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su DOCTRl:-As ECONÓ~I ICAS LA ERA NEOCLÁSICA 51

utilidad del gasto de un dólar que un hombre pobre. Como no hay ninguna el sentido común no tiene
prueba científica de que quitar un dólar al hombre rico y dárselo al hombre ·os.i depende· de to d ~s las demás, de modo que
margen pa ra la maniobra.
pobre incremente la utilidad_total, podemos dejar que el hombre rico conserve
su dólar. Pareto sostenía que la ,iciencia pura» no sabe nada de juicios morales,
pero no se oponía a su empleo en defensa del statu qua. de producción .
e) Factores · de producción son elementos
1 ·ano los factores . . d
bJ Equilibrio En el esquema wa ras1 ' t dado Consisten en ur.a nomma e
concretos que ex1s · t en en. .un momen ° · ··
ti os de destreia o de preparac10n; ma~ u·nas·
i_
La principal preocupación de la economía política clásica era la acumula- bajadores con determmad_os p d tivas· tierra de unas caractenstlcas
ción; los neoclásicos la sustituyeron por el equilibrio en un estado estacionario. tdra unas determinadas capacidades pro uc·1ar deliberadamente, la d istinción
e W I parece menosprec , t'b ,
Según Walras, hay una relación de determinadas mercancías que deben especiales, etc. a ~as dé la propiedad. Todos los factores son I res _e
intercambiarse, y cantidades especiales -existentes en todo momento- de entre renta del trabajo~ r:nt; tor recibe un precio de alquiler por sus serv1-
d~terminados medios de producción. Cada individuo tiene una dotación de iguales en e) mercado. a a ac al uileres para las máquin~s- . Aunq~c 1,0s
capacidad de trabajo, o de posesión de ciertas máquinas o de stocks de cios -salanos para los obreros yes ~c-íficos, debe suponerse que so~ i~tcr-
materias primas, o de una extensión de tierra cultivable. Hay métodos fac!ores físicos son totalm~~t~ p técnicas permiten el empleo de d1stmt_as
conocidos de producción de cada mercancía. Todos·· se reúnen, y, mediante un cambiables, porque las ~on. tctone~ercancía determinada. El punto esencial
proceso de tanteo y de regateo en el mercado, se fijan los productos y los combinaciones para pr~ uc_1~ un~ los factores de roducc1ó n en el !ano de
precios de todas las mercancías, y se encuentra una posición en la que ningún consiste en que hay susfltucwn en re rte de los consumidores entre as
individuo puede mejorar cambiando la cantidad de cada mercancía que la oferta. as1 como susutuc1on or a
co mpra. o cambiando el uso al que destina el trabajo o los medios de , ano e a demanda. .
producción. mercanc1as, en e _ . dos factores especializados, en ciertos con-
1 ars a anah~~ de~erm~:~ de las grandes categorías -derivadas de
El propio Walras comprobó que no es posible llegar a la posición de textos, pero tamb~en hizo . . beneficio. Al hacerlo así , cayó en una
equilibrio mediante el sistema de prueba y error, pero imaginaba que los

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Ricardo- de salarios, renta, mtderei5 y ferta de capital, que él decidió llamar
compradores y los vendedores podrían actuar voceando demandas y ofertas, confusión respecto al concepto e a o
encontrando el punto de equilibrio de productos y precios, antes de que «espera».
•tuviesen lugar la producción y el comercio.
Sus ·s eguidores modernos parecen haber abandonado la pretensión de que d) La «recompensa de la espera» ..
eso sea posible, y se conforman con encontrar las condiciones necesarias para
asegurar que, por lo menos, existe una posición de equilibrio•. Marshall se propuso reconciliar la teoría clásic~ del co~te de producc1on
con el nuevo concep t de utilidad '- de modo ue udo d decir
anda ue e los
gua rec1 ~
O
Marshall utilizaba la demanda y la oferta de un modo mucho más modo
está n dererwioados tanto por la oferta com o por 1a em . d1 I Al
vigoroso. Sostenía que, en cualquier mercado, en cualquier momento, la n las dos ho¡as de una u¡era las ue cortan un edazo e pape •
cantidad <.:omprada de una determinada mercancía sería, generalmente, mayor,
=ri~~e~lo asi, dw un violento giro al concepto clásico . e ~xce ente. ~s c_os_tes
a un precio más bajo (~ causa del _descenso de la utilidad marginal), y la
reales de producción se componen de <!sfuerzos y sacn~c1os humanos, e~ umco
cantidad ofrecida, menor, de modo que habría_algú_n precio de equilibrio, en el
excedente son las rentas debidas a los «dones gratuitos de la natur~ eza».
que la cantidad ofrecida fuese igual a la cantidad comprada 5• Los walrasianos
censuraban el tratamiento aislado de cada una de las mercancías, sobre la base
Los salarios son la «recompensa» de los esf~erzos ?e
los trabajadores~
necesaria para superar la desutilidad del trabaJo; el t~t~rés_ es una «r\
de que la demanda de una mercancía determinada tiene que depender de la
compensa» por soportar el sacrificio de la espera. P ero, ¿que s1gmfica «espera» .
disponibilidad y del precio de todas las demás. Pero Marshall utilizaba su
mét odo para descubrir ciertas relaciones entre grupos de mercancías o de «No importa a nuestro inmediato propósito si la facultad de gis_frute que\ª
trabajadores, como oferta conj':'nta y demanda _c~mpuesra, de un mo_do ersona difiere fue ganada por ella d1Te 7tamente m~diante el tra aJo, que :s . a
accesible a l sentido común. Por ejemplo, una elevac1on en la demanda de trigo fuente original de casi todo disfrute., o s1 fue adqu_mda _p_or ella
iría seguida, probablemente, por un aumento en la oferta _de paja, o una brusca de especulación poco escrupulosas, por expo iacion ° por . r
f
ajena, por intercambio o por herencia, por coml~m? legitimo :Ude· los únicos
·. r ca en
subida en los salarios de los albañiles podría provocar un desempleo entre los untos que ahora nos interesan son que el aumento de la riqueza imp .1 •
obreros de la construcción. Los walrasiar.os pueden decir solamente que cada
injustamente) la facultad de ordenar en el presente mmed1ato, Yqut t
~eneral, una deliberada espera por un placer qu~ una persona tiene v~fi~~ad
de diferirlo así depende de su hábito de imaginar vivamente e uturo Y
0
de
• Ver G. D EB REU, «A Social EquiJibrium Existence Thé:onm» (Un teorema de la existencia del equi.librio disponerlo anticipadamentc» 6•
social), Cowles Cummis.sion Papers, nue\-a ,erie, n.o 46.
' Ver } S §6 (a).
• Principie,, pp. 233-234.

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