fabricante debe hacer para planificar qué productos y en qué cantidades manufacturar durante determinado periodo, para controlar absolutamente todos los procesos que intervienen en la cadena de producción, desde la adquisición de insumos o materias primas, hasta el almacenaje del producto terminado listo para la comercialización.
Este se trata de un proceso proactivo porque impulsa
las distintas fases de producción en términos de lo que se fabrica y qué resultados se obtienen. Master Production Scheduling (MPS) se convierte en una fuente centralizada que le indica qué necesita producir, cuánto necesita producir y cuándo debe producirlo, de manera que cada uno de los ciclos y sus resultados sean verificables, cuantitativa y cualitativamente, proporcionando un valor agregado a cada artículo que salga de su planta.
El plan maestro de producción constituye la base de
la comunicación entre el área de ventas de una empresa y su planta de fabricación. Usar el MPS como una agenda de compromiso entre manufactura y comercialización significa que las ventas pueden hacer promesas de pedidos válidos y reales que serán cumplidas en los tiempos establecidos, garantizando la puntualidad en la entrega al cliente.