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ECOLOGIA Y MEDIO AMBIENTE

Las mayores reservas boscosas y de agua dulce del planeta, sin olvidar
nuestra inmensa diversidad ecológica se encuentran en Latino América y por
que no decir en Bolivia.
El mundo entero considera la esperanza de la Humanidad, por los recursos
renovables y sobre todo porque produce un tercio del agua dulce del planeta,
generando la mayor cantidad de recursos hidráulicos, un ejemplo claro es la
represa de Itaipú (Brasil- Paraguay).
La riqueza forestal de la zona tropical de 2 millones de km 2, equivale al 24 %
del área forestal mundial, lo que produce un porcentaje alto de biomasa vegetal
en los que se encuentran especies vegetales aún no conocidas en su totalidad
y una gran variedad de animales, lo que convierte en la mayor reserva natural
con relación a otros continentes.
Bolivia no deja de pertenecer a este contexto puesto que el norte y el este son
de una riqueza incalculable de espacios verdes y especies que no deben ser
vulnerables al manejo del hombre ni de los gobiernos para satisfacer
bienestares particulares o sectoriales más al contrario pensar en mejorar la
calidad de vida de la comunidad.
Uno de los problemas que preocupan son las políticas de desarrollo y la
educación ambiental que son factores preponderantes para el desarrollo
sostenible de estas regiones que deben tener un riguroso seguimiento en
programas de desarrollo ambiental y así poder dejar esta diversidad ecológica
a futuras generaciones que tienen igual derecho que nosotros.
Latinoamérica con una superficie de 5 millones y medio de km 2, cuenta con una
serie de ecosistemas con relación a la fauna y flora desde las cálidas montañas
en la línea ecuatorial hasta los climas fríos de la Antártica, que deben
seriamente entrar dentro de políticas de preservación y conservación.
Bolivia proveedora y exportadora de materias primas mineras ya conocidas y
desgastadas por ser recurso no renovable debe poner énfasis en aquellos
recursos renovables tan diversificados para su preservación y conservación,
declarando reservas ecológicas aquellas zonas ricas en especies, siguiendo las
políticas de otros países latinoamericanos.
La estación biológica del Beni fue declarada por la UNESCO la reserva de la
biosfera para la conservación de la fauna y la flora silvestre.
Mientras que el norte de La Paz y el suroeste del Beni actualmente sufren una
tala de bosques masiva cuya madera es utilizada para la exportación y además
donde se queman grandes extensiones de terrenos para nuevos asentamientos
humanos no planificados, sin servicios básicos deteriorando nuestro medio
ambiente.
Todo este fenómeno esta en estrecho vínculo con la pobreza urbana y rural
que consideran como único recurso el desgaste de las especies para la
supervivencia.
Una de las estrategias debería ser la inversión del sector privado para financiar
macro proyectos y de microempresas y así contrarrestar este deterioro
ecológico.
De esta manera estaríamos tratando de no dañar la capa de ozono tan
mencionada en nuestro siglo y que en el futuro tendrá grandes repercusiones
por las industrias en países desarrollados que se manejan dentro de la oferta y
la demanda.
Tenemos el derecho de tener un medio ambiente equilibrado ecológicamente
estable exigiendo al estado el cumplimiento de leyes, normas y reglas para la
conservación y preservación de nuestro espacio.

Ecosostenibilidad y Bioarquitectura

Nuestra época está caracterizada por una situación de indudable emergencia


ambiental cuyas señales y manifestaciones son evidentes y en muchos
aspectos irreversibles.
De aquí nace una creciente sensibilidad y atención por un uso más consciente
del medioambiente y de los recursos naturales según una nueva concepción de
desarrollo "sostenible". También en la arquitectura, que es de algún modo
expresión de la época en que se desarrolla, se hace cada vez más evidente
cómo no es posible descuidar y eludir dichas problemáticas, desarrollando una
nueva cultura proyectiva atenta y coherente con los principios de la
sostenibilidad.
Por lo demás el sector de la construcción representa ciertamente una de las
actividades humanas de más alto impacto ambiental puesto que cerca del 40%
del consumo energético total y del consumo de los recursos ambientales están
destinados a la industria de la construcción y que cerca del 40-50% de la
polución atmosférica y de los residuos sólidos urbanos son producidos siempre
por el sector de la construcción.
Tenemos que considerar, además, cómo en las áreas de economía avanzada,
gran parte del tiempo se transcurre en entornos urbanos, y todavía más dentro
de espacios cerrados, donde el nivel de polución y toxicidad del aire es tal que
constituye una amenaza cada vez más grave hasta convertirse en una
auténtica fuente de peligro para la salud psicofísica de las personas.
Aplicando una creciente concienciación y atención por los aspectos
"ecológicos" y "biológicos" de la construcción, también un sector tecnológica y
culturalmente atrasado, aunque de suma importancia, como el de la
construcción, puede ofrecer oportunidades relevantes para un reequilibrio
ambiental y desde luego perseguibles. Es deseable y concretamente posible
desarrollar una cultura proyectiva que persiga el objetivo de hacer que la casa
vuelva a ser un lugar favorable para la vida del hombre y de su entorno,
mediante un empleo adaptable y adecuado de la tecnología, sin
exasperaciones tecnológicas, y mediante un proceso de integración de
atenciones diversas y sinérgicas entre sí fruto de investigaciones fuertemente
interdisciplinarias e interconectadas.
Este conjunto de atenciones sólo pueden llevar a una radical relectura
disciplinaria de la arquitectura por un lado, y de una gradual reconversión de la
industria de la construcción por el otro, para que operen respetando el
medioambiente, la sostenibilidad del desarrollo y la salvaguardia de la salud
como filtro de los propios campos de acción o, mejor todavía, como elemento
fundador de una nueva cultura del proyecto y de la práctica constructiva que
vuelva a poner al hombre y a la naturaleza en el centro de su propia actuación.
Proyectar y construir según los principios de sostenibilidad significa poner la
debida atención en el tema de los recursos ambientales, en las cuestiones
relativas a la salud, en las cuestiones del rendimiento energético de los
edificios, en el control de las tecnologías y de los procesos constructivos.
Dichos objetivos pueden ser estudiados en los diversos niveles de la
planificación urbanística, del proyecto arquitectónico y de ingeniería, de la
construcción y del mantenimiento de los edificios y en la elección y empleo de
los materiales de construcción idóneos por sus características y prestaciones.
Incluso en la diversidad de las aproximaciones posibles las tendencias
emergentes y más conscientes están dirigidas sobre todo a optimizar la eficacia
energética de los edificios, a disminuir la explotación de los recursos naturales
recurriendo principalmente a los recursos renovables y reciclables, a utilizar
materiales, productos y componentes con características de compatibilidad
ecológica.
Se trata sustancialmente de repensar el proyecto, los procesos constructivos y
lo construido para controlar y minimizar el impacto sobre el medioambiente y
sobre la salud.
Es una aproximación que comporta valoraciones y análisis en función de todo
el ciclo de vida de un edificio para mejorar el rendimiento ambiental del mismo
teniendo en consideración procesos normalmente descuidados en el ámbito de
la proyectación, de los ligados a la producción y puesta en obra de los
materiales utilizados, a los relativos al empleo y al mantenimiento del edificio
hasta los relativos a la demolición y/o deconstrucción del mismo.
Sobre la base de los principios fundamentales de una arquitectura sostenible
es posible valorar y controlar un recorrido de selección de los materiales y las
técnicas constructivas y de instalación.
Las elecciones tecnológicas son cuidadosamente evaluadas en relación al
impacto y a los riesgos medioambientales y para la salud humana relacionados
con los procesos de fabricación, de uso y de eliminación final de los productos.

Las principales áreas temáticas sobre las que se articula la valoración de


los organismos de la construcción son:
 la valoración y el control de la calidad geobiológica y medioambiental del
sitio;
 la valoración y el control de la calidad de los productos, de los materiales y
de los sistemas de instalación empleados en el proceso constructivo desde
el punto de vista de los posibles efectos sobre los organismos y sobre la
salud;
 el cuidado y el control de la calidad formal de la actividad de transformación
de los lugares y la recalificación del ambiente construido;
 la contención en el uso de recursos energéticos no renovables y la
consiguiente reducción de las emisiones contaminantes mediante un
correcto proyecto bioclimático;
 la minimización del impacto ambiental mediante un eficaz control del ciclo
de vida y de los flujos energéticos durante la fase de producción, de gestión
y de recuperación/eliminación de cada uno de los componentes (materiales,
instalaciones) y de todo el organismo constructivo.

En lo que respecta a los materiales los principales criterios de elección


según principios guía de la arquitectura bioecológica son:
 materiales de origen natural y provenientes de fuentes renovables.
 materiales con un reducido impacto ambiental durante todo el ciclo de vida.
 materiales en cuya composición y producción no hayan sido utilizadas
sustancias tóxicas, nocivas y/o contaminantes.
 materiales que durante la puesta en obra, utilización y eliminación no dejen
sustancias tóxicas, nocivas y/o contaminantes.
 materiales con características técnicas y funcionales idóneas y compatibles
con los requisitos de la biología de las construcciones.
 materiales certificados con marca de calidad y/o compatibilidad ecológica.

Arquitectura bioclimática
 
Es aquella arquitectura que diseña para aprovechar el clima y las condiciones
del entorno con el fin de conseguir una situación de confort térmico en su
interior. Juega exclusivamente con el diseño y los elementos arquitectónicos,
sin necesidad de utilizar sistemas mecánicos complejos, aunque ello no implica
que no se pueda compatibilizar.
A simple vista la mayoría de las casas son similares desde el punto de vista
constructivo, y salvo alguna cuestión estética, también desde el punto de vista
de diseño.
Nos pueden gustar más o menos, parecernos bellas o por el contrario
horrendas, pero lo que seguramente nos resultará más difícil de determinar en
porque en algunas de ellas los consumos energéticos se reflejan en facturas de
servicios exorbitantemente elevadas, mientras que, en otras, similares en
cuanto al diseño, cantidad de habitantes y uso, estas facturas son mucho
menores.
Si partimos de la base de un sistema constructivo, de condiciones de diseño y
uso de similares condiciones ¿Cuál es el motivo por el que existen diferencias
de consumo energético entre unas y otras?
La respuesta es simple si tomamos en cuenta que el más simple colector solar,
que nos permite utilizar en nuestro provecho la energía gratuita proveniente del
sol, es una sencilla ventana, con la única condición de estar bien orientada.
Este aporte gratuito bien aprovechado, servirá para elevar la temperatura
interior durante el invierno, lo que se traduce en un menor consumo de energía.
Por el contrario, las ventanas mal orientadas, servirán para que por ellas se
fugue una cantidad importante de energía que deberá necesariamente ser
compensada por el equipo de calefacción si queremos mantener la temperatura
interior dentro de ciertas condiciones de confort.
Pero así como existen formas de aprovechar la energía solar durante el
invierno, también podemos conseguir que durante el verano, a través de un
ingreso no deseado y a veces hasta salvaje, la temperatura interior también se
eleve y deba ser compensada por un mayor aporte del equipo de aire
acondicionado.
Como vemos uno de los elementos que necesariamente debe ser diseñado en
cualquier edificio puede jugar a favor o en contra de nuestro propósito,
simplemente por medio de una adecuada orientación. Desde este punto de
vista, la utilización de cualquier ventana convierte al edificio en un "edificio
solar" y algunos disfrutan este aporte gratuito, mientas que otros lo padecen.

Arquitectura solar pasiva


Hace referencia al diseño de la casa para el uso eficiente de la energía solar.
Puesto que no utiliza sistemas mecánicos, está íntimamente relacionada con la
arquitectura bioclimática, si bien esta última no sólo juega con la energía solar,
sino con otros elementos climáticos. Por ello, el término bioclimático es más
general, si bien ambos van en la misma dirección.

Arquitectura solar activa


Hace referencia al aprovechamiento de la energía solar mediante sistemas
mecánicos y/o eléctricos: colectores solares (para calentar agua o para
calefacción) y paneles fotovoltaicos (para obtención de energía eléctrica).
Pueden complementar una casa bioclimática.
Uso de energías renovables. Se refiere a aquellas energías limpias y que no se
agotan (se renuevan). Para una casa, además de la energía solar, de la que ya
hemos hablado, podemos considerar otros, como los pequeños generadores
eólicos o hidráulicos, o la generación de metano a partir de residuos orgánicos.

Arquitectura sostenible
Esta arquitectura reflexiona sobre el impacto ambiental de todos los procesos
implicados en una vivienda, desde los materiales de fabricación (obtención que
no produzca desechos tóxicos y no consuma mucha energía), las técnicas de
construcción (que supongan un mínimo deterioro ambiental), la ubicación de la
vivienda y su impacto en el entorno, el consumo energético de la misma y su
impacto, y el reciclado de los materiales cuando la casa ha cumplido su función
y se derriba. Es, por tanto, un término muy genérico dentro del cual se puede
encuadrar la arquitectura bioclimática como medio para reducir el impacto del
consumo energético de la vivienda.

Casa autosuficiente
Hace referencia a las técnicas para lograr una cierta independencia de la
vivienda respecto a las redes de suministro centralizadas (electricidad, gas,
agua, e incluso alimentos), aprovechando los recursos del entorno inmediato
(agua de pozos, de arroyos o de lluvia, energía del sol o del viento, paneles
fotovoltaicos, huertos, etc.). La arquitectura bioclimática colabora con la
autosuficiencia en lo que se refiere al suministro de energía.

Energías renovables

Las llamadas energías renovables son las regeneradas por el Sol ya que este
produce una serie fenómenos que dan origen a los recursos para el hombre y
algunas manifestaciones son las energías renovables. Se pueden definir como
fuentes de abastecimiento inagotable. La energía solar y la geotérmica son un
caso aparte, puesto que en ninguno de los dos casos puede hablarse de
regeneración, sin embargo, entran en el grupo de las energías renovables por
tener muchas características en común. Fuentes de energía tan antiguas como
la radiación solar, el viento, los combustibles vegetales, las mareas o las aguas
termales, vuelven hoy a ser la reserva más importante de energía, con el
añadido del hidrogeno y, en un plazo más largo, el de la fusión nuclear, tales
fuentes de energía son inagotables: lo es el hidrogeno, omnipresente en la
Tierra, y lo son las demás por su carácter renovable, asociado a la acción solar
o a la gravitatoria. Estas energías pueden sustituir los combustibles fósiles en
la producción de calor y electricidad o como carburantes para vehículos, con la
ventaja de no ser contaminantes; las dificultades técnicas que plantea su uso
son mínimas en cuanto a la adaptación de quemadores, calderas y motores,
pero ya no lo son tanto en lo que respecta a la obtención eficiente de
hidrógeno.

Energía Solar

En el sol se libera una gran cantidad de energía en forma de radiación


electromagnética. Parte de la energía de la radiación solar, se pierde al
atravesar la atmósfera. La tierra intercepta la radiación solar y la devuelve en
forma de calor. La energía solar llega a la superficie de la Tierra por dos vías
diferentes: incidiendo en los objetos iluminados por el Sol (radiación directa) o
como reflejo de la radiación solar absorbida por el aire y por el polvo (radiación
difusa). Con las tecnologías actualmente disponibles, sólo la primera es
aprovechable de manera eficaz, de forma masiva, aunque algunos sistemas
(colectores planos y células fotovoltaicas) aprovechan la segunda en
determinada medida. La radiación solar se puede recoger de dos maneras
fundamentales: cubriendo una superficie receptora con una lámina
transparente a la luz del sol de vidrio o plástico, y enfocando la radiación solar
recibida en una gran superficie a un receptor de superficie pequeña.
La energía solar es limpia y es la que menos incide en el medio ambiente,
aunque también tiene algunos inconvenientes:
- Se necesitan amplias extensiones de terreno para su aprovechamiento a
gran escala con la tecnología actual, por lo que modifica el ecosistema e
incide en el paisaje.
- En instalaciones de pequeña potencia y calefacción el efecto es nulo.
- Las células solares en su fabricación y conservación pueden tener efectos
medioambientales debido a los materiales utilizados.

Energía eólica

La energía eólica se debe a la energía cinética del aire. Los aparatos que se
utilizan para transformar la energía cinética en electricidad se llaman
aerogeneradores y son resistentes a la corrosión y a los cambios de orientación
del viento. Para obtener potencias significativas que permitan su conexión a la
red eléctrica, hay que instalar varios aerogeneradores. Están provistos de dos o
más palas que giran por la acción del viento y este movimiento se transmite a
una dinamo o a un alternador. El problema principal es el de la irregularidad del
viento que cambia constantemente de dirección e intensidad. En general, no se
puede pensar en la instalación de grandes centrales eólicas, sino en unidades
que, al parecer, no podrán rebasar los 5000 kw de potencia. Generalmente
esta energía es bastante irregular y se aplica en instalaciones
descentralizadas, como por ejemplo granjas que se encuentran en zonas de
viento aprovechables.
El principal inconveniente de la energía eólica es que incide en el paisaje.

Biomasa

Se denomina biomasa al conjunto de toda la materia orgánica procedente de la


actividad de los seres vivos. Este recurso energético hace referencia a la
energía contenida en las plantas y los residuos orgánicos, es decir parte que no
se destina a alimentación, producción, etc. es la biomasa energética, e incluye:
leña, residuos (urbanos, agrícolas, etc.), cultivos energéticos y excedentes
agrícolas; de los dos últimos se obtienen biocombustibles (aceites y alcoholes)
para motores y quemadores.
Su importancia reside en su ciclo rápido de renovación, comparado con el ciclo
geológico de los combustibles fósiles; ahora bien, existe una limitación: su
consumo no puede desbordar el ritmo con que se regeneran las plantas, ya
que su procedencia última es vegetal. Modificando la reproducción de ciertas
plantas, se puede aumentar dicho ritmo, pero, hoy por hoy, los mayores
cambios se dan en la ampliación de la gama de tales combustibles más allá de
la leña (basura, biogás, uso de aceites y alcoholes como carburantes).

La repercusión en el Medio Ambiente presenta las siguientes ventajas:


- Favorece la regeneración natural de la masa principal
- Facilita la reforestación artificial
- Posibilita el crecimiento del arbolado
- Mejora la calidad del arbolado
- Disminuye enormemente el peligro de plagas
- Facilita el resto de las operaciones selvícolas
- Mejora el estado de las cuencas torrenciales
- Incrementa la capacidad de aprovechamiento ganadero
- Facilita los movimientos por el monte
- Incrementa el hábitat de cierta fauna silvestre
- Mejora estéticamente monte
- Aumenta la capacidad de acogida recreativa
- Disminuye el peligro de incendios forestales

Residuos Sólidos Urbanos

Los residuos sólidos urbanos (RSU), constituyen una realidad que día tras día
se presenta en todas y cada una de las entidades de población. Actualmente
en España los RSU tienen cuatro tipos de tratamientos: vertido, compostaje,
incineración y reciclado. Desde el punto de vista energético la única posibilidad
es la incineración, tal y como se está dando en algunas centrales españolas.
La principal incidencia de los RSU en el medio ambiente es que reducen la
cantidad de residuos que contaminan la tierra

Energía de las olas, maremotriz y térmica marina

El mar puede proporcionar energía de distintas maneras. Se puede aprovechar


la energía de las olas, aunque existen problemas técnicos y económicos que
dificultan enormemente su aprovechamiento y también se le ha prestado a este
tipo de energía poca atención hasta ahora. Este tipo de energía produce
además un fuerte impacto ecológico sobre la zona.
El posible aprovechamiento de la energía maremotriz (o energía de las mareas)
es en realidad un complejo sistema de presa, compuertas y turbogeneradores
Se basa en la diferencia de nivel existente entre las posiciones de pleamar y
bajamar, que permite el aprovechamiento de la energía mecánica por medio de
un generador eléctrico. El problema de este tipo de energía es que cambiaría el
hábitat de la zona, por tratarse de una separación física.
En cuanto a la energía térmica marina, se fundamenta en el desnivel térmico
existente entre la superficie de los mares y las capas profundas, el fuerte
calentamiento de las aguas superficiales crea un salto térmico notable respecto
de las aguas que están a centenares de metros de profundidad, y se ensayan
dispositivos, basados en un ciclo termodinámica abierto o cerrado para
convertir agua en vapor o determinado gas en líquido y hacer pasar este fluido
por una turbina generador, produciendo electricidad.

Energía geotérmica

La energía geotérmica es prácticamente inagotable, se encuentra en el interior


de la tierra y normalmente se manifiesta en forma de geyseres. Tiene dos
vertientes de utilización: el vapor de agua que aflora en la superficie terrestre
en zonas de inestabilidad volcánica y el aumento de temperatura que se
registra al profundizar en el suelo, debido al flujo de calor procedente del centro
de la tierra. Es decir, este recurso se presenta en forma de rocas y sedimentos
calientes y fuentes termales.

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