Está en la página 1de 1

LOS GÉNERO COMO MECANISMO DE OPRESIÓN CISHETEROPATRIARCAL

“Sin Libertad sexual, no hay libertad política” León Zuleta.

El discurso e impacto del neoliberalismo busca superar la crisis geopolítica por el poder
redoblando sus mecanismos de masificación, sometimiento y agresión, acentuando su
supremacía en los cuerpos; centrando su dominación y opresión en las y los sujetos
históricamente racializados y feminizados en los territorios. Reforzando la explotación de las
fuerzas productivas y los bienes naturales, generando inequidad distributiva de la riqueza, el
tiempo y el deseo en base al género; impulsando un discurso meritocrático del
empoderamiento individual desde el impacto jurídico y legislativo del feminismo liberal en la
superestructura y las esferas de lo público y privado.

II

Hay desigualdad en el mundo y es escandalosa, pero además hay que enmarcar la


desigualdad distributiva de la riqueza desde el género y la clase; siendo las mujeres, trans,
lesbianas, gays, personas no binarias, andróginas y queer quienes constituyen la mayor parte
de los hogares empobrecidos. A nivel mundial la brecha salarial entre hombres y mujeres es
del 24% y al ritmo actual necesitaríamos 170 años para cerrarla, asimismo, el 75% de
mujeres en zonas de desarrollo trabajan sin contrato laboral, sin derechos, o, no tienen acceso
a la seguridad social; es decir 3 de cada 4 mujeres.

III

En América Latina el 54% de las mujeres se encuentran laborando en sectores que presentan
precariedad salarial y seguridad social o es informal, siendo un producto desigual del sistema
falócrata, asentando sus cimientos en la desigualdad sexual del trabajo; relegando a las
mujeres y sexodiversidades al qué hacer reproductivo y del cuidado. Obteniendo 3 horas de
trabajo remunerado y 4,4 horas de trabajo no remunerado; a diferencia del hombre quien se le
asigna el rol productivo, dejando 5,4 horas de trabajo remunerado y 1,4 horas de trabajo no
remunerado.

IV

El sistema cisheteropatriarcal normativo como padre del capitalismo, ha permitido al poder


hegemónico falócrata, generado su acumulación originaria del deseo en el hombre cis;
obteniendo una relación directa de la división sexual del trabajo y el trabajo reproductivo
desde la caza de brujas. Imponiendo las tareas reproductivas por el máximo violentador
territorial, el estado; asignando roles sexuales y feminizados como construcciones
constituidas para las mujeres como función obligatoria, permitiendo su argumentación desde
la ciencia positivista y la biología. Pasando la maternidad, parto y sexualidad como categorías
sociales reguladas por el estado; promoviendo el discurso de odio contra el aborto y la
educación sexual integral.

También podría gustarte