Anzieu hace un análisis del proceso creador y dice que el trabajo de la creación artística pasa por cinco fases cada una de estas tiene características particulares:
1- El sobrecogimiento creador: este estado es necesario que se produzca en el
momento oportuno de una crisis interna, generalmente se trata de una contingencia de lo real que marca un antes y un después en la vida del sujeto. Se produce una disociación del Yo temporal, la cual es aprovechada por el artista para crear. 2- Toma conciencia de representantes psíquicos inconscientes, la parte del yo que ha quedado conciente recoge de ese estado un material inconciente que ha logrado retornar. 3- Instituir un código y hacer que tome cuerpo. Bajo la jurisdicción del Yo Ideal, relaciona esos representantes del material inconciente formando un código que por un lado decodifica ciertos datos de la realidad del sujeto y por otro lado codifica permitiendo generar una obra original. 4- La composición propiamente de la obra: Este trabajo es una formación de compromiso en la que intervienen restos inconcientes con material conciente y solo puede llevarse a cabo con el apoyo del Superyo: el estilo utiliza la estrategia propia de los mecanismos de defensa inconscientes; los pentimenti, los retoques, las variantes, la consulta de documentación, etc. 5- Presentar la obra al público: la obra de arte produce efectos sobre aquel que la contempla estimula la fantasía conciente, desencadena sueños, acelera un trabajo de duelo, promueve un trabajo de creación, de tal forma en algunas ocasiones el círculo se cierra sobre sí mismo.
El común de los hombres no dispone de este abanico de posibilidades de
funcionamiento. Fracasa al recorrer el ciclo completo. El artista tiene la capacidad de cambiar varias veces de registro de funcionamiento durante el curso de trabajo de creación y de mantenerse en el mismo registro tanto como sea pertinente. Ello supone cierta libertad de juego entre subsistemas psíquicos bien diferenciados y bien afirmados.