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Bjetivos: Lenguaje Verbal Humano
Bjetivos: Lenguaje Verbal Humano
OBJETIVOS
Presentar el objeto de estudio de la Lingüística General: el lenguaje humano. Tiene, por tanto,
este tema una función introductoria que delimita el ámbito propio de esta disciplina. Se centrará el estudio
del lenguaje como parte de la Semiótica General, para lo que se procederá a la distinción entre los
distintos tipos de comunicación.
Analizar cada una de las características del lenguaje humano consideradas universales. Estudiar
las relaciones entre lenguaje, pensamiento y realidad, tal y como han sido planteadas a los largo de la
historia
ESQUEMA
CONTENIDOS BÁSICOS
En el sentido más amplio del término puede entenderse por comunicación cualquier transmisión
de información; pero es necesario ajustar el concepto de forma que sea útil para el estudio de la
comunicación lingüística, para lo cual hay que añadir el rasgo de intencionalidad que nos diferencia los
hechos comunicativos del resto, pues son producto de un comportamiento decidido del emisor de
establecer un intercambio comunicativo planificado y basado en el conocimiento compartido de un
código de signos; esto permite distinguir la comunicación propiamente dicha del simple trasiego de
información o de meras inferencias. Son múltiples los esquemas que establecen estas diferencias;
adoptamos el de Gaetano Berruto por su sencillez y claridad:
Cualquier ser animado superior y, en particular, el ser humano puede definirse como
esencialmente comunicativo; por lo que siendo la lingüística en términos muy genéricos el estudio de la
comunicación humana por medio de las lenguas, es necesario tener en cuenta que tal comunicación
lingüística funciona siempre en el conjunto de sistemas comunicativos no lingüísticos pero también
reales.
Siguiendo al mismo autor y a otros planteamientos muy extendidos, es necesario añadir y
clarificar las diferencias existentes entre distintos conceptos manejados por la Semiótica que tienden a
clasificar los tipos de signos y que, en nuestro caso, nos interesan por la necesidad de clarificar lo
lingüístico dentro del conjunto de elementos con valor comunicativo en los que el ser humano se
desarrolla. Atendiendo al carácter motivado o no de los signos y a la intencionalidad o no en el uso de los
mismos, hay que distinguir entre:
Desde los inicios del pensamiento especulativo, el lenguaje humano ha llamado poderosamente
la atención de pensadores y científicos en general, como elemento diferenciador e identificador de lo
específicamente humano. Definido el lenguaje en términos muy genéricos como sistema de
comunicación, es preciso comenzar por establecer los límites y características de la comunicación
humana, de cuyo complejo entramado de sistemas el lenguaje humano es parte. Es ya clásico en la
historia de la lingüística del siglo XX el estudio del lingüista norteamericano Ch. F. Hockett que en 1960
estableció un conjunto de quince características o propiedades cuya presencia en los distintos sistemas de
comunicación es preciso constatar. Aunque tal inventario de rasgos ha sido sometido posteriormente a
revisiones muy profundas, tendentes por lo general a eliminar muchas de estas características por no
resultar definitorias, es conveniente presentarlas en este momento y definirlas brevemente.
9. Carácter discreto. Las unidades de los sistemas lingüísticos son identificables como
unidades aislables y analizables en su individualidad.
11. Dualidad. También llamada “doble articulación” en la tradición teórica del funcionalismo de
A. Martinet; según esto, los signos lingüísticos son entidades articuladas en dos momentos:
en primer lugar, los signos lingüísticos son producto de la articulación de unidades mínimas
significativas (monemas); y cada una de éstas es a su vez producto de la articulación de
unidades mínimas no significativas o fonemas. El significante de un signo, por ejemplo, es
una selección y combinación lineal particular de un conjunto de elementos (fonemas)
pertenecientes al conjunto total de fonemas de la lengua; con lo cual las posibilidades de
construir significantes en una lengua son ilimitadas.
12. Productividad y economía. Conceptos éstos entendidos de maneras diversas, pues, por una
parte, puede concebirse como característica de los sistemas cerrados de elementos de la
primera y segunda articulación de Martinet; por otra parte, puede entenderse el concepto de
economía como el hecho de que en el ámbito sintáctico los esquemas formales son
reutilizados infinitamente para la construcción de oraciones diferentes en su configuración
final; y por otra parte, puede considerarse como economía el hecho de que el uso de la
lengua cuenta con el entorno o contexto que por sí mismo puede resultar informativo y, por
tanto, el esfuerzo lingüístico siempre se ve apoyado en la información no lingüística que
todo acto comunicativo conlleva.
13. Transmisión cultural. Siendo las lenguas realidades históricamente configuradas son, por
esto mismo, expresión del carácter cultural de la comunidad que las utiliza; Así, cada lengua
es, en buena medida, identificadora de la particular visión del mundo que ostenta cada
comunidad humana.
14. Prevaricación. Entendida como la posibilidad que ofrecen las lenguas naturales al ser
humano de construir mensajes falsos. La prevaricación ha de entenderse en estrecha relación
con el concepto de creatividad, pues la falsedad no es otra cosa que la creación de mundos
ficticios, pasados o futuros.
En cuanto al principio del simbolismo, éste incluye características del lenguaje humano como la
semanticidad, la especialización, la arbitrariedad, la reflexividad, la prevaricación y el desplazamiento. Y
en cuanto al principio de creatividad, viene a ser una consecuencia necesaria de los dos grupos de
características anteriores.
3. LENGUAJE Y PENSAMIENTO
Es un hecho empíricamente comprobado por todos nosotros el que hablar y pensar son dos
actividades estrechamente relacionadas; de manera que, a simple vista, no sabemos muchas veces si
estamos pensando en voz alta (hablando) o si estamos hablando mentalmente. Esta simple comprobación
hace que surjan en el estudio del lenguaje humano una serie de cuestiones que han preocupado a
filósofos, psicólogos y lingüistas desde la Antigüedad hasta nuestros días, y que podríamos resumir en las
siguientes preguntas: ¿Existe igualdad o paralelismo entre el lenguaje y el pensamiento? ¿Cuál de los dos
fenómenos determina la forma del otro? Las respuestas han sido múltiples, pues como decimos, son
cuestiones que llevan debatiéndose más de veinte siglos; nosotros resumiremos bastante el asunto
aglutinando todas las posibles respuestas en dos hipótesis explicativas:
Los ejemplos que corroboran este fenómeno de la diversidad lingüística pueden multiplicarse
infinitamente; así, el número de palabras que significan “camello” en árabe establece una
conceptualización de la realidad totalmente distinta a la que nos posibilita nuestra lengua, donde sólo
disponemos de la palabra “camello”; y al contrario, pensemos, por ejemplo cómo en el argot taurino de
nuestra lengua “zaino”, “bragao”, “meano” establecen una conceptualización parcelada del color de los
toros exclusiva de nuestra lengua. La formulación más extrema de la hipótesis Sapir-Whorf se ve negada
por los propios hechos, pues la traducción entre dos lenguas muy alejadas semánticamente es un hecho
posible; y cualquier concepto puede tener expresión, léxica o sintáctica, en otra lengua. La versión
atenuada de la hipótesis Sapir-Whorf no admite que las lenguas determinen nuestra manera de pensar,
pero sí que influyen en nuestra forma de pensar. Y sobre todo, dicha hipótesis es la constatación de la
diversidad lingüística.
Planteamos en este apartado de manera directa una cuestión que de forma implícita venimos
arrastrando a lo largo del tema y que ahora estudiaremos en sí misma: el hecho de que, para nosotros, sea
una constatación empírica el que percibamos las diferencias profundas entre las lenguas naturales, y el
hecho de que todas comparten un conjunto importante de características comunes y son percibidas, por
ello, como realidades de la misma naturaleza; así, cuando hemos hablado de características del lenguaje
humano en el primer apartado de este tema, hemos aceptado implícitamente que en ese nivel las
diferencias entre las distintas lenguas naturales no eran tenidas en cuenta, y que más bien eran fenómenos
compartidos que suponíamos ciertos en todas las lenguas naturales, más allá de las diferencias. Se trata
ahora, pues, de fijar los conceptos más esenciales de esta dimensión universal del lenguaje humano.
Seguimos para ello, el trabajo de E. Coseriu “Los universales del lenguaje (y los otros)” citado en la
bibliografía de este tema. Distingue el autor tres tipos de universales que él llama primarios: conceptuales
o posibles, esenciales y empíricos.
b. Los universales esenciales serían las propiedades que pertenecen a las lenguas o al
lenguaje humano en cuanto tales, o por hecho mismo de ser lenguas naturales y no
otra cosa; se trata de aquellos elementos constitutivos de las lenguas naturales. Los
rasgos que hemos estudiado en el apartado primero del tema se corresponden
concretamente con los universales esenciales, puesto que, como hemos visto,
simbolismo, creatividad y economía, son fundamentos del ser propio de las
lenguas; o, lo que es lo mismo, no identificaríamos algo como lengua natural si no
reconociéramos estos tres elementos.
c. Los universales empíricos serían las propiedades cuya presencia en las lenguas se
ha comprobado efectivamente, pero que no vienen exigidas por razones de tipo
esencial, y no son, por esto, racionalmente deducidos. El hecho de que se
encuentren en todas las lenguas o grupos de lenguas ha de llevar al estudio de los
motivos de esta presencia constante.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA COMENTADA
Como enérgeia, el lenguaje pertenece al mismo dominio que las demás actividades
libres del hombre (poesía, ciencia, filosofía, etc.) y es, incluso, equiparable a una de estas
actividades. En efecto, el lenguaje considerado exclusivamente como creación de un sujeto,
como objetivación inmediata de los contenidos de la conciencia, no siendo ni verdadero ni
falso y siendo previo a la distinción entre existencia e inexistencia, no es separable de la
poesía: el lenguaje entendido como lenguaje absoluto, es decir, como actividad de un sujeto
absoluto, es simplemente lo mismo que la poesía.
E. COSERIU, “El lenguaje y la comprensión de la existencia”, en El hombre y su
lenguaje, págs. 46 y 47.
TEST DE AUTOEVALUACIÓN
1. Las huellas del conejo son para el cazador
a. Símbolos de la abundancia de estos animales.
b. Señales del paso de los mismos.
c. Símbolos cinegéticos.
d. Indicios de la presencia de los mismos.
4. ¿Cuál de las características del lenguaje humano en más patente al decir la palabra
“autorregulación”.
a. La eficiencia.
b. La semanticidad.
c. La dualidad.
d. La reflexividad.
7. La reflexividad
a. Es una ley lógica sin manifestación alguna en las lenguas naturales.
b. Se manifiesta cuando un elemento lingüístico se convierte en objeto de referencia.
c. Es característica necesaria de todos los códigos semióticos.
8. La diversidad lingüística
a. Sólo es fonética.
b. Es esencialmente gramatical.
c. Sólo afecta al léxico.
d. Implica interpretaciones diferentes de la realidad.
10. El que todas las lenguas del mundo tengan sílabas abiertas del tipo CV
a. Es un fenómeno universal esencial.
b. Es un universal empírico.
c. Es un universal teórico.