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DIAGNOSTICO

PARTICIPACION DE LA SOCIEDAD CIVIL


EN LA PREVENCION DE LA CORRUPCION
EN EL SALVADOR

INDICE
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I PARTE
LA CORRUPCION Y EL ENTORNO SOCIO-CULTURAL EN El
SALVADOR

Introducción.
1.1..La Corrupción antes del conflicto de los años ’80.
1.2.La guerra y la problemática de la Corrupción.
1.3.Después de los Acuerdos de Paz.
1.4. Conclusión

II PARTE
REFERENCIAS AL MARCO JURIDICO INTERNACIONAL

Introducción
2.1.Convención Interamericana contra la Corrupción

III PARTE
MARCO JURIDICO NACIONAL

Introducción
3.1.Constitución de la República de El Salvador.
3.2.Ley Orgánica de la Corte de Cuentas de la República.
3.3.Reglamento Orgánica Funcional de la Corta de Cuentas de la República.
3.4. Ley Orgánica de la Administración Financiera del Estado.
3.5. Disposiciones Generales del Presupuesto.
3.6. Ley Orgánica de Contabilidad Gubernamental.
3.7. Normas de Control Interno.
3.8. Ley de Suministros.
3.9. Ley de Adquisiciones de la Administración Pública.
3.10.Ley sobre el Enriquecimiento Ilícito de los Funcionarios y Empleados Públicos.
3.11.Ley de Ministerio Público.
3.12.Código Procesal Penal.
3.13.Código Penal y Leyes Penales Dispersas.
A. Código Penal.
B. Ley Contra el Lavado de Dinero y Activos y su Reglamento.
C. Ley Reguladora a las Actividades Relativas a las Drogas.
D. Ley Represiva del Contrabando de Mercaderías y de la Defreaudación de la
Renta de Aduanas.
E. Código de Justicia Militar.
3.14. Ley del Servicio Civil.
3.15. Instituciones Autónomas ANDA, ISSS, INPEP.
3.16. Ley de Proteción al Consumidor y su Reglamento.
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IV. PARTE
DESARROLLO DEL CUESTIONARIO

V. PARTE
RECOMENDACIONES

I PARTE
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LA CORRUPCION Y EL ENTORNO SOCIO-CULTURAL EN EL SALVADOR

INTRODUCCION

Para analizar brevemente el perfil de la problemática de la corrupción en El


Salvador y su relación con la eventual participación de la Sociedad Civil, en cuanto a la
prevención de la misma, es necesario hacer referencia al contenido de la Convención
Interamericana contra la Corrupción, aprobada en Acuerdo Ejecutivo No. 566 y ratificada
con el Decreto Legislativo No. 351, con la cual la República de El Salvador se
compromete a la persecución de dicha figura delictiva.

En base al segundo numeral del capítulo II de la Convención, podemos definir


como “actos de corrupción”, a los realizados por los funcionarios públicos en el desarrollo
de sus funciones y con especial vinculación con tal ejercicio.

Sería oportuno, tal vez, tomar en cuenta, sin embargo, un perfil más amplio y
sociológico del término corrupción, incluyendo en éste, todo comportamiento, realizado,
no sólo por funcionarios públicos, sino también por particulares, tendiente a lograr
resultados contrarios a la ley o perjudiciales para los demás o el Estado mismo y
perpetrados a través de acciones ilícitas o tendientes a lo ilícito.

Es importante observar, que la Sociedad Civil, en cuanto a la corrupción es víctima


de la misma, pero, en circunstancias específicas puede llegar a ser partícipe o cómplice de
tal delito, en la medida en que, en donde hay corrupto, existe siempre un corruptor.

Sobre esta breve premisa, que indica un poco, el perfil amplio que aplicamos a la
corrupción en este documento, sintetizamos a continuación unos rasgos socio-culturales
referentes al tema de la corrupción, en los tres distitntos contextos históricos: Antes de la
guerra, durante y después del conflicto.

1.1. LA CORRUPCION ANTES DEL CONFLICTO DE LOS AÑOS ’80

El Salvador, como todos los Países Latino-Americanos ha padecido de largos


siglos de una cultura feudal y excluyente, basada sobre la propiedad de la tierra, reunida en
pocas manos y una gran mayoría social poco favorecida en cuanto a recursos económicos,
con la presencia de un ejército fuerte y politizado que, habitualmente mantenía el poder del
Estado o para sí mismo o para los detentores del poder económico, según las épocas y las
circunstancias.

Sin embargo, en base a un golpe militar de tendencia social demócrata, en 1949, se


instauró un sistema político, que promovió la creación de una excelente Constitución (la de
1950) que representa un hito histórico en la democracia nacional.

Sin embargo, las circunstancias socioeconómicas y políticas no permitieron


avanzar mucho en la aplicación de dicha Constitución, y la situación del País vino
encaminándose a un deterioro, que llevará, en la década de los ’80, a la guerra civil.
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En este contexto esbozado muy someramente, el perfil de la corrupción era muy


particular, en cuanto presentaba dos aspectos contradictorios. Por un lado, las profundas
diferencias sociales y la concentración de la riqueza en pocas manos, en una sociedad
vertical con fuertes connotaciones de compadrazgo, constituían un tejido social complejo
en el cual existía poco espacio y poquísima necesidad de los grandes hechos de corrupción,
para lograr objetivos de poder económico en general.

Por otro lado, las dramáticas condiciones sociales y las dificultades en cuanto a
solventar las necesidades básicas individuales, para una gran parte de la población,
inducían y favorecían una tendencia generalizada a la corrupción de pequeña escala, pero
difusa, relacionada con las estructuras del poder, las instituciones públicas versus
ciudadanía. Por otro lado, la Sociedad Civil no tenía homogeneidad ni conciencia cívica
con respecto al tema de la corrupción, por no existir el hábito a la participación política y
social que era básicamente nula.

1.2. LA GUERRA CIVIL Y LA PROBLEMATICA DE LA CORRUPCION

Por las dificultades socio-políticas nacionales y las contradicciones económicas,


que perduraban, sin apertura democrática y pluralista en cuanto al manejo del poder, se
vino dando el desenlace de la guerra entre el ejército y los grupos armados en 1980, no
obstante un levantamiento militar (1979) seguido por una histórica y revolucionaria
Proclama, que impulsó a través de los gobiernos del Dr. Alvaro Magaña y posteriormente
del Ing. Duarte, una reforma agraria bastante agresiva y decidida.

Por otro lado, en 1983 se formuló una nueva Constitución, la cual, si bien es cierto,
mantiene bastante coherencia con los contenidos y el espíritu de la Constitución del ’50,
presentaba alguna congruecia entre sus partes, debido, posiblemente a las distintas
ideologías que concurrieron a su formulación.

Durante el difícil decenio de la guerra, la temática de la corrupción no ocupó


aparentemente el interés de la Sociedad Civil, empeñada en sobrevivir y en sobrellevar al
conflicto mismo, enfrentando las dificultades de orden material, social y psicológico que
esta situación de emergencia comporta.

Esto no significa, sin embargo, que episodios de corrupción no se dieran en el


entorno nacional, sea a nivel gubernamental, como en el ámbito del contrabando y tráfico
de armas y de menores, y manteniéndose un bajo nivel de confiabilidad en la
institucionalidad del Estado y en su capacidad de persecución del delito, en el marco de un
muy limitado respeto de los derechos individuales y constantes suspensiones de garantía
constitucionales.

Sin embargo, el nivel de corrrupción podía apreciarse en forma significativa, en los


aspectos señalados y en otros que, tal vez, quedaban muy encubiertos y poco accesibles a
la opinión pública.

Pero, las preocupaciones y el interés nacional seguramente estaban encauzados


hacia otras problemáticas más urgentes y apremiantes y, por otro lado, el sistema de
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justicia, que adolecía de grandísimas deficiencias y anomalías, no realizaba el seguimiento


de los ilícitos provocados por episodios de corrupción.

1.3. DESPUES DE LOS ACUERDOS DE PAZ

En base al cambio profundo del entorno internacional (caída del muro de Berlín) y
fin de la guerra fría, se vieron propiciados las condiciones favorables para impulsar el
proceso de paz en El Salvador.

En enero de 1992, se llegó a la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno de


El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en
Chapultepec, México, con el apoyo de gobiernos amigos y el compromiso moral de varios
países del mundo, a sostener la construcción de la democracia en El Salvador.

El cambio histórico que se produjo para el País no consistió exclusivamente en la


obtención de la paz, sino, más bien, en la implementación de un Estado de Derecho,
democrático y participativo. Los cambios constitucionales importantes que se dieron en
base a los “Acuerdos de Paz”, determinaron, entre otras cosas, la reformulación del rol de
la Fuerza Armada, la reestructuración del Sistema de Justicia, la creación de la
Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y la creación de la Policía
Nacional Civil.

Indudablemente, se instauró para el País un nuevo modelo político y social, en


buena parte formal, pero en cierto aspecto también real y sustancial, en el cual la
democracia participativa, fue puesta en marcha.

Poco a poco se vino perfilando con una cierta intensidad el rol de la Sociedad
Civil, que tuvo, no sólo oportunidades de expresarse, sino también de tomar conciencia
sobre la problemática nacional, a través de la labor de los distintos partidos políticos,
ONG’s que se dedicaban a temas sociales, y sobre todo, a través de la labor de los medios
de comunicación, que jugaron y siguen jugando un importantísimo papel de denuncia,
concientización e información.

Sin embargo, en el contexto de mayor amplitud política, libertad y bienestar, se


manifestaron también distintas problemáticas, que favorecieron en buena parte la
proliferación de la corrupción en el País, en distintos aspectos.

La abundancia de la ayuda económica internacional, la presencia de capitales de


inversión extranjera, algunos de dudosa proveniencia, el abrirse el espacio al narco tráfico
y al lavado de dinero, las operaciones financieras poco confiables y que conllevaron
algunas estafas masivas y espectaculares, la falta de mecanismos de control legal en cuanto
a licitaciones y contrataciones públicas, la poca confianza ciudadana, en las actuaciones y
en la ética de los partidos políticos, así como de las instituciones del Estado en su
conjunto, son algunos de los principales aspectos que abrieron el campo, por un lado, a la
proliferación de la corrupción y, por el otro, la concientización del problema en el seno de
la Sociedad Civil.
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Cabe recordar también que, el rápido deterioro del perfil ético de la PNC, en
cuanto a la persecución del delito y a comportamientos ilícitos de los mismos miembros
del cuerpo policíaco, la lentitud, ineficiencia y sospecha de corrupción para varios
funcionarios del Sistema Justicial, la labor poco científica y técnica de la Fiscalía (por el
reducido presupuesto y la poca preparación de sus cuadros), no favorecen un clima de
ataque a la corrupción como sería deseable.

La Sociedad Civil, se ha encontrado en cierta forma sola e impotente a


contrarrestar al fenómeno, tomando en cuenta también el grado de involucramiento que, de
alguna manera puede tener en el asunto, como ya se dijo, en donde existe un fenómeno de
corrupción, además del corrupto, existe, obviamente un corruptor y esto involucra
ciertamente a la Sociedad Civil.

Por otro lado, las Universidades, aún, las más respetables y prestigiosas, no han
tomado como prioritario, ni siquiera, a nivel de análisis y de investigación, al tema de la
corrupción.

En cuanto a la labor de las ONG’s, existen en el País actualmente algunas, que se


dedican específica o transversalmente al tema que nos ocupa, pero su impacto social, no es
tan relevante como sería deseable. Existe, en vez, una labor notable y relevante que
realizan los medios de comunicación en cuanto a la denuncia, al monitoreo y el
seguimiento de los casos de corrupción y de las conductas anómalas o sospechosas en
cuanto a este delito.

En realidad, los medios de comunicación salvadoreños, ya sean escritos, radiales o


televisivos, representan la instancia más confiable, demócrata y comprometida con la tarea
de informar y concientizar sobre el tema de la corrupción, que existe en el País.

El clima de auténtica mejora en cuanto a libertades, entre otras, la de expresión, ha


favorecido el fortalecimiento de los medios en general y al crecimiento profesional de los
periodistas.

En este marco, es en donde la Sociedad Civil, de la cual los medios constituyen una
parte importante, ha desarrollado su toma de conciencia, sobre el tema de la corrupción. A
través de los medios ha venido desarrollándose la capacidad de denuncia o de queja de los
miembros de la Sociedad Civil en los casos de corrupción, que observan o de los cuales
son víctimas.

La conciencia social, se puede decir, entonces, que se está fortaleciendo cada día
más al rededor del tema, y, reiteramos a través y por obra en especial de los medios de
comunicación.

Sin embargo esta forma de denuncia o de comentarios no logra la eficacia debida,


porque no alcanza a las estructuras del sistema. La Sociedad Civil, por su parte,
difícilmente intenta llegar a denuncias específicas y concretas, ante la Fiscalía, Juzgados y
Policía Nacional Civil.
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El recelo y la poca confianza en dichas instancias, no favorecen la actuación directa


de los ciudadanos en ese sentido.

Por otro lado, la corrupción, probablemente incrustada en las estructuras del poder
público y privado crea un ambiente de temor y de inseguridad, en cuanto a la denuncia o a
la testificación y provocan también inquietudes para la seguridad personal o a la
estabilidad laboral, entre otras cosas.

1.4. CONCLUSION

A la luz del contexto socioeconómico y político nacional, se puede concluir que las
posibilidades reales para la Sociedad Civil de participación, no sólo en la persecución sino
en la prevención del fenómeno de la corrupción, son escasas en la actualidad. Se
necesitaría avanzar en el aspecto del fortalecimiento de la Sociedad Civil, en cuanto a
dicho fenómeno, con novedosos y agresivos mecanismos legales, sociales y políticos
(entendiéndose voluntad política).

A continuación se esbozará el marco legal existente en el País referente al tema de


la relación: Sociedad Civil versus corrupción y, después de un breve perfil de la situación
legal sugerida y referida por el proyecto, se expresarán algunas recomendaciones.

II PARTE

REFERENCIAS AL MARCO JURIDICO INTERNACIONAL

INTRODUCCION

Como se dijo al inicio de esta investigación, el diagnóstico legal está sujeto a


lineamientos estrictos de planificación legislativa, el cual nos obliga a realizar una análisis
jurídico integral, tomando en cuenta los tratados internacionales de tipo universal, regional
o bilateral mediante los cuales el Estado de El Salvador está realizando esfuerzos por
combatir la corrupción transnacional y nacional.

La obligación primigenia de erradicar la corrupción la tiene el Estado, como ente


responsable y soberano para corregir su misma administración. El Estado dispone del
engranaje administrativo para controlar dicho mal. Desde este punto de vista, la
cooperación internacional, siempre se consideró eminentemente subsidiaria a la obligación
que corresponde al mismo Estado.

No obstante, la transnacionalización de la economía, expresada en el libre


mercado, y con éste, un sin numero de libertades propias de su naturaleza, han
transformado de forma compleja las actividades entre personas naturales y jurídicas, entre
personas jurídicas y órganos regionales, entre personas jurídicas y órganos de Estado y
entre unas y otras, en un entramado de relaciones de toda índole, donde los funcionarios
públicos y particulares pueden cometer actos de corrupción afectando no solamente la
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seguridad jurídica de las relaciones antes enunciadas, sino también el bien común de los
habitantes de cada uno de los Estados involucrados en la relación transnacional.

El delito y sus efectos también se tornan complejos, de tal forma que su represión y
persecución trasciende de las fronteras nacionales. Para evitar la impunidad no basta la
regulación sustantiva penal de los principios de extraterritorialidad y universalidad si no
van acompañados de verdadera cooperación judicial de los Estados afectados.

Los nacionales o personas naturales de cualquier país afectado por actos de


corrupción son fuerza coadyuvante en la erradicación del mismo. Su protección en el
ámbito de cooperación judicial internacional se torna aún más importante para la efectiva
lucha del problema.

Uno de los esfuerzos más significativos en materia internacional y regional, lo


constituye la suscripción de la Convención Interamericana contra la Corrupción suscrita el
29 de abril de 1996 en Caracas, Venezuela, por los países que forman parte de la
Organización de Estados Americanos y que regula de forma sustantiva y procesal
mecanismos idóneos de combate contra la corrupción. Además, El Salvador desde el siglo
pasado ha suscrito y ratificado una serie de tratados de extradición, mediante los cuales se
trata de evitar la impunidad de estos delitos.

2.1. LA CONVENCION INTERAMERICANA CONTRA LA CORRUPCIÓN

La Convención Interamericana contra la Corrupción fue suscrita el 29 de abril de


1996 en Caracas, Venezuela, por los países que forman parte de la Organización de
Estados Americanos, la cual fue ratificada en todas sus partes por Decreto Legislativo
Número 351 del día 9 de junio de mil novecientos noventa y ocho. Decreto publicado en el
Diario Oficial Número150, Tomo 340 de fecha 17 de agosto de 1998.

Los propósitos de la Convención son los de promover y fortalecer el desarrollo, por


cada uno de los Estados Parte, de los mecanismos necesarios para prevenir, detectar,
sancionar y erradicar la corrupción, así como el de promover y regular la cooperación
entre los Estados Partes a fin de asegurar la eficacia de las medidas y acciones para
prevenir, detectar, sancionar y erradicar los actos de corrupción en el ejercicio de las
funciones públicas y actos de corrupción específicamente vinculados con tal ejercicio.

Para el cumplimiento de estos grandes propósitos y con respecto al tema que nos
ocupa en este diagnóstico, se encuentran señaladas las medidas preventivas que involucran
a la Sociedad Civil como coadyuvantes al cumplimiento de los mismos.

En el Artículo III Números 11 y 8, se recomienda a los Estados parte, primero,


aplicar medidas, dentro de sus propios sistemas institucionales, destinadas a crear
mecanismos que estimulen la participación de la Sociedad Civil y de las organizaciones
no gubernamentales en la lucha contra la corrupción y, segundo, a crear sistemas de
protección de funcionarios y ciudadanos particulares, que denuncien de buena fe actos de
corrupción, incluyendo la protección de su identidad, con respeto a la Constitución y a los
principios fundamentales del ordenamiento jurídico interno de cada Estado.
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De conformidad al Artículo 144 de la Constitución de la República, los tratados


internacionales celebrados por El Salvador con otros estados o con organismos
internacionales, constituyen leyes de la República al entrar en vigencia, conforme a las
disposiciones del mismo tratado y la Constitución. Lo que implica que el Estado de El
Salvador está obligado a poner en marcha dichos mecanismos, pues el Tratado ahora es
parte del ordenamiento jurídico nacional y es el que en forma directa establece dicha
obligación.

El diagnóstico que nos ocupa precisamente está encaminado a establecer las normas
constitucionales y legales, de nuestra legislación interna, que permiten u obstaculizan la
participación de la Sociedad Civil en la denuncia de los actos de corrupción y la protección
de los mismos. Así como otros instrumentos de carácter universal o regional que hayan
sido suscritos y ratificados por El Salvador que regulen de forma similar alguna
obligación.

III PARTE

MARCO JURIDICO NACIONAL

INTRODUCCION

El diagnóstico jurídico que se realizará en esta etapa comenzará a partir del análisis
constitucional o de las normas fundamentales de las que se deriva la creación de las demás
normas jurídicas, respetando en lo posible la unidad de nuestro ordenamiento jurídico, que
vincula a la Ley, al Reglamento y las demás normas del sistema a la norma constitucional.

El análisis estará restringido a los mecanismos de participación de la Sociedad Civil


en la prevención de la corrupción. Mecanismos, que deberían estar reglamentados en
nuestro país, por ser una de las obligaciones adquiridas en la Convención Interamericana
contra la Corrupción, ratificada por Decreto Legislativo Número 351 del 9 de junio de
1998. Publicado en el Diario Oficial No. 150, Tomo 340 de fecha 17 de agosto de 1998.

3.1. CONSTITUCIÓN DE LA REPUBLICA DE EL SALVADOR.

La Constitución de la República no establece de forma directa la obligación que


tiene el Estado de proporcionar mecanismos de participación a la Sociedad Civil en la
prevención de la corrupción prescrita en el artículo III Numeral 11 de la Convención
Interamericana contra la Corrupción. Tampoco se encuentra obligación directa alguna de
los ciudadanos o de las organizaciones de la Sociedad Civil de realizar dichos actos de
prevención.

Las reglas de interpretación constitucional señalan que las normas constitucionales


son de carácter general y que no pueden aislarse ni limitarse del contexto total para lo que
fueron creadas.
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Bajo este contexto, de conformidad al artículo 1 y 2 de la Constitución, puede


asegurarse que, bajo la consecución del bien común el Estado y sus Órganos, en el
cumplimiento de sus fines, tiene que utilizar todos los medios democráticos necesarios
para conseguir el bien común de las personas. Por ello, además, de los medios normales de
control del gasto público, pueden establecerse otros medios a través de los cuales se
puedan corregir los actos que dañen la administración del mismo. La incorporación de
dichos medios se vuelve obligatoria, cuando a través de éstos se logra evitar la impunidad
y se logre la prevención generalizada de los mismos.

El sistema orgánico creado tiene un contralor de legalidad de todo el ordenamiento


jurídico que es la Corte Suprema de Justicia. Además, tiene controles orgánicos
independientes, como lo son la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, la
Fiscalía General de la República y la Corte de Cuentas de la República.

En cuanto a la obligación que tienen las personas de participar en la prevención de


los actos de corrupción la constitución establece en el artículo 9 que: “Nadie puede ser
obligado a realizar trabajos o prestar servicios personales sin justa retribución y sin su
pleno consentimiento”, salvo en los casos señalados por la ley ”. Así mismo el artículo 73
establece que “Los deberes políticos del ciudadano son: 2º Cumplir y velar porque se
cumpla la Constitución de la República, y, 3º Servir al Estado de conformidad con la
ley…”. Por lo que bajo el principio de unidad, será la ley que imponga tal obligación.

En la legislación secundaria encontramos normas que vinculan a las personas a


participar en la denuncia de actos de corrupción, por ejemplo: la obligación de denunciar
delitos de acción penal pública de conformidad al artículo 229 del Código Procesal Penal,
o la obligación que prescribe el artículo 10 de la Ley sobre Enriquecimiento Ilícito de
Funcionarios y Empleados Públicos, cuando establece que todo ciudadano en ejercicio de
sus derechos políticos puede denunciar los actos de corrupción.

Bajo una interpretación orgánica, puede señalarse que el legislador quiso atacar
especialmente la corrupción, regulando en su mismo cuerpo normas de potestad legislativa
sobre la responsabilidad de funcionarios públicos, imponiéndoles obligaciones hasta de
carácter procesal, con el fin de que este tipo de actos sea investigado y controlados por
órganos e instituciones fundamentales del Estado. Luego, no podría argumentarse, que
bajo esta intención del constituyente, no cabe la realización de esfuerzos por parte de la
Sociedad Civil en colaborar con dicha prevención.

Además, debe tomarse en cuenta la vocación que tiene nuestro Estado de ser
democrático y participativo.

El artículo 240 de la Constitución establece, que la Corte Suprema de Justicia


llevará un control sobre el patrimonio, por medio de las declaraciones de bienes
presentadas personalmente por los funcionarios y empleados públicos, otorgándole a dicho
órgano la facultad de tomar todas las providencias que estime necesarias para comprobar la
veracidad de las declaraciones; este control es realizado por la Sección de Probidad de
dicha Corte, creada a partir de 1984 en virtud de la Ley Orgánica Judicial, y cuyo ámbito
de validez está regido por la Ley sobre Enriquecimiento Ilícito de Funcionarios y
Empleados Públicos.
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3.2. LEY ORGANICA DE LA CORTE DE CUENTAS DE LA REPUBLICA

De conformidad al artículo 1 de la Ley, la Corte de Cuentas de la República tiene


como fin fiscalizar la Hacienda Pública y la ejecución del presupuesto general de la
Nación, así como la gestión económica de las Municipalidades.

Existe un control coordinado entre la Corte de Cuentas de la República y la


Superintendencia del Sistema Financiero para fiscalizar todas aquellas instituciones que
reciban asignaciones, privilegios o participaciones ocasionales de recursos públicos según
lo establece el artículo 3 de la Ley.

Para realizar la fiscalización y control de la Hacienda Pública se dispone del


Sistema de Control de la Gestión Pública Mencionado en la Título II de la Ley.
Orgánicamente dispone de unidades de auditoría, de una Dirección de Responsabilidades y
de órganos jurisdiccionales formados por Cámaras de Primera y Segunda Instancia para
declarar y sancionar la responsabilidad patrimonial y administrativa de acuerdo a cada
caso concreto.

La ley no establece ningún órgano o responsable de recibir denuncias de


particulares o de organizaciones de la Sociedad Civil para la investigación de oficio de
actos de corrupción en la gestión pública. Sólo establece la obligación de los servidores
públicos de cooperar en las investigaciones que realice la Corte, así como la obligación
que tienen las instituciones bancarias de dar información de las cuentas de los funcionarios
públicos, cuando se les investigue, de conformidad al artículo 103 y 104 de la Ley .

3.3. REGLAMENTO ORGANICO FUNCIONAL DE LA CORTE DE CUENTAS


DE LA REPUBLICA

El Título Primero de la Ley desarrolla la Estructura Orgánica de la Corte, en la


cual, de conformidad al Capítulo IV, se establece, como parte de la Gestión
Administrativa, la Dirección de Mercadeo Institucional, que dispone de la Sección de
Participación Ciudadana.

De conformidad al artículo 22 del Reglamento, son responsabilidades y


atribuciones de la Dirección de Mercadeo, entre otras, las siguientes:

8- Recopilar la información presentada en los medios de prensa, televisión y


radio, relacionadas con la institución, a efecto de elaborar una memoria de
éstas y elaborar un resumen diario para hacerlo del conocimiento de la
superioridad.

10- Recibir y analizar denuncias ciudadanas, y según el caso, trasladar a la


Dirección de Auditoria correspondiente conforme al reglamento respectivo.
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11- Informar a la Superioridad respecto a anomalías que se detecten en la


administración pública, que se den a conocer a través de los medios de
comunicación y proceder conforme al numeral anterior.

Como se comprueba es en el Reglamento de la Ley de la Corte que se establece una


Unidad o Sección dedicada a la recepción de denuncias de corrupción.

Esta Sección de la Corte puede ser un medio o instrumento de prevención de dichos


actos, pues, puede llegar una denuncia que permita la anulación o suspensión de actos que
estén por realizarse o que se estén realizando. No obstante, este tipo de instrumento es más
eficaz para atacar el delito cuando ya se ha cometido, ya que, es lógico pensar que muchas
denuncias se harán cuando la corrupción esté materializada.

Como se aseguró en la parte introductiva de este diagnóstico, los medios de


comunicación son fuente importante para detectar casos de corrupción, por lo que es
preciso que en la Corte de Cuentas, a través de estos mecanismos, hagan uso de la
información expresada por los medios de comunicación social, para iniciar las
investigaciones oportunas que detecten dichos actos.

Regularmente la Corte de Cuentas cuando se da cuenta, a través, de la ciudadanía o


de los medios de comunicación social o de organizaciones de la Sociedad Civil, de que se
ha realizado un acto de corrupción, inicia una investigación por medio de auditorías
preventivas, luego de comprobado algún acto de corrupción, lo remite a la Dirección de
Responsabilidades para que se realice el procedimiento establecido en el Reglamento
respectivo.

3.4. LEY ORGANICA DE LA ADMINISTRACIÓN FINANCIERA DEL ESTADO

La Ley SAFI, como se suele llamar, tiene por objeto normar y armonizar la
gestión financiera del sector público, así como establecer el Sistema de Administración
Financiera del Estado. El sistema creado está compuesto por Subsistemas de Presupuesto,
Tesorería, Crédito y Contabilidad Gubernamental.

En dicha ley y en dicho Sistema no existe norma alguna que haga referencia a la
participación de la Sociedad Civil en la prevención de la corrupción, será la Corte de
Cuentas de la República la encargada de velar por el cumplimiento de dichas normas en la
gestión financiera de los diferentes Órganos del Estado.

3.5. DISPOSICIONES GENERALES DEL PRESUPUESTO

Las Disposiciones Generales del Presupuesto son aplicables a las operaciones


originadas por la ejecución del Presupuesto General a cargo de las Unidades del Gobierno
Central, así como a las que se originen por la ejecución de los respectivos presupuestos
especiales de las instituciones oficiales autónomas.

En dichas disposiciones, no existe norma alguna que haga referencia a la


participación de la Sociedad Civil en la prevención de la corrupción, será la Corte de
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Cuentas de la República y la Fiscalía General de la República la encargada de velar por el


cumplimiento de dichas normas en la ejecución del presupuesto antes enunciado.

3.6. LEY ORGANICA DE CONTABILIDAD GUBERNAMENTAL

La Ley de contabilidad tiene por objeto establecer las normas que regularán la
Contabilidad Gubernamental en el ámbito del Sector Público, para tal fin la ley establece
los principios, normas y procedimientos técnicos para recopilar, registrar, procesar y
controlar en forma sistemática las transacciones del Sector Público, expresadas en términos
monetarios, con el objeto de proveer información sobre su gestión financiera y
presupuestaria.

En dicha ley no existe norma alguna que haga referencia a la participación de la


Sociedad Civil en la prevención de la corrupción, será la Corte de Cuentas de la República
la encargada de velar por el cumplimiento de dichos procedimientos en la gestión
financiera y presupuestaria.

3.7. NORMAS TECNICAS DE CONTROL INTERNO

Las Normas Técnicas de Control Interno tienen por objeto establecer el marco
normativo básico a las entidades del sector público y sus funcionarios y empleados para
controlar los programas, la organización y la administración de las operaciones a su cargo.

Las normas técnicas de control interno constituyen directrices básicas para el


funcionamiento de una actividad, unidad administrativa, proyecto, programa o institución
del sector público. Regulan, guían y limitan las acciones a desarrollar, prescriben una línea
de conducta general y aseguran uniformidad de procedimientos para actividades similares
llevadas a cabo por diferentes funcionarios, empleados, unidades administrativas o
entidades del sector público.

Las normas de carácter técnico no prescriben la participación de la Sociedad Civil


en la prevención de la corrupción, será la Corte de Cuentas de la República quién
practicará auditorías y exámenes especiales a las entidades y organismos sujetos a su
ámbito de acción.

3.8. LEY DE SUMINISTROS

En dicha ley no existe norma alguna que haga referencia a la participación de la


Sociedad Civil en la prevención de la corrupción, será la Corte de Cuentas de la República
la encargada de velar por el cumplimiento de dichas normas en el suministro de bienes del
sector público.
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De igual forma, en la Ley de Suministro para el Ramo de Salud Pública y


Asistencia Social, no existe normas relacionadas a la participación de la Sociedad Civil en
la prevención de la corrupción.

3.9. LEY DE ADQUISICIONES Y CONTRATACIONES DE LA


ADMINISTRACION PUBLICA

La Ley de Adquisiciones tiene por objeto regular las adquisiciones y contrataciones


de obras, bienes y servicios, que deben celebrar las instituciones de la Administración
Pública para el cumplimiento de sus fines.

El control se realizará a las adquisiciones y contrataciones de las instituciones del


Estado, sus dependencias y organismos auxiliares, de las instituciones y empresas estatales
de carácter autónomo; así como a las adquisiciones y contrataciones de las entidades que
comprometan fondos públicos y las costeadas con fondos municipales.

El Título VII desarrolla las prohibiciones, infracciones y sanciones que se


impondrán a los funcionarios, empleados y particulares que incumplan las normas de la
presente ley.

En dicho Título se regulan las siguientes prohibiciones e infracciones: Prohibición


por entrega de bases, art.150; Prohibición por aceptación de obras, art. 151; Infracción
grave, art. 152; Amonestación, art.153; Suspensión sin sueldo, art.154; Causales de
despido, art.155. Así mismo en el procedimiento que señala el art. 157, dispone que el
titular comisionará al jefe de la Unidad Jurídica u Oficina, quien instruirá las diligencias
con base en los informes, denuncias o documentos en que se indicare la infracción y la
persona a quién se atribuyere. No se menciona claramente si la denuncia proviene de
cualquier persona de la Sociedad Civil o de organizaciones de la Sociedad Civil, más bien
se refiere, según el contexto de la ley, a la denuncia que interpongan las partes del contrato
que se considere afectada.

En el Capítulo del mismo Título, se desarrolla la sanción a los particulares,


refiriéndose específicamente a los contratistas que incurran en las conductas allí descritas.

En dicha ley no existe norma alguna, que haga referencia a la participación de la


Sociedad Civil en la prevención de la corrupción, será la Corte de Cuentas de la República
la encargada de velar por el cumplimiento de dichos procedimientos en la adquisición y
contratación de la administración pública.

3.10. LEY SOBRE EL ENRIQUECIMIENTO ILICITO DE FUNCIONARIOS Y


EMPLEADOS PUBLICOS

El objeto de dicha ley es el de controlar y reprimir el enriquecimiento ilícito de los


funcionarios y empleados del sector público.

La ley no incorpora como sujetos a particulares que contribuyan o participen en el


enriquecimiento ilícito. Aún cuando la Ley no lo establece de forma clara, ésta se reduce a
ser un mecanismo de control administrativo de la gestión de funcionarios públicos, que por
16

motivo de su gestión pública, tienen que sdeclarar, ante la sección de probidad de la Corte
Suprema de Justicia, su patrimonio, antes y después de su ejercicio. De comprobar un
incremento injustificado de su patrimonio, la ley regula los procedimientos para ejecutar
civilmente su reintegro o devolución. Quedando la obligación de ejercer la acción penal,
como resultado de materializar un tipo penal.

El artículo 10 de la Ley establece, que todo ciudadano en el ejercicio de sus


derechos políticos podrá denunciar ante la Corte Suprema de Justicia, a cualquier
funcionario o empleado público, contra quién tenga pruebas o sospechas fundadas de
haberse enriquecido ilegítimamente a costa de la Hacienda Pública o municipal.

La Ley no hace mención de otros mecanismos de prevención, a través de los cuales


participen personas u organizaciones de la Sociedad Civil en la prevención de la
corrupción. Tampoco existe norma alguna que establezca algún tipo de protección para el
denunciante de los actos de corrupción.

3.11. LEY DEL MINISTERIO PUBLICO

De acuerdo con la Constitución de la República, el Ministerio Público está


compuesto por la Fiscalía General de la República, La Procuraduría General de la
República y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.

Las dos primeras instituciones enunciadas se rigen bajo la Ley Orgánica del
Ministerio Público y la última por su propia Ley Orgánica.

Como se dijo la Fiscalía General de la República, ejerce de oficio o a petición de


parte la acción penal en aquellos delitos determinados por la ley penal y procesal. Por lo
que, en los casos de delitos contra la administración de justicia y la administración pública,
es la institución a la que le compete dirigir la investigación y acusar en el ámbito
jurisdiccional, mandato constitucional establecido en el art. 193 de la Carta Magna.

En su estructura orgánica se encuentra una División de defensa de los intereses de


la sociedad; además, la Fiscalía mantiene una unidad de recepción de denuncias, donde
cualquier persona natural o jurídica puede denunciar actos de corrupción.

Cuando existe necesidad de proteger a testigos, víctimas o denunciantes la Fiscalía


acude a la Policía Nacional Civil para que les garantice la protección. No obstante, se
carece de una ley que regule la protección de estas personas, lo que conlleva a la
inseguridad del servicio, sobre todo por que no se encubre la identidad, ni se toman otras
medidas paralelas para la efectiva protección de los mismos.

En cuanto a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, su Ley y


Reglamento establecen medios adecuados para la recepción de denuncias por violación de
los Derechos Humanos. Mediante una interpretación progresista, puede decirse que la
Procuraduría debe investigar y sancionar públicamente los actos de corrupción cuando
lesionen directamente los derechos del medio ambiente, de la niñez, de la mujer o
cualquier otro derecho considerado como tal.
17

3.12. CODIGO PROCESAL PENAL

El Código Procesal Penal establece en el artículo 19, que la acción penal se


ejercitará de los siguientes modos: 1) Acción pública; 2) Acción pública, previa instancia
particular; y 3) Acción privada.

Según la misma disposición, corresponde a la Fiscalía General de la República


ejercer la acción penal pública, para la persecución de oficio de los delitos de acción penal
pública.

Los delitos relativos a la corrupción judicial y de la administración pública, están


desarrollados en el Título XV, Delitos relativos a la administración de justicia, Capítulo I,
Delitos relativos a la actividad judicial, Capítulo II, Delitos relativos a la autoridad de las
decisiones judiciales y abuso del derecho; Título XVI, Delitos relativos a la administración
pública, Capítulo I, De los abusos de autoridad y Capítulo II, De la Corrupción.

De acuerdo con el Art. 229, toda persona que presenciare la perpetración de


cualquier delito de acción pública, está obligado a ponerlo inmediatamente en conocimiento
de la Fiscalía General de la República, la Policía o el Juez de Paz inmediato. Si el
conocimiento se originare en noticias o informes, la denuncia será potestativa.

Si se trata de un delito que depende de instancia particular, no se puede proceder sin


ella, salvo los actos urgentes de investigación. Así mismo, corresponde a los particulares en
los casos determinados en la ley, el ejercicio de la acción penal privada.

La denuncia de delitos de acción penal pública contendrá (231 CPP), en cuanto sea
posible, la relación circunstanciada del hecho, con indicación de sus partícipes, perjudicados,
testigos y demás elementos que puedan conducir al funcionario, tanto a la comprobación del
hecho punible, como a su calificación legal.

El artículo 12 CPP establece, que se considera víctima a las asociaciones, en aquellos


delitos que afecten intereses colectivos o difusos, siempre que el objeto de la asociación se
vincule directamente con esos intereses. Lo que da la posibilidad, que organizaciones de la
Sociedad Civil puedan ejercer la acción penal a través de la querella popular para activar la
jurisdicción penal, con el fin de investigar y sancionar los actos de corrupción, que reúnan
dichos requisitos.

En las disposiciones relacionadas anteriormente, se encuentran los fundamentos


procesales por medio de los cuales existe la obligación de las personas de denunciar actos de
corrupción tipificados por la norma sustantiva penal.

Incluso, hay criterios de oportunidad, a través de los cuales existe un tipo de


recompensa, que consiste en prescindir de la persecución penal cuando el imputado haya
realizado cuanto estaba posible para impedir la ejecución del hecho, o, haya contribuido
decisivamente al esclarecimiento de la participación de otros imputados en el mismo hecho o
en otro más grave.
18

Se encuentra también regulado el procedimiento especial que se realiza en caso de


que los imputados sean funcionarios públicos que posean inmunidad y privilegios
procesales.

3.13. CODIGO PENAL Y LEYES PENALES DISPERSAS

A. CODIGO PENAL

El análisis que se realizará a continuación no tiene como fin explicar los elementos
del tipo de cada uno de los delitos, sino más bien dar a conocer los delitos que establece el
Código Penal en materia de corrupción judicial, como de la administración pública.
Además, se comprueba que en ninguno de éstos, por ser materia sustantiva, se establece la
posibilidad de la Sociedad Civil en participar en la prevención de los mismos. Se supone
que su regulación comprende una decisión de política criminal anterior, realizada por el
legislador para la prevención de estos hechos.

Los delitos relativos a la administración de justicia y específicamente, a la


actividad judicial son los siguientes: Denuncia calumniosa, art.303; Simulación de
delitos, Art. 304; Falso testimonio, art.305; Fraude procesal, art.306; Soborno, art.307;
Encubrimiento, art. 308; Omisión del deber de poner en conocimiento determinados
delitos, art. 309; Prevaricato, art.310; Omisión de investigación, art.311; Omisión de aviso,
art.312; Desobediencia a mandato judicial, art.313; Patrocinio Infiel, art. 314; Simulación
de influencia, art. 315; Destrucción, inutilización u ocultamiento de documentos por
abogado o notario, art. 316.

Los delitos contra la autoridad de las decisiones judiciales y abuso de derecho


son los siguientes: Evasión violenta, art.317; Favorecimiento de la evasión, art.318; Ejercicio
violento del derecho, art.319.

Los delitos relativos a la administración pública, específicamente los relativos


a los abusos de autoridad son los siguientes: Actos arbitrarios, art.320; Incumplimiento
de deberes, art.321; Desobediencia, art.322; Denegación de auxilio, art. 323; Revelación
de hechos, actuaciones o documentos secretos por empleado oficial, art. 324.

Los delitos contra la corrupción señalados por el Código Penal son: El peculado,
art.325; Peculado por culpa, art.326; Concusión, art.327; Negociaciones ilícitas, art.328;
Exacción, art.329; Cohecho propio, art.330; Cohecho impropio, art.331; Malversación, art.
332; Enriquecimiento ilícito, art.333; Infidelidad en la custodia de registros o documentos
públicos, art.334.

Los delitos de corrupción cometidos por particulares sancionados por el Código


Penal son los siguientes: Cohecho activo, art. 335; Tráfico de influencias, art.336;
Resistencia, art. 337; Desobediencia de particulares, art. 338 y Desacato, art.339.

B. LEY CONTRA EL LAVADO DE DINERO Y ACTIVOS Y SU REGLAMENTO


19

La Ley de Lavado de Dinero tiene por objeto prevenir, detectar, sancionar y


erradicar el delito de lavado de dinero y de activos, así como su encubrimiento. Dicha Ley
es aplicable a cualquier persona natural o jurídica aún cuando esta última no se encuentre
legalmente constituida.

El enriquecimiento ilícito por lavado de dinero es un acto de corrupción, por lo que


para la represión de este tipo de actos, el legislador tipifica los delitos siguientes: Lavado
de dinero y activos, art.4; Casos especiales de Lavado de Dinero y activos, art. 5; Otros
delitos generadores de lavado de dinero y activos, art.6; Casos especiales de delito de
encubrimiento, art.7 y Encubrimiento culposo, art.8.

Esta Ley enumera las instituciones de la empresa privada que están en la


obligación de denunciar los actos considerados por esta ley como ilícitos de lavado de
dinero y activos, por lo que en el artículo 2, enumera aquellas instituciones que están
sujetas a control y, a su vez, obligadas a controlar y denunciar el lavado de dinero por
particulares, que sean usuarios de las mismas.

Entre estas instituciones de carácter privado se pueden mencionar: Bancos


nacionales o extranjeros; financieras; casas de cambio; sociedades de seguros; sociedades
emisoras de tarjetas de crédito; casinos; casas de juego; comercio de metales y piedras
preciosas; transacciones de bienes y raíces; Agencias de viajes, transporte aéreo, terrestre
y marítimo; empresas constructoras; agencias privadas de seguridad; cualquier otra
institución, asociación, sociedad mercantil, entre otros.

En la Ley y su Reglamento no existe ninguna norma que haga referencia a la


participación de la Sociedad Civil en la prevención de la corrupción en el ámbito de los
delitos de lavado de dinero, serán los órganos de la administración de justicia los
encargados de velar por el cumplimiento de la Ley. Tampoco existe prevea la protección
de personas particulares que denuncien tales hechos

C. LEY REGULADORA DE LAS ACTIVIDADES RELATIVAS A LAS DROGRAS

Esta Ley es una Ley penal, puesto que regula delitos y procedimientos especiales
para la investigación y castigo de los mismos. Sin embargo, también es una ley de carácter
administrativo, pues, regula la administración de todo tipo de drogas, en las que pueden
existir actos de corrupción por parte de los funcionarios de salud y particulares que
comercian con las mismas.

Existe una tan sola obligación de la Sociedad Civil mencionada en el artículo 31 de


la Ley, referida a la obligación que tienen los propietarios o encargados de las entidades,
sociales, culturales, recreativas, deportivas, o de cualquier otra naturaleza, de prevenir y
evitar que en sus locales ocurran actividades ilícitas contempladas en esta Ley.

En dicha Ley no existe otra norma que haga referencia a la participación de la


Sociedad Civil en la prevención de la corrupción en el ámbito de los delitos de drogas,
serán los órganos de la administración de justicia los encargados de velar por el
cumplimiento de la Ley. Tampoco existe disposición alguna que prevea la protección de
personas particulares que denuncien tales hechos.
20

D. LEY REPRESIVA DEL CONTRABANDO DE MERCADERIAS Y DE LA


DEFRAUDACIÓN DE RENTA DE ADUANAS

La Ley represiva del Contrabando tiene como fin combatir aquellas conductas que
ocasionaban perjuicio a los intereses fiscales y al comercio en general, estableciendo para
ello tipos penales, como el contrabando y la defraudación de la renta de aduanas, con
diferentes disposiciones, que de alguna manera, tratan de sancionar el actuar de los
funcionarios y empleados de aduana y a los particulares, que en el trámite aduanal
correspondiente realicen actos ilícitos, además de los ya establecidos por el Código Penal.

En dicha Ley se promueve la denuncia del contrabando, estableciendo el artículo


33, que los particulares, que denuncien y hagan posible el decomiso de mercaderías en
algún contrabando o defraudación, a la renta de aduanas, y los agentes de autoridad, que
decomisen un contrabando en tránsito, tendrán derecho a una gratificación por parte del
Estado, equivalente a un 50% de la multa impuesta al autor en los casos de falta…. o el
mismo 50% del valor obtenido en la subasta de mercadería.

En dicha Ley, no existe otra norma que haga referencia a la participación de la


Sociedad Civil en la prevención de la corrupción en el ámbito de los delitos de
contrabando, serán los órganos de la administración de justicia los encargados de velar por
el cumplimiento de la Ley. Tampoco existe disposición alguna que prevea la protección de
personas particulares que denuncien tales hechos.

E. CODIGO DE JUSTICIA MILITAR

El Código de Justicia Militar es una de las leyes penales dispersas en las que se
establecen tipos penales como los de concusión, defraudación y malversación militar, entre
otros. Así como procedimientos y tribunales especiales para su investigación, sanción y
ejecución.

En dicha ley no existe ninguna norma que haga referencia a la participación de la


Sociedad Civil en la prevención de la corrupción en el ámbito militar, serán los órganos de
la administración de justicia militar los encargados de velar por el cumplimiento de la Ley.
Tampoco existe disposición alguna que prevea la protección de personas particulares que
denuncien hechos de corrupción en dicho ámbito.

3.14. LEY DEL SERVICIO CIVIL

En lo que concierne a la prevención de la corrupción, esta Ley hace referencia,


únicamente, a los deberes y cualidades esenciales de los funcionarios y empleados públicos
en la realización de sus servicios. Además, de establecer procedimientos e instituciones
jurisdiccionales especiales para la suspensión y destitución de los servidores públicos.

En dicha Ley no existe ninguna norma que haga referencia a la participación de la


Sociedad Civil en la prevención de la corrupción, serán la Corte de Cuentas de la
República los órganos encargados de velar por el cumplimiento de la Ley. Tampoco
21

existe disposición alguna que prevea la protección de personas particulares que denuncien
hechos de corrupción en dicho ámbito.

3.15. INSTITUCIONES AUTONOMAS, ANDA, ISSS, INPEP.

Las leyes de las instituciones autónomas, no contienen dentro de su articulado,


disposición alguna relativa a proporcionar instrumentos a la Sociedad Civil para la
prevención de la corrupción. Poseen, sin embargo, la determinación de requisitos de los
empleados como la honorabilidad para optar a ciertos cargos, así como normas que regulan
la concesión para el suministro de bienes y la potestad de la Corte de Cuentas de la
República para fiscalizar las operaciones realizadas por éstas instituciones. Lo que se
pretende en los diferentes cuerpos normativos es asegurar el patrimonio de dichas
instituciones.

3.16. LEY DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR Y SU REGLAMENTO

La Ley tiene por objeto salvaguardar el interés de los consumidores estableciendo


normas que los protejan del fraude o abuso dentro del mercado.

Las personas naturales o jurídicas sujetas a esta ley son: los comerciantes,
industriales, prestadores de servicios, empresas de participación estatal, organismos
descentralizados y organismos del estado, en cuanto desarrollen actividades de producción,
distribución o comercialización de bienes o prestación de servicios públicos o privados a
consumidores.

Cualquier persona natural o jurídica, puede denunciar los hechos, que constituyan
infracción de la Ley, por lo que puede asegurarse que este es un medio de acceso directo
de las personas u organizaciones de la Sociedad Civil para denunciar actos de
corrupción, no solo de los entes del estado, sino principalmente de la corrupción privada.

El artículo 4 del reglamento la DGPC prescribe, que se debe realizar campañas


divulgativas y educativas en beneficio de los consumidores para que denuncien abusos
cometidos por parte de instituciones públicas o privadas.

Además, existe la obligación de los entes investigados a facilitar información a la


DGPC, sin embargo, no se regula las medidas de protección que se pueda brindar a los
denunciantes.

IV PARTE
DESARROLLO DEL CUESTIONARIO

a. ¿Establece la legislación nacional estímulos para la participación de la


sociedad civil en la prevención de la corrupción?

No existe a la fecha ninguna legislación que estimule a la sociedad civil a participar


en la prevención de la corrupción, entendida la prevención como toda actividad
22

encaminada a evitar que funcionarios o particulares realicen actos ilícitos de corrupción.


La legislación no prescribe obligación alguna a los órganos de control del Estado de dar,
colaborar, asesorar o asistir de forma técnica a la sociedad civil para participar en dicha
prevención. Ni tampoco a que provean de instrumentos que faciliten el acceso a la
información. La vinculación de los ciudadanos y de las organizaciones de la sociedad civil
en el seguimiento, control y evaluación de la acusación de las personas o entidades que
administren recursos públicos, tampoco está regulada.El acceso de la sociedad civil en la
actualidad está encaminado a reprimir el delito, es decir, en la denuncia de los actos de
corrupción cuando el delito es cometido en conformidad a las leyes penales.

b. ¿Establece la legislación nacional normas de conducta o principios orientadores


en virtud de los cuales las personas y organizaciones de la sociedad civil que hagan uso
de los mecanismos de participación para la prevención de la corrupción, deben actuar
con arreglo a criterios objetivos que impriman certeza a sus conclusiones y
recomendaciones y eviten actuaciones parcializadas o discriminatorias? En caso
afirmativo, indique cuáles son esas normas de conducta o principios orientadores,
precisando su contenido y alcance.

Como no existe legislación alguna que establezca la obligación de los órganos


contralores de la corrupción de proveer de mecanismos para prevenir la corrupción,
tampoco existen principios orientadores destinados a que la población civil actúe de forma
objetivas para realizar dicha prevención.

c. ¿Establece la legislación nacional inhabilidades o incompatibilidades para la


utilización de los mecanismos de participación en la prevención de la corrupción,
aplicables a las personas u organizaciones de la sociedad civil que se encuentren en
determinadas circunstancias ?

Como se dijo anteriormente y como derivado de las anteriores preguntas, no


existen normas que establezcan inhabilidades o incompatibilidades de tipo personal,
contractual o material para la utilización de dichos mecanismos.

d. ¿Determina la legislación nacional si los proyectos de actos de carácter general


deben publicarse con una determinada anticipación a su adopción y que únicamente
pueden expedirse por parte de la autoridad competente luego de evaluadas las
observaciones y recomendaciones formuladas dentro del término legal por los
particulares u organizaciones de la sociedad civil que ejercen vigilancia sobre la gestión
pública?

La autoridad competente cuenta con plena autonomía, para adoptar la decisión, que a
su juicio y motivadamente, sirva mejor al interés general, sin necesidad de evaluar o tomar
en cuenta observaciones y recomendaciones de particulares o de organizaciones de la
sociedad civil. La legislación no impone a las autoridades la obligación de publicar los
proyectos de actos de carácter general para su aprobación por la sociedad civil, es
suficiente cumplir con otros requisitos de ley, por lo tanto no daría lugar a la nulidad del
acta, ni a la suspensión provisional del acto por falta de su publicación.
23

e. ¿Determina la legislación nacional si los particulares y organizaciones de la


sociedad civil que ejerciten los mecanismos de participación para la prevención de la
corrupción, pueden realizar todas las actividades idóneas para el cumplimiento de su
objetivo?

Ni los particulares, ni organizaciones de la sociedad civil pueden formular ante la


autoridad o instancia competente, observaciones o recomendaciones que estimen
convenientes respecto de los proyectos de actos de carácter general, con el propósito de
que con la debida anticipación a su adopción o promulgación se introduzcan los ajustes
pertinentes en orden a garantizar la transparencia y eficacia de la gestión pública y a
prevenir la corrupción. Los particulares tampoco pueden velar porque las personas y
entidades que ejerzan funciones públicas cumplan con la obligación de informar
adecuadamente al público, sobre la gestión que tienen a su cargo y de los resultados de la
misma. Ni mucho menos tener información para: vigilar los procesos de adquisiciones y
Contratación de bienes y servicios; vigilar y fiscalizar la ejecución y calidad técnica de las
obras, programas e inversiones públicas; recibir informes, observaciones y sugerencias que
presenten otros ciudadanos u organizaciones civiles en relación con las obras o programas
objeto de vigilancia; solicitar a interventores, supervisores, contratistas, ejecutores,
autoridades Contratantes y demás autoridades o instancias correspondientes, los informes,
presupuestos, fichas técnicas y demás documentos que permitan conocer el cumplimiento
de los respectivos programas, contratos o proyectos. Por ser inexistentes los mecanismos
de participación de los particulares y de organizaciones de la sociedad civil, y no estando
organizada la misma para tal fin, tampoco es posible: comunicar a la ciudadanía, a través
de medios de amplia difusión o mediante audiencias públicas, los avances de los procesos
de vigilancia o control que estén desarrollando; enviar a las autoridades o instancias
correspondientes los informes que se desprendan de los procesos de vigilancia o control
que a través de los mecanismos pertinentes se encuentren adelantando. Las personas y
organizaciones de la sociedad civil si pueden denunciar ante las autoridades competentes
las actuaciones, hechos y omisiones de las entidades y personas sujetos de vigilancia, que
constituyan delitos, contravenciones, irregularidades o faltas en relación con el manejo de
los recursos públicos y, en general, en el ejercicio de funciones administrativas o en la
prestación de servicios público. Puede denunciarse los actos de corrupción en:
1. La Policía Nacional Civil;
2. La Fiscalía General de la República;
3. El Juez de Paz;
4. Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia;
5. Unidad de Participación Ciudadana de la Corte de Cuentas de la República;
6. Dirección General de Protección al Consumidor, y
7. La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos en caso de que
dichos actos violen directamente derechos humanos.

La Unidad de Participación Ciudadana de la Corte de Cuentas de la República y la


Dirección General de Protección al Consumidor, han incentivado a denunciar la
corrupción, pero en ningún caso han incentivado o, hecho conciencia ciudadana, sobre la
importancia de participar en la vigilancia de la gestión pública.

f. ¿Establece la legislación nacional si la participación de los particulares y de las


organizaciones de la sociedad civil que ejerzan vigilancia sobre la gestión pública para
24

prevenir la corrupción debe estar orientada por criterios que permitan la coordinación de
sus actividades con las de las diferentes instancias y autoridades?

No existen criterios orientadores ni actividades de la sociedad civil que permitan la


coordinación de éstos con las autoridades competentes.

g. ¿Establece la legislación nacional si los particulares y organizaciones de la


sociedad civil que ejerzan la vigilancia sobre la gestión pública pueden convocar en
concurso con las autoridades de control competentes, audiencias públicas en las cuales se
discutan con participación de la ciudadanía temas relacionados con la actuación de una
determinada entidad o persona sujeta a vigilancia?

Los particulares y la Sociedad civil no están facultados por ley para realizar ningún
acto de convocatoria para el desarrollo de audiencias, donde los ciudadanos puedan
expresar ordenadamente sus opiniones y formular recomendaciones, quejas, reclamos y
denuncias que consideren procedentes.

h. ¿Establece la legislación nacional que los particulares y organizaciones de la


sociedad civil que ejerciten los mecanismos de participación para la prevención de la
Corrupción, deben llevar un registro sistematizado y actualizado de las observaciones o
recomendaciones que hayan formulado a las entidades o personas sujetos a vigilancia
respecto a la manera en que desarrollan sus funciones o en relación con los resultados de
su gestión?

Como consecuencia de las anteriores respuestas, también ésta resulta ser negativa.
Ya que no existe regulación alguna al respecto, ni medios ni sistemas organizados de la
sociedad civil y por lo tanto no existe la obligación de llevar registros sistematizados de las
observaciones realizadas por éstos sobre la gestión de las autoridades.

i. ¿Establece la legislación nacional la obligación para las entidades públicas de


crear una dependencia o de nombrar un responsable que se encargue de recibir, tramitar
y resolver las quejas y reclamos que los ciudadanos formulen en relación con el
cumplimiento de las funciones a cargo de dichas entidades, así como de orientarlos en sus
relaciones con las mismas?

La respuesta es negativa. No existe legislación que prevea dicha obligación.Como se dijo


la Corte de Cuentas de la República dispone de una Unidad de Participación Ciudadana de
conformidad al Reglamento Orgánico Funcional de la Corte de Cuentas de la República
artículo 5, No. 4.1. Decreto Legislativo No 12, emitido el día 14 de junio de 1999.
Publicado en el Diario Oficial Tomo No343, Número 109 del 14 de junio de 1999. La
función de dicha Unidad, se limita, de conformidad al artículo 22 del mismo Reglamento,
a mantener comunicación con la ciudadanía, los medios publicitarios y organismos
nacionales e internacionales y recibir y analizar las denuncias ciudadanas, y según el caso,
trasladar a la dirección de auditoría correspondiente. Además, informa a la Superioridad
respecto de anomalías que se detecten en la administración pública, que se den a conocer
por los medios de comunicación social. Si las entidades son personas jurídicas no
gubernamentales sin fines de lucro, el encargado del control es el Ministerio del interior a
través de la Dirección de Registro de personas jurídicas no gubernamentales. Además, la
25

Ley de protección al Consumidor y la Ley de Enriquecimiento ilícito tienen encargados o


unidades de recepción de denuncias, no obstante, en ningún caso existe legislada la
intervención de organización de la sociedad civil de la forma aquí mencionada.

j. ¿Establece la legislación nacional que las investigaciones que adelanten los


periodistas y, en general, los medios de comunicación sobre la actuación de las entidades
o personas sujetos de vigilancia, son manifestación de la función social que cumple la
libertad de expresión e información?

No existe regulación alguna que prescriba la protección y apoyo de las autoridades


a la labor realizada por los periodistas y los medios en la denuncia de la corrupción. Los
periodistas pueden acceder a documentos, actos administrativos y demás elementos
ilustrativos de las motivaciones de la conducta de las entidades y personas sujetos de
vigilancia, siempre y cuando así lo concedan las autoridades responsables de cada entidad,
no obstante exista reserva o restricciones para poder conocer información, previstas por
ley. Está garantizado por la constitución y la ley la libertad de expresión y de información
con arreglo a principios de responsabilidad y con pleno respeto de los derechos
fundamentales al debido proceso, honra y buen nombre.

k. ¿Establece la legislación nacional las medidas o consecuencias que genera la


inobservancia de los deberes y obligaciones de las entidades y de los servidores públicos
en relación con la participación de los particulares y de las organizaciones de la sociedad
civil en la prevención de la corrupción, especialmente por el incumplimiento de la
obligación de permitir y facilitar dicha participación?

No hay sanciones de índole administrativo o penal para quienes incurran en dicha


conducta.

l. ¿Se está tramitando en su país algún proyecto de normatividad jurídica relativo a


la participación de la sociedad civil en la prevención de la corrupción?

No.

m. ¿Considera que la normatividad jurídica que en su país regula la participación de


la sociedad civil en la prevención de la corrupción es suficiente y eficaz para el logro sus
fines?

Existen vacíos al respecto.


Los aspectos que debería contemplar dicha normatividad son:
El acto jurídico que debe proyectarse para ello es:
Las autoridades competentes ante las cuales debe tramitarse su expedición son

V PARTE
RECOMENDACIONES

EN TORNO A LA CORTE DE CUENTAS DE LA REPUBLICA:


26

1. A través de Decreto Legislativo, incorporar en el Reglamento de la Ley de la Corte


de Cuentas: 1) la obligación de ésta de dar, colaborar, asesorar o asistir, de forma
técnica a la Sociedad Civil, para que oraganizadamente participe en la prevención de
la corrupción; 2) la obligación de mantener informadas a los denunciantes de actos
de corrupción, sobre el seguimiento, control y evaluación, que esté realizando la
Corte en entidades que administren recursos públicos; 3) Crearse la Unidad de
Participación Ciudadana, como unidad independiente y principal, fuera de la Unidad
de Mercadeo Institucional, como actualmente está prevista.

2. Transformación de la Ley de la Corte de Cuentas para que ésta llegue a ser


Contraloría Pública.

EN TORNO A LA LEY DE ADQUISICIONES Y CONTRATACIONES DE LA


ADMINISTRACION DEL ESTADO:

3. A través de Decreto Legislativo, incorporar en la Ley de Adquisiciones y


Contrataciones de la Administración Pública: 1) la posibilidad que organizaciones de
la Sociedad Civil, legalizadas y registradas, participen, mediante opinión o dictámen,
en la concesión de adquisiciones y contrataciones; 2) la obligación de publicar
anticipadamente los proyectos de actos de carácter general, que se adoptarán, para
que organizaciones de la Sociedad Civil, ejerzan vigilancia, evaluando y
recomendando, dentro del término legal, antes de la adopción.

EN TORNO AL MINISTERIO DEL INTERIOR:

1. A través de la Dirección de Registro de Personas Jurídicas No-Gubernamentales sin


fines de lucro: 1) debe exigir, como requisito de inscripción y legalización, el
cumplimiento de normas de conducta y principios éticos orientadores, para validar
las recomendaciones de este tipo de instituciones; 2) exigir como obligación de las
llamadas ONG’s, un registro sistematizado y actualizado de las observaciones y
recomendaciones que hayan formulado; 3) publicar su disponibilidad de recibir,
tramitar y resolver las quejas y reclamos que los ciudadanos formulen ante ellas.

EN TORNO AL SISTEMA EDUCATIVO NACIONAL:

4. A través de la Ley de Educación (sistema educativo nacional), introducir como eje


transversal, en todos los niveles y grados, la temática de la corrupción, prevención,
denuncia y combate.
5. Impulsar en las Facultades de Derecho de las Universidades del País el interés sobre
el tema de la corrupción y discusión en los pensum de la carrera, la temática como
eje transversal.

EN TORNO A LA LEGISLACION PENAL:

7. Recrudecer las penas previstas por el Código Penal para el delito de corrupción.
8. Ampliación de las figuras delictivas en el campo de la corrupción.
27

9. Recrudecimiento de las penas para los CORRUPTORES y no sólo para los corruptos.
10. Recrudecer las penas para los delitos de corrupción en los funcionarios públicos.

RECOMENDACIONES DE CARACTER GENERAL:

11. Crear en todos los Ministerios una oficina ad hoc para recibir quejas de la Sociedad
Civil en materia de corrupción.
12. Favorecer la creación de Instituto de Investigación específicos y especializados
sobre el tema de la corrupción.
13. Crear una oficina especial para la corrupción en la Procuraduría para la Defensa de
los Derechos Humanos.
14. Introducir en los Códigos Civil, de Comercio, Procesal Civil y Penal, Ley sobre
Enriquecimiento Ilícito de los Funcionarios y Empleados Públicos, Ley de
Protección al Consumidor y en el Reglamento de la Ley de la Corte de Cuentas de la
República, normas favorecedoras para los denunciantes y (o) testigos y para
involucrados en casos de corrupción, que colaboren con las autoridades para la
prevención del delito.
15. Revisión global de la legislación secundaria nacional, a la luz de los principios
constitucionales y de los Tratados suscritos y ratificados por El Salvador en esa
materia, aplicables en cuanto a la problemática de la corrupción.
16. Propiciar la labor de los medios de comunicación en cuanto a la denuncia y
seguimiento de los casos de corrupción, facultando en la forma más amplia su
derecho a informar.
17. Por el amplio espectro de ciudadanos y ciudadanas pertenecientes a distintas
doctrinas religiosas y congregaciones, impulsar, con acuerdos ad hoc, el apoyo de
dichas instituciones en la labor de concientización y educación sobre el tema de
corrupción en el entorno de sus feligreses.
18. Reforzar a nivel regional las acciones tendientes a homogenizar la conciencia
cívica sobre la corrupción, a través de campañas ad hoc a nivel centroamericano.
19. Creación de un Código de Etica para los funcionarios públicos.

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