En el 1948 la organización mundial de la salud definió el concepto como:
La salud es un estado de bienestar físico, mental y social completo y no meramente la ausencia del mal o de la enfermedad. Por lo tanto, contempla el estado saludable de la persona desde el punto de vida y no simplemente la manifestación de síntomas o el padecimiento de enfermedades. De ahí estar sano, sentirse sano, no se define por el hecho de no estar enfermo, sino contemplando una visión más amplia que abarca las múltiples facetas del desarrollo humano. Las manifestaciones del instinto de conservación de la salud existen desde los comienzos de la historia de la humanidad. Los egipcios según HERODOTO eran el pueblo más higiénico, practicaban la higiene personal, tenían a su disposición un gran conocimiento de fórmulas farmacéuticas. Los hebreos establecieron una ley mosaica como su prime código. En este se describen como debe ser el aseo personal, las letrinas, la higiene de la maternidad, la de los alimentos y la protección del agua. Los griegos prestaron más atención a la higiene personal, al ejercicio físico y a las dietas alimenticias. En la edad media hubo un gran descuido sobre el concepto de la salud donde la higiene personal y del saneamiento público llegó hasta tal punto que se produjeron las grandes epidemias de la humanidad. En el siglo XIX hubo un desarrollo considerable de la salud, en Inglaterra Edwin Chadwick impulso la ley de la salud pública que contemplaban un conjunto de medidas para la sanidad, con estas medidas se logró reducir la mortandad por algunas enfermedades infecciosas.