agosto de 2010 a la(s) 20:37 · La cerca:Había una vez un chico con mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que los clavara en una valla en el jardín cada vez que perdia los estribos y peleaba con alguien. El primer día el muchacho encajò 37 clavos en la cerca.
Cuando el número de clavos en la cerca
disminuyó gradualmente. Descubrió que era más fácil controlarse que clavar los clavos. Finalmente llegó el día cuando el niño era capaz de controlarse por completo. Lo dijo a su padre y se ofrecieron para quitar un clavo de la cerca por cada día que había perdido la paciencia. Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que había quitado todos los clavos de la cerca.
El padre llevó a su hijo de la mano y lo llevó
delante de la valla. Dijo: "Has hecho bien, hijo mío, pero mira cuántos agujeros hay en la cerca. La cerca nunca será la misma de antes. Cuando uno pelea con alguien y dice algo negativo deja una herida como ésta. Tu puedes plantar un cuchillo en un hombre y eliminarlo. No importa cuántas veces pidas disculpas, la herida seguirá ahí. Una herida verbal es tan mala como una física.