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Asc3ad Veo Al Entrenador - Jorge Valdano3
Asc3ad Veo Al Entrenador - Jorge Valdano3
-Jorge Valdano-
Compartido por Global Fútbol Institute – 04/01/2017
De las tácticas voy a decir lo que Kipling de los versos: “hay 99 modos
de escribirlos y cada uno de ellos es justo”. La meta es ganar y cada
entrenador querrá lograrlo de acuerdo al tipo de persona que es. El
conservador, defenderá; el valiente, atacará; el que tiene un
compromiso estético, pretenderá belleza; quien crea “sólo” en la
efectividad querrá dos puntos y nada más; el generoso pensará en el
público; el inmoral en trampear y todos, absolutamente todos,
dependerán de la categoría de los jugadores. Si personalizamos la
transformación del juego desde que era una manifestación
espontánea, despreocupada y desordenada hasta el producto que es
actualmente la figura del entrenador, ocupará el centro de la
escena. Nuevos tiempos llegaron con nuevos logros y nuevas
pérdidas y el fútbol, que no fue ajeno a esta evolución, cosechó
ciencias y vicios con manos de entrenador. Ustedes recogieron el
dictado de la sociedad, fijaron ideas, organizaron, abrieron de par en
par las puertas de la preparación física y entreabrieron las de la
psicología; fueron, en definitiva, artífices de cambios fundamentales
que tuvieron proyección táctica y estratégica. Racionalizaron el
juego, no hay quien lo dude, pero les cabe el reproche de haber
puesto más empeño en defender que en atacar. Como si a la historia
universal de los entrenadores le hubieran faltado personajes
atrevidos. Los porteros, me parece, tienen más razones para estarles
agradecidos, que los delanteros. Empujar corresponde al oficio del
entrenador tanto como sujetar. Sujeten ustedes y empujen sin saltar
las fronteras reglamentarias. Dentro del reglamento todo es
docencia; fuera del reglamento nada es decencia. Es función del
entrenador ayudar a que el futbolista entre a una cancha en las
mejores condiciones anímicas y físicas. Podrán, en la semana,
mejorar al jugador y al equipo, adiestrándolo, podrán, si lo desean,
prever en las pizarras las intenciones enemigas y dibujar los mejores
deseos futbolísticos, podrán trazar, en líneas generales, un orden de
partida, pero no podrán abarcar nunca las posibilidades laberínticas
de este juego. Sobre una cancha la influencia de un entrenador no
podrá nunca ser mayor que la de los jugadores. La selección
argentina llegó al mundial de México con chichones en la cabeza de
tanto ensayar corners defensivos. Parecía, que de corners, no se nos
podía hacer un gol. En la final, y de corner, nos metieron dos. Es sólo
una observación anecdótica que sirve para concluir, que en fútbol,
hasta lo simple es complicado, y que mientras sean hombres los
que jueguen no habrá dos jugadas iguales. Esto le da grandeza
al fútbol y no niega, sino que contribuye a engrandecer el difícil
trabajo de entrenador.
...
Me voy homenajeando a aquel entrenador pueblerino que nos
vestía de jugadores serios con su sueldo humilde y nos guiaba
con la fuerza de su amor por el fútbol y por los niños. Fue el
primero y no lo olvido. Homenajeando, también, a aquel
entrenador que, en juveniles, me pedía sudor, me exigía buenas
notas y me sugería diversión futbolística responsable. Fue clave
en mi vida y lo respeto. Homenajeando, por último, a aquel
entrenador con quien tuve la suerte de ganar aprendiendo y de
completar la lección, cuando, tiempo después, tuve la suerte de
perder aprendiendo. Fue importante y lo admiro. Los tres fueron
buenos maestros y ante los maestros me rindo.