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Parker descubre, gracias a que “casualmente” tiene un colega japonés que le informa, a lo que el
también busca en internet acerca de esta raza de perros, Hachiko pertenece a una raza muy antigua, los
Akita, supuestamente, los primeros perros que fueron domesticados, los primeros “mejores amigos del
hombre”. Haciendo honor a su raza, Hachiko no se separa nunca de su dueño, y cuando éste se marcha
para ir al trabajo, siempre consigue escaparse de casa para alcanzarlo y caminar a su lado, hasta la
estación de tren, donde deben separarse. Cada día, Hachiko hace la misma rutina. Cada mañana, el
perro acompaña a Parker a la estación, se va, y luego vuelve por la tarde, a darle la bienvenida. La
fidelidad del animal hace que todos los que trabajan en los alrededores se encariñen con él; pronto,
todos conocen a Hachiko.
Pero lamentablemente un día Hachiko no quería que se fuera Parker al trabajo, ya que por fin le trajo la
pelota con la que nunca había querido jugar, (tal vez Hachiko presentía que algo le iba a pasar algo a
Parker), pero Parker se fue al trabajo y ya o regreso, Hachiko como todos los días fue a esperarlo, pero
ya nunca lo volvió a ver, la familia de Parker estaba muy dolida, pero la hija de Parker y su esposo
fueron a recoger a Hachiko a la estación.
Después de un tiempo la esposa de Parker se mudo y a Hachiko lo llevaron a vivir con su hija, aunque
vivía mas lejos de la estación Hachiko se escapo un día para ir a esperar a Parker a la estación.
La hija de Parker al ver esto decidió dejar libre a Hachiko, el hacia la misma rutina todos los días, hasta
que después de 9 años murió.