Iba un joven caminando por la senda que lleva a la plaza donde
conoció a su amada, en la cual encuentra una pashmina de colores verdes botado en el paso. Al recogerlo le llegó el aroma tan especial del perfume de su amada, viniéndole a su memoria su rostro de color especial, sonriente, con una mirada dulce y cariñosa; su pelo de color rubio, brillante y frondoso. Recordándola tan solidaria y siempre presta a colaborar con el prójimo. Tan trabajadora y creando manualidades para familiares hermanas y amistades. Se la puso en sus hombros y sintió fuertemente su presencia como si estuviera caminando con ella al lado.