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CAPITULO 16 CHRISTIFIDELES CONSECRATI: EXISTENCIA CRISTIANA COMO LIMINALIDAD Bibliografia AANV. (ed. Claretianum), L‘identita dei Consacrati nella missione della Chiesa, Ed. Vaticana, Citta del Vaticano 1994; Aa.VV., Hacia una vida reli- giosa latinoamericana: seleccin de textos teoldgicos, Clar, Bogoté 1984; ‘AAW. Palabras clave sobre Vida Consagrada, Verbo Divino, Estella 1997; AAW., Théologie de Ia Vie Monastique, Aubier, 1961; ALONSO, SM", Identidad teol6gica de la vida consagrada: lo permanente y lo mudable en el seguimiento de Cristo, PCI, Madrid 1998; 1D., La vida consagrada: sinfe- sis teolégica, Madrid 1988; APARICIO RODRIGUEZ A., CANALS, JM. (ed), Diccionario Teolégico de la Vida Consagrada, PCI, Madrid 1991; Cones V.- ZevaLtos, N,, Vida Religiosa. Historia y Teologia, San Pablo, Madrid 1967; Cots, B. Christian totality: theology of the consecrated life Bombay 1992: Disz Presa, M, Antropologia de I Vida Religiosa, PCI Madrid, 1984 FERvanbez Gancia, B. 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Congar cuando decia que el problema no esté en definir quién es el seglar, sino el religioso o la persona con una es- pecial consagracion. No resulta fécil dar a entender porqué hay mujeres y hombres que asumen como vocacion una forma de vida caracterizada por algunos elementos poco comunes entre los hu- manos: formar comunidades de personas célibes, dedicarse a la contemplacin, renunciar a la propiedad, vivir tinicamente entre- gados a la dimensién religiosa de la existencia. Se trata de aquellas personas que dentro de la Iglesia mas se asemejan a los grupos li- minales religiosos de los que hablé en la segunda parte de esta obra y en el capitulo dedicado a la fundamentacién antropol6gice religiosa. En la iglesia actual quienes asumen esta forma de vide liminal son un 0,12%. co Voy a presentar esta forma de vida dando tres pasos. En prin lugar hablaré de la clave que la explica (la liminalidad prt en segundo lugar del fundamento (seguir al Jests liming! ¥ Pr, ta); y en tercer lugar del dinamismo (momento mo! mento humanista). TL. LACLAVE: LIMINALIDAD PROFETICA sigis8 ida re Se ha debatido mucho sobre la identidad de! ora ae consagrada. Se han ido aportando diferentes iD responder # bt especifico de esta forma de vida. Yo no pretence TYG esta Sie cuestién de forma simplificada. Slo en el Cort comple puede vislumbrarse la respuesta, que cuenta ones la vida y de la inestable red de las constan leles Coy nsecrati £xistencia cristian, 59! 1, Mirada al pasado: la identidag histérica ° La vida consagrada tiene tras corriente incesante en la iglesia d toda esta centenaria y pluriform denominada como “liminal”: de sf una larga hi larga lesde casi sus panei Es una e tradicion p Creo que uede muy bien ser «E] monacato aparecié en la iglesia cuando, a rat : emperador, el riesgo permanente de martirio habs os omen det de temer que el cristianismo fuera seculatizado, que sea ima : , ue se convirtiera sim. plemente en el cimiento de una ciudad terrenal. El monacato la rebelidn contra todo compromiso. El monacato en su price ae miento es una via abrupta, la de los “violentos que se apolione dane, no de Dios”. Se trata de un maximalismo evangélico, que exige el chazo de los conformismos y las ambigiiedades. Para el monje, sélo Dios es totalmente interesante. Para los hombres comprometides por las preocupaciones de la historia, el monje se muestra como un margi- nado un Joo, un fuera del ley: en efecto Toque busca es apa de la ley yendo més alld de ella, convirtiéndose él mismo en esa existencia en el espiritu del que no sabemos “ni de dénde viene ni a donde va". Algunos Padres llamaron al monacato “una santa desviacién”... En el ‘monje el Fin esta ya presente y el mundo se convierte en “zarza arden te’»!, El tedlogo ortodoxo Olivier Clément resalta perfectamente en este texto el cardcter liminal de la vida monéstica y las formas de vida religiosa 0 consagrada que el Espiritu ha ido suscitando en esos momentos de la historia: “el monje se muestra como a ™arginado, un loco, un fuera de ley...”. Se trata, obviamente ‘naliminalidad cristiana, ne la vida mondstica institucionalizada surge en el siglo Ot EPS & Sitia, Pero ya antes habia en Ia iglesia sruPos, SY: “Personas con clara vocaci6n de liminalidad. bos Tr inaPOstoles presentan un ideal comunitario auténtig Rea i | antiguo “que parece heredero de la tradicién profética del ani es Amento (Hech 24485; 4,325.) y que posteriormente los MSC Siang, qsumirfan como proyecto propio (Pacome, ma. dog | ABustin etc.), Las mismas comunidades del Discipe ej. Mina] @ C!"Culos joanneos tenfan un cardcter mas CArSPAN Tas los ene otras comunidades’, Grupos liminales fuere? oo es atitas, los gnésticos. Una peculiar liminalidad existe Lt ; 118. iS MANE Sobre el hombre, ed, Encuentro, Madrid 1983, PP: ve new York "OWN, The Community of the Beloved Disciple, Paulist Parte Ill: Identidad = drtires de | iza a los martires de las primeras aquella que carate“Consagradas, Esa tradiddn linen nes ¥ ane or adquiere estabilidad institucional, ena 2 siglo IIT hasta las puertas del siglo XXI la vida religioga Desde o*Ba recorrido un largo camino. Disponemos de ics Then documentadas sintesis hist6ricas". El teGlogo inci santes Y PS yMurchu*, partiendo del famoso estudio sobreja vig Diarma sas Srdenes religiosos de Raymond Hostie comple, muertCada y su equipo’, aplicé a la historia global de la vida rele Pot: Sesquema en cinco etapas- de la curva vital: 1) fundacion Siow Snsign: 3) estabilizaci6n; 4) declive; 5) transicién, Resultads 22 .eiPres la periodizacién de la historia de la vida religiosa en seig Shios, en cada uno de los cuales se verifican las cinco etapas de la Sirva vital: 1) fundaciones de la vida religiosa en Siria y Egipto (entre los afios 200 al 500)°; 2) la primera etapa del benedictinismo en Europa (entre el 500 y el 900); 3) la segunda etapa del benedic. tinismo Reforma de Cluny- y origen del Cister (entre el afio 900 el 1200)*; 4) la era de las rdenes mendicantes (entre los afios 1200 Persecucio.. ‘al aboca aj oconsagrada * Cf. J. ALVAREZ GOMEZ, Historia de Ia Vida Religiosa. I. Desde los origenes hasta la reforma cluniacense, PCI, Madrid, 1987; 1D., Historia de la Vida Reli- giosa. Il. Desde los Candnigos Regulares hasta las reformas del siglo XV, PCL 1989; ID., Historia de Ia Vida Religiosa. Ill. Desde la “Devotio moderna” hasta el concilio Vaticano II, PCl 1990; A. LOPEZ AMAT, El seguimiento radical de Cristo. Esbozo hist6rico de Ia Vida Consagrada, I-ll, Ed. Encuentro, Madrid 1987; D. KNOWLES, From Pachomius to Ignatius, Clarendon Press, Oxford 1966; R. HOSTIE, Vie et mort des ordres religieux, Desclée de Brouwer, Paris ‘CE D. O'MURCHU, Religious Life: a prophetic vision. Hope and Promise for fomorrow, Ave Maria Preess, Notre Dame, Indiana 1991. a R. HOSTIE, Vie ef mort des Ordres religieux, Desclée de Brouwer 1972; L. 1 oat Shaping the coming age of religious life, Seabury Press, New York, * Durante mas de dos siglos se de la fase fundacional tanto 451 el concilio de Calcedonia mantiene la vitalidad, frescura, espontaneidad en el monacato sirio como egipcio; pero ya en el Soericmmelio de testifica un cierto declive del monacato, sobre to- Fee Pale, Lo linico que de éste quedé fue implantado en Galia por Casiano. Cien afios después de imy i lantado el ipei i ito escri- bid id ™monacato egipcio en Galia, Benito el ambit (eno 540). El benedictinismo tuvo ua infuencia notailisma €® bién legs » Cultural, social y se expandi6 admirablemente. Pero tam- una et ei que intervenis cab de a Y crisis, en torno al 750, en la que tuvo = magno, _ ae nee | eforma de Cluny es uno de los més importantes por st finales del siglo Il so eeuPe* lo mejor de la regla de Benita, Pero después, 2 fat Sncontraron llenos de riquezas y perdiendo su impacto spiritual. C.16: Christifideles Consecr. Rene 4 1500)"; 5) 1a era de las congregaciones 7 aposta Lg, 1800; 6) la era misionera (entre los anos Than eT 108 aon o sto que una historia tan compleja como la vida rele tod)” Es Hi atroducirse sin reduccionismo en un ¢ e 597 cligiosa no a squema ciclico, pet os, puede servirnos como marco pedags; oe me vt se aprecia que en cada curva vital la li ai Biro hey rece, sepals inalidad esté ma: Tagntuada en 10s Origenes y mucho més amortiguada al final deh 80. , . institutos de vida consagrada han surgido entre los fieles bos os, COMO movimiento del Espiritu y don para toda la igle- cristian do apareciendo en diversos momentos de la historia a sia Ham nombres y mujeres carisméticos -fundadores y comuni- través de gacionales-. Estos y éstas supieron intuir las grandes ne- dades funda irituales y misioneras de la iglesia y de la sociedad de ida agar: jes dieron respuesta a través de minoritarios y su tiem] 7 emo os proyectos de vida y obras de servicio, A pesar de signif sdos, smntieron la necesidad de insertar- nature 48 Proyectos al de Ta iglesia, y pedirle su aprobacion, se en el entra fos o Tlevadas por el Espsritu para influir en orque se sabian ra A través de la autorizacién jerdraquica los indo el conjunto ec genecen publicamente ala vida y santa iS glenn de ella y hacia ella se orientan, evit iglesia; talante sectario. ‘ da, sino eee Jo la vida consagraca, nto historico, No so) ema cultural ea eae oe eonfrontada con un TNO PT tanto de Pais Estamos en tiempos de Sas secular en este yeligioso. Esame nifica ser liminal, COnSaBtee i onales ¥ pee ce ida consagrada en sus momento potencial de limi- fempo? La vida cotes na mostrado un fuer'® POST a gene co valida’. - ta liminalidad que en el conjunto ocido oficialmente €% récter profetico tal como la iglesia ha ae estos tiltimos afios"’. ir del siglo artir del siglo raron a P: tiem * Franciscanos, Dominicos, Carmelitas, Servitte at 7 ara inte relevante PaPr oon un Xlllun nuevo modelo de vida religiosa, EROTMENT’ y r4pidamenst ig XIV Po. El modelo mendicante se desarrollé y &XPAT. "por, a partit 8ran impacto en Ja espiritualidad y en Ta ene yeriran nuevas Comienzan a aparecer signos de declive, que ™°4 visio. HOP “CED. OMuRcHu, Religious Life: @ Propel oi ‘omorrow, Ave Maria Press, Notre Dame, I" Ant elacion ent ; del Sinodo da se expres relacl ia religion. raligh lel Sinodo sobre la vida consagra be io ie Ja vi da se Caruraleza de tig08 sa © iglesi 9): “Desde la misma NAT que on testiB Tagine ce iene or cl dinamismo de la igtesrtidad- Bote entregarse ‘Psoluto, que es Dios, y que se siente Hamada @ 19 71, deseosa esta santidad, pues expresan en sila iglesia e” © i 598 Parte Ill: Identidad 2. Interpretacié liminalidad profética Se ha querido explicar la identidad de la vida consa, rriendo a las comparaciones, a la jerarquizacién de la vida. Se mantenia el tipico esquema medieval d tenemos una concepcién mucho mis reticular, ecolégi, Oy tae la realidad” La identidad se descubre en el canes Sistemi. ciones e interacciones. En ese conjunto se descubre que la Se Tela. sagrada tiende a jugar un papel liminal y profético. oe Btada recy. 8 formas 4, le los estados Fy" a) Enel entramado y territorio profético La exhortacién apostélica «Vita Consecrata> ha interpretado esta forma de vida desde la clave del profetismo colective". Ee profetismo tiene como primer analogado a Jestis y después a todo a pueblo de Dios, como comunidad profética. El profetismo de la vida al radicalismo de las bienaventuranzas”. El anhelo y la aspiracién més profun- da que da existencia a la vida religiosa, no es sino el anhelo y la aspiracién de la misma iglesia. Los religiosos se sitiian por ello en su dinamismo, en su nt- cleo, Bien sabido es que la exhortacién «Vita Consecrata» ha dedicado unos mimeros preciosos a hablar sobre la vida consagrada como profecfa. Concre- tamente en VC, 84 se propone como modelo de la vida consagrada a un profeta audaz y amigo de Dios, en el cual la vida religiosa ha visto uno de sus grandes paradigmas: el profeta Elfas. De él resalta la exhortacién apostdlica VC seis ca- racteristicas: a) Vivia en la presencia de Dios; b) contemplaba en silencio su pa- 50; ¢) Intercedia por el pueblo; d) proclamaba con valentia su voluntad; e) de- fendia los derechos de Dios; f) se ergufa en defensa de los pobres contra los poderosos del mundo (1 Rey 18-19). ® Cf. J.C.R. GARCIA PAREDES, Teologia de las formas de vida cristiana. I. Pers- pectiva hist6rico-teolégica, PCI, Madrid 1996, pp. 308-317. F.CapRa, La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos, Anagrama, Barcelona 1998, p. 60. * CE. Vita Consecrata, nn.84-95. De “profecta”, aplicado a la ve, se habla en VC nn.15, 84 y 85. De profetismo en el n.84. De “profeta” en general en los muime- Tos 84, 85 y 108. Y se hace referencia directa a dos profetas, Jeremias (n.19) y Elias (n.84). También se dice que los Padres sinodales “han destacado el caréc- ter profético de la vida consagrada” (VC, 84). El adjetivo “profético/a” aparece con mucha profusién. Se hace referencia a la “misién profética de todos los bautizados” (n.47) y a las voces proféticas de los fieles (n.85). A la clausura de Jas monjas como “anticipacién profética” (n.59); a su cardcter profético (n.84); 4 Su funcién profética (n.84); a la misi6n profética de la vida consagrada (n.73), @ su fuerza profética (n.80), a su indole profética (n.83), a su testimonio profético (nn $4 y 85), a su ministerio profético (n.84), a su cometido profético (n.87). 5° habla también de la vida fraterna como “acto profético” (n.85) y de la pobreza Evangélica como “voz. profética” (n.90). El adverbio “proféticamente” aparece también dos veces (nn.23 y 5: : ‘ eg cién a “lo profético”. 7). En total: 24 veces se hace alusién en la exho! ee me ON C.16: Christifideles Consecr, = ¢: Xistencia cristia consagrada no es, desde tales cnc, Sto ee EU Pte mc poe eee de la profecia de la ined, fundadoras sive potencian su “ala profética’™. Lo hase BS? y han forman pectos del seguimiento de Cristo, de acentuandd sr'a4o y Perrctivo y estimulo ala gran iglesias *8*l Eunos aa- Ya desde sus origenes histéricos en su fo consagrada present una cierta vanormahen rondstica, la vida Ja iglesia: rehus6 ser asimilada en todo a “Profética” pviechigen wormales de la gran iglesia; los personajes cesta Y actividades vida consagrada adoptaron frecuentemente un estil le la Hamada viaigs profetas biblicos (Antonio abad, Simeén el stilo parecdo al y Clara de Asis, Teresa de Jestis, Juan de la Cruz Haare Foucauld). . Carlos de Un profeta es siempre un personaje «alternativo»”, Es agracia do con una intensa experiencia y nostalgia de Dios, con un aa nado deseo de lo Absoluto'’. Es canal a través del cual el ‘Dios ee condido se comunica con su Pueblo. Dios se le revela como Pala- fro. y por eso, el profeta habla, dice. La Palabra de Dios ests carga: da de energia creadora y es sumamente poderosa. Pide obediencia. $f mismo es el primer destinatario de la Palabra que Dios pone en «Loum desde el se prolonga hacia el mundo, el pueblo. El profeta estd situado en la frontera de lo divino y lo humano. ‘Lo que le ocu- rrees posible porque el Espiritu de Dios lo consagra, lo habilita, in- duso lo altera y transforma. Sucumbe a otro més fuerte que a: Gehor, me has seducido y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido» (Jer 20,7). Se siente profundamente enraizado en su pueblo. Se experimenta como un ser contradictorio, paraddjice. El profeta vive la tensién de dos polos, que atin no &° han reconciin do, Ante Dios es el abogado de los hombres ¥ ante los home a abogade ae Dios, Pescibe en si mismo wna pasicn GI. aoe en trance y le vuelca compasivamente hacia = : eras Imente los mas pobres y oprimidos (huérfano, viue® s . id 1974, CLIMR. TiuLaRD, El proyecto de vida de los religios0% PCI, Madi ‘ee (cf. pp. 375-392), imo come 1Si,}8. Merz, Las érdenes religiosas. Su mision ¢ un ite pn ” Walters vivo del seguimiento de Cristo, Herder, Barcelona ©" * Bri fe fecia bay, uogemann recur Ja nocién de «alternativa” Pt tres Press Prigelca: cf. W. Fee iANN, The Prophetic Imaginary ort, gue present Phia 1978, Segiin este autor, el profeta es aquel hombre ¢ Tigion, @ UrpagePobicamente una alternaiva global al sistem? vigente: "Nui sociedad, aT cultura dominant 150-9 R, La esencia del profetismo, ed. Sigueme, Salamanca 197° 600 Parte Ill: Identidad jero). Por todo esto, el profeta se convierte de Dios (oth) en su persona y en sus estos (la denmbolo Viviente el celibato de Jeremias, el desposorio con una prostice? & lisiag la soledad de Ezequiel). uta de Osegs’ Funcién del ministerio profético es alim gir una conciencia altemativa en medio de la cuff a MCE su. rofeta presenta la alternativa de la Gracia en el munde ana. Bl Beres y Derechos, de la libertad en el munde sn rtd® de oe De. compasion en el mundo del castigo. Esta conciencia es de la de energias nuevas; establece una nueva escala de valores, feta propone lo nee no es evidente. Genera ilusiones, trae tek peranza, alivia el sufrimiento humano, acelera el &xodo de pes = bres hacia la patria de la libertad; presenta puiblicaments la Sar” Noticia y anuncia el fin de todo aquello que erréneamente fue creido como eterno y absoluto. También provoca angustia y desa. sosiego, para que todas las miradas se vuelvan a Dios, el tinico que va. Jestis fue el Profeta por excelencia, el culmen de toda Fue Testigo y Palabra, Proto-Simbolo del Reino. Toda su vida fue una parabola en accién. El fue el personaje liminal por excelencia, el Mediador tinico y definitivo. Jestis alimenté en el pueblo una conciencia alternativa: su condensacién es el mensaje de las Biena- venturanzas. Suscita un peligroso espiritu critico, que desenmasca- ra: a) las falsas divinidades (“Da a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar” Lc 20, 25), b) la falsa bondad (“los reyes de las naciones las dominan como sefiores absolutos y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar bienhechores , pero No asi vOso- tros” Le 22, 25 - 26), c) la falsa libertad (“la verdad os hard libres”, “quien ha cometido el pecado es esclavo del pecado”), d) los falsos valores absolutos (“;de qué le sirve al hombre ganar todo el oe do.?”), e) la falsa religiosidad (“No todo el que diga oh La fior”, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre” Mt 7, 2). conciencia alternativa se revela como -denuncia- de una ae que no corresponde ya al primitivo designio de Dios, ate a rece en la subversién mesidnica proclamada por el Maria Magnificat. ae En la iglesia se cumple el deseo de Moisés -de que todo Siro se blo profetizara- y la profecia de Joel cuando el Espiritu p) del oe derrame sobre toda carne (Joel, 3, 1-2). La iglesia partic! Pe i- risma profético de Jestis. Fue consagrada por el Es| tae de for sion profética el dia del primer pentecostés. Sin distint ey mi- mas de vida, los primeros cristianos se hicieron ba Per sioneras del Evangelio all{ donde el Espiritu los tevomuniade e tés sigue aconteciendo. A través de sus personas, Co C.16: Chtistifidetes Consecy ati: ex EI Chistes Consocr calesias particulares, la iglesi tite i ae igefan profética de Jestis en cada nada so i de la iglesi a tiempo y just, Contin gion profética de la iglesia es pr Huger ohtinuidaa i Reino de Dios”, del Evangerenet en el mun, PropI0 dela mt de la historia. le Jes la ucristo Resucitadgr ee p)La vida consagrada como foco profético segiin “Vita Consecrata” nesta corriente profiética se siti la vi qbviamente €5 fiel a su vocacién y near ‘Ga consagrada cuando, cbvif de modo peculiar, su carécter de valtemome ee reat of “certo distanciamiento de la realidad social -"tuye ron se Jpilita ejercer una funcién critica y ejemplar. Centrando oy atencién en lo unico necesario, se muestra provocadoran ere ie io relativo. Ante la escatologia relativiza el iemetornee aiiar por el espititu de las bienaventuranzas. Po. Se deja La exhortacién «Vita Consecrata» explicita el peculiar profetis- mo de la vida consagrada como respuesta a tres grandes desafios de nuestro tiempo, que el texto latino expresa con el término pro- vocationes: «La profesién de castidad, pobreza y obediencia supone una vox de alerta para no infravalorar las heridas producidas por el pecado or tal, al mismo tiempo, que aun afirmando el valor de los bienes creados, fos velativiza, presentando a Dios como el valor absoluto» (VC, 87) El profetismo de la vida consagrada aparece as! come Te “te: rapia epititual” de profundo significado antropol6gico, como “bendicén para la vida humana y para la musma vida eclesial’ (VC, 87), La vocacién profética a la vida consagrada © respuesta a \ a ‘Vocatio Dei” y a las “provocationes mundi”, La primera Pion , como deca Ferg OM "Ea, com Janzada a vivir en la provisionalidad liminal de Jeng, 5 sabe do, las formas proféticas de vida consagrada descon De este mo- red de la comunidad cristiana y hu ‘congestionan |; mana, de todos su: @ asfixias. Los consagrados son por asi decitlo con (ote * m le Iistico- los que juegan por las bandas y descongestionsn a dandole futuro, expectativas y alegria. ye La vida religiosa apostélica, sobre todo como servidora del rei no, anunciado e inaugurado por Jestis, en ministerios de educa- cién, de sanidad, de promocién humana, de transformacién social y progreso cultural, intenta situarse en el espacio liminal de Jestis, desde el que es posible reavivar los suefios de salvacién, incentivar la creatividad y acoger el don de Dios que llega. En los «misione- ros» y «misioneras», en los monjes abismados en el Absoluto, en los réligiosos y religiosas misioneros entre los marginados, el pue- blo ve expresados suis mds profundos suefios. Hay en la historia una incomplétude (es decir, la ee ‘muestra radicalmente incompleta, insatisfactoria), La vida SONS grada lo siente con una especial intensidad. Por eso, Hen’ Wt, Pecial predisposicién a esperar otra realidad, a poners® fy ogo de vigitancia y espera, como los profetas apocalipticn. mis de vigilia determina su forma de vivir. Esa es 18 exP! “ompleta de la liminalidad religiosa. 3Elacceso al espacio liminal llamar y 24 entrar en la vida religiosa hay que “TUN aes y cere monte Someterse a toda una serie de exigend i omar Pa de niles, a un proceso inicidtico. Quien hoy AUNTS. progresivee men stituto religioso tiene que ir abandonTty ada, vo “in? forma de vida que ha dejado de Se P2™ Siferentes “PS spina Sera un largo proceso inicatico £2" “njorad®). espe 2°: Postulantado canénico, novice’ 2 forma = jidato en © Varios afios es aceptado el candida’ 606 Parte III: Identidad ble de vida. Esto se expresa muy bien en algunas costumbres de} antiguo monacato: «Cuando la comunidad acoge litirgicamente a un nuevo hermano o a Gna nueva hermana se encuentra profundamente implicada, en prime- ra persona, pero, al mismo tiempo y de forma parad6jica, se da cuenta de que es tinicamente espectadora de un acontecimiento en el cual el tinico protagonista es cl Seftor. El monacato antiguo no conocié nunca Jos votos temporales, sea porque contrastan con la totalidad y la radica- lidad propia de una respuesta al amor fiel y celoso de Dios, sea porque toda nueva vocacién mondstica tiene que ser entendida como un don, tuna promesa irrevocable que el Sefior hace a su comunidad. Y es que ei protagonista de la liturgia de acogida mondstica no es el que termina el hoviciado, ni la comunidad que lo acoge, sino solo el Sefior que lo ha llamado y mantenido hasta este momento, la fidelidad del nuevo her- mano estd garantizada por el mismo Sefior, cuyos dones y llamadas son irrevocables»™, 2A dénde da acceso la puerta de la profesién religiosa? Al mis- terio de Dios como definitorio de toda una vida, al misterio del se- guimiento de Jestis, a la vida totalmente definida por la relacién religiosa. Esa puerta deja detrés de si tantas y tantas cosas. Y el re- sultado es una vida situada «en otra parte». Ciertamente en el «més acd», pero descubriendo en el ms acd «el més alla». Si hubié- ramos de expresarlo con una metéfora més genérica y amplia, di- ramos que la puerta de la vida religiosa da acceso a la liminalidad. Hace de los que la profesan, habitantes del limite”. Con todo, hablar en estos términos es siempre relativo. {Limite en relaci6n a qué? No cabe duda de que la existencia cristiana es en sf misma liminal. Es una vida «in mysterio». El cristiano vive «in Christo», es decir anclado en lo definitivo-escatolégico, inserto en Aquel que es el Alpha y la Omega del universo. Dentro de la misma comunidad cristiana o eclesial hay diversas formas de liminalidad respecto al conjunto eclesial. El eremita se sitéa al margen. El artista, el fildsofo cristiano, se sittia en otro margen o limite. Hay en la iglesia no pocos y pocas ~y no sola- mente religiosos o religiosas- que tienen vocacién fronteriza- Fronteriza en la misién y situan su servicio misionero en las fronte- ras de la misién eclesial; pueden ser las fronteras de la increencia, ® E. BIANCHL Il mantello di Elia. Hinerario spirituale per Ia vita religiost Ed.Qiqajon.Comunita di Bose, 1985, pp. 9-10, Cf. R, ENDRESS, The Monastery as a liminal Community, en ABR 26 (1975), pp. 142-158; R. PANIKKAR, Blessed Simplicity: the Monk as universal arche- type, Seabury Press, New York, 1982.0 a y eri7e de es posible conectar y dialogar con «los otros», fensan diferente los que se oponen e inchiso atacan. jos 1° Fen la experiencia religiosa y se situa alli donde se ins- i one ‘yidlogo de vida y de servicio con hombres y mujeres de wok eligione®- ; oe . que Ia vida religions se coloca en un lindero, en un If- un sendero entre dos campos, 0 si queremos ante el um- pate en UP] dintel de 1a Vida religiosa era para los novicios una . Pasa indo y URA Consagracion total a Dios y a sus cosas. Par averted significaba agregarse a Un. mundo nuevo. En no pocas [os religiosos han sido considerados como los guardianes ‘nas del ‘dintel. Sobre todo, la vida contemplativa ejerce de o gual gta funciOn- Nos indican la direccion del Misterio. Su figura redo erate de Dios. Su forma de vestir, su estilo de vida mo- sro Sp convent. La toner Tmonastica, el habito, las renuncias enue vida anterior indican este tipo de vida liminal. Deniro de la misma vida monéstica hay también un camino es- pei un itinerario que Tecormes ‘No se ha llegado al limite por Pa hecho de ingresar en 18 Orden. Hay un limite interior, una alma interior espiritual 2 la due cada monje o monja estd Iama- do Se denomina perfeccion, santidad. Bajo la vigilancia mistagégi- fade un abd o una madre espiritual y, sobre todo, la accién del stu, se podré llegar a ese limite. Dentro de la vida religiosa apostdlica esos limites estan marcados también por Ja misién. Son spots de las periferias del mundo, de las zonas de mayor po- breza, indigencia y marginalidad. Elreligioso, la religiosa, habitan en una zona fronteriza. No solo Porque ocupan ese espacio terreno, © sociolégico, sino porque lo aaa en tierra de cultivo y culto. Ese territorio cultivado de la religiosa aparece como sede de un culto, de una religion o Te ligacion. El habi : ; culo yala eres de esa zona se halla religado y obligado al TL. Eup IN |AMISMO Y SUS DOS MOMENTOS: MONASTICO Y HUMANISTA Ante i a yeh derumbamiento del paradigms religioso como justifi- aie, qué gest religiosa, propia de la vida consagrada? {Qué tenga sent aes estilo de vida habria que emplear para — emplear un le periodos de busqueda y transicin no es etente, provisio nguaje definitorio, sino meramente tanteante, nal. Es mejor mantenerse a la espera, como Parte Ill: Identidad -— espirituales «que més que a la teoria . Ls «sfiexiva, a crear las condiciones de cosa de manera vencia en las ultimas fronteras de lo human de una NUNN emplo, en hombres como Walter Benjamin o Marcel (piens® For otra parte tan distintos)»*. La secularidad trane- Legals POF Owe ad en el capitulo anterior, nos ofrece interesa secular, a 1a que 1 Crcularidad ecolégica entre dos momentos es pers} pectivi tes person jossua llamo ef momento mondstico y el momento vitales humanista Vedmoslo. 4. El momento monastico y su motivo: la seduccién El proceso de este acontecimiento que llamamos “vida consagra- da” se inicia con una experiencia de vocacién o llamada, que bien puede ser definida como experiencia de seduccién. Se genera asi una situacién de “estado naciente”, que acapara toda la escena vi- tal y que llamamos “momento monastico”. Quien asume con verdad la forma de vida consagrada, sabe que ello no es el resultado de un frio cdlculo y de una opcién interesa- da. Sabe que ha sido seducido. Casi siempre se dice que se trata de una seduccion divina. No hay seduccién sin belleza. Nada extraiio, por tanto, que la vida consagrada se haya entendido, especialmente en el monacato, como Filocalia o amor y busqueda de la Belleza. En expresién de Paul Tillich, dirfamos que el monje, la monja, el religioso o religiosa, se siente seducido por la profundidad del ser (Tiefe des Seins), por el fundamento de todo lo que existe. Todo lo existente queda, por eso, implicado en el fendmeno de la seduc- cién. De ahi la certeza y la zozobra, la luz y la oscuridad. Dios no aparece inmediatamente en nuestro mundo. Dios es invisible, inaudible. No porque esté oculto, sino porque es Luz cegadora. Es tal la luminosidad y la densidad de su presencia que no hay ser humano capaz de contemplarla y acogerla. Por esto, la experiencia de Dios, que implica toda vocacién, se capta mas por sus aspects negativos que positivos. La vocacién aparece mas como silene® que como alabra, como ocultamiento que como revelacion. b sotros, los cristianos, damos nombre a esa realidad seductor® ye circunscribimos al rostro de Jestis, el Cristo, el Seftor. Decimo: hn . su Espfritu interioriza en nosotros su Voz y nos envuelve ¥ ae cia en su magnetismo irresistible. Vislumbramos en el fondo, yp, Estella 2 A, ToRRES QUEIRUGA, El problema de Dios en Ia modernifal B 1998, p. 300. Arr rene spd aPC “train el Misterio va generando en quienes 5° sienten La atacstfamadas un deseo, Am ‘de fundirse con El (la Ot ivina) y liberarse de todo aquello que impide esa expe- sere de plenitud (iberacion de la tiranfa de los {dolos falsos). Lo rienci@ ‘opeion POT la plenitud, aparece a quienes no lo perciben que & eapojamicnt© Y -nonadamiento. El inico porvenit prometi- como Cf Hamada, como a 12 Gel amor-pasién, aunque parezca im- do ave, es 1a muerte; 1a Gimensién del tiempo, de la vida, de suyo pos correspond. El “Sstimonio que se desprende de esta expe aca es el rendirse ‘ante el Absoluto en. desnudez, sacrificando la tre. El més auténtico testigo seria entonces el el yogui. Teresa de Jestis lo expresd precio- igalado «Vivo sin vivir en mi, / y tan alta ia vida cartujo, él trapense samente en SU poem same fo, / ue muero porque No THNerS~ En el «momtento mo- espero, Tustico» el testimonio no deja jugar a la vida humana, al cuerpo, 8 na nalidad, al trabajo, a las relaciones, 9 la responsabilidad poli- fea ala actividad intelectual, a la experiencia espiritual de la be- leza de la naturaleza o del arte. ;Sdlo Dios basta!. i Es bella la propuesta que hace la exhortaci6n Vita Consecrata, al P qa plantear la vocacion como una ex] eriencia de la belleza de Dios ; cP y q jess en el Tabor. Aunque la pregunta que surge es: ¢Quién puede afrmar que ha Contemplado el rostro transfigurado de Je = Y cuando lo afirma, gqué esté diciendo? Tenia razon Pablo al “ que vivimos en la fe y que aqui contemplamos Ja realidad di- na como en un espejo (1 Cor 312-13). Tenfan yaz6n los Padres —— al hablar de las Tinieblas de Dios, que pare ellos se tra- Get sil en teologia apofética. La vocacién es entonces Ja Hamada lencio, la visién de la tiniebla, la seduccién del vacio. Si lo ex- rests tine digemos que la vocacion ala vida c - da es la llegada ~a la vida del a aese Ta Pala 3 ia loca eee ee ead e la Palabra y la locura Dior Tn? del crucficado, igunos hablan del “lado oscuro de Ge eae of God). Se refieren a esa presencia divina existencia de Te tica, problemética, amenazante, terrible; a esa olvidemos ¢ eee provoca preguntas, Jamento, rebelién. No i" Antonio abad, ee rn: de los primeros monjes, CO- diabslico 9 dena! a jalonado de experiencias oscuras de lo incomprenne Ese lado oscuro, invitilmente raciocinable e Potencia de Dios oe y lucha. Tiene que ver con Ja im- inte el mal, con su aparente pasividad ante la in- WWsticia, Re WVoca eo chtone Woeacién de ae ‘uno se pregunta: la llamada de Dios, a Parte Ill: Identidad Lo més paraddjico encontrar a personas ju on piety eeado] eal situaciones m4 force , ios que les lamas lenadsa rte en a iS a transfor) tOsur. transformar este mundo. Jest ae ee visible aul la encamacién' blar de Dios con palabras huma gible. Gracias a tl 0s. En jet Baers ine valorarenige lolGuncienisinc es posipy ts incalculable valor: jque Di suficiente lo en concer pe he : jque Dios se ha h un hecho rej. Ptos cura 0 es nuestra salvacin. No echo hombre! ee i8i080 hu. tra salvacion! Asi Dios nos 1 josotros creemos fe rote de tan o la religiosa sentirse resulta accesible, nel”, timo: una lo. Pero también Jesti verdaderamente lam Asi puede e| noite ta is manifiesta lamado, el reli blematico de Di el lado » Sco iBi0s0 esto ios. El Jestis crucifi oscuro, incomprenep™ Puss en manos criminale: ificado, entre, 'prensible, mio!, gporqué me has ab: s, el Jestis que cl Bado a la ee La intensa 's abandonado?» es lama «Dios mio, pr experiencia del rei un Jestis sed io, Dios de tal manera la vida ia del reino, como el luctor. familia, oficio, propiedede: el agraciado lo de Bran tesoro, acay fuera de las seguri fades); va a un | leja todo (redes, pain creacién, fuer: aoa de este munde a que estd a la ae Padre, Teacion, fuera 13, 12-13), lo; un I temperie, cia tltima de b 13, 12-13); el ly; lugar no previ embargo, se daaertol oe demés. La S Ta cruz, cons eae be = eee y ere se vence et miedo esta llamada, sin momen . lad terrena edo, se renuncia a to- aes Else aa ea tiene uno vee na : ioe todo lo coe Eas por el Cristolawatbed en Pablo de queria vivi ideraba pérdida, bi crucificado y resucita- le sedujo total ir en Cristo Jestis, qu a asura, comparado con El. siga aconteciende Nada ea e le amé y se entregé por él, y sentido ndo en la vi iO entonces, que * oncia sedui vida de muj , que esta experiencia Mentos y todee POF el Sefio mujeres y hombres, que se han en quienes Jesus wes Pemonng través de la Palabra, los Sacra ret lestis prometio las, especialmente los mas pobres, Van | OXPIeS6 este manifestars A - 08 sois para momento monasti e, aparecer. Antonio Maria ha ine i mf suficientisimo». stico en los siguientes términos cia la limi en’ Seducid eH pués gueaninalidad educido 0 seducida por esta llamada de Dios re la que r a lo largo de primer momento mondstico, que de" da lugar a ox, construye. Pero vida como fundamento, com? roca so” otro momento hui sucesivamente el momento monastic? manista, holistico, relacional, apostélico- BSaas g SPZSRSEREE az SSSR SBS 5 BS, “S C.16: Christifideles Consecra existencia cristiana 611 2. El momento humanista y su motivo; ar y servicios ‘uetipos, simbolos Pero uno se pregunta: jes la opcié; raencontrarle la tinica? ¢El maxionum ie Cistion fel mundo pa. solo con el exceso de distancia? jHe de mutilar a ame 8° tealizaré acercarme a Dios? Hay un segundo momento ea para ocacional- que lamamos htumanista: en él se integra le oie total al Absoluto con la realidad y compromiso histérico. 7 El dinamismo de la llamada a la vida consagrada no i enel momento mondstico. Sigue adelante para SneRaie cis vie secular. y abrirla a la transsecularidad. No resulta facil. El momento mondstico se vive como una extremada relativizacién de lo que no es el Centro afectivo. Por eso, poco importan las renuncias parciales, tal como se expresan en la primera profesion de celibato, pobreza y obediencia. Pero después Ilega un nuevo descubrimiento, que yo denominaria: la profundidad de la superficialidad, o lo absoluto que se manifiesta a través de lo relativo. La seduccion se hace ahora mas concreta; el Misterio santo se asoma en lo pro-fano. Todo se reviste de sacramentalidad, pero lo sacramental comienza a manifestarse consistente. Lo que antes se denominaba -sin més problemas- “re- nuncias” a Jo relativo por lo absoluto, ahora se percibe como “valo- tes" con los que merece la pena implicarse. El momento humanista se configura como pasién por todo lo (0, por la realidad creada. Seguin el modo monastic Dios es todo en sy debe serlo para mi. Seguin el modo humanistico: existe el n, és consistente por si mismo; Dios esta en el fondo. La tentacion eidolatria puede ser intensa. La persona consagrada, sin rn ta de superar la idolatrfa a través de la mirada sacramental. YO na que el simbolo se convierta en idolo. Asi el momento ‘ reconduce al momento monistico. tidola see livres formas de vida religiosa oconsagrad an idol Tundjy 4 2° Dios en la seduccién de Jo limi Mie an mundo “cer- tradg ¢ra, en cierta medida, una separacion ae ubicé en el design, 2° Situarse en el limite. La vida monéstica eh rgenes 0 en zonas solitarias; la vida mendicante ol vida apost6- licggPbFeza y en la frontera misional de la iglesia a ve roran- ia, deg gqronteras de la vida y la muerte, del saber y I irene host gt Salud y la enfermedad. La vida religios® e ex sa g| MUNAO. S{ se ha opuesto al mundo malo, 2200 ca 7 Vida reign? de Dios de entre los hombres. a vistalgia del > 'osa en general siempre ha tenido un Parte Ill: Identidad ee de la comunidad con un solo cora, todo miteomuin, realizada aqui mismo en le tena” Una sola asined la misma vida religiosa ~en cuanto tal- es front thang resencia permanente ante Dios, ante su misterio, Ja la vida fraximalista de la fe en la propia existencia, her det tuaces de la religiosa un hombre una mujer liminal El limite” eet situada hace de ella una forma de vida defied He age acd y el «més alld», por la inmanencia y la trascendens’! perl secularidad y la sacralidad. Bjerce un papel de messenss™ i, conjuncion y disyuncién, de anuncio y denuncia. La vida religi es una memoria peligrosa del seguimiento de Cristo Para toda la iglesia, en cuanto que la desestabiliza, le hace pensar en SU com. promiso radical con su Seftor. Al vivir o intentar vivir de cara a Dios, a la trascendencia, la vida religiosa goza de una ial sen. sibilidad para domesticar en su vida la presencia del Misterio y pe ra transmitir esa experiencia a sus hermanos y hermanas, los hom- bres y mujeres, como también para ayudarles a tener aesa experiencia. ——— 612_— raiso 0 del m 3. Habitantes de la frontera en la iglesia y enel mundo Propio de la vida religiosa es encontrarse situada en dos mun- dos: como muertos al mundo y vivos para Dios, pero sin dejar de ser de este mundo. Asi como en el imperio romano vocacién y mi- sion de fronterizos tenian pocos, pero lo eran en su relacionalidad y era ésta justamente la que los definia y configuraba su existencia, asi en la iglesia la vocacin fronteriza es de unas pocas y unos po- Pero es totalmente relacional. ;No es la vida mondstice Contemplativa un habitar fronterizo, en esa franja desértica nda con el Misterio, donde se cultiva el jardin del Edén, donde = mantiene una perenne lucha apocaliptica? {No es la vida pert ca un habitar fronterizo, en los imites del pensamiento y ae eal do, en las periferias del dolor, la muerte y la marginaci lat Ya desde sus origenes la vida religiosa se situé en un éxode pti ¥ tenso entre el Paraiso del Edén y la Nueva Jerusalén ep eaturo del S decir, en la liminalidad del pasado fundacional y del fut cumplimiento. Tal vez ésta sea la explicacién de esa Peet iia. cién simbélica que la vida religiosa ejerce cuando es mente liminal, «an cris" dicion _ Y, con todo esto, no nos hemos despegado de a 1 discurs0* Hana en cuanto tal. ;No presentaba asi a los cristian logneto: 16: Christifi C.16: ud hhristifideles Consecrati: existen stencia crist a a «Habitan sus propias = 7 patrias, ha es para ellos patria, y toda Datei ame forasters.. 1 Ia tierra, pero tienen sui ciudadania enelsege™2>E Oda tierra ext, Jes da la vida. fa.en el ciclo. Sea sa Hempo en lata, : . Yenellose y Gregorio de Nisa decia: «los que viven ; Jocado a simnismos como una frontera ents in vi 613 Binidad se han co- * ida y |, Parece un milagro que -en este oto y la muerte,, ee 10 de la moderidad- a jovenes mujeres y hom! i j jeres y hombres que sientan la seduccié A rave ats toda- ‘acién de liminalidad. Quiza sea porque cunde el pa la. el pani a M por jaera del vacio. Porque se atiende a la alan ; ico de lesto crece. (Ay de aquel que alberga Rolniserienaae ser do, la fascinacion del limite, del limite Seen anes sobre (igioso, del limite simbélico, del limite sodolbglen tas limite Peligiosas y religiosos, coincidiendo con sus iimisales on genes, traerén un nuevo rostro, después de la resaca de una mo- demidad exagerada: el religioso, la religiosa «se vuelve a situara si mismo ante el Misterio que le fundamenta y fuera del cual él ape- nas es nada», Esa exagerada persistencia en la zona limitrofe, en los diversos limites del ‘mundo, es vocacién, pero también renun- cia. Es luz, pero también casi siempre sombra. No es bueno que la gran iglesia y su innumerable laicado, que la sociedad se trasladen permanentemente a la frontera, al limute. «Creced y multiplicaos», dijo Dios. «Llenad la tierra». Ese mandato no quedé invalidado con el mensaje del Reino. «jVete y anuncia al Reino de Dios!» es el mandato de Jestis a quienes a veces intentan desentenderse de su mundo. Slo a unos pocos dice: «Ven? 7 la ieemtenderse deo jnalidad, como estilo de vide. T falamade ® caminar sobre las aguas. Pero, a pesar de todo, no se pue 7 hom alardes, porque casi todos se fnunden alguna ve?" «(Mujer Je ellos bres de Poca fel, gpor queé abéis dudado?. F ford csi de eles espera Jesis, el Seftor, la permanente Vi ‘lancia, «permaneers J iB je mite, en [imalidad y crear en ella lo extraordinarion, vivit en alli frontera, Dar w a ta iglesia, ROY 4s in fuerte impulso al cardcter jiminal de toda ee vei Recesario que nuunca, implica Garselo de una maT ‘una peculiat exuleresy hombres de la vida relies que theme de nuevo io fie limitrofe. La vida religiosa he de resin ites: cultural, existencial, ‘antropologice, Fr a “entre, Se siente llamada a desprenderse de to ” Social y eclesialmente. s gon — 7. “CREO — 1977, P 87 SCMARODENSA, Trait de I pirginite, XIV.1, Pars 1977. EL, Etre et avoir, Paris 1935, P- 25>" 614 Parte Ill: Identidad ———EOorrrve La vida religiosa se siente llamada a ser «signo limftrofer, seal en esa zona en ja que se da la conjuncién y disyuncién del mundo, sabe que pueda marcar ~junto a otras personas y grupos liminales la Iinea flotante en el horizonte de la trascendencia. Y no solo log contemplativos. El Dios crucificado esta y se revela en los Marge. nes, no sélo en el Ifmite entre la tierra y ef cielo, También, sobre to- do, en el limite entre lo humano y lo infrahumano, entre la tiene y el infierno. TV. CONCLUSIONES Esta peculiar forma de vida cristiana que es la vida consagrada, a pesar de ser minoritaria, a pesar de depender de la creatridaj carismatica de algunas personas, es significativa e interpelante Muchos siglos de existencia explicita en la iglesia demuestran ta importancia. Del recorrido de este capitulo se deducen algunas conclusiones importantes: 1. La vida mondstica, religiosa y consagrada, es un fenémeno que ha acompafiado a la iglesia a lo largo de casi toda su historia. En Sus momentos mejores, esta forma de vida aparece con caracte- risticas auténticamente liminales y proféticas. Como todo lo humano, ha estado sometida y lo sigue estando a procesos de crecimiento, culminacién y declive, tanto en sus grupos més pe- quefios como en la totalidad de sus formas histdricas. Ante el derrumbamiento del antiguo paradigma religioso, los institutos de vida consagrada se encuentran hoy con un desafio decisivo Para su razén de ser: 3c6mo configurar esta forma de vida en Sus aspectos de liminalidad y consagracién? 2. Propio del profetismo biblico y cristiano es presentar a la socie- dad una conciencia alternativa, un modo alternativo de viviry de actuar. La vida consagrada -en cada una de sus eee siente integrada en el profetismo que constituye el =a odo del Pueblo de Dios y, dentro de él, pone de relieve ee especial la alternativa de la vida segun las bienaven oie Ella se sabe constituida desde dos polos: desde ee Dios y desde las pro-vocaciones de nuestra sociedad, O° Tp manera intenta ser respuesta profética a través dew vida en comunidad célibe, pobres y obediente. ximient© ; i jalmente ligada al see" je- 3. La vida consagrada se siente especial ial el seguimient© de Jestis. Pero resalta de un modo especial el C.16: Christifids Oonsecrati: existencia cy 1 5 e les Consecrati: exis, nei stiana 61 a a minal, Se daa reproducir el estilo de vida del a especialment; que vivia en comunidad con sus disci ests, Mensajero aa aay ipulos @! Reino, tenfa otra preocupacién que “lo ti Y discs tas del need Tess ue, — necesario” Diane, que no que atendia a los nifios, que ee curaba, que ae presentadas por las diversas formas Secan ee Pobres) son re- sLaidentidad de Ia vida consagrada oscla ae momentos: el mondstico y el humanista. En cus dos polos 0 dos da es el resultado de una fuerte experiencia eta a da on ce explica su liminalidad constitutive pasion por Absoluto, por Dios, por su Reino, por su Misterio. Bote polo 7 fea los diversos aspectos de una forma de vida que, aera vaiiaridad, podria fragmentar a una persona. Por otra pare surge en esta forma de vida, de forma progresiva, una pasién profética por el ser humano, que la lleva hacia la extrover: mnisionera y hacia la comuni6n, especialmente con Jos mas dé biles, empobrecidos y necesitados. 5, La vida consagrada en sus variadas formas es una de las prima- rias y més auténticas expresiones de la funcién simbélico- transformadora de las minorfas en las ‘mayorias. Intenta ser une tealizacién tangible de dimensiones arquetipicas del espiritu humano: moviraiento espiritual de elevacion, profundizacisr- concentracién, itinerario y retorno ciclico. La forma de vida, cO% figurada por los votos de celibato, pobre7 ¥ obediencia, est entregada a la realizacion de valores arquetipicos, qu nen a todos los seres humanos y se afioran & Profundos de la conciencia. Las person que vives e342 8 ae de modo relevante acttian come mistasee para sies a experiencia religiosa les lleva a pone’ os Gee de forma contrastante, cae m lacién 10 Sareea austerida , la Viclenda y enctentto con “10 santo”, Ia mi in cosmos y 1 moderacién y el recogimient©y ta famirable loettad con vida en comuni6n. Por 80, UC ia § Ostensiblemer en a las instituciones ¥ i serra. 5 cls eS aT fe. Jestis, se convierte em » Fiza dor més Pel linici ecto n Cador de esta forma de vida y en s¥ Y Prototipico.

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