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Latitudes 4 Recites
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La farsa social :
En el S. XIX el conflicto realidad-imaginación termina en farsa. La sociedad ya no cree ser, le
basta con aparentar ser; el individuo se da por satisfecho que los otros crean que es, y en
realidad ni aún eso. Todos están de acuerdo en vivir la farsa como si fuera realidad.
La pompa y la opulencia han desaparecido. Ahora son todos empleados o aspiran a ser
empleados (Empleado sacerdote, empleado militar, empleado comerciante, etc.). El drama de
esta sociedad es quedar sin empleo, pasar de empleado a empleado cesante.
El autor naturalista
El autor naturalista no observa la sociedad aristocrática y sus salones. Acude al pueblo, a las
formas marginales de la sociedad, para poder observar en su estrato menos complejo los
elementos que se mezclan para dar vida a la sociedad. Galdós primero escribe para enseñar a
los españoles su historia; ahora para explicarles su carácter.
El mundo de misericordia:
Se describe el medio. Se multiplica la observación para poder asir la realidad.
Parodia humorística del mundo romántico: Obdulia se envenena con fósforos, luego se casa y
pasa el resto de su vida entre ataúdes (en el romanticismo se sueña con la muerte para
alcanzar la libertad)
En esta obra de Galdós hay una impresión espiritualista. La realidad no sólo aparece descripta
en su bajeza sino que a la vulgaridad de la vida, de las cosas, se les halla un atractivo, una
poesía. Aparece el humor: Benina y Paca se llenan con la imaginación de una comida. Obdulia y
Ponte también se sacian con la fantasía.
El mundo no es, sino que deviene, se forma, cambia gracias al hombre, que hace que lo
soñado, las utopías, se truequen en realidades. El mundo fluctuante de la novela va de la
realidad al misterio y de éste a la realidad del espíritu.
Dice Don Romualdo: “Es nuestro país inmensa gusanera de pobres, y debemos hacer de la
nación un asilo sin fin, donde quepamos todos”
En esta novela, Galdós desconfía de la clase media y desplaza el conflicto a la frontera de ésta
con el llamado cuarto Estado, cercano al lumpen, adquiriendo el carácter de novela
antiburguesa. Benina no es una heroína revolucionaria sino una abnegada sirvienta. Su fórmula
es evangélica: “vete a tu casa y no vuelvas a pecar”, le dice a Juliana hacia el final.
La hipócrita exclusión de la criada por su relación con el moro sirve al proceso irónico de
rehabilitación moral, ya que Nina se convierte en objeto obsesivo de la veneración de Juliana,
que pone en ella toda su fe para curar su nerviosismo.
Según Casalduero, Dickens y Balzac son sus modelos, Taine y Comte sus guías, Zola el fermento
vital, Cervantes su maestro indiscutible.
El naturalismo: Casalduero:
El naturalismo construye su mundo con las teorías darwinistas y positivistas. La influencia del
medio, la lucha por la vida, la ley de la herencia, la evolución, la transformación físico-química
de la materia, etc., son los principios que informan al escritor naturalista, el cual niega toda
validez a la invención, tan presente en Cervantes, para servirse únicamente de la observación.
La moral es un producto del medio y de la fisiología, cuyas leyes hay que indagar.
Además, la muerte para el naturalista es un cadáver que hay que abandonar a los médicos con
la esperanza de que encuentren algún día las leyes que rigen el mecanismo humano.
El naturalismo positivista pone ante nuestros ojos una naturaleza que no es nada más que
materia, naturaleza sin finalidad que la trascienda.
Galdós interpreta el mundo cervantino con sus propios ideales, pues quiere: