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EL “NACIMIENTO” DEL ZOMBI

La interpretación de la muerte puede contemplarse desde


las múltiples intuiciones que nos ofrece el pensamiento, en
este sentido la metáfora es esencial para construir un
modelo en la relación vida y muerte y el zombi (Del
gabonés nzambi “espíritu de un muerto o el Congolés
zumbi “Resucitado”) vendría a ser una de sus más
representativas. El zombi, un fenómeno relativamente
nuevo en la industria del cine, la literatura y los
videojuegos, viene a apoderarse del imaginario colectivo
como una distopía del desarrollo humano que causa
desastres.

El vudú, una de las religiones más antiguas del mundo. Originaria de África aún se
practica por etnias de ese continente y en Haití donde se fusionó con el cristianismo. Su
fuerte componente mágico está estrechamente ligado con la magia blanca y negra, esta
última responsable del zombi o “muerto viviente”.

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El fenómeno del zombi o “muerto vivo” tiene sus orígenes
en el concepto de la inmortalidad de antiguas religiones y
mitologías. No obstante, el primero en mencionarlo como
hoy se conoce fue el aventurero y escritor francés Pierre
Corneile Blessebois autor de la novela autobiográfica “El
zombi del Gran Perú” que habla acerca de su elaborado
engaño para crear a un muerto viviente. En los relatos de
las antiguas civilizaciones es posible hallar leyendas y
mitos que hablan de dioses y mortales capaces de volver
los muertos a la vida.

Bastante misterioso fue el


escritor francés Pierre
Corneile Blessebois (1646 –
1700) quien pasó gran parte
de su vida en varias prisiones
de Francia, incluso algunos
estudiosos ponen en
entredicho su existencia. Se
cuenta que Pierre Corneile
Habiéndose vendido de colono
en la isla de Guadalupe, se
hizo pasar por un brujo cuyos
poderes le darían la facultad
de crear un Zombi y así urdir
un engaño en favor de la
condesa de Cocagne.

Si bien el fenómeno del “muerto vivo” podría tener su


origen en los albores de la humanidad misma, el zombi
nace en Haití con el vudú, culto que venera a los espíritus
mediante un conjunto de ritos ancestrales y católicos.
Según algunos estudiosos este ser sobrenatural nace como
respuesta al temor que tiene los africanos hacia la
esclavitud. Los hechiceros vudú houngans y bokores
tendrían el poder de resucitar a un muerto por medio de la
invocación de la serpiente Damballa, relacionada con
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Nzambi Mpungu divinidad creadora de la vida. Según la
tradición una vez resucitado, el zombi estaría sometido
bajo la voluntad del hechicero indefinidamente.

Damballa, el principio masculino, es una divinidad africana representada como una


serpiente de gran sabiduría, capaz de devolver a la vida a los muertos. Los Houngan y
las Sambo son sacerdotes y sacerdotisas oficiales del vudú, suelen tener parroquias y
celebrar misas dentro de esa religión en Haití. Los bokores están más ligados a la
hechicería y la magia negra.

La escritora y folklorista norteamericana Zora Neale


Hurston narra las costumbres en Haití de donde menciona
el extraño caso de Felicia Félix Mentor quien fuera
enterrada tras su muerte en 1907, algunos conocidos
aseguran verla treinta años después convertida en zombi.
Según el estudio de Hurston estas personas no habrían
sido revividas por un hechicero sino que se trataban de
sujetos sometidos a sustancias psicotrópicas para doblegar
su voluntad.
En 1985 la película “La Serpiente y el Arcoíris” del
director Wes Craven cuyo argumento se inspiró en el
libro “El Enigma Zombi” del etnobotánico canadiense
Wade Davis, trajo de vuelta el misterio del zombi haitiano
cuando el investigador menciona el proceso de
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“zombificación” como el resultado de usar toxinas y
sustancias psicoactivas inducidas, teniendo como principal
componente la tetrodotoxina presente en el pez globo, una
sustancia sumamente letal que en dosis pequeñas puede
causar catalepsia o falso estado de muerte. Cuando la
persona dada por muerta ha sido enterrada, el hechicero
exhuma el cuerpo para reanimarlo y así doblegar su
voluntad mediante algunas sustancias psicoactivas como
ellas el extracto del estramonio (Datura Stramonium)
planta conocida en la isla como “pepino zombi”.

Se creía que la tetrodotoxina era exclusiva del pez globo pero hoy se ha encontrado en
varios tipos de bacterias y anfibios marinos. En la tercera etapa de su intoxicación
ocurre la parálisis del cuerpo, en donde la persona sigue teniendo consciencia,
mientras aparenta estar muerta. Los alcaloides del Estramonio (A la derecha) se han
usado para cometer delitos ya que ocasiona la parálisis involuntaria del cuerpo.

Si bien en la actualidad el zombi es considerado como un


organismo (Humano o animal) que vive de un estado
irracional e instintivo, en sus inicios el zombi representó la
resucitación de un muerto por parte de un hechicero al que
se le atribuye el poder de devolver la vida, un concepto del
cristianismo inmanente dentro del culto vudú. En la
antigua Grecia para explicar el origen de algunos
organismos particularmente de moscas y larvas que nacían
de las frutas, el filósofo Aristóteles planteó la idea más
controversial de la historia científica, la generación

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espontánea o virtud que tienen ciertos organismos para
generarse de materia sin vida. Mediante los experimentos
de Francesco Redi, Lazzaro Spallanzani y
posteriormente el químico Luis Pasteur hoy en día se
sabe que ningún organismo surge de la materia inerte, de
la misma manera que es imposible devolver la vida tal y
como lo pretende el vudú.

La teoría de la generación Espontánea, igual que un muerto viviente rondó a la


ciencia durante muchos siglos. Para refutarla Francesco Redi (1626 - 1697) Colocó
carne en 3 frascos, uno descubierto y los otros dos cubiertos y al volver días después,
notó que en el primero habían crecido larvas mientras que en los otros no, llegando a
la conclusión de que las moscas solo podían nacer si se depositaban sus huevos en la
carne. Lazzaro Spallanzani (1729-1799) refutó el experimento de John Turbeville
quien al hervir carne y sellarla creyó demostrar que los microorganismos nacientes se
generaban de la carne muerta. A mediados del siglo xix Louis Pasteur, inspirado en el
experimento de Spallanzani, utilizó matraces de cuello de cisne que evitaban la entrada
del aire en el caldo hervido y por consiguiente los microorganismos. Al cortar después
uno de los cuellos de los recipientes el caldo se infectó demostrando así que los
microbios no se generaban de la materia inerte de forma espontánea.

Gracias a los avances médicos actuales las funciones


vitales del corazón y la respiración pueden mantenerse por
medios artificiales, no obstante después de la muerte
somática es imposible la vida. Actualmente se plantea la
idea de congelar o criogenizar un organismo entero para
su futura reanimación aunque muchos apuntan que este no
podrá revivirse. La muerte cerebral implicaría en primera
estancia el fallecimiento somático del individuo, no

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obstante una persona puede mantener sus funciones
inferiores como las de respirar, sin ejercer las actividades
de las funciones superiores como las motoras, al respecto
existe un gran debate ético de cómo determinar realmente
la muerte de un ser humano. El coma es en la mayoría de
casos reversible, el paciente puede recuperarse
eventualmente. La idea del zombi actual surge más de
estas circunstancias pues es posible que el sujeto
“infectado” puede mantener sus funciones vitales más sin
embargo vivir en una especie de coma que le impide
relacionarse con el mundo exterior.

Desde el punto de vista físico es imposible que una persona muerta pueda revivir ya
que el daño celular causado en el cerebro al no recibir oxígeno tiene como
consecuencia la muerte somática o el cese irreversible de todos los órganos del cuerpo.
Según el laboratorio ruso de criogenia KrioRus, el proceso de vitrificación que consiste
en convertir los órganos en gel en vez de cristal, es un gran avance científico aunque
actualmente resulta imposible revivir a una persona congelada. (Foto: Tanques de
Criogenia en los Laboratorios Alcor Life Extension, Arizona)

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EL ZOMBI Y LA VIEJA OBSESIÓN POR LA
INMORTALIDAD

Para entender la importancia que tiene el fenómeno zombi


en la cultura contemporánea es necesario indagar acerca
de sus orígenes que vienen de la mitología y las religiones
antiguas, más exactamente del concepto de inmortalidad
presente en abundantes representaciones en todas las
culturas. La inmortalidad del ser tiene sus bases en la
concepción de dolor y sufrimiento, en especial ante el
fenómeno de la muerte que llevaría al hombre primitivo a
pensar que su existencia no podía limitarse más que a la
vida misma. Esta idea evolucionaría mediante los sueños y
la alteración de la mente inducida por trastornos
psicológicos o el uso de sustancias psicotrópicas dando
como resultado el nacimiento del alma impalpable e
inmortal. Para darle un lugar al alma, el humano primitivo
tuvo que suponer la existencia de otras dimensiones que
no solo sería su lugar final de residencia sino también la
morada de las fuerzas gestoras del universo a las que
después identificarían como dioses. Para explicar los
fenómenos de la naturaleza a cada de estas fuerzas
creadoras se le asignaría un atributo animal o tótem hasta
evolucionar, conforme al hombre se iba conociendo, a
características esencialmente humanas. A medida que
estos conceptos se hacían más complejos, el hombre llega
a concluir que la muerte del cuerpo es lo que lo separa de
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la divinidad, son entonces los dioses dadores de vida los
únicos en gozar del atributo de ser inmortales.
La pena por la muerte y la necesidad de vida eterna puede
distinguirse claramente en el “Poema de Gilgamesh”, obra
sumeria escrita dos mil años antes de Cristo, que narra las
hazañas de Gilgamesh, rey despótico de Uruk que tras
haber perdido a su único amigo otrora rival Enkidu, va en
la fútil búsqueda del secreto de la inmortalidad. La
mitología es abundante al respecto de esa pugna del
hombre por hallar la vida eterna, citamos la tradición
griega de Asclepio, hijo de Apolo y la mortal Corónide,
cuando el dios supo de la infidelidad de su esposa, dándole
muerte entrega su pequeño a Quirón para confiarle su
enseñanza. El centauro instruye a Asclepio en la medicina
llegando este a ser tan bueno en su oficio que logró
resucitar a los muertos. Tales facultades hicieron temer al
dios Hades que esto afectara el equilibrio de su morada y
entonces a su petición, Asclepio moriría por un rayo
lanzado desde el Olimpo por Zeus. En Irlanda la tradición
teje el relato de Diancech, dios de la medicina capaz de
abrir la “fuente de la salud” en la que mezclando
numerosas yerbas podía devolver la vida a los guerreros
muertos en la batalla de Mag Tured, lo que nos recuerda a
la Valquirias, deidades femeninas que elegían a los
guerreros más valerosos caídos en batalla para llevarlos al
Walhalla donde resucitados se unirían al ejército de Odín
para luchar en el Ragnarök o batalla del fin del mundo.
los dioses también pueden sucumbir ante la mortalidad en
las pugnas que libran con sus semejantes, en la mitología
egipcia, el dios Seth dio muerte a su hermano Osiris quien
era entonces el faraón al que luego despedazaría
repartiendo sus miembros por todo Egipto. Las esposas de
Osiris, Isis y Neftis fueron en búsqueda de sus partes y
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una vez reunidas tuvieron que juntarlas con largos trozos
de lino para devolverle la vida mediante ciertos ritos. Una
vez resucitado Osiris se convirtió en el dios de los
muertos.

Considerada la obra épica más antigua que se conoce “El Poema de Gilgamesh”
narra la frustrada epopeya de este antiguo rey sumerio al que una serpiente le arrebató
la planta que otorga la inmortalidad. Asclepio es famoso por haberle devuelto a la vida
al hijo del héroe griego Teseo, Hipólito. Diancech, Dios de la mitología celta tendría el
poder de devolver la vida a través del uso de plantas medicinales.

Como podemos ver en estos ejemplos, la necesidad de ser


inmortales es algo que ha obsesionado al hombre de
tiempos inmemoriales, prueba de ello son las diversas
prácticas a las que a lo largo de su historia el hombre ha
recurrido para procurarse ese lugar en la eternidad. La
momificación. La momificación es una de las prácticas
más antiguas de la historia, sin duda alguna tuvo que
inspirar varias de las características del zombi actual. Si
bien la momificación ha estado presente en gran número
de culturas, es en Egipto donde cabe mejor explicar el
significado de este ritual. Según los antiguos egipcios todo
ser está compuesto por tres partes que al morir se separa.
La primera de estas es el cuerpo físico. La segunda el Ka
otrora réplica del cuerpo o alma que representa al ser en
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estado espiritual y finalmente el Ba que es el conjunto de
cualidades divinas que conforman la personalidad del ser.
En el momento de la muerte física el Ka y el Ba se
desprenden del cuerpo pero cuando juntas lo reconocen
nuevamente en su integridad, es decir momificado volvían
a reunirse para conformar al Akh, principio de la vida
eterna. Serían estos conceptos los que darían más tarde a
través de los estudios de los griegos clásicos, el concepto
cristiano de alma y espíritu. En la antigua china existe un
principio similar al creerse que cada persona posee en
principio un alma dual, el P’ai o P’o, la esencia material
que habita el cuerpo en el estado fetal que según la
tradición de ser muy fuerte podría preservar el cuerpo
físico, el Hun es considerado superior al P’o y este
sobreviviría a diferencia del otro. Aunque los chinos no
realizaran el acto de momificación como los egipcios la
ceremonia funeral era esencial para evitar que el Hun
vagara en la tierra en forma de fantasma.

Según las creencias en el antiguo Egipto, para lograr la inmortalidad es necesario


conservar el cuerpo en buen estado y así mantener unidos el espíritu y la divinidad.

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El taoísmo chino pretende la inmortalidad del cuerpo por
medio del uso de la magia y los elixires, es así como sus
divinidades conocidas como los ocho inmortales se
hicieron a la vida eterna luego de ser humanos. El
concepto de inmortalidad del alma, e expensas de la
inminente corrupción del cuerpo vendría a dividirse en tres
fenómenos metafísicos ampliamente aceptados tanto en
religión como en filosofía. La transmigración,
propiamente de la india es la creencia del paso del alma a
otros estados de existencia, similar a la metempsicosis
pitagórica que se aplica a diversas mutaciones póstumas,
no obstante de ciertos elementos de la psiquis humana. Del
budismo y también hinduismo el concepto evolucionaria a
la reencarnación que es el paso del ser a un mismo
estado, en base a esto el cristianismo considerando los
milagros de Jesús de Nazaret en los que devolvió la vida
a muchas personas y la existencia del alma y sus virtudes
afirmaría la posibilidad de resurgir en un cuerpo nuevo y
perfecto, prácticamente incorruptible siempre y cuando el
alma hiciera méritos, a esto se le llamaría resurrección,
concepto opuesto a las doctrinas gnósticas y maniqueistas
que veían al cuerpo físico como la manifestación del
Demiurgo, entidad corrupta creadora del universo
material opuesto al espiritual. Estas doctrinas llevarían al
cristianismo ortodoxo del siglo III D.C a la persecución
encarnizada de gnósticos y maniqueistas de la época, la
antesala de lo que sería la inquisición nueve siglos
después. No está de más afirmar que el concepto de ver el
cuerpo físico encarnado el mal de los antiguos gnósticos
haya desatado la sangrienta persecución a la herejía y su
relación con el fenómeno del “muerto vivo” al entender
que los condenados eran sometidos a la voluntad de una
figura o congregación a terribles torturas y vejámenes,

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muchas veces con el objeto de realizar una falsa confesión
y posteriormente su adoctrinamiento coercitivo.
El concepto de la inmortalidad hasta el momento estaba
relegado a las religiones y la filosofía, no sería hasta el
nacimiento de la alquimia en la edad media que se
especularía de la denominada “Piedra Filosofal”, sustancia
capaz de transformar cualquier metal en oro y asimismo
tal como lo afirmara el científico y filósofo Roger Bacon,
de ser disuelta en agua conformaría el elixir de la vida
eterna. De esta forma la inmortalidad comenzaba a ser
concebida no como algo estrictamente inherente a las
doctrinas y el pensamiento filosófico y es posible
conseguirse alterando las propiedades que rigen la
naturaleza. También en la edad media las leyendas
Artúricas que hablaban del Santo Grial, el cáliz de la
alianza donde Jesucristo bebió en la última cena,
reforzaría la idea de hallar la vida eterna por medios
distintos a los establecidos por filósofos y eclesiásticos. El
santo Grial donde supuestamente el rico comerciante judío
José de Arimatea habría recogido la sangre de
Jesucristo, fuente de vida eterna, ayudaría a crear el
personaje que finalmente encarnó el deseo del hombre por
lograr la inmortalidad: el vampiro.

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Básicamente los alquimistas europeos del siglo XVIII se obsesionaban con hallar la
piedra filosofal, una sustancia que además de trasmutar el plomo en oro tendría el
poder de dar la inmortalidad al que bebiera su elixir, esta idea se emparenta con el
Santo Grial de las leyendas caballerescas, el cual convertiría en el jugo de la
inmortalidad a cualquier sustancia contenida en el mismo.

El vampiro o la desdicha de alcanzar la inmortalidad


La literatura a finales del siglo XVII comenzaba a forjarse
en la individualidad del pensamiento, la crítica y la
emancipación del ser, sin embargo el romanticismo que
aún persistía se preocupó más por las emociones del sujeto
dando como origen la novela gótica que era la respuesta al
racionalismo crítico, el vampiro sería la manera de
encarnar el conflicto que acaecería entre ambos conceptos.
El vampiro, fabuloso ser inmortal de hábitos nocturnos y
cuyo único alimento sería la sangre tendría como origen
alternativo a la Lilitu babilónica o Lilith de las leyendas
judías, considerada la primera esposa de Adán que luego
de abandonar el paraíso se uniera al demonio Asmodeo
con el que engendró muchos hijos. Como castigo Dios
envió a sus arcángeles para que asesinaran a cien de estos
cada día, para vengarse Lilith juró tomar la vida de cada
barón nacido hasta completar el número de sus hijos
perdidos entonces según la tradición, Lilith aparecería en
las noches como un ser alado para raptar a los niños judíos

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incircuncisos. También el relato de Caín y Abel inspiraría
al mito del vampiro ya que después de haber asesinado a
su hermano, dios confinó a Caín a vagar eternamente en la
tierra con una marca o sello para que nadie le diera
muerte. En el Islam, tras haberse rechazado el sacrificio de
Kabil, Alá lo condenó a cargar durante años con el cuerpo
de su hermano Habil hasta que la visión de un cuervo que
enterraba (o desenterraba) a un ave muerta le mostraría
como debía inhumarse a los difuntos. Curiosamente en el
antiguo Egipto se representó a Anubis dios de los muertos
y maestro de la momificación como un chacal ya que estos
solían desenterrar los huesos para alimentarse. En el juego
de rol Mascarade se menciona a Caín, Kain o Khayyin
como primer vampiro y padre de toda una estirpe de ellos.
En la antigua Grecia se creía en la existencia del brucolaco
(Vrykolakas) que aunque no era propiamente un vampiro,
se trataba de un muerto cuya alma no habría podido
separarse. Para acabar con un brucolaco debía
decapitársele para posteriormente ser incinerado, que hasta
el día de hoy sigue siendo el método más efectivo para
asesinarlos. Paralelamente a estas leyendas, encontramos
el relato de Licaón, rey de Arcadia que padeció el
disgusto de Zeus, convirtiéndole a él y su descendencia en
lobos como castigo por sacrificar a los extranjeros en su
honor. Aunque Licaón se tratara en principio no de un
vampiro sino de un licántropo u hombre lobo, juntos
tienen un estrecha asociación en la literatura moderna.
En base a la existencia del P’o que permanecería dentro
del cuerpo para sus necesidades, surge la creencia en un
ser animado sin vida conocido como Chiang-Shih,
versión china del vampiro occidental, de carácter cruel y
violento e incluso con gran apetito sexual. El origen de
este sería tras sufrir una muerte violenta o el entierro
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inadecuado de un cuerpo, situación más acorde al zombi
occidental y emparentado con el yurei o fantasma japonés.
Para controlarlo se recurría a un sacerdote taoísta, quien
colocaba en la frente del Chiang-Shih un papel talismán
amarillo escrito con sangre para someterle a su voluntad
mediante una campana. Este extraño conjuro nos recuerda
al Golem de los judíos.

Lilit por su comportamiento nocturno y su deseo de raptar niños podría considerarse


como la más antigua antecesora del vampiro moderno. El brucolaco de la antigua
Grecia se levantaría de su cripta para atormentar a los vivos. El Jiang Shi o “cadáver
rígido” es la versión china del zombi haitiano pero debido a la influencia de occidente
se le dotó de cualidades vampíricas.

El monje historiador francés Auguste Calmet sería el


primero en describir hacia 1700 al temible vampiro,
considerado como una figura demoniaca en uno de sus
tratados. Al surgir la novela gótica en Inglaterra a finales
del siglo XVIII se concebiría al vampiro tal y como hoy se
le conoce. La novela del escritor irlandés Charles Robert
Maturín “Melmoth, el Errabundo”, es el modelo perfecto
del hombre que recurre a fuerzas sobrenaturales para
hallar la inmortalidad, característica que definiría a los
vampiros actuales como en la novela del escritor John
William Polidori “El Vampiro” o la obra ilustrada de

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Collin de Plancy “Historias de Vampiros”. Sheridan Le
Fanu en su novela corta “Carmilla” se basa en la historia
de la condesa húngara Erzsébet Báthory de Ecsed a la
que se le atribuye el asesinato y tortura de 630 mujeres en
su castillo y que según la leyenda, usaría la sangre de las
más jóvenes para conservar su belleza. Se convertía pues
este fluido vital en el alimento para la inmortalidad del
vampiro ya que según la tradición cristiana en ella
residiría el alma de cada ser. Al igual que Le Fanu, el
escritor irlandés Bram Stoker tomaría la historia del Vlad
Draculea, príncipe de Valaquia, actual Rumania,
conocido también como “Vlad el empalador” noble sádico
de Transilvania proclamado héroe nacional por su
resistencia a la invasión otomana, dando vida al vampiro
más famoso de la literatura, el Conde Drácula. El príncipe
Vlad tenía predilección por infringir terribles torturas a sus
enemigos, entre ellas la que hizo honor a su mote, el
empalamiento. Entre 40.000 y 100.000 personas murieron
bajo esta horrible práctica. En un grabado de la época es
posible ver al príncipe Tepes desayunando mientras
contempla en el fondo a sus enemigos empalados. El
conde Drácula de la novela de Stoker representa un
personaje culto y sombrío que vive en su castillo y solo
aparece de noche. Representado bajo varias formas
teriatrópicas se le muestra como un caballero de gran
encanto y seducción, lo que sería un reflejo del mítico
Conde de Saint Germain, considerado así mismo
inmortal, no obstante, el ser dueño de tantas virtudes y
riqueza no le garantizan la felicidad, lo que convierte al
vampiro en el modelo para la cuestión de la vida eterna en
el hombre. Es posible que Bram Stoker también se basara
para la creación de su personaje en el caso de
“Madeimoselle x”, una mujer que en 1880, según como

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la describió el neurólogo francés Jules Cotard, padecía de
un trastorno mental conocido más tarde como Síndrome de
Cotard en la que ella aseguraba estar muerta, no obstante
de mantener la idea de ser inmortal.

En la literatura romántica del siglo XIX el vampiro pasó de ser un simple muerto
viviente o demonio para convertirse en un ser culto y elegante, capaz de transmitir sus
poderes y el don de la inmortalidad.

La relación contemporánea de vampiro señor y el zombi


como su esclavo es inherente a la historia del príncipe
Vlad Tepes y la condesa Erzsébet Báthory ya que los
zombis actuales al igual que las víctimas de ellos son a
menudo merecedores de las más cruentas y espantosas
muertes. Si bien, el zombi vendría a ser la antítesis del
vampiro, ambos se asocian por estar sometidos bajo una
condición antinatural que en muchas situaciones
representa su tormento. En la literatura como el cine,
siendo el zombi resultado de la obra del vampiro, sería a
partir de este que tomaría la extraña virtud de traspasar su
estado de cadáver viviente a cualquiera que hubiera
mordido.

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Vampiro y zombi, señores y esclavos un viejo concepto
judío

“Entonces el señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el
aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.” Génesis 2:7

Un vampiro capaz de crear a un “muerto vivo” nos


remonta a las antiguas tradiciones del judaísmo y el
llamado Golem, (del hebreo gelem, que significa “materia
en bruto”) Aunque en la actualidad golem signifique
también el carecer de inteligencia, en la tradición medieval
se trataba de un ser fabricado a partir de la materia inerte.
Se creía que solo la gente cercana a Dios como los rabinos
tenía el poder de darle vida a un golem. A menudo eran
seres de barro en cuya frente se les escribía el nombre de
Dios, un conjuro o simplemente la palabra “Emet” que
significa “verdad”. Para desactivar al golem solo había
que borrar la primera letra, quedando la palabra “Met” o
“muerte” en hebreo. Engendrar a un golem era signo de
gran sabiduría y acercamiento a dios, ya que su creación
emulaba el acto divino en que Dios da vida al primer
hombre Adán, a partir del barro. No obstante en algunos
relatos el golem podría volverse contra su creador como

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en el caso de un rabino de Praga, relatado por Yudl
Rosenberg, que cuenta como el golem al que le dio vida
comenzó matar personas y generar miedo lo que sin duda
le relaciona al fenómeno zombi, aunque sin dejar a un lado
que el nacimiento de un golem no era en sí un acto de
resurrección sino de creación. En la literatura suele usarse
el golem como metáfora de la obra que por ser difícil de
controlar se vuelve hacia su creador.

El romanticismo literario rescata la antigua obsesión


de revivir a quien ha muerto
El golem nos hace remontar nuevamente a la novela gótica
de 1800, encontrando así la obra romántica “Frankestein o
El Moderno Prometeo” de la visionaria escritora Mary
Wollstonecraft Shelley (De 1818) narrando la pertinaz
audacia del hombre por hallar la vida eterna. El doctor
Víctor Frankestein se encuentra en una batalla contra el
estamento científico y religioso para demostrar que es
posible devolver la vida a un muerto. El resultado, siendo
producto de juntar las partes mutiladas de diversos
cuerpos, (Lo que nos trae de vuelta el mito de Osiris) es de
por sí monstruoso, no obstante la “criatura”, “miserable” o
“demonio” como se le llama en la novela (Ya que esta
carece de nombre), goza de virtudes y sentimientos nobles.
A diferencia del zombi tradicional que es revivido por
medio de conjuros, o los “muertos vivos”
contemporáneos, resultado de infecciones víricas o
agentes químicos asociados en ocasiones a siniestros
planes de dominación, el doctor Frankestein revive a un
ser inanimado considerándose esto más como un acto de
creación por medio del conocimiento y la práctica
científica, cuya motivación va más allá del deseo de
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dominar, el hombre que juega a ser Dios. Mary Shelley
también escribió la que se considera su obra maestra “El
Último Hombre” (de 1826) que habla de la destrucción de
la humanidad por una terrible plaga. De esta la
historiadora y biógrafa Kari Lokke diría, «En su negativa
de ubicar a la humanidad en el centro del universo,
cuestiona nuestra posición privilegiada en relación a la
naturaleza; por lo tanto, El último hombre constituye un
desafío profundo y profético al humanismo occidental»
Además de ser una de las primeras distopías literarias, su
historia sería la inspiración para dar un nuevo curso a los
relatos de horror, en el caso del “muerto vivo” su relación
con el apocalipsis Zombi. El escritor americano Edgar
Allan Poe también daría pie al concepto del zombi en su
relato “La Caída de la Casa Usher” un relato fascinante
que sería uno de los pilares de la novela de terror moderna
y “La Verdad Sobre el Caso del Señor Valdemar” en la
que el personaje, cuyo nombre tampoco se define,
fascinado por el mesmerismo somete a su amigo al señor
Valdemar, enfermo terminal de tuberculosis a una
hipnosis durante siete meses quedando este en coma, sin
pulso y con la respiración casi imperceptible. Cuando el
señor Valdemar es despertado su cuerpo degenera en una
sustancia extraña y descompuesta. Howard Philips
Lovecraft, el autor de obras fantásticas como los “Mitos
de Cthulhu” escribiría la serie “Herbert West:
Reanimador” en la que un médico severamente
perturbado a posteriori de un error fatal, se obsesiona con
hallar una pócima para revivir a los muertos. En el relato
de Lovecraft, Herbert West bien podría recrear de forma
más o menos plausible la obra del médico ruso Sergei
Bryukhonenko quien en sus controvertidos experimentos
“reanimaba” la cabeza de un perro previamente

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decapitado, conectándola como era debido a un corazón
artificial.

Mary Shelley (1797 – 1851) dice haber encontrado unos escritos proféticos en la cueva
de la Sibila (Italia). Uno de estos sería el que inspirara “El Último Hombre”, novela
distópica cuya trama se desarrolla en un futuro lejano donde sus personajes intentan
sobrevivir a una plaga desoladora. Ya anteriormente Shelley había abordado la
inquietante humana de vencer la muerte con su novela gótica “Frankestein”. En “El
Caso del señor Valdemar” el protagonista trata de mantener a una persona que ha
muerto en un estado sobrenatural de preservación, pero sería Howard P. Lovecraft con
su serie de relatos “Herbert West: Reanimador” quien imbricaría el lazo definitivo
entre la ciencia y la plaga zombi.

Zombi o el infierno de estar muerto


También el concepto de infierno juega un papel
fundamental en la concepción zombi ya que este al ser
devuelto a la vida estaría confinado a una existencia de
vacío y sufrimiento, de sometimiento a la voluntad de su
creador, un ser prácticamente sin vida. Inicialmente se
pensó en la existencia de un lugar donde las almas iban a
descansar, los antiguos pueblos teutones creían que este
lugar se hallaba bajo la tierra. Cuando el profeta Isaías
sentenció que el rey de Babilonia al morir iría hasta la fosa
más profunda del sheol se pensó que dicha estancia tendría
diversos niveles de recompensa o castigo. Más adelante en
el cristianismo adoptaría la idea del infierno como la
residencia de Satán y los ángeles caídos donde estos
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atormentarían a las almas pecadoras no arrepentidas,
también se habla del purgatorio donde podrían purificarse,
un concepto que tiene sus orígenes en el budismo y el
hinduismo, también el taoísmo. En el folklore japonés, el
reikon o alma, viaja al purgatorio siempre y cuando el
cuerpo haya sido enterrado mediante los ritos necesarios.
Si esto no se hace o la persona ha tenido una muerte
violenta el reikon vuelve a la tierra para transformarse en
un yurei, que es una especie de espíritu errante.

El infierno, lugar donde van las almas de los pecadores a ser atormentadas, nos ha
creado en el inconsciente la idea de que las entidades demoniacas y los muertos
vivientes vienen a la tierra desde allí. (A la derecha) el Yurei japonés se manifestaría a
las dos de la mañana para aterrorizar sin causar daño a las personas de las que se
quieren vengar.

Fantasmas, posesiones y espíritus errabundos atrapados


entre dos dimensiones
Los fantasmas están presentes en todas las culturas
humanas y son asociados en general como almas atrapadas
en la tierra en una forma más o menos física. Suelen errar
como almas atormentadas, producto de una muerte
violenta o simplemente porque su cuerpo no recibió los
cortejos fúnebres indispensables, para su paso a la otra
23
vida. Cuando el ser humano primitivo comenzó a
especular en la existencia del alma, fue necesario pensar
en su forma o composición. Nuevamente la compleja
naturaleza del subconsciente y los estados mentales en
alteración ya fuera por el simple acto del sueño, los
trastornos mentales o el uso de alucinógenos, el fantasma
vendría a nacer bajo su anterior forma física, sería
entonces como un reflejo espiritual del cuerpo, concepto
ulterior del alma en muchas culturas. En relación a esto,
zombi y fantasma compartiría un destino común, aunque
el “muerto vivo” encarnaría la materia capaz de sentir
dolor y sufrimiento contrario al fantasma que por carecer
de uno confinaría su vida a un exilio tormentoso. En ese
sentido el mundo de un fantasma estaría más asociado con
la indiferencia y la soledad, por lo tanto el fantasma se
convierte en un ser desadaptado y violento cuyo único
objeto es el de atormentar a los vivos. En la cultura china,
se creía que el Shen o espíritus de los antepasados volvían
de no ser honrados, transformados en los temibles Gui o
espíritus hambrientos, similares a los Onryo japoneses,
fantasmas vengativos que volvían para atormentar a los
vivos. Ambos conceptos, hambre y venganza son claras
manifestaciones del vació interior llámense existencial o
espiritual.
Teniendo en cuenta el poder del alma sobre la materia, a
ciertos espíritus o entidades se les atribuye la capacidad de
tomar cualquier cuerpo, cualidad conocida universalmente
como posesión. La posesión de un espíritu es una
manifestación esporádica cuyas característica principal es
la de doblegar parcialmente la personalidad del sujeto
poseso y sea a su vez manifestado. En algunos casos es
posible inducir la posesión si un voluntario conocido como
médium, presta su cuerpo para que el espíritu entre en él,
24
mediante la invocación del mismo, a esta práctica se le
conoce como espiritismo o nigromancia. Los motivos de
que un alma errante tome momentáneamente el cuerpo de
un vivo son diversos. Según las creencias un alma que no
encontró el camino hacia su estancia final entró al primer
cuerpo que le fue posible, muchas veces lo hace con el
descaro de que al inducir la muerte del sujeto doblegado se
liberara para siempre. Esta creencia en particular viene del
relato en el que Jesús de Nazaret realiza la expulsión o
exorcismo de los posesos de Gadara, cuyos espíritus le
piden al mismo Jesús que los traslade al cuerpo de unos
cerdos para que al ser arrojados a un risco puedan
liberarse. En el mismo cristianismo, las almas errantes son
consideradas entidades demoniacas que suelen ocupar el
cuerpo de personas no bautizadas para fines malvados.
Algunas veces las posesiones se presentan con el fin de
comunicar algo a los que siguen en la tierra. La creencia
popular de posesiones tiene claras argumentaciones
científicas, ya que son atribuidas a enfermedades como la
epilepsia o el tourette. En la rama de la psicología se habla
de trastornos como la histeria, la paranoia o el delirium
tremens de los alcohólicos que pueden inducir a estos
estados. También está comprobado que un sujeto
altamente sugestivo puede sufrir de estos delirios que tiene
sus raíces en el subconscientes a causa de traumas vividos
en la niñez. Las características de un poseso son
principalmente la pérdida total o parcial de identidad y
reconocimiento, el sujeto es doblegado en voluntad y la
mayor parte del tiempo no es consciente de sus actos. Los
posesos suelen desarrollar enfermedades, sufrir de
convulsiones y en ocasiones se manifiestan en otras
lenguas o glosolalia. La persona poseída suele auto
infringirse diversos tipos de lesiones, también la de alterar

25
gravemente sus expresiones faciales. El cine llevaría al
público el libro de William Blatty “El Exorcista” una
película de terror basada en una historia similar al caso de
la joven Anneliese Michel cuya posesión fuera
documentada hasta en registro sonoros. La manera algo
exagerada como la protagonista de la película es
transformada por el espíritu se puede asociar con el
nacimiento del zombi actual, ya que también el poseso es
un sujeto cuya voluntad ha sido doblegada y el aspecto
terrorífico en el que degenera inspiraría a los actuales
cineastas en la creación de una fisionomía más o menos
concreta del “muerto vivo.”

Dos casos de posesión, uno real y otro ficticio, a la izquierda Anneliese Michel (1952-
1976) quien sufriera de epilepsia en el lóbulo frontal fue supuestamente poseída por
una entidad demoniaca. A la derecha imagen de la película “El Exorcista” donde se
muestra el daño que suele auto infringirse el poseso.

El hambre del cuerpo es también el hambre del espíritu


Mientras el hambre obedece a un sentido más universal,
ligado a la naturaleza instintiva de todo ser, la venganza es
una necesidad exclusivamente humana. A menudo
asociadas, hambre o sed de venganza, estas
manifestaciones nos acercan a una práctica tan antigua,
inherente al fenómeno del “muerto vivo”, el canibalismo.
Ya en la antigüedad, el historiador Herodoto nombraba a
tribus que practicaban la antropofagia, costumbre o rito de
comer carne humana, en algunos pueblos de américa
26
también se practicaba. En algunos países que fueron
azotados por terribles hambrunas las personas tuvieron
que recurrir a esta práctica para poder sobrevivir. Aunque
se cree que su origen es ritual, en referencia a los mayas y
aztecas que sacrificaban a un joven cada año para honrar a
sus dioses, el canibalismo en algunos pueblos como los
Fore de Papúa Nueva Guinea se practicaba bajo la
creencia de que al hacerlo se recibía los conocimientos y
habilidades de la persona muerta. En otras culturas se
pensaba que al hacerlo el alma engullida no volvería a
reencarnarse para una futura retaliación, no obstante el
hambre caníbal tenía un estricto sentido de daño y
venganza, puesto que la percepción primitiva de devorar a
la presa o al enemigo, sugiere el acto supremo de la
victoria y el poder sobre este. Una relación indistinta del
canibalismo y el fenómeno zombi resulta de asumir
nuevamente el mito de Licaón ya que este fue castigado
por Zeus cuando el dios, al visitar su morada bajo la forma
de un extranjero, Licaón para poner a prueba su divinidad
le ofreció la carne de su hijo Pélope en la cena, hecho
considerado como una grave falta. Según otros relatos,
más exactamente en el mito de Deucalión o el “Moisés
griego”, se habla como causa del diluvio universal
(Presente en casi todas la culturas antiguas) los
abominables actos de estos licántropos antropófagos hijos
del rey de Arcadia. Vemos el fenómeno zombi en
adelante, estrechamente asociado al canibalismo no ritual
en la película del director George Romero, “La Noche de
los Muertos Vivientes” (De 1968), en donde el apetito de
una epidemia de zombis a gran escala los empuja a
cometer antropofagia. Más adelante y con la clara
asociación de que el zombi es un descerebrado, terminaran
convirtiéndose en insaciables devoradores de cerebros y

27
sería justamente en el cine donde esta idea comenzaría a
asentar las bases del arquetipo zombi moderno.

Desde tiempos inmemoriales el canibalismo ha estado asociado a muchas creencias y


tabúes paralelamente. La antropofagia ritual se sigue practicando incluso en la era
actual por los devotos de la secta Aghori de la india. Las grandes hambrunas que
azotaron a naciones como Irlanda en 1845 y Rusia en 1921 obligaron a la gente a
cometer actos de canibalismo por supervivencia. El canibalismo es ya una constante en
la ficción del zombi moderno.

El autómata moderno, una visión perpendicular del


zombi tradicional
Los grandes avances en la computación y el surgimiento
de la robótica han logrado crear el “zombi cibernético”
conocido como autómata o robot. Los primeros de estos
“trabajadores automáticos” sería complejas maquinarias
creadas para hacer labores muy simples, hoy en día la
robótica pretende inventar seres que imiten las cualidades
de un organismo vivo. Grandes avances han sorprendido
al mundo al recrearse increíbles máquinas que emulan las
características básicas e incluso más complejas del ser
humano. Aunque el autómata humano posee aún una
inteligencia limitada a instrucciones algorítmicas, se cree
que en el futuro podrán fabricarse robots con tal grado de
inteligencia que podrían desarrollar cualidades tan
complicadas como los sentimientos, lo que genera un
debate ético temprano. Si bien aún no estamos cerca de
28
crear robots similares a los de la película “Inteligencia
Artificial” de Steven Spielberg, el camino para crear un
robot con características lo más humanas posibles está
abierto. En la literatura de ciencia ficción a estos se les
conocen como “androides”, en el caso de las mujeres
“ginoides”, también “drons” o “cyborgs” que significa
“organismos cibernéticos”. En muchas obras estos
“organismos robóticos” son dotados de conciencia y
habilidades asombrosas, no obstante de estar destinados a
un solo oficio como esclavos o trabajadores sin
independencia, que al no poseer sentimientos y emociones
humanas carecen de una vida real. En obras clásicas del
cine como “Metrópolis”, El autómata sometido a las
instrucciones de su creador nos recuerda el ya citado
golem judío. Si bien el cyberpunk es considerado un
subgénero entre la ciencia ficción, su inquietante temática
que aborda el tema de un mundo distópico donde redunda
el dominio tecnológico, el control de las mega
corporaciones y la decadente vida del ser humano le hace
merecedor de ser un subgénero netamente independiente.
La mayoría de obras del cyberpunk se centra en la
temática de seres marginales opuestos a una sociedad
establecida por las ultra corporaciones de la tecnología que
luchan a través de esta para liberarse del control. En la
película de 1982 “Blade Runner” del director inglés
Ridley Scott basada en los libros de Philip K. Dick
“¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?” y “El
cazador de androides” los cyborgs son creados por una
mega corporación bajo el lema “Más humanos que los
humanos” destinados como esclavos en las peligrosas y
duras labores de colonización espacial. Enfáticamente a
estos robots se les ha llegado a implantar recuerdos
humanos reales para controlar sus sentimientos y así evitar

29
su rebelión. En la cinta cyberpunk japonesa de 1991, “964
Pinocchio” del director japonés Shozin Fukui, un dron
destinado como esclavo erótico es desechado y su
búsqueda de recobrar la memoria que le ha sido borrada
por su perverso creador se torna en un cinemascópico
drama con tintes de horror y decadencia. Si bien androides
y ginoides por igual no son propiamente seres vivos, tiene
una similitud particular con el zombi, cuya vida alienada
es posible no por las dotes mágicas de un chamán o
hechicero sino por la genialidad de un científico
generalmente perverso.

Los robots actuales (Robot, del checo robota “Trabajo forzado”) y los autómatas de
hace siglos siempre han inundado el imaginario colectivo que los ve con asombro y a
veces hasta con temor. Desde el mural de la antigua cultura Mochica “La rebelión de
los objetos” donde se muestra a diversos autómatas atacando a los hombres, hasta la
literatura de ciencia ficción moderna cuyo argumento gira en torno a la rebelión de la
inteligencia artificial como causa de la extinción humana. En la película “Metrópolis”
(1927) del director Fritz Lang, un robot con apariencia femenina es utilizado para
incitar a la rebelión de los trabajadores que eventualmente desatan el caos dentro de la
ciudad de Metrópolis.
30
EL ZOMBI EN EL CELULOIDE O EL
PARADIGMA DEL CONTROL DE LAS MASAS
Si bien para entonces el zombi estaba ya presente en
diversas manifestaciones en la historia, sería de la mano
del cine que llevaría el fenómeno a un público en general
convirtiéndolo de este modo en un arquetipo de la
sociedad moderna. Inspirado en el libro de William
Seabrook, “La Isla Mágica” (1929) en la que relataba sus
vivencias en Haití concretamente acerca de la práctica en
la que el bokor revivía a un muerto, el director Kenneth
Webb estrena en Broadway la obra titulada “Zombi”
basada en sus experiencias. Los hermanos Halperin
fundadores de una productora independiente pidieron al
guionista Garnett Weston que tomara los elementos de la
obra de Webb para escribir el guion de lo que sería la
primera película zombi de la historia, “White Zombi, La
Legión de los Hombres Sin Alma” (de 1932), aunque su
argumento no fuera del todo original ya que parte de este
era la trama de la famosa cinta del cineasta Robert Wiene
“El Gabinete del Doctor Caligari” (de 1919) en la que el
siniestro médico de un hospital psiquiátrico inducía a su
sirviente sonámbulo Cesare a cometer una serie de
asesinatos. Lo que sería un precedente para el cine zombi
durante varios años, el argumento que gira en torno a un
villano que tiene a su disposición un ejército de zombis
cosecharía nuevas cintas como “La Venganza de los
Zombis” de Steve Zekely (de 1943) e “Invisible
Invaders” de Edward Cahn (de 1959). Este concepto de
“ejército de zombis” al servicio de un siniestro plan de
dominación tendría su origen en el nazismo y pretendía
31
consolidar una analogía peyorativa del pueblo alemán en
la época del Tercer Reich controlado bajo el influjo de
este, algo contradictoria si consideramos que al margen de
la guerra en los Estados Unidos comenzaba a abocarse las
ideas que sentarían las bases de una nueva forma de
control político y económico.
La idea de la manipulación mental de las masas en Estados
Unidos comenzó a forjarse cuando el publicista Edward
Bernays, sobrino americano del eminente neurólogo
Sigmund Freud, ideara un nuevo orden comercial basado
en los estudios de su tío en cuanto a la posibilidad de
explotar los deseos inconscientes de las personas
impulsando así el consumismo. La intención de Bernays
tendrían gran número de detractores, la disidencia
americana comenzó a oponerse en contra de este nuevo
orden realizando sendas denuncias acerca de estas
prácticas lo que generaría las protestas de diversos grupos
de contracultura de los años 60. El zombi en el cine y la
literatura que hasta entonces era asociado con la
manipulación mental de nazismo en Alemania y el
comunismo en la Unión Soviética, fue retribuido como
estereotipo de las técnicas corporativas para inducir el
desenfrenado consumismo que ha llegado hasta nuestros
días. Hoy en día incluso llega a usarse el término de zombi
o “muerto vivo” como una analogía del control mental
ejercido sobre las masas.
De esta manera el fenómeno zombi tomaría una nueva
faceta con las películas de George Romero, constituyendo
una crítica a la actual sociedad. En su película “El
Amanecer de los Muertos” (De 1978) siendo estrenada
con la frase promocional “Cuando no quede sitio en el
infierno, los muertos caminaran sobre la tierra” los

32
protagonistas se refugiaran para enfrentar a los zombis
desde la terraza de un centro comercial. Otras películas
seguirían esta nueva trama como un sugestivo apocalipsis
y demás leyendas que giran en torno al fin del mundo,
dando pie a la concepción del apocalipsis zombi. En la
película “El Día de los Muertos” que haría parte de la
saga de Romero, es claro ver la brecha entre las clases
sociales en un mundo apocalíptico en donde el enemigo
principal no son los zombis, sino, personas con deseos de
detentar el poder, alusivo a una sociedad dominada por la
avaricia humana, el zombi serían entonces el arquetipo de
la marginalidad cuyo aspecto y personalidad estaría
emparentado a la de un indigente o criminal, efecto de esta
ruptura.
La literatura también haría sendos aportes al género y en
especial a este concepto post apocalíptico en los libros de
Max Brooks “Zombi, Guía de Supervivencia” y “Guerra
Mundial Z”. El escritor malagueño Carlos Sisi escribiría
“Los Caminantes” que nombra la denominada “pandemia
zombi” y el español Manel Loreiro escribiría la saga más
grande del tema con su serie de libros “Apocalipsis Z”.
En el videojuego “El Huésped Maldito” conocido
popularmente como “Resident Evil” o “Biohazard” del
japonés Shinji Mikami, lejos del concepto de muerto
revivido, tal vez la saga que más ha explotado el
fenómeno zombi, aborda el tema corporativo para fines
maléficos. La multinacional Umbrella presentada a sí
misma como una organización que reúne diversas
disciplinas es la fachada de una siniestra empresa
empeñada en fabricar armas biológicas. Una de estas,
conocida como “virus T”, infecta a los habitantes del
ficticio Raccon City (Qué si recordamos es una alusión al

33
reikon encarnado en el yurei japonés) convirtiéndolos en
zombis antropófagos. En las últimas entregas de la saga
que han abarcado desde libros, comics y hasta películas, la
utilización del virus como un poderoso agente de mutación
que daría a quien lo alojara habilidades sobrehumanas,
gira en torno a un plan de dominación mundial. Al igual
que en “Resident Evil”, la película “Soy Leyenda”,
adaptación del libro de Richard Matheson, los
infectados, llegan a desarrollar cualidades como fuerza,
velocidad e incluso inteligencia, lo que nos recuerda a los
vampiros de la moderna literatura. En la película
“Exterminio” del británico Danny Boyle siendo el
resultado de una infección causada por un mono portador,
el “Virus Rage” causa la devastación masiva en la ciudad
de Londres convirtiendo a los infectados en seres cuya
única necesidad es la de asesinar dominados bajo una ira
irracional. Es a partir de esta nueva generación zombi en
que el “el muerto vivo” deja de ser un ser aletargado y sin
cerebro para convertirse incluso en un gran desafío para
sus antagonistas los no infectados. Si bien en la mayoría
de estas obras la trama gira en torno a la supervivencia, es
decir a lo que haría la humanidad de enfrentar hechos tan
catastróficos muy pocas veces puede dilucidarse una
solución concreta al problema. En la mayoría de las obras
el problema lo arregla el ciudadano común aniquilando a
quemarropa a cada uno de los infectados, critica a la
evidente indiferencia del estado frente a tal situación. En
algunas, las autoridades llegan a intervenir con un simple
aislamiento de la sociedad o cuarentena. En otras es
posible hallar la cura a la infección mediante un antídoto,
pasando por alto la complejidad que involucra el
desarrollo de una vacuna efectiva, para entonces una gran
cantidad de infectados ya han muerto lo que podría ser

34
interpretado como la justificación que muchas
farmacéuticas utilizan para desarrollar sus productos, la
solución final y definitiva estaría en sus manos. Con el
concepto post modernista del apocalipsis zombi, las
conflictos mundiales y las armas de destrucción masiva, la
solución final parece estar en manos de militares y un
eventual ataque nuclear que neutralizaría la expansión de
la pandemia, es cuando en la obra de Shinji Mikami y la
destrucción de su imaginaria Raccon City hace referencia
a las bombas lanzadas sobre las ciudades de Hiroshima y
Nagasaki en 1945, lo que no es más que una crítica a la
carrera armamentista nuclear en el mundo como efecto de
la política económica de los Estados Unidos. Es de esta
forma que el apocalipsis zombi puede interpretarse como
un tributo a las soluciones finales, el holocausto zombi
sería entonces la interpretación de que el hombre es quien
terminara causando su propia extinción.

35
Los zombis son todo un fenómeno comercial y cultural en la actualidad. La industria
del cine, la literatura y los videojuegos son las que más han explotado esta metáfora,
aunque ya no se trate propiamente de zombis sino de “infectados”. De izquierda a
derecha, escena de la primer película de zombis “White Zombi; la legión de los
hombres sin alma” (1932) basada en los relatos del vudú Haitiano. En 1959 se estrenó
“Invisible Invaders” un film de ciencia ficción fue otra de las cintas que abordó la
temática zombi. La película de George Romero “La noche de los muertos vivientes”
(1968) es el film que revolucionaría el género. Los videojuegos han explotado de gran
manera el fenómeno zombi con juegos como Resident Evil y Dead Island. Una de las
series más exitosas a nivel mundial es la saga “The Walking Dead” basada en el comic
homónimo de Robert Kirkman, estrenada en 2010 narra la historia de los
sobrevivientes de una epidemia zombi que ataca a una ciudad de los Estados Unidos,
situación que les obliga a hacer cosas que nunca imaginaron hacer.

36
EL APOCALIPSIS Z ¿REALIDAD O FICCIÓN?
Pero ¿Qué posibilidad existe de que se produzca el
apocalipsis zombi? Si bien, la idea de que los muertos se
levanten de sus tumbas para conformar una horda zombi
solo pertenece a la ficción, pandemias como la peste negra
en la Europa del siglo XIV pueden arrasar a un continente
entero a velocidades inquietantes. La peste negra que
asoló gran parte del continente durante el medio evo
aterrorizó a todos los europeos. Entre las variantes de esta
mortal enfermedad estaba la peste bubónica cuyos tumores
o bubones deformaban el cuerpo del enfermo. Los
infectados se aislaban totalmente, crecía el temor
generalizado a aquellos que presentaban el menor síntoma.
Las personas que vivían en extrema pobreza eran a
menudo consideradas portadoras de la peste lo que inducía
más a su exclusión. La enfermedad cambiaría
drásticamente el comportamiento de los europeos,
aquellos que atribuyeron la peste como un castigo divino
incitaron a los demás de dejar a un lado sus
comportamientos pecaminosos, induciendo a muchos a
arrojarse en un frenetismo de exacerbada espiritualidad,
que llegaban incluso a herir sus cuerpos por medio de
brutales auto castigos. Otros por lo contrario decidieron
vivir en excesos consumando sin límites sus más bajos
placeres. Las autoridades de muchas ciudades tomarían
medidas para mejorar las normas de higiene pública, se
llegó a prohibir la entrada de productos que vinieran del
extranjero incluso a quienes los traían. La peste negra
comenzaría a desaparecer casi cuatrocientos años después,
desde sus primeros brotes. Aún no se sabe a ciencia cierta
37
qué fue lo que la radicó, no obstante con ella desaparecería
momentáneamente el temor generalizado por el fin del
mundo.
El ergotismo fue otra enfermedad del medioevo conocida
también como “Fiebre o fuego de San Antonio” causada
por la ingesta de alimentos contaminados con micotoxinas
o los medicaciones que contengan sus principios,
principalmente del ergot o cornezuelo, un hongo parasito
que contamina el centeno y en menor grado otros cereales
como la avena y el trigo. El cornezuelo posee varios
alcaloides que afectan los neurotransmisores y el sistema
circulatorio afectando el sistema nervioso. Esta
enfermedad causaría desde alucinaciones hasta fuertes
convulsiones y la contracción de las arterias que podía
desencadenar la necrosis de los tejidos, desarrollando
gangrena especialmente en las extremidades, es por eso
que muchos de los que sobrevivían a esta enfermedad
terminaban mutilados. En la edad media muchas personas
padecieron del ergotismo causado por la ingesta de
alimentos contaminados con el cornezuelo, hay algunos
que creen que las jovencitas que dijeron estar embrujadas
en Salem lo que dio pie a la violenta cacería de brujas en
esa ciudad, habían ingerido el hongo. No hace mucho los
científicos David Hughes y Harry Evans de la
Universidad Estatal de Pennsylvania estudiaron la
capacidad del hongo Ophiocordyceps Unilateralis para
alojarse dentro de una hormiga y tomar el control de su
cerebro, obligándola a posarse sobre una hoja y así
facilitar la aspersión de sus esporas. El hongo crece sobre
la cabeza la hormiga hasta asesinarla, en ocasiones los
otros insectos que se acercan a ella resultan infectados por
dichas esporas. Los animales más grandes pueden alojar al
indeseado Cordyceps si llegasen a ingerir al insecto
38
infectado para luego esparcirlo mediante sus heces lo que
muestra la increíble capacidad de este hongo para
propagarse. Solo hay que imaginar si algún día el ser
humano se topara con algunos de estos organismos
“zombificadores”, tan letales.
Pero no solamente los hongos y sus toxinas tienen esa
capacidad de variar la conducta del individuo en que se
han alojado. En 1986 un granjero del Reino Unido notó el
abrupto cambio en el comportamiento de algunas de sus
reses. Las vacas temblaban, se caían al suelo y en
ocasiones parecían desplazarse sin rumbo. De repente
abandonaban todos sus hábitos rutinarios, dejaban de
comer y en ocasiones sus nervios parecían colapsar, esta
serie de eventos tenían un desenlace fatal. Cuando los
veterinarios realizaron un examen post mortem notaron
que el cerebro de las reses presentaba orificios diminutos
similares a los de una esponja, esta enfermedad sería
conocida como la Encefalopatía Espongiforme Bovina
llamada coloquialmente como enfermedad de las “vacas
locas”, causada por un prion; estructura más elemental que
un virus que en vez de poseer ácidos nucleicos se
compone por una glicoproteína. Una de las proteínas que
componen el tejido cerebral de los mamíferos tiene una
variante infecciosa que posee características similares, esta
variante conocida como prion sería la causa de otra
encefalopatía conocida como Kuru (En el lenguaje nativo
“escalofrío”), enfermedad endémica de la tribu Fore de
Papúa Nueva Guinea, quienes tenían como muestra de
respeto el rito de comer el cerebro de sus muertos
creyendo que esta forma podía transmitirse el saber de
estas personas. Los priones son causa del conocido scrapie
de las ovejas y una peligrosa variante de la enfermedad
Creutzfeldt-Jakob que sería transmitida por el consumo
39
de carne infectada en 1996 en el reino Unido. Las
personas con esta enfermedad al igual que los nativos Fore
padecían de ataxia, demencia, movimientos involuntarios
en ojos y músculos, temblores y pérdida de la
coordinación, hasta que caía en coma y posteriormente la
muerte.
Otra enfermedad que puede trastornar seriamente el
comportamiento es la rabia o hidrofobia, causada por el
virus del género Lissavyrus, presente en muchas especies
de murciélagos se caracteriza por infectar a animales
salvajes y domésticos, en menor grado al ser humano. El
contacto con las secreciones mucosas o la mordedura de
un animal infectado puede causar la enfermedad atacando
el sistema nervioso. La enfermedad consta de cuatro
fases, la incubación que es asintomática, la fase
prodrómica con síntomas inespecíficos, la fase
neurológica cuyos síntomas son característicos por la
meningitis y el ataque a las neuronas, el paciente infectado
puede manifestar ansiedad, hiperactividad, sentimientos
de violencia, impulsos de agresión y miedo al agua. La
fase final es el coma y posteriormente la muerte. Partiendo
de la fase prodrómica es mortal en la mayoría de casos. En
la película “28 Semanas después” Conocida como
“Exterminio”, el virus que ataca a la población londinense
es una peligrosa variante del virus de la rabia.
Cuando en la edad media se catapultaban al interior de
fuertes o ciudades amuralladas cadáveres infectados con la
peste negra, nació lo que sería un arma eficiente para
ganar cualquier guerra ya que su uso podría acabar en una
par de semanas a un regimiento completo, debilitando a
largo plazo al enemigo de una manera sigilosa. Esta
práctica fue sin duda el precedente de la guerra bilógica,

40
que hoy en día es una pesadilla de la cual el hombre no
logra despertarse. Hoy se habla que los científicos han
llegado desarrollar en el laboratorio peligrosas variantes
del botulismo, la viruela y el ántrax que luego serían
usadas como una eficaz arma de destrucción masiva. Dado
a la rápida y eficiente propagación de estos agentes
infecciosos, una cepa que infectara a un solo organismo
podría desencadenar en cuestión de días el desastre.

Varios microorganismos y agentes patógenos como los hongos, virus y priones podrían
convertirse en una epidemia trastornando el comportamiento de los infectados. El
Cordyceps Unilateralis al residir en la hormiga modifica su comportamiento haciendo
que esta se pose en lo alto de las ramas para morir. El ergotismo, enfermedad causada
por micotoxinas alteraba el comportamiento de las personas ocasionando
alucinaciones junto a la necrosis de los tejidos que requería la amputación de sus
miembros. Una de las encefalopatías espongiformes que atacan a las ovejas y cabras es
el Scrapie o Tembladera, el prion al convertir el cerebro en una “esponja” altera el
comportamiento del animal induciéndolo a frotarse constantemente y provocándole
desde temblor hasta convulsiones. La rabia causada por el virus Rhabdoviridae
trastorna el sistema nervioso ocasionando temor, estados de ansiedad e inquietud e
incluso la agresividad.

41
La guerra química fue utilizada en el primer conflicto
bélico mundial mediante el uso de gases tóxicos, en la
actualidad se reconoce diversos tipos de agentes
neurotóxicos capaces de alterar o colapsar el sistema
nervioso, en muchos casos el causar la muerte. El gas
pimienta que se usa en los disturbios es uno de ellos, otros
como el soman, un gas nervioso usado en la guerra del
golfo pérsico y Afganistán son capaces de inhibir la
colinesterasa, colapsando el mecanismo que envía
mensajes a los órganos. Los efectos por inhalación del
tabún o el sarín van desde la obstrucción visual,
contracciones, parálisis de los músculos hasta la muerte.
El síndrome de la guerra de Golfo Pérsico que afectara a
gran número de veteranos estadunidenses tiene efectos
perniciosos como el estrés post traumático entre otros
trastornos mentales. La causa varía en el uso del bromuro
de fisostigmina que contrarrestaría cualquier ataque con el
gas nervioso soman, también se le atribuye al uranio
empobrecido, presente en la munición de núcleo anti
blindaje. En muchas de las películas y videojuegos la
zombificación masiva es producto de un gas tóxico, la
contaminación del agua o un agente patógeno, muchas
veces ocasionado por un arma química o biológica en
etapa experimental.
Los efectos de las armas biológicas serían ampliamente
experimentados en la segunda guerra china japonesa y la
segunda guerra mundial por parte de japoneses contra
varios pueblos asiáticos, en su mayoría chinos. El siniestro
Escuadrón 731 comandado por el general Shiro Ishii fue
una unidad militar compuesta por soldados y científicos
que se camufló bajo varios departamentos como el
Ministerio de Prevención Epidémica y Purificación del
Agua en varias regiones y ciudades ocupadas por
42
japoneses como Harbi, Cantón, Manchuria y Pekín. El
objetivo primordial de esta unidad era el de utilizar
cobayas humanas para el desarrollo de armamento y
guerra biológica, a los pobladores chinos se les infectó por
medio de diversos métodos con peligrosos agentes
infecciosos como el ántrax, peste bubónica, disentería,
tifoidea, cólera entre otras enfermedades. Además del
desarrollo de armas bacteriológicas y químicas, los
médicos y militares del oscuro Escuadrón 731 utilizaron a
prisioneros mongoles, rusos, coreanos y chinos de todas
las edades y sexo para los más horripilantes experimentos
con el objetivo de ver los efectos de una potencial guerra
biológica. Se cree que cerca de 200 mil personas murieron
a manos de la siniestra unidad.
La realidad de un holocausto zombi se vería al término de
la segunda guerra mundial con la abominable destrucción
de las ciudades de Nagasaki e Hiroshima en Japón. La
bomba atómica causó la muerte de 240.000 personas.
Aquellas que lograron sobrevivir sufrieron terribles
heridas causadas por el fuego y la radiación. Muchos de
los zombis actuales están inspirados en esas cicatrices de
horror, el cuerpo desollado y mutilado total o parcialmente
del zombi moderno es la forma física de mostrar al ser
humano como causante de su propia destrucción, el zombi
ya no es producto de resucitar a un muerto, sino un
infectado, el subproducto del yerro humano.
Accidentes como el de la central nuclear de Chernóbil el
26 de abril de 1986 y sus secuelas nos acerca a la idea del
ser humano cuya naturaleza es deformada por los avances
científicos. El fatal error de los operarios e ingenieros de
la central haría cuestionar nuevamente acerca de los
peligros de la utilización de energía atómica, la

43
preocupación se manifestaría de muchas maneras en
especial en el cine zombi que revelaría en sus películas
como trasfondo, las nefastas consecuencias de esta
tecnología.
Pero no solo las pandemias, los desastres atómicos y las
armas de destrucción masiva pueden desencadenar un
verdadero holocausto, a veces solo basta con el simple
convencimiento. El 18 de noviembre de 1978 La Guyana
fue testigo de uno de los actos más macabros de la historia
moderna. Tras haber dejado su natal Indiana, el pastor
cristiano James Warren Jones, más conocido como Jim
Jones fundador de la secta “El Templo del Pueblo”
decidió hacer su propia ciudad lejos del sistema
estadunidense. A su naciente Jonestown, viajaría con más
de 900 fieles y seguidores, familias enteras que habían
dejado los Estados Unidos con la idea del “retorno al
paraíso”. La visita del senador Leo Ryan junto a
periodistas y algunos ex miembros de la secta, suscitó la
revuelta de algunos de los seguidores de Jones. Luego de
que el senador y otras cinco personas fueran asesinados
bajo órdenes de su líder, se incitó a los 900 miembros de
“El Templo del Pueblo” a beber un coctel mortal de
cianuro y limonada, lo que produjo su muerte inmediata.
Es la primera vez que se conoce un suicidio de semejantes
proporciones. El senador Ryan había decidido visitar
Jonestown tras recibir denuncias por fraude, tráfico de
armas, drogas y el supuesto lavado de cerebro que ejercía
el pastor sobre su comunidad. De la misma manera los
zombis en la literatura son producto de la manipulación de
una mente brillante que convierte a las personas en
criaturas sometidas a su voluntad.

44
Otro gran ejemplo sucedió paralelamente con el conflicto
de los Balcanes ya hace unas décadas. En 1994, la nación
africana de Ruanda vivió una de las peores tragedias en la
humanidad, debido a una guerra civil enmarcada dentro de
un conflicto étnico que llevaba siglos de existencia.
500.000 personas de la etnia tutsi fueron a morir a manos
de los hutus radicales que deseaban conformar un estado
sin sus adversarios. Existen muchos documentos donde los
sobrevivientes narran las atrocidades que se cometieron en
el genocidio, el panorama que ofrece las ciudades es
devastador teniendo en cuenta que la gran mayoría fueron
asesinados con armas contundentes. El conflicto arrojaría
una cifra de más de 800.000 muertos de todas las etnias.
Durante esos 100 terribles días La Radio Televisión Libre
de las Mil Colinas una estación muy popular para
entonces, instó por medio de arengas y mensajes políticos
a los hutus para que atacaran a sus adversarios. Se estima
que una persona de cada familia participó del genocidio
contra los tutsis y hutus moderados. Familias enteras
tuvieron que abandonarlo todo para poner a salvo sus
vidas. Como si se tratara de una pandemia zombi,
nuevamente las personas son motivadas a cometer un
genocidio por razones políticas y culturales.
Si bien las enfermedades mentales como el extraño
síndrome de Cotard o delirio de negación, un trastorno
similar a la hipocondría en el que el paciente cree haber
fallecido y en ocasiones sufrir alucinaciones como el de
sentir el olor a putrefacción, lo que le hace afirmar que sus
órganos están descompuestos nos pueden acercar a la idea
de una zombificación realista. Los trastornos graves del
sueño pueden desencadenar consecuencias no muy
agradables. Se sabe que la falta de sueño ha llegado a
ocasionar la muerte. El sonambulismo o parasomnia, es
45
uno de los trastornos del sueño en el que la persona
desarrolla actividades motoras simples o complejas
mientras está dormida. El sonámbulo puede levantarse,
caminar e incluso salir de su casa mientras permanece
inconsciente ya que el desarrollo de estas actividades se
presenta en la fase de sueño de ondas lentas. Si bien
despertar a una persona en este estado no es peligroso
como popularmente se cree, algunos sonámbulos han
sufrido graves accidentes bajo esta condición. Los que han
estudiado los efectos de las labores en distintos periodos
del día ha determinado que cierta hora en la madrugada los
índices de accidentalidad se elevan, es por eso que el lapso
entre las 3 y 4 de la mañana se le ha llamado la hora
zombi, una hora en el que las personas pueden manifestar
un dejo en la actividades conscientes sobre todo en
aquellas que requieren mayor concentración. En países
como Finlandia, Alaska o el extremo norte de Islandia, el
fenómeno conocido como sol de medianoche, afecta el
sueño de las personas que no están habituadas a un sol de
24 horas que puede durar hasta 73 días en el verano. Hoy
en día debido a la sobrepoblación en las ciudades y el
aumento de las actividades diarias y nocturnas el hombre
duerme mucho menos de lo que dormía hace unos dos
siglos. El promedio en años anteriores estaba entre las 8 y
6 horas, hoy en día en muchas ciudades del mundo las
personas logran dormir entre 5 y 3 horas. Solo hay que
imaginar si factores como el cambio climático, los
trastornos del sueño y la cada vez más agitada vida en las
ciudades pudieran desatar el desastre generalizado.

46
La unidad 731 se creó con el objeto de tomar ventaja en la guerra contra Estados
Unidos y China, experimentando con armas bacteriológicas entre 1937 y 1945. En la
masacre de Guta en 2013 objeto de controversia política, habrían muerto 1400
personas envenenadas con gas sarín. El genocidio en Ruanda del año 1994, tuvo como
protagonista los medios de comunicación, los líderes Ferdinand Nahimana y Jean
Bosco Barayagwiza responsable de la emisora” Radio Télévision Libre des Mille
Collines” fueron condenados a cadena perpetua por incitar la masacre del pueblo tutsi.
El suicidio en masa ocurrido en Jonestown (1978) es otra muestra de lavado cerebral
hecha por líderes religiosos. El zombi renace en el siglo XXI como una respuesta al
temor asociado con el fin de la humanidad.

47
Ni siquiera la tecnología se escapa del apocalipsis z
El apocalipsis zombi también involucra a la computación
y un potencial desastre que ya había sido advertido desde
el famoso Y2K de 1999 en el que se pensó que al abrupto
cambio de milenio iba a afectar a los ordenadores antiguos
de todo el mundo, pudiendo tener consecuencias
catastróficas por la alteración en las bases de datos. Hoy se
aplica el término zombi en la informática para designar a
una serie de computadores programados para infectar a
otros con los peligrosos virus informáticos. Si el
“apocalipsis zombi informático” llegara a ser una realidad,
millones de computadoras en el mundo serían infectadas
por una peligrosa instrucción. En mayo del 2000 un
malware del tipo gusano conocido como virus
“ILoveYou” infectó la cantidad cercana a 50 millones de
computadoras de todo el mundo lo que causó desastrosas
pérdidas económicas. El virus fue creado y propagado por
un grupo de estudiantes de una universidad en Manila,
Filipinas, expendiéndose a través de los correos
electrónicos de computadores infectados en tan solo cinco
días por Europa y Estados Unidos lo que causó el colapso
de la internet, ya que este indeseado huésped borraba
prácticamente los archivos del sistema.

“62.400 repeticiones hacen una verdad.” Un mundo Feliz – Aldous Huxley

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FINALIDAD Y EFECTOS DEL FENOMENO
ZOMBI EN EL MUNDO MODERNO
Mientras la humanidad viva, los zombis caminaran a su
lado ya sea en la impactante secuela de imágenes de un
thriller, el suspenso y la incertidumbre en una novela o la
posibilidad de aniquilarlos a quemarropa en distintos
videojuegos, también en la portada de un anuncio o como
parte de una coreografía musical de cualquier forma el
fenómeno zombi ha llegado a formar parte de nuestra
cultura como un icono de los males que asedian al mundo
contemporáneo. El zombi también encarna todas nuestras
cuestiones en torno al fenómeno de la muerte. En el tabú
las creencias, doctrinas y prácticas de muchas culturas
verían al zombi como la corrupción misma del ser
humano, la Torá judía así como el nuevo testamento de
cristianismo se condena toda práctica que involucre la
invocación o adoración de los muertos ya que el
paganismo antiguo de muchas culturas europeas y los
rituales tribales de áfrica, sur américa y Oceanía, la muerte
era aceptada como cualquier otro fenómeno de la vida,
manifestándose en torno a la persona fallecida
celebraciones y rituales con la creencia de que solo era el
paso a una nueva existencia. Respecto al tabú,
independiente al credo o la ética de cada quién, el zombi
es también una forma de burlar a la muerte en todo
sentido, de satirizar su imagen considerada a menudo
como “una potencia nefasta”. El primero de noviembre de
cada año, en Méjico las personas se pintan el rostro o usan

49
máscaras de calavera, los esqueletos acompañados de
vistosos arreglos inundan las calles, una gran multitud
marcha en procesión tras la figura de una osamenta
bellamente ataviada y exornada con arreglos flores, es la
Santa Muerte venerada por muchos mejicanos como su
guía y protectora, la fiesta de todos los santos es motivo de
celebración en la cultura católica y en este país la muerte
es objeto de festejo y veneración.
La imagen satirizada de la muerte puede manifestarse en
gran parte de la literatura zombi, en especial en el cine
como el género splatstick, una combinación del splatter
sangriento del género gore y el slapstick, comedia
disparatada de 1912 cuyos máximos exponentes fueron
Charles Chaplin y Buster Keaton. Películas como la
saga “Evil Dead” de Sam Raimi y la considerada como
una de las película más sangrientas de todos los tiempos
“Brain Dead” del neozelandés Peter Jackson, dieron vida
a este género descarado, satírico, no exento de humor
negro para aligerar el fenómeno de la muerte mediante la
metáfora del zombi. El cine con más de 400 películas y
cortometrajes es el arte que más ha explotado el
fenómeno, teniendo en cuenta que muchos de sus grandes
éxitos de taquilla no necesitaron de altos presupuestos, en
cierta forma hacer cine zombi en la actualidad es una
manera de invocar dicha tendencia, ya que no existe nada
más atrayente que la muerte misma y su explotación deja a
las compañías grandes utilidades. En algunos países
películas con escenas de extrema violencia como la
controvertida “Holocausto Caníbal” del director Ruggero
Deodato, o la cinta “La Flor de Carne y Sangre” del
japonés Hideshi Hino han sido prohibidas por involucrar
el daño violento y explícito de sus personajes. El cine gore
enmarcado en el género splatter tiene veto en algunos
50
países por su similitud con el snuff lo que se convierte en
el género underground del séptimo arte siendo muy
apetecido. También muchos juegos de video como el
Gran Theft Auto San Andreas de la compañía Rockstar,
fueron vetados ya que en estos la violencia extrema hace
parte de ellos. Casi la única forma mostrar el daño físico
con extrema violencia en una película a la par de encontrar
la aceptación publica general es explotando el fenómeno
zombi, ya que estos son solo cuerpos humanos animados,
carentes de razón y sentimientos del cual nos “no
infectados” deben defenderse utilizando la métodos de
defensa muy agresivos.

¿De qué otra manera los medios de entretenimiento regulares podrían justificar la
carnicería humana si no es a través de la metáfora zombi? La literatura zombi en
películas, series, comics y otros medios permearían los horribles crímenes que se
cometen en contra de los inocentes. (Escena de “The Walking Dead”)

También el fenómeno zombi puede interpretarse como la


justificación de los avances en la ciencia y la guerra ya
que en gran parte de la literatura y filmografía se
desestiman los causantes del holocausto zombi, siendo
responsables de ello desde científicos de dudosa moralidad
hasta siniestras corporaciones empeñadas en fabricar
51
peligrosos agentes químicos o biológicos. La estereotipada
visión del ser común luchando contra hordas de zombis es
una manera de involucrar al espectador en la idea de un
potencial ataque teniendo como escenario un “campo de
batalla virtual” donde cada quien tendría que luchar por
proteger lo suyo, en pocas palabras de “instruir” a la gente
sobre qué debería hacer en caso de una invasión por parte
de vecinos hostiles. En películas y series como Resident
Evil, todo se soluciona al final con el lanzamiento de la
bomba atómica. Tal vez vivir en un mundo zombi nos ha
acostumbrado a la idea de usar la extrema violencia para
justificar nuestra supervivencia. Es probable que con cada
bomba nuclear lanzada para evitar que la pandemia zombi
se expanda a lo largo y ancho del globo, se nos haya hecho
aceptar inconscientemente el uso de arsenal nuclear para
dar fin a un conflicto como la bomba atómica de
Hiroshima y Nagasaki. El llamado de los sobrevivientes
para enfrentar a los infectados por la pandemia es
básicamente al de hacerse a las armas, al de “Matar para
vivir”, sin duda un tributo a las soluciones finales ante los
diversos conflictos, una forma de mostrar la eugenesia
violenta como algo universalmente aceptable. Algunos
ven en las diversas manifestaciones de la literatura zombi
como una manera de enfrentar los temores ante los
conflictos armados, las catástrofes e incluso el fin del
mundo que tanto se ha anunciado. Tal concepto vendría a
ser tema de iniciativas como la del gerente del Centro de
Apoyo Virtual Diug Johnson de la Universidad de
Florida en Gainesville para formular mediante un
documento un plan de contingencia como preparar a los
estudiantes en caso de un ataque zombi. Si bien el
documento ha sido objeto de controversia, Diug asegura
que la idea de la novedosa iniciativa es reducir el estrés

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del personal ante cualquier emergencia. En los Estados
Unidos, el Centro para el Control y Prevención de
Enfermedades publicó en su página web una campaña para
enfrentar la amenaza bajo el lema “Si estás listo para el
apocalipsis zombi, entonces estás listo para cualquier
emergencia” con una serie de consejos e indicaciones
básicas que pueden servir igual para cualquier otro tipo de
catástrofe.
El fenómeno zombi de los últimos años nos puede
recordar también un escenario que hoy por hoy es muy
común en casi todas las regiones del mundo. Los
escenarios zombi actuales nos evocan las ciudades tras
haber sido casi destruidas y saqueadas en las revueltas,
motines o manifestaciones políticas a gran escala. Los
grupos que se enfrentan a la policía antimotines, se
asemejan mucho a las hordas de zombis o infectados que
se conglomeran para su cometido, en este caso las
denuncias o protestas contra algún decreto, un gobierno o
las grandes problemáticas de la sociedad, no más habría
que terminar la analogía considerando de que dichas
demandas están a la par del único deseo que mantiene vivo
al zombi, el devorar carne humana, al respecto se podría
decir que cada consigna en una manifestación es
simplemente el voraz e irracional apetito del “muerto
viviente”. También podría interpretarse que la infecciosa
mordida del zombi tiene el nefasto resultado de contagiar
a la víctima con sus ideas. Si vemos las imágenes de las
violentas manifestaciones como las que se han sucedido en
Grecia o Inglaterra a causa de las crisis económica,
notaremos que no distan mucho en parecerse a las escenas
en distintas películas, seriados y videojuegos zombi.

53
A lo largo de décadas el cine comercial norteamericano y
también parte de la literatura Best Seller, han
“acomodado” la visión que tienen las personas acerca del
mundo.
El Zombi Walk o “Caminata zombi” también conocida
como “horda o paseo zombi” es un evento público en que
las personas amantes del género se reúnen vistiendo
atuendos y maquillaje de muertos vivientes. La
Convención Zombi en Seattle el “Zombi Walk” ya hace
parte de una celebración anual. A menudo las caminatas
zombi se usan como parodia de los diversos mítines y
manifestaciones políticas que muchas veces desencadenan
en el caos, las caminatas se han organizado también para
realizar diversas colectas de caridad llegando a ser tan
popular en otros países fuera de Norteamérica.
Recientemente multitudes de personas disfrazadas de
muertos vivientes deambulan en grupo por las calles
actuando como zombis y portando carteles en protesta por
los diversos problemas que azotan al mundo en la
actualidad.
El fenómeno zombi también ha resultado ser de gran
inspiración para que unos estudiantes del Goucher
College en Estados Unidos idearan un juego de interacción
conocido como “Humanos vs Zombis” cuyo objetivo es
lograr el triunfo de cada grupo sean estas hordas de
zombis o supervivientes. Para defenderse del ataque, los
“humanos” usan las llamadas armas Nerf que lanzan
pelotas. El juego ha causado gran controversia ya que
algunos sectores, lo consideran como una incitación a la
violencia con armas llegando a ser prohibido en muchas
escuelas y universidades. Otros por lo contrario creen que
Humanos vs Zombis sirve para enseñar a los jóvenes a

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cómo desenvolverse en caso de un tiroteo como los
sucedidos en Columbine, el Virginia Tech y la
Universidad del Norte de Illinois, que tanto han golpeado
a la sociedad estadunidense.

El zombi en las últimas décadas ha formado parte esencial en la cultura popular de la


mayoría de países occidentales, siendo los Estados unidos el país que más lo ha
explotado comercialmente. De izquierda a derecha, ya sea por una simple curiosidad o
utilidad, actualmente se comercializan diversos “kit zombi” que constan de varios
elementos y herramientas para sobrevivir a una eventual epidemia de muertos
vivientes. El juego universitario “Humanos vs Zombis” se creó con la intención
preparar a los alumnos ante un posible tiroteo. Los “Zombie Walk” o “Caminatas
Zombi” es una nueva forma de protesta pacífica que se ha popularizado en los países
de primer mundo. La metáfora zombi se puede encontrar en gran variedad de
productos y artículos de arte.

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Ya sea en el cine, la televisión, en el anuncio de un
comercial o los videojuegos, los zombis estarán allí en su
tradicional forma de muerto viviente o como un infectado
por un mal desconocido, inquietando nuestras mentes a la
vez que nos invita a reflexionar el por qué estamos aquí.
¿Qué tan vulnerables somos a vivir una tragedia de
grandes magnitudes? ¿Cómo podemos afrontar la
posibilidad de que un desastre global eminente nos esté
amenazando? Justamente es el fenómeno zombi el que nos
invita a preguntarnos, solo el hombre tiene la capacidad de
saber lo frágil que es el hilo de la vida, por eso no sería
extraño pensar que el fenómeno zombi tan popular en la
actualidad, esté allí como una insospechada advertencia de
que nuestros días en la tierra están contados.

FIN

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