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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

Universidad Nacional Experimental "Rómulo Gallegos"

Área Cs. De la Salud

Programa de Enfermería

San Juan de los Morros

Estado Guárico

Cirugía y Unidad quirúrgica


Taller I

Profesora: Alumna:

Maryorie Mujica Sarai Ontiveros #28.408.627

Diciembre 2020

Dren
Los drenajes son tubos u otros elementos que ayudan a evacuar líquidos o gases
acumulados en zonas del organismo por diferentes motivos. Estos sistemas comunican la
zona en la que está acumulado el líquido o el gas, con el exterior o con un sistema
adecuado. Las sustancias pueden acumularse por diferentes motivos, como pueden ser
traumatismos, abscesos o debido a una intervención quirúrgica para drenar el contenido
residual. También podemos insertar un drenaje cuando un órgano, que,, generalmente
está lleno, como puede ser la vejiga, debe estar vacío para favorecer la cicatrización tras
una intervención quirúrgica.

Clasificación
A grandes rasgos los drenajes los podemos clasificar en varios tipos:

–Según su mecanismo de acción:

 Pasivos: actúan por capilaridad o por gravedad o por diferencia de presiones.

 Activos: en este tipo la salida del material se produce mediante un sistema de


aspiración.

–Según su finalidad:

 Profilácticos: su función es evitar la formación de una colección, permitiendo su


drenaje al exterior y de esta forma evitar complicaciones.

 Terapéuticos: se utiliza para dar salida a colecciones ya formadas.

–Según su colocación:

 Quirúrgicos: se colocan en la herida quirúrgica tras una cirugía.

 Punción transcutánea: su colocación precisa de la realización de una ecografía o


Tomografía Axial Computarizada (TAC) para guiar durante la inserción hacia la
colección a drenar.

* DRENAJES SIMPLES: Los drenajes simples son aquellos en los que no se realiza
ningún tipo de acción para favorecer la salida de la sustancia acumulada. Ésta sale por
la presión que ejercen los órganos adyacentes sobre ella, por la fuerza de gravedad o
por la capilaridad de los drenajes usados.

Dentro de este grupo nos encontramos:

* DRENAJES FILIFORMES: Estos drenajes se colocan en heridas pequeñas que


contienen poca cantidad de sustancia a evacuar. Consiste en dejar la incisión abierta
metiendo un haz de hilos que pueden ser de nailon, algodón... gracias a la capilaridad
de estos hilos, el líquido saldrá por esta cavidad. Si existen coágulos o sustancias no
líquidas, estos drenajes no se podrán utilizar.
DRENAJE CON GASAS: El drenaje con gasas es útil cuando tenemos colecciones
líquidas contra la gravedad. Pueden moldearse con facilidad y tienen una gran
capilaridad. Para favorecer la capacidad de absorción, utilizaremos gasas de trama
densa. Cuando las gasas no absorban más líquido, cambiaremos los apósitos extremos
por otros secos para que sigan absorbiendo los líquidos que asciendan por las gasas
introducidas.

Se utilizan cuando hay heridas infectadas que debemos dejar cerrar por segunda
intención, introduciendo cada vez menos gasa para que la herida se vaya cerrando por
capas y no ocasiones reinfecciones.

Estas gasas pueden introducirse empapadas en diferentes fármacos para que realicen
también una función terapéutica.
* DRENAJES CON TIRAS DE GOMA: Los drenajes realizados con tiras de goma blanda
como pueden ser los dedos de los guantes, son muy usados al ser blandos y fáciles de
colocar, además, no producen adherencia en los tejidos circundantes

Se colocan en los extremos de la herida o realizando contrapuntos en la zona que la


rodea. Son muchos más eficaces si no hay coágulos o restos de tejidos que puedan
obstruir la salida.

Pueden cortarse al tamaño deseado. Pueden ser simples o bifurcadas, o ponerse varias
tiras formando un drenaje en paralelo, que se colocara con contrapuntos a pocos
centímetros de la herida.
* DRENAJES CON TUBOS DE GOMA O POLIETILENO: Si usamos drenajes con tubos,
hemos de tener en cuenta su rigidez, ya que pueden ocasionar úlceras por decúbito.
Por otra parte, si los tubos son demasiado blandos, se colapsarán por la presión que
ejercen los tejidos adyacentes. Los más utilizados son los tubos de polietileno, que son
más flexibles que los de goma y más fáciles de encontrar. Este tipo de drenajes puede
ser conectado a sistemas de aspiración continua o intermitente y administrar fármacos
u otros líquidos en las distintas cavidades.

Son utilizados para drenar cavidades y colecciones profundas. También para coágulos
y restos sólidos. El diámetro y forma de los tubos, vendrá dada en función de la
cantidad que necesitemos drenar, al igual que su longitud.
* Penrose: Es un tubo de látex blando de una sola luz muy utilizado actualmente.
Puede ser de diferentes tamaños y la longitud se adaptará en función de la herida. Se
fija con una grapa.

* Silastic: Es un tubo de silicona transparente y flexible de unos 40 cms de longitud,


que presenta diversos orificios en su trayectoria y tiene una punta roma atraumática.
Existe una variedad estriada denominada teja muy usada en cirugía. Suelen utilizarse
en cirugía abdominal y podemos conectarlos a sistemas de aspiración.
* Tubo en T o Kher: Es un tubo de silicona o goma en forma de T, muy usado en cirugía
de las vías biliares. Los extremos pequeños irán insertados en los conductos colédoco y
hepático y el mayor irá conectado al exterior.

Se utiliza para drenar la bilis producida por el paciente. Se encuentran de varios


diámetros y serán conectados a bolsas colectoras, nunca a sistemas de aspiración.
Antes de retirar el tubo, someteremos al paciente a un periodo de reeducación,
iremos pinzando el tubo cada vez más tiempo, si las condiciones del paciente lo
permiten, hasta poder estar seguros de que no existirán problemas con la retirada,
cuando no estemos eliminando la mayor parte de la bilis por el individuo.

DRENAJES MIXTOS: Si se unen drenajes de diferente tipo, podemos favorecernos de


las ventajas de cada uno de ellos. Los más utilizados son:

* DRENAJE EN CIGARRILLO: Consiste en un tubo de goma relleno de gasa, así nos


beneficiamos de la capilaridad de la gasa y evitamos que se adhiera a los tejidos
circundantes y ocasiones problemas.

* DRENAJES DE COROLA O R. FINOCHIETTO: Son variedades del anterior y nos permite


introducir amplias zonas de drenaje con una salida más pequeña.

* DRENAJE DE MIKULICA: Combina tubos anexados y gasas, para que los tubos drenen
la parte sólida y las gasas sequen la líquida.

* DRENAJE DE PASMAN: Utiliza una sonda cubierta de gasa y de un tubo de plástico


para drenar la cavidad tiroidea, mezclando así la capilaridad de la gasa y la posibilidad
de aspirar de forma intermitente por la sonda.
* DRENAJE DE ASPIRACION CONTINUA: En este caso, la fuerza utilizada para drenar
toda la sustancia acumulada es continua. Todo el tiempo que permanezca el drenaje,
la aspiración se estará realizando. Dentro de este grupo tenemos:

* DRENAJE DE REDON: Consiste en un tubo de polivinilo o silicona con multitud de


perforaciones a lo largo del tubo. Este tubo irá conectado a un colector donde
haremos el vacío.
* DRENAJE DE SARATOGA: Consiste en un tubo multiperforado de silicona o polivinilo
con dos luces: la externa permite la entrada de aire y la interna permite la conexión a
un sistema de aspiración. Se usa en grandes heridas infectadas, o cuando la cantidad a
drenar es muy elevada.
* DRENAJE DE ABRAMSON: Consiste en un tubo igual que los anteriores, pero que
presenta tres luces: una para la entrada de aire, otra que acoplamos al sistema de
aspiración y una tercera que nos sirve para la irrigación de la zona.

Complicaciones

 Infecciones locales y generalizadas: es una vía de entrada para los gérmenes.

 Ulceras por decúbito.

 Perdida de drenaje por escasa sujeción externa.

 Fistulas.

 Oclusión del sistema de drenaje.

 Hernias o eventraciones por apertura de salida.

 Hemorragias.

 Intervención quirúrgica por imposibilidad de retirar el drenaje.

Cuidados de enfermería

 Comprobar permeabilidad.
 Evitar acodaduras en el circuito.

 Mantener el drenaje en su sitio.

 Observar color, olor, consistencia del contenido drenado.

 Medir el contenido en horario programado según indicación médica.

 Cambiar el recolector de líquido cada 24 horas o en SOS.

 Observar la piel circundante al punto de inserción del drenaje con el fin de


detectar precozmente signos de inflamación o infección.

 Registrar los cuidados consignando fecha, hora, características del líquido drenado,
permeabilidad, estado de la piel alrededor del punto de inserción del drenaje,
identificación de la persona que realiza la actividad.

 Todo drenaje debe estar conectado a un reservorio que permita recoger todo lo
drenado y su medición correspondiente.

 La conexión al reservorio debe hacerse a través de una “bajada” o sonda, en lo


posible, transparente.

 La instalación de las conexiones debe hacerse previo lavado de manos y utilizando


guantes estériles o de procedimiento, según corresponda.

 La movilización y/o retiro de reservorio para su medición debe efectuarse con


lavado de manos previo y utilización de guantes.

 Si se requiere permeabilizar un drenaje con sospecha de obstrucción, la actividad


debe realizarse con técnica aséptica para evitar la contaminación secundaria.

Presión Venosa central


La presión venosa central (PVC) se corresponde con la presión sanguínea a nivel de la
aurícula derecha y la vena cava, estando determinada por el volumen de sangre, volemia,
estado de la bomba muscular cardiaca y el tono muscular.

     Los valores normales son de 0 a 5 cm de H2O en aurícula derecha y de 6 a 12 cm de


H2O en vena cava.

     Unos valores por debajo de lo normal podrían indicar un descenso de la volemia y la
necesidad de administrar líquidos; mientras que unos valores por encima de lo normal nos
indicarían un aumento de la volemia.
Complicaciones
Inmediatas

Punción arterial

En porcentaje esta complicación se presenta en un 4.4 a un 9.3% de todas las


colocaciones de CVC. Sus complicaciones asociadas son hematomas, accidentes
cerebrovasculares, pseudo-aneurismas, disección, trombosis, taponamiento cardiaco y
fístula arterio-venosa, los CVC por vía femoral también pueden conllevar a sangrados
retroperitoneales e isquemia de extremidades. Si se sospecha de lesión vascular, se debe
extraer la aguja y aplicar presión por 15 minutos y así prevenir formación de hematoma y
aumento del sangrado. En el caso de que no se reconozca la lesión vascular puede
complicarse con hemorragias y complicaciones neurológicas, el manejo de estas es
quirúrgico Se ha evidenciado que la mayor disminución de esta complicación es dada
mediante guía ultrasonográfica durante el procedimiento y en caso de duda si se realizó
punción de arteria o venosa, la medición de presión intraluminal con un transductor
ayuda para su diferencia.

Sangrado

Es una de las complicaciones menos comunes, sin embargo, los hematomas que se
pueden llegar a formar en el cuello por lesión de la arteria carótida pueden obstruir la vía
aérea dependiendo de su tamaño, se han visto hasta en un 4.7%, convirtiéndose en una
complicación que pone en riesgo la vida del paciente. Para la resolución de estos se
requiere de la intervención de un cirujano vascular y realizar imágenes como guía del
tamaño y riesgo que esta complicación implica.

Neumotórax/ hemotórax

La punción accidental de la membrana pleural dejando la entrada de aire de la atmósfera


en la cavidad pleural, se conoce como neumotórax. La punción puede ser generada por la
aguja, el dilatador, la guía o bien el catéter, y ser los causantes de un neumotórax.
Siempre hay que estar pendiente de signos y síntomas de neumotórax, siendo esta de las
más frecuentes entre las complicaciones pulmonares, cuando se sospecha de punción de
la pleura. Entre los signos y síntomas están la disnea, taquicardia, hipotensión, agitación,
tos seca, dolor pleurítico o dolor de hombro. Esta complicación rápidamente puede
evolucionar a neumotórax a tensión con colapso hemodinámico, los pacientes más
susceptibles a esta complicación son los que están con ventilación mecánica a presión
positiva. Al realizar el procedimiento se puede observar aire en la jeringa lo cual hace
sospechar de punción pleural, sin embargo, esto también puede ocurrir por mal ajuste
entre la jeringa y la aguja. Ante un neumotórax por punción pleural se debe evitar colocar
el CVC al lado contrario, ya que aumenta el riesgo de neumotórax bilateral. Esta
complicación se da más en accesos subclavios que en accesos de vena yugular interna.
Como método diagnóstico se utiliza la radiografía de tórax, sin embargo, la utilizada
posterior a la colocación del CVC para corroborar su correcta posición, no siempre
muestra la presencia de un neumotórax, por lo que al sospechar de esta complicación es
preferible realizar una nueva radiografía de tórax. Con respecto a su manejo; ante los
neumotórax pequeños se puede optar por un manejo conservador, con observación e
imágenes diarias, ya que la mayoría resuelven espontáneamente. Los neumotórax que se
asocien de dificultad respiratoria si deben ser intervenidos con un drenaje pleural, se
aplica el mismo manejo con los hemotórax y los pacientes con ventilación mecánica con
presión positiva siempre deben ser tratados con drenaje pleural para así evitar un
neumotórax a tensión.
Arritmia

Es de las complicaciones más frecuentes. Se da a consecuencia de introducir la guía en el


corazón derecho a más de 16 cm, esto produce una irritación del endocardio superficial. El
movimiento del paciente también influye en el desplazamiento del catéter siendo esto
otra causa. Se describen como más frecuentes las disritmias ventriculares y el bloqueo de
rama. Un estudio mostró arritmias de tipo supraventriculares en un 40%, arritmias
ventriculares en un 25% y 11% con bigeminismo u otro tipo de ectopias ventriculares. La
mayoría de las arritmias posterior a colocación de CVC son autolimitadas y resuelven
espontáneamente, sin embargo, hay otras que evolucionan y se deben intervenir con
cardioversión eléctrica.

Embolismo aéreo

Es una de las complicaciones más seria y la que menos se reconoce, esta puede ocurrir
tanto al insertar el catéter como al removerlo. Si bien no se ha establecido una cantidad
exacta de aire intravenoso letal para el ser humano, se ha calculado un aproximado de 3 a
5 ml/kg. Algunos factores de riesgo que pueden contribuir a desarrollar un embolismo
aéreo venoso son el mal posicionamiento del paciente, hipovolemia, inhalación
espontánea durante procedimiento y no aplicar sellos en el catéter. Entre los síntomas y
signos que puede presentar el paciente con esta complicación están: taquicardia, dolor
torácico, shock cardiogénico, disnea, tos, hipoxemia y distrés respiratorio. Como medidas
de soporte ante tal complicación se habla de la posición de Trendelenburg y el decúbito
lateral izquierdo, para así dejar el aire en el ápex del ventrículo derecho, sin embargo,
ninguna de esas posiciones se ha estudiado rigurosamente, también se utilizan
resucitación con fluidos y agentes adrenérgicos.

Mal posición de catéter

Se llama así cuando la punta del catéter no se encuentra en la aurícula derecha o cuando
se encuentra fuera del sistema venoso. ``la incidencia es de 5% para acceso yugular a 9%
para acceso subclavio. El mal posicionamiento del CVC se asocia a otras complicaciones,
como trombosis venosa, pérdida de la medición de PVC y daño a las estructuras
vasculares. Para confirmar la ubicación corta del catéter, siempre se debe realizar una
radiografía de tórax y visualizar su correcta posición. También mediante fluoroscopio,
ultrasonido o un ecocardiograma transesofágico permite ver la posición del CVC.

Tardías

Infección
Como mencionado anteriormente la cantidad de infecciones relacionadas a colocación de
CVC es sumamente alta y su diagnóstico va a depender de las manifestaciones clínicas y
de la confirmación por medio de microbiología. El término infección sanguínea confirmada
por laboratorio debe tener al menos alguno de los siguientes criterios:

- Un patógeno reconocido en uno o más hemocultivos y que este patógeno no esté


relacionado con infección en algún otro lugar.

- Al menos uno de los siguientes síntomas: temperatura >38º, escalofríos o hipotensión y


que el patógeno no esté relacionado a infección en algún otro sitio, si el patógeno es un
comensal común debe estar presente en dos hemocultivos tomados en diferentes
ocasiones.

- Paciente <1 año con al menos uno de los siguientes síntomas: fiebre, hipotermia, apnea
o bradicardia

Los esfuerzos para disminuir su incidencia se han basado en la prevención, siendo lo más
importante las técnicas asépticas, los cambios de vestimenta. Existen muchas otras
medidas que se han comprobado son útiles como prevención, podemos mencionar entre
ellas el escoger de forma adecuada el sitio anatómico de la punción y el tamaño del
catéter, brindar los cuidados adecuados en el sitio donde se coloca el CVC y remover el
catéter en el tiempo adecuado una vez que el paciente no lo requiera Estudios de cohorte
han comparado el retiro temprano desde la sospecha de infección con el manejo
expectante, demostrando que retiro previo 24 horas está ligado con una disminución en la
persistencia de la infección.

Trombosis venosa/ émbolo pulmonar

La trombosis venosa es otra de las complicaciones de la colocación de CVC, a


consecuencia del trauma y la inflamación endotelial, abarca del 70 al 80% de los casos
trombosis de origen de las venas de miembros superiores. La vena yugular interna supone
el sitio más frecuente de trombosis venosa profunda, sin embargo, existen estudios que la
comparan de forma similar al acceso venoso femoral. Los factores de riesgo principales
incluyen en personas con cáncer, en efecto su incidencia alcanza del 0.3 al 28.3%. La
trombosis que involucra los vasos profundos puede llevar a un embolismo pulmonar y
asociar consecuencias a largo plazo, solo el 6% de los casos de embolismo pulmonar tiene
como origen los vasos sanguíneos de extremidades superiores. El uso de anticoagulantes
se ha visto como opción de manejo preventivo en este tipo de patología, sin embargo, así
como Kahale et al, otros autores, presentaron evidencia moderada acerca de la
disminución de la mortalidad al aplicar heparina de bajo peso molecular de forma
preventiva. También se han evaluado otros anticoagulantes, pero hasta el momento se
desconoce el tratamiento preventivo ideal; el manejo de una trombosis venosa inducida
por catéter es menos agresivo al usual, la remoción del catéter no está recomendada.

Estenosis venosa

Se ha notado un aumento en el riesgo según el sitio de punción elegido, siendo mayor en


la vena yugular interna izquierda y en la subclavia. A pesar de que no existe una
estadística clara de la incidencia de estenosis relacionada con CVC, se reporta que al
menos un 50% de los casos reportados han sido relacionados a la colocación en la vena
subclavia, además el tiempo de permanencia es un factor importante, siendo
directamente proporcional con la probabilidad de desarrollar este tipo de complicación.
De forma contraria existe una disminución en el riesgo utilizando catéteres más pequeños
y más flexibles. En caso de requerir la colocación de CVC de gran calibre como sería
necesario para la administración de hemodiálisis se debe evitar la vena subclavia por el
alto riesgo antes mencionado.

Migración y embolización del catéter

Según lo reportado en la literatura, la incidencia de migración del catéter va de 0.2% a 8%,


siendo menor para los catéteres colocados en la vena yugular interna. Cuando la
migración ocurre desde la vena subclavia, suele embolizar a las cámaras cardiacas
derechas, alcanzado la arteria pulmonar y sus ramas. La embolización del catéter se
presenta cuando un fragmento de éste se desconecta y migra con el flujo sanguíneo,
típicamente hacia la circulación arterial pulmonar. Este riesgo es mayor con ciertos
catéteres que requieren ensamblaje de secciones adicionales para aumentar su longitud,
sin embargo, puede ocurrir con cualquier catéter que haya sido dañado durante su
inserción, remoción o incluso in situ, debido a compresión entre la clavícula y la primera
costilla (síndrome de pinzamiento). Igualmente puede ocurrir por otras causas como
cambios en la presión intratorácica secundario a tos o vómitos, movimientos vigorosos de
la extremidad superior, falla cardíaca congestiva, entre otros. La embolización del catéter
puede llevar a situaciones amenazantes para la vida como sepsis, perforación miocárdica,
endocarditis y arritmias. Los fragmentos de catéter embolizados deben ser retirados, lo
cual se realiza típicamente mediante técnicas endovenosas intervencionistas.

Perforación miocárdica y taponamiento cardiaco

El 80% de las perforaciones ocurren a nivel del atrio y el ventrículo derechos, y éstas
pueden ocurrir ya sea por daño mecánico o químico. En aquellos casos en los que la punta
del catéter se encuentra en contacto directo con la pared miocárdica, el roce cortante del
extremo del catéter debido a la contractilidad cardíaca y a los movimientos respiratorios
puede producir la perforación mecánica de la pared miocárdica. La probabilidad de que
ocurra una perforación será mayor, en los casos en que la punta del catéter se encuentre
perpendicular a la pared; lo anterior es particularmente importante en los catéteres
colocados vía subclavia o a través de la vena yugular interna izquierda debido a la
tortuosidad de estos vasos. La erosión química de la pared ocurre cuando fluidos
hiperosmolares entran en contacto directo con el endocardio llevando a su erosión y
perforación con la consiguiente difusión transmural de los fluidos y efusión pericárdico.

El taponamiento cardíaco es una complicación rara asociada a la colocación del CVC la cual
asocia altas tasas de mortalidad. Los síntomas suelen ser inespecíficos y pueden
presentarse desde minutos posterior a la colocación de este, hasta incluso 5 meses
después; lo anterior contribuye en gran medida al infra diagnóstico de esta condición y al
desenlace muchas veces fatal. Los síntomas incluyen: dolor o molestias a nivel epigástrico,
náuseas, disnea, taquicardia, ingurgitación yugular, pulso paradójico, bajo voltaje en el
trazo del electrocardiograma, hipotensión, aumento en la silueta cardiaca y muerte; la
triada clásica de Beck para el taponamiento cardiaco (hipotensión, ingurgitación yugular y
ruidos cardiacos apagados) no está presente en más de 29% de los casos y la muerte
secundario a colapso cardiovascular puede ser súbita con síntomas vagos.

Aparte de la erosión mecánica y química del miocardio, otros mecanismos por los cuales
se desarrolla el taponamiento cardiaco asociado a CVC se incluyen el trauma directo a la
hora de la inserción y la migración del catéter.

Daño de nervio

El daño a estructuras el sistema nervioso periférico, (como el nervio frénico y al plexo


braquial), es una complicación rara asociada a la inserción de CVC. Dentro de los
mecanismos por los cuales se produce el daño al nervio frénico se encuentran:
compresión por parte de la punta del catéter a través de la pared del vaso o daño directo
al nervio el cual puede ocurrir secundario a repetidas punciones en la vena yugular
interna, por un hematoma perineural o por instilación de lidocaína, entre otros . La causas
subyacentes al daño del plexo braquial, son similares a las descritas anteriormente y el
tiempo en el cual se dan las manifestaciones clínicas suele sugerir el mecanismo de
trauma, ya que las manifestaciones neurológicas que ocurren días después a la inserción
del catéter, probablemente son resultado de la compresión del nervio por parte de un
hematoma o un pseudoaneurisma; por otro lado, el trauma directo exhibirá
manifestaciones clínicas en cuestión de horas posterior a la inserción. El dolor y las
parestesias que ocurren luego de la inserción de un CVC nunca deben ser consideradas
consecuencias normales del procedimiento y deben orientar a la búsqueda de
complicaciones neurológicas. En caso de que se presenten síntomas neurológicos
posteriores a la colocación de un CVC, el mismo deberá ser retirado de forma inmediata a
fin de evitar la degeneración de las fibras neuronales.

Usos
El principal propósito de medir la PVC es estimar la presión diastólica final del ventrículo
derecho. En pacientes con reserva cardíaca y resistencia vascular pulmonar normal, la PVC
puede orientar el manejo hermodinámico global.

Otra gran utilidad de la PVC es la posibilidad de recolección de exámenes de laboratorio


con frecuencia sin molestar al paciente con punciones venosas.

Equipo

 Equipo de presión venosa central.

 Manómetro, graduado en cm de H2O.

 Palo de gotero.

 Suero fisiológico de 500 cc.

Implicaciones de enfermería
Es el personal de enfermería el que se encarga de los cuidados del catéter por lo que debe
estar atento a lo siguiente:

1. Observar signos de enrojecimiento en el sitio de inserción por turno.

2. Evitar desconexiones del sistema y que este entre en contacto con áreas
contaminadas.

3. Evitar desconexiones del sistema en n pacientes con NPT solo desconectar Catéter
venoso central con técnica Aséptica y colocar conectores con válvula de seguridad.

4. Limpiar con algodón o gasa impregnada de alcohol al 70 % en el conector o llave


de tres vías al administrar medicamentos.

5. En los controles radiológicos vigilar ubicación del catéter en vena cava (superior ó
inferior).

6. Cambiar macrogoteros o microgoteros con técnica Asepsia.

7. Evitar colocar infusión paralela a las llaves de tres vías ya que aumenta la
probabilidad de cristalizar el líquido que se introduce a la vena y de contaminarse.
8. Cada vez que se coloque una nutrición parenteral total (NPT) cambiar equipos de
infusión con técnica aséptica.

9. Registrar alguna eventualidad y comunicar al médico de guardia.

10. llevar un registro de la fecha de inserción y de cada vez que se realice cura del sitio
de inserción.

11. Viscosidad de las sustancias administradas, precipitación de drogas.

12. Administrar solución fisiológica antes y después de cada medicamento.

13. Tener especial precaución cuando se administra: Ya que precipita (calcio +


dopamina, dobutamina mas calcio, bicarbonato más calcio).

14. Controlar funcionamiento y goteo de la bomba infusión continua.

15. Elegir las jeringas adecuadas para la perfusión.

16. Utilizar bombas de infusión para un mejor control de los líquidos suministrados.

17. Lavarse las manos con antisépticos antes y después manipular el catéter.

Traqueotomía
La traqueotomía es una de las intervenciones más antiguas, y consiste en abrir la tráquea
a través de una abertura en el cuello. Normalmente se coloca un tubo (cánula de
traqueotomía o tubo traqueal) en ella para que el paciente pueda respirar y se retiren las
secreciones de los pulmones.

Indicaciones
Las cuatro indicaciones básicas para la traqueotomía son librar una obstrucción de la vía
aérea superior, asistencia respiratoria durante periodos prolongados, asistir el manejo de
secreciones del tracto respiratorio inferior y prevenir la aspiración de secreciones orales y
gástricas. Estas indicaciones se concretan en:

• Evitar una obstrucción de la vía aérea o Anomalías congénitas (Ej., hipoplasia laríngea,
redes vasculares) o Patología supraglótica o glótica (Ej., infecciones, neoplasias, parálisis
bilateral de cuerdas vocales)

• Traumatismos cervicales con lesiones severas de los cartílagos tiroides o cricoides, hueso
hioides o grandes vasos.
• Enfisema subcutáneo o En cara, cuello o tórax

• Fracturas faciales y de mandíbula que puede desencadenar una obstrucción de la vía


aérea superior.

• Edema o Trauma o Quemaduras o Infecciones o Anafilaxis

• Proveer una vía a largo tiempo para ventilación mecánica en casos de insuficiencia
respiratoria

• En casos de manejo inadecuado de secreciones o Tos insuficiente debido a dolor crónico


o debilidad o Aspiración

• Profilaxis (como preparación para procedimientos invasivos de cabeza y cuello y el


periodo de convalecencia)

• Apnea sueño severo no susceptible de CPAP u otros.

Complicaciones
INTRAOPERATORIAS

• Dificultad para localización de la tráquea: cuando se trata de niños, cuellos cortos y


dificultad para la hiperextensión del cuello.

• Hipertrofia de la glándula tiroidea o tumor que desplace las vías aéreas.

• Hemorragia: por lesión de un vaso comunicante anterior o vasos pretiroideos, incluida la


vena yugular anterior.

• Neumotórax: en este caso la disnea del paciente no desaparece tras la traqueotomía,


estando la cánula colocada correctamente. Puede deberse a una colocación defectuosa de
la cánula o a una disección exagerada de al tráquea, sobre todo en los niños, que
presentan estructuras más pequeñas y cúpulas pleurales más altas.

• Neumomediastino: por aumento de la presión respiratoria a consecuencia de una


obstrucción parcial del tracto respiratorio, encontrando la salida a través de la
aponeurosis cervical profunda.

• Paro respiratorio: cuando no se consigue permeabilizar la vía aérea o por causa refleja al
disminuir bruscamente la pCO2, por la apertura de la tráquea. De esta manera cae el
estímulo hipoxémico, muy importante en pacientes con patología pulmonar crónica.
• Edema pulmonar agudo: por la apertura de la vía aérea y disminución de la presión
alveolar.

• Parada cardíaca refleja vegetativa: por estímulo doloroso o por estrés.

• Fístula traqueoesofágica: por laceración de la pared posterior traqueal durante la


incisión o más infrecuente, al introducir la cánula o tubo de ventilación.

• Lesión del cartílago cricoides o nervios recurrentes: son complicaciones infrecuentes.

POSTOPERATORIAS INMEDIATAS

• Hemorragia postoperatoria: siempre existe un pequeño sangrado por el cese del efecto
vasoconstrictor del anestésico y el aumento de la presión sanguínea al instaurarse el
reflejo tusígeno. Si se trata de un sangrado copioso puede deberse a la pérdida de
ligaduras o a cambios de cánula poco cuidadosos o apresurados. A veces la cánula
erosiona algún vaso.

• Enfisema subcutáneo: se extiende por el cuello, cara y parte anterosuperior del tórax.
Puede deberse al uso de cánulas sin balón, rotura del balón o inflado insuficiente, cierre
hermético de la piel o a una dehiscencia de la sutura mucocutánea. Otras veces por efecto
de la tos o los movimientos bruscos del paciente, colocación de apósitos compresivos, al
difundir el aire espirado al tejido subcutáneo por efecto valvular. El tratamiento consiste
en abrir la herida y colocar una cánula con balón durante un tiempo.

• Desplazamiento de la cánula o tubo.

• Oclusión del tubo o cánula por coágulos o moco: las secreciones bronquiales se hacen
más espesas y costrosas, ya que entra aire en la vía aérea sin humidificar, ni calentar y sin
tener un filtro de impurezas, produciendo un espesamiento de las secreciones y una
alteración en los cilios bronquiales. También por colocación incorrecta de la cánula al
chocar el extremo distal con la pared traqueal.

• Aspiración y disfagia: por fijación de la laringe, al limitar sus movimientos de ascenso,


sobre todo en niños. Se deberá instaurar una dieta parenteral, gastroesofágica o enteral
durante un espacio breve de tiempo. Si existe aspiración habrá que mantener el balón
inflado.

• Reflujo gastroesofágico: durante los primeros días es conveniente pautar un antiácido.

• Infección de la herida: la disminución o desaparición del aclaramiento y transporte


mucociliar propician la colonización de bacterias diversas, sobre todo gram negativos.
También la favorece el contacto con las manos del enfermo y el personal sanitario, saliva,
sondas de aspiración, condiciones generales del medio, y aparatos de ventilación asistida.
Se debe realizar una profilaxis antibiótica de amplio espectro.

POSTOPERATORIAS TARDÍAS

• Afonía: imposibilidad de fonación y cuerdas vocales perezosas por falta de uso. Se


soluciona utilizando cánulas fenestradas que permitan la fonación controlada por el
paciente.

• Granuloma: debido a una técnica defectuosa o infección postoperatoria. Puede aparecer


en el interior de la luz traqueal o alrededor del traqueostoma. Se elimina mediante
endoscopia, electrocoagulación o láser quirúrgico. Más frecuente en los niños.

• Estenosis laringotraqueal: puede producirse por diversos mecanismos como lesión del
tiroides o cricoides, depresión de la pared traqueal anterior por efecto de la presión
mantenida por la cánula o el tubo, colapso de paredes traqueales laterales por deficiencia
estructural cartilaginosa, tipo de incisión (las verticales disminuyen los diámetros antero-
posterior y lateral de la tráquea), cambios canulares traumáticos, infecciones, granulomas
o procesos orgánicos que la comprimen externamente.

• Hemorragia tardía: el decúbito mantenido que produce la cánula sobre el tronco


innominado puede llevar a la erosión y rotura de sus paredes. Aparece 2-3 semanas tras
practicarse la traqueotomía, consecuencia de apertura traqueal muy baja, curso aberrante
de la arteria, uso de cánulas de longitud o curvatura excesivas, procesos necrotizantes o
uso abusivo de esteroides. Signos de alarma: latido de la cánula y expulsión abundante de
sangre roja y brillante por el traqueostoma. Su tratamiento es quirúrgico.

• Fístulas traqueoesofágicas tardías: pueden ser por decúbito persistente, inducido por el
balón hiperinsuflado. También por el pinzamiento de la pared posterior entre el balón de
la cánula y la sonda de alimentación, lesión quirúgica de la pared posterior, cambios
traumáticos o violentos de cánula, aspiraciones con materiales agresivos, necrosis o
grandes infecciones. Pueden dar lugar a mediastinitis. El tratamiento es quirúrgico con
resección y anastomosis termino-terminal, sutura por planos e interposición de colgajos.

• Cicatrización defectuosa de la herida y fístulas traqueocutáneas: por defectos de


epitelización cuando se busca el cierre por cicatrización secundaria. El amplio espacio
entre tráquea y piel se rellena de material fibroso, creando una cicatriz dura que limita los
desplazamientos traqueales y da lugar a una deformidad en la piel anterior del cuello. La
persitencia de tejido epitelial conduce a formación de trayectos fistulosos, que no cierra
por la presión del aire procedente de la tráquea. Se recomienda cierre quirúrgico
meticuloso de la traqueotomía con sutura en varios planos.
• Alteraciones estéticas y queloides: las incisiones horizontales producen mejor estética
que las verticales, que pueden retraerse y deformar la piel cervical.

Equipo
Cánula de traqueotomía, dispositivo que mantiene abierto el estoma

Metal

Silicona

Cloruro de polivinilo

Cánula única o cánula interna y externa: Cuerpo tubular con una placa en su extremo que
se apoya en el cuello del paciente. Puede llevar o no neumotapón.

Obturador Cuff o manguito (uso restringido para pacientes ventilados con elevadas
presiones y/o pacientes con aspiración traqueal importante)

Fenestradas: Presentan orificios que permiten el paso del aire hacia la laringe permitiendo
el habla.

Adaptador universal de 15 mm

Elección del tubo: El tamaño, forma y composición se selecciona en base a la patología.


Debe sobrepasar por lo menos 2 cm el estoma y no más cerca que 1 o 2 cm de la carina

Diámetro: Importante para evitar el daño de la pared, reducir el trabajo respiratorio y


permitir circulación transtraqueal

Curvatura: El radio de curvatura de la porción distal del tubo debe coincidir con el eje de la
traquea, determinación por Rx o endoscopía

Todos los tubos deben contar con adaptador universal de 15 mil ímetros, que permitan el
bolseo, los metálicos no lo tienen

Composición

Metal (Jackson) muy rígidos

Cloruro de polivinilo ( Shiley) cierta flexibilidad, duran 3 meses.

Silicona (Bibona) más flexible, mejor ajuste y durabilidad

Sin balón: preferidos en general


Con balón: en ventilados con altas presiones y/o pacientes con aspiración crónica, utilizar
la presión más baja necesaria

Fenestrados: poco uso en niños, opiniones controvertidas (facilitan el discurso, mejoran la


separación de secreciones, promueven tejido de granulación)

Implicaciones de enfermería

 Sujetar con los dedos la zona pivotante de la cánula en todas las maniobras para
evitar el desplazamiento de ésta.

 Comprobar que el balón posee una presión adecuada antes de que el paciente
comience a comer y mantenerle en posición Fowler durante la ingesta.

 Si el paciente se encuentra conectado a un respirador se debe humidificar el aire


inspirado con el objetivo de hacer más fluidas las secreciones.

 En casos que el paciente se alimente mediante sonda nasogástrica se recomienda


una vez por turno o siempre que se vaya a administrar medicación, la
comprobación de que la sonda se encuentra en su posición adecuada.

 La higiene bucal se debe realizar cada 8 horas.

 Para casos de urgencia es recomendable tener siempre cerca del paciente una
cánula del número que use el paciente y otra de número menor.

 Comprobar que en pacientes conectados a respirador el balón está óptimamente


hinchado y la cánula posee un tamaño adecuado para él, ya que si no pueden
originarse enfisemas.

 Se debe evitar cualquier movimiento innecesario de la cánula y una excesiva


presión del balón. Éste debe tener la mínima presión necesaria para evitar la fuga
de aire alrededor suyo, entre 15 y 22 mmHg.

 Las sondas de alimentación deben ser del diámetro más fino aceptable.

 Para asegurar que la conexión en T y las tubuladuras no tiran de la cánula se debe


proceder a su comprobación.

 Registrar todos los procedimientos realizados así como la respuesta del paciente.

Traqueostomía
Una traqueostomía es un procedimiento quirúrgico realizado con objeto de crear una
apertura dentro de la tráquea, a través de una incisión ejecutada en el cuello, y la
inserción de un tubo o cánula para facilitar el paso del aire a los pulmones.

Indicaciones
La traqueostomía pueden ser dividida en dos grupos:

a). Traqueostomía de urgencia

• Traqueostomía de urgencia

Es la más realizada y está indicada en las insuficiencias respiratorias agudas altas como las
producidas por:

1. Cuerpos extraños laríngeos

2. Edemas de la laringe

3. Edemas de la base de la lengua

4. Epiglotitis

5. Estenosis laríngea o subglótica

6. Malformaciones congénitas

7. Neoplasias laríngeas

8. Parálisis de cuerdas vocales

9. Traumatismos laríngeos

10. Difteria laríngea y otras infecciones agudas

11. Traumatismos craneoencefálicos

• Traqueostomía electiva

Es la que se realiza en forma preventiva cuando se espera, debido a la enfermedad de


base, un empeoramiento de la ventilación, entre ellas tenemos las que se hacen en:

1. Preoperatorio de grandes intervenciones, neuroquirúrgicas y del cuello

2. Previo a la irradiación del cáncer laríngeo

3. Enfermedades neurológicas degenerativas


4. Comas (cuando no es recomendada la entubación

Complicaciones
a) Inmediatas

b) No inmediatas

Entre las primeras, además del paro respiratorio reflejo antes descrito y de las reacciones
a los anestésicos locales, se encuentran los sangramientos profusos transoperatorios que
son fácilmente controlables, siempre que se respete la zona de seguridad establecida por
Jackson; sin embargo, a veces se lesionan gruesas venas que son las comunicantes de las
yugulares anteriores y excepcionalmente la arteria tiroidea media de Neubaüer, la cual es
inconstante y todas deben ser ligadas. En las traqueotomías bajas, sobre todo en niños,
puede herirse la cúpula pleural con el neumotorax resultante; aunque este último puede
provocarse también cuando en una disnea alta e intensa la presión negativa intratorácica
es tan grande que el aire decola la pleura mediastínica y logra romperla, lo cual conlleva al
neumotórax, sin haber existido una herida directa de la pleura. La herida de la pared
posterior de la tráquea que tiene como consecuencia grave una fístula traquoesofágica se
debe más a una mala técnica operatoria que a un verdadero accidente quirúrgico. Las
complicaciones no inmediatas por orden de frecuencia son: El enfisema subcutáneo, que
ocurre por no haberse separado correctamente los tejidos musculares y aponeuróticos
alrededor de la cánula, la cual queda “estrangulada” y el aire que escapa por sus bordes se
introduce a presión en los espacios laxos del cuello, que llegan incluso hasta el mediastino;

Otras veces ocurre por suturar la piel alrededor de la cánula, lo cual provoca idéntica
situación. La oclusión de la cánula en un paciente imposibilitado de ventilarse es una
situación muy grave y peligrosa que ocurre no pocas veces en nuestras salas, puede y
debe evitarse con una aspiración de secreciones “en demanda” y limpiando cada vez que
sea necesario la recánula. Si el paciente tiene una cánula convencional; la aspiración, y
sobre todo la fluidificación de las secreciones previa a cada aspiración, reviste mayor
importancia si el paciente está dotado de una cánula plástica con manguito insuflable, la
mayoría de cuyos modelos carecen de recánula de seguridad. La broncoaspiración a
repetición es una de las consecuencias, casi obligada, de las traqueostomías y se debe a
un problema mecánico originado por la fijación del aparato laríngeo creado por la cánula,
lo que le impide a todo el complejo laringotraqueal ascender durante la deglución, lo cual
es fisiológicamente necesario. Es común que sea mayor durante los primeros días de
traqueostomizado y vaya desapareciendo paulatinamente, tal vez por entrenamiento en
los días posteriores, pero esto no ocurre así, desafortunadamente en los enfermos
geriátricos, quienes aparentemente carecen de esta capacidad de adaptación a la nueva
situación creada. La infección es la otra complicación muy frecuente de las traqueotomías
y se debe a una mala manipulación en el posoperatorio del paciente, durante las
maniobras de aspiración y los cambios de cánulas, es importante insistir en el
adiestramiento del personal paramédico encargado de estas funciones con el fin de
extremar las medidas de asepsia durante esos procederes. La formación de granulomas
alrededor del traqueostoma puede condicionar “ a posteriori” una estenosis; los
periorificiales son muy comunes y pueden tener como base una infección de los cartílagos
de los anillos traqueales con la destrucción de ellos y la traqueomalasia resultante. Más
peligrosos resultan los granulomas infraorificiales, situados en la pared anterior de la
tráquea y producidos por una cánula muy larga, colocada en pacientes sometidos a una
traqueostomía baja; en este caso la punta de la cánula va erosionando esta pared, llega al
tronco arterial braquiocefálico y origina una hemorragia cataclísmica letal, este es uno de
los peligros de las traqueostomías bajas. Las estenosis traqueales postraqueostomías
pueden aparecer cuando son usadas las cánulas plásticas con manguito insuflable, cuando
se mantiene insuflado con mucha presión de aire, otras veces por mantenerse varios días
inflado, el efecto de la excesiva presión sobre la mucosa traqueal que a su vez es
comprimida contra los cartílagos subyacentes y aparece en esta una necrosis por isquemia
que más tarde al formarse el tejido de granulación conducirá a la estenosis. En los
pacientes que son obligados a permanecer con una traqueostomía durante un tiempo
prolongado es común que aparezcan cambios metaplásicos en la mucosa respiratoria, la
llamada traqueitis seca con secreciones muy adherentes y una marcada propensión a
padecer de infecciones de las vías respiratorias bajas al perderse el efecto protector que
posee esta mucosa.

Equipo

 Equipo para aspiración de secreciones (aspirador, tubos de aspiración y sondas


para aspiración).

 Cánula de traqueostomía (calibre 6.0 al 9.0) para paciente adulto.

 Bulto de instrumental para traqueostomía.

 Batas quirúrgicas estériles.

 Campos y riñón estériles.

 Guantes estériles.

 Gorro y cubrebocas.

 Gafas de protección.
 Solución antiséptica.

 Solución estéril para irrigación.

 Anestésico local, lidocaína al 2% sin epinefrina.

 Jeringas de 5 y 10 ml e insulina (2 de cada una).

 Ambú y mascarilla o sistema en T.

 Cánula de traqueostomía

Las cánulas de traqueostomía son tubos curvos, que constan de un tubo externo, uno
interno y obturador. El obturador se utiliza para introducir la cánula externa, se retira una
vez que ésta es colocada. El tubo o cánula externa tiene cintas para sujeción. El tubo o
cánula interna se encuentra dentro de la cánula externa que se puede retirar para realizar
su limpieza durante breves periodos (algunas cánulas no tienen este tubo y se les llama
cánula simple). Las cánulas de traqueostomía con globo se utilizan especialmente cuando
el paciente se encuentra conectado a un respirador, al inflar el globo que permite
mantener el tubo en el sitio y evita la aspiración de secreciones orofaríngeas y el escape
de aire entre el tubo y la tráquea.

Implicaciones de enfermería

Los cuidados de traqueostomía están encaminados a mantener la permeabilidad de la vía


aérea, evitar la infección y buscar estrategias para mejorar la adaptación del paciente a la
nueva situación. Asimismo, tener conocimientos sobre las posibles complicaciones con el
objeto de detectarlas y tratarlas. Para brindar una atención holística al paciente, es
indispensable proporcionar especial atención a la ansiedad sufrida por el estado de salud,
y más aún considerar que puede agudizarse al enfrentar el problema de comunicación y
baja autoestima que afecta al paciente, para lo cual se tendrá que buscar la forma más
adecuada y práctica para comunicarse con él, compromiso en el cual se involucrará al
equipo de salud, y muy especialmente, a los familiares y amigos del paciente.

 El paciente con traqueostomía corre el riesgo de adquirir una infección, ya que se


establece una línea directa de comunicación entre el medio ambiente y el árbol
bronqueal.
 Lograr que la vía aérea del paciente se encuentre permeable a través de aspiración
de las secreciones. Administrar oxígeno y mantener un ambiente húmedo que
favorezca la fluidificación de secreciones y así evitar la acumulación de las mismas.

 Evitar que el tubo de traqueostomía se salga al exterior.

 La desinfección del estoma debe realizarse cada ocho a doce horas, o por lo menos
diariamente, con solución antiséptica.

 Después de haber cicatrizado el tejido de la ostomía, la cánula de traqueostomía


debe cambiarse cada dos o cuatro días.

 Al cambiar la cánula emplear la técnica aséptica estricta.

 Mantener la integridad de la zona de traqueostomía libre de traumatismos e


infección, y especialmente libre de secreciones.

 Durante las primeras 36 horas de realizada la traqueostomía, ésta no debe ser


retirada, ya que el estoma puede colapsarse, haciendo difícil la reintubación.

Intubación endotraqueal
Es la técnica definitiva de permeabilización y aislamiento de la vía aérea colocando un
tubo de plástico flexible en la tráquea permitiendo así la aspiración de la tráquea,
administración de oxígeno a alta concentración y de un volumen corriente suficiente para
mantener una insuflación pulmonar adecuada y la administración de medicamentos vía
traqueal.

Indicaciones
Pérdida de la conciencia (≤8 ptos. en la escala de coma de Glasgow y ausencia de reflejo
de defensa (deglución y tos); riesgo de aspiración del contenido alimenticio en pacientes
inconscientes; anestesia general; imposibilidad de asegurar la permeabilidad de las vías
respiratorias con otros métodos; necesidad de administrar anestesia respiratoria,
resucitación cardiopulmonar.

Complicaciones
Intubación del esófago (y aspiración del contenido alimenticio), intubación selectiva de un
bronquio principal (más frecuente el derecho), trauma mecánico, sangrado; infección del
tracto respiratorio, edema de glotis.

Equipo
1. Tubo de intubación: en adultos Ø externo 7,0-10,0 mm, tratar de introducir el tubo más
ancho posible, sin lesionar la laringe y la tráquea; más ancho el tubo = menores
resistencias respiratorias, más fácil aspirar la secreción y realizar la fibrobroncoscopia
(posible a través del tubo Ø ≥8,0-8,5 mm).

2. Laringoscopio con un juego de palas (con frecuencia curvadas [Macintosh]) y con una
luz eficiente (mejor 2 laringoscopios).

3. Guías:

1) de alambre: el extremo no puede sobresalir del tubo de intubación

2) suave (bougie): en caso de dificultades en la intubación, se puede introducir primero la


guía en la tráquea y luego sobre ella el tubo.

4. Tubo orofaríngeo, espaciador antioclusal (de gasa enrollada).

5. Gel anestésico local que contiene lidocaína, medicamentos utilizados para la


sedoanalgesia y la relajación muscular más adelante.

6. Aspirador mecánico y sondas bronquiales para aspirar la secreción.

7. Adhesivo, venda o equipo especial para fijar el tubo.

8. Estetoscopio.

9. Equipo de oxigenoterapia, ventilación asistida (bolsa autoexpandible) y resucitación


cardiopulmonar

Implicaciones de enfermería
Antes de realizar la técnica del procedimiento, enfermería debe comprobar el
funcionamiento del laringoscopio a través de la verificación de bombilla y pilas, y según el
tubo endotraqueal a usar según el tamaño del paciente, debe comprobar que no existen
fugas, rotura o taponamiento, así como el correcto funcionamiento del ventilador
mecánico, monitores, sistema de aspiración, etc.

 Comprobar la identidad del paciente.

 Informar a paciente y/o familia sobre el procedimiento a realizar, según estado de


consciencia y tiempo de urgencia, si procede.

 Preparar el material necesario.

 Lavado higiénico de manos.


 Colocarse los guantes no estériles.

 Canalizar acceso venoso periférico-

 Colocar al paciente en decúbito supino.

 Si porta, retirar prótesis dental y observar piezas dentales.

 Hiperoxigenar al paciente durante 30 segundos antes de proceder a la intubación.

 Posicionar la cabeza ligeramente elevada sobre una almohada, con la columna


cervical en flexión y la cabeza en hiperextensión.

 Administrar el sedante u otro alternativo pautado, en función del caso clínico y del
nivel de emergencia.

 Lubricar el tubo endotraqueal (previa comprobación del globo del


neumotaponamiento).

 Introducir la pala del laringoscopio en el lado derecho de la boca, llevando la


lengua a la izquierda. Para su introducción se dirige hacia delante, arriba,
exponiendo primero la epiglotis y luego la glotis.

 El médico continúa con el deslizamiento del tubo endotraqueal hacia la parte


derecha de la boca, introduciendo con suavidad a través de las cuerdas vocales. En
esta maniobra puede ser necesario realizar la maniobra de Sellick, que consiste en
presionar el cartílago cricoides para aumentar la exposición de la laringe y utilizar
la pinza de Magill para la orientación del tubo hacia las cuerdas 4. En caso de
dificultad, se valora tubo de calibre inferior o uso de fiador (previamente
preparados por enfermería). Si la intubación se torna complicada puede
procederse a la intubación con broncoscopio o mediante técnica de Fastrack.

 Tras colocar el tubo endotraqueal, inflar el balón del neumotaponamiento con la


jeringa y comprobar con el neumomanómetro su presión.

 Observar la cavidad bucal por si hubiera habido arrancamiento de piezas dentales.

 Inmediatamente con el fonendoscopio mediante auscultación pulmonar y gástrica


se comprueba la correcta posición del tubo, y se revisa la expansión pulmonar.
Otra manera de comprobarlo es con el uso del capnógrafo.
 Fijar el tubo con la cinta y marcar con un rotulador en la señal numérica que quede
a nivel de los dientes superiores para posteriores comprobaciones de que continúe
en el lugar correcto sin que haya habido desplazamientos.

 Conectarlo al filtro bacteriológico y al circuito. Iniciando el médico la ventilación


mecánica según los parámetros que requiera el paciente.

 Retirarse los guantes.

 Lavado higiénico de manos.

 Ponerse guantes no estériles para retirar y recoger el material y proceder a su


limpieza y desinfección.

 Respetar la intimidad del paciente y guardad confidencialidad.

CONTROL DE ENFERMERÍA AL PACIENTE1

 Control de constantes vitales.

 Control de potenciales compicaciones.

 Control de correcta posición del tubo orogástrico, observando la marca realizada y


cambiando la cinta adhesiva y la colocación del tubo hacia la otra comisura bucal.
Prestar atención en su colocación para no pellizcar los labios con el tubo y la cinta.

 Control del buen funcionamiento de los aparatos en uso.

 Control de la presión del neumotaponamiento. La cual ha de mantenerse siempre


por debajo de 25cmH2O y comprobarse varias veces al día.

 Control de las fugas por el tubo, se manifiesta en forma de ruido y debe tenerse en
cuenta porque se pierde parte del volumen aportado.

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