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DUELO EN CAREPA POR MASACRE

DE 11 TRABAJADORES BANANEROS

Cinco horas después de ocurrida la masacre

de 11 obreros de la finca Osaka, en Carepa,

surgió como un alma en pena de adentro de las

plataneras un moreno alto y delgado.

15 de febrero 1996, 12:00 a. m.

Apareció mirando nerviosamente y temblaba de pies a cabeza, mientras retorcía la

camisa que llevaba entre las manos. Desde las 6:30 de la mañana, cuando comenzaron las

ráfagas de los fusiles AK-47 y R-15, se había camuflado entre las matas de banano para

escaparse de la muerte.

Él ocupaba el último puesto del bus de donde fue obligado, en compañía de 45 obreros

más, a bajarse por orden de 12 guerrilleros del frente V de las Farc, que gritaban bajen a

tierra. El muchacho, quien logró huir, sólo encontró en el lugar de la masacre seis

manchones grandes de sangre y una tula a rayas azules y rosadas con un paquete de

cigarrillos adentro que reconoció porque era de su papá. Más tarde en la sede de la Brigada

17 se enteró de que su padre aparecía en la lista de los obreros masacrados.

De la matanza también se escaparon con vida otros 33 trabajadores, quienes

emprendieron la huida. Otro más sobrevivió al ataque al quedar cubierto por los cuerpos de

sus compañeros.

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https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-360093
EL BANANO COLOMBIANO SE CERTIFICA CON LA SANGRE DE LOS

TRABAJADORES

El periodo comprendido entre los años 1994 y

1996 perviven en la memoria de los habitantes

del Urabá como los años del terror puesto que se

agudizo la confrontación armada entre las Farc,

el ELN, las ACCU, los esperanzados quienes

eran considerados parte de un grupo militar, y

disidentes del EPL entre otros; los paramilitares

y las Farc se disputaron a sangre y fuego los

territorios, especialmente aquellos donde pudieran controlar la economía del banano y los

puertos de exportación de la fruta para asegurar las rutas de entrada y salida del

narcotráfico. Tal fue el caso del corregimiento de Zungo embarcadero, del municipio de

Carepa, este territorio compuesto por fincas, campamentos bananeros y en un tiempo

conocido por ser zona de guerrilla fue testigo de la remitida paramilitar.

14 de febrero de 1996 finca Osaka en Carepa, quinto frente de las Farc, 11 trabajadores

fueron asesinados como retaliación por las capturas del ejercito a algunos de sus hombres.

La finca ubicada a orilla de carretera vía al corregimiento de Zungo Eje bananero de Urabá,

dado encontrarse cerca a la carretera la utilizaron como reten, para arremeter contra la gente

y bajarla de los buses que venían de distintas fincas e iniciaron a llamar por lista, para

amarrarlos, tenderlos en el suelo y quitarles la vida a 11 trabajadores. Fue algo inolvidable,

no se encuentran palabras para describir este tipo de cosas para las personas que vivieron

esta masacre, pero aun muchos lograron escapar y continúan con vida relatando este suceso
que se quedo en la memoria de todos los habitantes de este municipio. Desde el año 1996

los desplazamientos en Urabá se hicieron masivos, pocas familias se quedaron en los

pueblos y los temores de que la relacionaran con algún grupo armado, hicieron que muchas

abandonaran sus cosas o salieran amenazadas de la región. Tras todo lo ocurrido las Farc se

sembró miedo en toda la región.

Los habitantes de Carepa Antioquia y en toda la región llevan la memoria de como la

guerra cambio su vida, aun se anhelan en aquellas fincas bananeras aquellos momentos en

los que vivían en campamentos, jugaban juegos de mesa, softbol luego de las jornadas

laborales hasta que llegaron los azotes de la guerra y cambiaron las condiciones del trabajo.

El corregimiento de Zungo embarcadero fue una finca bananera, donde sus habitantes mas

que vecinos eran familia y compartían alrededor del fogón sancochos los domingos,

mazamorras de banano, partidos de futbol e historias de sus lugares de origen en Córdoba,

Antioquia y Choco. Los habitantes del eje bañero agradecen que a través de las

plantaciones y producción del banano han podido sostener a la familia, tienen un empleo

estable y hoy en día lo que tienen se lo deben al banano. Tras estos sucesos de masacres en

la subregión empezaron a destruirse las familias, las mujeres sobre llevaron la carga de la

guerra al quedar viudas y tener que asumir solas la crianza de sus hijos e hijas además de

soportar en sus cuerpos las marcas de la violencia sexual que cualquier grupo armado

ejercían sobre ellas.

Concluyendo así con el desarrollo que a tenido el Eje bananero en cuanto a violencia

debido al tratado de paz, a la permanencia y constante acompañamiento del gobierno y

fuerzas militares en esta zona debido que la región es una joya para el país. En cuanto a

masacres a mejorado la calidad de vida en la región, pero todavía hay secuelas de toda la
violencia ocurrida en los años 90. La masacre de Osaka se encuentra en la memoria de

todos los habitantes del municipio de Carepa y de la región. El territorio de Urabá se ha

convertido en sinónimo de trabajo, dignidad y optimismo buscan dejar atrás el estigma de

la guerra, el titulo de zona roja ante la estela de dolor y muerte que por años marco a la

región la cual llego a conocerse como la más violenta de Colombia.

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