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LITURGIA FUNDAMENTAL
El Culto
La noción dice que la palabra culto (del latín, cultus, colere: honrar, venerar), el culto se da
en la relación fundamental entre Dios y el Hombre y que este manifiesta por medio actos
internos y externos para reconocerse dependiente por medio de la adoración, ofrecimientos
y suplicas, tendencia hacia Dios, la entrega y el servicio; y se emocionan ante lo grande y
fascinante de lo sagrado.
Luego sigue el autor que del culto natural pasa al culto revelado, la cual tiene su culmen en
Cristo, a la vez no hay que despreciar el culto de las otras religiones no cristiana, porque
también tienen experiencia de Dios, la cual los ayuda a ser personas honestas, dice López,
Julián (1996) “El conocimiento de las formas de culto en las religiones es muy útil para
penetrar en el sustrato antropológico de la liturgia cristiana” (p. 33).
Esto, lleva a unas características que marcan el camino al verdadero culto cristiano en su
plenitud, la cual está la dimensión comunitaria del culto, manifestado en que ellos eran su
pueblo y Él su Dios, viviendo en su presencia; la dimensión interior era muy importante,
porque su culto debía ser generoso y justo, o sea con un corazón convertido; y la dimensión
escatológica, porque en sus relecturas del pasado, del cómo Dios los liberó, tenían la
esperanza de un nuevo éxodo, de una nueva ley grabada en el corazón.
Por otra parte, el autor nos habla del culto del Nuevo Testamento, la cual el culto de la
antigua alianza tiene continuidad en este nuevo culto, la cual Jesus no abolió sino, ayudó a
los discípulos a interpretar la vida de Cristo. Este culto nuevo, su fundamento viene siendo
el mismo Jesús, la cual es el templo del culto verdadero, en que Dios derrama dones, fruto
del sacrificio único y santificador pascual de Jesucristo “que sustituyó los sacrificios
JESÚS ANDRÉS OQUENDO AVILA - FPCM
LITURGIA FUNDAMENTAL
incapaces de santificar” López, Julián (1996), las cuales son los sacramentos como el
Bautismo, la Eucaristía y los otros que también tienen poder para salvar.
También, el culto sigue siendo comunitario y social, la cual es ahora una fraternidad en el
Espíritu, comunidades llamadas iglesias (cf. Hech 5,11; cf. Dt 4,10), iglesias de Dios (Hech
20,28; 1 Cor 1,2) y de Cristo (Rom 16,16), reuniéndose en asambleas para invocar el
nombre de Jesús. Y, por último, el culto es ahora más interno y espiritual, porque los
creyentes de Cristo están bajo la acción del Espíritu Santo, o sea un culto es Espíritu y
Verdad.