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COMPOSICION APROX COLTAN

El coltán, materia prima estratégica


GREGORIO LÓPEZ LÓPEZ/
Un mineral estratégico poco conocido, el coltán (contracción de columbita-tantalita), es esencial
para las nuevas tecnologías. Los misiles balísticos, las armas inteligentes, los ordenadores o los
teléfonos móviles dependen de él. Se trata de un niobato-tantalato de hierro y manganeso de
composición (Fe, Mn) (Nb, Ta)2O6. De esta mena se extraen los metales niobio y tántalo.
Como el comportamiento químico de estos metales es muy parecido (sus nombres se deben a
esta semejanza de comportamiento: en la mitología griega, Niobe es la hija de Tántalo), su
separación es difícil y compleja, y se basa, generalmente, en procesos de extracción con
disolventes orgánicos.

El tántalo es extremadamente resistente a la corrosión debido a la formación de una capa


superficial de óxido, que es excepcionalmente tenaz y un excelente dieléctrico. Por ello se le usa
en la industria electrónica, para la fabricación de condensadores. El interés tecnológico de los
condensadores de tántalo reside en su elevada capacitancia y su gran fiabilidad, incluso cuando
se someten a temperaturas extremas. La miniaturización es también un factor decisivo; por
anodización, se pueden conseguir espesores nanométricos de la película dieléctrica de óxido.
Son los condensadores preferidos en aplicaciones críticas: aeronaves espaciales, marcapasos y
equipos de seguridad.

Aplicaciones tan extendidas como en los ordenadores y teléfonos móviles han disparado el
consumo de tántalo y la necesidad de la materia prima coltán, de la que se encuentran grandes
reservas en la región oriental de la República Democrática del Congo, zona fronteriza con
Uganda, Burundi y Ruanda. El contrabando de coltán alimenta los conflictos armados, con la
consiguiente pérdida de vidas humanas y destrucción del hábitat natural de la mayor reserva
africana de gorilas de montaña. El nombre tántalo hace referencia a la gran resistencia química
del metal a los ácidos. En la mitología griega, los dioses decidieron castigar la omnisciencia de
Tántalo de una forma terrible. Su castigo consistió en estar en un estanque con el agua a la
altura de la barbilla. Cada vez que Tántalo, desesperado por la sed, intenta sorber algo de agua,
ésta se retira inmediatamente de su alcance. Parece que la maldición de Tántalo ha perdurado y
se ha trasladado del Olimpo al Congo. Recordemos, pues, que el reciclaje de algunos
componentes electrónicos de ordenadores y teléfonos móviles puede paliar, al menos en parte,
la pérdida de vidas humanas y la destruccción de ecosistemas naturales.

Gregorio López López es miembro de número de la Academia de Ciencias de la Región de


Murcia

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