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I. Previo.
“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu
derecho a expresarlo”. François-Marie Arouet (Voltaire).
Artículo 57: Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos,
sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de
expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y
difusión, sin que pueda establecerse censura. Quien haga uso de este derecho
asume plena responsabilidad por todo lo expresado. No se permite el anonimato,
ni la propaganda de guerra, ni los mensajes discriminatorios, ni los que promuevan
la intolerancia religiosa.
II. Introducción.
El Primer ministro británico, David Lloyd George, en una conversión privada con el
editor de The Guardian, C.P. Scout., decía sobre la primera guerra mundial “que
si las personas realmente supieran la verdad, la guerra terminaría mañana.
Pero está claro, ellos no la saben. Y no la pueden saber”. Documental La guerra
que usted no ve. De John Pilger.
Para Edward Bernays, las relaciones públicas eran como una guerra contra el
pueblo para manipular su voluntad. Documental La guerra que usted no ve. De John Pilger.
Detrás de toda esta sistemática y sostenida labor estaban, y están, las agencias
de inteligencia de países como EE.UU (CIA), Israel (MOSSAD), Alemania (BND),
Italia (AISI y AISE), Reino Unido (SIS o MI6), Turquía (MIT), entre otros. Todo en
función de crear las condiciones necesarias para que la realidad (la verdad) fuese
lo menos compleja de manipular u ocultar por los medios de comunicación al
servicio de poderosas elites mundiales. Se trasmuta el conocimiento o testimonio
veraz en una verdad “desconocida”, “irreconocible” e incluso no aceptada.
“Nadie es más esclavo que aquel que falsamente se cree libre”. Goethe.
Los economistas Lipsey y Lancaster descubrieron hace más de medio siglo que es
posible que un país funcione mejor con una mayor cantidad de restricciones e
interferencias estatales, que sin ellas. Es rol fundamental y preponderante del
Estado. Pero los poderosos capitalistas enfilan sus maquinarias bélicas contra los
Estados-Nación, para minimizarlos, anularlos o destruirlos.
Una economía, debido a las restricciones propias que ocurren en el mundo real,
no puede funcionar en el punto óptimo de plena libertad y competencia perfecta
para todos sus actores, entonces no se sabe a priori qué nivel de regulaciones e
intervenciones estatales necesitará ese país para funcionar lo mejor posible.
La frase con la cual inició el Correo del Orinoco, órgano divulgativo del Proceso
Independentista Venezolano, fundado por el Padre Libertador Simón Bolívar
dice: “Somos libres, escribimos en un país libre y no nos proponemos
engañar al público”. Bolívar lo llamó “Artillería del Pensamiento”. Nace en
Venezuela el periodismo informativo y de opinión de depurada prosa, la hondura
reflexiva que tendría en Bolívar a un brillante periodista, a un excepcional
comunicador, dotado de las más altas virtudes del oficio, la sobria elegancia del
estilo y la desmesura humanística. Nunca como entonces en Venezuela se hubo
de juntar el parte de guerra, el decreto, el boletín, la proclama, las lecciones de
soberanía, la defensa nacional, el mutuo entendimiento, el reclamo de los
derechos de los pueblos. Nace en Venezuela la artillería comunicacional para
transmitir los mensajes que defenderían la verdad.
Pero el canal, físico o virtual, es solo un elemento más del todo del sistema de
comunicación. Anteriormente señalaba que “la verdad no puede ser
simplemente transmitida como un acto reflejo o una acción mecánica. La
verdad debe ser transmitida a alguien, orientada y direccionada a quienes
sepan utilizarla para así asegurar su difusión y su defensa ante los intentos
de engaño, manipulación y ocultamiento”. Para ello es necesario conocer en lo
posible a los potenciales receptores; sus categorías, estratos sociales,
costumbres, carga cultural, sectores en los cuales están distribuidos, inclinaciones
ideo-políticas. En resumen, todos los factores que sirvan para categorizar al
receptor o receptores, ya que en base a esos factores se diseña el mensaje para
trasmitir la verdad. Porque la verdad no es algo en lo que se cree, la verdad es
algo que simplemente es y su relación con ella es una decisión propia. Un hecho
ocurre o no ocurre, una idea se expresa o no se expresa. En tal sentido, la verdad
se contiene a sí misma, es algo en lo que se decide alinearse o no. Por lo cual,
defender la verdad contra la mentira requiere de la construcción de un mensaje
que promueva en las personas la disposición de alinearse con la verdad y no con
el engaño.
Bolívar nos habla a través de los tiempos y nos ofrece una meridiana visión de
todo lo que atenta contra la defensa de la verdad. Así que bien vale la referencia
para la lectura y comprensión profunda de un extracto del principio de su
“Discurso pronunciado ante el congreso de Angostura el 15 de febrero de
1819, el día de su instalación”: “Uncido el pueblo americano al triple yugo de la
ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir, ni saber, ni poder, ni
virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros las lecciones que hemos recibido, y
los ejemplos que hemos estudiado, son los más destructores. Por el engaño se
nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más
bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo
ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga,
abusan de la credulidad y de la inexperiencia, de hombres ajenos de todo
conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son
puras ilusiones; toman la licencia por la libertad; la traición por el patriotismo; la
venganza por la justicia. Semejante a un robusto ciego que, instigado por el
sentimiento de sus fuerzas, marcha con la seguridad del hombre más perspicaz, y
dando en todos los escollos no puede rectificar sus pasos. Un pueblo pervertido si
alcanza su libertad, muy pronto vuelve a perderla;”
CNN (Cable News Network), dependiendo de los intereses que defiendan sus
dueños, puede transmitir una información verdadera y con profundidad. Pero
también puede transmitir una información limitada, sin ahondar, sin contextualizar
y mucho menos levantar algún tipo de crítica. A su vez es capaz de mostrar una
mentira gigantesca y la verdad lo menos perceptible posible. Puede ejecutar un
despliegue técnico informativo para transmitir la verdad como puede manipular y
divulgar información falsa. Siempre, en ambos casos, a la conveniencia de sus
intereses.
TeleSUR (La Nueva Televisión del Sur, C.A.), a diferencia de CNN, ha sido
felicitada por sus valores de alta producción y su reportaje intensivo sobre América
Latina para latinoamericanos. En pocas ocasiones TeleSUR ha transmitido
información errónea o falsa. Pero en esos casos ha emitido comunicados de
rectificación informando sobre el error. Tal fue el caso, por ejemplo, de un
supuesto “Análisis de Noam Chomsky (activista, filósofo, politólogo y
lingüista) sobre el Coronavirus y la geopolítica mundial sobre lo que pudiera
estar pasando”, atribuido al lingüista, filosofo, politólogo y activista
estadounidense Noam Chomsky. Los que hemos leído y estudiado a Chomsky
nos pareció muy llamativo las palabras del supuesto análisis. La experiencia, en
base al reconocimiento de la línea discursiva de Noam Chomsky llevó a solicitar la
fuente original del supuesto análisis. Chomsky no habla castellano (español para
otros), por lo tanto la fuente original debió estar en idioma inglés. Dicha fuente
original no existía, por la sencilla razón que el análisis cuya autoría se le atribuía a
Chomsky era falso. Es decir, Chomsky no escribió el análisis en cuestión. Ni
estaba publicado en el sitio oficial del Profesor Chomsky, ni en medios que
publican sus notas rutinariamente.
Como en el caso relatado anteriormente con Noam Chomsky, se verifica sin existe
una fuente originaria en idioma inglés, tanto por el personaje Elliott Abrams (muy
siniestro y oscuro, pero eso no es lo que se discute acá) como por el contexto,
ante la Cámara de Representantes del Congreso de EE.UU. Algunos que,
conocen la línea discursiva del Sr. Abrams, manifestaron que esas palabras no
pertenecían a su vocabulario. Para despejar aún más las dudas se recurrió a la
investigación en sitios web de confianza: TeleSUR, GRANMA, REBELIÓN, entre
otros, y en ninguno de los antes mencionados se logró encontrar las supuestas
palabras atribuidas a Elliott Abrams. Y en los pocos que se encontraron las
supuestas expresiones carecían de la fuente original. Por tanto se concluye que
esas palabras en particular son falsas.
En la medida que se asuma la práctica del mentiroso y del manipulador, las demás
personas lo terminarán confundiendo con un mentiroso y manipulador.