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EDUCACIÓN LIBERAL

La educación liberal (1) es educación en la cultura o hacia la cultura. El producto


terminado de una educación liberal es un ser humano cultivado. «Cultura» (del
latín, cultura) significa primariamente agricultura: el cultivo del suelo y sus
productos, cuidar el suelo, mejorar el suelo de acuerdo a su naturaleza. «Cultura»
significa, en forma derivada, hoy en día, principalmente el cultivo de la mente, el
cuidado y la mejora de las facultades nativas de la mente de acuerdo con la
naturaleza de la mente.
MAESTROS Y DISCÍPULOS
Así como el suelo necesita quienes lo cultiven, así la mente necesita maestros.
Pero no es tan fácil encontrar maestros como encontrar agricultores. Los maestros
mismos son, a su vez, discípulos y deben ser discípulos. Pero no puede haber un
regreso hasta el infinito: debe haber finalmente maestros que no sean a su vez
discípulos.
Aquellos maestros que no son a su vez discípulos son los grandes talentos o, para
evitar cualquier ambigüedad en materia tan importante, los más grandes talentos.
Tales hombres son extremadamente raros. No es probable que nos encontremos
alguno de ellos en ningún salón de clases. Es una gran suerte si hay uno de ellos
vivo en la misma época que nosotros. En la práctica, los discípulos, cualquiera que
sea su grado de conocimientos, tienen acceso a los maestros que no son a su vez
discípulos, a los más grandes talentos, sólo a través de los libros más importantes,
de las obras fundamentales.
La educación liberal consistirá, entonces, en estudiar con el debido cuidado las
obras fundamentales que los más grandes talentos han dejado tras de sí; estudio
en el cual los discípulos más experimentados ayudan a los menos
experimentados, incluso a los que comienzan.
Esta tarea no es fácil, como podemos advertir si consideramos la fórmula que
acabo de mencionar. Esa fórmula requiere un largo comentario. Se han invertido
muchas vidas en escribir tales comentarios y aún podrían invertirse muchas más.
Por ejemplo, ¿qué quiere decir la afirmación de que las obras fundamentales
deben ser estudiadas «con el debido cuidado»? Al presente mencionaré sólo una
dificultad, obvia a todos ustedes: los más grandes talentos no nos dicen las
mismas cosas en relación con los temas más importantes; la comunidad de los
grandes talentos está dividida por la discordia, e incluso por diversas clases de
discordia.
Aparte de otras consecuencias que esto implica, de ello se desprende ciertamente
que la educación liberal no puede ser simplemente información. Mencionaré aún
otra dificultad. «Educación liberal es educación en la cultura». ¿En qué cultura?
Nuestra respuesta es: cultura en el sentido de la tradición occidental. Sin embargo,
la cultura occidental es sólo una entre muchas culturas. Al limitarnos a la cultura
occidental, ¿no estamos condenando la educación liberal a una cierta estrechez
pueblerina? y ¿no es acaso el espíritu pueblerino incompatible con el liberalismo,
la generosidad y la amplitud de mente de la educación liberal? Nuestra noción de
educación liberal no parece ajustarse a una época consciente del hecho de que no
existe la cultura de la mente humana, sino una variedad de culturas. Obviamente
si «cultura» es susceptible de ser usada en plural, no es la misma cosa que la
«cultura» que es singulare tantum, que sólo puede ser usada en singular. Hoy día
la cultura no es ya, como dice la gente, un absoluto, sino que se ha vuelto relativa.
No es fácil decir qué significa la «cultura» en cuanto susceptible de ser usada en
plural. Como consecuencia de esta oscuridad, algunos han sugerido, explícita o
implícitamente, que cultura es cualquier patrón de comportamiento común a
cualquier grupo humano. De ahí que no vacilemos en hablar de cultura de las
urbanizaciones o de las culturas de los grupos juveniles, tanto delincuentes como
no delincuentes. En otras palabras, cada ser humano que no esté en un
manicomio es un ser humano cultivado, porque participa de una cultura.
En las fronteras de la investigación, se alza la pregunta de si no existe también
una cultura de los locos en el manicomio. Contrastar el uso actual de la palabra
«cultura» con su significado original, es como decir que el cultivo de un jardín
consiste en que sea ensuciado con latas, botellas de whisky vacías, y papeles
sucios de diversas clases tirados en él al azar. Habiendo llegado a este punto, nos
damos cuenta de que, de alguna forma, hemos perdido el camino. Comencemos,
entonces, de nuevo, haciéndonos la pregunta: ¿Qué puede querer decir, aquí y
ahora, educación liberal?
ALFABETIZACIÓN Y DEMOCRACIA MODERNA
La educación liberal es una cierta clase de educación literaria: educación en las
letras o por las letras. No hay necesidad de argüir en favor de la alfabetización;
cada votante sabe que la democracia moderna se mantiene o cae gracias al grado
de alfabetización. En orden a entender esta necesidad, debemos reflexionar sobre
la democracia moderna. ¿Qué es la democracia moderna? Una vez se dijo que la
democracia es un régimen que se mantiene o cae por la virtud: una democracia es
un régimen en el cual todos o la mayoría de los adultos son hombres virtuosos, y
puesto que la virtud parece requerir sabiduría, un régimen en el cual todos o la
mayoría de los adultos han desarrollado su razón hasta un alto grado, o la
sociedad racional. En una palabra, la democracia debe ser una aristocracia que se
ha ensanchado hasta llegar a ser una aristocracia universal. Antes de que
surgiese la democracia moderna hubo algunas dudas acerca de si la democracia
así entendida era posible. Así lo expresaba uno de los dos más grandes talentos
entre los teóricos de la democracia: «Si hubiera un pueblo de dioses, se
gobernaría a sí mismo democráticamente. Un gobierno de tal perfección no se
ajusta a seres humanos». Esta voz suave y apagada se ha convertido, hoy por
hoy, en una robusta voz transmitida por un altoparlante de gran potencia.

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