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Geografía física
Extensión
Relieve
Clima
Datos climáticos de Santa Elena
de Uairén
Datos climáticos de San Carlos
de Río Negro
Hidrografía
Vegetación
Fauna
Suelos
Recursos naturales
Ecología Mapa de la cuenca del Orinoco adaptado de la obra El
Parques naturales Orinoco aprovechado y recorrido.1
Geografía física
La cuenca del río Orinoco sintetiza las tres grandes formas de relieve que existen en la naturaleza: macizos
antiguos y escudos por un lado, cordilleras de levantamiento reciente (es decir, del Terciario) por el otro, y
depresiones tectónicas y cuencas o llanuras de acumulación, en tercer lugar. Cada una de estas formas del
relieve tiene sus características propias, pero también sus semejanzas con regiones naturales similares de otras
partes del mundo. Para un país cualquiera, en especial en la zona intertropical, representa una gran ventaja
ecológica y económica tener representadas en su territorio estas tres formas del relieve. En toda América, solo
Canadá y los Estados Unidos además de Venezuela y Colombia, que en su territorio tiene una parte reducida
del escudo guayanés, presentan una disposición geológica similar.
Para definir la cuenca del Orinoco como una región natural, es necesario establecer las características
geográficas que la definen, como son la extensión, el relieve, el clima, la hidrografía, la vegetación, los suelos,
y los recursos minerales, temas que se presentan a continuación, de manera resumida.
Extensión
La cuenca del Orinoco tiene una superficie de casi 989 000 km², de los que 643 480 km², es decir, algo más
del 65 %, quedan en territorio venezolano, mientras que el 35 % restante queda en territorio colombiano, en los
Llanos colombianos y la vertiente oriental de la cordillera Oriental de Colombia, un tramo de la gran cordillera
de los Andes. Esta región colombiana recibe el nombre de Orinoquía. De la parte localizada en Venezuela,
algo más de la mitad se extiende desde los Andes venezolanos y la cordillera de la Costa hasta la ribera
noroccidental del propio río Orinoco (la margen izquierda), formando la mayor parte de los Llanos
venezolanos y el delta del Orinoco. La parte sur de la cuenca recoge la mayor parte de las aguas que proceden
de la Guayana venezolana.
Relieve
Así pues, la Guayana venezolana constituye, al contrario que los Llanos, una superficie de erosión. De la
combinación de estas dos fuerzas que modifican el relieve, una constructiva, la sedimentación y otra
destructiva, la erosión, surge la situación actual en la que el río marca aproximadamente el límite entre las dos
regiones. Como se deduce de lo dicho arriba, este límite presenta excepciones ya que, en algunos trechos
pueden verse cerros redondeados de origen granítico (y que, por lo tanto, son relieves guayaneses) en la
margen izquierda del Orinoco, es decir, en el borde de los Llanos. En la Piedra del Medio pueden verse los
distintos niveles alcanzados por las aguas del río, expresados en la distinta coloración del granito, lo cual
explica el valor de esta isla granítica como
"nilómetro", según expresión del propio
Alejandro de Humboldt. Estas líneas de
coloración distinta no deben interpretarse como
una disminución del caudal del río a lo largo del
tiempo geológico, sino como descenso del nivel
del río con el transporte de sedimentos del fondo
hacia el mar: recordemos que el delta del río (casi
40 000 km²) se construyó con dichos sedimentos,
mientras que las rocas graníticas (como la propia
Piedra del Medio) han sido mucho más
resistentes a la erosión.
A su vez, estas arenas han venido a crear un ecosistema único en el mundo: un extenso campo de dunas
(ocupa unos 30.000 km²) que tiene la particularidad de que no se trata de un clima desértico sino de un clima
de sabana en un paisaje de pastos naturales que se alternan con algunas selvas de galería, ríos caudalosos y
médanos de más de 100 km de longitud y hasta 20 m de altura.5 Algunos de estos médanos son utilizados por
los llaneros para establecer en ellos las queseras,6 con lo que, además de procesar parte de la leche, se va
preparando a un grupo de reses para que vayan al frente de la manada (lo que en los Llanos se denomina la
madrina del rebaño). También sirven para que el ganado se refugie de las inundaciones. Así pues, este
ecosistema tan curioso y pintoresco, es el resultado del modelado eólico en un clima de sabana. No se trata,
como se señala en el Atlas de Venezuela. Una imagen espacial (conocido también como el Atlas de
PDVSA,7 de un ecosistema de paleodunas formado en un ambiente con un clima mucho más seco que el
actual, sino de un mecanismo de formación de dunas que actúa solo durante la época de sequía ya que, al bajar
el nivel de las aguas del Orinoco por el estiaje de los ríos, especialmente de los que proceden de los Llanos, se
quedan unas extensas playas de arena muy fina, que los vientos alisios muy pronto van trasladando hacia el
sureste formando lo que ahora constituye el Parque nacional Santos Luzardo, nombre tomado de uno de los
personajes principales de la novela de Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos. Una parte de este paisaje se puede
ver en las imágenes satelitales de WikiMapia: [2] (http://wikimapia.org/#lat=6.6785885&lon=-67.5899506&z=
12&l=3&m=h) y [3] (http://wikimapia.org/#lat=6.7911032&lon=-67.923317&z=12&l=3&m=h).
La dirección de los vientos durante la época de sequía (del verano como se dice en los Llanos) resulta, en
promedio, muy constante y con una considerable velocidad, desde el noreste al suroeste, como se puede ver en
la dirección de los médanos alargados en las imágenes de satélite. Esta dirección puede variar durante breve
tiempo pero a largo plazo se mantiene de manera exacta en dicho sentido. En la época de lluvias (o invierno) la
dirección cambia ligeramente, y procede prácticamente desde el este franco. Pero no es este el cambio más
notable, sino la disminución de su velocidad. Ello se debe a la mayor humedad que traen los alisios y a la
convección consiguiente: a medida que avanzan los vientos húmedos sobre la sabana van aumentando de
temperatura por el calor del suelo debido a la radiación solar. A su vez, este calentamiento da origen al ascenso
del aire húmedo (precisamente, lo que conocemos como convección) y este ascenso da origen, a su vez, a una
disminución de la velocidad de los vientos y al aumento de las precipitaciones. De manera que el mecanismo
de los vientos y el de la acumulación de las arenas procedentes del Macizo Guayanés resultan casi opuestos y
esta oposición ha sido favorable para el establecimiento de las actividades agropecuarias en los Llanos: los
médanos pueden llegar a cubrirse de vegetación y servir de base para el establecimiento de viviendas, hatos y
vías de comunicación, y este proceso se hace más notorio hacia el oeste, no solo por la disminución de la
velocidad de los vientos a medida que avanzan en esa dirección sino también porque las arenas que forman
dichos médanos proceden de las playas del Orinoco y el transporte de las mismas disminuye al descender la
velocidad del viento. Fernando Calzadilla Valdés explica todo este proceso en la parte central del Estado
Apure, donde comienza lo que él señala como el Alto Llano, aunque este concepto no se establece con un
nivel determinado que en todo el Apure es muy bajo hasta llegar al verdadero piedemonte de los Andes
(establecido modernamente, este sí, en la curva de nivel de los 200 m s. n. m..
Clima
Hidrografía
El Orinoco, con sus afluentes, constituye una extensa red hidrográfica con ríos muy caudalosos y de longitud
considerable. De toda su cuenca, el afluente de mayor longitud es el Guaviare, más largo (unos 1550 km) que
el propio Orinoco en el punto de su confluencia, mientras que el más caudaloso es el Caroní. Muchos de sus
afluentes son ríos navegables, especialmente, los de la margen izquierda, que proceden de los Llanos, tanto
colombianos como venezolanos,8 mientras que los ríos guayaneses (afluentes por la margen derecha) son más
caudalosos pero con saltos y raudales, que los hacen muy útiles en la producción de energía hidroeléctrica,
pero sin aprovechamiento como vías de navegación, si exceptuamos algunos tramos muy breves. Presenta
numerosas islas, tanto rocosas (relieves de erosión) como sedimentarias (arenas y otros sedimentos), así como
muchos caños o brazos, meandros abandonados y lagos en herradura.
Los principales afluentes por la margen derecha son el Manaviche, Ocamo, Padamo (con su afluente el
Matacuni por su margen izquierda), el Cunucunuma, el Ventuari (río muy caudaloso, con su afluente el
Manapiare, por la derecha), el Sipapo (con sus afluentes el Autana y el Cuao, ambos por la derecha), el
Samariapo, el Parguaza (con varios afluentes con un curioso drenaje en bayoneta), el Suapure, el río
Cuchivero (con su afluente el Guaniamo, por la margen izquierda, río donde se ha venido explotando el oro
desde hace mucho tiempo), el Caura (con su afluente Erebato por su margen izquierda), río muy caudaloso9 y
con uno de los saltos más notables de la Guayana
(no tanto por su altura sino por el caudal), el salto
Pará, el Aro y, por último, el Caroní con su
afluente el Paragua, represados ambos ríos en el
Cañón de Necoima o Necuima, en una presa con
fines hidroeléctricos de más de 200 m de altura
que origina un embalse, el lago de Guri, con más
de 4000 km² de superficie y una producción de
unos 10 millones de kW/hora, lo cual lo define
como uno de los ríos más valiosos y productivos
del mundo: hasta los momentos, la producción de
la central hidroeléctrica de Guri solo es superada
por la central hidroeléctrica de Itaipú, en el río
Paraná. En la cuenca del río Cuao se encuentra Confluencia del Caroní en el Orinoco, cuyas aguas se
(si exceptuamos las lagunas alargadas o en distinguen por la distinta coloración, más blancas en el
herradura que forman algunos meandros Orinoco (al fondo) y más oscuras en primer término (aguas
abandonados) la única laguna de la cuenca: la del Caroní). La distinta anchura de las franjas es un efecto
laguna del rey Leopoldo, llamada así porque se óptico por la distancia, siendo la del Orinoco mucho mayor.
descubrió durante una expedición patrocinada
por el rey Leopoldo III de Bélgica hace algo más
de 50 años (actualmente es muy fácil observarla a
través de programas con imágenes de satélite,
generalmente de acceso gratuito en Internet). Esta
laguna tiene unos 400 m de longitud por 270 de
anchura, aproximadamente ([4] (http://wikimapia.
org/#lat=4.9672253&lon=-67.4806881&z=14&l
=3&m=h)). Es la única laguna existente en la
Guayana venezolana, lo que confirma el carácter
irregular del relieve de dicha región natural, poco
favorable para ellas, y que contradice también el
mito del siglo XVI, de la existencia de un enorme
lago (el lago de Parima) del cual nacían,
supuestamente, los ríos Orinoco y Amazonas,
Unión de las aguas del Orinoco con el Caroní, al fondo.
con casi todos sus afluentes.
Pueden verse las dos franjas por la distinta coloración de
los dos ríos.
Por la margen izquierda se puede citar al
Mavaca, el caso único en el mundo del
Casiquiare (que no es un afluente sino, por el
contrario, un efluente, es decir, una derivación del Orinoco que drena sus aguas hacia la cuenca del Amazonas
a través del río Negro), el Atabapo, los cuatro ríos que proceden del territorio colombiano, que son el Guaviare
(con su afluente el Inírida), el Vichada, el Tomo y el Meta. Y de nuevo en territorio venezolano, los ríos
apureños al norte del Meta: el Cinaruco, Capanaparo, Arauca y Apure, este último con numerosos afluentes
por su margen izquierda reunidos en dos grandes ríos, el Portuguesa y el Guárico. Y algunos ríos también
llaneros de menor importancia y caudal, como el Manapire, Iguana, Zuata y Pao. Por último, al caño Mánamo
van a desembocar, ya en el delta del Orinoco, el Tigre con su afluente por su margen derecha, el Morichal
Largo, y el Guanipa con su afluente por su margen izquierda, el Amana.
Cada uno de los afluentes nombrados del río Orinoco merecería un estudio más detallado. Asimismo, algunos
problemas escasamente investigados, como la diferente coloración de las aguas de dichos afluentes tal como se
ve en la imagen, el fenómeno de la falta de nubosidad durante las mañanas en los ríos más caudalosos
(fenómeno que está someramente explicado en los artículos sobre la Guayana Venezolana, en el del río
Amazonas, y, sobre todo, en el artículo sobre la diatermancia), la gran extensión de dunas o médanos en el
estado Apure, la cual está ubicada entre los ríos Cinaruco, Capanaparo, Arauca y el propio Apure, la
comparación del caudal
entre los distintos
afluentes y entre el
Guaviare y el propio
Orinoco y otros, son
también temas que
merecen tratamiento
aparte, algo más
detallado que el que se
incluye más adelante en
el estudio documental de
la cuenca del gran río
colombo-venezolano.
Imagen de los Llanos colombianos.
Vegetación
Las selvas de la zona intertropical constituyen el mayor pulmón vegetal del planeta ya que todos los vegetales
necesitan absorber una enorme cantidad de agua y CO2 para producir, a través de la fotosíntesis, los hidratos
de carbono (o carbohidratos) que necesitan para su crecimiento, pero dejan también una enorme cantidad de
oxígeno libre que usan los animales para su respiración. A muy largo plazo, el balance entre producción y
consumo tanto de oxígeno como de CO2 tiende a mantenerse equilibrado, de acuerdo con el principio de
Lavoisier que se refiere a que la materia no se crea ni se destruye, sino que solamente se transforma. Pero
durante millones de años (desde la Era Primaria, cuando aparecieron las primeras especies vegetales en nuestro
planeta) se ha ido acumulando una enorme cantidad de biomasa sobre la superficie terrestre (y también en el
subsuelo en forma de hidrocarburos), en la que suele existir una estrecha correspondencia entre producción y
consumo que fluctúa a través del tiempo en un proceso de equilibrio. Ello significa que, en su conjunto, el
balance entre producción y consumo, tanto de oxígeno como de anhídrido carbónico, sigue un eterno proceso
de retroalimentación que es el responsable de alcanzar en un momento dado, una situación de clímax,
concepto que necesitará, con el tiempo, ser revisado. No debemos olvidar que, en la naturaleza, el número de
productores (vegetales) es mucho mayor que el de consumidores (animales).
Por otra parte, el uso de la enorme cantidad de especies vegetales para la obtención de productos medicinales
tiene una enorme potencialidad, que solo se irá ampliando en la medida que se vaya conociendo mejor. La
bebida conocida como Amargo de Angostura, por ejemplo, constituye un ejemplo del desarrollo de un tónico
desarrollado en Angostura del Orinoco (ahora Ciudad Bolívar) que resultó muy útil desde el siglo XIX ya que,
aunque con una composición creada por Johann Gottlieb Benjamin Siegert, y que siempre se guardó en el
mayor secreto hasta nuestros días, se sabe que contenía entre sus ingredientes quina (de ahí el sabor amargo) y
sarrapia, vegetales cuyos principios medicinales están perfectamente comprobados desde hace más de tres
siglos.
Además de la vegetación de selva ecuatorial, en la parte de los Llanos, que comparten Venezuela y Colombia,
predominan las sabanas, praderas de pastos estacionales, con selvas de galería, matas (pequeñas agrupaciones
aisladas de árboles) y esteros con palmeras (palma llanera, especialmente), etc.
Fauna
La fauna de la cuenca del Orinoco es muy rica en especies, principalmente en cuanto a aves se refiere. Los
Llanos del Orinoco constituyen una de las zonas más ricas del mundo en este sentido y, literalmente, como se
señala en libros con excelentes fotografías y en folletos turísticos, Venezuela y Colombia son un paraíso de
aves: garzas, corocoros, flamencos, ocas del Orinoco, loros, numerosas especies de colibríes, incluyendo
algunas endémicas como el colibrí del Duida (Campylopterus duidae), guacamayas y tucanes, aves de presa
y muchos otras especies son muy abundantes en los Llanos.10
El Orinoco y sus afluentes también tienen una gran variedad de especies acuáticas, como el delfín del Orinoco
(Inia geoffrensis humboldtiana) (que en el lenguaje popular recibe el nombre de "tonina"), el manatí o sirena
del Orinoco, el perro de agua y otros mamíferos. En los ríos llaneros se esconde el temblador o gimnoto
eléctrico, especie estudiada por Humboldt y, posteriormente (siguiendo sugerencia del propio Humboldt), por
Carl Sachs (11 )
Entre los reptiles están la anaconda, la tortuga con dos variedades típicas de la Guayana, la arrau y la matamata
(Chelidae fimbriatus), esta última de un aspecto sumamente extraño, tal como la presentó en una fotografía
Volkmar Vareschi en su obra de 1959,12 los cocodrilos, en particular el caimán del Orinoco (Crocodylus
intermedius) con tallas que oscilan entre 5 y 7 metros, actualmente se considera amenazado de extinción, así
como las babas (Caiman crocodylus) que son similares a los cocodrilos, pero de menor tamaño.
Entre los anfibios se pueden citar a las ranas, entre ellas algunas especies diminutas endémicas que viven en
los tepuyes, y otras especies.
También existen más de 300 especies de peces identificadas en el río Orinoco y sus afluentes, muchas de gran
interés económico, como el valentón o lau-lau (que es una especie de bagre que alcanza más de dos metros de
longitud y es de carne muy apreciada), la curvinata, la palometa, la zapoara, la cachama, el Caribe o piraña del
Orinoco (Pigocentrus cariba) y muchas otras especies, algunas de las cuales se están criando en lagunas o en
los propios ríos.13 La pesca fluvial sobrepasó las 37.000 t en 1994 en el territorio venezolano de la cuenca del
Orinoco, de las cuales más de 15.000 t procedían del Estado Apure,14 sin incluir las capturas realizadas en el
Estado Delta Amacuro, porque parte de las mismas se obtienen en el océano Atlántico o en el propio delta
pero con peces de origen marino, que entran en los innumerables caños durante el fenómeno del macareo. Los
animales acuáticos son más abundantes en el propio Orinoco y en los afluentes de la margen izquierda que en
los afluentes guayaneses del gran río (es decir, los afluentes de la margen derecha).
Entre los mamíferos terrestres se pueden citar a los monos aulladores (araguatos), que abundan en las llamadas
matas y selvas de galería de los Llanos (áreas de selva en los lugares más húmedos de la sabana). La danta o
tapir, el oso hormiguero, la pereza (o perezoso), que se alimenta en los árboles conocidos como yagrumos y
ceibas, el chigüire (el roedor de mayor tamaño del mundo, que en Brasil recibe el nombre de capibara) y
muchas otras especies que también abundan en la cuenca del Orinoco.
Suelos
Los suelos en casi toda la cuenca del Orinoco son bastante pobres, sobre todo en la parte guayanesa de la
cuenca, que es donde predominan las superficies rocosas y arenosas. Son suelos muy ácidos, como
corresponde al clima intertropical y a la absorción del anhídrido carbónico procedente de la descomposición de
la materia vegetal por parte de las aguas de lluvia, las cuales transforman el CO2 en ácido carbónico, que se
acumula en el suelo. Sin embargo, la vegetación es muy variada, sobre todo en la Guayana venezolana, lo cual
equivale a decir que los suelos en la cuenca del Orinoco no tienen tanta relevancia en la determinación de los
cultivos o de la vegetación natural, salvo algunas excepciones, ya que otros elementos del medio ambiente,
como la temperatura y la pluviosidad, tienen mucha mayor importancia.
Recursos naturales
Los recursos naturales son sumamente variados, como corresponde a una región extensa que contiene áreas
cubiertas por las tres grandes formas del relieve terrestre (mesetas y escudos, llanuras sedimentarias y
cordilleras de formación reciente). A continuación se indican algunos ejemplos de recursos naturales presentes
en la cuenca del Orinoco y que son, por lo general, autóctonos. No es una lista exhaustiva y debería ampliarse
en un artículo especial. En principio, puede leerse también los artículos relacionados que se indican al final.
Vegetación
Maderas
Caoba (Swietenia macrophylla)
Mangle (Rhizophora mangle) en el delta del Orinoco
Mijao (Anacardium excelsum)
Jabillo (Hura crepitans)
Apamate (Tabebuia rosea)
Samán (Samanea saman)
Alimentación
Merey (Anacardium occidentale)
Palmito
Yuca amarga (Manihot utilissima), para la elaboración del casabe
Yuca dulce (Manihot aipi), para consumo directo (hervida, frita)
Al lado de estas plantas útiles, existen muchas otras endémicas cuyo origen es guayanés, como refleja el
nombre científico del taparón (Couroupita guianensis) y otros.
Materias primas
Sarrapia (Dipteryx punctata)
Caucho (Hevea)
Palma de moriche (Mauritia flexuosa)
Aceite o árbol del aceite
Recursos energéticos y minerales
Petróleo y gas (Llanos de Barinas, Guárico, Estado Anzoátegui y Monagas (Faja petrolífera
del Orinoco)
Recursos hidroeléctricos: Río Caroní: represas o embalses de Guri (Central hidroeléctrica
Simón Bolívar), Macagua I y II, Caruachi, etc.
Mineral de hierro (Cerro Bolívar, Cerro Altamira, etc., en el Estado Bolívar)
Mineral de aluminio (bauxita) en Los Pijiguaos (Estado Bolívar)
Oro en Las Claritas, Icabarú, La Paragua, El Callao y muchas otras partes del estado
Bolívar.
Diamantes en Icabarú, La Paragua y otras partes del estado Bolívar (y también del estado
Amazonas)
Jaspe (en la quebrada del Jaspe, en la Gran Sabana y en otras partes)
Caolín, en la parte septentrional de la Gran Sabana.
Ecología
La ecología de la cuenca del Orinoco ha sido ampliamente estudiada y se han discutido considerablemente
muchos temas que podrían considerarse como polémicos, tales como:
Si existe o no una fauna propia de los tepuyes o, por el contrario, la presencia de especies que
existen solo en algunos de esos tepuyes se debe al aislamiento y a la evolución de otras
especies que también se encuentran en otras zonas altitudinales. Es la idea que le dio nombre
a un trabajo de investigación (Islas en el tiempo) expuesto en un libro de la National
Geographic Magazine, así como en el libro de Uwe George, en alemán, con el mismo título.15
Los fenómenos cársticos en mesetas de arenisca (formación de simas y sumideros), como las
simas de Sarisariñama.
La capacidad de recuperación de la selva ecuatorial, mucho mayor de lo que se pensaba
antes.
Los efectos de la minería (oro y diamantes) en las cuencas del Caroní, el Paragua, el Icabarú y
el Guaniamo por el lavado de grandes áreas y la contaminación con mercurio.
Con relación a los temas ecológicos podrían citarse numerosas obras, por ejemplo, las de Ewel y Madriz
(1968), acerca de las zonas de vida en Venezuela; la de la Fundación de educación ambiental (1983), sobre los
amplios Parques nacionales venezolanos; la de González, V.C. (1987), sobre la palma moriche (Mauritia
flexuosa), tan útil en la cultura indígena; la de Weibezahn, Álvarez y Lewis, editores (1991), que estudia
integralmente a la cuenca del Orinoco como un ecosistema y el ensayo de Maraven (1985), acerca del
deterioro ambiental en Venezuela. Sin embargo conviene señalar aquí, que la visión tan negativa acerca de la
ecología y sobre el impacto de los seres humanos en el paisaje que se describe en alguno de los trabajos de
Maraven, debería ser matizada en el caso de Venezuela, donde se ha destinado una gran parte de la superficie
del país al establecimiento de parques nacionales y de otras Áreas Bajo Régimen de Administración Especial
(ABRAE). Cuando se vuela en avión sobre los Llanos, pueden identificarse los pueblos y ciudades como
verdaderos oasis de vegetación en medio de la sabana donde pastan millones de cabezas de ganado, y centros
urbanos que permanecen desde hace siglos casi completamente cubiertos por una capa de árboles sembrados
por sus habitantes a partir del momento de su fundación, que constituyen los centros de una transformación del
espacio que, en su mayor parte ha sido, y sigue siendo, muy positiva.
Parques naturales
Parque nacional natural El Tuparro en Colombia.
La Gran Sabana
Canaima
Parque nacional Santos Luzardo (Estado Apure). Extensa zona de médanos o dunas, que
ocupa buena parte del Estado Apure.
Otros viajeros
El propio Agustín Codazzi, geógrafo italiano,
organizador del proceso de establecimiento de
alemanes en la Colonia Tovar, remontó el
Orinoco posiblemente hasta la desembocadura
del río Padamo, recorrió en ambos sentidos el
Casiquiare y regresó por el Orinoco, todo ello en
el marco de sus viajes de exploración contratado
por el gobierno venezolano. Sus estudios y
observaciones científicas, con una admirable
visión de futuro, están anexas a su Gran
Geografía de Venezuela y su Atlas. Y en una
época anterior debemos contar entre los
exploradores franceses, además de Bonpland, a
Boussingault y Jean Chaffanjon explorador Cuadro de Anton Goering mostrando los Llanos colombo-
francés obtuvo una comisión del Ministerio de venezolanos y las cumbres nevadas de los Andes. Se trata
Instrucción Pública de su país para realizar una de un paisaje - síntesis, en el que se distorsiona la escala
misión de estudio en Venezuela en 1884. Realizó para mostrar las formas del relieve, la flora, la fauna, la
dos recorridos por el Orinoco: el primero, entre hidrografía y otros aspectos. Para entender esta idea basta
1884 y 1885, y el segundo en 1886 cuando creyó con señalar que el paisaje del cuadro representa una
alcanzar las fuentes del Río. Julio Verne, aunque distancia de los Llanos hasta la cordillera oriental de los
no visitó la cuenca del Orinoco escribió una de Andes (en Colombia) de más de 1000 km.
sus famosas novelas de viajes (El soberbio
Orinoco) a finales del siglo XIX, para lo cual se
basó en las obras de Chaffanjon, que sí había explorado una parte importante de la cuenca del Orinoco.
Multitud de científicos, artistas, exploradores, pintores, escritores, misioneros, ingenieros, a lo largo de esos
500 años, podrían considerarse como ejemplos del enorme interés que el Orinoco siempre ha despertado en
todo el mundo. En la novela El Mundo Perdido (1912), Sir Arthur Conan Doyle describe una expedición a
una aislada meseta de la selva venezolana donde criaturas prehistóricas, incluyendo dinosaurios, continúan
viviendo. La expedición del rey Leopoldo III de Bélgica, que navegó y exploró el Orinoco en 1952 y al
término de la misma escribió el libro El Alto Orinoco en dos tiempos en el cual recoge anotaciones minuciosas
y fotografías tomadas por el propio monarca. En la novela Los pasos perdidos (1953), de Alejo Carpentier, un
eminente musicólogo antillano que reside en Nueva York decide emprender la búsqueda de un instrumento
musical adentrándose en el sur venezolano, remontando el Orinoco. El magnífico poema de Andrés Eloy
Blanco El río de las siete estrellas y el poema sinfónico homónimo de Evencio Castellanos hacen referencia al
Orinoco y a las 7 estrellas de la bandera venezolana en ese entonces. El caso más ejemplar es el de la
compositora irlandesa Enya, con su canción Orinoco Flow de la cual también se hizo un video.19 Lo
interesante de este video es que ilustra, a través de un barco similar al de los primeros navegantes que viajaron
al Nuevo Mundo, el impacto que el conocimiento de este hermoso río causó en los primeros europeos que lo
conocieron. Y también debe resaltarse en dicho video la inclusión de un colibrí, con sus rápidos aleteos (unos
70 por segundo), que constituye un notable ejemplo de la fauna típica de la zona intertropical americana.
El Casiquiare
Este es un caso único en el mundo de comunicación natural a través de un río que conecta las cuencas de otros
dos ríos muy importantes en América del Sur. No se trata de una captura fluvial sino de una especie de
derrame o vertido de parte del caudal, que aprovecha la inclinación del relieve y la resistencia de las rocas
graníticas por los cuales fluyen las aguas del Orinoco. Volkmar Vareschi, biólogo austríaco, estudió las
verdaderas razones de la bifurcación del Orinoco y el origen de su efluente, el Casiquiare. Según Vareschi,
poco antes de la bifurcación el río se estrecha al atravesar un relieve rocoso y al ensancharse después se
produce un efecto de tobera (efecto Venturi) que da origen al depósito de una especie de montículo en el
centro que divide la corriente en dos partes principales, siendo la de la izquierda la que da origen a la
derivación del Casiquiare. Las imágenes de WikiMapia que nos muestran estos procesos pueden verse en el
artículo sobre el Casiquiare.
Tradicionalmente se consideraba como el extremo sur del territorio venezolano a las cataratas de Huá, en el
caño Maturacá, pero con el desarrollo de nuevos métodos de exploración desde el espacio (satélites artificiales)
y el sistema SLR (Side Looking Radar) se ha determinado que el punto más meridional del territorio queda en
las cabeceras del río Arari o Castaño, afluente del Siapa que, a su vez, desemboca en el Casiquiare (0º 48' de
latitud N).
Aunque en muchos textos venezolanos y de otros países se cita a la enorme Piedra del Cocuy como el punto
trifinio donde convergen las fronteras de Colombia, Brasil y Venezuela, lo cierto es que este relieve granítico,
similar a los Panes de azúcar que se encuentran en el macizo brasileño, se encuentra completamente en
territorio venezolano. El verdadero punto trifinio se encuentra ubicado en una isla del río Negro (Isla de San
José) que queda relativamente cerca.20 La polémica sobre el tema puede verse en WikiMapia: [5] (http://wiki
mapia.org/#lat=1.2260836&lon=-66.8579865&z=13&l=3&m=h&v=2).
Retomando el planteamiento que se hace en la novela de Julio Verne, El soberbio Orinoco, sobre cuál es el
verdadero Orinoco a partir de la triple confluencia de este río con el Guaviare y el Atabapo, varios autores
aprovecharon los 500 años del Orinoco y los actos realizados en 1998 en la sede de la Biblioteca Nacional de
Venezuela, en los que se hizo una exhibición bibliográfica de más de 1500 obras referentes a la cuenca del
gran río sudamericano, para señalar que el verdadero Orinoco era el Guaviare y que, por lo tanto, el Orinoco-
Guaviare tendría su nacimiento en Colombia. Señalan para fundamentar esta tesis, además de la superior
longitud del Guaviare (1550 km) a la del Orinoco en el punto de confluencia (940 km), el hecho de que una
vista aérea de la triple confluencia nos muestra que las aguas oscuras del Orinoco casi desaparecen por
completo ante el caudal supuestamente superior del Guaviare, cosa fácil de ver en las imágenes satelitales de
Google Earth o de Wikimapia. Se dio la cifra de que aguas abajo de la triple confluencia, casi el 60 % del
caudal procede del Guaviare y 40 % del Orinoco.
Las imágenes de satélite de los grandes ríos de la zona intertropical nos muestran la carencia de nubes sobre el
cauce mismo de estos ríos, como se puede ver en el artículo sobre el fenómeno de la diatermancia. Este es un
fenómeno fácil de explicar, como también se señala en los artículos sobre el río Amazonas y otros. Lo que
sucede es que el gran caudal de estos ríos genera una presencia de agua fría que mantiene el aire atmosférico
sobre estos ríos, sin la humedad necesaria para que generen nubosidad. A su vez, el hecho de que las aguas de
estos grandes ríos sean frías tiene una explicación muy sencilla: las aguas se calientan más lentamente que las
tierras con la insolación. Como las imágenes de satélite se toman por lo general en horas de la mañana (por la
menor nubosidad), que es cuando la diferencia de temperatura entre las aguas y el aire es más notoria, la mayor
presión atmosférica resultante impide o limita la formación de nubes sobre las aguas fluviales.
El río Orinoco tiene un régimen monomodal. Esto significa que tiene un solo período de crecida que culmina a
fines de julio y una época de aguas bajas, que culmina a comienzos de abril. Todo parece indicar que la
primera crecida a comienzos de la época de lluvias, va seguida por un breve lapso de aguas momentáneamente
bajas, lo cual tiene una sencilla explicación: las primeras lluvias dejan la atmósfera con una humedad relativa
bastante escasa, por lo que se necesita unos días para volver a "cargarse". Es un fenómeno que puede
observarse en el magnífico trabajo del antiguo Ministerio de Obras Públicas (Mediciones en ríos grandes),21
no solo en lo que se refiere a los aforos del propio Orinoco, sino también en los de algunos afluentes
importantes, como el Ventuari, el Cuchivero, el Caura y el Caroní. Sin embargo, esta idea necesita de un
mayor nivel de precisión y de verificación, por cuanto el trabajo citado, (editado en 1972) presenta unos datos
válidos para un lapso demasiado breve (unos 2 años), por lo que debemos ser cuidadosos y prudentes a la hora
de formular conclusiones acerca de los mismos.
En todo caso, este fenómeno, que puede constatarse en un sencillo experimento (el lento y progresivo llenado
de un vaso de agua hasta que se derrama), es también aplicable a la atmósfera en la cantidad de agua en sus
distintos estados físicos que puede contener. En el caso del vaso de agua, si al final lo vamos llenando gota a
gota, el nivel del agua sobrepasará el borde del vaso, formando una superficie convexa de forma lenticular.
Pero siempre llegará el momento en el que una sola gota hace que se derrame el agua sobrante y un poco más,
quedando la superficie del agua en forma cóncava, por la propia cohesión de los líquidos, que en su salida al
derramarse "succiona" algo de agua adicional del propio vaso.
El caudal considerable tanto del propio río Orinoco como de la mayor parte de sus afluentes hacen de la
cuenca de este gran río, una red de ríos navegables que tiene miles de km, como puede verse en el artículo
Nuestros ríos son navegables
Geografía humana
La cuenca del Orinoco constituye una especie de síntesis demográfica de Venezuela y de la América del Sur
en general ya que en ella se encuentran rasgos culturales pertenecientes a pobladores venidos de muchas partes
de nuestro planeta y este es un fenómeno que se ha podido constatar desde tiempos prehispánicos, ya que
también los pueblos que habitaban el territorio del noreste de la América del Sur procedían de distintas zonas
del continente (regiones caribeña, andina y amazónica), convirtiendo al territorio de la Venezuela actual en una
especie de encrucijada de distintas culturas, como señala Pablo Vila (1960), además de otros autores.
Población autóctona
Los Llanos del Orinoco estaban poco poblados a comienzos del siglo XVII. Esto significó que la población
indígena era muy escasa, sobre todo, si la comparamos con la que existía en los Andes y las cordilleras, valles
y zonas costeras del norte del país. Pero la introducción del caballo y de otras especies de animales domésticos
(ganado vacuno, principalmente) vino con el tiempo a transformar el modo de vida de toda la región de una
manera notable. Los Llanos, aún hoy, siguen siendo una región donde pueden verse las notables influencias
culturales y económicas de la colonización española, en mucho mayor grado que en otras regiones: ganadería
y trashumancia, folclore, arquitectura (algunos hatos y haciendas de Los Llanos parecían recordar los cortijos
andaluces, por ejemplo), costumbres, etc. Y, como se explica en el artículo sobre San Sebastián de los Reyes,
la difusión de un modo de vida distinto y desconocido previamente en los Llanos vino a revolucionar la
historia, no solo de Venezuela, sino de gran parte de la América del Sur: recordemos que en la Campaña de los
Andes, un ejército inicialmente venezolano partió de los Llanos y se fue engrosando sucesivamente para
participar en la guerra de la Independencia sudamericana luchando contra el dominio español en Colombia,
Ecuador, Perú y Bolivia. Y ello se hizo con llaneros, así como con caballos y ganado vacuno procedentes de
los Llanos. Esta idea contrasta con una obra muy difundida, de gran valor científico, escrita por Miguel Acosta
Saignes y que constituye un estudio fundamental sobre Etnología Antigua de Venezuela al hablar sobre el
modo de vida de los otomacos, tribu indígena ubicada en el ángulo que forman la confluencia de los ríos
Apure y Orinoco (la horqueta del Apure) y en la que se señala que su modo de vida estaba basado en la
horticultura (23 ).
La visión que describe Pablo Vila acerca de esta zona específica es algo distinta, señalando que los recursos
económicos (pesca, caza y recolección) eran algo distintos a los que verdaderamente deben entenderse por
horticultura. También el Padre José Gumilla, superior de la Compañía de Jesús y autor de una obra
monumental sobre el Orinoco, realizó un ensayo sobre el poblamiento del Orinoco, precisamente, porque le
preocupaba, en el siglo XVIII, la escasa población de la cuenca de este gran río (24 ).
Una excelente obra sobre la vida de los llaneros es la obra de Fernando Calzadilla Valdés,25 que recoge la
vida de los Llanos del Apure en la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX.
Población guayanesa
En Venezuela suele referirse a la población guayanesa, muchas veces, a la formada por descendientes de los
antiguos inmigrantes trinitarios y guyaneses (y de otros países de lengua inglesa), que vinieron a las tierras del
estado Bolívar a partir del siglo XIX, a trabajar como mineros, especialmente en las minas de oro de El Callao,
población ubicada en la parte oriental de dicho estado. La influencia cultural de estos mineros fue muy
importante, hasta el punto de que cuando se oye hablar del folclore guayanés, en Venezuela, se suele pensar en
el conjunto musical Serenata Guayanesa, que rescató los bailes y canciones traídas por los primeros
inmigrantes y que hoy se conoce como manifestaciones folclóricas del calipso venezolano o Calipso de El
Callao.
Ciudades
La cuenca del Orinoco contiene núcleos urbanos muy importantes en Colombia y, especialmente en
Venezuela. La ciudad más poblada de toda la cuenca es Ciudad Guayana, conurbación formada por Puerto
Ordaz, San Félix de Guayana, Matanzas y otros núcleos menores, y que tiene casi un millón de habitantes. Es
una ciudad muy moderna (se fundó el 2 de julio de 1961) y próspera, convertida en pocos años en la
verdadera metrópoli de las Guayanas.
Villavicencio
Yopal
Arauca
San José del Guaviare
Inírida
Puerto Carreño
Véase también
Amargo de Angostura
Diatermancia
Guayana Venezolana
La Gran Sabana
Delta del Orinoco
James Crawford Angel
Llanos venezolanos
Maracareo del Orinoco
Orinoco
Pisos térmicos
Río Guaviare
Río Vichada
Río Meta
Río Arauca
Río Apure
Río Guárico
Río Caroní
Río Caura
Río Orinoco
Río Ventuari
Salto Angel
Zona Intertropical
Anexo:Cuencas del mundo por superficie
Referencias
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