Está en la página 1de 64
WALTHER BUHLER Kurt BrotBeck LAEDUCACION . DELA VOLUNTAD > ANTROPOSOFICA Biblioteca de Nveva Acwpolis Buhler, Walther La educacién de la voluntad / Walther Buhler y Kurt Brotbeck, - 1a ed. - Villa Adelina: Antroposéfica, 2011 64p.; 21x14 cm, ‘Traducido por: Blanca Sancher de Muniain. ISBN 978-987-682-002-8 1. Antroposofia. J, Brotbeck, Kurt II, Sanchez de Muniain, Blanca, trad. Il Titulo ‘DD 190 © Reservados todos los derechos a favor de Editorial Antroposéfica Hecho el depésito que marca la ley 11.723 Editorial Antroposéfica El Indio 1837 (1607) Villa Adelina Buenos Aires, Argentina E-mail: info@antroposofica.com.ar ‘www.antroposofica.com.ar 2200090 9090.00000000090900900 200000090601 INDICE Dr. Walther Biihler ‘LA EDUCACION DE LA VOLUNTADCOMO PROBLEMA DE AUTO-EDUCACION La vida de la voluntad y la formacién del cardcter.... 9 Necesidad de actividad corporal 2B Desarrollo de la iniciativa ... 16 El cambio de habitos conserva la juventud... 19 La renuncia a los deseos como ascetismo moderno .. 24 Estimulacion de la voluntad < través de la creacién de objetivos..... 7 Notas 29 32 Dr. Kurt Brotbeck ‘LA FORMACION DE LA VOLUNTADEN LA EDUCACION Estimulos para la formacién de la voluntad en la pe- dagogia .. iio ‘Como educar la voluntad en el primer septenio Cuando y en dénde comenzar la educacién dle la vo- untad co — 38 La imitacion: palabra clave para el importante pri- mer septenio. scott 39 Las narraciones como estimulo de la voluntad 41 {Dad buenos juguetes a 108 Mif98! nnn 4B Juegos al corro y canciones .. 45 Como evaluar Ja educacién anti-autoritaria . 46 {Cémo fortalecemos la voluntad en el segundo sep 48 tenio? z eee Cémo formamos metédicamente la fuerza de la vo- Juntad en la edad escolar -.n---- ‘Unas palabras sobre las clases practicas Gimnasia, ejercicio fisico y deporte ‘La clase de euritmia i El tercer septenio: desarrollo de una voluntad més activa ee aan Incorporacién del nticleo perscnal propio mt | | | | ° ° 3 ° 0000000000000000¢ Leo 800-0 WALTHER BUHLER El Dr. Walther Buhler nacié en Homburg/Saar, Alemania, en 1913. Tras leer su tesis “Sobre la influencia lunar en el naci- miento” en 1940, fue oficial méctico durante la Segunda Guerra Mundial y estuvo prisionero de los ingleses hasta 1945. a par- tir de entonces desarrolla su actividad como médico, Fue fundador y director del Centro Médico Paracelsus en Bad Liebenzell/Ul; miembro ce Ia Junta Directiva de la Sociedad Antroposéfica de Alemania y de la Sociedad Antropos6fica Médica; cofundador y miembro de la Junta Directiva del movimiento laico de higiene social “Asociacién para una ampliacién del arte de sanar”, Bad Liebenzell/UL Es autor de numerosos articules y varios libros y es conoci- do por su aportaciou al trabajo sobre la reforma del calenda- rio con su ensayo “Das beweglicke osterfest” (La fiesta movi- ble de la Pascua) nueva edicién ce 1978; “Die geistigen Hintergriinde der Kalendorordnung” (Motivos espirituales de la composicién del calendario) Verlag Urachhaus Stuttgart. En ella se pone de manifiesto por primera vez el significado rofundo de las fechas establecidas ce acuerdo con el movi- miento de los astros en la fiesta de Pascua, y hace una llama- da al mundo cristiano para que, a partir del significado del ritmo natural, evite una mecanizacién uniforme del aio, Desde 1968 su actividad principal la desarrolla como pro- fesor y conferenciante, incluyendo cuestiones de higiene social. Fallece en 1995 KURT BROTBECK ELDr. Kurt Brotbeck nacis el 14 de abril de 1916 en Biel, Suiza Terminando el bachillerato pasé ala Escuela Técnica y duran- te diez afios trabajé en la industria electrénica. Mas tarde estudio pedagogia, filosofia, psicologia y literatura alemana en las universidades de Zurich y Berna. Durante este tiempo trabajo en el servicio suizo de ayuda al extranjero y en Radio Estudio Berna, De 1952 a 1981 fu2 profesor de alemén, histo- ria y psicologfa en la Escuela de Ingenieria H.T.C. en Biel, Es autor de varios libros de pedagogia: “A la sombra del progreso”, “El hombre, ciudadano de dos mundos", *Despertar de una nueva educaci6n: caminos para el desarro~ Ilo de una pedagogia Waldorf”, entre otros. Es cofundador del colegio Rudolf Steiner de Biel, y duran- te los diltimos 30 afios, editor de la revista “Gegenwart” (Actualidad), fundada por el profesor Friedrich Eymann, Despliega una extensa actividad como conferenciante en. Suiza, Alemania y Austria y es colaborador de Ia revista “Kommenden”. SUUUU0U0000000000090090000990000000 Walter Biihler LA EDUCACION DELA VOLUNTAD COMO, PROBLEMA DE LA AUTO-EDUCACION LA VIDA DELA VOLUNTAD Y LA FORMACION DEL CARACTER. El filésofo Schopenhauer bas6 su visién del mundo sobre los conceptos de “voluntad e imagen mental (representa- cidn)”. Con ello puso la base d2 su filosofia en una pola- ridad que juega un papel muy importante en la naturale- za humana y que se podria describir como la oposicién entre fuerza e imagen. Consideremos en primer lugar nuestras imagenes (representaciones) mentales. Surgen en la region del pensar, bien cuando ésta ilumina las per- cepciones sensoriales, bien cuando se torna hacia el teso- ro de la memoria, o cuando aparece debido a la actividad de la fantasia, intentando siempre iluminar las imagenes interiores y ordenarlas en una relacién conceptual. Comprende las esferas del conacimiento y del saber. ‘También una mirada sobre la voluntad conduce hacia una extensa zona de la vida animica con muchas grada- ciones. Abarca desde la reaccién inconsciente y refleja, como por ejemplo el parpadeo cuando las pestafias rozan un objeto extrafo, hasta la accién humana cons- ciente y dirigida. Ningiin ser con alma pasa sin estimu- los interiores a un movimiento o actividad exterior, en el que, por ejemplo, actiien el imoulso por la conservaci6n, 9 elimpulso de Ia alimentacién o el impulso sexual = casi siempre acompafiados de instintos—. Las apetencias, pasiones, agresividad y deseos, se pueden afiadir como estimulos momenténeos. Pero sélo el ser dotado de razén, el ser humano, puede ser capaz de influir en la esfera de la voluntad, con ideas y vision de la meta, de una manera enérgica y dirigida “Nosotros podemos hacer surgir nuestras imagenes mentales instanténeamente, Fodemos transformarlas, apartarlas o cambiarlas. Para el pensar son como image nes reflejas internas sin fuerza propia, como las figuras en el tablero de ajedrez lo son para la mano. Por el con- trario, en la esfera de la voluntad somos comparables a un domador que durante la doma y Ia actuacién trata con seres relativamente independientes dotados de fuer- zas propias. Los animales pueden actuar de manera totalmente distinta a como é quiere; pueden incluso amenazarle, agarrarle, herirle o, por el contrario des- arrollar capacidades extrafias a su naturaleza dirigidas por su “amo”. Este ha de elevarse a un estado de alerta total, de atencién y precauciéa, de presencia de énimo. Nose trata tanto de conocimiento como de actitud. Todo Jo relacionado con la voluntad se enfrenta a nuestro ser de manera distinta y més profunda a como lo hacen las cuestiones relativas al conocimiento. ‘Un nuevo conocimiento podemos incorporarlo relati- vamente deprisa, por ejemplo: la luna se mueve en un llamado ritmo sideral a través del zodiaco en 27.321 dias, mientras que el cambio de fase de este cuerpo celeste, el llamado ritmo sindidal, es mas largo y dura 29.530 dias con una variacién de unas pocas horas. Por 10 OOO Io tanto la consiguiente luna llena no se encuentra en el mismo signo, sino en el siguiente. Una informacién de este tipo -suponiendo que uno tenga buena memoria puede quedar a partir de este momento como conoci- miento duradero. Sin embargo, ;cuainto tiempo necesita- mos para desechar un mal habito, para aprender a domi- nar un apetito o para desarrollar una capacidad o una virtud nueva! En la esfera del conocimiento lo importan- te es si fenemos una imagen mental clara 0 no, correcta © falsa; pero en las profundidades de la voluntad se trata de capacidad o de incapacidad, de egoismo o de genero- sidad, de un comportamiento bueno o malo. A la esfera del intelectualismo y de la inteligencia se le enfrenta la esfera de la ética y de la moral. Por lo tanto, todas las cuestiones relacionadas con la educacion de la voluntad son, en dltimo término cuestiones de formacién del cardcter. Se ha scfialado a menudo que en esta esfera el Progreso moral puede compararse con la manilla peque- Ra del reloj que siempre sigue a la grande y més répida -el intelecto- que es el que asimila el conocimiento. Y ¢no es una caracteristica de nuestra civilizacién actual con sus rapidos y a menudo violentos progresos de la técnica, que las fuerzas morales se queden fatalmente rezagadas? No vamos a definir aqui lo que es la voluntad, la fuer- za de voluntad, pero esta faceta del ser humano queda caracterizada tan pronto como nos damos cuenta de que no aceptariamos la repeticiér. de una promesa que nos ha sido hecha ya anteriormente. Decepcionados profun- damente, nos apartamos de la persona en cuestién tras Ia experiencia de su falta de fiabilidad, de formalidad y n de confianza. {Qué diferencia tan grande existe entre la naturaleza perezosa o indolente y una activa y entusias- tal Cémo acogemos a un compafero de trabajo activo, enérgico, decidido, quizés incluso de gran iniciativa, y cuanto nos defrauda trabajar con alguien de voluntad débil, inconstante y poco creativo. Sélo conocemos la cara profunda y verdadera de un hombre cuando nos acercamos a su voluntad. Todo método para educar Ia voluntad exige un entre- namiento 0 ejercicio, es decir, la repeticién continuada de un esfuerzo durante largo tiempo. Desde el mismo comienzo de la practica de un ejercicio de voluntad se requiere decision, aguante y fidelidad a la decision tomada. Con ello entramos en una capa mas profunda de nuestro ser. No se trata de la transformacién de habi tos existentes o de fuerzas animicas con el fin de domi- narlos o de crear nuevas capacidades. Esto exige un cre- cimiento interno y una maduracién lenta de los procesos vitales-animicos y se ha de tener fortaleza y paciencia consigo mismo. En esta fase de la voluntad puede dilucidarse el ser 0 no ser, la victoria y Ja derrota de nuestra misma humani- dad. El asesino lascivo o el delincuente sexual muestra de manera tragica que ha perdido el dominio sobre si mismo; se convierte en inhumano. De hecho, en ninguna esfera se encuentra el hombre tan confrontado en su evo- lucién respecto a su parentesco con el reino animal como en la esfera de los impulsos, apetitos y pasiones relacio- nados con la sangre. El alcohélico en estado terminal de cirrosis de higado y delirio muestra una personalidad que a nivel corporal, animico y espiritual se halla arruinada y 2 am 1o tanto la consiguiente lune lena no se encuentra en el mismo signo, sino en el siguiente. Una informacion de este tipo -suponiendo que uno tenga buena memoria puede quedar a partir de este momento como conoci- miento duradero. Sin embargo, jcudnto tiempo necesita- mos para desechar un mal hébito, para aprender a domi- nar un apetito o para desar-ollar una capacidad 0 una virtud nueva! En la esfera del conocimiento lo importan- te es si tenemos una imagen mental clara 0 no, correcta © falsa; pero en las profundidades de la voluntad se trata de capacidad 0 de incapacidad, de egoismo o de genero- sidad, de un comportamiento bueno 0 malo. A la esfera del intelectualismo y de la inteligencia se le enfrenta la esfera de la ética y de la moral. Por lo tanto, todas las cuestiones relacionadas con la educacién de la voluntad son, en ultimo término cuestiones de formacién del cardcter. Se ha seftalado a menudo que en esta esfera el Progreso moral puede compararse con la manilla peque- a del reloj que siempre sigue a la grande y més répida -el intelecto- que es el que asimila el conocimiento. Y ¢no es una caracteristica de nuestra civilizacién actual con sus rapidos y a menudo violentos progresos de la técnica, que las fuerzas morales se queden fatalmente rezagadas? No vamos a definir aqué lo que es la voluntad, la fuer- za de voluntad, pero esta facta del ser humano queda caracterizada tan pronto como nos damos cuenta de que no aceptariamos la repeticién de una promesa que nos ha sido hecha ya anteriormente, Decepcionados profun- damente, nos apartamos de la persona en cuestin tras Ja experiencia de su falta de fabilidad, de formalidad y u de confianza. ;Qué diferencia tan grande existe entre la naturaleza perezosa o indolente y una activa y entusias- tal Cémo acogemos a un compafero de trabajo activo, enérgico, decidido, quizés incluso de gran iniciativa, y cuanto nos defrauda trabajar con alguien de voluntad débil, inconstante y poco creativo. Sélo conecemos la cara profunda y verdadera de un hombre cuando nos acercamos a su voluntad. ‘Todo método para educar la voluntad exige un entre namiento 0 ejercicio, es decir, la repeticién continuada de un esfuerzo durante largo tiempo. Desde el mismo comienzo de la practica de un ejercicio de voluntad se requiere decisién, aguante y fidelidad a la decision tomada. Con ello entramos en una capa més profunda de nuestro ser. No se trata de la transformacién de habi- tos existentes o de fuerzas animicas con el fin de domi- narlos o de crear nuevas capacidades. Esto exige un cre- cimiento interno y una maduracisn lenta de los procesos vitales-animicos y se ha de tener fortaleza y paciencia consigo mismo. En esta fase de Ia voluntad puede dilucidarse el ser 0 no ser, la victoria y la derrota de nuestra misma humani- dad. El asesino lascivo 0 el delincuente sexual muestra de manera tragica que ha perdido el dominio sobre si mismo; se convierte en inhumano. De hecho, en ninguna esfera se encuentra el hombre tan confrontado en su evo- lucién respecto a su parentesco con el reino animal como en la esfera de los impulsos, apetitos y pasiones relacio- nados con la sangre. El alcohélico en estado terminal de cirrosis de higado y delirio muestra una personalidad que anivel corporal, animico y espiritual se halla arruinada y 2 20-0 destruida. En estas caricaturas del ser humano se hace visible la importancia de fortalecer el yo y hacerle cada vez mas consciente para que Iegue a ser sefior de la voluntad y con ello fuente de moderacién, de ennobleci- miento, de responsabilidad y de autodominio. El sentido y la necesidad de toda educacién de la voluntad se hacen evidentes, siendo ademas un requisito esencial de la auto- educaci6n en el campo de la “higiene psiquica”. NECESIDAD DE ACTIVIDAD CORPORAL EI problema de la voluntad tiene un aspecto corporal, uno anfmico y uno espiritual. Desde el punto de vista corporal, la herramienta de la voluntad es Ja musculatu- ra en su actividad conjunta con el sistema éseo a través de la funci6n transmisora de las articulaciones, consti- tuye el 40% 0 50% del peso de nuestro cuerpo. Si pensa- mos que no sélo tenemos muisculos en los brazos y pier- nas, sino que la musculatura se extiende por todo el tronco en la estructura de la espalda, abdomen y respi- raci6n, en los misculos del cuello y del habla y que solamente se hace mas débil en el créneo, nos damos cuenta de en qué medida el hombre esté constituido como un ser en movimiento. Es, por Jo tanto, una misi6n importante de la educacién guiar el alma espiri- tual del nifio por medio de juegos, ejercicios, deportes y actividades, incluso con eje:cicios de habilidad, para "que se haga con su corporabilidad con fuerza, agilidad y alegria. El proceso de encamacién que se desarrolla a lo largo de 20 aitos ha menester de muchos pequefios pasos hasta alcanzar una encarnacién completa y sana; 13 esto es lo que en-carnaci6n quiere decir literalmente y que est relacionado con los miisculos como herramien- tas de la voluntad. Tras el despertar matutino, también nosotros como adultos, repetimos este proceso de encarnacién, de forma abreviada, al volver en si y levantarnos diariamente. En aera de la técnica y de las maquinas al hombre se le priva cada vez mas de su participacién corporal. Con los medios de transporte como el coche, el funicular, las escaleras meciinicas y el ascensor, este proceso de reduc- cién influye hasta en el propio andar. Los hombres que antes hacian trabajos pesados se convierten cada vez mas en operarios de maquinas con botones y palancas y terminan trabajando totalmente con la cabeza. Asi se crean innumerables trabajos que le encadenan dia tras dia y durante largas horas a la silla y a 1a mesa de traba- jo. La falta de ejercicio ligada al trabajo fomentan ~espe- cialmente si va unida a un exceso de peso- Ia aparicién de muchas enfermedades como reuma, deformaciones éseas, sedimentaciones, tensién alta, grasa en la sangre y diabetes. Todo adulto, dependiendo de la situacién y preferencias, debe intentar equilibrar esta falta de movi- miento, pues no solamente debilita sus fuerzas fisicas sino que tiene una repercusién siempre negativa sobre las funciones del metabolisrro que estén indisoluble- mente unidas a ellas. Es de mayor importancia, por lo tanto, que en el tiem- po libre se haga algo adicional -el que es de poca impor- tancia-. Deportes como el tenis, la natacién, el remo, andar, correr moderadamente, se prestan a ello, lo mismo que cualquier otra de las multiples actividades y u“ 099.0.0-0 0.0.050:0.0 2:9:0.0:0 0:0.0.:0:0.0:0:0.0. TOO@:6:0.0 hobbies como la jardinerfa, la gimnasia y la euritmia, Nadie debe minusvalorar la importancia de estas activi- dades corporales en el sentido de un ejercicio fisico que, naturalmente, ha de estar adecuado a la constitucién y a la edad y que producen verdadero bienestar. La natura- Jeza humana exige, especialmente en la civilizacion moderna, un cuidado adicional al proceso de encarna- cién diario de forma consciente. Esta necesidad se hace més obvia si pensamos que el miisculo en reposo no se fortalece sino que se debilita. En el sistema nervioso sensorial ocurre lo contrario, En la percepcién y en la imagen mental siempre tienen lugar procesos de catabolizacion y de destruccién que hacen necesaria la fase de reposo y regeneracion del suefio. Por el contrario, en la actividad corporal se quema el azticar del musculo para producir energia fisi- «a, y con ello el masculo se refuerza. Podria sorprender que tras el reposo forzado por la rotura de un hueso, la musculatura de la pierna cuando se quita la escayola no aparezca “descansada”, recuperada y fortalecida, sino por el contrario, debilitada, atrofiada (encogida) y con articulaciones entumecidas cue s6lo vuelven a la norma- lidad lentamente con la ayuda de masajes y ejercicios de movimiento. Tal como hemos sefialado ya en la polari- dad mencionada miembros-sistema nervioso, el miiscu- lo se fortalece con la actividad, se desarrolla y aumenta de volumen, como todo deportista sabe. Este hecho comprobado da sentido a la prictica de un ejercicio fisi- co con regularidad. Con ello el fortalecimiento corporal no s6lo acttia beneficiosamente sobre toda la circulacién sanguinea -elevando la demasiado baja y haciendo des- 15 cender la alta- sino que también refuerza en la misma medida el coraz6n -el miisculo hueco mis fuerte del cuerpo- en el que esta fuertemente anclada la voluntad. Estos fenémenos muestran cvan unidos estan el ser de la voluntad con la vida profunda del metabolismo y todas sus funciones constructivas: alimentacién, forma- cién de sangre y fuerza regeneradora, llegando hasta los Srganos de reproduccién. El efecto positivo de la mayo- ria de los ejercicios de voluntad que describimos a con- tinuacién se extiende, pro tanto, hasta la salud fisica. DESARROLLO DE LA INICIATIVA Se espera del escolar que llegue a tiempo a clase. ‘Tambien se espera buena puntualidad del publico que va a conferencias, conciertos y al teatro. A los que se retrasan para una reunién se les concede el “cuarto de hora de cortesfa” antes de comenzar. Pero el autobiis y el tren no pueden esperar. Los medios de transporte moderno educan forzosamente asus usuarios a ser pun- tuales, Una persona siempre impuntual da la impresién de ser desordenada, informal e indisciplinada. ¢Tiene problemas consigo misma con respecto al tiempo, 0 es indiferencia frente a la vida social y sus formas lo que le mantienen prisionero de su conducta social? Pero gcémo nos autoeducados en la virtud de la pun- tualidad? En el camino de perfeccionamiento antroposofico el discfpulo ha de llevar a cabo el ejercicio de meditaci6n en cualquier circunstancia, junto con los llamados ejer- 16 2-2} cicios subsidiarios, pues sin la armonizacién del alma que tiene lugar a través de ellos, el camino de perfeccio- namiento va unido a grandes peligros. El primero de estos ejercicios consiste en el “control de los pensamien- tos” (ya mencionado en el cuaderno sobre “las fuerzas del pensar y la educacién ce la voluntad”). El segundo ejercicio conduce expresamente a un ejercicio de la voluntad. Para llevarlo a cabo es necesario reservar un momen- to especifico del dia, cada manana por ejemplo, para rea- lizar una pequena accién qu2 uno mismo haya escogido. Nada de nuestro medio profesional o privado debe aportar raz6n externa alguna que nos induzca a ello Uno podria, por ejemplo, a las cuatro de la tarde en la Oficina, abrir y cerrar una ventana especifica tres veces rapidamente. Como al hacer.o con rapidez.no hay tiem- po de que se airee la habitacién, la accién desde el punto de vista externo es totalmente sin sentido. También podria uno cambiarse el reloj de muiieca izquierda a la derecha y volver a ponerla en la izquierda después de dos horas; 0 sacar del bolsille un objeto dado, pasarlo de a mano izquierda y volver a meterlo en el bolsillo. jUna acci6n aparentemente sin sentido! Quien no pueda saber donde va a estar a una hora determinada puede propo- netse golpear tres veces el suelo con el tacén. Los pies y él suelo los tenemos siempre a mano. Quien oiga por primera vez estos ejercicios aparente- mente faciles, quizés piense que estas “pequefieces” no Pueden llevar muy lejos y que especialmente estas accio- nes “sin sentido” no pueden tener efectos perceptibles o tiles. Sin embargo quien -como prueba- intente aun- Ww que s6lo sea durante diez dias hacer este ejercicio, sin duda aprendera qué dificil es en medio de las obligacio- nes diarias recordar en el momento preciso el pequefio gjercicio elegido por uno mismo. Proponérselo de nuevo dia tras dia y Ievarlo a cabo puntualmente. ‘Al principio es aconsejable mantener el mismo ejerci- cio y a la misma hora durante algunas semanas, més tarde se puede cambiar la hora y finalmente la forma de evarlo a cabo a menudo, de manera que no se convier- ta en habito. También se puede mantener el mismo ejer- cicio cambiando la hora y la forma de realizarlo. Aqui més que en otros ejercicios se debe recordar el dicho “Ia gota continua horada !a piedra”. Es diferente haber dejado pasar un afio sin ejercitarse que haberse esforzado trescientos sesenta y cinco veces en realizar lo que uno se ha propuesto a si mismo. Antiguamente en los lugares de ascesis y en las érdenes religiosas era necesaria la obediencia a las obligaciones y ejercicios establecidos por la regla para les novicios y los herma- nos. La puntualidad y la disciplina eran observadas severamente por los superiores, en el caso de la iniciati- va de accién se trata de tomar sobre nosotros mismos, en libertad, tanto la disciplina del novicio como la funcién de vigilancia del abad. Nuestro Yo es la autoridad que por una parte realiza fiel y obedientemente la accion y que por la otra actia como vigilante y actor. El resulta- do es un crecimiento en la puntualidad, responsabilidad y fiabilidad; con el tiempo iluminara también su conduc ta diaria y las obligaciones de su vida. Y nuestro medio sentir como bienhechor lo que en silencio vamos alcan- zando. Al mismo tiempo adquirimos una mayor seguri- 18 dad en nosotros mismos porque sentimos: “ahora puedo confiar mas en mi mismo” EL CAMBIO DE HABITOS CONSERVA LA JUVENTUD La vida animica del hombre esté penetrada por toda clase de habitos. Van desde hdbitos del pensar hasta habitos de conducta o actuacién en la esfera de la volun- tad. Nuestros habitos estan emparentados con nuestros logros y capacidades. Mientras que estas ultimas se adquieren conscientemente a través de un aprendizaje y Practica laboriosos ~como cuando aprendemos a escribir © a tocar un instrumento-, la mayor parte de nuestros habitos se han introducide de manera mas o menos inconsciente. La memoria es el requisito de toda capacidad de aprendizaje; tiene su base en las profundidades incons- cientes de la organizacién de nuestras fuerzas vitales que en el conocimiento antroposéfico se designan como cuerpo vital o cuerpo etérico (este concepto esté de- sarrollado en el cuaderno sobre “La edad creativa, el miedo a la muerte y cémo superarlo”). En la adquisi- cin de capacidades intervenimos de manera voluntaria mas profundamente en el cuerpo vital que, a su vez, vivifica y organiza constantemente el cuerpo fisico. Se crean asimismo vias libres que posibilitan al alma llegar con ligereza y de la manera adecuada a las corporalida- des etérica y fisica sin tener que volver siempre de nuevo a pensar en el cémo, Pensemos, por ejemplo, en la capacidad de escribir a maquina sin mirar. Con los habitos sucede lo mismo. v El cambio consciente de un habito significa, por tanto, volver a actuar voluntariamente y a partir del Yo en esta esfera de la vida que ya no requiere atencién. Es como la necesidad de levantar el pavimento de un cami- no muy usado para poder hacer otro nuevo. Con ello se consigue un aflojamiento del cuerpo vital con respecto al cuerpo fisico; el cuerpo vital se ve estimulado en sus corrientes y funciones y ello produce un fortalecimien- toy revitalizaci6n. Todo hombre tiene habitos buenos y malos y también desde el punto de vista de la salud habitos neutros. A estos tltimos pertenece quizés, cémo nos vestimos. Podrfamos por ejemplo, meter primero el brazo izquier- do en vez del derecho en la manga del abrigo o de la chaqueta, o intentar algo similar. Respecto a esto dice Rudolf Steiner: “E] hombre no tiene por qué utilizar la mano derecha o izquierda cle manera fanatica; si intenta enalguna medida llevar a cabo al menos ciertas acciones con la mano izquierda -no necesita ir més all que ser capaz de poder hacerlo una vez- ejerce con ello una influencia beneficiosa sobre el dominio que nuestro cuerpo astral debe ejercer sobre el etérico”. Y a este res- pecto aconseja que observemos nuestros gestos como desde afuera -por ejemplo, la manera en que movemos las manos 0 la cabeza~ con el objeto de poder eventual- mente suprimir o cambiar un gesto especifico. Quien intente una vez hacerse I lazo de la corbata de manera distinta y se sienta tan incapaz como un nifio, se dara cuenta de cudn profundameate asentados estn los habitos. Uno se encuentra obligado a hacer esa accién completamente de nuevo y mantener su concentracién a 20 través de su voluntad. Pero precisamente “la atencién que hay que poner en lo que se hace, significa siempre establecer una relacién intima entre su ser més profun- do y el objeto. Todo cuanto nuestro ser mas profundo relaciona con lo que hacemos fortalece nuestro cuerpo etérico o vital. Y con ello nos hacemos hombres més nos”. Esto también es valido cuando uno -por ejemplo en vacaciones- aparta un cuarto de hora o media hora al dia con objeto de cambiar su escritura 0 al menos mejo- rar alguna letra que haga mal o ilegible. Especialmente titil es prestar atencién a habitos de comida, suefio, esparcimiento o a otro directamente rela- cionados con la salud anfmica 0 corporal. Quien por ejemplo, mastica mal, come demasiado deprisa 0 ansio- samente y ademés intenta “digerir” el periédico ala vez, fomenta la aparicién de un estémago irritable, nervioso y tenso que puede Hevar finalmente a la formacién de una tileera. Por el contrario, no sélo se hace un favor a sf mismo, sino que actia ademas beneficiosamente sobre el estémago, si aprende a disfrutar con respeto y amor lo que también ha sido cocinado con cuidado y amor. También fortalece la voluntad quien se esfuerza en superar el “anti-apetito”, es decir la aversién hacia cier- tas comidas. Ocasionalmente se debe conscientemente comer algo que no gusta o que aparentemente no sienta bien y hacer un esfuerzo incluso por incorporarlo al plan de comidas durante algin tiempo. Mas dificil podria ser quitar el habito de una forma de ser irritable o impaciente. La experiencia muestra que no basta la simple decisién de decir: “de mafiana en adelan- te ya no voy a ser més impaciente y colérico”; es como el a dicho de que: “el camino al infierro esté leno de buenas intenciones”. Es necesario un cierto trabajo de prepara- mn 0 “técnica” especifica para cambiar habitos tan fuer- temente arraigados y tan unidos a la vida del alma. Es necesario tomarse el tiempo necesario para luchar contra las causas que se repiten, contra ss consecuencias dafti- nas y contra la falta de sentido y reflexionar seriamente sobre el comportamiento que uno encuentra _nocivo. Solamente a través de una reflexion de este tipo surge Ientamente pero segura la fuerza interna del dominio del Yo sobre un comportamiento que est en mayor o menor medida fuera de su control. Con todo ello quien se ejerci- te llega “en un momento de calma interior a verse embar- gado por el sentimiento de la inutilidad de la impaciencia y, a partir de entonces, cada vez. que se siente embargado por ella, surge ese sentimiento”. Por lo tanto, no lucha contra un sentimiento negativo meramente con una ima- gen mental 0 con una decisién abstracta, sino que se enfrenta a él armado con un sentimiento distinto libre- mente concebido. ;Se vence luchando con las mismas armas! La impaciencia que ya estaba a punto de hacer acto de presencia desaparece y un tiempo que se habria perdido bajo la influencia de las imagenes mentales de la impaciencia, puede Hlenarse con quizés alguna observa- cién util que puede hacerse durarte la espera. Como ya hemos demostrado, 21 problema de la pun- tualidad, la relacién con el tiempo ligada a habitos pero cuidada conscientemente, juega un papel muy impor- tante. El cuerpo fisico ha de ser comprendido como “un cuerpo en el espacio”, mientras que el cuerpo vital ~por- tador de la vitalidad y de las fuerzas regeneradoras y, 2 sobre todo, del temperamento y de los habitos- se carac- teriza como “cuerpo en el tiempo” (ver cuaderno sobre “"Nerviosismo: no tengo tizmpo”) Pasemos ahora a describir un ejercicio directamente relacionado con esto y que fortalece especialmente el cuerpo etérico como portador de la memoria. Va unido también a un cambio en los habitos. Consiste en intentar recordar hacia atrés una poesia, una pieza de musica 0 un acto de una pieza de teatro. La voluntad interna esti- mulada de esta manera ha de ir contra corriente del recuerdo habitual y mas o menos automatico. De esta manera ejercemos una influencia dinamizante en el cuer- po del tiempo. “Esto es extraordinariamente importante, pues si lo hacemos en un sentido amplio aportamos un fortalecimiento enorme al cuerpo etérico. Reconstruir poemas enteros hacia atrés, 0 hacerlo con historias que conocemos 0 cosas similares son ejercicios de la mayor importancia para la consolidacién del cuerpo etérico. Con ello, por ejemplo, se desarrolla resistencia a la ten- dencia cada vez mas extendida de reacciones alérgicas, que vienen provocadas especialmente por la influencias de la civilizacién que debilitan o fatigan la vitalidad. La biologia actual de la mutacién, es decir la transfor- maci6n casual de la estruciura molecular de los cromo- somas, como una de las causas principales para el des- arrollo de los seres vivos. Estos, gracias a la mutacién, pueden liberarse de las fuerzas hereditarias que si no reproducirfan incesantemente formas idénticas a si mis- mas. En el ejercicio consciente de cambiar los habitos el hombre lleva a cabo este proceso como principio de des- arrollo con una finalidad y a un nivel superior, modifi- 3B cado y Ileno de sentido. Con ello estimula cierta elastici- dad interior, y ésta actia a su vez vivificando el cuerpo vital, manteniéndole flexible y fortaleciendo las faculta~ des de memoria y aprendizaje, ast como Ia vitalidad, hasta una edad avanzada. {El cambio de habitos conser- va la juventud! LA RENUNCIA A LOS DESEOS COMO ASCETISMO MODERNO Muchos educadores hoy dia miran con preocupaci6n fundada la ola de droga que durante los dos dltimos decenios viene atrapando especialmente a los jévenes, ¢ intenta descubrir la causa basica. Esto no sera posible mientras no se tenga en cuenta cue los fenémenos de adicci6n de todo tipo, incluso entre los mismos adultos, se han convertido en un problema insoluble en nuestra sociedad de bienestar. Mientras que los pueblos “subde- sarrollados” sufren privacion y millones pasan hambre, “nosotros vivimos hasta matarnos” -en palabras del profesor Jores~ sobre todo a la vista de la falta de medi- da en el comer, el beber y el fumar. La busqueda de pla- cer es uno de los mayores males de nuestra sociedad y se ha extendido a practicamente todas las esferas de la vida. La mala utilizacién de medicaments contra el dolor, para dormir, sedantes y excitantes (los psicofér- macos) provienen de la esfera an‘mica que se ve cons- tantemente acosada por el frenesi de imagenes y el ansia de sensaciones que proyectan los medios de comunica- cion, En medio de la salud aparecen enfermedades que llevan a una explosi6n de costes imparable como resul- a cee a tado de toda falta de medida. Los tratamientos médicos, las bajas en el trabajo y la invalidez prematura pesan sobre los medios econémicos con sumas astronomicas, Desde el punto de vista moral nos encontramos en nues- tro tiempo frente a una decadencia social que va acom- Panada por incontables tragedias humanas, Con respec- to al trégico final del alcohélico, ya hemos apuntado aqui algo en relaci6n con ese tipo de adiccién (ver los cuadernos “La adiccién consentida: el tabaco y el alco- hol” y “Drogas y adiccién’). Debido a todo esto muchos médicos, especialistas en enfermedades psicosomaticas y psicoterapeutas han recordado la necesidad de una mayor responsabilidad a nivel individual y han tomado una posicién de modera- cion. Asi, por ejemplo, Bocamer hace dos decenios, en su libro “El hombre sin Yo”, ya sugirié una autorregula- cidn consciente frente al uso de los medios de comunica- cion. Sin embargo, por qué fracasan casi todos los con- sejos y sugerencias bien intencionados? Todas las manifestaciones de adicci6n, independiente mente de lo que las haya causado, son principalmente expresién de una debilidad personal de la voluntad. La mayoria de las personas saben por innumerables canales de informacién existentes de las consecuencias nocivas desu conducta que perjudica la salud fisica y animica. La lucha entre la raz6n y los apetitos -jquién no los ha expe- rimentado en su propia carne!~ termina demasiado a menudo con la derrota de la raz6n. El alto porcentaje de fracasos después de curas de desintoxicacién de todo tipo confirman esta experiencia negativa. Ya Fausto hubo de reconocer: “Dos almas, jay! Viven en mi pecho”. 3 Médicos y psicdlogos ya reconocen que la “tolerancia al dolor” de la poblacién en general es cada vez més baja. Esta es una sefial mas de la debilidad de la volun- tad, que la ingestion de pastillas para dolores perfecta- ‘mente soportables, indisposiciones o tensiones psiquicas aceleran el camino hacia la droga. Con todo esto Hegamos al miicleo del tema de la edu- cacién de la voluntad, ast como de su problematica y necesidad. La cuestién sobre la posibilidad de una higie- ne psiquica individual en el sentido de una auto-educa- cién se extiende hasta la exigencia de nuestro tiempo de tna higiene social para todas las capas de la poblaci6n Este cuaderno pretende ser una contribucién mas en este campo. Ya en 1912 Rudolf Steiner reconocié ~como se des- prende de la conferencia “Nerviosismo y yoidad”~ que a este respecto “es de la mayor importancia lo que se podria denominar la cultura de la voluntad”. Hace refe- rencia a “una cierta debilidad de la voluntad” que con- siste, por ejemplo, en que “las personas quieren algo y a la vez no lo quieren o por lo menos no llegan a realizar To que quieren”. Para corregir esta profunda debilidad de caracter, el investigador espiritual aconseja, entre otras cosas, impo- netse a uno mismo una renuncia sistematica de los deseos, ejercitada repetidamente y en distintas circuns- tancias de la vida. Puede hacerse “reprimiendo deseos sin objetivo, no llevandolos a cabo cuando ello no con- eva dato alguno”... “ni atenta contra nuestro deber” *cuando el realizarlo no trae mas que bienestar, alegria, satisfaccion”... “entonces cada negacién de cualquier 26 En la auto-negacién no puede ponerse en primer plano el sentimiento negativo que surge del “no debes, no hagas, es pernicioso para la salud o esta prohibido”. Quien lo ejercite ha de ser consciente de que a través del ejercicio se pone en contacto con la parte mejor de su ser, con la yoidad del hombre y con su capacidad de actuar con discernimiento y en libertad. Puede aprender a dominarse y con ello evitar uno de los peligros mas extendidos y al mismo tiempo dar un paso -aunque sea pequefto- en el desarrollo de su personalidad. El senti- miento de autovaloracién acrecentado de esta manera equilibra mas que suficientemente la pérdida del disfru- te conscientemente provocada. También hay que tener en cuenta que no ha existido ninguna via de desarrollo espiritual ni en las culturas pre-c-istianas, nien las érde- nes medievales, que no practicara algun ascetismo a dis- tintos niveles. Como principio de entrenamiento espiri tual juega un papel cultural que sobrevive todavia, por ejemplo, en los dias de ayuno prescritos por motivos religiosos a lo largo del aio eclesistico. La auto-nega- cién realizada libremente retoma de nuevo el principio del ascetismo pero de forma individual y adaptada a nuestro tiempo. El ejercicio presentado esta relacionado de diversas ‘maneras con el que ya hemos visto del cambio de habi tos y ayuda a aumentar los efectos positivos descritos. La renuncia durante 4 semanas a poner azticar en el café ‘o enel té lleva en algunos casos a un habito nuevo. Rudolf Steiner, sin embargo, en referencia a la peda- gogia advierte “no introducir en los principios educati- vos la satisfaccién de los deseos de los alunos”, ello 28 00000000704 tipo de deseo aporta un caudal de fortalecimiento de la voluntad, de fortalecimiento del Yo" en la esfera animi- ca por encima dle los apetitos, inclinaciones y egoismo ligados mayormente a nuestra corporalidad. Aconsejar un ejercicio asi en nuestro tiempo seré sin duda impopular e interpretado como un retroceso 0 incluso “malsano”; pues el hombre moderno aspira a un incremento del disfrute de la vida y a una “maximiza- cion del placer”. Existen incluso corrientes psicoterapéu- ticas que aconsejan un vivir al maximo sin ningdin tipo de contro] hasta llegar al alarido y la furia como medios de liberacién de toda clase de coerciones y represiones, Estos enfoques son la expresin patente de una com- prension materialista de la vida que no percibe las leyes esenciales de la vida animico-espiritual. El mencionado ejercicio no debe mermar nuestra capacidad de disfrute de la vida con alegria y agradeci- miento. Pues el ejercicio ocasional pero sistematico de Ja auto-negacién llevado a cabo con prudencia crea el requisito para la tan necesitada virtud de la mesura, que Rudolf Steiner caracterizé en una ocasién como la virtud primordial de nuestro tiempo. De esta manera, a través del fortalecimiento ce la voluntad, el peligro de caer en Ja adiccién y dependencia queda apartado. Tiene ademas un cardcter terapéutico preventivo y que uno se aplica a si mismo; y es apropiado, por tanto, hacer frente desde su base y con efectos positivos, al problema ya mencionado de! peligro de adiccién gene- ralizado. Este conocimiento deberia hacerse llegar a todo el mundo a través de los medios de comunicacin moderno, podria despertar una antipatia perjudicial. Sin embargo aconseja a los adultos que “en presencia de quienes han de educar renuncien a algo de manera perceptible”. Con ello se estimula el impulso de imitacion, que es mas importante. De esta manerz, el “domingo libre” puede reservarse como el dia sin aziicar o sin carne, sin fumar o sin televisién, y puede incluso que de ello surja en la familia una semana entera de ejercicio. Si el padre todos los jueves deja de leer el periédico como es su costumbre, © ambos padres dejan los cigarrillos o el alcohol durante cuatro semanas al aio, refuerzan no solamente su volun- tad, sino que dejan una impresién duradera en los jove- nes en etapa de desarrollo, y tiene una influencia mucho mayor que cualquier advertencia o prohibicién. Ello puede ser el medio en el que pueden surgir perfodos de cuatro semanas de “renuncic” de todos los miembros de la familia, que se pueden planear de manera que termi- nen el dia de una fiesta familiar, por ejemplo un cumple- afios. El disfrute por adelantado es la mayor alegria. Estos habitos pueden ser el medio adecuado para frenar el creciente consumo de nicotina y alcohol, especialmen- te su incremento en colegiales cadla vez mas jdvenes, ESTIMULACION DELA VOLUNTAD A TRAVES DE LA CREACION DE OBJETIVOS Una actuacién racional, es decir, tipicamente humana, siempre esti penetrada por pensamientos que le dan direccién e impulso. Esto nos hace dirigir la atencién a la interdependencia de todas las emociones de la vida del alma y a la imposibilidad de observar la voluntad por si 29 sola, De igual manera ninguna imagen mental puede diri- git el camino de la cabeza a la mano que ejecuta una acci6n sin la colaboracién de la vida del sentimiento. Para construir el puente que une la imagen mental y la fuerza de la voluntad ha de existir un minimo de simpatfa y de antipatia -que a su vez pueden llegar hasta el amor 0 el odio- 0 cierto sentimiento de deber o de responsabilidad. Enacciones que requieren un altc nivel emocional, el sen- timiento puede aparecer en primer plano. Por otra parte, la falta de interés y Ia apatia debilitan siempre la volun- tad que necesita, precisamente fara su elemento intuiti- vo, un 4nimo comprometido. De aqui proviene ese mal, ese enemigo de la humanidad que es el intelectualismo, que especialmente en Ia esfera pedagégica, deja frias las fuerzas del alma y no las estimula, La superficialidad tan extendida hoy en dia y que va de la mano con un embo- tamiento del Animo acttia de manera decididamente negativa sobre la zona profunda de la voluntad y despe- ja el camino para la aparicién de'la naturaleza instintiva no purificada, La vivificacién del centro del hombre a tra- vvés de la verdadera experiencia artistica y de su partici- pacidn en ella, acttia de forma opuesta y despierta a la vez fuerzas creativas de la voluntad. Todos tenemos experiencia de que un trabajo realiza- do con indiferencia, falta de ganas 0 con desagrado, nos ‘cansa répidamente y a largo plazo paralizaria la volun- tad. Por el contrario, la actividad levada a cabo con calor y entusiasmo estimula y da vida y ha llevado a las mayores proezas de la que la historia tiene numerosos ejemplos. La calidad animica y espiritual por un ideal Megan directamente a la verdadera naturaleza de fuego 30 de la voluntad que, a nivel ‘isico, solamente puede rea- lizarse a través de un proceso de combustién en el meta- bolismo muscular. EI ser humano ~como tinico ser de la creacién dotado de espiritu- es capaz de penetrar su voluntad con su pensamiento y de esta manera motivarla, Con ello supe- ra la naturaleza instintiva puramente animal que esté sujeta a las fuerzas de la herencia. Las profundidades creativas de la voluntad mas 0 menos inconscientes estan a la espera de ser despertadas e incentivadas por el espiritu. Nada debilita mas la voluntad que la falta de pensamiento, sentimientos de frustracién o de la falta de sentido en la vida. Las consecuencias fisicas de la pérdi- da total de iniciativa y la paralizacion de la voluntad de una persona con depresién pueden hacernos dolorosa- mente conscientes de Io que significan la combinacién de estados de animo de resignacién y de experiencias no asimiladas y decepcionantes. La voluntad humana tiene necesidad de un impulso renovador constante a través de la creacién de objetivos; éstos dan sentido a la vida y con ello también a la activided humana total. Sélo a tra- vés de ellas puede surgir la sangre vivificante que nece- sita la voluntad para mantenerse fuerte y sana. La crea- cién de objetivos con la ayuda de las imagenes mentales y los ideales necesarios para la vida s6lo pueden surgir de una comprensién global del mundo unida al espiritu Enel cuaderno: “{Tiene la vida sentido? Destino y reen- camacién”, se trata en detalle este tema de la eduicacién de la voluntad que hemos expuesto aqui. También el impulso para realizar de manera consecuente los ejerci- cios descritos en el trabajo mencionado, ha de tener unas a metas concretas ¢ individuales que dan sentido al pro- blema del arduo trabajo de la cuto-educacién, Una voluntad educada o cultivada desprende ener- gia, perseverancia, actividad, capacidad creadora e ini- ciativa -caracteristicas para cuyo desarrollo pueden ser- vir los ejercicios aqui descritos-. Pero de igual manera que al hablar ha de ir también unido saber escuchar y la virtud de callar, a la esfera activa de la voluntad le corresponde saber esperar y un cierto sentido de devo- cién. Sin embargo, si el hombre no acepta su destino, debilita su voluntad, mientras que el conocimiento de su significado superior y la acepiacién que de él surge la fortalecen. En un plano més elevado, en el Evangelio, este misterio queda iluminado en las palabras de Cristo en Getsemani: “No se haga mi voluntad sino la tuya”. Y en el Padrenuestro cristiano encontramos la peticién: “hagase tu voluntad asi en la Tierra como en el cielo” Esta voluntad divina asi invecada, sin embargo, sola- mente puede ser realizada y consumada con la colabora- cién voluntaria de los hombres en la Tierra. Para terminar, hagamos ré‘erencia a ese grado reli- ‘gioso-moral de la voluntad en el cual el hombre se supe- ra a si mismo y a su egoismo, en el desarrollo de una actividad desinteresada al servicio de la humanidad y del mundo entero. Caminande hacia esa meta realiza su posibilidad de libertad y su valor como ser volitivo. Noras Los ejercicios descritos para la educzcién de la voluntad estan indi- solublemente uniclos al problema dela educacién y fortalecimiento de la voluntad de los jovenes en el colegio y en la casa con sus 2 BAA a DADs .O.0.084 2 G padres. Ya en 1911 Rudolf Steiner, mas tarde fundador de la Pedagogia Waldorf, senal6 que sin el punto de vista de la Ciencia Expiritual en Ia educacion surgiria una generacién con una volun- tad cada vez mas débil. De hecho, la calidad de la voluntad en la pedagogia determina profundamentela disposicion del carécter del Adulto. Errores o negligencias en esta esfera son tan datiosas y debi- Titan tanto la voluntad para el resto de la vida, como una guia ade- cuada al Yo en proceso de encarnacion tiene un efecto beneficioso permanente para la persona. En la segunda parte de este cuaderno, tun pedagogo del movimiento Waldorf con larga experiencia habla sobre el tema Como final de lo dicho hasta aqui quisiéramos atin mencionar que Ia ejecucién incluso de solamente una parte de los ¢jercicios dlescritos... “nos permite reparar en ‘a vida més adelante lo que Ia educacién moderna a menudo descuida”, Kart Brotbeck LA FORMACION DELA VOLUNTAD ENLA EDUCACION ESTIMULOs PARA LA FORMACION DELA VOLUNTAD ENLA PEDAGOGIA. En la pedagogia moderna la formacién de la voluntad se presenta en cierta medida como un hijo espurio. Existen varias razones para ello. En primer lugar, su descuido en nuestros programas escolares va unido al hecho de que desde Ja Ilustracién del siglo XVIII el objetivo de la educacién se ha concentrado preduini- nantemente en las capacidades cognitivas, esto es, en el desarrollo de las facultades intelectuales. Por otro lado, puede deberse a que la educacion de Ia voluntad se encuentra entre una de las tareas mas dificiles de la pedagogia, porque la voluntad se sustrae a todo con- cepto consciente. En tercer lugar, hay que hacer notar que la educacién de a voluntad presume ya la volun- tad misma. Quisiéramos intentar describir c6mo, en la pedagogia Waldorf, las fuerzas de la voluntad durante el periodo desde el nacimiento hasta la mayoria de edad, pueden ser estimuladas de manera adecuada a la edad y de forma progresiva. Como Walther Biihler ya ha indicado anteriormente, toda educacién de la voluntad compren- de un aspecto fisico, uno animico y uno espiritual. Estos 35 tres aspectos se hacen patentes en la metodologia de la formacién de la voluntad en las tres fases evolutivas que determinan el proceso de formacién del ser humano en crecimiento. En la edad preescolar todo el desarrollo de Ja voluntad va unido predominantemente a las fuerzas de crecimiento y formadoras del cuerpo fisico; en la edad escolar se desarrolla el especto anfmico y durante Ja adolescencia el espiritual. A continuacién describiremos todo esto en forma breve, (COMO EDUCAR LA VOLUNTAD DURANTE EL PRIMER SEPTENIO. Los primeros siete afios constituyen una fase evolutiva que determina profundamente toda la vida posterior del ser humano. En este periodo el nifio se enfrenta a una doble tarea: tiene que formar su cuerpo, ponerse de pie y dominarlo; tiene que orientarse en su medio ambiente y aprender a moverse. El primer ao esta dedicado a la primera tarea y las fuerzas espirituales se hacen poco a poco con el cuer- po. Para los padres y educadores es siempre impresio- nante observar cémo del nifto despierta, en cierta manera, desde arriba hacia abajo y ensancha su campo de percepcién. Primero despierta la vista y sus ojos se dirigen a la madre; después lo hacen los miisculos de la cara y el _nifio sonrie, mas tarde levanta la cabeza. Durante los primeros tres meses adquiere dominio sobre el movimiento de la cabeza y cuello; durante los tres siguientes se concentra en los brazos y manos y se 36 convierte en un “pensar”. Al final de este periodo aprende a sentarse. Durante el tercer trimestre “descu- bre” sus piernas e intenta ponerse de pie. Hacia el final del primer ato, a veces més tarde, intenta dar los pri- meros pasos él solo en el espacio. ;Qué impresionante es el primer paso! Con él alcanza el estadio de “madu- rez” y “apertura al mundo” (Portmann) que le permite tuna toma de contacto rica con los padres, los cuidado- res y con su medio. Sin embargo, el hecho mismo de ponerse de pie y de andar no es algo dado por la Naturaleza, no es consecuencia del aparato motor heredado, sino que es un hecho cultural, ya que el nifio linicamente alcanza la posicion vertical si vive entre seres humanos erectos; pero por otra parte, ningtin esfuerzo humano lograria la verticalidad si en el nifio mismo no viviera la fuerza del Yo que le capacita para mantenerse erecto y “derecho” en el mundo. La posi- cion vertical es la primera victoria de esta fuerza sobre Ja naturaleza inferior. Unicamente cuando esta victoria ha sido ganada, es posible conseguir las demas: andar, hablar, pensar, son los tres dones “reales” que le per- miten al hombre llegar a ser un ser con conocimiento capaz de cuestionarse a si mismo. Lo que se describe como este despertar del cuerpo desde arriba hacia abajo, caracteriza la encarnacién de la voluntad en el cuerpo fisico. Una vez que la voluntad se hha hecho con el cuerpo, se ditige hacia el exterior. El niffo se lanza al mundo como un pequefio Colén, aga- mando todo, tirando de todo lo que puede atrapar. Comienza un periodo que exige constantemente aten- cién de los mayores. 7 (CUANDO Y DONDE COMENZAR LA EDUCACION DELA VOLUNTAD Esta es una pregunta que se hacen muchos padres cons- cientes, {Cuando debemos introducir la educacién, especialmente la educacién de la voluntad, de manera que no lo hagamos demasiado pronto ni demasiado tarde? Ha legado ya el momento en el que el nifio se encuentra abierto frente a su entorno? jNo! La edueacion de la voluntad comienza pocos dias después del naci- miento por medio de una actitud que penetra profunda- mente en la regién inconsciente de la voluntad, en la antesala de la vida volitiva, es decir a través de una ruti- na diaria ritmica y continuada. El dia que discurre ritmi- ‘camente es el primer signo de una realidad superior impregnada del espfritu que se eleva por encima cle los pprocesos biol6gicos naturales. Estos naturalmente estén justificados en los primeros meses de la vida del nino, pero han de ser paulatinamente liberados por medio de la educaci6n, es decir, por un criterio guiado por el hom- bre. Ya la introduccién de unas horas de mamar ritmicas dirigidas a establecer una diferenciacion entre el dia y la noche es una medida que introduce un orden humano en los procesos biol6gicos. De manera similar se ha de considerar también la introduccién paulatina del uso del orinal, un horario regular de comidas y de acostarse. Un dia ordenado regularmente da al nifio tranquilidad inte- rior, fuerza y seguridad. Por el contrario, un nifio criado en un hogar leno de improvisacién Ilevar4 siempre en si algo de inquietud, de nerviosismo, de inseguridad y descontento, de tensién e irritabilidad. 8 Esto es aplicable a la vida toda: el ritmo fortalece la voluntad porque va unido a la naturaleza misma del tiempo y por lo tanto fortalece el cuerpo vital -al que podemos designar también “cuerpo de tiempo” ya que éste se despliega en el tiempo. En la misma esfera del ritmo diario se encuentra la importancia de una vida familiar buena y arménica. El nifio trae consigo una confianza primordial en la bondad del mundo. Segiin Rudolf Steiner, en la base del alma de un nifo durante los primeros siete afios vive el convenci- miento de que “el mundo es bueno”; y una vida fami sana y feliz alimenta esta ccnfianz2. El afecto de los padres hacia el nifio es decisivo. Pero por otro lado, las tensiones, los divorcios y las desavenencias familiares debilitan Ja fuerza de encarnacion del alma més que la pobreza o la privacién. Podemos comprobar una y otra vez que los jovenes que después de la pubertad tienen dificultad para establecer une relacién positiva con la sociedad provienen de familiar cuyas relaciones durante Jos primeros siete afios fueron malas. Un nifio que pasa Por esas experiencias durante el primer periodo de su vida seré débil, tendré su voluntad paralizada, su “cuer- po social” dafiado y su fuerza de integracién social rota LA IMITACION: PALABRA CLAVE PARA EL IMPORTANTE PRIMER SEPTENIO. La observacién nos ensefia que el nifio es un ser casi totalmente volitivo. Esta voluntad ya se muestra en el aprendizaje a través de la préc:ica y repeticién constan- te durante los primeros tres afos, Sin embargo, esta 39 voluntad no gufa a la raz6n. El medio atrae las fuerzas, Iaatencién, el goce de la actividad del nifio. Exagerando, casi podriamos decir que el mundo externo es el mundo interior del niio. Este hecho determina la tarea del edu- cador que consiste en ayudar aque las facultades escon- didas del nifio puedan desplegarse. La palabra clave para la educaci6n preescolar es imitacién. Bl Dr. Heinz Herbert Schéffer subraya en su interesante libro: “El nifio ante el cambio de siglo”. “Nuestra influencia en el nifo pequerio es mucho menor por lo que decimos que por lo que hacemos y mucho mayor niin por 10, que somos” ef nto imita a a museca con In que duerme; imita Te forma de andar del abuelo con quien va de paseo; imita a sus hermanos mayores o.a su madre en los quehnceres diaris: plan- cha, limpia, lava, leva lefa, imita cuanto sucede en su entorno. Y en su actividad conforma y plasma su voluntad. Esto esté relacionado con el hecho de que el ser huma- no, durante los primeros siete afios, estructura el cuerpo fisico con las fuerzas de su cuerpo vital y lo conforma de tal manera que pueda servir mas delante de herramien- ta util al Yo. Las facultades dela voluntad estan enraiza- das en esta esfera. En esta esfera. Para que éstas se des- arrollen y pueda tener lugar la formacién y plasmacion de su cuerpo de la manera indicada, las fuerzas de sus facultades necesitan una atmésfera espiritual y cultural adecuada en las que poder ser motivadas y despertadas. Por el contrario todo el medio determina la formacién de las disposiciones y fuerzas del nifio pequefio. Si en su medio ve y oye bondad, belleza y verdad y puede imi- tarlas jugando, desarrolla en si las fuerzas correspon- sntes, Por lo tanto en ninguna otra edad el modelo, el ejemplo de vida y comportamiento juegan un papel tan 40 | | | | ¢ « ¢ € ¢ ¢ profundamente significativo y existencial que penetra hasta las fuerzas formadoras del cuerpo. El nifio no sola- mente absorbe lo que los padres hacen externamente, sino que se identifica con Io que las personas de su medio sienten, piensan y quieren, Todo cuanto tiene lugar en su ambiente son fuerzas directrices para la for- macién sana o enferma del cuerpo. Rudolf Steiner pone las bases en su escrito: “La educacién del nifio a la luz de Ja Ciencia Espiritual”: “Las condiciones fisicas para un sentido moral sano se forman en el cerebro y en la circulaci6n de la sangre si el nitio ve mora- lidad en su entorno. Pero si antes de los siete mis sélo ve accio- nes necias, el cerebro adquiere formas tales que hacen que mas ‘adelante en la vida se incline hicia la necedad”, Rudolf Steiner también ha hecho notar que la repeti- cio de determinadas acciones fortalece la voluntad del nifio. Toda actividad repetida desarrolla la voluntad y para ello sirve cualquier tarea diaria de la casa. LAS NARRACIONES COMO ESTIMULO DE LA VOLUNTAD INFANTIL Es un hecho conocido que en su evolucién el hombre reproduce en cierta manera les pasos evolutivos por los, que ha pasado la humanidad. £1 nifio pequefio, por tanto, revive el tiempo mas antiguo de la evolucion humana, cuando el hombre atin estaza intimamente unido al mundo espiritual-divino, a esto también apunta el hecho de que la historia de todos los pueblos desemboca en un periodo religioso-mitologico. Esta conciencia religiosa- mitolégica también le pertenece al nifo pequeno; y se a expresa, por ejemplo, en cémo se relaciona con sus jugue- tes como si fueran seres animados. El mismo taco de madera puede ser un Arbol, una casa, una persona y, ade- ‘ms, ser bueno 0 malo; con unos botones se puede repre- sentar el cuento del lobo, los siete cabritos, etc. Esta conciencia necesita el alimento adecuado, y esto Jo encontramos en los cuentos. Los cuentos son “stiefios- verdad de los pueblos” que provienen de un tiempo en el que la vida volitiva del hombre estaba atin influencia- da poderosamente por el murdo espiritual, a través de los guias de la humanidad. El nifio pequefio se encuen- tra en una etapa semejante. Los cuentos actitan sobre la voluntad y ayudan al ser espiritual, al alma que quiere encarnarse, a abrir canales que leguen hasta el cuerpo fisico. Son ayudas para la encarnacién que indican en imagenes (jmagitaciones) poderosas y adecuadas para el nifo, el camino que toda persona en evolucién ha de andar. Friedel Lenz, la extraordinaria intérprete de cuentos, nos muestra el cuento popular -al que aqui nos referimos- como una imagen que ayuda al alma a com- prender que ha de abandonar un reino de luz -el mundo espiritual-. En este proceso se ve sumida en la pobreza y en toda clase de dificultades -el descenso al oscuro valle de la Tierra~ y desviada del buen camino. Se pier- de en el bosque -como Caperucita- y por ello es tragada por el lobo -lo instintivo se ertrelaza con el alma pura. Sin embargo llega el cazador y abre la tripa del lobo -la agudeza del juicio dirigido con seguridad a un objetivo libera al alma del loo-. El elemento terapéutico y sana- dor del cuento es que junto a lo amenazante siempre se halla la salvacién y la ayuda: el cazador en “Caperucita”, 2 el principe er "Blancanieves”, etc. Los cuentos dejan una verdadera huella en Ia vida del nifio y ponen las bases para una actitud valerosa y confiada frente a la vida. IDAD BUENOS JUGUETES A LOS NINOS! EL espacio que el nifto experimenta en su juego es un espacio de actividad, un lugar en el que asimilar su entorno a través del ejercicio. A esta actividad la llama- ‘mos juego. Es la forma adectada a esta edad para rela- cionarse con la vida, Para jugar el nifio necesita juguetes. Realmente puede jugar con cuanto hay en la casa y en la Naturaleza, pero si los padrés quieren comprar algo, han de cuidar que esté hecho de materiales naturales: madera, lana o algodén, pero no de materiales y fibras artificiales. También se ha de evitar un naturalismo excesivo en los mufecos. Es importante que el juguete deje espacio para las fuerzas de la fantasia que quieren despertar. Asimismo, los tacos de madera son fuerzas de la fantasia, que quieren ser estimuladas. También las piezas de construccién de madera son considerablemen- te mas aconsejables que las piezas de “Lego” perfeccio- nadas, pues con los primeros puede comprobar una y otra vez las fuerzas de gravedad y equilibrio de la Tierra y ademas dejan més espacio libre para la actividad crea- tiva. El juego sano que le hace olvidarse de si mismo es extraordinariamente importante, pues es la base de una voluntad flexible y de una fantasia bien desarrollada. Desgraciadamente, hoy dfa es extremadamente dificil comprar buenos juguetes pedagégicos. Las tiendas y almacenes estan Ilenos de fezs figuras de plistico que 3 hacen ruidos y chillan; de mufecos que hacen muecas; de supermanes musculosos Ilenos de armaduras de materiales artificiales; de vehfculos y aparatos mecéni- cos, eléctricos y electrénicos; de artilugios monstruosos y armamento bélico, que dan miedo y desasosiego si se piensa en Ja influencia formadora o deformadora de semejantes juguetes. La responsabilidad de los padres en la actualidad es mayor que en el pasado ya que entonces no existia esta produccién masiva de objetos malos, feos, que matan la fantasia y paralizan la voluntad. Serfa més sano y estimulante que los padres mismos construyeran juguetes s6lidos. En el libro: “Juguetes hechos por los padres” se presenta una coleccién perti- nente de ideas sobre ello. Hay algo que es importante: que el cuarto del nifio no sea un almacén de juguetes. Es sano que el nifio tenga solamente un juguete a mano y el resto quede guardado en el armario, ya que de esta ‘manera las fuerzas de la voluntad pueden concentrarse en una sola cosa. Solamente cuando ya ha jugado bas- tante con uno se guarda éste y se saca otro. Hoy dfa la televisin juega un papel muy importante La consideramos un medio muy cuestionable en la edu- cacién, no s6lo porque fuerza al_nifio a una pasividad total, sino también porque transmite una realidad apa- rente que reduce extraordinaciamente la imagen de la realidad del mundo. Los objetos, animales y personas que se presentan al nifio en la televisi6n son en realidad ‘nicamente puntos luminosos que se suceden en veloz vibracién. Imaginemos al nifio que se haya acostumbra- do a tomar por personas reales esta suma de veloces puntos luminosos. {Puede sorprendernos que nifios que “ 000000000600 han sido sometidos a semejantes impresiones falsas no tengan més adelante consideraci6n alguna por quienes les rodean? Llegar el dia en el que la televisién se man- tenga tan alejada de los nifios como un biberdn veneno- so. El nifio ha de poder relacionarse primero totalmente con la Naturaleza no falseada antes de poder, més ade- ante, relacionarse con esos medios sin sufrir dato. JUEGOS AL CORRO Y CANCIONES Una contribucién eficaz para dirigir la voluntad la cons- tituyen los juegos al corro y las canciones, que todos los nifios entre los tres y los nueve afios hacen con alegria y entusiasmo. Acabamos de irdicar que el nifio pequerio vive totalmente en el movimiento y que el sistema motor (el esqueleto y la musculatura) constituye el punto de apoyo de la voluntad. El nifio sano siente un impulso desenfrenado de experimentar su entorno activamente y asirlo con sus manos. Al jugar al corro el nitio se siente recogido. El circulo en el que se encuentra integrado le presta un apoyo interno y externo. Mientras cantan, recitan un verso 0 cuentan un cuento (por ejemplo “Los siete cabritos”) los nifios se mueven en circulo imitando con las manos y los pies el sentido de las palabras, los gestos de los animales © los trabajos que relatan. Con ello se consigue que la intranquilidad y excitabilidad que muchos de nuestros niffos televidentes traen consigo, se reduzca y ordene en una actividad lena de sentido. El significado antropolégico de tales juegos al corro, si se hacen regularmente, consiste en que este movi 45 miento alegre y leno de sentido da calor y vivifica al organismo entero; la parte anfmica penetra profunda- mente en la corporal y ello crea més tarde la base de una voluntad activa y esponténea. De gran importancia tambign ya en el Jardin de Infantes es la euritmia, un arte basado en el movimien- to, creado por Rudolf Steiner. Este arte ofrece la posil lidad de expresar lo que vive enel lenguaje y en la masi- ca.a través del movimiento de todo el cuerpo. La eurit- mia permite a las fuerzas animico-espirituales fortalecer y actuar sobre el organismo motor desde dentro. Este arte es especialmente importante para la mejora y cura de trastornos fisicos y psiquicos. (COMO FVALUAR LA EDUCACION ANTI-AUTORITARIA ‘Aunque la ola de anti-autoridad que, procedente de ‘América, ha inundado Europa desde hace afios ya ha pasado, hay todavia padres que eligen este tipo de edu- cacion. Parten de la base de que el nifio es un ser de la Naturaleza y qué es él mismo quien mejor sabe lo que le conviene. Estos padres creen que lo mejor es interferir lo menos posible y que asi iré todo mejor. Este punto de vista lo expresé Jean-Jacques Rousseau en su libro de educacién “Emile”; “EI nifio es desde el principio una criatura de la Naturaleza. El ‘educador ha de seguir tinicamente las indicaciones de este maes- tro primordial y cuidar de que su wifluencia no quede constreii- da ni sus esfuerzos frustrados”. Debido a que Rousseau espera todo de las fuerzas de Ja Naturaleza, desconfia de una educacién activa, tal 46 | como se ha Ilevado a cabo -con mayor o menor éxito- desde los tiempos de la Grecia antigua. Llamé a su edu- cacién “Education negative” porque el educador debe quedar, de ser posible, invisible, Los padres que siguen esie método dejan al nifio un espacio libre totalmente sin ‘{mites, no intervienen ante el mal comportamiento, eviten toda presién y se revisten de una paciencia de santos frente a su niftito. A menudo se les oye decir: “tengo que terminar los quehaceres de Ia casa lo mas deprisa posible para poder dedicar tiem- po al nifio”. Cuando lo correcto seria que el nifio pudie- ra imitar jugando a la madreen sus labores. En esta edu- cacién anti-autoritaria al nifo se le pregunta constante- mente: “qué quieres, esto o esto?”. Tales preguntas sacan al nifio de su ser infantil y le obligan a adoptar una conducta de adulta, es decir le hacen viejo! ¢Qué consiguen los padres con esta actitud? El nifio se convierte en el tirano de los padres y de su entorno, Pronto descubre como patalear y gritar para conseguir cualquier cosa. Con la eliminacién de la imagen guiado- 1a, consistente y equilibradora de los padres, sus exigen- cias crecen sin medida. Se enfadar4 inmediatamente si no consigue lo que le apetece, especialmente en situaciones en las que su actitud descarada haga sufrir a sus padres, por ejemplo, en una tienda lena de gente. En resumen: esta educaci6n sin direcci6n ni consistencia, que renuncia a ofrecer ejemplo al nifio y darle un marco de referencia sobre el que poder elevarse, conduce a un predominio de los impulsos y apetitos inferiores y con ello se entorpece el desarrollo del hombre superior. Ningtin nifo esta en situacién de saber lo que le conviene 0 lo que le hace a7 dafio. Si no lo aprende a través del ejemplo de sus educa- dores, se convierte en esclavo de sus apetitos, inclinacio- nes e impulsos. El nifio necesita experimentar y vivenciar la resistencia de la voluntad del adulto, fuerte y penetra- da por el Yo. Solo frente a ella puede despertar su propia voluntad de la manera adecuada y ser activada por su Yo en desarrollo. Si no, sufre una debilitacién de la voluntad y un embrutecimiento. Muy a menudo, tras el_mal comportamiento de un nifio se esconde su necesidad inconsciente de provocar que sus padres o educadores le ofrezcan la actitud y resistencia que necesita perentoriamente para el des- arrollo de las fuerzas de su ser. Sin embargo, si éstasno son estimuladas y desarrolladas en el momento correc to, tampoco existird la base necesaria para una conduc- ta moral, Este tipo de personas estan constituidas de tal manera que de adultos no son capaces de renunciar a nada, Se enfadan e incluso se ponen agresivas si no obtienen lo que quieren, y tampoco tienen nada con qué oponerse a las tentaciones de la vida. No han podi- do desarrollar y fortalecer su voluntad frente a las fuerzas de los apetitos naturales, como tendrian que haber hecho. COMO FORTALECEMOS LA VOLUNTAD EN EL ‘SEGUNDO SEPTENIO? La Iegada de la madurez escolar presenta un paso importante en el desarrollo del nifio. Se manifiesta en el llamado “primer cambio del cuerpo” que pasa de la forma infantil redondeada, a la tipica figura del escolar 48 que reconocemos por su columna bellamente arqueada, Ja acentuaci6n de la cintura y la fuerte estructuracion de la cabeza. Los dientes de leche empiezan a moverse y caen. Estos cambios externos visibles son sefial de que ha tenido lugar un cambio interior: el cuerpo de las fuer- zas vitales que hasta entonces ha trabajado sobre el fisi- co, se independiza. Con ello se liberan fuerzas que pasan a disposicién de las fuerzas de la imaginacion y de la memoria. Se construye un espacio interior, una esfera en a que asimilar la experiencia de la actividad escolar que espera poder hacer suyos contenidos que le motiven. Al mismo tiempo retrocede el elemento de movi- miento que el niflo pequefio ya ha dominado. El nifio que ha alcanzado la edad escolar ya no corre detras de cada mariposa, ni se deja desviar por cada mosca que ve. En vez de movilidad externa aparece ahora una mayor movilidad interior que se expresa en la capacidad de imaginacién para las propias vivencias y la fantasia. El educador, sin embargo, ha de seguir insistiendo en la educacién de la voluntad, haciendo que el nifo lleve a cabo actividades concretas en momentos especificos, de manera ordenada. La repeticion de actividades ha de acompafiar el trabajo de la educacién desde la primera edad hasta la adolescencia, como elemento expreso de la formacién de la voluntad. Y esta tenacidad, precisamen- te, exige del educador una extraordinaria voluntad pro- pia, aguante y en ciertas crcunstancias capacidad de abnegacién. Con la legada de la edac escolar cambia también la relaci6n del nifto con los adultos. Hasta entonces el nifio les ha imitado inconscientemente, pero esa telacién des- 49 aparece poco a poco y crea mas bien una de cardcter ani- mico con su entorno, especialmente con su educador maestro 0 maestra~. Es la regién del sentimiento que ahora, como flor que se abre, espera ser atendida, amada y fructificada, Es por lo tanto, de la mayor importancia que el nifio tenga educadores y maestros a quienes poder amar y venerar. Friedrich Benesch lo expresa asf: “Asi como ent los primeros ais Ins pilabras magicas de Ia edu- cacién son imitacién y ejemplo, para ls aiios de Tos que estamos hablando son seguimientos y autoridad. La autoridad que no se impone, sino que emana de sf misma, ha de ser Ia imagen espiri- tual directa sobre la que el joven forma su raciocinio, hidbitos y fendencias, Ia que encawza correctamente su temperamento, y a Iravés de cuyos ojos obseroa el mundo”. Rudolf Steiner ha hecho notar que quien en la edad cacolar ha podido seguir el ejempla de una autoridad con amor, en Ia edad adulta puede ser él mismo autoridad. (COMO DESARROLLAMOS METODICAMENTE LA FUERZA DELA VOLUNTAD ENA EDAD ESCOLAR ‘Ala voluntad que actiia en el inconsciente no podemos Iegar, pero si podemos construir puentes hacia ella procurando vivencias y experiencias lenas de vida. Hemos de dirigirnos al espacio del sentimiento jen absoluto a la cabezal, el corazén y el alma han de verse activados. La corriente de comunicacién entre el maes- tro y la clase ha de navegar sobre las olas de la alegria y la simpatia. En cada clase ha de haber posibilidad de refr al menos una vez. Una leccién atractiva, que capta el alma, es tan importante para la educacién de la voluntad como para la formacién intelectual, porque el sentimiento construye un puente entre la voluntad y el pensamien- to. El sentimiento es un pensamiento atin no desarro- lado; es, igualmente, una voluntad todavia no des- arrollada, pero constituye la puerta de entrada para ambos. Una clase dirigida prematura y directamente a la cabeza -al intelecto-, paralizaria la regién del senti- miento y dejaria totalmente de lado el mundo de la voluntad. Es quizés la introduccién cada vez mas temprana de la ensefanza intelectual responsable del debilitamiento de la voluntad y falta dé disciplina tan extendidos hoy dia? 2Cémo legamos desde el punto de vista didactico al centro animico del nitic través de una ensefianza imaginativa y artistica. No para hacer artistas, sino para preparar fuerzas anfmicas en las que el nifio pueda madurar. Asi como el sentimiento constituye un medio y un puente entre el pensar y la voluntad, de igual ‘manera la imagen crea el medio y el puente entre el con- cepto y la cosa, Heinrich Eltz escribe: “La imagen misma representa un medio. No es mi realidad car- gada de contenido, ni el concepto abstracto; esti entre ambos; Contiene tanto significado inmediato que Hena cflidamente el nimo del nifio, pero por otro lado, contiene tanto pensamiento e imaginacién que no fuerza al cla sino que le permite un cierto distanciaraiento interior”. Ciertamente nuestro tiempo no se caracteriza por una falta de imagenes, sino precisamente por un exceso de ellas diffcil de asimilar, que actian sobre el alma de a nuestros nifios a través de los medios de comunicacion, televisiOn, radio, revistas, anuncios, etc. Pero de lo que se trata en la educaci6n es que el nifio necesita imagenes {que puedan encontrar tna resonancia en su alia, ima genes llenas de sentido, En el colegio Waldorf estas imé- genes se eligen de forma escalonada de acuerdo con la edad. En primaria el maestro las crea a través del tesoro de los cuentos, leyendas y fabulas. Son seguidas por las historias de las mitologias ger~ mana, griega, persa y egipcia. En los cursos interme- dlios se pasa poco a poco de los hechos de los héroes de Jas sagas a las grandes figuras hist6ricas. Pero también ‘en la clase de Lengua -incluso cuando ya se introducen Jas letras~ 0 la aritmética mas adelante 0 en Jas prime- ras lecciones de ciencias naturales siempre se intenta hacerlo a partir de la imagen, de una imagen lena de contenido. El espacio y el objetivo de este libro informativo no nos permiten entrar con més detalle en las cuestiones ¥ problemas de Ja eleccién de materias a través de las tnetamorfosis sucesivas de los cursos escolares. Solamente queremos indicar un punto de vista mas. La base fisiologica para la vida del sentimiento 1a constitu- ye el sistema ritmico, que esta compuesto por los proce fos de circulacién de la sangre y por la respiracion. Aqui los dos érganos activos decisives para la salud fisica y animica son el corazén y los pulmones. Estos 6rganos se diferencian de otros en que nunca pueden descansar, ni siquiera un minitto, desde el nacimiento hasta la muer- te, Este’es un sistema de equilibrio entre la parte supe rior e inferior del hombre, es decir entre la cabeza que 52 conoce y piensa ~destructora de las fuerzas vitales- y los procesos de desintegracién en el sistema metabdlico y en los masculos. Si durante la clase, de forma escalonada, se estimula este sistema ritmico -tal como lo hemos des- crito- se produce un efecto vitalizante e iluminador en el organismo vital; pero si por el contrario, la clase va diri- gida a la cabeza -lo que desgraciadamente ocurre fre- cuentemente- se puede percibir que los nifios salen del colegio apagados, cansados, palidos e incluso a menudo de mal humor y agresivos. 2Qué pueden hacer los padres si se dan cuenta de que los nifios sufren de “pesadez de cabeza” debido a las cla- ses, pero no tienen posibilidad de enviarles a un colegio Waldorf? En este caso existe muchos medios para equilibrar- lo si_los educadores tienen visién y voluntad. En pri- mer lugar el tiempo libre ha de éstructurarse de tal manera que fomente las fuerzas animicas subdesarro- ladas del nifio. Se pueden kacer salidas familiares a pie 0 en bicicleta, 0 excursiones por la montafia durante las, cuales a través de la conversacién, se dirige la atencién de los nifios a las piedras, las plantas y los animales. Una semana de vacaciones en un refugio de montafia teniendo que procurarse la madera y el agua, puede ser una experiencia estupenda También tocar un instru- mento, cantar o trabajar en el jardin. Por la noche en invierno, el padre o la madre puede contar un cuento adecuado a la edad de los niftos, y a los mayores leer- Jes algo. En cualquier caso la experiencia de hacerlo juntos es de la mayor importancia; es lo que queda. Asi se preparan fuerzas formativas que a menudo acompa- 55 an a la persona como recuerdos imborrables que le dan fuerza para toda la vida, como descubrimos en muchas biografias. Muy frecuentemente las dificultades en el colegio hacen despertar a los padres a las necesidades y dificul- tades de sus hijos y movilizar sus propias fuerzas de yoluntad e iniciativa para bien de toda la familia. UNAS PALABRAS SOBRE LAS CLASES PRACTICAS Hasta aqui hemos visto basicamente Ja llamada clase tedrica que, en el colegio Waldorf, al menos en cuanto a las asignaturas principales, se dividen en las llamadas “épocas”, durante un periodo de entre dos y hasta cua~ tro semanas la clase trata dos horas todas las mafianas tun tema especifico, por ejemplo idiomas, matemsticas, Zoologia, boténica, historia, gecgrafia, etc. Este método produce unos efectos profundos en el alma del alumno que pueden ser decisivos para su vida. Es importante que la materia que se trabaja en la clase de ejercite pricy, ticamente en el taller, en el aula de trabajos manuales 0 fuera en el jardin, Allilos alumnos pueden, por ejemplo, plantar trigo, mafz, centeno o cebada. Es una ‘oportuni- Gad buenisima para aprender a esperar, cuidar, entresa- car las malas hierbas o regar si est4 demasiado seco, hasta que la siembra madura, Después llega la recolec- cin y la trilla, y cada nifio puede hacerse con su harina un pan en el horno del colegio. ‘Al afio siguiente puede haber, por ejemplo, una “epoca” sobre construccién de casas en la que los alum- nos aprenden a manejar la paleta, el cemento y 1a arena, 54 En sucesivas clases de trabajos manuales se hila, se teje, se hace ganchillo y punto, se modela con barro 0 se talla madera. Una experiencia que deja huellas es llevar a los nifios a una granja y ayudar a criar los corderos 0 esqui- Iarles la lana con las tijeras sujetndolos entre las piernas ‘con cuidado de no hacerles dafio en la piel. La lana des- pués hay que lavarla, secarla, teftirla, hilarla y cada nifilo puede sentarse al telar y tzjerse algo. jEs Ia actividad propia! Es una clase que acerca a la vida y forma la voluntad, y que completa de manera efectiva el trabajo tedrico. Cuando hacia los doce afos tiene lugar el llamado “segundo cambio” y comierza el crecimiento en altura y empieza la pubertad, llega 21 momento en que tanto lo te6rico como lo practice y artistico se dirige a la cabeza. Los problemas que surgen entoncee los discutiremos cuando hablemos del tercer septenio. GIMNASIA, EJERCICIO FISICO Y DEPORTE Hoy ya no se discute la importancia del deporte para Ja formacién de la voluntad, y también la educacién Waldorf dedica el espacio debido al desarrollo del cuer- po. Pensemos que el movimiento de nuestro cuerpo es expresién de las fuerzas espirituales mas profundas en el hombre. Los griegos eran conscientes de ello y de ahf el valor que otorgaban a la gimnasia. Rudolf Steiner también concede una importancia decisiva al ejercicio fisico. Las siguientes palabras lo demuestran: “El profesor de ginmasia ha de ver ante si al hombre idea! con puesto de linens, formas y mavimientos en los cuales ha de intro- 58 ducir esas personas verdaderamente desgarbadas, deformndas y torcidas que tiene delante”. La clase de gimnasia (ejercicios con aparatos, atletis- mo competiciones, ete.) se complementa en el colegio Waldorf con la gimnasia que el conde Fritz von Bothmer desarroll6 siguiendo las indicaciones de Rudolf Steiner, cuando aquél era profesor del colegio Waldorf de Stuttgart. Siguiendo una verdadera linea pedagégica, la gimnasia Bothmer comprende desde simples ejercicios de corros (en la tercera clase) hasta la experiencia de la ligereza y la pesantez y de la fuerza de la voluntad en la superacion de la gravedad, hasta finalmente alcanzar un. dominio més seguro de las tres dimensiones espaciales y la creacién de una figura humana en el amplio cosmos ‘de movimiento (clase 12). LA CLASE DE EURITMIA La clase de euritmia de la que ya hemos hablado, es una materia que comprende todo el periodo escolar. Mientras que la gimnasia y los ejercicios fisicos estén més dirigidos al cuerpo fisico para darle flexibilidad, clasticidad y resistencia, la euritmia activa el organismo de la vida, el llamado cuerpo vital, portador de las fuer- zas vitales de mantenimiento y formativas. Dado que este cuerpo vital penetra tanto en el alma como el cuer~ po fisico, la clase de euritmia actiia tanto en el plano fisi- co como en el animico. Corrige, por ejemplo, defectos de postura, relaja tensiones a través del movimiento, forta- lece las fuerzas vitales, suprime el nerviosismo y la irri- tabilidad, ayuda a la concentracién y fomenta la encar- 36 naci6n de las fuerzas animico-espirituales en el cuerpo fisico. La euritmia ademés sirve de apoyo a las otras asignaturas, ya que por ejemplo, hace posible reprodu- ir las letras usando todo el cuerpo, vivenciar los tonos, las melodias y los ritmos y expresarlos en gestos y pasos. Incluso en la gramatica y lz sintaxis actia la euritmia como apoyo y ayuda. Los ejercicios con las barras de cobre en las clases superiores mantienen el esqueleto y la musculatura flexible y con dominio de si mismo y actian contra el proceso de endurecimiento del cuerpo durante la pubertad. En este sentido la euritmia apoya y fisico desde dis- complementa la gimnasia y el ejercic tintos aspectos: EL TERCER SEPTENIO: DESARROLLO DE UNA VOLUNTAD MAS ACTIVA, Otro momento importante en el desarrollo de la perso- na lo representa el proceso que podemos designar como el “tercer nacimiento”, la liberaci6n del alma 0, més exactamente, del cuerpo animico. Las fuerzas que hasta entonces han trabajado en la formacién del cuerpo infantil y que han transformado al nifio en muchacho y a la nifia en muchacha, se liberan ahora -lo cual se expresa con el comienzo de !a maduracién sexual- y se abren quedando a disposicion de la formaci6n de la per- sonalidad que puede entonces comenzar. Con la ruptu- ra de los “diques del alma” empieza para el joven un periodo leno de problemas, vulnerable y tumultuoso. Por una parte el impulso sexual acosa especialmente al muchacho, por otra todo joven sano siente en su inte- 7 rior que el mundo superior surge de su inconsciente. Siente la cercania del niicleo de la persona, del que Jean Paul dice: “El hombre-dios nace y es recibido por ta naturaleza humana, asi ano yo audazmente esa conciencic de sf misimo a través de la cual aparece un Yo, una conciencia, un dios”. El instrumento con el que trabaja este hombre ideal es Ja voluntad. Si no tuviera voluntad se verfa desgarrado por sus caprichos, apetitos y necesidades. Ya hemos mostrado que una educaci6n anti-autoritaria fomenta ese estado. Solamente el hombre, en tanto que indivi- duo, da érdenes a la voluntad: "voluntad huntana, yo te venero: soy hombre tinicamente porque puedo querer” (Pestalozzi). La voluntad, sin embargo, no es atin totalmente libre en el tercer septenio; se encuentra todavia arropada por la envoltura animica dentro de la cual el pensar, sentir y querer se desenvuelven mucho mas independientemen- te que antes. No tenemos espacio aqui para entrar a fondo en este periodo Ileno de tensiones, de escollos y de peligros -por la prensa los conccemos bien- pero tam- bién Hleno de posibilidades felices. Digamos solamente que este periodo es decisivo para el desarrollo de las facultades individuales y es muy lamentable que nuestro sistema escolar y de formacién profesional no deje sufi- ciente espacio libre para clases de formacién humana en esta etapa de desarrollo tan extraordinariamente dificil. La pedagogia Waldorf exige por razones antropologicas una educacién de doce aftos de duracién para alcanzar una formacién completa de cuezpo, alma y espiritu; de ‘cabeza, coraz6n y manos (como lo expresa Pestalozzi). El 58 bachillerato superior en el colegio Waldorf va desde la clase novena hasta la doceava, y est dirigido por profe- sores especialistas en las diversas materias. Nos limitamos a dar aqui algunas pautas que pueden, ayudar a aquellos maestros, educadores y jovenes que no estén relacionados con un colegio Waldorf. Ya hemos dicho que el tercer septenio es la fase mas importante para la formacién de la personalidad. Esto no sucede, como algunos podran creer, intentando atizar toda nueva Ilamita de posibilidades personales que surja hasta convertirla en un fuego gigantesco. No, al contra- rio, se realiza conduciendo las nacientes fuerzas indivi- duales hacia el exterior, hacia hechos reales, hacia pro- blemas y actividades de cardcter hist6rico, cientifico 0 artistico. Serfa totalmente erréneo dejar al joven regode- arse en el propio torbellino interno de su alma, Cuanto més aprenda a esta edad a salir de sf mismo, a entregar- se a una tarea dificil que exija mucha fuerza espiritual y fisica, més sano y fuerte se hara y més movilizara su voluntad. Lo més importante en estos afios es que se tra- baje en los tres niveles: en el intelectual, en ef del senti. miento y en el de la voluntad. En el plano intelectual esta educacién se lleva a cabo a través de las asignaturas de la especialidad en las que las materias que en los aftos anteriores se han presenta- do de forma fenomenoldgica, vuelven a retomarse y desarrollarse a nivel teérico. Especialmente las ciencias y las mateméticas juegan un papel preponderante. No se trata de un aprendizaje enciclopédico de memoria -como a menudo exigen los examinadores- sino de esti- mular las capacidades creatives adecuadas al individuo. 59 Eljoven ha de poder decirse: “en ti tienes un instrumen- to con el qué puedes descifrar los enigmas del mundo” Ha de ganar confianza en las fuerzas de su pensar ahora libres; y ha de poder entrenarlas en tareas adecuadas. Muy especialmente Jos sentimientos de este perfodo necesitan de una confianza explicita y de una guia. Con el “tercer nacimiento” el sentimiento se libera de las relacio- nes en las que ha estado arropadc hasta entonces y se hace ofr en el alma, dominado por simpatias y antipatias, casi desbocado. Qué facilmente se hunde el joven en el sufri- miento, la desesperacién y la depresién! Esto ha de ser contrarrestado ofreciéndole opo-tunidad de que se con- centre con todo su animo en algo externo y objetivo. Por tanto, en esta edad las asignaturas artisticas no son un lujo sino una necesidad vital y evolutiva. A través del dibujo, de la pintura (acuarela), del trabajo con madera, de ta miisica, de la euritmia, etc., se modela el espacio del senti- miento tan sensible ahora, es decir, se des-subjetiviza. Otro medio de la mayor importancia para descargar un reconcentramiento desmesurado es hacer teatro, especialmente en el octavo afio, en la ctispide de la edad més impertinente. Uno puede comprobar el cambio pro- fundo que experimenta una clase si trabaja en una obra de teatro y llega a representarla. Finalmente, ha de educarse le voluntad, ahora también més libre y con fuerza propia, separdndola del tan fre- cuente hundimiento en los apetitos o enana procacidad y agresividad sin direcci6n. Le hecemos frente directamen- te si le hacemos las cosas dificiles, si le exigimos y le pone- ‘mos tareas en las que probar su fuerza. Un medio primor- dial para estimularla en esta edad (y en todas) son los tra 0 1900000 eo Oo00000000e a ioe bajos de taller que exigen atencién del pensar y sensibili- dad del sentir. Puede empezarse trabajando con cobre, por ejemplo. Es una experiencia maravillosa convertir una Iémina de metal en una concha, un vaso o una jarra: jeudntos golpes dados con exactitud son necesarios para dar forma al metal! Ni mi cebeza puede predominar, ni mi voluntad imponerse. Tengo que entregarme con total desinterés. Lo mismo ocurre con los trabajos de talla de piedra, encuadernacién, construccién de instrumentos musicales, etc. Cun frecuentemente, cuando la voluntad del alumno desfallece, tiene el profesor que animarle con alguna palabra: “si sigues tallando una hora mas antes de encolar, te alegrarés toda la vida”. Es el triunfo sobre el momento inmediato, de eso depende el éxito. Finalmente se exige mucha fuerza de voluntad en el trabajo durante el tiltimo afto de formacién del alumno Waldorf. El educador pone mucho cuidado en que el alumno lleve a término el trabajo que tiene entre manos. Los trabajos no terminados cafian el cardcter. La posibi- lidad de poder probar y dejar toda clase de oficios y ocu- paciones presenta la gran tentacién-de convertirle en un vago para toda la vida Por lo demés, nosotros los educadores hemos de aprender a liberarnos de los modelos tradicionales con respecto a los objetivos de la formacién de nuestros alumnos. :Debemos empujar a todo alumno bien dota- do a que pase por el ojo de la aguja de la selectividad universitaria antes de poder encontrar por s{ mismo su propio camino profesional adecuado a sus capacidades, a su vocacién? Una educacién para la libertad es el punto de partida para poder descubrir el propio destino. ot Vemos pues, que las posibilidades animicas del tercer, septenio son muy variadas e inagotables. Pero necesitan al amo interior que las estimule, alimente y forme. Si esto no ocurre o no ocurre de manera apropiada, estas fuerzas se tornan negativas, eneraigas del hombre y de la sociedad, surgen impulsos asociales y agresivos, 0 los espacios animicos que han quedado vacios arrastran al joven lejos de sus lazos familiares y profesionales para caer en los brazos de sectas religiosas que embaucan ofreciendo a lo hambrientos jévenes en busqueda de un estado de paz y armonia. La dific!l situacién de la juven- tud actual se debe esencialmente a un sistema educativo y formativo que, a su vez, esta fundado en una vision insatisfactoria del ser humano. INCORPORACION DEL NUCLEO PERSONAL PROPIO Hacia los veinte o veintitin afios tiene lugar el “cuarto nacimiento”. El Yo personal se desliga de las envoltu- ras anfmicas, se libera y toma las riendas de la persona- lidad. Esta es una condicién necesaria para la mayoria de edad. Con este nacimiento se libera también la voluntad que, a partir de ese mcmento, queda a dispo- sicién del Yo. Rudolf Steiner ha hecho algunas indica- ciones sobre esto: ““Bésicamente Ia voluntad es lo que més tiempo permanece unido al organismo. Hasta los veinte y veinttin afios todo lo que cons: truye la voluntad humana depende en gran medida de la activi- dad orgénica” También hace notar que la liberacién de la voluntad actia hasta en el andar: oa >. alo ,00000 “A los veinttin aos la persona apoya el pie en el suelo ce mane- 1 distinta a como to hacia hasta entonces:recbe una especie de impulso”. Este cambio se puede observar en cémo el joven ins- pirado por este impulso toma su vida en sus manos para intervenir mas decididamente en su destino y estar aten- toa las personas y situaciones que le permitan desarro- arse més y ponerse a prueba. El periodo de la educa- cién termina, y asi comienza la fase sin fin de la auto- educacién y del auto-perfaccionamiento. Si las fases del desarrolio se realizan correctamente; si el cuerpo fisico se ha formado durante el primer septe- nio a través del juego; si el cuerpo vital ha sido impreg- nado en el segundo septenio con imagenes y experien- cias poderosas y Ilenas de sentido; si en el tercer septe- nio el cuerpo animico ha podido ejeraitarse en el mundo a través del pensar, sentir y querer, entonces se encuen- tra preparado el instrumento con el que el espfritu de la persona podré construir en adelante su existencia libre e independiente. Asi pues, toda educacién y formacién a lo largo de la nifiez y juventud no es més que la ayuda que los padres, educadores.y maestros prestan -tal como lo hace la comadrora en el parto-, al compaftero espiritual que nace después de ellos.

También podría gustarte