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Agresión, maltrato, ofensas, soledad, dolor.

¿Te parecen bonitas estas


palabras? ¿Te parece justo vivirlas? Sin embargo, son palabras que afectan
la vida cotidiana de muchas personas dentro su propio hogar. Mi nombre es
Brenda Ibarra Medellín y hoy les hablaré sobre una situación que ha venido
en aumento debido a los sucesos provocados por la pandemia de COVID-19:
confinamiento y violencia.

Levanta una mano y si alguna vez has realizado alguno de los siguientes
actos, baja un dedo.
¿Tienes un temperamento explosivo y te enfureces fácilmente?
¿Echas la culpa del abuso a tu pareja?
¿Te pones agresivo con tus hijos cuando hacen travesuras?
¿Te arrepientes continuamente haciendo falsas promesas de cambiar?
¿Realizas bromas hirientes o conductas chantajistas?

Si has respondido que si a una o varias de estas afirmaciones, esto es


violencia familiar y se entiende como toda acción cometida en el seno
familiar por alguno de sus miembros contra otro y que produce un daño no
accidental en el aspecto físico o emocional.
Este tipo de violencia se ha venido incrementando por el confinamiento que
estamos viviendo a causa del COVID-19 ya que las mayores dificultades las
plantea el confinamiento pues las personas que sufrían algún tipo de
violencia, ahora están más cerca de su agresor. Según datos del sistema de
Seguridad Pública, a partir del mes de marzo del 2020, el número de
emergencia 911 recibió 155 llamadas diarias en promedio y a esto agregando
que no todas las personas tienen acceso a un teléfono o a internet.
Por ello, más allá de cualquier postura, como personas debemos entender
que es importante atender de inmediato este grave problema que afecta a
muchas familias y que deja huellas muy marcadas en los niños. Es
indispensable que las autoridades diseñen estrategias para combatir este
tipo de violencia y no sólo números telefónicos donde se brinde atención
sino acciones que permitan a las personas que integran el núcleo familiar a
valorar y valorar a todos y cada uno de sus miembros.

En conclusión, el estrés, el desempleo, la angustia, el miedo, la falta de


empleo generado por el confinamiento han incrementado de manera
considerable la violencia dentro del núcleo familiar por ello, es importante
atender esta grave situación. Y recuerda que “nunca se entra por la violencia
dentro del corazón” Gracias.

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