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Introducción:
El homicidio está regulado en el artículo 138 del CP, siendo éste el primer
tipo penal del Título I del Libro II (sólo contiene seis artículos).
Los artículos 138 y 142 están destinados a tipificar el homicidio doloso e
imprudente.
El artículo 139 y 140 regulan el asesinato.
El artículo 143 castiga la colaboración en el suicidio (inducción y auxilio).
El artículo 141 presume que respecto al homicidio y asesinato se castigan
los actos preparatorios.
En el antiguo CP existía el parricidio y el infanticidio. Otra novedad es que
el asesinato sólo tiene tres modalidades y la inclusión de la regulación de la
eutanasia.
El parricidio consiste en el homicidio de un ascendiente, descendiente o
cónyuge. Era un tipo más grave que el homicidio. El nuevo CP propone
que esto, en muchas ocasiones, es menos grave que matar a alguien ajeno,
por lo que se remitiría todo a las reglas generales (artículo 23 del CP). En el
nuevo CP puede ser una circunstancia agravante o atenuante de la
responsabilidad.
El infanticidio consiste en un homicidio en el que el autor era la madre de
la víctima, que era un recién nacido, y debía darse en las circunstancias
subsiguientes al parto, siempre que la madre lo hiciera para ocultar su
deshonra. Este delito era un tipo especialmente atenuado (prisión menor).
La razón de ser de este precepto se divide en dos casos:
- En determinados supuestos (hijo ilegítimo) se da en la madre un
conflicto ético – social que hace que su conducta sea menos
reprochable.
- En general, suelen concurrir en la madre tras el parto unas
circunstancias psicológicas que hacen que su culpabilidad sea menos
reprochada.
El legislador del 95 ha decidido que estos supuestos sean tipificados como
homicidio, y si hay que atenuarlos, habrán de aplicarse las normas
generales del CP.
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El homicidio doloso:
Se encuentra regulado en el artículo 138, que es muy breve y sencillo y que
dice así: El que matare a otro será castigado, como reo de homicidio, con la
pena de prisión de diez a quince años. La primera impresión es que no
plantea excesivos problemas de interpretación, lo que es falso.
En primer lugar, habrá que definir el bien jurídico defendido en el
homicidio. En este punto se tiende a confundir el bien jurídico (la vida
humana independiente) con el sujeto pasivo del delito (persona o titular de
la vida) y con el objeto material del delito (comportamiento del asesino).
En relación con este bien jurídico hay cuatro incógnitas:
- Si la vida independiente se concibe como objeto de protección con
independencia de la voluntad de su titular, o se concibe como un
derecho de la persona (si la persona quiere morir, no se lesionaría el
bien jurídico). Es un bien jurídico disponible o indisponible por este
titular.
- Determinar si se protege la vida humana independiente sin más, o si
además debe tener esta vida una viabilidad determinada. Se protege la
vida absolutamente, y sin más.
- Analizar el problema de cuándo empieza la vida humana independiente.
Está claro que comienza en el nacimiento, el problema es que según la
ciencia, el nacimiento es un proceso que empieza con las primeras
contracciones y termina con la primera respiración del recién nacido. En
este proceso hay que divisar la frontera entre aborto y homicidio. Para
resolver este problema la medicina da unas pautas muy relativas, por lo
que será el legislador el que debe decidir, para lo cual cuanto más
adelantemos la existencia de la vida humana independiente, más
gravemente penaremos, pero se protegerá más la vida (o viceversa). La
mayor parte de la doctrina sostiene que esa frontera se traza en el
momento en que el nuevo ser está separado de la madre (sin necesidad
de cortar el cordón umbilical, ni de que el niño respire) por dos motivos:
- Porque es el primer momento en que hay una percepción
visual de dos seres totalmente diferentes e independientes.
- Porque sólo a partir de ese momento los atentados contra la
vida dejaran de tener las características del aborto.
Recientemente, en una sentencia del TS se dice que se produce el
nacimiento desde las primeras contracciones, ya que a partir de éstas
habrá vida humana independiente.
- Al igual que con el nacimiento, existe el problema de determinar cuándo
se termina la vida humana independiente. Se considera que la muerte es
un proceso vegetativo de pérdida de funciones que puede ocupar un
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El homicidio imprudente:
En el nuevo CP sólo se castigan los comportamientos imprudentes cuando
así lo determine expresamente el legislador, lo que si se hace en el
homicidio (artículo 142).
Si un sujeto comete un homicidio dolosamente, la pena, según el artículo
138, será de diez a quince años de prisión.
Si un homicidio es imprudente y es grave, la pena, según el artículo 142, es
de uno a cuatro años de prisión, y si es leve, no será un delito sino una
falta (artículo 621.2).
Si la imprudencia es grave y se comete con un vehículo de motor o con un
arma de fuego, además se podrá imponer una pena de privación del derecho
a conducir o a tener armas de uno a seis años (artículo 142). Si la
imprudencia es profesional, se podrá sancionar con la inhabilitación de tres
a seis años.
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TEMA 3: ASESINATO:
Existe una polémica respecto de los casos en los que alguien mata a una
persona indefensa (niño), ya que no se sabe si concurre automáticamente la
alevosía. Muchos autores lo niegan por dos motivos:
- El fundamento de la alevosía radica en el mayor reproche que se hace al
individuo que de entre varios modos de matar elige el más fácil (en el
caso del niño no hay elección).
- Legalidad: El artículo 22.1 establece que se deben emplear en la
ejecución medios, modos o formas que tiendan directa o especialmente
a asegurarla, y en estos casos el sujeto activo se encuentra con una
situación no provocada ni buscada por él. Por otra parte, tampoco hay
en estos casos posible reacción defensiva por parte del ofendido.
El TS, en cambio, dice que el fundamento de la alevosía no sería tanto el
reprochar elegir el medio más fácil, sino el de proteger más al más
indefenso, por lo que da igual el tipo de indefensión del sujeto. Algún autor
ha dicho que no tiene sentido agravado los supuestos de alevosía, ya que
eso es hacer bien las cosas, sin ponerse en peligro y sin hacer que el sujeto
puede defenderse. No debería existir el asesinato con alevosía.
La alevosía supone una situación global de indefensión que es la que se da
desde un primer momento de la agresión.
- Asesinato por precio, recompensa o promesa:
Estos casos están regulados en el artículo 139. En estos casos hay tres
sujetos: El que paga, el pagado y la víctima. En estos supuestos la pena se
agrava respecto del homicidio porque sobre todo el que mata por dinero,
hace algo igual que el homicidio, pero más reprochable, ya que revela una
mayor vileza. Otros autores proponen que el asesinato por dinero es más
injusto que el homicidio por tres motivos:
- El efecto corruptor que tiene el asesinato por precio.
- Por la facilidad que supone este medio. Hay que compensarlo con una
mayor pena.
- Son supuestos especialmente difíciles de detectar, porque no hay un
motivo que enlace al autor con la víctima.
Inducción al suicidio:
TEMA 5: ABORTO:
Modalidades:
Eximentes específicas:
TEMA 6: LESIONES:
Consideraciones generales:
El título de las lesiones es el Título III del CP, que es muy extenso y que
básicamente regula todos los supuestos de lesiones, excepto las lesiones al
feto, que están reguladas en el Título IV. Los aspectos que recoge el
Título III son:
- Artículos que regulan los tipos dolosos de lesiones:
- Artículo 147.1: Tipo básico.
- Artículo 147.2: Tipo atenuado.
- Artículos 148, 149 y 150: Tipos agravados.
- Artículo 151: Actos preparatorios del delito de lesiones.
- Artículos 155 y 156: Consentimiento en las lesiones.
- Artículos que regulan los tipos imprudentes de lesiones: Artículo 152 y
artículos 617 y 621 (faltas de lesiones).
- Comportamientos similares a las lesiones pero que no son lesiones
totalmente:
- Artículo 153: Malos tratos habituales en el ambiente familiar.
- Artículo 154: Participación en riña tumultuaria.
En materia de lesiones, el legislador tiene que diferenciar entre supuestos
muy diferentes y de diferente gravedad. Además, los comportamientos de
lesionar son de muy diferente peligrosidad, por lo que no siempre el
comportamiento más peligroso genera la lesión más grave.
El legislador lo primero que hace es intentar definir lo que es una lesión
para separar este concepto de otros menoscabos leves a la salud y la
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Lesiones:
Tipo básico:
Está regulado en el artículo 147.1. El problema es la definición de
asistencia facultativa y tratamiento médico. Por asistencia facultativa se
entiende toda asistencia prestada por un profesional sanitario, destinada a
curar una lesión, a paliar el dolor o a evitar su agravación. Sin embargo, un
tratamiento médico se da cuando la curación o el alivio del dolor o la
contención de la lesión requiere una estrategia más compleja, más de un
acto médico.
Hay casos límites que son más discutidos, ya que se plantea si es
tratamiento médico retirar los puntos de una herida, retirar una escayola o
limpiar una herida. Aquí resuelve la jurisprudencia, quien considera por el
momento que existe una segunda asistencia, por lo que estas lesiones serán
consideradas delito. También se considera tratamiento médico, según el
TS, si hay una primera asistencia en la que se impone tomar una
medicación continuadamente.
El delito básico está penado de seis meses a tres años de prisión, las faltas
están penadas con arresto de tres a seis fines de semana o multa de uno a
dos meses.
El tipo básico habla de que la lesión requiera objetivamente el tratamiento
médico, lo importante no es que la persona afectada sea efectivamente
tratada, sino que ese tratamiento sea necesario objetivamente.
Estamos ante un delito de resultado que comprende cualquier medio de
menoscabar la integridad física, psíquica o la salud. Caben conductas
activas y omisivas, también caben materialmente agresivas o no agresivas
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Tipo atenuado:
Está regulado en el artículo 147.2. En caso de que el medio empleado sea
poco peligroso o si el resultado es especialmente leve, estaremos ante el
tipo atenuado con una pena inferior.
El medio empleado poco peligroso, no es sólo el medio material, sino
también se ha mediado una provocación de la víctima o si el dolo del sujeto
era eventual. También se incluye aquí una preteintencionalidad, esto es el
sujeto quiere lesionar menos, pero lo hace más. En estos casos, los
tribunales, a veces, atenúan la pena porque la intención ha sido leve,
aunque el resultado sea más grave.
Tipos agravados:
Existen cinco tipos de lesiones agravadas:
- Lesiones en las que hay un mayor desvalor de la acción consistente en la
utilización de medios peligrosos (artículo 148.1). Tiene una pena de dos
a cinco años de prisión. Se agrava la pena porque la lesión no solamente
ha causado un determinado resultado, sino que además, por los
instrumentos usados ha generado un peligro para la vida del lesionado o
un peligro de lesión grave o muy grave (artículos 149 y 150).
- Lesiones en las que hay un mayor desvalor de la acción porque la
víctima es un menor de 12 años o un incapaz (artículo 148.3). En estos
casos, se da alevosía por indefensión natural de la víctima por lo que
este artículo pretende compensar ese desvalimiento con un castigo
mayor para el agresor.
- Lesiones en las que se da un mayor desvalor del resultado porque hay
ensañamiento (artículo 148.2). Se entiende por ensañamiento la
producción deliberada de un dolor intenso e innecesario.
El artículo 148, en estas tres modalidades, constituye un tipo mixto
alternativo, de tal forma que para que concurra este tipo agravado basta con
que se dé una de las tres circunstancias agravantes, y que, en principio, es
irrelevante el que se produzca más de uno de estos tipos o los tres. Tendría
una pena de dos a cinco años de prisión. Lo que puede pasar es que
concurra más de una circunstancia, y que una de las que concurren, la
podamos añadir como agravante genérica (lesionar a un incapaz con
ensañamiento).
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Nuestro ordenamiento jurídico dice que, frente a quienes con el cambio del
CP postulaban que había que dar plena relevancia al consentimiento en las
lesiones (no habría delito si había consentimiento), el consentimiento tiene
un efecto atenuante, pero no eximente (artículo 155 del CP). Poniendo el
artículo 155 en correspondencia con todo el conjunto de artículos de las
lesiones, se pueden deducir una serie de conclusiones:
- La autolesión es impune porque todos los tipos de lesiones hablan de
lesionar a otra persona.
- No se puede castigar la participación en la autolesión.
- Si que se castigan, aunque atenuadamente, las lesiones a un sujeto que
consiente en ellas.
La consecuencia de esta regulación es la de proteger la vida y la integridad
física de manera objetiva, con independencia de lo que decida el sujeto
lesionado.
Un sujeto no tiene derecho a ser lesionado, pero si tiene derecho a impedir
cualquier intromisión en su propia integridad corporal.
El artículo 155 enumera una serie de requisitos para atenuar este delito:
- Que sea un mayor de edad capaz el que da el consentimiento.
- Que el consentimiento sea expreso.
- Que el consentimiento sea anterior a la lesión y que se mantenga en el
momento de la lesión.
- Que sea un consentimiento libre, sin coacción ni prevalimiento.
- Que el consentimiento sea espontáneo. La doctrina entiende por
espontáneo que no sea consecuencia de una inducción del autor, pero
según otros es que no se deba a precio o recompensa.
En el artículo 156 se establecen unos supuestos en los que el
consentimiento tiene unos efectos no sólo atenuantes, sino también
eximentes. Son tres supuestos de lesiones irreversibles:
- Trasplante de órganos realizado conforme a la ley.
- Esterilización realizada por un facultativo.
- Cirugía transexual realizada por un facultativo.
Las características del consentimiento en estos tres supuestos son las del
artículo 155, pero además aquí se dice específicamente que no cabe el
consentimiento por precio o recompensa.
El trasplante de órganos conforme a la ley exige:
- Que el trasplante tenga una finalidad terapéutica.
- Que su finalidad sea una mejora sustancial de la esperanza o condición
de vida del beneficiado.
- Que el donante consienta conscientemente, por escrito y ante la
autoridad judicial.
- Que el trasplante lo realice un médico y que el donante haya sido
informado por un médico.
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Lesiones al feto:
El tipo básico se regula en el artículo 163.1 del CP, que dice el particular
que encerrare o detuviere a otro, privándole de su libertad, será castigado
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con la pena de prisión de cuatro a seis años. En función de este tipo básico
el legislador tiene en cuenta una serie de atenuantes que son:
- Dejar al detenido en libertad antes del transcurso de tres días y sin haber
conseguido el propósito de la detención.
- Que la detención sea para llevar a esa persona inmediatamente ante la
autoridad judicial.
Tipos de detenciones:
- Tipo básico (artículo 163.1 del CP): El comportamiento típico es
encerrar o detener. Se ha discutido si existen formas tasadas de encerrar
o detener, o si cualquier procedimiento de detención o encierro es válido
a efectos de este tipo.
Hay encierro o detención siempre que se constituye un obstáculo
externo para impedir a alguien abandonar el lugar en el que se
encuentra.
Se discute si hay encierro o detención cuando el obstáculo consiste en
una amenaza y si estaríamos, entonces, en otro ámbito de la libertad. La
doctrina mayoritaria dice que en estos casos también estaríamos ante un
supuesto de detención.
El ámbito espacial en el que se encierra a un sujeto, en principio, es
irrelevante, siempre que el obstáculo que le impide marcharse sea
insalvable.
En este delito caben también los supuestos de omisión, que se darían
cuando una persona tiene como deber de garante la obligación de
facilitar la libertad de otra.
El resultado típico es la pérdida de la libertad ambulatoria, que ha de
producirse en un periodo de tiempo relevante, que nos permita constatar
que el sujeto quiere abandonar ese lugar y no se lo permiten.
La consumación en los delitos de detenciones ilegales es peculiar, ya
que estamos ante un delito permanente. A partir del primer momento en
que se produce la consumación, el sujeto encerrado sigue continuamente
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Concursos:
Es frecuente que para cometer otro delito (robos, delitos sexuales, etc.) sea
necesario privar de libertad al sujeto pasivo. El problema se plantea al
preguntarnos si hay que aplicar un concurso de delitos o si se entiende que
el delito final (robo) ya comprende la detención. El TS dice que si la
privación de libertad se da sólo por el tiempo necesario para cometer el
delito final se entenderá que ese daño ya está comprendido al castigar el
delito final. También dice el TS que hay que atender a la finalidad del
delito (atentar contra la propiedad o detener).
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Las amenazas están reguladas en los artículos 169 y siguientes del CP. El
bien jurídico que se quiere proteger en el delito de amenazas consiste en
que cuando alguien amenaza a otro sin condición se lesiona la seguridad
del sujeto, ya que se crea una cierta inseguridad. Cuando la amenaza es
condicional, además de la seguridad, también se está dañando la libertad en
la formación de la voluntad del sujeto, ya que el que amenaza se inmiscuye
para condicionar la voluntad ajena.
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del CP. También hay supuestos de mal lícito que dañan la seguridad o la
libre voluntad ajena.
La excepción al castigo de amenazas de mal lícito es que no son
constitutivas de delito las amenazas condicionales de un mal justo, cuando
entre el mal y la condición haya una relación lógica y proporcional (teoría
de la relación). Se castiga si se dan las tres siguientes circunstancias:
- Que sea una amenaza condicional.
- Que la condición no sea una conducta debida.
- Que falte una relación lógica y proporcional entre el mal y la condición.
Dentro de las amenazas con un mal lícito existe un tipo agravado, en el que
las amenazas se caracterizan por (artículo 171.2 del CP):
- El mal con que se amenaza es el de revelar o difundir hechos referentes
a la vida privada del amenazado o relaciones familiares que no sean
públicamente conocidas y puedan afectar a su honor o intimidad.
- Es una amenaza condicional y la condición es el pago de un dinero o la
obtención de una recompensa.
- El mal con que se amenaza puede ser un mal lícito o puede ser, también,
constitutivo de delito.
- La pena varia según se haya conseguido la entrega del dinero o
recompensa. Si se ha conseguido la entrega de todo o parte de lo
exigido, la pena será de dos a cuatro años de prisión, y la pena será de
seis meses a dos años, si no se ha conseguido.
En el artículo 171.3 se dice que si la amenaza consiste en el hecho de
denunciar la comisión de algún delito, el Ministerio Fiscal podrá abstenerse
de sancionar por el delito que hubiera sido objeto de la amenaza, excepto
cuando dicho delito conlleve una pena de prisión superior a dos años, en
cuyo caso se reducirá la pena en uno o dos grados.
Existe la falta de amenazas, regulada en el artículo 620 del CP, en el que se
castiga a los que hagan amenazas leves con armas u otros instrumentos
peligrosos y a los que hagan amenazas leves se castigan mediante denuncia
de la persona agraviada o de su representante legal. La pena es de diez a
veinte días de multa.
Para ver si la amenaza es grave o leve hay que tener en cuenta dos
aspectos:
- Tener en cuenta las amenazas que, a la hora de confeccionar los
artículos 160, 170 y 171, el legislador se ha ido dejando fuera.
- Tener en cuenta las circunstancias que el legislador ha tenido en cuenta
a la hora de calificar una amenaza como grave, que son las siguientes:
- La entidad del mal con que se amenace.
- La credibilidad de la amenaza.
- Si es condicional o no la amenaza.
- Si se cumple o no la condición.
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Los concursos:
Si una persona amenaza con un mal y lo cumple, no estamos ante un
concurso entre la amenaza y el delito que se ha cometido, sino ante un
concurso de leyes, entendiendo que el delito ya abarca todo el desvalor del
hecho. Esto es válido para las amenazas no condicionales y, según la
doctrina, para las amenazas condicionales.
Las amenazas como intimidación, en su mayor parte, forman parte
constitutiva de otros delitos, en cuyo caso, normalmente, quedaran
absorbidas por dicho delito.
Existen en el CP supuestos específicos de amenazas que están más
gravemente penadas por afectar a instituciones del Estado o porque se
encuentran dentro de los delitos de terrorismo.
El artículo 172 del CP contempla un tipo básico (que a su vez tiene dos
modalidades) y un tipo agravado. Una coacción no es más que un atentado
contra la libertad de actuar de otra persona que se realiza con violencia
(obligar o impedir a hacer algo). Las coacciones están implícitas en casi
todos los delitos. El legislador al tipificar las coacciones se encuentra con el
problema de tipificar éstas según la variedad de los casos.
Hay que distinguir entre emplear violencia o no, y que esta violencia sea un
medio eficaz para conseguir que el otro haga o no lo que quiere.
Coacciones específicas:
Las coacciones específicas son las siguientes:
- Detención: Coacción específica referida a la libertad de movimiento de
alguien. Aquí se aplicará el delito de detención que desplaza al delito de
coacción.
- Robo con violencia o intimidación.
- Delitos contra la libertad sexual.
En estos tres casos las coacciones quedan desplazadas por los otros delitos.
TEMA 11: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL:
tipo básico existe el tipo agravado del artículo 181.2 del CP, que se da
cuando la relación sexual se ejecuta sobre persona privada de sentido. El
bien jurídico protegido en este caso sería la integridad sexual y no la
libertad sexual.
- Con consentimiento irrelevante: Es una relación sexual sobre una
persona que por su edad (menor de 13 años) o por padecer un trastorno
mental su consentimiento es irrelevante (artículo 181.2 del CP). En
relación con la frontera establecida en los 13 años, se trata de una
frontera biológica, por lo que no importa la madurez de esa persona. En
los casos en los que la víctima es un trastornado mental, el abuso se
comete abusando de ese trastorno mental, porque no toda relación
sexual con una persona trastornada es un abuso, sino sólo lo es cuando
se abusa de esa situación de trastorno.
- Con consentimiento viciado: El consentimiento puede estar viciado por
dos motivos:
- Estupro o prevalimiento (artículo 181.3 del CP): Es una
relación sexual consentida, siempre que ese consentimiento se haya
obtenido abusando de una situación de superioridad manifiesta que
coarte la libertad del individuo.
- Estupro fraudulento (artículo 183 del CP): Consiste en que el
consentimiento de la víctima se obtenga mediante engaño y que
dicha víctima tenga más de 13 años y menos de 16. La pena se
agrava cuando hay introducción de objetos o acceso carnal por vía
vaginal, bucal o anal (pena de prisión de dos a seis años).
Es necesario el dolo. El sujeto activo debe conocer que su promesa
es engañosa y que el sujeto pasivo tiene de 13 a 16 años, aunque por
lo que se refiere a este último extremo basta con que el sujeto tenga
un conocimiento aproximado de la edad efectiva del sujeto pasivo.
El acoso sexual esta regulado en el artículo 184 del CP y está castigado con
una pena de 6 a 12 fines de semana de arresto o multa de 3 a 6 meses. El
acoso tiene que tener tres elementos:
- Relación jerárquica entre los sujetos activo y pasivo (laboral, docente o
análoga).
- El sujeto activo pide un favor sexual (también puede ser un favor para
un tercero).
- Existe una amenaza expresa o tácita del sujeto activo con un mal
relacionado con ese ámbito docente o laboral.
Entre el sujeto activo y pasivo se da una cierta relación jerárquica, a partir
de la cual el artículo 184 del CP define un delito peculiar de amenazas
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Dolo:
En este delito solo se castiga al que omite dolosamente, no al imprudente,
ya que el dolo consiste en omitir a conciencia el socorro, con conocimiento
de que se dan todos los elementos del tipo.
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Este tipo añade una causa de justificación específica que se refiere a que se
debe prestar socorro siempre que no haya riesgo propio ni de terceros. El
riesgo suficiente para exonerar al sujeto de su deber de socorro sería aquel
riesgo que no fuera banal.
Tipo cualificado:
Está regulado en los artículos 195.3 y 196 del CP. Deben darse todos los
elementos del tipo básico y, además, que el riesgo que no se para con la
omisión haya sido causado fortuitamente o imprudentemente por el que
omite el socorro.
La causa de justificación en estos supuestos es que se podrá alegar que se
omitió porque así se evitaba el riesgo propio que le justifica de ser
denunciado. Sin embargo, esto no es un riesgo justificable. Otro problema
está en qué se entiende por causación fortuita del accidente. Sería excesivo
decir que responde por este tipo cualquiera que hubiese causado el
accidente de cualquier manera. Sólo causa el accidente fortuitamente aquel
que lo causa generando un riesgo permitido. Respecto a esto hay dos
modalidades:
- El que genera el riesgo fortuitamente.
- El que genera el riesgo imprudentemente.
El artículo 195.3 del CP sirve para los casos en los que a pesar de que
existe un garante, no hay un dolo de homicidio o lesiones, por lo que no se
puede aplicar la tentativa de homicidio o lesiones.
Si el accidente fue fortuito, la pena será de 6 meses a 1 año de prisión y
multa de 6 a 12 meses y si el accidente fue imprudente, la pena será
de 6 meses a 2 años y multa de 6 a 24 meses.
Está regulado en el artículo 196 del CP. Con este artículo se castiga al
médico, que sin estar en posición de garante no presta socorro a alguien
que lo necesita por estar en situación de peligro grave. El bien jurídico que
se protege aquí es la seguridad de la salud de las personas y, por lo tanto, la
seguridad de la integridad física, la vida y la salud. El sujeto activo de este
delito sólo puede ser un profesional sanitario.
En este delito el tipo básico, que está regulado en el artículo 202.1 del CP,
consiste en que un particular entra en una casa o se mantiene en ella sin
consentimiento del que habita en ella (dueño).
El bien jurídico protegido es la inviolabilidad del domicilio, entendiendo el
domicilio como morada, lo que significa un espacio físico donde el sujeto
desarrolla su vida personal, libre del conocimiento o interferencias que no
desea soportar.
El TC ha dicho que existe una conexión entre intimidad y morada, en el
sentido de que se protege ese terreno porque en él se desarrolla de manera
privilegiada la intimidad.
El sujeto activo puede ser cualquiera con una excepción, que es la
siguiente: Cuando el que allana la morada es un funcionario público o
autoridad al margen de sus funciones de instrucción penal, entonces se dará
el tipo agravado (artículo 204 del CP).
El sujeto pasivo es el morador de la casa, con independencia del título por
el que habite en esa casa (dueño, alquilado, etc.) o con independencia de
que no tenga ningún título.
La pena para este delito es de seis meses a dos años de prisión.
Los concursos:
Es usual que la morada se allane para cometer otro delito por lo que se
calificará como un concurso real, con dos excepciones:
- Cuando se allana la morada y con ocasión del allanamiento se comete
otro delito (robo), existirá un concurso real de delitos ya que se comete
el segundo delito con ocasión del primero.
- El legislador prevé la conducta de robo en vivienda
habitada (artículo 241.1 del CP) .
El tipo agravado:
En el artículo 202.2 del CP se prevé una figura agravada que se da cuando
el hecho se ejecuta con violencia o intimidación. El hecho que así se realiza
es el descrito en el apartado 1 del mismo artículo. La violencia o
intimidación han de emplearse sobre las personas, no sobre las cosas, y han
de emplearse como medio para la ejecución del hecho típico. La pena para
este tipo agravado es de 1 a 4 años de prisión y multa de 6 a 12 meses.
Se regula en el artículo 203 del CP. El TC dijo que las personas jurídicas
tienen derecho a la inviolabilidad del domicilio. A este respecto, las
diferencias con el allanamiento de morada son:
- Se castiga únicamente la entrada y no el mantenimiento.
- En los establecimientos abiertos al público sólo se castiga la entrada
fuera del horario de apertura.
Estas diferencias desaparecen en el tipo agravado, en el que se castiga tanto
la entrada como el mantenimiento, siempre que haya violencia o
intimidación, y se castiga tanto si los establecimientos están abiertos al
público como si no.
La pena para este delito es de 6 meses a 1 año de prisión y multa
de 6 a 10 meses y si se da el tipo agravado, la pena será de 6 meses a 3 años
de prisión.
Existe un tipo agravado en el artículo 204 del CP aplicable a los dos delitos
anteriores. Este tipo agravado consiste en que la autoridad o funcionario
público que, fuera de los casos permitidos por la ley y sin mediar causa
legal por delito, cometiere cualquiera de los hechos descritos
anteriormente, será castigado con la pena prevista respectivamente para los
mismos en su mitad superior e inhabilitación absoluta de 6 a 12 años. Debe
tratarse de una actuación similar a la de un particular, pero prevaliéndose
de la función pública.
Los concursos:
Las calumnias suelen relacionarse con el artículo 456 del CP (denuncia
falsa). Sólo se aplicará el delito que capta todo el desvalor del hecho.
La “exceptio veritatis”:
La excepción de la verdad está regulada en el artículo 207 del CP, en el que
se establece que el acusado por delito de calumnia quedará exento de toda
pena probando el delito que ha imputado. En el caso de que el sujeto activo
actúe con temerario desprecio hacia la verdad, sabiendo que su imputación
puede ser falsa, y luego se demuestra que el delito imputado era verdad,
habría una tentativa de calumnia, pero con el artículo 207 del CP se elimina
toda la pena, ya que finalmente el comportamiento del sujeto activo ha sido
útil para desenmascarar un delito.
El artículo 207 del CP no es aplicable al Rey ni a personas especialmente
protegidas.
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Modalidades agravadas:
El artículo 206 del CP establece que la pena del delito de calumnia será
agravada si ésta se hace con publicidad. En el caso de que no haya
publicidad, las penas son bajas por dos razones:
- Porque existe el deseo de que estos problemas se liquiden por la vía
civil y no por la penal.
- Porque la jurisprudencia del TC ha unido este delito con 1a libertad de
expresión e información, por lo que se rebaja la pena.
La pena es más grave cuando se hace con publicidad, entendiendo por
publicidad, según el artículo 211 del CP, la propagación por imprenta,
radiodifusión o medio semejante.
La pena para el delito de calumnia es de multa de 4 a 10 meses, si no se
propaga con publicidad, y de 6 meses a 2 años de prisión o multa
de 6 a 24 meses, si las calumnias se propagaran con publicidad.
Según el artículo 208, párrafo 1º, del Código Penal, las injurias son la
acción o expresión que lesiona la dignidad de otra persona, menoscabando
su fama o atentando contra su propia estimación. Hay dos formas de
injuria:
- Imputar un hecho negativo y falso, que no sea constitutivo de delito, a
otra persona.
- Hacer valoraciones que lesionen la dignidad de la persona (insultos).
En la imputación de hechos el esquema es similar al de la calumnia, esto
es, la imputación falsa y creíble de un hecho negativo. Puede haber una
“exceptio veritatis” por la que quedará exento el acusado probando la
verdad de las imputaciones cuando éstas se dirijan contra funcionarios
públicos sobre hechos concernientes al ejercicio de sus cargos o referidos a
la comisión de faltas penales o de infracciones administrativas (artículo 210
del Código Penal).
Para que las injurias sean delito, éstas tienen que ser graves y, además, en
el caso de imputación de hechos es necesario que el sujeto activo actúe
sabiendo que es falso lo que imputa o con temerario desprecio de la verdad.
El tipo básico se castiga con la pena de multa de 3 a 7 meses y el tipo
agravado con la pena de multa de 6 a 14 meses cuando se haga utilización
de publicidad para transmitir las injurias (artículo 209 del CP).
En el caso de las valoraciones lesivas, el problema es saber cuándo se trata
de una injuria y cuando se trata de una opinión sobre alguien.
Se discute si es injuria lo que sólo llega a oídos del sujeto pasivo. Parece
que sí, ya que el artículo 208, párrafo 1º, del CP establece que es injuria la
expresión que lesione la dignidad de la persona, menoscabando su fama o
atentando contra su propia estimación.
55
Los concursos:
El principal problema se da cuando hay que decidir entre si existe un sólo
delito de injurias o varios. En estos casos, el tribunal puede actuar de tres
formas:
- Decir que hay un sólo delito, ya que hay una única finalidad y una
continuidad temporal.
- Aplicar un concurso real de delitos, es decir, cada injuria es un delito y
se suman las penas.
- Utilizar la técnica del delito continuado (artículo 74 del CP), que
consiste en aplicar el concurso real, pero con las reglas del concurso
ideal.
Los delitos patrimoniales son los que afectan al patrimonio de las personas.
El patrimonio, según la concepción jurídica, es lo mismo que los derechos
patrimoniales, esto es, que el sujeto tenga un poder jurídicamente
reconocido sobre determinados objetos, independientemente de que tengan
o no valor económico.
Una segunda concepción sostiene que el patrimonio son aquellos bienes
cuantificables económicamente.
Otra concepción dice que el patrimonio son los bienes que se detentan
jurídicamente y que además tienen un valor económico. Ésta es la teoría
más utilizada por la mayoría.
El orden socioeconómico es un determinado mecanismo de producir bienes
y servicios y de distribuirlos. Normalmente, los sistemas socioeconómicos
se definen por la mayor o menor intervención del Estado y por la mayor o
menor intervención del libre mercado.
La forma de dañar el orden socioeconómico se puede dar de dos maneras
diferentes: Dañando el mecanismo estatal o dañando el sistema de libre
competencia (no pagar impuestos, espionaje industrial, etc.). Existen otros
delitos que también inciden en el orden socioeconómico (por ejemplo, los
delitos contra el medio ambiente), ya que cuando se cometen se daña una
manera de organizar la producción y se lesiona la competencia.
Otro grupo son los delitos que lesionan las instituciones fundamentales del
tráfico económico y mercantil (por ejemplo, el delito de falsedad en
documento mercantil).
La razón de esta excusa absolutoria es, según unos autores, que cuando se
producen estos delitos patrimoniales menores la propia familia tiene sus
propios mecanismos internos para arreglar estas cuestiones y también
porque en las familias existe una especie de copropiedad de las cosas,
incluso algunos autores afirman que la culpabilidad en estos casos es menor
porque sabe que puede ser perdonado más fácilmente por la familia y que
el daño puede ser reparado con facilidad.
Clasificación:
Dentro de la clasificación de estos delitos se puede comenzar por la que
hace el propio Código Penal, que deja a los delitos contra la hacienda
pública, los delitos contra el medio ambiente y los delitos contra los
derechos de los trabajadores fuera del Título XIII del Código Penal.
Otra clasificación es la que se hace dentro del propio Título XIII del CP, en
el artículo 268 del CP, en el que se establece que se clasifican como delitos
patrimoniales los delitos de los Capítulos I a IX y que son delitos
socioeconómicos los de los demás capítulos.
El tipo básico del hurto está regulado en el artículo 234 del CP y hace
referencia al que, con ánimo de lucro, tomare las cosas muebles ajenas sin
la voluntad de su dueño, será castigado con la pena de prisión
de 6 a 18 meses, si la cuantía de lo extraído excede de 50.000 pesetas.
El término tomar hace referencia a apoderarse, esto es, desplazar
físicamente una cosa del ámbito patrimonial ajeno al ámbito patrimonial
propio. Esta acción de tomar puede hacerse por la propia mano del sujeto
activo o mediante otros métodos como la coautoría mediata de otras
personas. Esta acción de tomar tiene que hacerse en contra de la voluntad
del dueño de la cosa. El problema que se plantea respecto a esto es
determinar cuando se ha consumado el hurto. Según la teoría mayoritaria,
la consumación se da desde el momento en que el sujeto activo puede
disponer como si fuera dueño de la cosa, sin consentimiento actual y válido
del dueño.
El objeto material del hurto tiene que ser una cosa mueble, entendiéndose
por cosa todo objeto material susceptible de apoderamiento y valorable
económicamente en dinero. No habrá delito de hurto si el valor es
insignificante o si el valor esencial es puramente afectivo.
Cuando el objeto material del hurto es un título de valor (por ejemplo, un
cheque), lo que se está hurtando es el valor que representa dicho título, por
lo que habrá que distinguir el valor del objeto hurtado del perjuicio que
ocasiona el hurto de ese objeto.
El que la cosa tenga que ser mueble es porque tiene que ser susceptible de
aprehensión y traslado. Además, dicha cosa ha de ser ajena, esto es, que no
es propia y que es de alguien, por lo que no habrá hurto en las cosas que no
son de nadie. Respecto a la ajenidad del objeto, habrá problemas cuando las
cosas que se hurtan estén fuera del comercio o cuando sea una cosa de
varios dueños y uno de ellos la toma para si sólo.
En los supuestos de las cosas “extra comercium”, sí que puede haber hurto,
ya que aunque las cosas no pueden ser objeto de comercio, sí que
pertenecen a alguien.
En los casos de condominio, en los que la cosa pertenece a varios dueños al
completo (no por cuotas), no habrá hurto porque no habrá desplazamiento
de la cosa al ámbito propio (la cosa ya es del ámbito propio) y además la
cosa no es ajena. En el caso del condominio por cuotas físicas, no habrá
hurto porque la cosa no es ajena.
El elemento subjetivo de este delito es el ánimo de lucro, que es la
intención de obtener una ventaja patrimonial con la incorporación de la
60
Los concursos:
Al delito de hurto se le pueden aplicar las reglas del delito continuado del
artículo 74.1 y 74.2 del CP. Estas reglas consisten en aplicar la pena de la
infracción más grave en su mitad superior. Si el delito de hurto continuado
es contra el patrimonio, se impone la pena teniendo en cuenta el valor total
de lo hurtado y el perjuicio causado a una generalidad de personas, en cuyo
caso se puede aumentar la pena en uno o dos grados. Para poder aumentar
la pena en uno o dos grados el hecho tiene que tener notoriedad o que haya
perjudicado a una generalidad de personas. El tribunal o aplica el delito
continuado o aplica el subtipo agravado de especial gravedad, pero nunca
los dos a la vez.
62
El artículo 237 del CP describe el robo con fuerza en las cosas como un
apoderamiento con ánimo de lucro de cosas muebles ajenas, usando fuerza
en las cosas. Es un hurto en el que además concurre la fuerza en las cosas.
Fuerza es una serie de modalidades de apoderamiento que requieren
especial habilidad para vencer los obstáculos que el dueño pone para
impedir el acceso al objeto. Esta mayor energía criminal es lo que hace que
se compense con una mayor pena.
Para que haya un robo con fuerza los elementos que se deben dar son:
- Todos los elementos del hurto (cosa mueble, ajena, ánimo de lucro y sin
consentimiento).
- El sujeto ha de emplear fuerza en las cosas para acceder al lugar donde
se encuentran las cosas.
- Debe darse una de las cinco modalidades del artículo 238 del CP para
acceder al lugar.
Si un sujeto emplea fuerza en las cosas para acceder al lugar, pero lo hace
de alguna forma diferente a estas cinco modalidades, no habrá robo, sino
hurto, lo mismo que si esa fuerza en las cosas no se usa para acceder al
lugar, sino para huir de él.
El que la fuerza deba ser para acceder al lugar significa que esta fuerza
debe darse antes de la aprehensión de la cosa, de lo contrario, se trataría de
un hurto. Este requisito da problemas en casos como el de un sujeto que
rompe un cristal de un coche para apoderarse de él o cuando se desmonta la
alarma de un traje para que no suene. En estos casos se dan
comportamientos de especial habilidad para vulnerar los obstáculos que el
dueño pone, pero no para acceder al lugar donde está el objeto. La
excepción está en los casos de ruptura de candados de bicicletas o motos,
en los que la jurisprudencia mayoritaria da una calificación de robo con
fuerza a estos actos.
Las cinco modalidades del artículo 238 del CP son un tipo mixto
alternativo, esto es, que es irrelevante que se dé más de una de ellas a la
vez, ya que basta con que se dé una de éstas. La única relevancia que tiene
el que se dé más de una de dichas modalidades es cuando una de ellas en sí
63
Agravantes:
Hay cinco modalidades agravantes: Las cuatro primeras son las mismas
que para el delito de hurto y la quinta es el robo en casa habitada, edificio o
local abierto al público o en cualquiera de sus dependencias. El
artículo 241.2 del CP establece que casa habitada es todo albergue que sea
morada de una o más personas, aunque accidentalmente en el momento del
robo no se encuentren allí. Se consideran dependencias los patios, garajes y
demás departamentos o sitios cercados y contiguos al edificio y en
comunicación interior con él, y con el cual formen una unidad
física (artículo 241.3 del CP).
El robo en casa habitada se considera más grave porque se califica como un
concurso entre robo y allanamiento de morada (atenta contra el derecho de
propiedad y contra la intimidad).
posibilitar la consumación del robo. Además, hace falta que haya una
conexión subjetiva de la violencia o intimidación hacia el apoderamiento,
esto es, que el sujeto emplee la violencia o intimidación con el fin de
apoderarse del objeto patrimonialmente. Si la violencia o intimidación no
se ejerce para conseguir el objeto, no será robo.
La consumación del delito se produce con la disponibilidad abstracta del
objeto. Si el sujeto ejerce violencia o intimidación, pero no llega a
apoderarse de la cosa, porque no puede disponer de ella, se tratará de una
tentativa de robo con violencia o intimidación.
La autoría y participación en este delito siguen las reglas generales del
Código Penal. Pero en la jurisprudencia del Tribunal Supremo existe una
tesis que se llama “teoría del acuerdo previo” aplicada a los casos en que
los sujetos se ponen de acuerdo para cometer este tipo de delitos.
Responderán todos como coautores del robo con violencia o intimidación y
de las posibles lesiones que se produzcan en la operación, siempre que no
hayan sido excluidos en el pacto o acuerdo al que llegaron con anterioridad
a cometer el delito.
En el robo con violencia o intimidación el tipo básico (pena de 2 a 5 años
de prisión) se agrava en su mitad superior cuando se dé alguna
circunstancia del artículo 242.2 del CP:
- Cuando el delincuente hiciere uso de armas u otros medios peligrosos
que llevase, no si se las encontrase durante el robo, esto es, que ya
tuviera pensado usar las armas para ejercer violencia o para intimidar,
ya sea para cometer el delito o para huir de éste.
- Cuando el sujeto activo ataque a los que acudan al auxilio de la víctima
o le persigan. Esta circunstancia debe darse como un segundo uso de la
violencia o intimidación, esto es, que ya haya habido un primer uso de
la violencia o la intimidación en el momento de consumar el delito, ya
que si no se produjo dicha violencia o intimidación no habría delito de
robo, en cuyo caso no habría posibilidad de agravarlo.
En el artículo 242.3 del CP se contempla el tipo atenuado del delito de robo
con violencia o intimidación en atención a la menor violencia ejercida, con
lo que se atenúa la pena de 1 a 2 años de prisión cuando el daño a los
bienes jurídicos protegidos sea menor y cuando el atentado patrimonial sea
de poca entidad. Esta atenuación puede ser aplicada también en el tipo
cualificado de uso de armas.
Los concursos:
El robo con violencia o intimidación es un delito con muchos problemas
concursales, puesto que frecuentemente en él se producen muchos otros
delitos (lesiones, detenciones, amenazas, etc.).
Si es un robo con intimidación, el delito de amenazas queda absorbido por
el delito de robo con intimidación, por lo que se haría un concurso de leyes
66
Extorsión:
Usurpación:
Los concursos:
El problema se da entre la estafa y la falsedad de documento privado.
Cuando la falsedad de documento privado se da para cometer la estafa, sólo
se calificará el delito como estafa (absorbe el delito de falsedad), excepto
cuando la pena del delito de falsedades documentales sea igual o mayor a la
pena del delito de estafa, castigando entonces el delito de falsedades.
En los casos de delito de falsedad de documento público oficial o de
comercio se establecerá un concurso medial de delitos (la pena más grave
en su mitad superior) entre la estafa y la falsedad.
Tipos agravados:
Se encuentran en el artículo 250.1 del CP y son siete tipos de agravantes,
de las cuales cuatro son más o menos iguales que las del delito de hurto. Lo
único en lo que son diferentes es que en el tipo referente a artículos de
primera necesidad se incluye la vivienda (bien inmueble) y en el referente
al abuso de relaciones personales se añade el abuso de credibilidad
empresarial o profesional. Los otros tres tipos son:
- Cuando la estafa se realiza con simulación de pleito o fraude procesal,
esto es, cuando se engaña al juez para que dicte una sentencia con
efectos económicos contra un tercero.
- Cuando la estafa se realiza mediante un cheque, pagaré, letra de cambio
en blanco o cualquier otro instrumento mercantil, a los que se quiere dar
una mayor protección.
- Cuando se trata de documentación la agravante se puede dar en dos
supuestos:
- Abuso de firma de otro que suponga un abuso de confianza.
- Ocultación, sustracción o inutilización, en todo o en parte, de
determinados documentos.
- Disponer de un bien ocultando una carga que grava dicho bien. También
el gravar un bien entre el momento de su venta y el de elevarlo a
escritura pública.
- Otorgar un contrato simulado en perjuicio de otro.
La pena impuesta para estas estafas es de 1 a 4 años de prisión.
Cuando una persona posee lícitamente un bien, pero trastoca esa posesión
en propiedad, se podrá decir que ha habido una apropiación indebida. Se
encuentra en el artículo 252 del CP, en el que se incluye también la
conducta de “distraer” el objeto, que sería no usar el objeto para los fines
para los que estaba previsto.
Para que haya apropiación indebida la cuantía de lo apropiado debe exceder
de 50.000 pesetas. Las penas serán las mismas que las impuestas para el
delito de estafa (artículos 249 y 250 del Código Penal). Dichas penas se
impondrán en su mitad superior en el caso de depósito necesario o
miserable.
Supuestos específicos:
- Apropiación de bien perdido: El artículo 253 del CP castiga con la pena
de multa de 3 a 6 meses a los que, con ánimo de lucro, se apropiaren
de cosa perdida o de dueño desconocido, siempre que en ambos casos el
valor de lo apropiado exceda de 50.000 pesetas. Si se tratara de cosas
de valor artístico, histórico, cultural o científico, la pena será de prisión
de 6 meses a 2 años.
73
Delito fiscal:
El tipo básico se regula en el artículo 305 del CP y se describe como eludir
el pago de tributos por una cuantía mayor a los quince millones de pesetas.
Se castiga con una pena de 1 a 4 años de prisión.
El bien jurídico protegido es el patrimonio público, esto es, la Hacienda
Pública.
La conducta típica se define como “defraudar”, especificada por ser una
acción u omisión. Aquí el término defraudar no equivale al de estafa, sino
al de incumplir un deber.
Concursos:
El problema se da entre la falsedad documental para defraudar a la
Hacienda Pública y el propio delito de defraudación. El Tribunal Supremo
dice que el delito fiscal absorbe el delito de falsedad documental, aunque la
doctrina tiende a resolver mediante un concurso medial de delitos.
La pena del artículo 305 del CP es triple, porque es privativa de libertad,
contiene una multa y comporta una pena que evite futuras relaciones
económicas del sancionado con la Administración:
76
- De 1 a 4 años de prisión.
- Multa del tanto al séxtuplo de la cantidad defraudada (de quince a
noventa millones de pesetas).
- Pérdida de la posibilidad de obtener beneficios y subvenciones
administrativas de 3 a 6 años.
Agravantes:
Se dan dos supuestos en los que se impone la pena en su mitad
superior (párrafo 2º del artículo 305.1 del CP):
- La utilización de persona o personas de manera que quede oculta la
identidad del verdadero obligado tributario.
- La especial trascendencia y gravedad de la defraudación atendiendo al
importe de lo defraudado o a la existencia de una estructura organizativa
que afecte o pueda afectar a una pluralidad de obligados tributarios.
Fraude de subvenciones:
Está regulado en el artículo 308 del CP y consiste en obtener
indebidamente una subvención, desgravación o ayuda de las
Administraciones Públicas de más de diez millones de pesetas. Existen dos
tipos de conductas:
- Obtención fraudulenta de subvenciones, ocultando o falseando datos. Se
consuma desde el momento de la obtención de la subvención.
- Distraer subvenciones: Se consuma en el momento en que se puede
constatar que el fin de la subvención ha quedado frustrado.
Infracciones contables:
Están reguladas en el artículo 310 del CP y básicamente se refieren a
individuos que no llevan una contabilidad o llevan una contabilidad falsa,
lo que impide o dificulta la gestión tributaria. El bien jurídico es el peligro
para la Hacienda Pública de que la gente no lleve sus cuentas, esto es, la
seguridad de la Hacienda Pública.
77
El artículo 310 del CP establece que será castigado con la pena de arresto
de 7 a 15 fines de semana y multa de 3 a 10 meses el que estando obligado
por la ley tributaria a llevar contabilidad mercantil, libros o registros
fiscales:
- Incumpla absolutamente dicha obligación en régimen de estimación
directa de bases tributarias.
- Lleve contabilidades distintas que, referidas a una misma actividad y
ejercicio económico, oculten o simulen la verdadera situación de la
empresa.
- No hubiere anotado en los libros obligatorios negocios, actos,
operaciones o, en general, transacciones económicas, o los hubiere
anotado con cifras distintas a las verdaderas.
- Hubiere practicado en los libros obligatorios anotaciones contables
ficticias.
Estas infracciones contables sólo serán delito cuando las defraudaciones
tributarias fruto de estas falsedades y la cuantía de los datos falseados
exceda de treinta millones de pesetas.
Tipo básico:
El artículo 368 del CP establece que los que ejecuten actos de cultivo,
elaboración o tráfico, o de otro modo promuevan, favorezcan o faciliten el
consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias
psicotrópicas, o las poseen con aquellos fines, serán castigados con la pena
de prisión de 3 a 9 años y multa del tanto al triple del valor de la droga
objeto del delito si se tratare de sustancias o productos que causen grave
daño a la salud, y de prisión de uno a tres años y multa del tanto al duplo en
los demás casos.
Tipo objetivo:
Se puede entender por droga la sustancia natural o sintética, cuya
consumación repetida provoca en las personas:
- Dependencia psíquica: Necesidad de seguir consumiendo.
- Dependencia física: Dependencia orgánica de los efectos para evitar el
síndrome de la abstinencia.
- Tolerancia: Tendencia a aumentar la dosis.
Tipo subjetivo:
El error sobre el carácter prohibido de la sustancia determina un error de
prohibición. En todo caso, la jurisprudencia es bastante parca en dar
relevancia al error en cualquier de sus formas en esta materia.
Tipos agravados:
Existen cinco tipos agravados:
- Cualificaciones de primer grado: El artículo 369 del CP establece que se
impondrán las penas privativas de libertad superiores en grado a las
respectivamente señaladas en el artículo 368 del CP y multa del tanto al
cuádruplo cuando se den las siguientes cualificaciones:
- Por razón del sujeto pasivo o perjudicado: Se agravará la pena
cuando las drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas
se faciliten a menores de dieciocho años o disminuidos
psíquicos (artículo 369.1º del CP). Cuando las citadas sustancias o
productos se faciliten a personas sometidas a tratamiento de
deshabituación o rehabilitación (artículo 369.2º del CP). La anterior
circunstancia también es aplicable al intermediario que lo conozca.
También se agravará la pena cuando se utilice a menores de dieciséis
años para cometer estos delitos (artículo 369.9º del CP).
- Por razón del sujeto activo: Se agravará la pena cuando el
culpable perteneciere a una organización o asociación, incluso de
carácter transitorio, que tuviere como finalidad difundir tales
sustancias o productos aun de modo ocasional (artículo 369.6º del
CP). Cuando el culpable participare en otras actividades delictivas
organizadas o cuya ejecución se vea facilitada por la comisión del
delito (artículo 369.7º del CP). También se agravará la pena cuando
el culpable fuere autoridad, facultativo, funcionario público,
trabajador social, docente o educador y obrase con abuso de su
profesión, oficio o cargo (artículo 369.8º del CP).
- Por razón del lugar: Se agravará la pena cuando las drogas
tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas se introduzcan o
difundan en centros docentes, en centros, establecimientos y
unidades militares, en establecimientos penitenciarios o en centros
asistenciales (artículo 369.1º del CP). Cuando los hechos fueren
realizados en establecimientos abiertos al público por los
responsables o empleados de los mismos (artículo 369.2º del CP).
- Por razón del objeto material: Se verá agravada la pena cuando
fuere de notoria importancia la cantidad de drogas tóxicas,
estupefacientes o sustancias psicotrópicas objeto de las conductas a
que se refiere el artículo 368 del CP (artículo 369.3º del CP) o
cuando las referidas sustancias o productos se adulteren, manipulen o
81
Tipos atenuados:
Existen dos tipos atenuados:
- Posibilidad de los actos de participación intentada: El artículo 373
del CP establece que la provocación, la conspiración y la proposición
para cometer los delitos previstos en los artículos 368 a 372 del CP se
castigarán con la pena inferior en uno a dos grados.
- Atenuación de la pena para arrepentidos y colaboradores: El
artículo 376 del CP establece que en los delitos previstos en los
artículos 368 a 372, los jueces o tribunales, razonándolo en sentencia,
podrán imponer la pena inferior en uno o dos grados a la señalada por la
ley para el delito de que se trate, siempre que el sujeto haya abandonado
voluntariamente sus actividades delictivas y se haya presentado a las
autoridades confesando los hechos en que hubiera participado y haya
colaborado activamente con éstas, bien para impedir la producción del
delito, bien para obtener pruebas decisivas para la identificación o
captura de otros responsables o para impedir la actuación o el desarrollo
de las organizaciones o asociaciones a las que haya pertenecido o con
las que haya colaborado.
Tentativa y consumación:
La jurisprudencia configura el delito previsto en el artículo 368 del CP
como un delito de peligro abstracto, que requiere la potencialidad de la
conducta para crear un peligro en el bien jurídico, y como un delito de
consumación anticipada, por lo que generalmente no aprecia las formas
imperfectas de ejecución. Sin embargo, la STS de 4 de febrero de 1985
consideró que había tentativa al ser detenidos los individuos en el portal del
edificio donde se realizaba el tráfico.
La STS de 21 de junio de 1987 considera perfeccionada la compraventa
cuando el comprador y vendedor convienen en la cosa objeto de contrato y
en el precio, aunque ni la cosa ni el precio se hubieran entregado.
83
Autoría y complicidad:
La amplitud en la redacción del tipo básico permite como sujetos activos a
todos cuantos intervengan con actos que puedan calificarse de cultivo,
fabricación o tráfico o que de otro modo promuevan o faciliten el consumo
ilegal de drogas tóxicas o estupefacientes o las posean con aquellos fines.
El artículo 28 del CP permite además extender la cualidad de autores a los
inductores y cooperadores necesarios. Así, el Tribunal Supremo ha
considerado como autores al intermediario y al donante. Sin embargo, nada
impide apreciar complicidad en los casos de cooperación no
necesaria (artículo 29 del CP). El problema surge al distinguir entre
cooperación necesaria y complicidad.
Concursos:
Tiene importancia el concurso entre el artículo 368 del CP y el delito de
contrabando previsto en los artículos 2 y 3 de la Ley Orgánica 12/1995,
de 12 de diciembre, sobre represión del contrabando.
El Tribunal Supremo mantiene la posibilidad del concurso ideal de delitos
entre ambas infracciones, apoyándose para ello en la diversidad de bienes
jurídicos (salud pública, interés económico del Estado, etc.).
El Tribunal Constitucional confirma esta postura ya que tanto un delito
como otro son conductas distintas (simultáneas o sucesivas) y afectan a
bienes jurídicos distintos.
Otros autores consideran que es preferible la tesis del concurso de leyes y
castigar sólo la infracción más gravemente penada en el caso concreto.
Comiso:
El artículo 374 del CP establece que a no ser que pertenezcan a un tercero de
buena fe no responsable del delito, serán objeto de decomiso las drogas
tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, los equipos, materiales y
sustancias a que se refiere el artículo 371 del CP, los vehículos, buques,
aeronaves y cuantos bienes y efectos, de cualquier naturaleza que sean,
hayan servido de instrumento para la comisión de cualquiera de los delitos
previstos en los artículos 368 a 372 del CP, o provengan de los mismos, así
como las ganancias de ellos obtenidas, cualesquiera que sean las
transformaciones que hayan podido experimentar.
Responsabilidad civil:
El artículo 378 del CP establece que los pagos que se efectúen por el penado
por uno o varios de los delitos a que se refieren los artículos 368 a 372
del CP se imputarán por el orden siguiente:
- A la reparación del daño causado e indemnización de perjuicios.
- A la indemnización del Estado por el importe de los gastos que se hayan
hecho por su cuenta en la causa.
- A la multa.
- A las costas del acusador particular o privado cuando se imponga en la
sentencia su pago.
- A las demás costas procesales, incluso las de la defensa del procesado,
sin preferencia entre los interesados.
Tipos legales:
Los delitos contra la seguridad pueden clasificarse en atención a la
conducta constitutiva del correspondiente tipo delictivo:
- Delitos contra la seguridad del tráfico que consisten en conducir:
Conducción bajo el efecto de bebidas alcohólicas, drogas, etc.,
conducción temeraria y conducción temeraria con consciente desprecio
a la vida de los demás.
- Delitos cuyas conductas, distintas de conducir, crean un grave peligro
en la seguridad del tráfico.
- Delito de desobediencia: Negativa a la prueba de alcoholemia.
Tipo objetivo:
Las drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas y las bebidas
alcohólicas y similares producen el efecto de disminuir las facultades
psíquicas, reflejos, atención en los conductores. Esta disminución no
comienza hasta cierta cantidad y varía de un sujeto a otro.
En la práctica se estima que si la tasa de alcohol en sangre es superior
al 0’5 de alcohol por litros de sangre el conductor carece de las facultades
mínimas para conducir el vehículo a motor.
El TC establece la necesidad de observar las garantías procesales en la
práctica del test de alcoholemia. Dicho test no constituye una prueba
suficiente, teniendo que ser completada con la declaración de testigos, de
los agentes judiciales en el juicio oral, la confesión del propio acusado, etc.
Este test no vulnera los derechos a la integridad física, la libertad personal
o el derecho a no declarar contra sí mismo.
La ley sólo exige que se demuestre dicha influencia en el conductor,
aunque sea mínima. Tampoco se exige una puesta en peligro concreto,
basta con la conducción del vehículo en tales circunstancias. El criterio
teológico exige que, al menos, se haya creado con el hecho un riesgo para
la circulación, aunque no se pongan en peligro bienes jurídicos
individuales.
Tipo subjetivo:
Es necesaria la conciencia de que se conduce embriagado, siendo necesario
el dolo. La comisión imprudente no está prevista expresamente.
Muchas veces el conductor en el momento de la conducción es
inimputable, total o parcialmente, pero el dolo va referido al momento en
que, consciente de que va a conducir, bebe. En este caso, no será aplicable
la eximente segunda del artículo 20 del CP ni la eximente incompleta del
artículo 21 del CP.
Este delito es un delito de carácter permanente, ya que la consumación se
prolonga durante todo el tiempo que dura la conducción bajo la influencia
88
Tipo objetivo:
La acción consiste en conducir con temeridad manifiesta. La temeridad
equivale a la imprudencia en su forma más grave. El conductor se comporta
con desprecio absoluto de las reglas del tráfico más elementales. Además
de manifiesta, ha de ser patente para terceros.
Es necesario que en el caso concreto se ponga en peligro la vida o
integridad de las personas. El grado de peligro debe ser constatado por el
juez en atención a las circunstancias del hecho.
Es un delito de peligro individual o de peligro para bienes jurídicos
individuales. No basta con que el conductor ponga en peligro su vida o su
integridad, sino que se requiere que con la conducción ponga en peligro
bienes individuales ajenos (los demás pasajeros, aunque sean parientes).
Tipo subjetivo:
La conducta ha de ser dolosa, el sujeto debe ser consciente de su forma de
conducir y de la puesta en peligro de bienes jurídicos. El dolo de peligro no
se refiere al posible resultado lesivo, sino a la acción peligrosa en sí.
Conducción temeraria con consciente desprecio por la vida de los demás:
El artículo 384 del CP establece que será castigado con las penas de prisión
de uno a cuatro años, multa de seis a doce meses y privación del derecho a
conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a seis y
hasta diez años, el que, con consciente desprecio por la vida de los demás,
incurra en la conducta descrita en el artículo 381 del CP. Cuando no se
haya puesto en concreto peligro la vida o la integridad de las personas, la
pena de prisión será de uno a dos años, manteniéndose el resto de las penas.
Este artículo es expresión de una valoración más severa de los
comportamientos más graves y peligrosos en la conducción de un vehículo
a motor o ciclomotor.
Elementos típicos:
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Tipo objetivo:
La conducta típica del artículo 384 del CP coincide con la descrita en el
artículo 381 del CP, al que se remite expresamente. Consiste en conducir el
vehículo de motor con temeridad manifiesta.
Se trata de un delito de propia mano en el que el autor en sentido estricto es
el conductor. Esto no excluye la responsabilidad penal de otras personas en
concepto de partícipes, inductores, cooperadores necesarios o cómplices.
En muchas ocasiones, este tipo de conducción es producto de “apuestas”
con otras personas.
La temeridad es igual a la imprudencia en su grado más grave, que sería la
forma de conducción de un vehículo a motor sin tener en cuenta las
precauciones elementales y asumiendo el conductor unos riesgos de
producción del resultado notablemente superiores a lo normal. Debe ser
patente para terceros. La infracción de las normas que regulan el tráfico
debe ser claramente probada y constituye en sí misma un comportamiento
objetivamente peligroso, aunque ese peligro no se actualice al caso
concreto.
Tipo subjetivo:
El elemento más típico del delito previsto en el artículo 384 del CP es el
consciente desprecio por la vida de los demás.
A diferencia de la conducción temeraria del artículo 381 del CP, ya no es
suficiente en el tipo subjetivo un dolo de peligro referido a la acción
peligrosa en sí, sino un elemento subjetivo específico del injusto.
Esta especial referencia subjetiva pone en relación este delito con posibles
resultados lesivos que se produzcan a consecuencia de la conducción
temeraria. El problema que se plantea es si se trata de dolo eventual o
imprudencia grave consciente. Parece que el artículo 384 del CP tipifica un
delito doloso tanto en la conducción temeraria como en el resultado de
peligro lesivo que la acción puede producir.
Este artículo 384 del CP se puede considerar una anticipación en forma de
tentativa o que aún no está en la fase ejecutiva del homicidio (no se ha
producido un peligro concreto para la vida de las personas), o la
tipificación expresa de una tentativa de homicidio. Todo ello sin perjuicio
de su naturaleza como delito de peligro para la seguridad del tráfico.
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Cualificación:
A diferencia de la conducción temeraria del artículo 381 del CP, el delito
del artículo 384 del CP es punible aunque no se produzca una situación de
peligro concreto para la vida o integridad de las personas.
La creación de una situación de peligro concreto es sólo un factor de
agravación de la pena, pero no un elemento esencial del tipo. El peligro va
referido a la vida de los demás, no a la del conductor ni a la de sus
acompañantes.
La puesta en peligro de los bienes no constituye elemento típico y si se
producen daños patrimoniales, habrá que estar a las reglas generales de
imputación del delito de daños que entraría en concurso con el delito de
conducción temeraria.
Causas de justificación:
Aunque teóricamente se podría dar algún caso extremo de estado de
necesidad (por ejemplo, llevar urgentemente un herido al hospital), no
parece compatible con el consciente desprecio por la vida de los demás,
porque no hay una relación de adecuación con el que se pretende evitar.
Por tanto, no existen causas de justificación.
Culpabilidad:
Cuando el conductor en el momento de la conducción está embriagado o
bajo el efecto de alguna droga tóxica o sustancia psicotrópica, se puede
utilizar la figura de la “actio libera in causa”. Hay que tener en cuenta que
las eximentes del artículo 20 del CP no son aplicables cuando la situación
ha sido provocada intencionalmente para delinquir.
Si la conducción temeraria ha surgido precisamente del estado de trastorno
mental del sujeto, no será compatible con el consciente desprecio por la
vida de los demás y, en este caso, deberá considerarse como un delito del
artículo 379 del CP o del artículo 381 del CP.
Comiso:
El artículo 385 del CP establece el comiso del vehículo a motor o
ciclomotor utilizado en los hechos previstos en el artículo 384 del CP,
considerándolo como instrumento a los efectos del artículo 127 del CP.
Los instrumentos con que se hayan ejecutado el delito o falta dolosa serán
decomisados, a no ser que pertenezcan a un tercero de buena fe no
responsable del delito, que los haya adquirido legalmente.
El artículo 382 del CP establece que será castigado con la pena de prisión
de seis meses a dos años o multa de tres a ocho meses el que origine un
grave riesgo para la circulación de alguna de las siguientes formas:
- Alterando la seguridad del tráfico mediante la colocación en la vía de
obstáculos imprevisibles, derramamiento de sustancias deslizantes o
inflamables, mutación o daño de la señalización, o por cualquier otro
medio.
- No restableciendo la seguridad de la vía, cuando haya obligación de
hacerlo. Se trata de un delito de comisión por omisión.
La aplicación de una de las formas excluye la de la otra (alternatividad).
La acción típica consiste en alterar la seguridad del tráfico por cualquiera
de los medios citados en el artículo 382 del CP o por otros medios similares
que causen un efecto semejante. Se debe alterar la seguridad del tráfico de
forma general. El riesgo que origina es grave y es un delito de peligro
concreto, aunque referido a un bien jurídico colectivo. Es necesario el dolo
y también cabe la imprudencia (delito de homicidio o lesiones
imprudentes).
Delito de desobediencia:
La negativa del conductor a someterse a las pruebas de alcoholemia cuando
sea requerido por el agente de la autoridad está prevista en el artículo 380
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