para que logren estudiarla gentes que ni aun consiguen des- florar la de la lengua oficial” *. Es un tratado muy elemental, aunque bastante voluminoso, porque contiene la conjugacién de mu- chos verbos irregulares, y largas listas de infinitivos y participios, que son mas propias de un vocabula- rio que de una gramatica tedérica, como al cabo es la de Valladares, aunque la destine a la ensefianza. Casi se reduce su contenido a la morfologia. No hay un tratado de sintaxis, ni siquiera, como en Saco, un repertorio seguido de observaciones sin- tacticas. Aqui y alla se formulan algunas, pero ge- “ Valladares, Ob. cit., p. 9. 1. EL GALLEGO COMUN Las lenguas son realidades vivas que se mantie- nen en estado de perpetua fluencia, Sdlo cabe fijar- las definitivamente cuando han dejado de hablarse, es decir, cuando se han convertido en lenguas muer- tas. Entonces se puede reducir a férmula su estruc- tura tal como se manifestaba en los wltimos tiempos de su vida. Pero la gramatica asi elaborada es sélo como e] retrato del idioma en una fase —la final— de su existencia. La fisonomia de la lengua habra cambiado en el curso de su desarrollo, y los rasgos cambiantes pueden ser gramaticalmente fijados en cualquier otro momento de su evolucion. Desde luego, también se puede aspirar a reflejar la evo- lucién misma de la lengua, lo que nos llevaria a escribir una gramatica histdrica. Por otra parte, las lenguas no sélo cambian a lo largo del tiempo, sino que presentan variantes en su extensién espacial. Estas variantes son los dialectos. Y los dialectos no sélo se extienden en el sentido geografico, sino que también existen en relacién con las estructuras sociales, El] habla de los diversos circulos profesionales tiene caracteris- ticas propias, al menos de vocabulario, que singu- Jarizan de algtin modo el lenguaje de los distintos oficios. Finalmente, el grado de cultura del hablan- te determina también su modo de expresién, y asi se hace referencia a un lenguaje culto, familiar, popular o vulgar. Esto por lo que se refiere a la lengua propiamente coloquial; pero cuando existe 46 RICARDO CARBALLO CALERO una lengua literaria, ésta no coincide nunca exac- tamente con ninguna forma de aquélla. Todo ello explica que puedan existir dos tipos de estudios lingiiisticos. Podemos partir de la com- plejidad y variedad del fenédmeno del lenguaje y estudiarlo en su realidad empirica, ya acotando una zona del mismo, ya aspirando a conocerlo en su totalidad. Es decir, dado un determinado idioma, podemos estudiar un dialecto del mismo, o su situa- cién en un momento determinado, 0 podemos com- binar estos y otros criterios; o bien podemos pre- tender ambiciosamente e] estudio de todos los aspectos reales, en sentido sincrénico y diacrénico, del idioma. En todo caso, al proceder asi describi- mos una realidad sobre la que no actuamos sino para ordenarla sistematicamente con fines diddcti- cos. Pero cabe también una gramatica normativa que pretenda —hasta donde lo permita la flexibili- da] de] idioma— fijar el esquema de un ideal lin- giiistico que relegue a la condicién de hablas vul- gares o dialectales las formas que se aparten de aquel ideal. Esta Ultima empresa, al entrafiar una seleccién de las realidades multiples que constituyen una lengua, supone una simplificacién de la misma. Al gramatico —en el sentido mds usual o vulgar de esta palabra— le estorban las variantes. Su labor es del tipo académico clasico, una labor de politica cultural. Supone el propdésito de fijar y limpiar el idioma, eligiendo —conforme a un criterio deter- minado, o segtin un criterio ecléctico— fonemas, morfemas o sintagmas a los que se pretende cano- nizar, por considerarlos los mas eficaces o autori- zados, y rechazando como incorrectos, innobles o inadecuados, los habitos lingiiisticos que no se ajus- ten al canon establecido. El verdadero lingiista, en GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN 47 cambio, ama los hechos en toda su objetiva riqueza; no trata de encauzar, sino de conocer la vida del idioma, y tiende a mirar como falta de sentido cien- tifico la obra del autor de una gramatica norma- tiva. Por lo que se refiere a la lengua gallega, el inte- rés cientifico reclama un manual de dialectologia que estudie sistematicamente las diversas formas que el gallego reviste o ha revestido en el curso de su historia. Pero el idioma no es unicamente un objeto de estudio cientifico, Es un medio practico de comunicacién que, como tal, debe mantenerse en la forma mas adecuada para el cumplimiento de sus fines. Hay razones practicas que aconsejan la fijacién de un gallego comun, y, entre ellas, dos fundamentales. La primera es de orden pedagégico. El estudio del gallego en las escuelas de ensefianza general bdsica y en los institutos de bachillerato, asi como en las demas entidades, publicas o privadas, donde se pretende proporcionar a los alumnos un conoci- miento practico del idioma, no puede realizarse sino sobre la base de una lengua patrén, de una lengua que, al menos en su forma escrita, se encuentre codificada y unificada dentro de limites prudentes. No se puede iniciar a nadie en el conocimiento de un idioma, si se aspira a que lo hable y lo escriba, segin un manual de dialectologia que recoja sin jerarquizarlas las variantes existentes. Estas sdlo interesan a los lingiiistas, sean profesionales o afi- cionados. Hay muchas personas, gallegas y no ga- llegas, que desean conocer practicamente el idioma gallego, y que necesitan un criterio autorizado so- bre el modo de manejarlo. No pueden arrostrar la confusién de una informacién dialectolégica sin discriminacién de variantes. El estudio de esos de- 48 RICARDO CARBALLO CALERO licados fenédmenos ha de ser complementario del conecimiento de la lengua general para aquellos que quieran profundizar en el examen cientifico del idioma. Para los que no se encuentran en este Ultimo caso, lo aconsejable es la utilizacién de un método practico de aprendizaje del gallego. Pero cualquiera que se postule, tendra que basarse en una gramatica tedrica que haya resuelto los proble- mas que se plantean a la lengua general. La segun- da razén practica fundamental que aconseja la fi- jacién de un gallego comun, es la conveniencia de una cierta unificacién de la lengua escrita, al me- nos por lo que se refiere a la literatura didactica, ya que la precisién del vocabulario cientifico pide acuerdo general. El cultivo literario del gallego, que hoy —con mayor o menor modestia— se extiende, o tiende a extenderse, a todos los campos, reclama una informacion gramatical de caracter general. Se hace, pues, necesario un gallego normativo que permita al profesor orientar sus ensefianzas, y al escritor resolver sus problemas de comunicacién con el publico, con un minimo de coherencia. Esto no obsta para que las hablas locales y la literatura dialectal se cultiven con una finalidad practica o artistica; pero es evidente que el esquema de un gallego ideal, fundado en la abstraccién de las rea- lidades del gallego, ha de formularse, por razones de eficacia cultural. A estas consideraciones hay que anadir ahora las perspectivas de uso oficial de] gallego en un régimen autondmico. 2. GALLEGO Y LATIN El gallego es la lengua romdnica mas occiden- tal. Su nucleo geografico inicial se halla, pues, rela- GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN 49 tivamente muy alejado del nucleo originario del la- tin. La tardia conquista romana introdujo el latin en el Noroeste hispanico, y aunque la romaniza- cién en genera] no fuese muy profunda, la lengua de Roma barrié las hablas prerromanas con tanta eficacia como en el mas latino de los dialectos ro- mances. Tomemos, por ejemplo, un texto literario: la primera estrofa de A Virze do Cristal, del poeta Manuel Curros Enriquez. Dice ast: Almas ardentes pra chorar nacidas unha céncia que Dios non quizo darvos; volvoretas xentis, esparezidas arredor dunha lus que ha de queimarvos; almas cheas de duda, de fe espidas; dunha eterna inordncia eternos parvos, vermes envoltos no montén aceso de osos de mortos, que chamds progreso. Pues bien, la totalidad del léxico utilizado por el escritor es de incuestionable genealogia latina. Hay, desde luego, en gallego, como en todas las len- guas romances, palabras de otra procedencia, y las divergencias con relacién al latin vulgar que en el gallego se hhallen, apenas pueden explicarse —al menos en su mayor parte— sino con referencia a un sustrato prerromano. Pero ello ocurre con todos los romances. Si lo comparamos con el castellano, el gallego, en su conjunto, nos parece mas préximo al latin. Es decir, se nos presenta como un romance emi- nentemente conservador. En ciertos aspectos esta a medio camino entre el latin y el castellano. Vea- mos algunos ejemplos. El diptongo ar del étimo latino, ya se encuentre en la forma originaria, ya proceda de una metatesis GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN 55 marcados. Mientras no se fijan literariamente, las lenguas viven siempre en estado de fragmentacién dialectal. En la época de gestacién de los romances hispanicos, las condiciones geograficas y las difi- cultades de comunicacién pesaban decisivamente para imponer la variedad en el habla cotidiana. Lo que conocemos del habla de los mozarabes, que re- presentaria la continuacién de la lengua usual an- terior a la conquista musulmana, nos muestra ciertamente, como no podia menos de esperarse, numerosas divergencias locales en la morfologia y en el Jéxico, Hemos de admitir, pues, que la lengua romanica inicial del noroeste hispanico presentaba ya algunos caracteres diferenciales. E] sustrato pre- rromano que condicionaba su evolucién, se compo- nia de diversas capas, las mds antiguas preindo- europeas. Se habla de un fondo ligur. Se discute la importancia del elemento celta. Los rasgos revo- lucionarios registrados tempranamente en el ro- mance occidental, se atribuyen a la persistencia del sistema fonético prerromano. Por lo que se refiere a las condiciones de pene- tracién del latin, la tesis de Harri Meier afirma que la romanizaci6n de la Espafia occidental partié de la Bética. El latin hablado en esta provincia era mas culto que el de la Tarraconense, y ello explica los rasgos conservadores del gallego-portugués. En resumen, estos dos factores dieron su fisono- mia propia al gallego prehistérico, aunque admi- tamos que éste presentaba en sus origenes el aspec- to de una variante del romance hispanico inicial, como se desprende del estudio del habla de los mo- zarabes. La Reconquista acelera el proceso de trans- formacién, y las nuevas condiciones politicas y so- ciales explican definitivamente la fragmentacién 56 RICARDO CARBALLO CALERO lingilistica de la Espafia romanica, El gallego re- presentaria la mayor proximidad a la lengua gene- ral que los mozarabes conservaron, aunque, como no escrita, matizada de variantes locales. 4, FUENTES LEXICALES DISTINTAS DEL LATIN Entre los elementos léxicos preceltas que con- serva el gallego, los mas son comunes al castellano, ya aparezcan con idéntica forma en ambos idiomas, ya, como en el caso de lousa ’losa’, morea ’morena, morrena, montén’, veiga ‘vega’, presenten las dife- rencias fonéticas que resultan de las peculiaridades lingilisticas respectivas. Otros son exclusivos del gallego —y a veces comunes al leonés— como amo- rodo ’fresa silvestre’, arnela ’corteza’, arume ’pino- cha’, bdrcia ’vega’, bourar ’golpear’, bouza ’monte inculto, matorral’, cabazo "hérreo de varas entrela- zadas’, cddavo ‘chamizo’, carballo 'roble’, carras- queira ’brezo’, corgo *poza’, cosco *hojas que envuel- ven la espiga de maiz’, cotafio ’cepa de hiniesta’, cotarelo ‘colina’, curuto ‘cima’, esmagar ’aplastar’, gabanceira ’escaramujo’, pala ’cueva’, parga ’pila’, queiroa "brezo’, sémago ’albura de los vegetales’, touticeira *loma’, towza ‘matorral’, toro ’aliaga’, zardén ’acebo’, bien porque no exista palabra ge- mela en el castellano, bien porque como consecuen- cia de las diferentes leyes de evolucién fonética, se halle en su forma actual muy apartada de la ga- llega. También muchos elementos celtas son comunes al castellano, y en gran parte incorporados a través del latin. Entre los términos mas caracteristicos que se dan como de origen celta, figuran adobiar ’arreglar, adobar’, alpendre ’cobertizo’, amieiro ’Ala- GRAMATICA ELEMENTAL DEL GALLEGO COMUN 51 mo’, berce ’cuna’, berro 'grito’, bico ‘pico, boca, beso’, bido ’abedul’, billa ’grifo’, borba ’viscosidad’, bosta *bofiiga’, bringa ‘cada una de las varas que atra- viesan los costados de las cestas’, brusca "brezo’, burato ’agujero’, callau ’guijarro’, camba ’pieza de Ja rueda del carro’, camino ’camino’, canga ’yugo’, canto ’rincén'’, colmeiro *hacina’, croio ‘canto ro- dado’, cruxol ’crisol’, cheda 'pieza del lecho del ca- tro’, eiva ’defecto’, embelga ’cada uno de los tramos que se acotan en las parcelas para hacer la siem- bra’, godaiio ’macho cabrio en celo’, goro ’huero’, lamigueiro ‘alamo blanco’, manifio ’estéril’, olga *haza’, rego ‘surco’, tascar ‘espadar el lino’, tola ’surco para riego’, tona ’nata, superficie’, towca ’to- ca’, toucifio ’tocino’, trado ’taladro’, virar ’volver, dar vuelta’, zouba ’sardina joven’. El latin suministré al gallego un gran numero de vocablos griegos que los romanos habian incor- porado a su idioma. Muchos otros fueron posterior- mente adoptados como cultismos modernos. Impor- tante es el acervo de términos aportados por el cristianismo. Es muy dudoso que haya alguna pa- labra, como berberecho ’verderén (molusco)’, que el gallego tomase del griego directamente. Entre los términos con fisonomia mas distante de los corres- pondientes castellanos, podemos citar angueira *quehacer’, anzo ’angel’, cadeira ’catedra, silla con brazos’, caiza ‘’caja’, cdengo ‘candénigo’, crego ’clé- rigo’, eirexa ’iglesia’, escarolada (broa) *pan de maiz hecho con harina gruesa que se desmigaja facil- mente’, esmola ’limosna’, leigo ‘lego’, marteiro ’mar- tirio’, mosteiro ’monasterio’, orfo "huérfano’, xis *yeso’. También fueron acarreados por el latin vulgar los mas de los términos germanicos que se incorpo- 58 RICARDO CARBALLO CALERO raron a nuestro idioma y que, por ello, suelen ha- llarse en otros romances bajo las formas correspon- dientes. Se han senalado como de procedencia sue- va britar ‘romper’, broa ’pan de maiz’, gabar ’ala- bar’, laverca ’alondra’, lévio *’emparrado’, pouta *garra’, triganza ‘prisa’, trigar ’empujar’, trola *mentira’. Pero es muy dificil separar lo suevo de lo gético, Otras aportaciones germanicas son afa- gar ’halagar’, agarimo ‘amparo’, arranzxar ’ordenat’, botar ’arrojar’, birta ‘surco para conduccidn del agua de riego’, branco ‘blanco’, canivete ‘cortaplu- mas’, couwsir ‘discriminar’, cousimento ’discrecién’, elmo ’yelmo’, esgrévio ’Aspero’, espeto ’asador’, es- pora ’espuela’, faco ’jaco’, falcatrua ’engafio’, fato grupo’, faldra ’falda’, feltro ’fieltro’, frecha *flecha’, frota ’flota’, gafiar ’ganar’, garfo tenedor’, garupa *grupa’, gasallar ’agasajar’, guindar ‘arrojar, tirar,’ guindastro ‘cabrestante’, guirlanda ‘guirnalda’, laido feo’, laido ‘lamento’, luva ’guante’, maino *blando’, mexengra ’paro’, nifrén *quejumbroso’, osa *polaina’, pote ‘puchero’, rapa ’corte de la lana de las bestias’, rifar ’refiir’, roca ’rueca’, roubar *robar’, roupa ’ropa’, teirugo ’tején’, truco ’topeta- 20’, tripar ’pisar’. La dominacién arabe en Galicia fue efimera, pero influencias mozdrabes o préstamos castellanos insertaron en nuestra lengua voces de aquella pro- cedencia. Entre las mas genuinas figuran acea ’acefia’, adival ’soga’, albizaras ’albricias’, alcaiote *aleahuete’, alcume ’apodo’, alfaia ’alhaja’, alfaiate ’sastre’, alfdndega ’aduana’, alfinete ’alfiler’, alicer- ce ’cimiento’, almafi ’marfil’, argola ’argolla’, arra- baldo ’arrabal’, atatide ’atatid’, azougue ’azogue’, azoute ‘azote’, azucea ‘azucena’, bairro *barrio’, bal- deiro ’baldio’, barragdé ‘manceba’, ceifa ’siega’, ce-

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