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JUSTICIA DE MENORES
"Reglas de Beijing"
Introducción
En 1980, el Sexto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente, celebrado en Caracas (Venezuela), formuló varios principios básicos que, a su
entender, debían quedar reflejados en un conjunto de reglas que habían de elaborarse para la
administración de justicia de menores a fin de proteger los derechos humanos fundamentales de
los menores que se encuentran en dificultades con la justicia. Esas reglas podrían luego servir de
modelo a los Estados Miembros de las Naciones Unidas, en relación con el tratamiento de los
delincuentes juveniles. El Congreso recomendó que se pidiera al Comité de Prevención del Delito y
Lucha contra la Delincuencia, órgano permanente del Consejo Económico y Social, que elaborara
las reglas.
En los años siguientes, en colaboración con el Instituto de Investigación de las Naciones Unidas
para la Defensa Social, los institutos regionales de las Naciones Unidas y la Secretaría de las
Naciones Unidas, el Comité formuló un proyecto de reglas mínimas. Las reglas fueron aprobadas,
en principio, en las reuniones preparatorias regionales para el Séptimo Congreso de las Naciones
Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, y una reunión preparatoria
interregional, celebrada en Beijing (China), del 14 al 18 de mayo de 1984, las enmendó y aprobó.
Las reglas mínimas uniformes para la administración de la justicia de menores (conocidas con el
nombre de "Reglas de Beijing"), que el Consejo Económico y Social presentó al Séptimo Congreso,
celebrado en Milán (Italia) en agosto y septiembre de 1985, fueron aprobadas el 6 de septiembre
de 1985 por el Séptimo Congreso, que las recomendó a la Asamblea General para su aprobación.
La Asamblea aprobó las reglas el 29 de noviembre de 1985 y las incluyó en el anexo a su
resolución 40/33.
Con las reglas, adaptadas a las aspiraciones y al espíritu de los sistemas de justicia de menores de
todo el mundo, sistemas que funcionan en el marco de condiciones nacionales y estructuras
jurídicas diferentes, se estableció lo que se aceptó que constituía un principio general y una
práctica satisfactorios para la administración de la justicia de menores. Las reglas representan las
condiciones mínimas aceptadas por las Naciones Unidas para el tratamiento de los delincuentes
juveniles en todo sistema de tratamiento de esas personas. Los comentarios que acompañaban al
texto fueron concebidos con el propósito de que se considerasen parte esencial del documento.
La Asamblea General,
Recordando la resolución 4 aprobada por el Sexto Congreso de las Naciones Unidas sobre
Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, que preconizó la formulación de reglas
mínimas uniformes para la administración de la justicia de menores y la atención a los menores
que pudieran servir de modelo a los Estados Miembros;
Reconociendo que la juventud, por constituir una etapa inicial del desarrollo humano, requiere
particular atención y asistencia para su desarrollo físico, mental y social, y necesita protección
jurídica en condiciones de paz, libertad, dignidad, y seguridad;
Considerando que la legislación, las políticas y las prácticas nacionales vigentes pueden precisar
un examen y una modificación en armonía con las normas contenidas en las reglas;
Considerando además que, aunque esas reglas puedan parecer actualmente difíciles de lograr
debido a las condiciones sociales, económicas, culturales, políticas y jurídicas vigentes, existe, sin
embargo, el propósito de realizarlas como una norma mínima;
1. Observa con gratitud el trabajo efectuado por el Comité de Prevención del Delito y Lucha
contra la Delincuencia, el Secretario General, el Instituto de las Naciones Unidas en Asia y
el Lejano Oriente para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente y otros
institutos de las Naciones Unidas en la formulación de las reglas mínimas para la
administración de la justicia de menores;
2. Toma nota con gratitud del informe del Secretario General sobre el Proyecto de reglas
mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la justicia de menores;
4. Aprueba las reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la justicia de
menores recomendadas por el Séptimo Congreso tal como figuran en el anexo de la
presente resolución, y aprueba la recomendación del Séptimo Congreso de que las reglas
se denominen también "Reglas de Beijing".
5. Invita a los Estados Miembros a que, siempre que sea necesario, adapten su legislación,
sus políticas y sus prácticas nacionales, sobre todo en la esfera de la formación personal
de la justicia de menores, a las Reglas de Beijing, así como a que las señalen a la atención
de las autoridades pertinentes y del público en general;
6. Insta al Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia a que formule
medidas para la eficaz aplicación de las Reglas de Beijing, con la asistencia de los
institutos de las Naciones Unidas sobre prevención del delito y tratamiento del delincuente;
7. Invita a los Estados Miembros a informar al Secretario General sobre la aplicación de las
Reglas de Beijing y a presentar regularmente informes al Comité de Prevención del Delito y
Lucha contra la Delincuencia sobre los resultados alcanzados;
8. Pide a los Estados Miembros y al Secretario General que emprendan una investigación
con respecto a las políticas y prácticas eficaces en materia de administración de justicia de
menores y que elaboren una base de datos al respecto;
9. Pide al Secretario General que asegure la difusión más amplia posible del texto de las
Reglas de Beijing en todos los idiomas oficiales de las Naciones Unidas, con la inclusión
de la intensificación de actividades de información en la esfera de la justicia de menores, e
invita a los Estados Miembros a hacer lo mismo;
10. Pide al Secretario General que elabore proyectos piloto sobre la aplicación de las Reglas
de Beijing;
11. Pide al Secretario General y a los Estados Miembros que proporcionen los recursos
necesarios para lograr la aplicación efectiva de las Reglas de Beijing, sobre todo en las
esferas de la contratación, la formación y el intercambio de personal, la investigación y la
evaluación, y la formulación de nuevas medidas sustitutivas del tratamiento correccional;
12. Pide al Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente que, en el marco de un tema de su programa dedicado a la
justicia de menores, examine los progresos realizados en la aplicación de las Reglas de
Beijing y de las recomendaciones formuladas en la presente resolución;
13. Insta a todos los órganos pertinentes del sistema de las Naciones Unidas, en particular a
las comisiones regionales y los organismos especializados, a los institutos de las Naciones
Unidas para la prevención del delito y el tratamiento del delincuente y a otras
organizaciones, intergubernamentales y no gubernamentales, a que colaboren con la
Secretaría y adopten las medidas necesarias para asegurar un esfuerzo concertado y
sostenido, dentro de sus respectivas esferas de competencia técnica, para aplicar los
principios contenidos en las Reglas de Beijing.
Reglas de Beijing
PRIMERA PARTE
Principios Generales
1. Orientaciones fundamentales
2. Para los fines de las presentes reglas, los Estados Miembros aplicarán las
definiciones siguientes en forma compatible con sus respectivos sistemas y
conceptos jurídicos:
a. Menor es todo niño o joven que, con arreglo al sistema jurídico respectivo,
puede ser castigado por un delito en forma diferente a un adulto;
b. Delito es todo comportamiento (acción u omisión) penado por la ley con
arreglo al sistema jurídico de que se trate; y
c. Menor delincuente es todo niño o joven al que se ha imputado la comisión
de un delito o se le ha considerado culpable de la comisión de un delito.
1. Habida cuenta de las diversas necesidades especiales de los menores, así como
de la diversidad de medidas disponibles, se facultará un margen suficiente para el
ejercicio de facultades discrecionales en las diferentes etapas de los juicios y en
los distintos niveles de la administración de la justicia de menores, incluidos de
investigación, procesamiento, sentencia y de las medidas complementarias de las
decisiones.
1. En todas las etapas del proceso se respetarán garantías procesales básicas tales
como la presunción de inocencia, el derecho a ser notificado de las acusaciones, el
derecho a no responder, el derecho al asesoramiento, el derecho a la presencia de
padres o tutores, el derecho a la confrontación con los testigos y a interrogar a
éstos y el derecho de apelación ante una autoridad superior.
8. Protección de la intimidad
9. Cláusulas de salvedad
SEGUNDA PARTE
Investigación y procesamiento
1. Para el mejor desempeño de sus funciones, los agentes de policía que traten a
menudo o de manera exclusiva con menores o que se dediquen
fundamentalmente a la prevención de la delincuencia de menores, recibirán
instrucción y capacitación especial. En las grandes ciudades habrá contingentes
especiales de policía con esa finalidad.
1. Sólo se aplicará la prisión preventiva como último recurso y durante el plazo más
breve posible.
TERCERA PARTE
De la sentencia y resolución
1. Todo menor delincuente cuyo caso no sea objeto de remisión (con arreglo a la
regla 11) será puesto a disposición de la autoridad competente (corte, tribunal,
junta, consejo, etc.), que decidirá con arreglo a los principios de un juicio imparcial
y equitativo.
1. El menor tendrá derecho a hacerse representar por un asesor jurídico durante todo
el proceso o a solicitar asistencia jurídica gratuita cuando esté prevista la
prestación de dicha ayuda al país.
2. Los padres o tutores tendrán derecho a participar en las actuaciones y la autoridad
competente podrá requerir su presencia en defensa del menor. No obstante, la
autoridad competente podrá denegar la participación si existen motivos para
presumir que la exclusión es necesaria en defensa del menor.
2. Los delitos cometidos por menores no se sancionarán en ningún caso con la pena
capital.
b. Libertad vigilada;
21. Registros
CUARTA PARTE
QUINTA PARTE
27. Aplicación de las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos aprobadas por
las Naciones Unidas
SEXTA PARTE