El estudio del discurso literario ha recibido ininterrumpida atención
crítica desde los clásicos griegos hasta nuestros días. Ya en la República, Platón hace una distinción entre lexis —modo de decir una cosa— y logos —designa lo que se dice—, y divide la lexis en imitación propiamente dicha —mimesis— y simple récit o narrativa —diégesis—. Por simple narrativa Platón entiende lo que el poeta relata en tercera persona sobre lo que otro personaje dice. Aristóteles reduce toda poesía a imitación, y distingue dos modos: el directo, que se correspondería con lo que Platón llama imitación, y el narrativo, semejante a lo que Platón denomina diégesis. La diferencia en la clasificación de uno y otro se reduce básicamente al uso de una terminología diferente (Genette 50-52). En los últimos años los estructuralistas han establecido una división más o menos similar entre historia y discurso. Para Robert Scholes, el discurso es el modo "in which the present contact between speaker and listener is emphasized. Discourse is rhetorical and related to oral persuasión" (111), mientras que la historia es "the mode of written description of events.... Story is referential and related to written documentation. Discourse is 'now'; story is 'then'" (115). Scholes aclara que algunos hechos son parte de la "story," como las referencias a acciones, tiempo y lugar, y que otras son parte del discurso, como evaluaciones, reflexiones y la lengua que sugiere una presencia autorial. Los formalistas rusos se sirven de dos términos, la fábula ("fable") y el sjuzet ("plot"). La fábula se refiere a la ordenación cronológica de los hechos narrados y el sjuzet al orden de su aparición dentro de la obra (Chatman 20). Actualmente, la crítica está de acuerdo en señalar que la novela postmoderna está guiada por un espíritu iconoclasta, destroza la idea de conexión al insertar textos que enfatizan la discontinuidad, y la fragmentación textual resultante presupone un desafío a la coherencia narrativa (Fokkema 41-44). En términos similares se expresa Harry Garvín cuando afirma que la postmodernidad "veers toward open, playful, optative, disruptive, displaced, or indeterminate forms, a discourse of fragments, an ideology of fracture" (125). Desde el punto de
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vista de la novela española contemporánea, la crítica ha señalado
también la renovación formal experimentada en los últimos treinta años. Según G. Navajas, la postmodernidad se opone a un concepto orgánico de la obra y transgrede el orden lineal y la unidad definida del texto (15). Janet Pérez indica que en la nueva novela la lengua se convierte en un fin per se, que se pone énfasis en la experimentación lingüística y tipográfica, en la puntuación arbitraria o imaginativa, y en un vocabula- rio complejo con el uso de neologismos, jerga, términos científicos etc. (114). Quizá la novela en la que más claramente se haga uso de neologismos —la mayoría de ellos de ascendencia norteamericana, e.g. "rubias mideluésticas" (9) o "illinoico" (33)-- y de un discurso científico sea Tiempo de silencio (1962), la novela que marca el inicio de la renova- ción formal. El desarrollo de la acción sigue un orden cronológico, pero el discurso está sujeto a continuos cambios formales. Luis Martín Santos categorizó su obra de realismo dialéctico, ya que describe las contradic- ciones de la realidad social española. A nivel estructural la novela se fundamenta en un sistema de oposiciones —lo instintivo frente a lo intelectivo— que se refleja también a nivel discursivo. José Schraibman habla de un lenguaje esquizofrénico (11) en esta novela. La esquizofrenia nace de una disociación o falta de concordancia entre las ideas y las emociones del paciente, y en Tiempo de silencio el desajuste entre el discurso y su referente es claramente deliberado. El mundo representado es el de la España del hambre en la década de los cuarenta y el deplorable estado en que se encuentran las investigaciones científicas. Sin embargo, el uso de un discurso culto y científico se sitúa en posición diametralmente opuesta a la naturaleza de su referente. Así, el narrador describe las chabolas que visitan Pedro y su amigo Amador como "soberbios alcázares de la miseria" (50), y la ironía narrativa no hace sino acentuar la pobreza reinante en estos bajos fondos de la sociedad. Aparte del discurso científico, L. Martín Santos hace uso de un discurso erótico culto para referirse a la degradante relación sexual de Matías con una vieja prostituta. Otras veces utiliza un discurso religioso para describir el prostíbulo de la señora Luisa, "pero las émulas de doña Luisa se precipitaron violentamente sobre la pareja sacrilega que rompía el sagrado del lugar a simples excitaciones visuales destinado" (104). No menos significativas son las prolijas enumeraciones de adjetivos o sustantivos que producen un vértigo del discurso y sustraen la atención del referente. Pero en general, el discurso de esta novela contribuye a
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intensificar el tono de crítica social.
En Reivindicación del conde don Julián (1970) de Juan Goytisolo, las largas enumeraciones de sustantivos y adjetivos, y la continua distorsión sintáctica forman parte de un espíritu subversivo en el que el discurso representa el primer blanco en su lucha desmitificadora. La reconstruc- ción de la fábula de la novela se complica porque a pesar de su linealidad cronológica la trama principal se desdobla en subtramas, se repliega y se vuelve a abrir según los dictados de la conciencia delirante e iconoclasta del narrador. El sueño de éste se centra en la invasión árabe de España y la destrucción de los mitos que mantienen en pie o configuran la idiosincrasia del pueblo español. Desde el momento en que comienza el relato, incluso antes de que dé comienzo el sueño desmitifi- cador, el narrador transgrede la sintaxis de la frase y subvierte la lógica del discurso en un intento por destruir la primera manifestación cultural: su lengua. Uno de los objetivos de la invasión de España consiste precisamente en un ataque a la lengua: "inaugurarás caminos y atajos, inventarás senderos y trochas, en abrupta ruptura con la oficial sintaxis y su secuela de dogmas y entredichos" (152). La destrucción de las normas de la lengua española va acompañada de la incorporación a nuestro vocabulario de vocablos árabes, argentinismos, galicismos y otros neologismos. Una de las técnicas utilizadas por Juan Goytisolo para desmitificar a los clásicos de la literatura española es la de la intertextua- lidad. A grandes rasgos, la intertextualidad consiste en la presencia o asimilación de un texto en el corpus narrativo de otro con el que mantiene una relación dialógica. En el caso de Reivindicación, el texto prestado se ve normalmente parodiado al ser descontextualizado. Esta no es sólo una característica de la novela de J. Goytisolo sino de otros muchos textos de la postmodernidad, constituidos por un tejido textual con fibras de otros textos. Como bien indica A. Thiher, "perhaps the key postmodern understanding of writing is that every text, consciously or not, is penetrated with and composed of traces of other texts" (90). Si el discurso de Reivindicación nace de la conciencia de un narrador que obsesivamente recrea en su mente la invasión de España, en Volverás a región (1967) de Juan Benet son los personajes los que necesitan narrar su historia para liberarse de sus fobias y temores. Con excepción de las primeras páginas de la novela, en las que la descripción de la geografía tiene un carácter claramente referencial, la mayor parte del espacio narrativo lo ocupan las voces del narrador o los diálogos del doctor
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Sebastián y la hija de Gamallo. En realidad, los mismos personajes
parecen quedar atrapados en la densa maraña de su discurso, aislados de su interlocutor en los largos monólogos con los que intentan ahondar en su conciencia. La memoria se ocupa de recuperar y explicar el pasado, y la realidad se vuelve de un tono irreconocible y confuso, difuminán- dose en las largas oraciones al estilo faulkneriano en las que el contenido semántico de la oración principal, más que explicarse o definirse, se complica en las múltiples oraciones subordinadas que la acompañan. El discurso, por lo tanto, se vuelve lento, demorado, con gran número de comparaciones y perífrasis, y mientras que al principio de la novela tenía un claro poder referencial, a medida que progresa la novela el protago- nismo va recayendo en él mismo. Derrida dice que la escritura ha quedado tradicionalmente reducida a un status secundario de vehículo, precedida por el significado o referente (el logos). Para Derrida ambas nociones son necesarias, no niega el referente pero admite que "it complicates the boundary line that ought to run between the text and what seems to lie beyond its fringes, what is classed as the real" (41-42). En Recuento (1973) de Luis Goytisolo, lo mismo que en Tiempo de silencio y Reivindicación, tanto el discurso como el referente tienen un valor y una función definidos. En los primeros capítulos de Recuento el discurso nos transporta a la realidad, al mundo exterior. El capítulo V, el de las milicias estudiantiles, es un claro ejemplo de lo que Bakhtin denomina "objectified discourse" y Platón mimesis. Con estos términos aluden a que el habla de una persona es mostrada de modo que resulte en la representación de rasgos sociotípicos, e incluyen normalmente todos los tipos de diálogo y el monólogo interior, este último apreciable en el protagonista de Tiempo de silencio. En el resto de la novela predomina el discurso directo no mediado "direct unmediated discourse," en el que el narrador es el que comenta el desarrollo de la acción e incorpora en su narración el discurso y habla de otros personajes. En Recuento, uno de los discursos más destacados es el marxista, representado por Escala. Sus parlamentos, como indica P. Gimferrer (81), son una sátira implacable y mordaz, en el plano literario, de la retórica oficial marxista de los cincuenta. El discurso de Escala, que se refugia en el Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona para adoctrinar a Raúl, termina por ser descontextualizado y parodiado de la misma manera que el idiolecto de corte falangista de Montserrat, la tía de Raúl. A estas
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voces se unen los sociolectos —dialectos de una clase social— de los
obreros, funcionarios estatales etc. para formar una sinfonía de voces manejadas y sometidas al arbitrio y autoridad del narrador. Si en Reivindicación la invasión desmitificadora del conde don Julián es violenta y se sitúa en el plano de la mente, en Recuento la destrucción de las ideologías franquistas, marxistas, falangistas etc. se realiza por medio de la descontextualización de su discurso identificador. Impera en Recuento, quizá por encima de la mayor parte de las novelas postmodernas españolas, un discurso erótico con función metafórica. Las comparaciones de algún aspecto de la realidad o personaje con el mundo erótico son continuas, pero este tipo de discurso suele perder su referencialidad para convertirse en traductor del agostamiento, superficialidad y deshumanización de las relaciones personales, así como de los problemas sociales, políticos etc. de España. Uno de los blancos comunes suele ser la burguesía catalana, acusada de prostituirse y aliarse con el poder central de Madrid traicionando los intereses del pueblo catalán. Una de las características del discurso de Recuento, así como el de Reivindicación, es la repetición de algunos de sus semas narrativos. En Recuento, la historia de Cataluña y las traiciones de la burguesía catalana al pueblo catalán; y en Reivindicación los motivos de venganza y liberación se cuentan y se recuentan indefinidamente. A estas repeticio- nes dentro de los segmentos narrativos de la novela los llama Greimas isotopías, caracterizadas por destacar ciertos planos homogéneos de significación en la novela y que se apoyan en la redundancia y reitera- ción en ciertos segmentos textuales de algunos elementos semánticos idénticos (Lozano, Peña, y Abril 37). Mientras que en la narrativa precedente predominaba el patrón diacrónico de la historia narrativa — principio, medio y final—, en la postmodernidad este patrón es sustitui- do, según Kearney (252-5), por patrones acrónicos de repetición y recurrencia. Ahora no nos concierne la imitación de una verdad preexistente, sino la imitación de una imitación que reconoce que no existe ningún original más allá de ella misma, y el proceso de representa- ción se revoca tan pronto como se postula. Aparte de los discursos que hemos visto, existen otras muchas obras que presentan otras variantes del discurso. Uno de ellos es el discurso basado en la reflexión literaria, el cual medita sobre su propia naturaleza ficticia y trata de prescindir de una representación del mundo exterior.
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Algunos de los autores más representativos de esta tendencia son los
hermanos Goytisolo, Torrente Ballester etc. pero a pesar de que este discurso se refiere a sí mismo, es innegable que guarda una relación con el mundo exterior por la simple y obvia razón que la lengua es un producto del medio en que vive el escritor. Aunque algunos críticos rechazan el valor referencial de la novela postmoderna, no podemos negar que a pesar de que el discurso cobre prioridad con respecto a la realidad representada, ésta sigue jugando un papel relevante en la concepción narrativa del escritor. El desplazamiento de mimesis por diégesis en los procesos narrativos postmodernos ha puesto mayor énfasis en la narración o "telling" sobre la imitación o "showing," pero, paradójicamente, el narrador no mantiene en su narración una posición autorial como sucedía con la novela monológica, sino que se expone a un enfrentamiento dialéctico con las otras voces textuales que ha creado, y de esta forma se convierte en parte integrante de su propia ficción.
Bibliografía
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Seymour Mentón Universidad de California, Irvine
PALABRAS DE BIENVENIDA
Como ustedes saben, estamos presenciando en estos días la campaña
para la presidencia de los Estados Unidos. Contagiándome con la retórica política, desde que nos juntamos en Barcelona —de ello hace tres años— el mundo se ha convertido en una novela mágicorrealista. Entre los cambios inesperados, se destacan la caída del muro de Berlín, la fragmentación de la Unión Soviética, de Yugoslavia y de Checoslovakia, la Guerra del Golfo de Arabia contra Iraq y la gran crisis económica de Estados Unidos con sus repercusiones en las universidades de todo el país y en la organización de este congreso. El recaudar fondos del sector privado resultó mucho más difícil de lo que creía; las comisiones nacionales, estatales y municipales dedicadas a la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América o del Encuentro de Dos Mundos no lograron realizar sus planes grandiosos; y muchos catedrá- ticos que pensaban asistir al Congreso se vieron obligados a retirarse en los últimos meses porque sus universidades eliminaron las subvenciones para los congresos profesionales. Sin embargo, a pesar de todo, creo que hemos podido organizar un congreso que promete ser bastante exitoso y novedoso a la vez gracias a la ayuda del personal administrativo de esta universidad, de la de Santa Barbara y de la de Berkeley; del Programa de Cooperación Cultural entre el Ministerio de Cultura Española y las Universidades Estadounidenses; de la Fundación Duques de Soria de España; de la Federación Internacional de Lenguas y Literaturas Modernas de la UNESCO; del Fondo de Cultura Económica de México; de las Galerías de arte Lodi y Jansen-Pérez; de los oficiales de la AIH: de la secretaria general Elsa Dehennin, del tesorero Antonio Carreño, de la presidenta Margit Frenk; y de la Comisión Local Organizadora, dirigida por un servidor pero con la colaboración de los otros 14 catedráticos del Departamento y de la coordinadora Ruth Gratzer con su equipo de edecanes durante tres años, cinco meses y siete días. En cuanto a las novedades, quisiera destacar la creación de dos sesiones sobre la literatura chicana; otras dos sobre literatura luso- brasileña, una de las cuales lleva rúbrica de "Relaciones entre la literatura
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hispánica y la luso-brasileña"; y varias sesiones transversales cumpliendo
con las recomendaciones de la Junta Directiva, o sea sesiones que cruzan las fronteras entre siglos, entre géneros y entre la Península Ibérica y la América Latina: ocho sesiones dedicadas a la creación femenina; varias sesiones con orientación teórica; tres dedicadas a la cuestión de literatura popular y literatura canónica; una sesión especial dedicada a Antonio de Nebrija auspiciada por la Fundación Duques de Soria y otra sesión especial ADMYTE que aplica la tecnología moderna de la informática a la literatura medieval. A propósito, hay que reconocer el gran esfuerzo del diseñador del programa, el colega Armín Schwegler, maestro de la computadora Macintosh e inventor del reloj suizo. Además, tendremos el gusto de escuchar a cinco plenaristas muy distinguidos con la oportunidad —por primera vez— de hacer preguntas por escrito. Tendremos también los nueve encuentros de investigadores con énfasis en las últimas tendencias críticas. Nos habría gustado programar más encuentros pero por falta de demanda y por no haber podido aumentar el número de horas en el día, sencillamente no pudimos. Empecé dándoles la bienvenida a todos. Quisiera terminar dándoles la bienvenida a los grupos nacionales. Los hay numerosos de España y de México; de Alemania, de Francia y de Italia, del Canadá y de muchas partes de los Estados Unidos; y grupos más pequeños pero no por eso menos importantes de Suiza, Bélgica y Holanda; de Inglaterra e Irlanda; de Noruega y Suecia; de Hungría, Polonia y Rumania; de Israel y del Japón; y de la Argentina y del Brasil, de Colombia y de Venezuela, de Puerto Rico y de las Antillas. Espero no haber omitido a nadie. Pero en tal caso anticipo el gusto de darles la bienvenida individualmente en la recepción esta noche en la municipalidad de Irvine que una vez más recalca la gran importancia internacional de la cultura hispánica. La celebración del Congreso en UCI atestigua el reconocimiento alcanzado por los estudios hispánicos dentro y fuera de esta universidad en una zona donde se está manifestando cada día más la lengua y la cultura de Cervantes y Borges, de Sor Juana y Carlos Fuentes y de los inmigrantes de todos los sectores sociales y sus descendientes.
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