Partiendo de la etimología de la palabra “Plagio” la encontramos en el latín “plagium” y a su figura
jurídica bajo el término de “plagio” que, en el Derecho Romano, no se entendía como un acto de usurpación ajena, sino que se conocía como el hecho de “plagiare”, es decir, la acción de una persona que secuestraba a un hombre libre; en términos educativos y jurídicos en la esfera de la información se interpreta el plagio como la toma de información ajena para presentarla a título propio, lo cual no es digno de un estudiante, ya que se debe tener principios y valores los cuales forjan un norte siendo la ruta de la excelencia, por lo tanto el plagio es una conducta la cual tipifica una conducta punible y otorga una condena.
Personalmente es un comportamiento que no es apropiado para un estudiante, ya que se debe
tener principios y valores los cuales son la base fundamenta de la formación; propendiendo por la formación integra del ser junto con el saber.