moralmente relevantes: tienen intereses que se puede perjudicar o beneficiar. - Capacidad de sentir dolor y placer. - Capacidad de elegir racionalmente. - Capacidad de actuar libremente. - Cualquier ser vivo complejo es moralmente relevante, esto nos lleva hacia una ética centrada en los animales. - Los individuos no humanos pueden tener propiedades estéticas como belleza, que los convierte en moralmente relevantes. - No tienen intereses, pero tienen un valor moral intrínseco. - Estas razones anteriores también justifican una ética centrada en la vida. Las plantas también tienen intereses, como el de prolongar su existencia. - El bien de una planta se determina por lo que es, por la organización biológica, por ser un miembro en crecimiento de su especie. - También son valoradas por los animales, aunque estas no tengan la conciencia de ser importantes para otros. - Lo mismo puede decirse sobre la biósfera y el ecosistema. - La ética centrada en la vida nos impulsa a la ética del todo. - Los seres no vivos también pueden clasificarse, organizarse, y tienen un valor. - Su complejidad organizativa los hace moralmente relevantes, al igual que su belleza. - El siguiente paso en la ética ambiental es encontrar propiedades que determinen su relevancia: - Propiedad de diversidad de partes. - Propiedad de integración funcional. - Propiedad de mostrar armonía. - Propiedad de ser un sistema autoregulado. - Esto nos lleva al holismo ecológico o a una ética mixta. - A pesar de todo esto, se tiene que llegar a un consenso dentro de cada situación. - Hay que determinar la importancia de cada situación ética. No es correcto siempre privilegiar a los seres humanos, ni tampoco preservar un ecosistema es siempre más importante que los intereses humanos.