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Carlos Alvar

LA POESIA
TROVADORESCA
EN ESPAÑA
Y PORTUGAL

Editorial
i
t j * /Real Academia
1 l 3 . n C t 3 ,/ de Buenas Letras
LA POESIA TROVADORESCA
EN ESPAÑA Y PORTUGAL
C A R LO S ALVAR

La poesía trovadoresca
en España y Portugal

<QD

C U P S A ED IT O R IA L M A D R ID
planeta/real academia de buenas letras

LITERATU RAS R O M A N IC A S

Dirección: M A R T ÍN DE RIG U ER
y A N T O N IO PRIETO

(6) C a ilo s Alvar, 19?7


C u o sa Editorial. Cristóbal Bordiu, 35, 2-" (207). M adnd-3
Cubierta; H ans Romberg. Montaje; Jordi R oyo •
IS B N ; 84-3SÜ-0Q27-9
Depósito l«oai- M. 11-334-1977
Im preso en Esp aña .
C om posición: Fotocofnpofset, S. L.-Bufdeos, 2, L• 5,-M ósloles (M adrid)
Estam pación: Hijos de E. Mínuesa. S- L.-Ronda de Toledo. ?4.-Madrid-5
SUMARIO

Preliminar de M artin de Riquer 9

IN T R O D U C C IO N 17

i. Castilla y León. A lfo n so VII 27

II. Castilla. Sanch o III 45

III. Navarra. García V y Sancho VI 49

IV. León. Fernando II y A lfo n so IX 63

V. 75
Castilla. Alfo n

VI, O tros personajes 135

VII. Castilla y León. Fernando III 165

Vill. Castilla y León. A lfo n so X 181

IX. Los su c e so re s de A lfo n so X. La Nobleza 259

X. Navarra. Sancho VII y la C a sa de Cham paña 277

Epílogo 287
P R E L IM IN A R
Se inicia con este libro la publicación de una serie
de estudios monográficos sobre temas literarios me­
dievales que han sido preparados y redactados en los
seminarios de la Real Academia de Buenas Letras de
Barcelona, institución dieciochesca en la que se en­
cuentran instalados los Departamentos dedicados a
Literaturas Románicas de la Universidad de Barcelo­
na y de la Universidad Autónoma de Barcelona. Des­
de hace seis años se cursan en la Academia asigna­
turas del llamado tercer ciclo universitario, y jóvenes
licenciados preparan y redactan sus tesis doctorales,
que ya constituyen un conjunto que, por su calidad,
novedad y metodología, conviene publicar.
La cordial invitación del profesor don Antonio
Prieto hace posible que se emprenda la publicación
de varias de estas tesis doctorales en coedición com­
partida por la empresa editorial CUPSA y la Real
Academia de Buenas Letras de Barcelona.
La tesis de Carlos Alvar, que fue defendida el
28 de mayo de 1976, ofrece un doble interés para
el medievalista. Por un lado ahonda en el estudio
de uno de los aspectos fundamentales y más peculia­
res de la poesía provenzal trovadoresca de los si­
glos x i i y x i i i : la inmediata actualidad y eficacia del
sirven tés, género poético destinado en una de sus
12 Preliminar

principales modalidades a transmitir la ideología de


un reino, facción o señorío, muchas veces en pugna
con otros, o a recoger la opinión de un grupo social,
sea minoritario, sea mayoritario. Al concretarse el
estudio de este aspecto del sirventés a Jos reinos de
Castilla, León, Navarra y Portugal, el provenzalista
o sea el filólogo interesado en todos los aspectos de
la lírica en lengua de los países de oc, hallará aquí
los imprescindibles datos y asideros para entender
aspectos de los sirventeses que afectan a estos rei­
nos españoles, desde lo que podríamos llamar la vi­
sión política de un rey o su actitud ante los proble­
mas militares de la reconquista, hasta la insignifi­
cante, pero significativa, anécdota cortesana o de
ambiente. Como sea que desde los memorables es­
tudios de Milá y Fontanals este punto de vista ya
ha sido desarrollado con cierta atención en lo que
se refiere al condado de Barcelona y reinos de Ara­
gón. Mallorca y Valencia, se consideró que era pri­
mordial estudiar el terreno menos trabajado — Cas­
tilla, León. Navarra y Portugal— y dejar para más
adelante una nueva revisión de los datos referentes
a los estados del oriente hispánico.
Interesa también el presente libro de Carlos Al­
var al historiador de la Edad Media española. Acos­
tumbrado, por lo general, a trabajar con datos pro­
cedentes de documentos de archivo y de relatos de
cronistas en latín y en romance, el historiador me-
dievalista, salvo honrosas excepciones, suele no re­
parar o no dar valor al dato que le ofrece la poesía.
Es evidente que el simple hojeo de este libro hará
comprender que en los versos de los trovadores pro-
venzales hay un número considerable de referencias
a hechos y personajes españoles de los siglos xn y
Preliminar 13

x iii. Es cierto que entre estas referencias no faltan


la exageración de los hechos, la interpretación par­
tidista de los acontecimientos, ia aceptación del ru­
mor a veces infundado o la clara calumnia. Ello no
debe repugnar al historiador, al contrario, pues se
trata de un precioso eco de lo que opinaban determi­
nados grupos o ambientes ante sucesos que sensibi­
lizaban la opinión. Se ha dicho muchas veces, y ello
es bien cierto, que ei sirventés provenzal divulgado
por el canto de los juglares es un claro antecedente
del periodismo de los tiempos modernos.
Libro, pues, redactado desde una vertiente filoló­
gica pero con constante atención al dato de la his­
toria política, militar y social, será sin duda de gran
utilidad para el historiador, pero también para el
que se dedica al estudio de la literatura y de la cul­
tura en general en una gran extensión de los reinos
españoles medievales.

M a r t ín de R iq u e r
LA POESIA TROVADORESCA EN
ESPAÑA Y PORTUGAL
INTRODUCCION

1. La p oesía lírica producida por los trovadores se


extendió por los reinos cristianos de España, en los
que fue am pliam ente conocida y donde dejó un ras­
tro literario evidente.
E stas afirm aciones que podrían parecer exagera­
das, no ofrecen lugar a dudas desde la aparición
del libro de Milá Fontanals, De los trovadores en
España; sin em bargo, creem os n ecesario revisar
—m ás ,de 100 años después— las contribuciones del
erudito catalán para establecer con- m ayor seguridad
la presencia de los trovadores en los reinos que
estudiam os. ,
A este prim er punto hay que añadirle otro, des­
prendido de la principal característica del sirventés
provenzal: su intención política y su validez com o
dato histórico.
E fectivam ente, en varias ocasion es se había se­
ñalado el «sentido p olítico del sirventés provenzal»:
esta apreciación culm inaría de m anera im portante
en e l libro de De Bartholom aeis, Poesie provenzali
storiche relative all'ítalia. Más tarde, Jeanroy, Frank,
Adler, Riquer, etc., volvieron a ocuparse de este as­
pecto, pero siem pre de distinta form a a la postula­
da por Milá y, en m uchos casos, reduciendo la cu es­
tión a la obra de un solo trovador o a la considera­
ción de un hecho histórico. '
Quedan así estab lecidas las coordenadas de nues­
tro trabajo: en prim er lugar, intentarem os señalar
y ju stificar la presencia de los trovadores en
las cortes peninsulares. Por otra parte, siem pre
que podam os, indicarem os la in ten ción política de
las obras analizadas y el valor de aportación o acer­
cam iento de un su ceso histórico español.
18 Carlos Alvar

2. Pero antes de continuar, debem os dejar claros


ios lim ites de nuestro trabajo. Por lo que respecta
a los m árgenes cronológicos, señalarem os que serán
objeto de estudio todos aquellos trovadores o com ­
posiciones que hayan recibido núm ero en los reper­
torios bibliográficos de B artsch, Pille t-Carstens y
Frank: son los lím ites que suelen establecer los pro-
venzalistas cuando realizan un trabajo de carácter
general, com o es el nuestro. Quedan excluidos, por
lo tanto, los trovadores de la escu ela de Tolosa y
los posteriores al siglo x m : en principio nos lim ita­
m os, p ues, a ia producción surgida entre los años
1100 y 1300.
En cuanto al tem a, es necesario observar que va­
m os a circunscribirlo a las cortes de Navarra, Cas­
tilla, León y Portugal por m otivos diversos: en pri­
m er lugar, la Corona de Aragón plantea problem as
de índole totalm ente distinta por sus m ayores rela­
ciones con las cortes del sur de las Galias. Por otra
parte, al-Andalus apenas se puede docum entar en la
poesía trovadoresca: las escasas alusiones que se
hallan su elen estar relaciónadas con los reyes cas­
tellanos, por lo cual consideram os poco relevante
estudiar este aspecto; m ás luz podría arrojarnos el
análisis de las citas de los d istintos pueblos m usul­
m anes, pero las con fu sion es en este sen tido son nu­
m erosísim as, llegando al extrem o de considerar de
una m ism a raza a los turcos y a los andalusíes.
Debe quedar bien claro que la finalidad de nues­
tro trabajo no es hacer un estudio filológico, sino
un estud io de tipo histórico y que por este m otivo
he excluido aquellas com p osiciones —com o el des-
cort plurilingüe de R aim baut de Vaqueiras— que
ofrecían un interés m eram ente lingüístico.
E ste trabajo consistirá, com o ya hem os dicho, en
identificar cada una de las referencias históricas de
nuestro cam po que encontrem os en la obra de los
trovadores y en establecer la cronología de las com ­
p osicion es que contengan dichas referencias. E ste
m étodo podrá abrirnos las puertas al conocim iento
de otros hechos: si encontram os una serie de poe­
Introducción 19

sías de un trovador dedicado a un rey determ inado


en unos lím ites cronológicos m uy con cretos, debe­
m os pensar — en un terreno h ip otético— que las re­
laciones de dicho trovador con el rey al que envía
sus p oesías son m ás estrechas que de costum bre
y esto n os puede indicar una posible visita a la corte.
Otras veces, docum entos históricos o el testim onio
de las Vidas nos atestiguan la vinculación del poeta
con un gran señor español. Enlazando estos resulta­
dos, siem pre con la m áxim a precaución, podrem os
llegar a form arnos una idea de las relaciones exis­
tentes entre los trovadores y los reinos peninsulares.
3.1 D esde que en 1861 se publicó por prim era vez
el libro de Milá y Fontanaís, D e los trovado res en
España, ya clásico en los estu d ios provenzales, ha
transcurrido m ás de un siglo, durante el cual la
bibliografía ha aum entado de m anera considerable.
Sin em bargo, la obra de Milá sigue conservando toda
su vigencia y es fuente inagotable de m últiples su­
gerencias. R ecordem os que el erudito catalán divi­
dió su libro en cuatro capítulos:
I. De la lengua y poesía provenzales.
II. Trovadores provenzales en España.
III. Trovadores españoles en lengua provenzal.
IV. Influencia provenzal en España.
Para nuestro estud io nos interesa especialm ente
el capítulo II, en el que en poco m ás de cien páginas
se ocupa de la relación de los trovadores con los
reyes de C astilla, León y Navarra.
Los textos que utilizó Milá han quedado anticua­
dos; nuevas ediciones, de gran rigor en su m ayoría,
han venido a ocupar el lugar de las antologías de Ray-
nouard y de Mahn; estu d ios acertadísim os han he­
cho que se m odifiquen ciertos criterios (cronología,
identificacion es, atribu ción ...) y el descubrim iento
de nuevos m anuscritos han p uesto a nuestro alcan­
ce textos que Milá no pudo conocer. N o obstante,
hay que recurrir con frecuencia a esta obra.
3.2 En 1924 publicó Ram ón M enéndez Pidal la pri­
20 Carlos Alvar

m era edición de su Poesía juglaresca y juglares, que


representó para e l conocim iento de la juglaría espa­
ñola lo que en 1910 había representado el libro de
Faral para la francesa. Cuando se publicó el libro
de M enéndez Pidal de nuevo en 1957, pese a su nue­
va intitulación conservaba prácticam ente la m ism a
estructura que la edición de 1924, aunque había sido
engrosado con nuevos elem entos y testim on ios m ás
m odernos. El trabajo había sido dividido, igual que
el de Milá, en cuatro partes:
1. Los juglares en general.
2. N oticia general de los juglares en España.
3. Los juglares de p oesía narrativa.
4. Invención y tradición juglaresca.

El libro de M enéndez Pidal toca m arginalm ente


nuestro tem a; la segunda parte abarca unas cuaren­
ta páginas que, aunque sustanciosas, son dem asiado
breves para nu estro interés: e l enfoque difiere del
de M ilá y se centra de m anera muy especial en los
juglares com o transm isores de una cultura popular
y tradicional: en el fondo yace un problem a teórico,
que es la identificación, según M enéndez Pidal, de
los m esteres de clerecía y juglaría com o único m o­
vim iento p oético, con profundas raíces en e l pueblo.
E s ésta la idea que susten ta la Poesía juglaresca
y tal vez por eso m ism o, las individualidades, los
trovadores, quedan m arginados.
Poesía juglaresca es una obra fundam ental, que
no puede ser olvidada, ya que en la bibliografía
de este género escasean los títu los dedicados a Es­
paña.

3,3 Alfred Jeanroy se planteó prim ero en un ar­


tículo y m ás tarde en la Poésie lyrique des trouba-
dours, las relaciones de los trovadores con las cortes
de España. En algo m enos de cincuenta páginas
pasa revista a todos los reinos: sigue los resultados
de las in vestigacion es de Milá y de M enéndez Pidal
y añade, adem ás, testim onios recogidos de otras
obras, principalm ente de Carolina M íchaélis de Vas-
Introducción 21

c o n c e llo s 1, de B e r to n i2, Rodrigues L a p a 3 y de An-


glade 4.

El trabajo de Jeanroy es muy superficial debido


a su m ism a brevedad: frente a Milá, no recoge nin­
gún texto en provenzal, aunque toda la teoría se
halla hilvanada con traducciones de versos trovado­
rescos, Jeanroy ha hecho un acopio de nom bres y
de adjetivos calificativos, que resultan m uy útiles
com o resum en de la situación, siem pre que los uti­
licem os con cierto cuidado.

3.4 En un breve artículo, Les tro u b ado u rs proven-


gaux en Biscaye 5, recoge Joseph Anglade todas las
alusiones que hacen referencia a Vizcaya, fijándose
de m anera especial en don Diego López de H aro y
en sus d escendientes. E ste artículo no representa
una aportación definitiva al con ocim ien to de la rea­
lidad cultural española de la Edad Media.

3.5 En 1931 aparecía en la colección «Fonti per la


storia de Italia» la obra de V icenzo De Bartholo-
m aeis, Poesie provenzali storiche relative a ll'lta lia 6,
dedicada a las poesías provenzales de asunto h istó­
rico: esto s dos volúm enes abrieron un nuevo cam i­
no a las in vestigacion es ya que ofrecían un abun­
dante caudal de textos frecuentem en te ignorados
por los estu d iosos de la H istoria.

1. C a r o l i n a M i c h a e l i s d e V a s c o n c e l lo s , «Geschichte d er
portugiesischen L iteratura, en el G rundriss der rom anischen
Philofogie, II, S trasb u rg o . 1897, 2.a p arte, pp. 129-203; y Can-
cioneiro de A juda, tom o II, H alle, 1904,
2. B e r t o n i , «Alfonso X di C astiglia et il provenzalism o
delta p rim a lirica portoghese» (en A rchivum R om anicum ,
V II, 1923, pp. 171-175).
3. R odrigues L apa, Das origens da poesía lirica em Por­
tugal na Idade Media, Lisboa, 1929.
4. A nglade, Les troubadours p ro v e n fa u x en Biscaye;
vid. n o ta siguiente.
5. R evista de Filología Española, XV, 1928, pp. 343-353. Viz­
caya está to m ad o en el sen tid o m edieval de 'pro v in cias vas­
co n g ad as’. '
6. De B a rth o lo m a e is , Poesie provenzali storiche, Rom a,
1931.
22 Carlos Alvar

El trabajo de De Bartholom aeis nos afecta de m a­


nera m uy m arginal, pero es im prescindible para
com prender o am pliar los conocim ien tos de la p olí­
tica italiana de Castilla bajo el reinado de A lfonso X.
Por otra parte, seguirem os el criterio de este inves­
tigador al reunir la antología: evitarem os, siem pre
que sea posible, transcribir los poem as com pletos,
lim itándonos a copiar la estrofa donde esté incluida
la alusión que nos ocupe.

3.6 Algunos años m ás tarde, en 1949, publicó István


Frank un opúsculo de apenas veinte páginas acerca
de los trovadores y P o rtu g a l7. La escasez de m ate­
rial sobre el tem a quedaba paliada gracias a los
profundos conocim ientos de este investigador. El en­
foque del trabajo era em inentem ente histórico, pero
no olvidaba los problem as filológicos.
Será m uy poco lo que podrem os añadir a este ar­
tículo, que se puede considerar exhaustivo.

3.7 En 1969, G iuseppe Tavani publicó un libro so­


bre La poesía del Duecento nella Penisola I b é r i c a s;
esta obra dedicada casi con exclusividad al proble­
m a de la lírica gallego-portuguesa, incluye un prim er
capítulo relativo ai ám bito cultural y lingüístico en
el que se desarrolló la lírica peninsular. Piensa Ta­
vani que el D uecento es el m om ento m ás im portante
para com prender el nacim iento de esta nueva poe­
sía lírica. El resto de la obra está dedicado a los
problem as de la tradición m anuscrita y a cuestiones
de crítica textual que, en principio, no nos afectan
ahora.

3.8 U nos años m ás tarde, en 1973, se publicó la


tesis de Jean-Marie d'Heur dedicada a los trovadores
y a los poetas gallego-portugueses 9. El planteam ien-

7. Frank, I., Les troubadours et le Portugal, Lisboa, 1949.


8. T avani, G ., Poesía del D uecento nella Penisola Ibérica,
Rom a, 1969,
9. H e u r , J.-M. d', Troubadours d'oc e t troubadours gali-
ciens-portugais, París, 1973.
Introducción 23

to de este trabajo es m arcadam ente filológico y si­


gue de cerca la obra de Tavani: el autor reconstru­
ye, a veces arriesgadam ente, aquellos textos que
pueden ofrecer interés para el conocim ien to de las
relaciones entre estas dos líricas; para ello, analiza
lás dos p osib les vertientes: poetas p ortugueses que
escribieron en provenzal y trovadores provenzales
que escribieron en gallego-portugués. De cualquier
form a, los testim on ios son m uy escasos, llegando a
una docena de com posiciones. A' pesar de todo, tras
ju stifica r la ausencia trovadoresca de la corte de
Portugal, llega a la conclusión de que tanto los
gallegos-portugueses com o los provenzales se con o­
cieron y m antuvieron relación literaria en la corte
castellan a y de m anera m uy particular, bajo los rei­
nados de A lfonso VIII y de Alfonso X.

4. Ya d esde ép oca tem prana, el provenzal pasó a


ser la lengua de una parte de los dom inios de Al­
fonso II (desde 1166). Los problem as que planteó
Provenza al m onarca aragonés fueron resueltos de
m anera hábil al com poner sirven teses en la lengua
de sus nuevos vasallos, al acoger a los trovadores
provenzales y al incitar a los nobles de la corte a
im itar la lírica de Provenza.
En Cataluña, a partir de este m om ento, em piezan
a surgir nuevos trovadores llegando a sum ar una
veintena, con un total superior a 197 com posiciones.
Algunos de estos nuevos trovadores fueron tan im ­
portantes com o G uillem de B erguedá, G uillem de
Cabestany, Ram ón Vidal de B esalú, Cerverí de Gi-
rona o Am anieu de Sescars. N o debe extrañar, pues,
que pervivieran en Cataluña el espíritu, el estilo, las
estructuras, la lengu a... durante todo el siglo x iv y
parte del xv, siendo el provenzal para ello s la len­
gua de la poesía y el catalán la de la prosa. E sto
nos m uestra que la lírica trovadoresca había enrai­
zado profundam ente en el nordeste de la Península.
Por otra parte, hay ediciones de casi todos los
trovadores catalanes, en las que se estu d ia — entre
otros asp ectos— su vinculación al reino aragonés;
24 Carlos Alvar

adem ás, los trabajos dedicados a m otivos concretos


en este sentido son, tam bién, abundantes: para una
visión de conjunto son útiles los libros reseñados
anteriorm ente, a los que hay que añadir el acertado
estudio histórico-literario que realiza R iquer en su
H istoria de la literatura c a ta la n a 10, en el que lleva
a cabo el análisis de las cu estion es relativas a los
trovadores y la Corona de Aragón.
Por todos esto s m otivos es aconsejable no incluir
el estu dio de Aragón y Cataluña en nuestro trabajo.
Los factores históricos que determ inan la evolución
son muy distin tos de los de los dem ás reinos penin­
sulares. Los resultados tam poco podían ser los m is­
m os...

5. El m étodo que hem os seguido para realizar este


trabajo ha sido el de establecer, en prim er lugar, la
fecha de las com posiciones y, así, ordenarlas crono­
lógicam ente. E sto explica que la obra de un trova­
dor se encuentre disem inada por varias páginas
—distantes entre sí—, pero creíam os que sería más
ú til esta form a al tratarse de un libro con aplicación
histórica; no obstante, hem os considerado necesario
recoger toda la obra de cualquier trovador dedicada
al tem a de nu estro estudio: es el fin que hem os
buscado con el Apéndice.
Dentro del estudio, las com p osicion es han sido
agrupadas en torno a los d istin to s reinos: Castilla,
León, Navarra, Portugal.
El Apéndice consta de tres partes: biografía, tex­
tos y traducciones.
La biografía es generalm ente b astante superficial:
la hem os incluido para dar idea —aunque sólo sea
vaga— al profano, acerca de los factores que pudie­
ron condicionar la creación poética de cada tro­
vador.
Los textos siguen, norm alm ente, la edición de m ás '
solvencia; a veces m odificam os algunos elem entos

10. R iq u e r , M. de, H istoria de la L iteratura catalana, I.


pp. 21-196, B arcelona. 1964.
Introducción 25

form ales (com o el u so de m ayúsculas), para poder


seguir un criterio uniform e. Junto a cada com posi­
ción señalam os su lugar de procedencia y el núm ero
que le corresponde en el repertorio b ibliográfico de
Pillet-Carstens ( Bibliographie d e r T roubadours).
La selección de los textos la hem os hecho según
el criterio de De Bartholom aeis: sólo hem os recogi­
do los fragm entos que nos interesan y, en pocos
casos, h em os dado cabida a las com p osicion es com ­
pletas.
Las traducciones no son de calidad literaria, pues
las concebim os —sólo— com o ayuda en la lectura
de los textos originales.
Al final de la obra hem os incluido un índice ono­
m ástico de los nom bres citados en el estudio: he­
m os preferido no sobrecargarlos con los nom bres
de las co n clu sion es de cada capítulo y de la intro­
ducción y epílogo.
I

CASTILLA Y LEON. ALFONSO VII

1.1 Los testim on ios literarios m ás antiguos que po­


seem os sobre las relaciones de un trovador proven­
zal con las cortes del occidente peninsular son de
M arcabrú (... 1130-1149...), que de origen pobre co­
m enzó su carrera com o juglar, con el nom bre de
P anperdut; este trovador visitó las cortes del sur
de Francia y casi todas las de España, atraído, es­
pecialm ente, por el esplendor de! séqu ito de Alfon­
so VIL Pero a pesar de haber ascendido de rango
social, Marcabrú parece que guardó cierto resen ti­
m iento que aflora en algunas de sus com posiciones
a través de un lenguaje crudo, irónico y hasta m al­
sonante '.
1.1.1 En una c o m p o sic ió n 2, M arcabrú se queja de
la pérdida de las virtudes caballerescas, aunque con­
fía que sus protectores las restablezcan en el lugar
que les corresponde. Entre e sto s protectores figura
A lfonso VII: ,
S'aquest N'Anfos Eai contenensa dura
ni envas mi fai semblan de fraitura,
lai vas León en sai un de bon aire
franc de razón, cortes e Jare donaire3.
1, Cfr. R i q u e r , L o s tro v a d o re s, IV, p p . 170-177. Vid. t a m ­
b ié n M e n é n d e z P idal , P oesía juglaresca, p p . 106-108.
2. A u ja tz de chan com enans'e meillitra (293,9); R io u e r ,
Los trovadores , V , 18, p p , 196 y ss .
'3. Auja lz de chan (293,9), edic. Roncaglia, e str. V III, vv.
29-32 (CN, X V III, 1957, pp. 4-6); la com posición se halla tam ­
bién en R iq u e r , L os tro v a d o re s, IV, 18, e str. V III, vv. 29-32,
28 Carlos Alvar

[Si este Alfonso adopta actitud dura y da la impresión


de fallarme, sé, allá hacia León, de otro de buen lina­
je, libre en su juicio, cortés y generosamente liberal.]

1.1.2 Más adelante, en la m ism a com p osición, vuel­


ve a m ostrarnos su esperanza en el rey leonés:

De malvestat los gart Sanct’Escriptura,


que no lur fassa cafloquet ni peintura;
sel qu'es e fon regom rex e salvaire
la sospeison del rei N ’Anfos m'esclaire 4.
[Guárdelos la Santa Escritura de maldad, para que
ésta no lo s ...5; el que es y fue rex regttm y salvador me
ilumine la esperanza que tengo en el rey don Alfonso.]
1.1.2.1 El prim er intento para fechar esta poesía
fue el de P. Meyer; D ejea n n es, siguiendo al ilustre
rom anista, la sitúa antes de 1135, pues com o Mar-
cabrú cita en el verso 36 al reí N ’Anfos, el erudito
francés piensa que A lfonso VII aún no era Em pera­
dor; el argum ento es débil, pero la datación coincide
con la de otros estud iosos. B o isso n n a d e 7 se acerca
m ás, señala que debe ser de la segunda m itad de
1133, por la injuria al em perador Lotario II, rey de
Germania. Por últim o, R o n ca g lia 8 se inclina a si­
tuarla entre el verano de 1133 y el otoñ o de 1134,
aunque con preferencia por la segunda fecha.
A ceptando la datación propuesta por B oissonnade
— sin olvidar las puntualizaciones de Roncaglia— po­
dem os intentar una explicación histórica de esta
cita: en 1133, precisam ente, lleva a cabo A lfonso VII
su prim era cam paña contra los m usulm anes, después
de haber asegurado la frontera aragonesa y de haber

p. 198. Seguim os la traducción de R iquer. El p rim e r Alfonso


al que alude es Alfonso Jo rd án de Tolosa.
4. Auj&tz de chan, edic. Roncaglia, e str. IX, vv. 33-36;
R i q u e r , L os tro v a d o re s , IV, 18, e str. IX, vv. 33-36, p. 198. Se­
guim os la traducción de R iquer.
5. C afloquet es un happax, cuyo significado no está claro.
6. DEJEANNE, M arcabrá, p , 222.
7. Cfr. B oissonnade , L ’histoire, p . 215. .
8. R oncaglia , A u ja tz de chan, p. 29. '
Castilla y Lodn. Alfonso VII 29

apaciguado la reb elión de los n ob les. E n e s ta prim e­


ra incursión, le ayudaban Zafadola y los m ozárabes,
descon ten to s por la intransigencia de los alm orávi­
des. Gracias a este apoyo, llega hasta Jerez, tras sa­
quear los alrededores de Córdoba y Sevilla. El botín
d e esta cam paña fue abundantísim o. A e ste hecho
—prim er paso hacia la generosidad— hay que aña­
dir el p restigio que había adquirido la figura de Al­
fo n so VII en otras acciones m ilitares (con tra los
nobles leon eses o contra Alfonso I el B atallador),
Hay que señalar —por otra p arte— que esta prim e­
ra alusión trovadoresca coin cid e con la m uerte del
rey A lfonso I de A ra g ó n 9.

1.1.2.2 Sin em bargo, parece evid en te, por el m ism o


tono de la com posición , que M arcabrú escribió esta
poesía estan do fuera de la Península, probablem ente
en T olosa. Pocos años posterior parece el testim onio,
recogido por M enéndez Pidal, en el que

figura un juglar llamado Palla, tenido en tanta


consideración que, al lado de los condes, obispos
y ricos hombres, confirma el Fuero de los Fran­
cos de Toledo, otorgado en Burgos a 24 de abril
de 1136; en este diploma, en la cuarta columna de
confirmantes, aparece el último de todos: Fullea
juglar, confirm at10.

Según M enéndez Pidal, Palla era burgués com pos-


telano que ejercía en la corte de A lfonso V II «una
p rim itiva p o esía gallega» i 1,

1.2 Más dudosa parece la iden tificación del N ’Anfos


que encontram os en el planh dedicado por Cercam on

9. Cfr. Chronica A defonsi Im peratoria, §§ 33 y ss. La m u e r­


te del rey aragonés se p ro d u jo en 1134.
10. R. M enéndez P idal, Poesía juglaresca, p. 104.
11. R. M e n ín d e z P idal, Poesía juglaresca, p. 105; —Catorce
años antes aparece en Zaragoza «Poncius, iocularis regis»
(1122) y «don B run, iu c la r » (post. 1137) (citados p o r A lvar ,
E stu d io s sobre dialecto aragonés, § 98).
30 Carlos Alvar

a la m uerte de G uillerm o X de Aquitania, hijo


del prim er tro v a d o r12:

Gaseo cortes, nominatiu,


perdut avez lo segnoriu,
fer vos deu esser et esqiu,
don Jovenz se clama chaitiu,
qar un non troba on s'aiziu,
mas qan N’Anfos, qu’a joi conquis13.

[Corteses y famosos gascones: habéis perdido al se­


ñor y ello os ha de ser duro y áspero. De aquí que
Juventud se juzgue desgraciada, pues no encuentra a
quien acogerse, si no es a don Alfonso, que ha con­
quistado gozo.]

1.2.1 R ecordem os que G uillerm o X fue en peregri­


nación a Santiago de C om postela para expiar su com ­
portam iento en N orm andía en 1136; el duque de
Aquitania m urió el 9 de abril de 1137 ante el altar
de S a n tia g o 14:

- Lo plainz es de bona razo


qe Cercamonz tramet N'Eblo.
Ai! com lo plaigno li gaseo,
cil d'Espaign'e cil d'Arago.
Sant Jacnrie, membre us del baro
que denant vos jai pelegris 15.

[El lamento que Cercamón envía a Ebles es de noble


materia, ¡Ay!, ¡cuánta lo lloran los gascones, los de
España y los de Aragón! Santiago: acordaos del barón
que, como peregrino, yace ante vos.]

1.2.2 La referencia a N'Anfos es dem asiado vaga


com o para que intentem os una id entificación preci­

12. L o plaing com en z iradam en (112, 2a), te x to y t r a d u c ­


c ió n s e g ú n R iq u e r , Los trovadores, V , 27, p p . 233-235.
13. Lo plaing com enz, R iq u er , Los trovadores, V, 27, estr.
VI, vv. 31-36, p . 234,
14. VAzquez de PARGA, Las peregrinaciones, vol. I, pp. 60-61.
15. C erca m o n, Lo plaing com enz, edic. R iouer, Los trova­
dores, V, 27, estr. IX , vv. 49-54, p. 235. La traducción es
tam bién de R iquer.
Castilla y León. Alfonso VII 31

sa, especialm ente si pensam os que pudiera tratarse


tam bién de A lfonso Jordán de Tolosa, N o sabem os
nada m ás de Cercamón: los otros datos que p osee­
m os acerca de este trovador — se ignora si fue m aes­
tro o d iscíp u lo de Marcabrú— no n os sirven para
establecer ninguna con clusión sobre sus relaciones
con las cortes peninsulares.

1.3 A la vez que Cercam ón llora la m uerte de Gui­


llerm o X en Santiago, M arcabrú saluda al joven con­
dado de Portugal y al reino de Castilla:
En CasteU'e vas Portegau
on anc no fo trames salutz
e Dieus íos sau!
E vas Barcelon’atretau;
puois lo peitavis m ’es faillitz
serai mai cum Artur perdutz1S.
[A Castilla y a Portugal, donde nunca fue enviado
ningún saludo, ¡Dios Los salve! y a Barcelona igualmen­
te; ahora que me ha fallado el peitavino, estoy perdi­
do para siempre, como Artús.]

1.3.1 E sta es la versión que nos ofrece la estrofa X


del m s. A. Sin em bargo, en otro grupo de m anuscri­
tos, en el IKN a, el texto difiere:
En Castell’et en Portegal
non trametrai autras salutz,
mas Dieus los sal!
et en Barselon’ atretal
E neis la valor son perdutz 17.
[A Castilla y a Portugal no enviaré otro saludo, pero
¡que Dios los salve! y a Barcelona igualmente... e in­
cluso el valor se ha perdido.]
1.3.2 Pensam os que no se trata de sim ples corrup­
ciones de escribas, sino que es, tal vez, una refun-

16. Al prim com ens (A), edic. D ejea n n e , M arcabrú, IV, pp.
13 y ss.; p a ra la versión A, vid. p. 16, vv. 55-60.
17. D ejea n n e , M arcabrú, IV, ¡K N a, p. 16.
18. C fr. Avalle, La letieratura m edievale, pp. 67 y ss.
3* Carlos Alvar

dícíón del m ism o trovador: podem os explicar el he­


cho de que haya una variante de este tipo ju stificán ­
dola por haber sido m odificada en dos m om entos
cronológicam ente no dem asiado cercanos 18.

1.3.3 B oisson nad e 19 cree que la poesía fue escrita


entre e l m es de junio y el m es de diciem bre de 1137,
pues es posterior a la m uerte del conde de Poitiers.
La versión de A debe considerarse com o anterior a
la de los otros m anuscritos y, adem ás, pertenece a
un m om ento en que el trovador buscaba tener bue­
nas relaciones con el reino leonés: podem os estable­
cer su fecha en torno a 1137, com o B oissonnade; no
debe extrañarnos que la com posición se sitú e en
época tan tem prana, pues el trovador estaba prepa­
rándose la visita a las cortes peninsulares. El grupo
IK N a es posterior; Marcabrú, desilusionado, abando­
na los reinos del occidente con actitud violenta: se­
ría entonces cuando retocó la antigua com posición.
A esta época pertenecería una nueva tornada de
IK N a , in existente en A, y las m odificaciones de la
estrofa X. D ebem os situar esta segunda redacción
después de 1145.

1.4 E ste saludo al reino de A lfonso V II parece que


tuvo éxito, pues pocos años m ás tarde -^ en 1140—
com pone Al son desvia t chantaire, p oesía en la que
M arcabrú se m anifiesta m uy al tanto de la política
castellana, m otivo que nos hace pensar que — tal
vez— se hallara en la corte: hasta 1133 — tras cinco
años de m atrim onio— no nació el prim er hijo de
A lfonso VII y de doña B erenguela. El infante fue
Sancho, el Deseado. En 1140, llegaron a un acuerdo
el rey castellano y su cuñado, el príncipe aragonés,
por el cual se repartían Navarra. García R am írez
— rey navarro— no tuvo m ás rem edio que recono­
cerse vasallo del Em perador (25 de octubre de 1140)
y, para «afianzar la am istad castellano-navarra, se
concertó el m atrim onio del prim ogénito de don Al-

19. B o is s o n n a d e , L 'h is to ire , p . 233.


20. Vid. GonzAlf.z, Alfonso V IH , p. 139.
Castilla y León. Alfonso VII 33

ío n so con doña Blanca, hija d el m onarca nava­


rro». 20. El m atrim onio no se consum ó h asta desp ués
del tratado de T udellén (1151)21.

1.4.1 Según R o n ca g lia 22, M arcabrú poetizó las en­


trevistas — en las que se concertó el m atrim on io de
los infan tes— en una canción difícil de explicar y que
el erudito italiano ha sabido desentrañar con sum a
perspicacia:
L’amors don ieu sui mostraire
nasquet en un gentil aire,
. e -l luocs on ill es creguda
es claus de rama branchuda
e de chaut e de gelada,
qu'estrains no l ’en puesca traire.
Desirat per desiraire
a nom q u rn vol amor traire23.
[El amor a que yo me refiero nació en un noble so­
lar, y el lugar donde creció está circundado de ramaje
frondoso, de calor y de heladas, para que el extraño
no pueda sacar nada de allí. Se llama «Deseado» por
«el deseoso» el que quiere sacar amor de allí.]

1.4.2 Según R oncaglia, la clave para la com prensión


de esto s versos se halla en el «luoc claus» (hortus
conclusus del Cantar de los Cantares), que hace refe­
rencia al reino de Navarra y en el «Desirat» de la
tornada, que es el senhal de Sancho «el Deseado»;
tal vez haya que ver una alusión a Blanca de Nava­
rra en la estrofa II de la canción:
Non puosc dompnas trobar gaire
que fcíawcíi'amistatz no-i vaire,
a presen o a saubuda .
n'aja vergoingna perduda,
si q u e ia meins afrontada
n’a laissat cazer un caire.

21. G o n z Al e z , A lfonso V III, p . 141.


22. R o n c a g lia , T r o b a r ctus, p p . 24-25.
23. Al son desvien chantaire, e d ic . d e D ejea n n e , Marcabrú,
V, e s t r . IX -X , vv. 49-56, p . 21. E l f r a g m e n to q u e r e p r o d u c im o s
34 Carlos Alvar

[No puedo encontrar mujer cuya amistad blanca no


altere y que teniéndolo en cuenta o a sabiendas no
haya perdido la vergüenza, de ta] manera que la menos
afrentada no haya dejado caer una piedra.]

Partiendo de esta base, interpreta R oncaglia el sen­


tido de estas estrofas, cuyo valor h abía escapado a
D ejea n n e2i.

1.4.3 Es de señalar en esta canción que no aparezca


ningún nom bre que nos sirva de ayuda. El conoci­
m iento detallado de los su cesos políticos ocurridos
alrededor de 1140 y las fechas de poem as posteriores
escritos — sin ninguna duda— en la corte de Alfon­
so VII, nos llevan a pensar que Marcabrú se encon­
traba —ya— ju nto al Em perador.

1.4.4.1 En este punto la cuestión, debem os recordar


la hip ótesis de M enéndez Pidal sobre la fecha del
P oem a de Mío Cid. Señala don Ramón que
«Al fin del cantar se encarece la gloria que alcanzó
el Cid después del segundo m atrim onio de sus hijas:
V e d q u a i o n d ra crege a l q u e en b u e n a ora ñ a fió ,
Q u a n d o se ñ o r a s so n s u s fija s d e N a v a rra e d e Ara-
_ Ig ó n ;
O y los re y e s d 'E s p a n a s o s p a r ie n te s son,
A io d o s a lc a n za o n d ra p o r el Que e n b u e n o ra
ñafió,
vv. 3722...

Bien veo — continúa-— que esto s versos se prestan


a diversas interpretaciones; pero las palabras Oy...
y A tod os..., parecen indicar que si no todos, al m e­
nos las principales fam ilias reinantes de España, ha­
bían em parentado ya con el Cid [ ...] D ebem os su­
poner que algún hecho de resonancia había contri­
buido a vulgarizar en Castilla, si no los porm enores

ha sido publicado por R iq u e r , L os tro v a d o re s, IV, pp. 171­


172. Seguim os el texto y la trad u cció n de R iquer.
24. Cír. D ejea n n e . Marcabrú, p. 218.
Castilla y León, Alfonso VII 35

genealógicos, al m enos la idea general de que las


fam ilias reales tenían sangre del Cid, E ste hecho
pudo m uy bien ser, com o W olf conjetura, las bodas
de B lanca de Navarra, biznieta del Cid, con San­
cho III el D eseado, hijo del Em perador Pero
yo notaré que aunque esta boda se celebró en 1151,
tuvo once años antes un m om ento de m ás resonan­
cia: cuando estan d o para darse una batalla entre el
E m perador y el rey navarro García Ram írez, nieto
del Cid, por la m ediación de parientes y obispos,
cesó la guerra celebrándose el desp osorio de los dos
niños Sancho y Blanca. E sto fue el año 1140»25.

1.4.4.2 B astan tes años más tarde, vuelve M enéndez


Pidal sobre el tem a, haciendo notar que el Poema
que ha llegado hasta nosotros es una refundición
del juglar de M edinaceli, que im pulsado por un he­
cho p olítico im portante (el desposorio de B lanca de
Navarra con Sancho III), participó «de la resonan­
cia cidiana que e sto s pacificadores esp on sales de­
bieron de tener, y que pensase en refundir el poem a
de Gormaz, sin duda m uy cantado en la vecina Me­
dinaceli; bien oportunos eran enton ces los versos
finales de la refundición, glorificando al Campeador:
H oy íos reyes de España sos parientes son; / a todos
alcanza ondra p o r el que en buena nagió» 2S.

1.4.4.3 Si la h ip ótesis de Menéndez Pidal fuese acer­


tada, no sería extraño que hubieran coincidido junto
a A lfonso VII el juglar de M edinaceli y Marcabrú.

1.5 N o cabe duda de que este trovador estaba en


la corte leonesa cuando escribió E m peraire, p e r mi
m e té is «cansó de crozada» considerada com o una de
las obras más perfectas de M arcabrú. En ella, alaba
el espíritu de castellanos, leon eses y portugueses,
siem pre dispu estos al com bate, m ientras que los no­
bles franceses prefieren la vida fácil y el buen com er

25, M en ín d e z P idal, Cantar de Mío Cid, p p . 21-22.


26. M enéndez P idal , En iorno al Poema del Cid, p p , 212-213.
36 Carlos Alvar

de la corte. D estaca —com o m odelo casi insupera­


ble— la figura del m onarca:
Emperaire, per mi mezeis,
sai, quan vostra proez’acreis,
no'm sui jes tarzatz del venir;
que jois vos pais, e pretz vos eréis,
e jovens vos ten baut e freis
que-us fai vostra valor techir27.
[Emperador, por mi propio impulso no he tardado en
venir aquí, pues sé que vuestra dignidad se acrecienta,
porque el gozo os nutre y el mérito os aumenta, y la
juventud, que hace crecer vuestro valor, os mantiene
alegre y lozano,]

1.5.1 La fecha d e este sirventés ha oscilado entre


unos m árgenes de diez años: B o isso n n a d e 28 piensa
que es de alrédedor de 1138; R on ca g lia 29 se inclina,
después de un profundo exam en histórico, a situarlo
entre 1140 y 1145; M enéndez P id a l30 señala com o
fecha válida «unos m eses antes» de agosto de 1143.
Lew ent y S u ch ier creen que es de 1146, com o Milá
y Meyer, pues se basan en considerarla preparación
a la cruzada que culm inaría con la tom a de Almería
(17 de octubre de 1147); D iez opina que es anterior
a 1149 — fecha de la caída de los alm orávides—
aunque adm ite la interpretación de Milá y propone
com o fecha m ás aceptable la de 1147.

1.5.2 Tanto la crítica com o los argum entos de Ron­


caglia nos parecen su ficien tem ente seguros: no en­
contram os obstáculo en adm itir com o fecha de ela­
boración de esta cansó de cromada la de 1140-1145,

1.6 Para entonces, Marcabrú llevaba ya algún tiem ­


po en la corte, sin haber obtenido la recom pensa
que deseaba; su desengaño se m anifiesta paulatina­
m ente: alaba al Em perador con cierto recato y, poco

27. Edic. Roncaglia, l due, p. 4, vv. 1-6,


28. B o isso n na d e , L'histoire, p. 231,
29. R oncaglia , I due, pp. 22-27, e s p e c ia lm e n te p, 27.
30. M e n é n d e z P id a l, Poesía juglaresca, p. 108, n. 1.
Castilla y León. Alfonso VII 37

seguro del éxito, envía la com p osición a la reina


doña B erenguela para que interceda por él;

Emperairiz, pregaz per mei,


qu'eu farai vostre prez richir 31.
[Emperatriz, rogad por mí y yo haré crecer vuestra
fama.] ■

1.6.1 R oncaglia piensa que esta com p osición se pue­


de fechar, tam bién, entre 1140 y 1145, inclinándose
— sobre todo— hacia la segunda m itad del lustro 32.

1.7 Tal vez sea ésta la últim a de las p oesías que


com puso n uestro trovador en la corte leonesa: las
com posiciones posteriores m uestran una actitud bien
d istin ta con resp ecto a A lfonso VIL

1.8 Por esta época, Alegret, trovador gascón del que


no se sabe nada, escrib ía una canción en la que elo­
gia al rey leonés:
Aqill son dinz e defor sec,
escás de fag e larc de ven,
e pagan home de nien,
qes aitals es lur costuma;
ez enujos, volpilz. e recrezentz,
q'entre mil un no:n vei ses qalqe dec,
mas lo senhor de cui es Occidentz.
Q’el non ha cors ges flac ni sec,
con an peí mon poestatz cen,
q'en lui s'apila e s’apen
Proessa, sivals ab pluma,
per tal vola sos pretz entre-ls valentz,
sobre trastotz, et aug o dir a qec
q' ell es le miells deis reis plus conoissentz 33.
[Esos están secos por dentro y fuera [son] avaros en
sus acciones y generosos en viento y pagan con nada,

31. E tnperaire, per vostre pretz. Edic. R oncaglia, I due,


vv. 29-30, p. 17.
32. R oncaglia , I due, p . 27.
33. Ara pareisson, edic. y trad u cció n de R io u e r , Los tro­
vadores, V Ir 28, estr. V-VI, vv. 29-35 y 36-42, pp. 239-240.
38 Carlos Alvar

que ésta es su costumbre, y son fastidiosos, cobardes y


apocados; entre mil no veo uno solo sin algún defecto,
excepto el señor a quien pertenece Occidente.
Él no tiene el corazón flaco ni seco, como tienen
cien soberanos que hay en el mundo, pues en él se
apoya y se reúne la gallardía; por lo menos su mérito
extiende las alas sobre todos los valientes, y a todos
oigo decir que es el mejor de los famosos reyes.]

1.8.1 Se sabe que Alegret alude en sus elogios a Al­


fonso VII porque Marcabrú responde a estos versos
recrim inándole por alabar al rey castellano-leonés 3i;
Alegretz, folls, en qual guiza
cujas far d’avol valen
ni de gonella carniza?35.
[Alegret, necio, ¿de qué modo quieres hacer valiente
de un malvado y camisa de un sayo?]

1.8.2 B o isso n n a d e 36 ya había fechado esta compo-


.sición de Marcabrú con posterioridad a 1138. Anali­
zando la actitud del trovador con respecto a Alfon­
so V II, debem os situar este vers alrededor de 1145,
cuando el trovador ya habría abandonado — sin du­
da— la corte de León.

1.9 El m ism o carácter agrio tiene la segunda redac­


ción de Al p rim comens, el sirventés de Marcabrú
al que antes aludim os, y que aparece en el grupo
de m anuscritos IKN a. Más arriba hem os estudiado
los problem as de esta doble redacción: el m s. A la
sitúa en los com ienzos de la actividad literaria del
trovador; este otro grupo, nos hace pensar en el ale­
jam iento de Marcabrú de la corte de A lfonso VII.

1.10 Por últim o, nos queda por , considerar el Vers

34. Es útil, p a ra el estu d io de este pequeño debate, la obra


de U. Molk, T robar clus, irobar leu, S lu d ien zur Dichtungs-
theorie der Trobadors, M unich, 1966, pp. 92 y ss,
35. M arcabrú, B el m ’es quan la rana chanta, edic. De-
jeanne, M arcabrú, XI, vv. 65-67, pp. 42 y ss.
36. Cfr. B o isso n na d e , L'histoire, p . 230.
Castilla y León. Alfonso VII 39

del L a v a d o r 37, fam osa cansó de crozada de M arca­


brú, que ha recibido m uy d istin tos tratam ientos a lo
largo de la historia de la crítica provenzalista. El
problem a m ás agudo, com o siem pre, ha sido el de
la fechación: Meyer, B oisson nad e y Ruggieri la si­
túan en 1137; Milá y Suchier piensan que es de 1146
ó 1147, m ientras que otros investigadores — Chaba-
neau, Pirot y R iquer— se inclinan a considerarla de
1149. La interpretación m ás acertada se halla en el
estu d io de P ir o t38: el erudito belga m antiene con
gran precisión la fecha propuesta por Chabaneau
para datar el Vers; después de criticar rigurosam ente
las teorías de Meyer, dem uestra las incoherencias y
dificultades que surgían de una datación dem asiado
tem prana; defiende Pirot que el m a rq u is es, sin duda,
Ram ón B erenguer ÍV, m arqués — desde 1149— de
Tortosa y de L érid a39. Por otra parte, id entifica al
conde de la ú ltim a estrofa — com o ya sugirió Cha­
baneau— con R am ón, príncipe de Antioquía y her­
m ano del conde de Poitou, m uerto el 27 de junio
de 1149 w . Pirot llega a la conclusión de que el Vers
del L avador fue com p u esto entre el 27 de junio de
1149 y el 24 de octubre del m ism o año, fecha en que
Lérida cae en m anos de Ramón Berenguer IV y los
T em p la rio s41. Cuando en esta cansó de crozada el
poeta habla del Em perador, no se refiere ya a Alfon­
so V II, com o explicó R u g g ierii2, sin o a D ios.

1.11 Casi diez años m ás tarde, hacia 1157, Peire d'Al-


vernha, seguidor de M arcabrú, llora la m uerte de
A lfonso VII:

37. Se conoce, tam bién , p o r su p rim e r verso, «Pax in no­


m ine Domini!»,
38. P ir o t , R echerches, pp. 145-157, y especialm ente pp.
150-157.
39. P i r o t , R echerches, pp. 154-155.
40. P ir o t , Recherches, p. 155.
41. P ir o t , Recherches, p. 156.
42. Cfr. R u g g ie r i , Chiose ínterp reta tive del «V ers del La­
vador*. en CN, X II, 1952, pp. 81-101.
40 Carlos Alvar

p e r ¡ 'e m p e r a d o r m e dol,
c 'a m o u ta s g en s fa i f r a itu r a :
ta is e n p lo r a q u e n 'a ia is 43.
[M e d u e le p o r e l e m p e r a d o r, q u e a ta n ta s g e n te s
h a c e fa lta ; [ p e r o ] h a y a lg u n o s d e lo s q u e llo ra n [s u
m u e r te ] q u e se a le g r a n d e ella.]

2.1 H asta aquí llegan las alusiones a Alfonso VII


en trovadores de producción co n serv a d a í4. Las tie­
rras y los dom inios del Em perador —com o ya hem os
visto— son citad os frecuentem ente por esto s trova­
dores; las alu siones a León y Castilla han sido se­
ñaladas m ás arriba, igual que las de Portugal; que­
darían, sin em bargo, un par de citas al joven reino
portugués, considerado por Marcabrú com o uno de
los lím ites m ás alejados de la cristiandad:
N o n v u e lh f a r p a r a u la lo n ja :
p re z a es la f r a n c h a c a u s a
e n o n t r o b a fin n i p a u z a
si n o -s m e t re c lu s 'o m o n ja ,
e p o s c h a s c u s la d e r a m a
e la s d e n z li f r a n h e b ris a ,
ié u n o n i tr u e b m a s p a re n
d e P o rto g a l t r o e n F r i z a 45.
[N o q u ie r o h a c e r u n d is c u rs o la rg o : la c a u s a fr a n c a
e s tá a p r e s a d a y n o e n c u e n tr a fin n i p a u s a a n o s e r q u e
se m e ta a r e c lu s a o a m o n ja , y, p u e s to d o s la a p a r ta n
y le ro m p e n los d ie n te s y se lo s p a r te n , yo n o le e n ­
c u e n tr o n in g ú n p a r ie n te d e sd e P o rtu g a l h a s ta F ris ia .]

2.2 N o term inan aquí las citas que de Portugal hace


Marcabrú; en Em peraire, p e r m i mezeis — adem ás
de elogiar a A lfonso VII y a sus vasallos— piensa en

43. B el m 'es quan la roza floris, edic. de Del Monte, Peire


d'Alvernha, X III, estr. II, vv. 12-14, p. 136. La traducción es
de R i o u e r , L os trovadores, X I, 45, p. 321.
44. Hem os descartado u n a com posición de M arcabrú, Per
t'aura freída, pues no hay d ato s p a ra p en sa r que el Á nfos
al qu e se alude en ella es el rey leonés; m ás bien podría
tra ta rse de Alfons Jo rd á n de Tolosa.
45. B el m 'es quan la rana, edic. D ejeanne, M arcabrú, XI,
estr. V, vv. 33-40, p. 44.
Castilla y León. Alfonso VII 41

un ataque a los alm orávides con el apoyo de fuerzas


del resto de la Península:
Ab la valor de Portegal
e del reí navar atretal,
ab sol que Barsalonaús vir
ves Toleta l/empenal,
segur poirem cridar «reial!»
e paiana gen desconfir46.
[Con el valor de Portugal, y también con el del rey
navarro, con tal que Barcelona se vuelva hacia la im­
perial Toledo, podremos gritar «¡Real!», y derrotar a
la gente pagana.]

2.2.1 E l rey navarro es García V R am írez, al que


aludirá bastantes años m ás tarde Bertrán de Born
en Puois lo gens te rm in is f l o r i t z 41■
\

2.3 Por últim o, hay que señalar que la prim era


m ención del nom bre de E spaña que p oseem os —en
la obra de los trovadores— pertenece a esta época
y se halla en el planh que hizo Cer cam ón a la m uer­
te de G uillerm o X:
Lo plainz es d e' bona razo
qe Cercamonz tramet N'Eblo.
Ai! com lo plaigno li gaseo,
cil d'Espaign’e cil d'Arago.
Sant Jacme, membre'us del baro
- que denant vos jai pélegris 48.
[El lamento que Cercamón envía a Ebles es de noble
materia. ¡Ay!, ¡cuánto lo lloran los gascones, los de Es­
paña y los de Aragón! Santiago: acordáos del barón
que, [como] peregrino, yace ante vos.]

2.3.1 C reem os que es necesario observar que «cil


d ’Espaign'e cil d ’Aragon» no con stitu ye un sintagm a
enum erativo, sin o explicativo — de «gaseo»— y ha­

46. E dic. R oncaglia, 1 due, estr, V III, v v. 43-48, p . 5.


47. C fr. infra, I I I , §§ 1.2 1.2.1 y 1,2.1.1.
48. La plaing com enz iradam en, edic. y trad u cció n de Ri-
o u e r , Los trovadores, V, 27, estr. IX , vv. 49-54, p . 235.
42 Carlos Alvar

bría que entender, por lo tanto, «los gascones de


España y de Aragón». Igualm ente creem os que no
estará de m ás aclarar que la presencia de gascones
en Aragón fue num erosa, especialm ente a partir de
1130 49. C oincide con esta observación el hecho de que
las tierras bajas del Alto Aragón se consideraban
«Espaigna», com o ha puesto de m an ifiesto Manuel
Alvar en u n reciente trabajo 50.

3.1 De acuerdo con lo que hem os expuesto hasta


aquí, p odem os extraer las siguientes conclusiones:
Son tres los trovadores que hacen alusiones a pun­
tos relacionados con el reinado de Alfonso VII (1126­
1157):
a) Cercam on, trovador notable, que estuvo rela­
cionado con M arcabrú, al que im ita varias veces. En
su planh a la m uerte de Guillerm o X de Aquita­
nia (U 37), cita a España y a Santiago de Com postela
com o centro de peregrinación.
b) Alegret alaba a Alfonso VII en una de sus dos
com posicion es conservadas. Marcabrú le contestó
censurándole sus elogios,
c) Es, sin ninguna duda, Marcabrú el trovador
de esta época m ás relacionado con A lfonso V II, cuya
corte visitó: em pieza a interesarse por León alrede­
dor de 1133, pero no debió visitar la corte hasta unos
siete años m ás tarde. La estancia de este trovador
en el reino castellano-leonés se lim ita, así, entre 1140
— fecha de la prim era p oesía que podem os considerar
escrita en Castilla— y 1145 fecha en que ya se puede
estim ar alejado de los dom inios de A lfonso VIL

3.2 S e puede afirm ar que tal vez conociera el reino


de Navarra con ocasión de los acuerdos que culm ina­
rían con el m atrim onio de Sancho el D eseado y Blan­
ca de Navarra,

49 Cfr. M. A lvar , E slu d io s sobre et dialecto aragonés, 1


M adrid, CSIC, 1973, §§ 97-106.
50. Cfr. M. A lvar, Teoría lingüística de las regiones, pp.
15-27.
Castilla y León. Alfonso VII 43

3,3 H acia 1145 abandona Marcabrú la corte de Al­


fonso VII; se dirigió, sin duda, a Cataluña, donde
R am ón B erenguer IV se preparaba para un nuevo
encuentro con los alm orávides (1148-1149) y es por
e sto s años cuando conoce al señor de Cabrera y
cuando escrib e el Vers del L a v a d o r 51.

51. Cfr. P ir o t , R echerches, p. 157. B oissonade ( L 'histoire,


p. 242) creyó que M arcab rú h ab ía ab an d o n ad o E sp añ a antes
de 1144-1145, p ara irse al S u r de F rancia, Creem os m ás a c e r­
tad a la hipótesis de Pirot.
CASTILLA. SANCHO III

1.1 El su ceso r de Alfonso VII de Castilla fue su


hijo m ayor, Sancho III el Deseado. Su reinado apenas
duró un año y — sin em bargo— en este breve plazo
un trovador entona su canto incitando al joven rey
a seguir los pasos de su padre: es Peire d ’Alvernha.
Pero antes de continuar, es conveniente recordar
que cuando Sancho no era m ás que un niño, fue pro­
m etido en m atrim onio a B lanca de Navarra, en unas
entrevistas en las que — p osib lem en te— se hallaba
presente el trovador M arcabrú

1.2 Tam poco sería extraño que al m orir A lfonso VII


en 1157, se hallara en la corte un seguidor de Marca­
brú, Peire d'Alvernha, quien no tarda en llorar la
desaparición del Em perador leonés 2 y, siguiendo la
estructu ra m ás frecuente del planh p r o v e n z a l3, vuel­
ve sus ojos hacia el heredero:
Vostre coratges s'esclarzis,
quar n'avetz bon'esperansa;
sobre paguans, gen tafura,

1. Cfr. sttpra, I, § 1.5.


2. Cfr, su p r a , I, § 1.11.
3. C fr. R i q u e r , L o s tr o v a d o r e s , 48, p . 60, y A. J e a n r o y , La
p o é s ie ly r iq u e , pp. 239-242. P ara la difusión de este género en
la lite ra tu ra española del siglo xv y en n u e stra tradición
oral, así com o la bibliografía p ertin en te, véase el capítulo IV
de M a n u e l A l v a r , E n d e c h a s ju d e o - e s p a ñ o la s , M adrid, 19692,
p p . 2 *43.
46 Carlos Alvar

cavalguatz cenes duptansa;


premiers prenretz Labadol,
e si anatz a dreitura
tro a Marroc, feiran lais 4.
[Vuestro ánimo se ilumina porque tenéis buena espe­
ranza; sobre paganos, gente villana, cabalgad sin mie­
do. Seréis el primero en tomar Labadol, y si vais dere­
chamente a Marruecos, lanzarán lamentos.]
í .2.1 El problem a principal que plantea este texto
es la interpretación de Labadol: Milá tradujo Laba­
dol com o 'el a sta ’ (l’abadol; en nota sugiere —aunque
con dudas— ar e s to l) 5. E sta solución no nos parece
correcta, pues se aparta del texto. Los dem ás inves­
tigadores rem iten a Z en k er6 al interpretar Labadol
com o Badajoz. Tam poco nos parece válida la suge­
rencia de Zenker, que vam os a com entar con cierta
detención:
1) La decadencia de los alm orávides se vio agi­
tada por tres m ovim ientos distintos: los alm ohades,
los alm uridines (representados por Ibn Qasi) y los
taifas,
2) El cadí de Córdoba (Ibn H am din) se refugió
en Badajoz huyendo del resurgir alm orávide (1145);
algún tiem po después Ibn H am din pacta con Al­
fonso VIL
3) Entre 1151 y 1154 se van anexionando los rei­
nos de taifas —entre los que se cuenta Badajoz—
y poco después, los alm ohades eran señores de al-
Andalus: en 1157 em prenden la expedición contra
Almería, que había sido conquistada diez años antes
por el rey c a ste lla n o 7.
1.2.2 N o creem os que Badajoz tenga una im portan­
cia especial para ser recordado en esta com posición:

4. B el m ’es quan la roza floris, edic. D el M o n t e , Peire


d'Alvernha, X III, estr. II I, vv. 15-21, pp. 136-137. T raducción
de R iq u e r , L o s trovadores, XV, 46, p. 322.
5. M ilí, De tos trovadores, pp. 82-83.
6. Z e n k e r , Die Lieder Peires von Auvergne, E rlangen, 1900.
7. Cfr. G onzález, A lfonso V III, pp. 888 y ss.
Castilla. Sancho III 47

el trovador quizás hace alusión a acontecim ientos


m ás recientes. La m uerte de A lfonso V II com o es
sabido, ocurrió el 21 de agosto de 1157 en las cerca­
nías de Baeza. A la m uerte del Em perador había
que añadir la pérdida de Almería en el m ism o m es,

1.2.3 Peire d'Alvernha, al alabar las cualidades dei


rey m uerto, incita, sin ninguna duda, a Sancho III
a que lo im ite: debe arm arse contra los m usulm anes
y tom ar Labadol. ¿No podría ser el senhal de Alm e­
ría, últim a gran plaza perdida? N uestra sugerencia
tropieza con el im portante esco llo de la extraña for­
m a que presenta Labadol: en cualquier caso, quede
form ulada nuestra duda acerca de la identificación
de Zenker.

1.3 La fecha de com posición de la p oesía fue fijada


ya por Milá, gracias a la brevedad del reinado de
Sancho III (agosto de 1157-agosto de 1158)8.

8. M ilA , De los trovadores, pp. 81-S2.


III

NAVARRA. GARCIA V Y SANCHO VI

1.1 De García V nos han llegado dos referencias


en las obras de los trovadores. La prim era ha sido
com entada y a e r a el texto en que Marcabrú con­
vocaba a las fuerzas de todos los reinos peninsulares.

1.2 La otra alu sión se halla en el poem a de B er­


trán de Born, Puois lo gens term inis floritz, escrito
en 1184, com o verem os m ás adelante.

1.2.1 En septiem bre de 1134 m uere A lfonso I de


Aragón; su testam en to — legando el reino a las Or­
denes M ilitares— enfrentó a aragoneses y navarros,
que rom pieron su unión. Los aragoneses tom aron
com o rey a Ram iro el obispo herm ano de Alfonso I
y los navarros reconocieron a García R a m írez2. Es
este m om ento de la historia de Navarra el que re­
coge el violen to trovador del Peirigord:

L o b o s r e is G a rs ia R a m itz
c o b r e r a , q u a n v i d a J h s o fra is ,
A rag o , q u e -e l m o n g e s l'e s tra is ,
e-1 b o n re is n a v a rs , c u i d re c h s es,
c o b r a r a a b so s ala v é s,
so l s'i a tu r .

1. Cfr. supra, I, § 2.2.1.


2. C fr. L acarra , H istoria de Navarra, II, p p . 11 y ss.
50 Carlos Alvar

Aitan com aurs val mais d'azur,


val mielhs e tan es plus complitz
sos pretz que del reí apostitz3.
[El buen rey García Ramírez hubiera recuperado, si
la vida le hubiese durado, Aragón, que le usurpó el
monje; y el buen rey navarro, a quien de derecho per­
tenece, lo recuperará con sus alaveses, sólo con que se
empeñe. Así como el oro vale más que el azur, más vale
y es más cumplido su mérito que el del falso rey.]

1.2.1.1 E videntem ente, nuestro trovador se inclina


hacia el rey navarro y asegura que es él quien tiene
razón. Como García V m urió joven (1150), Bertrán
de Born espera que su heredero, Sancho VI, recobre
lo que le p e r te n e c e 4.

1.3.1 No es ésta la prim era alusión a Sancho VI de


Navarra; algunos años antes que Bertrán de Born,
lo había hecho G uillem de Berguedá, hijo m ayor del
vizconde de Berguedá, propietario — por lo m enos—
de cinco castillos, trovador violento y probablem ente
peregrino a .Santiago de C om postela para expiar el
asesinato del vizconde de Cardona. El m ism o Gui-
Ilem hace referencia a este viaje en un docum ento
perteneciente al Cartulari de P o b l e t 5, que desgracia­
dam ente no tiene fecha. Riquer sitúa este testim onio
entre 1175 y 11826. En la segunda com posición de
este trovador catalán — siguiendo el orden de Ri­
quer 7— encontram os una cita interesante cuando
el trovador afirm a:
qu'en vauc vezer lo reí navar part Lerga

3. Appel, B ertrán von Born, XXI, estr. V, vv. 37 y ss.,


p 50. T raducción de R i q u e r , L o s trovadores, X X X II, 133.
P. 714. , , ^
4. En realidad, era R am iro II, el M onje, el que tem a m ás
derecho; le seguía Alfonso V It. G arcía R am írez era bisnieto
por línea b astard a de] rey G arcía de N ájera (f 1054).
5. Cartulari de Poblet, 300, In s titu t d 'E stu d is C atalans,
B arcelona, 1938; el texto e stá publicado, tam bién, p or R iq u e r ,
Guillem de Berguedú, I, p. 282, § 201.
6. R iq u e r ,G. de Berguedá, I, p . 18, § 6.
7. Trop ai estat so tz coa de m outon, edic, R iq u e r ,Guillem
de Berguedá, II, p. 44.
Navarra. García V y Sancho Vt 51

[Voy a ver al rey navarro más allá de Lerga]


No sería extraño que G uillem de Berguedá hubiera
estado en la corte navarra de paso hacia Santiago
de C om postela. Si esta h ipótesis fuera cierta, podría­
m os fechar su estancia en la corte de Sancho VI
entre 1175 y 1182, fechas lím ite de la peregrinación
a Santiago, Del m ism o m odo, nos aproxim aríam os
a la datación de este sirventés: m uy poco anterior
a estos años, pues su viaje parece inm inente por el
uso de vauc en presente de indicativo.
1.3.2 Podríam os considerar com o otra alusión al rey
navarro la que hallam os en el verso 40 de la canción
D ou tz brais e critz, de Arnaut D aniel, el m ás rebus­
cado de los cultivadores del tro b a r ric:
pero totz fis, mas iuntas, a li m rendi,
q'en liei amar agr'ondral reís de Dobra
o celh cui es PÉstel, e Luna-pampa®,
[Pero muy cortés, me rindo a eiia con las manos jun­
tas, pues en amarla se vería honrado el rey de Douvres
o el Estella y Pamplona,]

La asociación entre E stella y Pam plona —o lo que


es igual entre Estela y Luna-pampa— queda plena­
m ente m otivada. La referencia indirecta al rey San­
cho VI de Navarra viene forzada por los alardes
de Arnaut Daniel. La fecha de esta com posición se
suele establecer alrededor de 11819.

1.3.3 Algo posteriores son los sirvientes de Bertrán


de Born en los que alude al rey navarro. Ya hem os
com entado Puois lo gens term inis floritz, donde elo­
gia las cualidades que tenía García V, frente a Ra­
m iro I I 10. De este m ism o año (1184) es Quan vei pels
vergiers despleiar:
Vuolh, sapcha‘1 reis et aprenda
de son grat e fassa chantar
8. Edic. T oja, A rnaut Daniel, X II, e str. V, vv. 38-40, p. 300.
9. Cfr. infra, IV, § 1.1.2.
10. Cfr. supra, II I, § 1.2.1.
52 Carlos Alvar

mo sirventes al rei navar,


e per Castela l’estenda n.
[Quiero que lo sepa el rey y lo aprenda de memoria y
haga cantar mi sirventés al rey navarro, y que lo di­
funda por Castilla.]

Todo el sirventés m uestra una abierta h ostilidad


contra e l rey aragonés, al que Bertrán de Born acusa
de ladrón, avaro y asesino. El reis de esta tornada
que estam os estudiando es A lfonso II de Aragón.
Dada la acritud del sirventés pensam os que la com ­
p osición fue escrita en un m om ento de enem istad
entre el rey aragonés y los de Castilla y Navarra.

1.3.4 D istin to es el caso de Piere Vidal, el gran tro­


vador tolosano, que — según H oepffner— visitó prác-
por Aragón, y luego,
continué aussi á pousser jusqu'á la cour de Cas-
tille et méme jusqu'á celle de León, de sorte qu'á
l'exception de la Navarre, toute l’Espagne chré-
tienne s'ouvrait encore á lu i12.
1.3.4.1 Por eso — seguram ente— con ocía bien las
disensiones entre los reinos, a cuyos reyes recrim ina
su acritud:
Al quatre reis d'Espanh'esta mout mal,
quar no volon aver patz entre lo r 13.
[Está muy mal que los cuatro reyes de España no
quieran tener paz entre sí.]
No cabe duda que uno de esos «cuatro reyes» es
el m onarca, navarro.
1.3.4.2 Se d escon oce la fecha exacta de esta poesía,
pero tien e que ser anterior al m es de agosto de 1186

11. A fpel , B ertrán von B o rn , X X II, estr. IX, vv. 65-68,


p. 54,
12. H o e p f f n e r , P eire V id a l, p . 129.
13. Plus q u e‘1 paubres, edic. A valle, Peire Vidal, X XX VII,
estr. V II, vv. 49-50, p. 325.
Navarra. García V y Sancho VI 53

(fech a de la m uerte del conde de B retaña, citado


com o vivo en la canción). Al pedir la unión de los
reyes españoles en la últim a estrofa, parece que Pei-
re Vidal está poniéndose al servicio de las ideas
políticas de alguno de ellos, seguram ente del ara­
gonés,

1.3.5 Pocos años m ás tarde, Giraut de B ornelh aban­


donaba la corte castellana de A lfonso VIII; el cam ino
que debía llevarle a Gascuña era el que atravesaba
el reino navarro:
Girautz de Bom eil si era partitz del bon rei An-
fos de Castella, e s i'l avia dat lo reis un mout ric
palafre ierran et autras joias assatz, e tuic[h] li
barón de la sua cort li avian datz grans dons; e
venia s'en Gascoina, e passava per la térra del rei
de Navarra. Evl reis o saub qe Girautz era cossi
ric[s] e qe passava per la soa térra, en la frontera
de Castella e d'Aragon e de Navarra; e fetz lo rau-
bar e tolre tot l’arnes, e pres a sa part lo parafren
ferran, et l'autra rauta laiset ad aqeis qe l’avian
raubat. Don Girautz fetz aqest chantar qe diz:
Lo dous chant[z] d'un a u selJ4.
[Giraut de Bornelh se había separado del buen rey
Alfonso de Castilla y el rey le había dado un pala­
frén muy rico de color tordo y otras numerosas joyas,
y todos los barones de la corte le habían hecho gran­
des regalos; y se venía a Gascuña, pasando por la tierra
del rey de Navarra. El rey supo que Giraut era así de
rico y que pasaba por su tierra, en la frontera de Cas­
tilla, Aragón y Navarra; hizo que le robaran y que le
quitaran todas Jas riquezas y tomó para si el palafrén
de color gris y el resto del botín lo dejó para los que
le habían robado. Giraut hizo sobre esto aquel cantar
que dice: El dulce canto de un pájaro.]
P odem os reducir los hechos a un par de directri­
ces: visita Castilla; los castellan os lo enriquecen.
Vuelve por Navarra; robo en la frontera.

1,3,5.1 El trovador se lam enta reiteradas veces por


14. Razó de 242, 46, e d ic . d e B outtére , B iograpkies, p. 55,
y K o l s e n , G iraut de B ornelh [ r a z ó d e 55], II, p p. 8-9.
54 Carlos Alvar

la pérdida de su palafrén; así lo hallam os en Lo dolz


chans d'un anzel:

Ans fu i r a u b a tz o g a n
e n tr e tr e s re ís p re z a tz
si q u e l'u s d e is re n h a tz
m 'o vai c o n tr a r ía n ,
e p a re e al f e r r a n
q u e m 'e r a g en d o n a tz
e fo m a l p re s e n ta tz ! 15

[A n tes al c o n tr a r io , h e sid o ro b a d o e n tr e tr e s re in o s
a p re c ia d o s sin q u e n in g u n o d e lo s re in o s lo h a y a im ­
p e d id o , y e so se m a n ife s tó e n e! c a b a llo g ris q u e m e
h a b ía n re g a la d o a m a b le m e n te y q u e fu e m a l m o s tra d o .]

1.3.5.2 La p oesía — según P a n v in i18— es de 1188.


K olsen sostien e que no fue Sancho VI el autor del
robo 17 y así parece deducirse de otras com posiciones
del trovador, pues en O bs m ’agra se queja de un
m iserable:

Q u ’e i r m c la m e n q u e r a d e is n a v a rs ;
c a r a n c d e s c h a u z itz so fra n c h o s '
e n tr 'e ls m e fo c o n t r a r i o s ! 16

[Y o m e q u e jo a ú n d e lo s n a v a rr o s , p u e s u n a v ez h u b o
e n tr e e llo s u n m is e ra b le b r ib ó n q u e m e c a u s ó u n d is­
g u sto .]

1.3.6 Poco después de 119419 Giraut de Bornelh


com pone Ses valer de pa scar en cuya tornada pode­
m os apreciar otra queja:
E s i ’s b a is s e t b a r n a tz
lai o n e u fu i ra u b a tz ! 20

15. K o l s e n , G iraut d e B o rn e lh , I, LV, estr. III, vv. 39-45


p p . 350-352.
16. Cfr. P a n v in i , G iraut de B o rn e lh , p . 53.
17- K o ls e n , G ira u t de B o rn e lh , I I , p. 97.
18. K olsen , G iraut de Bornelh, I, LXVI, estr. X, vv.68-70,
p . 426.
19. Cfr. P anvtnt, G iraut de Bornelh, p p . 110-113.
20. K olsen , G iraut de B ornelh, I, XXXV, e s t r . V II, vv.
131-132, p . 210.
Navarra. García V y Sancho VI 55

[Y se rebajó la caballerosidad allí donde fui robado,]

1.3.7 E ncontram os otra alusión m ás en la estrofa VI


de De belhs d ic h s :

Car o trop els alsors


don cudei que fos sors
de ben aconselhar,
tro que l’auzi bailar
contra me sos peos
a tal que- m fo sobrers 21.

[Pues encuentro esto en los más altos: yo pensé que


era sordo a los buenos consejos, hasta que lo oí lanzar­
me sus peones de tal manera que me venció.]

1.3.8 K olsen pien sa que el ladrón no puede ser San­


cho V I, pues es llam ado por el trovador en dos oca­
siones bos reis 22. Sin em bargo — continúa el m ism o
investigador— , pudiera tratarse de algún noble na­
varro. Por su parte, Panvini señala que el su ceso es
anterior a julio de 1189 (cuando aún era señor de
B urdeos E nrique II de Inglaterra). Concluye el eru­
d ito italiano:
Non accetto la data del 1180-81 del Kolsen ritenen-
do in tal modo errónea identificazione dei due
Bertrandi, nominati al v. 125 defla poesía, con i due
Bertrandi di Baux, e propongo la data 1188 perché
in tal modo non si pone una distanza di otto o nove
anni fra la ruberia e la poesía Nr. 68, che, come
dallo stesso Kolsen é stata assegnata al periodo
che va dal marzo 1188 al maggio 1189 23.

Aún hallam os alguna otra referencia al robo; el


envío de S ’era no pota m o s chans es:

21. K olsen , G iraut de B ornelk, I, L X V III, e str. VI, vv. 71­


76, p. 434.
22. Cfr. K olsen , G iraut de B ornelh, II, pp. 97-98. Vid. las
com posiciones V, v. 57, y L X II, v, 44; e sta identificación es
rechazada p o r Panvini (op. cit., pp. 87-88) p o r no te n e r b a s e
sólida.
23. P a n v in i , G iraut de Bornelh, p . 88.
56 Carlos Alvar

E sí: 1 b o s r e is d e is n a v a rs
m 'o la u z a , d e m a n s b la s m a r s
g a ire n o 't d a r í a 24.

[Y si el buen rey de los navarros me lo aprueba, poco


te diría de muchas críticas.]

Ya hem os hablado de esta com posición m ás arriba:


era uno de los ejem p los que aducía K olsen para sos­
tener que Sancho VI no había tenido ninguna rela­
ción con el triste su ceso de la frontera.

1.3.9 Al analizar la razo se n os plantean algunos


problem as; ya que en ella se nos indica que el tro­
vador se dirigía de Castilla a Gascuña. H em os de
situar los hechos entre 1188 y 1189. La localización
geográfica de los hechos es d ifícil de precisar: debe
situarse entre Agreda y Tarazona. Sin em bargo, Gi­
raut de B ornelh va con fuerzas castellanas a la III
Cruzada (1191), com o indicó K o lse n 25. Tendríam os
que. adm itir que el trovador volvió a Castilla poco
despu és de abandonarla o bien, que no llegó a Gas­
cuña. E ncuentro una solución — m eram ente hipoté­
tica— a este problem a: tal vez la razo no sea exacta
por lo que al robo se refiere; ten iend o en cuenta
que Giraut de B ornelh aparece en com pañía de ca­
balleros castellan os en 1191, nos atreveríam os a su­
gerir que el trovador llegó al reino de Castilla a
través de Navarra donde — si acreditam os los datos
tan su sp ectos de la razo— Sancho VI le regalaría
un palafrén que poco después le robó algún noble
navarro, m ejor enterado de los hechos que si hubie­
sen sucedido en Castilla. De Navarra, Giraut va a
la corte de Alfonso V III y se queja de la hostilidad
que ha encontrado en otros sitios, lam entándose a la
vez por la pérdida del caballo. R ecordem os que Peire
Vidal echaba de m enos, ante el rey, una cabalgadura
para defenderle los territorios am enazados y, al pa­

24. K o l s e n , G iraut de B ornelh, I, V, estr. IX, vv. 57-59,


p. 24.
25. C fr. infra, V, §§ 1.6 y ss.
Navarra. García V y Sancho VI 57

recer, A lfonso V II «lo hizo ca b a llero » 26. ¿No estará


pidiéndole, tam bién, Giraut de B ornelh un caballo
al rey castellano?

1.3.10 Por esta m ism a época, G uillem de Berguedá,


el trovador al que vim os en peregrinación a Santiago,
escribe un sirventés con el que prepara un viaje a
C a stilla 27. ■

1.3.10.1 P recisam ente la prim era estrofa de esta


com p osición plantea un problem a, ya que es difícil
identificar al Sanchon del verso 2:
Un sirventes ai en cor a bastir
que trametrai a'N Sanchon en Espaigna28,
[Tengo intención de componer un sirventés que envia­
ré a don Sancho, a España.]
1.3.10.2 R iquer piensa que este Sancho en m odo
alguno puede ser Sancho III de Castilla, que m urió
en 1158, cuando n u estro trovador debía ser m uy jo­
ven, Es arriesgada la solución que propuso Milá y
Fontanals, quien, suponiendo que Alfonso V III se
llam aba A lfonso Sánchez, creyó que aquí era deno­
m inado «por abuso S a n ch o » 29. Tam poco cree Riquer
que se trate de Sancho VI de Navarra (1150-1194),
pues precisam en te el sirventés está escrito en m o­
m entos en que éste se ha aliado con A lfonso II de
Aragón contra A lfonso V III de Castilla, M enos pro­
b abilidades aún tiene Sancho I de Portugal (1185­
1211, pues nada le hace suponer relacionado con Gui­
llem de B erguedá, y tam bién, el rey portugués, en
febrero de 1191, firm ó un acuerdo con A lfonso IX
de León en oposición al rey castellano.
Concluye R iquer pensando que Sanchon no es sino

26. Q uant hom es en a u tru i poder, e d ic . A valle , Peire


Vidal, X L III, e s t r . V III, v v . 57-60, p . 410. Vid. infra.
27. Un sirventes ai en cor a bastir, cfr. infra, V, §§ 1.7 y ss,
28. Un sirventes ai en cor, edic. R iq u e r , L o s trovadores,
X X I, 96, estr. I, vv. 1-2, p. 538.
29. M i l A, De los trovadores, p , 307, n . 42, y R iq u e r , G uillem
de Berguedá, I , p . 136, n . 21.
58 Carlos Alvar

un noble am igo del trovador que se hallaba en la


Península luchando contra los m oros 30.

1.3.10.3 N osotros vam os a intentar defender la po­


sibilidad de que Sanchon fuera e l rey navarro. Riquer
lo excluye, com o hem os visto, alegando que el sir­
ventés está escrito en m om entos en que Alfonso II
y Sancho VI son aliados; en otro lugar, com o ya
verem os 31, fecham os el sirventés com o anterior a la
quincena que va del 14 de abril al prim ero de m ayo.
D ebem os señalar ahora que el tratado de alianza
entre Alfonso y Sancho no se firm ó hasta el 7 de
septiem bre de 1190. D esde 1179 hasta 1182, el rey
navarro y A lfonso V III de Castilla están unidos por
lazos de a m ista d 32, frente a A lfonso II de Aragón.
El sirventés encaja perfectam ente pienso— en su
m arco h istórico si lo situam os antes del tratado de
Borja y Daroca: dirigido a los dos reyes am igos,
ataca a A lfonso II, enem igo com ún. Pensem os, ade­
m ás, que es en este m om ento cuando las luchas feu­
dales de Pong dé Cabrera adquieren m ayor fuerza
y la resistencia es m ás difícil: posiblem ente, Guillem
se dirige a Castilla en busca de refuerzos; quizás
pertenezca a estas fechas Reis, s'anc nuill tem ps:
el trovador espera ver las hu estes del rey castellano
asediando ¡a ciudad de Lérida. ■
En apoyo de nuestra hipótesis, debem os recordar
que G uillem de Berguedá ya había estado en la corte
de Sancho VI algunos años a n te s 33.
Sin em bargo, se nos puede argüir que es m uy raro
encontrar los nom bres reales sin ningún tipo de tra­
tam iento. E fectivam ente, son m uy raros, pero no aje­
nos a la poesía de los trovadores y, así, N'At de Mons,
se dirige a A lfonso X:
30. Riquek, G uillem de Berguedá, I, pp. 135 y •«., n. 70.
3Í. Cfr. infra, V, §§ 1.7.7 y ss.
32. G o v z á l b z , Alfonso VI H, p resen ta u n docum ento (n ú ­
m ero 460), del 5 de octubre de 1186, según el cual Alfonso V III
y Alfonso II acuerdan un tra ta d o «ad in q u ietan d u m regem
Navarre». La paz había sido firm ada p or el n av a rro y el cas­
tellano el 15 de abril de 1179 (cfr. L acarra, H istoria de N a­
varra, II, pp. 75 y ss.).
33. Cfr. supra , II I, § 1.3.1. .
Navarra. García V y Sancho VI 59

Anfos, per las vertutz


de Dieu endevengutz
Augutz... (vv. 1248-1250)
Creem os, p ues, que no hay dificultad en con sid e­
rar a este Sanchon com o Sancho VI.

1.3.11 La ú ltim a referen cia que en contram os a San­


cho VI debe ser la que hace B ertrán de B orn en
Sien fos aissi senher: adem ás de aludir a los proble­
m as navarro-aragoneses, hace m ención al parentesco
de Ricardo Corazón de León y de Sancho VI, por el
m atrim onio del rey inglés con B erenguela, hija del
rey navarro:
q u e l reis navars l'a sai dat per espos
a sa filha, per que l'ant'es plus gran 34.
[Que el rey navarro le ha dado por esposa a su hija,
por lo que la deshonra es mayor.]
1.3.11.1 Según B oissonnade y Stim m ing, esta com ­
p osición sería de 1194; K astner p ostu ló que su fecha
se puede adelantar en seis años y sería, por lo tanto,
de 118635. R esulta difícil aceptar la h ip ótesis de Kast­
ner, pues el m atrim onio entre el rey inglés y B eren­
guela de Navarra no tuvo lugar h asta el 12 de m ayo
de 1191, en Chipre.
Como verem os luego, es posible que B ertrán de
B orn se encontrara en la corte de Sancho VI o en
la de Pedro Ruiz de Azagra al escribir estas com po­
sicion es relacionadas con Navarra 36.

1.4 N o hallam os m ás alusiones concretas al rey na­


varro. Siñ duda, hay que incluirlo entre los reyes
citados en varias canciones de Peire Vidal:
Deis reis d’Espanha m tenh a fa is 37
34. Sieu fo s aissi senher, edic. A ppel , B ertrá n vori B orn,
X X IX , estr. IV, vv. 27.-28, p . 79..
35. K a st n e r , La dat& pp. 479-487.
36. Cfr. infra, 2.3.3.1 j ss,
37. A per pauc de -chantar, e d ic . A valle , Peire Vidal, 364,
VI, e s t r . V, v. 33, p. 70. La t r a d u c c i ó n : « E s to y e n o j a d o c o n
lo s r e y e s d e España.»
60 Carlos Alvar

o bien en esta otra

Mout es bona terr’Espanha


e ‘I rei, qui senhor en s o 33.

Pero pensam os que referen cias de este tipo no nos


sirven ahora.

1.5 Las con clusiones que se pueden desprender


del estu d io precedente son:

1.5.1 García V aparece en dos poesías, una de Mar­


cabrú (hacia 1140) y otra de B ertrán de B orn (alre­
dedor de 1184), en el que —naturalm ente— el rey
García no es m ás que un recuerdo.

1.5.2 Más num erosas son las alusiones a su sucesor


Sancho VI:
1. G uillem de Berguedá anuncia que va a verlo
(entre 1175 y 1182 aproxim adam ente).
2. Arnaut D aniel se refiere al rey navarro en una
canción de hacia 1181.
3. B ertrán de B orn lo cita en dos sirventeses
de 1184,
4. Giraut de Bornelh lo tien e bien p resente en
un ciclo de poesías que se desarrolla entre 1188 y
1194 y en el que recuerda el robo del que fue objeto
en uno de sus viajes al pasar por tierras navarras.
E ste ciclo incluiría unas cinco com p osicion es y una
razo: consideram os entre las com posiciones aquéllas
en las que se refiere — aunque sólo sea por encim a—
al su ceso o al rey navarro.
5. Guillem de Berguedá habla —en 1190— de un
Sanchon que, tal vez, sea el rey de Navarra.
6. Peire Vidal alude varias veces a todos los re­
yes de España, pero sin esp ecificar sus nom bres ni
dom inios. E stas alusiones van desde antes de 1186
a antes de 1195.

38. M out es bona terr’E spanha, e d ic .. Avalle, Peire Vidal,


364, eslr. I, vv. 1-2, p. 101. La traducción: «Muy buena tie rra
es E spaña y los reyes que en ella son señores.»
Navarra. García V y Sancho VI 61

7. Bertrán de B orn alude — de nuevo— a San­


cho VI en un sirventés p osterior a U 91.

1.6 De acuerdo con e sto s datos, podem os rectificar


a Jeanroy, p ues afirm a que

si done les troubadours ne s’arrétérent pas dans


cette ville [Pamplona] c'est que les rois qui y
régnaient ne s'apliquaient guére a les y reteñir.
En fait, deux rois de Navarre seulement sont cités
par eux: le premier est á peu pres sürement San­
che VII le Fort (1194-1234) ^

39. J e a n r o y , La p o é sie lyriq u e , p . 220.


IV
LEON. FERNANDO II Y ALFONSO IX

1.1. Son m uy escasas las m encion es que, de Fer­


nando II, hacen los trovadores. La m ás antigua de
ellas se encuentra en la tornada de Giraut de Bor­
nelh:

Pero .be volh q u e l reis Ferans


auia mo vers e 'l reis N'Amfos!1
[Bien quiero que el rey Fernando oiga mi verso y el
rey don Alfonso.]
Los m onarcas son Fernando II com o ya h em os di­
cho y un rey A lfonso, que puede ser el rey castella­
no o el aragonés 2. Panvini cree que Giraut de Bor­
nelh se halla en la corte leon esa y que el «reis n ’Am-
fos» es A lfonso V III 3. E sta com p osición se ha fecha­
do en 1170 4.

1.1.2 H asta diez años m ás tarde no volvem os a te­


ner noticias de Fernando II en el m undo de los
trovadores. E ntre las alu sion es a Sancho VI, n os re­
ferim os a una canción de Arnaut Daniel, D outz brais
e critz, en la que citaba «al rey de E stella y Pam­
plona (Luna-pampa)» 5. Las im ágenes de la estrellas

1. K o lsen , G iraut de B ornelh, I , X X IX , e s t r . IX, v v . 66-67


p. 166.
2. K o lsen , G iraut de Bornelh, II, p. 63,
3. P a n v in i , G iraut de B ornelh, p . 80.
4. Cfr. P a n v in i , G iraut de B ornelh, pp. 41 y 110-113.
5. C fr. supra, III, § 1.3.2.
64 Carlos Alvar

y la luna encajan p erfectam en te en la canción, que


sigue un ritm o que queda bruscam ente interrum pido
— al m enos eso creem os con T o ja 6— al intercalar
una estrofa de significado oscu ro, pero que proba­
blem ente, era del dom inio público en los últim os
años del siglo x n :
L os d e s c h a u z itz
a b la s le n c a s e s m o u ta s
n o n d u p t'ie u íes, si* 1 a e ig n o r d e is G a le c s
a n fag fa illir, p e r q 'e s d re itz si-,1 b la s m a m ,
q u e s o n p a r e n p r e s ro m ie u , so sa b e m ,
Raimon lo filh al comte, et aprendí
que greu faravl reis Ferrans de pretz cobra
si mantenen no l solv e no-l escampa
[N o te m o a b s o lu ta m e n te n a d a a lo s d e s c o r te s e s d e
le n g u a s a fila d a s , a u n q u e h a n h e c h o q u e d a r e n e v id e n ­
c ia a l s e ñ o r d e los g alleg o s y p o r e so es ju s to q u e h a b le ­
m o s m a l d e él, p u e s h iz o p ris io n e r o a s u p a r ie n te p e re ­
g rin o , R a m ó n , h ijo d el c o n d e , c o m o s a b e m o s; y re c o n o z ­
c o q u e d if íc ilm e n te r e c u p e r a r á el re y F e m a n d o su m é r i­
to , si in m e d ia ta m e n te n o lo d e s a ta y lo lib e rta .J

1.1.2.1 Arnaut Daniel nos habla de un peregrino he­


cho prisionero por Fernando II, rey de León y Ga­
lic ia 8. C reem os que la h ip ótesis de T o ja 9 es acepta­
ble; a la m uerte de Ram ón B erenguer II de Proven-
za, Alfonso II hereda el condado enfrentándose con
Raim ón V de Tolosa. E l 5 de abril de 1181 Ramón
Berenguer, conde de Provenza, desde 1168 aproxim a­
dam ente, y herm ano de Alfonso II, fue asesinado cer­
ca de M ontpellier por los partidarios del señor de
T olosa 10. No parece arriesgado pensar que Fernan­
do II, para apoyar a su prim o A lfonso, se vengara
de Raim ón V, apresándole el hijo.

1.1.2.2 Sin em bargo, las inexactitudes de la poesía

6. T oja , A rnaut Daniel, p. 304, '


7. T o ja , A rnaut Daniel, X II, estr. V II, vv. 49-56 ,p. 301.
8. Toja, A rnaut Daniel, p. 304.
9. T oja . A rnaut Daniel, pp. 308-309. -
10. V id . R o v ir a y V ir g il i , H istoria nacional de Catalunya,
B a r c e lo n a , 1922, IV , p . 421.
León. Fernando II y Alfonso IX 65

de Arnaut son m uy abundantes. En prim er lugar,


Canello explica que nuestro trovador hace recaer la
responsabilidad del hom icidio sobre Fernando II,
debido a una «versión heterodoxa del suceso» n . Por
otra parte, parece que Arnaut piensa en una prisión
m ás que en un asesinato; Canello de nuevo sale al
paso recordando que el trovador se hallaba en la
coronación de Felipe Augusto en Francia 12. Hay que
tener en cuenta que entre la coronación del rey fran­
cés (29 de m ayo de 1180) y la m uerte de Raim ón
B erenguer (5 de abril de 1181) había pasado un año,
tiem po m ás que suficiente para que Arnaut Daniel
hubiera pod id o volver a Provenza, según Toja 13.
1.1.3 A e sto s dos testim on ios podríam os añadir otro
más, pero la crítica duda todavía si el rey Ferrans
al que se alude es Fernando II o Fernando III: la
cita se halla en una com posición de GuiJhem Ademar,
S'ieu conogues, que estu d iarem os m ás adelante i i .
1.1.4 Por últim o, debem os recordar que Fernando II
es uno de los reyes de España a los que alude Peire
Vidal en Plus q u e 11 paubre y en Mout es bona terr'Es-
p a n h a J5.
1.2 Más abundantes son las alu sion es a A lfonso IX,
sucesor de Fernando II. Los testim o n io s'm á s num e­
rosos son los de Peire Vidal que, desde 1193, le de­
d ica.u n par de com posiciones.
1.2.1 La prim era referencia segura al rey leon és
aparece en Barón, Jhesus, cansó de crozada de Peire
Vidal que se su ele fechar entre 1201 y 1202; la torna­
da dice:
Reís de León, senes mentir,
devetz honrat pretz reculhir,

11. C an ello , V.-A., La vita e te opere del trovatore Arnaldo


Daniello, H alle, N iem ayer, 1883, pp. 238 y ss., citado Arnaldo
Daniello.
12. C a n e l l o , Arnaldo Daniello, pp. 238 y. ss.
13. T oja , A rnaut Daniel, p p , 308-309.
14. Cfr, infra, V II, § 1.2,
15. Cfr. supra, III, § 1.3.5.1, y II I, § 1.4.
66 Carlos Alvar

cum selh qui semen'en garag


temprat d’umor ab douz compiag 16
[Rey de León, de verdad os digo: debéis obtener hon­
rado galardón, como quien siembra el barbecho hume­
decido con dulce llanto.] i T

1.2.2 H allam os otra alabanza a la liberalidad del


rey leonés en N eus ni geís ni plueja ni fanh; al re­
saltar las cualidades del «com t’Arman», Peire Vidal
no encuentra m ejor m uestra de liberalidad:
Ardiment a d'aragones
e gaí solatz de vianes,
e sembla me de domneyar
e l rei de Leo de donar18.
[Tiene la valentía del aragonés, la alegría del vianés
[de Vienne], se parece a mí en el galantear y al rey
de León en generosidad.]

1.2.2.1 H oepffner, basándose en las tardías fechas


de e sto s dos sirvientes, pien sa que Peíre Vidal no
tuvo nunca una relación m edianam ente íntim a con
la corte leonesa, pues com o señala, «dans les com-
plim ents vagues et conven tionn els qu'il adresse au
roi, il n ’entre aucune n ote personnelle. Rien non plus
no revele chez Peire une connaissance plus précise
qu'il aurait eu du pays. II ne cite aucune ville du
royaum e ni aucun m em bre de sa n o b le sse » 19.
Sin em bargo, el propio H oepffner, más ta rd e 20,
afirm a que Peire V idal fue uno de los p ocos trova­
dores que visitaron el reino de León:
Seulement vers la fin de sa carriére, semble-t­
il, que s’établit le contact personnel du poete avec

16. E d ic . A valle, Peire Vidal, X II, e s t r . IX , v v , 65-68,


p. 119.
17. Compiag, según A v a lle , P e ire V id a l, p , 119, n 68, e s
u n h a p a x p o s t v e r b a l d e c o m p la ir e 'a g r a d a r '.
18. E d ic . A valle, Peire Vidal, XXXIV, e s tr , IX , vv, 69-72,
p , 281
19. H o e p ffn er , Peire V idal et l'Espagrte, p . 40.
20. H o e p f f n e r , Peire Vidal, p p . 163 y ss.
León. Fernando II y Alfonso IX 67

le roi [...] Le troubadour était satisfait de l'accueil


qu’il trouva lá-bas, II lui envoie sa récente chan-
son comme témoignage de gratitude2i.

1.2.2.2 E stas dos tesis, que podrían p a recem o s con­


tradictorias a sim ple vista, se unen con la explicación
de los dos viajes de Peire Vidal, com o verem os lue­
go — «Peire a done encore fait, aux environs de 1201­
1202, une tournée en Espagne oü il avait pou ssé jus-
qu'au royaum e lointain de L eó n » 22— nuestro trova­
dor m antendrá siem pre, un recuerdo cargado de
agradecim iento de los reyes e s p a ñ o le s23.

1.2.3 A esta s escasas alusiones hay que añadir — sin


por ello otorgarles m ayor im portancia— las referen­
cias generales a los reyes de España, que ya hem os
estudiado, en A p e r pauc y en M out es b o n a 2i. Hay
que observar que se ignora la fecha de este últim o
sirventés, y, por eso, lo hem os incluido tam bién al
estudiar el reinado de Fernando II.

1.2.4.1 A la vez que Peire Vidal, elogiaba al rey leo­


nés otro trovador, Guilhem Magret, que destaca por
desbordar los tópicos m ediante com paraciones muy
exactas.
Entre sus p oesías sobresale —por su calidad ade­
m ás de por las referencias h istóricas contenidas en
ella— Aigua pueia centram on, sirventés com p uesto
después del 26 de abril de 1196, según N a u d ieth 25,
fecha de la m uerte de Alfonso II de Aragón (cfr. vv.
56-59). En esta poesía, interesante ya desde el prim er
verso, hallam os una curiosa estrofa:
En Espaigna a un pon
per on hom passa soven,
rag per tal encantamen
que s i‘1 parlatz, gen respon;
cinc pilars i a, seignors,

21. H o e p f f n e r , Peire
Vidal, p , 164..
22. H o e p ffn e r , PeireV idal , p . 164.
23. Cfr. R iq u e r , L o s trovadores, XLI, p . 862,
24. C£r. supra, II I, § 1.4.
25. Cfr. N a u d i e t h , G uilhem M agret , p . 97.
63 Carlos Alvar

e ben a mil cavalhs cors,


tan es belhs de plana vía;
en l'ausor pilar que:i sia
esta lo valenz réis n'Anfos,
rics de cor e tan poderos
que del tot complis son ta la n 26.
[En España hay un puente por donde se pasa a menu­
do, hecho eon tal encanto que, si le habláis, responde
amablemente; hay en él cinco pilares, señores, con sitio
para más de mil caballos, tan hermoso es y de llano
camino; y en el más alto de las pilares está el rey don
Alfonso, rico de ánimo y tan poderoso que en todo rea­
liza sus deseos.]
1.2.4.2 E s evidente que los cinco pilares son los cin ­
co reinos cristianos: Portugal, Navarra, Castilla, León
y Aragón, Lo que no está tan claro es qué Alfonso
es el del «pilar m ás alto», R iq u c r 27 observa atina­
dam ente que debe tratarse del rey Leonés, pues Ja
estrofa siguiente es un elogio a este reino:
Et a León trobiei fon
on sorzon var vestimen
et aurs mesclatz ab argén,
et en estiu, can neus fon, '
i nais terrprada freidors
et entorn nadal calors,
e si vitans en bevia,
cortes et adretz seria,
e'ill marrit e li consiros
en tornon alegr’e ipios
e' ill paubre manent qui la van 28
[Y en León encontré la fuente de donde manan va­
riados vestidos y oro mezclado con plata, y en verano,
cuando funde la nieve, hace un fresco agradable, y ha­
cia Navidad, calor, y si un villano bebiera [en aquella
fuente], se volvería cortés y de buenos modales y
los tristes y apesadumbrados se vuelven allí alegres y
gozosos y los pobres que van allí, poderosos.]

26. N a u d tet h , G uilhem M agret, VI, e s tr . IV, vv. 34-44,


P . 128.
27. R jquer, L os trovadores, X L II, p. 916.
28. N au d teth , G uilhem M agret, VI, estr. V, vv. 45-55, p. 129
León. Fernando II y Alfonso IX 69
P ienso que la h ip ótesis de Riquer ha de ten erse en
cuenta.

1.2.5 U nos años m ás tarde, E lias Cairel, trovador


del que casi no se sabe nada, dedica dos com p osicio­
nes al rey leonés.

1.2.5.1 De Abril ni m ai se han conservado dos tor­


nadas: una dedicada al m arqués de M onferrato y
otra, al rey de León:

Al rey prezan
de León sui viratz,
quar joys e chan
e cortezia'l platz,
ni anc non fes contra valor traversa2B.
[Me he vuelto hacia el famoso rey de León, porque le
agradan alegría, canto y cortesía y nunca puso obstácu­
lo al valor.]

1.2.5.2 N o se puede ob tener ningún resultado po­


sitivo ni del análisis de los térm inos utilizados por
Elias Cairel en esta tornada ni del hecho de que haya
otro envío en el m ism o sirventés, pues nada indica
que las dos tornadas hayan sido escritas en ei m is­
m o m om ento, com o señaló J a e sc h k e 30. Según De
B a r th o lo m a e is31, el sirventés debió ser com p uesto
alrededor de 1208 en Salónica, pues tien e el m ism o
m otivo que Ara non vei p u o i ni comba, cuya tornada
se dirige al m arqués de M assa, señor a la vez — se­
gún Jaeschke 32— de Cáller. La coincid en cia de que
G uillerm o de M assa tuviera pleno derecho sobre Cá­
ller es aprovechada por este investigador para fun­
dam entar la segunda de sus h ip ó tesis acerca de la
fecha en que v isitó e l trovador las co rtes de España:

29. Edic. R i q u e r , L os trovadores, L X III, 229, estr. II I, w ,


73-77, p. 1150; el texto se h alla tam b ién en Jaesch k e, Elias
Cairel, I, e str. V II, vv. 43-45, p. 87.
30. Vid. J a e s c h k e , Elias Cairel, p p . 31 y ss.
31. De B a r t h o l o m a e is , Poesie provenzalí st'oriche, I, p ”
171-172.
32. Vid. J a e s c h k e , Elias Cairel, p p . 32-35.
70 Carlos Alvar

en la ruta m arítim a de Grecia a la Península, su


navio hizo escala —p osiblem ente— en este punto del
sur de Cerdeña.

1.2.6 La tornada de Si com cal que sos com panhos


confirm a la p resencia de Elias Cairel en España:
Lo bo rei de León prezan
am ses engan,
qu'el a l'usatge de la fon,
don non vei negu fadion 33.
[Amo sin engaño al famoso y buen rey de León, pues
tiene la costumbre de la fuente, en la que no he visto
a nadie engañado.]

La explicación de esto s versos la encuentra Jaesch-


ke en la poesía de G uilhem M agret que hem os estu­
diado en el párrafo 1.2.4 de este m ism o capítulo.
Jaeschke concluye su estudio afirm ando:
«Die V erse M agrets erláutern also die W orte Cai-
rels, die w ir folgender m assen deuten kónnen: Er
liebt den K onig von León, w eil dieser so freigcbig
zu spenden pflegt, dass noch kein fahrender Sanger
enttausch t wurde und es je wird» 34.
Parece que Elias Cairel se encuentra en la corte
leonesa al com poner esto s versos: la fecha de este
viaje es m ás difícil de precisar: Jaeschke lo sitúa
entre 1210 y 1211.
1.2.7 N os queda la alusión que Raim ón Vidal de
B esalú hace en su Castia-gilús: el trovador narra en
450 versos la historia de lo que le sucedió a un noble
aragonés — don A lfonso de B arbastro— , por descon­
fiar de su esposa doña Elvira: Don A lfonso, celoso
de su m ujer, desea probarla; para ello, le aconsejan
que haga creer a B ascol de Cotanda — caballero que
requería a su esposa sin éxito— que va a ayudar al
rey de León:

33. Edic, J a e s c h k e , Elias Cairel, X II, estr. VI, vv. 51-54,


p. 172.
34. J a es c h k e , Elias Cairel, p. 183.
León. Fernando II y Alfonso IX 71

Fenhet vos c'al rey de León


voletz anar valer de guerra 35.
[Fingid que queréis ir a ayudar en la guerra al rey
de León.]
Así lo hace; m anda un m ensajero con la n oticia a
B ascol, para que éste acuda tam bién:

«Saluda'us mosenher e\us manda


sieus poira al matin aver,
car de guerra ira valer
al rey de León, senes falha» 36.
[«Os saluda mi señor y os pregunta si podrá contar
con vos al amanecer, pues sin falta irá a ayudar en la
guerra al rey de León.»]

Don A lfonso se presenta por la noche fingiendo ser


B ascol de Cotanda. La esposa, que se da cuenta del
engaño, apalea y encierra al intruso y se entrega a
don B ascol. Por la mañana, la dama reúne a sus va­
sallos y les cuenta cóm o don B ascol ha intentado des­
honrarla y cóm o ha conseguido encerrarlo. Corren
todos, arm ados, d isp u estos a ajusticiarlo: al ver al
prisionero, reconocen en él a don A lfonso, que aver­
gonzado, se apresura a pedir perdón a su m ujer y
a don Bascol. Term ina aquí la historia.
El juglar que la ha contado ante Alfonso V III y
doña Leonor pide a los m onarcas que prohíban los
celos en su reino. El rey da nom bre a las novas y las
llam a Castia-gilós 37.

1.2.8 Para fechar esta com posición hay que tener en


cuenta tres elem en tos fundam entales, com o ya se­
ñaló Comas 3B.
1. Cuándo sucedió el episodio de don B ascol y
de doña Elvira.

35. Caslia-gilós, vv. 96-97. ■


3,6. Castia-gilós, vv. 101-111.
37. C fr. C o m a s , R am ón V. de B esalú, pp. 141 y ss.
38. C o m a s , R am ón V. de Besalú, pp . 24-25; c f r . tam bién
R io u er -C o m a s , L iteratura catalana, I, p. 118.
72 Carlos Alvar

2. Cuándo lo oyó contar R aim ón Vidal.


3, M om ento de la redacción, b astan te posterior.

1.2.8.1 Por ahora tan sólo nos interesa el prim ero


de los tres m om entos anotados: en caso de que la
anécdota hubiera ocurrido alguna vez, debió ser en
un m om ento en que Aragón y León tenían relaciones
pacíficas y, m ás aún, estaban unidos por alguna alian­
za, pues el m arido de doña Elvira finge ir a com batir
al lado del rey leonés; sólo he encontrado una co­
yuntura sem ejan te poco antes de la batalla de Atar­
eos, en que se produjo una gran tirantez entre los
reinos peninsulares: el rey leonés, el navarro y San­
cho I de Portugal se habían unido en 1190 contra
Castilla; en 1191 se sum a a ellos Alfonso II y, en el
tratado de H uesca, «se com p ro m etiero n . a no hacer
la paz ni la guerra sin el m utuo con sentim iento y
c o n se jo » 39. En 1194 se deshizo esta coalición, al fir­
mar Castilla un acuerdo de paz con León prim ero y
con Aragón m ás ta r d e 40. N o sería extraño que los
acontecim ientos narrados ocurrieran entre esos años.

1.2.8.2 N o querem os decir con esto que Raim on


Vidal de B esalú se hallara en la corte leon esa al co­
nocer el tema; ni tan siquiera se puede presuponer
—al m en os con los datos que poseem os— que el tro­
vador visitara a.A lfo n so IX.

1.2.9 La alusión m ás tardía a la corte leonesa, se


halla en la V ida de Uc de Sant Circ: autor de varias
biografías provenzales, cabe la posibilidad de que
fuera él m ism o, o alguien que le conociera, quien
escrib ió la suya, pues las noticias que se contienen
en ella no se desprenden de ninguno de los poem as
que nos han llegado; a pesar de esta relación autor-
biografiado, tropezam os con un esco llo im portante al
interpretar el fragm ento que insertam os:
«... Et estet lonc temps ab el [En Savaric de
Maleon] en Peitieu et en las soas encontradas, pois

39. Cfr. González,, Alfonso IX , p. 64. ■


40. Cfr. G o n z á l e z , A lfonso IX , pp. 66 y ss.
León. Fernando II y A lfonso IX 73

en Cataloingna et en Arragon et en Espaingna, ab


lo bon reí Amfos de Lion et ab lo rei Peire d’Arra-
gon ,,.»41
[... Y estuvo mucho tiempo con él (con Savarico de
Mauleon) en el Peitieu y en sus alrederores, después fue
a Cataluña, Aragón y España, con el buen rey Alfonso de
León y con el rey Pedro de Aragón...»]
1.2.9.1 La afirm ación de que estuvo en E spaña es
tajante, pero nos queda la duda de cuándo vino. De­
bem os adm itir un viaje entre 1196 y 1213: sería entre
estas fech as cuando v isitó al rey aragonés; tal vez
llegara entonces h asta los reinos de Castilla y de
León, aunque parece m ás posib le que realizara otro
viaje algunos años m ás tarde —hacia 1218— acom ­
pañando a Savaric de M auleón, con el que tenía e s­
trecha relación 44. N o poseem os m ás noticias acerca
de las p osib les estan cias de Uc de Sant Circ en las
cortes españolas; en su obra hay, tan sólo, dos alu­
siones que no nos ayudan nada y ninguna de sus
p oesías parece haber sido escrita al Sur de los Pi­
rineos 43­
1,2.9.2 D ebem os adm itir, aunque con gran penuria
de datos, que Uc realizó, posiblem ente, dos viajes:
uno a Aragón, antes de 1213; otro, a los reinos oc­
cidentales con los gascones de Savaric de M auleón,
alrededor de 1218.
1.3.1.1 Las conclu siones que se desprenden del pre­
sente estudio son las siguientes;
Giraut de B ornelh es el prim er trovador que de­
dica una com p osición a Fernando II, en cuya corte
—según Panvini— está escrita (1170).
1.3.1.2 Arnaut D aniel alude, en D o u tz brais, a un

41. Cfr. B o u tié re , Bíographies, p, 240.


42. R ecordem os que Savaric aparece en u n docu m en to de
1218 recogido en los Anales Toledanos (cfr. M enéndez P idal ,
Poesía juglaresca, pp, 125-126, nota).
43. Cfr. J e a n r o y - S a l v e r d a de G ra v e , Uc de S a n t Circ, p .
X III; vid. tam bién R i q u e r , L os trovadores, LXXXVI.II, pp
1339 y ss. Cfr. infra.
74 Carlos Alvar

su ceso en el que intervino el rey de León, pero la


cita, adem ás de ser im precisa, m uestra la lejanía
del trovador (1180-1181).
1.3.1.3 Se pueden añadir, a este par de testim onios,
las referencias indirectas «a los reyes de España»,
que aparecen en la obra de Peire Vidal.
1.3.2 Es este ú ltim o trovador el prim ero que dedica
una com posición al nuevo rey leonés, A lfonso IX,
de quien p osiblem ente fue huésped entre 1201 y 1204.
Entre esto s tres años se han fechado las dos com ­
posiciones en las que elogia a Alfonso IX . El rey
leonés debe ser uno de los «reyes de España» a los
que alude en un par de sirventeses.
1.3.3 Por esta m ism a época, Guilhem M agret alaba
a todos los reyes de la Península, los «cinco pilares»
del puente, pero dedica su elogio m ás ferviente al rey
leonés y a sus dom inios.
1.3.4 H acia 1210, Elias Cairel envía un par de com ­
posiciones a Alfonso IX, en cuya corte se encuentra
seguram ente.
1.3.5 ' Una m ención aparte m erece el poem a extenso
de Raim on Vidal de B esalú, Castia-gilos; el tem a que
se relata en él podría situarse entre 1191 y 1194, si
bien la com posición es posterior a 1214.
1.3.6 El ú ltim o testim on io conservado se refiere a
la visita de Uc de Sant Circ alrededor de 1218.
1.4 De acuerdo con estos datos, debem os rectificar
de nuevo la inform ación de Jeanroy quien afirm a
que
Ferdinand II (1157-88), ri'est pas connu comme
protecteur des troubadours et le nom de son fils
Alfonse IX (1187-1230) apparait uniquement dans
les oeuvres de Peire Vidal, qui avait certainement
fréquenté sa cour et d’Elias Cairel, qui le compare
a une fontaine toujours jaillissante

44. Jeanroy, La poésie lyrique, I, p. 207.


f

CASTILLA. ALFONSO VIH

1 El reinado de Alfonso V III se ve enturbiado en


su com ienzo por los enfrentam ientos de los Lara
y de los Castro d eseosos de la tu tela del joven rey,
que hasta 1169 no se em ancipa y em pieza a gobernar
personalm ente.

1.1 E s en esta fecha, o un año m ás tarde, cuando


Giraut de B ornelh com pone Ges de sobrevoler, en
cuya to m a d a se dirige a Fernando II de L e ó n 1 y a
un rey A lfonso, que puede ser el rey castellan o o
e l 1aragonés 2:
Pero be volh que‘l reís Ferans
’ auia mo vers e l reís N ’Amfos! 3
[Bien quiero que el rey Fernando oiga mi verso y el
rey don Alfonso.]
El reis N ’A m fos podría ser el m onarca castellano,
piles se nom bra a la vez que el rey de León; sin
em bargo, no hay argum entos para rechazar la iden­
tificación con A lfonso II.

1.2 H asta unos quince años m ás tarde no vuelve

1. Cfr. supra, IV, § 1.1.1. ■


2.Cfr. K olsen, G iraut de B ornelh, II, p. 63.
3. K o lsen , G iraut de Bornelh, I, X X IX , e str, IX, vv. 66­
67,- p. 166.
76 Carlos Alvar

a haber ninguna alusión al rey castellano en las obras


de los trovadores. Es ahora B ertrán de Born quien
elogia e incita al com bate a Alfonso V III en un sir­
ventés tan im portante com o Puois lo gens term inis
floritz:
Lo reís cui es Castrasoritz
e te de Toleta'l palais
lau que mostré de sos eslais
sai al filh del barsalones,
quar per drech sos malvatz om e s 4.

[Apruebo que el rey de quien es Castrojeriz y que tiene


el palacio de Toledo demuestre aquí su ímpetu contra
el hijo dél barcelonés, pues en justicia es su malvado
vasallo.]

1.2.1 El circunloquio no nos im pide ver la identidad


del rey de C astrojeriz y Toledo; por si fuera poco,
Bertrán de Born subraya esta identificación con unas
palabras que podrían parecem os extrañas:

sai al filh del barsalones,


quar per drech sos malvatz om es.
1.2.2 Los editores del sirventés destacaron desde el
principio e sto s versos, e interpretaron correctam ente
la a lu s ió n 5. E s interesante ver el com entario de
Kastner:
Alphonso II, and his father Ramon-Berenguer
before him, did homage to the king oí Castile, but
Alphonso II was relie ved of this obligation by the
treaty of 1177 between himself and Alphonso VIII
of Castile —an event recorded by a chronicler of
repute as one of the outstanding achievements of
Alphonso's reign. However, from the context it is
permissible to conclude that Bertrán was aware
of the faets but wished to convey that, though Al-

4. Edic. A ffel, B. van Born, X XI, estr. IV, vv. 28-32, p. 50.
El texto que ofrecem os sigue las grafías con que lo editó
R iquer en Los trovadores, X X X II, 133, p. 713. La tra d u c ­
ción es de R iquér.
5. Cfr. R i q u e r , L os trovadores, X X X II, 133, pp, 709 y ss.
Castilla. Alfonso V III 77

phónso was no longer the king of CastiJ.e's vassal


he ought still, by rights, to be in that subordínate
position 6.
Suárez esp ecifica aún más:
El cerco de Cuenca duró nueve meses La ciu­
dad se rindió el 21 de septiembre (1177); recibió
un Fuero que sería modelo para otras muchas y
se convirtió en cabe 2 a de obispado. Alfonso II
hizo luego una expedición a tierras murcianas para
intentar restablecer el tributo que este reino pa­
gaba. En remuneración por la ayuda prestada,
Alfonso VIH suprimió el homenaje que los mo­
narcas aragoneses debían a los castellanos por el
reino de Zaragoza 7.

1.3 Por enton ces, Peire Vidal com pone Plus qu'el
paubres, elogio a los reinos p eninsulares, en el que
lam enta que los m onarcas n o quieran firm ar las
paces:
Ais quatre reis d’Espanh’esta mout mal
quar no volon aver patz entre ío r 8;
[Está muy mal que los cuatro reyes de España no
quieran tener paz entre sí.]

Aunque se d escon oce la fecha exacta de esta poe­


sía, tiene que ser anterior al m es de agosto de 1186,
fecha de la m uerte del conde de B retaña, citado com o
vivo en la canción.

1.4 T am poco debe ser m uy posterior otra com posi-

6. K a stner , B ertrán de B orn's p. 232.


7. Cfr. S uárez , H istoria de España, pp. 233 y 248; cfr. tam ­
bién M enéndez P idal , Et Im p erio hispánico y los cinco reinos,
M adrid, 1950, pp. 168 y ss. E ste vasallaje se inició en 1137 (tra s
ci com prom iso m atrim o n ial de R am ón B erenguer con P etro ­
n ila) y d u ró hasta' la m u erte de Sancho II el D eseado (1158).
El tra ta d o de T udillén (1151) reconoce la existencia del v a­
sallaje, y en 1177 se reconoce que el vasallaje ya no existe.
La verdad es, al re p a sa r la colección d iplom ática de Alfon­
so V III, que éste ya no se titu la señ o r de Zaragoza, que era
la base del vasallaje.
8. E d ic . A valle, Peire Vidal, X XX VII, estr. V II, vv. 49­
50, p. 325.
78 Carlos Alvar

ción de B ertrán de Born, Sieu jo s aissi senher, en la


que se podría ver una referencia a A lfonso V III y a
su m ujer Leonor de Inglaterra en una estrofa en la
que ataca a R icardo Corazón de León:

E puois non es per sa térra, iros


mcmbre'lh sa sor e -l maritz orgolhos,
que la laissa e no la vol tener
(aquest forfachs mi sembla desplazer) 9.
[Y puesto que no está enfadado por su tierra, que se
acuerde de su hermana y del marido orgulloso, que la
abandona y no la quiere tener (esta fechoría me parece
que no le gusta).]

N o hay que olvidar que la m ujer de Alfonso V III


era herm ana de Ricardo. Sin em bargo, creem os que
es m ás acertada la h ipótesis de De B oysson, quien
pone en relación esto s versos con Felipe-Augusto de
Francia, com o señalam os en su m o m e n to 10.

1.5 Antes del 3 de octubre de 1187 —fecha de la


pérdida de Jerusalén com pone Peire Vidal una can­
ción en la que se dirige a un bon rei:

Et al bon rei don Dieus forsa e lezer


c'aissi puosca son bon pretz mantener n ,

[Y que Dios dé al buen rey fuerza y oportunidad para


que así pueda mantener su buen mérito.]

Señala Avalle que

Di bon rei nella poesía del Vidal ve ne sono


due: Alfonso VIII di Castiglia [...] ed Alfonso II
d’Aragona [...] Troppo vago qui l'accenno perché
si possa stabilire con sicurezza se si tratti del
primo o del secondo. Comunque sia, dato che ques-
to componimento sembr'esser stato scritto in Pro-

9; Appel, B. von B orn, X X IX , e str. IV, vv. 22-25, p. 74


10. Cfr. in¡ra, VI, § 2.1.1.
11. B els A m ics cars, edic. A valle, Peire Vidal, II, estr, V II
vv. 4849, p, 32.
Castilla. Alfonso VIII 79

venza, si potrebbe esser tentati a vedere nel bon


rei Alfonso II, re d’Aragona e signore di Pro-
venza 12.
Por este m otivo, y siguiendo la tesis de Avalle,
pensam os que se trata de Alfonso II.

1.6 M ientras tanto, Giraut de Bornelh visitaba la


corte castellan a y era asaltado en la frontera de Na­
varra y Aragón, com o vim os m ás a r r ib a 13. Además
d el testim on io que n os ofrece la Vida provenzal de
este trovador, se nos han conservado algunas com ­
p osicion es m ás, elaboradas en la corte' de Alfonso
V III, com o es Car non ai, sirventés posterior al 23
de septiem bre de 1190:
E port prezen
al rei N'Anfos
de mos sos;
c'altra manentia
non ai mas de dir
que l'aus perófrir.
Car a valen
e mante
Pretz, me conve
qu'eu l'estei aclis
sers oltramaris 14.
[Y le ofrezco al rey don Alfonso m is moledlas; pues
no tengo otra riqueza sino decir que me atrevo a ofre­
cérselo. Y ya que tiene valía y mantiene a Mérito, es
justo que yo le sea siervo sumiso más allá del mar.]

1.6.1 La iden tificación con el rey castellan o se apo­


ya, fundam entalm ente, en la tornada de esta m ism a
poesía:
Razo s’enten,
si'l mante

12. A valle, Peire Vidal, p. 28.


13. Cfr. supra, III, § 1.3.6.
14. 'Ko i .s e n , G iraut de Bornelh, I, X X X V III, estr. VI, vv
80-90, p. 220.
15. K olsen , G iraut de B ornelh, I, X X X V III, e s t r . V II, vv.
91-95, p. 222.
80 Carlos Alvar

vas sanh Ierre,


car trop mais conquis
sobre sarrazis!15
[Se escucha (?) a la razón si la mantiene en Tierra
Santa, pues ha vencido muchas veces a los sarracenos.]

1.6.2 Creo que nos encontram os ante un hecho dig­


no de tenerse en cuenta. K olsen observa que se tra­
ta del rey Alfonso V III de Castilla y pien sa que el
trovador alude a su adhesión a la com itiva castella­
na que iba a Tierra Santa I6. El asunto ya se había
planteado en la estrofa V de la canción LXVIII,
com pu esta entre 1188 y 1189:

Re no-m val us sois trais


al pas dezencombrar.
Totz m'en cuidei laissar;
mas venra l'alamans,
l'adrechs e -l benestans,
miralhs e guitz e flors
d'altres emperadors,
e eréis per gran afar! .
Fois auziretz passar
per loes e per sazos
mals pas e mais senders
ties ab chastelas
de nom partitz e de conselh propdas 17.
[No me vale de nada espolear para dejar libre el ca­
mino. Creí dejarlo todo, pero vendrá el alemán, diestro
y amable, espejo, guía y flor de los demás emperadores.
¡Y aumenta por gran condición! Luego oiréis pasar por
todas partes, y en ocasiones, por malos pasos y malos
senderos, tudescos con castellanos, separados por el nom­
bre y cercanos por el propósito.]

1.6.3 La presencia castellana en las cruzadas ya era


conocida: en 1196 el papa conm uta a Diego López
de Haro el voto de ir a Tierra Sarita, a petición pro­
pia y del obispo de Pamplona; tam bién los caballe­

16. K o lsen , G iraut de Bornelh, II, p. 77. .


17. De bells dichs, edic. K olsen , G iraut de B o rn elh , I
LX V III, estr. V, vv. 53-65, p. 434.
Castilla. Alfonso VIII 81

ros de la orden de Calatrava tenían proyecto de co­


laborar en la reconquista del Santo S e p u lc r o 17bis;
por e so no debe extrañarnos que R aim baut de Va-
queiras, en la Carta épica, aluda a los esp añ oles de
la IV Cruzada (1.205)ia.

1.7 Ya hem os estudiado m ás arriba 19 cóm o Guillem


de Berguedá iba en peregrinación a Santiago de Com-
postela; no sería extraño que el trovador visitara las
cortes de Castilla y León en este prim er viaje. Nos
parece m ás seguro — a juzgar por las referen cias—
que G uillem de Berguedá estuviera otra vez m ás
en Castilla algunos años después. A este nuevo
viaje pertenecería Un sirventes ai en cor a bastir y
— tal vez— , com o señala R iquer 20, Mais volgra chan­
tar y Lai on hom.

1.7.1 Las causas de este viaje no están m uy claras;


un factor im portante debió ser la enem istad del
arzobispo de Tarragona, que apartó a G uillem de Al­
fon so II, según n os dice el propio trovador en Un
sirventes ai en cor a bastir:

c'ab mon seignor me cuich desavenir


car no m'acuoill en sa bona compaigna;
e non per tort ni per colpa q'ieu aia,
mas car el ere q'al archivesque p la ia 2!.

[Pues me progongo desavenirme de mi señor porque


no me acoge en su buena compañía y no por sinrazón
ni por culpa que yo tenga, sino porque él cree que [eso]
place al arzobispo.]

1.7.2 D esconozco los m otivos de este od io al arzo­


bispo B erenguer de V iladem uls, aunque se pueden

17 bis. Cfr. GoSi, H istoria de la Bula de ¡a Cruzada en


España, pp. 99 y 109.
18. Cfr. edic. L in sk ill, R aim baut de Vaquetras, pp. 305
y 332.
19. Cfr, supra, III, § 1.3.1,
20. R iq u e r , G uillem de Berguedá, I, p. 118.
21. :R iquer, G uillem de Berguedá., II, X X I, vv. 3-6, p. 183.
82 Carlos Alvar

suponer si tenem os bien presente la figura de Gui-


llem de Berguedá. Riquer añade, adem ás, que este sír-
ventés fue escrito «cuando G uiliem de Berguedá, d es­
avenido con su señor A lfonso II de Aragón y m ilitan­
do en la facción del rebelde conde Arnau de Castell-
bó, [ ...] se propone trasladarse al reino de Casti­
lla» 22:

Reis castellans, vas vos mi volv e ‘m vir23


[Rey castellano, hacia vos me vuelvo y me inclino.]
El itinerario que va a seguir nos lo expresa en Lai
on hom:
m'en tornarai en Castelha,
on son tan complit tug li be;
e veyrai enans Arago 24.
[Me volveré a Castilla, donde todos los bienes son
tan cumplidos, y antes veré Aragón.]

1.7.3 La acogida que dispensaron los reyes de Casti­


lla a G uiliem debió ser espléndida, si juzgam os por
las alabanzas que el trovador dedica a Alfonso VIII
y a doña Leonor:

Reis castellans, vas vos mi volv e -m vir,


car so dauratz c'autra poestatz stagna,
e pot vos han per lo meillor chausir
q'es dal Peiron tro sus en Alemaigna;
car lai etz pros on autre reis s'esmaia
e valetz mais on h'om plus vos assaia,
c'a tot lo mon tenetz donar ubert,
e qui mais val, mais de bes l'en revert25.
[Rey castellano, hacia vos me vuelvo y me inclino, pues
doráis lo que otro soberano estaña, y se os puede con­
siderar el mejor que hay desde el Padrón hasta Alema-
mania, porque sois noble donde otro rey desfallece y

22. R iq u e r , L o s trovadores, XXI, 96, p. 538.


23. R iouer, Guiliem de Berguedá, II, X X I, v. 33, p. 184.
24. R iq u e r , G uiliem de Berguedá, II, X X V III, vv. 3-5, p. 238.
25. Un sirventés ai en cor, vv, 33-40; R io u e r , Guiliem de
Berguedá, I, p. 18.
Castilla. Alfonso VIII 83

valéis más cuanto más se os pone a prueba, pues tenéis


liberalidad abierta a todo el mundo, y, a quien más
vale, más bienes se le dan.]
1.7.4 En otra com p osición leem os:
Reis castellans, q’etz en luoc d’emperaire;
aissi cum etz rics de totz bos mestiers 26
[Rey castellano, que estáis en lugar de emperador, así
como sois rico de todas cualidades...]
1.7.5 Más lejos aún va en la tornada de Mais volgra
chantar:
Reys catellas, ans que no'us vis
m'en tornera de paradis;
s'ans del vezer lai fos intratz,
totz temps lai estera iratz 27.
[Rey castellano, antes que dejar de veros, abandona­
ría el paraíso y, si hubiese entrado en él antes de veros,
estaría allí siempre irritado.]

1.7.6 Las relaciones de G uillem de Berguedá con


Alfonso V III debieron ser notables, pues aparece pre­
sentando ante la corte a Aim eric de Peguilhan, se ­
gún afirm a la V ida provenzal de este últim o trova­
dor 28.

1.7.7 Para situar en el tiem po la segunda visita de


G uillem a Alfonso V III nos ten em os que basar, es­
p ecialm en te, en Un sirventes ai en cor, ya que nos
ofrece un abundante caudal de sugerencias :
1) Según Riquer, «esta com p osición opone m ani­
fiestam en te a los dos A lfonsos: el de Aragón, señor
del trovador, que lo aleja de su corte, y A lfonso de
Castilla, considerado uno de los m ejores reyes del
m undo (verso 36), y de cuya esposa se considera va­

26. R eis, s'anc nuill tem p s, vv. 25-26; R t q u e r , G uillem de


Berguedá, II, p. 204.
27. R iqtjer , G uillem de Berguedá, II, vv. 41-44, 234.
28. C fr. infra, V, § 1.35.
84 Carlos Alvar

sallo. Todo, eso tiene lógica y eficacia en m om entos


en que las relaciones entre los dos reyes no son muy
cordiales [ ...] . Una situación de tirantez entre estos
dos reyes Jlegó a definirse claram ente el 7 de sep­
tiem bre de 1190, cuando «Alfonso de Aragón firm ó
en B orja y en Daroca una alianza con Sancho VI de
Navarra, en la que se prom etieron ayuda m utua con­
tra el rey de Castilla» 29.
2) Apoyándose en la cita de Ricardo Corazón de
León com o el «reis que ten B ordéis e Blaia», Riquer
observa que este títu lo sólo es p osib le «a partir de!
6 de ju lio de 1189» 30. Otros datos hacen que sitúe la
canción «antes de lá quincena que va del 14 de abril
al prim ero de mayo» de 1190^ «la alusión al vizconde
de C astellbó hacía oportuna la com posición de este
sirventés en abril de 1190...» 31.
3) Es evidente que Guillem de Berguedá prepara
un nuevo viaje; así se explican las alabanzas que de­
dica a A lfonso V III. El viaje tuvo que ser inm ediata­
m ente posterior al m es de abril de 1190 y anterior a
1195, en que vuelven a firm ar las paces los reyes de
Aragón y Castilla.

1.7,8 C oncluirem os adm itiendo que el segundo viaje


de G uillem al reino de Castilla, si realm ente lo efec­
tuó, fue en 1190, pero no p odem os precisar qué du­
ración tuvo. Por otra parte, pensam os que el viaje
se realizaría entre el 15 de abril y el 7 dé septiem bre
de 1190 com o fechas lím it e s 32: por lo que respecta
al térm ino post guem, creo que queda su ficientem en­
te claro, después de leer las afirm aciones de Riquer
que hem os transcrito m ás arriba: no sucede lo m is­
m o con el térm ino ante quem: algunas páginas atrás
hem os utilizado este m ism o sirventés al intentar d es­
entrañar la personalidad del Sanchon que aparece en

29. RlQUES, G uillem de Berguedá, I, p. 133. La in fo rm a­


ción h istó rica procede de J. G on zá lez , A lfonso V IH , páginas
828-829.
30. R iouer, G uillem de Berguedá, I, p. 134,
31. R iq u e r , G uillem de Berguedá, I, p. 134.
32. Cfr. supra, III, § 1.3.11.3.
Castilla. Alfonso VIII 85

el verso 2 y llegam os a la con clu sión de que el sir­


ventés tenía que ser anterior al tratado de B orja y
Daroca, firm ado el 7 de septiem bre de 1190.

1.8 N o resulta m enos interesante una obra de Ber­


trán de Born, escrita este m ism o año, Miei sirventes
vuolh jar; el trovador se hace eco de uno de los pro­
blem as m ás serios d el reinado de A lfonso VIII:

Miei sirventes vuolh far deis reis amdos,


qu'en brieu veirem qu'aura mais chavaliers:
del valen rei de Castela, N ’Anfos,
qu'auch dir que ve e volrá soudadiers;
Richartz metra a muois et a sestiers
aur et argén, et te 's a benananza
metr’e donar, e no vol s’afiansa,
an 2 vol guerra mais que qualha esparviers 33.
[Medio sirventés quiero componer sobre los dos reyes,
pues en breve veremos quién tendrá más caballeros: don
Alfonso, el valiente rey de Castilla, de quien oigo decir
que viene y que querrá mercenarios, o Ricardo, que des­
pilfarrará oro y plata a celemines y a arrobas, y tiene
como un placer gastar y dar sin admitir fianza, y más
gusta de la guerra que el gavilán de la codorniz.]

1.8.1 Las explicaciones de este sirventés han sido


contradictorias: Milá, Stim m ing, Cléáat, etc., p ien ­
san que R icardo y A lfonso juntan un ejército para en­
frentarlo a Felipe A u g u sto 34. K astner se apoya en la
fecha de 1195 —problem a que tratarem os m ás ade­
lante— y señala que
á aucun moment de l'année 1195 Philippe-Au-
guste, Richard et Alphonse, aient pu se trouver
engagés dans une guerre oü ces deux demiers se
seraient joints en alliés contre le roi de France 33.

Y —continúa— desp ués afirm ando que las tenden-

33. Appel, B. von B orn X X X V II, estr. I, vv. 1-8, p. 88.


T raducción de R i q u e r , L o s trovadores, X X X II, 138, pp.
734-735.
34. Cfr. K a st n e r , La dale, pp, 487 y ss.
35. K a stner , La date, p. 490.
86 Carlos Alvar

cias de la política de A lfonso en esta época excluyen


toda intervención a favor de Ricardo, que no podía
tener ninguna sim patía por Alfonso — por su con­
ducta con Leonor así com o por su relación escanda­
losa, a principios de su m atrim onio, con la bella ju ­
día de Toledo— . Sin em bargo, las relaciones am is­
tosas de Ricardo con Navarra, enem igo secular de
Castilla, se pueden distinguir fácilm ente, ya desde el
m atrim onio de Berenguela y Ricardo (1191) 38.

1.8.2 En el reinado de Juan sin Tierra, A lfonso VIII


inclinó su política en favor de Felipe Augusto, fren­
te a los angevinos y, en 1200, Alfonso, aprovechando
la ausencia de Sancho VII, invade Navarra y con­
quista las provincias vascas de Alava y Guipúzcoa,
preparando así un proyecto que acariciaba desde ha­
cía tiem po: la invasión de Gascuña, dote de su espo­
sa Leonor. En 1202, Juan decidió firm ar un tratado
de alianza con Sancho V II, tratado que podía ser
efectiv o contra Francia o contra Castilla 37. El dere­
cho de A lfonso V III sobre Gascuña descansaba, tam ­
bién, «sur une collation faite par Richard, á une date
non spécifiée, et confirm ée dans la suite par Jean
Sans-Terre. Ce docum ent capital nous fournit... la
clef du sirventes de Bertrán de Born; et en outre une
preuve de plus que dans la cam pagne représentée
com e im m inente par Bertrán de Born, Richard Coeur
de Lion et A lphonse VIII de Castille ne pouvaient
pas se trouver du m ém e c o té » 3B. K astner termina,
«nous pouvons conclure en toute confiance [ ...]
qu'Alphonse m ena^ait de faire valoir ses droits par
les arm es du vivant de Richard, ce qu'il fit en rcali-
té quelques années plus tard lorsque Jeaii occupait
le troné» 39.

1.8.3 A -pesar de los abundantes datos históricos re­

36. K astner , La date, p, 491.


37. K astner , La date, p . 492.
38. Cfr. K a stner , La date, p. 494.
39. K astner , La date, p . 494.
Castilla. Alfonso VIII 87

lacionados con esta com posición, cuesta trabajo es­


tablecer la fecha exacta de Miei sirventes:
1) Stim m ing, Clédat, M. A. Thom as, Cartellieri,
Chaytor, etc., centran el sirventés en 1195, antes de
la batalla de Alarcos.
2) M ilá y Fontanals Jo sitúa entre 1196 y 1199,
pero olvida que B ertrán de Born estaba, ya, en ei
m onasterio de Dalon. Todos esto s investigadores
piensan que Ricardo y A lfonso form an un ejército
para enfrentarlo al rey fr a n c é s40.
3) K astner critica esta p ostura y señala la im ­
posibilid ad de una alianza entre los reyes de Castilla
y de Inglaterra; concluye su estu d io observando que
Si I'on admet la justesse de nos conclusions,
Bertrán de Born composa le sirventes en question,
non pas dans la seconde moitié de l’année 1195,
comme on l’a soutenu iusqu’ici, mais bientót
aprés le mois de juin 1190, peu avant le départ
de Richard Coeur de Lion pour la Terresainte41.
1,9 Por e sto s años, hacia 1191, debía encontrarse en
la corte castellana el trovador catalán Ramón Vidal
de B esalú, quien n os afirm a que oyó contar el «fa-
bliau» de Castia-gilos cuando estaba

En la cort del pus savi rey


que anc fos de neguna ley,
del rey de Castela, N'Amros,
e qui era condutz e dos, 1
sens e valors e cortezia
e engenhs de cavalayria,
qu'el non era onhs ni sagratz,
mas de pretz era coronatz
e de sen e de lialeza
e de valor e de proeza42.
[En la corte del rey más sabio que nunca existió de
ninguna ley, en la corte del rey Alfonso de Castilla, en

40. Cfr. K a stner , La dale, p p . 4B7 y ss., y R iq u e r , Los tro ­


vadores, p. 734.
41. K a stner , La date, p , 497.
42. Castia-gilós, vv. 3-12,
86 Carlos Alvar

quien había convites y generosidad, con buen sentido,


valor y cortesía, con ingenio de caballería, aunque no
estaba ungido ni consagrado, estaba coronado de méri­
to, de juicio y de lealtad, de valor y de valentía.j

1.9.1 Las alabánzas al rey castellano son frecuentes


a lo largo del Castia-gilos, ya desde el com ienzo,
cuando el juglar se presenta al rey antes de em pezar
su narración:

Ab tan ve us .1. ioglar ses bray


denan lo rey, franc, de bon aire,
e l dis: «Reys, de pretz emperaire,
ieu soi vengutz aisi a v o s ...43.
[Entonces ved llegar un juglar, sin alboroto, ante el
rey franco y de buen linaje y le dice: «Rey, emperador
de mérito, yo he venido así a vos...]

1.9.2 O, m ás adelante, cuando el juglar pide perm iso


al rey para comenzar:

... Franx reys, de pretz garnitz


ieu soi vengutz de mon repaire
a v o s ...44.
[Rey franco, revestido de mérito, yo he venido a vos
desde mi morada...] -

1.9.3 Si tenem os que otorgar una fecha a la estancia


de Ram ón Vidal de B esalú en la corte castellana, nos
inclinarem os a pensar que esta visita tuvo lugar en­
tre 1191 y 1214, ya que los reyes A lfonso y Leonor
aparecen com o vivos en la n a rra ció n 43.

1.10 Tam bién debía hallarse en Castilla otro trova­


dor, Peire Vidal, que com o prueba de su estancia ha
dejado num erosas com p osiciones en las que elogia
a A lfonso V III, com o verem os m ás a b a jo 46 y que en­

43. Castia-gilós, vv. 26-29.


44. Castia-gilós, vv. 36-38.
45. Cfr. supra, IV, §§ 1.2.8 y 1.2.8.1.
46. Cfr. infra. V, § 1.19. .
Castilla. Alfonso VIII B9

tre 1193 y 1204 elabora otras en el m ism o tono. An­


tes de llegar a Castilla había visitado la corte arago­
nesa, donde — sin duda— recibió con en tu siasm o las
ideas de A lfonso II, de colaboración con los dem ás
reinos hispánicos, reflejándolas en varias com posi­
ciones en las que exhorta a los reyes españ oles a de­
jar de luchar entre sí, com o sucede a A p e r pauc,
com puesta alrededor de 1193:
Deis reis d'Espanha*m tenh a fais,
quar tant volon guerra mest lo r 47,
[Estoy apenado de los reyes de España, pues tanto
desean la guerra entre ellos.]
1.11 De esta m ism a época, o, por lo m enos anterior
a 1194, es otra com p osición de Peire Vidal, Be m ’agra-
da, en la que el rei N'Amfos del verso 36 parece ser
A lfonso VIII:
Dona, tan sui de vos vezer cochos,
dona, que d'als non ai mon cor pensiu,
dona, quar vos mi podetz far caitiu,
don', e, si'us platz, plus ric qu-l rei N'Am fos48.
Si identificam os com o suelen iden tificar los pro-
venzalistas a bels Chastiatz 49 con el conde de Tolo­
sa — Ram ón V— esta p oesía será anterior a 1194, fe­
cha en que m urió este personaje. N o disponem os de
ningún dato seguro para situar cron ológicam en te la
com posición.
1.12.1 En 1195 el trovador Gavaudan alude en va­
rias de sus com p osicion es a lo reys N'Amfos. Así su­
cede, por ejem p lo, en el envío de Lo vers dech far;
Jeanroy señ aló que el N'Amfos del verso 77 es, «sin
duda, Alfonso V III de Castilla, pues nada perm ite su­
poner relaciones de Gavaudan con Alfonso II de
A ragón»50.
47. Edic. A v a lle , Peire Vidat, VI, vv. 33-34, p. 70.
48. Edic. Avalle, Peire Vida!, I, e str, V, vv. 33-36, p. 24,
49. B e m ’agrada, edic. A v a lle , Peire Vidal, I, e str, VI, v
46, p. 25.
50. J eanroy , G avaudan, p. 499; literalm en te, «con Alfon­
so V III de Aragón».
90 Carlos Alvar

1.12.2 La tornada de Patz passien, cita a tres jerar­


cas, «com te, rey et em perador» M; e l m ism o Jeanroy
se inclina a pensar que nos encontram os, de nuevo,
ante una alu sión a Alfonso V III, bajo el título de
«em perador». E sta poesía, de carácter religioso, es
recogida en la obra de O roz52, pero el autor no co­
m enta los versos que nos ocupan.

1.12.3 Las identificaciones en los casos que acaba­


m os de presentar no nos parecen dem asiado seguras:
en la prim era, el argum ento no es convincente; en
la otra, porque el m ism o Gavaudan se refiere a En­
rique VI de Alem ania al utilizar «em perador» en su
Cansó d e crozada.

1.12.4 Sin lugar a dudas, la com posición de Gavau-


dán que nos afecta m ás directam ente es Senhor, per
los nostres peccatz. Los problem as que plantea han
sido estudiados en repetidas ocasiones, pero fue
I. Frank quien dio — a m i parecer— las soluciones
m ás acertadas 53. Las d iscu sion es giran, principalm en­
te, en torno a dos puntos: cronología y localización.

1.12.5 Fauriel y Milá, entre otros, quisieron relacio­


nar esta canción con la cruzada que se predicó antes
de la batalla de las N avas de Tolosa, m ientras que
otro grupo de críticos, m ás recientes, se inclina a con­
siderarla dependiente de la batalla de Alarcos 54.

1.12.6 Tom ando com o apoyo e l artículo de F ra n k 55,


intentarem os ju stificar la postura que defiende com o
m otivo fundam ental de esta cansó, una cruzada tras
el desastre de Alarcos.
El m alogrado provenzalista señala, de acuerdo con
los versos 3-4, que la canción debe ser posterior a la

51. J e a n r o y , Gavaudan, V I I I , v. 84, p, 531.


52. O r o z , Lírica religiosa, p . 178.
53. Cfr. F rank , La Chanson de Croisade, especialm ente a
p a rtir de la p. 146.
54. Así, p o r ejem plo. Diez, Jeanroy, Frank y R iquer.
55. F rank , La Chanson de Croisade, pp. 146 y ss
Castilla. Alfonso VIH 91

tom a de Jerusalén por Saladino en 11875a. A partir


de esta fecha, continuúa, debem os buscar las prin­
cipales invasiones m usulm anas en la Península; hay
dos que nos interesan: una en 1195 y otra en 1211.
H asta aquí, no p odem os tom ar partido por ninguna
de las dos fechas. El prim er pilar que podem os con­
siderar sólid o lo hallam os en la cobla IV, donde se
enum eran varios reyes y nobles, identificados por
Frank com o sigue, y según la fecha que adoptem os 57:

1) El E m perador de Alemania: 1195: Enrique VI


(1191-1197). 1212: F ederico I I » (1211-1250),
2) El rey de Francia: Felipe Agusto (1180-1223).
3) El rey de Inglaterra, conde de Poitiers: 1195:
R icardo Corazón de León (1189-1199), 1212: Juan Sin
T ierra 59 (1199-1216). .
4) El rey de España: Alfonso V III de Casti­
lla (1158-1214).

1.12.7 H em os o m itid o e l «cozis» del verso 27 por no


poderse identificar de m anera segura. Si considera­
m os la poesía com pu esta en 1195, encaja perfecta­
m ente la cronología; si, por e l contrario, la situam os
en 1212, tendrem os que buscar solu cion es para las
dos im p osib ilid ades cronológicas señaladas: la de
considerar a Federico II com o E m perador y la de
creer que Juan Sin Tierra era con de de P o itie r s 60.

1.12.8 La argum entación a favor de 1212 se basa en


el carácter de Cruzada que tuvo la cam paña de
aquel a ñ o 61 Sin em bargo, n os parecen de m ás peso
los datos que sitúan la com p osición en 1195; no que­
rem os precisar, no obstante, tanto com o Jeanroy,
que afirm a: «il m e parait done vraisem blable que la

56. F rank, L cl C hanson de Croisade, p, 146.


57. F rank, La Chanson de Croisade, p. 149.
56. Federico II no fue coro n ad o e m p e rad o r h a sta 1220.
59. Sin em bargo, no fue conde d e Poitiers.
60. Milá, consciente del anacronism o, in te n ta solucionarlo
leyendo P o itú en vez d el evidente Poitiers.
61. El P ap a h ab ia o to rg ad o b u las y privilegios.
92 Carlos Alvar

piéce fu t com posée au lendem ain de la défaite d'Al-


fonse V III de C astille á Alarcos (19 ju illet 1195)» 62.

1.12.9 Por lo que respecta a la localización, en el


verso 55 de la poesía se dice:
Quan veyran los baros crozatz ®3,

Una m ala lectura hizo que veyran se tradujera


por 'ven d rán '64: el resultado de esta traducción fue
la hip ótesis, sostenida por Jeanroy entre otros, según
la cual Gavaudan se encontraba en las filas del ejér­
cito cristiano y ejercía «probablem ent le m étier *sou-
doyer' qui était fréquem m ent, surtout á l ’époque la
plus ancienne, associé á celui de jo n g le u r » 65. De
aquí arrancan las in terpretaciones m ás o m enos du­
dosas de las dos prim eras p oesías que h em os anali­
zado: es p osib le que Jeanroy pensara en la corte cas­
tellana al escribir «ejército crisitano», pues fue Al­
fonso V III, solo, quien se enfrentó con los alm oha­
des en Alarcos. Si Gavaudan estaba en el ejército
castellano sería por tener alguna relación con el m o­
narca y por eso cuando se lee, en Lo vers dech jar,
«Lo reys N'Am fos», Jeanroy no duda en identificar­
lo con A lfonso V III. Ahora bien, corrige la lectura
de veyran y señala que el trovador se hallaba en el
Tolosanés en el m om en to de com poner la p o e s ía 66;
entonces, resulta evidente que las relaciones con Al­
fonso V III no eran tan seguras com o se creía y, sin
em bargo, sí lo son las de A lfonso II de Aragón, su
señor natural.

1.12.10 Es difícil, pues, asegurar que Gavaudan es­


tuviera una tem porada, m ás o m enos larga, en la
corte castellana, sin em bargo, no hay duda de que co­
noció el desastre de Alarcos m uy poco tiem po d es­
pués de que se produjera.

62. J ea n r o y , Gavaudan, p. 498.


¿3. E d ic . J ea n r o y , G avaudan, estr. V II, p. 535.
64. veyran ten d ría que se r venran.
65. Jean ro y , Gavaudan, p. 499.
66. Cfr, F rank , La Chanson de Croisade, p. 162.
Castilla. Alfonso VIII 93

1.13 N o son estos versos el ún ico testim on io de la


derrota de Alarcos; F olquet de Marselha, el trovador
que m ás tarde llegará a ser ob ispo de T olosa y pro­
tector de Santo D om ingo de Guzmán, escrib ió una
canción de cruzada invitando a los nob les a partici­
par en la lucha contra los m usulm anes, después de
conocer la derrota del ejército cristiano:

«En Folquetz de Marceilla, qu’era molt amicx


del bon rei de Castela e non era aneara rendutz
a l'orde de Sístel, si fes una prezícansa, per con­
fortar los baros e la bona gen, que deguesson
secorre al bon rei N'Anfos, mostran lur honors
que lur seria los secors que farion al rei, e l per-
don qu'ill n’aurion de Dieu.»fi7
[Folquet de Marselha, que era muy amigo del buen rey
de Castilla y aún no había entrado en la orden del Cís-
ter, predicó para animar a los barones y a la buena
gente, que debían socorrer al buen rey don Alfonso,
mostrándoles el honor que obtendrían de la ayuda que
prestaran al rey y el perdón que conseguirían de Dios
por ella.]

1.13.1 Así interpretó un autor del siglo x m la can­


ción de cruzada de Folquet de M arselha. El m agistral
estu d io de S tr o ñ sk i68 ha ido puntualizando todas es­
tas afirm aciones y dedujo que «Une allu sion á Alfon-
se de C astille... ne su ffit pas pour affirm er que Fol­
quet ait été hóte du roi de Castille» B9.

1.13.2 E fectivam ente, esta cansó de crozada es la


obra de Folquet que m ás nos atañe tanto por su tex­
to com o por ia razó que la precede y de la qu e aca­
b am os de transcribir un fragm ento. C reem os ú til re­
cordar el tem a de H ueim ais no-y conosc razo•

I. N o hay pretexto p osib le para no evitar que


E spaña se pierda- ■

67. Razó de 155, 15. C fr. B o u t ié r e , Biographies, p. 482.


68. S t r o n s k i , F olquet de M arselha ( v id . b ib lio g r a f ía ) .
69. S t r o n s k i , F olquet de M arselha, p . 8*.
94 Carlos Alvar

II. D ios dio su vida por nosotros; ahora pode­


m os m orir por í l.
III. Hay dem asiada preocupación por el bienes­
tar del cuerpo y ninguna por la salvación del
alma.
IV. D ebem os seguir el ejem p lo del rey de Ara­
gón, valiente y generoso, que será recom pen­
sado por D ios en breve.
V. El rey castellano deberá volverse hacia Dios
tom ándolo por com pañero y dejar su orgullo.
1.13.3 Es evidente que la canción abunda en ele­
m entos de tono m oralizante: las ideas de nuestro tro­
vador brotan en esta com posición y, gracias a ella,
sabem os qué pensaba Folquet de M arselha sobre la
derrota de Alarcos; com entando los versos, Stroñski
señala:
«En s ’adressent á Alfonse V III de Castille, Folquet
l'engage á s'incliner désorm ais devant Dieu. Fidéle
aux idees de son tem ps, il considere done cette dé-
faite com m e un chátim m ent du ciel et parait au
courant de quelques-unes des accusations qui pe-
saient sur la renom m ée du roi. Les chroniqueurs
nous racontent, en realité, par quels griefs on s'ex-
pliquait ce désastre dans plusieurs pays. La versión
la plus authentique, et qui s ’acredita m ém e dans la
m aison royale, y voyait l'expiation des am ours du roi
avec une belle ju ive de Toléde pendant les sept pre­
m ieres années qui suivirent son m ariage avec Eléo-
nore d'Angleterre» 69 Ws.
La apreciación de Stroñski nos parece exagerada,
y esp ecialm ente si leem os los versos con cierta neu­
tralidad:
et autr'esfortz ses Dieu torn'e nien;
qu’aissi valra sos ríes pretz per un cen
si acuelh Dieu hueimais a companho;
qu’elh no vol re mas reconoyssemen:
sol que vas Dieu no sia ergulhos...70

69 bis. S t r o ñ s k i , Folquet de Marselha, p. 27*.


70. H ueim ais n o -y conosc razó (155, 15), edic. S t r o ñ s k i ,
Folquet de Marselha, estr. V. vv. 50-54, p. 85.
Castilla. Alfonso VIII 95

[y cualquier otro esfuerzo sin contar con la ayuda de


Dios se queda en nada; su mérito valdrá así cien veces
más, si de ahora en adelante acoge a Dios por compa­
ñero; porque Dios no quiere nada más que ser recono­
cido: basta con que no sea orgullo con Él...]
1.13.4 En las tres prim eras estrofas se nos presenta
esta poesía com o una canción de cruzada; el resto
de las estrofas está dedicado, com o vim os, a Alfon­
so II de Aragón, com o ejem plo de generosidad, que
ayudará a los que vayan a luchar contra los moros;
la otra estro fa se dirige a Alfonso V III, causante de
la derrota por su conducta: F olquet no puede pri­
varse de am onestar al rey castellano; la canción de
cruzada se nos convierte así en la ju stifica ció n del
d esastre m ilitar porque el ejército cristiano no con­
taba con la ayuda de Dios.
1.13.5 Sin em bargo, J, González, el m ás profundo
conocedor de la figura de Alfonso V III, rechaza la
h istoricidad de los am ores del rey castellano con la
herm osa judía y considera que la leyenda ha pros­
perado fundam entalm ente por los valores literarios.
Concluye el citado historiador pensando que la espe­
cie fue lanzada con un fin: «En la prim era versión se
aduce al hech o com o tercera razón de la fundación
de las H uelgas. El origen tardío de la leyenda se evi­
dencia por los errores cr o n o ló g ic o s» 71.
De acuerdo con e sto s testim onios, habrá qu e bus­
car otra causa distin ta para las palabras de Folquet,
1.13.6 La ca n ció n d e cru zad a v a p rec ed id a p or una
ra zo d el sig lo x n r, estu d ia d a d ete n id a m e n te p or
S t r o ñ s k i72. E l a u to r d e la ra zo fu n d e en u n o so lo
v a rio s h ech o s d ife re n tes; e s to s erro res se d eb en — se­
gún p ien sa S tr o ñ sk i— a q u e «p ou r m e ttr é la ch a n so n
d e F o lq u e t en rap p ort a v ec s e s in fo r m a tio n s h isto ri-
q u e s su r le s lu tte s e sp a g n o le s, il n ’a q u e la ch a n so n
e lle m é m e » 73.

71. J. G 0 N7.ii.EZ, A lf o n s o V III, pp. 26-38.


72. Cfr. S t r o ñ s k i , F o lq u e t d e M a r s e th a , pp. 148 y ss.
73. S t r o ñ s k i , F o lq u e t d e M a r s e lh a , t>. 151.
96 Carlos Alvar

1.13.7 La razo es una glosa de la poesía de Folquet


de M arselha. Es, precisam ente, este carácter de glosa
el que n os ayuda de m anera m ás clara y el que nos
m uestra los conocim ientos del exégeta del siglo x m ,
que nos ofrece, de su cosecha, la inform ación de to­
dos lo s nom bres propios (reyes, castillos, tierras,..),
a la vez que p rescinde d el tono m oralizante de la
com posición. E ste es e í paso m ás im portante, por
rom per —en parte— la estructura m ism a de la
poesía.

1.13.8 En el libro de Stroñski fueron am pliam ente


com entadas todas las alusiones, por lo que creem os
que será su ficien te dar una sín tesis de laá ideas de
este provenzalista y discutirlas en caso necesario; se­
ñala S troñski que el intérprete deí siglo x m «con-
nait assez bien la période 1195-1212 des lu ttes entre
les chrétiens et les m usulm ans en Espagne, jusqu'á
tels détails com m e les nom s des cháteaux pris, com-
m e les invasions dans le pays et les siéges de Toléde
aprés la défaite d’Alarcos, com m e le m essage d'Al-
fonse V III avant Las Navas. On s'étonne seulem ent
que la p ériode Alarcos-Las N avas paraísse se fondre,
pour lui, en une su ite de faits á peu prés continué et
com m e si elle n e s'étendait pas sur p lu s de quinze
ans. D'autre part, il est sp écialem ent b ien renseigné
sur ce qui concerne l'Ordre cistercien de Calatrava
com m e l ’indique son choix de cháteaux [ ...] ; il paralt
croire que la chanson fut com p osée avant Las Na­
vas (1212) et il d it pourtant que F olquet ne s ’était
pas encore fait m oine á cette d a te » 74.
Más adelante añade e l m ism o investigador que la
razo «com m ente done la chanson non seulem ent par
la grande défaite (desconfitz), m ais encore par des
invasions su bséquentes (et s o v e n intravan, etc.). D'au­
tre part, c'est une chanson de croisade, e t la croisade
eut lieu seulem ent avant Las Navas: il parait done
étendre son com m entaire jusqu'en 1211 (perte céle­
bre de Salva terra et du Casi el d e D o m p nas [D ueñas]

74. S tro ñ sk i, F olquet de Marselha, p. 151.


Castilla. Alfonso VIII 97

et m e ssa tg e s al papa), car il est naturel de placer une


chanson de croisade assez prés de la croisade qu'elle
p r éc h a it» 75, R iquer se expresa de m anera sem ejan­
te: «Canción de cruzada escrita por Foiquet de Mar-
selha a raíz del d esastre m ilitar sufrido por A lfon­
so V III de C astilla en Alarcos (19 de ju lio de U 95) y
con la finalidad de anim ar a éste y a A lfonso II de
Aragón para que em prendan una nueva cam paña con­
tra los m o r o s» 7S. Se nos plantea, pues, un nuevo
problem a: la fecha.

1.13.9 Stroñ sk i se inclina hacia el año 1211, argu­


m entando que «on n ’a pas rem arqué que la razo IV
plagait avant la chanson de F oiquet non seulem ent
la bataille d’Alarcos m ais au ssi des in vasions ulté-
rieures des M aures survenues en 1196 et 1197»77.
Sin em bargo, el m ism o Stron ski afirm a en otra
ocasión que «cette piéce s'adresse, dans les deux der-
n iéres stroph es, á deux rois: A lfonse II d'Aragon et
A lfonse V III de C a stille » 7B, y vuelve a corroborar
su afirm ación m ás adelante: «A lfonse II d'Aragon,
avec lequel Foiquet était lié depuis longtem ps, est
pour lui le souverain dont il attend la défense de
l ’Espagne et qu'il célébre. II a peut-étre été inform é
des in ten tion s du roi en p résence de ce grand désas-
tre qu'Alfonse II s ’appliquait á réparer, en am enant
la concorde entre las souverains chrétien s d'Espag-
ne. M alheureusem ent, la p rédiction que le roi en sera
recom pensé, s'il le veut, cette annéee m ém e ici bas
(par une victoire) ou bien en haut dans le ciel (43-44)
se réalisa, plus vite que Foiquet ne l ’aurait voulu, par
la m ort du roi (26 avril 1196)» 79.

1.13.10 E stá claro que la canción fue com pu esta an­


tes de la m uerte del rey aragonés, pero el intérprete
del siglo x iii la retrasa unos cuantos años; es éste

75. S t r o n s k i , F oiquet de Marselha, p . 152.


76. R iq u e r , L o s tro v a d o re s, X X V II, 112, p . 599.
77. S t r o n s k i , F oiquet de M arselha, p . 183.
78. S t r o n s k i , F oiquet de Marselha, p . 26 *.
79. S t r o n s k i , F oiquet de M arselha, p p . 26 * y 27*.
98 Carlos Alvar

el error fundam ental de la razo —al m en os así nos


parece— ya que en él se asientan todos los dem ás.

1.13.11 R esum iendo en unas palabras el presente


análisis, p odem os concluir que:
— La canción de cruzada de F olquet de M arselha
tienen un tono m oralizador tan acusado que nos
h ace pensar, m ás bien, en una ju stificación de
la derrota.
— La razo del siglo x m que p recede a la canción
afirm a que el trovador era am igo de Alfon­
so V III. No sabem os hasta qué punto se puede
dar fe a este testim onio, ya que, si b ien el autor
está inform ado de los su cesos, frecuentem ente
hallam os errores cronológicos que nos hacen
desconfiar.
— La fecha oscila entre la segunda m itad del mes
de ju lio de 1195 y el 26 de abril de 1196.
— Por últim o, no creem os, con Riquer, que Fol­
quet visitara la corte castellana: «Folquet, rico
m ercader y ciudadano de M arsella, con un ho­
gar estable, no es el típ ico trovador que reco­
rre las cortes ejercien do su o ficio y en dem anda
de r e c o m p e n sa s...» 80.

1.14 M ientras tanto, Piere Vidal, trovador ya cono­


cido por nosotros 81, continúa elogiando al rey Alfon­
so VIII; así, Castilla ocupa el prim er lugar en la ala­
banza que hace de los reinos cristianos en M out es
bona terr'Espanha:
Per que-m platz qu'entr'els remanha
en l’em perial reyo,
quar ses tota contenso
mi rete gent e-m gazanha
reis em peraires N ’Anfos,
per cui Jovens es joyos,
quez el m on non a valensa,
que sa valors no la vensa82.
SO. R i q u e r , L os tr o v a d o r e s , X X V II, pp. 584-585.
81. Cfr. s u p r a , V, §§ 1.3 y 1.10, 1.11, etc.
82. Edic. A valle, Peire Vtdal, X , estr. II, p. 101.
Castilla. Alfonso VIII 99

[Por lo que m e place quedarme entre ellos, en la re­


gión im perial, pues sin ninguna discusión m e retiene
gentilm ente y m e gana el rey em perador don Alfonso,
por quien Juventud está contenta, ya que en el m undo
no hay valentía que no sea vencida por su valor.]

Según la m ayoría de los investigadores, esta com ­


p osición fue escrita durante una estancia de Peire
V idal en C a stilla 83.

1.15.1 Hay otro recuerdo al rey A lfonso V III en una


de las últim as p oesías de nuestro trovador:

Dona, per vos ara Narbones


E M olinatz e Sarvartes,
Castella e-1 bon rei N'Amfos,
De cui sui cavaliers para vos ®*.

[Señora, por vos am o el Narbonés, Molina, Savartés,


a C astilla y al buen rey don Alfonso, de quien soy caba­
llero gracias a vos.]

1.15.2 Una de las acusaciones que se han hecho con­


tra Peire Vidal se inspira, p recisam ente, en el ú lti­
m o verso citado: ¿cóm o siendo hijo de un m ercader
de pieles pudo ascender tanto en la corte castellana
y ser nom brado caballero? H oepffner intenta darnos
la explicación: recordem os que nuestro trovador vi­
sitó el vizcondado de Narbona; gracias a alguna n o­
b le de la fam ilia de los Lara de N arbona, el rey debió
regalarle un caballo a P e ir e 85; de ahí que se denom i­
ne caballero y que se lo agradezca en los versos trans­
critos. La generosidad del rey castellano apenas tie­
ne parangón; só lo se puede com parar con la del leo­
nés, N o puede ser de otra m anera, pues es una de
las personas m ás ricas:

83. C fr. H o e p f f n e r , Peire Vidal, pp. 51 y ss.; R i q u e r , ¿ os


trovadores, XLI, 171, p. 879; A v a lle , Peire Vidal, p, 99.
84. Quaní hom es en a u irui poder, e d ic . A valle, Peire Vi-
daí, e s t r . V I I I , vv. 57-50, p . 410.
85. Cfr, H o e p ffn e r, Peire Vidal, p. 152. En provenzal, com o
en c a t a l á n y castellano, no existe la diferencia que m a r c a n
los franceses e n tre cavalier 'jin e te ’ y chevaiier 'n o b le'.
100 Carlos Alvar

Dona, quar vos mi podetz far caitiu,


Don', e, si-us platz, plus ríe que‘1 rei N ’A m fos86.
[Señora, vos podéis hacerme prisionero, señora, y si
os place, más rico que el rey Alfonso.]

Al m enos, así lo identifican, entre otros, Avalle 87 y


J ea n ro y 8B.

1.16 Los investigadores no coinciden de m anera tan


clara en otras alusiones; cuando Peire Vidal ensalza
a los reyes españoles, se pone al lado de Aragón, Cas­
tilla y León, pero sólo cita el nom bre del valens reis
N ’A m fos 89. H oepffner cree — con dudas— que el sir­
ventés es de la época de Pedro II, con lo cual la alu­
sión haría referencia a A lfonso VIII de C a stilla 90,
h ip ótesis confirm ada por A v a lle91. Los m otivos de
H oepffner se basan en

lire dans les vers qui suivent immédiatament que


ce roi «tient solidement les castels oü Gloire est
servie, honorée et désirée»... Ce serait bien dans
la maniere de Peire de jouer ainsi avec les mots
de Castela et castel. Mais comme nous le ferons
voir plus Ioin, nous avons de raisons de croire
qu'il s'agit plutót du roi d’Aragon 92.

1.17 De form a análoga se expresa años m ás tarde


cuando afirm a — corrigiendo su punto de vista de
otras ocasio n es— que
le valens reis N ‘Arijos du v. 71 ne pourrait étre
autre qu’Alphonse VIII de Castille, le roi de Léon,

S6. B e m 'agrada la convinens sazosr e d ic . A valle, Peire


Vidal, I, estr. V, w . 35-36, p . 24.
87. A valle, Peire Vidal, p. 24, n .
88. C fr, J e a n r o y , Poésics des troubadours, I, p. 209.
89. Dieus en sia graiitz, e d ic . A valle, Peire Vidal, XIV.
estr. V II, vv. 67-77, pp, 129 y ss.
90. C fr. H o e p ffn e r , Peire Vidal, pp, 117 y ss. En Peire Vidal
e t l'Espagne, este provenzalista se h ab ía m anifestado a favor
de la hipótesis de que fu era el rey aragonés (p, 42).
91. Cfr, A valle, Peire Vidal, p. 132, n. 71.
92. Cfr. H o e p f f n e r , Peire Vidal et l'Espagne, p . 41.
Castilla. Alfonso VIII 101
également nommé Alphonse, n’entrant pas ici en
ligne de compte. Le rapprochement de la Cas tela
(v, 70) avec les costéis (du v. 72), oü le dit roi
maintient le Service de pretz, n'est done pas dü au
hasard; c'est un jeu de mots voulu par l’auteur
et qui designe bien le roi Alphonse V III93.

1.18.1 Un p roblem a sem ejante se nos plantea al leer


en B oriaven tu ra don Dieus ais Pizas:

E s'aver puesc selha qu’ai tant enquiza,


De lai s'esteie lo valens reis N ’Amfos,
Qu’ieu farai sai m os vers e m as chansos
Per la gensor qu'anc fos d'amor en q u iza9*.

[Y si puedo tener a la que he requerido tanto, que se


quede allí el valiente rey don Alfonso, que os haré aquí
m is versos y m is canciones, por la m ás gentil que nunca
haya sido solicitada en am ores.]

1.18.2 En este caso, B artsch, Anglade y Torraca


piensan que N'Amfos es el rey castellano, m ientras
que Schopf, Crescini, Zingarelli, De B artholom aeis y
Avalle creen que se trata de A lfonso II de Aragón;
la postura de Jeanroy vacila: unas veces se inclina
a favor de unos y otras veces, de o t r o s 95. El hecho
de que la crítica no se haya pu esto de acuerdo en
este punto descansa en la dificultad de fijar la fe­
cha de com posición de esta poesía; si la considera­
m os anterior a 1196, se tratará de Alfonso II, pero si
es posterior a la m uerte del rey aragonés, nos
encontraríam os ante una alusión al m onarca caste­
llano.

1.19.1 H em os visto y a 96 que la estancia de Peire Vi­


dal en la corte aragonesa le sirvió para tomar con­
ciencia de la desunión de los reyes cristianos; en va­
rias com posicion es les recrim ina su enem istad, com o

93. H oepffner , Peire Vidal, p, 121.


94. Edic. Avalle, Peire Vidal, XXI, eslr. IV, vv. 29-32,
p. 178.
95. Cfr. Avalle, Peire Vidal, p, 178, n. 30.
96. Cfr. supra, V, § 1.10.
102 Carlos Alvar

en A p e r pauc de chantar no'tn lais, o en Plus q u e 'l


paubres, o en M out es bona te r r ’Espanha.

1.19.2 Al escribir esta últim a poesía, Peire Vidal se


encuentra al lado de Alfonso V III y, por eso, son
grandes sus elogios al rey castellano. Su confianza
con los m onarcas y la seguridad con que cuenta en
las cortes nos las expresa en repetidas ocasiones:
Per so -m sui gent garnitz
ContraM s flacs acrupitz,
qu'ab m i n'es Aragos
e Castell’ e Leos,
e ‘l valens reis N'Amfos
t e ‘ls castels establitz,
on pretz es gen servitz
et honratz e volgutz;
per qu'ieu deis abatutz
flacs avars, cor de ven,
ai pauc de p essa m en 9T.

[Por eso m e h e protegido de los flacos agachados


( = m edrosos), pues conm igo están Aragón, Castilla, León
y el valiente rey don Alfonso, que tiene los castillos
establecidos, donde el m érito es gentilm ente servido,
honrado y querido; y por eso, me preocupan poco los
m ezquinos avaros abatidos, corazón de viento.]

1.19.3 Se trata, com o señaló H oepffner, de un hom e­


naje a los reyes de E sp a ñ a 98. P osiblem ente, cuando
Peire V idal escribía estas com p osiciones estaba al
servicio de las ideas políticas de dos reyes: Alfon­
so II de Aragón y Alfonso V III de C a stilla " y, tal
vez, a uno de los dos va dirigida su despedida:
Et al bon rei don Dieus forsa e lezer
C'aissi puosca son bon pretz m antener 10°,
[Que Dios dé al buen rey fuerza y oportunidad para
que así pueda m antener su buen prestigio.]
97. Dieus. e n sia grazitz, edic. A v a lle , Peire Vidal, XIV,
estr. VII, vv. 67-77, pp. 129 y ss.
98. Cfr. H o e p f f n e r , Peire Vidal pp, 117 y ss.
99. Cfr. H o e p ffn e r , Peire Vidal , pp. 22 y ss.
100. Belhs am ics , cars, edic. A v a l l e , Peire Vidal, II , vv. 48-
Castilla. Alfonso VIII 103

1.20 Creo que, ahora, sería necesario recoger de m a­


nera esquem ática la cronología de las canciones de
Peire Vidal utilizadas hasta este m om ento:
1) Plus que-l paubres, quan jai el ric ostal: Se
desconoce la fecha exacta de esta poesía, pero tiene
que ser anterior al m es de agosto de 1186 (fecha de
la m uerte del conde de Bretaña, citado com o vivo
en la canción). Al pedir la unión de los reyes espa­
ñoles en la últim a estrofa, parece que Peire Vidal
está ponién dose al servicio de las ideas p olíticas de
algunos de ellos (seguram ente del aragonés).
2) Mout es bono. te r r ’Espanha: A v a lle 101 señala
la escasez de elem entos internos para fechar la com ­
posición; no obstante, se fija en los versos 29-30:

Que vielhs, paubres, sofrachos


Vene entre-ls rics, vergonhos.
[Porque vengo entre los ricos viejos, pobre, necesita­
do y avergonzado.]
D e acuerdo con e sto s versos, afirm a que nos en­
contram os ante una poesía de la vejez de Peire Vidal
y no de su juventud, com o se pensó durante algún
tiem po; debe ser, p o r tanto, anterior a 1204. Frente a
este investigador, H oepffner la sitúa entre U85 y
1187 102 .
3) B e m ’agraáa la convinens sazos: Si id entifica­
m os a bels Chastiatz 103 con el conde de Tolosa — Rai-
m ón V— esta p oesía será anterior a 1194, fecha en
que m urió este personaje. No disponem os de ningún
otro dato seguro para establecer la fecha, ya que el
rei N ’Amfos del verso 36 parece que se refiere a Al­
fonso V III y su extensa vida no nos ayuda a la hora
de precisar.
4) A p e r pauc de chantar no.-m lais: La opinión

49, p . 32; c f r . t a m b i é n H o e p ffn e r , Peire Vidal et l'Espagne,


p p . 52 y ss.
. 101. Avalle, Peire Vidal, p . 99.
102, C f r . H o e p f f n e r , Peire Vidal, p p . 108 y ss.
103. Be m 'agrada , e d ic . A valle, Peire Vidal, I , e s t r . V I,
v. 46, p . 25.
104 Carlos Alvar

m ás extendida entre los críticos es suponerla anterior


a la b atalla de Alarcos (1195); así piensan M ilá 104,
H o ep ffn e r 105 y A v a lle106; se basan en la alusión a
Ricardo Corazón de León; por tanto, el poem a tiene
que ser anterior a la liberación del m onarca inglés
(marzo de 1194).
5) Dieus en sia grazitz: Según A v a lle 107, es pos­
terior a la m uerte de Alfonso II de Aragón (1196).
Más arriba hem os señalado cóm o si es de esta fecha,
la alusión al valens reis N ’A m fos (verso 71) hace re­
ferencia al rey castellano.
6) Barón, Jhesus, qu'ert c ro tz fon mes: La críti­
ca coincide en señalar com o fecha de la prim era ela­
boración de esta cansó de crozada los años 1201-1202;
ya que se trata de una preparación de la IV Cruzada,
la seguridad de estas fechas es prácticam ente total.
7) Q uant ham es en autrui poder: Pocos datos
p oseem os acerca de esta com posición; parece que
fue escrita poco antes de 1204.

1,21 Siguiendo los esquem as m étricos de una com ­


p osición de Peire Vidal, Anc no morí, Uc de Lescura
elabora un sirventés —su única obra conservada—
en el que ataca a los barones m alvados y donde solo
el rey castellan o sale incólum e de estas críticas:
Aissi co‘1 fait del rey imperial
de Castella val mais, ses tot mentir,
que de nulh rei qu'om puesc’el mon chauzir103.
[Así como el hecho del rey imperial de Castilla vale
más, sin mentira alguna, que el de ningún otro rey que
se pueda escoger en el mundo.]

1.21,1 E ste elogio a Alfonso V III recuerda bastante

104. M ilí, De los trovadores, p. 104; la sitú a hacia 1193.


105. H o e p f f n e r , Peire Vidal, cree que es de 1393 o com ien­
zos del ano siguiente.
106. Avalle piensa que fue e sc rita e n tre el 14 de febrero
de 1193 y el 4 d e febrero de 1194.
107. Avalle, Peire Vidal, p. 128.
IOS. De m ots ricos no tem Peire Vidal, edic. R i q u e r , L os
trovadores, X L III, 182, e str. III, w . 17-19, p. 928.
Castilla. Alfonso VIII 105

al que algunos años m ás tarde dedicará Perdigón al


m ism o rey en E n tr ’a m or e p essa m en 109. .

1.21.2 Ya desde Adler se rectificó el error de Jean­


roy que al analizar la com posición de Uc de Lescura
pen só en e l «fecho del Im perio», atribuyendo la re­
ferencia, por lo tanto, a Alfonso X n0.

1.21.3 E s interesante este sirventés de Uc de L escu­


ra porque en é l alude a varios trovadores con tem po­
ráneos: Peire Vidal, Perdigón, Albertet, Aim eric de
Peguilhan y Fonsalada; junto a esto s trovadores de
obra conocida, aparecen otros nom bres m ás difíciles
de identificar y de los que no se sabe casi nada: Ar­
naut R om ieu, Pelardit y Gualaubet el vihuelista.

1.21.4 La fecha de este sirventés debe situarse entre


1187-1189 — años entre los que Peire V idal debió
com poner Anc no mori, cuyo estrofism o sigue Uc de
Lescura— y 1204-1207, últim as fechas en las que se
tiene noticias de Peire Vidal com o vivo. Piensa Adler,
adem ás, que Uc de Lescura estuvo en la corte de Cas­
tilla y que pasó un tiem po en C ata lu ñ a 11x.

1.21.5 E ncontram os, adem ás, algún otro hecho dig­


no de tenerse en cuenta: de los cinco trovadores de
obra conocida citados por Uc de Lescura, tres dedi­
caron alguna com p osición a A lfonso V III: ya hem os
estudiado las de Peire V id a l112; Perdigón elogia al
rey castellano, com o acabam os de ver, en E n tr ’am or
e pessam en, canción anterior a 1212. Aim eric de Pe­
guilhan, que visitó la corte castellan a hacia 1190, ala­
ba al rey A lfonso en tres ocasiones y en otra recuer­
da con adm iración al infante don F em ando. N o po­
dem os decir lo m ism o de los otros dos trovadores co­
nocidos, pues su s obras no traen ningún dato que

109. Cfr. i n fr a , §§ 1.31 y ss.


110. Cfr. R i q u e r , L o s tr o v a d o r e s , XLIII, pp. 925-926.
111. Cfr. R iq u e r , L o s tr o v a d o r e s , pp.925-926.
112. Cfr. s u p r a , V, § 1.20,
106 Carlos Alvar

nos induzca a pensar en cierta relación de Albertet


o de Fonsalada con A lfonso V III. Y, sin em bargo, es
curioso e l hecho de que a la vez que Uc de Lescura
elogiaba al rey de Castilla y se vanagloriaba com pa­
rándose con otros trovadores, algunos de éstos com ­
ponían canciones dirigidas a don Alfonso posible­
m ente desde el seno de la m ism a corte. ¿Sería extra­
ño que todos ellos se hallaran ju ntos? Pensam os
que no.

1.22 La fam a de Alfonso V III era conocida por to ­


das partes. A com ienzos del siglo x m , Peire Guilhem
de T olosa inserta la figura del rey castellano en un
poem a alegórico, Lai on cobra, de 416 versos.

1.22.1 El asunto del poem a es el siguiente: un día


de buen tiem po, en prim avera, se dirigía el trovador
hacia Murel (Muret); de pronto, se le apareció un
hem orso caballero —cuyo aspecto físico es descrito
detalladam ente— que llevaba vestiduras riquísim as;
venía, adem ás, una dam a de belleza sin igual, m ás
blanca que la nieve y m ás tierna que una flor; sus
vestiduras no son m enos ricas que las del caballero;
vienen a continuación un escudero y una doncella.
El escudero está arm ado con un arco y tres flechas
— de oro, acero pictavino y plom o— , m ientras que
la doncella apenas deja ver su cara, oculta tras una
larga cabellera: viene cantando una canción nueva
y tan b ella que, al oírla, los pájaros se callaban:

... «Donna ses amador,


e cavasier senes amor,
deuria'n aze cavalguar,
per tal qu'om los pogues triar
de m est cels c'am on leialmen;
e dona c ’am a per argén,
ni sap son m ercat al colgar,
volgra l'avcngues ad anar
en cam ia desafiblada.» i13

113. M a h n , W erke, I, p. 244, w , 146-154.


Castilla. Alfonso VIII 107
[«Dama sin amante y caballero sin amor deberían ca­
balgar en burro, para que se les pudiera distinguir de
los que aman lealmente; y dama que ama por dinero y
no conoce su mercancía al acostarse, quisiera que se
viera obligada a andar en camisa desabrochada.»]
1.22.2 El trovador y el caballero se saludan cortés-
m ente, com en ju n to s en un lugar apacible y, d es­
pués de com er, se presenta el caballero: es Amor, la
dam a es M erced, la doncella es Vergüenza (o Pudor)
y el escudero es Lealtad. La conversación prosigue en­
tre preguntas del trovador y resp u estas del caballe­
ro, hasta el final del texto.

1.22.3 H ay varias alusiones que llam an la atención;


cuando se n os describ e la riqueza de los ja eces del
palafrén, el trovador no sabe cóm o ponderarla: .

E que voletz que plus vos dia?


Qu' el fre e'l peitral e la cela
val mais que l'aver de Castela
ab los .V. regemes d'Espanha! 114
[Y qué más queréis que os diga; el freno, el petril y
la silla valen más que la riqueza de Castilla con los
cinco reinos de España.]

Por últim o, el trovador pregunta a Amor:


Ar tom em en nostra demanda, .
car trop nos poiriam tarzar,
senher, e vuelh vos demandar
d’En Amfos, que es rei de Castela,
on pretz e valors renoela,
que a fag de lui capdel e paire
et el de mi lo seu amaire.
Siei fag son gran en larguetat,
et anc no i fo escassetat
en sa cort, ni anc no i poc intrar.
Fons es de conduh e de dar
e de valor e de proessa;
e dones mas el tant gen s’adressa,
ni el valor a m essa sa ponha,

114. M a h n , W erke, I, p . 243, vv. 105-108.


108 Carlos Alvar

co'lh tolletz Merce ni Vergonha


ni'n menatz ab vos Lcutat? 115
[Ahora volvamos a nuestra pregunta, pues podríamos
demoramos demasiado, señor, y os quiero preguntar
sobre don Alfonso, que es rey de Castilla, donde se
renuevan mérito y valor, y que han hecho de éste su
caudillo y su padre y de mí ha hecho su amante. Y
sus acciones son grandes en liberalidad y nunca hubo
ni pudo entrar escasez en su corte; es fuente de festi­
nes y de dar, de valor y de hazañas y se ha preocupado
siempre por el valor, ¿cómo le quitáis ahora Merced y
Vergüenza y os lleváis con vos Lealtad?]

1.22.4 E sta pregunta es fundam ental para com pren­


der el texto; su respuesta no aparece, por acabar el
m anuscrito en el lugar que debería corresponder a
la solución.

1.22.5 E l m ism o Milá dudó a la hora de situar esta


com posición, pues si en un principio piensa que
«debe referirse al parecer a los com ienzos del reina­
do de A lfonso X», m ás adelante tiene que forzar los
resultados para que su idea — siguiendo a Bartsch—
quede intacta. Por su parte, Jung coincide con la fe­
cha propuesta por Milá y concluye afirm ando que po­
siblem ente pertenezca a la prim avera de 1253 u6.

1.22.6 Creo que no hace falta señalar que una refe­


rencia tan clara a los cinco reinos de España sólo
era posible en tiem p os de A lfonso V III —no olvide­
m os que se alude a Alfonso com o rey de Castilla, y
tam poco hay que olvidar que A lfonso fue m onarca
castellano entre 1158 y 1214.

1.23.1 N o es sólo Peire Vidal quien llam a a la uni­


dad a todos los reyes peninsulares, Rairnbaut de Va-
queiras escrib e hacia 1201 una cansó de crozada en
la que invita a los reyes de España para que unan
sus fuerzas contra los m oros, a la vez que los cruza­

115. Mahn, Werke, I, p. 248, vv. 328-343.


116. MiLÍ, De los trovadores, p. 182; J ung , Le. poém e allé-
gorique, p p . 160-161.
Castilla, Alfonso VIII 109

dos, por su parte, guiados por San N icolás de Bari,


atacarán a los turcos y rescatarán la Vera Cruz 117
... e ‘il valen rei d'Espaigna
fassan t grans ostz sob re'ls m aurs con q u erer118.
[Y los valientes reyes de España form en una gran
h ueste para atacar a los m oros.]

1.23.2 Milá afirm aba en su libro De los tro vad ores


que R aim baut «debió vivir algún tiem po en la corte
de Alfonso V I I I » 119; com o él, otros m uchos han so s­
tenido una h ip otética presencia de nuestro trovador
en la corte castellana; el m ás recien te de los e d ito ­
res de R aim baut de Vaqueiras — L inskill— p one en
duda esta afirm ación basada esp ecialm en te en el
d esc o rt plurilingüe — que tiene una estrofa de lengua
«peninsular»— y en la facilidad con que im ita las can­
tigas de am igo. N o hallam os m otivos para p ensar en
una visita de R aim baut de V aqueiras a ninguna de
las cortes peninsulares que nos ocupan en este estu ­
dio y creem os — con L in sk ill120 y R iq u e r 121— que la
presencia de este trovador en España es m ás que
dudosa.

1,24 Por esta ép oca (1200), A lfonso V III incorpora­


ba a la corona de Castilla la tierra de G uipúzcoa, po­
blando algunos puertos cantábricos; desde aquí era
pequeño el salto que debía dar para unir a sus dom i­
nios la dote que Leonor había llevado al m atrim onio.
Tal vez im pulsado por la m ism a reina, reclam a a
Juan Sin Tierra la herencia de Gascuña; la pobla­
ción se dividió entre castellanos, navarros e ingleses:
los b urgu eses de Bayona apoyaban a Sancho VII y
los nobles prestaron juram ento en San Sebastián a
Alfonso V III. En 1205 las tropas castellanas invaden

117. Cfr. L i n s k i l l , R a im b a u t de V aqueiras, p . 222.


118. E d ic . L i n s k i l l , R a im b a u t de Vaqueiras, e s tr. VI, w .
63-64, p . 218.
119. M nA , De los trovadores, p . 125.
120. L i n s k i l l , R aim b a u t de Vaqueiras, p p . 29-30.
121. R i q u e r . L o s trovadores, XL, p p . 811-815, y XL, 164,
p . 840,
110 Carlos Alvar

el Ducado sin encontrar ninguna resistencia; ocupan


todo el territorio excepto lo s puertos de Bayona y
Burdeos, puntos claves para m antenerlo. Tres años
después, los castellan os abandonan G a scu ñ a 122,

1,25 En este m arco h istórico se sitúa el p resente sir­


ventés de B ertrán de Born lo Filhs. Los críticos coin­
ciden en señalar que el texto es anterior al verano
de 1206, fecha en que Juan Sin Tierra decidió inter­
venir 123, En el sirventés hay una clara alusión al rey
A lfonso VIII:
lais sa térra al senhor del Gronh124.
[Deje su tierra al señor de Logroño.]
1.25.1 La referencia es evidente; el «senhor de
Gronh» es el m onarca castellano, com o ya señalaron
la m ayoría de los investigadores, desde M ey er125.

1.25.2 La poesía viene precedida de una extensa


razo h is tó r ic a 12e, en la que se resum en los m otivos
de la guerra del Poitou y Gascuña, donde desem peñó
papel tan im portante el trovador Savaric de Mauleon,
causa, según e l autor de la razo, de que B ertrán de
Born lo Filhs escribiera este sirventés;
«... Don Bertrans de B om lo Joves, lo filis d'En
Bertrán de Bom d'aquels autres sirventes, per lo
besoing q’era a N Savaric e per lo reclam que
tota la genz de Quitania e del comtat de Peitieus
en fazian, si fetz aqest sirventes:
Cant vei lo temps renovelar,» 127

122. Crónica latina de tos reyes de Castilla, p p . 38-39; L a-


carra . H istoria de Navarra, p p , 96-104; v id . e s p e c ia lm e n te la
p , 101; G o n z Alez , A lfonso VI I I , p p . 864 y ss.
123. V id . K astne »,. La date, p p . 498 y ss.; c f r . ta m b i é n R i ­
q u e r , Los trovadores, X L V I, 187, p. 952.
124. Quan vei lo tem p s renovelar, e d ic . S t im m in g , B ertrán
de Born, p . 148, e s t r . I I I , v, 24.
125. C fr. S tim m in c , B ertrá n de Born, pp . 216 y 217,
126. B o u tié r e , Biographies, p p . 140-142.
127. B o u t ié r e , Biographies, p p . 141-142.
Castilla. Alfonso VIII 111
[Bertrán de Born, el joven, el hijo de Bertrán de Born,
el de los otros sirventeses, hizo este sirventés por la
necesidad que tenía Savaric y por la petición que le ha­
cían Jas gentes de A quitania y del condado de Poitou.]

1.26.1 N o debe ser m ucho p osterior la presencia del


M onje de M ontaudon en tierras rosellonesas. Su Vida
provenzal asegura que, a instancias de A lfonso II,
abandonó la orden y fue nom brado señor del Puy de
Santa María (Puig-en-Velay), encargado de dar el tro­
feo del gavilán en los certám en es 128. Al desaparecer
esta corte,
«s'en anet en Espaingna, e fo li faita grans ho-
nors per totz los reis e per totz los barons, Et
anet s'en ad un priorat en Espaingna, que a nom
V ilafranca, qu'es de l’abaia d ’Orlac. E l'abas si
la 1i det. Et el la enrequie la m eilloret e lai el m orí
e d efin et.» 129

1.26.2 R iquer duda de la in fluencia de A lfonso II


en la d ecisión del M onje de abandonar el clau stro 13°.
Piensa el m ism o investigador que si la n oticia de su
viaje a E spaña es cierta, «el M onje de M ontaudon
pasó los últim os años de su existen cia y m urió pro­
bablem ente en el priorato b ened ictin o de Sant Pere
de Bell-lloc, cerca de V ilafranca de C onñent, en el
condado de RoselJón» 13i.

1.27.1 Adem ás de esto s d atos de la Vida, poseem os


una alusión a España en L ’autrier fu y en paradis:
Senher, ieu tem que falhis,
s ’ieu fas coblas ni cansos,
qu'om pert vostr’amor e vos
qui son escient m entís,
per que-ni part de la barguanha.
Peí segle que n o-m n'ahis,
m e torney a las leysos,
e -n laissey l'anar d ’Espanha 132.

128. Cfr, R i q u e r , L o s trovadores, LI, p. 1024.


129. B o u t i E r e , Biozraphi.es, n . 307.
130. Cfr, R iq u e r , L o s trovadores, LI, p. 1024.
131. R iq u e r , L o s t r o v a d o r e s , lo e . c it.
112 Carlos Alvar

[Señor, yo tem o pecar si hago coplas y canciones, por­


que pierde vuestro am or y a vos quien m iente a sabien­
das, y por eso m e aparto del tum ulto. A. fin de n o odiar­
m e a m í m ism o por culpa del m undo m e incliné a las
lecturas y renuncié a ir a España.]

1.27.2 Según Lavaud 133, esta canción fue escrita a


principios de 1196, rebatiendo así la h ip ótesis de
K lein —entre otros— que la situaban a com ienzos
de 1194., E s de suponer que, poi' entonces, el trova­
dor llevába vida m onástica regular y que su viaje a
España no pasó de ser un proyecto, com o él m ism o
afirm aba.

1.28 Mayor dificultad ofrece la id entificación del


reis n'Anfos que hallam os en Seigner, si aguessetz
regnat:
Seigner, si aguessetz regnat
per conseill deis vostres baillos,
no vos m andera'I reis N,Anfos
tan salut ni tant'amistat,
ni no vos agra tant onrat
sai Proenza, ni tota Lumbardia;
ni a N icart non agra seignoria .
lo reis Joans plus que a Saint Massenz,
se regnassetz per conseill de servenz 134.
[Señor, si hubiéseis reinado según el con sejo de vues­
tros bailíos, el rey Alfonso no os m andaría tanto salu­
do ni tanta am istad, ni os habría honrado tanto la Pro-
venza aquí, ni toda la Lombardía; y el rey Juan no sería
señor en N icart m ás de lo que es en Sant Massenz, si
reináseis según el consejo de los servidores.]

1.28.1 L a v a u d 135 p ien sa que «il s'agit d'A lphonse V II

132. Texto según R iq u e r , Los trovadores, LI, 206, estr. IV,


vv. 25-32, p. 1037, se halla también en la edic. de Lavaud, con
variantes gráficas, en las pp. 246-266 (composición II, estr. IV,
vv. 25-32). La traducción es de Riquer.
133. L avaud, M onje de M ontaudon, pp. 262 y ss., especial­
mente p. 268, a. 1.
134. L avaud, M onje de M ontaudon, X bis, estr. única, vv.
1-9, pp, 334-336.
135. Cfr. L av au d , M onje de M ontaudon, pp, 334-335, n . 1.
Castilla. Alfonso VIII 113

[síc ], roi de C astille, on cle d'Othon par sa fem m e,


A liénor d ’A ngleterre, soeur de M athilde (m ere
d'Othon), de Richard et de Jean-sans-Terre». Sin em ­
bargo, en sus N o te s C om p lem en taires observa que
«c'est Alphonse IV de Léon, qui fit alliance avec Jean-
Sans-Terre en 1207, année oü cette^strophe a été écri-
te» 130. N o sólo no coincide la id en tificación del reis
n ’Anfos, sin o que tam poco es igual la fecha en que
sitúa el erudito francés la elaboración de esta cobla
en sus dos trabajos, ya que afirm a en otro lugar que
«a été écrite sans d oute vers 1212-1213, au m om ent
oü Othon s ’allie á Jean-sans-Terre con tre Philippe-Au-
guste, avant B ouvines» 137.

1.28.2 V am os a poner en claro — dentro de lo posi­


b le— esto s datos: en prim er lugar, no creem os que
el Seigner del verso prim ero haga referencia al em ­
perador O tón IV, sino a Felipe Augusto; basam os
esta afirm ación en los dem ás versos de la p oesía en
los que se m uestra el seigner com o enem igo de lo
reis Joan; creo que es m ás verosím il que se trate del
rey francés, en continua lucha con Inglaterra, en vez
del em perador, que tuvo com o aliados a los vasallos
de su tío R icardo Corazón de León, con el que se
había educado en Aquitania.

1.28.3 Por otra parte, pensam os que el reis n'Anfos


d el verso tercero es A lfonso V III de Castilla, en em i­
go de Juan Sin Tierra 13B y aliado de Felipe Augusto
con el que había em parentado en los últim os años
del siglo al casar a su hija B lanca con el hijo del m o­
narca francés. E stas relaciones se basan en últim a
instancia en problem as fronterizos castellano-nava­
rros, al haber quedado encajonado el reino pirenaico
entre C astilla y Aragón, sin tener posibilidades de sa­
lir al m ar tras la recien te conquista por parte de las

136. L avaud, N o t e s c o m p le m e n ta ir e s , p . 46,


137. L avaud, M onje de M ontaudon, p , 337.
138. T a m b ié n B e r t r á n de B o r n , e n M ie i s ir v e n te s (e d ic .
A p p e l, X X X V II, e s t r . I, p . 88), n o s p r e s e n t a e n f r e n t a d o s al
r e y c a s t e l l a n o y a l in g lé s.
114 Carlos Alvar

tropas de A lfonso V III de V asconia. En 1201, con el


tratado de Chinon y el año siguiente con el de An­
gulem a, Sancho VII entró en alianza con Juan Sin
Tierra, después de deponer la am istad que había te­
nido con el m onarca francés. El rey inglés ofrecía
al navarro la p osibilidad de una salida al m ar a tra­
vés de G ascuña, atropellando los derechos de Casti­
lla, En 1204, por consejo de Leonor, A lfonso VIII
— com o ya vim os— decide invadir Gascuña y el año
siguiente la ocupa casi por com pleto. No obstante,
la abandona en 1208, retirándose a Castilla de nue­
vo 13fl. .
1.28.4 Apoyándose en ésto s datos, pensam os que la
fecha de com posición de esta cobla tien e que ser pos­
terior a 1200 y anterior a 1214. Y puesto que se hace
referencia a Saint M assenz —confiscado por Felipe
Augusto en 1206 en P o ito u i4í) —hem os de pensar que
la poesía se situaría entre 1206 y 1214, aunque más
cerca de la prim era fecha, pues se m antiene vivo el
recuerdo de la anexión de esta ciudad inglesa— . Lle­
gam os, pues, a las m ism as con clusiones cronológicas
que Lavaud, aunque por d istin tos cam inos.
1.29 N o tardó el rey don A lfonso m ucho tiem po en
abandonar la idea de la anexión de Gascuña. Tenía
p u esto su pensam ien to en otros problem as m ás cer­
canos, com o la en em istad de navarros y leoneses.
Tras firm ar la tregua con Alfonso IX y Sancho VII
en Guadalajara (1207), com enzó, de nuevo, la lucha
contra los m usulm anes.
1.30 Por esto s años, Guiraut de Calason debía en­
contrarse en la corte castellana, pues le vem os dedi­
car varias com posiciones a A lfonso VIII; y, así, en
Li m ey dezir el elogio es claro:

139. Cfr. G on zá lez , Alfonso V III, pp. 864 y ss., y K a STNER,


La date, p. 491.
140. Datos tomados de 'L avaud, Monje de Montaudon, p
337.
141. E dic. E rnst, Guiraut de Calanson, VI, estr. V, w ,
57-65, pp. 317 y ss.
Castilla. Alfonso VIII 115

E dones, si'm vir


vas lo bon rey valen,
de pretz manen,
de Castella, no*us tir,
car el a p_res
sobre'ls emperadors
e'ls reys forsors
e - !s princeps e' ts marques
los pretz e -)s dos [...] 141.
[Y pues, si me vuelvo hacia el buen rey de Castilla,
valiente, rico en cuanto a méritos, no os extrañe, ya
que él ha conseguido sobre los emperadores, sobre los
reyes más fuertes, sobre príncipes y marqueses, los m é­
ritos y los dones.]
1.30.1 Jeanroy cree que el «bon rey valen» es A lfon­
so I X l42; realm ente, nos resulta extraño este error
en tan gran provenzalista y, m ás aún, siendo clara
la identificación: así, tanto M ilá 143 com o E r n s t144
señalaron que se trata de A lfonso V III; casi no m e­
rece la pena hacer m ás hincapié en este error eviden­
te; por si quedara alguna duda, harem os una sola
consideración: Alfonso IX no era rey de Castilla sino
de León.

1.30.2 Según E r n s t 145, Guiraut de Calansó escribió


a la vez que Li m e y dezir otra canción en cuya tor­
nada se dirige al rey castellano:
Al bon reí castela, N ’Anfos,
coman mon cors, don’, apres vos 146,
[Al buen rey castellano, don Alfonso, encomiendo mi
corazón, señora, después de a vos.]

142. Cfr. J ea nr o y , Les troubadours en E spagne, en Arma­


les du Midi, X X V II-X X V III, 1915-1916, pp. 141-175; vid. tam-
b ie n , d e l m is m o au to r, Poésies proveníales inédites, e n Arma­
les du Midi, X V II, 1905, pp. 464-489, especialm ente las pp.
464-466 y 488.
143. M lu í, De tos trovadores, p . 117.
144. Cfr. E r n st , Guiraut de C alam ón, p , 370.
145. E r n s t , G uiraut de Calanson, p . 2S4.
146. Bel sem blan, e d ic . E r n st , G uiraut de Calanson, X ,
e s t r . X I , v v . 93-94, p p . 328 y ss .
116 Carlos Alvar

E m st sitúa esta s dos com posiciones entre 1209


y 1214.

1.31 U no de los problem as que m ás preocupa a los


trovadores es la desunión existente entre los distin­
tos reinos. Son num erosas las canciones en las que
se pide a los reyes que hagan la paz y se dispongan a
luchar contra los árabes I47. A este concierto hay que
añadir una voz m ás, la de Perdigón:

Del rei d'Aragon m'es gen,


quar tan li platz enantir
tot quan bos pretz deu grazir;
e l rei n’Anfos eissamen,
qu'ab ríes faitz d'emperador
eréis s’onor;
don sapehatz
que acordatz
los volgr'en patz
vezer contraes renegatz,4R.
[Me agrada el rey de Aragón, pues le gusta aumentar
mucho todo aquello que el buen valor debe agradecer;
y el rey Alfonso igualmente, pues con ricos hechos de
emperador acrecienta su honor; sabed que los querría
ver en paz y de acuerdo contra los renegados.]

1.31.1 Ya habíam os com entado esta com posición por


el elogio que hace al rey de Castilla: su sem ejanza
al que dedicó Uc de Lescura nos hizo llam ar la aten­
ción sobre estos versos ,49.

1.31.2 Señala M enéndez Pidal que «las desavenencias


a que alude entre Aragón y Castilla deben ser hacia
1191-1195» 150, m ientras que Chaytor piensa que los
«grandes hechos» hacen alusión a la batalla de Las
N avas 151. Más cercano a M enéndez Pidal se encuen­

147. Cfr. sapra, V. §§ 1.10, 1.19 y 123.1.


148. E n tr ’am or c pessam en, e d ic .. CHAYTOR, Perdigón, V,
éstr. VI, vv, 51-60, p. 17.
149. C fr. supra, V, § 1.Z1.
150. M enéndez P idal, Poesía juglaresca, p. 123.
151. C h a y t o r , Perdigón, pp. IV-V.
Castilla. Alfonso VIII 117
tra H oepffner al señalar que esta llam ada a la unión
de Alfonso VIII y Pedro II tiene que ser anterior a
1212 152.

1.31.3 En la m ism a com p osición , la tornada está di­


rigida a N'Arias:

Ves N'Arias mon senhor


vai e cor,
chans mesclatz;
e di' 11, si'II platz,
qu’entrels regnatz
par sos fis pretz esm eratz153.

[Hacia Arias, mi señor, ve y corre, canción mezclada,


y dile, si le agrada, que entre los reinos parece mejora­
do su fino valor.]

1.31.4 N o h em os hallado ningún com entario acerca


de este personaje. Tan sólo Chaytor piensa que es
un senhal d e sc o n o c id o 15*. El nom bre, efectivam en te,
desconocid o, parece ponernos sobre la p ista de algún
noble o — quizá— de algún trovador gallego. Frank
adm ite que se trata de un señor portugués y señala
con dudas que pueda identificarse con el señor-poe­
ta Ayras Moniz, de Asme.

1.32 Los acon tecim ien tos político-religiosos que sa­


cuden el sur de las Galias en los prim eros años del
siglo x m unidos al carácter de Cruzada de la cam ­
paña que culm inará en Las N avas de T olosa, hace
que num erosos trovadores dirijan su m irada al rey
castellano, única esperanza de salvación. Entre éstos,
hay que contar a G uilhem Ademar, el caballero que
tuvo que hacerse juglar para poder sobrevivir. En la

152. H o e p f f n e r , La btographie de Perdigón, e n Rom anía,


L U I, 1927, pp. 343-364,
153. C h a y t o r , P e r d ig a n , V, estr. V III, vv, 67-72, pp. 17-18.
154. E d ic . C h a y t o r , Perdigón, p . 75. N o e n c o n t r a m o s c o ­
m e n t a r i o e n e l r e s t o d e l e s t u d io . V id . ta m b i é n I. F rank , Les
troubadours et le Portugal, p . 204.
118 Carlos Alvar

estrofa VII de Non p o t esser sofert, encontram os


dos versos desconcertantes:

Si',1 reis n’Amfos, cui dopton li masmut,


e ‘l mieiller coms de la crestiantat155
/
[S i el rey Alfonso, al que tem en los alm ohades, y el
m ejor conde de la Cristiandad...]

1,32.1 Es m uy problem ático saber quiénes son el


rey y el conde, y así lo atestiguan las distintas inter­
pretaciones, recogidas —ya— por A lm q v istlñe:
Milá 157 lo identifica con Alfonso IX de León, Alfon­
so II de Aragón y Alfonso V III de Castilla; Bala-
guer 151J, L a n g 159, M ichaelis de V asconcellos 160 y Me-
néndez P id a l161 — entre otros —creen que se trata
del rey leonés; Anglade se inclina por el rey castella­
no. Sin duda, el estud io m ás profundo —por el m o­
m ento— es el de A lm q v ist1S2, quien señala que Al­
fonso IX no podía recibir el calificativo de «cui dop­
ton li M asmut», pues fue aliado de los m oros hasta
la cruzada contra Cáceres (1218). Por otra parte, es
difícil que se trate del rey aragonés (m uerto en 1196),
pues no se halla ninguna acción — después de
H90163— contra los árabes que pueda ju stificar este
verso. N o nos queda m ás que un A lfonso, el rey de
Castilla, en continuo enfrentam iento con los m o­
ros >«

155. A l m q v is t , G uilhem Ademar, V II, e s tr , V II, vv, 49-50,


p . 134.
156. A lm q v ist , G uilhem Adem ar, p , 31.
157. M iljí, De los trovadores, p . 143, n . 2; n o o b s t a n te , el
e r u d i t o c a t a l á n m u e s tr a c i e r t a d e s c o n f ia n z a e n e s t a id e n t i­
fic a c ió n ,
158. B a la c u e r , L o s tr o v a d o r e s , t. II, p. 370.
159. L ang, M odern Language N otes, X , 1895, p , 105, co l. 210­
160. M ic h a e l is de V asconcellos, Cancioneiro de Ajuda, II,
p p . 744-745, n . 1.
161. M f.névdhz P iü AL, Poesía juglaresca, p . 141, n . 3.
,162. A lm q v ist , G uilhem Ademar, p . 31.
163. A lm qvist piensa que la p o e s ía es p o s t e r i o r a 1190. Vid.
C a ru a n a , I tin e r a r io d e A lfo n s o 11, p p . 181-226.
164. C fr. A lm q v is t, G uilhem Ademar, p . 31.
165. M il A, De los trovadores, p . 143, n . 2.
Castilla. Alfonso V III 119

1.32.2 A bandonem os un m om ento al «reis n'Amfos»


e intentem os descubrir quién es el «m ieiller com s de
la crestiandat». Milá 165 cree que debe tratarse de Al­
fon so II o Ramón Berenguer IV; M icháelis de Vas-
c o n c e llo s 166 lo identifica con Cabera Brava, y Me­
néndez Pidal ve en este conde a Savaric de Mau-
le o n 1S7. A nalicem os detenidam ente estas opiniones:
siguiendo a A lm qvist h em os adm itido que el «reis
n ’Amfos» es Alfonso VIII; el «m ieiller com s» no pue­
de ser enton ces R am ón B erenguer IV; podría tratarse
de Alfonso II (conde de Barcelona), no tenem os argu­
m entos de peso para dem ostrar lo contrario, pero
nos lim itarem os a subrayar las palabras de Riquer:
«creo que hay que descartar que se traté de Alfon­
so II de Aragón conde de Barcelona, pues designar­
lo de aquel m odo, aquí, sería m uy equívoco, ya que
tam bién se llam aba Alfonso y tam bién era rey» 16g.
Si no adm itim os que el «reis n'Amfos» sea Alfon­
so IX , queda sin base la h ip ótesis de M icháelis de
V asconcellos; tam poco M enéndez Pidal acertó al pen ­
sar en Savaric de M auleon, pues nunca es llam ado
conde y, adem ás, la presencia de Savaric en la corte
leonesa no se puede adm itir antes de 1218, fecha de­
m asiado tardía para la com p osición de este sirven-
tés 1B»

1.32.3 A lm qvist da la siguiente explicación de este


texto: Guilhem Ademar ama a una dam a de Narbona
y querría d eshacerse del m arido de aquélla. A co­
m ienzos de 1212 el rey de Aragón va a pedir socorro
al conde de T olosa en nom bre de A lfonso V III. Se­
gún A lm qvist, el trovador espera que se leve un ejér­
cito en los dom inios del conde tolosano; así tendría
que acudir el m arido de su am ada y Aim eric podría

166. M ic h á e l is de V asconcellos , Cancioneiro de Ajuda, II,


p p , 744-745, n . 1.
167. M enéndez P jdal, Poesía juglaresca, p , 141, n.
168. R i q u e r , L o s trovadores, LVIII, p . 1101.
169. Si aceptamos la teoría de Menéndez Pidal no habría
problemas, pues Alfonso VIII y Alfonso II ya habrían muer­
to (1214 y 1196, respectivamente).
120 Carlos Atvar

dedicarse, sin recelo, a req u erirla 170. Según esta ex­


plicación no queda duda, el rey es A lfonso V III de
Castilla y el conde es Rairaon VI de Tolosa (1194­
1212). R iquer acepta estas identificaciones, pero las
puntualiza haciendo observar que si bien el sirven-
tés es, probablem ente, de 1212, sin em bargo, no se
puede aceptar com o testim onio d efinitivo para la fe­
cha la visita de Pedro II a Raim ón VI «pues aquella
entrevista no está docum entada y Miret y Sans la
puso en d u d a 171. En cam bio, estos versos parecen
m uy adecuados poco antes de la acción de Las Na­
vas» 172.

1.33 En otra de sus com posiciones, G uilhem Ade­


mar alude a un rey llam ado Fernando, a quien los in­
vestigadores han identificado con Fernando I I I 173,
E sta relación del trovador con la corte castellana ha
hecho pensar que Guilhem Adem ar visitó la Penín­
sula una vez al m enos; así lo cree Alm qvist y lo afir­
ma en varias ocasiones 174; este investigador llega a
sugerir el m om ento h istórico preciso: «pendant les
luttes consécu tives au Concile du Latran, en 1215­
1217, notre troubadour avait m anifesté sa solidarité
avec le jeu ne com te R aim ond VII de Toulouse, et il
est tres probable q u ’aprés l'échec de celui-ci il se soit
rendu en Castille pour chercher protection auprés
du nouveau roi de ce pays» I75.

1.33.1 Creo que no hace falta ir tan lejos: Guilhem


Ademar tiene un prim er con tacto con Castilla hacia
1212, cuando está en la corte de Raim on VI de Tolo­
sa; al m orir éste, en el m ism o año de Las Navas, el
condado se ve sum ergido en un período turbulento
de persecu cion es contra los h erejes, y, com o con se­

no. A l m q v ist , Guilhem Ademar, p . 31.


171. Itinerario del rey Pedro I de Cataluña, I I en Aragón,
e n B R A B L B , IV, 1907-1908, pp, 29-30; v i d . t a m b i é n R i q u e r , L o s
trovadores, L V III, p, 1101, n. 4.
172. R i o u e r , L o s trovadores, L V III, p. 1101, n . 4.
173. Cfr. irtfra, V II, 1.2; v id . ta m b ié n supra, IV, 1.1.3.
174. A l m q v is t , G uilhem Ademar, p . 31, n. 1, y p. 35.
175. Al m q v ist , G uilhem Adem ar, p . 35.
Castilla. Alfonso VIII 121
cuencia, e l trovador huye a Castilla b uscando refugio,
cuando ya estaba próxim o a los cuarenta años.

1.34 Otro de los trovadores que, al parecer, estu vie­


ron en la corte de Alfonso V III con m otivo de la Cru­
zada de las Navas, fue G uillem de Cabestany, caballe­
ro rosellonés notable en el m anejo de las arm as. El
dato fue aducido, por prim era vez por B astero, quien
lo había recogido de las H istorias 176 del catalán Pere
Tom ich; este m ism o historiador fue la fuente que
brindó la noticia a Beuter, com o se puede leer en su
Coronica General de toda España, obra de am plia di­
fusión. El capítulo X X X V III de las H istorias con­
tiene la lista de los caballeros catalanes y aragone­
ses que form aban la com itiva de Pedro II en la ba­
talla de Las N avas, junto a los nobles ro sellon eses y
a los caballeros de los condes de Am purias, de Ur-
gel, de Pallars, etc.:
«aprés lo com te en Nuno de R osselló, que me-
nava ab sa com panyia En GuiUem vescom te de
Castellnou, En Ram ón de Canet, N'Aymar de Mos-
set, en Perc Vernet, N ’ Andreu de Castell R osse­
lló, En Guillem d'Oms, En Guillem de Cabestany,
En Ram ón de Vives, En Ramón de Torrellas, Pere
de Barberá, Thomas de Lopiá, Arnau de Banyills
e m olts d ’altres cavallers del seu com tat.» 177

1.34.1 La reciente editora de Guillem de Cabestany,


M ontserrat Cots, estud ia detenidam ente cada uno de
estos trece personajes y llega a la conclusión de que
«es perfectam en te posible que los nom bres de To­
m ich correspondieran a la realidad» y que «la credi­
bilidad de la relación de Tom ich es b astante eleva­
da» «8.
176. H is to r ia s e c o n q u e s ta s d e is exce l- l e n t i s s im s e c a th ü -
lic h s r e y .s d e A r a g ó e d e lu r s a n te c e s s o r s lo s c o m t e s d e B a r ­
c e lo n a (Boga, 1438).
177. El texto, com o tod o lo re feren te a Guillem de Cabes-
Lany, está tom ado de la Tesis D octoral de M o n t s e r r a t C o ts ,
G u ille m d e C a b e s ta n y , II vols., leída en la U niversidad Autó­
nom a de B arcelona el 13 de diciem bre de 1975. Cito p o r el
texto m ecanografiado (I, p. 37),
178. C o t s , G uillem de Cabestany, I , p. 56.
122 Carlos Alvar

1.34.2 Creo que no es necesario señalar que el tro­


vador rosellonés participó en la batalla de Las Navas
com o caballero, auxiliar del rey de Aragón y no com o
trovador.

1.35 Parece que tam bién estuvo en la corte castella­


na otro trovador, Aimeric de Peguilhan, a juzgar por
los datos que extraem os tanto de su Vida proven-
zal com o de su m ism a obra. E fectivam ente, su anti­
guo biógrafo nos afirm a que
E'N Guillems de Bergucdan si l'acuilli; et enan-
sset lui en son trobar, en ia prem iera cansón qu’el
avia faita. El fetz lo joglar, qu'el li det son palla-
fre e sos vestirs. E presente! lo al reí Anfos de
Castella, q u 'l crec d ’arnes e d ’onor... 179
[Guillem de Berguedá lo acogió y le hizo progresar
en su trovar, en la prim era canción que habia hecho.
Lo hizo juglar, le dio su palafrén y sus vestidos. Y lo
presentó al rey Alfonso de Castilla, que le aumentó su
arnés y su honor.]

1.35.1 E sta noticia se ve corroborada por algunos


testim on ios que aparecen en las poesías de Aimeric
de Peguilhan.
En Castilla p osiblem ente coincidiera con otros tro­
vadores, com o Uc de Lescura, quien lo cita en una
de sus com posicion es 180.

1.35.2 Antes de visitar a A lfonso V III, cuando aún


se encontraba en Cataluña, quizá se preparara el via­
je con su sirventés, D esíretz, cochatz, en el que elo­
gia al m onarca castellano:
En Castelha, al valen rey N'Amfos,
quar es lo m ielhs qu’om auja el m on ni veya,
ans qu'alhor ans, va i de part mi, chansos,
qu'elh m elhura quan autre reys sordeya. *
De guazanhar pretz e de retener
nulhs reys non lh'es pars ni nulhs emperaire,

179. Biographies, p.
B ou tiílr e , 424.
180. Cfr. supra, V , 1,21 y ss .
Castilla. Alfonso V III 123

per qu'es totz sois, qu'om no l pot trobar fraire;


qu'eu-m mera vi Ih cum pot en lui caber
lo pretz qu’elh tolh e raub’ez embl'e pren
e compr'ades, e no-n dona ni'n v e n 181.
[Ve de mi parte canción, antes que a ningún otro sitio
a Castilla, ante el valiente rey don Alfonso, pues es el
mejor rey que nadie ha visto ni oído; mejora lo que otro
rey empeora, en ganar mérito y mantenerlo ningún otro
rey ni emperador le iguala, por lo que es único, no se le
puede encontrar hermano; yo me maravillo de cómo pue­
de caber en él el mérito que consigue y alcanza y roba
y coge, y, además, compra y nunca da ni vende.]

1.35.2.1 R ecordem os que de una m anera m uy sem e­


jan te se expresaba G uillem de Berguedá hacia 1190:
Reis castellans, vas vos mi volv e\m vir,
car so dauratz c'autra poestatz sta g n a ...182

1.35.2.2 No sería extraño que las com p osiciones del


m aestro y del d iscípulo fueran de la m ism a época,
con lo cual ya tendríam os un elem en to para fechar
el sirventés de A im eric de Peguilhan.

1.35.3 De su estan cia en la corte castellana conser­


vam os una de las poesías m ás bellas que com puso
Aimeric: S i cum t'arbres, que p odem os fechar entre
1190 y 1196; en ella, se dirige al rey Alfonso:
Reys castellas, ges vostre pretz no col
de melhurar, c'uey val pro mais que hier i®3.
[Rey castellano, vuestro mérito no para de aumentar,
pues hoy vale mucho más que ayer.].
1.35.4 Shepard y Chambers expresan su duda acerca
de la exactitud de esta lectura, pues tan sólo aparece
en C y c, aunque se puede leer algo parecido en P y
s; Bartsch-K oschw itz prefirieron la form a Tiriaca en

181. S h e p a r d -C h a m b e r s , A im eric de Peguilhan, X X I , e s t r . V,


v v . 41-50, p . 126.
1S2. Cfr. supra, V, § 1,7,
183, S h e p a r d -C iia m b e r s , A im eric de Peguilhan, L, e s t r . V I,
vv. 41-42, p . 234,
124 Carlos Alvar

lugar de reys castalias, pero nos hallaríam os ante un


p ersonaje inidentificable 184.

1.35.5 Podem os encontrar, aún, alguna otra alusión


ai rey de Castilla. En la prim era tornada de Yssam en
cu m l'aymans hallam os un rey don Altonso:

Totz lo mons s’acord'ab mi,


ves on qu’ieu an enaissi,
que’l ríes reys valens N'Amfos
es de totas bontatz bos 18l\
[Todo el mundo concuerda conmigo, hacia donde yo
voy así, que el rico y valeroso rey don Alfonso es bue­
no por todas las virtudes.]

1.35.5.1 N o creem os que sea arriesgado pensar que


se trata del rey castellano; intentarem os justificar
nuestra deducción: en prim er lugar, señalarem os que
Aim eric envía siete poem as al «rey de Aragón» — sin
oLra denom inación concreta que nos ayude— , pero
al lam entarse por la pérdida de sus protectores, llora
la m uerte de Pedro ÍI (1195-1213) 1B6: E'l reys Peire
de cui fon Araguos; creem os que nos será lícito pen­
sar que Aimeric se refiere a este m onarca cuando
m enciona al «rey de Aragón». Hay algunos datos que
pueden apoyar nuestra tesis —aunque sean de carác­
ter extrínseco— a favor de Alfonso VIII: recorde­
m os que Aim eric de Peguilhan, ya antes de 1190, se
encuentra al lado de G uiliem de Berguedá; la vida
de este noble catalán se desarrolla en m edio de lu­
chas feudales con los señores vecinos e, incluso, con
su señor natural, A lfonso II.

1.35.5.2 N o sería lógico pensar que Aim eric aluda a


este rey de Alagón estando en la corte de su enem i­

184. C fr. S h e p a r d -C h a m b e r s , A im eric de Peguilhan, p , 236,


n . 41.
J85. S h ep a r d - C h a m b e r s , A im eric de Peguilhan, XXIV, e s tr .
V II, vv. 49-52, p. 138.
186. E n aquelh tem ps, S h e p a r d 'C h a m b e r s , Aim eric de Pe­
guilhan, XXVI, estr. I, v. 3, p . 146.
Castilla. Alfonso VIII 125
go, ei n oble catalán; sin em bargo, se puede apoyar
esta su p osición en la estrofa siguiente, en la que ala­
ba a la cond esa Elvira de Subiratz, señora de Urgel,

1.36.1 Poco anterior a la m uerte de A lfonso V III es


un .poem a de Ram ón V idal de B esalú, Abrils issi'e:
en este exten so p oem a (1.773 versos) un juglar, en la
plaza de B esalú, se q ueja a nu estro trovador de lo
m al acogido que es en todas partes, excepto en la cor­
te de M ontferrán, donde el m arqués lo recibió con
gran com placencia. Ram ón Vidal explica a su inter­
locutor por qué se perdió la liberalidad y honradez
en las distin tas cortes; el trovador añora la corte de
Alfonso II, a donde acudían juglares y trovadores de
todas partes; luego, alaba el o ficio del juglar siem pre
y cuando éste sea sensato y posea ciertos conocim ien­
tos; Vidal aprovecha la ocasión para explicar al jo­
ven cóm o debe com portarse en cada caso, según su
auditorio; se despiden y, desde entonces el trovador
no ha vu elto a saber nada m ás del ju g la r c illo 187.

1.36.2 En esta extensa narración hay dos ejem plos


que nos iJaman la atención por referirse al m undo an-
dalusí, el prim ero ocupa 160 versos, en los que se nos
cuenta la siguiente anécdota: un sultán andaluz, ad­
m irado por las virtudes de uno de sus nobles, Almas-
sor, le con ced e el privilegio de que pueda cubrirse
con una almussa, herm oso tocado de color rojo;
cien años después, otro alm a sso r se cree con dere­
cho al m ism o privilegio y u tiliza otra almussa; se
produce un escán dalo y el rey convoca a ju icio a su
vasallo, que se defiend e diicendo que reúne las m is­
m as cualidades que el a lm assor de antaño 18B.

1.36.3 El otro ejem plo es el de los alm orávides, que


por su dejadez y degeneración cayeron bajo el yugo
de otro linaje m ás fuerte, el de los alm ohades.
1.36.4 En esta com p osición, Ram ón V idal destaca a

187. FrELD, A brils isst'e, p p .


188. F xeld, Abrils issi'e, p p , 18-23.
126 Carlos Alvar

la corte aragonesa entre todas las dem ás, pues a ella


iban trovadores de m ás allá de los Pirineos y desde
Espanha y eso que en aquellas cortes no había nin­
guna m ezquindad, pues
Aquí trovavon cuend'e gay
e donador lo rey n'Anfos 1*9,
[Aquí encontraban hospitalario, alegre y generoso al
rey don Alfonso,]

Creemos que se trata del rey castellano ya que va


en contraposición al verso 772:
E puís trobavon d’autra part
vas Lombardia1! pros marques
[Y además encontraban, al otro lado, hacia Lombar-
día al noble marqués.]

1.37 A lfonso V III m urió e l 6 de octubre de 1214 en


la aldea de Gutierre-Muñoz, pero los trovadores si­
guieron recordándolo durante m ucho tiem po des­
pués de m uerto.
Pistoleta, juglar de Arnaut de Maruelh, se acuerda
de los tiem pos pasados y expresa su deseo de aban­
donar la poesía a raíz de la m uerte de los dos gran­
des m ecenas hispanos, en una com posición que lo
acerca a Aim eric de Peguilhan, com o ya señaló Nies-
troy 190;
pueis lo reis d'Aragon
murió ni l reis n'Anfos
e si per leis non fos
cui sobr'altras res blan,
non chantera ugan 191.
[Desde que murieron el rey de Aragón y el rey don
Alfonso, y si no fuera por aquélla que cortejo por en­
cima de las demás, este año no cantaría.]

189. F i e l d , Abrils issi’e, vv. 765-766, p . 31.


190. NlESTROY, Pistoleta , p . 49.
191. Se chantars fos grazitz, e d ic . N ie s t r o y , Pistoleta, VI,
e s t r . I, v v . 6-10, p . 47. La tr a d u c c ió n e s d e R io u e r , L o s trova­
dores, LXVI, p, 1165.
Castilla. Alfonso VIH 127

La iden tificación con A lfonso V III no ofrece pro­


blem as. M ás d ifícil es descubrir la fecha de la com ­
p osición aunque parece poco posterior al m es de
octubre de 1214, fecha de la m uerte del rey caste­
llano.

1.38 Posterior tam bién a la m uerte de don A lfonso


es la redacción d efinitiva de Castia-gilós de Ram ón
Vidal de B esalú, pues en ella es m encionado el rey
com o m uerto:
en la cort [...] ' .
del rey de Castela, N'Amfos,
en qui era condutz e dos,
sens e valors e cortezia
e engenhs de cavalayria,
q irel non era onhs ni sagratz,
mas de pretz era coronatz
e de sen e de lialeza
e de valor e de proeza192-
[En la corte [...] del rey de Castilla, don Alfonso, en
quien había convites y dádivas, con buen sentido, va­
lor y cortesía, con ingenio de caballería, aunque no esta­
ba ungido ni consagrado, estaba coronado de mérito, de
juicio y de lealtad, de valor y de gallardía.]
Así pues, la redacción de esta obra se nos presenta
com o diez años p osterior — por lo m enos— a la visi­
ta de Ram ón V idal a la corte castellana.

1.39 V olvem os a escuchar, de nuevo, el canto de un


trovador que estu vo ju n to a A lfonso V III en sus úl­
tim os años de reinado: es Aim eric de Peguilhan,
quien dos años después de la m uerte del m onarca
com pone un sirventés en recuerdo de sus antiguos
protectores, todos ellos desaparecidos a com ienzos
del siglo x m ; el prim er verso lo dedica al rey de Cas­
tilla y el segundo a su hijo, el infante don Fernando:
En aquelh temps que‘1 reys morí, N ’Amfos,
e sos belhs filhs qu’era plazens e bos,

192. Appel, Castia-gilós, vv. 5-12.


i 2a Carlos Alvar

e-1 reys Peire de cui fon Araguos,


e'N Dieguos qu'era savis e pros,
e-1 marques d'Est e 'l valeiis Salados,
ladonc cugei que fos mortz pretz e dos,
si qu’ieu fui pres de laissar mas chansos;
mas ar vey restaura tz ambedos 193.
[En aquel tiempo en que murió el rey don Alfonso, y
su hermoso hijo, que era agradable y bueno, y el rey Pe­
dro, de quien fue Aragón, y don Diego, que era sabio y
noble, y el marqués de Este y ¿1 valiente Salados, en
aquel tiempo, pensé que habrían muerto mérito y dul­
zura, de tal manera que estuve a punto de dejar mis
canciones; pero ahora veo estas dos virtudes restau­
radas.]

Si con ello s casi m urieron todas las virtudes, con


Federico II resurgen en el m ayor esplendor.

1.39.1 Ya desde De B a rth o lo m a eis194 se viene adm i­


tiendo que este p oem a fue com p uesto entre los m e­
ses de sep tiem b re y octubre de 1220, cuando Federi­
co II llegó a Rom a para ser ungido em perador; el
inconveniente m ás grave que se ha planteado a esta
fechación era el d istanciam iento entre la m uerte de
los protectores del trovador y el año en que fue com ­
puesta la poesía. Si revisam os la biografía del rey si­
ciliano, hallam os —entre otros h itos im portantes—
lo s datos que a continuación brindam os: coronado
en M aguncia en 1212 frente a su rival Otón de Bruns­
w ick, en 1216 fue proclam ado rey de R om anos y, en
1220, H onorio III lo unge em perador en Roma 195,

1.39.2 C reem os que no es arriesgado situar el sir­


ventés alrededor d e 1216; ser rey de R om anos im pli­
caba que ya se poseía todos los derechos im periales,
la consagración por el papa era, tan sólo, un honor
m ás.

193. E n agueth tem ps, edic. S h e f a r d -C h a m b e r s , A im eric de


Peguilhan, X XV I, estv. I, vv, 1-8, p . 146.
194. De B a r t h o l o m a e i s , P o e s ie p r o v e n z a li s to r ic h e , I , pá­
ginas 246-248. •
195. Cfr. Le G o f f , B aja E dad Media, pp. 22 y ss.
Castilla. Alfonso VIII 129

1.40 Un año p osterior, por lo m enos, es el recuerdo


que le dedica Aim eric de B elenoi a A lfonso V III,
cuya fam a perduró por encim a de todo:
mas car al franc rei píate
bels dict? e fatg presatg,
qe no cresa sermón don pre? abais, *'
mas grat, com fe sos avis, bos assaig 19s.
[pero ya que al franco rey le agradan los hermosos
dichos y los notables hechos, que no preste oídos a nin­
guna conversación que rebaje el mérito, pero le agra­
den —como hizo su abuelo—, los hechos laudables.]
Si el franc rei es Fernando I I I 197, sos avis no pue­
de ser sino A lfonso V III.

1.41 M enos segura es la id en tificación del valen rey


que aparece en Pus flum Jordán, de Peirol:
Qu1 Englaterra a croy emendamen
del rey Richart; e Fransa ab sas flors,
soli'aver bon rey e bos senhors,
e Espanha un autre rey valen,
e M o n f e rra t b o m a r q u e s e y ss a m e n ,
e 1'Emperi emperador prezan;
aquestz qu’i son no sai quo's captenran19e.
[Inglaterra tiene vil compensación del rey Ricardo:
Francia, con sus flores, solía tener buen rey y buenos
señores, y España otro rey valiente y Monferrato igual­
mente un buen marqués, y el Imperio uíi digno empera­
dor. Estos que hay [ahora] no sé cómo se comportarán.]

Riquer pien sa que el «rey valiente de España» po­


dría ser A lfonso V III (m uerto en 1214) o Pedro II
de Aragón (m uerto en 1213) l9H. Por otro lado, De Bar-
tholom aeis estim a que la com posición va dirigida al

196. Anc, puois qe giois n i can$, edic. DuM JTRRSCU, A im eric


de Belenoi, XIV, estr. V, vv. 41-50, p. 124.
197. Cfr. infra, V II, 1.3.
198. Edic. A s t o n , Peirol, X X X II, estr. III, vv. 15-21, páginas
161-162. La traducción es d e R i o u e r , L o s trovadores, LX,
224, p. 1124.
199. R i o u e r , Los trovadores, LX, 224, p, 224, p, 1124, n. 18.
130 Carlos Alvar

em perador Federico II, incitándole a cum plir su pro­


m esa de hacerse cruzado, por lo que la fecha podría
situarse entre septiem bre de 1221 y abril de 1222 200.
Aston no se pronuncia al respecto.

1.42 El recuerdo m ás tardío que hallam os referente


a Alfonso V III se encuentra en un sirventés de Peire
Cardenal (De sirventes sueilh servir):
E non crei q u e l reís N ’Anfos
aitals fos,
anz volc envazir
tures per crestians aizir3m.
[Y no creí que el rey don Alfonso fuese así, antes
quiso atacar a los turcos para acomodar a los cris­
tianos.]
Podría tratarse del rey castellano, m ás conocido
por sus acciones contra los árabes que los otros m o­
narcas de la Península, N o creo que el ataque a los
m usulm anes se refiera a una acción detem iinada,
com o pensaron V ossler y Maus 20S.
Según Lavaud, este sirventés fue com p uesto alre­
dedor de 122 8 203.

2. R esum iendo, a grandes rasgos, lo expuesto a lo


largo de estas páginas, podem os concluir:

2.1 Las prim eras noticias que nos han llegado acer­
ca del rey Alfonso V III en las obras de los trovado­
res se deben —tal vez— a Giraut de Bornelh (1169­
1170), si bien, el reis N ’A m fos a que alude podría
ser el m onarca aragonés.

2.2 Quince años después, Bertrán de B orn incita

200. D e B a r t h o l q m a e is , Poesiú provenzali storirhe, II, p.


11, y especialm ente O sservazioni, p. 102,
201. Edic. L avaud, Peire Cardenal, LI, estr. IV, vv, 33-36,
p. 310.
202. Eí p rim ero pensó en Las Navas; el segundo, en
Alarcos.
203. Lavaw, Peire Cardenal, p. 311.
Castilla. Alfonso VIII 131

a A lfonso V III a la lucha contra los catalanes, en


Puois lo gens term in is floritz.

2.3 La desun ión entre los soberanos peninsulares


ya es ob jeto de algunos versos de Peire Vidal, ante­
riores a 1186.

2.4 Al visitar Castilla, Giraut Borne]h es asaltado en


la frontera de Navarra. El trovador recordará varias
veces este suceso.

2.5 G uiliem de B erguedá debió de visitar la corte


castellana hacia 1190, donde al parecer fue m uy bien
recibido; en este viaje presentó a los m onarcas a Ai­
m eric de Peguilhan, según afirm a la Vida provenzal
del joven trovador.

2.6 Tam bién debió de visitar la corte castellan a otro


trovador catalán, Ram ón Vidal de B esalú, a juzgar
por los datos que se desprenden de sus poem as na­
rrativos A brils issi’e y Castia-gilós. N o está claro
cuándo con oció Ram ón Vidal al rey de Castilla, pero
debió ser entre 1191 y 1214,

2.7 Peire Vidal vuelve a llam ar a la unidad a los


m onarcas españoles en una com p osición de 1193 y en
otras que llegan h asta 1204. E ntre esto s años estuvo
en la corte de Alfonso V IH .

2.8 Uc de Lescura escrib e un sirventés en e l últim o


cuarto del siglo xir, en el que elogia al rey A lfon­
so V III, a la vez, se com para en ton o jo co so a dtros
trovadores contem poráneos suyos, con ocidos casi to­
dos ellos en la corte de Castilla.

2.9 A com ienzos del siglo x m reaparece la figura


del m onarca castellano en el poem a alegórico de Pei­
re Guilhem de Tolosa, Lai on cobra.

2.10 Al igual que Peire Vidal, R aim baut de Vaquei-


ras pide a los reyes de España que se unan contra
los m usulm anes en una com p osición de 1201.
132 Carlos Alvar

2.11 M ientras tanto, don Alfonso lleva a cabo su in­


vasión a Gascuña, acontecim iento que se halla pre­
sente en un sirventes de Bertrán de Born lo Filhs an­
terior a 1206.

2.12 El M onje de M ontaudon dedica, tam bién, una


com posición a este suceso, en la que recrim ina a Fe­
lipe Augusto su política interior,

2.13 Entre 1209 y 1214, Guiraut de Calansó dedica


varias p oesías al rey castellano, quizá desde su m is­
ma corte, entre las que destaca el plan por el infan­
te don Fernando, del que hablarem os m ás adelante.

2.14 V em os una nueva llam ada a la unión de los dis­


tintos reinos en la obra de Perdigón, quien tras ala­
bar a Pedro II y a Alfonso V III, sugiere que sum en
sus fuerzas para luchar con los renegados (anterior
a 1212).

2.15 Por esta m ism a época, G uilhem Ademar alude


a un rey y a un conde difíciles de identificar y que
han sido relacionados con A lfonso V III y Ramón Vi
de T olosa, respectivam ente.

2.16 El caballero rosellonés y trovador Guillem de


Cabestany es citado en algún texto tardío com o uno
de los participantes en la batalla de Las Navas. La
fuente del cron ista Pere Tom ich, que recoge esta in­
form ación no se ha podido hallar.

2.17 Hay que adm itir tam bién la presencia de Aime-


ric de Peguilhan en la corte castellana, com o afirma
su biografía provenzal y com o hem os visto más
arriba.

2.18 Con la m uerte del rey en 1214 no term inan las


alusiones de los trovadores.

2.19 Entre los recuerdos postum os podem os contar


con los de P istoleta, Ram ón Vidal de Besalú, Aimeric
Castilla. Alfonso VIII 133

de Peguilhan, Aim eric de B elenoi y, quizá, Peirol y


Peire Cardenal (hacia 1228).

3. Por últim o, querem os concluir señalando que


entre los cuarenta años que van desde 1188 a 1228
— considerando de esas fechas las com p osicion es ex­
trem as— , fueron d ieciocho los trovadores que tuvie­
ron alguna relación con A lfonso V III, y ocho, casi
la m itad, visitaron con toda seguridad la corte cas­
tellana, A estos datos hay que añadir las referencias
que encontram os a otros personajes del séquito real
y que serán o b jeto de uno de nuestros próxim os ca­
pítulos.
VI
OTROS PERSONAJES

1.1 En la obra de los trovadores no só lo se en cu en ­


tran alusion es a los reyes, sino que tam bién son re­
lativam ente frecuentes las referencias a d istin tos
personajes de la corte. Ya hem os v isto unas cuantas
citas de éstas en las que se elogiaba a alguna reina
o a algún príncipe: M arcabrú, casi olvidado por Al­
fon so VII, se apresuró a volver su s o jos hacia la em ­
peratriz doña Berenguela el m ism o trovador —y
lo vim os en el lugar co rresp o n d ien te2— se alegra
por el m atrim onio de Blanca de Navarra con Sancho
de Castilla.

1.2 Bertrán de Born, buen conocedor de los proble­


m as navarro-aragoneses, en un sirventés com p uesto
contra Ricardo Corazón de León (Sieu fos) alude a la
relación de p arentesco que unía al rey inglés con
Sancho V I, por haber casado aquél con doña Beren­
guela, hija del m onarca n a v a rro 3,

2. Ya hem os v isto esto s testim on ios; querem os am ­


pliar ahora los datos con los referen tes a la corte cas­
tellana de A lfonso V III.

2.1 Lareina doña Leonor gozó fam a entre los tro-

1, Cfr, supra, I, § 1.6. •


2, Cfr. supra, I, §§ 1,4 y ss,
3, Cfr. supra, III, § 1.3,11, e infra, VI, § 2.1,1.
136 Carlos Alvar

vadores por su belleza y por su dignidad; no debe


extrañarnos, pues, el que aparezca en la obra de al­
guno de ellos.

2.1.1 D espués de 1191, B ertrán de Born com pone


un sirventés contra Ricardo Corazón de L eó n 4; en
una estrofa de esta poesía podem os leer:
E puois non es per sa térra iros
membre-lh sa sor e -l maritz orgolhos,
que la lai.ssa e no la vol tener
(aquest forfachs mi sembla desplazer),
a tot ades que s'en vai perjuran,
que'l reis navars l'a sai dat per espos
a sa filha, per que l'ant'es plus gran!5
[Y puesto que no está enfadado por su tierra, que se
acuerde de su hermana y del marido orgulloso, que la
abandona y no la quiere tener (esta fechoría me pare­
ce que no le gusta), y así que se va perjurando, que el
rey navarro le ha dado por esposa a su hija, por lo
que la vergüenza es mayor.]
Adem ás de la alusión evidente a Sancho VI y a su
hija, se podría pensar que hay, tam bién, una cita a
Alfonso V III y a Leonor de Inglaterra, ya que ésta
era herm ana del rey inglés: el m onarca castellano
estaría representado en nuestro texto com o el m aritz
orgolhos. Sin em bargo, nos parece m ás acertada la
tesis de B oysson, quien identifica al m aritz orgolhos
con R icardo Corazón de León, siend o Alix hija de
Felipe-Augusto, la esp osa abandonada.

2.1.2 Hacia 1190 parece ser que visitó la corte caste­


llana el trovador G uillem de Berguedá; preparándose
este viaje envía a Castilla un sirventés, lleno de elo­
gios hacia A lfonso y Leonor;
E vos, dompna, reina pros e gaia,
emperairitz, non cuietz q'ieu m ’estraia

4. Cfr. supra, § 1.2.


5. Sieu io s edic. A p p e l , Bertrán de Born, X X IX , estr, IV,
vv. 22-28, p. 74; cfr. tam bién supra, I , § 1,4, y B o y s s o n , Ber-
rrartd de Born, pp. 342 y ss.
Otros personajes 137

de vos amar, anz dic en descobert


que vostr'om sui en plan et en d esert6.
[Y vos, señora, reina noble y afable, emperatriz, no
creáis que me abstengo de amaros, antes digo abierta­
mente que soy vuestro vasallo en público y en privado.]
2.1.3 Tal vez haya que poner en relación con Leonor
de Inglaterra la reina E lienors que aparece en al­
gunas versiones de una canción de Aim eric de Pe­
guilhan, Qui so frir s ’en po gues; el texto adoptado por
su s editores, Shepard y Cham bers, es:
La reina ses par
de Tolosa sap far
e dir son don s ’enanssa
totz jorns e eréis s’onranssa7.
[La sin par reina de Tolosa, sabe hacer y decir, su
liberalidad aumenta cada día y crece su honra.]

Los m ss. C IK N Q dan la lectura Elienors y J, Elie-


nor en el verso 7 1 8; Los ed itores de la obra d e Aime­
ric piensan que puede tratarse, m uy posiblem ente,
de alteracion es de los escribas 9. N os resulta poco
convincen te esta explicación, pues aparecen las va­
riantes en m ss. de cuatro fam ilias d istintas. Tenga­
m os en cuenta que la reina de T olosa se llam aba Leo­
nor, com o la castellana: se nos com plica aún m ás el
problem a; el hech o de que las variantes se asienten
sobre de Tolosa quizá im plique cierta relación en­
tre el nom bre de la reina y sus dom inios; pero, por
otra parte, tam bién puede tratarse de la esp osa de
A lfonso VIII: apoya esta h ip ótesis la estrofa siguien­
te, en la que se m enciona el In fan te don Fernando
de C a stilla ID. N o encontram os una solu ción d efini­

6. Un sir v e n te s ai en co r, edic, R i q u e r , L os tro v a d o re s,


X X I, 96, estr. IV, vv, 29-32, p p . 539-540. La trad u cció n ta m ­
bién es de R iquer.
7. Qui sofrir s en pogues, edic. S h e p a b d -C h a m b e r s , A im eric
de Peguilhan, XLVI, vv. 70-73, p . 218.
8. S h e p a r d -C h a m b e r s , A im eric de Peguilhan, p . 219.
9. S h e p a r d -C h a m b e r s , A im eric de Peguilhan, p . 6,
10. C fr. infra, VI, § 2.2.1.
138 Carlos Alvar

tiva para e l dilem a; podem os recurrir a un resulta­


do interm edio: una prim era versión enviada a Tolo­
sa, que acabaría en el verso 73 y otra versión más
tardía con las variantes que nos han llegado y con la
adición de la tornada en alabanza de don Fernando.
La prim era sería poco anterior a 1190 — fecha en que
Aim eric se encuentra ya al lado de G uillem de Ber­
guedá— , y la segunda, de hacia 1200.

2.1,4 Pero es, sin duda, Ram ón Vidal de B esalú


quien nos ofrece el retrato m ás p erfecto de la reina
en diez versos de su Castia-gilos:
e can la cort complida fo,
vene la reyna Lianors
e anc negus no vi son cors.
Estrecha vene en .1. mantelh
d’un drap de seda, bon e belh,
que hom apela sisclato;
vermelh ab lista d'argén fo,
e*y ac .1. levon d'aur devis.
Al rey soplega pueys s'asis
ad una part lonhet de lu y 11.
[Y cuando toda la corte estuvo reunida, vino la reina
Leonor; ninguno antes había visto su persona; venía
ceñida con un manto hermoso y bello de una tela de
seda, que se llama ciclatón; era rojo con una lista de pla­
ta y tenía dibujado un león de oro. Se inclina ante el
rey y luego se sienta a un lado, alejada de é l]
No sería im posible pensar que Ram ón Vidal estu ­
viera p resente cuando llegó la reina: de este m odo
es fácil explicar la d escripción que hace del vestido
y del com portam iento de la m ujer de Alfonso V III.

2.2.1 El rey y la reina habían v isto cóm o se les m o­


rían, uno tras otro, sus hijos; por fin, en 1189 nació
el nuevo heredero, al que llam aron Fernando. Todas
las atencion es se volcaron sobre el infante. Su valor
se m an ifestó desde edad m uy tem prana, m otivo que

11. Castia-gilos, edic. C luzel, L'école des jaloux, vv. 16­


25, p. 22.
Otros personajes 139
avivó las esperanzas de todos, com o se puede apre­
ciar en esta canción de Aim eric de Peguilhan:
L'enfan pot hom lauzar '
castellan, cui Dieus gar,
c ’om el mon de s'enfanssa
tan dreich vas Pretz no- is lan ssa 12.
[Se puede alabar al Infante de Castilla, a quien guar­
de Dios, pues en el mundo no se ha lanzado nadie tan de­
recho hacia Mérito desde su infancia.]
Poco m ás a r r ib a 13 hem os analizado otra estrofa
de esta com posición: era en la que se aludía a una
reina Elienors; la alabanza que aquí hace el trova­
dor del infante castellan o n os hace pensar en dos re­
dacciones, según las d istin tas fam ilias de m anus­
critos.
La com posición tien e que ser, evidentem ente, ante­
rior a 1211, fecha de la m uerte de don Fernando, que
había nacido en 1189: en la vida del Infante desta­
ca el hecho de que a los veintiún años se hizo cru­
zado para luchar contra los alm ohades. Tal vez se
refiera a este m om ento Aimeric, aunque por el tex­
to m ás parece que está elogiando a un niño.
En todo caso, la p oesía p ertenece a los prim eros
años del siglo xxir.

2.2.2 E l infante m urió m uy joven. La prem atura


m uerte de don Fernando inspiró a Guiraut de Ca-
lason un sentido planh:
I Belh senher Dieus, quo pot esser sufritz
tan estranhs dols cum es del jov’enfan,
del filh de] rei de Castella prezan,
done anc nulhs oms jorn no- s parti marritz
ni ses cosselh ni dezacosselhatz; 5
qu’en lui era tot lo pretz restauratz
del rei Artus, qu’om sol dir e retraire,
on trobavan cosselh tug bezonhos.

12. Qui sofrtr s'ert pagues, edic. S h e p a r i > C h a m b e r s , Airrte-


ric de Peguilhan, XLVI, vv. 74-77, p. 218.
13. Cfr. supra, § 2.1,3.
140 Carlos Alvar

Ar es mortz selh que degr’esser guizaire,


lo mielhs del mon de totz los joves bos! 10

II Anc filhs de rei no fon vistz ni auzitz


qu'en tan ric loe fos vengutz per semblan,
don man dolen n’iran tostemps ploran;
que plus es grans, quan degr'esser fenitz,
lo dols de lui quant es comensatz;
quar elh era en tan ric loe pauzatz
qu'anc non nasquet tan desastrucs de maire
que lai no fos astrucs totas sazos;
don paradis puesc dir, al mieu vejaire,
qu'es aitals cortz que no1i a sofraitos. 20

III Ben degr'esser Ferran capdels e guitz


—s'a Dieu plagues que est mon ames tan—
lo belhs e-1 bos, a tot fag benestan,
lo lares e-l franes, lo valens e-1 grazitz,
don cujav’on qu'en elh fos esmendatz 25
10 Joves Reis e N Richartz, lo prezatz,
e -l coms Jaufres, tug li trei valen fraire
cui semblava de cors e de faissos,
e de ricor e de totz bes lo paire,
qu'er es dolors de proez'e de dos. 30

IV Anc joven reis no fon natz ni noiritz


del flum Jordán tro al solelh colgan
don fos tais dols, pus n.eguero-1 jagan;
quar li franses ne fan dol e grans critz
e li englés, tug silh d'ams los regnatz, 35
11 alaman, totz sos rics parentatz,
senhor del mon, e-1 valen erriperaire
e Samsuenha, Espanh'e Aragos,
qu-ei mon non es crestias de lunh aire
que sieus liges o deis parens no fos. 40

V Mas elh era sobre totz elegitz


el melhor loe, si visques mais un an
servir a Dieu de cor e de talan,
fons de belhs dos, murs contra-ls arabitz, .
solelhs de mars, abrils renovelatz, 45
miralhs del mon, ab cui pretz es renhatz.
Que-n dirai pus! Que nulhs no sap retraire
lo dampnatge que sest mons doloiros
a pres en lui; e Dieus, vers perdonaire,
perdón a lui, pus venjatz s'es de nos! 50
Otros personajes 141

VI Ai! q u a ls d o ls esl Q u a r e lh e s c h a s tia ir e


a to t lo m o n , a is v a le n s e a is p r o s 14.
[I .— B u e n s e ñ o r D ios, c ó m o p u e d e s o p o r ta r s e ta n sin ­
g u la r d o lo r c o m o el d e la m u e r te d e l jo v e n in f a n te , del
h ijo d el q u e rid o rey d e C a stilla , d e q u ie n ja m á s n a d ie
se s e p a r ó e n tr is te c id o n i sin c o n s e jo n i d e s a c o n s e ja d o ;
p o rq u e e n é l se h a b ía r e s ta u r a d o to d o e l m é r ito d e l rey
A rtú s , e n q u ie n se g ú n su e le d e c irs e y c o n ta r s e e n c o n ­
tr a b a n c o n s e jo to d o s lo s n e c e s ita d o s . A h o ra h a m u e r to
el q u e d e b ía s e r el c o n d u c to r,, el m e jo r d e to d o s los b u e ­
n o s jó v e n e s d e l m u n d o .
I I .— N u n c a fu e v is to n i o íd o h ijo d e re y q u e e n v e r­
d a d a lc a n z a r a ta n ric o lu g a r, p o r lo q u e los e n tr is te c i­
d o s e s ta r á n s ie m p re llo ra n d o ; p u e s su d u e lo e s m a y o r
c u a n d o d e b e r ía a c a b a r s e q u e c u a n d o se c o m e n z ó . P u e s
é l e s ta b a s itu a d o e n ta n ric o lu g a r q u e n u n c a n a c ió d e
m a d r e n a d ie ta n d e s d ic h a d o q u e a llí n o a lc a n z a ra la fe ­
lic id a d e n c u a lq u ie r tie m p o p o r lo q u e p u e d o d e c ir, se ­
g ú n m i p a re c e r , q u e e s p a ra ís o u n a c o r te s e m e ja n te en
la q u e n o h a y n e c e s ita d o s .
I I I .— Si a D ios h u b ie s e p la c id o a m a r ta n t o a e s te m u n ­
do, d e b ie r a h a b e r sid o c a u d illo y g u ía , F e rn a n d o , el h e r ­
m o so , el b u e n o , el a g ra d a b le e n to d a a c c ió n , el lib e ra l, el
fra n c o , el v a lie n te y el a m a b le , c o n el q u e p a re c ía q u e
fu e s e n c o m p e n s a d o s el Jo v e n R ey, R ic a rd o el fa m o so y
el c o n d e J a u f r é , lo s tr e s v a lie n te s h e rm a n o s , a q u ie n e s
se p a r e c ía en c u e rp o y e n fa c c io n e s, y e n m a g n a n im i­
d a d y e n s e r p a d r e de to d o s los b ie n e s, q u e a h o r a es
d o lo r d e v a le n tía y d e g e n e ro s id a d .
IV . N u n c a jo v e n re y n a c ió n i fu e c ria d o d e sd e e l río
J o r d á n h a s ta el so l p o n ie n te p o r el q u e h u b ie r a ta n to
d u e lo , d e s d e q u e se a h o g a ro n lo s g ig a n te s. P u e s los
fr a n c e s e s h a c e n p la n to y d a n g ra n d e s g rito s , y los in g le ­
ses, to d o s lo s de a m b o s re in o s , los a le m a n e s , to d o s su s
p o d e ro s o s p a rie n te s , s e ñ o re s d e l m u n d o , y el v a lie n te e m ­
p e r a d o r , y S a jo n ia , E s p a ñ a y A ra g ó n , p o rq u e e n el m u n ­
d o no e x is te c r is tia n o d e n in g ú n lin a je q u e n o f u e r a su
v a s a llo o s u p a rie n te .
V.— P e ro él, si h u b ie r a v iv id o u n a ñ o m á s , e s ta b a d e s ­
tin a d o p o r e n c im a d e to d o s , al m e j o r lu g a r p a r a s e r v ir
a D ios de b u e n á n im o y ta la n te , fu e n te d e h e rm o s a s d á ­

14. B elh se n h er D ieus, edic. E r n s t , G u irau t d e Calansort,


X I, pp. 331 y ss. La traducción e s de R i o u e r , L os tro v a d o re s,
LV, 216, pp. 1085 y ss. La poesía aparece ín teg ra en M ilá ,
De los tro v a d o re s, p. 118.
142 Carlos Alvar

divas, muro contra los árabes, sol de marzo, abril re­


novado, espejo del mundo, en quien el mérito ha rena­
cido. ¡Qué más diré! Nadie puede relatar el daño que ha
recibido este mundo con su muerte; y Dios, verdadero
perdonador, lo perdone, pues se ha vengado en nosotros.
VI.—¡Ay, qué dolor!, pues él es modelo para todo el
mundo, para los valientes y para los nobles.] ■

La crítica delim itó la producción poética de Gui-


raut entre 1202 y 1212; las tres com posiciones de
este trovador que hacen referencia a Castilla pare­
cen haber sido escritas alrededor de las m ism as fe­
chas 15: e l dato m ás seguro que poseem os es el ver­
so 42 del planh, en el que se nos dice que si el in­
fante hubiera vivido un año m ás habría podido ser­
vir muy bien a Dios; la alegría de la victoria se ve
em pañada en Ja corte castellana por la m uerte, un
año antes, del infante don Fernando; sólo én esa co­
yuntura es explicable el hecho de que Guiraut escri­
biera un planh tanto tiem po después del suceso.
Este planh es interesante, adem ás, porque nos
ofrece un retrato del infante al señalarnos que se
parecía «de cors e de faissos» a sus tres tíos, Enri­
que, Ricardo y Godofredo.

2.2.3 D espués de m uerto, aún le dedica un recuerdo


Aimeric de Peguilhan entre sus protectores desapa­
recidos a com ienzos del siglo x m .

En aquelh temps que'l reys mori, N'Amfos,


e sos belhs filhs qu'era plazens e bos 16.
[En aquel tiempo en que murió el rey don Alfonso y su
hijo que era agradable y bueno...]

2.3 Podríam os com enzar este párrafo sobre la no­


bleza castellana con un verso de P oem a de Almería:

15. E rn st piensa que ta n to L i m ey d ezir com o B el sem ­


blan fueron escritas e n tre 1209 y 1214 ( E r n s t , G iraut de Ca-
íanson, p. 284).
16. E n aguelh tem p s, edic. S h e f a e d -C h a m b e r s , A im eric de
Peguilhan,. X XV I, vv. 1-2, p. 146,
Otros personajes 143

C a s te lla e v ir e s p e r sa e c u la f u e r e r e b e l l e s 17.

E fectivam ente, los varones de Castilla fueron re­


b eld es durante siglos y es esa rebeldía la que m arca­
rá sus relaciones con los reyes y con las cortes.

2.3.1 Don D iego López de Haro «fue uno de los mag­


nates m ás distinguidos de España, y por el favor que
gozó con el rey llegó a desem peñar com etidos de no­
table relieve» 18. Se enfrentó con A lfonso IX de León,
haciéndose fuerte en los castillo s de M onteagudo y
Aguilar, Alfonso V III lo nom bró su alférez y, d es­
pués, lo hizo señor de Rioja y Nájera. Parece ser que,
con un hijo suyo, estuvo en la batalla de Alarcos.
Por diferencias con el rey castellano, figura en la cor­
te leon esa desde mayo de 1204 hasta la Paz de Ca­
breros, concluida en m arzo de 1206. A lfonso VIII
le devolvió su confianza y por ello m andó la vanguar­
dia del ejército cristiano en Las N avas de Tolosa.
Murió en septiem bre de 1214.
Pero su figura no es interesante — sólo— en el pla­
no político; don Diego supo form arse una corte de
juglares y trovadores debido a su espíritu «facetus
loqui, discretus», según las inscripciones de su se­
pulcro en Santa María la Real de N á je r a 19. N o debe
extrañarnos, pues, h a l l a r l o citado a l g u n a vez en los
versos de los trovadores.

2.3.1.2 Parecía que el prim er testim on io provenzal


relacionado con el señ or de Vizcaya era el que nos
llega a través de la Vida de R igaut de B erbezilh, tro­
vador docum entado com o m uerto en 1163, después
de haber sid o m onje en su tierra dos o tres años:

... e t el s e n a n e t en E s p a in g n a , a l v a le n b a r ó n D o n
D iego; e Jai v is q u e t, e la mor i 20.

17. P oem a d e A lm ería, verso 1.38, p. 32 (sigo la edic, de


S alvador M artínez, G redos, M adrid, 1975).
18. G o n z í l e z , A lfon so V IH , P- 305.
19. C itado p o r M e n é n d e z P id a l , Poesía juglaresca, p . 129.
20. B o u t i E r e , B io g ra p h ies, p. 150,
144 Carlos Alvar

[E l se fu e a E s p a ñ a , co n el v a lie n te n o b le d o n D iego;
vivió a llí, y a llí m u rió .]

Según R iq u er21, los datos que ofrece la Vida han


de m anejarse con toda precaución, pues parecen in­
terpretaciones del tardío biógrafo no sólo la referen­
cia a los am ores de! trovador, sino tam bién la cita
de la corte de don Diego; quizá fue este error pro­
vocado por la tornada de Lo nous mes d'abril en la
que alude a Falencia:
M iéis d e d o m n a , s ’ie n sui sai v a s P a lc n s a
■ m 'a r rn a c m on c o rs vos ro m á n e n le n e n sa :
e) n o m d 'a m ia v o s e r o b e d ie n z '
ab q u e c re s a tz de so s e rise ig n a m e n z 22 .
[M e jo r q u e d a m a , a u n q u e e sto y a q u í, e n P a te n c ia , m i
a lm a y m i c u e rp o q u e d a n en v u e s tro p o d e r: e n el n o m ­
b re d e a m ig a os s e r á o b e d ie n te , só lo co n q u e c re á is su s
e n se ñ a n z a s .]

Várvaro creyó que esta tornada procedía de la m is­


ma fuente que la Vida, es decir, de un hecho r e a l23,
aunque más bien parece ser que la Vida ha elabora­
do algunos elem entos sobre esta tornada, com o su­
giere Riquer
«E l a n ó n im o b ió g ra fo d e b ió d e in v e n ta r e s ta re fe ­
re n c ia , p o rq u e s a b ía q u e R ig a u t d e B erbesrilh e s tu ­
vo en C a stilla » , p e r o los d o c u m e n to s m u e s tr a n q u e
m u r ió en su t i e r r a s ie n d o m o n je .
Partiendo de esta base, las conclusiones cronológi­
cas tanto de Várvaro com o de Anglade deben ser
revisadas: apoyándose en la afirm ación de la Vida,
Anglade sitúa la presencia de Rigaut en España en­
tre 1200 y 1215 25; Várvaro, aduciendo la desnatura­
ción del señor de Vizcaya entre 1201 y 1206, piensa
21.R i q u e r , Los trovadores, X I II, p . 282.
22.V á r v a r o , Rigaut de B erbezilh, V I , estr. VI, vv. 46-49,
PP. 172-173.
23. VArvabo, R igaut de Berbezilh, pp. 16-17.
24. R i o u e r , L o s trovadores, X U I, p . 283,
25. A nglade, Les chansons d u troubadour R igaut de Barbe-
zieux,.en R evue des Langues Rom anes, LX, 1920, pp. 201 y ss„
especialm ente p, 232.
Otros personajes 145

que debe ser posterior a este año y —m uy probable­


m ente— de hacia 1210 20. Riquer, con m ayor inform a­
ción y datos m ás con cretos que los anteriores, gra­
cias a las in vestigaciones de R. L e je u n e 27, cree que
las relaciones entre R igaut de B erbezilh y don Diego
López de H aro no son tan tardías com o afirm a la
Vida y propone com o solución —para no retirarle
todo el crédito— que lo «conoció cuando era jo ­
ven» 2a.
Me resulta difícil adm itir esta hip ótesis, pues indi­
caría que Rigaut y don Diego se conocieron antes de
1160, fecha en que el n ob le castellano debía ser un
niño, a no ser que se trate de otro noble con el m is­
m o nom bre, o que rechacem os la Vida p ro v en za l2B.

2.3.1.3 D ebe identificarse con don Diego López de


Haro el Diego que aparece en Car'amiga d o ls’e fran­
ca, de Peire Vidal; suponem os, con H o e p ffn e r 30, que
este trovador con oció al alférez de Alfonso VIII; al
m enos eso nos hace pensar el envío de la canción que
hem os citado:
Q u i d 'E n D iego s 'a r r a n c a ,
n o n a m e s tie r m a s q u e 's p o n a
o q u ’o m t o t v iu lo r e b o ñ a
e n p riv a d a p o z a ra n c a ,
a leí d e c h ic a v il a n a ’
re c re z e n , c o r d e p u ta ñ a ,
si to t 'a l ta u l a t se la n s a
n i ‘ S p o n h a d 'e m p lir s a p a n s a 31.
[Q u ie n se s e p a r a d e d o n D iego, n o n e c e s ita n a d a m á s
q u e s u ic id a rs e , o q u e lo e n tie r r e n v iv o e n u n p o z o n e g ro ,

26. V á rv a ro , R igaut de B erbezilh, pp. 18-19.


27. R ita L e je ü NR, La data tio n du tro ubadour R igaut de Bar-
bezieux: a uestions de détail et questions de m éthode, en Le
M oyen Age, LXX, 1964, pp. 397-417.
28. R iq u e r , L o s trovadores, X III, p. 283, n. 6.
29. E n tre o tro s nobles con este no m b re, hem os bailado a
Diego Jim énez de Cam eros, cuya cronología coincide m ás
exactam ente con Ja del tro v ad o r que la del señor de Vizcaya
(vid. G o n zá lez , A lfonso V III, pp, 318 y ss.),
30. Cfr. H o e p f f n e r , P e ire V id a í, p. 155.
31. E dic. A valle, Peire Vidal, XV, e str. V II, vv. 49-56,
p. 138.
146 Carlos Alvar

como arrojan a una villana de corazón de puta que se


abalanzara a una mesa para llenar su barriga.]
H oepffner supone que Peire Vidal
Avait trouvé auprés de lui un excellent accueil dont
il remercie id avec ses hyperboles coytumiéres.
Quitter Diego? S'exclame-t-il! Plutót se suicider ou
se faire jeter dans un puisard, comme une vieille
truie se jette sur son auge pour se remplir la pan-
se 32,
Más adelante analizarem os la fecha de esta com ­
posición.
2.3.1.4 Otro trovador que visitó la corte castellana,
Ramón Vidal de B esalú, elogia al señor de Vizcaya
en Abrils issi'e, donde la alabanza al noble corre pa­
ralela a la de Alfonso VIII: en Castilla encontraban
los trovadores un rey generoso, pero tam bién los no­
bles están colm ados de virtudes; allí hallaban a «e-N
D iego que tan fo pros» 33.
2.3.1.5 Poco antes de que m uriera su rey, murió
don D iego López de Haro; y, com o a su rey, tam bién
lo recuerdan a él los trovadores después de muerto;
Aimeric de Peguilhan le concede un puesto de honor
entre su s protectores:
En aquelh temps que l reys mori, N'Amfos,
e sos belhs filhs qu'era plazens e bos,
e -l reys Peire de cui fon Araguos,
e - N Dieguos qu'era savis e pros 34.
[En aquel tiempo en que murió el rey don Alfonso,
y su buen hijo que era agradable y bueno, y el rey Pe­
dro, de quien fue Aragón, y don Diego que era sabio y
noble...]
2.3.2 Tan im portante, por lo m enos, com o la fami-

32. H o epffn er , Peire Vidal, p. 155. D E .jem os a un lado la


in terp re tació n y la traducción que hace de estos versos, que
m e parecen desafortun ad as.
33. Abrils issi'e, edic. Field, p. 32. C fr. supra, §§ 1.36.1 y ss.
34. En aquelh tem ps, edic. S hepard-C ham bers, A im eric de
Peguilhan, XXVI, vv. 1-4, p. 146.
Otros personajes 147

lia Haro, eran los Lara. Sin em bargo, los m iem bros
de este linaje no destacan por su presencia en la lí­
rica trovadoresca; podem os señalar — tan sólo— re­
ferencias a dos Laras: a Pedro y a Fernando.
2.3.2.1 La fam ilia de los Lara se introdujo en Nar-
bona gracias al m atrim onio de M anrique de Lara con
Erm esinda, herm ana de Erm engarda y prim a de la
em peratriz doña Leonor, «por la cual penetró en Cas­
tilla una corriente cultural y política» 35.
23.2.2 Pedro de Lara fue señor de N arbona a par­
tir de 1176, com o indicó M iret y Sans: «En 1168, vién­
dose Erm engarda sin h ijos, asoció para el gobierno
del vizcondado, a su sobrino Aym erich de Lara [ ...]
Aym erich m urió al cabo de ocho años y entonces
adoptó por heredero y sucesor el herm ano de este
últim o, llam ado Pedro de Lara [ ...] Erm engarda m u­
rió el día 2 de las Calendas de Mayo del año 1196 de
la E ncarn ación »35 bis. P osiblem ente, Pedro de Lara
se encuentra al frente del vizcondado sin la partici­
pación de Erm engarda después de marzo de 1193. Un
año m ás tarde abdica en su hijo Aym eric III. Murió
en 1202.
B ertrán de Born pide a Pedro de Lara, señor de
N arbona, auxilios para el conde de Tolosa, levan­
tado contra ei rey aragonés:
e lo coms Peire lor n'aiut30.
[Y el conde Pedro les ayude,] .

No debió suceder así, pues en otro sirventés se di­


rige el trovador a Alfonso II diciendo:
l e u l o 'l h p e rd o , s r m fe tz m a l f a r
a c a ta la s n i a la r a u s 37,

35. G on zá lez , Alfonso V III, p , 274.


35 bis. Cfr. Mas L a strie, Trésor, 1643. Vid tam bién M ire t
i S ans , E l testam ento de la vizcondesa E rm engarda de Nar.
bona, en B R A B L B , I, 1, 1902, pp. 41-46.
36. Lo com s m 'a m andat, edic. Appel, B ertrá n von B o rn t
IX, estr. V II, v. 40, p. 23. ■
37. Quan v e i pels vergiers, edic. A p p e l , B ertrá n von B orn,
148 Carlos Alvar

[L e p e rd o n o si m e c a u s ó d a ñ o c o n lo s c a ta la n e s y co n
lo s d e L a ra .]

Los laraus son, evidentem ente, las tropas de Pe­


dro de Lara, aliado de Alfonso II, frente al conde de
Tolosa 38. La m ayor parte de los investigadores —en­
tre ellos Milá, Thom as y S tim m in g 39— señaló que
fue com puesto en 1181. A partir de la publicación del
estudio de Riquer E n torno a «Arondeta, de ton chan­
tar m'azir» 40, se ha im pu esto la rectificación; si los
investigadores que se han planteado la fechación de
este sirventés se basaban casi exclusivam ente en la
expedición de Alfonso II contra Tolosa en 1181, Ri­
quer profundiza en los datos conservados sobre la
expedición y concluye que «ninguna de las tres re­
dacciones de la G esta C o m itu m barcinonesium fecha
en 1181 la expedición de A lfonso II contra T o lo sa » 41.
En todo caso, el sirventés tiene que ser anterior al
año 1194, porque fue entonces cuando el vizconde
Pedro de Lara abdicó en Aym eric III.

2.3.2.3 Los otros representantes de la fam ilia Lara


aparecen en Abrils' issi’e, el poem a narrativo de Ra­
món V idal de B esalú en el que se elogia a Alfon­
so V III, a don D iego López de Haro, a «Guidrefe de
G am beres»42 y a dos personajes, d iííciles de identi­
ficar:

e-.l c o m te F e r r a n lo c o rte s
e so s f r a ir e s ta n b e n a p r e s
q u ’ieu n o -n p o ir ia d ir lo c a r t 43.

[Y el c o n d e F e rn a n d o , el c o rté s , y su h e rm a n o , ta n

X X II, estr. V III, vv. 57-58, p. 54. La trad u cció n es de R iquer,


Los trovadores, X X X II, 134, p . 721,
38. P ara m ás datos, cfr. K astner , B ertrán de B orn's,
p. 247.
39. Cfr, R iquer, La lírica, p. 404.
40. R iq u e r , E n torno a «Arondeta, de ton chantar m'azir»,
en B R A B LB , X X II, 1949, pp. 199-228.
41. R iq u e r , En torno,.., p. 220.
42. C fr. infra, VI, § 2.3.4.3.
43. F ield , Abrils issi'e, vv. 769-771, pp. 31-32,
Otros personajes 149

b ie n d is p u e s to q u e n o s a b r ía d e c ir d e él n i la c u a r t a
p a r te .]

2.3.2.3.1 Como en otros casos que presentan dificul­


tades, las interpretaciones han sido m uy variadas:
Milá 44 no duda en identificar el c o m te Ferrari con el
infante don Fernando, abad de M ontearagón, tercer
h ijo de Alfonso II y herm ano de Pedro II, que apa­
rece reiteradas ocasion es en la Crónica de Jaim e I.
B ohs 45 pensó que se trataba de Fernando III, m ien­
tras que A n glad e40, C o rn iceliu s47 y F ie ld 48 ven en
él uno de los Lara.

2.3.2.3.2 N o creem os que se trate del abad de M on­


tearagón porque nos en contram os en un ám bito cas­
tellano; la fecha del poem a nos hace rechazar, tam ­
bién, la h ip ótesis de B ohs. N os queda, pues, la p o si­
bilidad de iden tificarlo con don Fernando de Lara;
varios factores apoyan esta sugerencia: la cronología
no presenta ninguna dificultad, pues figura en pri­
vilegios desde 1173 hasta 1217; era conde castellano,
con lo que encuadra, perfectam en te, en el m arco de
la poesía y, adem ás, estab a relacionado con los trova­
dores, com o verem os m ás adelante.

2.3.2.3.3 D on Fernando de Lara era el hijo prim ogé­


nito del conde don Ñ uño Pérez de Lara — «am o de
rege don Alfonso»— . Su m adre,-doña Teresa, al que­
darse viuda en 1177, se casó con Fernando II, rey de
León. E jerció gran influencia en A lfonso V III, del
que fue alférez. En 1208 se le incluye entre los ju­
ram entados para cum plir el testam en to del rey cas­
tellano; b ajo el reinado de Fernando III se tuvo que
desnaturar a M arruecos y perdió todos sus honores.

44. M ilá , De los trovadores, p . 300, n. 7.


45. B o h s , W., «Ábrits issi'e m ays intra va». L ehrgedicht
von R aim an V idal von B ezaundun. Sonderabdruck. aus «Voll-
m ollers R om anische Forschungen», XV, 1903, p. 100.
46. Angladr, Les iroubadours provengaux en B iscaye, p . 350.
47. C o r n i c e u u s , oSo fo el tem ps c ’o m era j'ítyí», Berlín,
1888, pp. 94-95.
48. F íe lo , A b r i h i s s i ’e, p . 144, v id . ti. 82.
150 Carlos Alvar

Murió en el barrio de Elvira (M arruecos), siendo traí­


do su cadáver m ás tarde para sepultarlo en Filero,
al lado de su m u je r 49.
»
2.3.2.3A Los hijos de don Ñ uño Pérez de Lara fue­
ron tres: don Fernando, don Alvaro y don Gonzalo
Núñez de Lara. Si aceptam os que el co m te Ferran
sea éste, su herm ano es, seguram ente, don Alvaro.
En apoyo de nuestra afirm ación aducim os ¡varios m o­
tivos: fue personaje influyente en las cortes de Cas­
tilla y León, en la que llegó a ser m ayordom o; se
alió con el señor de Vizcaya y estu vo casado con
doña Urraca Díaz de Haro, hija de don Diego, el no­
ble protector de trovadores 50.

21.2.15 Para pensar que se tratara de don Gonzalo,


tropezam os con un grave inconveniente, pues el más
joven de los Laras residió, norm alm ente, en G alicia51,
sobre todo a partir de 1208; com o su herm ano, fue
honrado por el m onarca leonés, se desnaturó de Cas­
tilla hacia 1218 y fue a tierra de m usulm anes. Murió
en Baeza algún tiem po después. Estuvo casado con
una herm ana del señor de Vizcaya —doña María
Díaz de Haro— en fecha que desconocem os, pero que
fue antes de 1225. Vivió poco tiem po en la Castilla
de Alfonso V IH 52.

2.3.3.1 Aunque de origen navarro, la fam ilia de los


Azagra se inclinó hacia Castilla en su política. D esta­
có por su actividad don Pedro Ruiz, que estuvo rela­
cionado con los reinos castellano y aragonés por ha­
berse erigido señor de Albarraeín y haberse subleva­
do contra Alfonso V III y Alfonso II, reconociéndose
vasallo —únicam ente— de Santa M a ría 53.. E sta pos­

49. P a ra t o d o s e s t o s d a t o s , cfr. G onzález , Alfonso V III,


P P . 283 y ss.
50. G onzález , Alfonso VI H, p . 289.
51. G onzález, Alfonso VI H, pp. 290 y ss.
52. G o n zá lez , A lfonso VI H, p . 291. .
53. Cfr, G o n z á l e z , Alfonso VIII, pp. 796 y ss., y A lm a g r o ,
H isloria de Albarraeín, pp. 5-74. Después de don Pedro, fue
Otros personajes 151

tura de rebelde se explica así en los versos de Ber­


trán de Born:
Peire Rois saup devinar
el prim que-l vi joves reiaus,
que no seria arditz ni maus 54.
[Ya adivinó Pedro Ruiz, en cuanto lo vio siendo joven
rey, que no sería valiente ni temible.]
En 1186 había m uerto el prim er señor de Albarra-
cín, un os dos años después de que Bertrán de Born
com pusiera este sirventés.

2.3.3.2.1 Peire d'Alvernha, el trovador que se encon­


traba en Castilla a la m uerte de Alfonso VII, com po­
ne una sátira Cantarai d'aquest trobadors, p osible­
m ente su obra m ás im portante. En ella el trovador
caricaturiza a trece com pañeros —entre los que se
incluye— , que se han encontrado en Puoich-vert;
adem ás de algunos trovadores conocidos, com o Gi-
raut de Bornelh, B ernart de V entadorn, etc., se ha­
llan varios que no han logrado identificar. Entre
éstos, se cuentan Peire de M onzó y G onzalo Ruiz, que
por los nom bres parecen aragonés el uno y castella­
no el otro. Pero vayam os por partes. Peire de Mon­
zó sale de nuestro dom inio, por lo tanto lo vam os
a dejar a un lado; Gonzalo R oitz ocupa la estro­
fa XII:
E l'onzes, Gonzalgo Roitz,
qe-s fai de son chant trop formitz,
p e r q 'e n c a v a lla r ia - s fen ;
et anc per luí non fo feritz
bos colps, tant ben non fo gamitz,
si dones no-1 trobet en fugen 55.

señ o r de A lbarracín su h erm an o F ern an d o , que se hizo v a ­


sallo de Alfonso V III.
54 Quan vei pels vergiers, edic. Apfel, B ertrá n von Horn,
X X II estr. V II, vv. 49-51, p. 54. La trad u cció n es de R iq u e r ,
Los trovadores, X X X II, 134, pp. 720-721.
55 D e l M onte, Peire d ’Alvernha, X II, estr. X II, vv. 67­
72, pp. 125-126. La tradu cció n es de R iq u e r , L o s trovadores,
XV, 49, pp, 338-339, au n q u e con v ariantes.
152 Carlos Alvar

[Y el undécimo, Gonzalo Ruiz, que está demasiado sa­


tisfecho de su canto, en el que presume de dignidad ca­
balleresca; y nunca buen golpe fue asestado por él —tan
mal armado iba— si no lo encontró mientras escapa.]

2.3.3.2.2 Más que la figura de Peire de Monzó ha in­


teresado a la crítica la de Gonzalo Ruiz, pues de la
identificación de éste depende, en gran manera la
fecha del poem a. El prim er paso lo dio Pattison al
descubrir un texto de Zurita en el que aparecía cita­
do un Gonzalo Ruiz: el ilustre historiador daba la re­
lación de los nobles que fueron en 1170 a Burdeos en
busca de Leonor de Inglaterra, que iba a casarse con
Alfonso V I I I 56. A partir de esta noticia, las conclu­
siones se precipitaron: no fueron pocos los investi­
gadores que, aduciendo com o testim onio a Pattison,
pensaron que Peire d'Avernha escribió esta com posi­
ción con m otivo del viaje de la futura reina de Cas­
tilla, y que todos los trovadores citados en la sátira
estuvieron en la com itiva que llevó a la nueva reina
castellana a T arazona57, Sin em bargo, pasada la eu ­
foria, Rita Lejeune ha replanteado el problema,
com o verem os m ás adelante.

2.3.3.2.3 Al lado de Gonzalo Ruiz, y en estrecha re­


lación con él, se ha m otivado la identificación de
Puoich-vert (verso 86). Es aquí donde han tropezado
casi todos los investigadores: se puede tratar, bien
de Puivert d'Agramunt o bien de Puivert d ’Aude,
pero en cualquier caso — y así lo señaló Rita Lejeu­
ne— «ya se sitúe en el Lenguedoc o que lo suponga­
m os en Gascuña, el lugar donde fue escrita la sáti­
ra, Puivert, presenta dificultades para relacionarse
con el cortejo nupcial de 1170»58. La fecha que se ha
propuesto (1170) para la sátira no descansa sobre

56. P a t t iso n , Peire d 'A lvem h e's «C hantaraí d'aqestz tro-


badors •>, p p . 23-24.
57. P o d e m o s c i t a r , e n t r e o t r o s , a M enéndez P idal, Poesía
juglaresca, p . 115; D el M onte , Peire d'Alvernha, p . 128; P ir o t ,
Recherches, p p . 174-177; e tc . .
58. L ejeu n e , La «Galerie littéraire», p . 6,
O tros personajes 153

ningún fundam ento seguro, com o afirm a la investi­


gadora b e lg a 59.

2.3.3.2.4 Los hechos quedan en suspenso; Riquer los


resum e, esperando los estu d ios prom etidos por Rita
Lejeune 60:
1) Gonzalo Ruiz es, m uy probablem ente, el her­
m ano de Pedro Ruiz de Azagra, señ or de Albarracín
y p rotector de trovadores, Gonzalo Ruiz está docu­
m entado entre 1157 y 1186.
2) La poesía no pudo ser com p uesta con m otivo
del viaje de B urdeos a Tarazona, pues no se halla
ningún Puoich-vert en este cam ino.
3) El lugar de com p osición fue Puigverd d'Agra-
m unt, cerca de Lérida.
4) H abría que pensar en ocasión d istinta del viaje
nupcial de Leonor de Inglaterra: tal vez a partir de
1158 en que el trovador estu vo en la corte castella­
na y pudo con ocer al noble Gonzalo Ruiz.

2.3.4 N o m en os im portante que las anteriores era la


fam ilia de Cam eros; de origen riojano. Algunos m iem ­
bros de este linaje tam bién aparecen citados por los
trovadores.

2.3.4.1 E n prim er lugar h em os de referirnos a don


R odrigo Díaz de C am eros, conocido com o poeta en
gallego-p ortu gu és60 biE, al que alude Elias Cairel en
un sirventés com pu esto —p robablem ente— en la
corte leonesa:
Domna, par
n o‘us puosc trobar
lonh ni pres,
e sab o'n Roiz Dies
quJes conoissens
e fai valer valensa 81.

59. L e je u n e , La «Calerie littérairen, p , 20.


60. R iq u e r , L os trovadores, XV, 49, pp. 332-333.
60 bis. C fr. M i c h a Eu s , Ajuda, II, pp. 578-579.
61. T o tz tnos cors e m os sens, edic. J a e s c h k e , E lias Cairel,
XIV, estr. VI, vv. 66-71, p. 197.
154 Carlos Alvar

[S e ñ o r a , n o os p u e d o e n c o n tr a r s e m e ja n te n i le jo s n i
c e rc a , y lo s a b e R u iz D íaz, q u e es c o n o c e d o r y h a c e v a le r
el v a lo r,]

J a esch k e02 piensa —en un principio— que no pue­


de ser Rodrigo Díaz de Cameros, pero m ás a d ela n te63
rectifica su punto de vista afirm ando que sí se tra­
ta de este noble, pues «el error de "Roiz" en vez de
"Roí" puede ser del poeta».

2.3.4.2 Quizá haya que poner en relación con la fa­


m ilia de Cameros el Roiz Peire que aparece en la
Vida del G uilhem Magret: «si rendet en un hospital
en Espaingna, en la térra d'En Roiz Peire deis Gam-
biros» 6*, Esta aseveración es dem asiado concreta y
—posib lem ente— sea cierta. Sin em bargo, hay un
punto oscuro: ¿quién es «Roiz Peire deis Gambiros»?
Las in terpretaciones al respecto han sido abundan­
tísim as: Milá piensa que se trata de un hijo o pa­
riente de don R odrigo Díaz de C am eros95; Menén-
dez Pidal no halla ningún nobJe con este nom bre
y piensa que «Peire es arbitrario en vez de D ía ;» ce.
N a u d ie th 67 parece apoyar a Milá. Son m uy escasos
los datos que podem os ofrecer, pero —tal vez— pue­
dan arrojar luz nueva sobre el problem a. R ecorde­
m os, con una sim ple ojeada, el linaje de los Cameros:

62. V id . J a es c h k e , E lias Cairel, p , 32.


63. J a e s c h k e , E lias Cairel, p p . 200-201, n , 69.
64. B o íJT ifcR E , Biographies, p . 493.
65. M ilí, De los trovadores, p . 120, n. 3,
66. M enéndez P idal, Poesía juglaresca, p . 128, n . 2. E s t a
o p i n i ó n e s a p o y a d a p o r R iq u k k , L os trovadores, X L II , p .
915, n . ].
67. N a u d teth , G uilhem M agret, p p . 100-101.
Otros personajes 155

. J im e n o
(y M a ría G o n zález)

P e d ro Jim é n e z D iego J im é n e z T e re s a Jim é n e z


i {y D,a G u io m a r)
l
I
[R u iz P é re z ] R o d rig o D íaz
(y u n a h ij a d e D. D iego L ó p ez d e
H a ro ) |

J im e n o R o d ríg u e z
(y S a n c h a , h ija d e A lfo n so IX ) 68

N o es aventurado conjeturar que Pedro Jim énez


tuviera urí hijo llam ado Ruiz (o Ruy, o Rodrigo) Pé­
rez, que sería prim o del fam oso protector de trova­
dores y poeta, R odrigo Díaz, de Cam eros. La cronolo­
gía nos apoya en esta h ip ótesis que sólo encuentra
un obstáculo —y no despreciable— en la inexisten­
cia de d ocum entos que corroboren ese descendiente
de Pedro Jim énez. Creo que entre los nobles que po­
drían id entificarse con «Roiz Peire» es el m ás cer­
cano al original. Por otra parte, el hospital al que
hace alusión el autor de la Vida resulta d ifícil de lo­
calizar: tengam os en cuenta que Pedro Jim énez —pa­
dre del h ip otético n oble que nos ocupa— era señor
de Logroño (1158) y que los h osp itales para peregri­
nos eran m uy abundantes en el Camino de Santia­
go 89, que atravesaba las p osesion es de los Cameros.

2,3.4.3 Si .es problem ática la id en tificación de R oiz


Peire deis G am biros, no lo es m enos la del Guidrefe
de G am beres, que se halla en Abrils issi'e de Ram ón
V idal de B esalú. Suponem os que este enigm ático per­
so n aje — del que el trovador no nos dice nada m ás—
era castellano, aunque la razón no sea incontroverti­
ble: está incluido en una enum eración de nobles de
Castilla, entre don D iego López y el «com te Ferran».

68. C fr. G on zá lez , A lfonso VIII , p p . 317-318 y 607-616.


69. Cfr. G on zá lez , A lfonso VI I I , p p . 318 y ss.
156 Carlos Alvar

Las interpretaciones han sido m uy distintas: M ilá 70


supone que es un m iem bro de la fam ilia de los Ca­
m eros; basa su aseveración en el paralelism o con el
G am biros de la Vida de Guillem Magret:
«... Pois se redent en un hospital en Espaigna,
en la térra d'En Roiz Peire deis Gambiros.»

Uno de los Cameros (Ruy Díaz) m andaba una de


las alas del ejército que se enfrentó a los alm ohades
en Las Navas.
F ie ld 71 piensa que tal vez se trate de un error del
copista y que originalm ente se tratara de Pedro Ruiz
o Ruy Díaz de los Cam eros, inclinándose al prim ero
por su fam a com o protector de trovadores.
M enéndez P id a l72 rio se m uestra tan convencido y
observa que el G a m berés de Ram ón Vidal no tiene
nada que ver con el Gam biros de la Vida de Magret
«por razón de la é acentuada».
Por el m om ento, nosotros no tenem os argum entos
suficien tes para juzgar, aunque creem os bastante po­
sible que se tratase de un m iem bro de la fam ilia de
los Cameros com o indicó Milá.

2.4 E ste capítulo acerca de los personajes fam osos


citados por los trovadores puede cerrarse con la fi­
gura —casi épica— de Martin Algai, que m urió en los
prim eros días de agosto de 1212, a la vista de todos
sus vasallos.

2.4.1 Era fam oso este salteador de cam inos por su


valor, por su dureza y por su ardor guerrero. Merce­
nario preciadísim o, estuvo a las órdenes de Ricardo
Corazón de León, de Juan Sin Tierra (quien lo hizo
senescal de Perigord y de Gascuña), de Sim ón de
M ontfort y de Ram ón VI de Tolosa. Fue señor de Bi-
garoca y de B irón (arr. de Bergerac, en Dordoña),
donde firm a donaciones entre 1207 y 1209. Parece ser

70. M il.í, De los trovadores, p . 300, n. 6 y 120, n. 3.


71. F ield , A brils issi’e, p . 151.
72. M enén dez P idal , Poesía juglaresca, p. 128, n. 2.
Otros personajes 157

que era navarro y ha sid o iden tificad o con el cabeci­


lla de banda M artín de O lite 73,

2.4.2 M artín Algai fue una de las figuras fundam en­


tales en la cruzada albigense, al m en os así lo hacen
pensar Jas alu sion es que hay a este capitán en la pri­
m era parte de la Cansó d e la Crozada, escrita por el
navarro Guilhera de Tudela; en ella se puede rastrear
la actividad m ilitar de M artín Algai, con la ventaja
de que casi tod os los datos son corroborados por la
crónica latina de Vaux-de-Cernay74.

2.4.3 Aparece por prim era vez al ser convocados to­


dos los nobles por el conde de M ontfort:

E lo coms de Monrfort somonit tot ades,


tot aitans co el pog de trastotz los francés.
Per lo vescomte d'Onje a el ladonc trames,
per mosenh’en Bochart, que dedins Lavaur es,
e per trastotz los autres e de lunch e de pres,
e per Marti Algai; e lai en Narbones
trames per n'Aimeric, e que cascus vengues.
Et eli vengon tuit; non auzan mudar ges
pus lor o ac m andat73.
[El conde de Montfort convocó inmediatamente a to­
dos los franceses que pudo llamar. Envió mensajes aJ
conde de Onje, a mosén Bochardt, que estaba en La­
vaur, y a todos los demás, estuvieran lejos o cerca, tam­
bién a Martín Algai y, en el Narbonés, a Aimeric, pidién­
doles a todos que vinieran. Se presentaron todos, pues
no se hubieran atrevido a retrasarse después de haber
recibido tal orden suya.]

73. Cfr, La Chanson, p. 210. L a identificación m e parece


falsa, y m ás aú n teniendo e n cu en ta que en 1222 M artín de
O lite estab a al cargo de la g u ard ia d e M o ntferrand, al ser­
vicio de la Iglesia (vid. R otjquette e t V illem agne , Cartulaire
de M aguelone, t. II p. 217, c itad o en La Chanson, p . 242,
n. 2).
74. P etri V allium Sernaii m onachi H ystoria Albigensis,
edic. de dom B ria l, en Recueil des h istorien j de la France,
t, XIX, pp, 1-113, y P. G uében y E. Lyom, en Société de l’his-
toire de France, I y II, P arís, 1926-1930.
75. La C hanson, 89, vv. 8-16.
158 Carlos Alvar

2.4.4 En el asedio de Castelnoudari — septiem bre de


1211— lo vem os luchando al lado de Sim ón de Mont-
fort:
Lo coms, sel de Montfort, si com vos dig denan,
s'es mes al Castel-nou vesent de manta jant.
En Bochartz fo a Lavaur e d'autre no sai cant:
lo filhs del castela, que fon pros e valhant,
be son cent cavaers arditz e combatans;
Martis Algais i fo se vintes solament;
Tot dreit al Castel-nou al cómte Fort s'en v a n t70,
[El conde de Montfort, como os dije antes, se había
establecido en Castelnoudari, a la vista de muchas per­
sonas. En Bochart estaba en Lavaur con no sé cuánta
gente, como el hijo del castellano, que era honrado y
valiente; son, fácilmente, cien caballeros audaces y beli­
cosos; Martín Algai estaba allí con veinte hombres. Se
fueron derechos a Castelnoudari a juntarse con el conde
de Fort.]

2.4.5 Es en ton ces cuando el conde de Foix intercepta


un convoy de víveres que envían a Sim ón de M ont­
fort: se entabla la batalla, con tal dureza «c’anc non
auzit tan fera des lo tem ps de Rotlant»;
Li francés de Paris a celhs de vas Campanha
vengon a Castelnoy rengat per mei la planha.
Mas lo coms, sel de Foiss, ab tota sa companha
lor es mei la via e li roter d'Espanha'??.
[Los franceses de Paris y los de la Champaña avan­
zan hacia Castelnoudari, ordenados por medio de la lla­
nura. Pero el conde de Foix, con todos los suyos y con
los mercenarios de España, les toma el camino...]

2.4.6 La reacción del capitán navarro es ya casi un


tópico en los cantares de gesta hispanos:
Can monsenher Bochartz e cel que ab lui van
venon al Castelnou, don se moc un alban,
que vene de vas senestre sai a la destra man
e anee tant can poc encontra sus volan.

76. Ibídem , 93, vv, 1-7


77. Ibídem , 94, vv. 1-4
Otros personajes 159
Done dits Martis AJgais: «Sira, per san Joan!
Coment que lo plaitz prega, nos sirem sobiran,
e retendretz lo camp e cels c'ab vos serán;
mot i perdretz avan e receubretz gran dan 78.
[Cuando el señor Bochart y los que van con él se acer­
can a Castelnoudari, alzó el vuelo un halcón blanco, que
fue de la izquierda hacia la derecha y se fue tan lejos
como pudo, volando sobre ellos. Entonces dijo Martín
Algai: «Señor, por San Juan, sea cual sea la marcha de
la contienda, nosotros venceremos; vos quedaréis como
dueños del campo, vos y los que con vos estén; perde­
réis mucha gente y recibiréis gran daño.]
2.4.7 El com bate es m uy duro, com o se esperaba, y
los soldados de M artín Algai em piezan a retirarse al
no poder defender el convoy:
E tant bo caval sout, que nulhs om n o l tenia!
Cels de Marti Algai, que que om vos en dia,
s’en fugiro ab lui a aicela envazia
tro fo vencutz l'estorns e dig que el venia
deis rotiers encausar s; cascus ai si ■s cobria
de lors grans malvestatz e de lor vilanía™.
[¡Qué buenos caballos sueltos, que nadie los llevaba!
Las fuerzas de Martín Algai, digan lo que digan, huye­
ron con él ante este envite hasta que la batalla fue
ganada y dijo que venía de perseguir a los mercenarios;
cada cual se cubría así de su gran maldad y de su vi­
llanía.]
2.4.8 Gracias a la intervención de Sim ón de Mont-
fort, las tropas del conde de Tolosa son vencidas,
pero el oprobio de la huida pesa ya sobre M artín Al­
gai y los suyos que al term inar esta batalla vuelven
la espalda a los cruzados.
2.4.9 Aparece de nuevo M artín Algai en la Cansó
cuando Guilhem de Tudela n os narra la tom a de
Pena d'Agenes (25 de ju lio de 1212):
Cant lo castel fo pres, no i volgran so jomar,
mas al mens que iíh pogron, e si fan destrapar

78. Ibídem , 95, w . 1-8.


79. Ib íd em , 98, w . 10-15
160 Carlos Alvar

los traps e*Is pabalhos, e sobre-ls cars cargar.


E van s’en a Biron, qu'es lai pres de la mar,
que tenc Martis Algais, don soleit garre ja r e&.
[Cuando el castillo fue tomado, no quisieron quedarse
en él [los cruzados], al menos en cuanto pudieron; hacen
desmontar las tiendas y los pabellones y cargarlos sobre
los carros. Se van a Birón, que está allí, cerca del mar,
tenencia de Martín Algai, desde donde solía guerrear.]
2.4.10 Ya está cercana la m uerte del capitán rebel­
de; los cruzados avanzan hacia el castillo de Birón:
Lo coms e li crozat s'en van per mei la estreia
al castel de Biron rauriflama leveia.
Mot l'agron viatz pres, sens autra demorea;
Marti Algai auciron a mort desonorea:
. a chival I’en fan traire, so es veritats proesa,
e puis si fon pendutz, vezent totz, en la prea81.
[Izada la oriflama el conde y los cruzados van por
medio del camino, hacia el castillo de Birón. Lo tomaron
muy deprisa y sin tardanza, haciendo perecer de muerte
deshonrosa a Martín Algai: lo hacen arrastar por un ca­
ballo, esto es verdad probada, y luego lo colgaron a la
vista de todos en una pradera.]
2.4.11 M oría así uno de los caudillos m ás cantados
por los tr o v a d o res82: los Algais aparecen con relativa
frecuencia en com posiciones de los últim os años del
siglo x i i y de com ienzos del x m ; podem os considerar,
en este sentido, el testim on io de Bertrán de Born
com o el m ás antiguo:
E N ’Oc e No vol guerra mais
que no fai negus deis Algais 83. •
[Y Oc y No quiere más la guerra que ninguno de Jos
Algais.]

80. Jbídem , 115, vv. 25-29.


81. Ibídem , 116, vv. 1-6.
82. Sin lugar a dud as fue el m ás fam oso de los Algais,
com o llam aron los trovadores a este grupo. Las citas
p oetas hacen referencias unas veces a M artin y o tra s a to d a
la fam ilia.
83. Al d outz nou term ini, edic. A p p e l , B ertrán von B orn,
XXVI, p. 66.
Otros personajes 161

En esta m ism a época, hacia 1196, m antienen una


tensó Gui d'U ssel y su herm ano E bles d ’Ussel; este
últim o plantea la cu estió n entre dos térm inos bien
dispares: o estar con la amada o estar en m anos de
los Algais por poco tiem po que fuera:

Gui, e -us part mon essienz


un joc dun serez conquis:
en qal cuidaz q'om moris
ennanz d'aqes dos tormenz,
qe tota una nuoit d'avenz
jácsez ab lei don es gaiz,
o'us tengues us deis Algais
en lega, lo terz d'un dia:
chausez qal volriaz mais ei.
[Gui, yo os propongo, conscientemente, un juego por
el que quedaréis conquistado: en cuál de estos dos tor­
mentos creéis que es preferible morir: [imaginad] que
estuviéseis acostado una noche entera con aquella en
quien hay gozos o [imaginad] que os tuviera apresado
uno de los Algais la tercera parte de un día; escoged
cuál preferís.]

Posterior a estos dos testim on ios, pero anterior sin


ninguna duda a la m uerte del fam oso bandolero, es
el debate de Uc de Sant Circ con e l conde de Rodés,
titulado Seigner en coms, cum p oiria eu soffrir:
Seigner en coms, cum poiria eu soffrir
aquest affan que vos mi faitz durar?
Que nuoich e jom mi fasetz cavalgar,
que n o m laissatz ni pausar ni dormir,
Ges en la compaigna
Martin Algai
Hom pieitz non trai;
sembla manjars mi sofraigna85.
[«Señor conde, ¿cómo podría yo soportar esta miseria
en que me hacéis pasar? Noche y día me hacéis cabalgar

84. Gui, e-u s parí, texto según A u d ia u , Les troubadours


d'Ussel, XX, estr. I, vv. 1-9, p. 87.
85. E dic. Jeam r o y -S alve r d a de G ra v e , Uc de S a n t Circ,
X X X V II, e str. I, vv. 1-8, p. 120.
162 Carlos Alvar

y n o ra e d e já is n i d o rm ir. N i s iq u ie ra e n la c o m p a ñ ía d e
M a r tín A lgai se e s tá p e o r; p a r e c e q u e m e f a lta h a s t a la
c o m id a .» ]

La respuesta del conde es tajante: no ha sido él


quien lo ha llam ado y preferiría que se encontrara
en España. Pero lo que m ás nos interesa de esta
com p osición es la cronología: evidentem ente, tiene
que ser anterior a junio de 1212 porque M artín AJgai
aparece vivo aún. D ebem os pensar, pues, que el con­
de de R odés no es E nrique I (conde desde 1214),
com o se ha creído tradicionalm ente, sino Guilhem,
asociado al conde a partir de 1196 y m uerto en
1208 8S. N o choca esta fechación con ninguno de los
datos b iográficos que poseem os de Uc de Sant Circ 87:
sabem os —al m enos por conjeturas— que este tro­
vador visitó Aragón antes de 1213. En vista de la
respuesta del conde, ¿no se podría pensar que Uc
se estaba preparando ya el viaje? En cualquier caso,
sugerim os que la fecha de producción de este trova­
dor debe adelantarse unos años.
El últim o testim on io que hem os hallado pertene­
ce a Peire Cardenal, quien en R azos es qu'ieu m ’es-
baudei pide que Dios term ine con los traidores, com o
hizo con los fam osos salteadores de cam inos:
D ieu p re c q u e tr a c h o r s b a r r e i
e lo s d eg o l e lo s a b a is
a is s i c o n fe s lo s alg ais,
q u a r so n d e p e io r tra fe i.
Q uez a is s o es b e n s a u p u t:
P ie g e r e s tr a c h e r s q u e la ire ,
q u 'a tr e s s i c o m h o m p o t fa ire
de c o n v e rs m o n g e to n d u t,
fa i h o m d e t r a c h o r p e n d u t 88.

[R u e g o a D ios q u e e x te rm in e a los tr a id o re s , lo s d e s­
tr u y a y lo s h u n d a , a sí c o m o lo h izo c o n lo s A lgais, p u e s
so n d e lo p e o r q u e h ay . E s to e s b ie n sa b id o , p e o r es
t r a i d o r q u e la d r ó n , y d e la m is m a m a n e r a q u e se p u e ­

86. Cfr. PlROT, R echerches, pp. 298-299.


87. Cfr. su p ra , IV, § 1,2,9.1, y IV, § I.2.9.2.
88. Edic. L avaud, P eire C ardenal, LXIX, e s t r I I I , v v . 19­
27, p . 458,
Otros personajes 163

de hacer de un lego un monje tonsurado, así se hace


de un traidor un ahorcado.]
■ Term inan aquí los testim on ios que hem os hallado
acerca de esto s personajes, cuya fam a pervivió du­
rante algún tiem po después de su m uerte.
2.5 A lo largo de este capítulo h em os intentado dar
una visió n de las relaciones de los trovadores con
los d istin to s personajes de las cortes: junto a ios
elogios reales, aparecen las críticas a la crueldad de
M artín Algai.
D esde que M arcabrú se dirigió a doña B erenguela,
m ujer de A lfonso V II, hacia 1145, o a Blanca de N a­
varra y Sancho el D eseado en 1140, las alusiones son
incesantes.
2.5.1 B ertrán de Born, en 1186, alude a doña B eren­
guela de Navarra, hija de Sancho VI y m ujer de
Ricardo Corazón de León.
Guillem de Berguedá, hacia 1190, elogia a Leonor
de Inglaterra, esp osa de A lfonso V III.
Tal vez sea esta m ism a dam a la reina Elienors
que aparece en algunas versiones de una canción
de Aim eric de Peguilhan, escrita probablem ente ha­
cia 1200.
El retrato de la reina castellana lo realiza de ma­
nera m agistral Ram ón Vidal de B esalú en su Castia
gilós.
2.5.2 El infante don Fernando, hijo de Alfonso V III,
es ob jeto de las alabanzas de varios trovadores:
Aimeric de Peguilhan se fija en él cuando aún es
niño (hacia 1200); G uiraut de Calanson le dedica un
sen tid o plarih algo después de su m uerte (1212), y
de nuevo lo recuerda Aim eric de Peguilhan entre sus
protectores desaparecidos a com ienzos del siglo x m
(1214).

2.5.3 La nobleza tam bién se ve presen te en la obra


de los trovadores.
1) Don D iego López de Haro, señor de Vizcaya,
es p osib lem en te el n oble —de los que hem os es tu-
164 Carlos Alvar

diado— que m ás relaciones tuvo con los trovadores.


H acia 1160 Rigaut de B erbezilh — si hacem os caso
a la Vida provenzal— visitó al señor dé Vizcaya: ya
hem os señalado m ás arriba los problem as que plan­
tea esta id entificación.
No presenta dudas la relación de Peire Vidal con
don Diego, a quien le envía Car’amiga dols'e franca
(ant. 1206). Ram ón Vidal de B esalú coloca al señor
de Haro a la cabeza de los nobles castellanos, ejem ­
plo de generosidad, en un poem a anterior a 1213
(Abrils issi’e). Aun despu és de m uerto, es recordado
por A im eric de Peguilhan com o uno de sus protec­
tores, en un sirventés de 1214 (En aquelh tem ps
q u e'l reys morí). .
2) N o m enos abundantes son las alusiones a la
fam ilia de los Lara: B ertrán de Born cita varias ve­
ces a la ram a de Narbona: en Lo co m s m'a m andat
(ant. a 1194) o en Quan vei pels vergiers (1184).
Ram ón Vidal de B esalú, en Abrils issi'e, alude al
com te Ferran y a su herm ano: se trata, seguram en­
te, de Fernando de Lara y de su herm ano Alvaro.
3) Otra de las fam ilias im portantes fue la de los
Azagra, de origen navarro. B ertrán de Born conoció
a don Pedro Ruiz, señor de Albarraeín, pues lo re­
cuerda en Quan vei pels vergiers (1184).
E s herm ano suyo el poeta G onzalo Ruiz, caricatu­
rizado por Peire d'Alvernha en su sátira Cantaral
d ’aq estz tro b a d o rs (1170?).
4) Tam bién es celebrado por los trovadores el
linaje de Cameros. Don- R odrigo Díaz es elogiado por
E lias Cairel en T o tz m os cors e m o s sens (1210-1211).
Tal vez sean de esta m ism a fam ilia el Roiz Peire,
a quien se alude en la Vida de G uilhem M agret, y el
Guidrefe de Gamberes, que se halla en Abrils issi’e
de Ram ón Vidal de Besaíú.

2.5.4 Cerram os este capítulo con la figura de Mar­


tín Algai, m ercenario de origen navarro tal vez, que
es recordado en las obras de Bertrán de Born, E bles
d'U ssel, Uc de Sant Circ y Peire Cardenal, entre 1196
y 1213 por lo m enos.
Vil

CASTILLA Y LEON. F E R N A N D O III (1217, 1230-1252)

1. A la m uerte de E nrique I de Castilla (1217), doña


B erenguela, sobre quien recaían los derechos a la
corona, llam a a su hijo Fernando para que se haga
cargo del reino. Los prim eros años de su m andato
se vieron envueltos en continuas luchas con los no­
bles y con su padre, Alfonso IX de León.

1.1 El testim on io trovadoresco m ás antiguo referido


a Fernando III se halla en la tornada de una canción
de Ademar lo N egre, E r a ' m vai mieiUs qe non sol, en
la que se le cita com o infante:

Chanssos, l'enfan me saluda


de Castelia, q’ieu enten
c’om no' 1 val de son joven

[Canción, salúdame al infante de Castilla, pues pienso


que nadie vale tanto desde su juventud,]

K o lse n 2 y M ilá 3 ya habían señalado que el «enfan


de Castelia» no p odía ser sino el «spatere Konig
Ferdinand III. von Cas ti lien" 4.

1. E d ic. K o ls e n , Altprovemalisches (Nr. 3-5), e s t r . V I, w .


36-38, p . 160.
2. K o l s e n , Altprovenzatisches (3-5), p . 162.
3. M ilá , De los trovadores, p . 146.
4. K o l s e n , loe. cit.
1S6 Carlos Alvar

E sta canción debe ser, pues, anterior a 1217, año


en que ascendió al trono castellano. Por otra par­
te, es posterior a 1201, año de nacim iento del m o­
narca.

1.2 En época m uy tem prana, Guilhem Ademar alu­


de, en S ’ieu conogues q u e -m jo s enans, a un «rey
Ferrans»:

Per lieys m'en perdra i ‘1 rey Ferrans


e la cortz e ‘ls dos e-ls baros5.

[Por ella me apartaría del rey Femando y de la corte


y de los dones y de los nobles.]

Tanto puede tratarse de Fernando II de León com o


de Fernando III de Castilla y, sin em bargo, la dife­
rencia cronológica es notable, pues eh un caso la
com posición sería anterior a 1188, m ientras que en
el otro sería posterior a 1217. N o hay m otivos para
descartar de m anera segura a uno de los dos reyes,
no obstante, la crítica se ha inclinado por el rey cas­
tellano G desde que Milá propusiera —titubeando—
esta hipótesis. Hay que adm itir, en cualquier caso,
que son m ás frecuentes las visitas de los trovadores
a la corte castellana; adem ás, Fernando II apenas es
m encionado por algún trovador, m ientras que consta
que el rey de Castilla los recibía con agrado. Alm-
qvist cree que «aprés l ’échec des efforts du jeune
com te Raim on VII pour cobrar Ver q'ac lo co m s vos-
íre paire, se rendit— il en Castille pour trouver, au-
prés du nouveau roi de ce pays, la p rotection dont
il ne pouvait plus espérer jouir auprés du com te de

5. Edic. A lm q v ist , G uilhem A dem ar, X I I , e s t r . V II, vv.


43-44, p . 158.
6. M i l í , De los trovadores, p . 143, n . 2 ( c o n s u h a b i tu a l
m o d e r a c ió n , n o d e s c a r ta la p o s ib ilid a d d e q u e p u e d a t r a t a r s e
d e l r e y le o n é s ); B a la g u e r , L o s trovadores, t. I I I , p p . 371-372;
L ang, M odern Language N otes, t. 10, 1895, p. 106, c o l. 211;
A n g lad e, O nom aslique des troubadours, p . 124; R , M e n é n d e z
P id a l, Poesía juglaresca, p . 141; J e a n ro y , La poésie lyrique,
t . I , p . 212.
Castilla y León. Fernanda III 167

T oulouse? C'est lá une hypothése qui nous parait


tres vraisem blable» 7.

1.3 Otro trovador, A im eric de B elenoi, asegura ha­


b er visitad o la corte castellana en Anc, puois qe giois
ni cang:
L ai s o n u m e lia n s ,
o n m e fo n lo v e n irs
d o u tg , e g re u s lo p a r t ir s ,
e n C a s te lla , o n la n s
m o s a v in e n tg p re s ic x ;
n o n a ta n h a c a stic x :
m a s c a r a -l f r a n c r e i p la t^
b e ls d ic t^ e fa tg p re s a tg ,
q e n o c r e s a s e r m ó n d o n p re ? a b a is ,
■m a s g r a t, c o m fe so s a v is, b o s a s s a i c 8.
[S o y h u m ild e allí d o n d e m e fu e d u lc e la lle g a d a y t r i s ­
te la m a r c h a , e n C a stilla , a d o n d e la n z o m is a la b a n z a s
a g ra d a b le s ; n o m e re c e re p r o b a c ió n : p e ro y a q u e a l f r a n ­
co re y le a g r a d a n los h e rm o s o s d ic h o s y los n o ta b le s
h e c h o s , q u e n o p r e s te o íd o s a n in g u n a c o n v e rs a c ió n q u e
r e b a je el m é r ito , p e r o e s c u c h e c o n a g ra d o — c o m o h izo
s u a b u e lo — los h e c h o s la u d a b le s .]

Con María D um itrescu tenem os que afirm ar que


es im posible conceder una fecha segura al viaje del
trovador; pero en cualquier caso sabem os que visi­
tó la corte de Fernando III, quien le dispensó un
buen r e c ib im ie n to 9. Queda claro que si el franc rei
es Fernando III, j o s avis no puede ser sino Alfon­
so V I I I 10 .

7. A lm q v is t, G uilhem A dem ar, p. 23.


8. D u m it r e s c u , A im eric de Belenoi, XIV, estr. V, vv, 41­
50, p. 124.
9. D u m it r e s c u , A im eric de Belenoi, p. 17. Desde M illot se
venía a rra s tra n d o el e rr o r de p en sar que se tr a ta b a de Al­
fonso X, e rro r que rep ite Milá. Cfr. D u m it r e s c u , A im eric de
Belenoi, p. 187,
10. Cfr. supra, V, § 1.40; Peire B rem on Ricas Novas, al
re p a rtir el cuerpo de B lacatz se refiere a Alfonso V III de
la m ism a form a: «C'aysi ren h et so s avis ab fin p retz sobey-
ran», cfr. infra, V II, § 1.8.3.
168 Carlos Alvar

1.4 Pisam os u n terreno m ás seguro al analizar la


V ida provenzal de Uc de Sant-Circ, en. ia que se afir­
m a que este trovador se había ganado la am istad
de Savaric de M auleon y que estuvo en la corte
de los reyes Alfonso y Alfonso de León u . Además
de este prim er viaje, pensam os que tal vez visitara a
Fernando III en 1218, form ando parte del séquito
del señor de M auleon.

1.5.1 E fectivam ente, no queda ninguna duda sobre


la presencia de Savaric en la corte castellana.
Savaric de M auleon destaca en el m arco trovado­
resco no sólo por sus cualidades de poeta, sino tam ­
bién com o noble feudal, protector de trovadores, en
continua actividad política: era señor de M auleon y
tenía extensas p o sesio n es en el Poitou y Aquitania,
que fueron aum entando continuam ente gracias a su
afortunada belicosidad: luchó prim ero contra Juan
Sin Tierra, quien lo hizo prisionero; Savaric consi­
guió escapar, reconciliándose con el rey inglés; éste
lo nom bró senescal del Poitou. Más tarde se enfrenta
a Sim ón de M ontfort, poniéndose al lado de Rai-
m on VI de T olosa (1211). Es este el m om ento histó­
rico que nos refleja la Cansó de la Croz.ada, donde
aparece fre c u e n te m en te 12; m ás tarde lucha al lado
de Felipe Augusto (1212), para volver al servicio de
Juan Sin Tierra en 1215 13. Tres años m ás tarde lo
docum entam os, com o cruzado, en España, según se
puede atestiguar en los Anales Toledanos:

«... e S a v a ric d e M allen c o n m u c h a s g ie n te s de


Gascona...»14.

11. Cfr. supra, TV, § 1.2.9.1.


12. Cfr. Cansó de la crozada, edic. cit., p p . 152, 154; I,
204-208: I, 218-234... .
13. Se conserva u na carta del rey inglés dirig id a a Savaric,
en la que le com unica que envía dos em b ajad o res p a ra tra ­
t a r , de nuevo, la p a z (cfr. R y m e r , Foedera, I, 175).
14. Anales Toledanos, I, 1218 (cit. Flókez, España Sagrada,
X X X II, p. 400); vid, tam b ién R. M e n é n d e z P idal , Poesía ju ­
glaresca, pp, 125-126.
Castilla y León. Fernando III 169
El ob jeto de esta expedición era la tom a de Cá-
ceres. .

1.5.2 P osiblem ente viniera entre su cortejo Uc de


Sant Circ, que estu vo relacionado tan estrecham ente
con el señor de M auleon y que- m ás tarde escribiría
las razos de sus poesías 15.

1.5.3 Tal vez el m ism o año de 1218 Savaric abando­


nó la corte castellana; se hizo cruzado y em barcó
hacia oriente: su viaje fue corto, pues en 1220 está,
de nuevo, en el Poitou. En noviem bre de 1231 se le
atestigu a com o m uerto 16.

1.5.4 Sus contem poráneos lo juzgaron con gran ri­


gor, considerándolo u n peligro para la cristiandad:
«... V eniebant etiam cum adversariis ille p essim us
apostata, ille prevaricator iniquus, filiu s D iaboli, mi-
n ister A ntichristi, Savericus videlicet de M alleone,
om nem excedens hereticum , om ni deterior infideli,
inpugnator ecclesia, C hristi h ostis. O virum , im m o
virus, pessim um , Savericum dico, qui, scelestu s et
perditus, inpudens e t in p m d en s, currens adversus
D eum erecto eolio, inpugnare ausus e st ecclesiam
sanctam Dei! O hom inem ap ostasie principem , cru-
d elitatis artificem , perversitatis actorem ..., im m o to-
tum D iabolu m !...» 17.

1.5.5 Se han conservado tan sólo tres p oesías de


Savaric de M auleon; en ninguna de ellas hay alusio­
nes que nos interesen, no obstante, tenem os la cer­
teza de su presencia en las cortes occidentales gra­
cias al texto de los Anales de Toledo que hem os
transcrito.

1.6.1 H asta 1230, com o pronto, no vuelve a haber

15. C f r . B o u t ié r e , Biographies, p. 224.


16. Vid. C h a y t o r , Savaric de M auleon, B arón and Trou-
badour.
17. B o u t ié r e , B iographies, p. 599; e l texto es de P etrus
V allium Sarnii ( P i e r r e de Vaux-de-Cernay).
170 Carlos Alvar

noticias de trovadores relacionados con Fernan­


do III. N o sabem os a qué se pudo deber este parén­
tesis; el hecho es que hasta después de la unión de
los reinos castellan o y leonés no volvem os a tener
m ás datos. Parece ser que la prim era alusión a esta
unidad la hace Elias de B arjols en la estrofa V de
A m o rs b e ■m platz:
At valen rei de Leo
qu'es senher deis castellas
cui eu soi amicx sertas
tramet, si-11 platz, ma chanso;
e si er per lui grazida
meils n'er cantad'et auzida
qu'el es sobre'Is plus valens
lars e adrciz e plazens 18.
[Al valiente rey de León, que es señor de los castella­
nos y de quien soy amigo seguro, envío, si le place, mi
canción, y si es bien acogida por él, será mejor canta­
da y escuchada, porque es generoso, diestro y amable
entre los más valiosos.] .

1.6.2 Aunque no creem os que la cita ofrezca dudas,


las interpretaciones han sido diversas: Diez observó
que el valen rei de Leo q ’es senher deis castellas
tenía que ser Fernando III. Inexplicablem ente Stroñs-
ki señala:
Je n'oserais pas affirmer que la mention du
Léon et de la Caslille indique nécessairement une
date postérieure á l'union 19.

1.6.3 En su reciente libro sobre los trovadores, Ri­


quer ha vuelto a tratar el tem a colocando las cosas
en su sitio: «una alusión de este tipo sólo se ex­
plica a partir de 1230, año en que Fernando III el
Santo de Castilla heredó la corona de L eó n » 20. Cree­
m os que no es n ecesario hacer m ás aclaraciones; sin

18. S t r o n s k i , Elias de Barjols, X III, e s t r . V, v v . 33-40,


p p . 33-34,
19. S t r o n s k i , Elias de Barjols, p . 98.
20. Cfr. R i o u e r , L os tro v a d o re s, LXX, p . 1194,
Castilla y León. Fernando III 171

em bargo, querem os señalar que aunque el trovador


diga que es amicx se rta s del rey de Castilla-León, no
parece que hayam os de tom ar esta aseveración al pie
de la letra, siend o m uy discutible su presencia en la
corte de Fernando III.

1.7.1 Más interesante que todas estas alusion es es


el planh que escribe el trovador m antuano Sordel
a la m uerte de Blacatz, protector de trovadores y
trovador ocasional; en este planh, escrito en 1236, cri­
tica a casi todos los soberanos del occid en te y, entre
ellos, a Fernando III de Castilla y a Teobaldo I de
Navarra:
... e deseguentre lui manje-n lo reys francés:
pueys cobrara Castelia que pert per nescies;
mas, si pez'a sa maire, elh no'n manjara ges,
quar ben par, a son pretz, que'elh non fai ren
[que .l pes.
... e lo reys cas telas tanh qu'en man je per dos,
quar dos regismes ten, e per l'un non es pros;
mas, s'elh en vol manjar, tanh qu’en manj'a rescos,
que, s r l mair’o sabia, batria-1 ab b a sto s21.
[... e inmediatamente después de él coma el rey fran­
cés: luego recuperará a Castilla, que pierde por bobe-
ría; pero, si ello desagrada a su madre, no comerá en
absoluto, porque es evidente que, por su propio mérito,
él no hace nada que a ella le desagrade.
... Conviene que el rey castellano coma por dos, pues
tiene dos reinos y no es bastante para uno; pero si quie­
re comer, conviene que lo coma a escondidas, pues si su
madre lo supiera le pegaría con un bastón.]
1.7.2 B o n i22 explica la alusión observando que
Luis IX era hijo de Blanca de Castilla, prim ogénita
de Alfonso V I I I 23. Al m orir el m onarca cestellano
en 1214, heredó la corona Enrique I, bajo la tutela
de Berenguela, herm ana suya y m ujer de Alfonso IX

21. B o n i, 1954, XXVI, e str. II y II I, pp. 160-161, y B o n i,


1970, X V II, m ism as estro fas, pp. 47-48. La trad u cció n es de
R iq u e r , L os tro v a d o re s, C II, 306, p. 1465.
22. B o n i , 1954, p . 164, n . 15.
23. Según B o n i , 1954 y 1970, es Alfonso III,
172 Carlos Alvar

de León. Enrique I m urió en 1217 y Berenguela fue


elegida reina, cediendo la corona a su hijo Fernan­
do (III): Luis IX no hizo valer los derechos de su
madre y de e so lo acusa S o r d e l2i. El rey navarro
es Teobaldo I, que sucedió a Sancho V I I 25.

1.8.1 H asta aquí llegan los datos que hallam os en


la obra de Sordel relacionados con los reinos de Cas­
tilla y León; sin em bargo, otro trovador, Peire Bre-
m on Ricas N ovas, n os ofrece m ás inform ación acerca
del m antuano:
... E pos tant arditz es, Dieus don q’el no m'arrap,
q'el fetz tal ardimen q’entre-ls lombartz non cap,
e-ls baros conoís totz de Trevis tro a Gap,
e pois d'aqels d'Espaigna trop conois e trop sap.
... mas no-m mand ad aquel que fo sos enemics
que la muía no'il det, dond el fo tant enics;
mout la*il ques francamen, mas no'il en vale pre­
c ie;
mas deis autres dos ac qan vene d'Espaigna rics
et apres en Pietau cum dav'En Savarics 26.
[Y pues es tan atrevido, que Dios me conceda que no
me atrape. Que ya ha hecho tal proeza que no cabe en­
tre los lombardos y conoce a todos los barones de Trevis
hasta Gap, e incluso conoce demasiado y sabe demasia­
do de los de España.
... Pero que no me mande a aquel que fue enemigo
suyo y que no le dio la- muía por lo que fue tan inicuo;

24. S u á r e z , H istoria de España, p. 279, afirm a que na fal­


ta de hijos varones, B erenguela e ra la sucesora» de Alfon­
so V III. San Luis, nacido en 1214, no fu e heredero de la
corona francesa h a sta 1218, cuando m urió su herm ano m a­
yor Felipe, Un año antes, en 1217, m urió E n riq u e I de Cas­
tilla, y su m adre B erenguela pasó a se r reina. Las h ip o té ti­
cas am biciones de B lanca d e C astilla a favor de una posible
herencia castellana de San Luis tal vez se atestiguan en el
hecho de que éste usó con g ran asiduidad las arm as herál­
dicas del castillo de o ro en cam po de gules. Cfr. H. P in o t e a u ,
A propos des arm es d'A lphonse de Portugal, com ía de Bou-
logtte, «Cahiers d'hératdique», II, 1975, p. 99.
25. Cfr. cap. X.
26. B o u t i ÉRE, Peire B rem on Ricas Novas, X V III, e s t r . VI,
vv. 41-42, p . 71.
Castilla y León. Fernando III 173

la pidió de manera muy amable, pero el ruego no le "va­


lió de nada; pero tuvo otros regalos con los que vino
rico de España y aprendió en Peitieu cómo daba Savaric.]

1.8.2 Parece evidente la ironía de Ricas Navas: Sor-


del debió volver de las cortes españolas arruinado y
enem istado —especialm en te— con el rey de León,
com o dice el m ism o R icas N ovas en la tornada de
la com p osición que estam os estudiando:
Del seignor de León dis aquel mal que poc
En Sordels, tan l'es greu, quand qer, c’om no' 1 ditz
[d'oc 2'7.
[Del rey de León dijo todo el mal que pudo Sordel;
así le resulta de molesto que no le digan que sí a lo que
quiere.]

Parece que Peire B rem on R icas N ovas se refiere


a la m ism a en em istad que m uestra Sordel en el
planh, fren te a Fernando III.

1.8.3 En cuanto al reparto que hace Ricas Novas


del cuerpo de B lacatz, debem os adm itir las buenas
relaciones de este trovador con los castellan os, m ien­
tras que el rey navarro sigue siend o tratado con se­
veridad:
Lo ters cartier auran li valen Cas telan,
e vengan lazorar Gascón e Catalan
et Aragonés, car an fin pretz e prezan;
e si- J rey[s] de Navarra y ven, sapeha de plan,
si non es larot e pros, jes de] cors no veira[nj;
que-1 bos rey[s] Castelan[s] lo tenra en sa man,
que donan e meten lo cors san gardara[n],
c'aysi renhet sos avis ab fin pretz soberyran^s.
[El tercer cuarto lo tendrán los valientes castellanos,
y vengan a adorarlo los gascones, catalanes y aragone­
ses. pues tienen gran valor y apreciado; y si el rey de

27, B o u t ié r e , Peire B rem o n Ricas Novas, X V III, e s tr . VI,


vv. 4142, p. 71, ■ .
28. Pus p a rtit an lo cor, e ü ic . B o u t ié r e , Peire B rem o n R i­
cas N ovas, II, e s t r . II I, v v . 17-24, p. 78.
174 Carlos Alvar

Navarra viene, sepa inmediatamente, que si no es libe­


ral y generoso, no verá nada del cuerpo; que el buen rey
castellano lo tendrá en su mano y guardará el cuerpo
santo, dando y ofreciendo, pues así se comportó su abue­
lo con noble mérito soberano.]

1.8.4 En otra com posición m ás Ricas N ovas alaba


al reino castellano;
Mais n'amera catalans,
si vos fosses catalana;
pero, car es castelana,
volgr’ieu esser castellans;
qe'l cossir mi tol e'm gara
vostre gentz cors, qant m ’esgara20.
[Más amaría a los catalanes si vos fuéseis catalana,
pero como sois castellana, quisiera ser castellano, porque
vuestra gentil persona cuando me mira me quita y me
preserva de preocupación.]

1.8.5 La estancia de Sordel en la corte castellana no


pasó inadvertida. Joáo Soares Coelho lo conoció se­
guram ente y le dedica los siguientes versos:
—Vedes, Picandon, soo maravilhado
eu, d'En Sordel, de que ougo entengoes
muitas e boas e mui boos soes,
como fui en teu preito tan errado:
pois non sabedes jograria fazer,
por que vos fez per corte guarecer;
ou vos ou el dad'ende bon recado 30-
[Veis, Picandon, estoy asombrado, yo, de En Sordel,
del que oigo numerosas y buenas intenciones y compo­
siciones muy buenas, de cómo se ha equivocado tanto
en tu asunto, pues no sabéis hacer de juglar; por qué
te hizo en la corte enriquecer: dad a esto buena contes­
tación o vos o él.]

E s im portante esta alusión, pues en ella ven la

29. Ríes pres, ferm s e sobeirans, e d ic . R iq u e r , L os trova­


dores, LXXX, p. 1281.
30. Edic. R od rig u es L apa, Cantigas d'escarnho, p . 364, n.°
239, y D 'H e u r , Troubadours d ’oc, p . 211, w . 1-7. Seguim os la
edición de R odrigues L a p a .
Castilla y León. Fernando III 175

mayoría de los investigadores el prim er contacto de


la lírica provenzal con la gallego-p ortuguesa31.

1.8.6 Pero antes de continuar debem os señalar la


cronología que se ha atribuido norm alm ente a estas
com posiciones.
1) El p la n h -q u e hizo Sordel por B lactz, Planher
vuelh en B la ca tz, es de com ienzos de 1236.
2) Por lo que resp ecta a las com posiciones de Pei­
re B rem on R icas N ovas, podem os concretar: 1.° Pus
p artit an lo co r es, según B o u tié r e 32, de 1237, des­
pués de Pascua. 2 En la m a r m a ja r sui, según la
m ayoría de los estu d iosos, pertenece a 1240 ó 1241 33.
3) R ics pres, f e r m s e sobeirans debe situarse entre
1228 y 1257 3*.

1.8.7 De acuerdo, pues, con lo expuesto hasta aquí,


podem os concluir pensando que Sordel debió visitar
la corte de Fernando III —sin dem asiado éxito—
antes de escribir el planh.

1.8.8 Peire B rem on Ricas N ovas tal vez visitara


Castilla entre 1237 y 1241, pues a esta época perte­
necen las com p osicion es en que se m uestra elogioso
con resp ecto a los castellanos. En relación con Rics
pres debem os pensar que p ertenece a am biente cas­
tellano y, por tanto, la fecharíam os — con grandes
reservas y sin m ás d atos— entre 1237 y 1241.

1.9.1 M ucho m ás n um erosos son los problem as re­


lacionados tanto con la vida com o con la obra de
Arnaut Plagés: no se sabe nada de él y sólo se ha
conservado una com posición suya, de tipo am oroso,
y aún no está m uy clara su atribución, pues si tres

31. C fr. M enéndez P idal, Poesía juglaresca, p . 145, y D 'H e u r ,


Troubadours d'oc, p. 220.
32. Cfr. B o u t ié r e , Peire B rem on Ricas N ovas, p p . 109 y
ss. Así piensan, e n tre otros, Schultz-G ora, De Lollis y Bou-
tiére.
33. B o u t ié r e , Peire B rem o n Ricas Novas, p. 122.
34. B o u t ié r e , Peire B rem o n Ricas N ovas, p. 105.
176 Carlos Alvar

m anuscritos la colocan bajo su n o m b r e 35, otros tres


se la atribuyen a Peirol (el R ) r a Peire R ogier (el S)
y a Uc de B runenc (el «). La producción de Arnaut
Plagés se puede fechar aproxim adam ente tom ando
com o base una alusión de Uc de Sant Circ a nues­
tro trovador: el son d'en Arnaut Plagues 36. N o hay
que olvidar que Uc de Sant Circ ha sido situado ero*
nológicam ente alrededor de los años 1217-1253 3T, aun­
que debem os tener en cuenta las precisiones que
hem os hecho m ás arriba, relacionadas con una alu­
sión a M artín Algai, lo que n os adelantaría en cinco
años por lo m enos la prim era fe c h a 3*.
1.9.2 H ay que tener en cuenta estas fechas al estu­
diar la tornada de Ben volgra m idons saubes, en la
que se alude al rey castellano:
C h a n so , e n C a s te lla te n v ia
a l r e i q u 'a d o b a - ls d e s tric x ,
q u 'o m p r e n a b lo s a v o ls ricx ,
q u a n t es e n lo r c o m p a n h i a 39.
[C a n c ió n , v e te a C a stilla , al re y q u e re m e d ia lo s d a ñ o s
q u e se c o g en c o n lo s m a lo s ric o s , c u a n d o se e s tá en su
c o m p a ñ ía .]

1.9.3 Es im posible situar cronológicam ente la com ­


posición, pero — suponiendo que la vida de Uc de
Sant Circ no fuera m ás allá de 1253— esta canción
de Arnaut Plagés tendría que situarse antes de la
m uerte del rey Fernando III y no, com o hace M ilá 40,
en tiem pos de A lfonso X. El argum ento es débil, pero
es el ún ico asidero que poseem os.

1.10,1 Quizá haya que poner en relación con la corte


de Fernando III el prólogo de un poem a desconocido,

35. C, E, M; son de la m ism a fam ilia.


36. C itado p o r A p p e l , Peire Rogier, p. 65,
37. Vid. A ppel , Peire Rogier, p p . 84-87.
38. C fr. supra.
39. A p p e l Peire Rogier, II (de atrib u ció n inadecuada) (32,
1), estr. V il, vv, 50-53, p. 87. El frag m en to se h alla tam bién
en M llX De los trovadores, p, 180. .
40. M i l í , D e los trovadores, pp. 179-180.
Castilla y León. Femando lil 177

de autor anónim o, y que fue publicado por P. Meyer,


En esta introducción se elogia al «bon rey castelan»:
E car la manieyra es bela,
en la valen cort de Castela
denan lo bon rey castelan
c'a ferm pretz e fi e certan
sobre totz los autres que son
en tot lo remanen del mon,
vuelh sia mos comtes retratz*1.
[Y ya que la conducta es hermosa en la valiosa corte
de Castilla, quiero que mi narración sea contada ante el
buen rey castellano que tiene mérito seguro, fino y cier­
to sobre todos los demás que hay en el resto del mundo.]

Ya h em os señalado que se trata del prólogo frag­


m entario de una com p osición extensa que se ha per­
dido. En los 88 versos que han llegado h asta nos­
otros el autor no nos indica cuál era el tem a de la
obra que vendría a continuación, por lo cual es m uy
poco lo que podem os deducir acerca de las referen­
cias conten id as en este fragm ento.

1.10.2 AI publicar el texto, P. M eyer se inclinó a


identificar el «bon rey castelan» con Fernando III
«com m e roi de la C astille seule», ya que unos ver­
sos m ás adelante hay una alusión al «valen rey de
León». N aturalm ente, la p oesía debe ser anterior
a 1217, fecha en la u nión de los dos reinos, pero no
hallam os m otivo para pensar que está escrita d es­
pués de la m uerte de A lfonso V III (1214); el argu­
m ento de M eyer tam poco nos saca de dudas: «il n e.
paraít pas assez ancien pour étre reporté sous le
régne d'A lphonso V III de C a stille ...» 42.

1,11 D espués de haber analizado detenidam ente las


obras de ,los trovadores relacionados con el reino
de Fernando III, podem os concluir con las siguien-

41. Anónimo, M ot aurai estat longam en, e d ic . P. M ey er ,


Mélanges, p, 415, vv. 27-33.
42, P. M ey er , M élanges, p . 414.
178 Carlos Alvar

tes observaciones: son ocho los trovadores que m en­


cionan al rey castellano-leonés en sus poesías. Estas
alusiones sólo son seguras en cuatro casos (o lo que
es igual, en seis com posiciones). M ención especial,
por la seguridad que tenem os, m erece Savaric de
M auleon, que está atestiguado en los Anales Toleda­
nos com o cruzado, en e l año 1218,

1.11.1 Son los sigu ien tes los trovadores que se diri­
gen a Fernando III:
1) Adem ar lo N egre le envía una com posición
cuando aún era infante (E ra 'm vai mieills),
2) Elias de B arjols alude a Fernando III, en una
cita que tien e que ser posterior a la unión de los
dos reinos, el leonés y el castellano: se trata de
A m ors b e - m platz, obra que debe fecharse con pos­
terioridad a 1230.
3) Sordel le dedica algunos versos del planh que
escribió a la m uerte de Blacatz, en los que le recri­
m ina la excesiva obediencia que le guarda a su ma­
dre (1236).
4) Peire Brem on Ricas N ovas se dirige a Fernan­
do III en tres com posiciones: Pus p a r tit an lo cor
(1237), E n la m a r m a jo r (1240-1241) y Rics pres, je r m s
e sobeirans, cuya fecha es m ás d ifícil de establecer,
pero que en cualquier caso oscilará entre 1228 y 1257.

1.11.2 M enos claras son las alusion es de otros trova­


dores:
1) Guilhem Adem ar se dirige en S ’ieu conogues a
un «rey Ferrans» que igual puede ser Fernando II
de León que Fernando III de Castilla, aunque se
piensa que la com posición es posterior a 1217.
2) Aim eric de B elenoi, en Anc, puois qe giois ni
canQ, asegura que v isitó la corte castellana, pero la fe­
cha de esta com p osición es im posible de establecer.
3) Uc de Sant Circ no ha dejado constancia, en
ninguna de sus poesías, de una p osib le visita a la
corte castellana, pero conjeturam os, apoyándonos en
su V ida provenzal y en su am istad con Savaric de
M auleon, que quizá estuviera dos veces en Castilla.
Castilla y León. Fernando III 179

4) De Arnaut Plagés no sabem os nada, pero gra­


cias a una alusión indirecta p odem os situarlo antes
de la m uerte de Fernando III.
5) Por últim o, la introducción de un poem a anó­
nim o que se ha perdido alude a un rey castellano
que tal vez haya que identificar con el padre de Al­
fon so X.
VIII
CASTILLA Y LEÓN. ALFONSO X (1252-1284)

1. A lfonso X , sucesor de Fernando III, tenía treinta


y un años a la m uerte de su padre (1252), A pesar
que desde joven m uestra cierta tendencia a la cu l­
tura, sin em bargo, sus prim eras acciones son de lu­
cha contra los m oros, cuando aún era infante.

1.1 Quizá desde el m om ento m ism o de la m uerte de


Fernando III em pezaron a llegar trovadores a la cor­
te castellana, m uchos de ellos originarios de Italia,
donde la poesía provenzal había echado profundas
raíces. Entre éstos, y p osib lem en te el prim ero que
visita al nuevo rey, d estaca B onifaci Calvo, cuya es­
tancia en la corte de Castilla debió ser prolongada,
pues llegó a escribir dos cantigas de am or en gallego-
portugués con bastan te acierto.

1.1.1 Los elogios que dedica B on ifaci Calvo al nuevo


m onarca son continuos desde el m om ento en que es­
cribe Tant auta dom pna, en la que deposita toda su
esperanza en el rey don Alfonso:
C a r v a l m a is c ’o m n o n p o t p e n s a r
lo r e is d e C a s te lla n ’A nfos,
su í se u s, c a r sa v a lo rs m ’e m p a r ,
s ’e r q u i tr o p s e n b la o rg o illo s;
e s i ' 1 p la i q u e - m p u e g e n i m le u ,
n o n v o ill a illo r s q u e r r e m a n le u ,
c ’a b sa v a lo r d ir a u z a r a i
d a u s o n m i ve l ’a ff a n z q u 'e u a i x.

1. B r a n c if o r t i , B onifaci Calvo, IV, e s t r . V, v v . 33-40, p. 85.


182 Carlos Alvar

[Porque el rey de Castilla, don Alfonso, vale más de


lo que se puede pensar, por eso soy suyo, pues su valor
me protegería si hubiera alguno que pareciera demasia­
do orgulloso; y si le place alzarme y elevarme, no quie­
ro buscar protección de otro y con su valor osaré decir
de dónde me viene el afán que tengo.]
Da la im presión de que B onifaci Calvo acaba de
llegar a la corte y se encom ienda al rey.

1.1.2 Algo posterior debe ser En.qu.er cab sai, en que


el rey aparece rodeado por todo tipo de virtudes: es
una canción dedicada, casi por com pleto, al rey cas­
tellano y aunque en ella —en contra de lo que po­
dríam os esperar— los elogios no son hiperbólicos,
sí que se nota cierta adm iración:
Enquer cab sai chanz e solatz
pos los mante lo reis n'Anfos;
mas si per lui tot sol no fos,
ja-ls agron del tot oblidatz.
E pois qu'el los vol mantener
non met'amor a noncaler,
car, senz amor, chanz ni solatz no val,
ni a sabor plus que conduitz ses sal.
E se-1 reis n'Anfos, qu’es senatz
en totz faitz e valenz e pros,
lauza mon dig, ben es razos
qu’el dei'esser enamoratz
e qu'el ab amoros voler
se voill’en guiza chaptener,
per qu'amatz sia coralmen de tal,
con taing al seu fin pretz sobrecabal.
Reis de Castell’al mieu parer
b e-us ai per mon chan faig saber
zo qu'eu devia per plazer de tal
que1us deu plazer, sr u s plai zo que mais val 2.
[Todavía existe aquí el canto y el solaz porque los man­
tiene el rey don Alfonso; pero si no fuera sólo por él,
ya los habrían olvidado completamente. Y ya que los

2. B b a n c i f o r t i , B o n if a c i C a lv o . V III, e s t r . I, I I I y VI, vv.


1-8, 17-24 y 41-44, p p . 99-100.
Castilla y León. Alfonso X 183

quiere mantener, que no abandone al amor a la indife­


rencia, pues, sin amor, no valen canto ni solaz, ni agra­
dan más que comida sin sal.
Y si el rey Alfonso, que es sensato en todos los hechos,
y valiente y digno, alaba mis palabras, bien es razón que
él debe ser enamorado y que con el amoroso deseo quie­
ra comportarse de tal manera que sea amado de todo
corazón por tal persona, como conviene a su fino mé­
rito perfecto.
Rey de Castilla; a mi parecer, bien os he hecho saber
con mi canto lo que yo debía, por placer a tal persona
que os debe placer, si os place lo que más vale.]

1.1.3 En ningún m om ento se nota frialdad por parte


del trovador acerca del rey, y parece que la estim a
es recíproca, aunque se puede apreciar cierta tensión
que debe relacionarse o con la nobleza o con otros
trovadores:
Per que requerr'e pregar
lo rei castellan mi platz,
qu'el deia mos chanz menbrar
e non crei'uns sieus privatz,
car il an tal us apres
e tal art, zo'il voil aprendre,
que quecs, per pauc qu'el n'agues,
son pretz volri'escoiscendre 3.
[Y por esto me agrada requerir y rogar al rey castella­
no, que recuerde mj canto y no crea a ningún privado
suyo, pues han aprendido tal uso y tal arte —de esto
quiero informarle— que cada cual querría destruir su
mérito, aunque fuera poco lo que en él tuviera.]

1.1.4 El trovador es celoso guardián de su buena


relación con el m onarca y, así, cuando hay p osib i­
lidad de m alas interpretaciones, se apresura a evi­
tarlas; es el caso de Una gran d esm ezura, en que
B onifaci Calvo critica la actitud de todos, la vileza
en que ha caído el m undo y la falta de escrúpulos;
sin em bargo, se ve obligado a precisar:

3. Qui ha talen de donar, B r a n c if o r ti, B onifaci Calvo,


X III, estr. IV, vv. 25-32, p . 119.
184 Carlos Alvar

Reis castellanz, per vos non o dic ges,


car totz mals vos enueia trop fortmen,
e -l bes vos plai tatit fort que sol per vos
esperón tuit q'aion revinimeni .

[Rey castellano, no lo digo —en absoluto— por vos,


porque cualquier mal os enoja muchísimo, y el bien os
agrada tanto que sólo por vos esperan todos tener nue­
vos ánimos.]

1.1.5 A pesar de todo, el trovador no se considera


suficientem en te pagado y observa que si el rey cas­
tellano es incapaz de recom pensarle adecuadam ente,
no debe haber nadie en el m undo que pueda hacerlo:

Gui que soplei


fort, ni s’autrei
a gran seingnor
vueg de valor,
per nuil mestier
non l'am, ni'l quier,
car cel, cui fail tot zo que mais mi platz,
no-m pogra dar fieu, don ie-n fos pagatz5.

[A quien suplica mucho y se da a gran señor sin va­


lor, de ninguna manera lo amo ni lo busco, pues aquel
a quien ie falta lo que más me agrada no me podría dar
feudo con el cual yo fuese pagado.]

1.1.6 E sta ha sid o la últim a com posición que dedicó


al rey castellano; las dem ás poesías de este trovador
están escritas ya en G én ova6.

1.1.7 Más interesantes que las cornposiciones que


hem os visto hasta ahora son los tres sirventeses que
B onifaci Calvo dedica a la política expansionista de

4. B r a n c if o r ti, B onifaci Calvo, X I, e s t r , VI, v v. 41-44,


p . 113.
5. S 'ieu d'ir'ai, B r a n c if o r t i , B onifaci Calvo, XV, e s t r . VI,
vv. 71-78, p . 127.
6. L o s s ir v e n te s e s q u e d a n e x c lu id o s ; lo s v a m o s a e s t u d ia r
a c o n tin u a c ió n .
Castilla y León. Alfonso X 185

A lfonso X, que han sid o estudiados de m anera defi­


nitiva por B r a n c ifo r ti7.

1.1.7.1 M out a que s o v in e n z a B: se abre el sirventés


con un par de versos que se pueden considerar tó­
pica de los trovadores; es el tem a del olvido del
c a n to 9, B onifaci Calvo vuelve a acordarse de can­
tar al ver lo inm inente que resulta el ataque del rey
castellan o a G ascuña y la posibilidad de que no deje
n i piedra sobre piedra ni gascón o navarro sin cas­
tigo. El trovador ya se im agina la figura del rey ca­
balgando contra sus enem igos y realizando gestas de
tal im portancia —y con un valor tan grande— que
sólo podrían com pararse a las de su padre; el rey no
debe esperar ni un m om ento, ya que ahora tiene po­
der, buen sen tid o — sabiduría— y cuenta con la ayu­
da de Dios.

1.1.7.2 En luec de ve rja n z floritz: este otro sirventés


d edicado a A lfonso X com ienza de m anera paralela
al anterior, si bien esta vez im ita a Bertrán de Born in.
A B onifaci Calvo le tarda ver pendones y lanzas y oír
el estruendo del com bate, elem en tos que le agradan
m ás que los apacibles jardines o que al enam orado
encontrarse en la habitación de la am ada. Su en tu ­
siasm o choca con la apatía del m onarca y de sus
cortesanos, que prefieren estar en casa, con buenos
m anjares y b uen vin o antes que luchar y hacer pri­
sioneros n .

1.1.7.3 Un nou sirv e n te s ses tardar: es el tercer sir-

7. Cfr. B r a n c if o r t i , B on ifa ci Calvo, pp. 10-36. A co n tin u a ­


ción seguirem os el e stu d io de B ran cifo rti.
8. B r a n c if o r t i , B onifaci Calvo, V, p p . 88-90.
9. C f r ., e n t r e o t r o s , B e ií n a r t d e V e n t a d o r n , Lonc tetns a
qu'eu no chantei m ai (70-27); P e i r e V id a l, De chantar m 'era
latssatz (.364, 16); G u i l h e m R í i n o l d ’A t, Laissatz m 'era de
chantar (231, 2); e tc .
10. Vid. B er trá n de B o r n , Quan vei pels vergiers des-
pleíar (80, 35). . _
11. R ecordem os aq u í los versos de aquel sirventés de Mar-
cab rú , E m peraire, per m i m ezáis, estr. V, en el que recri­
m ina a los franceses su tendencia a la relajación.
186 Carlos Alvar

ventés de la serie, dirigido —com o los dos ante­


riores— a A lfonso X, incitándole a entrar en acción
contra los navarros y aragoneses, pues —afirm a Cal­
vo— le han llegado rum ores de que el rey castellano
no pasa de amenazar: le pide que m uestre su estan­
darte a los am igos, ya que se com enta que prefiere
cazar con azor y halcón a vestir arm as. E ste sirvien-
tés presenta la peculiaridad de estar escrito en tres
lenguas: en provenzal, en francés y en una lengua
hispánica que debe identificarse con el gallego-por-
tu g u é s 12, '
1.1.8 De e sto s tres sirventeses que acabam os de pre­
sentar, nos interesa especialm ente una faceta: su
m arco histórico. Para llevar a cabo el análisis de
las circunstancias externas que m ovieron a Bonifaci
Calvo a escribir estas com posiciones es necesario se­
guir los pasos m arcados por Branciforti en su estu­
dio, insustitu ib le —desde nuestro punto de v is­
ta— al respecto. En prim er lugar veam os las alusio­
nes que nos servirán de base:
1.1.8.1 G ascuña:
Mout a que sovinenza
non aguí de chantar;
mas ar m e-n sove, car
aug sai dir e coindar
que'l nostre reis breumenz,
vol en Guascoign’intrar
ab tal poder de genz,
que murs ni bastimenz
non o posea su ffrir13.
12. La distribución es la siguiente: provenzal vv, 1-6 y
22-32; francés, vv. 14-21, y gallego-portugués, vv. 7-13. La iden­
tificación de e sta ú ltim a lengua ha dividido a la crítica, pues
si bien unos pensaban que e ra algo ta n vago como «español»
(cfr. N ostradam jjs, p o r ejem plo), o tro s pen sab an que se tra ­
tab a de aragonés (así Peláez), o tro s —Sansone entre ellos—
piensan que es catalán, pero la m ayoría lo consideran galle­
go-portugués con grandes corrupciones: D 'H eur reco n stru y e
el texto, aduciendo num erosísim as p ru eb as acerca del voca­
b u lario y de la sintaxis utilizados en el sirventés y en los
poetas gallego-portugueses m ás antiguos (cfr. D 'H e u r , Les
troubadours, pp. 228-250). . t
13. B r a n c if o r t i , B on ifa ci Calvo, V, estr, I, vv. 1-10, p. 88.
Castilla y León. Alfonso X 1B7

[H a c e m u c h o tie m p o q u e n o m e a c o r d a b a d e c a n ta r ;
p e r o a h o r a m e a c u e rd o , p u e s o ig o d e c ir y c o n ta r a q u í
q u e n u e s tr o re y b re v e m e n te q u ie r e e n t r a r e n G a s c u ñ a
c o n ta le s c o n tin g e n te s q u e n i m u r o s n i fo r ta le z a s lo p o ­
d r á n r e s is tir .]

En este m ism o sirventés hay otra alusión m ás a


los gascones:
P e r q u e c h a n ta n m ’a g e n z a
sa g r a n t v a lo r s o n a r,
c ’a r c o m e n z se n z t a r d a r
d e so s d r e itz d e m a n d a r
t a n t a fo r tid a m e n z ,
q u e se n z t o t c o n tr a d ir
li G a sc ó n e ’ ill N a v a r
fa s s o n s o s m a n d a m e n z
e los li u r 'a tu r m e n z
a b p r e n d r 'e a b a u c ir 14.
[ P o r e s o m e a g r a d a e x a lt a r su g r a n v a lo r c a n ta n d o ,
p u e s a h o r a c o m ie n z a — sin d e m o r a rlo — a e x ig ir s u s d e ­
re c h o s c o n ta n t a fu e rz a q u e s in n in g u n a d is c u s ió n lo s
g a s c o n e s y lo s n a v a r r o s c u m p lir á n su s ó rd e n e s y é l lo s
a t o r m e n t a r á c o n la p ris ió n y c o n la m u e r te .]

No hay m ás datos en ninguno de los tres sirven-


teses. Sin em bargo, esta s fugaces citas bastan para
encuadrar la com p osición en su m arco histórico: en
junio de 1252 se había sublevado G astón VII de Bear-
ne contra E nrique III de Inglaterra, solicitand o ayu­
da de A lfonso X, que contaba ya con el apoyo de nu­
m erosos nob les gascones. El rey inglés se apresuró
a desem barcar ocupando los castillo s y las tierras de
los rebeldes, A lfonso firm ó un pacto en Toledo (1254)
en el que se volvía a la alianza con los ingleses, y
com o garantía se casó a Eduardo (I) con Leonor de
Castilla, herm ana de A lfonso X (18 de octubre de
1254, en B u r g o s )15. Leonor llevaba com o dote Gas­
cuña y Eduardo Aquitania.

14. B r a n c if o r t i , B onifaci Calvo, V, e str. I I I , vv. 21-30, pp.


88-89.
15. Cfr. B r a n c if o r t i , B onifaci Calvo, p. 10, y B allesteros ,
A lfonso X , pp. 92-96 y 99-102.
188 Qarlos Alvar

1.1.8.2 En cuanto a Navarra, adem ás de la alusión


contenida en M out a que sovinenza, debem os tener
en cuenta Un nou sirventes, dirigido — en su totali­
dad — contra Navarra y Aragón, y cuyo contenido se
condensa en la estrofa IV:
E se el aora non fa
vezer en la térra de la
sa tenda e son confalon
a lo rei de Navarr'e a
so sozer lo rei d’Aragon,
a caniar averan razón
ta l q e so lo n d e lu i b e n d ir 16,
[Y si él ahora no exhibe en aquella tierra su tienda
y su gonfalón al rey de Navarra y a su suegro el rey de
Aragón, tendrán razón para cambiar algunos que suelen
decir bien de él]

1.1.9 El 8 de ju lio de 1253 m urió Teobaldo I, nom ­


brando heredero a su hijo T eobaldo (II), m enor de
edad aún. Alfonso aprovechó la ocasión para invocar
ciertos derechos sobre Navarra, apoyado en sus pre­
tension es por la nobleza que se encontraba resentida
del trato que le había dado Teobaldo 1 1T. Margarita
de Borbón, la reina-regente, pidió una alianza con
Jaim e I, que acogió con agrado la iniciativa, ya que
no le convenía la expansión castellana y, adem ás,
porque sospechaba que Alfonso sostenía la revuelta
de los m usulm anes valencianos 18.

1.1.10 En el sirventés afirm a B onifaci Calvo que:


Per qoi ia diz au roi, se pris
vuet avoir de ce q’a empris,
qe il guerrei sens menacier,
qe rien no mont’, au mien avis;

16. R to u e r , L os trovadores, XCIX, 296, e s t r . IV, v v. 22-28,


p . 1423. L a t r a d u c c i ó n ta m b i é n e s d e R iq u e r .
. 17. B a llesteros , Alfonso X , p p . 96 y ss.
18. C fr. B r a n c i f o r t i , Bonifaci Calvo, p . 21; S ü á r e z , H isto ­
ria de España, p . 307.
19. R iq u e r , L o s tro v a d o re s, XCIX, 296, e s t r . I I I, vv. 15-22,
p. 1423. L a t r a d u c c i ó n e s ta m b ié n d e R iq u e r . ■
Castilla y León. Alfonso X 189

qe ia per voir oi comtier


que el puet tost au chanp trover
li doi rei, se talent en a 19.
[Por lo que ya digo al rey, si quiere tener mérito en lo
que ha emprendido, que guerree sin amenazar, porque
de nada sirve, a mi parecer; y en verdad he oído contar
que él puede pronto encontrar en el campo [de batalla]
a los dos reyes, si lo desea.]

1.1.U N o cabe duda, li doi r e i í0, son Teobaldo II


de Navarra y Jaim e I de Aragón, y se encuentran ju n ­
tos en algún lugar; por otra parte, A lfonso X está
— en el m om ento de la com p osición del sirventés—
am enazándolos con su actitud. B r a n c ifo r ti21 señala
que la noticia de la alianza de Navarra y Aragón em ­
pujó al rey castellan o a hacer grandes preparativos
de guerra y a reforzar la frontera N orte de su reino
durante e l invierno y la prim avera de 1254. La tensión
duró h asta m arzo de 1256, com plicándose los aconte­
cim ien tos con el apoyo que prestaba Jaim e I a los
nobles castellan os que se sublevaban contra el rey:
Diego Lope?: de H aro (m uerto en 1254), que le juró
sum isión poco antes de m orir (juram ento que reno­
varía su h ijo Lope D iez de H aro un año m ás tarde
en E stella); Ram iro Rodríguez y el infante don En­
rique, que se había levantado en arm as contra su
herm ano en Andalucía en 1255, y al ser vencido en
Morón se refugió en la corte a ra g o n esa 22. Los inten­
tos por conseguir la paz triunfaron gracias a la in­
tervención de doña V iolante, m ujer de A lfonso e hija
de Jaim e I, que preparó unas vistas para m arzo de
1256 en Soria: Alfonso X renunció para siem pre a la
conquista de Navarra, en el m ism o m om ento que lle­
gaba una em bajada de Pisa ofrecién d ole su apoyo
para el «fecho del Im perio» y pid iénd ole que enca-

20. S e g ú n R i q u e r , h a b r í a q u e e n m e n d a r e n los dos reis


p a r a q u e e l f r a n c é s q u e d a r a c o r r e c to . V id . Los trovadores,
X CIX, 296, p. 1422.
21. B r a n c if o r t i , B onifa ci Calvo, p . 22.
22. C f r . B r a n c i f o r t i , B onifaci Calvo, p . 25, y B allesteros,
A lfonso X , p p . 111 y ss. ■
190 Carlos Alvar

bezara el bando gibelino de I ta lia 23. La paz de Soria


se reconfirm ó en agosto de 1257. '
1.1.12.1 Un problem a de interpretación plantea el
verso 28 de En luec de verjanz floritz:
M as tr o p m i p a r e n d u rm itz
— q u e ' m d e s p la tz —,
c a r e n v ei d e s c o n o r ta tz
lo s sie u s e m e in s c o ra jo s ;
e s 'a r a , m e n tr'é s n o v e u s
l ’a f a r s , n o n c o n o r t a 'l s sieu s,
v e n ir l'e n p o t ta is m e s c a p s e ta is danz
q u 'e l f a r a p r o n si-1 r e s ta u r 'e n d e s a n z 24.
[P e ro m e p a r e c e m u y a d o rm e c id o —lo c u a l m e d es­
p la c e — , p u e s veo a lo s su y o s d e s c o ra z o n a d o s y m e n o s
a n im o s o s ; y s i a h o ra , m ie n tr a s la e m p r e s a es n u e v a , n o
a n im a a lo s su y o s, le p u e d e n lle g a r ta l m e n o s c a b o y ta l
d a ñ o q u e b a s t a n te h a r á si lo re p o n e e n d iez a ñ o s.]
1.1.12.2 ¿Quiénes son los sieus? Riquer piensa que
son vasallos del rey castellan o que no m uestran nin­
gún entusiasm o por la cam paña a la que les incita
B onifaci C a lv o 25. Branciforti parece sugerir que se
trata de Gastón VII de Bearne y de suS am igos, a
los que les había prom etido ayuda y que se encuen­
tran d e sc o n o rta tz e meins coraios com o consecuen­
cia del desem barco de Enrique III de Inglaterra en
agosto de 1253 2B. H em os de señalar que en el sirven-
tés no hay ningún elem en to que nos sirva de punto
de apoyo para deducir la situ ación histórica a la
que alude. La hipótesis de B ranciforti es sugestiva,
pero peca —al m enos eso nos parece— de tener una
idea preconcebida, que luego intenta dm ostrar m e­
diante su h ipótesis, olvidando la estrofa V de la com ­
posición:
R e is N ’A nfos, ja - l s c ro is m a r r itz
n o n c re z a tz ,

23. B a l l e s t e r o s , A lfonso X , pp. 153 y ss.


24. R i q u e r , L o s trovadores, XCIX, 295,estr. IV, vv. 25-32,
p. 1420. La traducció n tam bién es de R iquer.
25. R i q u e r , L o s trovadores, XCIX, 295, p. 1419.
26. B ra ncifo rti , B onifaci Calvo, p. 28.
Castilla y León. Alfonso X 191

ni-ls feingnenz alegoratz,


car amon dinz lur morseus
c’ab afan penre casteus,
ciutatz ni reinz, ni faire faitz prezantz;
tan lur es cars legors e pretz soanzí 27
[Rey don Alfonso, no creáis a los malditos viles ni a
los desocupados perezosos, pues prefieren buen vino y
buen bocado en sus casas, qué tomar con afán castillos,
ciudades y reinos ni realizar gestas, ¡tanto les gusta la
pereza y menosprecian el mérito!]

1.1.12.3 G astón V II de B earne y los dem ás nobles


sublevados contra el rey de Inglaterra estaban en
pie de guerra. Es absurdo pensar en esta situación
y a la vez pensar en el cuadro de costum bres que
n os ofrece B on ifaci Calvo, que m ás bien parece alu­
dir a una nobleza que aún no ha com enzado la gue­
rra y que — naturalm ente— no tien e ningunas ganas
de em pezarla.

1.1.13 D e todas las com p osiciones que hem os pre­


sentado, solam ente dos ofrecen elem en tos para in­
tentar una datación; son los sirven teses M o u t a que
sovinenza y Vn nou sirventes; de las dem ás com po­
sicion es — esp ecialm ente de las cansos— se puede
intentar una cronología relativa hipotética, debién­
d ose m anejar los resultados con sum a precaución.

1.1.13.1 Se puede considerar de los prim eros tiem ­


p os del trovador en la corte castellana Tant auta
do m p n a : el elogio que en ella se hace del rey A lfon­
so parece ser, sobre todo, el testim on io de una esp e­
ranza; esta esperanza sólo se com prende en un pri­
m er m om ento: esto s m otivos n os inducen a pensar
que la com p osición debe ser de 1252-1253 y no, com o
señala Milá, de cuando ya llevaba algún tiem p o en la
corte: «Las cualidades personales y literarias del no­
b le genovés y la p rotección del rey de Castilla debie­
ron envanecerle en dem asía; así es que vem os que,

27. R iquer , L o s tro v a d o re s, X CIX, 295, e s tr , V, vv. 33-40,


p p . 1420-1421.
192 Carlos Alvar

desdeñado por una dam a de su corte, se vengó con


un irreverente sirven tesio y puso Jos ojos en otra
dam a ilu s tr e » .,.28. A nuestro ver, e l investigador ca­
talán sigue dem asiado de cerca a N ostradam us, al
afirm ar que quizá se trata de una sobrina del rey
castellan o llam ada Berenguela; no creo que haya fun­
dam ento para hacer tal aseveración.

1.1.13.2 Continuando siem pre con la m ism a precau­


ción se podría pensar que E n qu e r cab sai chanz e
solatz, donde se alaba la condición de «m ecenas» de
A lfonso X, es de esta época; por otra parte, parece
que B onifaci Calvo sien te una auténtica adm iración
por el m onarca castellano, com o ya h em os com en­
tado.

1.1.13.3 Las relaciones se debieron enfriar por algún


m otivo que se nos escapa; m ás que por cortejar a las
dam as nobles — com o sugiere Milá— , pudo influir
en este cam bio de postura del rey — si es que hubo
cam bio— la actitud del trovador ante los recientes
acon tecim ien tos de Navarra y Gascuña, o los fre­
cuentes ataques a la nobleza castellana, m ás incli­
nada a la vida fácil que a la lucha: no nos extrañaría
que las continuas diatribas del trovador provocaran
una respuesta airada de con sejeros y cortesanos, que
enem istarían al rey con B onifaci Calvo y contra la
que el genovés se defendería lanzando indirectas
com o la de la tornada de Una gran d esm e zu ra — que
hem os v isto m ás arriba— o com o la de la estrofa IV
de Qui ha talen de donar, en la que advierte al rey
que no se fíe de sus consejeros. Alfonso X no debió
prestar oídos al trovador, que tiem po m ás tarde e s­
cribe S ’ieu d'ir’ai: da la im presión de estar triste por
el poco éxito obtenido y parece que va a abandonar
la corte castellana, si es que no la ha abandonado ya.

17.1.13.4 En este cuadro cu esta trabajo situar Ai,


Dieus!, pues no ofrece ningún asidero: sólo se puede

28. M i l ¿, D e la s tr o v a d o r e s , p . 110.
Castilla y León. Alfonso X 193

afirm ar que el trovador n o había vuelto aún a Italia.

1.1.13.5 Quedan por fechar los tres sirventeses en


que B on ifaci Calvo incita a don A lfonso a La guerra.
La datación ha sido fijada definitivam ente por Bran­
ciforti: para M aut a que sovinenza, el térm ino p o s t
q u e m es el 8 de ju lio de 1253, día de la m uerte de
T eobaldo I, y el térm ino ante qu em es el 24 de agosto
de 1253, fecha del desem barco de Eduardo III [ s í c ] en
el continente, desem barco que truncó las esperanzas
de los rebeldes 29; tam poco parece ofrecer dificultad
establecer la fecha de Un nou sirventes, ya que alude
al encuentro de los dos reyes —T eobaldo II y Jai­
m e I— en el cam po; observa B ranciforti que fueron
cuatro las veces que se pusieron en contacto Navarra
y Aragón frente a las am enazas de A lfonso X: en
agosto de 1253 en Tudela, en abril de 1254 en Montea-
gudo, en agosto de 1254 en E stella y en septiem bre
de 1255 en E stella tam bién. ¿A cuál de estos encuen­
tros se refiere e l trovador? Tras ir descartando cada
posibilidad, B ranciforti concluye señalando que se
trata sin duda del encuentro del 9 de abril de 1254
en M onteagudo y, por tanto, el sirventés debe estar
escrito alrededor de esa fecha 30. Por últim o, queda
e l tercer sirventés de la serie, E n luec de verjartz flo-
ritz, que no ofrece datos para ponerlo en relación con
un m om ento histórico determ inado, si bien, Branci­
forti lo ha situado a fin ales de 1253 31, m ientras que
M ilá 32 lo considera entre 1253 y 1254, y B e r to n i33
pien sa que es de este ú ltim o año.

1,1.14 C oncluyendo, podríam os establecer el siguien-

29. B r a n c i f o r t i , B onifaci Calvo, pp. 13-14. Creo que, a u n ­


que B ranciforti sim plifica dem asiado los acontecim ientos h is­
tóricos la datación debe con sid erarse correcta.
30. C fr. B r a n c if o r t i , B onifaci Calvo, pp. 25 y ss. Las -fe­
chas qu e el investigador italian o d a a estos sirventeses rio
se a p a rta n de las de Mii.4, De los trovadores, pp, 185-186.
31. B r a n c if o r t i , B onifaci Calvo, p . 28.
32. M ilá , De los trovadores, pp, 184 y ss.
33. B e r t o n i , I trovatori, p. 109.
194 Carlos Alvar

te cuadro cronológico, con las lim itaciones que he­


m os señalado m ás arriba;
T a n t a u ta d o m p n a 1252-1253
E n q u e r ca b sa i 1253
M o u t a q u e so v in e n za 1253
U na g ra n d e s m e z u r a ¿1253?
Q u i h a ta len d e d o n a r ^ 1253?
Un n o u s ir v e n te s Í254
E n lu e c d e v e r ja n z ¿1253? ¿1254?
S ’ie u d 'ir'a t ' anterior a 1266
Ai, D ieu s!

1.1.15 De acuerdo con las fechas que proponem os


— siem pre que sean correctas— podem os situar la
presencia de B onifaci Calvo en la corte de Alfonso X
desde la subida de éste al trono en 1252 hasta 1254:
no hay datos que perm itan retrasar m ás su marcha.

1.2.1 Parece que hay que identificar a Arnaut Cata-


lan, trovador del que no se sabe nada, con el don
Arnaldo, que debatió con Alfonso X (el uno en pro-
venzal y en gallego-portugués el otro); al m enos, así
parece m anifestarse P elleg rin i34 al publicar esta com ­
posición:
— Sénher, ara ie-us vein querer
un don que'm donetz, si vos plai:
que vulh vostr'almiral seer
en cela vostra mar da lai;
e si o faitz, en bona fe
c'a totas las naus que la son
eu les farai tal vent de me,
c'or la van totas a bandon.
— Don Arnaldo, pois tal poder
de vent’avedes, ben vos vai,
e dad’a vós devia seer
aqueste don; mais digu’eu, ai,
por que nunca tal don deu Rei?
Pero non quer'eu galardón;
mais, pois vo-Jo já outorguei,
chamen vos «Almiral Sisón».
— Lo don vos dei molt merceiar

34. P e l l e g r i n i , A m a u t e A lfon so X , p p . 7-8.


Castilla y León. Alfonso X 195

e l ’ondrat nom que m ’avetz mes,


e d’aitan vos vulh segurar:
qu'anc será i om tan cortes:
que mia dona, qu'es la melhor
del mond'e la plus avínent,
farai passar a ia dolgor
del temps, cum filias alteras cent.
— Don Arnaldo, fostes errar
por passardes com batares
vossa senhor a Ultramar,
que non cuid’eu que j’a tres
no mundo de tau gran valor,
e juro-vos, par San Vicente,
que non é bon doneador
quen esto fezer a tiente 35.

[— Señor, vengo ahora a pediros un don, si os place:


quiero ser vuestro almirante en vuestra mar de allí. Si
lo hacéis, por mi fe que a todas las naves que están allí
les daré tal viento de mí, que todas correrán peligro
inmediatamente,
— Don Arnaldo, ya que tenéis tal poder de viento, bien
os va; y se os debería conceder este don, Pero digo:
Ay, ¿por qué tal don no lo debe nunca el rey? Pero no
quiero yo el galardón y ya que os lo he otorgado, que os
llamen «Almirante Sisón»,
— Os debo agradecer mucho el don y el honrado nom­
bre que me habéis puesto, y de todo eso os quiero ase­
gurar que no habrá nunca hombre tan cortés como yo;
haré avanzar a mi señoía, que es la mejor del mundo
y la más hermosa, con bonanza, acompañada de otras
cien doncellas.
— Don Arnaldo, os equivocásteis al hacer pasar a
vuestra dama con ayuda a Ultramar; pues no creo que
la tengáis en el mundo de tan gran valor. Os digo, por
San Vicente, que no es buen cortejador quien hace esto
a sabiendas.]

1.2.2 E ste p a r tim e n t sigue de cerca la tem ática de


otro, que se desarrolla entre Arnaut Catalan y Rai-
m on B erenguer IV, conde de P ro v en za 38. Riquer

35. R o d r ig u e s L apa, C a n tig a s d 'e s c a r n h o , n ,c 427 ( c o m p le ­


ta ) , p p . 624-626.
36. CEr. R iq u e r , L os tro v a d o re s, LXXXIX, 274, p . 1353.
196 Carlos Alvar

apunta que a la m uerte de R aim on Berenguer, en


1245, n uestro trovador iría a la corte castellana, don­
de tiem po después «planteó al rey un problem a casi
igual al que le había planteado R aim on Berenguer
de Provenza» 37.

1.2.3 Suponiendo que la identificación del autor de


los dos partim ents sea correcta, debem os adm itir la
presencia de Arnaut Catalan en la corte castellana;
sin em bargo, nos extraña que el tem a resurgiera, sin
m otivo aparente, varios años m ás tarde: la com posi­
ción que estu diam os tiene que ser posterior a 1253,
m ientras que el cam bio de coplas con Ram ón Beren­
guer IV es anterior a 1245, fecha en la que m urió el
conde de Provenza.

1.3.1 A los com ienzos del reinado de Alfonso X per­


tenece un sirventés de Bernart de Rovenac, en el que
elogia al m onarca castellano:

Lo reis N’Anfos a laissat cobezeza


ais autres reis, qu'a sos ops no:n vol ges,
et a sa part elh a preza largueza.
Mal a partit qui reptar l’en volgues.
E dic vos queMn par vilania
qui partis e qui'I mielhs se tria.
Mas ges per tan non a fag nondever,
quar a pres so qu’els no volon aver3a.
[El rey don Alfonso ha dejado la codicia para los de­
más reyes, que no la quiere en absoluto para sí, y se ha
tornado por su parte la generosidad. Mal partido tiene
quien quisiera retarle. Y os digo que me parece villanía
que eí que parte se escoja lo mejor. Pero ní> ha hecho
nada que no debiera, pues ha cogido lo que los demás
no quieren tener.]

1.3.2 En el sirventés — com o es habitual en la obra


de Bernart de R ovenac— ha censurado a Enrique III

37. Cfr. R io u e r , L os tro v a d o re s, loe. cit.


38. B o s d o r f f , B erna rt de Rovenac, III, e s t r . VI, v v, 41­
48, p. 801.
Castilla y León. Alfonso X 197

y a Jaim e I por no atacar las tierras de Luis IX


m ientras que é ste está en las Cruzadas. S ólo la figu­
ra del rey castellan o recibe las alabanzas.
1.3.3 Según M ilá 39, este sirventés debe ser aproxi­
m adam ente de 1253; por su parte, B osdorff precisa
m ás, y señala que tuvo que ser com p uesto a com ien­
zos de 1254 40: no creo que la alusión a la generosi­
dad del rey castellan o, que «ha dejado la codicia para
los dem ás», deba pon erse en relación con el abando­
no de sus intereses sobre Gascuña, com o piensan
T ourtoulon y B o sd o r ff41; de todas form as, las fechas
:— tanto de Milá com o de B osdorff— no difieren de­
m asiado, por lo que podem os aceptar, sin tem or a
equivocarnos, que el sirventés debió com ponerse a
finales de 1253.
1.4 Por esta m ism a época, G uilhem de M ontanhagol
dedica a A lfonso X cuatro de las catorce poesías
suyas que se han conservado.

1.4.1 En Nulhs h o m no val elogia la sabiduría del


rey castellano, que contrasta con su juventud:
Ais castellas fai Dieus tant d'onramen
que totz temps an reí de pretz e d'onransa,
e'I miells del mon, mas er n'an melhoransa
qu’el es joves de joras e vielhs de sen,
a cui platz mais donars qu’a sel que pren 42.
[Dios honra tanto a los castellanos que tienen siem­
pre reyes de mérito y honorables y los mejores del mun­
do, pero ahora han mejorado (por que el que tienen) es
joven en días y viejo en sensatez y le gusta más dar que
al que recibe (al que recibe no le gusta tanto que le den
como al rey dar).]
1.4.2 Ya desde C o u le t43 se ha venido m anteniendo

39. M i l /í , De los trovadores, p p . 163 y ss.


40. B o sd o r ff , B ernart de Rovenac¡ p . 777,
41. B o s d o r f f , B ernart de Rovenac, p . 777.
42. R i c k e t t s , G uilhem de M ontanhagol, X I, estr. V II, vv.
55-59, p. 112. ,
43. CEr.- C oulet , G uilhem M ontanhagol, p . 28.
198 Carlos Alvar

que el trovador escrib ió esta com posición en los pri­


m eros años del reinado del rey don Alfonso. Lo más
digno de destacar en esta tornada son los califica­
tivos del m onarca castellano, qüe pueden darnos una
idea de la estim a y consideración en que le tenían sus
contem poráneos: Guilhem de M ontanhagol nos lo
presenta com o sabio y generoso, dos cualidades bien
queridas de los trovadores. :

1.4.3 Vuelven las alabanzas a A lfonso X en la tor­


nada de Ar ab lo coinde pascor:
F is p r e tz d e s c h a iria
si n o ‘1 s o s te n ia
le re is c a s te lla n s o n ra tz ,
q e f a i to tz s o s fa itz ta n g en ,
q 'e n re n n o n c a l q 'o m l ’c n serih 44.
[ E l leal m é r ito d e c a e ría si n o lo s o s tu v ie r a el h o n r a ­
d o re y c a s te lla n o , q u e re a liz a ta n b ie n to d a s s u s a c c io ­
n e s q u e n o h a y n a d a q u e e n s e ñ a rle .]

No hay ningún dato en la com posición que nos


ayude a realizar un análisis m ás profundo.

1 .4 .4 N o faltan los elogios en el envío de Qui vol


esser agradans:
R eys c a s te lla s , v o s te n e tz ta l te n e n s a
o n to tz lo m o n s tr o b a to tz te m p s v a le n s a ,
e v o s, fa z e n ric x fa itz e c a rs e b o s,
s a b e tz lo lu e c , s e n h e r, h o n r a r e v o s 45.
[R e y c a s te lla n o , te n é is ta l d o m in io , d o n d e to d o s e n ­
c u e n tr a n s ie m p re e l v a lo r y v o s, h a c ie n d o ric a s , q u e r i­
d a s y b u e n a s a c c io n e s, sa b é is h o n r a r e l lu g a r , s e ñ o r, y a
v o s m is m o .]

La alusión, com o todas las que hem os v isto hasta


ahora, es dem asiado breve para em itir ju icios segu-

44. R i q u e r , L o s tro v a d o re s, C, 300, e str. VI, w . 51-55, p.


1440.
45. R i c k e t t s , G uilhem de M ontanhagol, X III, estr. V II,
vv. 49-52, p. 128.
Castilla y León. Alfonso X 199

ros, pero se podría apuntar que el trovador se halla


en presencia del m onarca castellan o, a juzgar por
el vocativo se&her. -

1.4.5 M ás breve aún que todas las citas anteriores


es la tornada de P e r lo m o n j a n li u n d e is a u t r e s
r a n c u r a : y, sin em bargo, esta vez podem os sacar con­
clu sion es m ás am plias:
Reys castellas, l'emperis vos aten,
mas sai dixon, senher, qu'atendemen
fai de breto, per que's mou grans rancura46.
[Rey castellano, os espera el Imperio, pero por aquí
dicen, señor, que hacéis la espera del bretón, por lo
que surge gran indignación.]
1.4.6.1 De estas cuatro alusiones, sólo dos pueden
recibir una datación aproxim ada: son la prim era y
la últim a; en N u l h s h o m n o v a l afirm a Guilhem de
M ontanhagol que el rey es j o v e s d e jo r n , por lo cual
s e p u e d e c o n j e t u r a r —com o ya hicieron C o u le t47 y
R icketts 48— que el trovador se refiere a los prim e­
ros tiem pos del reinado de A lfonso X y, por tanto,
debem os situar esta com p osición alrededor de 1253.

1.4.6.2 La otra p oesía fechable es P e r lo m o n , ya que


hay una clara alusión al «fecho del Im perio», lo que
hizo que C o u le t49 la fechara hacia 1258 y R icketts 50
un año antes, apoyándose en otros datos de la m ism a
com posición.

1.4.6.3 Las otras dos poesías contienen envíos a don

46. R io u e r , L os trovadores, C, 301, estr, VI, vv. 41-43,


p. 1443.
47. C oulet , G u ilh e m M o n ta n h a g o l, p p . 27-28.
48. R icketts , G u ilh e m d e M o n ta n h a g o l, p. 118.
49. C oulet , G u ilh e m M o n ta n h a g o l, p. 28. Coulet se apoya­
ba en el v. 6, «m ar a r venon sai deves O rien / li ta rtarí...» ,
y p ensaba q ue aludía a la invasión m ongol de 1258, m ien tras
q ue R icketts cree que se tr a ta de la de 1256: el sitio de
B agdad se estableció en 1256, p ero e sta ciu d ad n o cayó en
p o d er de los tá rta ro s h a sta feb rero de 1258.
50. R ic k etts , G u ilh e m d e M o n ta n h a g o l, p . 136.
200 Carlos Alvar

Alfonso, pero son tan vagos que no ofrecen ningún


elem en to que nos ayude a fijar una cronología pre­
cisa.

1,4.7 Aunque los testim on ios son m uy e s c a s o s , no


sería extraño que Guilhem de M ontanhagol visitara
la corte castellana; sólo así podem os explicarnos e s­
tas cuatro citas, dem asiado num erosas —a nuestro
ver— para haber sido escritas de m anera m eram ente
circunstancial. Tam poco nos extrañaría que la estan­
cia de este trovador en la corte del rey don Alfonso
se desarrollara entre 1253 y 1258, aproxim adam ente.

1.5 En 1256 una em bajada de Pisa le ofrece a Al­


fonso X la investidura de Rey de R om anos. Comen­
zaba a sí el largo ep isod io denom inado «fecho del Im ­
perio». Las alu siones al rey castellano que harán los
trovadores con este m otivo, y aplaudiendo o critican­
do su candidatura, serán m uy num erosas.

1.6 Ya hem os v isto la tornada de Per lo mon jan li


un deis autres rancura, de G uilhem de M ontanhagol,
en la que anim a a don Alfonso diciéndole que el Im ­
perio le e s p e r a 51.

1.7.1 R aim on de Tors, trovador m arsellés parece,


alaba al rey castellan o en Ar es d r e tz y lo considera
por encim a del candidato inglés:
E q a r le re is d e C a ste lla
q e p re z e v a lo r c a p d e lla ,
e s tá n a b so s e s p a in h o ls ,
v o l l'e m p e ri n i l'a p e lla ,
d o n ie u d ic qez e s c u ro ls
n o n e s p lu s lie u s q e s o s v o l s 52.
[Y p u e s el re y d e C a stilla , q u e a c a u d illa m é r ito y v a lo r
e s ta n d o c o n s u s e sp a ñ o le s , q u ie r e y re c la m a e l im p e rio ,
yo le d ig o q u e la a r d illa n o e s m á s á g il q u e s u v o lu n ta d .]

51. Cfr, su pra, § 1.4.5,


52. P a r d u c c i, R aim on de T ors, III, e s t r . II I, w . 13-18, p .
36. L a t r a d u c c i ó n e s d e R iq u e r , L os tro v a d o re s. XCVI, p .
1393.
Castilla y León. Alfonso X 201

1.7.2 A nalicem os d etenidam ente esta estrofa: el reis


de Castella es, sin ninguna duda, A lfonso X; los es-
painhols son — si tom am os el térm ino en sen tid o am ­
plio— los castellan os y leon eses, pero si querem os
precisar m ás, tendríam os que adm itir que se trata,
tan sólo, de los castellanos: lo que no queda claro
e s si n os hallam os ante una sinécdoque; por otra
parte, deb em os tener en cuenta que el rey A lfonso
— en este caso— no aparece com o representante de
Castilla, sino del gibelinism o, y que los catalanes
tam bién se m ostraban favorables a este bando 53.

1.7.3 La estrofa IV de esta m ism a com p osición no


ofrece un interés especial, a no ser el elogio al rey
A lfonso que encierra:

Qar es de prez emperaires


e de valor caps e paires;
e fins jois es sos filhos
e fin'amors es sa maires
e gais solatz sos estolls
e sos grans enemics d o ls...54

[Pues es emperador de mérito, cabeza y padre de va­


lor; leal alegría es su ahijada y leal amor su madre, y
alegre solaz su escuadra y su gran enemigo el dolor...]

1.7.4 Más llam ativa resu lta la estrofa VI:

Qan la corona del ferre


venran clerc ez engles qerre,
l'un ab forga e l'autr'ab frau,
pero qals qe s'en sotzterre,
clerg en faran a Dieu Iau
e - n vistran vermeilh e b la u 55,
[Cuando vengan a buscar la corona de hierro los clé­
rigos y los ingleses, los unos con fuerza y los otros con

33. C fr. B a llester o s , Alfonso X , pp. 186 y 456.


54. P arducci , R aim an de Tors, III, estr. IV, w . 19-24, p . 36.
La trad u cció n es de R iquer, loe. cit.
55. P arducci , R aim on de Tors¡ II I, e s t r . VI, w . 31-36, p .
37. T raducción de R iquer, op. ctt.
202 Carlos Alvar

fra u d e , c u a lq u ie ra q u e se e n tie r r e , lo s c lé rig o s a la b a r á n


a D ios y se v e s tir á n d e r o jo y azu l.]
El trovador opone clers a engles, M ilá interpretó
a su m anera el segundo de esto s versos y tradujo:
«cuando Alfonso y el inglés vendrán a b u sc a r ...» 56.
La explicación que encuentro al texto de Raim on de
Tors es la siguiente: debem os tener en cuenta que el
rey castellano no podía abandonar su reino, pues
había nu m erosísim os problem as. Para llevar a cabo
todo lo relacionado con el Im perio, nom bró em baja­
dor p lenipotenciario a García Pérez, arcediano de
M arruecos 57, m ientras que Ricardo de Cornwall se
desplazaba personalm ente cuando quería solucionar
algún asunto. Raim on de Tors — así m e parece— hace
alusión a esta circunstancia, del m ism o m odo que ha
señalado los m edios que utiliza cada candidato para
acceder al Im perio.
Parducci sitú a esta com posición a com ienzos de
1257 58.
1.8.1 La op osición entre Ricardp de Cornwall y Al­
fonso X fue m uy tensa, tanto que en Italia se llegó
a tem er por un enfrentam iento arm ado de los dos
candidatos a la corona im perial. El trovador genovés
Perseval Doria intenta desviar la codicia del castella­
no, llam ándole la atención en Felón cor ai et enic:
M as e n g le s si v a n v a n a n
q ’ill v e m a n
e l'E m p e r i e n q e rr a n .
E n E s p a g n 'a p r o d 'a fa n ,
q e ‘ il s e r ra z i n o 'i l r e n d r a n
p e r lu r G ra n a d a u g a n ,
q e ‘il re i n o -n f a n n u d e m a n ,
a n z p r e n d o ’n m e s c a p e d a n ,
d e q 'o m lo s v a f o r t b l a s m a n 59.
56. MilA, De los trovadores, p. 196. Milá trad u ce el texto
de M illot «Venran drec ez Engles querre» (cfr, M il í, De los
trovadores, p. 196, n. 12), donde no ap arece p or ningún sitio
el n o m b re del rey castellano.
57. Cfr. B a llesteros , A lfonso X , pp. 185 y ss.
58. P arducci, R aim o n de Tors, pp. 9-11.
59. RiQURR, Los trovadores, X C III, 280, estr. V, vv. 37-45,
pp. 1378-1379.
C astilla y León. Alfonso X 203

[Pero los ingleses se van envaneciendo de que vendrán


a reclamar el Imperio. En España (ya) hay bastante
afán, pues los sarracenos hogaño no les entregarán es­
pontáneamente Granada, que los reyes no reclaman, sino
qué por ello reciben menoscabo y daño, por lo que se
los va criticando mucho.]

Ñ o obstante, A lfonso X com unicó a sus súbditos


en las cortes de Toledo (1259) un prop ósito de ir a
Rom a a ser coronado por el p a p a 50blG,

1.8.2 El sirventés se ha fechado entre finales de 125S


y com ienzos del año sig u ie n te 60.

1.9.1 H acia 1259 se produjo una rebelión de la n o­


bleza contra Jaim e I de Aragón; Cerverí de Girona
recuerda e s te su ceso en un mig-sirventes, Can aug,
en el que alude tam bién a Castilla:
A'N Roenach te'n vay, meg sirventes,
el t'acap, car eu no poiria ges
can mi sove que-n payon de tornes
li ric malvat qui fan vils faitz repres.
Pero-I conte o an deis reys apres,
e deis comtes li baro descortes,
e deis baros li menut e-1 burzes,
e'I clerc obron del mester c'an enpres;
ez enaixi veus foto lo mon malmes
; que d'ambas partz la sal dan e no fes:
Catsel'o sab, cel seyner deis angles
e-1 !oc on Deus, muyren, vida-ns conques61.

[Vete hacia Roenach, medio sirventés, y que él te aca­


be,. pues yo, cuando me acuerdo de los torneses que pa­
gan los ricos malvados que cometen viles hechos repro­
bables, no puedo [hacerlo]. Pero los condes lo han apren­
dido de los reyes; y de los condes, los barones descor­
teses; y de los barones, el pueblo menudo y los burgue­
ses, y los clérigos obran del modo que les conviene. Ved,
pues, así, todo el mundo corrompido, pues de ambas

59 b is . B a llester o s , A lfo n s o X , p p . 362 y s s .


60. Cfr. R i q u e r , L os tro v a d o re s , X C III, 280, p . 1378.
61. R i q u e r , Cerverí de Girona, X X X V II, e s t r . II I, v v . 25­
36, p . 106.
204 Carlos Alvar

partes dan la sal y deslealtad; sábelo Castilla y aquel


rey de los ingleses, y el lugar donde Dios, muriendo, nos
conquistó la vida.]

1.9.2, N o resulta clara esta alusión; el trovador tal


vez señala el abandono que sufre Castilla por parte
de su rey, o bien, hace referencia a las continuas re­
beliones de los nobles: creem os, que ésta es la expli­
cación m ás c la r a 62.

1.10.1 Otro de los trovadores que se hacen portavo­


ces de las d istin tas in terpretaciones sobre el «fecho
del Im perio» es Bertrán d'Alamanon. Es curioso el
sirventés que dedica a este asunto porque en él nos
m uestra una valentía de la que sabem os —por testi­
m onios de sus contem poráneos— que carecía. Ber­
trán d'Alamanon piensa que lo s candidatos al Im pe­
rio no actúan con la dignidad necesaria y que el papa
está sacando buenas rentas con lo q u e.le pagan para
que em ita su veredicto a favor de alguno y, por tan­
to, no le interesa que se pongan de acuerdo los can­
didatos. La única solución viable es el enfrentam iento
armado en un cam po de batalla: el vencedor será
llam ado fil d e Dieu y tanto el papa com o los clérigos
le darán su bendición y le obedecerán. Si esta solu­
ción no Ies agrada a los reyes, pueden ir a luchar a
Tierra Santa, a donde deben ir tam bién el rey fran­
cés y Jaim e I. Y, por últim o, el trovador apoya al
rey castellano:
Reis castelans, car soberanamen
est soiberans de fin preis et d'onransa,
donas vos suoign, segner, qu’ieu ai dutanpa
ce vostre pres non prenna mermamen,
e faitf, segner, ce-1 tengas autamen 63.
[Rey castellano, pues sois superior con mucho a los
demás en verdadero mérito y en valor, preocuparos, se­
ñor, pues temo que vuestro mérito disminuya y haced
por tenerlo lo más elevado posible.]

62. Cfr. i n f r a , § 1.25.2, d e e s t e c a p ítu lo .


63. S a l v e r d a de G r a v e , B e r tr á n d 'A la m a n o n , V IH , e s tr.
V I I . vv. 51-55, p . 56.
Castilla y León. Alfonso X 205

Term ina el sirventés atacando al papa, pues- —el


trovador está seguro de ello— dará m uchas indul­
gencias y poco dinero para esta cruzada.

1.10.2 Adem ás de este sirventés, hay otro en el que


se alude al rey castellano. El trovador se halla des­
corazonado, se despide de antiguos p rotectores y
pone su esperanza en la corte de A lfonso X:
S e n h o rs , a D ieu s ia tz ,
q u a r h o m q u e v iu ir a tz
v a l m e n y s q u e si m o ría ;
q u 'a l re y c a s te lla n p la tz ,
q u 'e s s o b r e to tz h o n ra tz ,
q u 'ie u te n g u a la i m a vía,
q u 'e n e lh m ’e r r e s ta u r a t z
jo is e c h a n s é s o la tz ,
q u 'a lh o r s n o n re v e n r ia

[S e ñ o r e s , q u e d a d c o n D io s, p u e s e l q u e vive s ie m p re
e n fa d a d o v iv e m e n o s q u e si m u r ie r a , y a l re y c a s te lla n o
le a g r a d a q u e m e d i r i j a h a c ia allí,
y e n é l se m e d e v o lv e rá la a le g ría , el c a n to y el p la c e r,
q u e e n o tr o lu g a r n o re c u p e r a r ía .]

1.10.3 La ed ición de Salverda de Grave es extraordi­


naria en m uchos aspectos; uno de ello s es el dete­
nido estu d io h istórico con que acom paña cada poe­
sía: gracias a esto s estu dios se n os sim p lifica la
labor, y, así, nos lim itarem os a retocar, si es p o si­
ble, la apreciación de este erudito o a perfilar aún
m ás las fechas.
Salverda de Grave indica que el sirventés Lo segle
m ’es camiatz, en el que el trovador afirm a que se va
a la corte castellana, debe fecharse entre 1252 y
126 2 65, m ientras que el sirventés referido al Im perio
se su ele fechar entre 1260 y 1265. N o pod em os utili­
zar m ás m ateriales que los que utilizó Salverda de
Grave, pero se puede conjeturar — siem pre con las

64. S alverda de G rave , B ertrá n d'A lam anon, VI, e s tr, III,
t o r n a d a s 1 y 2, v v . 49-57, p . 41. .
65. S alverda de G rave , B ertrá n d ’Alam anon, p . 39.
206 Carlos Alvar

precauciones que supone toda h ip ótesis— que el tro­


vador v isitó la corte castellana alrededor de 1262;
efectivam en te, si seguim os el ensayo biográfico con­
tenido en la edición de las poesías de B ertan d'Ala-
m a n o n 66 vem os que aparece com o testigo en docu­
m entos de Carlos de Anjou en 1252, 1257, 1259 y 1260,
y no vuelve a haber noticias seguras suyas hasta 1266.
Creo que parece evidente la intención del trovador
de ir a la corte de Alfonso X: la carencia de docu­
m entos que lo atestigüen en Provenza o en el norte
de Italia nos hace pensar que había realizado su de­
seo, sobre todo si tenem os en cuenta el apoyo que
nos brindan las fechas sugeridas por Salverda de
Grave. Llevando m ás lejos nuestra hipótesis, podría­
m os suponer que estas dos com posiciones fueron e s­
critas en Castilla, entre 1260 y 1265.

1.11.1 Tal vez visitara la corte castellana Paulet de


Marselha: según S o ld e v ila 67 tuvo cierta relación con
la revuelta de 1262, por lo que abandonó Provenza y
buscó refugio jun to al infante Pedro (III), pero des­
pués del fracaso de la conjuración m arsellesa de
1263 visitó a Alfonso X, com o se puede deducir del
to rn eja m en m antenido entre Guiraut Riquier y otros
trovadores: al preguntar el prim ero a dónde prefe­
rirían ir, si a la corte del rey don Alfonso o a la
del rey de Apulia, Paulet de M arselha contesta:
G u ira u t R iq u ie r, ges n o so l c o s s a iro s
d e p e n r e t o s t e n a q u e s ta p a r tía :
e v u e lh v e z e r l'o n r a t re i c a b a lo s
d e P o lh a , q u e m e t jo s fa ls a c le rsia ;
c 'a u z it ai d ir, q u ’el v al ses m a is tr ia ;
c 'a u t r a v e tz a i v is t se lh q u e b o n ’a n c fo s,
lo v a le n re i, a c u i s ’a p e n L eos;
e t a u t r a v e tz p a r t e tz m e jo c q u e sia
d e fa g d 'a rn o r, n o n je s d e j o g l a r i a 138.

66. Cfr, S alverda de G rave , B ertrá n d'A lam anon, pp. 163
y ss.
67. S o l d e v i l a , P e r e el G r a n , p rim era p arte, vol. II, p. 194.
68. L evy, Paulet de Marselha, IX , estr. IV, vv. 28-36, pp.
284-285.
Castilla y León. Alfonso X 207

[Guiraut Riquier, no me preocupa participar en esta


discusión; quiero ver al honrado y excelente rey de Apu-
lia, que somete al falso clero; por eso he oído decir que
vale sin artificios; que otra vez si a aquel que fue
bueno en otra ocasión, el valiente rey de quien de­
pende León. Proponedme, otra vez un debate que sea
de hechos de amor y no de juglaría.]
1.11.2 E l tornejam en se debe situar entre 1262 (re­
belión de M arsella) y 1266 (batalla de B enevento), al
m enos así lo fechan MichaéJis y Soldevila, siguien­
do cam inos d istintos. Por su parte, De B artholom aeis
p ien sa que la com posición fue escrita entre 1258 y
1266, pero reconoce no saber nada cierto acerca de
los person ajes m encionados en e lla 69.

1.11.3 Pienso que no ofrece dudas una prim era po­


sible visita de Paulet de M arselha a la corte caste­
llana: debió realizarla entre los años señalados {1262
y 1266), aunque m e inclino hacia una cronología re­
lativam ente tem prana, ya que el tornejam en está es­
crito fuera de Castilla y cuando Guiraut Riquier no
había visitad o aún al rey Alfonso.

1.12.1 R aim on de Tors vuelve a aludir al m onarca


castellan o y al «fecho del Im perio» en Ar es ben
á re tz:
Se cil cui Proensa blan,
ere la clerzia d'aitan
con le coms Richartz crezec
e ‘l reis castellans esmers,
encar ai paor del ters 70.
[Si aquel a quien favorece Provenza cree al clero tanto
como lo creyó el conde Ricardo y el excelente rey caste­
llano, aún temo al tercero.]

1.12.2 El significado de esta estrofa es oscuro. Creo

69. Cfr. S oldew líI, Pere el Gran, p rim era p arte, v o l. II,
p. 193, n. 100. D e B a r t h o l o m a e is , Poesie storiche, v o l. II,
p. 188.
70. P a r d u c c i , R aim an de Tors, II, e str. VI, vv. 46-50, p. 35.
208 Carlos Alvar

que no hay duda en la identificación del co m s Ri-


chartz con R icardo de C om w all; el reis castellaas
debe ser, sin duda, Alfonso X: la unión de estos dos
personajes nos evoca, de nuevo, el asunto del Im pe­
rio; si esto es exacto, el trovador recrim ina la exce­
siva confianza que depositaron los dos candidatos en
la Santa Sede y advierte al que Proensa blan —es de­
cir, Carlos de Anjou— que desconfíe del clero. En
este m ism o sen tid o se define Parducci: «Se Cario
d'Angio crede il clero, si affida al clero per trarne
un qualsiasi vantaggio, erra, perché bisogna sem pre
tem erne. Anche R iccardo e Alfonso si fidaron di lui;
ma fueron d e lu s i» 71.

1.12.3 E sta com p osición se debe situar en los últi­


m os m eses de 1264 ó a com ienzo de 1265 72.

1.13.1 Luquet G attelús, político y trovador genovés,


pone com o m odelo de valor a Alfonso X, en Cora
q'eu fos m arritz ni conziros:
S e ‘l p r o s c o m s v a l se g o n q 'e s p o d e ro s
u n m ira il h a , on m i r a r se d e u n a ,
e s e ’ s m ire s e ls fa itz d e l re í n 'A n fo s,
b e n s a i p e r c e r t q e ta n t n o n t a r d a r í a
zó q ’a e m p r e s , q e la is s a r n o n p o iria ,
s 'e l n o n la is s e s t o t lo p r e s q ’a c o n q e s;
qe-1 b r u itz es t a n t v as to ta s p a r tz e ste s,
q 'o s a b o n j a d e la m a r , e n S u ria ,
e d 'E s p a g n a e n tr o e n N o r m a n d i a 73.
[Si e l n o b le c o n d e v a lie ra ta n t o c o m o p o d e ro s o es, tie ­
n e u n e s p e jo d o n d e d e b e ría m ira rs e , y si se m ir a r a
e n lo s h e c h o s d el re y A lfo n so , sé b ie n —c ie r ta m e n te —
q u e n o ta r d a r í a ta n to e n lo q u e h a e m p re n d id o , y q u e
p o d r ía a b a n d o n a r s i n o d e ja r a to d o el m é r ito q u e b a
c o n q u is ta d o , p u e s el r u m o r se h a e x te n d id o ta n t o p o r
to d a s p a r t e s q u e y a lo s a b e n a l o tr o la d o d e l m a r , e n
S iria , y d e s d e E s p a ñ a h a s ta N o rm a n d ia .]

71. Cfr. P arducci, R aim an de Tors, p . 49, n . 48-9.


'72. P arducci, R aim an de Tors, pp. 13-14.
73. B o n i, L uchetto G attiíusio, III, e str. II, vv. 10-18, p. 13;
B a l l e s t e r o s , A lfonso X , p p . 367 y ss.
Castilla y León. Alfonso X 209

1,13.2 El rey castellano acababa de sofocar una re­


vuelta m usulm ana en Andalucía y Murcia, que había
surgido en la prim avera de 1264; en m enos de un
año, las fronteras estaban r e sta b le c id a s74. Tal vez
por este m otivo aparezca aquí com o m odelo de valor.
En cualquier caso, e l sirventés no d estaca ni por
su calidad ni por su m érito. Fue com p uesto entre
finales de 1264 y com ienzos de 126 5 75.

1.14.1 Justam ente de 1265 son los prim eros testim o­


n io s que nos ponen en relación a Guiraut Riquier
con la corte castellana. Es una carta que el trovador
narbonés dirige a Am alric, hijo del vizconde de Nar-
bona, que se encontraba en Castilla; en ella le pide
que lo introduzca junto al rey:
Car en vos ai gran esperansa
de ben fag; car aver o dey
sai o lai en la cort del rey,
on ai prepauzamen d’anar
per mi meteis ad acabar.
Car tot le mon no'm p o t valer
tan como sel segon mon esper.
e sieus semblava fazedor,
que-m fessetz far aitan d'onor,
a tal que gent o saupes far,
que mi fezessetz comandar
en gran del rey N'Amfos,
mos astres ne seria pus bos,
si auzia de mi parlar76.

[Pues en vos tengo esperanza de buenos hechos, ya


que debe haberlos en algún sitio en la corte del rey,
donde tengo intención de ir por mí mismo a terminar;
no me puede valer el resto del mundo tanto como éste
según mi esperanza. Y si os pareciera conveniente que
yo fuera honrado —siempre y cuando gentilmente lo
pudiérais hacer—, recomendadme bien ante el rey don
Alfonso: mi estrella sería mejor si él oyera hablar de
mí,]

74. C fr. B allesteros , A lfonso X , pp. 367 y ss.


75. Cfr. B oni, L uchetto G attilusio, pp. XXXIX-XLI.
76. Al p u s noble, al pus valen, edic. P faff, Guiraut R iquier,
LX IX , w . 73-86, pp. 100 y ss.
210 Carlos Alvar

1.14.2 Las gestion es del prim ogénito del vizconde


de Narbona debieron surtir efecto, pues en otra com ­
p osición del m ism o año —Ab pauc er deca zutz— ase­
gura que se va a trasladar a la corte, y le pide a Al­
fonso X que im pida que la pobreza le llegue:
R ey s d e b o s a y p s m a n e n s ,
Dieus pot m'arma salvar,
e vos mon cors gardar
de viure sofrachos,
e coman m'az amdos
[Rey, acostumbrado a las buenas cualidades, Dios pue­
de salvar mi alma y vos podéis evitar que mi cuerpo
viva indigente, yo me encomiendo ante los dos.]
1.15.1 Por esta época, Luquet Gattelús, el trovador
genovés al que aludíam os m ás arriba 7S, com pone un
sirventés A'n R izart m an que p e r obra d'aragna, don­
de da m uestras de un güelfism o m oderado. Se dirige
a Ricardo de Cornwall anim ándolo a la corona im ­
perial; a la vez, ataca a Alfonso X porque no se
preocupa de alcanzar m érito, sino solam ente de ha­
cer penitencia:
Lo reis n'Anfos, se de ren badalangna,
de pretz n' i cal, mas de far penedensa,
des qu'el contes lo regne de la Magna
ni s'emperi, don m ostr’aital tenensa;
e si n o'l ven contrastar a bandos,
ni plus no'l lai derenan temoros,
er puis tota sa térra ses oransa:
ja mais per rei non viura ses merm ansa79.
[El rey don Alfonso, si en algo pierde el tiempo vana­
mente, y no se preocupa de mérito y —tan sólo— de
hacer penitencia, es desde que contendió por el reino
de Alemania y el Imperio, en lo que muestra tal pose­
sión [preocupación]; y si no viene a defenderlo con de­
cisión, y tampoco lo abandona, temeroso, su tierra será
después dehonrada: y nunca, bajo ningún rey o por
ninguna cosa, vivirá sin afrenta.]

77. P f a f f , G uiraut R íquier, X III, estr. V III, vv. 72-76, p. 21.


78. Cfr. supra, § 1.13.1, de este capítulo.
79. B o n i , L uchetto G attilusio, V, estr. III, vv. 17-24, p. 26.
Castilla y León. Alfonso X 211
1.15.2 La com posición, dirigida a Sordel, debe con­
siderarse anterior al 30 de agosto de 1269, fecha de la
m uerte del trovador m antuano, y, con toda seguri­
dad, p osterior al 2 de abril de 1265, pues Carlos de
Anjou aparece investido com o rey de S ic ilia 60. La
opinión m ás adm itida es la de situarla entre 1267 y
1268. El 18 de jun io de 1267 «el Papa declaró que no
creía en la efectividad de los derechos del rey de
C astilla» 81; era evidente que en los m edios ange-
vinos A lfonso X no contaba con m uchos partidarios.

1.16 De nuevo volvem os a tener noticias de Guiraut


R iquier en 1268, cuando escribe unas novas elogian­
do a Am alric y al rey de Castilla; el trovador está
todavía en su tierra natal, a juzgar por los versos
que transcribim os:
Pero fermamen crey
que, s'agues sai estat,
non agra tant montat
son pretz segon ma fe
ni agra tant ab que 83; .
[Firmemente creo que si se hubiese estado aquí, no
habría aumentado tanto su mérito, según me parece,
ni tendría tantos medios.]
1.17 El m ism o año de 1268 se produjo uno de los
acon tecim ien tos que m ás repercutirá en la obra de
los trovadores; la derrota de Conradino en Taglia-
cozzo, frente a Carlos de Anjou, y la prisión del in­
fante castellano don Enrique en la m ism a batalla.
Son num erosos los trovadores que piden la libertad
del herm ano de A lfonso X. Entre éstos se encuentra
B ertolom e Zorzi, m ercader veneciano, que dedica un
planh a la m uerte de Federico de Austria y Conra­
dino de Sicilia, decapitados públicam ente el 29 de
octubre de 1268. En este planh, B ertolom e Zorzi se

80. B oni, L u ch stto G attilusio, p. XLIX.


81. Cfr. Su.ÍRF7, H istoria de E spaña, p, 313. P a ra más de­
talles, vid. B a llester o s , Alfonso- X , pp, 458459.
82. Per re non puesc estar, edic, P faff , G uiraut R iquier,
L X X II, vv. 260-264, p. 123.
212 Carlos Alvar

declara adm irador de don Enrique e im plora ante


A lfonso X para que interceda por su hermano:

Hei, franca genz, lur mort pensatz ades


e que'.s dirá, se'us sofretz tal outrage;
e be s'albir N'Anfos, qu’onratz reis es,
si laiss'aunir son frair'en tal estage es.
[iAy, noble gente!, pensad constantemente en su muer­
te y en qué se dirá si soportáis tal ultraje; y don Alfon­
so, que es honrado rey, recapacite bien si deja avengon-
zar a su hermano en tal situación,]

1.18.1 En 1269 encontram os a Cerverí de Girona


atestiguado en el séqu ito del infante don Pedro —que
va a Toledo del 23 de'abril al 9 de junio de ese año— :
efectivam en te, Cerverí figur^ en algunas quitaciones,
junto a un Folquet —el trovador Folquet de Lunel— ,
a un D alfinet — tal vez un juglar— , a «m oros tromba-
dors» y a «juglars m oros», todos ellos espléndida­
m ente rem unerados a su llegada a T o le d o 84. Sin nin­
guna duda fue en ton ces cuando com puso la Cango
de M adona Santa María¡ dirigida al rey castellano:
Reys castelas, tota res mor e fina
mas non o fay la domn’on vos chantatz,
que'ls enemics te bais ez encantatz,
e sos amics creix d’amor ez afina;
e pus chantatz de tan coral amor,
vía siguetz de leyal amador
qu’il vos er guitz, sabers, sens e doctrina85.
[Rey castellano, todo muere y acaba, pero ello no le
ocurre a la señora de quien vos cantáis, que a los ene­
migos tiene sumidos y humillados, y a sus amigos acre­
cienta en amor y los acrisola; y pues cantáis de tan cor­
dial amor, seguís camino del leal enamorado, que os será
guía, saber, juicio y doctrina.]

1.18.2 En la m ism a com p osición debem os ver otra

83. S i'l ttionz fondes, a m aravüha gran, e d ic . R i q u e r , L os


trovadores, CVI, 323, e s t r , VI, vv. 56-59, p, 1534.
84. Cfr. R i q u e r , L os trovadores, p. 1558.
85. R iq u e r , Cerveri de Girona, X LVII, e str, I,
Castilla y León. Alfonso X 213

referencia a A lfonso X y a sus am biciones im pe­


riales:
Totz reys c ’aver vol nom d'emperador
deu averar sos ditz e sa Iauzor,
c’om non a pretz s'ab vertat no s'afina efl.
[Todo rey que quiere ser llamado emperador debe ha­
cer verdaderos sus dichos y sus alabanzas, pues uno no
adquiere mérito si con la verdad no se aviene.]

N o hay que olvidar que el «fecho del Im perio» es­


taba en su auge. Por otra parte, esta com posición nos
m uestra hasta qué punto era conocido y estim ado
don A lfonso com o poeta.

1.18.3 Tal vez esté incluido el rey sabio entre los


cinco reyes del V ers estrayn y del Vers breu:
«Jifliminch reflemeys vaflamaleflemens voflomol-
riflimiaflama laflamay oflomon Deflemeus prefle-
mes maflamal/eflemel noflomostreflemes foflomos
caflamaps caflamar maflamays vaflaman.

O lo que es igual:
Cinch reys valens volria lay on Deus pres mal,
e -l nostres fos caps, car mays v a l87
[Quisiera cinco reyes valientes allí donde Dios padeció,
y que el nuestro fuera el caudillo, pues vale más que
todos.]

1.18.4 Señala R iq u e r 88 que e l trovador alude a los


proyectos de Jaim e I acerca de una cruzada a Tierra
Santa, y que «podría aventurarse que estos cinco re­
yes son los de Aragón, Castilla, Portugal, Francia e
Inglaterra».

86. R iq u e r , Cerverí de Girona, X LVII, e s t r . VI, w . 36-38,


p. 134.
87. R iq u e r , Cerverí de Girona, X CV II y X C V III, e s t r . V II,
w . 16-17, p p . 280-281.
88. R iq u e r , C erverí de Girona, p . 281, n. 19.
214 Carlos Alvar

1.19.1 Guiraut R iquier continúa enviando sus com ­


posiciones a la corte castellana. De 1269 se conservan
dos poesías en las que su viaje a Castilla parece in­
m inente; una es la canción Si ia 'm deu m o s chans
valer, la otra son las extensas novas S v m fos saber
grazitz; resulta d ifícil saber cuál de las dos com po­
siciones ha sido escrita antes. En todo caso, pode­
m os tener la seguridad de que el trovador aún no ha
ido a la corte alfonsí, com o él m ism o nos deja de­
ducir:

Si ia'm deu mos chans valer,


ni far nulh be mos trobars,
ni mos sabers pro tener,
er s'endressa mos afars,
qu'al paire d’entendemen
e de saber e d'onor
e de pretz e de lauzor,
on mos bos espers s'enten,
m'en vau, al bon rey N'Anfos 89.
[Así me debe servir mi canto, beneficiarme mi trovar,
aprovecharme mi saber, ahora que mi atención se ende­
reza al padre del conocimiento, del saber, de honor, mé­
rito y alabanza; me voy a donde mi buena esperanza se
escuche, junto al buen rey don Alfonso.]
E s la prim era estrofa de una com posición dedica­
da por com pleto al rey de Castilla ^—si exceptuam os
la estrofa IV dirigida a su dama, Belh D e p o rt— : son
abundantes los elogios al rey, pero quizá llam e más
la atención la actitud del trovador, que n os m uestra
su inseguridad en las propias cualidades.

1.19.2 En la otra com posición del m ism o año, las


novas, tam bién expone su interés por ir a la corte
del rey Sabio y su m iedo ante la p osibilidad de un
fracaso:
Car ia per mal, qu'ieu traya
ni per nulh be, qu'en veya,

89. S i ia 'm deu m os chans valer, e d ic . P faff , G uiraut Ri­


quier, XVI, e s t r . I, w , 1-9, p, 24.
Castilla y León. Alfonso X 215

non esper, qu'ieu atenha


so, que del mon dezir,
si per el avenir
no'y puesc, can lo vairai.
Dieu mi aport, sil plai,
en guiza que1m retenha
per sieu ab entressenha
de plazer e de grat90.
[Pues por mucho mal que padezca, o por cualquier
bien que vea, no espero alcanzar lo que deseo del mundo,
si en el futuro no lo logro, cuando lo vea. Que Dios me
conceda, si le place, que me retenga como suyo, con
muestras de placer y de agrado.]

1.20.1 Los problem as p olíticos del sur de Francia,


tras las victorias de Carlos de Anjou, inquietan pro­
fundam ente a los trovadores que esperan la inter­
vención de A lfonso X; pero el rey castellano tiene
otras preocupaciones, com o las continuas subleva­
ciones de nob les y la resistencia del reino granadino.
La actitud de don A lfonso defrauda —com o era pre­
visib le— a los trovadores, y así, vem os cóm o Cerverí
de Girona recuerda, en V oletz aver be, la pérdida de
todas las virtudes, y aprecia, con tristeza, la decaden­
cia m ilitar castellana frente a la hegem onía francesa,
en este sirventés com pu esto en 1270:
Entendut es entre-ls be entendens
que Castela, car es la pus au^ors
térra, dexay —hoc, n o m lim deis myllors—,
qu'en castela-s totz temps enfortimenz,
mas era's pert Castel'e s'entendenga
«Digatz, fan ils, aquesta gran falen?a
si nays deis reys o de las regios,
que Franges sus, e las altras son jos.» 9'
[Es cosa sabida entre los bien entendidos queCasti­
lla, por lo mismo que es la tierra'más alta, decae —sí,
no me elimino de los mejores—, que en el castellano hay
siempre esfuerzo, pero ahora se pierden Castilla y su

90. S i m fo s saber grazitz, edic. P fa FF, G uiraut Riquier,


LXXV, vv. 554-563, pp. 142-143.
91. R iq u e r , C erveri de Girona, X X X llI, estr, II I, vv, 17-24,
pp. 94-95.
216 Cáelos Alvar

opinión. «Decid, preguntan ellos, los castellanos, si este


gran error nace de los reyes o de las regiones, pues
Francia está arriba y las otras abajo.»]

1,20.2 Por esta s fechas, Cerverí critica en otro sir­


ventés al rey castellano. Hace varios años que e l in­
fante don Enrique es prisionero de Carlos de Anjou,
y A lfonso X no ha hecho nada para lib era rlo 92.

1.21 En 1270, Guiraut R iquier escribe Quar d re y tz


ni fes: el tono de la tornada hace pensar que el tro­
vador se encuentra, ya, ante el rey de Castilla:
Reys grazitz, honratz,
be'm crey, m'entendatz,
done faitz, que gent n'es aizitz ■
a Dieus per dreg, que’us er guitz93.
[Rey agradable, honrado, bien creo, escuchadme, según
los hechos, que eres agradable y [tienes] por derecho
a Dios, que os guiará.]
Los elogios de Guiraut R iquier al rey castellano se­
rán ininterrum pidos durante m ucho tiem po.

1.22.1 Así lo vem os en la tornada de De m iá o n s e


d ’am or, com puesta en 1271:
Del rey N'Anfos deuria
totz hom lauzan ben dir;
quar nulhs non pot mentir,
ans pus complidamen
val, que-l laus no perpren
[Del rey Alfonso deberían todos, alabándolo, hablar
bien; pues nadie que extienda su alabanza puede men­
tir, vale mucho más que no comience la alabanza si es
para mentir].
1.22.2 El año siguiente, 1272, vuelve a alabar al rey.

92. Pus li rei laxan la lei; vid. infra cap ítu lo dedicado a
los sucesores de Alfonso X y a la nobleza.
93. Qttíir dreytz ni fe s , e d ic . P f a f f . Guiraut Riquier, X V II,
e str. V II, vv. 65-68, p. 27,
94. Edic. P f a f f , Guiraut Riquier, X IX , estr. VI, 61-65, p. 30.
C astilla y León. Alfonso X 217

En la to m a d a de M out m e tenc ben p e r pag atz m ues­


tra su im paciencia por ser debidam ente recom pen­
sado:
Si per elh mos bos espers
no-s complis, non ai plevensa,
qu'en tot lo mon truep guirensa95.
[Si no se cumpliese por él mi buena esperanza, no ten­
go confianza de que en todo el mundo encontrara cu­
ración.]

1.23.1 F olquet de Lunel, uno de los trovadores que


fueron en el séq u ito del infante don Pedro a Tole­
do en 1269 B6, dedica un sirventés a A lfonso X (Al bon
rey q u ’es reys de p r e tz car), en e l que defiende los
d erechos del m onarca castellano a la corona im pe­
rial:
Mas d'aisso’m fan meravilhar
l'elegidor, qu'eligit so
qui puescon emperador far,
cum n o'l meto en tenezo
de l'Emperi selh a cuy tanheria:
lo valen rey N'Anfos, qu'a pretz prezan,
qu'om del mon m iéis non tenc cort ab boban,
creyssen de pretz e d'onor tota via 97.
[Pero me maravillan los electores que han sido ele­
gidos para que puedan hacer emperador porque no
ponen en posesión del Imperio a aquel a quien perte­
necería: el valiente rey don Alfonso, que tiene valioso
mérito, pues nadie en el mundo tiene corte con [tanto]
boato, aumentando siempre en prez y en honor,]
1.23.2 N o se trata de unos derechos sin fundam ento;
varias ciudades italianas apoyan la candidatura de
A lfonso X:

Qu'entrc ls lombartz ausi contar,


que l'alaman e ’l bramanso

95. E dic. P faff , G uiraut R iquier, XX, e s tr. V II, w . 51-53,


p. 31.
96. C fr. supra, cap itu lo V III, § 1.18.1.
97. R i q u e r , L os trovadores, CX, 327, estr. IV, w . 25-32,
p . 1553.
218 Carlos Alvar

e-1 román, ses contrastar,


volon a lui la lectio
de l ’Emperi; e Milán e Pavia,
Cremona et Ast e ginoes an gran
cor q u c l bon rey castellan recebran
a gran honor, si ven en Lombardia98.
[Porque oí contar entre los lombardos que los alema­
nes, los brabanzones, y los romanos quieren, sin discu­
sión, que en él recaiga la elección del Imperio; y Milán,
Pavía, Cremona, Asti y los genoveses tienen gran deseo
de recibir con gran honor al buen rey castellano, si va
a Lombardia.]

1.23.3 Es notable la inform ación del trovador: a


principios de 1271 el rey castellano recibió una em ­
bajada de los gibelinos de Milán, m ás tarde llegaron
los lom bardos, después del verano se le presentaron
los em isarios de Parma, V ercelli, Tortona, Novara y
Lodi; asim ism o, contaba con el apoyo de Cremona y
parte de Génova; igualm ente podía recibir ayuda de
su yerno el m arqués de M ontferrato y, por tanto, de
A s ti" , al que cedería dos m il hom bre en 1272 (con­
fróntese v. 40).

1.23.4 Pero el sirventés no se lim ita a defender los


derechos de Alfonso X; en otra estrofa vuelve a m os­
trarse partidario del rey castellano, sin olvidar sus
obligaciones con Aragón:
E qui-1 Papa pogues citar
a major de se, fora bo,
quar del rey N'Anfos no vol far
e del rey Carie bon perdo;
e qu'om rendes N'Enric, qu'ora seria,
e l'Emperi non estes pus vacan,
e pueís, ab totz los reys que baptism'an,
anes ven jar Jhesucrist en Suria ll)0.
98. R iq u e r , L os trovadores , CX, 327, e s t r . V, v v , 33-40,
P. 1554.
99. Cfr, B a l l e s t e r o s , A lfonso X , p p . 542-544; v id , t a m b ié n
la n o t a d e D e B a r t h o l o m a e i s , Poesie storiche, II, p p . 277­
281, y R i q u e r , L os trovadores, CX, 327, p p . 1554, n o t a s 37-40.
100. R iq u e r , L os trovadores, CX, 327, e s t r . VI, vv. 48,
p . 1554.
Castilla y León. Alfonso X 219

[Y estaría bien que alguien pudiese cilar al Papa ante


otro mayor que él, ya que no quiere dar buen perdón
al rey don Alfonso y al rey Carlos; y que se devolviera
a don Enrique, que ya es hora, y que el Imperio no
estuviera más vacante; y, Juego con todos ios reyes bauti­
zados, fuera a vengar a Jesucristo en Siria.]

1.23.5 La estrofa nos m uestra, m ejor que ningún


retrato, la figura de Gregorio X: el trovador le cri­
tica por toda su actividad política, ya que al no de­
searlo él no han podido firm ar las paces los m onar­
cas castellano y francés — a pesar de haberse reuni­
do en Bayona— , a esto hay que añadir que no fuerza
a Carlos de Anjou a dejar en libertad al infante don
Enrique; adem ás, es el Papa el que debe facilitar la
elección de Em perador no retrasando por m ás tiem ­
po el encuentro de los electores; solucionados todos
e sto s problem as, Folquet de Lunel le propone a Gre­
gorio X que predique en la cristiandad una nueva
cruzada. En el fondo, se respiran las ideas de polí­
tica italiana defendidas por Aragón 101.

1.23.6 E ste sirventés es enviado a don Fernando:


Mon sirventes, Bernart, leu, ses fadia,
en Castella portatz a Don Ferran;
e digatz li, que-s tenh'ades denan
que es ni d'on, e fara bona via 1°*.
[Llevad, Bernart, mi sirventés, pronto y sin espera, a
Castilla, a don Fernando, y decidle que tenga siempre
presente qué es y de dónde (procede), y hará buen ca­
mino.]

Se trata del infante don Fernando, prim ogénito de


A lfonso X, nacido en 1255 y m uerto cuando tenía
veinte años.

1.23.7 La crítica se ha dividido a la hora de fechar

. 101. C fr. R i q u e r , L os trovadores, CX, p p . 1550-1551.


102. R iquee, L o s tr o v a d o r e s , CX, 327, estr. V III, vv. 53-56,
p. 1555.
220 Carlos Alvar

este sirventés: por una parte, De B artholom aeis afir­


m aba que había sido com p u esto en agosto o sep tiem ­
bre de 1273 103; por otra parte, Salverda de Grave
lo situaba en 1269 1M; los estu d ios m ás recientes se
inclinan a dar la fecha propuesta por De B artholo­
m aeis 105: es eviden te que la com posición tenía que
ser p osterior a 1272, pues hasta entonces — desde
1268— estuvo la Santa Sed e vacante y el trovador
habla del Papa; adem ás, Foiquet de Lunel lam enta
que el Im perio no tenga cabeza: no olvidem os que
el 29 de septiem bre de 1273 fue elegido em perador
R odolfo de H absburgo. Hay que situar, pues, la com ­
posición entre esas dos fechas.

1.24.1 Guiraut Riquier continúa en la corte; en 1273


dedica una canción a la V irgen y pide a Dios que no
desam pare al rey castellano:
Dieu prec del rey de Castella N’Anfos,
que a son cors don honramens e pros
lonc temps ab grat et espiritual v id a 106.
[Ruego a Dios por el rey de Castilla, don Alfonso,
para que dé a su persona honra y provecho largo tiem­
po con agrado y vida espiritual.]
1.24.2 N o parece que el rey tuviera m ucha genero­
sidad con el trovador: em piezan a abundar las com ­
p osicion es en que pide al rey algo m ás que sim ples
elogios, com o sucede en Grans afans es ad hom e ver-
gonhos, com pu esta en 1274:
Reys sobronratz de Castella N'Anfos,
n o ’Ri pot esser totz l'autre mons guirens
de greu afan, si doncx vos, on bos sens
es ab totz bes, n o-m voletz far joyos.
Quar mon temps perc vengonhos et aunitz,
no conogutz, sal per vos, on guanditz
es mos espers apres Dieu de guirensa.

103. De B a r t h o l o m a e is , Poesie storiche, II, p. 277.


104. S alverda de ' G rave , B ertrá n d'A tam anon, p p . 58-59.
105. Cfr. R i o u e r , L o s trovadores, CX, p. 1551.
106. H um ils. fo iia itz , rep tes e penedens, edic, R iouer, L o s
trovadores, CXIV, 345, estr. V II, w . 39-41, p. 1620.
Castilla y León, Alfonso X 221

Bos reys, tant ra’es vostres laus abelhitz,


quar m'es honratz, qu'ab elh viuray ayzitz
d'esser manens o paubres ses fallen sa107.
[Rey de Castilla, lleno de honra, don Alfonso, el resto
del mundo no me puede sanar de la grave preocupación
si vos, donde el buen sentido está con todas los bienes,
no me queréis hacer feliz.
Pues pierdo mi tiempo vergonzoso y deshonrado, no
conocido sino por vos, donde se ha refugiado mi esperan­
za de cura después de Dios.
Buen rey, tanto me agrada vuestra alabanza, pues
me es honrada, que con ella vivirla a gusto, sin nece­
sidad de ser rico o pobre.]
1.24.3 El m ism o año fecha una de sus obras m ás
interesantes, la S u p lic a d o al rey de Castilla, acerca
del nom bre de los juglares, que estu diarem os m ás
adelante.

1.24.4 V uelve a qu ejarse Guiraut R iquier de la poca


generosidad del m onarca castellano en una poesía
del año siguien te, Fís e ve ra y s e p u s ferms, que no
suelh:
Reys castellas, vostre laus m ’a sabor,
e si per vos non venh en gran ricor,
al mens per tot n'er pus grazitz mos chans 108,
[Rey castellano, m e gusta vuestra alabanza, y si por
vos no llego a ser muy rico, al menos nunca será más
agradecido mi canto.]
1.24.5 En 1275 tam bién com p one otras dos obras,
una de tipo religioso, Jhesuscristz, filh de Dieu viu,
en la que se en com ien da a la Virgen y pide, de nue­
vo, honra para el rey de Castilla:
La Verges al bon cosselh,
Senher, nos pot aiudar,
si-us vol, si quon filh, pregar

107, Edic. Pfaff, G uiraut R iquier, X X II, e s t r . V II-V III,


w . 43-52, p p , 33-34.
108. Edic. pfaff, Guiraut Riquier, X X III, estr. V II, w . 40­
42, p. 35.
222 Carlos Alvar

per nos, que ns vulhatz valer.


Senher, del honrat rey car .
N'Anfos vos prec, qu’enansar
lrn vulhatz son bon voler109.
[La Virgen del Buen Consejo, Señor, nos puede ayudar,
si vos queréis, como hijo, rogar por nosotros para que
nos queráis ayudar. Señor, os pido que queráis aumentar
el buen valor del honrado y querido rey don Alfonso.]

1.24.6 La otra obra de este año a la que hem os alu­


dido es la contestación del rey castellano a la supli-
catio de G uiraut Riquier: el rey fecha la Declaratió
—que estudiarem os junto con el otro texto dedicado
a los nom bres de los juglares— a finales del m es de
junio de 1275; en esta com posición, com o verem os
m ás adelante, hay un com pleto repertorio d e term i­
nología dedicada a los distintos profesionales del es­
pectáculo m edieval.

1.24.7 Seguram ente la época m ás fructífera de la


vida de G uiraut es el año de 1276: hem os encontrado
ocho com posiciones que nos interesan escritas en
este año y, lo que es todavía m ás curioso, la m itad
de ellas —es decir, cuatro— fueron escritas en el
m es de m arzo no. De enero de este año se conservan
dos p oesías en las que vuelve a elogiar a Alfonso X
y así podem os leer en la tornada de Ogan no cugey
chantar:
Reys N'Anfos, al mielhs chauzir
vos tanh lauzor ses temer,

109. Edic. Pfaff, G uiraut R iquier, XXIV, estr. V III, vv, 50­
56, p. 36.
110. La rú b rica del Cancionero dice a X II K al. marz»,
«X III kal. marz», etc. E s difícil sab er si se tra ta de u n e rro r
de los señalados p o r Vives, A g u stí y Voltes en M anual de
Cronología Española y Universal (M adrid, 1953); según estos
autores, el 16 de enero podía expresarse de cu atro m aneras
(p. 15): correctam ente, X VII kal. febr.; confundiendo el mes,
X V II kal. ian.; confundiendo el num eral, II I kal. febr., y con­
fundiendo el num eral y el mes, II I kal. ian. Según estos
datos, las fechas de los poem as en cuestión oscilarían entre
el 8 de febrero y el 20 de m arzo, si no fallan n u estro s cálcu­
los.
Castilla y León. Alfonso X 223

qu'amicx sabetz enantir


els enemicx dechazer m .

[Rey don Alfonso, al elegir mejor, os corresponde más


alabanza sin dudar, pues sabéis ensalzar a los amigos
y abatir a los enemigos.]

1.24.8 La otra com p osición de enero de este m ism o


año es K a rita tz e t am ors e fes, de tono religioso, en
la que otra vez m ás p id e que D ios ayude al m onarca
y que acrecien te todas sus buenas cualidades:
La fe e l’obra de salut
yssause Dieus, com que l’als an,
e la Verges, quc'ns y aiut
pregan so filh ab Sant Johan.
Reys N'Anfos, Dieus per sa vertut
vos cresca poder e talan
del pretz, que avetz mantengut
luy serven, enemicx sobran H2.

[Que Dios ensalce la fe y la obra de salvación, con


tal que el resto siga y que la Virgen nos ayude rogan­
do a su hijo con San Juan. Rey don Alfonso, que Dios,
por su virtud, os aumente el poder y el deseo de mérito
que habéis mantenido sirviéndole, y venciendo a los ene­
migos.]

1.24.9 La prim era de las poesías com puestas en el


m es de m arzo tal vez sea V oluntiers faria firm ada
por Guiraut R iquier las «X III kal. de marz» en esta
ocasión vuelve a elogiar al rey castellano, al acor­
darse de su dam a, Belh D eport:
Doncx ma caramida
mos Belhs Deportz sia
e ‘l reys de Castella
N'Anfos, que grazida
valor ten a tria,
on pretz renovella,

111. P faff , G uiraut R iquier, X X V , e s t r , V III, v v . 53-56,


p. 38.
112. P faff , G uiraut R iquier, X XV I, e s t r . V III, w . 61-64,
p, 40.
224 Carlos Alvar

cuy devers gragella;


lay, chanson, tey v ía 113.
[Y que mi Belh Deport sea mi imán y el rey de Cas­
tilla también, que tiene excelso valor alabado, donde
mérito se renueva y a quien el deber seduce; vé allí,
canción.]

1.24.10 El día siguiente «XII Kl. de marz» —y no


«XX Kal. de m ars», com o transcribe Pfaff— fecha
Guiraut R iquier Razos m 'aduy voler, com posición en
la que elogia, una vez m ás, al rey, y en la que expre­
sa su esperanza de ser debidam ente galardonado:
Le reys N'Anfos castelas m'a conques;
quar li plai chans, sabers, pretz e totz bes,
per que sos laus me plaira tota via,
e -l guazardos degutz m'en plaseria.
Per elh esper puiar en manentia
et en valor; a Dieu plassa, que s ia 114.
[El rey castellano don Alfonso me ha conquistado,
pues le agradan el canto, el saber, el mérito y toda clase
de bien, por lo que su alabanza me gustará siempre y me
gustaría también el galardón debido.
Por él espero llegar a la riqueza y al valor; a Dios
plazca que así sea.]

1.24.11 Un día después, «XI Kl, de marz», se dirige


a A lfonso X en tono suplicante, sin haber conseguido
m ejorar aún su condición:
Bos reys, doncx per vos comens,
s i’us play, m os enantim ens115.
[Buen rey, que comience con vos, si os place, mi en­
cumbramiento.]
1.24.12 D el día siguiente es Christias v e y perithar,

113. M olk, Las Cansos, XIX, e s t r . VI, w . 61-68, pp. 89-90.


114. P faff , G uiraut R iquier, X X V III, e s t r . VI-VII, w . 41­
46, p. 43. _
115. Lo bes qu’isu truep en am or, edic. Pfaff, G uiraut R i­
quier, X X IX , estr. V II, vv. 55-56, p. 44.
Castilla y León. Alfonso X 225

donde — com o observa M ilá 116— «se nota el tono de


con sejo m ás bien que el de súplica»:
Bos reys castellas N ’Anfos,
ab dreg faitz tot, q u a n t t a s s a t z ,
et auretz pro companhos.
E'l devers sia gardatz
vostres el ricx pretz per v o s 117.
[Buen rey castellano don Alfonso, con razón haced todo
lo que hacéis y tendréis numerosos compañeros.
Y que vuestro deber sea protegido en el noble mérito
por vos.]

1,24.13 Del m ism o año, pero del m es de septiem bre


es Q u r m disses, non a dos ans, en e l que el trovador
se m uestra decepcionado por la escasa suerte que
ha tenido en Castilla: tan grande es su desazón que
— com o Peire V idal años an tes— «casi deja de can­
tar» 118. E l sirventés, dedicado por com pleto al rey
castellan o, alude a m om entos de gran inquietud den­
tro del reino, com o verem os m ás adelante. El m is­
m o año, según el m anuscrito 11B, com p uso la quinta
pastorela, que com ienza D ’Astarac venia; en la fic­
ción se presen ta el trovador fuera de España: hay
una alusión a Santiago de Com pos tela com o lugar
de peregrinación y una referen cia a una cam paña m i­
litar contra Granada 12°.

1.12,14.1 E s curioso señalar que, a pesar de la can­


tidad de com p o sicio n es que G uiraut R iquier dedica
a A lfonso X, tan sólo tres hacen referencia a aconte­
cim ien tos con cretos, siend o en este sen tid o b astante
pobre e l legado que n os deja e l trovador narbonés.
E stas tres p oesías son Q u i'm disses, non a dos ans,
D ’Astarac venia y S ’ieu ia tr o b a t non agües (escrita

116. M rU , De to s tr o v a d o r e s , p, 204, .
117. P faff, G uiraut R iq u ier, XXX, estr. V III-IX , w . 50­
54, p. 46.
118. Cfr. A v a l l e , P e ire V id a l, 364, VI, p. 69,
119. Anglade pien sa qu e e sta fecha es erró n ea. Cfr. itifr a ,
§ 1.24,14.7.
120. Cfr. in fr a , § 1.24.14.6, de este m ism o cap ítu lo
226 Carlos Alvar

en diciem bre de 1280, por lo que aún no la hem os


estudiado).

1.24.14.2 Q u v m disses non a dos ans es un sirven-


tés extraño. Guiraut se lo dirige a Alfonso X en 1276,
m om ento de grandes crisis en el reino castellano-
leonés. R esum irem os en pocas palabras e l asunto de
la com posición. En la estrofa prim era, el trovador la­
m enta lo poco apreciado que es e l m onarca en su
reino; e l m otivo de este desprecio es el poco gusto
que tiene por la guerra (estrofa segunda); el rey
— según la m ayoría de la gente — será desposeído por
su h ijo (estrofa tercera); en la estrofa siguiente elo­
gia a A lfonso X y le aconseja en la estrofa quinta
que haga caso a sus am igos; el trovador espera que
el rey no se aparte de la verdad (estrofa sexta), la­
m entando —por últim o— su propia situación (estro­
fa séptim a).

1.24.14.3 A m ediados de 1275 fue don Alfonso a Bel-


caire para negociar con el Papa acerca de su elec­
ción com o Em perador, Gregorio X no cedió en un
solo m om ento — a lo largo de los dos m eses que du­
raron las negociaciones— . El rey se volvió a Castilla
desilusionado, sin haber conseguido nada de lo que
pretendía; m ientras tanto, los benim erines desem bar­
caban en Tarifa y Algeciras; Fernando, prim ogénito
de Alfonso, y regente por la ausencia de su padre,
se dirigió al sur para enfrentarse con las tropas afri­
canas, pero m urió en Ciudad Real (Villa-Real) en el
m es de agosto; fue entonces cuando el infante don
Sancho se proclam ó regente y distribuyó las fuer­
zas castellanas —incluyendo las órdenes m ilitares—
en las principales plazas fronterizas (É cija, Jaén,
Córdoba y Sevilla), rechazando así el ataque de los
benim erines, que antes de que term inara el año se
habían replegado al otro lado del Estrecho, Al volver
de Belcaire, Alfonso se encontró definitivam ente
apartado de la cu estión im perial, con la am enaza
de nuevas invasiones m usulm anas por el sur y con
el país dividido entre los partidarios de los infan­
Castilla y León. Alfonso X 227

tes de la Cerda, h ijo s de don Fernando, de acuerdo


con lo que el m ism o rey había declarado — sin lle­
gar a prom ulgarlo— en Las P artida s y los seguido­
res de don Sancho, defen sores del derecho consuetu­
dinario. Tras renunciar, a instancias de Gregorio X,
al Im perio tuvo que relegar a segundo plano la teo­
ría de Las Partidas, reconociendo a su hijo Sancho
com o h e r e d e r o 121. A este m om ento hace alu sión el
sirven tés de G uiraut Riquier: los súbditos no podían
estar co n ten tos con su m onarca que los había gra­
vado con im p uestos esp eciales para sosten er los gas­
tos de las preten sion es im periales; al final, todos los
esfuerzos fueron vanos y, a la vez que perdía el di­
nero, olvidaba la guerra de los benim erines:
A motz homes l’aug blasmar
qui li foran valedor
si guerra l'agues sabor
tant quom a cor de donar122.

[Lo oigo vituperar por muchos hombres que serían sus


valedores si le gustara la guerra tanto como ama ser
dadivoso.]
1.24.14.4 Por otra parte, tam bién se refleja en el
sirventés el problem a sucesorio:
Mala veira sos efans,
si-1 plus de la gent ver ditz,
que vius n'er despoestaditz 123.
[En mala hora verá a su hijo, si dice verdad la ma­
yoría de la gente: que vivo será por él desposeído.]

1.24.14.5 In clu so las ideas im perialistas del rey cas­


tellano hallan su eco en esta com posición:
A dreg a volgut renhar
et ab pretz et ab valor,

121. Cfr. B a l l e s t e r o s , A lfonso X , pp. 735-779,


122. R i o u e r , L o s tr o v a d o r e s , CXIV, 346, estr. II , vv. 10-13,
p. 1622.
123. R i q u e r , L o s tr o v a d o r e s , CXIV, 346, e str. III, w . 19­
21. p. 1622.
228 Carlos Alvar

creyssen de térra ab lauzor


le reys N’Anfos, que Dieus gar.
Et aras deu mielhs e may
voler dreg e patz dos tans,
sol que non si’escarnitz;
per que de Dieu si'aizitz
et sos pretz no-s desenans
[El rey don Alfonso, que Dios guarde, ha querido rei­
nar con justicia, con mérito y con valor, acrecentando
tierra con gloria. Y ahora más que nunca debe querer
derecho y paz dos veces más, con tal de que no sea
escarnecido, a fin de ser agradable a Dios y que su mé­
rito no retroceda.]

1.24.14.6 Otra de las p oesías de Guiraut Riquier que


ofrece alguna relación con los acontecim ientos polí­
ticos es D ’Astarac venia; que es la quinta pastorela,
de las seis que com ponen esta especie de «noveli-
ta». La acción ocurre entre Astarac e Ilha, com o el
m ism o trovador dice en los prim eros versos. La fe­
cha según la rúbrica es de 1276. Com binando estos
dos factores —lugar y fecha— se han planteado va­
rios problem as los provenzalistas, ya que, en prin­
cipio, en ese año, Guiraut R iquier se hallaba en la
corte castellana; la solución ofrece dos posibilida­
des: o la pastorela no está escrita en la corte caste­
llana y, por tanto, la fecha del cancionero no es co­
rrecta, o bien, la fecha es cierta y la pastorela está
escrita en Castilla fingiendo un encuentro en Asta­
rac. Los dos argum entos han tenido sus defensores.
El texto que ha servido de b ase a los razonam ientos
es — sobre tod o— la segunda estrofa:
Vi la fort camjada
vas que ja fon bella;
dissi: —Don vinetz?
. —Senher, tan serihada
suy de Compostella
q u eu s o conoyssetz.
—Pus vos ai trobada,

124. R i q u e r , L o s tr o v a d o r e s , CXIV, 346, e s t r . IV, vv. 28-36,


p. 1622.
Castilla y León. Alfonso X 229

comtatz me novella
de lai, si sabetz.
—Senher, vas Granada
va’l reys de Castella;
doncx tost lai tenetz!
—Dona, que dizetz?
Qu’ieu no crey que fassa.
—Senher, mout falhetz
non seguen sa tra ssa 125.

[La vi muy cambiada en comparación con lo hermo­


sa que fue; dije: —¿De dónde venís? —Señor, como co­
noceréis bien, vengo absuelta de Compostela. —Pues
os he encontrado, contadme, si las sabéis, noticias de
allí. —Señor, el rey de Castilla marcha sobre Granada;
dirigios, pues, pronto allí. —Señora ¿Qué decís? Yo no
creo que lo haga. —Señor, mucho erráis no siguiendo
sus huellas.]

1.24.14.7 Anglade observó que la pastorala no podía


pertenecer al año que indicaba el cancionero, pues
en 1276 el rey castellan o había firm ado una tregua
con el granadino; sin em bargo, se docum enta — se­
gún el m ism o investigador— una exped ición caste­
llana a Granada en 1280-1281, fecha propuesta por
Anglade com o la correcta; se apoya, adem ás, en que
la pastorela del año siguiente está dedicada al conde
de Astarac y en ella com enta con la pastora que ya
se habían encontrado el año anterior 126. Riquer, por
su parte, sugiere, con cierta precaución, que la fe­
cha del cancionero es correcta, observando que es la
pastora quien dice que Alfonso X va hacia Granada,
afirm ación que «el trovador se apresura a replicar
que no cree que sea c ie r ta » 12T. Riquer añade que
cabe la posibilidad de que se trate de una ficción
de Guiraut.
V eam os si se puede arrojar alguna luz sobre este
asunto: en prim er lugar, hay que señalar que la gue­
rra con Granada se prolongó varios años, aunque An-

125. R i q u e r , L o s trovadores, CXIV, 351, estr, II, w . 17-32,


p. 1639. -
126. Cfr. A nglade, G uiraut Riquier, pp. 158-159.
127. R iq u e r , Las trovadores, CXIV; 351, p. 1638,
230 Carlos Alvar

glade está en lo cierto al observar que en 1276 se


firm aron paces con Ibn Yúzaf y con el rey de Gra­
nada por dos años 12e, pero no se sabe la fecha exacta
— com o tam poco se sabe la de la- pastorela— ; queda,
pues, la posibilidad de que fuera anterior a las paces.
Por otra parte, debe adm itirse que no es un ar­
gum ento d ecisivo e l que la sexta pastorela esté de­
dicada al conde de Astarac, pues el trovador .— can­
sado de los elogios poco enriquecedores del rey cas­
tellano— podría estar buscando otro protector. No
olvidem os que cuando deja la corte de Castilla se
dirige al sur de Francia, visitan d o —entre otras—
la corté de Astarac.

1.24.1-4.8 Aunque la tesis de Anglade es sugestiva,


creem os que no hace falta recurrir a enm iendas del
m anuscrito, y debe considerarse toda esta pastorela
com o una ficción inventada por el trovador.
En cuanto a la cita a Santiago de C om postela com o
lugar de peregrinación, creem os que no tiene m ayor
im portancia.

1.25.1 A finales de 1274 A lfonso X, acom pañado de


su séquito, visita a Jaime I, cam ino de Belcaire,
donde el rey castellano iba a en trevistarse con Gre­
gorio X: hay que poner en relación esta visita a la
corte aragonesa con el te sta m e n t de Cerverí de Giro­
na, en el que alude a varios nobles de Castilla, com o
verem os m ás adelante 129.

1.25.2 Uno de los problem as m ás agudos que se

128. C fr. B a l l e s t e r o s , A lfonso X , p . 782. Los datos proce­


den de la Crónica de A lfonso D écimo; aun q u e no se sabe
la fecha exacta de e sta tregua, parece que las paces con
G ranada fueron p o sterio res al acu erd o con Ib n Yúzaf, al me­
nos eso se deduce de las p alab ras de B allesteros: «Hay u n
vehem ente indicio de que ex istiera la tregua, p o rq u e d u ra n te
u n añ® entero cesan los ataq u es de los m arro q u íes en el
A ndalus. D esam parado el granadino, tuvo que acogerse al
beneficio de la tregua, pues d e lo co n trario h u b iera caído
so b re él todo e] poder de Castilla.» (A lfonso X , p. 782.)
129. Cfr. infra, capítulo dedicado a «Los sucesores de Al­
fonso X y la nobleza».
Castilla y León. Alfonso X 231

plantearon a A lfonso X durante tod o su reinado fue­


ron las continuas luchas y rebeliones de la nobleza.
Tal vez aluda Cerverí a este asunto en H o m no p o t
jar:
S i'l n o s tr 'E n f a n s , N 'A rd o a rtz e N 'A m fo s,
e ‘l c o m s d e F o ix E n R a y m o n G a s to s
fo s s o n e ra s e n a y ta l e s ta m e n
c o m e u v o lg ra , m a y s p r e z e r 'o n p a r a t g e 13°.
[S i n u e s tr o I n f a n te , d o n E d u a r d o y d o n A lfo n so , y el
c o n d e de F o ix d o n R a m ó n G a s tó n e s tu v ie ra n a h o r a e n
e l e s ta d o q u e yo q u is ie ra , la n o b le z a s e r ía m á s a p r e ­
c ia d a .]

Tanto en Aragón com o en Castilla o com o en In­


glaterra — ignoram os qué pasaba en Foix— hay con­
tinua ten sión entre los reyes y la nobleza: las luchas
entre Jaim e I y Ram ón Folc de Cardona ya han sido
m encionadas; en Castilla, varios nob les —encabeza­
dos por el infante don Felipe— se desnaturaron y
pasaron al servicio del rey de Granada; por otra par­
te, en Inglaterra, desde la con cesión de la Carta Mag­
na (1214), los poderes feudales habían ido en aum en­
to; Eduardo I intentó «recuperar los derechos ju ­
risdiccion ales de la realeza y paralizar el crecim ien­
to de la jerarquía feudal, cercenando e l poder de los
barones» 131.

1.25.3 N uevam ente aparece A lfonso X en la obra


de Cerverí en Lo vers deis tres reys, com p osición en
la que alaba — adem ás de al rey castellan o— a Pe­
dro III y a Jaim e II de M allorca. El trovador señala
la generosidad de los tres:
U n b o v e rs v u y ll n o v e la m e n b a s t i r
d e is tr e s ric s re y s c ’a n m o lt g r a n s e y n o ria :
í'u s es le re y s p e r c u i C a s te la ’s g u ia ,
e ‘1 re y s c u y ta y n A ra g o s p e r re g ir,
e \l re y J a c m e s . M a s n o 'm v o y llo n b la s m a r
si d ic x a n ta n a u q u e s d e lo r a ff a r.

130. R iq u e r , Cerveri de Girona, XXXV, e str. V I, vv. 41-44,


p. 101.
131. Cfr. R iu, H istoria universal, p. 408.
232 Carlos Alvar

Qu'il no donon re, qui'I ver en vol dir,


mas per forga e cambian tol dia
per gran gazayn e per mercadería;
tot or volon gazaynar al partir.
E si car dic fo qu'il fan an pezar,
tro se'n laxen o auran a passar.
L'us es forjaiz tant que no‘s pot jaquir
forjan no do, qu'esters re no daria;
mas forga totz los pus fortz forfaria,
per qu'el m e s pot a la fortja sofrir;
el, forc'es, d'us, tant es uzatz de dar
c'a per torca, l’us de donan auzar132.

[Nuevamente quiero construir un buen verso sobre los


tres ricos reyes que tienen muy gran señorío: el uno
es el rey por quien se guía Castilla, el otro el rey a quien
corresponde regir a Aragón, y el tercero el rey Jaime de
Mallorca. Pero no me vituperen si cantando digo algo
sobre su conducta.
Si se quiere decir la verdad, ellos no dan sino por
fuerza, y todo el día cambian para conseguir gran ga­
nancia y por mercadería; siempre quieren ganar en los
repartos. Y si porque digo lo que hacen sienten pesar,
tendrán que soportarlo hasta que dejen de hacerlo.
El uno es tan esforzado que, forzando, no puede evi­
tar no dar, pues de otro modo no daría nada; pero como
la fuerza forzaría a los más fuertes, él no se puede re­
sistir a la fuerza. Él —fuerza es de la costumbre— está
tan acostumbrado a dar, que tiene, por razón de la fuer­
za, la costumbre de elevar a los demás dando.]

1.25.4 Lo que al com ienzo parecía un ataque se ha


convertido en un elogio, com o el m ism o trovador
advierte:
Eras veray qui sabra meyls chausir,
c'als pus blasmatz al commengar paria
il myls lau satz...133
[Ahora veré quién sabrá discernir mejor, porque a los

132. Cfr. Cerverí de Girona, L X X V III, estr. M U , w . 1-18,


pp. 220-221. ■
133. R iq u e r , Cerverí de Girona, LX X V III, estr. VI, vv. 31­
33, p. 221. La trad u cció n es de R iq u er , op. cit., p. 222.
Castilla y León. Alfonso X 233

más parecerían vituperados al principio los mejor ala­


bados.]

Cerverí de Girona no vuelve a hablarnos de Al­


fon so X.

1.26.1 En 1277 Guiraut R iquier continúa en la cor­


te, pero cada vez canta con m enos ilusión , sin ha­
ber conseguido el prem io que ansiaba cuando llegó
algunos años antes. Como m uestra evidente de su
decepción sirven algunas estrofas de Y v ern s n o 'm
te de chantar embargat:

E si no m’es esta vetz restaurat


per lo valen rey castellan N'Anfos, '
si que semble ben sieus lo gazardos,
de mon chantar, e d'elh penrai comjat;
pero no clamans;
quar trop malestans
dans
seria tant es lauzatz
avutz per mí de vertatz.
No suy acordans,
bos reys, qu’ieu mos chans
lans
vas lunh autre rey: pagatz
ni fuy quinz’ans a p assatz134.

[Y si esta vez no me es otorgado por el valiente rey


castellano don Alfonso el premio que parece debido por
mi cantar, me despediré de él, pero no enfadado; pues
sería una mala acción muy reprobable, ya que ha sido
tan alabado por mí de verdad.
No estoy dispuesto, buen rey, a enviar mi canto para
satisfacer a ningún otro rey, y no he sido pagado desde
hace quince años.]

1.26.2 E ste m ism o año m enciona en otra com posi­


ción al rey; su s palabras no m uestran ningún entu­
siasm o; da la im presión de que continúa en la corte:

134, A l ib f .r t , G uiraut R iquier, e s tr, V-VI, w . 37-50, pp.


201- 202.
234 Carlos Alvar

Del bon rey N ’Anfos volria,


castellar!, grat e iauzir, '
quar m'en tanh per lonc bendir
ver ab amor ses bauziais»,

[Del buen rey castellano don Alfonso querría agrado


y alegría, pues me atañe por una larga y verdadera ala­
banza con amor sin' engaño.]

1.26.3 A com ienzos de 1278 com pone las novas, Tant


p e tit vey prezar, en las que hallam os una gran resig­
nación por parte del trovador, que reconoce haber
pasado junto a A lfonso X m ás de dieciséis años, en
los que le ha dado todo su saber a cam bio de la
honra que el m onarca le han proporcionado; el trova­
dor encom ienda al rey a D ios y parece que se des­
pide:

Et ai de ma tristor
conort e bosaber,
c'ai en luí sol vezer,
co -m laisse Dieus paguat,
que mais de paubretat
no'm cal aver temensa;
si non, non ai plevensa,
qu'el mon m'en assegur.
Dieu prec, que-j rei melhur
de sen e de saber,
de pretz e de poder,
de grat e de lauzor,
de plazer e d’onor
e t cresca bon aiuda138.
[Y de mi tristeza tengo consuelo y agrado, pues en él
tengo p uesta'la vista de cómo satisface a Dios y por
eso no debo tener miedo a la pobreza; si no, no tengo
confianza de nada en el mundo que me dé seguridad.
Ruego a Dios que mejore al rey en sentido, saber, mé­
rito, poder, voluntad, alabanza, placer y honor y le au­
mente la buena ayuda.]

135. Cretre m 'an fag m ey dezir, edic. Molk, Cansos, X X II,


estr. V III, w . 53-56, p. 101.
136. Edic. P faff, G uiraut R iquier, LXXXI, vv. 447-460, pp.
200-201.
Castilla y León. Alfonso X 235

1.26.4.1 N o volvem os a tener m ás noticias que nos


interesen h asta finales de 1280, en que dedica S'tew
ia tro b a t non agües a A lfonso X; en ella, adem ás de
alabar el saber del rey castellano, alude a unas paces
del rey francés y de don Alfonso; a la vez se m en­
ciona una pronta expedición contra Granada y con­
tra Tierra S a n ta 137.

1.26.4.2 La rúbrica del cancionero fecha en diciem ­


b re de 1280 este vers de Guiraut R iquier dedicado
al rey Sabio. La com posición d estaca por hablar de
unas paces entre e l rey de Francia y el castellano y
por una pronta exped ición contra Granada.
Qu’er aug qu'elh e\L rey francés,
don cujav'esser tensos,
veyrem acordar ambdos;
que'l princeps, que senhers es
deis proensals, n’es ausitz,
e crey, qu’en er obezitz,
quar dreytz e patz l'an sabor;
e par qu \ ab nostre Senhor,
o pot tot leu endressar.
Plazer deu al rey engles
lurs acortz, quar sospeyssos
no l’an; e plagra'pi, que y fos
elh e 11 reys aragonés,
qu'ab valor s'es enantitz;
q'usquecx deu esser aizitz
de voler l'acort de lor;
e -l reys N'Anfos per vigor
poira Granada levar 13s,

[Ahora oif*o que a él y al rey francés, que creía que es­


taban enemistados, los veremos hacer las paces, pues el
príncipe que es señor de los provenzales ha sido escu­
chado y ahora creo que le harán caso, pues Je agradan
la razón y la paz y parece que con nuestro señor lo
puede arreglar todo fácilmente.

137. E dic. Pfaff, G uiraut R iquier, X XX IV, P a ra la com po­


sición, vid. § siguiente.
138. Edic. P faff, G uiraut R iquier, X XXIV, e str. III-IV , vv.
19-36, pp. 50-51.
236 Carlos Alvar

Debe gustarle su acuerdo aL rey inglés, pues no tienen


esperanza en él y me agradaría que estuviesen allí él
y el rey aragonés que con el valor se ha alzado; cada
uno debe complacerse en desear el acuerdo entre ellos,
y el rey don Alfonso podrá tomar por la fuerza Gra­
nada,]

1.26.4.3 Ya señaló De B artholom aeis cuál era la cau­


sa de esta enem istad: el infante don Sancho había
usurpado la herencia de los infantes de la Cerda;
contra este acto se levantaron la reina doña V iolante
y los reyes de Aragón y F ra n cia 139. La reconciliación
era ansiada por todos, pero esp ecialm ente por Alfon­
so, que b u scó en el rey inglés Eduardo I — cuñado
suyo— u n m ediador, gracias a la intervención de
M aestro Jofré, notario real que gozaba de las con­
fianzas de don A lfonso y de su hijo. «En los com ien­
zos de ju lio de 1279 unos em bajadores castellanos
llegaron a París. Propusieron que los soberanos de
Francia y C astilla tuvieran una entrevista y solicita­
ron unas rectificacion es de la frontera castellano-
navarra. Felipe III aceptó el entrevistarse con Alfon­
so en B elcaire a m ediados de la cuaresm a del año
1280» wo-. E ste encuentro no llegó a realizarse, pero
las treguas se prorrogaron gracias a E duardo I y a
sus em isarios. A la vez, A lfonso X decidió tom ar
com o intercesor a Carlos de Salerno, hijo de Carlos
de Anjou y prim o del m onarca francés, y así se lo
pide en docum entos dirigidos a Aix-sur-Provence;
Carlos de Salerno se dirigió a París con los em baja­
dores castellanos; Felipe acep tó sus propuestas, fi­
jándose la fecha y lugares para la entrevista que
serían Mont-de-Marsan para el francés y Bayona para
el español el 29 de septiem bre de 1280; Carlos de Sa­
lerno estaría en Dax y llevaría las propuestas entre
los dos reyes 141.

1.26.4.4 A pesar de todo, el rey don A lfonso no llegó

139. D e B a r t h o l o m a e is , Poesie storiche, v o l, I I , p . 284.


140. B a lle s te ro s , A lfo n s o X , p. 923,
141. B allesteros, A lfonso X , p. 924.
Castilla y León. Alfonso X 237

a Bayona hasta finales de d ic ie m b r e 142. E l encuen­


tro no dio ningún resultado; pero antes de que don
A lfonso abandonara Bayona llegó a aquella localidad
la herm ana de Aim eric de N arbona, Margarita, que
había de casarse con e l infante don Pedro, hijo del
rey castellano, en B urgos a com ienzos del año si­
guiente. C reem os que es m ás interesante aún señalar
que en el roes de febrero de este m ism o año (1281) se
casaba en B urgos tam bién el infante don Juan con
Juana de M onferrato, hija d e G uillerm o IV de Mont-
fe r r a to 143. N o era e l m atrim onio de su hija la única
causa de que el m arqués estuviera en Castilla desde
hacía m ás de un año:

B e m p la y q u a r l'o n r a tz m a r q u e s
d e M o n f e r r a t c a b a lo s
a l re y f a p re z e n t jo y o s ;
m a s a n s d e lu y ta l lo p re s ,
q u e 's n 'e s d 'o n o r e n e n titz
e d e p o d e r a fo r titz ;
d o n d e v o n a v e r te m o r
sey e n e m ic , q u 'a b d o lo r
lo s fa s s a b r e u m e n e s t a r 144.

[B ie n m e a g r a d a q u e el h o n r a d o y e x c e le n te m a r q u é s
d e M o n tf e r r a to h a g a u n a le g re p r e s e n te a l re y , p e r o a n te s
lo c o g ió él s e m e ja n te y h a a u m e n ta d o p o r la h o n r a y
f o r ta le c id o c o n el p o d e r, y d el q u e d e b e n te n e r m ie d o
s u s e n e m ig o s p u e s lo s h a r á e s t a r c o n d o lo r m u y p r o n to .]

1.26.4.5 Ya hem os visto cuál era el presente «joios»


que traía G uillerm o IV: su hija Juana que va a ca­
sarse con uno de los hijos del rey; el trovador nos
advierte que antes el m arqués se había llevado un
regalo parecido: creem os que se refiere al m atrim o­
nio de G uillerm o IV con Beatriz, hija del m onarca
castellano, celebrado en 1272.

1.26.4.6 Pero adem ás parece que el m arqués está en

142. B a l l e s t e r o s , A lf o n s o X , p . 928.
143. B a l l e s t e r o s , A lfo n s o X , pp. 933-934.
144. Edic. Pfaff, G utraut Riquier, XXXIV, estr. V, vv. 37-45,
p p . 50-51.
238 Carlos Alvar

la corte pidiendo ayuda m ilitar al r e y 145, que se la


concede:

«Cum vimrn egregium marchionem Montisferati,


generum nostrum karissimum, tanquam filium, re-
mittamus in Lombardiam ad presens, sociatum
trescentis militibus et centum balistariis, ad unum
annum solutis, ad honorem et exaltacionem-ves-
tri et vestrorum precipue, ac omnium aliorum
fidelium et amicorum nostrorum, et inimicorum
ubilibet exterminium et ruinam.»

N o quedaron ahí los regalos del rey, que dio al


m arqués m uchas riquezas, caballos «e m uchas do­
nas».

1.26.4,7 Quedan por explicar unas cuantas alusiones


de m enor im portancia: el «senher deis proensals»
es Carlos de Anjou, padre de Carlos de Salerno, que
tanta parte había tenido en la celebración de estas
vistas. Ya hem os visto, tam bién, por qué le agrada­
rían las paces al rey inglés. Pedro III no está en el
encuentro de Felipe II y Alfonso X por su enem istad
con Castilla; Guiraut Riquier querría que se hallara
en Bayona — habiendo firm ado la paz, por tanto— ,
pero ni el rey aragonés ni el castellano llegarían a
un acuerdo hasta e l 7 de m arzo en Campillo. La
cam paña de Granada había com enzado, desafortuna­
dam ente, con el suceso de M o d ín (m es de junio de
1280); ju stam en te un año m ás tarde se vuelven a reu­
nir las fuerzas — guiadas por los infantes— , que
arrasan la Vega. Los granadinos solicitaron la paz 147.

1:26.4.8 Más oscura resulta la estrofa sexta:

145. Al regreso d e Castilla, el m arq u és em prendió «guerra


co n tra los Turrianos, yendo a la vuelta de Milán. O cupa
Lodi y pelea con sus enem igos cerca de Bavero». Los vence
a finales de ju n io de 1281, cap tu ran d o 800 prisio n ero s. (Ba­
l l e s t e r o s , A lfonso X , p. 935.)
146. D ocum ento dado en B urgos el 27 de feb rero de 1281,
publicado p o r B a llestero s , A lfonso X , pp. 933-934.
147. B allesteros , A lfonso X , p p , 941-943.
Castilla y León, Alfonso X 239

Tug aquist fag me son guitz


d’est vers far, tant vey aizitz
Christias del Salvador
servir, sol van per s'amor
la Sancta Terra cobraras.
[Todos estos hechos me son guía para hacer este ver­
so, pues veo, alegre, a tantos cristianos servir al Salva­
dor, que sólo por su amor van a conquistar Tierra Santa.]

No ten em os n oticia de que hubiera ninguna cru­


zada en aquel m om ento; el trovador se hace eco se­
guram ente del sen tir general, tras la frustrada expe­
dición de San Luis (1270). En 1272 se firm aron pa­
ces con el sultán de Palestina. La cruzada siguiente
fu e predicada por N icolás IV, tras la caída de Trí­
p oli en poder de los turcos (1289).
La com p osición se cierra con el envío a A lfonso X,
a quien alaba, com o es habitual.

1.26.5 E n 1284 m urió e l rey castellano. Su recuerdo


pervive en el trovador que m ás tiem po estu vo a su
lado. En 1286, G uiraut R iquier no halla e n su m em o­
ria ningún nob le que lo honrara m ás que aquel m o­
narca:
Anc pus perdei l'onrat rey píen d'amor
de Castella N'Anfos, non ayc senhor
que'm conogues ni.m saubes tant honrar,
que m'en pogues de vergonha cessar149.
[Desde que perdí al honrado rey lleno de amor, don
Alfonso de Castilla, no tengo señor que me conozca ni
que sepa honrarme tanto, ni que me pueda hacer parar
por vergüenza,]

1.27 E s é ste el últim o canto que entona Guiraut Ri­


quier en honor a A lfonso X. El trovador m orirá seis
años m ás tarde en su ciudad natal. P od em os con­

148. Edic. Pfaff, G uiraut R iquier, X X X IV , e str. VI, vv. 46­


50, pp. 50-51. .
149. Jam ais non er h o m en est m o n grazitz, edic. Pfaff,
G uiraut R iquier, XLV, e str. IX, w . 61-64, p. 69.
240 Carlos Alvar

cluir el estudio de este poeta observando, de acuer­


do con lo que hem os expuesto, que creem os que no
hay m otivo para m odificar las fechas de los cancio­
neros; por otra parte, pensam os que habría que si­
tuar la estancia de Guiraut Riquier en Castilla en­
tre 1269-1270 y 1280-1281 15°. En estos diez o doce
años de perm anencia en la corte castellana, el trova­
dor com puso veintiocho poesías — que nos han lle­
gado— relacionadas con Alfonso X; sin em bargo, son
m uy pocas — tres tan sólo— las que hacen m ención a
acontecim ientos de la época. En ninguna hem os ha­
llado nom bres de nobles, ni topónim os (si exceptua­
m os los que aparecen en estas tres poesías) y, ni si­
quiera, el infante don Sancho es llam ado por su
nom bre. Podem os afirm ar que G uiraut Riquier, más
que a la corte de Castilla, estaba vinculado a su m o­
narca.

1.28 Además de todas las com posicion es que hem os


visto, debem os relacionar otras, cuyas fechas d esco­
nocem os, con e l rey A lfonso X.

1.28.1 E l prim er problem a nos lo plantea Mon chan­


ta r vueil retraire al cuminal, donde hay una estrofa
dedicada a los señores que deben ser tenidos com o
ejem plo:
De totz los reys ten hom per pus cabal
lo rei N'Amfos, tan fay sos faitz grazir,
e deis comtes selh de Rodes chauzir
fai sa valor e son pretz natural,
e deis prelatz selh de Memde, que’l trieu

150. D isentim os de Anglade (G uiraut Riguier, p .169), que


piensa que n u estro tro v a d o r ab andonó p osiblem ente E sp añ a
en 1279, Nos parece evidente que G uiraut R iquier se h allaba
en la co rte castellana en diciem bre de 1280, cuando com puso
S ’ieu ja trobat non agües, pues e s tá e n tera d o de todos los
hechos relacionados con la paz franco-cas Lellana. C onstitu­
yen p a ra n osotros u n a incógnita las alusiones que hace —dos
veces d istin tas— al tiem po que lleva sirviendo al rey, quince
y dieciséis años, respectivam ente. No sabem os qué carga de
verdad puede h ab er en estas afirm aciones, ni a qué se re ­
fiere.
Castilla y León. Alfonso X 241

sec drechamen e despen gen lo sieu, '


e deis baros son fraire, tan valen
son tug síey fag e siey captenem en151.
[De todos los reyes se tiene al rey don Alfonso como
el de más juicio, tanto hace que se aprecien sus actos;
entre los condes, el de Rodes hace distinguir entre su
valor y su mérito natural; entre los prelados, el de Mem-
de, que'sigue rectamente el camino y gasta con genero­
sidad lo suyo; entre los nobles, su hermano, tan valiosos
son todos sus actos y su conducta.]

1.28.2 Lavaud, al estudiar a Peire Cardenal, conside­


ra esta estro fa com o apócrifa, pues aparece en un
solo m anuscrito (el C), y porque corta la continuidad
de la idea central del sirven lés, in sertán dose de m a­
nera forzada. N o obstante, Lavaud pien sa que es de
Peire Cardenal, aunque no sea éste su lu g a r 152. Mahn,
por su parte, la incluye entre las obras de Raim on
de C a ste ln o u 153.

1.28.3 Por lo que se refiere al rey N ’A m fos es d ifí­


cil averiguar si es A lfonso V III o A lfonso X , por tan­
to, la fecha oscila entre los treinta y ocho años que
van desde la m uerte del prim ero (1214) a la subida
del trono del segundo (1252), Milá pien sa que se trata
del h ijo de Fernando I I I 154.

1.29 D aude de Pradas en una de sus m ejores com ­


p osicion es hace una com paración que —aunque no
tenga m ayor im portancia— puede darnos idea del
concepto que se tenía sobre la riqueza del rey caste­
llano (se trata, tal vez, de A lfonso X):
Non sap de dompnei pauc ni pro
qui del tot vol sidonz aver.
No es dompneis, pois torn'a ver,
ni cors s'i ren per guizerdo.

151. L avaud, Peire Cardenal, LX, e s tr. V II bis, vv. 1-8,


p . 397.
152. L avaud, Peire Cardenal, p . 397.
153. M a h n , W erke, II I, p . 286.
154. M i l í , De los trovadores, p . 181.
242 Carlos Alvar

Aja-, ii om anel o cordeiia,


e cuich, n'esser reis de Chastella.
Pro es dompneis d'amor veraia,
si joias pren e, qan pot, baia;
e -l sebreplus teigna merces
en thezaur, e n o‘.n done g e s 155.
[No sabe ni poco ni mucho de galantería quien quiere
tener completamente a su dama. No es galantería si se
convierte en verdad y el cuerpo se entrega a cambio de
galardón. Tenga un anillo o cordón y créase con ello ser
rey de Castilla. Suficiente galantería es en el amor ver­
dadero si recibe joyas y si, cuando puede, besa; y el
resto consérvelo la piedad atesorado y no lo dé.]

Creo que es im posible dar una fecha segura a esta


canción.

1.30 B ertrán Carbonei dedica a A lfonso X una tor­


nada que se aparta de las corrientes:
Reis castelas, yeu aug dir a la gen ■
gran ben de vos, per qu’ieu vos fas prezen
de ma chanso, e s’alcus fols no fos
qúe m c.n tengra per ioglar, vira vos 15S.
[Rey castellano, oigo decir a la gente muchas cosas'
buenas de vos, por lo que os ofrezco mi canción, y si
no fuera por algún loco que me tomaría por juglar, me
volvería a vos.]

H em os dicho que esta tornada se aparta de los


habituales envíos; efectivam en te, el trovador alaba
al rey, sin em bargo, no le prom ete la visita porque
esto podría perjudicar su reputación de trovador.
E s interesan te tener en cuenta este texto en un m o­
m ento en que las d iscu sion es entre trovadores y ju­
glares eran tan abundantes que hicieron necesarios
unos estatu tos com o los de Guiraut R iq u ie r 157 para
delim itar la term inología exacta.

155. R i q u e r , L os trovadores, CIX, 326, e str. IV, vv. 3140,


p. 1548.
156. Aissi com sel, A p p e l , Inédita, p. 64, estr. V II, vv.
45-48. '
157. Cfr. infra, § 2.2.1, de e s te m ism o capítulo.
C astilla y León. Alfonso X 243

No p oseem os datos para establecer la fecha de


esta com posición.

1.31 Otra de las p oesías dedicadas a A lfonso X, y


que ofrecen dificultades de datación, es un sirven-
tés de Pons Barba escrito, al parecer, en la corte cas­
tellana: j
Que vout es de sus jos,
qu'en la cort del rei n'Anfos
c'a'ps de nos era fons de dos,
vesem qu'em vengut em perdos,
que rend’e dos dan a garsos
d’aisso que degran dar a nos:
per que fan, donan, d'un dan dos
c'als auls dan e tolon ais bos l 58.
[Todo está revuelto, pues a la corte del rey don Alfon­
so, que en nuestro provecho era fuente de dones, vemos
que hemos venido en vano, pues dan a los muchachos
las rentas y los regalos que deberían damos a nosotros:
y así hacen, al dárselo, de un daño dos, ya que dan a
los malos y quitan a los buenos.]

N o es la prim era vez que oím os una acusación de


e ste tipo. E n la estrofa siguiente a Ja que hem os
transcrito, el juglar anuncia al rey de Aragón que
se vuelve a su corte.
E s im p osib le otorgarle, una cronología segura.
M ilá 159 piensa que el rey aragonés es Alfonso II, lo
cual nos llevaría a establecer una fechación tem pra­
na y a identificar, por tanto, al rei n'Anfos con Al­
fo n so V III de C astilla o A lfonso IX de León, Jean­
roy 160 corrige a Milá y se inclina por Jaim e I com o
destinatario del sirventés y, por consiguiente, el rey
castellan o es A lfonso X . M enéndez P id a l161 no se
m uestra tan seguro de que se trate del Conquistador.
S ólo pod em os señalar — com o ya h em os dejado ver—

158. S irven tes non es leíais, edic. Jeanroy, «Inédites de


Paris», IV, estr, V, w . 33-40, p. 474.
159. M i l á , De tos trovadores, pp. 406-407.
160. J e a n r o y , « Inédites de París», p. 488.
161. M e n é n d e z P i d a l , Poesía juglaresca, p. 142, n. 22.
244 Carlos Alvar

que no es e l único juglar o trovador que recrim ina la


falta de generosidad de un rey castellano, pero estas
acusaciones son especialm ente violentas al final del
reinado de Alfonso X: bástenos recordar — entre
otros m uchos— a G uiraut R iq u ie r 162.

1.32 Por últim o, debem os señalar que Izarn Mar­


ques, trovador del que no se sabe absolutam ente
nada, dirige su única com p osición conservada a un
rey castellano:

Al re y n 'A n fo s, q u e c o r o n a r
s a p si d 'o n o r , e y v ie u m e rc e s ,
e t a -l p r e t z d e l m o n t r a s t o t p re s ,
e v a l m a y s c 'o m n o n p o t p e s s a r,
d o m a c h a n s o , c a r so s se n s e s ta n g ra n s
q u 'e l es Iarcx , p r o s , fra n c x , h u m ils , g en p a r la n s
t a n q u e n o l v a l n u lh s re y s q u e sia n a tz ,
s 'a v ia -l p r e tz d e to tz lo s tr a s p a s s a tz .

D el re y n 'A n fo s c a s te lla e s v e r ta tz
t c t q u a n n 'a y d ig , c m a n s b e s a s s a z a t z 163.

[Al r e y d o n A lfonso , q u e se s a b e c o r o n a r d e h o n o r y
q u e se a lim e n ta d e P ie d a d y h a c o g id o el M é rito d e to d o
e l m u n d o , y v a le m á s d e lo q u e se p u e d e p e n s a r , a él
le d o y m i c a n c ió n , p u e s es ta n g ra n d e s u b u e n se n tid o ,
q u e p o r é l es g e n e ro s o , n o b le , fra n c o , h u m ild e , d is c re to ,
ta n t o q u e n o lo v a le n in g ú n re y q u e h a y a n a c id o a u n ­
q u e tu v ie r a el v a lo r d e to d o s lo s a n te p a s a d o s .
E s v e r d a d to d o lo q u e h e d ic h o d e l re y d o n A lfo n so
el c a s te lla n o , y m u c h o s b ie n e s ric o s.]

N o hay ningún elem ento que nos perm ita fechar


la com posición; no sabem os qué m otivos im pulsaron
a Jeanroy a pensar que el rey castellano era Alfon­
so X 164.

162. Cfr., p o r ejem plo, Grans afans &s ad h o m e vergonhos


o Fies e verays e pus ferm s, que no suelh, am b as son de
1274.
163. S'ieu jo s ta savts en am ar, edic. Appel, Inédita, pp.
168-169, estr. V I-V II, vv. 41-48 y 49-50.
164. J e a n r o y ^ Poésie lyrique, II , p. 387.
C astilla y León. Alfonso X 245

2.1 H em os v isto m ás arriba cóm o se prestaba Al­


fonso X a m antener encuentros p oéticos con otros
trovadores, a v eces sobre tem as tan poco líricos com o
el que le planteaba, en los prim eros años de su reina­
do, Arnaut C a ta la n lfi5; m ucho m ás im p ortan tes que
este p a r tim e n t son las com p osiciones de N'At de
M ons y de Guiraut R iquier, en las que plantean al
rey Sabio sendas cu estion es sobre la in fluencia de los
astros en el destin o del hom bre y acerca de los
n om bres de juglares y trovadores.

2.1.1 C om enzarem os analizando la larga ep ístola que


dirige N'At de M ons a Alfonso X para que dictam ine
en ciertos p untos de astrología judiciaria. P odem os
dividir los 1.244 versos de que con sta la súplica de
la siguiente m anera: la com posición se abre, com o
es habitual en este tipo de obras, con la c a p ta d o
benevoleníiae del rey Alfonso (versos 1-145); a con­
tinuación, el exordium , en el que se nos expresa el
tem a (versos 46-64), y, después, com ienzan las argu­
m entacion es con toda clase de pruebas (declaratio
rationalis y c o n jirm a tio scripturalis): com ienza la de­
fen sa de la pred estinación de la vida hum ana (ver­
so s 65-170); a ésta se oponen los que defienden el
libre albedrío (versos 171-745); de nuevo tom an la pa­
labra los que piensan que la cond ucta hum ana se
halla m arcada por el signo de los astros (versos 746:
830); replican, otra vez, los que creen' que el hom ­
b re es libre en todas su s accion es (versos 831-1.077);
pero sus argum entos son rechazados por los que ven
una relación clara entre el curso de las estrellas y el
d estin o de la persona y piden al rey A lfonso que
juzgue (versos 1.078-1.120); por últim o, intervienen
los defen sores del libre albedrío, que tras recapitu­
lar (perorado) se avienen a la sentencia del m onarca
castellan o (versos .1.121-1.244).

2.1.2 A lfonso X debe determ inar la in flu en cia de los


a stros en el d estin o del hom bre y así lo hace, con el

165. C fr. supra, §§ 1.2.1 y ss.


246 Carlos Alvar

m ism o esquem a m étrico, en una respuesta de 814


versos.
La respuesta del rey Sabio tam bién se ciñe a las
d isposiciones retóricas en boga 166. Comienza con la
intitulatio (versos 1.245-1.259), en la que enum era sus
posesiones; continúa con el e xordium (versos 1.260­
1.308), en el que, de nuevo, replantea el tem a y pre­
senta las distintas argum entaciones; antes de dar el
veredicto, el rey —o trovador— cree necesario defi­
nir claram ente cada térm ino de los em pleados para
evitar con fu sion es (versos 1.309-1.353):

Per que prem ieyram ens


vos volem dem ostrar
per entendre pus ciar,
qu'es astres ni qu’es fatz
ni vers predestinatz;
pueys direm d'aventura
e de cas sa n a tu ra 167.
[Y por eso, en prim er lugar, os querem os dem ostrar
para que se com prenda de m anera m ás clara, qué está
marcado, qué es hadado o verdaderam ente predestina­
do; después hablarem os de la ventura y de su natura­
leza.]

E ntram os después en la dispositio, en la que Al­


fonso X ofrece nuevos argum entos con esp íritu re­
conciliador (versos 1.354-2.034), y, por últim o, pasa a
la s a n d io , con la que se cierra la com posición (ver­
sos 2.035-2.059).

2.1.3 Son num erosos los problem as que plantea esta


suplicatio, paralelos en parte a los que plantean las
obras de este m ism o género de Guiraut R iquier de­
dicadas al rey de Castilla: fecha, participación del
m onarca, etc.
Por lo que a la fecha se refiere, debem os señalar
que el soberano se titula:

166. C fr. B ru y n e , Estética Medieval, II, pp. 15 y ss.


167. Edic, B e rn h ard t, N'At de Mons, I, vv. 1309-1315.
Castilla y León. Alfonso X 247

R eys deis Rom as, regens


lo regne de Castela,
Tolet'e Com postela,
Sabeli'e Leo,
Cordoa, la regio
de Murcia, Ieyen,
l’Algarab, reys apen
Granad’et Alamaria
e l ’autr’Andalucia 108.
[Rey de R om anos, reinando en el reino de Castilla,
Toledo, Com postela, Sevilla, León, Córdoba, la región de
Murcia, Jaén, Algarbe, rey prácticam ente ya de Granada,
Alem ania y el resto de Andalucía.]

2.1.4 Parece claro que e l títu lo de «rey de Murcia»


sólo se lo puede aplicar el rey castellan o tras la su ­
m isión d efinitiva de esta ciudad, gracias a la ayuda
prestada por Jaim e I, a com ienzos de 1266 169. Si te­
tem os en cuenta que Alfonso X cede el Algarbe a don
D ionís, hijo de A lfonso III de Portugal y n ieto del
m onarca castellano, en un docu m ento del 16 de fe­
brero de 1267 y en otro del 7 de m ayo del m ism o
a ñ o 170, parece evidente que debem os situar la fe­
cha de redacción de esta obra en el año que va de
la tom a de M urcia a la cesió n d el Algarbe y que coin­
cide —a grandes rasgos— con 1266. Sin em bargo,
este argum ento n os vale de poco, ya que en la De-
claratio de Guiraut Riquier, escrita con toda seguri­
dad en 1275, el m onarca se titula «reys per q u e-s cap-
dela lo bos regne d ’Algarbi»; debem os, pues, m anejar
esto s datos con toda precaución. Quizá nos sirva
com o térm ino ante qu em el que N ’At de M ons lo con­
sidere aún con posibilidades para adquirir la corona
im perial; recordem os que A lfonso X renunció a sus
derechos en m ayo de 1275 ante el Papa Gregorio X
en B elcaire m . Lo m ás prudente sería situar la obra

16S. E dic. B ern h ard t, N 'A t de M ons, I, vv. 1251-1259. In ­


troducim os algunas correcciones p ed id as p o r el sentido: le-
yen (v. 1256) en Ieyen y Alam anha (v. 1258) en Alam aria, de
acuerdo, adem ás, con la rima,
169. B a l l e s t e r o s , A lfonso X , pp. 397-398.
170. B allesteros , A lfonso X , p p , 420-425.
171. C fr. B a llester o s , A lfonso X , pp. 728-732,
248 Carlos Alvar

de N ’At de M ons entre 1266 y 1275. Concuerdan estas


fechas — a grandes rasgos —con las de las observa­
ciones astronóm icas que se llevaban a cabo en Tole­
do para la elaboración de las Tablas alfonsíes y con
las de algunos tratados de astrología judiciaria es­
critos en la escuela del rey S a b io 172.
Por lo que se refiere a la participación del rey en
estas obras, ya hablarem os m ás adelante m .

2,2.1 Adem ás de la extensa ep ístola de N'At de Mons,


se ha conservado otra sup lic a d o dirigida a Alfon­
so X , y que, com o aquélla, obtuvo respuesta del m o­
narca. N os referim os a la Suplicatio y D eclarado de
Guiraut Riquier: son dos textos doctrinales con un
total de 1.257 versos en los que el trovador expone
a A lfonso X la injusticia que representa que sean
llam ados con e l m ism o nom bre todos los que inter­
vienen en el en tretenim ien to del público. E stas dos
com posiciones — de 1274 la Suplicatio y de 1275 la
D eclarado— m uestran, desde el interior m ism o de la
tradición poética m edieval, las relaciones entre auto­
res y ejecutantes, sien do una fuente de m áxim a im­
portancia no sólo para el conocim iento del «espec­
táculo» en las cortes, sino tam bién para com prender
la conexión de la p oesía provenzal con la caste­
llana 174.
Tanto la S u p lic a d o com o la D ecla ra do son dos tex­
tos didácticos, y para ellos, Guiraut Riquier escogió
la form a epistolar: «en la m ezcla de poesía de cir­
cunstancias y de disertación teórica que la epístola
suponía se pudo sistem atizar m ejor su pensam iento
y su m odo de expresión» 17&. Al igual que el texto de
N'At de Mons, la Suplicatio de G uiraut Riquier sigue
el planteam iento de sus argum entos de acuerdo con

172. Vid,, por ejemplo, D eyerm o n d , E dad Media, pp. 166­


167.
173. Cfr. infra, § 2.2.1, de este m ism o capítulo.
174. B e r t o l u c c i , La suplicatio, pp, 15-16. En nuestro apén­
dice se puede encontrar el texto íntegro de la Suplicatio y
de la Declarado.
175. C l a v e r í a , L a s e p ís to la s , p . 127.
Castilla y León. Alfonso X 249

unos cánones retóricos m uy precisos. En prim er lu­


gar, aparece la c a ptaíio benevolentiae, que se des­
arrolla a lo largo de casi cien versos, en los que el
trovador se presen ta al auditorio; a continuación, en
la narratio, estab lece lo que d ebem os considerar la
argum entación, basada en el análisis de la sociedad
que le rodea: está dividida en seis categorías, que
son — siguiendo la jerarquía— los clérigos, caballe­
ros, burgueses, m ercaderes, artesanos y cam pesinos.
Cada una de estas categorías está dividida por dis­
tintos nom bres, según la dignidad de los que la ocu­
pan, y así, los clérigos se llam an Papa, cardenales,
arzobispo, ob isp os, abades, priores, etc.; o bien, los
caballeros son em peradores, reyes, condes, duques,
m arqueses, vizcon d es... A ninguno que haya llegado
arriba le agrada ser llam ado con el nom bre de un
inferior. De acuerdo siem pre con las preceptivas, la
narratio se desarrolla in generali e in speciali: cons­
tituye el cuerpo central de la com posición y se ex­
tiende hasta el verso 668. Aquí entram os en la peti-
tio: de acuerdo con su exp osición , Guiraut Riquier
señala que habiendo d istintas clases de juglares —y
no sien d o igual la dignidad de todos ello s— debería
haber nom bres diferen tes para distinguirlas. Es ésta
la parte fundam ental de la obra y, sin em bargo, abar­
ca — tan sólo— 167 versos. En la conclusio el trova­
dor p id e perdón por haber sido dem asiado prolijo,
saluda al rey y le pide que no olvide el asunto.

2.2.2 Según C la v ería 176, G uiraut Riquier se ajusta


a una idea tom ista; el trovador parece referirse a
la im i ta d o D ei al dividir la sociedad: es una sociedad
basada «sobre la división del trabajo y distin ción de
los oficios»; en ella «la idea del hom bre va siem pre
acom pañada de los atributos de su actividad y de su
significación esp ecial en su estado. En ese orden so­
cial y jerárquico, cada uno de ello s tien e su nom bre,
y tam bién s u s ' esp eciales m isiones, trabajos y de­
beres».

176. C l a v e r í a , L us ep ísto la s, p. 132.


250 Carlos Alvar

2.2.3 La D eclaratio tam bién se ajusta a las reglas


retóricas. En prim er lugar presenta la invocatio: el
rey se encom ienda a la San tísim a Trinidad. A conti­
nuación, com o si se tratara de un docum ento oficial,
viene la datatio: «l'an la nativitat / de Crist M. e CC /
LXXV correns, / e l m es de jun h issen», pero no que­
da ahí el paralelism o con los docum entos oficiales;
a continuación viene la intitulatio: rey de Castilla,
Toledo, León, Galicia, Sevilla, Córdoba, Murcia, Al-
garbe y Jaén. Con la dispo sitio entra en materia; es
el equivalente de la p e titio en la Suplicatio y en ella
señala el rey que hay varios nom bres según la acti­
vidad de los juglares. Alfonso X va definiendo cada
clase de juglar, pero para ello se b asa —al princi­
pio— en un análisis etim ológico, que abandona m ás
tarde al estab lecer las distintas categorías y los dis­
tintos nom bres de los juglares y señalar que en E s­
paña es m ás frecuente marcar la diferencia entre
ellos que en Provenza, donde se confunden norm al­
m ente las d istin tas clases. D espués, en la s a n d io ,
dice qué nom bre se le debe dar a cada tipo, pero no
cree que estos nom bres lleguen a extenderse por
tod o el reino: n o obstante, recom ienda a los nobles
y a los que les guste hablar bien que los utilicen de
m anera correcta. Por últim o —conclusio— , después
de encom endarse a D ios, se despide porque tiene
asuntos graves que solucionar. Los nom bres propues­
tos por el m onarca son recogidos por el trovador:

Cilh que fan lur afar


e per tot van vilmen,
desvergonhadam en
lurs esturm ens tocan,
ais fazen o cantan 330
per plassas e per vías
e de nueitz e de dias
vivon a deshonor,
c'an dezir e sabor
de percasses m enutz, 335
e non es conogutz
en lor sens ni bon grat(z)
ab que sian assatz
sert en calque saber,
C astilla y León. Alfonso X 251

per lur vil captener 340


sian nomnat bufón:
car a ren no so bon,
bos noms non lur cove.
E tug silh que de re
d’azaut sabot uzar 345
o d'esturmens tocar
o de cantar o d’als,
on befag es ben sais,
gent nourit e cortes,
qu'entre bonas gens es 350
d'estar lurs volontatz,
cort seguen, es assatz
razos leus per proar .
que sian dig joglar,
estiers deis trobadors. 355
So son aquel que-1 cors
sabon de faire coblas
e de far dansas doblas
e sirventes valens,
albas e partimens 360
e trobar motz e sos,
qui d’als lunhas sazos
en cortz no s'entremeton,
o dizon lur saber. 365
Aquist per dreg dever
sian dig trobador,
e sian dig doctor
de trobar li valen
c'ab saber et ab sen
fan verses e cansos
e d'autres trobars bos
profichans e plazens
per bels ensenhamens,
et er lur faitz pro clars17T. 375
[Los que hacen su trabajo y van por todos los sitios
vil y desvergonzadamente tocando sus instrumentos, ha­
ciendo otras cosas o cantando por plazas y caminos, de
noche y de día viven en deshonra, pues desean y les gus­
tan menudas ganancias, sin conocerse en ellos ni senti­
do ni buen grado, y no son diestros en ningún conoci­
miento, éstos, sean llamados por su vil conducta bufo­

177. Declara tío texto según Bertolucci, La suplicado, w .


326-375, pp. 107-108.
252 Carlos Alvar

nes: ya que no, sirven para nada, no les hace falta buen
nom bre. Todos los que saben usar una cosa hábilm en­
te, o saben tocar instrum entos, o cantar, u otra cosa,
donde el bienhacer esté a salvo, bien cuidado y cortés-
m ente, ya que su voluntad es de estar entre buenas
gentes, siguiendo las cortes, es razón bastante fácil para
aprobar que sean llam ados juglares, son distintos de los
trovadores. E stos son los que saben hacer con el cora­
zón coblas y dansas doblas, atrevidos sirventeses, albas,
partiments y saben trovar palabras y sonido y no se ocu­
pan de ninguna otra cosa en la corte, sino en enviar o
decir su saber a los valientes. Estos, por justo saber,
sean llam ados trovadores y sean llam ados doctores de
trovar los dignos que con saber y sentido hacen versos
y canciones y otras com posiciones buenas, provechosas
y agradables, con bellos ensenhamens y sus hechos se­
rán bastante fam osos,]

2.2.4 E n tre lo s n o m b re s q u e van a n alizan d o el tro ­


va d o r y el rey se e n cu en tra n va rio s q u e llam an la
a ten ció n y q u e h an sid o estu d ia d o s en d iv ersa s o ca ­
sio n e s. A sí su ced e, p or eje m p lo , co n lo s tragitadors
(p restid ig ita d o r es) 178, lo s contrafcizedors (im ita d o ­
res) 179, re m e n d ado rs (r e m e d a d o r e s )180, cazuros (ca­
zu rro s), etc.; p ero p o sib le m e n te lo s q u e han h ech o
co rrer n iá s tin ta h an sid o lo s segriers (seg reles),
q u e se g ú n la d e fin ic ió n d ad a p or C arolina M ich a élis
e s el trovad or q ue va d e c o r te en co rte, in terp reta n ­
do su s' p ro p ia s ca n cio n es; es, p u e s, un grad o in ter­
m e d io e n tr e e l trovad or y el ju g la r y p arece ser q u e
só lo e x istía en la s c o r te s h is p á n ic a s la l. El térm in o
h a crea d o n u m e r o sísim o s p ro b lem a s q u e aún está n
sin r e s o lv e r 182, T am p oco es p roven zal — segú n G ui­
raut R iq u ier— o tr o tip o d e ju g la res, q ue v iven h a ­
c ien d o el lo c o y so n lla m a d o s, en L om b ard ía, b u ­
fones 163.

178. Cfr. M e n é n d e z P id a l , Poesía juglaresca, p, 22.


179. Cfr. M e í é .n u e z P i d a l , Poesía juglaresca, p. 22, n . 2.
180. Son los que M enéndez Pidal (o p . cit., p. 22) llam a «Re­
m edadores».
181. Vid. D 'H eur, T roubadours d'oc, pp. 214 v ss.
182. C f r . B e r t o l u c c t , í,<i su p p lica tio , pp. 36-45, y D 'H eur,
T r o u b a d o u rs d'oc, p. 216, n. 4,
183. C fr. M e n é n d e z P id a l, Poesía juglaresca, p. 23.
Castilla y León. Alfonso X 253

2.2.5 A sim ple vista, podríam os pensar que estas


com p osicion es didácticas plantean tan sólo proble­
m as term inológicos; sin em bargo, hay que adm itir
que en el fond o subyace una cu estión económ ica,
com o ya señaló B ertolucci:
II p rocesso é il m edesim o che contem poránea­
m ente porta nella Francia del Nord all'istituzione
del m enestrello, il quale si presenta com e ultim o
prodotto (e insiem e com e reazione) di una m oda
che, im ponen do intrattenitori di ogni tipo presso
le fam iglie nobili o ricche, aveva provocato un con-
siderevole aum ento degli appartenenti a questa
categoría [...] Tra i provenzali é significativo il
fatto che Cerveri de Girona giunga in sostanza ad
avere un p osto fisso alia corte di Aragona ls4.

Guiraut no d esea otra cosa; al m enos eso parece


d educirse de un análisis profundo del texto: pide
una situ ación estab le en la que se pague adecuada­
m ente a cada uno de acuerdo con la distracción que
proporciona y con la función pedagógica que cum ­
p le 1B5.

2.2.6 . Otro de los problem as que se han planteado


los estu d iosos de estas piezas ha sido la participación
de A lfonso X en esta s com p osicion es, tanto de N ’At
de M ons com o de Guiraut R iquier. Anglade piensa
que el m onarca no só lo indicó el tem a, sin o que lo
im puso: el trovador lo ha desarollado con la facili­
dad que le es habitual, tratándolo con auténtico inte­
rés 186. N o p ien sa lo m ism o B ertolucci; señala que
en Las P artidas hay dictadas severas m edidas contra
los juglares y, aunque el m ism o Guiraut reconozca
que el tem a le ha sido sum inistrado por el propio
rey, B ertolucci afirm a que la parte que resp ecta a
A lfonso X en las dos «súplicas» co n sistió p osib le­
m ente en haber d iscu tid o e l argum ento y haber auto­

184. B e r t o l u c c i , La suplicatio, p . 23.


185. B e r t o l u c c i , La suplicatio, p . 23.
186. A n c l a d e , Guiraut Riquier, p . 151
254 Carlos Alvar

rizado a que fuera e s c r ito 157. El único dato seguro


que poseem os es que en el m om ento de la com posi­
ción de la Declaratio el rey se hallaba en Belcaire en­
trevistándose con el Papa.

3.1 Term inarem os resum iendo lo expuesto hasta


aquí.
1) B onifaci Calvo debe ser considerado com o el
prim er trovador que visitó la corte de Alfonso X, a
quien le dedica seis canciones, adem ás de tres im­
portantes sirven teses en los que im pulsa al rey a in­
vadir Navarra y Gascuña. Todas estas com posiciones
fueron escritas entre 1252 y 1254, cuando Bonifaci
Calvo se hallaba en la corte alfonsí.
2) Por estas fechas debatía con el rey castellano
el trovador Arnaut Catalan.
3) B ernart de R ovenac elogia a A lfonso X en un
sirventés de crítica a todos los reyes de Occidente.
D ebem os situar la elaboración de esta obra a fina­
les de 1253.
4) Guilhem de M ontanhagol dedica al m onarca de
Castilla cuatro de las catorce poesías suyas que nos
han llegado; en una de ellas se nos presenta al hijo
de Fernando III com o joven aún (o com o rey recién
nom brado), lo que hace conjeturar que debe ser de
1253 ó 1254; por otra parte, hay una clara alusión al
«fecho del Im perio» en otra de estas cuatro m u es­
tras, situándonos antes de 1258; es p osib le que el
trovador visitara la corte entre 1253 y 1258.
5) R aim on de Tors dedica un sirventés com pleto
a los intereses im periales de A lfonso X, a quien con­
sidera m uy por encim a del candidato inglés (1257).
6) Perseval Doria no cree que lleguen a enfrentar­
se en un encuentro arm ado los dos candidatos, pues
el rey castellan o se halla m uy preocupado con las
luchas de Granada, com o señala en un sirventés de
finales de 1258.
7) Cerverí parece aludir, en 1259, a las continúas
rebeliones de la nobleza de Aragón y de Castilla.

187. BERTOLUCCI, L a s u p lic a tio , p . 25.


Castilla y León, Alfonso X 255

8) Un trovador d esconocido recrim ina al rey de


Castilla por haber prestado oíd os, y por seguir p res­
tándoselos, a con sejeros ineptos (1261).
9) B ertrán d'Alamanon censura la falta de digni­
dad de los candidatos al Im perio y les advierte que
el Papa no se pronunciará, pues le interesa seguir re­
cibiendo dinero de las dos partes. En otras de sus
com posicion es anuncia que se m archa a Castilla. Es
posible que estas dos poesías fueran escritas en la
corte de Alfonso X entre 1260 y 1265.
10) Paulet de M arselha visitó el reino castellano
entre 1262 y 1266, com o parece dem ostrar el torne-
ja m e n que cruza con Guiraut R iquier y con otros
trovadores: esta pieza es p osterior al viaje de Paulet
y anterior al de Guiraut Riquier.
11) R aim on de Tors alude al m onarca castellano
y al «fecho del Im perio» en una estrofa oscura de
finales de 1264 o com ienzos de 1265.
12) Luquet G atelús pone por m odelo de valor a
A lfonso alrededor de estas fechas.
13) Guiraut R iquier com ienza a interesarse por la
corte de Castilla en 1265, cuando envía una carta a
Amalric, que se encontraba en este reino, y en la que
pide que sea su introductor ante el m onarca.
14) En otra com p osición de este m ism o año ase­
gura Guiraut R iquier que se va a trasladar al lado
de A lfonso X.
15) Luquet G atelús apoya a Ricardo de Cornwall
y ataca al rey castellan o en su s p retension es im pe­
riales (entre 1267 y 1268). .
16) Guiraut R iquier elogia en 1268 a A m alric y
al m onarca, pero aún sigue en Narbona.
17) B ertolom e Zorzi dedica este m ism o año un
planh a Federico de Austria y a Conradino de S ici­
lia, a la vez que im plora a A lfonso X para que inter­
ceda por la liberación del infante don E nrique, pri­
sionero de Carlos de A njou desde la derrota de Ta-
gliacozzo (1268). '
18) Cerverí de Girona visita Toledo entre e l 23 de
abril y el 9 de jun io de 1269, pues está atestiguado
256 Carlos Alvar

en el séquito del infante don Pedro, junto al trova­


dor F olquet de Lunel y otros juglares. Durante este
viaje, Cerverí com pone su Cango de Santa Marta, tal
vez influido por la fam a del rey-poeta, al que alude
por su interés en ceñir la corona de hierro. Quizá
haya que considerar a Alfonso com o uno de los re­
yes citados por C erve/í en el Vers estr ay n.
19) M ientras tanto, Guiraut R iquier sigue envian­
do sus obras a la corte. S e conservan dos poesías
suyas de 1269 en las que e l viaje parece inm inente;
en ellas m anifiesta cierto tem or al fracaso.
20) En 1270 Cerverí lam enta la decadencia m ili­
tar castellana y la h egem onía francesa. En otro sir­
ventés de este m ism o año, el trovador critica a Al­
fonso por no haber liberado al infante don Enrique.
21) Guiraut R iquier parece que se halla en la cor­
te a partir de 1270: desde esta fecha son continuos
los elogios que dirige al rey de Castilla; las alaban­
zas durarán varios años.
22) F olquet de Lunel, uno de los trovadores que
fueron en el séq u ito del infante don Pedro de Ara­
gón a Toledo en 1269, dedica un sirventés a Alfon­
so X en el que defiende sus derechos a la corona
im perial (1272-1273).
23) Guiraut R iquier continúa al lado del m onarca
castellano, al que le pide algo m ás que sim p les elo­
gios en varias com posicion es anteriores a 1274.
24) N'At de M ons escribe por estas fechas (des­
pués de 1266) una larga ep ísto la en la que pide al
rey que dictam ine acerca de la influ en cia de los as­
tros en la conducta hum ana. La com posición va
acom pañada de la respu esta real.
25) En 1274 fecha Guiraut R iquier su Suplicatio,
en la que ruega a Alfonso X que arbitre algún m edio
para que se distingan los trovadores de los juglares.
La con testación del rey castellano es del año si­
guiente.
26) Guiraut R iquier com pone ocho poesías en
1276, todas ellas en elogio al m onarca de Castilla,
aunque ya se deja ver cierta decepción.
Castilla y León. Alfonso X 257

27) Cerverí alude en otras tres com p osicion es al


rey don A lfonso y a los problem as que tien e con la
nobleza.
28) En 1277 aún se puede afirm ar que Guiraut
R iquier se encuentra en la corte: cada v e z s e m u es­
tra m ás d ecepcionado con respecto a don A lfonso,
a quien alude en d os com p osiciones.
29) G uiraut R iquier escrib e unas novas a com ien ­
zos de 1278 en las que al parecer se d espide del rey.
30) E n 1280 alaba este trovador, de nuevo, al m o­
narca castellan o y anuncia ciertas exp edicion es con­
tra Granada y Tierra Santa.
31) Guiraut Riquier recuerda a su p rotector en
1286, dos años después de que m uriera.
32) Hay una serie de com posicion es, cuya fecha
se desconoce y que p osiblem ente deben pon erse en
relación con A lfonso X. E sto ocurre con Mon chan­
tar vueil retraire a l cuminal, atribuida a Peire Car­
denal y a R aim on de C astelnou, y con una canción
de Daude de Pradas.
33) B etran Carbonel y Pons Barba dedican dos
com p osicio n es al rey, pero la fecha es im p osible de
determ inar.
34) Por últim o, Izarn M arques dirige su única
poesía conservada a un rey castellan o llam ado don
A lfonso, pero no se puede identificar con seguridad
si se trata de A lfonso V III o de A lfonso X.
3.2 A esta lista de nom bres y fechas debem os aña­
dir, aún, algunas precisiones: en los treinta y dos
años que duró el reinado del hijo de Fernando III,
son aproxim adam ente quince trovadores los que alu­
den de m anera segura al m onarca, con u n total de
alrededor de sesen ta com p osiciones. De tod os ellos,
parece ser que, por lo m enos siete, visitaron la corte:
B on ifaci Calvo (entre 1252 y 1254), G uilhem de Mon­
tanhagol (entre 1253 y 1258), Bertrán d'Alam anon
(entre 1260 y 1265), Paulet de M arselha (entre 1262
y 1266), Cerverí de Girona y Folquet de Lunel (en
1269), y G uiraut R iquier (desde 1269 ó 1270 hasta
1280 ó 1281).
258 Carlos Alvar

E s m uy p osib le que tam bién visitaran la corte Ar­


naut Catalan y N ’At de M ons, pues m antuvieron diá­
logos con el rey.
Com o era previsible, el tem a m ás tratado por los
trovadores contem poráneos de Alfonso X es el «fe­
cho del Im perio», que es objeto de varias com p osi­
ciones de seis trovadores: G uilhem de M ontanhagol,
Raim on de Tors, Perseval Doria, B ertrán d'Alama-
non, Luquet Gatelús y Folquet Lunel. A este tema
hay que añadir la presencia del infante don Enrique
en las obras trovadorescas, y qu e será o b jeto de
nuestro próxim o capítulo.
Los sucesores de Alfonso X. La Nobleza 259

IX
LOS SUCESORES DE ALFONSO X. LA NOBLEZA

1. La m u erte del infante don Fernando de Ja Cerda


(1275), prim ogénito de A lfonso X, planteó un grave
problem a en Castilla. Al parecer, la nobleza apoyaba
a Sancho, segundo hijo del m onarca, b asándose en
la tradición, m ientras que un os pocos consideraban
que la corona debía recaer sobre el m ayor de los in­
fan tes de la Cerda, h ijos de don Fernando, com o ha­
bía sido determ inado en Las Partidas. Los enfrenta­
m ien tos duraron hasta el día m ism o de la m uerte de
A lfonso X (1284).

1.1.1 El in fante don Fernando es citado por los tro­


vadores en d os ocasiones. La prim era p ertenece a
Foiquet de Lunel, quien en un sirventés dedicado a
A lfonso X , defendiendo sus derechos al Im perio, di­
rige una tornada al infante castellano:
Mon sirventes, Bemart, leu, ses fadia,
en Castella portatz a Don Ferran;
e digatz li que’.s tenh’ades denan
que es ni d’on, e fara bona via
[Llevad, Bemart, mi sirventés, pronto y sin espera, a
Castilla, a don Femando, y decidle que tenga siempre
presente qué es y de dónde procede, y hará buen ca­
mino.]

1. A l b o n re y q'&s de p r e t z car, edic. R i q u e r , L os tro v a ­


d o res, CX, 327, estr. V III, vv. 53-56, p. 1555. La trad u cció n
tam b ién e s d e R iquer.
260 Carlos Alvar

E ste sirventés ya había sido ob jeto de nuestro es­


tudio, cuando analizábam os las relaciones de los tro­
vadores con A lfonso X 2; señalábam os allí que Fol­
quet de Lunel fue uno de los trovadores, que habían
visitado la corte en Toledo acom pañando al infante
don Pedro de Aragón.
Por lo que resp ecta a la fecha del sirventés, tam­
bién habíam os indicado en el m ism o lugar que se
debía situ ar esta com p osición entre 1272 y 1273.

1.1.2 La otra referencia que he encontrado relacio­


nada con e l infante don F em an do se halla en la obra
de Cerverí de Girona, trovador que, com o Folquet
de Lunel, tam bién visitó la corte castellana en Tole­
do. E fectivam ente, en el T esta m en t que com puso
Cerverí a fin ales de 1274 hay una estrofa en la que
entre otro s n ob les aparece el infante castellano:
e laix a don Ferrando altretant bastamen,
car no'm donet armes n e-m fe altre presen,
mas sos frayres me det selles, veetirs molt g en 3.
[Y dejo a don Fernando lo suficiente con otro tanto,
pues no me dio armas ni me hizo otro regalo, pero su
hermano me dio sillas y vestidos muy bonitos.]
Más adelante nos ocuparem os, de nuevo, de esta
com posición, cuando estu d iem os la nobleza en tiem ­
pos de A lfonso X.

1.2.1 Más escasas aún son las alusiones a Sancho IV.


N o hay ningún m otivo para pensar que el so s frayres
que aparece ju n to al infante don Fernando en el Tes-
ta m e n t de Cerverí se refiere a don Sancho, porque
puede hacer referencia a cualquier otro h ijo de Al­
fon so X; por el m ism o m otivo, nada im pide que pu­
diera tratarse de don Sancho.

1.2.2 E ntram os en terreno m ás firm e al analizar un


son eto de Paolo Lanfranchi da Pistoía, única com po­

2. Vid. supra, V III, §§ 1.23.1 y ss,


3. E dic. R iq u e r , Cerveri, CXIX, estr. XIV, w . 148-150,
p. 377. --
Los sucesores de Alfonso X. La Nobleza 261

sición suya en provenzal. En el últim o terceto hay


una alusión a los reyes d'Espangna:
Seigner es de la térra e de la mar,
per que i rei engles e sil d’Espangna
ne varran mais, se'ls vorres ajudar4.
[Sois señor de la tierra y de la mar, por lo que el
rey inglés y aquellos de España valdrán más, si los
queréis ayudar.]
En prim er lugar, señalarem os que el son eto se ha
fechado en el m es de octubre de 1285, poco después
de la retirada de los franceses que intentaron invadir
Cataluña y poco antes de la m uerte de Pedro el Gran­
de. Por otra parte, hem os de tener en cuenta la alu­
sión al rei engles y a los reyes de E spaña, que, sin
lugar a dudas, es m otivada, aunque no llegam os a
saber qué fu e lo que im p ulsó al trovador para que se
expresara así: tanto Sancho IV com o Eduardo I de
Inglaterra se habían aliado con Pedro III contra los
franceses, pero no sabem os qu é con d icion es había
por m edio. Por últim o, no cabe duda en lo que res­
pecta al prim er verso de los que h em os reproducido:
Paolo Lanfranchi se hace eco no sólo de los éxitos
del rey aragonés, sino tam bién de las victorias de su
alm irante R oger de Lauria en el M editerráneo.

2.1 La nobleza en este período de la historia de Cas­


tilla fue esp ecialm en te rebelde y levantisca. El ejem ­
plo m ás claro lo tenem os en el infan te don Enrique.

2.1.1 H abía nacido don E nrique en 1230 y era hijo


de Fernando III y de Beatriz de Suabia; en esta fe­
cha, el heredero, don A lfonso, contaba ya nueve años.
D esde época m uy tem prana se m an ifestó cierta ene­

4. Valenz senher, rei deis aragonés, edic. R i q u e r , L os tro­


vadores, C XV II, 355, 2.o te rc e to ( vv. 11-14, p. 1665. La tra d u c -1
ción tam b ién es de R iquer. Sin em bargo, hay a b u n d an te s
dato s acerca de los ju g lares de Sancho IV; M enéndez Pidal
publica en su Poesía juglaresca varios frag m en to s tom ados
de la H istoria de Sancho IV de Castilla, de M ercedes Gai-
b ro is de B allesteros (vid. Poesía juglaresca, pp. 385-387).
262 Carlos Alvar

m istad entre los dos herm anos, pues a com ienzos


de 1246 tuvieron un choque al no querer rendirle
hom enaje don E n r iq u e 5; sin em bargo, el prim er en­
frentam iento arm ado de don A lfonso y del infante
no tuvo lugar h asta 1255. En octubre de este año lu­
chó en M orón contra las fuerzas reales m andadas por
Ñ uño de Lara y Rodrigo A lo n so 6; el infante rebelde
fue derrotado y se refugió en Valencia, y luego en
Barcelona, donde se puso bajo la protección de Jai­
m e I, en em istad o por entonces con A lfonso X; pero
a com ienzos de 1256 firm aron las paces esto s dos
reyes, por lo que don Enrique se trasladó a Ingla­
terra, donde fue acogido con benignidad; allí se puso
en contacto con el conde de Provcnza, Carlos de An-
jou , al que prestó una gran sum a de dinero. Algunos
años m ás tarde, en la prim avera de 1260, don Enri­
que desem barcó en Túnez; R aim on de Tors se en­
carga de com poner un sirventés en el que presenta
al nob le castellan o ante el sultán Al-Mustansir:
P e r l'a v in e n p a s c o r
qez a d u z fu e ilh a e flo r,
a i a l c o r ta l d o u s s o r
q u e n o m p u e s c p lu s s o f rir
d 'u n s e r v e n te s b a s t i r
q u e c h a n t e n B a r b a r ia
m o s p riv a tz . O -n p o t d ir
a l r e i q e te n B ogia:
q e v e ili d o n E n ric ,
o n s e r á n a u t e ric
tu t sie i c o ra l a m ic
e m o r t sie i e n e m ic 7.

[ P o r la h e r m o s a P a s c u a q u e t r a e h o ja y flo r, te n g o
e n e l c o ra z ó n ta l d u lz u ra , q u e n o p u e d o s o p o r ta r m á s
el h a c e r u n s irv e n té s q u e c a n te e n B e r b e r ía m i p riv a d o .
P u e d e d e c ir e s to a l re y q u e tie n e B u g ía : q u e p r o t e ja a
d o n E n riq u e , p o r lo q u e s e r á n e n s a lz a d o s y e n riq u e c i­
d o s to d o s s u s q u e rid o s a m ig o s y m u e r to s s u s e n e m ig o s.]

5. B a llester o s , Alfonso X , p p . 108-109.


6. B a l l e s t e r o s , A lfo n s o X , p . 117.
7. P e r l'a v in e n p a s c o r , e d ic . PARDUCCI, R a im o n de T o rs,
V I , e s t r . I , w . 1-12, p . 41. .
Los sucesores de Alfonso X. La Nobleza 263

E l sirven tés ha sido estudiado con cierto d eten i­


m ien to por Riqu-a-, igual que las dem ás com p osicio­
n es dedicadas ai infante don E n r iq u e 8, de m anera
que no profundizarem os m ucho en este aspecto. De
todas form as, querem os señalar que R aim on de Tors
term ina e l sirven tés dirigiéndose a Al-Mustansir:
Lo reí onrat e ric
de Tunise prezic
qe ll'onrat don Enric
retenga per am ic9.
[Al h o n r a d o y r ic o re y d e T ú n e z a c o n s e jo q u e r e te n g a
a l h o n r a d o d o n E n r iq u e c o m o a m ig o .]

Parducci fechó este sirventés de R aim on de Tors


com o p erten ecien te a los prim eros m eses de 1260 J°.

2.1.2 M ientras tanto, Carlos de Anjou conquistaba


tierras en Italia gracias a la sum a que le había pres­
tado el infante castellan o, que le perm itió reorganizar
sus fuerzas y llegar h asta R om a (en 1265). D on En­
rique esperaba que el conde de Provenza le diera al­
gunas tierras de las que había conquistado con su di­
nero y por este m otivo se trasladó a Italia, pero
Carlos de Anjou no sólo no le dio tierras, sino que
se negó a pagarle la deuda que tenía. A partir de este
m om ento será inevitable la enem istad entre Carlos
y don E nrique u .

2.1.3 La deuda era un asunto del dom inio público;


así Calega Panzan, rico com erciante genovés, en su
único sirventés conservado en el que ataca a Carlos
de Anjou y al clero güelfo alude dos veces al in­
fante castellano:
Si Don Enríes volgues lo sieu cobrar
del rei Carie, prestes li‘l remanen,

8. Cfr. R iq u e r, II signifícalo político, pp , 289-304.


9. E dic. P arducci , R aim on de Tors, V I, e s t r . V I, v v , 61­
64, p . 43,
10. Cfr. P arducci, R aim o n de Tors, p p . 11-12.
11. B a l l e s t e r o s , A lfonso X , p p . 461 y s s .
264 Carlos Alvar

e pois fora pagatz de bel nien,


qe l comte fei de FJandres aquitar,
qant ac vencut, d'ufan'e de bauzia,
qe d'autr'aver sai qe non pagaría;
q'escars fo coms e reis cobes dos tanz,
e non preza tot lo mon sol dos ganz.
Si Don Enrics fo traitz per clercia
ni per francés chiflatz, ben si deuria
venjar d'amdos e non es ser duptanz
de baissar els e lur faitz mal estanz i 2,
[Si don Enrique quisiera recuperar lo suyo del rey
Carlos, aunque le prestara lo que le queda sería pagado
con absolutamente nada, porque cuando hubo vencido
al conde de Flandes lo retribuyó con arrogancia y con
traición, pues sé que no le hubiera pagado con otra mo­
neda. Pues tacaño fue cuando era conde y {ahora que
es) rey es dos veces más codicioso, y no estima a todo
el mundo en dos guantes.
Si don Enrique fue traicionado por la clerecía y por
los engañadores franceses, debería vengarse de todos
ellos y no dudar en abatirlos a ellüs y sus malas ac­
ciones.]

E sta com posición ha sido fechada por Jeanroy y De


B artholom aeis entre los m eses de abril y m ayo del
año 1268.

2.1.4 En agosto de 1268 se enfrentaron los güelfos


y los gibclinos en Tagliacozzo: ven ció Carlos de An-
jou, haciendo prisioneros a Conradino de Sicilia, a
Federico de A ustria y al infante don Enrique. Los
dos prim eros fueron decapitados p úblicam ente en oc­
tubre de este m ism o año. La suerte del noble caste­
llano fue distin ta 13.

2.1.5 Ya en capítulos anteriores hem os señalado que


Carlos de Anjou encarceló al infante; d ebem os pre­

12. A r es sazos c'om si deu alegrar, edic. R io u e r , Los tro­


vadores, CXX I, 360, estr. V II y X, vv. 49-56 y 73-76, pp. 1684­
1685, La traducción tam bién es de R iquer.
13. B a llestero s , A lfonso X , p p . 470-475.
Los sucesores de Alfonso X. La Nobleza 265

cisar ahora que prim ero lo tuvo en Canos s a y d es­


pués en Santa María del M onte en las Puglias.
La reacción literaria no se hizo tardar; fueron
n um erosísim os los poetas que escrib en versos —en
latín, italiano, alem án, francés, provénzal, gallego-
portugués, etc.— acordándose del su ceso. N os lim ita­
rem os a hablar, tan sólo, de los provenzales.

2.1.5,1 La prim era poesía trovadoresca relacionada


con la derrota de Tagliacozzo es e l planh que escri­
bió B ertolom e Zorzi al enterarse de la ejecu ción de
los dos cabecillas gibelinos:
Hai! com vivon tyes et aleman,
s'inz el cor an d'aquest dan sovinenza?
Quar tot Iur mieill en estz dos perdut an
e gazaignat an gran desconoissenza,
que, si plazenz no s venjon demanes,
aunit viuran; tan fon Karles enics
qu'el se gardet que visques don Henrics
e mortz cozens a fort ant'alberges
estz bars, quar sap espaingnols d’aut corage,
e per far dir qu'el no si dupt ges
en far aunir tant honrat seingnorage 14,
[¡Ay! ¿Cómo viven tudescos y alemanes, si guardan
dentro del corazón el recuerdo de este daño? Pues lo
mejor de ellos han perdido en estos dos y han ganado
gran desconcierto, de modo que, si inmediatamente no
se vengan gustosamente, vivirán avergonzados. Carlos
fue tan inicuo que procuró que viviera don Enrique y
que con gran deshonor la escocedora muerte, albergara
a estos (dos) barones, pues sabe a los españoles de alto
ánimo, y para divulgar que él no teme nada sumir en
la vergüenza tan honrada dinastía.]
Adem ás de dejar traslucir su gib elinism o — com o
el de Italia, en general— , B ertolom e Zorzi se m u es­
tra adm irador d el infante don E nrique, asom brán­
d ose de q ue Carlos de A njou no haya acabado aún
con él; la ú nica traba que ve es que conoce el valor
de los espaingnols — térm ino con e l que se designa

14. Si-l m ortz fo n d a s , edic. R iq u e r, L os tro v a d o re s , CVI,


323, estr, V, vv. 45-55, p. 1533.
266 Carlos Alvar

en este m om ento a los castellanos— . El trovador no


puede resistir tantas hum illaciones y por eso cree
n ecesario im plorar ante A lfonso X, para que inter­
ceda por su herm ano:
Heí, franca genz, lur mort pensatz ades
e quc\s dirá, se-.us sofretz tal outrage;
e be s’albir N'Anfos, qu'onratz reis es,
si laiss'aunir son frair'en tal estage 15.
[¿Ay, noble gente!, pensad constantemente en su muer­
te y en qué se dirá si soportáis tal ultraje; y don Alfon­
so, que es honrado rey, recapacite bien si deja avergon­
zar a su hermano en tal situación.]

2.1.5.2 En la corte aragonesa tam bién preocupó la


prisión de don Enrique, com o dem uestra el hecho de
que por lo m enos tres trovadores del séq uito del
infante don Pedro (III) alzaran sus. voces por la li­
bertad del castellano; fueron Paulet de M arselha,
Cerverí de Girona y Foiquet de L u n e l1G.
Paulet de M arselha pide in sisten tem en te a Alfon­
so X que libere a su hermano:

I Ab marrimen et ab mala sabensa


vuelh er chantar, si totchans no m ’agensa,
quar valors a prcza gran dechazensa
e paratges es mermatz en Proensa,
et ai enic 5
mon cor per la preizo del pros N'Enric.
II Ben deu esser marrida tota Espanha,
e Roma tanh e co ve be que plan ha
lo senador franc de bella companha,
lo plus ardit de Burc tro en Alamanha. 10
A! trop falhic
quascus qu'el camps laisset lo pros N'Enric.
III Tug l'Espanhol del Gronh tro Compostelha
devon planher la preizo que ges belha
non fo ni es d'En Enríe de Castelha, 15
el reis N'Anfos, que tan gent se capdelha

15. R iquer, L os tro v a d o re s, CVI, 323, estr. VI, vv. 56-59,


p. 1534.
16, C f r . R iq u e r , I I s ig n if i c a t o p o lític o , p p . 299 y s s .
Los sucesores de Alfonso X. La Nobleza 267

. ab sen antic,
deu demandar tost son fraire N'Enric.
IV Alaman flac, volpilh, de frevol malha,
ja lo vers Dieus nous aiut ni vos valha, 20
quar a N'Enric falhitz a la batalha.
Aunid' avetz Alamanha ses fajha,
malvais mendic,
quar sol laissetz el camp lo pros N'Enric.
V Que per valor e per noble coratge 25
mantenia N ’Enricx l’onrat linhatge
de Colradi ab honrat vassatatge,
el reis N ’Anfos ab son noble barnatge,
quez al cor ric,
deu demandar tost son fraire N'Enric. 30
VI No tanh a rei, quez a tan ric coratge
quol reis N ’Anfos e tan noble barnatge,
lais estar pres home de son linhatge.
Dones elh nos trie _
que no deman tost son fraire N’Enric. 35
VII Recrezensa faran e voJpilhatge
tug l'Espanhol, silh que son de paratge,
si'n breu de temps no fan tal vassallatge
don sion ric,
e paupre silh que tenon pres N'Enric 17. 40
[I,—Con tristeza y con mal sabor quiero cantar ahora,
aunque el canto no me agrada, pues el valor ha adqui­
rido gran decadencia y el mérito ha sido mermado en
Provenza y tengo enfadado mi corazón por la prisión
del noble don Enrique.
II.—Muy triste, debe estar toda España y también le
atañe a Roma y conviene que llore al franco senador de
compañía agradable, el más valeroso desde Burgos^ has­
ta Alemania. ¡Ay!, mucho erraron todos los que dejarop
en el campo al noble don Enrique.
III.—Todos los españoles desde Logroño hasta Compos­
tela deben lamentar Ja prisión, que ni fue ni es bella,
de don Enrique; y el rey don Alfonso, que tan gentil­
mente se comporta con juicio maduro, debe reclamar
pronto a su hermano don Enrique.

17. Ab marrimen et ab mala sabensa, edic. L evy, Pauleí


de Marselha, V I I , c o m p l e t a , p p , 279-280.
268 Carlos Alvar

IV.—Alemanes, débiles, cobardes, de débil malla, que


no os ayude ni os valga el verdadero Dios, pues aban­
donasteis a don Enrique en la batalla, habéis humillado
a Alemania sin excepciones, malvados infames, que de­
jasteis solo en el campo al noble don Enrique.
V.—Don Enrique mantenía, por valor y por noble co­
razón, el honrado linaje de Conradino con humilde va­
sallaje; el rey don Alfonso con su noble comportamiento,
ya que tiene un corazón generoso, debe reclamar in­
mediatamente a su hermano don Enrique.
VI.—No corresponde a rey de tan liberal corazón como
el rey don Alfonso y de tan noble corazón (no corres­
ponde) que deje estar preso a un hombre de su familia.
Nos engaña si no reclama inmediatamente a su herma­
no don Enrique.
VII.—Harán villanía y cobardía todos los españoles, los
nobles, si en poco tiempo no dominan —con lo que se
harían ricos— y empobrecen a los que tienen preso a
don Enrique.]

2.1.5.3 F olquet de Lunel dedica un sirventés a la


defensa de los derechos im periales de A lfonso X , apo­
yándose en los deseos de varias ciudades ita lia n a s18;
en la estro fa VI critica al Papa y pide la liberación
de don Enrique:
E q u ii Papa pogues citar
a major de se, fora bo,
quar del rey N'Anfos no vol far
e del rey Carie bon perdo; .
e qu’om rendes N’Enric, qu'ora seria,
e l’Emperi non estes pus vacan,
e pueis, ab totz los reys que baptism'an,
anes venjar Jhesucrist en Suria19.

[Y estaría bien que alguien pudiese citar al Papa ante


otro mayor que él ya que no quiere dar buen perdón al
rey don Alfonso y al rey Carlos; y que se devolviera a
don Enrique, que ya es hora, y que el Imperio, no estu­
viera más vacante; y, luego, con todos los reyes bauti­
zados, fuera a vengar a Jesucristo en Siria.]

18. Cfr. supra. VIII, §§ 1.23.1 y ss.


19. Al bon rey q'es reys de pretz car, e d ic . R iq u e r , L os
trovadores, CX, 327, e s t r . VI, w , 41-48, p. 1554, '
Los sucesores de Alfonso X. La Nobleza 369

N o e s n ecesario repetir ahora lo que hem os dicho


m ás arriba acerca de este sirventés, dirigido al in­
fante don Fernando, prim ogénito de A lfonso X.

2.1,5.4 El tercero de los trovadores que estand o jun­


to al infante don Pedro se acuerdan de don Enrique
es Cerverí de Girona: con m ás violencia que su s com ­
p añeros p ide la intervención de Alfonso X, del in­
fante Pedro de Aragón y de Eduardo de Inglaterra
para que presionen sobre Carlos de Anjou a favor
de don E nrique, en un sirventés (Pus li rey Laxon la
ley) que, com o el de Paulet de M arselha, cierra cada
estrofa con el m ot-refranh «N ’Anric»; Cerverí ataca
en prim er lugar ai rey de S icilia, causante de grandes
revueltas en la cristiandad:

Tal playt fes le reys francés


on tuit crestia, paubr'e ric,
an dan pres e -n son repres.
Anc mala vi, Caries l'enic!,
qui l'a u n i e ‘l desxausi;
be-1 deu tener per son amic,
qui l'auni e 'l desxausi;
s'anta e la mort de N'Anric 20.

[Tal querella armó el rey francés que todos los cris­


tianos, pobres o ricos, han recibido daño o son repren­
didos. ¡En mala hora vi al inicuo Carlos, que lo afrentó
y lo insultó!; bien lo debe tener por amigo suyo, pues
soportó y toleró su vergüenza y la muerte de don En­
rique.]

A continuación, incita a Alfonso X a que ataque a


Carlos de Anjou, pero el rey castellan o no m uestra
ningún interés:
Si tan fos que-1 reys N'Amfos
volgues baxar son enemic,
compaynos agrá tais dos
no n ac tais ab rey Lezoic.

20. E d ic . R iq u e r , Cerverí, X XX VI, estr. II, vv. 9-16, p . 103.


270 Carlos Alvar

Mas no m par c'o vuylla far,


ans y perdria mon presic;
c’ab cagar per sojornar
oblida son frayre N'Anric2!.

[Si ocurriera que el rey don Alfonso quisiese humillar


a su enemigo, tendrá tales dos compañeros como no los
tuvo el rey Luis, Pero no me parece que lo quiera hacer,
antes bien, perdería m i prédica, pues cazando, para so­
lazarse, olvida a su hermano don Enrique.]

Creem os que son varios los m otivos por los que


el rey castellano no quiere enfrentarse con Carlos
de Anjou: en prim er lugar, debem os tener en cuenta
que aún no se ha resuelto el «fecho del Imperio»;
A lfonso X ha repetido en varias ocasion es que no
apoyará a los gibelinos; un ataque contra los güelfos
—representados por Carlos de Anjou— le restaría
partidarios. Por otra parte, la prisión del infante era
un alivio para el m onarca castellano, pues hallaba
cierta tranquilidad por la ausencia de su herm ano,
cabecilla de los rebeldes que se le enfrentaron años
atrás en M onzón.
La alusión al rey Luis —Luis IX de Francia— com o
m uerto sirve de térm ino p o s t quem, para concretar
la fecha de este sirventés 22; según Riquer, los dos
com pañeros con que contaría el rey castellan o si qui­
siera enfrentarse con Carlos de Anjou son el rey in­
glés — Eduardo I— y el infante don P e d r o 23, a quie­
nes el trovador dedica sendas estrofas en la m ism a
com posición. Más oscura resulta la identificación
del Federico que aparece en la tornada:

N o-n esper grat ne do per


aquest chan mas d'En Frederic,
c'ab plazer dic desplazer
ais reys, can no cobren N ’Anrich 2*.

21. R iq u e r . Cerverí, X XXVI, estr, II I, v v . 17-24, p . 103.


22. El rey francés m u rió en 1270.
23. Cfr, R i q u e r , Cerverí, p. 105, n. 19.
24. R iq u e r , Cerverí, XXXVI, estr. VI, vv. 41-44, p, 104.
Los sucesores de Alfonso X. La Nobleza 271

[Por este canto sólo espero agradecimiento y dávida de


don Federico, porque gustosamente digo cosas desagra­
dables a los reyes porque no libertan a don Enrique.]

R iq u e r 25 señala que posib lem en te se trate de Fe­


derico, duque de Turingia y nieto de Federico II;
n osotros n os atreveríam os a sugerir que podría tra­
tarse del infante don Fadrique, herm ano del rey cas­
tellano, que a la vez que don E nrique actuaba en
R om a fue a Sicilia «aguardando una coyuntura para
pelear contra Carlos de Anjou» 26.

2.1.5.5 A pesar de todos esto s sirventeses, don En­


rique continuó m ucho tiem po en la prisión. Algunos
años m ás tarde, en 1273, Austorg de Segret critica
a Carlos de Anjou en N o sai q u i 'm so, tan sui des-
conoissens, sirventés en el que evoca la figura dei
infante castellano:

Ar aura ops proez' et ardimens


a N ’Audoart, si vol Haenric venjar,
qu'era de sen e de saber ses par,
e tot lo mielhs era de sos parens,
e, si reman aras d'aisso aunitz,
n o j laissaran ni cima ni razitz .
francés de sai, ni forsa ben garnida,
si sa valor es de pretz desgarnida27.

[Ahora serán necesarias la audacia y el valor de don


Eduardo si quiere vengar a don Enrique, que no tenía
par en cuanto a sentido y sabiduría y era el mejor de
sus parientes. Y si ahora se avergüenza de esto, los
franceses no le dejarán ni cima ni raíz aquí ni fortaleza
bien guarnecida si su valor se desguarnece de mérito.]

No es la prim era vez que un trovador habla del


infante castellano com o si estuviera m uerto. Recor­
dem os q ue Cerverí de Girona recrim inaba al rey de

25. RlotlER, Cerverí, p. 105, n. 42.


26. Cfr, B a l l e s t e r o s , Alfonso X , p. 465.
27. Edic. R. L a v a u d , Austorg de Segret, e s t r . IV, w . 25­
32, p. 576, y N otes complementaires, pp. 129-130.
272 Carlos Alvar

Francia el que perm itiera a Carlos de Anjou que lo


insultase y que dejara m orir a don E n r iq u e 28.

2.1.5.6 E l últim o testim onio que h em os hallado acer­


ca del infante prisionero es una alusión contenida en
un sirventés de autor anónim o, que se ha fechado
en 1275 y en el que adem ás de elogiar al infante Pe­
dro de Aragón censura al rey Alfonso X por no ha­
berse preocupado m ás en liberar a su hermano:
Gia non cugei que m 'aportes ogan
nova razón a far un serventes
m ain croi barón e sil cui Castel'es,
chui falh bon pretz ed onor desenansa,
car s H lassa son fraire en turmens,
ben laissara el chuzin e i s parens;
m al bruit de tais per tuit li m on se lansa 29.
[Ya no pensaba que este año m e darían una nueva
razón para hacer un sirventés los m uchos nobles m al­
vados y aquel de quien es Castilla, al que le faltan el
buen m érito y abandona al honor y ya que deja a su
herm ano en el torm ento, bien dejará a su prim o y a sus
parientes; acerca de tales personas, se extienden por el
m undo m alas palabras.]

2.1.6 Pero la liberación no le llegaría a don Enrique


hasta casi vein te años m ás tarde. En 1294 está
docum entado en la corte de su sobrino Sancho IV.
M urió el 11 de agosto de 1303. Si aceptam os el testi­
m onio de M enéndez Pidal, el infante castellano,
que llegó a ser senador de Rom a, se vio rodeado
de juglares hasta el día m ism o de su m uerte; en
las vistas de Ariza, en las que varios nobles caste­
llanos, d escon ten tos con Fernando IV se entrevis­
taron con Jaim e II de Aragón, se p resen tó don
Enrique con «dos juglares llam ados el uno Pedro y
el otro D om ingo Agensio, juglar de vihuela; pero en
cam bio llevaba seis soldaderas de a caballo y dos de

28. Cír. supra, IX, § 2.1.5,4.


29. Gia non cugei, edic. J e a n r o y , Un sirventés anonyme,
estr. I, vv, 1-7, p. 2. El chuzin es Pedro de Aragón ( J e a n r o y ,
op. cír., p. 5.).
Los sucesores de Alfonso X. La Nobleza 273

a pie, María Ibáñez, Sancha Gongálbez, M aría Sotil,


etcétera» 30,

2.2.1 Acabarem os este capítulo dedicado a la n ob le­


za en tiem p os de A lfonso X, estudiando una curiosa
com p osición de Cerverí de Girona; nos referim os al
T e sta m e n t h um orístico que hi 2 0 a finales de 1274 y
en el que cita a n um erosos person ajes im portantes:
los albaceas son Jaim e I, el infante don Pedro, Al­
fon so X y R am ón Folc de Cardona; los nobles here­
deros son nu m erosísim os, pero llam an la atención
los nom bres de una estrofa:
A'N Garcia d'Urtis laix un anap d'argen,
e vestirs e diners qué'm donet francamen;
e -N Manuel la sella ab man crestalt penden;
a-.N Sanxo Tarcabisbe laix trenta sous valen;
e laix a don Fferrando altretant bastamen,
car no m donet armes ne m fe altre presen,
mas sos fray res me det selles, vestirs molt gen.
A’N Nuno laix vint sous e com te-! romanen;
a-N Lop Dies tres canes que pres ab gran tormén.
Entre‘.ls autres d'Espanya laix tot lo bell nien
mas lo Reys, qu'es cortes e coneix e en ten 31.
[A García de Ortiz dejo un vaso de plata, y vestidos
y dinero que me dio liberalmente; a Manuel, la silla con
colgajos de cristal; a Sancho el arzobispo dejo treinta
valiosos sueldos; y dejo a don Fernando lo suficiente
con otro tanto, pues no me dio armas ni me hizo otro
regalo, pero su hermano me dio sillas y vestidos muy
bonitos. A Ñuño dejo veinte sueldos, y que cuente el
resto; a Lop Diez, tres canas (de tela) que logró con
gran apuro. A los otros de España no les dejo nada (?)
más que al Rey, que es cortés, conoce y comprende.]

2.2.2 V am os a intentar identificar a todos estos n o­


bles: en prim er lugar, Garcia d'Urtis (v. 144) parece
ser García Ortiz de A2 agra, vasallo de Jaim e I 32;

30 M e n é n d e z P id a l, P o e s ía ju g la r e s c a , p p . 196-197,
31. R iq u e r , Cerverí, CXIX, estr. XIV, vv. 144-145, p . 377.
32. Así lo identifica tam bién L labrés en su E stu d i H isíó-
rich i literari s o b r c l C anfoner deis co m tes d'Urgell (B arce­
lona, 1907), p . LX X II; vid. tam bién B a llesteros , A lfonso X,
p . 669.
274 Carlos Alvar

todos los dem ás parecen castellanos: En Manuel


(v. 146) podría ser el infante don M anuel, herm ano
de A lfonso X y padre de don Juan Manuel ^ Sanxo
ia r c a b is b e (v. 147) es el hijo de Jaim e I, arzobispo
de Toledo, m uerto en 1275 en un encuentro con los
b e n i m e r i n e s don Fferrando (v. 148) es el prim o­
génito del rey castellano, m uerto, tam bién, en 1275,
cuando iba a luchar contra los m usulm anes; sos
frayres puede ser cualquier infante; En. Nuno (v. 151)
parece ser Ñ uño González de Lara, llam ado «el B ue­
no», m uerto, tam bién, en 1275, era señor de Lara, sir­
vió al rey aragonés en 1265 y luego al granadino;
hace las paces con Alfonso X en 1274, el rey lo nom ­
bra Adelantado m ayor de la frontera. Murió en Écija
tras un ataque de los nazaríes 35. En Lop Dies (v. 152)
se trata m uy p osib lem en te de Lope Díaz de Haro, que
algunos años m ás tarde será privado de Sancho IV .
Tal vez extrañe ver esto s nom bres castellanos mez­
clados entre los catalanes y aragoneses; sólo se nos
ocurre una explicación: el íe sta m e n t está escrito en
Cataluña a finales de 1274, en un m om ento en que la
corte aragonesa experim entaba una gran alegría p o r
la visita del rey castellano, de doña V iolante y de los

33. Así LlabréS, E stu d i H istorich, p. LXXI.


34. A unque no nos atañ e d irectam ente, querem os señ alar
que del arzobispo don Sancho hem os hallado o tro testim o­
nio trovadoresco m ás: en la cansó de crozada que com puso
G uilhem d e M ur convacando a Ja im e I a que p articip e en
la cru zad a de S. Luis, la to rn ad a está dirigida al arzobispo
de Toledo:
L'arcivesque prec de cuy es Toleta,
qu'am oneste lo bon rey d'Arago
que per com plir son vo t en m ar se m eta
e p er tener en pes son bon resso.

[Ruego al arzobispo de T oledo que am oneste al b u en rey


de A ragón p a ra que cum pla su voto y p a ra que m an ten g a su
buen a razón, haciéndose a la m ar,]
El texto procede de Appel (Inédita, p. 146, estr. VI, vv.
41-44) y ha sido fechado, desde Milá, e n tre 1268 y 1270 (De
los trovadores, p. 329).
35. Cfr. B a l l e s t e r o s , A lfonso X, pp, 517 y ss.; vid. tam ­
bién op. cit., pp. 600-604, y, especialm ente, pp. 749-755.
Los sucesores de Alfonso X. La Nobleza 275

nob les del séq uito que acom pañaban a los reyes a
B eaucaire, donde A lfonso se iba a entrevistar con
Gregorio X; aunque no se sabe con exactitud quiénes
iban en el séquito 36, cabe suponer que — adem ás del
infante don M anuel— irían algunos h ijos de los reyes
(Don Pedro, Don Juan y Don Jaim e); Don Fernando
había quedado en Castilla, al frente del ejército que
operaba en N a v a rra 37. P ienso que quizá Cerverí se
dirige en esta com p osición a los nobles que se en­
cuentran en Barcelona: el infante don M anuel, un
sobrino suyo, don Ñ uño González de Lara, don Lope
Díaz de H aro y a u t r e s d ’Espanya: de todos dice gen­
tilezas, excepto de don Fernando — tal vez se atreve
a ello porque no está presente— ; hay que poner en
relación, pues, esta poesía con el viaje de don Al­
fon so a Cataluña en las navidades de 1274, cam ino
de Beaucaire: es p osib le que m uchos de los nobles
citados en ella abandonaran al rey sin salir de Ca­
taluña y s e volvieran a Castilla a atender las nece­
sidades que había.

3.1 E s lógico pensar que no sólo el rey A lfonso iba


a ser el beneficiado por los elogios de los trovadores,
y, por eso , no nos extraña encontrar la alabanza de
alguno de e sto s poetas dirigida bien a los infantes,
bien a los nobles. E ste ha sido el m otivo fundam ental
del capítu lo que ahora concluim os. Los resultados de
nuestro estu d io — siem pre su jetos a posibles m odifi­
caciones— se pueden resum ir com o sigue:
1) Folquet de Lunel dirige la tornada de Al bon
rey qu'es reys d e p r e tz car al infante don Fernando
de la Cerda (entre 1272 y 1273).
2) Cerverí de Girona alude al prim ogénito de Al­
fonso X en su T e sía m e n t (1274). N o hay m ás alusio­
nes a este príncipe.
3) M enos elocu en tes son las referen cias a San­
cho IV. Al parecer tan sólo hay una cita de este rey
castellan o y no es dem asiado representativa: es la

36, Cfr. B allestero s, A lfonso X , p. 719,


37. Cfr. B a l l e s t e r o s , Alfonso X, p , 717.
270 Carlos Alvar

contenida en un son eto de Paolo Lanfranchi, en el


que se alude a los reyes d'Espangna,
4) Entre la nobleza fue, sin duda, el infante don
Enrique el que gozó de m ayor fam a. En la prim ave­
ra de 1260, Raim on de Tors escribe un sirventés pre­
sentándolo al sultán de Túnez.
5) Calega Panzan alude dos veces a don Enrique
y a sus riquezas en un sirvenLés com puesto entre
abril y mayo de 1268.
6) La prisión del infante castellano tras la derrota
de Tagliacozzo (1268) levantó una ola de protestas
representada por lo m enos por seis com posiciones
próvenzales de B ertolom e Zorzi, Paulet de Marselha,
Folquet de Lunel y Cerverí de Girona (poco p oste­
riores a la batalla); Austorg de Segret (en 1273), y
un anónim o italiano de 1275.
7) El resto de los nobles que h em os estudiado
son m encionados tan sólo por Cerverí de Girona en
su T estam en t (1274), y son: García Ortiz de Azagra,
el infante don M anuel, Ñ uño González de Lara y Lope
Díaz de Haro.

8) M ención a parte m erece la figura del arzobis­


po de Toledo, don Sancho, hijo de Jaim e I de Ara­
gón, y que aparece en la cansó de crozada de Guil­
hem de Mur (entre 1268 y 1270) y en el T e sta m e n t de
Cerverí.

3.2 E stos resultados nos hacen pensar que solam en­


te el trovador de Gerona conocía a la nobleza m ás
destacada de Castilla. Lejos de lo que se podía afir­
mar con respecto a la época de A lfonso V III, no pa­
rece que, durante el reinado de A lfonso X y de sus
sucesores, deba considerarse que los nobles m ante­
nían cortes poéticas en lengua provenzal, si excep­
tuam os el caso de don Enrique, d iferente en m uchos
aspectos del resto de los castellanos.
X
NAVARRA: SANCHO VII (1194-1234)
LA CASA DE CHAMPAÑA (De Teobaldo I a Juana I)

1.1 El sucesor de Sancho VI fue su hijo mayor, San­


cho V II, llam ado el Fuerte, y a quien aluden, al pa­
recer, algunos trovadores.
El prim ero de ellos es Peire G uilhem de Tolosa,
autor de una poesía alegórica, Lai on cobra, de 416
versos, que ya hem os analizado m ás a r r ib a 1; cuan­
do la com posición está bastante adelantada, afirm a
el trovador:
Qu’en auzir qu’el rei navar .
avia sa dona gcquida;
manh tornei e manhta envaida
e manh assaut e manh sembel
e manhta tor e manh castel
eron per s'amor envait,
e fag manh do e manh covit
cant el era per lies joios,
cointes e gais i amoros ■
e cantaires e vesiatz;
mas eras canta de pecha tz,
so ausi comtar, l'autr'ier,
ad .1. seus cortes escudier,
que de Navarra va en Fransa.
Dios prec que’lh reda sa conhtansa
al rei, si o pot far per razo,
e qu'ela lo forgag li perdo,
e que jamai n o ' l h sia truanda2.

1. Cfr. supra, V, § 1.22.


2. M a h n , Werke, I , p . 248, vv. 310-327.
278 Carlos Alvar

[He oído que el rey navarro ha abandonado a su


dama; por su amor se daban muchos torneos y muchos
ataques, muchos asaltos y muchos combates y eran in­
vadidas muchas torres y muchos castillos y se hacían
muchos regalos y muchos banquetes cuando él estaba
alegre por ella (y cuando estaba) contento, gentil y amo­
roso y cuando cantaba y estaba satisfecho; pero ahora
canta de los pecados —eso he oído contar— el otro día
a un cortés escudero suyo que iba de Navarra a Fran­
cia. Ruego a Dios que le devuelva su constancia al rey
si lo puede hacer por buena razón y que ella le otorgue
el perdón, y que no le sea nunca enemiga.]

Con respecto al trato que da el rey navarro a su


dam a, la situ ación es difícil de establecer. Frente a
J u n g 3 creem os que el trovador no se refiere a Teo-
baldo I, p ues no abandonó nunca a la reina Marga­
rita, que sepam os. Sin em bargo, sí que podría tra­
tarse de Sancho V II, quien según la leyenda tuvo
am ores con la hija de M iram am olín entre 1198 y 1200,
ap roxim ad am ente4. En apoyo de la h ipótesis que
identifica al rei navar con Teobaldo I, vendría el h&
cho de que el conde de Champaña, fam oso trovador,
dejara de cantar en sus versos a Blanca de Nava­
rra, y las fiestas a que alude Peire Guilhem cua­
dran m ejor con la lujosa corte condal que con el rei­
no navarro, pero, sin em bargo, resultaría inexplica­
ble la clara alusión a los cinco reinos de España;
adem ás, hay que tener en cuenta que el reino de Teo­
baldo I coincid ió un año tan sólo con el de Alfon­
so X (a quien se celebra en la com posición), y que
para entonces Blanca de Navarra contaba sesen­
ta y dos años y estaba a punto de m orir, com o ya
señaló M ilá 5. La iden tificación de los dem ás perso­
najes que aparecen en la poesía depende en gran ma­
nera de la fecha que asignem os al poem a.
A los argum entos aducidos a favor de Sancho VII
hay que añadir la conhtansa (del verso 15): Sancho
casó prim ero con Constanza, hija del conde de Tolo-

3. Vid. J ung , E lu d es su r Je poém e allegorique, p p . 160-161.


4. Cfr. Milí, De tos trovadores, p. 224.
5. M iu í, De los trovadores, p . 183, n.
Navarra. Sancho VII y la C asa de Champaña 279

sa, R aim undo V I, de la que se separó sin tener hijos.


Constanza volvió a casarse con Pedro B erm ond
(m uerto en 1215), de quien tuvo seis h ij o s 5bis.
Creo que la com p osición debe situarse, pues, en
los prim eros años del siglo x m .

1.2 Adem ás de esta referencia de carácter particu­


lar debem os señalar que com o rey de España es uno
de los inclu idos en Ara p o t h o m conoisser e proar,
de R aim baut de Vaqueiras 6 y en las p oesías en que
Peire Vidal recom ienda a los m onarcas cristianos que
se unan (A p e r pauc y Mout es bona térra), si es que
concedem os a e sto s dos sirven teses una fecha p os­
terior a 1194.

2. A la m uerte de Sancho el Fuerte, una com isión


de nobles fue a Provins a invitar al conde de Cham­
paña a que tom ara posesión de Navarra. El día 5 de
m ayo entraba T eobaldo I en el reino y tres días m ás
tarde era alzado r e y 7. Es im portante señalar que el
nuevo m onarca navarro era conocido trouvére y m e­
cenas de trovadores, a los que al parecer acogía con
liberalidad en su c o r t e 8. Sin em bargo, los testim o­
n ios trovadorescos en los que aparece com o rey de
Navarra son m uy escasos.

2.1 Sordel, en el ptanh que com pone a la m uerte de


Blacatz (1236), da un trozo de corazón del difunto
a Teobaldo I, para que se lo com a y así adquiera al­
gún m érito:

et apres vuelh del cor don hom al rey navar,


que valia mais coms que reys, so aug comtar;

5 bis. C fr. H ist. de Languedoc, VI, 395; V II, p . 24. Agra­


decem os al prof. L acarra las sabias sugerencias que nos h a
hecho al respecto.
6. Cfr. infra.
7. Cfr. L a c a r r a , H istoria de Navarra, II , pp. 131-132. Teo­
b ald o era h ijo de B lanca de N av arra y d e T eobaldo I I I de
C ham paña.
8. Vid. L a c a r r a , H istoria de Navarra, II, p p . 160-161.
280 Carlos Alvar

totz, es quan Dieus fai home en gran ricor poiar,


pus sofracha de cor lo fai de pretz bayssar9.
[Y después quiero que se dé a comer del corazón al
rey navarro, que, según oigo contar, valía más de conde
que de rey; es lástima que, cuando Dios hace que un
hombre ascienda a gran poder, luego, la falta de corazón
lo haga descender de mérito.]

B oni piensa que el verso 30 (que valia mais com s


que reys) es una constru cción elíptica en lugar de
valia m ais quant era co m s y que

Sordello allude probabilmente all'insuccesso de-


11a ribellione organizzata da Thibaut nel 1236, anno
in cui, unitosi a Pierre Mauclerc, reggente della
Bretagna, capeggió una ribellione di baroni fran-
cesi contro Luigi IX, alio scopo di reconquistare
alcuni feudi (Blois, Chartres, Sancerre e Cháteau-
dun) ceduti alcuni anni prima alia corona france-
se in cambio di una forte somma di dañar o, ne-
cessaria per ottenere da Alice di Cipro la rinuncia
ai diritti ch'ella ventana sulla Champagne. La ri­
bellione finí in sul nascere, al solo radunarsi delle
milizie regie, e Thibaut e Pierre Maulclerc furono
costretti a confermare tutte le cessioni, di domini
che avevano fatto precedentemente. Per di piü Thi­
baut, presentatosi alia corte di Luigi IX, dovette
subiré, senza potersi vendicare, un grave oltraggio
da pare delle genti di Roberto d'Artois, fratello
del re lo.

2.2 El año siguiente (1237), Peire Brem on Ricas N o­


vas contesta al planh de Sordel con una com p osición
sem ejante en la que reparte el cuerpo de Blacatz
dando sus m iem bros a los reyes m ás valerosos. Al
rey castellan o le corresponde un cuarto, com o vim os
m ás a r r ib a n ; gascones, catalanes y aragoneses de­
ben ir a aquella corte a adorarlo, adem ás,

9. B o n i , 1954, XXVI, estr. IV, vv. 29-32, p. 161, y B o n i,


7970, X V II, m i s m o s v e r s o s , p. 48. La traducción es de R ,
iq u e r
Los trovadores, C II, 306, p, 1466.
10. B o n i , 1954, p . 165.
11. Cfr. supra, V II, §§ 1.7 y ss. .
Navarra. Sancho Vil y la Case de Champaña 281

e si' 1 reys de Navarra y ven, sapcha de plan,


si non es larcx e pros, jes del cors no veira12,
[Y si el rey de Navarra viniera, sepa inmediatamente,
que si no es generoso y desprendido, no verá nada del
cuerpo.] 1

Tal vez se hallara Peire B rem on R icas N ovas en


la corte castellan a cuando escribía esto s versos, com o
señalam os al hablar de las relaciones de este trova­
dor con Fernando III.

3. Las relaciones de los trovadores provenzales con


los reyes navarros se cierran con Teobaldo II (1253­
1270). El hijo del fam oso trouvére apenas contaba ca­
torce años a la m uerte de su padre, pero gracias a
la sagacidad de su m adre, la reina Margarita, y de
los con sejeros, pudo salir adelante con el r e in o 13.

3.1 D esde e l m om ento m ism o de su elevación al


trono la tendencia de la regente, por consejo del di­
funto Teobaldo I, se inclina por una política de alian­
za con Aragón frente a los intereses castellanos. Na­
turalm ente, B onifaci Calvo, trovador que se hallaba
junto a A lfonso X en esta s fechas, critica la actuación
de Jaim e I y de su protegido, Teobaldo II, com o ya
indicam os en el lugar co rr e sp o n d ie n te 14. En 1254,
de nuevo, B onifaci Calvo eleva su voz contra el rey
aragonés y el m onarca navarro que se han reunido en
M onteagudo 15: en este sirventés (Un nou sirventes
ses tardar) incita a A lfonso X a que pase a la acción
contra lo s navarros:
E se el aora non fa
vezer en la térra de la
sa tenda e son confalon
a lo rei de Navarr’e a
so sozer lo rei d’Aragon,

12. B o u tié re , Peire B rem o n Ricas N ovas, e s t r . II I, v v. 20­


21. p . 78.
13. Cfr. L a c a r r a , H istoria de Navarra, II, pp. 163 y ss.
14. Cfr. supra, V III, §§ 1.1.9 y ss,
15. Cfr. supra, V III, § 1.1.13.5.
202 Carlos Alvar

a caniar averan razón


tal qe solon de lui ben d ir 16.
[Y si él no exhibe ahora en aquella tierra su tienda
y su gonfalón al rey de Navarra y a su suegro el rey de
Aragón, tendrán razón para cambiar algunos que sue­
len decir bien de él.]

3.2 La otra alusión que hem os hallado a Teobal-


do II es pocos m eses anterior a su m uerte. La cita
pertenece a una cansó de crozada de B ertolom e Zor­
zi, N on laissarai qu'en chantar non atenda:
Per que l'autz reis navars, cui pretz enansa,
companhal rei tan gent acompanhatz,
que bem sembl'aver cor e deziranza
de servir Deu fazen rics faigz honratz,
qu'el en fai plus que nolh quer la fazenda,
el honratz coms de Toloz'eissamenz,
qu’outra poder s’es per Deu esforsatz
de far acors qu'a lui si'onramenz,
tant ama far so que Dieus en grat prenda 17.
[Por lo que el noble rey navarro, al cual el mérito
ensalza, acompaña al rey (francés), tan noblemente acom­
pañado, que bien parece tener corazón y deseo de servir
a Dios haciendo ricos hechos honrados, que hace más
(además) de no querer su hacienda, y el honrado con­
de de Tolosa igualmente, que se ha esforzado por Dios
más allá de sus posibilidades en prestar ayuda que a é]
le dará honra, tanto ama hacer lo que a Dios agrada.]
B ertolom e Zorzi ha ido enum erando a todos los
príncipes cristianos que acom pañan a Luis IX en la
Cruzada; entre otros se encuentra Teobaldo II de
Navarra — al que alude el trovador— , yerno del rey
francés y que, después de hacer testam en to en Tú­
nez, m orirá en Sicilia el día 5 de diciem bre de 12701B.
E sta cansó de crozada ha sid o fechada entre marzo

16. Edic. R i q u e r , L os trovadores, XCIX, 296, e str. IV, vv.


22-28, p. 1423. La trad u cció n tam b ién es de R iquer.
17. Edic. L e v y , B erto lo m e Zorzi, X V I, estr. VI, vv. 46-54,
p. 78.
18. Cfr. R u n c i m a n , H istoria de las Cruzadas, II I, p. 270, y
L acarra, H istoria de Navarra, II, pp, 185-191.
Navarra. Sancho VII y la C asa de Champaña 2B3

y agosto de 127019, pero podem os precisar m ás aún,


si tenem os en cuenta que los cruzados em barcaron
el día prim ero de j u lio 20.

4.1.1 A la m uerte de Teobaldo II heredó el trono su


herm ano Eririque I; no nos ha llegado ningún testi­
m onio trovadoresco que nos haga pensar en este rey.
Se ha conservado, sin em bargo, una com posición
posterior a 1274 (fecha de la m uerte de Enrique I),
interesante porque nos m uestra cóm o eran conocidos
los su cesos navarros en el dom inio francés.

4.1.2 Se trata de un poem a de Peire, com p u esto, se­


gún M eyer, en un m om ento en que M ontpellier está
dividido en dos facciones; el trovador tem e no sólo
la intervención extranjera, sino tam bién d esastres se­
m ejan tes a los que ocurrieron en Lim oges y Pam plo­
na no m ucho antes; en M ontpellier los cón su les no
podrán restab lecer la paz:
Ja non auran per consol s recrezensa,
en G[uillem], tal capteng lur vei cuilíir:
franses faran e catalans venir;
quex es tan fortz quels consols per temensa
non s'en voion entremetre de ren.
Confondran s'en, tan lur son larc Ji fren.
Pacha destruís Panpalona l'autrier
e Llimoges que n'ac trebaill sobrier;
mans cominals met pach'en dechazensa 21 .
[N o temerán a los cónsules, Guillem, según la conduc­
ta que les veo tomar: harán venir franceses y catalanes;
es tan fuerte cada facción que, por temor, los cónsules
no quieren entrometerse en nada. Se perderán, tan lar­
gas le vienen las riendas. Un pacto destruyó hace poco
a Pamplona y a Limoges que no le costó demasiado tra­
bajo; muchas villas decayeron por los pactos,]

19. C fr. B e r t o n i , I írovatori, p . 117.


20. Cfr. R u n c im a n , H istoria de las Cruzadas, I I I , p. 270,
y L acarra , H istoria de Navarra, II, p . 187.
21. E d i c . M e y e r , D erniers troubadours, VI, p . 52; e s t r . III,
vv. 19-27. L a c o m p o s ic ió n e m p ie z a E n aquel son q u e 'm pía y
ni que m 'ajensa.
284 Carlos Alvar

4.1.3 Ya h em os señalado que los su cesos de Pam plo­


na se produjeron a la m uerte de Enrique I, ocurrida
en 1274; e sto s acontecim ientos
motivérent l'intervention du roi de France, mani-
festée d’abord par la nomination d'un gouverneur
frangais, Eus tache de Beaumarchis, puis par l’en-
voi d’une armée royale qui mit k feu et á sang
la c ité 22.

E fectivam ente, al m orir el rey navarro dejaba una


hija, Juana, de año y m edio de edad. Eran varios los
problem as que se planteaban: en prim er lugar, el
nom bram iento de un gobernador; por otra parte, las
am enazas de Castilla, Aragón y Francia, deseosas de
anexionarse N av a rra 23. N aturalm ente, los nobles no
llegaron a ponerse de acuerdo y doña Blanca, viuda
de Enrique I, decidió pedir apoyo en Francia a Fe­
lipe el Atrevido poco después de que hubiera sido
nom brado gobernador Pedro Sánchez de Monteagu-
do (1275) 2i, quien pronto se inclinó hacia Aragón en­
frentándose así con García Alm oravit, partidario de
la alianza con Castilla.
El m alestar creció m ás aún cuando los habitantes
de la Navarrería reforzaron su s d efensas y prepara­
ron sus m áquinas de guerra colocándolas frente al
Burgo de San Cernín. Poco tiem po m ás tarde, los del
Burgo aprestaban sus ingenios, d isp uestos a defen­
derse. La guerra estaba próxima. Pedro Sánchez de
M onteagudo dim itió al verse sin posibilidades de
apaciguar los ánim os y sin autoridad para im pedir
los enfrentam ientos 2S.
F elipe el Atrevido designó, entonces, a Eustaquio
de Beaum archais com o gobernador. El nom bram ien­
to de un gobernador extranjero no fue bien recibido
en el reino: los nobles —unidos ahora— , el obispo,
la Navarrería y los ricos hom bres están dispuestos
a enfrentarse con el gobernador y con los burgos.

22. M eyer , Derniers troubadours, p. SO.


23. L a c a r r a , H isto ria d e N a v a rra , II, p p . 205-208.
24. L a c a r r a ,H istoria de Navarra, II, pp, 218 y ss.
25. L acarra, H istoria de Navarra, II, p . 222.
Navarra. Sancho VII y la C asa de Champaña 285

Beaum archais se ve en situ ación m uy apurada y pide


auxilio al rey francés, quien envió un ejército que
saqueó la Navarrería: «la catedral con sus tesoros,
las sepu ltu ras de los reyes, la b iblioteca, todo fue
robado o destruido; degollaron o ahorcaron a cléri­
gos y seglares, y las viviendas de la ciudad fueron
incendiadas» 26; hasta 1324 no se volvió a habitar este
barrio de P am plona...
D ebem os considerar esta tensón entre Peire y Gui­
llem poco p osterior a 1276, pues los su cesos de Pam ­
plona se recuerdan aún com o recientes.

4.2 N o hem os hallado m ás alusiones a Navarra ni


a sus reyes a partir de esta fecha.

5. Podem os cerrar este capítulo observando que en


tres cuartos de siglo (desde 1194 hasta 1276) son sie­
te los trovadores que dedican un recuerdo —no siem ­
pre favorable— a los reyes navarros.
1) Peire G uilhem de T olosa parece aludir a San­
cho VII en su poem a alegórico Lai on cobra, com ­
p u esto en los prim eros años del siglo x m .
2) Sancho V II reinaba en Navarra cuando Raim­
baut de V aqueiras y Peire Vidal dedican su s com ­
posicion es a todos los reyes de España.
3) Teobaldo I es criticado por Sordel en el planh
que com pon e a la m uerte d e B lacatz en 1236.
4) Peire B rem on R icas Novas recom ienda genero­
sidad al rey navarro si quiere participar en el re­
parto del cuerpo de Blacatz (1237).
5) Teobaldo II es censurado en dos ocasion es por
B onifaci Calvo, quien incita a A lfonso X a invadir
su reino (1253-1254).
6) B ertolom e Zorzi, p ocos m eses antes de que
m uriera el rey T eobaldo I I, lo enum era entre los
acom pañantes de Luis IX de Francia a la Cruzada
de Túnez (1270).
7) Por últim o, el trovador Peire recuerda los tris­
tes acontecim ien tos ocurridos en Pam plona los pri­
m eros años del reinado de Juana I.

26. L acarra , H istoria de Navarra, II, p . 227,


EPILOGO

A lo largo de estas páginas hem os v isto desfilar


por Navarra, Castilla, León, Galicia o Portugal m ás
de vein ticin co trovadores; h em os podido apreciar
cóm o, p or lo m enos, seten ta poetas dirigían sus com ­
p osicion es en lengua provenzal a los reinos pen insu­
lares, en alabanza o detrim ento tanto de los señores
com o de los vasallos. Pero el fin de n uestro trabajo
no era la sim ple enum eración de nom bres y poesías,
ni debía lim itarse a la labor del acarreo de m ateria­
les; al com enzar esta obra indicam os nuestro interés
porque fuera un libro ú til para el historiador, ya que
le ofrecía testim o n io s contem poráneos y directos fre­
cuentem en te olvidados en su disciplina. Son num e­
rosos los d atos de carácter h istó rico que n os ofre­
cen las obras de los trovadores; no debem os olvidár
que se trata de co m p osicion es de circunstancias en
m uchas ocasion es y que, por tanto, critican o aprue­
ban un hecho concreto, censurándolo o elogiándolo,
o recogiendo rum ores, infundios o —sim p lem en te—
la vox populi; sin em bargo, en alguna ocasión, com o
ya verem os, el m otivo de la crítica nos queda Oscuro
porque d escon ocem os los hechos.

1. D esde el p u n to de vista icon ográfico —incluso— ,


la lírica provenzal puede ofrecern os datos de cierta
curiosidad. De todos es sabido que los artistas m e­
dievales, en general, no intentan representar la rea­
lidad en sus retratos, sino que se ciñen a unos pa­
trones m ás o m enos cam biantes. Sin em bargo, llama
la atención el hecho de que los trovadores nos in­
288 Carlos Alvar

diquen ciertos rasgos físicos de algunos personajes;


y en este sen tid o m erece la pena que destaquem os el
retrato que hace Guiraut de Calanson del infante don
Fernando, prim ogénito de Alfonso V III, y m uerto
en 12111;
... fperran] don cujav’on qu'en elh fos esmendatz
lo Joves Reis e;N Richartz, lo prezatz,
e l coms Jaufres, tug li trei valen fraire
cui semblava de cors e de faissos...
[ [Fernando] con el que parecía que fuesen compen­
sados el Joven Rey, Ricardo el famoso y el conde Jau-
fré, los tres valientes hermanos, a quienes se parecía en
cuerpo y en facciones.]

D ebem os pensar, siguiendo este retrato, que el in­


fante don Fernando h abía heredado no p ocos rasgos
físicos de su m adre, la reina doña Leonor, quien
m edía casi d os m etros, com o dem uestra su sarcó­
fago de las H u e lg a s2. Gracias a la afirm ación de
Guiraut de Calanson sabem os que el infante, adem ás
de ser m uy a lt o 3, era rubio y tenía rasgos com unes
a los Plantagenet,
Pero con m ás frecuencia en la obra de los trova­
dores se nos ofrece el retrato m oral de algún per­
sonaje. N o son cron istas, m ás o m enos a sueldo de
las cortes, quienes llevan a cabo esta sem blanza, sino
que son poetas con cierta neutralidad y, sobre todo,
con una gran independencia en su criterio. En este
sentid o podem os señalar, com o ejem plo, los versos
que dedica Sordel a Fernando I I I 4:
e lo reys castelas tanh qu'en manje per dos,
quar dos regismes ten, e per l'un non es pros;
mas, s'elh en vol manjar, tanh qu'en manj'a rescos,
que, si'I mair'o sabia, batria'l ab bastos.
[Conviene que el rey castellano coma por dos, pues

1. Cfr. supra, VI, § 2.2.2.


2. Cfr. G o n z á l e z , A lfonso VIII, p . 194, n. 189.
3. G o n z /Sl e z , A lfonso V III, p. 210; el a ta ú d de don Fer­
ra n d o m ide 1,90 m etros.
4. Cfr. supra, V II, § 1.7.1.
Epílogo 289

tiene dos reinos y no es bastante para uno; pero si quie­


re comer, conviene que lo coma a escondidas, pues si
su madre lo supiera le pegaría con un bastón.]

Aunque esta afirm ación puede considerarse exage­


rada, sin em bargo, nos ayuda a im aginarnos el ca­
rácter de doña Berenguela y a explicarnos cóm o era
vista la excesiva sum isión que tenía Fernando III a
la reina leonesa.
No es éste el único caso en el que se nos p resen­
tan las cualidades m orales de un rey; no faltan los
trovadores que al m encionar a algún m onarca afir­
man que es cobarde, o avaro, o, com o hace Bertrán
de Born al atacar a Alfonso II de Aragón, que «bos­
teza y se despereza cuando oye hablar de batalla» 5.
Como es lógico, son m ucho m ás abundantes los
elogios, en los que se afirm a que determ inado m o­
narca es generoso, gentil, noble, sabio, etc. En este
sentido, son interesan tes los testim on ios de B onifaci
Calvo o de Guiraut R iquier con resp ecto a Alfon­
so X 6: frente a la generosidad de los prim eros años,
los trovadores se quejan de las escasas prebendas
que reciben del m onarca castellano; coinciden estas
censuras con los datos h istóricos que p oseem os, en
los que se nos afirm a que A lfonso X cam bió de ac­
titud a raíz de los inm ensos gastos que llevó consigo
la cu estió n im perial.

2. Pero los testim o n io s trovadorescos no siem pre


son com probables. En algunos casos, graves asevera­
cion es quedan sin dem ostrar por la existen cia de una
laguna en nuestros con ocim ien tos h istóricos. Así de­
bem os interpretar la acusación que Arnaut Daniel
hace a Fernando II de L e ó n 7:
Los deschauzitz
ab las lengas esmoutas
non dupt'ieu ies, si'l seignor deis gáleos

5. Quan vei pete vergiers despleiar, vid. Apéndice, s. v.


B ertrán de B orn, n.o 6, e stro fa V II.
6. Vid. supra, cap. V III.
7. Vid. supra, IV, §§ 1.1.2 y ss.
290 Carlos Alvar

an fag faillir, per q’es dreitz si l blasmam,


que son paren pres romieu, so sabem,
Raimon lo filh al comte...
[No temo absolutamente nada a los descorteses de las
lenguas afiladas, aunque han hecho quedar en evidencia
al señor de los gallegos y por eso es justo que hablemos
mal de él, pues hizo prisionero a su pariente peregrino,
Ramón, hijo del conde, como sabernos...]

Las interpretaciones de esta estrofa no han dejado


de ser h ip otéticas, ya que desconocem os los hechos
a los que se refiere el trovador: posiblem ente algún
día la historia nos ofrezca la clave para la com pren­
sión de este texto, que de ninguna m anera debe atri­
buirse a la fantasía de su autor, a quien de todos
m odos pueden haber llegado inform aciones erróneas.
Otras veces un par de versos abren la puerta a un
tem a poco estudiado y que, sin em bargo, es de cierta
im portancia. Es lo que ocurre, por ejem plo, con la
presencia de nobles españoles en las Cruzadas de
Ultram ar. D os trovadores d istintos aluden a este he­
cho, Giraut de B ornelh y Raim baut de Vaqueiras.
Giraut de B ornelh, hacia 1188-1189, com pone una
canción en la que se im agina a las fuerzas cristianas
en O rien te8:
Pois auziretz passar
per loes e per sazos
mais pas e mais senders
ties ab chastelas
de nom partitz e de conselh propdas.
[Luego oiréis pasar por todas partes y en todas oca­
siones, por malos pasos y malos senderos, tudescos con
castellanos, separados por el nombre y cercanos por el
propósito.]

Por si no quedara claro, el testim on io de Raimbaut


de Vaqueiras no deja lugar a dudas 9:

8. V id . supra. V , §§ 1.6 y ss.; v id . t a m b i é n III, § 1.3.10.


9. C f r A p é n d ic e , s v ., R aim baut de V aqueiras , S en h er m a r­
ques (Carta épica II).
Epílogo 291

. e francés e breto
. et alaman, lombart e berguonho
et espanhol, proensal e guaseo,
tug fom renguat, cavalier e pezo.
[Y franceses, bretones, alemanes, lombardos, borgo-
ñones, españoles, provenzales y gascones nos pusimos to­
dos en orden, caballeros y peones,]
El texto pertenece a 1205 y se sitúa en el ám bito
IV Cruzada.
Creem os, a la v ista de estas p oesías, que no era
extraña la presencia de fuerzas peninsulares en las
C ru zad as9 bia.

3. N o son tan in teresan tes —por ser m ás conoci­


d os— otros resultados que se pueden extraer de las
poesías que h em os estudiado; no ob stan te, debem os
señalarlos, pues pueden resultar útiles: nos referi­
m os a las noticias qu e nos ofrecen los trovadores
acerca de los habitantes de los diferen tes reinos;
Marcabrú, por ejem p lo, alaba el espíritu de castella­
nos, leon eses y portugueses, siem pre d ispu estos al
c o m b a te 10:
Mas de lai n'ant blasme li ric
c'amon lo sojorn e l’abric,
mol jazer e soua dormir,
e nos sai, segon lo prezic,
conquerrem, de Dieu per afic,
l’onor e l'aver e -l merir.
[Allende se envilecen los ricos que aman el descanso
y el abrigo, el yacer muellemente y el dormir blando; y
nosotros, acá, según la predicación [de la cruzada], con­
quistaremos, por designio de Dios, honor, hacienda y
mérito.]
Otras veces los trovadores nos dan, en sus obras,
una idea d e la riqueza de algunos reinos; es frecuen­
te la com paración con Castilla o con su m onarca:

9 bis. La presencia de fuerzas castellan as en las C ruzadas


puede estu d iarse en la o b ra de G o ñ i G a z t a m b i d e , H istoria de.
la bula de la C ruzada en España.
10. Cfr. supra, I. § 1.5.
292 Carlos Alvar

Qu'el fre e'l peitral e la cela


val mais que l'aver de Castela
ab los ‘V’ regcmes d'Espanha i2.

[El freno, el petril y la silla valen más que la riqueza


de Castilla con los cinco reinos de España.]

4. Más interesante nos parece otra cuestión: hem os


hallado 57 alusiones a Espanha; vam os a transcribir­
las, pues nos parecen im portantes para establecer el
significado exacto — si es que existía— de este tér­
m ino m ás allá de los Pirineos. La cu estión ha sido
muy debatida en los últim os años, desde que José
Antonio M aravall publicó en 1954 su obra E l concepto
de España en la E d a d Media.
El m aterial que presentam os sigue el orden alfa­
bético partiendo del nom bre del trovador; entre pa­
réntesis hem os colocado el verso prim ero de la com ­
posición, para que sea m ás fácil hallar los textos en
nuestro apéndice, que se incorpora en el volum en II
que sigue al presente.
Albertet: grazir d'Espanha tro a Risa (Bel m'es,
verso 70).
Albertet: con s’ieu era de Roais o d’Espainha
(Douna pros e richa, verso 14),
Alest, lo seigner d': quels san-azis d'Espanha
(Senh’En Enric, verso 51).
Bernart de Venzac: lo trieu d'Espanha (Pus vey lo
temps, verso 42).
Bertrán de Born: quar conqueret Espanha (Eu
chant, verso 69).
Bertrán de Paris: pres Espanh'e conquis (Guardo,
ie-us fas, verso 30).
Bonifaci Calvo: mi vauc ar sai en Espaignha (Ai,
Dieus!, verso 47).
Cercamon: cil d’Éspaign'e cil d'Arago (Lo plaing,
verso 52).
Cerveri: Els autres d’Espanya (Aygo es testament,
verso 153).
Cerveri: e i Xarles qui conques d'Espanya (Maldit
bendit, verso 630).

12. C fr. supra, V, § 1.223.


Epílogo 293

Comte d'Ampuri&s: aten devas Espagna (Ges per


guerra, verso 4).
Folquet de Malselha: fo gratis tristeza per tota Es­
panha (Razo IV).
Folquet de Marselha: Espanha-s vai perden (Huei
mais no:y conosc razo, verso 7),
Folquet de Malselha: Cug esser loing en Espaigna
(Ja non volgra, verso 21).
Gausbert de Poicibot: fai [...] Espanha grazir
(Hueimais de vos, verso 67).
Gavaudan: al rey d'Espanha socorratz (Senhor,
per los rtoslres peccatz, verso 31).
Giraut de Bornelh; al torn que farai d'Espanha
(S rí cor, verso 28). .
Giraut de Bornelh: issiras d'Espanha (Tot suavet,
verso 15).
Guilhem Magret: en un hospital en Espaingna
(Vida).
Guilhem Magret: en Espaigna a un pon (Aigua
pueia, verso 34).
Guilhem Magret: al costum d'Espaigna (Ma domp-
na:m ten pres, verso 2).
Guillem de Berguedá: a\N Sanchon en Espaigna
(Un serventes ai en cor, verso 2).
Guillem de Berguedá: un mui d’Espaigna (Un ser­
ventes vuoill, verso 3).
Guiraut de Cabreira: intret en Espaingna (Cabra
juglar, verso 39).
Guiraut de Calanson: Espanh'e Aragos (Bel senher
Dieus, verso 38). ,
Guiraut Riquier: es pro ben en Espanha (Pus
Dieus).
Isnart d’Antravenas: Espaign'e Almaria (Be-1 so-
net, v. 18).
Joan d'Albuzo: d’Espagna los plans (Vostra domp-
na, verso 7).
Luquet Gattelús: d'Espagna entro en Normandia
(Cora q'eu, verso 18).
Marcabrii: ad ops d'Espaigna (Emperaire per mi
mezeis, verso 14).
Marcabrú: en Espaigna (Pax in nomine Domini,
verso 55),
Matieu de Caersi: aya ja trobatz en Espanha (Tant
suy, verso 19).
Monje de Montaudon: I'anar d'Espanha (L’autrier
fuy, verso 32).
Carlos Alvar

Palais: esser cug en Espaigna (Be-m ptai, verso


21).
Paolo Lanfranchi: sil d'Espagna (Valenz senher,
verso 13).
Paulet de Marselha: tota Espanha (Ah marrimen,
verso 7).
Peire Bremon Ricas Novas: d'aqels d'Espaigna (En
la mar major, verso 16). '
Peire Bremon Ricas Novas: vene d'Espaigna (En
la mar major, verso 23). '
Peire Guilhem de Tolosa: los ■V' regemes d'Es-
panha (Lai on cobra, verso 108).
Peire Rogier: este en Espaigna (Vida).
Peire Vidal: deis reis d'Espanha (A per pauc, ver­
so 33).
Peire Vidal: lai en Espanha (Ges peí temps, verso
74).
Peire Vida!; es bona terr’Espanha (Mout es bona,
verso 1).
Peire Vidal: ais quatre reis d’Espanha (Plus que'l
paubres, verso 49).
Peire Vidal: tro qu'Espanha fos tota (Plus que'l
paubres, verso 56).
Peirol: e Espanha un autre rey (Pus flum Jordán,
verso 18).
Perseval Doria: En Espagn'a pro d’afan (Felón
cor, verso 40). ■
Pujol: aurs vermels d’Espagna (Cel qui salvet,
verso 29).
Raimbaut de Vaqueiras: il valen rei d’Espaigna
(Ara pot hom, verso 63).
Raimbaut de Vaqueiras: en caval d'Espanha (Al
so que pus, verso 108). ■
Raimon de Mira val: cum soudadier d'Espanha (Tot
quan fatz, verso 13).
Ramón Vidal de Besalú: en Espanha ac T soudan
(Abrils, verso 288).
Ramón Vidal de Besalú: ais [marabetis] d'Espanha
(Abrils, verso 503).
Ramón Vidal de Besalú: [venian] d'Espanha
(Abrils, verso 764).
Rigaut de Berbezilh: s’en anet en Espaingna (Vida).
Uc de Sant Circ: que fossetz en Espaigna (Seigner
en Coms). 1
Uc de Sant Circ: en Aragón e en Espaigna (Vida).
Epílogo 295

La clasificación de este m aterial es difícil, dada su


heterogeneidad; sin em bargo, harem os algunas con­
sideraciones.
1. En varios casos Espanha es utilizado en op osi­
ción a otro nom bre geográfico, estableciend o así unos
lím ites determ inados: «D'Espagna tro a R isa » 13;
«d'Espagna entro en N orm andia» 14, etc.
2. Otras veces E spanha no funciona com o topónim o
que m arque un lím ite, sino com o denom inación de
un territorio con ciertas peculiaridades (de co stu m ­
bres, paisajes, civilización, etcétera): «lo trieu d'Es-
panha» 15; «al costu m d'Espaigna» 16; «d'Espagna los
plans» 17
En este sen tid o hay que señalar la im portancia que
tiene la rima: una gran m ayoría de las alusiones a
España figuran a final de verso, por lo que las debe­
m os tratar con cierto escepticism o.
3. En algunos casos, Espanha podría interpretarse
com o la denom inación del territorio árabe, aunque
no sin ciertos reparos: «quels sarrazis d'Espanha» 13;
«ais [m arab etis] d 'E sp a n h a » 19; «en Espanha ac J .
so u d a n » 20.
4. Tam poco faltan los testim on ios en los que se pue­
de interpretar com o denom inación del reino de Cas­
tilla: a sí parece ocurrir en los ejem p los de Gavau-
dan («al rey d'Espanha socorratz») 21 o de Perseval
Doria («en E spagn’a pro d'afan») 22. N o obstante, hay
que tratar i esta s interpretaciones con sum a precau­
ción, ya que los m atices resultan difíciles de esta­
blecer.

13, A lb e rte t B el m 'es, v . 70; R isa es Reggio.


14. L u q u e t G a t t e l ú s , Cora q 'e u , v . 18.
35. B e r n a r t d e V e n z a c , P us vey, v . 42.
16. G u i l h e m M a g r e t , Ma dom pna, v , 2.
17. J oan d ’A l b u z o , V ostra dom pna, v . 7.
18. A l e s t , lo seigner d ', S e n i l'E n E nric, v . 51.
19. R am ún V idal de B esalií , Abrils, v. 503.
20. R amón V idal n e B esalú , Abrils, v . 288.
21. G avaudan, Senhor, per los nos tres peccatz, v . 31.
22. P erseval D o r ia , Felón cor ai, v, 40.
296 Carlos Alvar

5. Más frecuentes son los textos en los que Espanha


representa la sum a de los reinos cristianos de la Pe­
nínsula; las interpretaciones no dejan lugar a dudas:
Peire Vidal afirm a que «Mout es bona terr’Espanha /
e -l rei, qui senhor en s o » 23; R aim baut de Vaqueiras
se dirige a «il valen rei d'E sp aign a»24; Peire Guilhem
de T olosa habla de «los ,V. regem es d'E spanh a»25, y
Peire Vidal, de nuevo, critica la actuación de los
«quatre reis d'E span h a»26, etc.
6. Sin em bargo, creem os que son m ucho m ás im por­
tantes los tres textos que hem os hallado en los que
E spanha se opone a Aragón. El m ás antiguo perte­
nece a Cercamón («cil d'Espaign'e cil d ’A rago»)27 y
debe fecharse en 1137.
El segundo testim on io es de G uiraut de Calanson
(«E spanh’e A ragos»)2a, y se halla en el planh que
com puso a la m uerte del infante don Fernando, hijo
de Alfonso V III (+1211).
El tercer testim on io se halla en la V ida provenzal
de Uc de Sant Circ: e s difícil establecer la fecha de
este texto y su valor es m ás d iscutible («en Cata-
loingna e t en Arragon e t en E sp ain gn a»)29. Si adm i­
tiéram os que este fragm ento en prosa es del m ism o
Uc de Sant Circ —no olvidem os que fue autor de
varias biografías— nos hallaríam os ante un texto de
la prim era m itad del siglo x m .
La cronología de estas tres com p osiciones nos hace
pensar que, por lo m enos h asta m ediados del si­
glo x m , se distinguía —o podía d istinguirse— más
allá de los Pirineos entre Aragón y Espgña. La ex­
plicación de este hecho se puede hallar en dos cau­
sas distintas: por una parte, parece ser que hasta
la fecha que hem os indicado los textos aragoneses

23. P e i r e V i d a l , M o u t es bona, v v . 1-2,


24. R a i m b a u t d e V a q u e i r a s , Ara p o t hom , v.
63.
25. P e ire G u ilh e m d e T o l o s a , Lai o n cobra, v. 108.
26. P e i r e V i d a l , Plus que-1 paubres, v.49.
27. C e r c a m o n . Lo plaing com enz, v. 52: c f r , supra, I,
§ 1 .2 .
28. G u ir a u t de C at .a n s o n , Bel sen h er Dieus, v. 38.
29. Uc de S a n t C ir c , Vida.
Epílogo 297

consideraban a España com o «las tierras cristia­


nas de las llanuras»; el Fuero de Jaca, por ejem plo,
opone h o m de m o nta nya a h o m d ’E s p a n y n n a 30.
Sin em bargo, a la v ista de esto s textos provenza-
les, da la im presión de que con E spanha se denom ina
el territorio no perteneciente ni al reino ni a la Co­
rona de Aragón: para u n provenzal deben ser cosas
m uy diferentes Aragón y el resto de la Península;
no olvidem os que, desde 1166, Alfonso II era señor
de Provenza. E ste m ism o argum ento nos hace pen­
sar que es lógica la distin ción que apreciam os en la
Vida de Uc de Sant Circ entre Aragón, Cataluña y
España.
D ebem os señalar, adem ás, que no hem os hallado
ningún texto provenzal en el que E spanha se oponga
a Casíelha, Leos, N avarra, ni P orto gal; aceptando la
escasez de testim o n io s relacionados con esto s dos
últim os reinos, ¿podría adm itirse que algunos tro­
vadores identifican —a veces— E spanha con Casti­
lla y León? N o encontram os ninguna traba para ello.

7. Pero no d ebem os dejar en este punto la cuestión,


sino que conviene que para term inar hagam os unas
consideracion es acerca del gentilicio español en los
trovadores.
D esde que en 1948 A ebischer publicó su estudio
sobre el origen del térm ino e s p a ñ o l31, han sido m uy
num erosos los críticos que han dedicado algunas pá­
ginas al tem a. Todos ellos coin cid en en aceptar el
origen provenzal del gen tilicio que n os ocupa; es ló­
gico, pues, buscar su significado en las fu en tes m is­
m as donde nació: «español» es em pleado nueve ve­
ces en las p oesías de los trovadores.
Bertrán de Bom : fetz N'Espanhol gitar (Quan vei
pels vergiers, verso 20).
Bertolome Zorzi: sap espaingnols d’aut corage
(Si'.l monz fondes, verso 53),

30. A l v a r , Teoría lingüística, p. 17,


31. P. A e b i s c h e r , E stu d io s de toponim ia y lexicografía
rom ánica, B arcelona, 1948.
298 Carlos Alvar

Gavaudan: que espanhols no fa «comer» (Eu non


suy pars, verso 67).
Gavaudan: ab los espas romprem (Senhor, per los
nostres peccatz, verso 60).
Giraut de Bornelh: qu'entrels espas vai jois e ve
(Be ior'oimais drechs, verso 89).
Lanfranc Cigala: ni'ls espaingnols (Si mos chanz
fos, verso 43).
Paulet de Malselha: tug l'espanhols (utilizado en
dos ocasiones en Ab marrimen, versos 13 y 37).
Raimbaut de Vaqueiras: espanhol, proensal e guas­
eo (Senher marques, ja no:m diretz, verso 49).
Raimon de Tors: están ab sos espainhols (Ar es
dretz q'ieu chan, verso 15).
E l andrónim o Espanhol utilizado por B ertrán de
Born es un testim on io conocido desde los prim eros
estud ios sobre e.1 tema: parece que se trata del noble
E spanyol de C astellot, docum entado según A lv a r32 en
enero de 1156 y en octubre de 1180. Riquer observa
que Castellot es el m unicipio conocido hoy por el
nom bre de La Torre de l ’Espanyol, cerca del Ebro,
«a seis kilóm etros de Aseó, y no debe ser confundi­
do con C astellote, en la actual provincia de Teruel» 33.
La form a espas ( < h i s p a n u) aparece con bas­
tante poca frecuencia, pero no deja lugar a dudas
por lo que a su significado se refiere.
Gavaudan, hacia 1195, com pone su canción de cru­
zada Senhor, p e r los nostres peccatz, en la que se
enum eran una serie de pueblos: porlogals, gcillicx,
castalias, navars, aragonés, serdas (o ferras): es la
estrofa VI que se refuerza con la enum eración de la
estrofa VII en la que se incluye a alamans, francés,
cam brezis, engles, bretos, angevis, biarns, gaseas y
provensals; todos ello s, unidos a los espas, vencerán
a los sarracenos. P ienso que el espas del verso 60 in­
cluye a todos los pueblos enum erados en la estro­
fa V I »

32. Alv a r, Teoría lingüística p. 22, n . 39.


33. R iq u e r, L os tro v a d o re s, X X X II, 134, p. 719, nn. 19-24.
34. Cfr, texto completo en nuestro Apéndice.
Epílogo 299

El otro texto en el que aparece la form a e s p a s es


de Guiraut de Bornelh, trovador d ocum entado hasta
finales del siglo x ii; es una com posición de hacía
1170 en la que se alude a la alegría de los españoles,
alegría m otivada — tal vez— por el m atrim onio de
Alfonso V III con Leonor de Inglaterra. Si fuera exac­
ta esta interpretación, deberíam os considerar esp a s
com o «castellanos». E ste texto de Giraut de Bornelh
es im portante por ser el m ás antiguo, entre los pro­
venzales, que presenta la form a e s p a s y, sobre todo,
por ofrecerla en el interior del verso y no en la rima:
algunos críticos consideraban poco representativo el
testim on io de Gavaudan por ser final de verso 3a.
Por ultim o, h em os de indicar que la form a es-
p a n h o l aparece tan so lo siete veces en la p oesía de
los trovadores: com párese con las quince que se cita
el térm ino n a v a r r o o las cuarenta y och o que se m en­
ciona la palabra c a s te lla n o «de Castilla»; los portu­
gueses son m encionados en una ocasión, los vascos
en tres, los alaveses, en una, los gallegos en dos y los
leon eses en ninguna; no h em os contado cuántas ve­
ces se alude a catalanes o aragoneses.
El cóm puto nos hace ver que los trovadores tien­
den a esp ecificar cuando se refieren a los habitantes
de los reinos; pero veam os cuál es el significado que
le dan los trovadores a e s p a n h o l: debem os dejar a
un lado la alusión de Lanfranc Cigala, porque nos
parece am bigua, pero en cualquier caso se opone a
sa ra zis, con lo cual basta para saber que abarca tan
só lo a lo s p ueblos cristianos.
B ertolom e Zorzi (,..1266-1273...) com puso un p la n h
por la m uerte de C onradino de Sicilia y de Federico
de Austria, ejecu tad os por orden de Carlos de Anjou
tras la batalla de T agliacozzo (1268). R ecordem os que
en esta batalla fue hecho prisionero tam bién el in­
fante don E nrique de Castilla, pero no m urió com o
los otros nob les porque Carlos — según el t r o v a d o r -
tem ía las represalias de los «españoles» (sa p esp a in -

35. C f r . C o l l I A l e n t o r n , Sobre el m o t espanyoU , e n Es-


tudis R om ánics, XIII, 1963-1968, p. 33, n. 33. E l artículo ocu­
pa las pp. 27-41.
300 Carlas Alvar

gnols d ’aui corage). Pienso que los espuingnols son


los sú b ditos de Alfonso X, herm ano del infante don
Enrique 3e.
Gavaudan, a finales del siglo x n , hace una extraña
alusión a las aficiones gastronóm icas de los españo­
les. Sería im posible saber a quiénes se refiere con
el térm ino espanhols si no fuera porque a continua­
ción utiliza una form a extraña al provenzal: que es-
panhols no fa «comer». «Comer» es form a sólo con­
servada en castellano y en p o r tu g u é s37; Gavaudan,
para incidir de m anera m ás honda en su idea utiliza
un térm ino perteneciente a la lengua de los espa-
nhols; creo que debem os adm itir, pues, que espanhol
es equivalente, en este caso, a castellano. Por otra
parte, es curioso señalar que en otra poesía em plea
el nom bre espas y que nos pareció que en él incluía
a portugueses, gallegos, navarros y aragoneses.
Los testim on ios de Paulet de M arselha no dejan
lugar a dudas: tug Vespanhol, del Gronh tro Compos-
telha en un c a s o 38 y tug Vespanhol un poco m ás ade­
lante sólo pueden referirse a los habitantes de Cas­
tilla, León y Galicia.
Por últim o, queda el ejem plo de Raim on de Tors,
(le reis de Castella [ ...] están ab sos espainhols vol
Vemperi). N o hay nada que inipida pensar que se
trata exclusivam ente de los castellano-leoneses, pero
se puede argüir, adem ás, otra interpretación: Alfon­
so X no sólo era representante de Castilla, sino que
tam bién estab a al frente del gíbelinism o y que los
catalanes se m ostraban favorables a este bando.
Frente a todos esto s textos, la Carta épica II, de
Raim baut de Vaqueiras, escrita en 1205, nos hace ir
con cierta precaución. E ste trovador narra los acon­
tecim ien tos de la IV Cruzada y enum era a los com ­
batientes: francés, breto, alaman, lom b art, berguogr

36 La com posición com ienza S v l m onz fo n d es y la hem os


estudiado en o tro s lugares de n u e stro trab a jo .
37, Cfr. C orom inas, DCELC, s. v. com er; la com posición
de G avaudan com ienza Eu non su y pars. El hecho ya había
sido señalado p o r A e b i s c h e r , op. cil., p . 23.
38. En Ab m arrim en; vid. Apéndice.
Epilogo 301

nho, espanhol, proensal, guaseo 39. Sorprende que no


diga castelhas o aragonés: pienso que es claro que
espanhol, en este caso concreto, agrupa a los habi­
tantes de los reinos cristian os de la Península.
Podem os concluir nuestro estu d io señalando que
—por lo general— el térm ino espanhol parece desig­
nar entre los trovadores provenzales a los habitantes
de los reinos occid en tales y, en especial, a los caste­
llanos y leoneses, tan frecuentem en te unidos bajo el
m ism o rey.

39. V id . R a im b a u t de V a q u e ir a s , S en h er m argues, ja no-.m


diretz de no.
planeta/universidad

1. M aría det Carm en Bobes (Universidad de Santiago):


Gramática de «Cántico» (2.‘ edición)

2. Manuel Alvar (Universidad Com plutense de Madrid):


Teoría lingüística de las regiones

3. Joaquín González Muela (Bryn M awr Collage):


Gramática de la poesía

4. M a ría del Pilar Palomo (Universidad de Málaga):


La novela cortesana (Forma y estructura)

5. M aría Grazia Profeti (Universidad de Pa.duíi):


Paradigma y desviación

6. David Bary (Universidad Com plutense):


Larrea: Poesía y transfiguración

7. C a rlo s Feal Deibe (Universidad de Buffalo. Nueva York):


Unam uno: El Otro y Don Juan

8. M aría Je sú s Fernández Leborans (C urso superior


de Filología. Málaga):
Campo semántico y connotación

9. M aría C a sa s de Faunce (Universidad de Puerto Rico):


La novela picaresca latinoamericana

10 . Humberto López M o ra le s [Universidad de Puerto Rico):


Socioiingüística, dialectología y gramática generativa

11. C arlos Alvar (Academ ia de Buenas Letras. Barcelona):


La poesía trovadoresca en España y Portugal

12 Hernán Urrutia Cárdenas [Universidad de Deusto):


Lengua y discurso en la creación léxica

13 W alter M ign o lo (Universidad de Michigan).


Teoría del texto literario

14 Joaquina Canoa (Universidad de Oviedo):


Sem iología de laa Com edlas bárbaras

15 A g u stin Vera Luján (Universidad de Málaga):


Análisis semiológico de «Muertes de perro»
N acido en G ran ad a en 195 1,
C arlos Alvar se licenció en
la Universidad C om plutense y
tfc rc p lt d g leyó su tesis doctoral en
la Universidad A utó n om a
Barcelona. A ctualm ente es
profesor de Literatura Medieval
Española en la Universidad
C entral de Barcelona.
Basándose en las alusiones de los trovadores de los
siglos X II y XIII a Castilla, León, N av arra y
Portugal, C arlos A lvar lleva a cabo un riguroso
estudio de la presencia de la lirica provenzal en estas
cortes peninsulares; para ello revisa la cronología
conocida relacionándola con distintos hechos
históricos. Reagrupa, después, las composiciones de
cada trovador, a las que añade una introducción
bibliográfica, dirigida al lector no especializado.
El estudio arroja resultados tan interesantes c o m o el
breve ensayo final acerca del concepto de España en
los trovadores y entre los provenzales, que acuñaron
el térm ino español.

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