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Miedo

El miedo o temor es una emoción caracterizada por una


intensa sensación desagradable provocada por la percepción
de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso
pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la
aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en
todos los animales, lo que incluye al ser humano. La
máxima expresión del miedo es el terror. Además el miedo
está relacionado con la ansiedad.

Existe miedo real cuando su dimensión está en


correspondencia con la dimensión de la amenaza. Existe
miedo neurótico cuando la intensidad del ataque de miedo
no tiene ninguna relación con el peligro. Ambos, miedo real
y miedo neurótico, fueron términos definidos por Sigmund
Detalle de Jinete sin cabeza persiguiendo a Ichabod Crane
Freud en su teoría del miedo. En la actualidad existen dos
de John Quidor (1858). Smithsonian American Art Museum.
conceptos diferentes sobre el miedo, que corresponden a las
dos grandes teorías psicológicas que tenemos: el
conductismo y la psicología profunda. Según el concepto conductista el miedo es algo aprendido. El modelo de la psicología
profunda es completamente distinto. En este caso, el miedo existente corresponde a un conflicto básico inconsciente y no resuelto, al
que hace referencia.

Índice
Enfoques sobre el miedo
Fisiología, psicología y bioquímica del miedo
Consideraciones jurídicas
Terminología
El miedo como construcción cultural
El miedo en el arte
Miedo y sociedad
Miedo y formación militar
Miedo y religión
Referencias
Bibliografía
Véase también
Enlaces externos

Enfoques sobre el miedo


Desde el punto de vista biológico, el miedo es un esquema adaptativo, y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa,
surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es normal y beneficioso
para el individuo y para su especie.
Desde el punto de vista neurológico es una forma común de organización del cerebro primario de los seres vivos, y esencialmente
consiste en la activación de laamígdala, situada en el lóbulo temporal.

Desde el punto de vista psicológico, es un estado afectivo, emocional, necesario para la correcta adaptación del organismo al medio,
que provoca angustia y ansiedad en la persona, ya que la persona puede sentir miedo sin que parezca existir un motivo claro.

Desde el punto de vista social y cultural, el miedo puede formar parte del carácter de la persona o de la organización social. Se puede
por tanto aprender a temer objetos o contextos, y también se puede aprender a no temerlos, se relaciona de manera compleja con otros
sentimientos (miedo al miedo, miedo al amor, miedo a la muerte, miedo al ridículo) y guarda estrecha relación con los distintos
elementos de la cultura.

Desde el punto de vista evolutivo el miedo es un complemento y una extensión de la función del dolor. El miedo nos alerta de
peligros que no nos han ocasionado algún dolor, sino más bien una amenaza a la salud o a la supervivencia. Del mismo modo en que
el dolor aparece cuando algo nocivo ataca nuestro cuerpo el miedo aparece en medio de una situación en la que se corre peligro.

Para algunos, el miedo en el ser humano no guarda ninguna relación fisiológica (como reacción de alerta), sino que es un producto de
[cita requerida]
la conciencia, que expande nuestro nivel de conocimiento.

Fisiología, psicología y bioquímica del miedo


El mecanismo que desata el miedo se encuentra, tanto en personas como en animales, en
el cerebro, concretamente en el cerebro reptiliano, que se encarga de regular acciones
esenciales para la supervivencia como comer y respirar, y en el sistema límbico,1 que es
el encargado de regular las emociones, la lucha, la huida, la evitación del dolor y en
general todas las funciones de conservación del individuo y de la especie. Este sistema
revisa de manera constante (incluso durante el sueño) toda la información que se recibe
a través de los sentidos, y lo hace mediante la estructura llamada amígdala cerebral, que
controla las emociones básicas, como el miedo y el afecto, y se encarga de localizar la
fuente del peligro. Cuando la amígdala se activa se desencadena la sensación de miedo y
ansiedad, y su respuesta puede ser la huida, el enfrentamiento o la paralización. Se ha
encontrado que la sensación de miedo está mediada por la actuación de la hormona
antidiurética (o "vasopresina") en la amígdala cerebral y que la del afecto lo está por la
de la hormona oxitocina, también en la amígdala.[cita requerida] Está en estudio un
antagonista selectivo de la vasopresina, el compuesto SSR149415, que bloquea la El miedo es un producto
sensación de miedo "social" —miedo hacia otros animales de la misma especie— pero emocional del cerebro. Esquema
no otros tipos de miedo; los fármacos que bloquean el miedo social por antagonismo de del sistema límbico del cerebro
la vasopresina es posible que nunca se comercialicen dadas las funciones, biológicas y humano.
de otros tipos, que tiene tal tipo de miedo en el funcionamiento de las sociedades
animales incluida la humana (es de destacar que el etanol inhibe la producción de
vasopresina); estudios con resonancia magnética de la amígdala cerebral están encontrando datos que indican que los llamados
"psicópatas sociales" sufren atrofia de las amígdalas cerebrales lo que les provocaría la pérdida del miedo social y del afecto que les
caracteriza. Es interesante señalar que el miedo al daño físico provoca la misma reacción que el temor a un dolor psicológico.

La extirpación de la amígdala parece eliminar el miedo en animales, pero tal cosa no sucede en humanos (que a lo sumo cambian su
personalidad y se hacen más calmados), en los que el mecanismo del miedo y la agresividad es más complejo e interactúa con la
corteza cerebral y otras partes del sistema límbico.

El miedo produce cambios fisiológicos inmediatos: se incrementa el metabolismo celular, aumenta la presión arterial, la glucosa en
sangre y la actividad cerebral, así como la coagulación sanguínea. El sistema inmunitario se detiene (al igual que toda función no
esencial), la sangre fluye a los músculos mayores (especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida) y el
corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células (especialmente adrenalina). También se producen
importantes modificaciones faciales: agrandamiento de los ojos para mejorar la visión, dilatación de las pupilas para facilitar la
admisión de luz, la frente se arruga y loslabios se estiran horizontalmente.

Como el sistema límbico fija su atención en el objeto amenazante, los lóbulos


frontales (encargados de cambiar la atención consciente de una cosa a otra) se
desactivan parcialmente. Durante un ataque de pánico2 la atención consciente
queda fijada en el peligro, y si los síntomas fisiológicos como el ritmo cardíaco
o la presión sanguínea son interpretados por el sujeto como una confirmación
de la realidad de la amenaza se produce una retroalimentación del miedo, que
impide una ponderación del auténtico riesgo. Esto sucede, especialmente, en el
caso de las fobias: la atención del fóbico es incapaz de prestar atención a otra
cosa y magnifica el peligro ante la incomprensión de los presentes.

La consolidación en la memoria de un episodio de miedo intenso (o de un El miedo se comunica a los demás a


trauma) no es inmediata. Según los investigadores Min Zhuo, Bao Ming Li y través del rostro: la actriz Candace
Hilligoss en la película Carnival of Souls.
Bong Kiun Kaang3 la activación de los receptores NMDA (que son las
moléculas que reciben las señales bioquímicas que provocan un efecto
fisiológico concreto) provoca que en esos receptores se produzca una huella en
las células cerebrales. En concreto, sería la subunidad molecular llamada NR2B la que serviría de marca de memoria. En
experimentos realizados con ratones, el bloqueo de la NR2B en la corteza prefrontal produjo la desaparición de la reacción a un
miedo previamente experimentado.

Otro estudio sobre lo que provoca miedo en una persona; realizado por un equipo de investigadores alemanes de la Clínica
Universitaria Charité de Berlín, y conducido por el psiquiatra Andreas Heinz demostró la relación entre la dopamina y la sensación
de miedo.

Este estudio arrojó que la dopamina, una sustancia neurotransmisora, estimula o frena la actividad de las células nerviosas en el
cerebro. En este estudio se encontró que poca dopamina en algunas áreas del cerebro provoca la interrupción o trasformación de la
comunicación entre las células nerviosas. Las personas con una elevada concentración de dopamina en la amígdala cerebral (Corpus
amygdaloideum), área en el cerebro que participa en el procesamiento emocional, reaccionaron con más miedo y estrés que aquellas
personas con una menor concentración de dicha sustancia.

Además se concluyó que hay otro factor que influye en las sensaciones de miedo; este es la comunicación existente entre la amígdala
cerebral y el cíngulo anterior, otra región cerebral. Ambas están interconectadas a través de fibras nerviosas. Estas regiones se
comunican cuando la persona percibe algo negativo. Cuanta más comunicación hay entre ambas regiones, menos miedo sentían las
personas afectadas; en cambio personas con poca o pobre comunicación sienten más miedo.

Se ha demostrado que a través de la psicoterapia se puede promover la comunicación de la amígdala cerebral y el cíngulo anterior,
por lo que las personas afectada podrían aprender a actuar con menos miedo y a tener una mayor seguridad en sí mismas.

Consideraciones jurídicas
En la medida en que el miedo puede restar autonomía decisoria al sujeto llega a ser un eximente de responsabilidad. El derecho
romano estableció en el 79 a. C. (mediante una innovación jurídica introducida por un pretor llamado Octavius) la acción "metus
causa" (por causa del miedo) como eximente de responsabilidad.4 En las siete partidas (Part. 7 tit 3.3.l.7) se establece en el derecho
castellano la invalidez depleitos o declaraciones realizados bajo miedo, y el derecho actual determina que el miedo es causa eximente
de responsabilidad criminal. Para el caso del moderno derecho continental, y en concreto para el español, por ejemplo, se establece
que:
Están exentos de responsabilidad criminal (…) el que obre impulsado por miedo insuperable. (Código
Penal español, Art 20.6, vigente desde 24 de mayo de 1996)

Si bien la doctrina española no aclara de forma unánime qué naturaleza jurídica tiene la eximente del miedo insuperable, es opinión
generalizada que se basa en el “principio de no exigibilidad de otra conducta”, y en ocasiones se vincula a la legítima defensa. Se
especifica que el miedo puede no ser el único motivo de la conducta ilícita, pero sí ha de ser motivo preponderante. La jurisprudencia
del Tribunal Supremo español en ocasiones (y de manera excepcional) no acepta la eximente de miedo insuperable en ciertos delitos
de acción (al entender que quien actúa lo hace habiendo superado el miedo), y no exige, en cambio, que el peligro sea real (pues
puede ser imaginario) ni inminente.6

Lo mismo ocurre en el derecho civil y en el canónico católico, en los que el defecto del consentimiento por miedo es, por ejemplo,
causa de nulidad matrimonial.7

Terminología
Según el diccionario de la Real Academia Española (DRAE)8 el miedo es la
“perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”. El
vocablo procede del latín metus, que tiene significado análogo. Como todas las
emociones admite graduación, y así el diccionario ideológico de Julio Casares
establece algunos términos asociados, como temor, recelo, aprensión,
canguelo, espanto, pavor, terror, horror, fobia, susto, alarma, peligro o
pánico.9

Uno de los primeros testimonios del uso de esta palabra en castellano escrito,
según el diccionario de autoridades se encuentra en la obra legislativa conocida
como las Siete Partidas (Part. 7 tit 3.3.l.7): Claustrofobia, miedo a lugares cerrados.

…e de tal miedo e de otro semejante fablan las leyes de nuestro


libro cuando dicen que pleito o postura que home face pormiedo non debe valer.

10

José Antonio Marina y Marisa López Penas, en su Diccionario de los sentimientos, analizan las relaciones que se pueden establecer
entre distintos vocablos de un mismo campo semántico emocional, lo que nos permite conocer su matización y su gradación. Riesgo
(resecare, romper un risco el casco de una embarcación), y peligro (de la raíz indoeuropea per-, ir hacia delante, penetrar en algún
sitio) son palabras relacionadas con el miedo. Temor es el miedo a algo que se piensa que ya ha sucedido, y aprensión es la aversión
a tocar algo. Canguelo (miedo breve) procede del caló y significa originariamente apestar, y se relaciona con el aflojamiento de
esfínteres que produce el miedo.11 La gradación del miedo en la lengua castellana, según estos autores, comienza con el miedo
intensivo, la fobia, el terror y el pavor (este último del indoeuropeo peu-, golpear, de donde proceden también pavura y espanto).
El pánico es el miedo sin fundamento, colectivo y descontrolado (palabra derivada del nombre del dios Pan, y se refiere al miedo a
los ruidos perturbadores de la naturaleza). Existe también un miedo breve y súbito, procedente de una causa pequeña, el susto
(procedente del portugués), y también la alarma (que significa, etimológicamente, "a las armas").

La lingüística comparada permite reconocer las diferencias de vocabulario emocional entre culturas. En
francés,

peur es la inquietud por la presencia de un peligro, crainte es un peur fuerte, terreur es crainte grande y
profundo, panique es terreur súbito y sin fundamento, épouvante es un terreur grande, frayeur es un
épouvante causado por la imagen del mal…effroi es un frayeur grande…

12
En inglés es también abundante la variedad de términos para describir el miedo: worry (preocupación), anxiety (ansiedad), terror
(terror), fright (espanto o susto), paranoia (paranoia), horror (horror) , panic (pánico individual o colectivo), persecution complex
(manía persecutoria) odread (pavor). La phobia es paranoia extrema, y la distrust (desconfianza) es el miedo interpersonal. El terror
(terror) se refiere a un estado pronunciado de miedo posterior al estado de horror ante un peligro inmediato, y que puede provocar
acciones atípicas e irracionales en quien lo siente.

En alemán se emplean las palabras Furcht (miedo), Sorge (preocupación), Bammel (ponerse nervioso). El término quizá más
empleado, Angst («miedo» o «angustia» en alemán y otras lenguas germánicas), de ocho siglos de antigüedad, proviene de la raíz
indogermánica anghu- (restricción), y evolucionó en la palabra del antiguo alto alemán angust, que conservó el significado de
restricción, al igual que la palabra latina angustia, con el mismo origen etimológico. La palabra Angst se extendió al inglés angst,
donde se emplea con el significado de miedo existencial o para referirse a una ansiendad intensa en lugar de la palabra anxiety, y se
emplea por ejemplo en la expresión angst-ridden (estar dominado por el miedo). El término fue probablemente importado al inglés
por George Eliot en 1849.

La escasa variación de significados entre lenguas cercanas indica que el miedo es un sentimiento universal. Pero la antropología y la
sociología muestran que el miedo tiene una modulacióncultural, lo que se analizará en otro apartado de este artículo.

El miedo como construcción cultural


Catherine Lutz13 ha estudiado la variabilidad cultural del miedo. Según sus averiguaciones, la comunidad
ifaluk considera positiva la
cobardía, y por tanto para ellos es bueno confesar el miedo pues es prueba de ser persona inofensiva y temerosa de las leyes del
grupo.

Joanna Bourke, autora de Fear: a Cultural History (El miedo: una historia cultural)
revela que el miedo, como un sentimiento colectivo e individual, varía con las épocas y
los contextos históricos.

durante el siglo XIX, los temores relacionados con la muerte inminente


estaban estrechamente vinculados a los miedos acerca de cualquier tipo de
vida después de la muerte eventual así como relacionados con la inquietud
sobre el diagnóstico correcto del deceso (o dicho de otra manera: que
condujera a un entierro prematuro). En nuestro tiempo, por el contrario,
tendemos a preocuparnos mucho más sobre el hecho que nos obliguen a
permanecer vivos más de lo debido (denegándonos la oportunidad de
´morir con dignidad´). Es el personal médico, en vez de los clérigos, el que
preside cada vez más sobre el terror a la muerte. Los debates actuales sobre
la eutanasia y la muerte asistida están relacionados con estos cambios La sociedad colabora con el
miedo, al magnificar la
14 información alarmista de los
medios de comunicación. En la
foto, Orson Welles, quien desató
Esta investigadora sostiene que el principal transmisor actual del miedo son los medios
un ataque de pánico colectivo en
de comunicación de masas, pero en todo caso se precisa de la credulidad de la sociedad
1938 con su programa de radio
para que el pánico estalle. Tras estudiar los archivos históricos, la autora muestra cómo La guerra de los mundos.
entre 1947 y 1954 estalló un pánico colectivo ante el abuso sexual de niños,15 pese a
que los periódicos llevaban años publicando ese tipo de noticias. Otro caso estudiado
por la autora es el pánico colectivo desatado por la retransmisión de La guerra de los mundos por Orson Welles en 1938, cuando una
ficción radiada sobre un ataque alienígena a la tierra desató la alarma entre los estadounidenses. La autora recuerda que el precedente
de ese experimento (una emisión equivalente de la BBC realizada por Ronald Knox en 1926, con idénticos resultados de miedo
colectivo en el Reino Unido) fue olvidado, tal vez por un posterior sentimiento de ver
güenza colectiva:
…la ola de pánico que Welles causó a través de la radio ha eclipsado la que ocasionó Knox. Después de
todo, más de un millón de estadounidenses se vieron afectados durante la última ola de pánico (muchos
más que en 1926). De todas formas, existía además otra razón: en 1926, había un palpable sentimiento de
vergüenza: todos querían olvidarse del hecho tan pronto como fuera posible. En Estados Unidos, por el
contrario, aunque se pudiera hablar sobre la vergüenza, otros grupos dentro de la sociedad se sirvieron en
muchos sentidos del pánico para reafirmar su propio estatus (superior). Los sociólogos se vieron
involucrados, preparando elaboradas teorías sobre la psicología de multitudes. Se dio una
profesionalización del pánico en 1938 que no existía en 1926.

La profesionalización de los provocadores del miedo es así una característica de nuestra época, según Joanna Bourke:

a pesar de que sólo diecisiete personas perdieran la vida a causa de actos terroristas en Estados Unidos
entre 1980 y 1985, el periódico The New York Times publicó un promedio de cuatro artículos sobre el
terrorismo en cada edición. Entre 1989 y 1992, sólo treinta y cuatro estadounidenses murieron como
consecuencia de actos terroristas en el mundo, pero más de 1300 libros fueron catalogados bajo el rubro de
“Terroristas” o “Terrorismo” en las bibliotecas estadounidenses.

La autora concluye que el miedo es también un arma de dominación política y de control social. Son diversos los autores que
denuncian el uso político del miedo como forma de control de la población, haciéndose hincapié en la creación de falsos escenarios
de inseguridad ciudadana.16

A lo largo de la historia ha habido todo tipo de movimientos sociales y culturales fundamentados en el miedo a algo: el milenarismo,
en miedo al efecto 2000 o los movimientos apocalípticos. El miedo es también un arma de guerra, empleada con asiduidad en la
17
guerra moderna gracias al desarrollo de la aviación

El miedo en el arte
La presencia del miedo en el arte es ubicua. T
al es así que constituye un género narrativo
por sí mismo (cuentos de miedo, novelas de terror)18 ampliamente cultivado sobre todo
a partir del siglo XIX por autores de inspiración romántica como Edgar Allan Poe,
Howard Phillips Lovecrafto incluso Gustavo Adolfo Bécquer. La literatura ha generado
personajes específicos para retratar el terror y el miedo, como Drácula o el monstruo de
Frankenstein. Es también un género cinematográfico (el cine de terror). La escultura
occidental, especialmente la medieval con sus interpretaciones del apocalipsis, ha
elevado el miedo a categoría de arte. La pintura, especialmente la contemporánea, ha
retratado las angustia del ser humano moderno. Un ejemplo conocido es el del pintor
expresionista Edvard Munch en su emblemático cuadro El grito,19 aunque los ejemplos
se podrían multiplicar a casi todas las épocas, como en el caso del Bosco, Brueghel o las
obras de Piranesi.

Miedo y sociedad Obra de Piranesi.

El miedo es una característica inherente a la sociedad humana: está en la base de su


sistema educativo20 (que, como expuso de manera radical Skinner, en buena medida se define por el esquema básico del premio y
del castigo) y es un pilar del proceso socializador.21 Buena parte del sistema normativo se fundamenta en el miedo, como muestra el
Derecho Penal.
Desde el ámbito de la ciencia política y la filosofía el miedo se ha identificado como una de las características de la sociedad
postmoderna. Ulrich Beck la denomina risikogesellschaft (sociedad del riesgo) en la medida en que es ahora el momento en que por
22
primera vez la especie humana se enfrenta a la posibilidad de su propia destrucción y extinción.

Miedo y formación militar


En los ámbitos castrenses, una buena parte del entrenamiento del soldado y en especial de las fuerzas especiales está orientada al
control del miedo para de este modo formar soldados, oficiales y comandos seguros de sí mismos y autómatamente efectivos a la
hora de actuar. Para ello se enfrentan a los soldados a escenarios que causan pavor, como arrastrarse bajo alambre de púas bajo el
fuego de ametralladoras, explosiones, caminar sobre campos minados, guerra de guerrillas, combate cuerpo a cuerpo, etc.

Miedo y religión
La Torá hace mención al miedo en su primer libro Bereshit. En concreto, el miedo se
convierte en atributo humano por causa del plan divino:

Y llamó Dios, el eterno, preguntándole: «¿donde estas?» Y respondió: «he


oído tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso, me
escondí». (Bereshit, 3,9)23

Las religiones monoteístas evidencian un tipo de miedo religioso, el temor de Dios y


cada una, desde el judaísmo24 hasta el islam25 han desarrollado su particular teología
al respecto. Es de destacar que ciertas religiones recurren a adoctrinar en el periodo de
aprendizaje infantil con amenazas de sufrimiento infinito y eterno si no se cree en sus
postulados y si no se cumplen sus normas. Otras religiones, como el budismo, se
fundamentan directamente en la necesidad de evitar el dolor y el sufrimiento, y por
26
tanto, de manera indirecta, tienen una especial relación con el miedo.
El miedo a la enfermedad, a la
En el cristianismo, el miedo está relacionado con el comportamiento de un individuo y pobreza, a la guerra y a la muerte
están presentes en la iconografía
la conciencia, p. ej. en el libro de Proverbios 28:1 dice:
apocalíptica tradicional. Los
cuatro jinetes del Apocalipsis,
Huye el impío sin que nadie lo persiga; mas el justo grabado de Durero (1497-1498).
está confiado como un león.
—Prov. 28:1

Por otro lado está el temor benigno, este es un temor reverente, incluye el respeto y la obediencia, p. ej.:

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;


los insensatos desprecian la sabiduría y la
enseñanza.
—Prov. 1:7

Referencias
4. https://web.archive.org/web/20061130105933/http://webu2.upm
1. Fisiología Del Miedo y La Ansiedad – ¿Por Qué grenoble.fr/Haiti/Cours/partie2a.html En francés.
Sentimos Miedo? (http://www.viam.com.mx/articulos/a Véase apartado "La Violence"
nsiedad/fisiologia-del-miedo.htm)
5. http://noticias.juridicas.com/base_datos/Penal/lo10-
2. Dinámica de un ataque de pánico (https://web.archive. 1995.html Texto íntegro del Código de Derecho Penal
org/web/20070303151409/http://www.viam.com.mx/art- español
ataque%20panico.htm)
6. Cerezo Mir, Curso de Derecho penal español, tomo III,
3. http://www.solociencia.com/medicina/05102410.htm pág 139, Tecnos, ISBN 84-309-3714-5
7. http://www.adalog.es/juegosjuridicos/documentos%5C1000447.doc
17. Sven Linqvit. Historia de los bombardeos. Turner,
8. Real Academia Española y Asociación de Academias 2002, ISBN 84-7506-539-2.
de la Lengua Española (2014). «miedo» (http://dle.rae. 18. https://web.archive.org/web/20110717085143/http://www .ucm.e
es/miedo). Diccionario de la lengua española (23.ª Estudio sobre el miedo en la literatura
edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7. 19. http://www.ucm.es/info/echi1/imagen/pint/gritomunch.htm
9. Diccionario ideológico de la real Academia Española, Una de las versiones de “El Grito” de Munch
Ed. Gustavo Gili, 1997, p. 423. 20. http://www.monografias.com/trabajos13/teapre/teapre2.shtml
10. http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle? Teoría del aprendizaje.
cmd=Lema&sec=1.2.0.0.0. www.buscon.rae.es 21. «Teoría de Psicología: Las Leyes del Psiquismo (texto
Academia de Autoridades, 1734 completo)» (https://web.archive.org/web/20061208054
11. J. A. Marina y M. L. Penas, Diccionario de los 919/http://www.fresina.ndh.com.ar/texto/capitulo7.htm).
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12. J. A. Marina y M. L. Penas, Diccionario de los m.ar/texto/capitulo7.htm)el 8 de diciembre de 2006.
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13. Catherine Lutz, Unnatural Emotions, The cultural 23. Los cinco libros de Moisés. Tora con aftarot, Hebreo-
construction of danger, citado en J. A. Marina y M. L. Español. Versión castellana conforme a la tradición
Penas, Diccionario de los sentimientos, pág 251, ed Judía por Moisés Katznelson. Pág. 4. Editorial Sinai,
Anagrama, 1999. Tel-Aviv, Israel. 2005
14. http://www.threemonkeysonline.com/es/article_historia_del_miedo.htm
24. http://serjudio.com/rap1501_1550/rap1515.htm Temor
Entrevista de Michael O-connor. de dios para el judaísmo
15. http://www.threemonkeysonline.com/es/article3.php? 25. http://www.itl.org.uk/es/print/fear.pdf «Temor de dios
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16. http://www.iigov.org/ss/article.drt? 26. https://web.archive.org/web/20061230134926/http://www .tharpa
edi=181898&art=184287 Artículo sobre seguridad es.com/background/tratar-el-miedo.htm «El miedo,
ciudadana y miedo. según el budismo.»

27. http://www.nature.com/neuro/journal/v14/n5/full/nn.2808.html 28. http://www.dw-world.de/dw/article/0,,3763021,00.html La


dopamina en el cerebro determina el miedo y la valentía

Bibliografía
Diccionario ideológico de la real Academia Española , Ed. Gustavo Gili, 1997,ISBN 84-252-0126-8
J. A. Marina y M. L. Penas,Diccionario de los sentimientos, ed Anagrama, 1999 ISBN 84-339-6691-X
Diccionario de la RAE, 1999, ISBN 84-239-9416-3
Catherine Lutz, Unnatural Emotions: Everyday Sentiments on a Micronesian Atoll and Their Challenge to Western
Theory, 1988.
Sven Linqvit. Historia de los bombardeos. Turner, 2002, ISBN 84-7506-539-2.
Cerezo Mir, Curso de Derecho penal español, tomo III, pág 139, Tecnos, ISBN 84-309-3714-5

Véase también
Ataque de pánico
Terror
Angustia
Sentimiento
Emociones

Enlaces externos
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