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BOLILLA 4

La personalidad física.
1) Los derechos sobre la personalidad física: los bienes jurídicos protegidos.

Tratándose de seres vivos, el bien jurídico protegido no es otro que la vida humana en todo lo
que ella representa y entraña: la vida misma, el cuerpo y la salud. En el caso de las personas
fallecidas, lo es el cadáver y, también, la memoria de la persona difunta respecto de la cual
existe un deber genérico de respeto, que ha de ser impuesto a través de su tutela.

1.1) El derecho a la vida.

a) Su tutela legal.

Argentina.

La vida humana está protegida por disposiciones de derecho constitucional, penal y civil.

PROTECCION CONSTITUCIONAL DE LA VIDA HUMANA.

Nuestra Constitución Nacional tutela la vida y la integridad física de las personas que habitan el
suelo argentino (a través de principios del cristianismo invocados en el preámbulo). Asimismo,
la Constitución comprende, en su protección, las libertades e igualdades civiles, las que
contienen los derechos de la personalidad en sus mismas entrañas.

En el ART 18 CN: se prohíbe la pena de muerte.


En el ART 75 INC. 23 CN: se protege al niño desde el embarazo.
ART 75 INC 22 CN: Le da jerarquía constitucional a la Convención sobre los Derechos del Niño,
la cual no hace alusión alguna y tampoco precisa cuando comienza la vida humana. Por eso
nuestro país, al ratificar dicha convención, formula la siguiente declaración: “con relación al art
1: se entiende por niño todo ser humano desde el momento de la concepción y hasta las 18
años de edad”.

El reconocimiento de ese status constitucional de los derechos de la personalidad, así como en


general, el rango constitucional de un texto, o de un principio de cualquier índole, engendra
dos consecuencias:
— la primera, que la ley contraria al texto o al principio será inconstitucional, y así deberá ser
declarada por los jueces si es pedido por alguna de las partes, es decir, es inconstitucional toda
norma que contrarié la vida humana.
— la segunda, concerniente esencialmente al juez, como a todos aquellos que aplican los
textos, quienes deben interpretarlos dándoles el sentido que más convenga a la materia, es
decir, la comprensión más acorde con la norma constitucional superior, la cual dirige, en cierto
modo, la interpretación de todos los textos en la materia que a ella atañe. Es decir, la
interpretación de las normas debe ser siempre en el sentido que más convenga a la protección
de la vida humana.

Teoría del sistema nervioso central.


Algunos países europeos: la persona aparece cuando se inicia el proceso de formación del
sistema nervioso central, que comienza el día 15 desde la concepción, completándose el
desarrollo cerebral a las ocho semanas.
Teoría del nacimiento con vida.
Varios países europeos y algunos latinoamericanos: el embrión y el nasciturus no son
personas, carecen de personalidad hasta que ocurre el nacimiento con vida.

Teoría de la anidación.
La unicidad o individualidad que trae aparejado el concepto de persona, recién se asegura
cuando el cigoto o huevo anida en el útero, unos 14 días desde la concepción, ya que hasta ese
momento puede ocurrir el desdoblamiento dentro del huevo generándose los denominados
“gemelos monogoticos”.

Teoría de la concepción.
Rivera, Borda, Sanchez Torres: la persona existe desde la concepción dentro o fuera del seno
materno, basta la unión de los gametos masculino y femenino para que se esté en presencia
de una persona. Esta es una unidad que reconoce etapas sucesivas de desarrollo, que se dan
desde la concepción hasta la muerte.

Teoría ‘mixta’ de la concepción e implantación.


Kemelmajer, Lamm, Herrera: la persona existe desde la concepción y en el caso de la
aplicación de técnicas de reproducción médica asistida desde la implantación del embrión
fecundado.

La sentencia del fallo “Artavia Murillo c/ Costa Rica” de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos establece qué es lo que se entiende por concepción. (REMITIRSE A LA BOLILLA 3)

b) Cuestiones comprometidas: su enunciación.

¿Cuál es la importancia de determinar la naturaleza jurídica del derecho a la vida?: Córdoba J y


Sánchez Torres J establecieron que “desde el mismo momento en que existe la persona, surge
un marco de indisponibilidad de carácter absoluto para los terceros. En efecto, desde que hay
persona surge el derecho personalísimo a la vida, y nadie puede disponer válidamente sobre
ella”, de ahí que se planteen tantas discusiones en torno a cuando surge la vida.

c) El aborto: criterios al respecto. El caso del aborto anencefálico: la jurisprudencia.

Nuestro ordenamiento jurídico interno no define el aborto.


El diccionario de la Real Academia Española, en su segunda acepción, establece que el aborto
es la “interrupción del embarazo por causas naturales o deliberadamente provocadas, puede
constituir eventualmente un delito”.

El tema del aborto provocado interesa en la medida en que constituye, según los criterios
tradicionales, un gravísimo atentado contra el derecho a la vida de las personas. Para ello se
sostiene que el embrión o feto tiene vida desde el momento de la concepción y que, por tanto,
el aborto es un atentado contra el bien personalísimo de la vida de aquéllos, todo lo cual obsta
para que se pueda admitir que la interrupción voluntaria del embarazo importe u n acto de
libre disposición de la mujer sobre su propio cuerpo.

Lo que consuma el delito de aborto es la muerte del ser humano embrionario y en su sucesivo
desarrollo, no importando en absoluto que tenga lugar en el seno materno o en el acto de
expulsión, o bien que se hallare fuera del sitio fisiológicamente adecuado como sucede con los
embarazos ectópicos y similares.

ART 19 CCC: “Comienzo de la existencia. La existencia de la persona humana comienza con la


concepción”.
ART 86 Código Penal: “… El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento
de la mujer encinta, no es punible:
1º Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este
peligro no puede ser evitado por otros medios.
2º Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una
mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser
requerido para el aborto”.

Caso F.A.L. s/ Medida Autosatisfactiva, sentencia CSJN 13 de marzo de 2012: Exhorto a


médicos y jueces a evitar dilaciones por medio de la innecesaria intervención de la justicia en
los casos de abortos no punibles. A su vez estableció claramente la interpretación del ART 86
inc. 2 del Código Penal, que permite el aborto cuando el embarazo es producto de un abuso
sexual, e instó al Estado Nacional, a los estados provinciales y a la ciudad Autónoma de Buenos
Aires a regular el procedimiento que facilite el acceso a los abortos legales.

Aborto anencefálico.

Anencefalia significa que el feto carece de los hemisferios cerebrales y de calota craneana.

-Caso de la Corte Suprema de Justicia: Una mujer embarazada supo que el feto que estaba
gestando padecía esta anomalía, que le impediría la vida extrauterina; esto es, producido el
parto, el niño no tendría viabilidad alguna, estimándose que su fallecimiento habría de
producirse pocas horas después.
Frente a esta situación, la gestante solicitó al hospital que se procediera a inducir el parto,
pero el hospital señaló que para ello era necesaria una orden judicial. Frente a esta negativa, la
mujer interpuso una acción de amparo para que se la autorizara a anticipar el parto señalando
que la continuación del mismo le provocaba un daño a su salud psíquica y física.

-La mayoría sostuvo que:


·La pretensión de amparo no constituye un pedido para efectuar un aborto ya que no se
persigue una acción que tenga por objeto la muerte del feto.
· Las posibilidades de vida del feto fuera del seno materno son nulas, sin que exista ninguna
diferencia entre inducir el parto prematuramente o esperar el transcurso de los nueve meses
de gestación.
·Dado el avanzado estado de embarazo de la peticionante, el eventual nacimiento puede ser
calificado como prematuro pero no como inmaduro, de manera que el feto se encontraría en
condiciones de sobrevivir fuera del vientre materno si no fuera por la patología que lo afecta.
·Por lo tanto, el eventual fallecimiento del feto será consecuencia de la enfermedad que sufre
y no del hecho normal de su nacimiento.
·La preservación de la vida no puede imponer la prolongación artificiosa del nacimiento para
prolongar la supervivencia intrauterina.
·La solución adoptada no afecta el derecho a la vida desde la concepción, ya que "nada hay en
esta decisión que altere el curso natural de las cosas: concepción, vida en el seno materno,
transcurso de un período de gestación más que suficiente para la formación del ser humano
completo y viable, su alumbramiento sin riesgos para el hijo y madre y la preservación del
derecho a la vida de ambos durante el curso de este proceso..."
·Puesto que el feto va a morir irremediablemente como consecuencia de la enfermedad que
sufre, "cobran toda su virtualidad los derechos de la madre a la protección de su salud
psicológica y física".
Es legítimo anticipar el parto de un feto que tiene una enfermedad terminal siempre y cuando:
a) se trate del alumbramiento de u n feto prematuro y no de un feto inmaduro (es decir, que el
feto se encuentre en condiciones de sobrevivir fuera del vientre materno salvo por la
enfermedad que lo afecta);
b) que el anticipo del parto no aumente el riesgo de muerte del nasciturus (en otras palabras,
que no exista diferencia en cuanto a su posibilidad de sobrevida entre anticipar el parto o
esperar hasta el noveno mes de gestación).

-Los argumentos de la minoría: En uno de los votos en disidencia (Nazareno) se afirma que "la
protección legal de la persona humana comienza desde la concepción".
De manera que no puede negarse el carácter de persona al feto anencefálico, a pesar de la
ausencia de los hemisferios cerebrales. En este marco, se concluye en que "si a los nueve
meses la persona anencefálica que nace por parto espontáneo tiene una sobrevida
aproximada de doce horas, resulta evidente que la inducción del parto a los, digamos seis
meses, determinará la muerte del sujeto a los seis meses y doce horas.
Destaca que el feto es persona desde el momento de la concepción, "la anticipación del parto
privaría a la criatura de su perspectiva de seguir viviendo en el seno materno hasta el día de su
alumbramiento natural". La sentencia recurrida "desconoce el valor inconmensurable de la
vida de la persona por nacer porque supone que su existencia tiene un valor inferior a la de
otra que tuviese mayores expectativas, e inferior aún a las del sufrimiento de la madre o de su
núcleo familiar".

d) La eutanasia: noción y clases. Distinción con otras figuras: la distanasia y la ortotanasia. La


muerte digna: noción y configuración. Las directivas anticipadas: concepto y características;
su recepción legal.

Eutanasia:
Es el comportamiento comisivo u omisivo dirigido a causar, como fin directo y efecto
inmediato, la muerte de una persona a la que, respondiendo o no a su petición, se la libera con
ello de los sufrimientos causados por la enfermedad que padece o el estado en que se
encuentra. Pueden distinguirse:
-Eutanasia voluntaria: en tanto haya mediado voluntad de la persona. El paciente presta su
consentimiento para que:
(i) se le suspendan los tratamientos terapéuticos que le prolonguen la vida o se niega a
someterse a una intervención quirúrgica o tratamiento de cualquier especie (eutanasia
voluntaria pasiva), o
(ii) se le suministren medicamentos o drogas para producir la muerte (eutanasia voluntaria
activa).
-Eutanasia involuntaria: es aquella en que el paciente por su mismo estado no puede prestar
su consentimiento; por lo que otros, sus parientes o los médicos, deciden: (i) privarle de la vida
mediante una acción (suministrarle una droga) (eutanasia involuntaria activa) o (ii) suprimir los
tratamientos de prolongación de la vida (eutanasia involuntaria pasiva).
-Eutanasia activa: implica un comportamiento activo dirigido a provocar la muerte de una
persona.
-Eutanasia pasiva: implica un comportamiento omisivo, pasivo o abstensivo de aplicar
tratamientos o medicamentos necesarios para mantener con vida a la persona, con virtualidad
de provocar la muerte de una persona.

Distanasia:
Es el comportamiento medico comisivo, mediando o no voluntad del paciente, empeñado en
la prolongación fútil de la agonía o del sostén vital del paciente mediante el empleo de medios
terapéuticos excepcionales, extraordinarios o desproporcionados.
Ortotanasia u ortoeutanasia:
Es el comportamiento medico omisivo, mediando o no voluntad del paciente, consistente en
prescindir de la aplicación de tratamientos o medicamentos extraordinarios a fin de que la
muerte acontezca. Usualmente se acompaña de cuidados paliativos.

Muerte digna:

ART 59 INC G CCC: “Consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud.
El consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud es la declaración
de voluntad expresada por el paciente, emitida luego de recibir información clara, precisa y
adecuada, respecto a:
G- en caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o cuando se encuentre en
estado terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación, el derecho a
rechazar procedimientos quirúrgicos, de hidratación, alimentación, de reanimación artificial o
al retiro de medidas de soporte vital, cuando sean extraordinarios o desproporcionados en
relación a las perspectivas de mejoría, o produzcan sufrimiento desmesurado, o tengan por
único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e incurable;”

Este artículo prevé la posibilidad de rechazar procedimientos:


·Quirúrgicos.
·De hidratación.
·Alimentación.
·Reanimación artificial.
·Medidas de soporte vital.
Frente a:
·Una enfermedad irreversible, incurable, o
·cuando se esté en estado terminal, o
·haya sufrido lesiones que lo coloquen en esa situación.
En tanto sean:
·Extraordinarios o desproporcionados en relación a las perspectivas de mejoría, o
·Produzcan sufrimiento desmesurado, o
·Tengan por único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e
incurable.

Directivas anticipadas:

¿Se pueden emitir directivas anticipadas sobre las situaciones anteriores? (eutanasia,
distanasia, ortoeutanasia y muerte digna?

ART 19 CN: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la
moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la
autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no
manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”.

LEY 17.132 Sobre el ejercicio de la medicina, odontología y ciencias auxiliares, prescribe en su


art 19 inc. 3, que los profesionales de la medicina están obligados a respetar la voluntad del
paciente, si esta válidamente expresada y legalmente admitida, aun cuando sea negativa a
tratarse o internarse.
LEY 26.529 sobre derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de
la salud: “Toda persona capaz mayor de edad puede disponer directivas anticipadas sobre su
salud, pudiendo consentir o rechazar determinados tratamientos médicos, preventivos o
paliativos, y decisiones relativas a su salud. Las directivas deberán ser aceptadas por el
medico a cargo, salvo las que impliquen desarrollas practicas eutanásicas, las que se tendrán
como inexistentes”.

Por lo tanto:
·Eutanasia: hay una postura negativa de la doctrina, si bien no configura un delito autónomo,
su práctica queda comprendida dentro de la figura de homicidio.
·Ortotanasia: se admite en la consideración que si en uso de sus facultades mentales nadie
puede ser obligado a recibir un tratamiento médico, tampoco puede serlo si por el hecho de
encontrarse privado de manifestar su voluntad, si es que antes así lo ha expresado.
·Distanasia: en principio debe aceptársela toda vez que estas declaraciones se sustentan en el
anhelo de vivir, aun cuando las posibilidades medicas de recuperación sean mínimas.

Es decir, que en gran medida la incorporación de la posibilidad de emitir reglas sobre directivas
anticipadas se concretó con la sanción de la ley de derechos del paciente Nº 26.529.

ART 60 CCC: “Directivas médicas anticipadas. La persona plenamente capaz puede anticipar
directivas y conferir mandato respecto de su salud y en previsión de su propia incapacidad.
Puede también designar a la persona o personas que han de expresar el consentimiento para
los actos médicos y para ejercer su curatela. Las directivas que impliquen desarrollar prácticas
eutanásicas se tienen por no escritas.
Esta declaración de voluntad puede ser libremente revocada en todo momento”.

La ley 26.529 prevé la posibilidad de anticipar directivas. El nuevo código va más allá,
permitiendo además:
1- conferir mandato (respecto a la salud y en previsión de la eventual incapacidad futura).
2- designar a quienes podrán expresar el consentimiento para los actos médicos.
3- Designar a quienes podrán ejercer su curatela.

Tanto la ley 26.529 como el nuevo código PROHIBEN LAS PRACTICAS EUTANASICAS.

ART 55 CCC: “Disposición de derechos personalísimos. El consentimiento para la disposición de


los derechos personalísimos es admitido si no es contrario a la ley, la moral o las buenas
costumbres. Este consentimiento no se presume, es de interpretación restrictiva, y libremente
revocable”.

El código reitera que la declaración de voluntad puede ser libremente revocada.

e) El suicidio: la cuestión y su consideración.

El suicidio: Es la acción y el efecto de quitarse voluntariamente la vida.


Plantea dos problemas: su justificación desde el punto de vista moral y religioso y su posible
incriminación como delito; esto es, su ponderación desde el punto de vista jurídico.
Enfocando el tema desde la óptica de los derechos personalísimos, corresponde que se diga
que el derecho a la vida no debe ser entendido como un derecho "sobre" la vida, es decir,
como si la persona fuera dueña de su vida hasta el punto de poder disponer de ella de modo
absoluto.
Ninguna persona tiene la potestad de extinguir su propia vida. Ésta es el bien supremo. Y el
derecho a la vida es el primero entre todos los demás derechos, no sólo por la magnitud del
valor que protege, sino porque para ser titular de éstos es condición indispensable tener vida.
Las legislaciones actuales no incriminan el suicidio. En verdad, si el suicidio ha sido consumado
resultaría imposible someter a la persona muerta al cumplimiento de una pena. Además no
sería lógicamente admisible un delito contra sí mismo.
Nuestra ley penal establece penas para quienes instigaren a otro al suicidio o le ayudaren a
cometerlo, si el suicidio se hubiese tentado o consumado.

1.2) El derecho a la integridad física.

a) la regla básica.

Naturaleza jurídica del cuerpo humano: el cuerpo humano no es una cosa, en tanto objeto
material susceptible de tener un valor.
Por lo tanto, son nulos los actos jurídicos que tengan por objeto todo o alguna parte de el, aun
cuando fueran partes renovables; sin perjuicio de que luego de separadas puedan ser
consideradas cosas que están en el comercio y por tanto susceptibles de negociación
contractual.

El derecho a la integridad física presenta dos aspectos relevantes:


1- la determinación de las atribuciones que la persona posee sobre su propio cuerpo y sobre el
cadáver, y por tanto, sus límites.
2- La protección legal para su efectivo ejercicio frente a las posibles agresiones del estado o de
otros terceros.

ART 56 CCC: “Actos de disposición sobre el propio cuerpo. Están prohibidos los actos de
disposición del propio cuerpo que ocasionen una disminución permanente de su integridad o
resulten contrarios a la ley, la moral o las buenas costumbres, excepto que sean requeridos
para el mejoramiento de la salud de la persona, y excepcionalmente de otra persona, de
conformidad a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico.
La ablación de órganos para ser implantados en otras personas se rige por la legislación
especial.
El consentimiento para los actos no comprendidos en la prohibición establecida en el primer
párrafo no puede ser suplido, y es libremente revocable”.

Este artículo no refiere a la debatida cuestión en torno a la naturaleza jurídica del cuerpo
humano, si bien en los fundamentos del Anteproyecto se los presenta como ‘bienes’ de la
persona que entrañan una utilidad, aun cuando no sean susceptibles de valoración económica.

Se hace especial referencia a las llamadas “partes separadas del cuerpo”, considerando dos
posibles modos de resolver la cuestión:
1- Acudiendo a los derechos de la personalidad;
2- Considerando estas partes objeto de derechos patrimoniales.

De acuerdo a los fundamentos, debe estarse a la primer solución, ya que establece: “En efecto,
aparecieron bienes que, siendo de la persona, no tienen un valor económico, aunque si una
utilidad, como sucede con el cuerpo, órganos, genes, etc.”.

En relación al art 56:


·Implica una LIMITACION a la facultad de la persona humana de realizar actos de disposición
sobre su cuerpo, prohibiendo:
1- Aquellos actos ‘que ocasionen una disminución permanente de su integridad’, y
2- Aquellos actos que ‘resulten contrarios a la ley, la moral o las buenas costumbres” (con una
redacción flexible y abierta a su interpretación e integración con el resto del ordenamiento
jurídico).
·Excepción: se permiten tales actos cuando “sean requeridos para el mejoramiento (en
principio) de la salud de la persona, y excepcionalmente de otra persona, de conformidad a lo
dispuesto en el ordenamiento jurídico”.

·El último párrafo: establece una norma de cierre referida a la necesidad de contar con el
consentimiento previo del paciente: libremente revocable y por tanto no puede ser suplido.

·LEGISLACION ESPECIAL: se remite a la legislación especial en relación a las reglas de la


ablación y trasnplante de órganos, que es la LEY 24.193.

·La ausencia de regulación en el CCC de las prácticas que importen la utilización de material
genético y embriones de terceros ha suscitado un especial debate. A la fecha solo hay un
proyecto de ley que ha obtenido media sanción por parte de la cámara de diputados.

·Como pauta genérica y de alcances un tanto indefinidos, que el art 57 CCC prohíbe
expresamente toda practica “destinada a producir una alteración genética del embrión que se
transmita a su descendencia”, en correspondencia con la declaración universal sobre el
genoma humano y los derechos humanos de la UNESCO.
ART 57 CCC: “Prácticas prohibidas. Está prohibida toda práctica destinada a producir una
alteración genética del embrión que se transmita a su descendencia”.

·En este entendimiento, la disposición del articulo 56 debe ser necesariamente vinculada con
la del artículo 17, que en referencia a los derechos sobre el cuerpo humano establece:
ART 17 CCC: “Derechos sobre el cuerpo humano. Los derechos sobre el cuerpo humano o sus
partes no tienen un valor comercial, sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social
y sólo pueden ser disponibles por su titular siempre que se respete alguno de esos valores y
según lo dispongan las leyes especiales”.

b) La tutela legal.
-Normas protectoras en la constitución nacional: protege la vida y la integridad física de las
personas que habitan el suelo argentino.

-Normas protectoras en el código penal: concretamente referida al resguardo de la integridad


física. Reprime y sanciona el delito de "lesiones", en sus diversas formas, causadas en el cuerpo
o en la salud

-Le ley 26.529 de derechos del paciente.

-Normas protectoras en el código civil y comercial: ART 56, 57, 58, 59 y 61.

-Jurisprudencia nacional: La jurisprudencia de nuestros tribunales tiene juzgado que todo daño
a la integridad física debe ser indemnizado, aun cuando el afectado no ejerza ninguna
actividad lucrativa. En el caso del llamado "daño estético", la indemnización debe
fundamentarse, no sólo en la afectación de la capacidad laborativa sino, también, en todo lo
que pueda proyectarse sobre la vida individual y de relación de la víctima. El resarcimiento
corresponde a u n cuando se trate de persona del sexo masculino y aunque no se dedique a la
profesión artística.

c) Cuestiones comprometidas: enunciación.


Las cuestiones comprometidas son:
·Las atribuciones que a la persona puedan corresponder respecto de su vida, su cuerpo y su
salud, y de sus despojos mortales.
·Su protección legal.
·La determinación de los límites de aquellas atribuciones.
·El reconocimiento de la validez o invalidez de los actos u omisiones que importen una
disposición relativa o absoluta de esas facultades; en su caso, a la posibilidad y efectos de su
ulterior revocación.
·La posibilidad o prohibición de su suplencia, es decir, de que el consentimiento pueda ser, o
no, otorgado por otras personas distintas del titular, cuando éste no sea legalmente capaz o no
esté en condiciones de expresar su voluntad.
·La validez o invalidez de compromisos asumidos que importen exponer la vida, el cuerpo o la
salud de la persona.
·La prohibición o permisibilidad, y bajo qué condiciones, de exámenes médicos,
experimentaciones científicas, tratamientos clínicos o quirúrgicos que impliquen riesgos de
muerte del paciente o una disminución orgánica irrecuperable.
·Las actividades deportivas o realización de espectáculos que puedan significar grave peligro
para la vida o la integridad física de las personas intervinientes.
Con respecto a las personas fallecidas, las cuestiones que se plantean son:
·La determinación del status jurídico del cadáver.
·Cuál es el valor y cuáles los efectos que corresponde atribuir a la declaración de voluntad
manifestada por la persona relativa al destino futuro a darse al propio cuerpo, una vez muerto.
·Si nada hubiese dispuesto el sujeto sobre su futuro cadáver, a quién o quiénes corresponde
tomar las medidas pertinentes.
·Si las personas fallecidas gozan de la protección legal civil.
·Si existe un derecho personalísimo con respecto al propio cadáver.
·¿Quiénes pueden ejercer las acciones tutelares?.
·A quién o quiénes incumbe determinar la forma o ritos de la ceremonia fúnebre; exequias e
inhumación.
·Si los derechos personalísimos pueden sobrevivir, en algunos aspectos, a su titular.

Bienes jurídicos protegidos: En cuanto al bien protegido, tratándose de seres vivos, no es otro
que la vida humana en todo lo que ella representa y entraña: la vida misma, el cuerpo y la
salud. En el caso de las personas fallecidas, lo es el cadáver y, también, la memoria de la
persona difunta respecto de la cual existe un deber genérico de respeto, que ha de ser
impuesto a través de su tutela.

1.1.2) Los tratamientos médicos:

a) El principio de autonomía: concepto y distinción entre capacidad y competencia. El


requisito de licitud del acto médico.

Principio de la autonomía.
Es la capacidad de autogobierno que tiene la persona en virtud de la cual puede elegir y actuar
sobre la base de una apreciación personal de las futuras posibilidades evaluadas en función de
su propio sistema de valores.

Exige la concurrencia de tres presupuestos:


1- La persona debe tener la posibilidad de decidir por si misma.
2- Deben existir opciones reales sobre las cuales decidir.
3- La persona debe contar con información sanitaria para poder tomar una decisión autónoma.
Los tratamientos médicos.
Requisito de licitud del acto médico:

A- Tener como objetivos, entre otros:


1- Preservación o curación de la salud; o
2- Evitar un mal grave; o
3- Corregir defectos físicos; o
4- Beneficiar a un tercero;
5- Apoyar el avance científico por vía de experimentación; o
6- Adecuación a la identidad sexual.

B- Consentimiento informado.

b) Los derechos del paciente: su enunciación; la información sanitaria; el consentimiento


informado, su alcance y carácter; la historia clínica, concepto, titularidad y el acceso a su
conocimiento.

Ley de derechos del paciente 26.529


Desde su sanción en Octubre de 2009 produjo un cambio de paradigma en la relación médico –
paciente. Por diversos factores:
·Avance tecnológico aplicado a la medicina.
·Mayor especialidad médica.
·Fomento de la igualdad entre las personas.
·Desarrollo de los derechos humanos y personalísimos.
·Exacerbación de la acreencia a ser titular de derechos.

-Razones que llevaron al dictado de la ley:


·Usos y costumbres propios de la práctica médica.
·Código deontológico.
·Ley 17.132 de ejercicio de la medicina.
·Exclusión de la medicina de la ley 24.240 de defensa del consumidor.
·Cumplimiento del mandato constitucional del ART 42: “los consumidores y usuarios de bienes
y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e
intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección y a las
condiciones de trato equitativo y digno”.

-Principales aspectos que regula la ley:


1- la dignidad de la persona.
2- La autonomía del paciente.
3- El resguardo de la intimidad.
4- La admisión de los estados intermedios en relación a la capacidad.
5- La incorporación legislativa de las directivas medicas anticipadas.
6- La obligatoriedad del consentimiento informado.
7- La admisión de la historia clínica.

Derechos del paciente.


Su enunciación: ART 2 LEY 26.529: “Derechos del paciente. Constituyen derechos esenciales en
la relación entre el paciente y el o los profesionales de la salud, el o los agentes del seguro de
salud, y cualquier efector de que se trate, los siguientes:
a) Asistencia. El paciente, prioritariamente los niños, niñas y adolescentes, tiene derecho a ser
asistido por los profesionales de la salud, sin menoscabo y distinción alguna, producto de sus
ideas, creencias religiosas, políticas, condición socioeconómica, raza, sexo, orientación sexual o
cualquier otra condición. El profesional actuante sólo podrá eximirse del deber de asistencia,
cuando se hubiere hecho cargo efectivamente del paciente otro profesional competente;
b) Trato digno y respetuoso. El paciente tiene el derecho a que los agentes del sistema de
salud intervinientes, le otorguen un trato digno, con respeto a sus convicciones personales y
morales, principalmente las relacionadas con sus condiciones socioculturales, de género, de
pudor y a su intimidad, cualquiera sea el padecimiento que presente, y se haga extensivo a los
familiares o acompañantes;
c) Intimidad. Toda actividad médico - asistencial tendiente a obtener, clasificar, utilizar,
administrar, custodiar y transmitir información y documentación clínica del paciente debe
observar el estricto respeto por la dignidad humana y la autonomía de la voluntad, así como el
debido resguardo de la intimidad del mismo y la confidencialidad de sus datos sensibles, sin
perjuicio de las previsiones contenidas en la Ley Nº 25.326;
d) Confidencialidad. El paciente tiene derecho a que toda persona que participe en la
elaboración o manipulación de la documentación clínica, o bien tenga acceso al contenido de
la misma, guarde la debida reserva, salvo expresa disposición en contrario emanada de
autoridad judicial competente o autorización del propio paciente;
e) Autonomía de la Voluntad. El paciente tiene derecho a aceptar o rechazar determinadas
terapias o procedimientos médicos o biológicos, con o sin expresión de causa, como así
también a revocar posteriormente su manifestación de la voluntad. Los niños, niñas y
adolescentes tienen derecho a intervenir en los términos de la Ley Nº 26.061 a los fines de la
toma de decisión sobre terapias o procedimientos médicos o biológicos que involucren su vida
o salud;
f) Información Sanitaria. El paciente tiene derecho a recibir la información sanitaria necesaria,
vinculada a su salud. El derecho a la información sanitaria incluye el de no recibir la
mencionada información.
g) Interconsulta Médica. El paciente tiene derecho a recibir la información sanitaria por escrito,
a fin de obtener una segunda opinión sobre el diagnóstico, pronóstico o tratamiento
relacionados con su estado de salud”.

1) DERECHO DE ASISTENCIA.
·Sin perjuicio de que se debe prestar a toda persona, tienen derecho a atención prioritaria los
niños, niñas y adolescentes (art 3 ley 26.061).
·No pueden obviarse con fundamento en reglamentos administrativos de la institución.
·Excepciones:
a- la intervención sustitutiva a pedido del paciente o decisión de profesional (art 2 inc. 4 ley
26.061).
b- la objeción de conciencia.
c- la carencia de medios de bioseguridad.

2) DERECHO AL TRATO DIGNO.


·En el respeto a las convicciones personales, religiosas, morales y otras del paciente, familiares
y demás acompañantes. Incluye a todos los niveles de la atención médica.
3) DERECHO A LA CONFIDENCIALIDAD.
·Como expresión del derecho a la intimidad (interpretación amplia del art. 1770 CCC) se
manifiesta en el derecho a la no difusión de toda aquella información que llegue a
conocimiento de los profesionales de la salud o sus colaboradores como así también de todo el
que manipule información.

4) DERECHO A LA INTIMIDAD.
·Si bien la ley refiere a la confidencialidad de los datos sensibles, la doctrina incluye a todas las
circunstancias que de cualquier modo puedan perturbar la intimidad del paciente.
·Se vincula al secreto profesional de todos los profesionales vinculados a las ciencias de la
salud.

5) DERECHO A LA INTERCONSULTA MÉDICA.


Historia clínica escrita para efectuar una segunda consulta.

6) DERECHO A LA INFORMACION SANITARIA.


·Toda aquella necesaria vinculada a su salud, como así también el derecho a no recibirla.
·Abbiati: “es aquella que de manera clara, suficiente y adecuada a la capacidad de
comprensión del paciente, informe sobre su estado de salud, los estudios y tratamientos que
fueren menester realizarle y la previsible evolución, riesgos, complicaciones y secuelas de los
mismos”.

7) DERECHO A LA AUTONOMIA.

La información sanitaria.

ART 3 LEY 26.529: “A los efectos de la presente ley, entiéndase por información sanitaria
aquella que, de manera clara, suficiente y adecuada a la capacidad de comprensión del
paciente, informe sobre su estado de salud, los estudios y tratamientos que fueren menester
realizarle y la previsible evolución, riesgos, complicaciones o secuelas de los mismos”.

Consentimiento informado.
·El consentimiento informado no supone un acto jurídico, sino una mera manifestación de
voluntad no negocial, o sea un simple acto licito (Highton Elena), o bien un derecho
personalísimo (kemelmajer de Carlucci).
·No se asimila a la capacidad legal para realizar actos jurídicos, sino que se vincula a cuestiones
de aptitud psicológica y de posibilidades físicas que le permiten expresar su voluntad, previa
comprensión del acto médico y de las consecuencias que este podrá tener sobre su vida y su
salud.

ART 59 CCC: “Consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud. El


consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud es la declaración de
voluntad expresada por el paciente, emitida luego de recibir información clara, precisa y
adecuada, respecto a:
a. su estado de salud;
b. el procedimiento propuesto, con especificación de los objetivos perseguidos;
c. los beneficios esperados del procedimiento;
d. los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles;
e. la especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios en
relación con el procedimiento propuesto;
f. las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento propuesto o de los
alternativos especificados;
g. en caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o cuando se encuentre en
estado terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación, el derecho a
rechazar procedimientos quirúrgicos, de hidratación, alimentación, de reanimación artificial o
al retiro de medidas de soporte vital, cuando sean extraordinarios o desproporcionados en
relación a las perspectivas de mejoría, o produzcan sufrimiento desmesurado, o tengan por
único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e incurable;
h. el derecho a recibir cuidados paliativos integrales en el proceso de atención de su
enfermedad o padecimiento.
Ninguna persona con discapacidad puede ser sometida a investigaciones en salud sin su
consentimiento libre e informado, para lo cual se le debe garantizar el acceso a los apoyos que
necesite.
Nadie puede ser sometido a exámenes o tratamientos clínicos o quirúrgicos sin su
consentimiento libre e informado, excepto disposición legal en contrario.
Si la persona se encuentra absolutamente imposibilitada para expresar su voluntad al tiempo
de la atención médica y no la ha expresado anticipadamente, el consentimiento puede ser
otorgado por el representante legal, el apoyo, el cónyuge, el conviviente, el pariente o el
allegado que acompañe al paciente, siempre que medie situación de emergencia con riesgo
cierto e inminente de un mal grave para su vida o su salud. En ausencia de todos ellos, el
médico puede prescindir del consentimiento si su actuación es urgente y tiene por objeto
evitar un mal grave al paciente.”

A partir de este artículo podemos establecer:


·Obligatoriedad del consentimiento informado: el 4º párrafo del art 59 sienta el principio de
que nadie puede ser sometido a exámenes o tratamientos clínicos o quirúrgicos sin su
consentimiento libre e informado.
En un mismo sentido la ley 26.529 establece que “se requiere con carácter previo ante toda
actuación profesional en el ámbito médico- sanitario, sea público o privado” (art 6).
·Tres excepciones a la obligatoriedad:
a- que exista disposición legal en contrario.
b- que se verifique imposibilidad del paciente en virtud de sus condiciones físicas o psíquicas
para expresar su voluntad al tiempo de la atención medica y no la ha expresado
anticipadamente, en cuyo caso el consentimiento ha de ser prestado por el representante
legal, el cónyuge, el apoyo, el conviviente, el pariente o el allegado que acompañe al paciente.
c- cuando ninguno de ellos pueda prestarlo y la actuación sea urgente, en tanto persiga evitar
un mal grave al paciente.

El art 59 CCC define al consentimiento informado como “la declaración de voluntad expresada
por el paciente, emitida luego de recibir información clara, precisa y adecuada, especificando
el mismo artículo cual ha de ser el contenido de dicha información sanitaria que se exige como
requisito previo a un consentimiento informado valido.

Los primeros seis incisos del código, que eran los únicos contenidos en el anteproyecto,
reproducen el texto de la ley 26.529 de derechos del paciente, pero luego en su paso por el
ministerio de justicia y derechos humanos se agregaron dos últimos requisitos receptando la
reforma de la ley 26.742 de muerte digna.

-Rivera: La persona que dio su consentimiento puede revocarlo, con lo cual queda impedida la
actuación del cirujano. El arrepentimiento del paciente no acarrea a éste responsabilidad
jurídica por el incumplimiento, únicamente la obligación de abonar los gastos que se hayan
realizado como consecuencia directa del consentimiento anteriormente manifestado.
Es entendido que para que el enfermo, o quien resulte habilitado para dar el consentimiento,
pueda otorgarlo o negarlo, con conocimiento cabal de la situación, deberá ser informado
detalladamente sobre el tratamiento a realizarse, sus riesgos, sus probables consecuencias y
las perspectivas de curación.
La negativa del enfermo prevalece. La ley respalda esta actitud pues ha sido adoptada en
ejercicio del derecho a la libertad personal y del derecho a la integridad de su cuerpo y de su
salud.

-LEY 26.529 derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la
salud.

ART 5: “entiéndase por consentimiento informado, la declaración de voluntad suficiente


efectuada por el paciente, o por sus representantes legales en su caso, emitida luego de
recibir, por parte del profesional interviniente, información clara, precisa y adecuada con
respecto a:
a) su estado de salud;
b) El procedimiento propuesto, con especificación de los objetivos perseguidos:
c) los beneficios esperados del procedimiento;
d) los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles;
e) la especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios en
relación con el procedimiento propuesto;
f) las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento propuesto o de los
alternativos especificados.

El ART 5 de la ley 26.529 se vincula con el ART 3 ley 26.529 referido a la información sanitaria.
PROFESIONAL INTERVINIENTE: La ley exige que la información sea brindada por el profesional
interviniente, requisito que no es exigido por el CCC. La doctrina entendió que podría
ampliarse a otro profesional habilitada para dar la información y que posea competencia
médica.
Se exige que se transmita personalmente (como consecuencia de la exigencia de adecuación),
pero mediando o no presencialidad.

CUESTIONES QUE DEBEN SER INFORMADAS (arts 3 y 5 de la ley):


*Riesgo: la doctrina entiende que comprende cuatro factores:
·Naturaleza.
·Magnitud: considerada objetivamente y en función de las circunstancias personales del
paciente.
·Probabilidad: de acuerdo a un adecuado juicio de previsibilidad.
·Inminencia: factibilidad de su ocurrencia en el tiempo.
*Opciones o alternativas terapéuticas: incluye tratamiento e intervenciones, y el llamado no
tratamiento.

CÓMO DEBE SER LA INFORMACION (arts 3 y 5 de la ley):


*Veraz: la doctrina entiende que se refiere a:
·La veracidad objetiva o sustentabilidad científica de los datos; sin perjuicio de la existencia de
otros criterios médicos, y
·La veracidad subjetiva: correspondencia entre la convicción médica y lo que se informa.
La veracidad se vincula a dos cuestiones:
·Objeción de conciencia: el medico no puede dejar de dar la información debida al paciente
para modificar su decisión so pretexto de sus propias convicciones religiosas o morales.
·Privilegio terapéutico: ocultamiento o deformación de la verdad ante la gravedad del
pronóstico. (Respecto a esto hay opiniones doctrinarias diversas).
*Precisa: es aquella exacta, que no da lugar a la ambigüedad en la comprensión de lo
informado.
*Clara: se vincula a la forma en que es expresada la información, es decir aquella que al
paciente le permite comprender lo que se dice por la forma con que se lo dice.
*Adecuada: es aquella que por su contenido y expresión la hacen asimilable para el paciente
de acuerdo a su nivel de comprensión.

A QUIÉN DEBE INFORMARSE:


*En el caso de los menores de edad: los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a
intervenir en los términos de la ley 26.061 a los fines de la toma de decisión sobre terapias o
procedimientos médicos o biológicos que involucren su vida o su salud.
El debate doctrinario se refiere, fundamentalmente a:
1- La amplitud de dicha intervención.
2- Si se debe, o no, brindar información sanitaria al representante legal; y, en su caso, que
ocurre ante el supuesto de oposición entre este y el menor.
Estas normas deben interpretarse conjuntamente al art 26 del ccc.
ART 26 CCC: “…Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para
decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su
estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física.
Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en riesgo la
integridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de sus
progenitores; el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en cuenta su interés superior,
sobre la base de la opinión médica respecto a las consecuencias de la realización o no del acto
médico.
A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las decisiones
atinentes al cuidado de su propio cuerpo”.
FORMA DEL CONSENTIMIENTO INFORMADO:
De acuerdo al ART 7 de la ley 26.529, el consentimiento puede ser verbal, salvo los siguientes
casos, en los que será por escrito:
a- internación;
b- intervención quirúrgica;
c- procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasivos;
d- procedimientos que implican riesgos según lo determine la reglamentación de la presente
ley;
e- revocación.

CARÁCTER del consentimiento informado: ART 6 LEY 26.529: “Obligatoriedad. Toda actuación
profesional en el ámbito médico-sanitario, sea público o privado, requiere, con carácter
general y dentro de los límites que se fijen por vía reglamentaria, el previo consentimiento
informado del paciente”.

CONCLUSION:
·El médico, como principio general y salvo las excepciones legales, se encuentra obligado a
respetar la voluntad del paciente, en tanto su decisión haya sido adoptada en ejercicio de la
libertad personal y del derecho a la integridad de su cuerpo y de su salud; previo a lo cual debe
haber recibido información adecuada para haber prestado su consentimiento informado.
En un mismo sentido se debe respetar la revocación de esa manifestación de voluntad.
·Recientemente la Corte Suprema de Justicia de la Nación ratifico este principio, que ya había
sido sostenido desde el caso Bahamondez, entendiendo que no es procedente imponer un
tratamiento clínico a quien se niega válidamente a realizárselo:
Caso Albarracini Nieves, Jorge Washington s/ medidas precautorias (2012): “… cabe concluir
que no resulta constitucionalmente justificada una resolución judicial que autorizara a someter
a una persona adulta a un tratamiento sanitario en contra de su voluntad, cuando la decisión
del individuo hubiera sido dada con pleno discernimiento y no afectara directamente derechos
de terceros”.

La historia clínica- acceso al conocimiento.

Concepto: ART 12 LEY 26.529: “Definición y alcance. A los efectos de esta ley, entiéndase por
historia clínica, el documento obligatorio cronológico, foliado y completo en el que conste toda
actuación realizada al paciente por profesionales y auxiliares de la salud”.

Titularidad: ART 14 LEY 26.529: “Titularidad. El paciente es el titular de la historia clínica. A su


simple requerimiento debe suministrársele copia de la misma, autenticada por autoridad
competente de la institución asistencial. La entrega se realizará dentro de las cuarenta y ocho
(48) horas de solicitada, salvo caso de emergencia”.

ART 19 LEY 26.529: “Legitimación. Establécese que se encuentran legitimados para solicitar la
historia clínica:
a) el paciente.
b) el cónyuge o la persona que conviva con el paciente en unión de hecho, sea o no de distinto
sexo según acreditación que determine la reglamentación y los herederos forzosos, en su caso,
con la autorización del paciente, salvo que este se encuentre imposibilitado de darla.
c) Los médicos, y otros profesionales del arte de curar, cuando cuenten con expresa
autorización del paciente o de su representante legal”.

Acción directa de habeas data para exigir la entrega de la historia clínica:


ART 20 LEY 26.529: “Negativa. Acción. Todo sujeto legitimado en los términos del artículo 19
de la presente ley, frente a la negativa, demora o silencio del responsable que tiene a su cargo
la guarda de la historia clínica, dispondrá del ejercicio de la acción directa de “habeas data” a
fin de asegurar el acceso y obtención de aquella. A dicha acción se le imprimirá el modo de
proceso que en cada jurisdicción resulte más apto y rápido. En jurisdicción nacional, esta
acción quedara exenta de gastos de justicia”.

Intervenciones quirúrgicas.
·Requisitos de licitud: Para que sean considerados lícitos deben responder a algunos de estos
objetivos: la preservación y curación de la salud del sujeto, evitarle un mal grave o corregir
defectos de carácter estético. También pueden verse motivados por razones altruistas, como
cuando se procura beneficiar a otra persona o encontrar respuesta —por vía de
experimentación— a interrogantes científicos.
En términos generales, puede decirse que lo que legitima una intervención quirúrgica es —
además de su finalidad aceptable— el consentimiento del paciente, que será válido si éste
tiene capacidad para prestarlo. Esta facultad nace de su libertad personal y de su derecho al
cuerpo, facultad que debe ser ejercida dentro de los límites enmarcados por la ley y en
consonancia con el poder de policía que al Estado compete para hacer efectiva la protección
del bien común.
· Tratamientos quirúrgicos prohibidos: regla general: que están prohibidos todos aquellos
tratamientos quirúrgicos que no respondan a fines que hagan lícito el obrar del cirujano o que
no cuenten con el consentimiento del paciente o de su representante legal, o del pariente más
próximo o allegado, según sea, salvo situaciones excepcionales que justifiquen proceder con
prescindencia de dicho consentimiento.
De modo particular diremos que, en casos de tratamientos que produzcan una disminución
permanente de la integridad corporal, el consentimiento del sujeto carece de eficacia plena si
no media u n a razón médica justificante.

1.2.2) Las practicas esterilizantes:


a) Noción.

ART 20 LEY 17.132: “Queda prohibido a los profesionales que ejerzan la medicina: inc 18)
practicar intervenciones que provoquen la esterilización sin que exista indicación terapéutica
perfectamente determinada y sin haber agotado todos los recursos conservadores de los
órganos reproductores”.

ART 7 LEY 26.130: “Modificase al inciso 18, del artículo 20, del capítulo I; del título II de la Ley
17.132 de régimen legal del ejercicio de la medicina, odontología y actividades auxiliares de las
mismas, el que quedará redactado de la siguiente manera:
18: Practicar intervenciones que provoquen la imposibilidad de engendrar o concebir sin que
medie el consentimiento informado del/ la paciente capaz y mayor de edad o una autorización
judicial cuando se tratase de personas declaradas judicialmente incapaces”.
Hasta la sanción de la ley 26.130:
-Se prohibía practicar intervenciones que provoquen la esterilización del sujeto. En caso de
realizarlas se exigía:
· indicación terapéutica determinada.
· agotar todos los recursos conservadores de los órganos reproductores.
De acuerdo con ello, se sostenía que para legitimar una operación esterilizante era necesario:
conformidad del paciente; indicación terapéutica determinada; agotamiento previo de los
medios para conservar los órganos.
La jurisprudencia ha entendido que no correspondía solicitar autorización judicial para tales
operaciones, pues si se dan los recaudos legales, se está dentro de lo lícito, y la autorización
judicial no es exigida; y si no se dan los requisitos legales, la autorización no puede sanear la
ilicitud.
-Se discutía si:
·Era necesaria la autorización judicial.

Rivera: sostiene que son inconstitucionales las leyes locales que prohíben la esterilización o
someten su requerimiento a la exigencia de ser un tratamiento necesario para la salud de la
persona.
Porque, en primer lugar, la esterilización se presenta como una conducta autorreferente Se
trata de una intervención quirúrgica, no daña a terceros, ni a la persona que decide adoptar
este método, sino que, por el contrario, es una decisión que toma en aras de su salud sus
convicciones personales, su plan de vida, etc.. En definitiva, forma parte de las decisiones que
la persona puede tomar libremente en tanto forman parte de las elecciones que toda persona
hace para desarrollar su personalidad.
Desde la sanción de la ley 26.130:
-Basta con el consentimiento informado del paciente CAPAZ y MAYOR DE EDAD.
ART 1 LEY 26.130: “Objeto. Toda persona mayor de edad tiene derecho a acceder a la
realización de las prácticas denominadas "ligadura de trompas de Falopio" y "ligadura de
conductos deferentes o vasectomía" en los servicios del sistema de salud”.

b) Sujetos pasivos y requisitos: personas capaces; personas incapaces: alcance. El


consentimiento informado.

PERSONAS CAPACES:

ART 2 LEY 26.130: “Requisitos. Las prácticas médicas referidas en el artículo anterior están
autorizadas para toda persona capaz y mayor de edad que lo requiera formalmente, siendo
requisito previo inexcusable que otorgue su consentimiento informado.
No se requiere consentimiento del cónyuge o conviviente ni autorización judicial, excepto en
los casos contemplados por el artículo siguiente”.

Requisitos:
·Ser capaz.
·Ser mayor.
·Que sea requerido formalmente.
·Que se otorgue el consentimiento informado.

PERSONAS INCAPACES.

ART 3 LEY 26.130: “Excepción. Cuando se tratare de una persona declarada judicialmente
incapaz, es requisito ineludible la autorización judicial solicitada por el representante legal de
aquélla”.

Hasta la sanción de la ley 26.130:


-Se discutía si:
·Se podían realizar prácticas esterilizantes en insanos.

Desde la sanción de la ley 26.130:


·Se requiere autorización judicial SOLO para las prácticas esterilizantes realizadas en insanos.
Es decir, SOLO puede realizarse la práctica en insanos en tanto:
1- exista declaración judicial de incapacidad.
2- se obtenga la respectiva autorización judicial para realizar la práctica.

En nuestro país, el tema adquirió relevancia por el pedido de autorización judicial hecha por la
madre de una insana para esterilizarla, dado que todos los años daba a luz un niño, embarazos
que eran consecuencia de las deplorables condiciones de internación del hospital público en
que se hallaba.
El Tribunal sostuvo que la madre no podía dar por sí tal consentimiento, para lo cual la ley
requiere que la esterilización esté indicada para el restablecimiento de la salud de la insana;
por ello negó la autorización judicial.
La ley 17.132 prohíbe la esterilización, la que sólo será concedida con consentimiento del
paciente (no suplible por ende por la voluntad del representante legal), amén de que ello
debía estar requerido inexorablemente por la salud de la paciente.
Una solución acorde con este criterio doctrinario se dio en la Capital Federal, al resolverse que
la curadora no puede suplir el consentimiento del incapaz, ni por sí ni por una autorización
judicial.
La cuestión es mucho más compleja, pues no está en juego sólo la integridad física del insano;
en particular en el caso de las mujeres dementes, y sobre todo en nuestro país, donde las
internaciones se realizan a veces en condiciones de promiscuidad, se pueden producir
embarazos que no son el resultado de una relación libremente querida. Por lo que entran a
jugar otros derechos, como el derecho a la dignidad), y aun a una maternidad o paternidad
responsable.

CONSENTIMIENTO INFORMADO.

ART 4 LEY 26.130: “Consentimiento informado. El profesional médico interviniente, en forma


individual o juntamente con un equipo interdisciplinario, debe informar a la persona que
solicite una ligadura tubaria o una vasectomía sobre:
a) La naturaleza e implicancias sobre la salud de la práctica a realizar;
b) Las alternativas de utilización de otros anticonceptivos no quirúrgicos autorizados;
c) Las características del procedimiento quirúrgico, sus posibilidades de reversión, sus riesgos y
consecuencias.
Debe dejarse constancia en la historia clínica de haber proporcionado dicha información,
debidamente conformada por la persona concerniente”.

c) La objeción de conciencia: la solución legal.


ART 6 LEY 26.130: “Objeción de conciencia. Toda persona, ya sea médico/a o personal auxiliar
del sistema de salud, tiene derecho a ejercer su objeción de conciencia sin consecuencia
laboral alguna con respecto a las prácticas médicas enunciadas en el artículo 1º de la presente
ley.
La existencia de objetores de conciencia no exime de responsabilidad, respecto de la
realización de las prácticas requeridas, a las autoridades del establecimiento asistencial que
corresponda, quienes están obligados a disponer los reemplazos necesarios de manera
inmediata”.

1.2.3) Intervención y tratamientos médicos para la adecuación sexual: su reconocimiento


legal.

-ANTES: ley 17.132 sobre el ejercicio de la medicina, odontología y actividad de colaboración


de las mismas en su art 19 inc. 5 establecía que: los profesionales de la medicina están
obligados a no llevar a cabo intervenciones quirúrgicas que modifiquen el sexo de una persona
salvo autorización judicial.
Por supuesto que el tribunal interviniente debia tener en cuenta, para acordar o denegar la
autorización, todos los elementos de juicio de que pueda disponer, incluso dictamen médico
pericial, finalidad perseguida por el sujeto interesado, pronóstico sobre el resultado de la
operación y también los riesgos de la misma. Obvio es que deberá contarse con la conformidad
del paciente.

El tema del cambio de sexo ha evolucionado notablemente en los últimos años y la doctrina
fue abriendo paso a una noción más amplia del sexo; y ese cambio se sostiene en varios datos
que pasamos a destacar:
— La cuestión fundamental radica en que la doctrina jurídica ha comprendido que la noción de
sexo no es unívoca, no se limita a la mera comprobación de la existencia de los órganos
externos que constituyen su manifestación primaria (sexo morfológico).
— Por lo que, siguiendo las enseñanzas de la medicina y la psiquiatría, se distinguen el sexo
cromosómico y el cromatínico, concepción que responde a la idea general de sexo genético; el
sexo hormonal; el sexo psicológico; sexo fenotípico.
— Se advierte que no siempre hay u n a coincidencia entre esos diversos conceptos de sexo,
en una misma persona.

d) La reacción

En los organismos internacionales ha habido pronunciamientos contradictorios:


a) la comisión europea de derechos humanos: ha condenado como violación de los derechos
humanos la actitud de los estados que se niegan a reconocer el sexo de una persona por violar
la convención europea de los derechos humanos.
b) la corte europea de derechos humanos: ha considerado que el no reconocimiento del
cambio de sexo no afecta el derecho a casarse con personas de sexo diferente.

Jurisprudencia nacional: en fallos contradictorios, ha ido mostrando una mayor amplitud en


aceptar las operaciones de cambio de sexo.

ESTADO ACTUAL DE LA CUESTION:


ART 11 LEY 26.743: “Derecho al libre desarrollo personal. Todas las personas mayores de
dieciocho (18) años de edad podrán, conforme al artículo 1° de la presente ley y a fin de
garantizar el goce de su salud integral, acceder a intervenciones quirúrgicas totales y parciales
y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su
identidad de género autopercibida, sin necesidad de requerir autorización judicial o
administrativa.
Para el acceso a los tratamientos integrales hormonales, no será necesario acreditar la
voluntad en la intervención quirúrgica de reasignación genital total o parcial. En ambos casos
se requerirá, únicamente, el consentimiento informado de la persona. En el caso de las
personas menores de edad regirán los principios y requisitos establecidos en el artículo 5° para
la obtención del consentimiento informado. Sin perjuicio de ello, para el caso de la obtención
del mismo respecto de la intervención quirúrgica total o parcial se deberá contar, además, con
la conformidad de la autoridad judicial competente de cada jurisdicción, quien deberá velar
por los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño o niña de acuerdo con lo
estipulado por la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección
integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. La autoridad judicial deberá
expedirse en un plazo no mayor de sesenta (60) días contados a partir de la solicitud de
conformidad.
Los efectores del sistema público de salud, ya sean estatales, privados o del subsistema de
obras sociales, deberán garantizar en forma permanente los derechos que esta ley reconoce.
Todas las prestaciones de salud contempladas en el presente artículo quedan incluidas en el
Plan Médico Obligatorio, o el que lo reemplace, conforme lo reglamente la autoridad de
aplicación”.

-Solo se requiere el consentimiento informado de la persona.


-Todas las prestaciones se incluyen en el P.M.O (programa médico obligatorio), obliga a todos
los efectores del sistema público de salud, ya sean estatales, privados o del subsistema de
obras sociales.
-Situación de los menores de edad:
ART 5 LEY 26.743: — Personas menores de edad. Con relación a las personas menores de
dieciocho (18) años de edad la solicitud del trámite a que refiere el artículo 4º deberá ser
efectuada a través de sus representantes legales y con expresa conformidad del menor,
teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño/a de
acuerdo con lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de
protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Asimismo, la persona
menor de edad deberá contar con la asistencia del abogado del niño prevista en el artículo 27
de la Ley 26.061.
Cuando por cualquier causa se niegue o sea imposible obtener el consentimiento de alguno/a
de los/as representantes legales del menor de edad, se podrá recurrir a la vía sumarísima para
que los/as jueces/zas correspondientes resuelvan, teniendo en cuenta los principios de
capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la
Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los
derechos de niñas, niños y adolescentes.”

Se requiere:
·Solicitud del trámite por el representante legal. Si no se pudiere: puede ser suplida por
autorización judicial.
·Conformidad del menor, teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés
superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la convención sobre los derechos del niño
y en la ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
·Asistencia del abogado del niño.

Es decir que para intervenciones quirúrgicas totales o parciales, será necesaria la autorización
judicial.

1.2.4) Los transplantes de órganos:


a) Prácticas comprendidas y excluidas.

Es una técnica que presupone la realización de operaciones mutilantes en el cuerpo de una


persona (dador) con la finalidad de beneficiar a otro individuo (receptor), afectado de una
enfermedad considerada incurable de otro modo. Y, según Rivera, previsiblemente moral.
ART 1 LEY 24.193: “La ablación de órganos y tejidos para su implantación de cadáveres
humanos a seres humanos y entre seres humanos, se rige por las disposiciones de esta ley en
todo el territorio de la República.
Exceptuase de lo previsto por la presente, los tejidos naturalmente renovables o separables
del cuerpo humano con salvedad de la obtención y preservación de células progenitoras
hematopoyéticas y su posterior implante a seres humanos, que quedará regida por esta ley.
Entiéndanse alcanzadas por la presente norma a las nuevas, prácticas o técnicas que la
autoridad de aplicación reconozca que se encuentran vinculadas con la implantación de
órganos o tejidos en seres humanos. Considerase comprendido al xenotransplante en las
previsiones del párrafo precedente cuando cumpliera las condiciones que oportunamente
determinare la autoridad de aplicación”.

Comprende transplantes de tejidos (material anatómico) y de órganos de:


1- ser humano a ser humano.
2- cadáver humano a ser humano.

Quedan excluidos los tejidos renovables o separables del cuerpo humano.


b) Principios deontológicos: regularidad; subsidiaridad y necesidad; razonabilidad y
gratuidad.
Regularidad, subsidiaridad y necesidad: ART 2 LEY 24.193: “La ablación e implantación de
órganos y materiales anatómicos podrán ser realizadas cuando los otros medios y recursos
disponibles se hayan agotado, o sean insuficientes o inconvenientes como alternativa
terapéutica de la salud del paciente. Estas prácticas se considerarán de técnica corriente y no
experimental.
La reglamentación podrá incorporar otras que considere necesarias de acuerdo con el avance
médico-científico”.

Razonabilidad: ART 14 LEY 24.193: “La extracción de órganos o materiales anatómicos en vida
con fines de transplante entre personas relacionadas conforme a las previsiones de los
artículos 15 y concordantes de la presente ley, estará permitida sólo cuando se estime que
razonablemente no causará un grave perjuicio a la salud del dador y existan perspectivas de
éxito para conservar la vida o mejorar la salud del receptor. Esta extracción siempre deberá
practicarse previo cumplimiento de lo dispuesto en el artículo anterior.
La reglamentación establecerá los órganos y materiales anatómicos que podrán ser objeto de
ablación, excepto los incluidos especialmente en esta ley”.

Gratuidad: ART 27 inc F LEY 24.193: “Queda prohibida la realización de todo tipo de ablación
cuando la misma pretenda practicarse:
f) Toda contraprestación u otro beneficio por la dación de órganos o materiales anatómicos, en
vida o para después de la muerte, y la intermediación con fines de lucro;”
RECAUDOS DE PROCEDENCIA:
1) Inexistencia de otra alternativa terapéutica: la ablación e implantación puede ser realizada
cuando se hayan agotado o sean insuficientes los otros medios o recursos disponibles (art 2).

2) Debe tratarse de una técnica corriente o no experimental (art 2 de la ley + art 2 del decreto
reglamentario 512/95): serán consideradas técnicas corrientes las siguientes practicas médico-
quirúrgicas:
1- ablación e implantación de corazón, vasos y estructuras valvulares.
2- ablación e implantación de pulmón.
3- ablación e implantación de hígado.
4- ablación e implantación de páncreas.
5- ablación e implantación de intestino.
6- ablación e implantación de riñón y uréter.
7- ablación e implantación de elementos del sistema osteoarticular.
8- ablación e implantación de piel.
9- ablación del globo ocular para la implantación de corneas y esclera.
10- ablación e implantación de tejidos constitutivos del oído medio y externo.
11- ablación e implantación de duramadre.
12- ablación e implantación de órganos dentarios erupcionados y no erupcionados.
13- ablación e implantación de elementos del sistema nervioso periférico.
14- ablación e implantación de medula ósea.
15- ablación e implante de membrana amniótica.
16- ablación e implante de cordón umbilical.
3) Debe haber inexistencia de daño grave para el dador (Art 14 primera parte): “estará
permitida solo cuando se estime que razonablemente no causara un grave perjuicio a la salud
del dador”.

4) Debe haber expectativas de mejoramiento de la salud del receptor (art 14 segunda parte):
“estará permitida solo cuando … existan perspectivas de éxito para conservar la vida o mejorar
la salud del receptor”.

c) El requisito de la especialidad: subjetiva y objetiva.

5) Debe ser realizada por un equipo médico especializado:


Subjetiva: ART 3 LEY 24.193: “Los actos médicos referidos a transplantes contemplados en esta
ley sólo podrán ser realizados por médicos o equipos médicos registrados y habilitados al
efecto por ante la respectiva autoridad de contralor jurisdiccional. Esta exigirá, en todos los
casos, como requisito para la referida inscripción, la acreditación suficiente, por parte del
médico, de capacitación y experiencia en la especialidad. La autoridad de contralor
jurisdiccional será responsable por los perjuicios que se deriven de la inscripción de personas
que no hubieren cumplido con tales recaudos”.

6) Debe ser realizada en establecimientos médicos autorizados:


Objetiva: ART 9 LEY 24.193: “Los actos médicos contemplados en esta ley sólo podrán ser
realizados en el ámbito de establecimientos médicos registrados por ante la respectiva
autoridad de contralor jurisdiccional. Esta exigirá, en todos los casos, como requisito para la
referida inscripción, la acreditación suficiente por parte del establecimiento de que cuenta con
la adecuada infraestructura física e instrumental, así como con el personal calificado
necesario en la especialidad, y el número mínimo de médicos inscriptos en el registro que
prescribe el artículo 3, conforme lo determine la reglamentación. La autoridad de contralor
jurisdiccional será solidariamente responsable por los perjuicios que se deriven de la
inscripción de establecimientos que no hubieren cumplido con los expresados recaudos”.
d) Los transplantes entre vivos: requisitos. La cuestión del consentimiento: información,
declaración y revocación. El caso del transplante de medula ósea. El “transplante domino”: la
solución legal.

Requisitos.

ART 15 LEY 24.193: Sólo estará permitida la ablación de órganos o materiales anatómicos en
vida con fines de transplante sobre una persona capaz mayor de dieciocho (18) años, quien
podrá autorizarla únicamente en caso de que el receptor sea:
·su pariente consanguíneo o por adopción hasta el cuarto grado, o su cónyuge, o
·una persona que, sin ser su cónyuge, conviva con el donante en relación de tipo conyugal no
menos antigua de tres (3) años, en forma inmediata, continua e ininterrumpida. Este lapso se
reducirá a dos (2) años si de dicha relación hubieren nacido hijos(…)”.

La razón de ser de que la operación para el transplante esté limitadamente autorizada entre
los parientes consanguíneos que la ley deja precisados, está dada por el hecho de que se ha
comprobado que, tratándose de parientes consanguíneos, existen mayores probabilidades de
que no se produzca el fenómeno de rechazo inmunológico y, por tanto, de que se tengan
mejores perspectivas de éxito. La ley procura que se eviten sacrificios estériles.
La autorización, en lo referente a cónyuges y a padres e hijos adoptivos, es explicable por
motivaciones asentadas en sentimientos de solidaridad familiar.
Por otro lado, la limitación a los parientes tiene también por objeto evitar la "venta" de
órganos.

La cuestión del consentimiento.

-Información: ART 13 LEY 24.193: “Los jefes y subjefes de los equipos, como asimismo los
profesionales a que se refiere el artículo 3º deberán informar a los donantes vivos y a los
receptores y en caso de ser estos últimos incapaces, a su representante legal o persona que
detente su guarda, de manera suficiente, clara y adaptada a su nivel cultural, sobre los riesgos
de la operación de ablación e implante —según sea el caso—, sus secuelas físicas y psíquicas
ciertas o posibles, la evolución previsible y las limitaciones resultantes, así como las
posibilidades de mejoría que, verosímilmente, puedan resultar para el receptor.
En caso de que los donantes y receptores no se opongan, la información será suministrada
también a su grupo familiar en el orden y condiciones previstos por el artículo 21 de la ley
24.193 y modificatoria.
Luego de asegurarse que la información ha sido comprendida por los sujetos destinatarios de
la misma, dejarán a la libre voluntad de cada uno de ellos la decisión que corresponda adoptar.
Del cumplimiento de este requisito, de la decisión del dador, de la del receptor y de la del
representante legal cuando correspondiere, así como de la opinión médica sobre los
mencionados riesgos, secuelas, evolución, limitaciones y mejoría, tanto para el dador como
para el receptor, deberá quedar constancia documentada de acuerdo con la normativa a
establecerse reglamentariamente.
De ser incapaz el receptor o el dador en el caso de transplante de médula ósea, la información
prevista en este artículo deberá ser dada, además, a su representante legal.
En los supuestos contemplados en el Título V el lapso entre la recepción de la información y la
operación respectiva no podrá ser inferior a CUARENTA Y OCHO (48) horas.
Tratándose del supuesto contemplado en el artículo 21, respecto de donantes cadavéricos, la
información será suministrada a las persona s que allí se enumeran, en las formas y
condiciones que se describen en el presente artículo, al solo efecto informativo”.

Declaración y revocación: “(…) El consentimiento del dador o de su representante legal no


puede ser sustituido ni complementado; puede ser revocado hasta el instante mismo de la
intervención quirúrgica, mientras conserve capacidad para expresar su voluntad, ante cuya
falta la ablación no será practicada (…)”

La retractación del dador no general obligación de ninguna clase.

Transplante de medula ósea.

ART 15 LEY 24.193: “(…) En los supuestos de implantación de médula ósea, cualquier persona
capaz mayor de dieciocho (18) años podrá disponer ser dador sin las limitaciones de
parentesco establecidas en el primer párrafo del presente artículo. Los menores de dieciocho
(18) años —previa autorización de su representante legal— podrán ser dadores sólo cuando
los vincule al receptor un parentesco de los mencionados en el citado precepto (…)”

“Transplante domino”.

ART 18 LEY 24.193: “Cuando por razones terapéuticas fuere imprescindible ablacionar a
personas vivas órganos o materiales anatómicos que pudieren ser implantados en otra
persona, se aplicarán las disposiciones que rigen para los órganos provenientes de cadáveres.
La reglamentación determinará taxativamente los supuestos concretos a los que se refiere el
presente párrafo.
Cuando se efectúe un transplante cardiopulmonar en bloque proveniente de dador
cadavérico, la autoridad de contralor podrá disponer del corazón del receptor para su
asignación en los términos previstos en la presente ley”.

e) Los transplantes de origen cadavérico:


a) Cuestiones previas: el cadáver, concepto y naturaleza jurídica. La disposición del cadáver
propio y del ajeno: reglas generales.

EL CADAVER: es el cuerpo de la persona una vez que ésta ha dejado de existir. Desde un punto
de vista jurídico legal, cabe que se lo conceptúe como un bien material, externo, de peculiares
características, tutelado por los usos y costumbres, la religión, la moral y el derecho positivo.
En principio no es comerciable, aunque puede ser objeto de algunas relaciones jurídicas y de
limitados actos de disposición, a título gratuito, según hemos visto anteriormente.

NATURALEZA JURIDICA: Se ha discutido si el cuerpo humano una vez muerto se convierte o no


en una cosa, en sentido jurídico, disponible a título oneroso o gratuito. Diversas son las
opiniones que han sido dadas.
·Hay quienes ven en el cadáver una semipersona (Demogue) o un resto o residuo de la
personalidad (Gierke). Este criterio ha sido considerado inaceptable por ser impropio hablar de
personalidad residual o de semipersona cuando es toda la persona la que se ha extinguido por
causa de la muerte.
·Muchos autores (Spota, Gatti, Malicki) afirman que el cadáver es una cosa, aun cuando en
principio deba estimarse que está fuera del comercio. A esta tesis se replica que el cadáver,
como tal, carece de "valor”. Sin embargo, apunta Malicki, siguiendo el criterio de Gatti, que el
valor no necesariamente debe ser patrimonial o económico; en el caso, está dado por la
idoneidad para cumplir una finalidad social o humanitaria. Tal sucede con el cadáver cuando es
dispuesto para la dación de s u s órganos a quienes los necesiten, o para objeto de estudio.

Por lo demás, existen ciertos casos en los que, incluso, están sometidos a cierta comercialidad.
El cadáver ignoto, reducido al esqueleto, puede ser comercializado con finalidad de estudio o
investigación. Es que, como dice Cifuentes, en estos casos se produce la total independencia
de esos restos con la personalidad del muerto, lo que permite excepcionar la regla de la
extracomercialidad del cadáver.

En consecuencia, con el alcance indicado, puede aceptarse que el cadáver es cosa, por regla
general, extracomercium.

ART 61 CCC: “Exequias. La persona plenamente capaz puede disponer, por cualquier forma, el
modo y circunstancias de sus exequias e inhumación, así como la dación de todo o parte del
cadáver con fines terapéuticos, científicos, pedagógicos o de índole similar. Si la voluntad del
fallecido no ha sido expresada, o ésta no es presumida, la decisión corresponde al cónyuge, al
conviviente y en su defecto a los parientes según el orden sucesorio, quienes no pueden dar al
cadáver un destino diferente al que habría dado el difunto de haber podido expresar su
voluntad”.

La persona puede, en vida, adoptar disposiciones sobre el destino a darse a su propio cuerpo
una vez muerto. Con respecto al propio cadáver, la persona tiene u n derecho, de carácter
personalísimo, sobre cosa futura, limitado por los intereses públicos.
Cuando la persona fallecida no ha dejado instrucciones acerca de sus exequias, o el destino a
dar a su cadáver, son sus parientes más cercanos quienes deciden acerca de estos extremos;
siendo claro que los más cercanos excluyen a los más lejanos. La decisión de los parientes,
además, debe conformarse a las creencias religiosas del fallecido, y no contrariar los usos y
costumbres corrientes sobre sepulturas y custodia de cadáveres.

b) Disposiciones sobre el propio cuerpo post mortem: alternativas.

LEY 26.066 ART 19: “Toda persona podrá en forma expresa:


1- manifestar su voluntad negativa o afirmativa a la ablación de los órganos o tejidos de su
propio cuerpo.
2- restringir de un modo específico su voluntad afirmativa de ablación a determinados órganos
y tejidos.
3- Condicionar la finalidad de la voluntad afirmativa de ablación a alguno o algunos de los fines
previstos en esta ley (implante en seres humanos vivos o con fines de estudio o
investigación).”

c) La cuestión del consentimiento. El consentimiento presunto: la regla general. Su


operatividad ante los casos de muerte natural y de muerte violenta.

ART 61 CCC: En primer lugar se tendrá en cuenta la voluntad expresa o presumida del donante.
Si ella no fue expresada, la decisión la podrá tomar:
1- el cónyuge.
2- el conviviente.
3- los parientes según el orden sucesorio (en su defecto).

Prohibición especial: no pueden dar al cadáver un destino diferente al que habría dado el
difunto de haber podido expresar su voluntad.

El consentimiento presunto.

LEY 26.066 ART 19 BIS: “La ablación podrá efectuarse respecto de toda persona capaz mayor
de DIECIOCHO (18) años que no haya dejado constancia expresa de su oposición a que después
de su muerte se realice la extracción de sus órganos o tejidos, la que será respetada cualquiera
sea la forma en la que se hubiere manifestado”.

LEY 26.066 ART 21: “En caso de muerte natural, y no existiendo manifestación expresa del
difunto, deberá requerirse de las siguientes personas, en el orden en que se las enumera
siempre que estuviesen en pleno uso de sus facultades mentales, testimonio sobre la última
voluntad del causante, respecto a la ablación de sus órganos y/o a la finalidad de la misma.
a) El cónyuge no divorciado que convivía con el fallecido, o la persona que sin ser su cónyuge
convivía con el fallecido en relación de tipo conyugal no menos antigua de TRES (3) años, en
forma continua e ininterrumpida;
b) Cualquiera de los hijos mayores de DIECIOCHO (18) años;
c) Cualquiera de los padres;
d) Cualquiera de los hermanos mayores de DIECIOCHO (18) años;
e) Cualquiera de los nietos mayores de DIECIOCHO (18) años;
f) Cualquiera de los abuelos;
g) Cualquier pariente consanguíneo hasta el cuarto grado inclusive;
h) Cualquier pariente por afinidad hasta el segundo grado inclusive;
i) El representante legal, tutor o curador;”
La ablación de menores.

ART 19 TER LEY 24.193: “En caso de fallecimiento de menores de DIECIOCHO (18) años, no
emancipados, sus padres o su representante legal, exclusivamente, podrán autorizar la
ablación de sus órganos o tejidos especificando los alcances de la misma.
El vínculo familiar o la representación que se invoque será acreditado, a falta de otra prueba,
mediante declaración jurada, la que tendrá carácter de instrumento público, debiendo
acompañarse dentro de las CUARENTA Y OCHO (48) horas la documentación respectiva.
La falta de consentimiento de alguno de los padres eliminará la posibilidad de autorizar la
ablación en el cadáver del menor.
En ausencia de las personas mencionadas precedentemente, se dará intervención al Ministerio
Pupilar, quien podrá autorizar la ablación”.

Casos de muerte natural.

ART 21 LEY 24.193: “En caso de muerte natural, y no existiendo manifestación expresa del
difunto, deberá requerirse de las siguientes personas, en el orden en que se las enumera
siempre que estuviesen en pleno uso de sus facultades mentales, testimonio sobre la última
voluntad del causante, respecto a la ablación de sus órganos y/o a la finalidad de la misma.
a) El cónyuge no divorciado que convivía con el fallecido, o la persona que sin ser su cónyuge
convivía con el fallecido en relación de tipo conyugal no menos antigua de TRES (3) años, en
forma continua e ininterrumpida;
b) Cualquiera de los hijos mayores de DIECIOCHO (18) años;
c) Cualquiera de los padres;
d) Cualquiera de los hermanos mayores de DIECIOCHO (18) años;
e) Cualquiera de los nietos mayores de DIECIOCHO (18) años;
f) Cualquiera de los abuelos;
g) Cualquier pariente consanguíneo hasta el cuarto grado inclusive;
h) Cualquier pariente por afinidad hasta el segundo grado inclusive;
i) El representante legal, tutor o curador;
Conforme la enumeración establecida precedentemente y respetando el orden que allí se
establece, las personas que testimonien o den cuenta de la última voluntad del causante que
se encuentren en orden más próximo excluyen el testimonio de las que se encuentren en un
orden inferior. En caso de resultar contradicciones en los testimonios de las personas que se
encuentren en el mismo orden, se estará a lo establecido en el artículo 19 bis.
La relación con el causante y el testimonio de su última voluntad, serán acreditados, a falta de
otra prueba, mediante declaración jurada, la que tendrá carácter de instrumento público,
debiendo acompañarse dentro de las CUARENTA Y OCHO (48) horas la: documentación
respectiva, cuando correspondiere”.

Casos de muerte violenta.

ART 22 LEY 24.193: “En caso de muerte violenta la autoridad competente adoptará los
recaudos tendientes a ubicar a las personas enumeradas en el artículo anterior a efectos que
los mismos den cuenta o testimonien la última voluntad del causante, debiendo dejar
debidamente acreditada la constancia de los medios y mecanismos utilizados para la
notificación en tiempo y forma a los familiares a efectos de testimoniar o dar cuenta de la
última voluntad del presunto donante.
El juez que entiende en la causa ordenará en el lapso de SEIS (6) horas a partir del
fallecimiento la intervención del médico forense, policial o quien cumpla tal función, a fin de
dictaminar si los órganos o tejidos que resulten aptos para ablacionar no afectarán el examen
autopsiano.
Aun existiendo autorización expresa del causante o el testimonio referido en el artículo 21
dentro de las SEIS (6) horas de producido el deceso, el juez informará al Instituto Nacional
Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) o al organismo jurisdiccional
correspondiente la autorización para llevar a cabo la realización de la ablación, a través de
resolución judicial fundada, con especificación de los órganos o tejidos autorizados a
ablacionar de conformidad con lo dictaminado por el mismo forense.
Una negativa del magistrado interviniente para autorizar la realización de la ablación deberá
estar justificada conforme los requisitos exigidos en la presente ley.
En el supuesto de duda sobre la existencia de autorización expresa del causante el juez podrá
requerir del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) o
del organismo jurisdiccional correspondiente los informes que estime menester”.

d) Los transplantes y la muerte: su configuración.

ART 23 LEY 24.193: “El fallecimiento de una persona se considerará tal cuando se verifiquen de
modo acumulativo los siguientes signos, que deberán persistir ininterrumpidamente seis (6)
horas después de su constatación conjunta:
a) Ausencia irreversible de respuesta cerebral, con pérdida absoluta de conciencia;
b) Ausencia de respiración espontánea;
c) Ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas fijas no reactivas;
d) Inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o instrumentales adecuados a las
diversas situaciones clínicas, cuya nómina será periódicamente actualizada por el Ministerio de
Salud y Acción Social con el asesoramiento del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de
Ablación e Implante (INCUCAI).
La verificación de los signos referidos en el inciso d) no será necesaria en caso de paro
cardiorespiratorio total e irreversible”.

f) los transplantes y las prohibiciones: enunciación de los distintos supuestos.

ART 27 LEY 24.193: “Queda prohibida la realización de todo tipo de ablación cuando la misma
pretenda practicarse:
a) Sin que se haya dado cumplimiento a los requisitos y previsiones de la presente ley;
b) Sobre el cadáver de quien expresamente se hubiere manifestado en contrario para la
ablación o en su caso, del órgano u órganos respecto de los cuales se hubiese negado la
ablación, como asimismo cuando se pretendieren utilizar los órganos o tejidos con fines
distintos a los autorizados por el causante. A tales fines se considerará que existe
manifestación expresa en contrario cuando mediare el supuesto del artículo 21 de la presente
ley.
c) Sobre cadáveres de pacientes que hubieren estado internados en institutos
neuropsiquiátricos;
d) Sobre el cadáver de una mujer en edad gestacional, sin que se hubiere verificado
previamente la inexistencia de embarazo en curso;
e) Por el profesional que haya atendido y tratado al fallecido durante su última enfermedad, y
por los profesionales médicos que diagnosticaron su muerte.
Asimismo, quedan prohibidos;
f) Toda contraprestación u otro beneficio por la dación de órganos o materiales anatómicos, en
vida o para después de la muerte, y la intermediación con fines de lucro;
g) La inducción o coacción al dador para dar una respuesta afirmativa respecto a la dación de
órganos.
El consejo médico acerca de la utilidad de la dación de un órgano o tejido, no será considerado
como una forma de inducción o coacción;
h) Los anuncios o publicidad en relación con las actividades mencionadas en esta ley, sin previa
autorización de la autoridad competente, conforme a lo que establezca la reglamentación”.

1.2.5) Los exámenes médicos como prueba judicial:


a) La regla general.

La cuestión de la obligatoriedad: Principios y excepciones

Para la realización de exámenes médicos, también se requiere la conformidad de la persona.


Por excepción, existen exámenes médicos prescriptos con carácter obligatorio. Entre éstos
cabe mencionar, a título ejemplificativo: el examen exigido para obtener el certificado
prenupcial, que es requisito para poder contraer matrimonio; el examen al que son sometidos
los ciudadanos convocados para el servicio militar; el que deben cumplir los postulantes a
empleos públicos, o las personas interesadas en ingresar a establecimientos de enseñanza; el
examen que el Código Procesal en lo Civil y Comercial de la Nación autoriza a disponer
judicialmente en los procesos de declaración de incapacidad y de inhabilitación, incluso con
previa internación del presunto incapaz, si fuese indispensable para su examen y al solo efecto
de posibilitar la opinión de los médicos forenses, y de acuerdo con las circunstancias del caso.
Aquí se advierte la colisión existente entre los derechos personalísimos del sujeto (a la libertad
y a la reserva del propio cuerpo), y la potestad que al Estado compete en resguardo del interés
general. La obligatoriedad y lo que ésta implica como limitación a los derechos individuales
tiene su justificación en los fines superiores que al Estado motivan. Las respectivas
disposiciones normativas constituyen, en las situaciones expuestas, un razonable ejercicio de
la potestad legislativa en materia del poder de policía, comprensivo éste de la protección
integral de la vida de los individuos y del bienestar general de la comunidad, el cual se resuelve
en un conjunto de limitaciones en defensa de los fines generales.

Prueba en juicio.

En el caso de exámenes y reconocimientos médicos que las leyes procesales autorizan a


ofrecer como prueba, puede ocurrir que ellos deban ser realizados sobre la persona del
litigante adversario y que éste se niegue, por diversos motivos, a someterse al propuesto
reconocimiento pericial. En tal situación, no cabe el cumplimiento compulsivo de la prueba,
pero sí procede que esa actitud pueda ser valorada como grave presunción en desfavor del
litigante oponente, la cual, si es complementada por otras pruebas o indicios, puede habilitar
al juzgador a formar convicción en el sentido de tener por cierto el hecho que se intentó
probar mediante esa prueba pericial.

b) Los exámenes hematológicos y la identidad personal: la cuestión y la jurisprudencia.

Una cuestión extraordinariamente compleja se planteó en el caso "Evelin Karina Vázquez


Ferrá", finalmente resuelto por la Corte Suprema de la Nación. Esta joven, mayor de edad, fue
denunciada como hija de desaparecidos durante el proceso militar, como consecuencia de lo
cual se abrió una causa penal contra quienes aparecían como sus padres. En el marco de esa
causa, se dispuso retener los documentos filiatorios de la joven Vázquez Ferrá, y someterla
compulsivamente a una extracción de sangre a fin de determinar su verdadera identidad. Tal
prueba debía realizarse con el auxilio de la fuerza pública en caso de que Vázquez Ferrá no se
sometiera voluntariamente a ella.
La Corte se pronunció revocando la sentencia de la Cámara. Se dijo que la extracción
compulsiva de sangre, ordenada a la presunta víctima de delitos de sustracción de menores y
ocultación de estado civil durante el Proceso de Reorganización Nacional, implica una invasión
no sólo en su cuerpo, sino también en el ámbito íntimo de los lazos afectivos de aquélla; pues
ello no haría más que duplicar sus padecimientos, primero por haber sufrido el delito y luego,
al obligarla a traicionar su conciencia y a tolerar que el Estado pueda valerse de su cuerpo para
satisfacer la pretensión penal pública.

1.3) Actividades y deportes peligrosos: el principio general y la cuestión ante la


responsabilidad contractual.

ART 54 CCC: “Actos peligrosos. No es exigible el cumplimiento del contrato que tiene por
objeto la realización de actos peligrosos para la vida o la integridad de una persona, excepto
que correspondan a su actividad habitual y que se adopten las medidas de prevención y
seguridad adecuadas a las circunstancias”.

Este articulo veda la posibilidad de exigir a una persona el cumplimiento de un contrato que
tenga por “objeto la realización de actos peligrosos para la vida o la integridad”.
Si bien no lo dice expresamente, se entiende que la exigibilidad de las obligaciones asumidas
importa necesariamente ausencia de toda consecuencia jurídica, ya que de admitirse la
procedencia de una indemnización sustitutiva se echaría por tierra la protección de un derecho
fundamental que la norma pretende resguardar.

Excepcionalmente serán exigibles cuando “correspondan a su actividad habitual y se adopten


las medidas de prevención y seguridad adecuadas a las circunstancias”.

Con respecto a la práctica de los deportes peligrosos, interesa mencionar el despacho


aprobado por las Segundas Jornadas de Derecho Civil que recomienda, entre otras
proposiciones, regular las actividades deportivas y los espectáculos públicos en los que se
exponga la vida o la integridad física. Se dejó explicado que la norma propuesta tiende a
posibilitar que, por vía reglamentaria, se controlen ciertos deportes peligrosos señalándose
que la tesis que encierra esa recomendación es que los deportes peligrosos, como así aquellos
espectáculos públicos en los que se expone la vida sólo puedan ser realizados por quienes
hayan aprendido las defensas y hayan hecho un hábito de su práctica, ya que de ese modo se
disminuye la posibilidad de perjuicio personal.

C- La personalidad espiritual

1) Los derechos sobre la personalidad espiritual: los bienes jurídicos protegidos.

Los bienes jurídicos que se protegen con los derechos sobre la personalidad espiritual son:
·El derecho a la intimidad.
·El derecho al honor.
·El derecho de respuesta.
·El derecho a la imagen.
·El derecho a la identidad personal.

ART 52 CCC: “Afectaciones a la dignidad. La persona humana lesionada en su intimidad


personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que de cualquier modo resulte
menoscabada en su dignidad personal, puede reclamar la prevención y reparación de los
daños sufridos, conforme a lo dispuesto en el Libro Tercero, Título V, Capítulo 1”.
Este artículo es la base de todos los derechos personalísimos, salvo el derecho a la imagen
(que se encuentra en el art 53), todos están enumerados en este artículo.
El código no define a los derechos sobre la personalidad espiritual, por eso hay diferencias
doctrinarias al respecto.
Son derechos fundamentales para las personas, por eso su interpretación debe ser lo más
amplia posible.

1.1) El derecho a la intimidad.


a) Noción de intimidad y del derecho a la intimidad.

Diferentes conceptos:
-Real Academia Española: zona espiritual intima reservada de una persona o de un grupo,
especialmente de una familia.
A partir de aca se deduce que el derecho a la intimidad tutela la intimidad personal y la
intimidad familiar.

-Rivera: el derecho a la intimidad es el que garantiza a su titular el desenvolvimiento de su vida


y de su conducta dentro de aquel ámbito privado, sin injerencias ni intromisiones que puedan
provenir de la autoridad o de terceros, y en tanto dicha conducta no ofenda al orden público y
a la moral pública, ni perjudique a terceros.

-Cifuentes: es el derecho personalísimo que permite sustraer a la persona de la publicidad o de


otras turbaciones a su vida privada, el cual está limitado por las necesidades sociales y los
intereses públicos.

b) Sus caracteres: consideración.

Según Vidal Martínez son dos:


·Facultad de exclusión: como atribución de excluir la intromisión de los terceros en la zona
nuclear de personalidad que implica lo íntimo, lo privado.
·Facultad de autoconfiguración: la propia persona tiene un poder definidor de su ámbito de
intimidad protegido, dándole a sus actos mayor o menor reserva, según su decisión personal.

Esta idea de los actos propios ha sido tomada en consideración por los Tribunales e incluso por
algunos documentos internacionales, señalándose que, si bien todas las personas tienen
derecho a la intimidad, no pueden quejarse aquellos que con su propia conducta han
contribuido a crear una suerte de curiosidad general.

c) Los ámbitos tutelados por este derecho: enunciación y referencia a los mismos.

-Secreto o reserva de los actos de la vida privada: como atribución de excluir la intromisión de
los terceros de la zona nuclear de personalidad que implica lo íntimo, lo privado.
Involucra la vida personal, profesional, y la de los familiares del sujeto; ya que la vida privada
está dada fundamentalmente por la intimidad del alma y del cuerpo.

-El secreto de la correspondencia: (correspondencia epistolar y papeles privados)


·Ley 11.723:
Art. 31: “El retrato fotográfico de una persona no puede ser puesto en el comercio sin el
consentimiento expreso de la persona misma y muerta ésta, de su cónyuge e hijos o
descendientes directos de éstos, o en su defecto, del padre o de la madre. Faltando el
cónyuge, los hijos, el padre o la madre, o los descendientes directos de los hijos, la publicación
es libre.”
Art. 32: “El derecho de publicar las cartas pertenece al autor. Después de la muerte del autor
es necesario el consentimiento de las personas mencionadas en el artículo que antecede y en
el orden ahí indicado”.
El tema que ha adquirido trascendencia es el relativo a la seguridad y privacidad de otros
medios de comunicación, particularmente los de comunicaciones telefónicas, las cuales
pueden ser interceptadas, escuchadas y grabadas con cierta facilidad. Los criterios
generalizados en la legislación y jurisprudencia de casi todos los países occidentales, es que la
escucha y registración sólo puede ser dispuesta por un juez, con la finalidad de la pesquisa de
un delito específico y grave; y sólo puede ser usada para investigar y eventualmente usar como
prueba de la comisión de ese delito. En el ámbito civil, la utilización como prueba de
grabaciones no autorizadas ni consentidas debe ser rechazada.
·ART 318 CCC: “Correspondencia. La correspondencia, cualquiera sea el medio empleado para
crearla o transmitirla, puede presentarse como prueba por el destinatario, pero la que es
confidencial no puede ser utilizada sin consentimiento del remitente. Los terceros no pueden
valerse de la correspondencia sin asentimiento del destinatario, y del remitente si es
confidencial”.
Este artículo al decir ‘cualquiera sea el medio empleado’ deja lugar a la incorporación de las
nuevas formas de crear o transmitir correspondencia, como redes sociales, telefonía, etc.

-La privacidad del domicilio: se configura por el solo hecho de ingresar al domicilio sin
autorización del propietario o de su morador. No refiere solo a la vivienda, sino a todo espacio
cuyo uso y/o propiedad sea de un particular.

-Derecho al nombre:
El nombre es atributo de la personalidad que puede ser objeto de derechos subjetivos
privados, aunque limitados en su ejercicio. Se ha considerado que a través del nombre puede
atentarse contra la intimidad de una persona, como en el caso en que fuese revelado el
nombre auténtico que corresponda a un seudónimo por el que es conocida aquélla.
ART 62 CCC: “Derecho y deber. La persona humana tiene el derecho y el deber de usar el
prenombre y el apellido que le corresponden”.
Y artículos siguientes (remitirse a la BOLILLA 5)

-Derecho a la imagen: Se ha discutido si este derecho constituye o no un mero aspecto del


derecho a la intimidad y del honor. Los caracteres jurisprudenciales actuales consideran que la
mera captación de la imagen o su difusión y publicidad no autorizadas, constituyen atentados
al derecho a la imagen sin que sea necesario demostrar que de ese modo se afecta el honor o
la reserva del sujeto (el CCC lo separa tratándolo en un artículo diferente a los derechos de la
personalidad espiritual)

-Derecho al secreto profesional: Como lo expusimos anteriormente el confidente tiene


derecho a que aquel que haya recibido la confidencia la mantenga en secreto. El que la ha
recibido tiene el deber de guardar reserva de ella y, a la vez, tiene el derecho de escudarse en
ello para eximirse de poner la confidencia en conocimiento de terceros. La obligación de
secreto comprende a abogados, médicos, sacerdotes, e incluso, a los bancos

d) Los límites a este derecho: consideración de los distintos supuestos. El caso particular del
derecho a la intimidad y la libertad de prensa: la jurisprudencia.
Límites establecidos por:
-Constitución Nacional:
·Que no perjudique a un tercero.
·Que no ofenda el orden y la moral pública.

-Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades


Fundamentales (no forma parte del bloque de constitucionalidad):
·La seguridad nacional.
·La seguridad pública.
·La emergencia en tiempos de paz y de guerra.
·Catástrofes naturales.
·La lucha contra el crimen.
·La administración de la justicia civil.
·La libertad de expresión, información y deliberación.

-Corte Suprema de Justicia de La Nación: dicto en 1984 un leading case “Ponzetti de Balbín c/
Editorial Atlántida, donde afirmo que:
·Una revista de actualidades publicó en su portada una fotografía de un líder político cuando
se encontraba internado en la sala de cuidados intensivos de un sanatorio. Luego de su
fallecimiento, su viuda y su hijo demandan a la editorial, la que se defendió invocando la
libertad de prensa e información.
·La Corte Suprema de la Nación admitió la demanda, afirmando que la libertad de prensa es un
derecho absoluto sólo en un aspecto: el no estar sometida a censura previa. Pero su ejercicio
puede naturalmente irrogar responsabilidades, y ello sucede cuando se abusa del derecho de
informar, como había sucedido en el caso.
·El Tribunal sostuvo también que todas las personas tienen derecho a la vida privada, y que
sólo es admisible la intromisión en ella cuando lo justifiquen intereses públicos prevalecientes,
como la persecución del crimen, tutela de la s-alud o defensa de las buenas costumbres.

-IX Jornadas Nacionales de Derecho Civil: declararon que es legítima la intromisión que tenga
por objeto defender o garantizar un interés público prevaleciente, como puede ser la
persecución del crimen, la tutela de la salud o la defensa de las buenas costumbres.

Libertad de prensa: Es ésta una de las cuestiones más complejas, pues la libertad de prensa
constituye un bien inapreciable de la humanidad que muchas veces se enfrenta con la
intimidad o el honor de las personas aludidas en la difusión de noticias o comentarios. Al
respecto debemos señalar que algunos autores participan de la idea de que en caso de
conflicto debe prevalecer la tutela de la intimidad, mientras que otros rescatan el valor de la
libertad de prensa como elemento insustituible de la vida democrática.

1.1.1) El derecho a la intimidad en el derecho argentino:


a) Su reconocimiento constitucional.

PROTECCION JURIDICA:

- Constitución Nacional: ART 19 CN: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún
modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas
a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será
obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”. (Primera parte:
derecho a la intimidad y a la libertad. Segunda parte derecho a la legalidad).
Se ha señalado que esta norma consagra el amparo de la intimidad de las personas e implica
poner límites a las atribuciones de los poderes del Estado, en referencia a las conductas que
dichas personas desarrollen dentro de la esfera privada y sin traspasar los límites que la
mencionada norma prefija.

-Tratados internacionales: este derecho se encuentra protegido en: la declaración de los


derechos humanos, la declaración americana de derechos y deberes del hombre, la
convención europea de salvaguarda de los derechos del hombre y de las libertades
fundamentales, en el pacto sobre derechos civiles y políticos y en la convención americana
sobre derechos humanos.

-Antecedentes nacionales:
·La primera protección nacional al derecho a la intimidad estuvo dada por la antigua Ley de
Marcas 3975, que en su ART 32 establecía: “El derecho a publicar las cartas pertenece a su
autor”.
·Suele considerarse también como antecedente la Ley de Propiedad Intelectual 11.723 en su
ART 31: “El retrato fotográfico de una persona no puede ser puesto en el comercio sin el
consentimiento expreso de la persona misma y muerta esta, de su cónyuge e hijos o
descendientes directos de estos, o en su defecto, del padre o de la madre, faltando el cónyuge,
los hijos, el padre o la madre, o los descendientes directos de los hijos, la publicación es libre.
Es libre la publicación del retrato cuando se relacione con fines científicos, didácticos y en
general culturales, o con hechos o acontecimientos de interés público o que se hubieran
desarrollado en público”.
Si bien esta ley continua en vigencia, el derecho a la intimida y a la imagen son considerados
AUTONOMO, por eso se considera que esta ley directamente protege el derecho a la imagen e
indirectamente el derecho a la intimidad.
·Código Civil de Vélez: es uno de los pocos derechos personalísimos que este código
contemplaba. Fue incluido por la ley 2117.
ART 1071 bis CV: “El que arbitrariamente se entrometiere en la vida ajena, publicando
retratos, difundiendo correspondencia, mortificando a otros n sus costumbres o sentimientos,
o perturbando de cualquier modo su intimidad, y el derecho no fuere un delito penal, será
obligado a cesar en tales actividades, si antes no hubieren cesado, y a pagar una indemnización
que fijara equitativamente el juez, de acuerdo con las circunstancias; además, podrá este, a
pedido del agraviado, ordenar la publicación de la sentencia en un diario o periódico del lugar,
si esta medida fuese procedente para una adecuada reparación”.

b) El Código Civil: el artículo 1770 y su análisis.

ART 52 CCC: “Afectaciones a la dignidad. La persona humana lesionada en su intimidad


personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que de cualquier modo resulte
menoscabada en su dignidad personal, puede reclamar la prevención y reparación de los
daños sufridos, conforme a lo dispuesto en el Libro Tercero, Título V, Capítulo 1”.

Este artículo menciona el derecho en sus dos facetas: personal y familiar.

Fuentes:
·ART 11 de la Convención Americana de Derechos Humanos: “Nadie puede ser objeto de
injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia (…)”.
Se consagran así dos manifestaciones del derecho:
1- el denominado ‘right to be alone” (derecho a poder ser dejado solo”, y
2- el derecho al resguardo del ámbito familiar.
·ART 18 CN: “El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los
papeles privados”.
·ART 19 CN.
·Tratados de derechos humanos incorporados al bloque de constitucionalidad mediante la
reforma constitucional de 1994.

ART 1770 CCC: “Protección de la vida privada. El que arbitrariamente se entromete en la vida
ajena y publica retratos, difunde correspondencia, mortifica a otros en sus costumbres o
sentimientos, o perturba de cualquier modo su intimidad, debe ser obligado a cesar en tales
actividades, si antes no cesaron, y a pagar una indemnización que debe fijar el juez, de acuerdo
con las circunstancias. Además, a pedido del agraviado, puede ordenarse la publicación de la
sentencia en un diario o periódico del lugar, si esta medida es procedente para una adecuada
reparación”. (Regula el derecho).

Este articulo permite algunas consideraciones:


·Intromisión: acción de quien se introduce en el ámbito de la privacidad ajena, ya sea por un
hecho propio o por el de un tercero o por quien deba responder.
·Arbitrariedad: acción perpetrada sin derecho a ser realizada, ya sea por un actuar ilícito o por
un actuar abusivo.
Intromisión y arbitrariedad son conductas. La intromisión requiere la arbitrariedad.
·Perturbando de cualquier modo: es en verdad un criterio amplio, por lo cual la casuística del
artículo (publicando retratos, difundiendo correspondencia, mortificando a otros en sus
costumbres o sentimientos) es meramente ejemplificativa. El objetivo es que la interpretación
sea amplia, para que cualquier intromisión arbitraria sea considerada una violación al derecho
a la intimidad.
·Antes el ART 1071 del Código de Vélez establecía que no debía constituir un delito penal: este
requisito fue suprimido porque aun cuando constituya un delito penal podría el juez civil
adoptar las medidas tendientes a hacer cesar el ataque y publicar la sentencia.

c) Los sujetos titulares y pasivos: distintos casos.


Titulares:
·Personas físicas: Todas las personas físicas son titulares del derecho a la vida privada; aun las
que tienen trascendencia pública, artistas, deportistas, etcétera, de donde la intromisión sólo
es legítima cuando responde a un interés público prevaleciente.
La regla es que los hombres públicos tienen también un ámbito o esfera de su vida privada que
debe quedar ajeno a las intromisiones de la prensa o de terceros. Sin embargo, existe muchas
veces u n interés general en destacar algunas conductas o hechos desarrollados por dichos
hombres, lo cual justifica la limitación excepcional que se ha dejado expuesta.
·Personas fallecidas: No existe uniformidad en la doctrina acerca de si las personas gozan o no
del derecho a la intimidad. Por un lado, se afirma que los derechos personalísimos se
extinguen con la muerte, en tanto que por otro se sostiene la necesidad de proteger la
memoria de los muertos frente a los ataques que éste pudiera sufrir por terceros.
Rivera, en contra, opina que como derecho personalísimo que es la intimidad/ privacidad se
extingue con la muerte.
·Personas jurídicas: Rivera, Cifuentes: solo gozan del derecho las personas físicas, por ser, las
jurídicas, instituciones con fines específicos carentes de intimidad.

El CCC no establece quienes son los titulares del derecho, es una creación doctrinaria.
Sujeto pasivo: En cuanto al sujeto pasible de sanción legal, es toda persona que,
arbitrariamente, haya ejecutado el acto o hecho perturbador de la intimidad ajena, obrando
con discernimiento, intención y libertad. Si el autor responsable fuere una persona
dependiente, la responsabilidad se extendería también al principal. En esta hipótesis cabe
atribuir responsabilidad incluso, a las personas jurídicas y a las sociedades.

d) Las sanciones: sus clases.

Quien infringe el derecho a la intimidad, debe:


1- a) Cesar en la intromisión (podría ordenarse por via cautelar).
b) No reiterarla si ya hubiere cesado.
2- Pagar una indemnización:
·Antes: equitativa fijada por el juez (de acuerdo a las circunstancias del caso. Era una
indemnización limitativa porque había que considerar la situación de la víctima y del
victimario).
·Nuevo CCC: Se fijara de acuerdo a las circunstancias, es decir, es una indemnización
comprensiva del daño patrimonial y moral, no es necesario tener en cuenta la equidad.
3- Si el agraviado lo solicita, publicar la sentencia en un diario o periódico del lugar.
4- El derecho a réplica, rectificación o respuesta.

e) La informática y la intimidad: el planteo de la cuestión y el derecho personalísimo al dato


personal. El “habeas data”: noción. La ley 25.326 de Protección de Datos Personales: breve
noción y reseña.
La informática y la intimidad: La informática es la disciplina que se basa en el empleo de
diversas técnicas enderezadas al tratamiento racional y automatizado de la información, las
cuales incluyen la utilización de computadoras, calculadoras y otros dispositivos, y están
orientadas por una actitud característica en los procedimientos para la recepción, registro,
procesamiento, conservación, uso y transmisión de datos, conocimientos y comunicaciones de
que se trate.
El uso indebido de la misma puede causar un grave menoscabo y ataque al derecho a la
intimidad. La amenaza y la lesión no sólo pueden provenir del mal uso que se haga de la
informática propiamente dicha, sino igualmente de la divulgación reprobable, desviada de sus
genuinos fines, que se realice de la información en sentido común, es decir, de la obtenida sin
el empleo de las técnicas que caracterizan el sistema típico de la informática.

De acuerdo con lo que venimos expresando, la utilización desviada de los sistemas


informáticos puede generar responsabilidad civil. Los presupuestos de esta responsabilidad
son los siguientes:
-conducta antijurídica: incorporación de datos a un sistema sin consentimiento del interesado;
utilización de datos para otros fines que aquéllos para los que fueron dados, particularmente
su suministración a terceros sin autorización del interesado; no actualización o eliminación de
datos ante la solicitud del interesado; utilización de información no veraz o falseada;
-factor de atribución: normalmente ha de ser u n factor subjetivo (culpa o dolo).
Los demás recaudos de la responsabilidad son los ordinarios; es decir que debe haberse
producido un daño que tenga adecuada relación de causalidad con la conducta ilícita.

Derecho personalísimo al dato personal: conforma un derecho personalísimo, diferente a los


nombrados anteriormente, protegido por el habeas data.

El habeas data: Es una de las garantías previstas en el ART 43 de la Constitución Nacional.


3º párrafo ART 43 CN: “Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento
de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos
públicos, o los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación,
para exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos. No podrá
afectarse el secreto de las fuentes de información periodística”.

Ley 25.326 de Protección de Datos Personales:


·ART 1: “La presente ley tiene por objeto la protección integral de los datos personales
asentados en archivos, registros, bancos de datos, u otros medios técnicos de tratamientos de
datos, sean estos públicos, o privados destinados a dar informes, para garantizar el derecho al
honor y a la intimidad de las personas, así como también el acceso a la información que sobre
las mismas se registre, de conformidad a lo establecido en el artículo 43, párrafo tercero de la
Constitución Nacional.
Las disposiciones de la presente ley también serán aplicables, en cuanto resulte pertinente, a
los datos relativos a personas de existencia ideal.
En ningún caso se podrán afectar la base de datos ni las fuentes de información periodísticas”.
·ART 6: “Cuando se recaben datos personales se deberá informar previamente a sus titulares
en forma expresa y clara:
a- la finalidad para la que serán tratados y quienes pueden ser sus destinatarios o clase de
destinatarios.
b- la existencia del archivo, registro, banco de datos, electrónico o de cualquier otro tipo de
que se trate y la identidad y domicilio de su responsable.
c- el carácter obligatorio o facultativo de las respuestas al cuestionario que se le proponga, en
especial en cuanto a los datos referidos en el artículo siguiente.
d- las consecuencias de proporcionar los datos, de la negativa a hacerlo o de la inexactitud de
los mismos.
e- la posibilidad del interesado de ejercer los derechos de acceso, rectificación y supresión de
los datos”.
·ART 7: “
1- Ninguna persona puede ser obligada a proporcionar datos sensibles.
2- Los datos sensibles solo pueden ser recolectados y objeto de tratamiento cuando medien
razones de interés general autorizadas por ley. También podrán ser tratados con finalidades
estadísticas o científicas cuando no puedan ser identificados sus titulares.
3- Queda prohibida la formación de archivos, bancos o registros que almacenen información
que directa o indirectamente revele datos sensibles. Sin perjuicio de ello, la iglesia católica, las
asociaciones religiosas y las organizaciones políticas y sindicales podrán llevar un registro de
sus miembros.
4- Los datos relativos a antecedentes penales o contravenciones solo pueden ser objeto de
tratamiento por parte de las autoridades públicas competentes, en el marco de las leyes y
reglamentaciones respectivas”.
Los datos sensibles son los que la ley prohíbe dar a conocer. Ellos son los que revelan el origen
racial y étnico, opiniones políticas, convicciones religiosas, filosóficas o morales, afiliación
sindical e información referente a la salud o a la vida sexual.
La excepción son los datos relativos a antecedentes penales o contravencionales”.

1.2) El derecho al honor:


a) Concepto de honor y aspectos del mismo. Su vinculación con el derecho a la intimidad:
importancia.

Definiciones:
·Doctrinarias: el honor es "la dignidad personal reflejada en la consideración de los terceros y
en el sentimiento de la persona misma".
·Diccionario de la lengua española: cualidad moral que nos lleva al cumplimiento de los propios
deberes respecto del prójimo y de uno mismo".
Honra: 1) Estima y respeto de la dignidad propia. 2) Buena opinión y fama, adquirida por la
virtud y el mérito. 3) Demostración de aprecio que se hace de alguien por su virtud y mérito. 4)
Pudor, honestidad y recato de las mujeres.

El ART 52 CCC lo contempla como ‘honra o reputación’, pero no brinda una definición del
contenido ni de los alcances de este derecho, se limita a mencionarlo.
La Convención Americana de Derechos Humanos en su ART 12 también lo aborda como honra
o reputación: “Nadie será objeto de ataques a su honra o a su reputación”.

Esta doble mención podría conducir a sostener que pretenden regularse dos manifestaciones:
1- honor subjetivo u honra: sentimiento íntimo de cada persona sobre su dignidad y la de su
familia, y
2- honor objetivo, reputación o fama: buen nombre o percepción o reflejo social de que goza
la persona y su familia.
(Abbiati considera que es uno solo.)

El primero de estos aspectos aparece como una cualidad o atributo invariable que es común e
inherente a todos los seres humanos en razón de su condición de tales; de modo que no es
admisible la existencia de personas carentes de honor subjetivo jurídicamente tutelables.
En cuanto al honor objetivo hay, en cambio, mucho de contingente y convencional, pues
resulta preponderantemente de la conducta de cada individuo y su apreciación depende de la
opinión ajena y de las costumbres y culturas de cada época y de cada país.
Esta distinción entre honor subjetivo y honor objetivo tiene, sin dudas, su valor didáctico, pero
se considera que carece de significativa importancia práctica, ya que desde la óptica normativa
de los derechos personalísimos, la lesión a uno u otro honor implica de todas maneras el
menoscabo de la persona misma, a quien lastima en algo que le es inherente y esencial,
naciéndola, por tanto, merecedora de la debida protección legal (Cifuentes).

Vinculación con el derecho a la intimidad:


·Así como la libertad de prensa se enfrenta a veces con el derecho a la intimidad de las
personas, muchas más son las ocasiones en que resulta vehículo propicio para la afectación del
honor de las personas.

b) Su tutela legal.

ART 52 CCC: Lo enumera con los demás derechos personalísimos.

ART 1771 CCC: “Acusación calumniosa. En los daños causados por una acusación calumniosa
sólo se responde por dolo o culpa grave. El denunciante o querellante responde por los daños
derivados de la falsedad de la denuncia o de la querella si se prueba que no tenía razones
justificables para creer que el damnificado estaba implicado”.

Esta norma trata la cuestión de la acusación calumniosa, en la que solo se responde por dolo o
culpa grave, es decir, no basta la mera acusación calumniosa. Por lo tanto restringe el factor de
atribución de responsabilidad en el ámbito subjetivo.

Entre los daños por los que se responde puede incluirse:


a- la ganancia apreciable en dinero: si el daño provoca la imposibilidad de percibir un dinero
que se estaba ganando.
b- el daño emergente: fastos ocasionados a raíz de la acusación.
c- los gastos de defensa en juicio (la tasa de justicia).
d- El daño moral o psicológico.

c) El honor de las personas jurídicas: la cuestión.

La cuestión de si las personas jurídicas tienen honor y si ellas pueden ser agraviadas en ese
derecho teniendo, por lo tanto, una acción para reclamar indemnización, ha sido largamente
tratada.
La cuestión ha sido resuelta por la Corte Suprema, la que interpretando el derecho vigente,
concluyó y sentó como doctrina que no cabe una reparación del daño moral a favor de una
sociedad comercial, pues dado que su capacidad jurídica está limitada por el principio de
especialidad y que su finalidad propia es la obtención de ganancias, todo aquello que pueda
afectar su prestigio, o su buen nombre comercial, o bien redunda en la disminución de sus
beneficios, o bien carece de trascendencia a los fines indemnizatorios, ya que se trata de entes
que no son susceptibles de sufrir padecimientos espirituales.

Excluido el daño moral, no hay duda de que la afectación de la reputación de una persona
jurídica, particularmente si es una sociedad comercial, tiene aptitud para causarle un daño
material.
La doctrina inglesa ha considerado que existe un daño a esa reputación comercial cuando han
mediado manifestaciones: (i) referidas a la situación financiera de la sociedad; (ii) que
descalifican la eficacia de la gestión empresarial; (iii) que atacan la capacidad y honestidad de
los administradores de la sociedad; (iv) que se refieren ofensivamente a los bienes o servicios
que ofrece la sociedad. De modo que cuando alguna de estas manifestaciones ofensivas se
produce, los tribunales presumen de manera absoluta la existencia de un daño económico sin
que sea preciso probar su existencia ni su cuantía.
Para Rivera, el buen nombre, el prestigio, la confianza pública, el crédito tienen un valor
económico, pues son el resultado de la organización y el funcionamiento de todos los
elementos del fondo; y se reflejan en la obtención de la clientela, que es su finalidad. Por lo
que una conducta que afecte esa reputación, fama, buen nombre, prestigio, confianza pública,
crédito está privando o afectando un elemento valioso en el sentido de productor de rédito
económico. Ya que puede afirmarse, sin lugar a dudas, que la pérdida o afectación de la
reputación incide derechamente en la pérdida de clientela.

1.2.1) El derecho de respuesta:


a) Concepto.

El derecho de réplica, rectificación o respuesta es el que atañe a toda persona que ha sido
afectada en su personalidad como consecuencia de una noticia falsa, inexacta o
desnaturalizada, inserta en un medio de prensa periódico, para hacer difundir por el mismo
medio, gratuitamente y en condiciones análogas, su versión de los hechos que dieron motivo a
la noticia o comentario; y que en caso de negativa del medio, será resuelta su procedencia o
improcedencia por el juez en proceso abreviadísimo.
El derecho de respuesta o réplica, aparece así como un medio de reparación del daño que se
puede haber causado mediante la emisión de una noticia falsa, inexacta o desnaturalizada en
cualquier tipo de medio de prensa periódico.

b) Su recepción en el derecho argentino: el pacto de san José de costa rica. El marco


legislativo nacional: noción. La cuestión de su constitucionalidad: estado actual.
Pacto de San José de Costa Rica:
·ART 14: “Derecho de rectificación o respuesta.
1°. Toda persona afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su perjuicio a
través de medios de difusión legalmente reglamentados y que se dirijan al público en general,
tiene derecho a efectuar por el mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta en las
condiciones que establezca la ley.
2°. En ningún caso la rectificación o la respuesta eximirán de otras responsabilidades legales en
que se hubiese incurrido.
3°. Para la efectiva protección de la honra y la reputación, toda publicación o empresa
periodística, cinematográfica, de radio o televisión tendrá una persona responsable que no
esté protegida por inmunidades ni disponga de fuero especial”.

Requisitos para la trascendencia:


- Publicación de una información inexacta, falsa o desnaturalizada: En primer lugar debe
tratarse de una información o noticia, referida a hechos acontecidos; es decir que no existe
derecho de réplica o respuesta con relación a la crítica, ni ante la expresión de opiniones o
juicios de valor de cualquier tipo.
- Debe causar agravio a la dignidad personal.
- Debe haber sido difundida por un órgano de prensa periódico: que tenga cierta periodicidad
que admita la difusión de la respuesta en condiciones análogas a la manera en que fue
publicada la noticia agraviante
- No requiere la culpa o el dolo del órgano de prensa.
- Procede también en beneficio de las personas jurídicas: Éste es un derecho generalmente
reconocido en favor de las personas físicas y jurídicas, pues si bien suele no ser admitido que
éstas tengan "intimidad" y "honor" en el mismo sentido que las personas físicas, pueden si
sufrir serios daños por la publicación de noticias falsas, inexactas o desnaturalizadas.
- No obsta a su ejercicio que el agraviado disponga de otras acciones judiciales.
- El agraviado podrá ejercer las acciones indemnizatorias que correspondan.

Su constitucionalidad:
Pese a las recomendaciones de juristas, expresadas en congresos y jornadas, proyectos
nacionales y el reconocimiento explícito y generalizado del derecho público provincial, algunas
opiniones, generalmente no científicas, cuestionan la constitucionalidad de este derecho, por
considerarse que podría afectar la libertad de prensa; para ello se invoca que el artículo 32, de
la Constitución Nacional, veda dictar leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan
sobre ella la jurisdicción federal.
Para Rivera nada empece para el dictado de una ley nacional que regule este derecho de
respuesta, si se lo encuadra, como corresponde, como medio de defensa de los derechos de la
personalidad, pues en ese caso estamos en el ámbito del derecho común, materia propia del
Congreso Nacional.

El Pacto de San José de Costa Rica, a partir de la reforma constitucional de 1994, adquirió
jerarquía constitucional con el articulo 75 inc 22, el cual estableció que los tratados
internacionales que adquieren jerarquía constitucional no derogan artículo alguno de la
primera parte de la Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y
garantías por ella reconocidos.

1.2.2) Otros derechos:


a) El derecho a la imagen: concepto y protección legal.
El derecho a la imagen es un derecho emanado de la personalidad espiritual que permite al
titular oponerse a que por otros individuos o por cualquier medio se capte, reproduzca,
difunda o publique su propia imagen.

En un principio fue concebido para proteger a las personas públicas de la reproducción


fotográfica, hoy resulta aplicable a la voz, las filmaciones, etc.

Se ha discutido si el derecho a la imagen constituye un mero aspecto del derecho a la


intimidad o del derecho al honor (solo se violaba el derecho a la imagen si esta afectaba el
honor o la intimidad), o si, en cambio, comporta una categoría autónoma e independiente de
la tutela de esos dos últimos.
Hoy, la doctrina y la jurisprudencia, entienden que su titular tiene un derecho autónomo, que
se vulnera por el solo hecho de una exposición o difusión indebida, aun cuando no resulte
lesiva de la privacidad o la reputación de la persona.

El CCC además de mencionarlo en el ART 52, lo regula en el ART 53.


ART 53 CCC: “Derecho a la imagen. Para captar o reproducir la imagen o la voz de una persona,
de cualquier modo que se haga, es necesario su consentimiento, excepto en los siguientes
casos:
a. que la persona participe en actos públicos;
b. que exista un interés científico, cultural o educacional prioritario, y se tomen las
precauciones suficientes para evitar un daño innecesario;
c. que se trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre acontecimientos de interés
general.
En caso de personas fallecidas pueden prestar el consentimiento sus herederos o el designado
por el causante en una disposición de última voluntad. Si hay desacuerdo entre herederos de
un mismo grado, resuelve el juez. Pasados veinte años desde la muerte, la reproducción no
ofensiva es libre”.

Este artículo protege:


·La comercialización.
·La captación.
·La reproducción de cualquier modo que se haga.

Y tanto de:
·La imagen.
·La voz.

Se exige el consentimiento del titular del derecho, el que deberá interpretarse


restrictivamente, para la captación o reproducción, salvo las tres excepciones expresamente
previstas en el mismo artículo: si participa públicamente, interés científico y conocimiento
general.

El último párrafo se refiere a la protección ‘post mortem’ del derecho:


1- como regla general permite a toda persona designar por disposición de última voluntad a
quien podrá manifestar el consentimiento para la reproducción.
2-Si no lo hace pueden prestar el consentimiento sus herederos. (Omite contemplar a la pareja
del conviviente de la persona fallecida, ya que no es su heredera).
3- pasado los 20 años del fallecimiento la reproducción es libre, en tanto no resulte ser
ofensiva.
Este articulo reproduce la redacción del ART 31 de la ley 11.723 de Propiedad Intelectual, pero
dado que la ley 26.994 (el nuevo código), omitió la derogación de esta norma (más allá de que
ello había sido propuesto por la ‘ley de derogaciones’ que acompañaba el anteproyecto
presentado por la Comisión Reformadora), coexisten ambas regulaciones.

ART 31 LEY 11.723: ““El retrato fotográfico de una persona no puede ser puesto en el comercio
sin el consentimiento expreso de la persona misma y muerta ésta, de su cónyuge e hijos o
descendientes directos de éstos, o en su defecto, del padre o de la madre. Faltando el
cónyuge, los hijos, el padre o la madre, o los descendientes directos de los hijos, la publicación
es libre.”

b) El derecho a la identidad: concepto y si reconocimiento en el derecho argentino. El


derecho a la identidad de género: noción de la ley 26.743.

Este derecho tuvo su origen en la doctrina italiana, que lo independizo de los demás derechos
personalísimos.

Concepto:
·Rivera: Facultad de exigir la fiel representación de la persona, sin deformación de sus
cualidades o caracteres y sin atribución de caracteres inexistentes o diversos de aquellos reales
del sujeto.
·Corte Suprema de Justicia: ha entendido que
1-Toda persona tiene derecho a conocer su propia génesis;
2- El derecho a la identidad es un derecho constitucional no enumerado.
·Convención sobre los Derechos del Niño (con jerarquía constitucional) en su ART 7 reconoce el
derecho de los niños de conocer a sus padres y de preservarse su identidad.

La identidad se encuentra solo mencionada en el ART 52 CCC.

El derecho a la identidad comprende dos dimensiones:


-La identidad biológica o faz estática: vinculada a la identidad genética y biológica (saber quién
soy genéticamente, quienes aportaron mi material genético). Limite: el anonimato de los
donantes de gametos o material genético.
-La identidad social o faz dinámica: inclusive de otras manifestaciones que Tambien configuran
la personalidad de cada sujeto (conformación de su grupo y afectos).

Carlos Fernandez Sessarego: “La identidad de la persona, en tanto inescindible unidad


psicosomática, presupone un complejo de elementos, una multiplicidad de aspectos
esencialmente vinculados entre sí, de los cuales unos son de carácter predominantemente
físico o somático, mientras que otros son de diversa índole, ya sea esta psicológica, espiritual,
cultural, ideológica, religiosa o política. Estos múltiples elementos son los que, en conjunto,
perfilan el ser ‘uno mismo’ diferente a los demás, no obstante que todos los seres humanos
son iguales.

La identidad de género:

Ley 26.743:
·ART 1: “Derecho a la identidad de género. Toda persona tiene derecho:
a- al reconocimiento de su identidad de género;
b- al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;
c- a ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de
ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila,
imagen y sexo con los que allí es registrada”.
·ART 2: “Concepto. Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del
genero tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado
al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar
la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos,
quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. Tambien incluye otras
expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales”.
·ART 3: “Ejercicio. Toda persona podrá solicitar la rectificación registral el sexo, y el cambio de
nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida”.

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