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El individuo como sujeto de procesos psicosociales. (En filosofía, el sujeto es el ser que
mantiene una relación con otra entidad u objeto, esta relación puede ser a través de la
experiencia, el conocimiento o la acción. En la historia este concepto define a un ente
social que es capaz de transformar su contexto y generar historia. Estas dos acepciones
son las corresponden al enfoque de la unidad).
Gran parte de lo que somos se constituye a partir de nuestra relación con el mundo,
constantemente, aquello que llamamos mente, nuestros conocimientos, afectos y
conductas se van modificando a partir de la relación entre las estructuras y procesos propios
del funcionamiento cerebral, y, el ambiente o contexto en el que nos desenvolvemos. El
individuo juega un rol activo en esta relación (no solo se adapta al contexto tal cual se
presenta incorporándolo en su modo de ser) transformando su entorno a través de la
acción.
1. Socialización e Individuación
En el desarrollo de esta unidad, habrá una pregunta que oriente la reflexión ¿Quién soy?
No es una pregunta sencilla de responder, en primer lugar, porque cada ser humano es
diferente a otro y, a la vez, semejante a otros, ya sea por pertenecer a una misma especie
o a un grupo sociocultural determinado. Desde la formulación de esta pregunta vemos la
dificultad para distinguir con claridad entre lo individual y lo social, si hacemos el ejercicio
de responderla presentándonos a otros de forma descriptiva, surgirán términos tales como:
chilena, estudiante, etc. Para ayudarte a responder esta pregunta, en esta unidad te
proporcionaremos elementos teóricos que te permitan entender los conceptos implicados
en ella y aplicarlos a tu propia experiencia, comenzaremos por aquel proceso llamado
socialización.
Qué es la Socialización
La socialización es el proceso mediante el cual un individuo asume o toma conciencia de la
estructura social en la que nace. Este proceso tiene como finalidad tres aspectos
fundamentales: Es posible gracias a los agentes sociales o socializadores, que son las
instituciones e individuos representativos capacitados para transmitir e imponer los
elementos culturales apropiados. Los agentes sociales más importantes, puesto que se
dirigen de manera generalizada a todos los individuos desde la infancia son la familia (grupo
primario), la escuela (poderes públicos) y los medios de comunicación masiva,
principalmente la televisión (grupos privados).
Debido a que cada uno de los agentes socializadores antes mencionados son diversos en su
conformación, características, fines, etc., a veces entran en conflictos de intereses e
influencias por el control de los agentes de socialización (los individuos que somos objeto
de este proceso), como acurre cuando los valores que pretenden enseñar los padres a sus
hijos se contradicen con los promovidos en televisión. Los agentes socializadores pueden
ser:
a) EXPLÍCITOS (evidente, manifiesto, visible, expreso): Reciben ese nombre porque su
función manifiesta es socializadora. Corresponden a los agentes encargados de la
socialización primaria (que se prolonga hasta la adolescencia): La Familia, la Escuela
Primaria y la Iglesia
b) NO EXPLÍCITOS O IMPLÍCITOS (que se incluye o supone en una cosa sin estar expresado):
Se llaman así porque su función primordial o manifiesta no es socializar. Son los encargados
de la socialización secundaria, entre ellos podemos señalar: La Educación Secundaria, el
Instituto o la Universidad, los grupos de amigos, los medios de comunicación de masas, el
trabajo, la empresa, el sindicato, los partidos políticos y los movimientos sociales.
Ahora que ya hemos explicado en qué consiste la socialización, su finalidad y señalado los
agentes socializadores, te entregamos la siguiente definición de socialización:
Según esta definición este proceso influye en nuestra forma de sentir, pensar y actuar,
incluso en nuestra corporalidad, por ejemplo, la forma en que una mujer musulmana
formada en los principios del islam siente, su conocimiento, forma de pensar, de vestir y su
expresión corporal no es la misma que la de una mujer de la misma edad y nivel educacional
de nuestro país.
El individuo llega a ser lo que los otros significantes lo consideran (son los adultos los que
disponen las reglas del juego, porque el niño no interviene en la elección de sus otros
significantes, se identifica con ellos casi automáticamente) sin provocar problemas de
identificación. La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado
se ha establecido en la conciencia del individuo. A esta altura el individuo ya es miembro
efectivo de la sociedad y está en posesión subjetiva de un yo y un mundo.
Individuación
El principio de individuación (del latín, individus: indivisible) se refiere a aquello que
condiciona y hace posible la individualidad y concreción de cada ente y que explica la
pluralidad y diferencia de los individuos. Referido al ser humano, corresponde al proceso
por el que éste deviene él mismo, un yo, en otras palabras, el proceso por el cual la
conciencia de la individualidad propia, es decir, de la diferencia respecto de los demás, se
construye paulatinamente. De acuerdo con la psicología analítica de Carl Gustav Jung se
define como «aquel proceso que engendra un individuo psicológico, es decir, una unidad
aparte, indivisible, un Todo». En Palabras de Jung, individuación significa llegar a ser un
individuo y, en cuanto por individualidad entendemos nuestra peculiaridad más interna,
última e incomparable, llegar a ser uno Mismo (que no excluye a los otros, al colectivo). Por
ello se podría traducir individuación también por “mismación” o autorrealización.
2. Personalidad
Etimológicamente el término personalidad deriva de “persona”, la raíz de este término
puede provenir del griego prosopon ("máscara teatral"), del etrusco persum ("cabeza o
cara") o del latín per se una, que designa la unidad substantiva. De acuerdo con estas
acepciones la personalidad seria aquel personaje, cara o esencia individual que permanece.
Retomemos nuestra pregunta inicial ¿Quién soy? Hemos señalado que parte de lo que nos
diferencia de otros seres humanos y nos hace pertenecer a un grupo sociocultural
determinado, es incorporado mediante el proceso de Socialización. Simultáneamente,
desde que nacemos, devenimos o llegamos a ser un yo individual, de manera más o menos
consciente, hasta que en la adolescencia cada uno comienza a construir su individualidad y
toma conciencia de las diferencias con otros (proceso de individuación). De la interacción
entre el proceso de socialización e individuación resulta la organización dinámica de
aspectos físicos y mentales que determinan las formas de pensar, sentir y actuar
características de cada uno, esto último corresponde a lo que en psicología se denomina
personalidad. Pese a que existen diversas definiciones de personalidad, muchas de ellas
coinciden en sus aspectos fundamentales, a continuación, te ofreceremos la definición en
la que nos basaremos:
3. El psicoanálisis:
Teoría psicodinámica de la Personalidad.
Contexto de la teoría psicoanalitica Sigmund Freud nació en mayo de 1856 en Freiberg
pequeña ciudad de lo que es hoy actualmente Checoslovaquia. Murió en 1939, en Londres,
ciudad a la que se trasladó debido a los avances del nazismo, ya que era de ascendencia
judía.
Sus años de experiencia en psicología los realizó en Viena, donde, sin embargo, sus teorías
no habrían de tener muy buena acogida durante los primeros años de su trabajo,
especialmente entre los círculos médicos; a pesar de ser él mismo graduado en medicina y
especialista en neurología. El legado de sus investigaciones no se centra en la medicina
como tal, sino que deben su reconocimiento histórico a la elaboración de un método que
parte del inconsciente para tratar las enfermedades mentales: el psicoanálisis.
De esta forma, Freud abandonó pronto sus investigaciones neurológicas para dedicarse de
pleno al estudio de los entonces llamados ―enfermos nerviosos‖, percatándose
rápidamente de lo incorrecto de las terapias utilizadas para la rehabilitación de estos
enfermos.
Aunque identificada como enfermedad femenina desde la Antigüedad, la histeria ha sido
ignorada por egipcios, griegos y romanos, Hipócrates y Galeno. Todos coincidían en la idea
de que provenía de perturbaciones del útero, órgano migratorio según algunos. Hasta el día
en que san Agustín, colocándola del lado del diablo, hace callar el discurso médico durante
varios siglos. Toma entonces la máscara del demonio y la brujería, desafiando tanto al poder
religioso como a la autoridad política.
En la era victoriana, periodo coincidente con el reinado de la reina Victoria de Inglaterra,
caracterizada por la doble moral sexual y el imperialismo Británico, los escritos médicos y
maritales elogiaban a la esposa desapasionada como un modelo a seguir.
La mujer ideal solo tendría sexo para reproducirse. Este ideal influyo en la estructura social
de muchas maneras, al mismo tiempo que resulto en la insatisfacción sexual de un
importante número de mujeres que terminaron siendo definidas como histéricas. Cosa que
naturalmente impulsó la demanda creciente de tratamientos contra la histeria.
La histeria femenina fue ganando espacio entre las mujeres de clase media y se convirtió en
el diagnóstico habitual de un amplio abanico de síntomas. La sintomatología era múltiple:
incluía desfallecimientos, insomnio, retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos
musculares, respiración entrecortada, irritabilidad, pérdida de apetito y el deseo y
tendencia a causar problemas, al extremo de que ante cualquier comportamiento extraño
en las mujeres se diagnosticaba histeria.
Aunque se consideraba que el origen de la histeria era simplemente el resultado de la
frustración sexual femenina, no se hacía nada para promover una sexualidad más
gratificante, ya que el sexo debía tener como fin, solo la reproducción y la masturbación era
considerada pecaminosa. En 1859 un médico aseguró que una de cada cuatro mujeres
estaba aquejada por la histeria.
Por su parte, Freud aprendió de Charcot el concepto de la causa psicogénica de la histeria.
Charcot mantenía que la histeria era causada por ―ideas parásitas‖ procedentes de
traumas, entre los que se podían encontrar algunos de raíz sexual.
Freud, y su colega Breuer, junto al que escribió ―De los mecanismos psíquicos de la
histeria‖, pensaban que las causas estaban en recuerdos que los pacientes no podían o no
querían recuperar. Charcot también lo mantenía así, pero no consideraba necesaria la
identificación de la idea concreta para la curación. En cambio Freud y Breuer si consideraron
buscar el recuerdo exacto causante de la histeria. Freud desarrolló la técnica que llamó de
asociación libre para encontrar esos recuerdos que, en su hipótesis, permanecían
necesariamente ocultos. Dado que la sexualidad es el aspecto de la vida que se solía
mantener más oculto a los demás, y con más desconfianza llegaban a contarle los pacientes,
pronto se vieron enfrentados al sexo como el fundamental componente de los recuerdos
ocultos y, por tanto, como el principal causante de histeria. Breuer no dejó de lado otras
causas, pero Freud, que aspiraba a desvelar todos los secretos con una única llave, se
propuso explicar todos los casos de histeria mediante recuerdos ocultos de tipo sexual.
Según Breuer, esta fue la causa principal de su distanciamiento.
Como hemos expresado, según el psicoanálisis, los síntomas histéricos y neuróticos tienen
su origen en conflictos inconscientes que, aunque ajenos por completo al consciente del
analizado, pugnan por emerger a la conciencia. El resultado entre la represión y la fuerza
emergente del material reprimido es el síntoma histérico o neurótico. El objetivo de la
terapia es vencer las resistencias para que el analizado acceda a las motivaciones
inconscientes de sus sentimientos, actitud o conducta.
Freud emplea el término tópicas, en sentido metafórico, para indicar que no se puede
comprender el psiquismo humano sin un modelo espacial que nos represente distintas
regiones con su modo propio de funcionamiento y sus mutuas relaciones. Esta división y
ordenamiento se fundaba en su experiencia clínica.
c) Existe aquello inconsciente que nunca llega a la conciencia (la acción de ordenar
en el ejemplo). El inconsciente sólo se abre paso a la conciencia a través de
asociaciones, como por ejemplo los sueños, los actos fallidos (equivocaciones u
olvidos en la realización de cualquier acción), los lapsus y los síntomas. A este
tercer nivel Freud le da el nombre de inconsciente.
El Ello es la instancia más antigua y original de la personalidad y la base de las otras dos.
Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en
nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos o pulsiones más primitivos. Constituye,
según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo
con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad.
El Superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos
recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la "conciencia moral" y el ideal del yo.
La "conciencia moral" se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el
reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y
recompensadas.
El Yo es una parte del ello modificada por su proximidad con la realidad y surge a fin de
cumplir de manera realista los deseos y demandas del ello de acuerdo con el mundo
exterior, a la vez que trata de conciliarse con las exigencias del superyó. El yo evoluciona a
partir del ello y actúa como un intermediario entre éste y el mundo externo. El yo sigue al
principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del ello de una manera apropiada en el
mundo externo. Utiliza el pensamiento realista característico de los procesos secundarios.
Como ejecutor de la personalidad, el yo tiene que medir entre las tres fuerzas que le exigen:
las del mundo de la realidad, las del ello y las del superyó, el yo tiene que conservar su
propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.
Los papeles específicos desempeñados de las entidades ello, yo y superyó no siempre son
claros, se mezclan en demasiados niveles. La personalidad consta según este modelo de
muchas fuerzas diversas en conflicto inevitable.
En el siguiente cuadro te mostramos una clasificación de cada instancia, su relación con la
primera tópica, contenidos, funciones y principios por los que cada una se rige:
Guía de trabajo.
1) ¿Por qué razón la familia, la escuela y la televisión pueden considerarse los agentes
socializadores más importantes? Explica a partir de los contenidos.
3) A partir del siguiente ejemplo: Emilia asiste muy ansiosa a su primer día de clases al
principio se pone de pie constantemente, pero al darse cuenta que la profesora le llama la
atención se queda tranquila en su puesto. Al regresar a casa le muestra a su mamá los
dibujos que hizo y le cuenta que todos los niños tuvieron que presentarse, ella tuvo que
escuchar a los demás y esperar su turno, a pesar que quería hablar después de su primer
compañero. Al día siguiente se siente más tranquila al ir a clases, se preocupa de ir
correctamente vestida, se ubica tranquilamente en su puesto esperando el saludo de la
profesora. Señala y distingue:
a) Agente (s) socializador y agente de socialización.
b) Influencia del proceso de socialización en el pensamiento, los sentimientos y la
corporalidad de Emilia.
Objetivos: Conocer en qué consisten la socialización primaria y secundaria e identificar
sus características.
2) Explica basándote en los contenidos por qué dos personas con el mismo tipo de
temperamento pueden tener diferentes personalidades.