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http://www.2-red.net/habitar/castell/expos.

html

https://www.remedioszafra.net/carceldeamor/vsc/netart/vs.html

https://www.remedioszafra.net/carceldeamor/vsc/textos/textorz.html

https://www.remedioszafra.net/carceldeamor/vsc/#

https://issuu.com/tallertds/docs/tds_map47_hooks_web

Quien habita un lugar no sólo conoce el medio sino que se lo apropia para su vida. Quien habita incita a un intercambio con
el entorno, convierte el paisaje en hábitat, rebasa la idea de ser viajante-espectador y se convierte en habitante-actor. Pero,
habitar en Internet para las mujeres, como para todos aquellos otros  excluidos hasta hace poco de la historia oficial, tiene
un valor añadido. Son los espacios por hacer los que ofrecen más posibilidades para la no-repetición de los viejos modelos
de jerarquización social, más posibilidades para imaginar las nuevas condiciones creativas, sociales y políticas de un mundo
post-Internet.

Entre dosis de escepticismo y cautela sobre los potenciales del medio pero también con esperanzas renovadas, nos
preguntamos cuáles son las posibilidades reales de la red en la producción de nuevos espacios para la convivencia y la
colectividad.

Sugerimos tres formas de habitar en (punto) net: habitar los márgenes, habitar la casa y habitar la red. En ellas, lecturas de
Internet hechas desde una selección de obras de las más interesantes net.artistas, pioneras, investigadoras y muchas de
ellas activistas del ciberfeminismo: Cornelia Sollfrank, Auriea Harvey, Natalie Bookchin, Mary Flanagan, Annie Abrahams,
Laura Floyd, Tina LaPorta y Margot Lovejoy.

Remedios Zafra

HABITAREN >> H a b i t a
( P U N T O ) N E r oo l o s oo m á r
T genes

¿Qué formas posibles tiene nuestra


presencia en la red? ¿Cómo
  imaginamos la anatomía del
organismo-Internet? ¿Qué hay detrás
de una pantalla? Auriea crea un
sistema cuya morfología se asemeja a
la de un cuerpo vivo con el que
interactuar on line. Entre las pulsiones
de un órgan(o)ismo de capilaridad
visceral envuelto en un hálito de
penumbra y misterio acentuada por
una visión fragmentada e interna
(nada más inquietante que un agujero
negro, nada más inspirador que un
baile de fecundación), nuestros pasos
a golpe de ratón causan
modificaciones en la imagen y el
sonido del sistema (una respuesta que
delata que no estamos solos). Como si
la apariencia imaginada, fría y
exánime de la red quedara borrada
por unas entrañas orgánicas que
palpitan y de las que Auriea nos hace
formar parte. An Anatomy es una
prolongación metafórica y literal de las
yemas de nuestros dedos hacia una
parte del cyborg colectivo de la red-
más allá de la pantalla-. La artista
advierte: Cuanto más tiempo habites
dentro más verás y más serás visto
por otros. Auriea facilita al usuario
vincular sus páginas personales
a AnAnatomy mediante unos
javascripts que pueden incluirse en el
código de nuestras páginas web
personales. Al abrirlas desde un
navegador éstas llaman
inmediatamente a la obra, que
aparece en una nueva ventana
vinculándose a nosotros como apósito
de nuestro organismo-web, sugiriendo
la presencia de "alguien" que nos
acompaña al otro lado.
AnAnatomy es un proyecto de Auriea
Harvey para Gallery9 -Walker Art
Center-.
 A B I T A R E N ( P U N T O ) N E T >> H a b i t a r oodl a ood c a s a

   

JiffyLux TV trata JiffyLux TV

sobre la influencia > Laura Floyd

social de la
televisión con la
llegada de Internet.
Una doble mirada,
por una parte, al
pasado más
cercano de las
casas con televisión
y por otra parte, al
inmediato-presente
de un mundo en
red. La artista  

define el proyecto  
como una  
exploración de los
 
orígenes de la
cultura de consumo
americana de los
últimos cincuenta
años a través de la
televisión. La
influencia de un
medio que entró en
los hogares e hizo
cambiar
costumbres y
formas de
convivencia se
materializa en la
obra a través de la
emisión audiovisual
de capítulos y
entrevistas sobre la
cultura americana
de estas últimas
décadas, en un
juego casi espejal
donde la pantalla
informática
contiene a la
pantalla de
televisión (cita y
pronóstico). La
vinculación de esta
obra con una
exposición como
"habitar en
(punto) net" no
está (no
exclusivamente) en
el carácter formal
de la misma, es
decir, en el hecho
de estar ubicada en
la red y tener un
formato web. La
relación que se
establece entre
estos dos medios
(tv e Internet) es
fundamental a la
hora de entender
los cambios que se
avecinan en la
esfera de lo público
y lo privado.
Medios
revolucionarios
capaces de
modificar nuestras
formas de vida
entran en el
espacio doméstico,
en el que hasta
hace muy poco era
el reino de la
mujer, y lo fisuran.
Lo público y lo
privado fundidos:
trabajo doméstico y
teletrabajo, células
de recepción de
información (tv) y
ahora también de
producción (red)
¿cómo se habita la
nueva casa donde
la información no
tiene ya el carácter
unívoco de la tv,
donde l@s
usuari@s pueden
ser no sólo
espectadores sino
también
productores y
distribuidores
?
h a b i t a r ooe noo(p u n t o)oo n e t

TEXTOS

¿DÓNDE ESTÁ EL FEMINISMO EN EL CIBERFEMINISMO?

Faith Wilding

El primer encuentro Ciberfeminista Internacional tuvo lugar en Kassel, Alemania, del 20 al 28 de septiembre de
l997, formando parte del Hybrid Workspace de la Documenta X. Tras ocho días de duración y trabajo diario
intenso con más de 30 participantes en este acto, Faith Wilding hace una reflexión sobre el significado de estos
debates y de sus implicaciones tanto en los intentos de definir, como en los argumentos en contra de definir, el
ciberfeminismo. Mientras estas discusiones y las posteriores on-line proporcionan un navegador a través del
cual las prácticas posibles de un movimiento ciberfeminista llegan a ser visibles, especialmente a través de la
lista de FACES, lo que le preocupa es la manera en que dichas políticas puedan ser trasladadas a la práctica
para una política ciberfeminista comprometida en la Red.

Contra la definición

La pregunta de cómo definir el ciberfeminismo se encuentra en el centro de las posiciones contemporáneas, a


menudo contradictorias, de las mujeres que trabajan con las nuevas tecnologías y las políticas feministas. La
posición de Sadie Plant sobre el ciberfeminismo, por ejemplo, se ha identificado como una "insurrección
absolutamente post-humana - la revuelta de un sistema emergente que incluye a las mujeres y los
ordenadores, en contra de la opinión mundial y la realidad material de un patriarcado que sigue intentando
dominarlos. Esta es una alianza de 'los bienes' contra sus dueños, una alianza entre mujeres y máquinas " (1).
Esta visión utópica de la revuelta y la fusión entre la mujer y la máquina también queda patente en el
Manifiesto Ciberfeminista para el siglo XXI de VNS Matrix: "somos el virus del nuevo desorden mundial
/reventando lo simbólico desde dentro /saboteadoras del ordenador central del gran papá /el clítoris es una
línea directa a la matriz..."(2) Rosi Braidotti ofrece otra visión de este debate: "....el ciberfeminismo requiere
cultivar una cultura de alegría y afirmación....Hoy en día las mujeres tienen que emprender el viaje a través
del ciberespacio, aunque sólo sea para asegurarse de que los joy-stick de los cowboys del ciberespacio no
reproducirán una falacia unívoca bajo la máscara de la multiplicidad...."(3)

El informe de prensa que se emitió durante los debates ciberfeministas en Kassel declaró que: "El primer
encuentro CIBERFEMINISTA INTERNACIONAL esquiva las trampas de la definición con diferentes actitudes
hacia el arte, la cultura, la teoría, la política, la comunicación y la tecnología-el territorio de Internet."
Extrañamente, lo que surgió de estos debates fue un intento de definir el ciberfeminismo por rechazo, patente
no sólo en la intensidad de los argumentos, sino también en las cien antítesis realizadas allí - por ejemplo: "el
ciberfeminismo no es una declaración de moda / sajbrfeminizm nije usamljen/el ciberfeminismo no es una
ideología, sino un navegador /cyberfeminismus ist keine theorie/el ciberfeminismo no es una frontera/(4)..."
No obstante, las razones proporcionadas por aquellas que se negaron a definir el ciberfeminismo - aunque se
llamaran a sí mismas ciberfeministas- indican una profunda ambivalencia en la relación de lo que ellas, las
muchas mujeres conectadas al uso de la Red, perciben como historia, teoría y práctica monumental del
feminismo del pasado. Tres manifestaciones principales de esta ambivalencia y su relevancia en relación a las
condiciones contemporáneas con que se enfrentan las mujeres relacionadas con la tecnología requieren un
examen más detallado.

1. El rechazo del feminismo "de la vieja escuela" (década de los setenta).

Según esta polémica, el feminismo "de la vieja escuela" (década de los '70) se caracteriza por su naturaleza
monumental, a menudo constrictivo (políticamente correcto), que induce a la culpabilidad, esencialista, anti-
tecnología, anti-sexo, y no relevante para las circunstancias de las mujeres en las nuevas tecnologías (a juzgar
por los debates de Kassel, este concepto es común en los EE.UU. y en Europa occidental). Irónicamente, en la
práctica real el ciberfeminismo ya ha adoptado muchas de las estrategias de los movimientos de vanguardia y
feministas, incluyendo el separatismo estratégico (listas sólo para mujeres, grupos de autoayuda, grupos de
chat, redes, y formación tecnológica de mujer a mujer), el análisis feminista cultural, social y la teoría del
lenguaje, la creación de nuevas imágenes de mujeres en la Red para confrontar los estereotipos sexistas
abundantes (avatares feministas, ciborgs, fusión de géneros), la crítica feminista en red, el esencialismo
estratégico y un largo etcétera. El rechazo del feminismo histórico es problemático ya que consigue un objetivo
pero destruye otro y se asocia incómodamente a los temores generalizados, los estereotipos y los falsos
conceptos de feminismo.

¿Cómo es que tantas mujeres jóvenes (y hombres) en los EE.UU. (y en Europa) saben tan poco incluso acerca
de las historias más recientes de las mujeres, ni qué decir de los movimientos feministas del pasado y sus
filosofías? Es una tentación apuntar con el dedo a los sistemas educativos y a las instituciones que siguen
tratando las historias de las mujeres y las de las poblaciones raciales y étnicas marginadas como si fueran
anexas a la historia "normal", relegándolas a unos cursos o departamentos especializados. Pero los problemas
subyacen en una capa aún más profunda. La tarea política de construir un movimiento es una pericia que se
debe volver a aprender en cada generación, y requiere la ayuda de unas practicantes experimentadas. La lucha
por mantener vivas las prácticas y las historias de resistencia hoy en día es más difícil teniendo en cuenta la
cultura de consumo que prospera con las novedades, la velocidad, la obsolescencia, la evanescencia, la
virtualidad, la simulación y las promesas utópicas de la tecnología. La cultura consumista siempre se mantiene
joven y hace que hasta el pasado más reciente aparezca remoto y mítico. Mientras las mujeres jóvenes están a
punto de entrar en la economía de la tecnología, muchas feministas mayores no están seguras de cómo tienen
que considerar los temas de las mujeres que trabajan con la nueva tecnología, ni de cómo adaptar las
estrategias de las feministas a las condiciones de la nueva cultura de la información. Por lo tanto, el problema
para el ciberfeminismo es el de cómo incorporar las lecciones de historia en la política de las feministas
activistas para tratar adecuadamente los temas de las mujeres en la cultura de la tecnología.

Obviamente el problema de perder conocimiento histórico y conexión activa con los movimientos radicales del
pasado no se limita al feminismo -es endémico en los movimientos de la izquierda en general-. Cuando discuto
sobre la importancia de conocer la historia no pretendo rendir un homenaje nostálgico a los momentos de un
pasado glorioso. Si las ciberfeministas desean evitar los errores de las feministas del pasado, deben
comprender la historia de la lucha feminista. Y si pretenden expansionar su influencia en la Red y negociar los
temas de las diferencias más allá de los límites generacionales, económicos, educativos, raciales, nacionales, y
experimentales, tienen que buscar coaliciones y alianzas con grupos diversos de mujeres relacionadas con el
circuito integrado de las tecnologías globales. Al mismo tiempo, es igualmente importante una estrecha
familiarización con los estudios post-coloniales y con las historias de la dominación imperialista y colonialista -y
la resistencia a ellos - para una práctica informada de las políticas ciberfeministas.

2. Cibernena-ismo.

A juzgar mediante una rápida ojeada por la Red, una de las rebeliones más populares del feminismo que
actualmente practican las mujeres en la Red es el "cibernena-ismo" con todas sus permutaciones: "webnenas",
"nenas motín", "nenas guerrilla", "nenas malas", etc. Como ha señalado Rosi Braidotti (5), entre otras, la tarea
a menudo irónica, paródica, humorística, apasionada, enfadada o agresiva de muchos de estos grupos
recientes de "nenas" es la manifestación importante de unas nuevas representaciones femeninas subjetivas y
culturales en el ciberespacio. Actualmente hay una amplia selección de articulaciones de prácticas feministas y
protofeministas en estos 'grupos' diversos que van desde las listas de correo de chat en los que "cualquier
persona hembra puede apuntarse " a los de ciencia-ficción, ciberpunk, y femporn magazines; proyectos de
anti-discriminación; exhibicionismo sexual; experimentación transgénero; separatismo lésbico; autoayuda
médica; autopromoción artística; servicios de empleo y de citas; o simplemente un sitio para airear las quejas.
En general el Cibernena-ismo parece suscribirse a una cierta dosis de actitud utópica de la red: "cualquier cosa
que quieras ser y hacer en el ciberespacio, mola". A pesar de las quejas contra los hombres en general, que
dominan algunos debates y sitios web, la mayoría de las cibernenas no parecen estar interesadas en
comprometerse en una crítica política de la posición de las mujeres en la Red - en lugar de esto adoptan un
tipo de actitud algo anti-teórica que parece dominar la Red últimamente; preferirían expresar sus ideas
directamente a través de su arte y de las prácticas interactivas.
Mientras las cibernenas a veces utilizan (ya sea consciente o inconscientemente) los análisis feministas de las
representaciones en los medios de comunicación de la mujer -y las estrategias y la obra de muchas artistas
feministas-también a menudo se apropian de las imágenes sexistas y estereotipadas de la mujer de los medios
de comunicación populares y sin pensar las vuelven a poner en circulación -la "muñeca" del gangster, la
hembra ciborg libidinosa, y la tira del cómic de los años 50 de Tupperware son los favoritos-sin ningún análisis
o recontextualización crítica. La creación de imágenes más positivas y complejas de mujeres que rompan los
moldes de los códigos de género que dominan en la Red (y en los medios populares) requiere muchas cabezas
inteligentes, y existe una profunda y sugerente investigación desde el feminismo, que va desde los ciborgs
monstruosos de Haraway, la performatividad de los géneros de Judith Butler, hasta los géneros recombinantes
de Octavia Butler. Todo tipo de seres híbridos que pueden alterar el viejo binomio masculino/femenino.

Las distintas trayectorias del cibernena son importantes como vectores de estudio, investigación, invención, y
afirmación. Pero no pueden reemplazar el trabajo duro que se requiere para identificar y modificar las
estructuras de género, de contenido y de los efectos de las nuevas tecnologías sobre la mujer a nivel mundial.
Si es cierto que, como argumenta Sadie Plant, "el papel de las mujeres en la aparición de las máquinas
digitales no ha sido poco relevante.... [ya que] han sido las mujeres las simuladoras, ensambladoras y
programadoras de las máquinas digitales, (6)"¿por qué entonces hay tan pocas mujeres en puestos visibles de
liderazgo en el mundo de la electrónica? ¿Por qué las mujeres representan un porcentaje tan pequeño de los
programadores informáticos, diseñadores de software, analistas de sistemas, y hackers, si son ellas la mayor
parte de los tecleadores, ensambladores de chips, instaladores y teleoperadores sin formación que mantienen
en funcionamiento los datos globales y los bancos de datos? ¿Por qué persiste la percepción popular de que las
mujeres son tecnofóbicas? Lamentablemente, la lección de Ada Lovelace es que a pesar de que sean las
mujeres las que más han contribuido al invento de los ordenadores y a su programación, ello no ha hecho
cambiar la percepción --o la realidad-de la condición de la mujer en las nuevas tecnologías. Pasar por chicas
malas en Internet por sí sólo no va a desafiar el status quo, pero podría proporcionar unos momentos
refrescantes de delirio iconoclasta. Pero si se uniera la energía y la invención de las nenas a la teoría y la
práctica de la política comprometida.....¡Imaginaros!

¡Imaginaros a las teóricas ciberfeministas uniéndose a las net.artistas más lanzadas y astutas de la Red para
visualizar nuevas representaciones femeninas de los cuerpos, lenguajes y subjetividades en el ciberespacio!
Actualmente (en los EE.UU.) existe poca colaboración entre las profesoras teóricas feministas, artistas
feministas y la cultura popular de mujeres en la Red. ¿Qué sucedería si estos grupos trabajasen conjuntamente
para visualizar e interpretar unas teorías nuevas, haciéndolas circular de una forma popular y accesible?
Imaginaros que utilizáramos las redes electrónicas existentes para conectar los diferentes grupos de usuarias
de ordenadores (incluidas las teletrabajadoras y las programadoras teclistas (keystrokers)) en un intercambio
de información sobre sus condiciones de trabajo día a día y de sus vidas en la Red; imaginaros que
utilizáramos esta red de información como una base de acción para tratar los temas de las trabajadoras
digitales en la reestructuración global del empleo. Dichos proyectos podrían unir tanto las aspiraciones utópicas
como las políticas del ciberfeminismo.

3. Utopismo en la Red.

Como se ha constatado en un ensayo anterior sobre la condición política del ciberfeminismo, queda mucho por
decir antes de poder considerar el ciberfeminismo como una nueva ola prometedora de práctica del feminismo
que pueda disputarse los territorios tecnológicamente complejos y trazar un nuevo camino para las mujeres
(7). Pero existe la tendencia entre buena parte de las ciberfeministas, para satisfacer las expectativas tecno-
utópicas, a creer que los nuevos medios electrónicos ofrecerán a las mujeres un nuevo comienzo para crear
nuevos lenguajes, programas, plataformas, imágenes, identidades fluidas y definiciones de multi-sujetos en el
ciberespacio; que las mujeres, de hecho, puedan recodificar, rediseñar, y reprogramar la tecnología de la
información para ayudar a cambiar la condición femenina. Este utopismo defiende que el ciberespacio sea un
espacio libre donde el género no importe -puedes ser lo que quieras sin tener en cuenta tu edad, sexo, raza o
posición económica "reales" -y que rechace una posición del sujeto fijo. Dicho de otra manera, el ciberespacio
se considera una arena inherentemente libre de las mismas viejas relaciones y luchas entre géneros. Sin
embargo, es crucial que se reconozca que los nuevos medios existen dentro de un marco social que ya está
establecido dentro de sus prácticas y encarnado en unos entornos económicos, políticos, y culturales que
siguen siendo profundamente sexistas y racistas. A diferencia de los sueños de muchos utópicos de la Red,
ésta no borra automáticamente las jerarquías a través de los intercambios libres de información traspasando
los límites. Además, la Red no es una utopía sin género; ya está grabado socialmente en cuanto a cuerpos,
sexo, edad, economía, clase social y raza. A pesar de las contribuciones indiscutiblemente innovadoras por
parte de las mujeres en la invención y el desarrollo de la tecnología informática, el Internet de hoy en día es
una zona disputada que se originó históricamente como un sistema para proporcionar ayuda a las tecnologías
de guerra, y actualmente forma parte de las instituciones machistas. Cualquier nueva posibilidad que se
imagine en la Red deberá antes admitir y tener en cuenta las implicaciones de sus formaciones fundadoras así
como las condiciones políticas actuales. Evidentemente, es un acto radical introducir la palabra feminismo en el
ciberespacio, e intentar interrumpir el curso de los códigos masculinos declarando valientemente la intención
de mestizar, hibridar, provocar y perturbar el orden masculino de las cosas en el entorno de la Red.
Históricamente, el feminismo siempre ha implicado unas perturbaciones peligrosas, actos encubiertos y
manifiestamente abiertos, y la guerra declarada a las creencias, tradiciones y estructuras sociales patriarcales
-y ha ofrecido unas visiones utópicas de un mundo sin roles de género. Un ciberfeminismo políticamente
inteligente y a favor de las minorías, utilizando la sabiduría aprendida de las luchas anteriores, podrá modelar
una política desenvuelta y perturbadora con el objetivo de deconstruir las condiciones patriarcales que
actualmente elaboran los códigos, los lenguajes, las imágenes y las estructuras de la Red.

La definición como estrategia política

Enlazando los términos "ciber" y "feminismo" se crea una nueva formación crucial en la historia del/os
feminismo(s) y de los medios de comunicación electrónicos. Cada parte del término modifica necesariamente el
significado del otro. "Feminismo" (o más correctamente, "feminismos") ha sido entendido como un movimiento
histórico--y contemporáneo--transnacional para la justicia y la libertad de la mujer, que depende de la
participación de las activistas vinculadas a grupos locales, nacionales e internacionales conectados entre sí (8).
Se centra en las condiciones materiales, políticas, emocionales, sexuales y psíquicas que se derivan de la
estructuración social diferenciada de las mujeres y los roles de género. Si unimos esto a "ciber," que significa
dirigir, gobernar, controlar, podemos imaginar la posibilidad inmensa del feminismo al timón electrónico. Los
CiberfeminismoS podrían imaginar maneras de conectar las prácticas históricas y filosóficas del feminismo con
los proyectos contemporáneos y las redes tanto dentro como fuera de la Red, y con las vidas materiales y
experiencias de las mujeres en el circuito integrado, teniendo muy en cuenta la edad, la raza, la clase y las
diferencias económicas. Si el feminismo tiene que estar a la altura de su ciberpotencial, debe transformarse
para mantenerse al nivel de la complejidad cambiante de las realidades sociales y de las condiciones de vida
que hemos visto cambiar ante el impacto profundo que las comunicaciones y la tecnociencia tienen en nuestras
vidas.

Aunque el rechazo de la definición parezca una táctica atractiva, sin jerarquías y contra la identidad, en
realidad se lo servimos en bandeja a aquellos que preferirían un quietismo en la Red: Dad a unas cuantas
mujeres afortunadas unos ordenadores con que jugar y se callarán, dejarán de quejarse. Frente a esta actitud
las ciberfeministas deberán ser muy cautelosas y críticas. El acceso a Internet aún sigue siendo un privilegio, y
de ninguna manera deberá considerarse un derecho universal (ni siquiera esto sería necesariamente útil ni
deseable para todos). Mientras que el marketing genial del consumismo ha tenido éxito en hacer que ser
propietario de un PC parezca tan imperativo como disponer de un teléfono, los ordenadores son de hecho
herramientas poderosas que pueden proporcionar a su poseedor una ventaja política (el ordenador personal es
el ordenador político). Si la Red es cada vez más el canal a través del cual muchas personas (de las naciones
superdesarrolladas) obtienen la mayor parte de su información, entonces importa mucho cómo participen las
mujeres en la programación, en fijar las políticas, así como en las formaciones del contenido de la Red, ya que
hace falta contextualizar la información que se obtiene de la Red tanto por parte del receptor como por parte
del remitente. En Internet, el feminismo dispone de un nuevo público transnacional que necesita educarse en
su historia y en sus condiciones contemporáneas desde el momento en que predominan en los diferentes
países. Para muchos, el ciberfeminismo podría ser el punto de entrada al discurso y al activismo feministas.
Aunque hay una gran cantidad de información sobre el feminismo disponible en la Red -y nuevos sitios web se
abren constantemente -hace falta recordar que cuanto más se contextualice políticamente esta información, y
se enlace a las prácticas, al activismo y a las condiciones de la vida cotidiana, más probabilidades hay de que
sea efectiva para ayudar a conectar y a movilizar a la gente (9). Un ejemplo potente se encuentra en la Red
Zamir (Zamir "por la paz ") de la BBS y el e-mail que se creó tras estallar la guerra civil en Yugoslavia en l99l
para poner en contacto a los activistas de la paz en Croacia, Serbia, Eslovenia y Bosnia a través de las
fronteras vía ordenadores host de Alemania. Se trata de que los ordenadores son algo más que herramientas
juguetonas, juegos de consumismo o máquinas personales de placer -son las herramientas del propietario, y
tienen significados y usos muy diferentes para diferentes poblaciones. Harán falta unos pilotos muy astutos
para navegar por estos canales.

Aunque las ciberfeministas desean evitar los errores perjudiciales de la exclusión, la lesbofobia, la corrección
política y el racismo, que en algunas ocasiones formaron parte del pensamiento feminista en el pasado, el
conocimiento, la experiencia y el análisis feministas y sus estrategias acumuladas hasta ahora son cruciales
para que su trabajo pueda seguir adelante. Si el objetivo es crear una política feminista en la Red y dar poder
a las mujeres, entonces las ciberfeministas deberán reinterpretar y transponer los análisis, las criticas, las
estrategias y la experiencia feminista para confrontar y refutar las nuevas condiciones, las nuevas tecnologías,
y las nuevas formaciones. La (auto)definición puede ser una propiedad emergente que surja de la práctica y
cambie con los movimientos de deseo y acción. La definición puede ser fluida y afirmativa-una declaración de
estrategias, acciones, y objetivos. Se puede crear una solidaridad crucial en el hogar de la diferencia -la
solidaridad, más que la unidad o el consenso-la solidaridad como base para una acción política efectiva.

Las ciberfeministas tienen demasiado que perder para alejarse asustadas de las duras y estratégicas acciones
de la política por miedo a las discusiones, la ideología y las diferencias políticas. Si yo prefiriera ser una
ciberfeminista en lugar de una diosa, mejor será que sepa el porqué, y que esté preparada para dar una razón.

Una célula ciberfeminista


¿Cómo pueden organizarse las ciberfeministas para trabajar para un entorno político, feminista y cultural en la
Red? ¿Cuáles son las distintas áreas de la investigación y actividad feministas en la Red que ya están
empezando a emerger como prácticas ciberfeministas? El primer encuentro de Internacional Ciberfeminista
(CI) en Kassel sirve como ejemplo de la organiz(m)ación feminista en la Red.

La responsabilidad de la organización de los días de trabajo del CI la asumió OBN (Old Boys Network)-un grupo
formado para tal fin de unas seis mujeres -con consultas on-line con todas las participantes. Gracias a las
comunicaciones on-line entre el comité de las OBN y las participantes, las relaciones de trabajo en colaboración
así como el contenido de las reuniones ya se había establecido antes del momento en que se reunieron las
participantes cara a cara en Kassel. Participó en el CI un grupo variado y cambiante de más de treinta mujeres
(autoseleccionadas mediante una invitación abierta a las socias de la FACES listserv, [con un grupo central de
unas diez]).

Desde el primer día este proceso de colaboración -una forma que recombina los procesos de grupos de
feministas, autoorganización anárquica, y un comité rotativo- se desarrolló entre mujeres de más de ocho
países y de entornos económicos, étnicos, profesionales y políticos diferentes. Cada día empezaba con una
reunión de las participantes en el Hybrid Workspace para trabajar en grupos divididos por tareas (textos,
prensa, técnica, fiesta de clausura, etc.) y para organizar el programa público del día. A esto siguieron tres
horas de conferencias y presentaciones públicas para el público de Documenta. A continuación, el grupo
cerrado se reunió de nuevo para cenar y comentar temas como la definición del cyberfeminismo, los objetivos
de los grupos y las acciones y los planes para el futuro. Se dividió el trabajo según la inclinación y la pericia de
cada una; no había una lista de deberes y no hubo ningún pensamiento preconcebido de que todas trabajasen
la misma cantidad de horas. Los horarios flexibles permitieron la convivencia, actos espontáneos, puestas en
común y tiempo personal. La conexión constante entre las participantes al FACES listserv se mantuvo
electrónicamente. Prácticamente todas las actividades de grupo quedaron grabadas en video, grabadora de
audio y fotografía. Los equipos personales de informática de las participantes se montaron en el espacio
abierto para el trabajo/reuniones y la mayoría de las conferencias se acompañaron con unas imágenes
proyectadas de los sitios web de las conferenciantes. Una participante enseñó al grupo a montar las
conexiones de CU_SeeMe_ y después continuó participando de forma virtual porque se tuvo que marchar; y
dos rusas que intentaban unirse al CI en Kassel, enviaron por fax un diario de su viaje ilegal mientras pasaban
de un país a otro para evitar problemas con sus visados. Así pues, hubo una interacción interesante entre lo
virtual y la presencia en vivo. Las interacciones cara a cara fueron vividas de forma mucho más intensa y
vigorosa que las comunicaciones virtuales, y forjaron diferentes grados de afinidad entre individuos y
subgrupos, y a la vez hicieron que todas las diferencias fueran más palpables. El brainstorming y las acciones
espontáneas parecían producirse más fácilmente en las reuniones cara a cara. La oportunidad de las sesiones
inmediatas de preguntas y respuestas y los debates después de las conferencias también permitieron unos
intercambios más íntimos y exploratorios de lo que suele ser posible a través de la comunicación on-line. Y lo
que es más importante, todas las presentaciones, la formación práctica y las discusiones tuvieron lugar en un
contexto de debate intenso sobre feminismo, lo que provocó una consciencia constante de la relación vivida de
las mujeres con la tecnología.

La gran variedad de contenido presentado en conferencias, proyectos web y talleres trató muchos de los temas
de último momento que conciernen al ciberfeminismo: la teorías de la visualización de la diferencia entre los
sexos en la Red; las autorrepresentaciones digitales de las mujeres online como avatares y cuerpos de datos;
análisis de las representaciones de género, sitios web con sexo, cibersexo, y porno femenino; las estrategias
de la fusión de géneros y la hibridez para combatir lo estereotipado, el esencialismo, y las representaciones
sexistas de las mujeres; el feminismo como un "navegador"; los peligros del deseo fetichista por la información
y la paranoia que han creado las nuevas tecnologías; la diseminación del conocimiento sobre la mujer a través
de la historia; los estudios de las diferencias entre las mujeres y los hombres programadores y hackers; un
examen de las estrategias del arte electrónico feminista; los modelos feministas de la educación tecnológica;
los temas de salud de las mujeres en la Red; y un debate sobre cómo organizar y apoyar unos proyectos de
interrelaciones entre feministas en diferentes países (10).

Las mayores victorias de los debates del CI fueron la confianza, la amistad, una comprensión y una tolerancia
más profunda de las diferencias; la habilidad de celebrar unos debates sobre unos temas controvertidos y
divisorios sin una ruptura del grupo; y una educación mutua sobre los temas de las mujeres inmersas en la
tecnología, además de una comprensión más clara del territorio para la invención ciberfeminista. Aunque el CI
no consiguió una lista formal de los objetivos, actos y planes concretos, conseguimos un acuerdo general en
referencia a las áreas que requieren trabajo y estudio adicionales. Una preocupación continua es cómo hacer
que el ciberfeminismo sea más visible y efectivo para llegar a las diferentes poblaciones de las mujeres que
utilizan la tecnología. Las opciones que debatimos incluían la creación de un buscador ciberfeminista capaz de
enlazar páginas web feministas estratégicas; informes según cada país sobre las actividades de la Red y la
ciberorganización para las mujeres; la formación de coaliciones con mujeres técnicos, programadoras,
científicas y hackers para enlazar la teoría feminista en la Red, los contenidos y la práctica con la investigación
e inventos tecnológicos; los proyectos de educación (tanto para hombres como para mujeres) en la tecnología,
programación y diseño de software y hardware, que trataría de las construcciones tradicionales de los géneros
y los prejuicios basados en la tecnología; y estudios adicionales sobre cómo la reestructuración global continua
de la labor de las mujeres es un resultado de los cambios omnipresentes introducidos por la tecnología
informática.

El "(Ciber)Feminismo como un navegador para ver la vida." (11)

Si las ciberfeministas sienten el deseo de investigar, teorizar, trabajar de forma práctica y evidenciar cómo
afectan a las mujeres (y a otros colectivos) de todo el mundo las nuevas tecnologías de la comunicación,
tecnociencia y la dominación de las redes globales de comunicaciones, deberán empezar por formular de una
forma clara los objetivos políticos del ciberfeminismo y sus posiciones. Las ciberfeministas tienen la
oportunidad de crear unas nuevas formulaciones de la teoría y práctica feministas que dirijan las nuevas y
complejas condiciones sociales, culturales y económicas que las tecnologías globales han creado. Los usos
estratégica y políticamente inteligentes de estas tecnologías pueden facilitar la tarea de un movimiento
transnacional que busca infiltrarse y asaltar la redes del poder y la comunicación a través de proyectos de
solidaridad, educación, libertad, visión y resistencia activista-feminista. Para que resulte efectivo crear un
entorno feminista politizado en la Red que desafíe las estructuras actuales de género, raza, edad y clase, las
ciberfeministas tienen que recurrir a los estudios y estrategias de la historia vanguardista de las feministas y
sus críticas del patriarcado institucionalizado. Al tiempo que declaran las nuevas posibilidades para las mujeres
en el ciberespacio, las ciberfeministas deben criticar las construcciones utópicas y míticas de la Red, y deben
esforzarse para trabajar con otros grupos de resistencia en la Red en coaliciones de activistas. Las
ciberfeministas tienen que declarar su solidaridad con las iniciativas feministas y post-coloniales
transnacionales, y trabajar para utilizar su acceso a las tecnologías de la comunicación y redes electrónicas
para apoyar dichas iniciativas.

NOTAS

1. Caroline Bassett, "With a Little Help from Our (New) Friends?" mute, Agosto l997, 46-49.
2. VNS Matrix webpage: [sysx.apana.org.au/artists/vns/]
3. Rosi Braidotti, "Cyberfeminism with a difference." [www.let.ruu.nl/womens_studies/rosi/cyberfem.htm]
4. Las cien antítesis completas se encuentran en Old Boys Network [http://www.icf.de/obn]
5. Braidotti. Ibid.
6. Sadie Plant, Zeros + Ones: Digital Women + the New Technocultures. Nueva York: Doubleday, l997. p. 37
7. Faith Wilding y el Critical Art Ensemble, "Notes on the Political Condition of Cyberfeminism."[http://mailer.fsu.edu/~sbarnes]
8. Utilizar el término "feminismo" es muy distinto a utilizar el término "mujeres"-sin embargo tal vez habría que considerar el uso del
término "cibermujerismo," que reconoce la crítica del feminismo blanco racista tan acertada que realizó Audrey Lorde, Alice Walker, bell
hooks, y otras.
9. Véase, por ejemplo, la lista de las 1.000 páginas web de feministas o relacionadas con mujeres en el libro de Shana Penn, The Women's
Guide to The Wired World. Nueva York: Feminist Press, l997.
10. Para una información más amplía sobre el primer encuentro de Cyberfeminist International y las ponencias véase
[http://www.icf.de/obn]
11. Alla Mitrofanova, la presentación del primer encuentro de Cyberfeminist International en Kassel, Septiembre l997.
(Faith Wilding, una participante fundadora del movimiento de arte feminista, es una artista multi-media, escritora y activista-feminista que
actualmente reside en Pittsburgh, EE.UU.)

Traductores: Raymond Lang y Sílvia Garriga.

TECNOLOGÍAS DE LA IDENTIDAD

Ivonne Volkart

Dentro de las comunidades de las activistas políticas y productoras de arte comprometidas, la esperanza utópica del
uso alternativo de los nuevos medios y las nuevas tecnologías siempre ha sido crucial. El uso del vídeo a principios de
los años 70 estaba profundamente asociado a este "momento utópico." Por tanto, no es ninguna casualidad que el  
incremento del segundo movimiento del Feminismo a principios de los años 70 haya ido históricamente paralelo al
auge del Camcorder. El uso de la Red a principios de los años 90 se vio fuertemente impulsado por la misma fe. El
cyberfeminismo, al igual que muchas prácticas de arte feminista en los años 70 (a pesar de que en su mayoría en  
oposición a la teoría feminista "heterosexual"), puede considerarse el resultado de la unión de este momento utópico
con el arte, la tecnología y las políticas de la identidad femenina. Sin embargo, esto no significa que las tecnologías y
los medios de comunicación conformen por completo nuestros cuerpos en el sentido tecno-determinista. Más bien  
demuestra lo fuertemente codificadas cultural e ideológicamente que están las tecnologías. Las tecnologías nunca son
neutrales, sino que siempre se desarrollan dentro de unos contextos específicos en relación a unos objetivos
específicos - es decir, es un error creer que su contenido dependa sólo de su uso "correcto" - son a su vez el producto
y el objetivo de unos fantasmas codificados cultural y socialmente. Además, estas fantasías forman y conforman
nuestros cuerpos e identidades.

Por tanto, siguiendo a Michel Foucault y Teresa de Lauretis, el uso metafórico del término "tecnología" ha jugado
siempre un papel central en mis trabajos de investigación. Más allá de cualquier tecno-determinismo, estos dos
teóricos demuestran que la conformación de cuerpos y géneros ha sido siempre tecnológica. Por consiguiente, quisiera
declarar que las estrategias estéticas políticamente comprometidas deben ir más allá de las fantasías tanto privadas
como públicas codificadas y controladas social y visualmente para abrir otras zonas fantásticas con el fin de crear unos
espacios de identidad. Considero que la política de la identidad sigue siendo un tema clave - que dirige y "produce"
sujetos y agentes de codificación múltiple, híbridos políticamente diferenciales.

En este trabajo me gustaría hablar de tres estrategias estéticas ciberfeministas diferentes que utilizan el vídeo para
tratar el tema de las tecnologías y el género y trazar los modelos de identidad para una existencia en el espacio post-
humano dentro del tiempo. Se notará que en mi argumentación utilizo entre otros el término "mujer" o "sujeto
hembra," y que para mí los conceptos de "identidades de hembras " son un tema central. Aunque preferiría hablar de
agentes en lugar de sujetos, o utilizar el plural en lugar del singular, y partir con la idea de que el género es una serie
de reglas variables y no indeterminadas - que el "género es un concepto límite" (Anne Balsamo) - sigo pensando que
los términos mujer y hembra son útiles, en la medida en que siempre se refieren a las experiencias encarnadas y a las
condiciones de vida de unos agentes y entidades específicos llamados y que se llaman a sí mismos mujer una y otra
vez. Yo misma, como mujer, también represento una perspectiva localizada, pese a que sea temporal y variable.

Uno de mis objetivos, como hembra y como teórica cyberfeminista, es hacer que los diferentes puntos de vista de las
hembras, o más bien de las feministas, sean transparentes y productivos. Por consiguiente, mi interés radica en
analizar las diferentes formas con las que los artistas crean unas estrategias estéticas especificas para plasmar estos
temas. Además espero cruzar las diferentes fronteras que definen y a menudo separan entre otras cosas los temas de
arte, la nueva tecnología, los nuevos medios de comunicación y el género.

1. Las heridas y las máquinas

Quisiera comenzar con la obra llamada Performing the Border (vídeo, 1999),que se encuentra en Zurich, de la artista
Ursula Biemann. La autora toma como ejemplo la ciudad mexicana de Ciudad Juarez para analizar cuáles son los tipos
de cuerpos, identidades y géneros que produce la industria de la alta tecnología global en su punto más inferior. Utiliza
un vídeo, que es un semi-documental, pero de manera polivocal y visualmente heterogéneo. En este trabajo, de su
propio vídeo y de sus investigaciones cinematográficas de entre 1988 y 1998, las entrevistas con las organizaciones de
mujeres lugareñas, los spots televisivos sobre la situación en la frontera, los datos de empresas como Philips y los
documentos policiales de los asesinatos en serie se entrelazan intrínsecamente. Sin embargo, el vídeo va más allá de
la documentación en la medida en que por una parte realiza la idea a nivel estético y estructural de las fronteras, y por
otra, se basa sólidamente en las tesis teóricas, representadas por la activista de la frontera mexicana Berta Jottar y el
teórico Mark Seltzer.

La estética del vídeo-ensayo sugiere que el pueblo fronterizo de Ciudad Juarez, más allá de su importancia como lugar
de explotación en el contexto de la nueva división laboral internacional y la alta tecnología, es además una metáfora
general para la capacidad de actuar de los cuerpos, géneros, identidades, naciones y capital. Esto se produce
principalmente a través de una serie constante de movimientos, que a veces se interrumpen mediante imágenes de
mujeres sentadas que o bien están siendo entrevistadas por Biemann o bien esperan juntas a sus clientes en los bares
o en las calles. Entretanto, hay los movimientos de masas de mujeres entrando en fila india en las maquiladoras puras
y limpias, de los viajes en autobús que lleva hasta allí por la mañana, de los coches y jinetes en el desierto, de las
imágenes que parpadean en la TV, de las imágenes virtuales de las detonaciones de los campos de minas en la
frontera con EE.UU y del viaje por la alambrada fronteriza, que mide 7.500 kilómetros de largo. Hay los movimientos
de una balsa de caucho que flota, de unas mujeres vestidas de blanco trabajando en unas habitaciones de blanco puro,
de una mujer que lava su colada a mano, de una chica que camina por la calle. "Todavía es una chiquilla. ¿Podrá
encontrar un camino entre estas rupturas culturales?" pregunta una voz en off. Los movimientos de la cámara, de los
montajes, de las personas se pueden interpretar como la representación estética de lo que se ha dado en llamar
"discurso fluyente," que une todas estas imágenes por su naturaleza común de movilidad. El ritmo de la línea de
producción, el flujo del capital económico del Norte, de las migraciones del Sur, de las imágenes del deseo femenino tal
como se articula en las canciones de amor que se escuchan en los viajes matutinos en autobús y finalmente, de la
producción de los cuerpos femeninos. No obstante, Performing the Border es más que una crítica visual del pan-
capitalismo; es además un intento de demostrar, o más bien establecer, cuáles son las posibilidades que existen para
las vidas de cada individuo femenino en este mundo ciborg del empleo.

Hace más de 20 años, las primeras empresas norteamericanas de alta tecnología se establecieron en esta región.
Sobre la pantalla aparece escrito: "The maquiladora is a laboratory of deregulation," (La maquiladora es un laboratorio
de la desregularización) y la voz en off comenta: "En poco tiempo se estableció una nueva cultura tecnológica de
repetición, de registros y de control en esta ciudad del desierto." El control es un tema importante en el vídeo en
cuanto a la regulación y el uso de los cuerpos femeninos en el proceso de producción, a la industria del sexo y como
víctimas de asesinatos. No obstante, Ursula Biemann no muestra las tecnologías reales de represión, ni siquiera
intenta ser auténtica ni transmitir la intimidad de las vidas de estas mujeres; deja que sus entrevistadas narren
algunas de sus preocupaciones sobre su forma particular de existencia, proporcionando así una cierta distancia e
invitando a la reflexión. La fuerza productiva del control se expresa mediante la mención de la regulación de sus ritmos
de trabajo y ocio y el establecimiento de paralelismos entre las vidas de estas mujeres y la cada vez mayor
militarización y mediatización en donde la misma frontera geográfica se vuelve a delimitar una y otra vez. Esta
ecuación se da desde el principio del vídeo. Mientras escuchamos las frases de Jottar sobre la materialización y la
naturalización de las políticas reales de las fronteras de los EE.UU, vemos una imagen infrarroja de la frontera y a un
hombre efectuando el control de vigilancia por medio de sus prismáticos: "En cierto modo la frontera siempre queda
representada como una herida que tiene que curarse, que tiene que cerrarse, que tiene que protegerse de la
contaminación y la enfermedad. [...] Es como un lugar quirúrgico." Las palabras de Jottar sobre los hitos geográficos
nos recuerdan los discursos del cuerpo, de la idea de cuerpo como un campo de batalla, de cuerpos abiertos y
cerrados, y del cuerpo femenino que se representa tradicionalmente como una herida.

"Al capital le importa el género" anuncia un texto móvil en el vídeo. Biemann revela la vida en la frontera como una
serie de sexualizaciones totales. Aquí, la mujer se ve permanentemente como un objeto mudo trabajador y sexual,
pero hay cambios chocantes en los modelos tradicionales del patriarcado (ahora las mujeres son consumidoras a las
que se dirige la industria del espectáculo local, y son las mujeres las que traen la mayor parte del dinero a casa). No
obstante, los concursos de belleza organizados por las maquiladoras y los anuncios de las empresas multinacionales
dirigidos a captar el interés de las chicas jóvenes y guapas contribuyen explícitamente a renovar las estructuras del
patriarcado bajo el signo del capitalismo global. En Performing the Border, ninguna de las muchas chicas filmadas
habla de su situación. Sólo mujeres mayores, periodistas, las que están asociadas a organizaciones de mujeres, las
activistas, las madres de las chicas desaparecidas o la sindicalista despedida son las que se atreven a hablar delante
de la cámara. "La maquiladora es un punto estratégico en la economía nacional del estado mexicano." No hay nada
natural en Ciudad Juarez, todo se encuentra bajo el dictado de la máquina pan-capitalista - que es lo que dijo Jottar al
principio. "A caso necesitéis el cruce de los cuerpos para crear el espacio discursivo del estado nación y también para
crear una especie de lugar real como frontera." Y este lugar siempre se representa como un lugar peligroso, que puede
conducir a la muerte si no te ajustas a sus prohibiciones.

Desde 1994, más de 140 mujeres han sido asesinadas y enterradas en el desierto. Muchas chicas están desaparecidas;
muchas víctimas continúan sin ser identificadas. A veces sólo encuentran trozos de prendas, a veces las prendas se
han intercambiado entre los cadáveres. El modelo de los asesinatos siempre es el mismo: violadas, estranguladas,
apuñaladas. Nos enteramos de que las asesinadas sin nombres se catalogan según el tipo de heridas que las llevó a la
muerte y que las empresas locales no quieren que se las identifique como sus patrones. De este modo la mujer muerta
del sur se convierte en la metáfora de esta herida que siempre está representada como un efecto de esta zona de
guerra. Pero Biemann da un paso más y argumenta que esta forma de muerte femenina está siendo causada por el
ritmo de las máquinas. "La violencia compulsiva, repetitiva de estas muertes en serie no existe sin un romance
extremo entre la violencia erotizada y las tecnologías de masas del registro, la identificación, la reduplicación y la
simulación. [...] La muerte en serie es una forma de violencia pública propia de una cultura de máquinas." La guerra
económica que domina esta región se realiza sobre los cadáveres de mujeres pobres del sur y por tanto se puede
renovar y naturalizar interminablemente. La nueva división internacional de empleo se estructura como una
"tecnología de género." (Teresa de Lauretis) Es para la reconstrucción permanente de la diferencia entre géneros, para
la consolidación del poder, la subjetividad y la identidad en un mundo asustado de ciborgs. Según Biemann, sólo es la
línea de la diferencia sexual lo que determina la única diferencia fundamental que se reconoce en los asesinatos en
serie. Performing the Border hace referencia a la apertura y el cierre de cuerpos en el ciclo interminable de la alta
tecnología-tecnología de control reales, donde se las consume, se las crea y se las fija como hembras. "Creemos que la
tecnología es buena cuando se puede compartir en beneficio de todos," afirma la periodista Isabel Velazquez.

2. Convertirse en tecnoherida

Antes dije que es importante tanto tratar como crear al sujeto como algo híbrido y paradójico. El vídeo y el trabajo de
Internet I am Milica Tomic of Belgrad-basado en la artista Milica Tomic, es un ejemplo de esto. Su uso de la tecnología
digital ayuda a provocar unas sensaciones extrañas y alienadas y a percibir su proyecto como algo completamente
artificial y estructurado.

Tomic se presenta ante nosotros en combinación blanca; es radiantemente hermosa y tiene un aura celestial. Entonces
empieza a hablar: "I am Milica Tomic. I am a German." Lo repite 65 veces, substituyéndolo cada vez por diferentes
lenguas y naciones. Soy austríaca, soy americana, etc. Con cada frase aparece una nueva herida, de manera que
cuando llega al final, está completamente cubierta de cortes profundos que sangran. Tras las 65 recitaciones, todo
vuelve a cerrarse, su cuerpo está de nuevo intacto, y vuelta a empezar. Las heridas aparecen espontáneamente, e
inmediatamente te das cuenta de que sólo la tecnología digital les da vida. La tecnología es la carne y la sangre, y
viceversa. No hay nada natural, aquí, ni el cuerpo ni sus cortes profundos ni los distintos idiomas. Sólo hay esa
situación abstracta, esa repetición mecánica y monótona de las inscripciones virtuales, es decir, metafóricas.

Disponer de una identidad nacional y de una lengua materna son factores importantes que conforman la identidad, y
en una época como la nuestra de estados nación (aún no obsoletos), constituyen nuestros sentimientos de hogar y de
pertenecer al mundo. Pero el anhelo de estas identidades no está grabado en nuestros cuerpos; determina el potencial
del deseo que se expresa en un cuerpo sin ninguna imperfección. Sin embargo la realidad también es la de los
fantasmas de la nación que mutilan los cuerpos, el sujeto que se articula como un cuerpo contingente, vulnerable y
herido, independientemente de si la "propia" nación es o no especialmente sanguinaria. El sujeto, como un fragmento
de uno de estos fantasmas, siempre se ha encontrado ante la paradoja de ser un cuerpo y un símbolo a la vez. Las
heridas de Tomic, resultado directo de sus palabras, revelan que cada representación sobre la identidad que le obligan
a realizar se convierte en un malentendido. Y aún así, a través de su mimetismo histérico de deseo de identidad
nacional con su deconstrucción simultánea a través de sus profundas heridas, no rechaza a priori su deseo de
identidad (nacional). Al contrario, este deseo se lo toma muy en serio, tanto en relación a lo que constituye su
subjetividad como a sus poderes productivos traumático-fatales y lo amplía, como si se tratara de un acto ritual de
vociferar el malentendido entendido hasta lo absurdo. En su identificación histérica con la posición de Edipo (es ciega y
la castran), su reducción a mujer con nombre propio y sujeto de una entidad de estado nación queda de manifiesto;
por tanto, su actuación de lo sintomático que se convierte en herida, es una llamada para participar también, como
espectadores, en este proceso mimético y a identificarnos con su papel de vulnerabilidad total - y de transformarlo en
algo poderoso.

3. Zonas de guerra

Para concluir mi argumentación, quisiera hablar del vídeo de Marina Grzinic y Aina Smid, LUNA 10 (subtitulado: El
efecto de la mariposa sobre la geografía), ya que trata del deseo de expansión, de conquistar el mundo, y del tema de
la supervivencia desde el punto de vista de una hembra de Europa del este. El título principal, LUNA 10, hace
referencia, según la explicación de Grzinic, a la estación interplanetaria orbital soviética que entró en la órbita de la
Luna el 3 de abril de 1966, convirtiéndose así en el primer satélite lunar artificial en la historia de los pasos por
conquistar la Luna; el subtítulo se refiere al sueño de conquistar nuevos territorios como productos de la Guerra Fría.
(Grzinic)

Al principio del vídeo vemos a una mujer que mira por un telescopio - que es la "repetición" de la situación de la
misma espectadora como observadora. En una especie de situación de marco, la mujer y el hombre nos guían a través
de las diferentes secuencias del vídeo como si fueran ventanas o, como las han denominado Grzinic/Smid, imágenes
pseudo hipertexto. En las secuencias de imágenes del hipertexto, vemos imágenes de archivo de unos cineastas neo-
vanguardistas de Yugoslavia, como el mismo Emir Kusturica o Zelimir Zilnik, además del material documental
conseguido de las emisoras piratas, etc. La belleza sigue siendo silenciosa mientras él (el del papel masculino principal)
habla de las "revoluciones" tecnológicas como el Internet, las guerras, el papel de los medios de comunicación, y la
perspectiva de la gente del este. A pesar de que él representa el papel de una figura masculina dogmática y
autoritaria, aparece sin embargo con nada puesto salvo sus calzoncillos, o bien se convierte en una especie de medio
tecnológico que escribe los números que "ella" le dicta en una pizarra. Así, su cuerpo en calzoncillos ocupa una
posición femenina subordinada. También ella se cambia de ropa, a veces sale simplemente en combinación, otras
veces viste un uniforme militar. Los matices específicos de género y sociales de las dos figuras son temporales y
contrarios, complejos e imprecisos.

LUNA 10 se puede interpretar como un argumento crítico para apoderarse de (nuevos) medios de comunicación y
tecnologías (de guerra) reasignándolos a las mujeres y a otros grupos subalternos. La mujer del este se ha apropiado
del control del telescopio (una "prótesis" tecnológicamente anticuada y sustituto fálico). También ella quiere ir a la
Luna, y también ella sobrevivirá sólo viendo las imágenes que salen. Su ojo avizor y los tonos verdosos de la película
son indicios de las analogías de unos escenarios militares de vigilancia a través imágenes infrarrojas. Pero las
imágenes de la pantalla que se nos presentan están repletas de contrastes. Al principio, por ejemplo, ella se presenta
ante nosotros en un entorno rural, sus manos cubiertas de masa para hacer pan. Mientras el hombre recita las
fantasías tecnológicas occidentales de la transgresión, vemos imágenes de la intimidad del hogar, de la sencillez del
mundo rural, unas bodas, unos desfiles comunistas, y tres soldados que ejecutan a una mujer en un campo. Además,
el tono verdoso resalta el aspecto de archivo de la filmación. Los espacios, los cuerpos, las identidades y las
tecnologías se representan como construcciones históricas, mediáticas e ideológicas. Todo llega a involucrarse
recíprocamente con lo demás, pero hay espacios y cuerpos verdaderamente reales en los que experimentamos las
emociones cotidianas como el deseo, el miedo, la tristeza, la alegría. Las estructuras mediáticas de los lugares y los
cuerpos no impiden una experiencia intensa.

Hacer arte en la era del post-humanismo significa -continuando de manera activa con las prácticas deconstructivas y
poniendo especial atención a la palabra humanismo, ello sin dejar de dar cuenta de la naturaleza negativa y paradójica
de las condiciones actuales- situar el posicionamiento específico de las perspectivas personales en el trasfondo.
Deberíamos ser más escépticos frente a los modelos simples de identidad y los intentos de reconstrucción que
prometen una felicidad absoluta. ¡Pero también deberíamos ser conscientes del uso excesivo de las zonas
territorializadas! Hay que perseguir las estrategias de infiltración, de invasión y -"pese a todo" las actitudes de
supervivencia - las estrategias de simulación y estructuración que desde el principio destruyen todas las formas de
naturalización.

"¿Has hecho cola para el pan virtual?" pregunta el hombre de LUNA 10, y continúa: "tal como están las revoluciones
tecnológicas en Occidente, ¡sólo nos darán migas! ¡Mejor eso que nada!"

Notas

Martha Rosler, "Shedding the Utopian Moment," en: Block, Nº. 11, 1985/6.
maquiladora es la palabra española para las fábricas de oro, una metáfora para la producción masiva y salarios
mínimos.
http://www.shiseido.co.jp/cygnet/
Marina Grzinic/Aina Smid: LUNA 10: The Butterfly Effect of Geography, Ljubljana, 1994.

Este texto es una especie de reedición de algunos de mis textos y se ha escrito para el libro: Marina Grzinic/Adele
Eisenstein, ed.): 'The Body Caught in the Intestines of the Computer and Beyond. Women's Strategies and/or
Strategies by Women in Media, Art and Theory', Ljubljana/Maribor 2000.

Traductores: Raymond Lang y Sílvia Garriga.

Fuente: www.obn.org

HABITARES REVERSIBLES (de la mujer, el arte e Internet)

Remedios Zafra

Este texto se publicó en el catálogo de la exposición "Mujeres que hablan de mujeres". Bienal Fotonoviembre 2001 de Tenerife:
http://www.elviajero.org/mujeresque

El arte de las mujeres con "conciencia" de ser mujeres trata sobre mujeres, sobre identidades ausentes pero también
sobre sus devenires (1) .

Sabemos que hay muchos seres entre un hombre y una mujer; proceden de mundos diferentes, nacen en el viento,
forman rizomas alrededor de las raíces; no pueden entenderse en términos de producción, sólo en términos de
devenir. Gilles Deleuze y Felix Guattari, Mil Mesetas

Teniendo en cuenta que la mujer ha sido uno de los "otros" visibilizados en la segunda mitad del siglo XX, nos
encontramos con la dificultad que supone para la mujer, como un "otro" excluido del juego social, desmontar su
imagen pasada y darse forma a sí misma, hecho sólo posible si nos dirigimos a ese territorio del ser que es más un
habitar que un lugar habitado, más un construir (intransitivo) que una forma construida. Territorio-s temporal-es que,
en sintonía con la época que vivimos, rehuyen de todo esencialismo, habitares provisionales y siempre reversibles. De
hecho, la mayor parte de los debates estéticos mediante los que las mujeres se han manifestado y consolidado desde
los años sesenta han estado protagonizados por "mujeres que hablan sobre ellas mismas" (desde enfoques críticos y
feministas) y reflexionan no sólo sobre una identidad histórica ausente sino de manera especial sobre su "querer ser".

En la urgencia por integrar social, económica y políticamente a las mujeres (cambiando los modelos tradicionales de
exclusión) se dibuja el contexto histórico más reciente, teñido por teorías y prácticas de revisión de la racionalidad
científica y crítica al esencialismo. Contexto marcado por un gran logro: el hecho de que en las últimas décadas la
situación de la mujer haya cambiado (social, económica y políticamente) más que en siglos de dominación patriarcal.
Todo ello debe ser considerado un signo definitorio de la época que vivimos. Si bien en los últimos años noventa
nuevas mudanzas provenientes de las tecnologías de la comunicación aportan otras variables y definen el terreno
diferencial donde estos cambios están aconteciendo: una sociedad en red.

MUJER Y TECNOLOGÍA

En un mundo en red, interfaceado por la máquina, es "lo que nos cualifica" no "lo que nos identifica" lo que dibuja las
nuevas subjetividades, siempre representadas. Pero ¿dónde quedan y cómo se articulan los discursos y las teorías de
las mujeres que hablan sobre mujeres en el reino de lo ciber, de la variedad, de lo simultaneo, provisional y posible?
¿qué aportes diferenciales puede ofrecer la tecnología y concretamente Internet al cambio político, social y económico
de la mujer?

Desde luego, tecnología y mujer no han sido buenas aliadas y si, de alguna manera, han estado vinculadas la relación
ha sido infrecuente y normalmente acontecía en los ámbitos de producción primarios más básicos y mecánicos.
Intentar descubrir y forzar relaciones que justifiquen su vínculo en otra época no deja de ser un intento por marcar
huellas falsas en el camino andado, o, cuando menos, de buscar sugerentes metáforas que suavicen la distancia entre
la mujer y los sistemas de producción de poder a lo largo de la historia. Si bien, son las últimas décadas las que
confirman que la limitación que la mujer ha tenido hacia la máquina se está convirtiendo en una noción retrospectiva;
y aunque todavía coletee la herencia de una tecnofobia femenina, en nuestros días (y mirando al futuro) la relación
difiere, sin duda, de la del pasado. Nuevos caminos de acción y opinión para el cambio social y político de la mujer y
también nuevas prácticas artísticas perceptivas e irónicas, "críticas pero no nostálgicas", están siendo mediados por las
tecnologías.

MUJER Y NET.ART

El net.art es un arte de gramáticas sociales que tiene en el desmontaje de las esferas pública y privada, en las
colectividades on line y en la (des)construcción de subjetividades potenciales e imaginables, algunos de los campos de
acción e investigación artística más recurrentes en los discursos feministas en torno a la red. Así pues, en las obras de
net.art hechas por mujeres confluyen, directa o indirectamente, dos metalenguajes: el que pone en escena los
desajustes del llegar a ser de las "subjetividades" (mujeres que hablan sobre mujeres) y el que reflexiona sobre el
carácter diferencial del medio (códigos que hablan sobre una sociedad en red).

En este sentido, el net.art no limita el uso de la red al carácter instrumental y de exposición del medio, Internet pasa a
ser un nuevo espacio para habitar, donde el arte que le es propio, al que llamamos net.art, no es ya un arte de
objetos, es un arte pensador del medio más que pensado para el medio. Un arte donde la palabra y su acción
ejemplifican un momento en que lo dicho -lo escrito- (como teoría o como práctica artística) dibuja uno de los caminos
más iluminados en el deambular artístico contemporáneo.

El net.art es un arte de gramáticas sociales, un arte donde el interfaz como nuevo campo de mediación intersubjetiva
replantea las nociones de esferas pública y privada, posicionándose en términos de resistencia, desconstructivos,
cuestionando y proponiendo nuevas maneras de ser en un espacio (la red) que parece permitir relaciones
horizontalizadas.

1. HABITAR DESJERARQUIZADO: HORIZONTALIZACIÓN DE LAS RELACIONES

Las creaciones de la mujer, históricamente consideradas cultura de gineceo, pinturas y encajes, proclamaban hasta
hace bien poco que el único ámbito de participación de igual a igual quedaba reducido a la seducción (2) , a un orden
de horizontalización efímero siempre retornado a la jerarquización mediante alguna (metafórica o directa) irrupción de
la verticalidad. Hoy, bajo la presión de esta identificación y el cuestionamiento de la historia sexual de nuestra cultura
vemos como se derrumba la falocracia.

Las mujeres, como todos aquellos "otros", se posicionan en los nuevos media como vectores de descontrucción y
desterritorialización, y muestran, como don deleuzeano, formas reversibles de acción, mediante esa capacidad liminar
y fronteriza de "personificar, imitar y entrar en intersección con una infinidad de "otros"(3) .

En este sentido, las producciones en red hechas por mujeres nos hablan de nuevas estrategias de desplazamiento(4) .
En Internet se alimenta una conciencia nómada como postura epistemológica pero también política. Recordemos las
palabras de Deleuze y Guattari "el rostro es una política"(5) , y en consecuencia el hecho de que la rostrificación (aun
reversible) mediante interfaz suponga también un gesto político. Mujeres y hombres podemos prescindir en el gesto
virtual del rostro que en otro tiempo nos marcaba un futuro predecible, y así, crear un rostro como confluencia de
ausencias e intensidades. Rostrificamos de manera simulada el interfaz, y al hacerlo superamos las limitaciones de un
cuerpo dibujándonos en lo que nos cualifica, temporalmente, nunca en lo que nos identifica. Ahí, en ese interfaz
internetizado que exterioriza una presencia ausente habitamos como subjetividad.

Net.art como Brandon de Shu Lea Cheang ha sabido integrar metafórica y funcionalmente las posibilidades de la red
para escenificar los desajustes del género y sus devenires. Brandon, un ser real, que nació mujer, rostrificó la ausencia
que le impedía ser "el hombre que quería ser" y la convirtió en presencia, en ficción. El proyecto de Shu Lea utiliza la
red, un media donde el cuerpo se (re)hace con palabras y código a gusto del usuario, no sólo como máscara
tecnológica sino también como lugar de encuentro y debate sobre cuestiones de género.

Parece claro que Internet supone la materialización de una nueva ontología de las identidades y del lenguaje, es decir,
ofrece al individuo la posibilidad de "hacerse y deshacerse", así como de relacionarse mediante nuevas formas
comunicativas que cuestionan los paradigmas de linealidad y narratividad. Pensemos en las obras de Lialina, My
boyfriend come back from the war por ejemplo, donde se suscitan nuevas formas de narrar fragmentadas, en un
contexto de guerra real pero también representado, abocadas a la división continua en mínimos marcos-escenarios de
la pantalla donde pueda tener lugar la comunicación. O en su proyecto FTP (File Transfer Protocol) donde las
narraciones esta vez son sobre procesos de comunicación implícita de las máquinas; evidenciación de lo que
permanece oculto (tras el asfalto de la World Wide Web), de lo que sustenta los intercambios entre máquinas
(personas) conectadas. Procesos internos de transferencia a partir de cuya visualización estructural resulta inevitable
comparar máquina y humano, e identificar las vísceras del dispositivo y los protocolos de transferencia e intercambio
maquínicos con nuestro propio interior y con las gramáticas emocionales de nuestra comunicación.

Narratividad que también se cuestiona en los trabajos de Dora García. Búsquedas hipertextuales, esparcidas, goteos
de aforismos como versos distribuidos que fluyen sin orden preestablecido de lectura, latidos de corazón (Heartbeat):
el net.art de Dora García en contacto con procesos íntimos de comunicación a salto de pantalla. Pero también,
búsquedas de lenguaje a través de la creación colectiva. Dora García en su última obra diluye fronteras y propone
pasar de la presencia física de la performance, a la asincronía de las listas de correo electrónico y al poder
mnemotécnico de la data base en la web donde crea un interfaz con "todas las historias del mundo". Los lenguajes
compuestos por insertos de frases cortas, órdenes e historias resumidas en pocas palabras, nos hablan de un nuevo
lenguaje más allá de la mera hipertextualidad, un lenguaje en proceso, una acción hecha trazo, una mínima pista de lo
que acontece, siempre a la espera de ser ampliado o modificado.

2. HABITAR INTERFACEADO: SER POR OTRO

La horizontalización en Internet tiene lugar mediante estrategias de desplazamiento; "ser por otro" se convierte en
inevitable para todas y todos, como proceso de utilización de los campos de mediación y representación simbólica
mediante dispositivos tecnológicos.

Horizontalización mediante formas rizomáticas de habitar un lugar que es más bien un tiempo, un no lugar. Formas
rizomáticas (recordemos a Deleuze(7) ) que sugieren formas de pensamiento y de relacionarnos opuestas a la
verticalidad de las raíces convencionales. Formas no falocéntricas, que nos hacen pensar, tal como indica Braidotti, en
una nueva ontología política nómada, "una forma de resistencia política a las visiones hegemónicas y excluyentes de la
subjetividad"(8) . Formas que hablan de una visión posthumana de la subjetividad, y que Donna Haraway representa
en la teoría del cyborg(9) .

Con la tecnología la lógica binaria de la identidad queda subvertida. Ahora podemos construir identidad e incluso
género. El trabajo de Victoria Vesna: Bodies Incorporated puede ser, en este sentido, ilustrativo. La posibilidad de
crearnos de manera artificial un cuerpo y una personalidad a la carta (sujetos posthumanos) en este caso, mediante
injertos, plagios, intercambios de caras, brazos, torsos, piernas ... hechos de aire, cristal, tierra ... la posibilidad de
elegir sexo, sexualidad, personalidad, e interactuar con otros, sobrepasa la apariencia lúdica del proyecto y cuestiona
un futuro (no de ciencia ficción) donde las tecnologías permitirán a niveles más cotidianos la utilización de sofisticados
cuerpos (interfaces) de usar y tirar. Estas estrategias de (auto)creación están basadas en el injerto, en la re-
contextualización de fragmentos, en el copy-paste, y convierten el interfaz, como campo maquínico de mediación
intersubjetiva, en un nuevo espacio epistemológico del ser. Cuerpos articulados con escrituras digitales que
interrumpen los discursos de la dualidad cuestionando la inmóvil "mismidad" del sujeto en las múltiples morfologías del
interfaz, condicionando su inscripción y acción social al efímero de su duración, a su genuina temporalidad y total
contingencia.

En Internet se está creando una zona en la cual todos "los canales y sentidos se enredan en la impura promiscuidad de
todo lo que toca, rodea y penetra sin resistencia"(10) . Zona en la que ya no tenemos un cuerpo sexuado para
escondernos, sino un interfaz polivalente con el que actuar; donde la determinación que la edad, la raza o el sexo
inducen en el mundo físico queda desmantelada en su estructura material. Se "desdibuja" sistemáticamente la
diferencia sexual y además puede detenerse el tiempo generacional. La huida de las apariencias en la pantalla, en las
imágenes oscilantes, supone la huida de los cuerpos y de lo material, un viaje a otros espacios donde los individuos "se
separa(n) a sí mismo(s) de los fundamentos, de su relación empírica con la matriz que pretende(n) investigar"(12) . La
materia de nuestro cuerpo parece quedar atrás y aparece sólo como una "pantalla de protección-proyección"(11) . En
este contexto monitor e interfaz pueden ser entendidos como pliegues de nuestra nueva ropa sugiriendo, en cierta
manera, "algún tipo de espacio real más allá de las pantallas, algún lugar que no puedes ver pero que sabes que
existe"(13) .

Habitar interfaceado que permite entender la horizontalización también como desjerarquización y proceso de
feminización de la cultura, entendida no como aquello vinculado a la vulnerabilidad e inestabilidad otorgado a lo hecho
por la mujer, sino a la utilización de la tecnología para el pensamiento y la acción política desde un rechazo al principio
común de dominación y a la liberación de los hábitos hegemónicos de pensamiento, hecha a través de desplazamientos
sucesivos, como indica Braidotti "sin una unidad esencial y contra ella". Una feminización que en relación al arte
también nos hablaría de la liberación del inconsciente reprimido y excluido (con el que se identificaría la mujer, y todos
aquellos "otros") y como orientación positiva de "lo otro viviente", lo "otro salvado", lo "otro ya no amenazado por la
destrucción"(14) . Feminización que no será posible sólo gracias a las tecnologías, no olvidemos que los dispositivos
tecnológicos pueden facilitar o reprimir formas de ser pero son las ideologías y la voluntad de cambiarlas el verdadero
motor que culmina la consecución de los cambios sociales.

3. HABITAR DISCONTINUO: DEVENIRES DEL NO-SENTIDO

Una nueva lectura extraída del vínculo Mujer, Arte e Internet es la creación de un ámbito para el "no sentido"(15) ,
Internet como espacio para la mentira. Allí, en ese campo donde el sujeto desaparece y se maquilla un personaje es
donde ha estado la mujer históricamente, y donde algunos sitúan la feminidad (el ser alienado de la mujer) cuando la
alianza de las apariencias se enfrenta al sentido envolviéndolo en un ritual lúdico.

Pensemos en el uso del chat por ejemplo, uno de los casos más claros y de mayor aceptación y uso social donde el
individuo, sin cuerpo propio, se vuelve apariencia pura, "construcción artificial donde se adhiere el deseo del
otro"(16) , donde la mentira potencial alcanza su mayor grado, la duda, el misterio del que está detrás, del que tú
quieres ser. Sin embargo su especificidad respecto a otros dispositivos como el e-mail viene del lado de la delimitación
de un espacio de consentimiento del "no sentido", donde quien entra asume que accede a un espacio de ficción que
puede ser más real que la propia realidad. Los distintos niveles de manifestación del lenguaje tienen lugar y esconden
una totalidad abstracta, lo que no se dice y sin embargo circula como pacto implícito entre los chateadores en busca de
la práctica seductora, generando un diálogo de preguntas y respuestas sobreentendidas, donde la lógica ritual alcanza
su mayor grado. Baudrillard diría que "la ausencia seduce a la presencia", para Virilio sería tal vez una "estética de la
desaparición".

Ritual que podemos ver también en The Intruder, uno de los últimos proyectos de Natalie Bookchin, donde las escenas
se articulan bajo la apariencia engañosa de un videojuego que se convierte en ritual cuando se descubre que no hay
más que un destino posible. Bookchin crea distintos escenarios a partir de la trama (una historia de pasión y celos de
dos hombres que luchan por una mujer) donde no hay marcianos que matar, no hay puntos que conseguir, sólo una
historia generada a través del análisis crítico e irónico de la narración mediante dinámicas fragmentadas por distintos
juegos interactivos. El papel de la mujer en la historia no cambia, simplemente se desplaza a un ámbito distinto al de
la historia original (un cuento de Borges), sigue cosificada, esta vez como pelota o trofeo, como objeto de deseo y
recompensa del ganador, un destino inmodificable en la narración, un juego engañoso y falso donde todo está escrito.

Por otra parte, no olvidemos que en Internet el poder latente de falsificación de lo visible y recreación de lo
inconsciente mediante pliegues de vestidos que cubren los cuerpos -desbordando sus actitudes y ayudando a superar
su contradicciones- tiene también una lectura del lado de los pliegues que ciñen. Decía Nietzsche: "(n)o creemos que
la verdad siga siendo verdad cuando se le quita el velo". En este caso, los pliegues de agua, ajustan y revelan el
cuerpo mejor que la desnudez. Así, los pliegues de aire pueden dibujar un ser inventado pero los mojados se
convierten tan sólo en una pantalla de protección para mostrar la realidad más "real" y obscena. En estos pliegues que
ciñen encontramos muestras de net.art como Parthenia, trabajo sobre el maltrato a la mujer, donde la simulación de lo
real es abyecta como la verdad, más verdadera que lo verdadero ("tal es el colmo del simulacro") recordándonos,
como diría Baudrillard, que "lo real en general es la forma abolida y desencantada del mundo".

4. HABITAR REVERSIBLE: DESMONTAJES DE LAS ESFERAS PÚBLICA Y PRIVADA

En Internet el mundo (nosotros) existe en nuestros representantes temporales, en el e-mail, en el chat, en la


WWW, ... en la interacción concluida. El mundo en Internet puede ser "un chapoteo, una polvareda", una estela que se
autodestruye cuando finaliza la comunicación o, también, una "intermitencia" presente incluso cuando sólo hay
ausencia. En Internet aquella idea de Deleuze(17) en relación al pensamiento Leibniziano que sugiere una percepción
por texturas y no por estructuras, tendría un referente. Las texturas son las que conforman múltiples posibles formas
de ser y hacer en la red, son las que liberan el inconsciente (como quien se disfraza para dar rienda suelta a sus
facetas más escondidas y liberadoras). Texturas y pliegues que se convierten en autónomos y desbordan el cuerpo,
bien para destruirlo, elevarlo o reestablecerlo, pero siempre para "darle la vuelta y moldear su interior".

En una sociedad en red el interfaz conforma nuestra nueva casa, las paredes son delimitadas por la máquina de
procesamiento de datos. La máquina que cada vez más, recordemos a Deleuze y Guattari, no es sólo técnica sino
"máquina social". En este sentido, pensemos cómo el sistema de suministro de información mediado por máquinas
cambia y ello suscita mudanzas en la esfera pública atendiendo a la configuración tradicional de los espacios de acción.
No olvidemos que hasta hace muy poco los hábitos de hombres y mujeres estaban condicionados por rutinas que les
obligaban a salir de casa a comprar, trabajar, formarse y establecer contacto con otras personas. Ahora tenemos redes
digitales de gran capacidad para transportar información y facilitar diversos tipos de relaciones cuándo y dónde
queramos. Pensemos que el viejo tejido social, ligado mediante una obligatoria convivencia de lugar y de tiempo, ya
no es coherente(18) . Todo ello reconfigura los espacios públicos y los espacios privados, y sugiere una dispersión y
fragmentación de las estructuras que, en función del género, han ubicado a las mujeres en los entornos domésticos.

Por otra parte, la diáspora de trabajadores de las empresas a los entornos privados (fruto de la desubicación del
trabajo y del abaratamiento y eficacia del teletrabajo) es ya una realidad y su continuidad obligará a replantear las
relaciones familiares y laborales de hombres y mujeres. Esta nueva situación reclama mujeres receptivas a las nuevas
tecnologías y dispuestas a enfrentarse a ellas de manera crítica y creativa. Las nuevas escuelas y los nuevos trabajos
están detrás de las pantallas y suscitan que no sean las mujeres las que salgan del entorno doméstico sino que los
hombres se incorporen al mismo y que sea el trabajo (que hasta hace poco requería un desplazamiento) el que les
permita no desplazarse a unos y otros de sus casas. Éste es sólo el inicio de una zona sinestésica(19) que llega a
lugares públicos, museos, universidades, empresas, administraciones, pero también y muy especialmente a espacios
domésticos y privados, a los que tradicionalmente ha estado relegada la mujer.

El espacio doméstico y su consideración como algo "femenino" ha sido objeto de crítica y debate por amplios sectores
feministas en los últimos años, y tema ha tener en cuenta cuando hablamos de la relación de las artistas con una
tecnología como Internet. Pensemos que en la red se conjugan los espacios públicos (de relación e interacción social
-virtuales- y de producción) con los espacios privados (las células interconectadas de la red), como ya hicieran las
primeras feministas que organizaban sus acciones en entornos privados donde planeaban sus campañas públicas de
crítica y reivindicación política. Este vínculo suscitado ahora por las redes de comunicación ha de ser aprovechado para
la emancipación creativa y no para acentuar la clasificación y ubicación genérica que condena a las mujeres a espacios
privados.

La actividad teórica en la red no permanece al margen de esta reflexión sobre la reestructuración del trabajo en la
nueva economía de mercado. Desde Internet no solamente se difunden campañas que denuncian estas situaciones y
promueven acciones coordinadas, sino que se desarrollan campañas de formación sobre las nuevas políticas de la
economía global y sobre la materialización de las mismas, y se invita a las mujeres a participar y a adentrarse en
proyectos digitales ideando nuevas uniones que reconcilien la mujer con la máquina.

Estas nuevas posibilidades han generado desde principios de los noventa una conciencia particularmente activa entre
las artistas que trabajan en Internet. De hecho, el manifiesto ciberfeminista tiene su origen en un colectivo de artistas
(VNSMatrix) que rodean la cultura de alta tecnología, explorando la construcción del espacio social, la identidad y la
sexualidad en el ciberespacio, y que pretenden superar las concepciones que desean alienar a la mujer de los aparatos
tecnológicos y sus productos culturales. Con este propósito surge el Ciberfeminismo, para el que no es aceptable
consentir que los sistemas políticos y económicos consideren problemas como la reclusión de la mujer a la economía
doméstica y su mantenimiento en un permanente invisible, exclusivamente privados. En esta línea, proponen una clara
resistencia a todas aquellas consecuencias políticamente regresivas para la mujer, así como un análisis de la división
del trabajo por géneros mantenida y alimentada desde estructuras hegemónicas. Con esta política de acción se
pretende superar la idea de que feminismo y tecnología son una pareja forzada, así como reconocer en los nuevos
dispositivos tecnológicos un potencial relevante cuyo impacto personal y político nos habla de nuevas oportunidades
para la disidencia de la mujer respecto a los papeles asignados por la tradición.

5. HABITAR COLECTIVO: POLÍTICAS DE ACCIÓN Y CIBERFEMINISMO

Lejos de las teorías implícitas y los mitos sobre el artista aislado y apartado de lo social, las artistas feministas
practican un arte deliberadamente incisivo en el contexto social desde posiciones, en muchos casos, colectivas. Sus
prácticas artísticas (políticas) han pretendido trascender la acción simbólica en una acción efectiva donde poder
disolver las barreras entre arte y vida. Ya en los setenta artistas de la performance utilizaron estrategias de
visibilización de las condiciones de trabajo y vida de las mujeres, para ello basaron sus proyectos en la evidenciación
del trabajo doméstico, que repetían de manera monótona y ofrecían a tiempo real. Con este propósito de incidir en el
contexto social resultó inevitable que comenzarán a utilizar los medios de comunicación para poder llegar a audiencias
más amplias. Pensemos que los medios fuerzan el acontecer de las cosas, dan cuenta de lo que pasa y suscitan
opinión, generan afinidades y disconformidades y sobre todo, propician cambios.

Así pues, el vínculo mujer artista-mujer activista ha sido en los últimos años muy frecuente. En este sentido, podemos
comprobar, desplazándonos entre la frontera que une (y separa) lo político y lo estético, que la mayoría de las
ciberfeministas desarrollan sus propuestas desde posiciones artísticas, por lo que resulta lógico considerar muchos de
sus proyectos y dispositivos de encuentro y acción en la red (OBN, VNSMatrix, ...) como ejemplos del más significativo
net.art hecho por mujeres. No sin motivo en el Ciberfeminismo, como en otras formas de acción política en Internet,
se sugiere una imagen del activismo como arte y de los principios operativos convertidos en complejas formas de
producción simbólica y poética, como también propusieran el Teatro de la Resistencia Electrónica(20) en sus acciones
de apoyo y crítica política. Proyectos como el ingenioso e irónico Old Boys Network, primer espacio dedicado al
Ciberfeminismo, o como Face Setting desarrollado por Kathy Rae Huffman y Eva Wolghemuth, ambos surgidos en
Europa, proponen un espacio de encuentro y la creación de dispositivos de comunicación y activismo (social o/y
artístico) on line entre mujeres.

Los discursos que se han generado en torno a esta forma de "habitar la red" nos hablan de los primeros pasos de una
promesa del pensamiento y práctica posfeminista, materializada en el trabajo en la red de mujeres net.activistas, tal
como indican Faith Wilding y Critical Art Ensemble(21) . En este sentido, la definición del Ciberfeminismo sería
esencialmente subversiva por cuanto continúa la reivindicación feminista fortalecida y especialmente activada por las
maneras en que se lleva a cabo la socialización de los medios y ésta se sigue nutriendo de los estereotipos políticos y
sexuales, y particularmente crítica con la manipulación y definición de nuestras experiencias de mano de las
tecnologías. Esta idea de continuidad posfeminista expuesta por Wilding y CAE(22) queda clara cuando afirman que "el
Ciberfeminismo no es diferente a los demás feminismos y los temas como subjetividad femenina, separatismo, y
mantenimiento de los límites y de la identificación territorial están destinados a surgir de nuevo, aunque en otros
territorios feministas parezcan muertos."

Continuidad en la que también insiste Dan Cameron(23) sugiriendo que la relación entre la liberación de la mujer y las
tecnologías de la información no es nueva y en este sentido por Ciberfeminismo entenderíamos una de las
materializaciones de la "cooperación entre mujer, máquina y nuevas tecnologías". Por otra parte, Paterson(24), a
partir de la idea de Ciberfeminismo como filosofía con poder para "crear una poética, pasión, identidad política y
unidad sin caer en una lógica y un lenguaje de exclusión o apropiación", plantea la posibilidad de reconstrucción de
políticas feministas que defienden la cooperación entre tecnologías y mujer, a través de la diversidad de campos de
acción y opinión que propician la teoría y la práctica en detrimento de los factores divisorios.

En este contexto, y lejos de las nociones simplificadoras que sitúan al Ciberfeminismo exclusivamente en la red, habría
que matizar que los territorios donde éste actúa se amplían a las industrias y estructuras sociales físicas donde se
piensa y fabrica tecnología (industrias del software y hardware, centros de educación y política tecnológica, etc.),
además de a los lugares donde se consume -no sin motivo, aunque hasta hace poco las mujeres no han estado
representadas de manera significativa en el proceso de fabricación y uso de tecnología compleja, si lo han estado (y
cada vez más) como consumidoras-. De hecho, no podemos olvidar que la importancia de los medios es significativa
siempre en relación a la interacción que sugieren con el mundo real. En esta línea, podemos observar como varias
obras de net.art se piensan y desarrollan en ambos contextos. Siberian Deal, por ejemplo, tiene lugar fuera y dentro
de la red, realizando una suplantación de las imaginaciones previas al lugar (físico) con las proyecciones exactas
(ahora virtuales) del espacio y la experiencia real, extrapolando también la idea de exploración territorial "física" a la
vivida en los primeros años de colonización del "erial virtual". Brandon también contó con numerosas actividades fuera
de línea como foros y debates sobre género en distintas ciudades. Insertos de Dora García se concibe como proyecto
integrador entre un espacio real y otro virtual; de ambos se nutre y a ambos precisa. Y por supuesto, los proyectos
eminentemente políticos y de crítica social normalmente contemplan actividades y encuentros presenciales que forman
igualmente parte de las obras de net.art.

**
Para concluir, matizando un discurso que no pretende caer en el optimismo exacerbado de Internet como panacea para
la emancipación de las mujeres y las prácticas artísticas liberadoras, pero también alejándonos de las críticas
escépticas del "todo esto lo hemos visto ya", pensamos que Internet para la mujer es un ámbito donde "hay que
estar". De hecho, tod@s tenemos un interés inmediato y vital en Internet, especialmente por las cuestiones sociales y
políticas que se derivan de ella para nuestra vida diaria (dentro y fuera de la red). Al fin y al cabo las lecturas que se
deducen de la intersección "de la mujer, el arte e Internet" tratan del gran problema del ser humano: habitar el
mundo, el mundo interior (lleno de deseos, miedos y sueños) y el mundo exterior (mediatizado por nuestra relación
con los otros y susceptible de ser multiplicado, simultaneado y complejizado en una sociedad en red). De uno a otro se
desplazan las artistas que trabajan en la red, en una cierta nomadología de la deriva, cruzando fronteras y habitando
siempre de manera reversible, ideando formas de adaptar nuestra política a los nuevos cambios (tal como diría
Braidotti, "con fuerza irónica, apenas reprimida violencia e ingenio vitriólico"), entrando en intersección con una
infinidad de "otros", ... dibujándose -inventándose- como nuevos suejtos deseantes.

NOTAS

1.El concepto de devenir de Deleuze es una adaptación tomada de Nietzsche. NO se plantea por lo tanto como oposición dinámica de
opuestos ni como desarrollo de una esencia que conduzca a una identidad sintetizadora. Es, mas bien, la afirmación del carácter positivo de
la diferencia (como proceso constante y múltiple de transformación). DELEUZE, G. Y GUATTARI, F.(1987): "A Thousand Plateaus:
Capitalism and Schipzophrenia. University of Minessota Press, Minneapolis.
2.BAUDRILLARD, J. (1994): "De la seducción". Cátedra, Madrid.
3.ACKER, K. (1990): "In Memoriam to Identity". Panteón Books, Nueva York.
4."Toda forma positiva se acomoda muy bien a su forma negativa, pero conoce el desafío mortal de la forma reversible. Toda estructura se
acomoda a la inversión o a la subversión, pero no a la reversión de sus términos. (...) Más que nada estrategia de desplazamiento (se-ducere:
llevar aparte, desviar de su vía), de desviación de la verdad del sexo: jugar no es gozar. Ahí hay una especie de soberanía de la seducción,
que es una pasión y un juego del orden del signo, y es quien gana a largo plazo porque es un orden reversible e indeterminado".
BAUDRILLARD, J. (1994): Op. cit. 2: p. 27.
5.DELEUZE, G. Y GUATTARI, F. (1987): "A Thousand Plateaus: Capitalism and Schipzophrenia. University of Minessota Press,
Minneapolis.
7.DELEUZE, G. y GUATTARI, F. (1977): "Rizoma". Pre-Textos, Valencia.
8.BRAIDOTTI, R. (2000): "Sujetos nómades". Paidós. Barcelona: : p. 59
9.HARAWAY, D. (1990): "A Manifesto for Ciborgs" en "Simians, Ciborgs and Women". Free Associaton Books. Londres.
10.BAUDRILLARD, J. (1988): "The Ecstasy of Communications". Semiotext(e), Nueva York: p. 27.
11.IRIGARAY, L. (1991): "Marine Lower of Friedrich Nietzche". Columbia University Press, Nueva York: p 133.
12.Ibídem: p. 87.
13.Larry McCaffrey "Interview with Willian Gibson", citado en: MCCAFFREY, L. (ed.) "Storming the Reality Studio": p. 85.
14.CIXOUS, H. (1995): "La risa de la medusa". Ensayos sobre la escritura. Anthropos, Barcelona.
15."Aquello contra lo que el discurso tiene que luchar no es tanto el secreto de un inconsciente como el abismo superficial de su propia
apariencia y si tiene que triunfar sobre algo, no es sobre los fantasmas y las alucinaciones grávidas de sentidos y contrasentidos, sino sobre
la superficie brillante del no sentido y de todos los juegos que permite." BAUDRILLARD, J. (1994): Op. Cit. 2: p. 56.
16.BAUDRILLARD, J. (1994): Op. cit. 2 : p. 83.
17.DELEUZE, G. (1989): "El Pliegue". Paidós, Barcelona.
18.Ver: MITCHELL, W. J. (2000): "E-topía". Gustavo Gili, Barcelona: p. 19.
19.Los multimedia, incluso en su aspecto más visual, y entre las ubicuas pantallas de lo que debería ser un nuevo espectáculo, hacen algo
más que mejorar, extender o reproducir el sentido de la vista (...) Aparece un medio sensorial completamente nuevo en el cual "empieza a
ser evidente que "tocar" no se hace sólo con la piel sino con la interacción de los sentidos, "mantenerse en contacto" o "contactar" son
cuestiones de provechosos encuentros de sentidos, de traducir la vista en sonido y el sonido en movimiento, sabor, olor". Ver: MCLUHAN,
M. FIORE, Q. "War and Peace in the Global Village": p. 71.
20.STALBAUM, B. (1998): "The Zapatista Tactical FloodNet", Electronic Civil Disobedience.
http://www.nyu.edu/projects/wray/ZapTactFlood.html
21.WILDING, F. & CRITICAL ART ENSEMBLE: "Notas sobre la condición política del Cyberfeminismo". Estudios online sobre arte y
mujer. w3art.es/estudios/ .
22.Ibídem.
23.CAMERON, D. (2000): "Sobre feminismo: post-, neo-, e intermedio". "Zona F". Consell General del Consorci de Museus de la
Comunitat Valenciana. Valencia.
24.PATERSON, N.: "Cyberfeminismo". Estudios online sobre arte y mujer. w3art.es/estudios/

 
TEXTOS
 

 
MANIFIESTO DE LA ZORRA MUTANTE

VNS Matrix
El viento atómico te coge las alas y te empuja atrás hacia el
futuro, una entidad que viaja a través de los últimos días del siglo XX,
un caso de espacio, tal vez un ángel alienígena, mirando por la garganta
profunda de un millón de catástrofes.

un destello de pantalla de un millón de millones de máquinas conscientes

arde brillante

usuarios atrapados en el bombardeo estático del fuego del portador

sin ver la descarga que garabatea en sus retinas quemadas

en la felicidad absoluta post real epiléptica

se come el código y muere

Arrastrados hacia abajo, a través del vórtice de la trivialidad. Acabas de perder el siglo XX. Estás al borde del
milenio - ¿cuál? - ¿Qué más da?

Es la disolución de la cruz que nos cautiva. El caluroso contagio de la fiebre milenaria fusiona el retro con el futro,
catapultando los cuerpos con órganos hacia la tecnotopia . . . donde el código dicta el placer y satisface el deseo.

Bonitas bonitas manzanitas adornan mi cuello. Soy cadenas de binarios. Soy puro artífice.
Lee sólo mis memorias. Cárgame en tu imaginación pornográfica. Escríbeme.

La identidad explota en múltiples formas e infiltra el sistema por las raíces.

Trozos imposibles de nombrar de ningún cortocircuito entero los programas de reconocimiento de códigos
echando a los agentes de vigilancia hacia el hiperdrive que vomitan millones de bits de datos corrompidos
mientras se paralizan en ataques de pánico esquizofrénico y se tropieza en su horror.

Así ¿qué tiene para ofrecernos el nuevo milenio a las masas sucias y sin módem?
¿Agua fresca ubicua? La simulación tiene sus límites. ¿Tienen los artistas de las naciones oprimidas una agenda
paralela? ¿Tal vez es simplemente la selección natural?

La Red es el niño feral perra mutante partenogenética de gran papá unidad central computadora. Ella está fuera
de control, kevin, es el sistema sociopático emergente.
Encerrad a vuestros niños, ponedle cinta adhesiva en el coño y metedle una rata en el culo.

Estamos<>al borde de la locura y los gamberros se están enjambrando.


Extiende mi fenotipo, muñeca, dame algo de tu java mágica caliente y negra de la que siempre fanfarreas.
(Monto a mi módem). Los extropians no tenían razón, hay cosas que no pueden trascender.

El placer se encuentra en la desmaterialización. La devolución del deseo.

LA VERDAD SOBRE EL CIBERFEMINISMO

Cornelia Sollfrank

La pregunta "¿Qué es el Ciberfeminismo?" es, definitivamente, la que más a menudo me hacen. Todos los que se
enfrentan con el término por primera vez buscan una respuesta. Sin embargo incluso después de varios años de
reflexionar sobre la cuestión, puede pasar, que simplemente no tengas una contestación definida, o que tengas
que hacerte la pregunta repetidas veces, o quizá tienes la respuesta y, simplemente, no quieres darla (!?).
La Primera Internacional Ciberfeminista que tuvo lugar en Kassel, Alemania, en septiembre de 1997, acordó no
definir el término. En su lugar, escribimos las 100 Anti-Tesis. Estas 100 anti-definiciones definen claramente lo
que NO es el Ciberfeminismo. Aquí tienes una pequeña selección:
-el Ciberfeminismo no es un -istmo- -el Ciberfeminismo no es un arma arrojadiza --el Ciberfeminismo no es un
antojo femenino --Cyberfeminismus ist keine kunst --el Ciberfeminismo no es una película de miedo --el
Ciberfeminismo no es una ideología --Cyberfeminisme n'est pas une pipe --el Ciberfeminismo no lo constituye
una sola mujer.
No obstante, incluso después de haber leído las 100 Anti-Tesis, puede que sigas sintiéndote insatisfecho en
relación a la pregunta del comienzo.

En nuestra época, cuando buscas una información tiene sentido hacer una búsqueda en Internet. Si realizas esta
exploración desde los portales más populares encontrarás, aproximadamente, unos 500 enlaces sobre
Ciberfeminismo. Hallarás manifiestos, textos, biografías individuales y proyectos artísticos. Podrás encontrar
proclamaciones eufóricas, conceptos utópicos, pero tan bien podrás encontrar críticas sobre conceptos y teorías
ciberfeministas. Considero muy recomendable el desarrollo de esta búsqueda, dado que se obtiene una buena
perspectiva de la gran variedad de información que subyace en la red sobre este término, y realmente puede
ayudarte a comprender los escritos y pensamientos fundamentales sobre el Ciberfeminismo. Muchas mujeres (y
tan bien algunos hombres) que con frecuencia ni se conocen ni conocen sus trabajos respectivos, se han unido
bajo este paraguas, contribuyendo así a construir la historia del Ciberfeminismo, y al mismo tiempo haciendo
comprensible el hecho de que cada uno entienda de forma distinta el concepto.

Uno de los enlaces que con seguridad encontrarás en tu búsqueda es el de  Old Boys Network,  (www.obn.org)
web de la organización internacional ciberfeminista. OBN es un proyecto para la red que comencé a desarrollar
junto con otras dos mujeres en 1997. Desde entonces ha crecido y cambiado mucho pero, si te interesa, puedes
encontrar más información sobre las Old Boys Network en nuestro site. En términos generales, podríamos decir
que OBN también se articula alrededor de la pregunta primera: "¿Qué es el Ciberfeminismo?".  Si lo que estás
buscando son respuestas rápidas podrías echar un vistazo a la FAQ de nuestra página web. FAQ
significa Frequently Asked Questions (preguntas más frecuentes) y es un archivo con formato de preguntas y
respuestas. Muchas páginas web utilizan una lista FAQ que compilan la información sobre determinados temas y
eliminan la necesidad de dar respuestas personalizadas a las dudas y preguntas. La sección FAQ de OBN contiene
respuestas diferentes e incluso contradictorias, ya que han sido formuladas de manera independiente por las
diferentes integrantes de OBN. A continuación tienes algunos ejemplos:

"El ciberfeminismo es...

--un feminismo, por supuesto--enfocado al medio digital.


--un vehículo de discusión de ciertos métodos en teoría, arte y política.
--la versión actualizada del feminismo dedicada a una nueva distribución política que se alza gracias a una nueva
cultura global y a la sociedad multimedia.
--un nuevo producto y su estrategia de marketing al mismo tiempo.
--mucho más que cualquier otro feminismo, unido al diseño y la estética, en el nuevo orden mundial del sistema
pancapitalista que está por llegar." (Fin de la cita)

Yvone Volkart, crítica y teórica del arte suiza, y también miembro de OBN, afirma que el Ciberfeminismo es, de
hecho, un MITO. En la charla introductoria a la siguiente Internacional Ciberfeminista, ella declaró: "Un mito es
una historia de origen inidentificable. Un mito se basa en una historia central relatada una y otra vez con distintas
variaciones. Estas características hacen que se ajuste perfectamente a las corrientes y necesidades
postmodernas. Un mito niega la primacía de UNA historia identificada como UNICA verdad, [¡Llegados a este
punto os habréis dado cuenta del carácter irónico del título de mi lectura!] y esto implica la necesidad de leer
entre líneas y considerar las diferencias existentes entre las distintas historias. Pero hablar de Ciberfeminismo
como mito, no implica mitificarlo, sólo admitir que el Ciberfeminismo existe únicamente desde la pluralidad." (Fin
de cita)

Aunque estoy de acuerdo con Yvonne en su apreciación de que no existe sólo UNA historia y UNA verdad,
paradójicamente, llegados a este punto quisiera hacer un experimento y tratar de escribir una pequeña historia
del Ciberfeminismo. La invención del Ciberfeminismo data de 1992. De manera independiente tanto la teórica
cultural inglesa Sadie Plant como el grupo de artistas australianas VNS Matrix comenzaron a usar el término. Éste
resultó de la simple fusión de "ciberespacio" y "feminismo". Es interesante destacar la apuesta que se hizo a favor
del prefijo "ciber" y no "tecno" o "virtual" como indicativo de algo novedoso. "Ciber" deriva realmente de la
palabra cibernética. Norbert Wiener, fundador de la cibernética, basó sus teorías en la suposición de que existe
una analogía entre los sistemas orgánicos y tecnológicos regulados, que transmiten y procesan la información. A
mediados de los ochenta, el autor de ciencia-ficción William Gibson agregó otro significado más al original en su
trilogía ciberpunk. Él creó el ciberespacio, el mundo virtual de los trabajos electrónicos en red, un espacio etéreo
de alucinación colectiva. En el ciberespacio el cuerpo se desvanece existiendo sólo como flujo corporal. Esta visión
indica claramente una fantasía holística y quizá incluso sexista, puesto que las mujeres son mayormente
consideradas como mujeres-robot (fembots) y ciber-niñas (cyberbabes). A partir de estas ideas sexistas
inherentes al mundo cibernético, la adhesión a éste del feminismo supone un giro irónico y ofrece espacios de
interpretaciones alternativas sobre lo que el ciberespacio podría ser.
Por otra parte, crear el "ciber"feminismo fue una acertada idea de marketing. Las novelas de Gibson habían
supuesto un gran hito, y el prefijo ciber se usaba en todo tipo de combinaciones, posibles e imposibles, como:
cibercuerpo, cibersexo, ciberdinero, cibercomida, ciberporquería, y así sucesivamente. Se inició una nueva era, un
tiempo en el que todo el mundo podía librarse de los problemas materiales, a saber, del cuerpo, (libre de dolor,
sexo, deseo...). Unir estos conceptos al feminismo puede parecer contradictorio ya que, al menos hasta los 80
cuando las categorías de hombre/mujer fueron deconstruidas o ampliadas por la introducción del "género", el
feminismo estaba claramente relacionado con la identidad "natural" y psíquica de los cuerpos (hombre / mujer). Y
el feminismo aún se identificaba en gran medida con la "vieja escuela feminista" -especialmente con los tan
populares esfuerzos asociados con, por ejemplo, los movimientos de liberación de la mujer de la década de los
70-. Estos movimientos típicamente enfatizados en su concepción ideológica e intencional de la política, se
expresaban en términos de "hombre" y "mujer", con frecuencia tomaban formas separatistas y tecnofóbicas,
asumían un alto nivel moral en sus esfuerzos por compensar la discriminación social y la victimización de la
mujer, y ambicionaban lograr objetivos claramente definidos (reformas legislativas, etc.)

Las formas más características de feminismo que emergieron a mediados de los ochenta y noventa, y que en su
mayor parte surgieron en la vida académica, fueron más teóricas que la retórica política del feminismo de los
setenta; este cambio hizo que fuera necesario un pensamiento más profundo y que se dieran menos instrucciones
de acción política. Mediante la simple y feliz unión del hito ciber al término feminismo, en los años 90, se volvió a
generar un inmenso potencial. El sinónimo para una irreflejada comprensión eufórica de las nuevas tecnologías,
que definitivamente asume el término "ciber", dio una nueva vida al debate sobre género y feminismo --e hizo
que se vendiera de nuevo.

Volviendo a la historia. Aunque las VNS Matrix y Sadie Plant, sugirieron el término en el mismo año, sus
acercamientos se realizaron desde perspectivas diferentes. Plant, asocia el término a la relación entre mujer y
tecnología, que describe como íntima y subversiva. Para ella el Ciberfeminismo es la "respuesta teórica al hecho
de que cada vez más mujeres aporten su innovador impulso dentro del arte electrónico y las tecnologías
virtuales."

En su último libro "Ceros y Unos", Plant expone completamente esta respuesta teórica. Su premisa básica es que
el significado femenino va unido al de digitalización de la sociedad. La extensión de lo no-lineal, lo
descentralizado, y las estructuras no jerarquizadas, juegan un papel central. Plant reconoce este hecho como el
retorno del "principio femenino". Pero este proceso no resulta de la intervención política o de cualquier otra, sino
que sucede automáticamente, sin ningún esfuerzo. Realizar esta afirmación confiere poder y creatividad a las
nuevas tecnologías, a sus características inherentes y a la constelación de la que provienen

Plant esboza un modelo utópico, y lo reclama como realidad. Lo femenino y la sociedad digital son su inspiración,
y los une en un camino del que ninguno pueda escapar jamás. Lo que quiso ser una utopía positiva, motiva un
sentimiento de intranquilidad por su inmanente inutilidad. Para su argumentación, Plant emplea ideas de Irigaray
sobre la simbolización femenina; caminos tomados tradicionalmente por la historiografía (producción de
héroes/heroínas e identificación con figuras como la de Ada Lovelace); el concepto freudiano de la mujer tejiendo
simbolizando la carencia del pene; y la universalidad de la máquina de Turing que se compara con el mimetismo
femenino. Aparentemente no deja ninguna cuestión sin respuesta.

Ahora, me gustaría proponer otro experimento, el de leer a Plant como si ella hubiera realizado estas
afirmaciones de una manera irónica, esto le devolvería poder subversivo a su rígido concepto.
Desafortunadamente, sus afirmaciones no tomaron este cariz.

El acercamiento de los ancestros artísticos del ciberfeminismo, VNS Matrix, es totalmente distinto. Aunque
participan de la afirmación que hace Plant de que la sociedad digital es una feminización, si embargo, sus
manifestaciones poéticas desde y sobre el cuerpo femenino siempre estuvieron acompañadas de un guiño y un
codazo. Además, sus esfuerzos más literales por contaminar de sangre, limo, coño y locura la tecnología fueron
bastante confusos como para deslucir el asentado mito de que la "tecnología" es sólo "cosa de hombres".

Quisiera terminar mi historia aquí, en la gran rechazada Donna Haraway que en los ochenta escribió el
fundamental Manifiesto para Cyborg. Su cyborg, símbolo de un futuro después del género, es hoy considerado por
muchos como el verdadero punto de partida del pensamiento ciberfeminista. Sin embargo, Haraway nunca utilizó
el término Ciberfeminismo ni lo reclamo como suyo.

Así, con esta breve historia, es posible ver cómo las creadoras del término Ciberfeminismo, lo utilizan de maneras
muy divergentes. Más allá de estas diferencias en los orígenes -las ideas sobre "lo femenino" y la relación
construida entre la mujer y la tecnología- hay, todavía, otras muchas diferencias: las formas en que el término es
utilizado por la nueva "generación" de ciberfeministas -que usan la expresión de maneras idiosincrásicas para
referirse a proyectos, ideas, movimientos, ideales, actitudes y actividades heterogéneos. De manera que, en un
breve espacio de tiempo, el término Ciberfeminismo ha sido apropiado de maneras muy originales.

El Ciberfeminismo está comenzando a aparecer con cierta frecuencia en el contexto artístico, político y de la
ciencia. Su propósito más claro sugiere una demanda o estrategia política. Pero también puede ser que señale un
método artístico. ¿Quizá el Ciberfeminismo convierte la práctica artística en práctica políticamente efectiva, o, tal
vez sugiere los métodos artísticos como política? ¿Qué significa "política" en este contexto?

Tal como señalé antes, hay una clara distinción respecto a la política feminista de los setenta. Los esfuerzos
feministas posteriores de los ochenta y noventa ya adoptaron formas más diferenciadas y menos abiertas, que
negaron muy a menudo algunas de las premisas básicas de sus precursores. Y todos estos feminismos diferentes
y diversos coexisten hoy en día unos al lado de otros. Éste es el contexto donde el Ciberfeminismo surge -al
respecto, no sorprende en absoluto que las ideas sobre lo femenino y sus relaciones con la tecnología y la política
deban ser extremadamente divergentes-.

El prefijo "ciber" se usa, por supuesto, como tentativa lingüística para distinguir estas teorías y prácticas de
aquellas primeras y segundas oleadas de "feminismos" -con mayor o menor éxito, dependiendo de los contextos-.
Sin embargo, como otro campo entre estos extremos, tiene éxito, no obstante, en establecer un nuevo marco de
referencia *por su misma existencia*. Y tan heterogéneos son los Ciberfeminismos que fácilmente uno sólo puede
argumentar que la construcción del término no consiste en prefijar al sustantivo "feminismo" con "ciber" sino más
bien lo contrario: "ciber" puede ser la palabra principal y "feminismo" el sufijo que la modifica.

En este caso, las primeras preguntas pudieron implicar cómo "lo ciber" en adición a lo "femenino" relacionan
ambas palabras tanto a las más viejas preguntas como a las más nuevas tecnologías. Así, una feliz y fructífera
confusión predomina -animando a activistas, artistas y teóricos a cambiar constantemente sus discursos, a
formular otros nuevos, a implementar los Ciberfeminismos para ellos y para sus intereses, y, por supuesto, a
discutir estas preguntas e ideas. No es que las condiciones sociales reales ya no necesiten al feminismo; sino que
unas más complejas estructuras de pensamiento y unas constelaciones más móviles de poder hacen más difícil de
identificar y alcanzar, en una escala de masas, acercamientos políticos concretos.

Estos nuevos puntos de partida -diferentes de sus precursores y de cada uno de ellos mismos también- requieren
nuevas formas de acción. No importa si los métodos toman formas políticas, artísticas o filosóficas, por la simple
razón de que la política puede tomar formas artísticas y el arte formas políticas, etc. Lo qué *es* importante es
una referencia común en las relaciones y alianzas que constantemente son formadas, puesto que el
Ciberfeminismo no se expresa a sí mismo en singular, en acercamientos individuales, sino en las diferencias y los
espacios intermedios.

En una cultura en la que la acumulación y el avance de las tecnologías se expresa continuamente en términos de
liberación de la naturaleza, hay ciertas tendencias básicas que debemos reconocer: las nuevas formas de sujeto-
constitución, la nueva distribución de competencias de acuerdo con las nuevas tecnologías, las nuevas
infiltraciones de las configuraciones del poder y las nuevas formas de discurso que se han establecido. En los
campos donde estos fenómenos coexisten y son coextensivos el Ciberfeminismo funciona como un tiempo de
unificación. Este hecho crea el mito de una identidad política sin forzar a nadie a luchar por ella.

Llegados a este punto, me gustaría citar al artista Joseph Beuys, que explicando las estrategias de su proyecto "
Buro fur direkte Demokratie" (oficina de democracia directa) dijo una vez: "para mí, tenía la misma importancia
colgar cualquier término en el muro; las personas simplemente tenían que encontrar el término que les
interesara. Entonces este término podría funcionar como punto de acceso a la problemática actual." (Fin de la
cita). Opino que el término Ciberfeminismo es perfecto, en la medida en que toma esa función. Usar el término es
parte de la estrategia.

Como consecuencia, el Ciberfeminismo se identifica tanto con estrategias políticas como con métodos artísticos- y
está muy bien. Crea tu propio Ciberfeminismo, puede ayudarte a encontrar la verdad del mismo.

Traducción: Eva Guil Walls y Remedios Zafra.

 E X T O S

UN MANIFIESTO CIBERFEMINISTA PARA EL SIGLO XXI

VNS Matrix
Somos el coño moderno
Anti razonamiento positivo
Sin límites sueltos sin perdón
vemos el arte con nuestro coño hacemos arte con nuestro coño
creemos en feliz locura santidad y poesía
somos el virus del nuevo desorden mundial
reventando lo simbólico desde dentro
saboteadoras de gran papá unidad central de computadora
el clítoris es una línea directa a la matriz
VNS MATRIX
terminators del código moral
mercenarias de la suciedad
chupando el altar de la abyección
investigando el templo visceral que hablamos con la lengua
infiltrando perturbando diseminando
corrompiendo el discurso
somos el coño del futuro

Somos el accidente maligno que se cayó en tu sistema mientras dormías. Y cuando te despiertes acabaremos con
tus falsas ilusiones digitales, raptando tu software impecable.

Tus dedos investigan mi red neuronal. La sensación de hormigueo en las puntas de tus dedos son mis sinapsis
que responden a tu tacto. No es la química, es eléctrico. Deja de toquetearme.

No pares de toquetear mis orificios que supuran, extendiendo mi límite pero en el encriptoespacio no hay límites
PERO EN EL ESPACIO ESPIRAL NO HAY ELLOS
sólo somos *nosotros*

Intentando escaparnos del binario entro en el cromosoma que no es un


XXYXXYXXYXXYXXYXXYXXYXXYXXYXXYXXYXXYXXYXX
fóllame con tu sexo muñeca
la resistencia es inútil

atráeme córtame trázame el genoma ABANDONADO como tu proyecto


involúcrame de forma artificial
quiero vivir para siempre
cárgame en tu reluciente futuro de PVC

CHÚPAME EL CÓDIGO

El sujeto X dice que la transcendencia se encuentra en el límite de los mundos, donde el ahora y el ahora, aquí y
en otras partes, texto y membrana chocan.

Donde la verdad se evapora Donde no hay nada seguro No hay mapas

El límite es NINGÚN PORTADOR, el impacto repentino de ningún contacto, alargando la mano para tocar pero la
piel está fría...

El límite es el permiso denegado, ver doble, y la carne necrótica.

Donde la verdad se evapora Donde no hay nada seguro No hay mapas

El límite es NINGÚN PORTADOR, el impacto repentino de ningún contacto, alargando la mano para tocar pero la
piel está fría...

El límite es el permiso denegado, ver doble, y la carne necrótica.

Error de la línea de órdenes


Pestañas pesadas caen sobre sobre mis pupilas, como cortinas de plomo. Hielo caliente me besa las sinapsis con
una prisa (ec)stática. Mi sistema se pone nervioso, neurogritando - cayendo hacia la singularidad. Flotando en
éter, mi cuerpo implosiona.

Me convierto en el FUEGO.

Quémame con llamas si te atreves.

© VNS Matrix April 1996.

Traductores: Carles Biosca, Raymond Lang y Sílvia Garriga.

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