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DE LAS COSAS
137.-La palabra re,B tiene un sentido tan amplio como el que corres-
ponde a la palabra cosa en nuestro lenguaje. Comprende todo lo que
puede procurar a las personas alguna utilidad, y el jurisconsulto sólo
estudia las cosas en su relación con las personas, desde el punto de vista
de los beneficios que Ies pueden prestar. Estas relaciones se llaman de-
recho11, y tienen más o menos fuerza. La persona que puede disponer
de una cosa a su capricho, enajenarla y hasta destruirla, tiene el dere-
cho más completo, que es el d~recho de propiedad.
En realidad, el estudio de las cosas consiste en el análisis de estos
derechos. Pero antes de abordar esta importante materia indicaremos
las principales divisiones que los romanos hicieron de las cosas.
137 bis.- De las cosas en el patrimonio y de las cosaa fuera del pa-
trimonio de los particulares.-Según las Instituciones de Justiniano,
todas las cosas se dividían en dos categorías: Las unas se encuentran
colocadas Juera del patrimonio ck los particulares: son las cosas que su
naturaleza misma hacen insusceptibles de apropiación individual, por
ejemplo, las pertenecientes a una nación o a una ciudad, o ciertas cosas
que pueden ser apropiadas, pero de las cuales nadie se ha apoderado
todavía. Las otras, por el contrario, forman parte del patrimoniO de los
particulares (1 ). Esto es, como una comprobación de hecho que se so-
brepone a la materia, puesto que se aplica a todas las cosas sin excep-
ción. Pero no es nunca una verdadera división, porque carece de aspec-
to jurídico (2). Nos sujetaremos con preferencia a las divisiones des-
arrollad.as por los textos de la época clásica.
187 bt•• (1) I. pr•• de rer. diu., II, 1: ... Quae (res) vel in nostro Plltrimonio vel extra
nostrum patrimonliun habenlur.-Esta distinción esta tomada de Gayo, que la presentaba
incidentahnente (11, § 1), y pasaba a las verdaderas divisiones de las cosas (11. §§ 2 y stg.).
Las Instituciones de Justinlano han hecho de ella, injustamente, la «livlsión principal.
(2) Algunos autores sustituyen en esta clasificación de hecho una división fundada
sobre el Derecho, en res tn commereio y res extra commerctum, Es verdad que varios textos
indJcan que hay cosas insusceptibles de propiedad privada, quarum cornmercium non est
(I, § 4, de ~gat., Il, 20).-Pomponio, L. 6, pr .• D., de contr. empt., XVIII, 1). Pero en nin·
guna parte formulan los rOlllanos exyresamente esta división.
N. df!l T.-A todo objeto materia exterior al hombre se le llama cosa en el lenguaje
vulgar, pero Jurídicamente se comprenden en esta idea unas veces entes inmateriales, como
son los derechos. y otras se excluyen del concepto aquello que no puede ser objeto del de-
recho. Por esto se ha afirmado que son las cosas en el lenguaje jurídico los objetos de un
derecho patrimonial, y ya Ulpiano decía (D. 50, 16, fr. 23): Rei appellatione et causae et
jura continentur.
Por lo demás, están fuera del patrimonio Jas cosas que actualmente no se hallan en el
patrimonio de ningún particular, porque no pueden estar en él, como las cosas comunes
y las fuera del comercio. o porque actualmente no se hallen en patrimtmlo alguno, como
las res nullius. A esta clase de cosas pertenecen las que nunca fueron ocupadas por persona
a]¡r;una (animales salvajes en libertad, corales en el mar, piedras preciosas, in Utore maris,
et~étera). y las que después de haber tenido dueflo fueron por éste abandonadas (res de-
rdictae).
166 LIBRO SEGUNDO
140, (1) Marciano, L. 2, § 1, D., de dilJ. rer., 1, 8: Naturali jure omnlum communia
1unl illa; ru>r aqua pro/luena et mare; et per hoc littora maris.-Asi están definidas por Ce1so
las orillas del mar. L. 96, pr. D., de verb. sign., L. 16: Liltus est quousque maximus /luclus
a mari peri,enit: idque J\.farcmn Tullium aiunt, cum arbiter esset, primum constituisse.-Cfr.,
Cicerón, Topit:, 7,-1, 1 3, de rer. div,, 11, t.
(2) Cel:JO, L, 3, pr., D., ne quid in loe. publ., XLIII, 8; ... Lillora in quae populus Roma•
nus imperium habet, populi Romani esse arbilror.-Hoy, la teoriadeCeJso, más conforme
a los intereses de cada nación, está sancionada por el articulo 538, C. C., que coloca la!! orillas
del mar entre las dependencias del dominJo público del Estado. quedando también abier-
tas a los navegantes sin distinción de nacionalidad.
N. del T.-El aqua profluens, agua corriente, como tal, no puede ser objeto de dere-
cho privado, porque es inaprensible, y bajo este aspecto la consideraron los romanos como
res communis omnium, como el aire y el mar (1, 11, I, § 1); pero un caudal de agua, el con-
unto de un agua, puede perfectamente ser objeto de propiedad, ya sea del Estado ya de
jos particulares.
En cuanto al aire y el mar, es posible separar partes y fracciones, y que estas partes
separadas cesen de ser cosa común mientras dura la separación. El pasa¡e de las Institu-
ciones antes citado coloca también entre las cosas comunes las orillas de mar; pero como
dispone el D. 43, 8, 3, las orillas del mar forman parte del territorio del Estado, y el uso
de las mbmas se regula por las leyes de cada uno de los Estados. V. en el Filangieri del
ai'\o XIX a Manenti, ConceUo della communio relativamente alle cose priuate. alle publiche,
ed alle communes omnium.
168 LIBRO SEGUNDO
(3) Gayo, L, 5, pr., D., de div. rer,, I, 8: Riparum usus publicus est Jure gentium, sicut
ipsius fluminis ... Sed proprietas illorum cst, quorum praediis haerent.: qua de causa arbores
quoque in his nataeeorundem swit.-Ad. L. 30, § 1, D., de adq. rer. dom., XLI, 1.-V. n. 0 186,
nota 2.
(4) El Estado y las ciudades pueden también, a titulo de personas morales. tener en
sn patrimonio cosas susceptibles de ser enajenadas. aunque no relacionadas con el uso pú-
blico, tales como los campos y los esclavos. Estas cosas eran llamadas también públicas
(L. 17, D., de uerb,, sign., L. 16). Sólo se diferenclahan de las res priuatae por la cualidad
del propietario.-Cf. Celso, L. 6, pr,, D., de conlr. empt., XVIII, l.
N. del T .-Las cosas que perteneciendo al pueblo o a una corporación no pueden usar-
se por cada ciudadano o cada miembro de la corporación, propiamente hablando, no son
públicas ni de corporación. Así, el tesoro, los créditos, los esclavos del pueblo o de una
corporación, no estando al servicio y a la disposición de cada uno en particular, sino sola-
mente de la corporación considerada colectivamente y como una persona legal, no son cosas
públicas o de corporación; estas cosas están, en realidad, en el patrimonio del pueblo o de
la corporación, bien que, en oposición a las propiedades privadas, se llama a VE'Ces cosas
públicas a los bienes que están in patrimonio o in pecunia populi vel universitatis. Ya el
D. 50, 16, 15, afirma: Bona ciuitatis abusive publica dicta sunt, sola enim ea publica sunt.
quae populi romani sunt.
DE LAS COSft.S 169
(4) Gayo, 11, § 18: Magna aulem dllferenlia esl tnter mancipi res et nec manclpi,-
§ 19: Nam res nec mancipi ipsa tradilione pleno jure alterius fiunl, si mOdo corporales sunt
et o/:1 id recipiunt traditionem.-§ 22: Mancipi vero res sunt quae per mancipalionem ad alium
transferunlur unde etiam mancipi res sunt dictae ...
142. (1) Ulplano, L. 23, D., de verb. sign., L. 16: Rei appellatione et causae et Jura
continentur.
(2) Gayo, 11, § 12: Quaedam praeterea re& corporale:t sunt, quaedam incorporales.-
§ 13: Corporales hae sunt quae tangi possunt •.. - § 14: Incorporales sunt quae tangi non pos-
sunt: qualia sunt ca quae jure consistunt, slcut heredilas, usufructus, obligaliones.
143, (1) Celso, L. 93, D., de uerb. sign., L. 16.-Ulplano, XIX, §§ 6 y 8, y L. 15,
§ 2, D., de re judic., XLII, 1.
(2) Cf. Florentino, J.. 211, D., de verb. sign., L. 16,-Ulplano, L. 17, pr. y §§ 7 a 11,
D., .de acl. empl., XIX, 1,-Gayo, L. 44, D., de ,et vind., VI, 1.
N. del T .-Scgón la dellnlción de las cosas Jncorporales, todos los derechos tendrlan
este carácter; pero los romanos hicieron una excepción respecto al derecho de propiedad,
aJ que consideraban como cosa corporal, puesto que le Identificaban con su objeto. La razón
de ello está en que el derecho de propiedad se confunde con la cosa que constituye su cbje-
to y la abraza por completo. De aqui proviene que frecuentemente se oponga el derecho
de propiedad como cosa corporal a Jos otros derechos, cosas incorporales. Véase la nota (1)
al § 147 del autor.
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(2) L. 20, C., de pactis, II, 3: Traditionibus et usucapionibus dominia rerum non nudis
paciis lrans/erunlur.-Ad, Paulo, L. 3, pr., D., de oblig., XLIV, 7: Obligalionum substantia
non in eo consistil ut aliquod corpus noslrum, vel :iervilutem noslram facial, sed ul alium,
nobis obstringat ad dandum aliquid, vel faciendum, vel praestandum.-No habla excepción
más que para el derecho de hipoteca (V. n. 0 222, nota 9, y n. 0 249).-Esta distinción tan
lógica ha desaparecido en nuestras leyes modernas. Por eso, la venta pura y simple de un
objeto determinado hace inmediatamente propietario al comprador (art. 1.583, C. C.), mien-
tras que en el Derecho Romano sólo produce obligaciones.
(3) Se dice en este sentido que el derecho real confiere un derecho de persecución.