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Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas

Nº 5, 2009. ISSN 1856 – 7878. pp. 27-64

LA PRESENCIA DE LA MAGISTRATURA EXCEPCIONAL DE LA DICTADURA


ROMANA EN LA REPÚBLICA INDEPENDENTISTA DE VENEZUELA:
DICTADURAS DE MIRANDA Y BOLÍVAR

Víctor G. Jansen R.*

Resumen

La investigación describe la influencia de la Magistratura Excepcional de la


Dictadura Romana durante el período de independencia en Venezuela (1.810‑1.814).
Se acomete un estudio sistemático de la República Clásica Romana los ámbitos de la
historiografía, filosofía, Derecho y teoría política. Se analiza su recepción en el fin
de la Primera República y durante la Segunda República. manifestada en la presencia
de dos Dictadores Virtuosos: Francisco de Miranda y Simón Bolívar. El análisis de
las fuentes escritas publicadas en el período objeto de estudio y su comparación con
las fuentes de la República Clásica Romana permitieron constatar fehacientemente
la presencia de la magistratura de la Dictadura tomada de la esplendorosa República
instaurada en la Ciudad Eterna y recepcionada por nuestro país.
Palabras clave: Dictadura romana; Independencia de Venezuela.

THE PRESENCE OF THE EXCEPTIONAL MAGISTRATURE OF THE ROMAN


DICTATORSHIP IN THE INDEPENDENTISTA REPUBLIC OF VENEZUELA:
DICTATORSHIPS OF MIRANDA AND BOLIVAR

Abstract

The investigation describes the influence of the Exceptional Magistrature of the


Roman Dictatorship during the period of independence in Venezuela (1.810-1.814).
A systematic study of the Roman Classic Republic is undertaken the scopes of the
historiography, philosophy, Right and political theory. Its reception in the aim of the
First Republic is analyzed and during the Second Republic. declared in the presence
of two Virtuous Dictators: Francisco de Miranda and Simon Bolivar. The analysis
of the sources written published in the period object of study and its comparison
with the sources of the Roman Classic Republic allowed convincingly to state the
presence of the magistrature of the Dictatorship taken from the magnificent Republic
restored in the City Eternal and received by our country.
Key words: Roman dictatorship; Independence of Venezuela.

Recibido: 12-1-09 Aceptado: 6-5-09


* Abogado. Magíster en Derecho del Trabajo UC. Magíster en Ciencias Políticas UC. Doctor en
Ciencias Mención en Ciencias Políticas UCV. Docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
de la Universidad de Carabobo. vgenaro@yahoo.com

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La presencia de la Magistratura Excepcional de la Dictadura Romana en la República Independentista de
Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
Víctor G, Jansen R.

Sumario

Introducción

La Magistratura Excepcional del Dictador

Roma y la Independencia de Venezuela

La Roma clásica en el periodo de la Junta Conservadora de Fernando


VII

Primera República de Venezuela (1810 – 1812) y su conexión con Roma

La Dictadura de Francisco de Miranda durante la Primera República

Dictadura de Bolívar en la Segunda República

Conclusión

Bibliografía

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Introducción

El tema de la República Romana Clásica implica visualizar


detenidamente la huella dejada por sus instituciones en el siglo XIX, en la
República de Venezuela. En ese orden de ideas, la institución a analizar y
su influencia en la Venezuela Independentista es la magistratura excepcional
de la Dictadura que encuentra resonancia en las dos Primeras Repúblicas
durante el período comprendido entre 1810 y 1814, asumidas por Francisco de
Miranda y Simón Bolívar.
Interesa en ese sentido, establecer la conexión entre la República
Romana Clásica y las dos Primeras Repúblicas de Venezuela, es decir,
precisar el camino a través del cual se acercó el pensamiento de la tradición
republicana romana a esas repúblicas decinomónicas y verificar su resonancia
política. Aunque enfatizaremos nuestra atención en la vinculación con la
Dictadura.
El estudio minucioso de la Magistratura de la Dicatadura hace posible
auscultar el pensamiento socio-político de esa época que da acceso para
visualizar el sistema consular como modelo de gobierno y su captura en el
ámbito de la República Venezolana, durante su período de independencia,
así como también determinar la influencia y la fuerza intelectual de las
ideas políticas republicanas en la elaboración del pensamiento político de la
emancipación Venezolana, que luego sirvió de base para el debate político que
se desarrollará dentro del país para la época en torno a la forma de gobierno
que debía ser adoptada.

La Magistratura Excepcional del Dictador

Problema incierto sigue siendo el de la individualización de la


suprema magistratura ordinaria que sustituía a la institución monárquica. La
tradición coloca desde la fecha de iniciación de la República, como suprema
magistratura ordinaria, la anual de los dos cónsules, colegas con igualdad de
poderes; mientras que la magistratura suprema extraordinaria ya ab initio era,
la que más tarde en caso de necesidad alcanzaría un período no superior a seis
meses, la del Dictador, con su lugarteniente el magíster equitum.
En lo que afecta a la dictadura romana – recordando que la denominación
antigua del dictador ha sido ciertamente la de magíster populi _ , se puede
sostener que su origen se encuentra también en aquellos tiempos (durante la

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Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
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monarquía etrusca), bien se le identifique con el mismo monarca etrusco o


bien con un comandante militar auxiliar. (1)
El Dictador era elegido por los cónsules y duraba 6 meses en el cargo.
La tradición señala que partir del 356 a.C. se nombran plebeyos para el
ejercicio de esta magistratura. No obstante, a fines del siglo III a.C. es un
cargo electivo.
El Dictador tenía un imperio mayor respecto de los cónsules, los
cuales junto con otros magistrados continúan en sus funciones judiciales y
administrativas, salvo el ejercicio de la Intercessio. (2)

El magíster equitum

El magíster equitum, lugarteniente del Dictador, podía obligarlo a


dimitir y su Imperium comprendía: Convocar al Senado y a los comicios para
elección de magistrados de rango igual o superior a los pretores, ejercer la
función de comandante en jefe del ejército y jefe de la caballería. (3)

Roma y la Independencia de Venezuela



La conexión entre la antigüedad y la conformación de las dos primeras
repúblicas venezolanas, se aprecia en la influencia de la Republica Romana
Clásica en la constitución del pensamiento de los actores de esa época y en
las fuentes documentales de ese momento que atestiguan la existencia de los
rasgos característicos de esa república antigua en el escenario venezolano del
siglo XIX. Esa impronta de la antigüedad precisada en Roma y acogida por los
patriotas venezolanos en la edificación de las repúblicas se manifiesta también
en el discurso político de la época y, en consecuencia, en el debate político.
En el siglo XIX venezolano, se devela la clara presencia de la república
romana en los discursos y papeles públicos, así como en las correspondencias
que se daban entre las personas de esa época, lo que define la amplitud de la
extensión de esta influencia y, sobre todo, que la misma tenía su génesis en
una fuente común para todos ellos. La educación es fuente primigenia de esa
influencia, la formación impartida se hacía en lengua latina y el dominio de
ella era necesario para cursar estudios superiores en el país y profundizar los
conocimientos en distintas materias – la cultura clásica se recibía a través de
la lectura de libros escritos en latín - , esos libros contenían muchos ejemplos
y experiencias que había legado para la historia la existencia de la República

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Romana. (4) Por otra parte, la influencia romana en el ámbito privado,


aunque con incidencia y referencia en lo público, se encuentra en las cartas
intercambiadas entre los personajes de la época. (5) Además de las “Bellas
Letras”, se perciben otras maneras en que los ejemplos de las Repúblicas
Antiguas y Modernas, pudieron estar disponibles para los venezolanos, como
es el caso de los contactos con extranjeros – poseedores de una gran cultura
clásica y conocimientos directos o indirectos sobre los hechos revolucionarios
republicanos modernos – que se radicaban o viajaban a Costa Firme y que
traían consigo papeles públicos o libros que permitían a los residentes del país
profundizar sus conocimientos políticos. (6)
Los realistas – o los partidarios de la Monarquía de Fernando VII- en
Venezuela, poseían conceptos e ideas con visos republicanos. Esos conceptos
e ideas eran parte natural de su formación, es decir, devenían del Lenguaje de
la Res-pública Christiana (7) que en realidad constituía el lenguaje político
monárquico desde que San Agustín y Santo Tomás de Aquino, entre otros,
habían mezclado el legado aristotélico y platónico con la doctrina de la Iglesia,
dando origen al escolasticismo. (8)
La influencia romana no se agota en el recurso de los ejemplos históricos
concretos, sino que igualmente aflora de las ideas originadas a partir de la
experiencia republicana romana, tales como: El amor a la patria, la virtud como
principal soporte de república, el sacrificio de la vida como último gesto de
amor por la patria, entre otras; ideas extendidísimas dentro del lenguaje de los
republicanos venezolanos, y que en el desarrollo de esta parte se presentarán
más ejemplos como demostración de lo afirmado. En las siguientes páginas
se verá como el recurso de los ejemplos romanos muchas veces es usado para
comparar esa realidad con la que confrontaban los venezolanos, buscando
incitar así dentro de la población, la imitación de acciones llevadas a cabo
por determinados personajes romanos, con la certeza de que los móviles que
mueven a un republicano que se declare y quiera ser considerado como tal son
invariables en el tiempo. (9)

La Roma “Clásica” en el período de la Junta Conservadora de Fernando


VII

La instauración del gobierno a través de la “Junta Conservadora de los


Derechos de Fernando VII”, fue una tentación para que el General Miranda
ansiara el regreso a su patria desde Inglaterra. Su interés en servir a su patria

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era manifiesto, muy a pesar de que sus adversarios políticos no deseaban su


regreso:

“La Junta Suprema tan pronto como supo el regreso de éste,


dio instrucciones para que se le impidiera la entrada al país. Sin
embargo en la Guaira el pueblo “le hizo saltar a tierra de mano
poderosa.” Ante el hecho cumplido, Miranda fue cumplimentado.
A pesar de la bienvenida que posteriormente se le dio, su regreso
fue recibido con suspicacia por los viejos nobles caraqueños,
todavía privaba el resentimiento del proceso, y por algunos altos
funcionarios como Roscio.” (10)

Esta versión que es dada por Siso Martínez coincide con la versión de
Caracciolo Parra Pérez:

“La Junta Suprema, con el pretexto de que no podía darse acogida


a aquel terrible enemigo del Rey, en cuyo nombre gobernaba,
trasmitió órdenes a los diferentes puertos del país para que se le
impidiera desembarcar. Asegúrase que cuando Miranda llegó a
La Guaira a bordo del bergantín inglés Avón (John Robertson,
en su carta a Bello de 10 de diciembre dice que Miranda salió
de Curazao el 4 de dicho mes… (Amunategui, p.86). El general
dice que desembarcó el 10, tentó al gobierno el último esfuerzo
para alejarle confiándole una misión diplomática; más el pueblo
–afirma Baralt- “le hizo saltar a tierra de mano poderosa”. El 12
de diciembre Roscio le envió la autorización de pasar a la capital
cuando gustase.” (11)

La presencia de Francisco de Miranda en Venezuela, sin lugar a dudas,


influiría en la vida política del país, y sus intervenciones en ese ámbito
apuntaban hacia la formación del nuevo modelo de gobierno para la patria
fundado en sus experiencias adquiridas en Europa. Su opinión en relación a
la situación del país apenas a un mes de su llegada de Inglaterra se muestra en
una comunicación que envía a Pedro Miguel Landaeta que aparece publicada
en la “Gazeta de Caracas”:

“El grande amor a la Justicia, ha sido en todos tiempos el precursor


seguro de la libertad-y así como el Areópago en Athenas, y el
primitivo Senado en Roma, fundaron con ella la prosperidad y
gloria de estos dos célebres imperios; también nosotros debemos
esperar que nuestras Ilustres Municipalidades, regeneradas por

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el nuevo orden de las cosas, establecerán pronto en el suelo


Colombiano, una sabia y justa libertad, que conduzca nuestra
posteridad a la práctica de todas las virtudes, y al sumo goce de
la felicidad humana” (12)

Lo que escribe Miranda a Pedro Miguel Landaeta es una prueba


manifiesta de su preocupación por el gobierno provisional instaurado en
Venezuela. Miranda se refiere indirectamente a lo que es una República.
Además, parece tener como expectativa que se constituya una República. Se
refiere también a los conceptos de justicia y libertad bajo su óptica: Que es la
óptica de un republicano e insiste que la obtención de la felicidad por parte de
Venezuela está en emular a Roma y Atenas, en otras palabras, parece plantear
la conformación de una República Democrática. Sus afirmaciones reiteran una
vez más, la huella de las civilizaciones antiguas en el pensamiento y proceder
de los próceres venezolanos. La “Gazeta de Caracas” referencia el arribo
del General Miranda a Caracas, haciendo énfasis en su condición de hombre
virtuoso que, como se verá más adelante, esa condición le valdrá para que
asuma su participación en el Congreso de 1811 y sea nombrado Dictador:

“(Sobre Miranda)…en el instante que supo la regeneración


política de esta Provincia emprendió su regreso, y lo ha verificado
situándose en la Capital de Caracas, con el aplauso universal
que es acreedora su benemérita persona, adornada de virtudes
morales y sociales, de los conocimientos, luces y experiencia que
necesita la Patria para perfeccionar la obra iniciada en beneficio
de los dignos Venezolanos…” (13)

En el mismo sentido de la preocupación de Miranda, la “Gazeta de


Caracas” contribuye al proceso de estructuración del andamiaje jurídico
que permitiese ver la necesidad de redactar una Constitución como Ley
fundamental. Entre los aportes que sirvieron de fuente estaban las ideas de
William Burke, que escribe los “Derechos de la América del Sur y México”:

“La primera observación que debemos hacer sobre lo dicho, es


sobre el acto de la constitución. En todas las edades cualquiera
(sic) Pueblo que ha proclamado su libertad ha visto ciertos actos
constitucionales como fundamento de sus derechos. Grecia y
Roma tuvieron sus leyes fundamentales…” (14)

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Esos días de transición fueron testigos de la emergencia de una nueva


generación de hombres que se identificaron con la Venezuela del 19 de abril de
1810, que con la separación de la “madre patria” abría una ruta distinta. Los
vientos de cambio soplaban en Tierra Firme y se hacía más fuertes las ráfagas
que traían en sus corrientes los deseos de libertad. Los días transcurrían entre
manifestaciones de adhesión a la causa de independencia en el año 1811. Las
ideas de los actores se cohesionaban como producto de sus discusiones en
torno a la decisión de la libertad o de la sumisión. Si el camino a elegir era la
libertad plena, no era extraño conseguir posiciones como esta:

“Venezuela me ha dado el ser sacándome del sepulcro en donde


el tirano me había enterrado vivo: por Venezuela estoy pronto a
dar la vida.
Yo no soy miembro de ninguna nación, no estoy ligado a ningún
Soberano, a ningún gobierno por juramento alguno: me hallo
libre de elegir por patria, el país que me parezca, y de asociarme
al pueblo que más me convenga, si este quiere admitirme en su
seno…
Venezuela escojo por patria: para unirme a este pueblo he venido
a su país…” (15)

En estas frases se trata la concepción de patria que esgrime Cicerón en


la Roma Republicana, es una evidente traslación del pensamiento ciceroniano
a los momentos muy cercanos a la independencia de Venezuela.
Los pensamientos e ideas relacionadas con la libertad continuaban
incluidas en el orden de las discusiones. Era espontáneo mantener un discurso
de preservación de la libertad y condena a la tiranía o cualquier otro modelo
que permitiese frenar la autonomía de actuación en las provincias que se
encontraban en estado de separación política del gobierno de España. Los ojos
de los patriotas estaban puestos en la libertad de actuación como paso previo
a la decisión de la independencia. Las publicaciones que se leían apuntaban
a reivindicar la virtud como base del ideario republicano que en el caso de
Venezuela estaba influenciado por la impronta de la República Romana y
su modelo era el ejemplo a seguir. El desafío estaba en la comprensión de
las ideas republicanas y su posterior aplicación en la práctica. Como se ha
demostrado en el capítulo anterior de esta investigación, existió una real
conexión entre la República Romana y el resto de Europa y las rutas de
esa tradición republicana que luego, mutada en republicanismo, alcanzaron

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tierras venezolanas y penetró las ideas de los próceres. Se da en los próceres


venezolanos una especie de adhesión al pensamiento republicano romano
que se evidencia en el actuar público y privado. La “Primera República”, - al
igual que la “Segunda República”- no puede considerarse como un simple
ensayo de gobierno, al contrario, es la muestra de un gobierno sustentado en
las experiencias de la antigüedad que se niega a ceder ante la tiranía y asume
las virtudes como eje sobre el cual giran sus actuaciones. El tratamiento de la
libertad y el rechazo a la tiranía se miraba en esta forma:

“Pero en aquellos tiempos primitivos en que el arte de tiranizar


no estaba perfeccionado no se pensó en hacer extensiva la
esclavitud, y propagarla por todos los puntos de la tierra. Los
egipcios que poblaron la Grecia, se gobernaron desde luego con
independencia, conservando solo relaciones de amistad con sus
progenitores, y lo mismo sucedió a los griegos que poblaron el
Lacio. La expedición Colonial no era una carta de esclavitud
para los que dejaban su suelo en busca de nuevos asientos, donde
antes bien iban a gozar de la libertad que les era negada en su
país natalicio. Esto sucedía a pesar de que las colonias antiguas
estaban mas al alcance de la nación madre que las modernas
transmigraciones, que se hicieron a otro hemisferio separado
del antiguo mundo por mares inmensos, que cortan la superficie
de la tierra, tal vez para poner límites a la ambición humana,
que ha superado tan enormes vallas. Las colonias que enviaban
los Romanos para mantener en servidumbre los pueblos
conquistados, compuestas de ciudadanos pasivos, que no tenían
parte en las leyes que les gobernaban, eran bien semejantes a las
que se han fundado en los últimos siglos.” (16)

La concepción de la República venezolana que nace entre el dilema


de la lealtad a su monarca y el mantenimiento de respeto a la Regencia que
le dio la espalda al Rey, se inscribe en la adopción del modelo República por
excelencia de la antigüedad: La República Romana. El comportamiento de
Roma hacia los pueblos conquistados consistía en acogerlos bajo su autoridad
y permitirle su desarrollo, llegando incluso a incorporar a los dioses de esos
pueblos entre los que se les rendía culto en Roma. En lo que si tenían celo era
en el otorgamiento de la ciudadanía porque ello ocasionaba derechos civiles
y políticos, por lo tanto se trataba de controlar la ciudadanía para mantener
el control político. Sin embargo, a pesar de lo comentado, se comparte que

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las civilizaciones posteriores a Roma bebieron de sus fuentes republicanas y


siguieron su modelo como se explica en el capitulo anterior.
La aprehensión de la libertad a toda costa seguía siendo el centro de
discusión en los días precedentes a la Declaración de Independencia de un
pueblo que construía las bases de su gobierno en la experiencia exitosa de la
Roma Republicana, el cemento con que se pegaban los ladrillos del edificio de
la República estaba compuesto por la virtud cívica. Una virtud que representa
al verdadero ciudadano que deja de lado los intereses propios y antepone el
interés de la patria. No hay en los momentos en que nace y se desarrolla la
patria lugar para las diferencias particulares. Es el momento de la verdad
en el cual se necesitan ciudadanos íntegros, conscientes y convencidos de la
urgencia de defender la patria. Ciudadanos que oponen su desconocimiento
al despotismo y dispuestos a perdonar los horrores de los opresores que
gobernaron en el pasado. En forma genuina el gobierno de la Provincia de
Santa Fé expone la conducta a seguir ante el relevante suceso: el alcance de
la independencia:

“Que ellos no se glorien de nuestras diferencias, y que


entendiendo que sin diversificarnos en los fines, no chocamos
mas que en los medios, tiemblen a la vista de un Gobierno y
de un Pueblo libre donde la circunspección y la ligereza, la
filosofía y el entusiasmo, profesan odio eterno al despotismo, y
están de acuerdo en la grande obra de sostener los derechos de
la independencia. Que haya celos, que haya extravíos, que haya
alteraciones, ellas son momentáneas y el común sentimiento
es ver antes reducidas a cenizas las poblaciones, que sufrir
otra vez el oprobio de la esclavitud que por el espacio de tres
siglos distinguía vergonzosamente al Americano del resto de
los hombres. La Junta Suprema de Santa Fé sin autorizar los
excesos de la libre fantasía de los Ciudadanos, perdona y olvida
las injurias, y donde ha habido Gracos y Manlios, ha estado
muy lejos de seguir la barbarie de los Opimios, y aún de imitar
el rigor de los Camilos. Granadinos: no queráis incurrir en la
nota de crueles al mismo tiempo que aborrecéis la crueldad de
los tiranos, y mientras no tengáis asegurada vuestra suerte, no
penséis en otra cosa que en los derechos de vuestra libertad.”
(17)

Es oportuno el contenido del discurso que refleja la conducta del


Gobierno de la Provincia de Santa Fe para con el Congreso, porque en él

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se pide unidad frente a la ruptura contra el gobierno anterior y a la vez vive


en las palabras que se dicen el perdón a las injurias. Así mismo, se enaltece
el seguir los ejemplos de Manlios y Gracos. La conducta de los Manlios es
digna de imitar, en el momento que Roma requirió de ellos se inmolaron a
los Dioses con la petición de vencer a los enemigos en batalla, lo que es una
plena prueba de la importancia que representaba Roma en sus vidas. Otra
de las conductas a imitar era la de los Gracos, que promovieron en Roma la
repartición de las tierras públicas en beneficio de los desposeídos. Los Gracos
a pesar de ocupar el cargo de magistrados fueron asesinados por sus enemigos
políticos. Conductas de Manlios y Gracos de verdad que eran necesarias para
hacer patria y patria en libertad. El discurso invita a obviar las diferencias sin
caer en la rigidez de Camilo. Se refieren al General Romano que era conocido
por su extrema disciplina en las responsabilidades que le eran encomendadas.
En fin, la esencia del discurso es la obtención de la libertad con fundamento
en la virtud para lograrla.
La estabilidad de una república estaba en el estamento humano que
conformaba a sus habitantes, es el ciudadano el que actuaba en interés de
la preservación de esa estabilidad. Uno de los riesgos de acoger el modelo
republicano era la brevedad de su permanencia. La República Romana
fue la excepción, duró cinco siglos y por ello es ejemplo a imitar en siglos
posteriores. El secreto de la pervivencia de la República pende de la virtud
que se desagrega en diversas expresiones: el amor a la patria es una de ellas.
Los protagonistas de la República Venezolana se contagiaron con la
virtud romana, se gestó en su pensamiento una metamorfosis que va de la
sumisión al ejercicio de la libertad y el anhelo por saborear con gusto la
independencia. El contagio de libertad, patriotismo y amor a la patria no se
queda en el recinto donde delibera el Congreso, él trasciende a otros espacios
geográficos del país:

“Yo estoy íntimamente penetrado de vuestra generosidad, y la


creo, sin comparación, mayor que vuestras débiles facultades,
cuyo conocimiento me hace afirmar, que si hasta hoy no la
habéis desarrollado con aquel noble objeto, habrá sido por falta
de un resorte u órgano que haga resonar en vuestros oídos la
voz encantadora de las obligaciones y sagrados deberes que
os ligan a la Patria. ¡Oh, Patria amada, de ti dependemos, a ti
debemos la vida y nuestras propiedades! Recibe en el holocausto
los inciensos de estas y de nuestra sangre, siempre dispuesta a
derramarse por vuestra defensa” (18)
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La identificación con los designios de la patria, su bienestar y estabilidad


estaban claramente dibujados por la lealtad de los ciudadanos. Existía plena
conexión entre la patria y el pueblo. Un pueblo convencido que la patria lo es
todo y que vale la pena entregar su vida por ella. En esa postura hay un símil
con personajes como Scévola en Roma que prefirió castigarse por fallar a los
fines de su patria, o como se afirmó antes en el ejemplo de los Manlios, que
no les importó entregar su vida a los dioses manes, con tal de vencer a los
enemigos de Roma, y, por qué no, el ejemplo de los Fabios que como gens
se entregaron al servicio de Roma, sus actuaciones salvaron a Roma de sus
enemigos, sin importar que al final muriesen todos, por eso en honor a ellos
se le dio el nombre de puerta Scelerata a la entrada de Roma como indicación
de luto en memoria a su heroísmo. Las palabras del pueblo de Venezuela no
estaban lejos del amor a la patria de los romanos. Al igual que: “La fuerza
de Roma estaba en que podía movilizar el máximo de virtud para propósitos
tanto militares como cívicos y persistir por siglos en su empeño” (19) también
la fuerza de la nueva República de Venezuela estaba en la adopción de la
virtud por parte del pueblo que asumió una de sus resaltantes modos: el amor
a la patria.

En el ambiente precedente a la “Primera República” se respiraban


los aires del servicio y entrega a la patria, se trataba de servir sin rodeos
ni limitación alguna. Los argumentos que sostenían el ejercicio de cargos
públicos se orientaban hacia el servicio por honor, el interés público se
anteponía al privado, esto recuerda a la manera como en la Roma Republicana
los magistrados se asían de la dignitas para el ejercicio de sus cargos, su
recompensa estaba en el placer de servir bien a la patria. En la República
Venezolana en proceso de construcción se miraba al ejercicio de cargos
públicos como una contribución a la libertad que pretendía la independencia
de la patria y que a la vez surtiría influencia en un ciudadano republicano que
se negaba a mantenerse bajo el yugo de otros individuos extraños a la patria.
La dignidad de servir promueve la conservación de la virtud – que se afirmó
anteriormente – se difumina en las entrañas del pueblo para que se entregue
a plenitud a la seguridad de la patria. Esa corriente entusiasta que mantenía
encendida la llama de la independencia vivía en las palabras de los próceres
que no desmayaban en sus deseos de llevar a cabo la gesta libertaria. La
pluma de Miranda, deja huella en las mentes y corazones de sus compatriotas

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y los cautiva al revivir las cualidades que afloraron en sus personas en el


memorable 19 de Abril de 1810:

“Acaso el mayor de los estímulos con que un cuerpo social


promueve el celo y virtudes de los individuos que le componen,
para que sirvan con utilidad a su Patria, fue siempre las
gloriosas recompensas del honor, y por esta razón parece que
presuponiendo en mi ese Ilustre Cuerpo aquel deseado modelo,
quiere al mismo tiempo excitar en mis compatriotas, el ejercicio
de las brillantes virtudes con que el 19 de Abril último hicieron
conocer al Continente Americano, y al mundo entero, que ya las
poseían en alto grado; estando desde entonces decididos a vivir
como hombres libres, bajo el decoroso dominio de las leyes; y
no por el antojo o arbitrio de otros! Quiera la Providencia divina
concederles el premio merecido a su valor y virtudes; y que sus
sabios Magistrados atentos a la pública y general opinión, les
conduzcan siempre con prudencia, moderación, y justicia, a tan
útiles como gloriosos fines” (20)

Miranda les está diciendo en su respuesta a la Municipalidad de Caracas


que no desmayen ante la ardua tarea de la independencia, que continúen
actuando como ciudadanos desinteresados, y que el pago de sus servicios a
la patria está en la satisfacción que se saborea con el honor al hacerlo bien.
Además, les expresa que la conducta que asumieron el 19 de Abril de 1810
es digna de seguir adoptándola, porque es una demostración patente de que
poseen las virtudes necesarias, para seguir adelante por el camino de la
independencia.
Los acontecimientos que se suscitaron durante la gestión de la “Junta
Conservadora de los Derechos de Fernando VII”, están signados por la
conformación de un pensamiento inspirado en la virtud de los ciudadanos y
la influencia de la antigüedad en la forma de actuar de los patriotas. La visión
de los ciudadanos de la época apuntaba hacia la unidad de los habitantes de
Venezuela en torno la concepción de una patria auténtica, que les era de mucha
importancia y que de ella emanaba la seguridad y estabilidad de todos. Esa
visión tenía como esencia las fuentes de la República Romana que permitía
acceder a sus personajes que servían de modelo a nuestros patriotas, en esos
romanos republicanos encontraron el sentido de la virtud, el amor a la patria, la
gloria y la comprensión de la magistratura de la Dictadura como excepcional y
virtuosa que luego del 5 de Julio de 1811, tendría a sus ejecutores en Miranda

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y Bolívar. Nuestros patriotas se nutren de la antigüedad y toman sus ejemplos


para actuar en el ámbito político social del momento.

Primera República de Venezuela (1810 -1812) y su conexión con Roma

Los patriotas fundadores de la “Primera República” venezolana,


también fijaron su interés en el ámbito de las civilizaciones antiguas y tomaron
de Roma las experiencias de sus instituciones de gobierno, así como de los
discursos de sus personajes, que estuvieron presentes reiterativamente en sus
ejecutorias como responsables de la tarea de hacer patria. La prensa escrita,
los documentos de gobierno, la correspondencia de los próceres, se revisaban
por los personajes de la época. En esos medios estaban las fuentes que
generaban discusiones y permitían la adopción de lo mejor para la experiencia
venezolana. Las lecturas de las fuentes de esos momentos son un indicativo
que la preocupación apuntaba a la preservación de la patria y al aprendizaje de
otras experiencias positivas de otros tiempos, así se puede ver en esta cita:

“Hoy trataremos con candor, y con publicidad de nuestros


propios intereses, que hemos conquistado gloriosamente, y a
cuya conservación debemos consagrarnos con todas las fuerzas
de nuestro espíritu. Repasar las Historias de todos los pueblos
que han florecido sobre la tierra por sus buenas instituciones;
tomar de ellas lo que mas convenga según nuestra situación…”
(21)

En el discurso citado hay una clara convicción de la preservación de


sus intereses. Y nos preguntamos ¿Cuáles intereses?: Los intereses de la
patria que se han obtenido a través de la gloria, es por lo tanto, la virtud una
vía mediante la cual se debe alcanzar la estabilidad de la patria y defenderla
por encima de todas las cosas. Allí, se observa como los republicanos deben
anteponer los intereses de la patria a los intereses personales: La patria es
todo, ella otorga lo que requiramos en nuestras vidas y le debemos todo.
Los republicanos entregan su vida si es necesario a cambio de la salud de
la patria. Tras este discurso está la interpretación que hace Cicerón del
concepto de patria. El discurso contiene a su vez, un llamado a ver la historia
de pueblos con instituciones exitosas para adherirse a lo mejor de ellas. El
esquema institucional venezolano de la “Primera República” tiene detrás de

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si las figuras de hombres virtuosos que sus constantes actuaciones revelan el


carácter de republicanos genuinos.

La Dictadura de Francisco de Miranda durante la Primera República

El paso de los meses posteriores a la Declaración de Independencia


pusieron a prueba la fidelidad de las provincias que integraban la República,
a excepción de Coro, Maracaibo y Guayana que pertenecían claramente a la
corriente gubernativa de los realistas. Las rebeliones que se suscitaron en el
centro y oriente del país obligaron al Congreso cuya función no se circunscribía
a legislar sino también a gobernar. Entre las reacciones de protesta por el
gobierno de Caracas, la más dura fue la Insurrección de Valencia que obligó
al Congreso a tomar medidas rígidas y ordenó la intervención armada a través
de los servicios de Francisco de Miranda. Los integrantes del Congreso para
tomar la decisión de suprimir la insurrección de Valencia trajeron a colación
la forma utilizada por los romanos. Se refirieron a la Dictadura que permitiría
imponer el orden. En el seno de la “Sociedad Patriótica” se acogieron estas
ideas republicanas que demostraban una especie de reedición de la conducta
de los protagonistas de la República Romana en nuestra naciente República:

“Ningún acontecimiento más digno de las consideraciones del


gobierno nos presenta la historia de nuestra transformación
política que la rebelión de Valencia, ninguno ha llamado más
seriamente su atención, ninguno ha producido efectos más
funestos. Vio renovar Venezuela en esta época para su salud
aquellas prudentes medidas que tomaba la República romana en
los tiempos calamitosos, en los tiempos en que peligraba la salud
de la patria. Vio crearse un Dictador, le vio obrar enérgicamente,
y el cuerpo de Diputados de la nación no tuvo que arrepentirse
de haberse desprendido por algún tiempo de sus funciones y de
haberlas transmitido a la dictadura para que una marcha uniforme
y rápida en sus operaciones salvase a la Patria” (22)

La magistratura del Dictador fue asumida con éxito en la República


Romana en los momentos en que se corría algún peligro que requería de
la mano firme del titular de ese cargo. No obstante, la excepcionalidad del
ejercicio de ese cargo era la regla y no la perpetuación en el mismo. La “salud
de la patria”, al estar amenazada por peligros de índole domestico o externo,

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La presencia de la Magistratura Excepcional de la Dictadura Romana en la República Independentista de
Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
Víctor G, Jansen R.

encontraba la solución en el Dictador que en realidad era considerado como


virtuoso. Para Carl Schmitt:

“La dictadura es una sabia invención de la República Romana,


el dictador un magistrado romano extraordinario, que fue
introducido después de la expulsión de los reyes, para que en
tiempos de peligro hubiera un imperium fuerte, que no estuviera
obstaculizado, como el poder de los cónsules, por la colegialidad,
por el derecho de veto de los tribunos de la plebe y la apelación
al pueblo. El dictador nombrado por el Cónsul a solicitud del
Senado, tiene el cometido de eliminar la situación peligrosa que
ha motivado su nombramiento, o sea, hacer la guerra (dictadura
rei gerendae) o reprimir una rebelión interna (dictadura seditionis
sedandae)….El Dictador era nombrado por seis meses, pero antes
del transcurso de este plazo resignaba su dignidad, al menos con
arreglo al loable uso de los viejos tiempos republicanos, si había
ejecutado su misión. No estaba ligado a leyes y era una especie
de rey, con poder ilimitado sobre la vida y la muerte”. (23)

El nombramiento de Miranda para suprimir la insurrección de Valencia


le otorga autoridad para resolver el problema y restaurar la tranquilidad para
la patria que se encontraba amenazada. A finales de la “Primera República”,
Francisco de Miranda es designado Dictador, precisamente para solventar la
situación de peligro que vive la patria. Lastimosamente, su gestión culmina sin
éxito y con su encarcelamiento. La patria en peligro y el anhelo de conservar
su salud están imbricadas con la emulación de las actuaciones de los romanos
republicanos que mantuvieron la estabilidad de la República mientras tuvo
vigencia el sistema de gobierno consular y las magistraturas se ejercían a
conveniencia de los intereses de la patria.
El clima de inestabilidad vivido colocaba en juego el proceso de
libertad que se adelantaba en la República, la incomprensión de los sectores
de la sociedad en torno al problema político, la erosión de la economía y
las diferencias de los intereses de las clases sociales, sugería la necesidad de
fortalecer los ideales independentistas. La labor de los próceres era continua y
sus resultados se reflejaban en los escritos publicados en los medios impresos
de la época. La idea reina era la libertad, su búsqueda y futura consolidación
era la inquietud de los gobernantes de la “Primera República”. Los momentos
de dificultad por los que pasaba la joven patria obligan a sus padres a fortalecer
el pensamiento de independencia y a mirar fijamente en las experiencias de

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las civilizaciones antiguas que en momentos de apremio en que la patria


peligraba, tuvieron la tentación de cambiar el sentido de sus instituciones. La
libertad y salud de la patria estaban en juego y el gobierno frente al abismo del
desastre. Existía preocupación en que el gobierno se convirtiese en dictadura
y que los hombres virtuosos se volviesen ambiciosos, lo que los colocaba a un
paso de la tiranía:

“Todos los pueblos, que por amor a la libertad, y un esfuerzo


de ellos mismos, rompieron las cadenas con que los ataba el
despotismo, volvieron a arrastrarlas pero cayeron en los lazos
que les puso la ambición y la astucia de algunos hombres que
aparentando ser los amigos del Pueblo, los defensores de sus
derechos se hicieron caudillos de una facción empeñada en
odiar y hacer odiosos a los hombres de bien, calumniándolos
e inventándoles delitos y conspiraciones contra la libertad del
Pueblo. Con esta depravada malicia hicieron la guerra a las
columnas del estado, a los amigos de la libertad, a los que solo
pueden sentarla, y conservarla, por que solo ellos como más
ilustrados descubren las ideas de ambición y tiranía que con
el sagrado nombre de libertad conducen el inocente pueblo
a la esclavitud. La historia que nos enseña a conocer a los
hombres presentes por lo que fueron los de otros tiempos, y
otras Republicas, nos suministra ejemplo; que comparados con
la conducta de muchos, se encontrara la identidad de ambición
y principios. Atenas fue tiranizada por Pisistrato y su facción.
¿Cuál fue su conducta? Lisonjeó este ambicioso al Pueblo, se
hizo tan amable y ganó tanto partido que nadie pudo resistirle.
Fingió que quisieron asesinarle, y dióse por su propia mano
leves heridas que sus partidarios levantando el grito ponderaron
al Pueblo. Pintaron a Pisistrato su defensor, su mejor amigo, y
el mayor enemigo de los que querían oprimirle, persuadieronle
que debían cuidar de la conservación de su persona perseguida
y atacada por los enemigos de la libertad, con el objeto de poner
a su disposición fuerza armada a pretexto de custodiarla, siendo
sus verdaderas miras dominar y mandar con ella. Tuvo la intriga
el efecto que se deseaban los conspiradores contra la libertad de
Atenas, y Pisistrato con sus partidos lo tiranizaron.
César, Pompeyo y Craso en su primer triunvirato convinieron que
nada se hiciese en Roma que desagradase a alguno de los tres.
Tiranizaron la República lisonjeando al Pueblo y deprimiendo al
senado que defendía la libertad. César el más sagaz engañó a sus
compañeros y se hizo dueño de todo el poder. Este hombre osado
era el amigo de Catilina, de Lentulo Sina, de Claudio, de Gabino

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La presencia de la Magistratura Excepcional de la Dictadura Romana en la República Independentista de
Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
Víctor G, Jansen R.

y de todos los hombres perversos que con la capa de amigos


y defensores de la libertad corrompían al Pueblo haciéndole
cometer los mayores excesos para llevarlo a sufrir las cadenas
que César le preparaba. Este y los otros se declararon enemigos,
perseguidores del irreprensible Catón, del sabio Cicerón, del
Senado, y de todos los que penetraban las ambiciosas miras con
que César restablecía el tribunado, protegía y se acompañaba
con los malos que fomentaban la discordia, y tramaban con
diversos pretextos la ruina de la República, y de la libertad,
desenfrenándola y sosteniéndola en continua anarquía. Al fin
César superó los obstáculos que le opusieron el magnánimo
Catón y los otros virtuosos Republicanos. Premió a los malvados
que le ayudaron a realizar su perfidia, y Roma fue esclava de este
Traidor y sus inmortales secuaces” (24)

Al hablar de ambición y dictadura se evoca los ejemplos de Grecia


y Roma, lo que se quiere decir, es que la Tiranía en Atenas ejercida por
Pisistrato y en Roma por César es perniciosa para la patria. César que liderizó
el Triunvirato ante Pompeyo y Craso, desvirtuó la institución de la Dictadura
porque en nada se correspondía con su carácter excepcional y con sus fines.
La ambición lo llevó a su destrucción y al fin de la República. Su muerte le
dio paso a cuarenta años de principado en el que Augusto ensalzó al pueblo
romano y le hizo creer que los principios que rigieron durante la República
serían respetados y que las instituciones conservarían su vigencia.
La cita in comento, advierte evitar la tentación de ser ambicioso y
en consecuencia convertirse en tiranos. Las desavenencias internas entre el
ejecutivo y legislativo condujo posteriormente a concederle la Dictadura a
Francisco de Miranda con la finalidad de salvar la Primera República.
En Roma la Dictadura era una de las instituciones republicanas. Se
consideraba como una magistratura excepcional, esa era su característica
primordial, es decir, se nombraba un Dictador cuando el caso lo ameritaba. No
se trataba de una decisión caprichosa y quien ejercía el cargo lo hacía durante
seis (6) meses o mientras durase la solución del problema encomendado al
dictador para ser resuelto. La elección del Dictador era realizada por los
cónsules. En este sentido, Burdese afirma:

“…Elegido por lo regular entre los consulares, incluso entre los


plebeyos, por lo menos a partir del año 356 a. de J.C.; designado
bien por acuerdo de ambos colegas o por sorteo, por uno de los
cónsules, si bien mediante deliberación del Senado, que decit

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dictatorem, y observando cierto formalismo y devenido cargo


electivo tan solo a fines del siglo III a. de J.C., lo que coincide
con el cambio de las normas tradicionales y de la posterior
desaparición de la dictadura como magistratura ordinaria.” (25)

La dictadura como magistratura se llegó a usar en muchas oportunidades


en Roma, como bien lo recoge Antonio Fernández de Bujan:

”…Tenemos noticias de 76 dictaduras con un tiempo de vigencia


máximo de seis meses cada una, en un período de tres siglos,
del 501 al 201 a. C. A finales de la República, la dictadura
como magistratura constitucional degenera y se nombran
dictaduras sin período de tiempo previamente limitado, que ya
es el significado moderno de dictadura. César se hace nombrar
dictador perpetuo, lo que no tiene nada que ver con la naturaleza
del cargo republicano. Augusto, más sutil, desecha el cargo de
dictador y se hace nombrar tribuno de la plebe.” (26)

La persona que era nombrada Dictador asumía el cargo y una vez


cumplido el cometido de sus funciones, reasumía sus actividades cotidianas,
es decir, los romanos estaban a la disposición de Roma para servirle en el
momento que fuese necesario y sin alegar objeción de ninguna naturaleza.
Uno de los casos emblemáticos como dictador es Cincinato que, al momento
de enterarse de su designación, se encontraba arando sus tierras. Él dejo todo
lo que estaba haciendo y asumió su cargo; finalizada su misión regreso a su
hogar. (27) Esta clase de conducta se explica porque en realidad para el ejercicio
de cargos públicos era requisito indispensable ser un hombre virtuoso, y eso
tenía que ver con la dignitas que consistía en el orgullo que sentía el que
ocupaba el cargo por servir a Roma. Otro caso, que se debe citar, es el de Sila,
quien durante su Dictadura fue extremadamente severo en la ejecución de
sus funciones. En el Mercurio de Francia en 1745 se publicó el “Diálogo de
Sila y Eucrates”, que posteriormente en 1748, Montesquieu lo anexó a su obra
“Consideraciones sobre la Grandeza y Decadencia de los romanos”; en uno
de los pasajes de este diálogo se aprecia la siguiente afirmación de Sila:

“Y toda la sangre que he derramado es precisamente la que me


ha permitido realizar la más grande de mis acciones. Si hubiera
gobernado a los romanos con dulzura, ¿habría tenido algo de
sorprendente que el aburrimiento, el hastío o un capricho me
impulsaran a abandonar el gobierno? Pero yo he abandonado

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La presencia de la Magistratura Excepcional de la Dictadura Romana en la República Independentista de
Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
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la dictadura a la hora misma en que no había en el mundo un


solo hombre que no creyera que mi único asilo era la dictadura.”
(28)

En la Venezuela independentista, se da la discusión acerca de la


institución de la Dictadura para considerar su adopción en circunstancias en
que la patria se encontraba en peligro, sobre todo por los momentos de la
guerra que se suscitaba con España. Los patriotas, en las publicaciones de
ese período, tratan el asunto tomado como fuente la Dictadura Romana. El
caso del conferimiento de poderes a Francisco de Miranda provoca serias
discusiones.
La magistratura de la Dictadura tomada de la República Clásica
Romana se inserta como solución al problema de la fragilidad del gobierno de
la Primera República que busca en la figura de Francisco de Miranda una mano
firme y disciplinada que ponga freno al momento de peligro que vive la patria.
Se concentra en Miranda su cualidad de ser un hombre virtuoso, requisito
indispensable para ocupar el cargo de Dictador y porque no imaginarlo como
Cincinato en sus ejecutorias que fue magno ejemplo para los republicanos
romanos. En la parte siguiente precisa aún acerca de la magistratura de la
Dictadura y la puesta práctica de la misma por parte de Miranda y a posteriori
en la Segunda República por Simón Bolívar.
La adopción de la magistratura de la Dictadura fue calcada de las
fuentes romanas, es precisamente ese Dictador que bajo el argumento de
servir y proteger a la patria asume esa condición en forma temporal y con la
obligación de valerse de todos los medios necesarios para solventar la situación
excepcional que exige su desempeño. Es el Dictador que investido de virtudes
saca a la patria de la situación de peligro en que se encuentra. Los patriotas se
identificaban con esta magistratura romanista, era clara su inclinación hacia
el modelo de República Romana:

“Ningún acontecimiento más digno de las consideraciones del


gobierno nos presenta la historia de nuestra transformación
política que la rebelión de Valencia, ninguno ha llamado más
seriamente su atención, ninguno ha producido efectos más
funestos. Vio renovar Venezuela en esta época para su salud
aquellas prudentes medidas que tomaba la República romana en
los tiempos calamitosos, en los tiempos en que peligraba la salud
de la patria. Vio crearse un Dictador, le vio obrar enérgicamente,
y el cuerpo de Diputados de la nación no tuvo que arrepentirse

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de haberse desprendido por algún tiempo de sus funciones y de


haberlas transmitido a la dictadura para que una marcha uniforme
y rápida en sus operaciones salvase a la Patria” (29)

Ante la situación de riesgo el gobierno de Venezuela se aferró a la


Dictadura como la tabla de salvación para no perder la República. Miranda (30)
, hombre experimentado por las vivencias de la guerra en el viejo continente
y en América del Norte, traía en su historia de vida el ideal de libertad e
independencia sujetado por su firmeza castrense. Era una combinación
interesante: ilustración y arte de la guerra. Estas razones lo ponían en la
escena venezolana y algunos patriotas lo veían como un hombre virtuoso que
con mano firme daba la esperanza de salvar a la República. La virtud de
Miranda aflora en sus cualidades que lo hacen merecedor de ese calificativo.
La dictadura romana como magistratura excepcional colocaba al
titular del cargo en el compromiso de alcanzar la solución de un problema
determinado. El cumplimiento de la misión encomendada ponía fin al ejercicio
de las funciones como magistrado. La impronta de la República Romana se
nota en que fue una razón que obligó nombrar a Miranda dictador: El peligro
de la patria. La patria apenas recién nacida le tocó madurar a causa de los
maltratos de los realistas. Frente a esto la Dictadura Romana era una fuente
idónea para beber y degustar la sabiduría que encerraba su concepto: Dictadura
ejercida por un hombre virtuoso. En la pluma de los patriotas del momento en
que Miranda es Dictador admiramos la convicción por esa institución:

“…que la transmisión de estas facultades en uno, no podía


oponerse al sistema, ni a la voluntad del pueblo, como se decía,
pues siendo el fin de la sociedad la conservación de su libertad
y derechos, y conociendo las autoridades constituidas que no
podían lograr esa conservación en las circunstancias de peligro,
si no reunían en un todo el poder, era conforme a la voluntad del
pueblo hacerlo así mientras duraba el peligro, como conforme
a este paso, o necesario al objeto de la conservación; que sería
una insensatez criminal que por conservar un sistema que se
conocía ser incapaz en las actuales circunstancias, nos dejásemos
destruir por nuestros enemigos; que siendo una transformación
momentánea, no se destruía el sistema general, que recuperaría
su forma ordinaria cesando las circunstancias; que este remedio
era común en Roma sin que por ello se acabase la República
cuando nombraba dictadores…” (31)

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La presencia de la Magistratura Excepcional de la Dictadura Romana en la República Independentista de
Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
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Era un reto para Miranda cumplir con su cometido y la realidad del


momento no le otorgaba holgados recursos para hacer la guerra con éxito.
Además, el conferimiento de esa alta responsabilidad no estaba acompañado
del apoyo irrestricto de quienes le otorgaron el mando, más que respaldo,
existió un abandono de aquel hombre virtuoso que trataba de recoger los
vestigios de la patria.
Los sucesos de la guerra trabada en Venezuela tejían un ambiente de
inseguridad por los escasos recursos con que contaban los patriotas y por
las infructuosas gestiones realizadas en el extranjero. Los intereses de las
relaciones comerciales de la Gran Bretaña impedían un reconocimiento del
nuevo gobierno venezolano, a pesar del cambio de la política arancelaria por
parte de Venezuela que se manifestaba en el cobro de menos impuestos; eso
no bastó para convencer a los frívolos y calculadores lores ingleses. Por su
parte, los Estados Unidos de Norte América sólo servían de escenario para
mediar en el conflicto bélico, aunque se debe reconocer que enviaron un
representante para los asuntos de comercio a Venezuela. En resumidas cuentas
no se logró el reconocimiento público de Venezuela por parte de esos países
y en consecuencia no se consiguieron los recursos necesarios para fortalecer
el ejército de Venezuela.
El Congreso se había disuelto desde los primeros días de abril y había
delegado en el Ejecutivo todas las facultades necesarias. Éste, ante la amenaza
de Monteverde, ofreció la dictadura al marqués del Toro, quien rehusó. No le
quedó otro camino que ofrecerla a Miranda, nombrándolo generalísimo, el
23 de Abril, con facultades discrecionales, quien se dirigió a los venezolanos
prometiéndoles el triunfo. Su nombramiento fue contra la voluntad de un grupo
de mantuanos, que tenían su sede en casa de los Toro. (32) Así delegábale el
gobierno sus facultades ordinarias y las extraordinarias que tenía del decreto
del Congreso de 4 de abril. “No consultéis más que la ley suprema de salvar a
la patria”, dísele Sata y Bussy. Una comunicación reservada de Muñoz Tébar
al generalísimo del ejército de “las Repúblicas Confederadas de Venezuela”,
fechada en la Victoria el 1 de mayo, explicará que no sólo se han puesto a
disposición los fondos necesarios para los gastos públicos, sino también los
reservados. (33)
La concesión de poderes absolutos a Miranda por parte del poder
ejecutivo, dejaba en manos del Generalísimo el reto de salvar la patria. La
experiencia del personaje señalaba que podría manejar la situación y evitar el
avance de Domingo Monteverde. Los ánimos de los patriotas estaban dados a

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defender la patria aún en contra de la adversidad y resistencia de los realistas.


Los líderes patriotas insuflaban en los soldados a través de sus discursos la
fuerza que requería un reto de gran envergadura como la defensa de la patria
para expulsar al enemigo. García de Sena, destaca con su verbo su fervor y
amor por la patria:

“Valientes militares, vamos a cumplir nuestro deber. La


obstinación de esos miserables nos presenta una ocasión para
escarmentarlos de una vez para siempre y cubrirnos de gloria
inmortal. Corramos al campo contra esos tristes esclavos del
comercio de Cádiz y proclamemos sobre sus ruinas los nombres
sagrados de Religión y Libertad” (34)

García de Sena, con sus palabras reconoce en los militares su condición


de valentía y al expresarles que se cubran de “gloria inmortal”, está tomando
un ejemplo evidente de los romanos republicanos que al entrar en batalla
mostraban su deseo de servicio a la patria por encima de cualquier otro
interés. Al hablar de cubrirse de gloria inmortal se está reeditando la conducta
de Decio Mus que se inmoló a los dioses manes en plena batalla a cambio de
la victoria para Roma; igual ejemplo puede servir el sacrificio de una gens
romana (Los Fabios) completa a cambio de la paz de Roma, amenazada por
sus enemigos o la valentía de Mucio Scévola que metió su mano en la pira al
fallar en su misión de asesinar al rey enemigo. Asimismo, en cada gesto de
valentía está detrás el amor por la patria que lo da todo, la patria definida bajo
la óptica ciceroniana.
El avance de Domingo Monteverde por el territorio venezolano, que
produjo ante esta situación el nombramiento de Francisco de Miranda como
Dictador, fue provocando en el lado de los patriotas la consolidación del amor
por la patria y la búsqueda de la gloria para ella. En las misivas enviadas
a Miranda, el responsable ahora de la “salud de la patria”, explica que no
todo era oposición hacia él. Vicente Salias, le manifiesta su solidaridad y su
entrega por la patria:

“Adiós, mi querido general, cuente Vd. con el sacrificio de mi


vida y todas mis facultades por la salvación de la patria” (35)

Las reflexiones acerca de la pérdida de la Primera República, se orientan


hacia el fracaso de Miranda. En definitiva, Miranda fue incomprendido tanto

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La presencia de la Magistratura Excepcional de la Dictadura Romana en la República Independentista de
Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
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de sus promotores como dictador y de su tropa que por la inexperiencia de


la mayoría de sus integrantes desconocían las actuaciones en la guerra y no
aceptaban los principios de obediencia y disciplina que aplicaba Miranda. Su
rigor en el mando del ejército fue una de las causas de críticas hacia él.

Dictadura de Bolívar en la Segunda República

El gobierno de la “Segunda República” apuntaba su interés hacia el


apoyo a las actividades bélicas en pro de la obtención de la independencia. Se
trataba de un gobierno integrado en su mayoría por integrantes de la “Sociedad
Patriótica”, entre los cuales jugaron un papel relevante Bolívar y Ribas. Bolívar
recibió la responsabilidad de asumir la Dictadura como institución idónea
para solventar el problema de inestabilidad que vivía la patria a consecuencia
de la guerra y que anhelaba la obtención de la libertad. La Dictadura fue
extraída de la estructura de la República Romana para instituirla en el seno
del gobierno venezolano por segunda vez, ya que Miranda, al ser nombrado
Generalísimo en la “Primera República”, se le otorgó también el carácter
de Dictador. Es por esta razón que el Poder Ejecutivo estaba en manos del
Libertador que poseía plenos poderes para gobernar e instaurar la libertad y
la paz en Venezuela.
La Dictadura como magistratura republicana adoptada por Miranda,
pudiera haber generado desconfianza en los patriotas de la época, no obstante,
el documento que se cita a continuación recoge una apología hacia Bolívar,
quien asumiría esa magistratura:

“No temáis al oír tantas victorias, que ellas, aunque tan rápidas,
y multiplicadas como las de César, (no) os (sic) van a producir un
Dictador perpetuo como sucedió con aquel guerrero y ambicioso
romano, que habiendo llenado el mundo con su pericia y valor,
se hizo el opresor de su Patria, el odio y la execración de sus
conciudadanos, envolviéndoles en guerras civiles y obligándoles
a profanar el Capitolio y manchar con el asesinato y la sangre
del tirano lo heroico de su resolución, lo precioso de su libertad.
Nosotros, más afortunados que aquella grande e ilustre República,
tenemos un héroe cuyo nombre va a escribirse por todas las
Naciones cultas del universo, a la par del de Washington, y entre
los de Franklin, Bruto, Decio, Casio y Cimbrio” (36)

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El coronel Alzuru en su intervención, al considerar a Bolívar como


apropiado para ejercer la magistratura de Dictador establece su diferencia con
respecto a César en la Roma de fines de la República. Su postura refleja que
él conocía de las actuaciones de César que rompen con el sistema consular
republicano y provoca una guerra civil. La Dictadura en manos de César pierde
su esencia que reposa en la virtud. En Roma la Dictadura estaba impregnada
por la virtud, de lo contrario, se degeneraba su misión, es decir, la supresión
del peligro interno o externo por el que pasaba la República. La característica
de excepcionalidad indicaba que su duración finalizaba con la supresión de la
amenaza o peligro. César quiso eternizarse en el ejercicio del poder y eso le
costó la vida y a su vez produjo la agonía de la República Romana. Roma y
su libertad se encontraban en las manos de César. Es pertinente la opinión de
Viso respecto al tema de la Dictadura de César:

“…en el momento en que Bruto, Casio y los otros conjurados


dieron muerte a César, el 15 de marzo del año 44 a. de C.,
los asesinos afirmaron querer devolver a Roma su libertad, al
restituir su poder al Senado…” (37)

El mismo Bolívar afirma sus cualidades virtuosas al calificarse como un


hombre moderado y sin deseos de entronizarse en el poder, y marca distancia
con Sila en Roma e inscribe su perfil en la Dictadura Romana que se puede
definir como genuina. El hecho de ser definida como genuina implica que es
excepcional y virtuosa, esto es, que su titular solo está destinado a cumplir
con el cometido encomendado y luego deja de ocupar el cargo. Bolívar dice
en el mismo acto en el que se encontraba Alzuru:

“Os suplico no creáis que mi moderación es para alucinaros y


para llegar por este medio a la tiranía. Mis protestas, os juro, son
las más sinceras. Yo no soy como Sila, que cubrió de luto y de
sangre a su Patria; pero quiero imitar al Dictador de Roma, en el
desprendimiento con que, abdicando al Supremo Poder, volvió a
la vida privada y se sometió en todo al reino de las leyes” (38)

En sus palabras al Bolívar distanciarse de la Dictadura de Sila y


manifiesta su deseo de “imitar al Dictador de Roma”, está haciendo alusión
al Dictador por excelencia: Cincinato, a quien nos hemos referido en esta
investigación. Es el caso de Cincinato un digno ejemplo de Dictador virtuoso,

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Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
Víctor G, Jansen R.

que aún teniendo derecho a reclamar el triunfo no lo hizo y retornó a su


propiedad a arar la tierra.
El discurso de Bolívar está destinado a justificar su vocación de servicio
y por lo tanto, su entrega por los designios de la patria. Sus palabras denotan
desprendimiento por intereses personales y su norte es alcanzar la libertad de
su patria, aún a costa de su propia vida:

“La sed de los combates, el deseo de vindicar los ultrajes de mis


compatriotas me hicieron entonces alistar en aquellos ejércitos
que consiguieron victorias señaladas. Nuevas expediciones se
hicieron contra otras provincias. Ya en aquella época era yo en
Cartagena coronel, inspector y consejero, y no obstante pedí
servicio en calidad de simple voluntario bajo las órdenes del
coronel Labatut que marchaba contra Santa Marta. Yo desprecié
los grados y distinciones. Aspiraba a un destino más honroso:
derramar mi sangre por la libertad de mi patria” (39)

Es evidente el claro y sincero amor por su patria que expresa el


libertador en sus frases, es esa entrega similar al amor a la patria profesado
por los romanos en sus intensas luchas por mantener a su patria en libertad.
Es la patria que se antepone a cualquier otro interés particular y es la patria
que lo da todo y por quien hay que darlo todo. En ese concepto de patria que
deviene de Cicerón se inscribe el libertador.
Bolívar asumió con carácter su rol de Dictador y los patriotas lo
concebían como el hombre dechado de virtudes que podía sacar a flote a
Venezuela. La mesa estaba servida. Bolívar tenía el territorio andino y había
entrado triunfal en Caracas y se debe reconocer con justicia que en oriente
Mariño hizo su parte para mantener la estabilidad de la patria.
La historia ha criticado a Bolívar por su actuación como Dictador. No
obstante, la realidad venezolana exigía de una mano firme, quizá el “Decreto
de guerra a muerte” fue interpretado con ligereza por parte de sus ejecutores.
La respuesta a los realistas no podía ser otra. Sin embargo, si se mira hacía
la “Primera República” es evidente que se actuó con condescendencia (40)
con el enemigo. Bolívar no podía enfrentar a un enemigo vil y sanguinario
con sutilezas y perdón. Boves encarnaba la figura de la violencia y de la
avidez del poder. Más aún, bañó de sangre las capitales en las cuales llegaba y
saqueó todo lo que encontraba a su paso. Bolívar tenía evidentes razones para
reaccionar con firmeza. La Batalla de Úrica deja detrás la pesadilla de Boves

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con su muerte. Esa muerte no detiene la caída de la “Segunda República” y


siguen los años del pacificador (Morillo).

Los dos momentos en los cuales se adoptó la Dictadura en Venezuela


estuvieron marcados por la situación de peligro de la patria que exigía la
actuación de hombres virtuosos como Miranda y Bolívar. Era la Dictadura
virtuosa que daba a su titular la amplitud de mando para resolver un problema
en particular. La historia muestra que cada uno de estos dos próceres a su
manera retrataba a la virtud y apostaban por la salvación de la patria. Su
entrega íntegra a los designios de la patria se correspondía con ser virtuosos.
Es innegable que el amor a la patria que peligra es manifiesto en Miranda y
Bolívar. Este último continúa ejerciendo su cargo de gobierno hasta que hace
entrega del mismo en el Congreso de Angostura.

Conclusión

La magistratura de la Dictadura fue extraída por los patriotas


venezolanos de las fuentes de la República Romana. La dictadura en
Roma fue concebida como una magistratura excepcional que se utilizaba
exclusivamente en los momentos en que la patria se encontraba amenazada
por algún peligro interno o externo. Es esa razón de la patria en peligro y la
garantía de su salud lo que impulsaba a los cónsules con la aprobación del
Senado a nombrar a un Dictador, cuya condición era ser virtuoso. Un hombre
no idealizado sino consustanciado con los intereses de la República Romana
y que el cumplimiento de su misión implicaba la finalización de sus funciones
y su vuelta a su status originario. Esa era la auténtica figura del Dictador. La
instauración de la Dictadura en las personas de Miranda y Bolívar durante las
dos primeras Repúblicas venezolanas es un indicativo de expresa recepción
de esa magistratura por los patriotas. En la investigación presentada se
demuestra en forma fehaciente la presencia clara de la República Romana
en las dos primeras repúblicas de Venezuela (1810-1814), particularizada en
la magistratura excepcional de la Dictadura y personificadas en Francisco de
Miranda y Simón Bolívar. La magistratura excepcional de la Dictadura fue
ejercida como un cargo verdaderamente virtuoso sin expresión de la ambición
implicita a veces en el poder político de perpetuarse como tirano.

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La presencia de la Magistratura Excepcional de la Dictadura Romana en la República Independentista de
Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
Víctor G, Jansen R.

Citas

1. Burdese. Manual de Derecho Público Romano. Bosch, Casa Editorial-


Barcelona . 1972. pág. 37.
2. Ibidem. pág 81.
3. Ibidem. Pág 82
4. La vía de las Bellas Letras en Venezuela se refiere a la educación de los
jóvenes en Venezuela y a la Universidad de Caracas, que se puede consultar
en el acápite bibliográfico de esta investigación.
5. La correspondencia de los personajes de la época se pueden verificar en
el “Epistolario de la Primera República” y en las Causas de Infidencia. Ver
apéndice bibliográfico.
6. Ver las citas de Juan Buscat, extraídas de las Causas de Infidencia. Biblioteca
de la Academia Nacional de la Historia. Nº 31. Tomo I. Caracas, 1960. Así
mismo, se manifiesta la influencia de Adam Ferguson en el pensamiento de
Miguel José Sanz y que con ella obtiene algunos ejemplos clásicos de él y
otros no (por lo que se presume que los obtuvo de propia formación clásica
en latinidad); sobre la influencia de Fergunson en Miguel José Sanz, se tiene
como fuente: Falcón Fernando. Adam Ferguson y el pensamiento ético y
político de Miguel José Sanz. Notas para la reinterpretación del Semanario
de Caracas (1810-1811)” en: Politeia Nº 21. Instituto de Estudios Políticos.
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Universidad Central de Venezuela.
1998. págs. 191-224.
7. Puede consultarse: Aveledo, Guillermo T. República y Religión durante
la crisis de la sociedad colonial Venezolana” en: Miranda, Bolívar y Bello:
tres tiempos del pensar latinoamericano. VI Jornadas de Historia y Religión.
Ediciones UCAB. Caracas, 2007.
8. Estos conceptos e ideas republicanas están contenidos en las Causas de
Infidencia. Ob. Cit.
9. Ver citas de Francisco Espejo extraídas de las Causas de Infidencia. Ob.
Cit.
10. Martínez Siso, J.M. Historia de Venezuela. Editorial Yocoima. Décima
Edición. Caracas, 1.968. págs. 274-275.
11. Caracciolo Parra Pérez. Historia de la Primera República de Venezuela.
Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1992.pág. 287.
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Nº 5, 2009. ISSN 1856 – 7878. pp. 27-64

12. Respuesta a la carta antecedente. De Francisco de Miranda al Señor Don


Pedro Miguel Landaeta, síndico personero de la Ciudad de Valencia.” Caracas,
8 de Enero de 1811. Gazeta de Caracas. Viernes, 18 de enero de 1811. Nº 138.
Tom. II.
13. Acta Capitular. Gazeta de Caracas. Martes 29 de Enero de 1.811. Nº 17.
Tom. I. pág. 4.
14. Siguen los derechos de la América del Sur y México Por el Sr. William
Burke. Gazeta de Caracas. Viernes, 25 de Enero de 1811. Nº 159. Tom. III.
pág. 1
15. Representación. Manuel Cortés y Campomanes. Caracas a 21 de Mayo de
1.811. Gazeta de Caracas. Martes 21 de mayo de 1.811. Nº 33. Tom. I. pág. 4.
Col. 1.
16. Discurso Político. Seman. Minist. De Santa Fé, 21 de Marzo. págs. 1-2.
Cols. 3; 1. Gazeta de Caracas. Viernes 24 de mayo de 1811. Nº 355. Tom. III.
17. Estado de Bogota. Concluye la Conducta del Gobierno de la Provincia
de Santa Fé para con el Congreso, y al de este para con el Gobierno de la
Provincia de Santa Fé. Gazeta de Caracas. Martes 11 de Junio de 1811. Nº 36.
Tom. I. pág. 1. Col. 2.
18. Patriotismo de la Ciudad de San Felipe. Proclama. Joaquín Freites. Lugares
públicos de San Felipe, Mayo 27 de 1811. Gazeta de Caracas. Martes 11 de
Junio de 1.811. Nº 36. Tom. I. pág. 2. Col. 3.
19. Pocock, John. El Momento Maquiavélico. Editorial Tecnos. 1era. Edición.
Madrid, 2002. pág. 295.
20. Respuesta dada a la Municipalidad de Caracas por el General Miranda
a la Municipalidad de Caracas. Caracas 18 de Febrero de 1811. Gazeta de
Caracas. Viernes 28 de Junio de 1811. Nº 360. Tom. II. Pág. 4. Col. 2.
21. Cundinamarca. Discurso inaugural pronunciado en la Apertura de las
Sesiones ordinarias del Cuerpo Legislativo del Estado de Cundinamarca
por su Prefecto el Señor D. Camilo Gonzáles Manrique”. 2 de mayo de 1811.
Gazeta de Caracas. Martes 6 de agosto de 1811. Nº 44. Tom. I. pág. 1. Col.
2.
22. Memoria presentada por la Sociedad Patriótica al Supremo Poder Ejecutivo”.
Barcelona Americana, 11 de Octubre de 1.811. El Patriota de Venezuela Nº
3. Caracas, Octubre 27 de 1.811, 1º de la Independencia. Testimonios de la
Época Emancipadora. Ob. Ref. pág. 389.
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Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
Víctor G, Jansen R.

23. Schmitt, Carl. La Dictadura. Alianza Universidad. Duncker & Humblot,


Berlín. Ed. cast: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1.985. España. págs. 34-
35. Este autor explica también: “La cuestión de si por el nombramiento del
dictador se extinguía el poder de los restantes magistrados es contestada de
diversas maneras. Por lo general, se veía en la dictadura un medio político, en
virtud del cual la aristocracia patricia buscaba proteger su dominación frente
a las exigencias democráticas de los plebeyos. Como es natural, falta una
crítica histórica de las noticias transmitidas. Las dictaduras tardías de Sila
y César fueron agrupadas casi siempre con la dictadura de la época antigua,
como algo jurídicamente igual, aunque políticamente distinto ” (in effectu
tyrannis como dice Besold).
24. Artículo Comunicado. Gazeta de Caracas. Viernes 17 de enero de 1812.
Cols. 1-pág. 4.
25. Burdese. Manual de Derecho Público Romano. Bosch Editorial – Urgel. ,
51 bis – Barcelona – España. 1972. pág. 81.
26. Fernández de Bujan, Antonio. Derecho Público Romano. Recepción,
jurisdicción y arbitraje. Novena Edición. Thomson –Civitas. España, 2006.
págs. 118-119.
27. En el 458 a. C., los romanos estaban fuertemente acosados por los ecuos,
y un cónsul y todo su ejército se vieron amenazados por el desastre. Entonces
se llamó a Cincinato y se le nombró dictador. Según la ley romana, éste era
un cargo dotado de poder absoluto que se designaba en momentos difíciles,
pero solo por un lapso de seis meses. La palabra proviene de una voz latina
que significa decir, porque todo lo que el dictador decía era ley. Cuando se le
informó de su designación, Cincinato estaba arando su campo. Dejó el arado
donde estaba, se marchó al foro, reunió un nuevo ejército, avanzó rápidamente
hacia el lugar de la batalla, atacó a los ecuos impetuosamente, los derrotó,
rescató al cónsul y su ejército y volvió a Roma. De vuelta en Roma, Cincinato,
renunció inmediatamente a la dignidad dictatorial, sin ningún intento de usar
su poder absoluto más de lo necesario, y volvió a su finca.” Asimov, Isaac. “La
República Romana”. Historia Universal Asimov. Alianza Editorial. Quinta
Reimpresión. Madrid – España, 2005. págs. 45-46.
28. Burdese. Manual de Derecho Público Romano. Bosch Editorial – Urgel. ,
51 bis – Barcelona – España. 1972. pág. 81.

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Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
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29. Fernández de Bujan, Antonio. Derecho Público Romano. Recepción,


jurisdicción y arbitraje. Novena Edición. Thomson –Civitas. España, 2006.
págs. 118-119.
30. En el 458 a. C., los romanos estaban fuertemente acosados por los ecuos,
y un cónsul y todo su ejército se vieron amenazados por el desastre. Entonces
se llamó a Cincinato y se le nombró dictador. Según la ley romana, éste era
un cargo dotado de poder absoluto que se designaba en momentos difíciles,
pero solo por un lapso de seis meses. La palabra proviene de una voz latina
que significa decir, porque todo lo que el dictador decía era ley. Cuando se le
informó de su designación, Cincinato estaba arando su campo. Dejó el arado
donde estaba, se marchó al foro, reunió un nuevo ejército, avanzó rápidamente
hacia el lugar de la batalla, atacó a los ecuos impetuosamente, los derrotó,
rescató al cónsul y su ejército y volvió a Roma. De vuelta en Roma, Cincinato,
renunció inmediatamente a la dignidad dictatorial, sin ningún intento de usar
su poder absoluto más de lo necesario, y volvió a su finca.” Asimov, Isaac.
La República Romana. Historia Universal Asimov. Alianza Editorial. Quinta
Reimpresión. Madrid – España, 2005. págs. 45-46.
31. Burdese. Manual de Derecho Público Romano. Bosch Editorial – Urgel. ,
51 bis – Barcelona – España. 1972. pág. 81.
32. Fernández de Bujan, Antonio. Derecho Público Romano. Recepción,
jurisdicción y arbitraje. Novena Edición. Thomson –Civitas. España, 2006.
págs. 118-119.
33. En el 458 a. C., los romanos estaban fuertemente acosados por los ecuos,
y un cónsul y todo su ejército se vieron amenazados por el desastre. Entonces
se llamó a Cincinato y se le nombró dictador. Según la ley romana, éste era
un cargo dotado de poder absoluto que se designaba en momentos difíciles,
pero solo por un lapso de seis meses. La palabra proviene de una voz latina
que significa decir, porque todo lo que el dictador decía era ley. Cuando se le
informó de su designación, Cincinato estaba arando su campo. Dejó el arado
donde estaba, se marchó al foro, reunió un nuevo ejército, avanzó rápidamente
hacia el lugar de la batalla, atacó a los ecuos impetuosamente, los derrotó,
rescató al cónsul y su ejército y volvió a Roma. De vuelta en Roma, Cincinato,
renunció inmediatamente a la dignidad dictatorial, sin ningún intento de usar
su poder absoluto más de lo necesario, y volvió a su finca.” Asimov, Isaac.
La República Romana. Historia Universal Asimov. Alianza Editorial. Quinta
Reimpresión. Madrid – España, 2005. págs. 45-46.

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La presencia de la Magistratura Excepcional de la Dictadura Romana en la República Independentista de
Venezuela: Dictaduras de Miranda y Bolívar.
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34. Montesquieu. Grandeza y Decadencia de los Romanos. Colección Austral.


Espasa. Calpe. Argentina, S.A. Buenos Aires. México, 1942. Págs. 149-150.
Continúa Sila diciendo: “Yo me hubiera presentado ante los romanos como
un simple ciudadano en medio de mis conciudadanos, y he tenido la audacia
de decirles: Aquí me tenéis dispuesto a dar cuenta de toda la sangre que he
derramado por la república; yo responderé a cuantos vengan a pedirme que
les devuelva, su padre, su hijo o su hermano. Y todos los romanos se han
callado en mi presencia.”
35. Memoria presentada por la Sociedad Patriótica al Supremo Poder Ejecutivo.
Barcelona Americana, 11 de Octubre de 1811. El Patriota de Venezuela Nº
3. Caracas, Octubre 27 de 1.811, 1º de la Independencia. Testimonios de la
Época Emancipadora. Ob. Cit. pág. 389
36. Siso Martínez, José. Ob Cit. págs. 291-292. “…El congreso se había
disuelto desde los primeros días de abril y había delegado en el Ejecutivo
todas las facultades necesarias. Este, ante la amenaza de Monteverde, ofreció
la dictadura al Marqués del Toro, quine rehusó. No le quedó otro camino que
ofrecerla a Miranda, nombrándolo Generalísimo, el 23 de Abril con facultades
discrecionales, quien se dirigió a los venezolanos prometiéndoles el triunfo.”
37. Miguel José Sanz al General Miranda. Caracas, Junio 1 de 1812. Epistolario
de la Primera República. Tomo II. Pág. 306. La carta hace referencia al
debate sobre la ratificación de la dictadura de Miranda entre la Cámara de
Representantes y el Poder Judicial y el Ejecutivo.
38. Martínez Siso, J.M. Ob. Cit. págs. 291-292.
39. Parra Pérez, Caracciolo. Ob. Cit. pág. 432.
40. A los Militares del Estado de Caracas. Ramón García de Sena, Secretario de
Guerra. Caracas, 13 de Abril de 1812. Testimonios de la Época Emancipadora.
Ob. Cit. pág.269.
41. Vicente Salias al General Miranda. Caracas, 1 de Mayo de 1812. Epistolario
de la Primera República. Tomo II. Ob. Cit. pág.272.
42. Acta Popular. Celebrada en Caracas el día 2 de Enero de 1.814. 4º de la
Independencia, en la Iglesia del Convento de Religiosos Franciscanos. Esto
lo dice el coronel Alzuru en referencia a Bolívar. Testimonios de la Época
Emancipadora. Ob. Cit. págs. 507-508.
43. Viso, Ángel B. Las Revoluciones Terribles. Primera Edición, Grijalbo,
Venezuela, 1.997. pág. 175.

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Nº 5, 2009. ISSN 1856 – 7878. pp. 27-64

44. Acta Popular. Celebrada en Caracas el día 2 de Enero de 1814. 4º de


la Independencia, en la Iglesia del Convento de Religiosos Franciscanos.
Testimonios de la Época Emancipadora. Ob. Cit. pág. 510.
45. Discursos Pronunciados por el Libertador en la Asamblea celebrada en
Caracas el día 2 de Enero de 1814 en el Convento de Religiosos Franciscanos.
En: Doctrina del Libertador. Ob Cit. pág. 30.
46. Siso Martínez, José. Ob. Cit. “…Este sentido humanitario, el horror a la
efusión de sangre, caracteriza a la Primera República y ocasionará según sus
críticos, entre los cuales hay que anotar a Bolívar su caída.” págs. 289-290.

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