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VIACRUCIS

Parroquia San Judas Tadeo


Torreón (2021)1

INTRODUCCIÓN: Meditaremos, desde nuestra propia vida, el caminar de Jesucristo hacia el calvario.
Dios, por medio de Jesús, se hace solidario al sufrimiento de la humanidad generando la esperanza de la
resurrección.

ORACIÓN INICIAL: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

OFRECIMIENTO: Padre Bueno ayudanos a saber dejarnos acompañar por ti en el camino de la vida.
Danos tu paciencia y ánimo. Te pedimos que, sin olvidarnos de la esperanza de la resurrección, nos ayudes
a acompañar con el corazón a tu hijo que sufre actualmente en la humanidad. Amén.

1
Adaptación del viacrucis de las Comunidades Eclesiales de Base (Folleto, 2021).
PRIMERA ESTACIÓN

Jesús es condenado a muerte


(Sector salud)

GUÍA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio de Juan 19, 14-16.


Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Pilato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su
rey.» Ellos gritaron: «¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!» Pilato replicó: «¿He de crucificar a su Rey?» Los
jefes de los sacerdotes contestaron: «No tenemos más rey que el César.» Entonces Pilato le entregó a
Jesús para que lo crucificaran. Palabra de Dios

TODOS/AS: Gloria a ti Señor Jesús.

REFLEXIÓN: En aquel tiempo los judíos gritaban “¡crucifícalo!”, hoy por falta o desvío de recursos, el
sector salud ha enfrentado la muerte de muchos enfermos y enfermas y su propia muerte, al no contar con
lo necesario para atender la emergencia sanitaria que estamos viviendo, sobre todo en el sector público, y
se han visto rebasados en la capacidad de atender a tantos hermanos y hermanas en condiciones precarias
y poco dignas. Esta Pandemia abrió más la brecha entre lo público y lo privado que pide de nosotros/as
respuestas y propuestas. “El dolor, la incertidumbre, el temor y la conciencia de los propios límites que
despertó la Pandemia, hacen el llamado a repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la
organización de nuestras sociedades y sobre todo el sentido de nuestra existencia.” Fratelli Tutti 33.” Si
todo está conectado, es difícil pensar que este desastre mundial no tenga relación con nuestro modo de
enfrentar la realidad, pretendiendo ser señores absolutos de la propia vida y todo lo que existe.” Fratelli
Tutti 34

ORACIÓN: Dios lleno de misericordia y bondad, perdona nuestra falta de conciencia y compromiso
social al no exigir nuestros derechos y los derechos a una salud digna de los más vulnerables, perdona
nuestra falta de solidaridad hacia el personal del sector salud, que al cuidarnos arriesgan su propia salud.
También te pedimos que, en nuestra parroquia de San Judas Tadeo, los centros de medicina alternativa
sigan atentos y sensibles al dolor de los más vulnerables, desde una atención digna. Amén.

GUÍA: Padre Nuestro y Ave María.


SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús carga con la cruz hacia el Monte Calvario
(La educación en tiempos de Pandemia)

GUÍA: Te adoramos Oh cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio de Juan (Jn. 19, 16 – 17):


“Entonces Pilato les entrego a Jesús para que fuera crucificado. Ellos se apoderaron de Jesús; el mismo
llevaba la cruz a cuestas y salió a un lugar llamado la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota” Palabra
de Dios

TODO/AS: Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN: Emprender el camino de Jesús hacia el calvario es un momento doloroso para los y las
cristianas como seguramente lo fue para los amigos y amigas de Jesús y su Madre. Pilato, al dictar la
crucifixión de Jesús sentenció un violento proceso de pérdida de derechos civiles y sociales, es decir, el
desconocimiento de aquel hombre como sujeto de dignidad. Una acción barbárica asumida como forma
viable de hacer pagar por sus acciones de acuerdo a los preceptos de justicia institucional de su tiempo.
Un acto de profunda injusticia y despojo de la vida humana.

Es posible presenciar este proceso de pérdida de derechos progresivo en la actualidad. Un ejemplo son los
miles de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que han quedado fuera de su derecho constitucional de
acceso a la educación pública, laica y gratuita. Los y las niñas que experimentan este progresivo despojo
de derechos sociales por las políticas insuficientes de resolución frente a los desafíos generados por la
pandemia, revelan años y años de desmantelamiento de los bienes comunes y del aparato de protección y
seguridad estatal. El acceso a la educación en medio de esta Pandemia y sus efectos negativos en la
formación escolar de las comunidades infantiles y adolescentes, son una deuda del estado, pero también,
un motivo legítimo de exigencia para nuestras futuras luchas y demandas colectivas.

En nuestra Parroquia de San Judas Tadeo, visualizamos la realidad de muchos de nuestros niños y niñas
quienes carecen de los medios necesarios para tomar una clase de catecismo virtual; por esto, siguiendo
todos los protocolos de saludo y con mucho cuidado -tanto para ellos como para catequistas y padres de
familia- hemos retomado las clases presenciales para grupos de preparación, tratando de buscar la
igualdad de derechos para todos.

ORACIÓN: Te pedimos Padre por nuestros niños y niñas del Catecismo, que debido a la Pandemia han
tenido que dejar de asistir a tomar clases presenciales y han tenido que adaptarse a las virtuales, limitándo
de esta manera su derecho a la convivencia, a la interacción y al aprendizaje en mayor amplitud. Te
pedimos por aquellos quines no cuentan con las herramientas necesarias para tomar una clase virtual.
También te pedimos perdón Señor, por no asumir nuestra responsabilidad en la construcción de un mundo
mejor para las generaciones venideras. Amén.

GUÍA: Padre nuestro, Ave María y Gloria.


TERCERA ESTACIÓN

Jesús cae por primera vez bajo el peso de la cruz


(El mundo de la migración)

GUÍA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Isaías 53, 4-6.

Sin embargo, eran nuestras dolencias las que él llevaba, eran nuestros dolores los que le pesaban.
Nosotros lo creíamos azotado por Dios, castigado y humillado, y eran nuestras faltas por las que era
destruido nuestros pecados, por los que era aplastado. El soportó el castigo que nos trae la paz y por sus
llagas hemos sido sanados. Palabra de Dios

TODO/AS: Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN: Miles de migrantes salen a diario de sus países de origen en búsqueda de una vida mejor,
se encuentran ante situaciones peligrosas al intentar cruzar fronteras, para salir de situaciones de violencia,
por delincuencia, amenazas, por hambre, buscando sustento para sus familias. Hoy en día no solo salen
en busca de una vida mejor, sino para tener vida, ya que se encuentran amenazados por grupos delictivos
y que, no aunado con las aplastantes realidades de sus países, tienen que lidiar con la falta de derechos
humanos que se topan al encontrarse en los países a los que llegan. A lo largo de estos años hemos visto
como han salido caravanas de los países centroamericanos, como los haitianos han llegado a las fronteras
para buscar ayuda humanitaria, como hermanos de África han intentado llegar a Europa cruzando el
inmenso mar, todos con grandes peligros que se encuentran en su caminar. Y así, muchas historias a lo
largo de nuestros continentes, miles de migrantes intentando encontrar un hogar donde puedan tener vida
digna.

ORACIÓN: Te pedimos Señor, por nuestros hermanos migrantes que llegan al Centro de día “Jesús
Torres”, con la esperanza de un plato de comida. Buscando un lugar en donde descansar, donde ser
curados. Ayudanos Señor, a ser personas empaticas con nuestros hermanos migrantes, que reconozcamos
el sacrificio y la valentía que tiene al salir de sus lugares de origen en busqueda de la vida que todos
merecemos: vida en abundancia. Padre bueno, queremos movernos siempre desde tu misericordia,
ayudanos a mostrar el rostro amoroso de nuestro padre a través de nuestras acciones y actitudes hacia los
demás. Amén.

GUÍA: Padre Nuestro y Ave María.


CUARTA ESTACIÓN

Encuentro con María, su madre


(Todas las personas que se preocupan y se ocupan las víctimas de desaparición forzada)

GUIA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio de Lucas 23, 27-31.

Lo seguía muchísima gente, especialmente mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.
Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por
ustedes mismas y por sus hijos. Palabra de Dios

TODO/AS: Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN: Así como María se encuentra con Jesús maltratado y humillado rumbo al monte Calvario,
recordamos a todas las personas que hoy se encuentran sufriendo el dolor por las personas desaparecidas.
Algunos miembros de nuestra comunidad por mucho tiempo han estado construyendo caminos de verdad,
justicia, reparación y no repetición. Los familiares de las personas desaparecidas nos dan testimonio de
fortaleza, de esperanza y de dignidad. En esta estación meditamos sobre el dolor de María al encontrarse
con Jesús, le pedimos a María que interceda por todos nosotros para que sepamos solidarizarnos con las
personas desaparecidas y para que nos ayude a que, igual que ella, sepamos mantenernos firmes para
construir un sociedad justa y eficaz que esté al serivicio de la busqueda de las miles de personas
desaparecidas en nuestro país.

ORACIÓN: Dios nuestro, te pedimos perdón por las ocasiones en que hemos ignorado el dolor de las
personas desaparecidas. Como comunidad parroquial de San Judas Tadeo, te pedimos la fuerza necesaria
para saber construir caminos que hagan posible que tu proyecto de vida plena se haga realidad para todas
las personas, en especial para aquellas que son víctimas de la desaparición forzada, que la fuerza de tu
Espiritu nos motive y nos sostenga hasta encontrarles. Amén..

GUIA: Padre nuestro y Ave María.


QUINTA ESTACIÓN

Cirineo ayuda al Señor a llevar la cruz


(Las comunidades solidarias con el dolor y la crisis actual)

GUÍA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio según San Lucas 23, 26.


Cuando lo llevaban para crucificarlo, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que venía del campo, y le
cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús Palabra de Dios.

TODOS/AS: Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN: En ciertos momentos de la vida, Dios nos pone frente a personas que están pasando por
situaciones difíciles de dolor, crisis económica, incredulidad, miedo, etc.; él nos da la liberdad para poder
decidir si ayudar o no a esas personas. El Evangelio nos dice que Simón de Cirene no tuvo esa oportunidad
de poder decidir, como nosotros la tenemos.

Durante este tiempo de crisis, las comunidades han decidido ser solidarias con los que están viviendo
alguna pérdida ya sea de salud, fallecimientos, trabajos o economía. Todas estas acciones nos asemejan al
Cirineo, porque, de cierta forma, ayudamos a nuestro prójimo a cargar su cruz: ministerios de mujeres,
colectas para las familias covid, cajitas solidarias para los migrantes, talleres, conferencias, medicina para
los enfermos.

ORACIÓN: Señor y Padre de la humanidad, que creaste a todos los seres humanos con la misma
dignidad, infunde en nuestros corazones un espíritu de hermanos. Te pedimos por las comunidades de
discípulas de la parroquia San Judas y por las Misioneras de la Pastoral Diocesana, para que siempre
inspiren el sueño del reencuentro, del diálogo, de la justicia y de la paz. Como comunidad de
comunidades,también te pedimos que nos impulses a crear sociedades más sanas y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras. Que nuestro corazón se abra a todos los pueblos y
naciones de la tierra, para reconocer el bien y la belleza que sembraste en cada uno, para estrechar lazos
de unidad, de proyectos comunes, de esperanzas compartidas. Amén. ( Adaptación de la Oración al
Creador en Fratelli Tutti)

GUÍA: Padre nuestro y Ave María.


SEXTA ESTACIÓN

La Verónica enjuaga el rostro de Jesús


(Iglesia cercana que cuida los corazones)

GUÍA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Isaías (Is. 53, 2 – 3).

“No tenía gracia ni belleza, para que nos fijáramos en él, ni era simpático para que pudiéramos
apreciarlo. Despreciado y tenido como la basura de los hombres; hombres de dolores y familiarizados
con el sufrimiento, semejante a aquellos a los que se vuelve la cara, estaba despreciado y no hemos
hecho caso de él”. Palabra de Dios.

TODOS/AS: Te alabamos, Señor.

REFLEXIÓN: En estos tiempos difíciles no solo hemos de enfrentar los males estructurales económicos
y de deficientes políticas públicas: las injusticias sistémicas atraviesan directamente los cuerpos. Hemos
sentido nudos en la garganta, nos ha dolido el estómago, nos hemos preocupado por el empleo, por la
familia, por nuestros vecinos y vecinas. Estamos ante la incertidumbre.

La mayoría de la población, desprotegida ante un sistema injusto que les trata como “la basura de los
hombres”, como los y las “despreciadas”, hombres y mujeres “de dolores y familiarizados con el
sufrimiento”. La iglesia, pueblo de Dios, cercana, amiga y comunitaria –tal como la Verónica que,
conmovida hasta las entrañas enjuaga las lágrimas de dolor de Jesús–, está llamada a la compasión y la
ternura. Hoy más que nunca, cuidar los corazones, tender la mano, voltear a ver y abrazar, en medio del
miedo y del distanciamiento social, es un acto revolucionario, al estilo de Jesús.

Se vuelve necesario pues, extender los lazos de amor, de consuelo y de acompañamiento en días y meses
de tanto dolor. La iglesia organizada, las comunidades en muchos rincones de América Latina han
generado grandes gestos de amor, donde, a pesar del peligro y de la incertidumbre ponen el cuerpo, así
como la Verónica lo puso frente a Jesús a pesar de los Centuriones que lo custodiaban.

ORACIÓN: Te rogamos Señor que nos permitas salir de la ignominia, que nos enseñes a unirnos en
comunidad para ayudar al más necesitado. Que mediante los talleres Es.Pe.Re. (Escuelas del Perdón y
reconciliación), que en nuestra Parroquia de San Judas Tadeo se imparten, sigamos buscando y
encontrando la manera de llegar hasta aquellos corazones que sufren y que al acercarse a esta ayuda, que
la Parroquia ofrece, descubran que no están solos; que nos duele su dolor. Amén.

GUÍA: Padre nuestro, Ave María y Gloria.


SEPTIMA ESTACIÓN

Segunda caída en el camino de la cruz


(La angustia de un pueblo trabajador)

GUÍA: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio de Marcos 14, 35-36.

“Jesús se adelantó un poco, y cayó en tierra suplicando que, si era posible, no tuviera que pasar por
aquella hora. Decía: «Abba, o sea, Padre, si para ti todo es posible, aparta de mí esta copa. Pero no se
haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.» Palabra de Dios”

TODO/AS: Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN: La segunda caída en el recorrido de Jesús rumbo al calvario nos recuerda el desgaste, el
agotamiento y los pasos cansados de un rumbo que pareciera no tener fin. Esta misma condición la han
experimentado miles de jóvenes, adultos y adultos mayores que fueron expulsados de manera arbitraria e
injustificada de sus centros de trabajo, forzando a familias enteras a tener que arreglárselas por su propia
cuenta para la sobrevivencia.

También fueron miles de trabajadores que se resistieron a la política de abuso que ejercieron el sector
patronal sobre de ellos y ellas en medio de la Pandemia. Esta segunda caída de Jesús nos recuerda, una
vez más, aquella maquinaria deshumanizadora que nos lleva a la pérdida progresiva de los derechos
humanos, un escenario profundamente violento para Jesús, el proyecto histórico de liberación y, en la
actualidad, para el pueblo trabajador.

Que esta condición no recaiga en la espalda de las clases trabajadoras, que esta situación, así como lo han
hecho ver en varias partes de América Latina, sea motivo de levantamiento, de entrega total a la
construcción del Reino de Dios. Que el pueblo trabajador deje de pagar con su vida el egoísmo estructural.
Busquemos levantarnos de las caídas, consigamos la vida que nos merecemos.

ORACIÓN: Junto con todas las familias del mundo, las Comunidades de Matrimonios de nuestra
parroquia de San Judas Tadeo, te pedimos Señor que nos des fortaleza, pues como tú hemos caído, al
perder nuestros empleos o con la disminución de salarios y de horarios de trabajo, lo cual ha afectado
nuestro sustento familiar. Amén

GUÍA: Padre nuestro y Ave María.


OCTAVA ESTACIÓN

Jesús consuela a las mujeres


(Violencia de género)

GUÍA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio de Lucas 23, 27-28.

Y le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres que lloraban y se lamentaban por él. Pero Jesús,
volviéndose a ellas, dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras mismas y
por vuestros hijos. Palabra de Dios

TODOS/AS: Gloria a ti Señor, Jesús.

REFLEXIÓN: Jesús es sensible ante el dolor de las mujeres y de sus hijos e hijas: un dolor que trasciende
geografías y épocas. Han sido muchas las noticias que hemos escuchado durante este año de Pandemia,
sobre el incremento de denuncias de violencia de género y sobre el alto número de feminicidios ocurridos
en México: hubo un confinamiento forzado, todo paró, pero la violencia machista persistió como una
realidad profundamente alarmante, muchas mujeres y niñas se vieron forzadas a confinarse con sus
violentadores.

“Llorad más bien por vosotras mismas”, hemos sido las mismas mujeres quienes hemos alzado la
voz por esa realidad que vivimos. Sabemos los peligros de nacer y crecer siendo mujeres en una sociedad
que se molesta más porque las chicas quemen puertas o rayen monumentos, que por el hecho de que
aparezcan cada día mujeres y niñas sin vida. Sabemos que Jesús está con nosotras, Jesús consuela a las
mujeres y les anima a no desistir a pesar del panorama tan terrible que están viviendo en ese momento.

No obstante, ese consuelo necesariamente está acompañado de un Espíritu de lucha. Las mujeres
de todas las edades estamos llamadas a decir basta, a denunciar la injusticia, a señalar las violencias
normalizadas y a construir el Reino donde la vida digna alcance para todos y todas.

ORACIÓN: Te pedimos Señor que, como sociedad, nos sigas guiando e iluminando para dar
acompañamiento y consuelo a las mujeres que están sufriendo cualquier tipo de violencia. Ayudanos,
como ministerio social de promotoras de paz en las familias, a encontrar maneras para salir de ese círculo
de violencia que tanto afecta a las mujeres, hombres, niños y familias; que esto nos lleve a vivir en un
mundo mas igualitario. Amén.

GUÍA: Padre Nuestro y Ave María.


NOVENA ESTACIÓN

Jesús cae por tercera vez


(Muertes por Covid 19)

GUIA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Isaías (Is. 53,6-7).

“Todos andábamos como ovejas, errantes cada cual seguía su propio camino y Yahveh (Dios) descargó
sobre él, la culpa de todos nosotros. Fue maltratado y él se humilló y no dijo nada, fue llevado cual
cordero al matadero, como una oveja que permanece muda cuando la esquilan. Palabra de Dios”

TODOS/AS: Te alabamos, Señor.

REFLEXIÓN: Las Muertes por COVID-19, un sistema de salud precario y no suficiente.

La tercera caída del Señor bajo el peso de la cruz nos hace reflexionar por las muertes que causó la
pandemia, familias que lloran por la muerte de sus seres queridos, y que en algunos casos ni siquiera han
podido darles el último adiós debido a que se exponen a ser contagiados.

Desafortunadamente las medidas sanitarias no siempre son respetadas por algunas personas, no utilizan
las prevenciones necesarias para estar en lugares concurridos, y hay otras que están obligadas a salir de
casa para ir a trabajar.

El sistema de salud es precario y no suficiente, desde antes de la Pandemia contaba con irregularidades en
los desabastos de medicamentos, insumo o vacuna para las personas con Cáncer, VIH y otras
enfermedades crónicas. El Covid amenaza la salud de todos y todas, sin importar en que parte del planeta
nos encontremos ni aun en los pueblos refugiados en la Amazonia. Para muchos la Pascua será de soledad,
vivida en medio de los numerosos lutos y dificultades que está provocando la Pandemia, desde los
sufrimientos físicos hasta los problemas económicos.

ORACIÓN: Señor te pedimos perdón por todos nuestros hermanos(as) que han muerto en el olvido. Por
los enfermos(as) de covid19, en su mayoría ancianos, quienes han atravesando la enfermedad desde la
soledad. Concédeles a ellos y a sus familiares fortaleza, esperanza y consuelo, y que desde el ministerio
de salud de nuestra parroquia de San Judas Tadeo, sepamos ser un apoyo y escucha asertiva para que
logren obtener una salud integral. Amén.

GUÍA: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


DECIMA ESTACIÓN

Jesús es despojado de sus vestiduras


(Despojo de la tierra y el territorio)

GUÍA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio de Juan 19, 23-24.

Los soldados, después de crucificar a Jesús, se apropiaron de sus vestidos e hicieron con ellos
cuatro partes para cada uno. Dejaron aparte la túnica. Como era una túnica sin costuras, tejida de una
sola pieza de arriba abajo, los soldados llegaron a este acuerdo: Es mejor que no la dividamos; vamos
a sortearla para ver a quien le toca.Así se cumplió este texto de la Escritura: Dividieron entre ellos mis
vestidos y mi túnica la echaron a suertes. Palabra de Dios

TODOS/AS: Gloria a ti Señor Jesús.

REFLEXIÓN: La desaparición de una cultura puede ser tanto o más grave que la desaparición de una
especie animal o vegetal. La imposición de un estilo hegemónico de vida ligado a un modo de producción
puede ser tan dañina como la alteración de los ecosistemas. Laudato Si’ numeral 145.

En este sentido, es indispensable prestar especial atención a las comunidades aborígenes con sus
tradiciones culturales. No son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los
principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus
espacios. Para ellos, la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados que
descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus
valores. Cuando permanecen en sus territorios, son precisamente ellos quienes mejor los cuidan. Sin
embargo, en diversas partes del mundo, son objeto de presiones para que abandonen sus tierras a fin de
dejarlas libres para proyectos extractivos y agropecuarios que no prestan atención a la degradación de
la naturaleza y de la cultura. Laudato Si 146.

Hoy debemos ser conscientes de que nuestro territorio, cultura, identidad y nuestras costumbres son
elementos importantes para mantener el contacto con la creación de Dios no como un recurso sino como
un don de que es sagrado, por eso vale la pena preguntarnos: ¿De qué actitudes debemos despojarnos para
poder defender nuestro territorio y recursos naturales que no son inagotables?

ORACIÓN: Señor, creador del universo, que nos has dado como casa la Tierra; enséñanos a amar,
respetar y proteger este nuestro hogar que nos alimenta. Desde el area de ecología y los huertos
comunitarios, ayudanos a generar en la comunidad parroquial, un corazón sensible, que nos permita
darnos cuenta que la vida digna se construye cuando somos capaces de compartir los frutos de la Tierra;
que así como nos alimenta, seamos conscientes del daño que causamos cuando nos apropiamos de tu
creación, ayudanos a valorarla, protegerla y sanarla. Amén.

GUÍA: Padre Nuestro y Ave María.


DÉCIMA PRIMERA ESTACIÓN

Jesús es clavado en la cruz


(La humanidad en relación con la casa común)

GUÍA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio de Mateo 27, 33-37.

Al llegar al lugar llamado Gólgota, es decir, lugar de la calavera, dieron a Jesús vino mezclado con
hiel para que lo bebiera, pero, después de probarlo no quiso beberlo.
Los que lo crucificaron se sortearon su ropa y se la repartieron. Y se sentaron allí para custodiarlo.
Sobre su cabeza pusieron un letrero con la causa de su condena: “Este es Jesús, el rey de los judíos”.
Palabra de Dios.

TODOS/AS: Gloria a ti Señor Jesús.

REFLEXIÓN: Hoy vale la pena que reflexionemos sobre lo siguiente: Mirar como Dios habita en sus
creaturas, en la historia, en todo. Ver como Dios trabaja, actúa y se afana por mí en todas las cosas.
Recordar cuanto ha hecho Dios por mí y cuanto me ha dado.

¿Quiénes son los crucificados de hoy? Hoy queremos recordar a hombres y mujeres que han dado su
vida en la defensa de la casa común y de la vida, Queremos hacerlos presentes agradeciendo a Dios su
vida y su entrega que nos ha dado ejemplo de relación de respeto y de amor con la creación.

Cuando insistimos en decir que el ser humano es imagen de Dios, eso no debería llevarnos a olvidar que
cada criatura tiene una función y ninguna es superflua. Todo el universo material es un lenguaje del amor
de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de
Dios. La historia de la propia amistad con Dios siempre se desarrolla en un espacio geográfico que se
convierte en un signo personalísimo, y cada uno de nosotros guarda en la memoria lugares cuyo recuerdo
le hace mucho bien. Quien ha crecido entre los montes, o quien de niño se sentaba junto al arroyo a
beber, o quien jugaba en una plaza de su barrio, cuando vuelve a esos lugares, se siente llamado a
recuperar su propia identidad. Laudato Si’ numeral 84.

ORACIÓN: Padre y Madre, vivimos en un mundo donde valoramos más lo material que lo que tú nos
has dado, enséñanos a ver el valor que tiene nuestra casa común. Sensibiliza nuestro corazón para que
seamos capaces de, que así como cuidamos nuestras pertenencias, sepamos sentir propio este nuestro
hogar que tanto hemos destruido. Que busquemos medios para sanar lo que hemos herido, proteger lo que
hemos descuidado y valorar lo que no logramos ver con los ojos del corazón. Quienes formamos el
ministerio de los huertos comunitarios, junto con el resto de al comunidad parroquial de San Judas Tadeo,
queremos animar a toda la comunidad a sentir como tu sientes, a crear con tu ayuda y a cuidar de nuestra
Casa Común, la cual, es el mundo.

GUÍA: Padre Nuestro y Ave María.


DÉCIMA SEGUNDA ESTACIÓN

Jesús muere en la cruz


(La muerte de tantos hermanos y hermanas en este tiempo de crisis)

GUÍA: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio de Lucas 23, 44-46.

Desde el mediodía y hasta la media tarde, toda la tierra quedó sumida en la oscuridad, pues el sol se
ocultó. Y la cortina del santuario del templo se rasgó en dos. Entonces Jesús exclamó con fuerza:
— ¡Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu! Y al decir esto, expiró. Palabra de Dios

TODOS/AS: Gloria a ti Señor, Jesús.

REFLEXIÓN: En este tiempo nos ha tocado tener experiencias muy dolorosas de las pérdidas de seres
queridos, momentos en que la fe y la esperanza se acrisolan y nos piden poner nuestras vidas en las manos
del buen Dios haciendo una oblación y entregar lo que más amamos. El mismo Jesús participó de esta
experiencia humana: "murió no sólo porque los hombres matamos, sino porque los hombres morimos".
Hay que tener paciencia histórica, la alegría de lo provisorio, una cierta actitud de despedida de las cosas,
porque nada hay absoluto en el tiempo, excepto Dios mismo. El último momento es el de la soledad
suprema con nosotros/as y con Dios. El proceso de la muerte nos saca de nosotros mismos y nos lleva al
corazón de Dios.

Es un acto supremo de amor y de libertad que ofrece la oportunidad máxima de un encuentro pleno. Vivir
no es pues caminar hacia la muerte sino peregrinar hacia Dios. El hombre, la mujer nunca muere, nace
dos veces. Nace cuando abandona el cobijo materno y recibe a los demás compañeros de viaje, las estrellas
y el mundo. Y nace cuando deja esta presencia cósmica y se abre a la eternidad. La muerte no es la tragedia
de la pérdida de lo que queda atrás sino una bendición: ganar una vida más plena y vigorosa.

Jesús de Nazaret compartió esta situación. Enfrentó la muerte entre "clamores y lágrimas" (Hb 5,7) y llegó
a sudar "como gruesas gotas de sangre" (Lc. 22,44). La soledad natural de la muerte que es paso al
encuentro con la fuente de la vida, se convierte en abandono en unas manos más grandes y fuertes que son
las del Padre, El conoce nuestra fragilidad y nos abraza con su amor y ternura y nos regala la esperanza.

ORACIÓN: En esta estación pedimos por el ministerio de despensas de nuestra parroquia de San Judas
Tadeo, el cual es una muestra de solidaridad con muchas hermanas y hermanos aquiens se les apoya con
alimento, ropa, zapatos y dándoles palabras de aliento. Amén.

GUÍA: Padre Nuestro y Ave María.


DECIMA TERCERA ESTACIÓN

Jesús es bajado de la cruz y depositado en los brazos de su madre


(Nuestros duelos compartidos)

GUIA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio Juan 27, 57-59


Siendo ya tarde, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había hecho discípulo
de Jesús. Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús, y el gobernador ordenó que se lo
entregaran. José tomó entonces el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia.

TODO/AS: Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN: Nuestros duelos compartidos:

José de Arimatea arropa el cuerpo de Jesús, así como nos hemos arropado unos a otros para consolar
nuestro dolor y compartir nuestros duelos; no hemos visto ni raza, ni credo o estatus económico vamos
juntos en la misma barca y nos duele por igual la partida de nuestros seres queridos.

Este acto de amor ha aumentado durante estos meses de Pandemia, en los que podemos experimentar, en
medio de la crisis que nos está golpeando, que «nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas
comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las
grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos
decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en
los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios,
sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo. [...] Cuánta
gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino
corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con
gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando
miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos»1.
Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia
diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos
recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea” tienen un protagonismo
sin igual en la historia de la salvación. (Patris Corde)

ORACIÓN: Te pedimos Señor, por los padres Samuel, Neftalí, Eduardo, José, Ricardo, Ramón y Víctor,
para que en su vocación como jesuitas, tu espíritu los siga guiando para consolar a nuestros hermanos de
la comunidad parroquial que han sufrido alguna pérdida. También ayudanos a la comunidad parroquial de
San Judas Tadeo, para que todas y todos podamos ser portadores de ternura y esperanza durante esta
pandemia que a todos nos ha afectado. Amén.

GUÍA: Padre Nuestro y Ave María.


DÉCIMA CUARTA ESTACIÓN

Jesús es puesto en el sepulcro


(Sepultar nuestros miedos, incertidumbres y tristezas)

GUÍA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio de Mateo 27, 59-60

José tomó entonces el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia y lo colocó en el sepulcro
nuevo que se había hecho excavar en la roca, después hizo rodar una gran piedra sobre la entrada del
sepulcro y se fue.

TODOS/AS: Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN: En la actualidad vivimos en un sistema capitalista y de un consumismo desmedido, donde


las personas tienen y les dan más valor a los objetos materiales que a la vida misma. Ante las situaciones
de prioridades egoístas que se viven, es como si estuviéramos en el sepulcro, en oscuridad, soledad, miedo;
pero durante este tiempo de pandemia que estamos viviendo nos ha hecho reflexionar que lo más valioso
es la salud, familia, estabilidad tanto económica como emocional.

Últimamente hemos escuchado que está bien si no hacemos nada, que está bien si nos quedamos dormidos
o que no pasa nada si no estamos activos en nuestra fe, porque al final todos los días terminan siendo lo
mismo, pero esto ha sido una de las mayores mentiras que hemos creído para no hacernos sentir mal ya
que este tiempo deberíamos aprovecharlo para estar con Dios, sepultar nuestra falta de tiempo y nuestra
falta de entendimiento, debemos cuidar nuestra relación con Dios y no quedarnos dormidos.

ORACIÓN: Señor que no nos quedemos en la experiencia del sepulcro, que como comunidad parroquial,
y como proceso de Matrimonios y equipo de Es.Pe.Re., salgamos al encuentro de nuestros hermanos; que
seamos, con nuestras actitudes de misericordia, signo de resurrección y nos reconozcamos hijos e hijas de
Dios construyendo comunidad. Amén

GUÍA: Padre nuestro y Ave María.


DÉCIMA QUINTA ESTACIÓN

JESÚS RESUCITA
(Resucita la esperanza que construye comunidad)
*Esta estación es opcional ya que estamos celebrando el viernes santo

GUÍA: Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos.

TODOS/AS: Que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi pecador/a. Amén.

LECTOR/A: Evangelio Juan 28, 1-10

Pasado el sábado, al aclarar el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a
visitar el sepulcro. De repente se produjo un violento temblor: el Ángel del Señor bajó del cielo, se dirigió
al sepulcro, hizo rodar la piedra de la entrada y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el relámpago y
sus ropas blancas como la nieve. Al ver al Ángel, los guardias temblaron de miedo y se quedaron como
muertos. El Ángel dijo a las mujeres: «Ustedes no tienen por qué temer. Yo sé que buscan a Jesús, que
fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, tal como lo había anunciado. Vengan a ver el lugar
donde lo habían puesto, pero vuelvan en seguida y digan a sus discípulos: Ha resucitado de entre los
muertos y ya se les adelanta camino a Galilea. Allí lo verán ustedes. Con esto ya se lo dije todo.» Ellas
se fueron al instante del sepulcro, con temor, pero con una alegría inmensa a la vez, y corrieron a llevar
la noticia a los discípulos. En eso Jesús le salió al encuentro en el camino y les dijo: «Paz a ustedes.» Las
mujeres se acercaron, se abrazaron a sus pies y lo adoraron. Jesús les dijo en seguida: «No tengan miedo.
Vayan ahora y digan a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allí me verán.» Palabra de Dios

TODOS/AS: Gloria a ti Señor, Jesús.

REFLEXIÓN: Muchos en esta Pandemia se han alejado de la Iglesia, así como los discípulos se han
encerrado en casa y lo peor del caso han cerrado también el corazón, han permitido que el miedo se
apodere de ellos y han muerto con sus difuntos. Pero el ángel del Señor mueve la piedra que bloquea
nuestro corazón y nos dice que el Señor Jesús ha resucitado y nos espera en Galilea en donde todo empezó;
Jesús nos llama a regresar a ese momento en donde nos pidió que lo siguiéramos, que recordemos cuando
nos enamoramos del proyecto del Reino y que no nos dejemos infectar por el virus del miedo, de la
indiferencia, o de la desesperanza. ¿Qué compromiso nos pedirá́ Jesús en estos tiempos de Pandemia?

ORACIÓN: Señor vivimos tiempos en que el temor ataca nuestra vida, detiene nuestras ilusiones, parece
que el camino por recorrer es largo aún. Aviva en nosotros la esperanza, permítenos resucitar contigo en
medio de esta realidad que vivimos. Como comunidad parroquial y como proceso de jóvenes de la
parroquia de San Judas Tadeo, te pedimos que nos ayudes a ser más solidarios unos con otros, que sepamos
ser signo de esperanza para el que sufre; tender una mano amiga con el más necesitado. Que sepamos salir
de nuestro miedo para resurgir a esa vida que tú nos ofreces. Te pedimos por todos los que se han alejado
por temor. Acrecienta nuestra fe en ti, que nuestro espíritu joven sea para todas y todos, una luz que ayude
a encontrarse contigo; abre nuestro corazón y nuestros oídos para hacer presente tu vida en medio de
nosotras y nosotros. Amén.

GUÍA: Padre Nuestro y Ave María.

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