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Un perro o un gato no necesitan comer lo mismo en verano que en invierno. Tampoco beben la misma
cantidad de líquido porque, con la llegada del calor, se da una mayor necesidad de hidratación.
En este e-book te damos algunos consejos prácticos para adaptar la dieta de tu compañero de cuatro
patas a la temporada de calor y lograr que este verano se encuentre más en forma que nunca.
¿Es cierto que los perros y los gatos comen menos en verano?
Muchos propietarios caninos y felinos notamos que, con la llegada del calor, nuestros perros o gatos
comen menos cantidad diaria de alimento.
¿Es eso normal?, ¿es saludable?, ¿es el calor, realmente, el motivo por el cual comen menos?
En realidad, el verano no es la época del año en la que un perro o un gato come menos. Sobre todo en
gatos, las variaciones del consumo de alimento y el peso corporal adoptan lo que se llama “ritmo
circanual”. Eso quiere decir que siguen un ciclo anual en el que:
Resulta que esas variaciones en el peso y en la ingesta son la expresión de un ritmo endógeno (o sea, un
ritmo que se origina dentro del organismo del animal) que está sincronizado con los cambios en la
duración del fotoperíodo.
Por eso, si notas cualquier variación destacable en la cantidad de consumo de alimento de tu perro o tu
gato, o bien percibes que pierde o gana peso de forma acelerada, acude a tu veterinario
1 Dale de comer a las horas más frescas del día para facilitar
la digestión
El calor no favorece en absoluto una buena digestión. Por ese motivo, en verano es recomendable
ofrecerle a tu perro su ración de alimento diaria a las horas más frescas del día.
Si esto no te es posible, puedes dividir la cantidad total de comida en pequeñas porciones y alimentar a
tu perro con más regularidad, para no sobrecargar su estómago y facilitar así la digestión.
Por cierto, recuerda que dividir la ración diaria de alimento en varias tomas es muy importante, sobre
todo si tienes un perro de tamaño grande o de alguna raza especialmente propensa a sufrir la temida
torsión de estómago: el estómago se da la vuelta a causa de la acumulación de gases, líquidos y
alimento sólido y ese giro provoca una estrangulación de muchos vasos sanguíneos importantes además
de comprimir los órganos que lo rodean.
Si alimentas a tu perro con pienso seco, en verano no es necesario que le cambies la dieta. De hecho,
la alimentación de un perro en la época estival no debe cambiar de forma radical, al contrario, debe
mantenerse para evitar problemas digestivos.
Ahora bien, sí es recomendable que introduzcas algunas modificaciones para asegurar una óptima
hidratación.
También puedes introducir algunas frutas o verduras aptas para perros y ricas en agua, si a tu perro le
gustan. ¡Pero ten cuidado porque pueden contener mucho azúcar! Utilízalas solo como complemento.
Y recuerda que, para evitar que tu perro engorde, deberás reajustar su ración de pienso diaria si añades
cualquier suplemento (comida de lata, frutas, verduras) a su dieta. La sobre-alimentación puede producir
obesidad, sobrepeso y un gran número de problemas de salud asociados.
Al contrario, durante el invierno, tu perro necesitará más calorías para combatir el frío si pasa muchas
horas en el exterior.
Debes ser muy cuidadoso en este sentido, para evitar que tu perro ingiera un alimento en mal estado si
vuelve a su comedero horas más tarde en busca de algún resto de comida.
Elige siempre una dieta húmeda equilibrada, de calidad y asegúrate de comprarla en el canal
especializado (tiendas de mascotas o centros veterinarios). Fuera de este canal, no tendrás garantías de
estar adquiriendo un producto de calidad y especializado.
Si tu gato come pienso, también puedes suplementar su ración con algunas porciones de carne o
pescado natural, previamente congelado para eliminar riesgos de bacterias, y siempre desosado o libre
de espinas.
Recuerda reajustar la ración diaria de comida de tu gato siempre que añadas cualquier suplemento para
evitar que esté ingiriendo más alimento del que necesita. Eso podría hacerle engordar.
Sobre todo en verano, hay que fomentar que los gatos de interior hagan ejercicio. Para ello, un buen
consejo es colocar los comederos repartidos por la casa y a diferentes alturas. Es una buena forma de
luchar contra el sedentarismo y el sobrepeso, especialmente en épocas estivales en las que nuestro
gato tenderá a moverse menos de forma natural.
Como hemos visto, el calor hace que los gatos tengan menos ganas de moverse. Además, su cuerpo no
tiene que generar calor para luchar contra el frío del ambiente como ocurre en invierno y en los meses
de frío. Todo ello supone un gasto energético más bajo durante los días de calor.
En verano, los gatos necesitan comer menos porque gastan menos calorías.
Por lo tanto, es necesario reajustar su ración diaria de alimento para evitar
que engorden.
Durante la época de calor, el organismo del perro y del gato presenta mayores requerimientos de agua:
necesita estar bien hidratado para hacer frente a las altas temperaturas.
En el caso de los perros, es relativamente sencillo asegurar una hidratación óptima ya que los canes
suelen beber tanto como necesitan sin necesidad de estimular ese comportamiento de forma especial.
El caso de los gatos es diferente: a muchos les cuesta beber agua y es necesario buscar maneras de
motivar la ingesta de líquido.
En Perros
Asegúrate de que tu perro siempre tiene a disposición un bol con agua fresca
y limpia.
Es importante que el agua esté siempre limpia y libre de bacterias. Para ello, se recomienda cambiarla
al menos un par de veces al día.
En el caso de perros que se remojan las patas en su comedero, habrá que tener especial cuidado y
renovar el agua con mayor frecuencia.
No olvides que el sol hace su propio recorrido a lo largo del día, así que procura elegir una ubicación
para el bebedero que no quede expuesta al calor en ningún momento de la jornada.
A muchos perros no les gusta el sabor del plástico, además de ser menos saludable que otros materiales
como el acero inoxidable.
Aunque los comederos y bebederos de plástico son la solución más barata, hay que tener especial
cuidado con el tipo de plástico con el que están fabricados. Los comederos de plástico más
económicos suelen estar hechos con materiales de baja calidad, pudiendo ser perjudiciales a largo
plazo para tu perro.
Por su parte, los bebederos de arcilla o cerámica son muy frágiles y, además, más sucios que los
fabricados en otros materiales. Esto es debido a que se usan materiales porosos, por lo que aunque nos
esforcemos en dejarlos bien limpios, es muy probable que ciertas bacterias o restos de comida queden
atrapados en los poros.
En general, siempre se recomienda colocar tanto la comida como el agua del perro a la altura de su
cabeza, para evitar problemas digestivos.
Evita que tu perro beba mucha cantidad de agua de golpe y procura que la
dosifique a lo largo del día.
Recuerda que un estómago lleno de agua es un factor de riesgo para la temida torsión de estómago.
Los gatos que no beben suficiente agua están más expuestos a padecer
FLUTD (Enfermedad del Tracto Urinario Inferior Felina) y problemas renales.
Los gatos prefieren siempre recipientes de cristal o acero inoxidable como bebederos.
El plástico confiere al agua cierto sabor que no suele gustarles.
En ocasiones, la ubicación escogida es totalmente incorrecta y funciona como repelente para el gato.
Nos referimos a bebederos colocados al lado de electrodomésticos tan ruidosos como la lavadora, por
ejemplo. Algunos propietarios no se dan cuenta y colocan los bebederos en zonas de paso que no
permiten al gato sentirse protegido mientras bebe, o incluso ponen el recipiente al alcance del perro de
la casa, que no discierne y lo utiliza como bebedero para él también.
Desde la Asociación Felina Española se recomienda que el gato ingiera, al menos una vez a la semana,
comida húmeda, con el fin de ayudarle a mantener un óptimo nivel de hidratación.
Es muy recomendable ofrecerle al gato diversos puntos de hidratación repartidos por toda la casa.
Estos artilugios se venden en tiendas especializadas y dan muy buen resultado. Proporcionan agua
corriente para el gato todo el tiempo. Suelen encantarles y son un remedio sencillo y saludable al para
gatos que no quieren tomar agua.
Para combatir el calor, y para hidratarse bien, lo mejor es un helado. ¿Por qué no prepararle uno a tu
compañero de cuatro patas? ¡Apunta la receta!
PASO 1
Mezcla la latita y el caldo de pollo
PASO 2
Bate la mezcla con una batidora, hasta que adquiera una textura pastosa.
PASO 3
Escoge un molde para helados y rellénalo con la pasta de latita y caldo. No olvides colocar
los palos de los polos.
PASO 4
Mete los moldes en el congelador y espera un par de horas hasta que se hayan refrigerado.
PASO 5
Saca los helados del congelador dos minutos antes de ofrecérselos a tu gato, para que éste
pueda lamerlos y disfrutarlos sin problemas.
PASO 2
Busca un recipiente adecuado para el tamaño de tu perro y apropiado
para meterse en el congelador.
PASO 3
Rellena el recipiente con los trozos del premio comestible que hayas escogido para tu perro
y cúbrelos de agua. Mete el recipiente en el congelador y espera a que se transforme en un polo
con sorpresa dentro.
PASO 4
Dale el polo a tu perro y siéntate a disfrutar mirando cómo se divierte lamiéndolo.
¡Feliz Verano!
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