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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación

E.T.C.N “Pedro Curiel Ramírez”

Coro – Estado Falcón

El capitalismo y el socialismo.

Profesora: Realizado por:

Luisana Decena Mauricio Márquez

5to Contabilidad

Santa Ana de Coro; Marzo del 2021


El capitalismo

El capitalismo es un orden o sistema social y económico que se encuentra en constante


movimiento, derivado de usufructo (derecho real de goce o disfrute de una cosa ajena) de la
propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción, que se encuentra
mayormente constituido por relaciones empresariales vinculadas a las actividades de inversión y
obtención de beneficios, así como de relaciones laborales, tanto autónomas como asalariadas
subordinadas libres, con fines mercantiles.

Importancia del capitalismo

El capitalismo propone que el trabajo se proporcione a cambio de salarios monetarios y debe ser
aceptado libremente por parte de los empleados.

El capitalismo es un modelo económico en el que prima la propiedad privada y el capital como el


centro de la vida económica de una población.

Para entender con más exactitud la importancia del mismo, quizá debamos remitirnos a modelos
previos como el feudalismo, sin duda mucho más opresivo con la mano de obra. En este modelo
económico, el individuo (mano de obra) trabajaba las tierras del señor feudal a cambio de
protección, mientras que al mismo tiempo le daba gran parte de las cosechas y los beneficios de la
misma. Así pues, el capitalismo surge como un modelo renovado que busca ante todo las
libertades del individuo. Un modelo que intentara que la vida del trabajador sea un poco más
digna.

Características del capitalismo

- Propone y defiende la propiedad privada de los medios de producción :

La propiedad privada de los medios de producción es el corazón del capitalismo y se refiere al


derecho del propietario a explotar los medios de los que dispone para generar ganancias
económicas.

- Tiene al capital como centro y objetivo:

La acumulación de riquezas o capital por medio del trabajo productivo es el objetivo y centro del
capitalismo. El capital de los empresarios, inversionistas y accionistas no procede de un salario
sino de la rentabilidad de la empresa, es decir, el rendimiento que queda una vez que han sido
canceladas todas las obligaciones recurrentes, incluidos los salarios de los trabajadores.

- Genera clases socioeconómicas específicas:

La sociedad capitalista se conforma de la burguesía (alta, moderada y baja), el proletariado y el


campesinado. El proletariado constituye la clase obrera del sector industrial (trabajo no calificado)
y, finalmente, el campesinado, abocado a la producción del campo.
- Permite la movilidad social:

Antes del capitalismo, toda persona que nacía en el contexto de una determinada clase social
estaba condenada a permanecer en ella para siempre. A diferencia de otros modelos
económicos como el feudalismo, los sistemas esclavistas o totalitarios, el capitalismo permite
la movilidad social, lo que significa que una persona puede ascender socialmente por medio
del aumento de su capital, independientemente de su origen.

- Defiende la libertad de empresa y asociación :

En virtud del derecho a la propiedad sobre los medios de producción, el capitalismo defiende y
ejerce la libertad de empresa, sea de bienes o de servicios.

- Promueve el mercado libre:

El capitalismo combate activamente los controles e interferencia del Estado en la regulación


de los precios.

- Se basa en la ley de oferta y demanda:

El modelo productivo del capitalismo genera bienes y servicios, lo que a su vez genera una
oferta y demanda a partir de las cuales se acuerdan los precios.

- Promueve la competencia:

Si el sistema capitalista se rige por una ley de oferta y demanda, se genera competencia entre
los productores para llamar la atención del mercado y obtener mejores ganancias.

- Reconoce la libertad de trabajo:

La relación del capitalista inversor con el trabajador se establece en condiciones de libertad,


esto quiere decir que el empleado es libre de aceptar o no el trabajo según sus intereses,
obligaciones y capacidades y, de aceptar recibe un salario base por sus servicios, lo que libera
la servidumbre y favorece la movilidad social.

- Propugna la mínima interferencia del Estado :

Para el capitalismo, el Estado no debe interferir en la economía de manera directa puesto que
su acción puede entorpecer el adecuado crecimiento económico.

Ventajas del capitalismo

- Promueve el desarrollo de emprendimientos.


- Permite el respeto de los derechos individuales
- Genera mucha riqueza con la inversión del capital privado.
- Accede a la propiedad privada.
- Fomenta la libertad de compra y venta de bienes y servicios.
- Aumenta la capacidad de ahorro y de inversión.
Desventajas del capitalismo

- Ignora los costos consecuentes al sistema productivo, como la contaminación y el abuso


de los recursos naturales.
- Promueve la igualdad de condiciones, pero no de oportunidades para ancianos y
discapacitados.
- Limita la diversidad y la innovación como consecuencia de la desigualdad social.
- Aumenta la competencia por el dinero debido a que es el único motor de interés.
- Induce al monopolio en sistema de gobiernos corruptos.

Instituciones del capitalismo

Las instituciones fundamentales del capitalismo del capitalismo son: (I) propiedad privada, (II)
mercados libres, (III) competencia, (IV) división del trabajo y (V) cooperación. Si bien cada una de
estas instituciones es relevante por sí mismas, algunas de ellas puedan y deberían ser tratadas de
modo agrupado, tal como es el caso de la propiedad privada y los mercados libres.

Diferencia entre el capitalismo y el socialismo

La diferencia entre capitalismo y socialismo está centrada en la titularidad de los medios de


producción y en el mecanismo de asignación de recursos.

Aunque lógicamente, la diferencia entre capitalismo y socialismo va mucho más allá de estos dos
factores, estos son los principales. Estos son, la propiedad de los medios de producción y el
mecanismo a través del cual se asignan los recursos.

El capitalismo propone que la propiedad de los medios de producción ha de ser privada y el


mejor mecanismo para la asignación de recursos es el mercado. Por su parte, el socialismo
propone la propiedad social o colectiva de los medios de producción y el mejor mecanismo para la
asignación de recursos es la planificación estatal.
Deferencias entre el capitalismo y el socialismo.

El socialismo

El socialismo es un sistema económico y social que centra sus bases ideológicas en la defensa de
la propiedad colectiva frente al concepto de propiedad privada de los medios productivos y de
distribución.

Según expresa el socialismo, el principal fin es la consecución de una sociedad justa y solidaria,
libre de clases sociales y que cuente con un reparto de riqueza igualitario. Para ello, los medios
productivos no tienen que ser de propiedad privada, porque considera que de esta manera acaban
perteneciendo a una minoría capitalista que domina los mercados, aprovechando de su posición
para controlar al trabajador y al consumidor.

El socialismo generalmente propone que la economía debe ser planificada y, por tanto, los
medios de producción deben ser del Estado, quién se encarga además de mediar en los mercados
y proteger a la ciudadanía tratando de garantizar una situación de justicia social. Aunque existen
excepciones como el socialismo de mercado o socialismo libertario.

A efectos conceptuales, es la posición económico-social contraria al capitalismo. Y, según


algunos pensadores, es la etapa anterior al comunismo.
Importancia del socialismo

El socialismo es una de las ideologías más importantes, coherentes y continuas de las izquierdas
ya que propone un tipo de sociedad en la cual los medios de producción y los recursos están en
manos del pueblo y no ya de grandes capitalistas.

El socialismo es una teoría política e ideológica que tiene como objetivo apuntar cada vez más a
sociedades donde los medios de producción son socializados, es decir, no son propiedad
privada de una sola persona, y donde las riquezas se distribuyen equitativamente entre los
distintos grupos de la misma sin que esto genere diferencias o desigualdades. En este sentido, el
socialismo plantea como base ética y moral de su lucha la igualdad frente a los privilegios que
supone el capitalismo salvaje donde sólo se salvan los que tienen poder o riqueza. Así, lucha
contra el individualismo y plantea una actitud solidaria frente a los semejantes.

Características del socialismo

- Se opone al capitalismo:

Es decir, a la idea de que aquel que posea más bienes es “mejor”, esta ideología es un tipo de
mercadotecnia para que la población compita unos contra otros, logrando mantener la
economía del país, afectando la de los individuos.

- Es imparcial:

Lo que significa que independientemente del origen étnico o económico, el socialismo, busca
que todos tengan las mismas oportunidades. Algunos socialistas incluso exponen que un
conductor de taxi y un doctor, deberían tener el mismo sueldo, de manera que no exista
competencia entre ellos y puedan convivir pacíficamente.

- Uno de los principales lemas del socialismo es “no a la propiedad privada” :

Lo que nos dice que el gobierno controla todas las propiedades, empresas, casas, automóviles
y todo, de manera que no haya nadie superior y todos tengan lo mismo, para así eliminar la
competencia, pero si esto se analiza cautelosamente, nos estamos refiriendo a un monopolio,
lo cual no es sano para la economía de un país.

- Es utópico:

Es decir, un ideal, algo que no se puede alcanzar, pues a final de cuentas, la persona o
institución que controle estas propiedades tendrá que ser superior, de la misma manera, está
comprobado psicológicamente que el ser humano necesita de la competencia para querer
superarse y no estancarse. En la actualidad hay países que se gobiernan bajo el comunismo,
que como se mencionó es muy similar al socialismo, algunos son Cuba, Vietnam, China y Corea
del Norte.

Ventajas del socialismo


VENTAJAS:
- Se acaba la propiedad privada de los medios de producción y con ellos las broncas que
acarrea la pugna por ser propietario.
- Se van acabando las diferencias de clases sociales y con ellos los problemas derivados de
su existencia.
- La salud se torna un asunto social y no de privados.
- La educación, también como en cuba, china, etc.
- Se garantiza trabajos para todos y no hay desempleados.
- La producción atiende a resolver las necesidades básicas de la población.
- La economía se planifica con base en las necesidades sociales.
- La conducción de lo social, lo político y lo económico se logra mediante el estado
socialista.
- La ciencia, el deporte y el arte, luego de las necesidades básicas se convierten en núcleos
de interés prioritarios de la planeación social del estado.
- El socialismo tiende a formar al ciudadano del futuro que vivirá en una sociedad sin clases,
sin guerras, sin grandes diferencias entre los humanos.
-

Desventajas del socialismo

- Las mentalidades empresariales y acumuladoras tienen que emigrar porque no hay lugar
para ellos.
- Quien se encarga de esto es el estado y el partido y eso crea a lo largo del tiempo, un
grupo de privilegiados.
- El que no tiene potencial o empeño, es reencauzado a algo dentro de sus posibilidades y
gustos.
- Puede estar mal pagado el empleo común (como en cuba).
- Se transita por un buen periodo de tiempo en el que los lujos dejan de existir.
- Se acaba la libre competencia.
- El estado puede endurecerse y establecer una verdadera dictadura que limite seriamente
las libertades individuales hasta crear un estado político, que sería el más grande riesgo
del socialismo.
- Como se tiene una cierta noción de lo social, el estado puede convertirse en el limitador
del desarrollo científico, técnico, tecnológico, artístico y deportivo.

Instituciones del socialismo

Las instituciones del socialismo están conformadas por todas aquellas empresas, que han sido
domadas por el gobierno.

El capitalismo y el socialismo del siglo XXI

El capitalismo del Siglo 21 se caracteriza por una creciente diferenciación entre centro y periferia,
con esta última creciendo más rápido que el centro y con fortalezas en su capacidad de generar
ahorros exportables. Este “nuevo” capitalismo, de variante neoliberal, también muestra una alta
frecuencia de crisis económicas, seguida de costosas políticas de austeridad junto a una tendencia
a la acentuación de la desigualdad de ingresos y riquezas; en este contexto destaca el
fortalecimiento de pequeñas pero poderosas elites económicas. Estas tendencias globales tienen
implicancias geopolíticas y económicas importantes. Una de estas es sobre el carácter de la
democracia la que se ha vuelto de baja intensidad y poco participativa dada la brecha existente
entre la enorme influencia de las elites económicas que movilizan sus amplios recursos para
influir, unilateralmente, en las decisiones políticas de las sociedades capitalistas y el escaso poder
e influencia de las clases medias y los sectores populares y menos favorecidos de la población.
Asimismo, este capitalismo del siglo 21 ha traído consigo un déficit democrático no solo a nivel
nacional sino también a nivel global. Un ejemplo reciente de lo anterior es que varias economías
europeas se han transformado en verdaderos “Protectorados” del FMI, Banco Central Europeo y la
Comisión Europea, la llamada Troika. En efecto, estos conjuntos de instituciones dictan las
políticas públicas de los países europeos en crisis con evidente menoscabo de su soberanía y
autonomía nacional y del derecho a decidir sus propias políticas económicas y sociales.

 La izquierda y la derecha latinoamericana han estado de acuerdo en situar a Venezuela y el


proyecto “chavista” como la última frontera. Por eso estas preguntas son contingentes, aunque en
realidad sean irrelevantes. Y es que hablamos del problema equivocado, de la pregunta
equivocada, con las palabras equivocadas. Es parte de la confusión imperante. Dante decía que la
confusión es el principal mal de las ciudades. Pues bien, he aquí el mal. Si hiciéramos un esfuerzo
de época e intentáramos construir la pregunta más cercana a los correcto, sería probablemente
algo parecido a lo siguiente: ¿Cómo hacer para que los mercados no produzcan monopolios,
posiciones dominantes y desigualdad? Esta es la pregunta del siglo XXI y debe ser el asunto central
de la izquierda. Pero no solo de la izquierda. Es el problema de la sociedad mundial, el desafío del
futuro y la razón de ser de toda definición que permita solucionar el malestar social imperante. El
socialismo del siglo XXI no resolvía este problema. Puso a disposición recursos de un país rico para
paliar estos problemas confundiendo una maratón con una carrera de mil metros. Y los mil metros
han llegado a su fin, con o sin el gobierno venezolano en sus manos. Ya sea por la inoperancia de
los amigos o la operación de los enemigos, esa concepción de socialismo del siglo XXI ha
terminado.

Dicen que la verdad nos hará libres. En ese esfuerzo es posible señalar que nunca hubo socialismo
del siglo XXI. Si eso fue socialismo, fue del siglo pasado. Si fue del siglo XXI, no fue socialismo. El
socialismo tuvo que pagar sus culpas, todas ellas, con el rigorismo de un juez severo. Es el costo de
la derrota el convertirse en culpable incluso de lo que no se hizo. Eso ocurrió desde la caída del
muro. Y en ese instante una falsedad se extendió: había ganado el liberalismo, se dijo. La verdad
es que había caído la Unión Soviética. Hay una distancia significativa entre una y otra sentencia. Sí
existe hoy un capitalismo del siglo XXI. Por desgracia, es una economía sin humanos, un mundo de
derivados financieros, son fábricas con sofisticados robots y sin trabajadores, son fondos de
inversión sin producción real. Ese es el siglo en que vivimos, el nuevo siglo donde el capitalismo
vivió la segunda crisis más grande de su historia y sencillamente se optó por no tomar medidas
relevantes de modificación su rumbo. El modelo siguió funcionando con perfeccionamientos
menores, sin cuestionamientos a las convicciones y prácticas que condujeron a la debacle. ¿Nada
pasó realmente después de la crisis de 2008? En parte no pasó nada, podemos decir. Pero hasta
cierto punto sí hubo un cambio. El capitalismo dejó de necesitar al liberalismo. Tal y como el
capitalismo se pudo deshacer mucho antes de sus compañeros de ruta, como el protestantismo, la
Ilustración, la Modernidad; en esta ocasión el capitalismo ha demostrado que no necesita al
liberalismo.  El capitalismo produce empresas que migran y no desea a los trabajadores que las
siguen. El capitalismo genera cada vez más estructuras de competencia caracterizadas por la
posición dominante de ciertos actores, lo que niega la competencia. El capitalismo necesita más a
China que a Estados Unidos. Hoy el liberalismo no es nada, es una versión del cosismo, la metáfora
de la sociedad como un supermercado, el derecho a elegir en las distintas variaciones de
sexualidad ofertadas. El liberalismo carece de capacidad sistémica en una sociedad que puro
sistema. Su único éxito: declararse vencedor y no ser confrontado por una izquierda que retorna al
lugar donde fue feliz y se anula como presente y futuro.

Académicamente el capitalismo es un tipo de sociedad que produce excedentes y los acumula


intensamente en la propiedad por sobre el trabajo. Si somos rigurosos, son capitalistas en este
sentido tanto Estados Unidos (donde la propiedad privada concentra la acumulación de
excedentes) como la Unión Soviética (donde los excedentes se acumulan en la propiedad estatal).
Sin embargo, la probabilidad de distribución de esos excedentes cuando están en el Estado son
mayores que al estar en la propiedad privada. Pero es una probabilidad. Y se corre el riesgo de
desconfiar en el mercado como asignador de recursos. Hobsbawn, el brillante historiador
marxista, respondió cuando le preguntaron por qué fracasó la Unión Soviética que “faltó
mercado”. El periodista que lo entrevistaba se sobresaltó de la respuesta y tranquilamente
Hobsbawn explicó que era absurdo despreciar el rol de la circulación, que eso era profundamente
marxista. El riesgo de este desprecio existe con mucha fuerza cuando se concentran los
excedentes en el Estado, tal y como aumenta la probabilidad de corrupción pública (y cuando
predomina la propiedad privada sube el riesgo de corrupción privada).

El socialismo debe lograr ser algo más que el malestar social, debe ser un proyecto. ¿Hay algún
país que haya construido un socialismo del siglo XXI? No. Pero hay un país que es el que está más
cerca de transitar muy exitosamente entre el socialismo del siglo XX y el socialismo del siglo XXI. Se
trata de Noruega. Allí más del 60% de la propiedad es de la sociedad o del Estado, ¿no es eso
socialismo? El capitalismo escandinavo es básicamente socialista y Noruega es su ejemplo más
claro. ¿No son países también capitalistas? Pues claro, de eso se trata el socialismo. Es una
regulación de las dinámicas propiamente capitalistas en razón de los intereses sociales, poniendo
por delante estos últimos. Noruega, por de pronto, tiene un fondo de inversión para pensiones
que es además uno de los pilares de su economía y su innovación. Por eficiencia, se administra
desde el Estado. Dicen explícitamente “nadie lo hace mejor que el Estado”. Un comité de ética
impide que cualquier empresa que viole principios básicos de derechos sociales o humanos pueda
ser susceptible de recibir inversión del fondo. Para ser claros con el ejemplo, no se puede invertir
en Boeing, por participar en armas nucleares, las tabacaleras, la cadena de supermercados Wal-
Mart, por acusaciones de trabajo infantil de sus contratistas; y las mineras Barrick Gold y Rio Tinto,
ambas por daños al medio ambiente.

Noruega es lo más parecido al socialismo del siglo XXI. Respecto al capitalismo del siglo XXI, su
forma de aparición reciente es el neofascismo, cuya principal violación de derechos es que
garantizará la destrucción ambiental de la Tierra al boicotear los pocos logros de acuerdos
ambientales capaces de detener el calentamiento global. El capitalismo del siglo XXI es hoy, sin
duda, más masivo que el socialismo del siglo XXI. Pero es indudablemente una tragedia.

Respecto a Venezuela como país, tres escenarios se abren: sigue el régimen con Maduro, sigue el
mismo régimen sin Maduro, cambio de régimen con fuerte intervención norteamericana y con
varios actores buscando su parte en el botín. ¿Tenemos alguna culpa de que no nos guste ninguna
de las salidas? Venezuela hoy o mañana no es la respuesta porque ni siquiera es la pregunta. La
pregunta más importante de nuestra era ni siquiera recorre el mundo. Tiene como reemplazo
funcional la evaluación de cada país que no suscribe las políticas del FMI, del banco Mundial y de
las potencias. Y con eso vivimos año tras año hasta el calentamiento final.  El bloqueo a Venezuela
ha sido, como todo bloqueo, una maldad. La gestión del chavismo ha desindustrializado su
economía e indudablemente no superó su carácter monoproductor. Fueron presionados hasta el
cansancio, pero a hacerlo mal nadie los obligó. En su momento solicité a la embajada venezolana
antecedentes sobre el bloqueo, las sanciones y el impacto en la economía. Quería hacerme una
idea propia sobre los errores forzados y los no forzados. Pero no tuve respuesta.

El socialismo del modelo chavista nació de un gigantesco malestar con el sistema de partidos
histórico y con la corrupción que azotaba Venezuela. Su Constitución Política tiene poco mérito,
casi no es una Constitución. Pero su capacidad fue político-electoral: rearticular fuerzas de
izquierda en América Latina. No es poco. Pero no fue un diseño coherente con la magnitud del
desafío. Lo más interesante de su proyecto ni siquiera se inició: configurar un sector financiero
para América Latina. Indudablemente ese habría sido un golpe en contra de la dependencia
económica. Pero lo importante quedó de lado muy pronto. ¿Implica esto que se acepte un golpe
de Estado, como el que se está produciendo? Evidentemente no. Pero al mismo tiempo era bien
evidente que no se podía seguir habitando la crisis y los gobiernos de Chávez primero (sí, también
de Chávez) y luego de Maduro (con indudable incapacidad) no tomaron medidas para ello.

Para quienes confunden ser de izquierda con el resentimiento, habrá que decir que ser de
izquierda es una sofisticación. Lo más natural de nuestra especie zoológica es ser de derecha. Nos
inquietan las novedades, el poder nos parece lo más importante y nos sometemos si el poder nos
amenaza. La probabilidad de rebelión es siempre baja. No es natural luchar incansablemente
contra el poder y construir el poder de las mayorías. No es natural luchar contra la desigualdad
cuando el mundo tiende a ella. Es evidente. Ser de izquierda es una sofisticación, que requiere
permanente crecimiento en la reflexión, en la sensibilidad, en la escucha y en los principios. No es
fácil ni tiene sencillez de aplicarse al poder. Es más bien su antídoto. El socialismo no debe ser una
lucha del colectivo con el individuo, debe ser su síntesis. Ser de izquierda debe ser algo difícil y no
una fórmula cóncava para un mundo convexo. No debemos estar obligados a calzar con el mundo,
porque de lo que se trata es de transformarlo.

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