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MARCO JURÍDICO DEL PATRIMONIO CULTURAL DEL ESTADO

VENEZOLANO EN EL ESTADO VARGAS

Estudio Presentado aprobado por la UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE LA


FUERZA ARMADA NACIONAL (UNEFA) como requisito parcial para
optar al grado de
Magister Scientarum en Ciencias Jurídicas Militares. Calificación: 20 puntos.
Debidamente registrada la obra en el SAPI. Registro Nº 9810, del 28/05/2012,
Inscripción 017750.

AUTOR: Barrios Pérez, Pedro Antonio.


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EPÍGRAFE:

“Un pueblo puede ser nuestra patria, pero no necesariamente: Se puede tener los
documentos de identidad de un pueblo, pero la patria ser otra.” Monseñor De la
Rosa y Carpio, Ramón (Arzobispo de Santiago de los Caballeros, República
Dominicana) (2001) (p. 1).

I
RECONOCIMIENTO
En primer lugar, a Dios y a la Virgen María, mensajera de Dios en la tierra
sin cuya guía y apoyo es imposible alcanzar ninguno de los objetivos de la vida y a
quienes agradezco mi existencia y sé que me acompañan en todo los momentos
de mi vida.
A mis padres, que me dieron el ser, me han apoyado en todos los
momentos de la vida, púes sin ellos no sería nadie, ciertamente me han dado una
vida llena de amor, comprensión, y apoyo inconmensurables, sé que si mi padre
estuviera apoyándome en este momento. A mi esposa Ana y a mis hijas África y
Lucia, quienes son mi razón de vivir.
A todos mis compañeros de clase, por su amistad incondicional y
enriquecedora, por los momentos difíciles que hemos surcado juntos, púes
durante toda la maestría, hemos compartido las buenas y las malas, siempre
juntos. A mi amigo y colega Carlos Morantes, quien siempre me ha acompañado
en los retos de estudio y trabajo, compartiendo los triunfos y fracasos de la dura
pero hermosa profesión que compartimos.
A todos mis profesores de la maestría, entre ellos a los Dres. Jesús Millán,
Mario Gómez, José Benítez, Servilia de Jiménez, Egleé Arellano, Gary Coa, Jesús
Orangel García, Josefa Rodríguez, María Fátima Pinho, Consuelo Guzmán y
tantos otros, por guiarme e instruirme para que pudiese ver más allá de lo
evidente, orientándome en el área metodológica y profesional, ya que sus
importantes y oportunos consejos, fueron determinantes en el logro del objetivo
final.
A los Dres. Henry Handam y Jesús Cumare, al gran cultor Luis Santana y a
los licenciados Eduardo Lessman y Luisana de Sario por su gran cooperación a
esta actividad.

II
ÍNDICE GENERAL
pp

RECONOCIMIENTO…………………………………………………………………. II

LISTA DE CUADROS……………………………………………………………….. VIII

RESUMEN……………………………………………………………………………. IX

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….. 1

CAPÍTULO I
EL PROBLEMA………………………………………………………………………. 6

Planteamiento del Problema………………………………………………………… 6


Interrogantes de la Investigación…………………………………………………… 21
Objetivos Generales…………………………………………………... 22
Objetivos Específicos…………………………………………………. 22
Justificación…………………………………………………………………………… 22
Limitantes……………………………………………………………………………… 29
Delimitación del Problema…………………………………………………………... 29

CAPÍTULO II
MARCO TEORÍCO…………………………………………………………………... 31

Antecedentes relacionados con la Investigación…………………………………. 31

Bases Teóricas……………………………………………………………………… 50
El Patrimonio Cultural de la Nación………………………………………………… 50
Antecedentes Históricos…………………………………………………………….. 50
Patrimonio Cultural Material………………………………………………………… 51
Patrimonio Cultural Inmaterial………………………………………………………. 54
Acervo Cultural……………………………………………………………………….. 57
Principales Instituciones Internacionales y Nacionales con competencia en
materia de Protección del Patrimonio Cultural Histórico, Artístico y
Arquitectónico…………………………………………………………………………. 59

III
ÍNDICE GENERAL
pp
Bases Legales……………………………………………………………………….. 65
Normas de Derecho Internacional Vigentes………………………………………. 82
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE (1948)…. 86
¿Por qué se incluye el patrimonio cultural en la gama de
los derechos humanos?........................................................ 88
La responsabilidad internacional de los Estados…………… 89

ESTATUTO DE ROMA DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL (2000)…… 91


PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y
CULTURALES (1978)………………………………………………………………... 92
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ……… 93

Sistema general de protección (Informes)…………………………... 94


LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE
LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD Y SU PROTOCOLO
FACULTATIVO: (2009)………………………………………………………………. 95
CONSTITUCION DE LA UNESCO (1945)………………………………………… 97
Funcionamiento de la Organización. Sus primeros años.
Inauguración de la Conferencia General …………………… 101
Creación del Consejo Ejecutivo………………………………. 101
Autonomía normativa del sector………………………………. 102
LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN INTERNACIONAL PARA LA
PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO MUNDIAL, CULTURAL Y NATURAL,
PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA
DE VENEZUELA NÚMERO 4.191 EXTRAORDINARIA DE FECHA 06 DE
JULIO DE 1990……………………………………………………………………….. 104
LEY APROBATORIA DE LA DECLARACIÓN RELATIVA A LA
DESTRUCCIÓN INTENCIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL,
PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 38.928 ORDINARIA DE
FECHA 12 DE MARZO DE 2008…………………………………………………… 107
LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN DE BERNA PARA LA
PROTECCIÓN DE LAS OBRAS LITERARIAS Y ARTÍSTICAS, PUBLICADA
EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 2.954 EXTRAORDINARIA, DE FECHA
11 DE MAYO DE 1982………………………………………………………………. 108
LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN PARA LA SALVAGUARDA DEL
PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL, PUBLICADO EN LA GACETA
OFICIAL NÚMERO 5.822 EXTRAORDINARIA, DE FECHA 25 DE

IV
ÍNDICE GENERAL
pp
SEPTIEMBRE DE 2006……………………………………………………………… 109
LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN PARA LA PROTECCIÓN DE
LOS BIENES CULTURALES EN CASO DE CONFLICTO ARMADO,
PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 38.092 ORDINARIA DE
FECHA 24 DE DICIEMBRE DE 2004……………………………………………… 112
LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN SOBRE LOS MEDIOS QUE
DEBEN ADOPTARSE PARA PROHIBIR E IMPEDIR LA IMPORTACIÓN,
EXPORTACIÓN Y TRANSFERENCIA DE PROPIEDAD ILÍCITA DE BIENES
CULTURALES, ACEPTADA POR LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA EL 21 DE MARZO DE 2005………………………………………… 114
LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL
NIÑO, PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 34.451 ORDINARIA
DE FECHA 29 DE AGOSTO DE 1990…………………………………………….. 115
CONVENIO DE INTEGRACIÓN CINEMATOGRÁFICA IBEROAMERICANA
(1999) Y LEY APROBATORIA DEL PROTOCOLO DE ENMIENDA AL
CONVENIO DE INTEGRACIÓN CINEMATOGRÁFICA IBEROAMERICANA,
PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 39.085 DE FECHA 22 DE
DICIEMBRE DE 2008………………………………………………………………... 116
LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN AMERICANA DE LOS
DERECHOS HUMANOS, PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA,
PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 31.526 DE FECHA 14 DE
JUNIO DE 1977………………………………………………………………………. 117
DECLARATORIA DE CARACAS, CELEBRADA EN CARACAS EL 3 DE
DICIEMBRE DE 2011………………………………………………………………... 119
LEY APROBATORIA DEL TRATADO CONSTITUTIVO DE LA UNIÓN DE
NACIONES DEL SUR (UNASUR), PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL
NÚMERO 39.079 DE FECHA 12 DE DICIEMBRE DE 2008……………………. 120
LEY APROBATORIA DEL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA
(OTCA), PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 31.993 DE
FECHA 28 de mayo de 1980……………………………………………………….. 122
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA,
PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL 5.453 EXTRAORDINARIA DE
FECHA 24 DE MARZO DE 2000…………………………………………………… 124
LEY ORGÁNICA DE EDUCACIÓN, PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL
DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA NÚMERO 5.929
EXTRAORDINARIA DE FECHA 15 DE AGOSTO DE 2009…………………….. 135

V
ÍNDICE GENERAL
pp
LEY ORGÁNICA DE SEGURIDAD DE LA NACIÓN, PUBLICADA EN LA
GACETA OFICIAL NÚMERO 35.794 DE FECHA 18 DE DICIEMBRE DE
2002……………………………………………………………………………………. 138
LEY ORGÁNICA DEL PODER PÚBLICO MUNICIPAL, PUBLICADA EN LA
GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
NÚMERO 6.015 EXTRAORDINARIA, DE FECHA 28 DE DICIEMBRE DE
2010……………………………………………………………………………………. 143
DECRETO CON VALOR, RANGO Y FUERZA DE LEY ORGÁNICA DE
TURISMO, PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA NÚMERO 5.889 EXTRAORDINARIA, DE
FECHA 31 DE JULIO DE 2008……………………………………………………... 149
LEY ORGÁNICA DE PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS,
PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA
DE VENEZUELA NÚMERO 38.344 EXTRAORDINARIA, DE FECHA 27 DE
DICIEMBRE DE 2005………………………………………………………………... 153
LEY DE IDIOMAS INDÍGENAS, PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL DE
LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA NÚMERO 38.981
ORDINARIA, DE FECHA 28 DE JULIO DE 2008………………………………… 156
LEY DE DEMARCACIÓN Y GARANTÍAS DE HABITAT DE LOS PUEBLOS
INDÍGENAS, PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA NÚMERO 37.118 ORDINARIA, DE FECHA
01 DE DICIEMBRE DE 2001………………………………………………………... 159
LEY DE ARTESANOS Y ARTESANAS INDÍGENAS, PUBLICADO EN LA
GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
NÚMERO 39.338 ORDINARIA, DE FECHA 04 DE ENERO DE 2010…………. 161
LEY DE PROTECCIÓN Y DEFENSA DEL PATRIMONIO CULTURAL,
PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA
DE VENEZUELA NÚMERO 4.623 EXTRAORDINARIA, DE FECHA 03 DE
SEPTIEMBRE DE 1993……………………………………………………………… 162
LEY DE LOS CONSEJOS COMUNALES, PUBLICADO EN LA GACETA
OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA NÚMERO
5.806 EXTRAORDINARIA, DE FECHA 10 DE ABRIL DE 2006………………... 171
ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES EN EL ÁMBITO DEL
PATRIMONIO CULTURAL…………………………………………………………. 171
DOCUMENTOS ICOM…………………………………………. 177

ESTATUTO DEL ICOM (1995)……………………………………………………… 177

VI
ÍNDICE GENERAL
pp
CÓDIGO DE DEONTOLOGÍA DEL ICOM (1986)………………………………… 178
MESA DE SANTIAGO DE CHILE (1972)………………………………………….. 179
DECLARACIÓN DE SEUL, SOBRE LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO
CULTURAL EN CASO EMERGENCIA (2011)……………………………………. 181
DOCUMENTOS ICOMOS…………………………………….. 182
CARTA DE ATENAS SOBRE LA CONSERVACIÓN DE LOS MONUMENTOS
DE ARTE E HISTORIA (1931)……………………………………………………… 183
CARTA DE ATENAS DEL URBANISMO (1933)………………………………….. 184
CARTA INTERNACIONAL SOBRE LA CONSERVACIÓN Y LA
RESTAURACIÓN DE MONUMENTOS Y DE CONJUNTOS HISTÓRICO-
ARTÍSTICOS, Venecia (1964)………………………………………………………. 185
NORMAS DE QUITO (1967)………………………………………………………... 187
CARTA DEL RESTAURO (1972)…………………………………………………… 188
CARTA DE MACHUPICHU (1977)…………………………………………………. 194
CARTA DE BURRA (1979)………………………………………………………….. 195
Definición de términos básicos……………………………………………………… 197
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO………………………………………………………… 204
Modelo de la investigación …………………………………………………………. 205
Método de la Investigación………………………………………………………….. 206
Tipo de Investigación………………………………………………………………… 207
Nivel de investigación……………………………………………………………….. 208
Diseño de la investigación………………………………………………………….. 209
Población……………………………………………………………………………… 210
Técnicas e instrumentos de recolección de datos………………………………... 214
Validez………………………………………………………………………………… 215
Confiabilidad………………………………………………………………………….. 216
Sistema de variables…………………………………………………………………. 216
Conceptuación de variables………………………………………………………… 217
CAPÍTULO IV
ANALISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS…………………………… 220

VII
ÍNDICE GENERAL
pp
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES……………………………………... 249
CONCLUSIONES……………………………………………………………………. 249
RECOMENDACIONES……………………………………………………………… 252
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………………….. 256

LISTA DE CUADROS
Cuadro
Número Nombre del cuadro Pp
1 Pirámide de Kelsen………………………………………………………... 66
2 Convenios Internacionales y Tratados Culturales vigentes ………….. 69
3 Normas de Derecho Interno (Nacionales)………………………………. 76
4 Jurisprudencia……………………………………………………………… 78
Documentos provenientes de Organizaciones No Gubernamentales
5 79
(ONG´s) reconocidas por la UNESCO…………………………………...
6 Operacionalización de las variables……………………………………... 219
7 Guión de entrevistas………………………………………………………. 221
8 Entrevistados………………………………………………………………. 222

VIII
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LA FUERZA ARMADA
NACIONAL
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADO
UNEFA-CIP
Programa en MAESTRÍA EN CIENCIAS JURÍDICAS
EL PATRIMONIO CULTURAL DEL ESTADO VENEZOLANO
Autor: Pedro A. Barrios P.
Tutor: Msc. Mario Gómez
Coord. de L.I.: _________________
Fecha:
Resumen:
Los Derechos Humanos relativos a la libertad, se dividen en Derechos Políticos,
Sociales y Culturales. Los derechos Culturales, son los que tiene cada individuo y
cada pueblo a mantener, conservar y compartir determinados valores, tradiciones,
principios, creencias, costumbres y demás manifestaciones culturales que
conforman el imaginario colectivo del que deviene el Estado como organización,
de esta manera los Estados se constituyen y establecen sus reglas de
funcionamiento y organización política, de donde deviene su ordenamiento jurídico
nacional, creado mediante las estructuras de poder del Estado; Igualmente, la
Soberanía de los Estados descansa sobre los Derechos Culturales. No puede
hablarse de Estados soberanos, sin respeto a la idiosincrasia de cada pueblo. Con
la globalización como proceso económico que pretende coartar las soberanías
nacionales en favor del mercado, se pretende dominar a los pueblos de la
periferia, sustituyendo sus manifestaciones culturales autóctonas por la de las
potencias dominantes, para ello, se valen de mecanismo sutiles de invasión
cultural, que están generando un proceso de aculturación y transculturación. A
través de este trabajo se pretende analizar el marco jurídico del Patrimonio
Cultural como Derecho Humano de segunda generación, así como las causas que
han generado la inobservancia de muchas de esas normas jurídicas, la
destrucción y abandono paulatino de los bienes culturales de la nación, partiendo
de la realidad del Estado Vargas. En consecuencia, el objetivo general del trabajo
es presentar un análisis del marco jurídico del Patrimonio Cultural visto como
elemento esencial para la existencia misma del Estado Venezolano, partiendo de
la normativa vigente y la actualidad fáctica, ajustada a las realidades que emerjan
de la investigación. Será una investigación de campo no experimental, bajo el
modelo realista-materialista, en un enfoque cualitativo, se aplicará el método
deductivo en un nivel analítico. Los autores más utilizados y quienes profundizan
el tema son: Cabanellas, Báez, Torbisco y Camps
Descriptores: Soberanía, Derechos Culturales, Patrimonio Cultural, identidad
nacional, Idiosincrasia, Ethos, Acervo cultural, Globalización.

IX
1

IINTRODUCCIÓN

El Derecho es un producto cultural que abarca todo el quehacer humano,


siendo a su vez el resultado de los Principios, valores y costumbres existentes en
cada región determinada, en una perfecta sinergia, el Derecho y la Cultura se
moldean mutuamente, contribuyendo al perfeccionamiento del perfil colectivo de
cada comunidad, parafraseando a Rousseau, J.J. (2004), los seres humanos
nacen libres e iguales, es el ideario común y el instinto de conservación colectivo
es lo que permite que los súbditos renuncien voluntariamente a esa libertad plena
a favor del colectivo, permitiendo que surjan normas externas, capaces de
controlar sus actuaciones en beneficio del todo, surgen así elementos culturales
particulares a cada sociedad, cimentados en el imaginario colectivo que producen
un sentido de pertenencia y de arraigo general a la tierra y a las costumbres
colectivas de sus habitantes, que en su consolidación dan por resultado el
surgimiento de los Estados como estructuras políticas y jurídicas básicas.
Ciertamente, la base de la soberanía popular es la voluntad general, la cual
tiene su esencia en el ideario colectivo que se manifiesta a través de los principios,
valores y costumbres que van configurando la idiosincrasia de los pueblos, de
donde emanan las nacionalidades.
Esta situación obliga al Estado a proteger jurídicamente esos Valores,
Principios y costumbres como base y esencia fundamental de la soberanía
nacional, y es la garantía de su sustentabilidad como patria libre y la real esencia
del Derecho como ciencia.
La pérdida de valores sociales genera una situación de vulnerabilidad a nivel
2

regional, nacional e inclusive internacional que afecta la existencia de los


Estados, colocando en tela de juicio al concepto de soberanía tal como lo
concebimos hoy en día, constituyendo una nueva forma de esclavitud,
denominada “esclavitud cultural”, púes, tal como lo señala Hinojosa, L. (2010):

“El discurso formal sobre la igualdad e independencia de los Estados


contrasta con la realidad de algunos de ellos de forma brutal, ya que la
existencia de países en los que no existe ninguna forma de articulación
social efectiva, o dependientes completamente de otros Estados más
poderosos, o sometidos dictatorialmente por la fuerza de las armas,
nos permiten albergar serias dudas sobre el alcance real del concepto
de soberanía”

Ciertamente, los países más poderosos pretenden imponer, a veces incluso


por la fuerza, un patrimonio cultural único, una forma de pensar unitaria, que
evidentemente es incompatible con la propia esencia de los Derechos Humanos,
con el concepto de Soberanía y por ende con la propia existencia del Derecho
Internacional y de los Derechos Nacionales, toda vez que los Derechos Humanos,
parten del hecho cierto de que cada individuo, cada ser humano, por el solo hecho
de ser humano es digno, único e irrepetible, cada ser humano tiene creencias,
hábitos y características personales que lo hacen único, de la misma forma cada
sociedad, como grupo de individuos tiene fisionomía y características particulares
que las hacen dignas, únicas e irrepetibles, por lo que no existe una receta
internacional única de conducta; lo que existe es una serie de principios y valores
que tienen carácter universal y que se conocen como Derechos Humanos.
Por supuesto, el derecho Internacional, se fundamenta en la interrelación
necesaria entre las distintas naciones que conforman el planeta, siempre
garantizando el derecho humano fundamental que tienen las minorías de
conservar sus valores culturales ancestrales, que configuran su propia identidad,
3

pues lo contrario, sería establecer una nueva forma de esclavitud cultural, a través
de la cual se anula la idiosincrasia, la esencia de una sociedad con la imposición
de una forma única de pensar.
Consecuencialmente, la globalización vista desde la perspectiva meramente
cultural, pudiese constituirse en una forma muy sutil de intervencionismo de las
grandes potencias sobre los países no desarrollados que obstaculizaría el
desarrollo armonioso del mundo e impulsaría a la anulación de la disidencia
internacional y a una nueva forma de “tiranía libre” en la cual no se acepta ningún
tipo de paradigma, valor o creencia que no sea aceptado o tamizado por esas
potencias.
Es así como el respeto a los Patrimonios Culturales existentes en cada una
de las naciones del orbe, se instituye en elemento fundamental para la
coexistencia de los países, lo que ha conllevado a la creación de todo un sistema
legislativo de protección internacional, nacional y local de los Derechos Culturales
de las Minorías, lo que ha generado una novedosa rama del Derecho Público
Moderno conocida internacionalmente como “Derecho Cultural”, estableciéndose
como ente rector internacional en esta área del Derecho a la UNESCO, y
promoviéndose la participación de ONG`S protectoras de los Derechos Culturales,
partiendo de la condición de Derecho Humano Social del bien jurídico protegido.
Ante esta situación, los países han legislado, cada vez con mayor fuerza, sobre la
necesidad de promover y garantizar su conservación.
De allí el carácter de orden público y de interés general que tiene el
Patrimonio Cultural como elemento esencial para la existencia misma del Estado
Venezolano, a los fines de apalancar el desarrollo armonioso del país, púes el
lógico aprovechamiento de los bienes culturales de la nación, sin duda alguna se
convertirá en palanca para el desarrollo nacional. Tanto es así que la propia Ley
4

Orgánica de Seguridad de la Nación (2002), establece en su artículo 10, lo


siguiente:

“El patrimonio cultural, material e inmaterial será desarrollado y


protegido mediante un sistema educativo y de difusión del mismo,
entendido éste como manifestación de la actividad humana que por sus
valores sirven de testimonio y fuente de conocimiento, esencial para la
preservación de la cultura, tradición e identidad nacional.,”

De lo anterior se colige, la importancia de la presente investigación; que


tiene como objetivo general, analizar el marco jurídico del patrimonio cultural
Venezolano, considerando a dicho patrimonio como un Derecho Humano
fundamental del pueblo venezolano, analizando los efectos del fenómeno de la
globalización en la existencia misma del Estado Venezolano, su real
independencia, pues sin sentido de pertenencia no hay Estado y sin Estado no
hay soberanía
La metodología implementada en el presente trabajo será la analítica
Jurídica.
En cuanto a la estructuración de la presente investigación, esta se organizó
en base a las normas de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza
Armada Nacional (UNEFA) (2003), de la siguiente manera:
El Capítulo I, referido a la contextualización y delimitación del problema objeto de
investigación, así como el establecimiento de interrogantes y objetivos (general y
específicos), para luego entrar en la justificación del tema, limitantes y
delimitación del problema. El Capítulo II, concebido en primer lugar, por los
antecedentes relacionados con la investigación, son estudios científicos previos
relacionados directa o indirectamente con el trabajo que se está abordando en la
5

presente investigación. Seguidamente, se desarrollará el aspecto teórico de la


investigación y como último punto de este capítulo, una breve reseña sobre los
aspectos más importantes del patrimonio cultural material e inmaterial su marco
jurídico y su importancia jurídica para la seguridad y defensa nacional, en el
resguardo de la soberanía y los serios daños que le son producidos por el
fenómeno de la globalización si este no es debidamente tratado. El capítulo III,
estará basado en el marco metodológico que representa el cómo se llevará a
cabo la presente investigación, la cual dará origen al tipo de investigación de
campo no experimental y el diseño de la investigación, este último depende del
primero. En este caso el tipo de investigación es materialista-realista, nivel
jurídico-analítico.
El Capítulo IV recogerá los resultados obtenidos de la implementación del
guion de preguntas que sirve de base a las entrevistas de preguntas abiertas a ser
efectuadas, con el correspondiente análisis que se llevará a través de la
triangulación cualitativa de fuentes.
El Capítulo V, contiene las conclusiones derivadas de la investigación y las
recomendaciones que en criterio del autor, deben ser aplicadas para el problema
planteado.
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del Problema.
La cultura como bien jurídico protegido es la base fundamental para la
existencia de los Estados vistos como organizaciones soberanas, pues estos
están integrados por tres elementos esenciales, a saber: territorio, población y
poder; siendo que el primero es un elemento físico y los otros dos de carácter
humano. Por ello, lo que permite que una población determinada se organice de
manera tal que permita ser gobernada por otros, a través de un contrato social es
el imaginario colectivo que se ve expresado en el patrimonio cultural material,
inmaterial y natural de los pueblos, pues la Soberanía y el Derecho son producto
de la voluntad general, por lo que el Estado no puede existir sin los valores y
Principios colectivos que le sirven de sustento.
En tal sentido, tal como lo señala, el licenciado Iván García Ávila, en el portal
www.villaclara.cu/UserFiles/File/Portal%20prov./.../Ivan.doc:

Se conoce que la globalización neoliberal es utilizada en función del


proyecto económico, político, ideológico y cultural en la estrategia
imperialista de privatización del planeta; pero vale la pena reflexionar
como en todo este proyecto globalizador el sustrato ideológico y
cultural ocupa un espacio en dicha pretensión.

Por tal razón, el artículo 10 de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación


(2002), establece claramente la obligación de las autoridades que conforman el
Gobierno Nacional, Regional y Municipal de desarrollar y proteger el patrimonio
7

cultural material, inmaterial y natural, mediante su preservación, protección,


conservación y enseñanza. De donde se colige que las instituciones públicas y
privadas están obligadas a crear mecanismos idóneos para concienciar a la
población sobre la necesidad de rescatar y conservar su patrimonio cultural, pues
de lo contrario entrarían en un proceso de degeneración y pérdida de valores que
atentan contra la seguridad e integridad del Estado Venezolano.
Ciertamente las Constituciones nacionales, se fundamentan y nacen del
sentimiento de pertenencia de la colectividad que generan un ethos colectivo
(ética colectiva) que sirve de base para su organización, vale decir, el Patrimonio
Cultural, más que una Fuente formal o material del Derecho es lo que hace que
las personas vean como propio esa entelequia jurídica que son los Estados, no
puede existir Estado sin población y no puede establecerse una población sin la
idiosincrasia propia de cada Estado, la Soberanía deviene de ese sentido de
pertenencia, la soberanía nace como un sentimiento y adquiere connotación
jurídica con la entrada en vigencia del Contrato Social que crea el Estado.
En este orden de ideas, es claro el artículo 5 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (2000) cuando reconoce que la soberanía
reside en el pueblo, vale decir que el elemento más importante del Estado es la
población, sin él no existe el Estado y lo que garantiza la coexistencia de la
población es el Patrimonio Cultural del que devienen la idiosincrasia, la ética social
(también denominada ethos) y el respeto y sumisión al Estado Social democrático
de Derecho y de Justicia a que se refiere el artículo 2 eiusdem.
Es por ello, que surge el derecho Cultural como Derecho Humano de
segunda generación, inmanente a la garantía de la libertad personal y social,
pues no puede existir libertad efectiva y real, sin la emancipación de conciencia
en cada individuo, en cada sociedad y no puede haber libertad de conciencia sin
valores que la sustenten.
8

Cuando las Sociedades ejercen la libertad de conciencia, se convierten en


sociedades críticas y dinámicas, encaminadas al orden y al respeto del otro(a).
Por ello, en los últimos años se ha producido un súbito despertar del interés
general sobre cada uno de los aspectos relacionados con el patrimonio cultural en
el ámbito jurídico mundial: gestión, protección, puesta en valor, normativa legal,
entre otros, dada la importancia que indudablemente tiene la cultura en la
identidad de los pueblos. En este orden de ideas, Hernández M. (1997), la concibe
de la siguiente manera:

Ante el elemento objetivo de la presencia de una necesidad y de la falta


sobre el territorio de medios para satisfacerla, surge el elemento
subjetivo de la conciencia de la condición común, pero solo cuando el
grupo asume esta conciencia, la necesidad por así decir, se objetiva
impulsando al grupo a determinar los instrumentos para la satisfacción
del referido interés. (p.280)

En tal sentido, el patrimonio cultural no es otra cosa que el testimonio de la


cultura de un pueblo o de la humanidad, constituyéndose en elemento básico de la
identidad social de ese pueblo o comunidad, por lo que indudablemente es una
necesidad vital para la supervivencia del Estado, razón por la cual se debe
concienciar a las autoridades y a la población en general de la necesidad de
recuperar la identidad perdida de los pueblos.
Ciertamente, partiendo de la definición que de patrimonio cultural da
UNESCO, citado por Opús (1999), se observa que: “El patrimonio cultural de un
pueblo, comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y
sabios, así como las creaciones anónimas surgidas del alma popular y el conjunto
de valores que dan sentido a la vida.” (Tomo VI, p.143). Es decir, que la legislación
9

cultural transversaliza todos los ámbitos del Derecho, todo el ordenamiento


jurídico nacional es un acto cultural.
La identidad y el carácter de los pueblos vienen dados en una combinación
de su estructura física con sus características sociológicas, por lo que surge la
necesidad de conservar y preservar, como parte integrante del Patrimonio Cultural
de los pueblos, su Patrimonio Histórico-Monumental, así como la conservación de
los valores que son de fundamental importancia para reafirmar la personalidad
comunal o nacional y de aquellos que tienen un auténtico significado para la
cultura en general.
En síntesis, tal como lo expresa Rousseau, J.J., (2004),

“…no siendo la soberanía más que el ejercicio de la voluntad general


nunca se puede enajenar; ya que el soberano, que es un ente
colectivo, sólo puede estar representado por sí mismo: el poder bien
puede transmitirse, pero la voluntad no.”

Sin embargo, el fenómeno de la globalización, producido en parte, por el


adelanto tecnológico que se ha venido suscitando durante las últimas décadas,
desdibuja en la práctica el concepto de fronteras, al generar, de forma cada vez
más acelerada, una mayor y más fácil comunicación entre los pueblos, así como la
progresiva pérdida de la identidad de los habitantes, sustituida por una nueva
forma de dominación, basada en la pretensión de una forma única de pensar y de
actuar, lo que ha desdibujado el concepto de soberanía de los pueblos, trayendo
como consecuencia un desapego cada vez mayor de la gente con su terruño,
aunado a la progresiva pérdida de los valores fundamentales de la sociedad, que
a su vez se traduce en más violencia, poniendo en peligro la aplicabilidad de las
10

normas jurídicas nacionales y la existencia misma de los Estados, que tienden a


ser sustituidos por una globalización general a la que no escapa el Derecho.
En otro orden de ideas, es importante analizar los efectos del turismo en los
valores culturales de los pueblos, pues resulta evidente el efecto transculturador
que este tiene, pues a través del turismo se encuentran distintas culturas, distintos
valores, principios y creencias. Sin embargo, el turismo puede perfectamente
constituirse en un elemento protector y motivador del rescate de los Patrimonios
Culturales nacionales, convirtiendo a este último en fuente de empleos e ingresos
para las familias, para ello, resulta indispensable racionalizar la explotación de la
actividad turística, promoviendo el efectivo aprovechamiento, protección y difusión
de los monumentos históricos y culturales, así como de las tradiciones, folklore y
costumbres autóctonas de cada región que motiven el orgullo de los habitantes
receptores de ese turismo de sus propias raíces y al visitante le sirva para
aumentar sus conocimientos y conciencia sobre la diversidad cultural del mundo y
la necesidad de respetarla y promoverla.
En tal sentido, el numeral 7 del artículo II de la Carta del Turismo Cultural
(1976), establece que la protección del Patrimonio Cultural de los pueblos es la
verdadera base del turismo internacional.
Resulta importante destacar el papel que deben jugar los medios de
comunicación social en la protección, promoción, rescate y defensa del Patrimonio
Cultural; con relación a este aspecto, tal como lo afirma Prodiversitas
(http://www.prodiversitas.bioetica.org/nota52.htm), el principal compromiso político
y jurídico del mundo es la garantía del pluralismo cultural, como elemento básico
para que los países del mundo puedan existir y convivir en una sociedad justa y
equilibrada.
Ciertamente, la soberanía parte del respeto entre las naciones de la forma
de vida, las costumbres, religiones y demás aspectos que configuran la
11

individualidad colectiva de cada región, de cada pueblo, de cada grupo étnico y


por ende de cada país, sin ese respeto es imposible la existencia de una
comunidad internacional.
Por todo lo anteriormente analizado, se eligió el tema que dio origen al
presente trabajo; partiendo de la realidad actual del Patrimonio Cultural material e
Inmaterial Venezolano y de la revisión documental necesaria para compararlo con
la realidad internacional se analizará la incidencia del Patrimonio Cultural
Venezolano en el concepto moderno de la soberanía de nacional, a partir de los
efectos de la globalización, siendo que es deber de toda persona la defensa de la
patria y nadie defiende lo que no quiere y nadie quiere lo que desconoce, como
expresa Hernández P. (1996) “Cuando un pueblo, como cuando cualquier
individuo, pierde su personalidad, su identidad, su estilo propio, deja de interesar.
Ya no es auténtico, es uno más, algo falsificado o estandarizado…” (p.93). Al
perder su personalidad se desdibuja su existencia como Estado, dándose origen a
procesos de neocoloniaje que anulan y destruyen las soberanías de los pueblos.
Ahora bien, la idiosincrasia de los pueblos, como bien jurídico a ser
protegido, está en constante transformación, motivada esta, por factores
endógenos y exógenos de la propia región, incluyendo cambios de los valores
colectivos, no siempre positivos, en la forma y modo de relacionarse entre sí, que
sin lugar a dudas son el centro de actuación de la actividad educativa de los
pueblos, constituyéndose en un hecho jurídico fundamental dirigido a la seguridad
y defensa nacional, lo que justifica la existencia del Derecho Cultural, como rama
autónoma del Derecho Público, consagrado expresamente en el numeral tercero
del artículo 15 de la Ley Orgánica de Educación (2009), relativa a los fines
esenciales del proceso educativo, que establece lo siguiente:
12

“Formar ciudadanos y ciudadanas a partir del enfoque geohistórico con


conciencia de nacionalidad y soberanía, aprecio por los valores patrios,
valorización de los espacios geográficos y de las tradiciones, saberes
populares, ancestrales, artesanales y particularidades culturales de las
diversas regiones del país…”

En consecuencia, se debe establecer mecanismos suficientemente elásticos


para adaptarse a la cambiante realidad social y que neutralicen la terrible invasión
cultural contenida en los procesos de globalización que se producen día a día en
este convulsionado planeta y particularmente en Venezuela y que se reafirmen los
valores básicos de la venezolanidad y de los gentilicios regionales y
latinoamericanos.
Como lo señala la revista digital Pasos (2006), dentro del estudio del
Patrimonio Cultural como interés difuso fundamental a ser protegido:

…uno de los grandes logros para este avance conceptual fue la


acuñación del término “bien cultural” que aparece por primera vez en la
Convención de la UNESCO de 1954, a pesar de que la
pormenorización de bienes culturales aludidos en este texto mantiene
los rígidos criterios al uso, cerrados en lo histórico-artístico. No
obstante diez años después, la italiana Comisión Francheschini se
adentró en un profundo análisis de esta expresión hoy felizmente
recogida y asimilada en el lenguaje patrimonial. (p. 7)

Por otro lado, visto el problema desde la óptica del Derecho Turístico
Internacional, los monumentos culturales y más específicamente los Monumentos
Históricos, son parte integrante e indisoluble de la identidad de los pueblos,
13

partiendo del hecho cierto que a pesar de que el turismo como parte integrante de
la cultura, se constituye en un hecho social elemental y básico cuya protección
tiene rango de Derechos Humanos de carácter social y de cumplimiento
insoslayable para los pueblos, no es menos cierto que tal derecho no puede poner
en peligro el concepto de soberanía que sirve de fundamento al Derecho
Internacional.
En este orden de ideas, destaca la Ley Aprobatoria de la Convención
Internacional para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural,
adoptada el 16 de noviembre de 1972 por la UNESCO, debidamente ratificada por
Venezuela y cuya Ley Aprobatoria fue publicada en la Gaceta Oficial de la
República de Venezuela Número 4.191 Extraordinaria del seis (06) de julio de
1990, que considera que el deterioro o la desaparición de un bien del patrimonio
cultural y natural, constituye un empobrecimiento nefasto del patrimonio de todos
los pueblos del mundo y establece taxativamente en su artículo 4, la obligación de
los Estados Partes signatarios de rehabilitar, conservar, y transmitir a las
generaciones futuras el patrimonio cultural y natural que se encuentre en su
territorio, lo cual se constituye en una obligación que por su propia naturaleza
intrínseca, va más allá de las fronteras del Estado, puesto que la conservación de
los Bienes Culturales, sean estos Mundiales, Nacionales, Regionales o Locales,
constituyen parte importante de la identidad del mundo, teniendo por tanto una
función de vida colectiva, que es reconocida plenamente en la Convención de
marras.
Visto así, el Patrimonio Cultural es a su vez un importante generador de
empleos en el mundo, a través del llamado Turismo Cultural. En tal sentido,
establece el numeral 7 del Capítulo II de la Carta de Turismo Cultural (1976), lo
siguiente:
14

Unánimemente, prestos a la protección del patrimonio cultural que es


la verdadera base del turismo internacional, se comprometen a ayudar
en la lucha iniciada en todos los frentes contra la destrucción de este
patrimonio por todo tipo de contaminación; y, al efecto, se apela a los
arquitectos y expertos científicos de todo el mundo para que los más
avanzados recursos de la moderna tecnología sean puestos al servicio
de la protección de los monumentos. (p.2)

De la declaración transcrita se evidencia la relación existente entre cultura y


turismo, que es tan estrecha, que incluso el turismo debe ser desarrollado de tal
forma que se complemente con el patrimonio cultural de los pueblos, pues el
hecho turístico no es una acción meramente económica, como erróneamente lo
señalan algunos autores, por el contrario es un hecho cultural, social y económico,
y por ende, para poder entender el impacto jurídico del patrimonio cultural, resulta
necesario analizar la íntima relación existente entre Patrimonio Cultural y el
desarrollo de un turismo constructivo y positivo, no sólo desde la óptima
meramente económica, sino desde el punto de vista del respeto a las identidades
de los pueblos.
Ciertamente, es imposible el desarrollo de una actividad turística sana, sin la
concienciación de la población sobre la necesidad del buen trato de los visitantes,
lo que se conoce en materia jurídico-turística como el derecho a la hospitalidad;
por otro lado, un pueblo sin valores, tradiciones y principios es un pueblo poco
atractivo a los turistas que fundamentalmente persiguen disfrutar y recrearse en
sus tiempos de ocio, así como conocer nuevas culturas, nuevas formas de vida y
nuevas tradiciones, lo que es sumamente importante para la salud de las
personas, razón por la cual el artículo 2 de la Carta del Ocio (1970, expresamente
consagra que “El Ocio es un servicio social tan importante como la Salud y la
Educación. Las oportunidades para el Ocio y la Recreación deben, por lo tanto,
15

ser ampliadas para todos, garantizando el acceso justo con variedad y calidad
adecuadas”.
Lamentablemente, los procesos de globalización han generado la continua
destrucción del Patrimonio Cultural Venezolano en todas sus manifestaciones, sin
que exista una sensibilización de la población y de los gobernantes sobre la
importancia real de su conservación. Por el contrario, las actuaciones
institucionales y privadas han demostrado un profundo desarraigo hacía los
Monumentos Históricos y las tradiciones en muchas zonas del país.
Este hecho constituye una grave violación al Derecho Social de los pueblos
a su propia identidad, púes tal como lo establece el artículo 2 de la Ley de
Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, publicada en la Gaceta Oficial
Número 4.623 Extraordinaria, de fecha 3 de septiembre de 1993, en la cual se
consagra expresamente la obligación prioritaria para la República Bolivariana de
Venezuela, de la conservación de su patrimonio cultural, considera de orden
público y de interés social la conservación, defensa y salvaguarda de todas sus
obras, conjuntos, lugares y tradiciones, ya sean estos hechos por el hombre o
naturales, que además de encontrarse en la República, constituyan elementos
fundamentales de la identidad nacional. Por tal motivo, el artículo 2 eiusdem
establece:

“La defensa del Patrimonio Cultural de la República es obligación


prioritaria del Estado y de la ciudadanía.
Se declara de utilidad pública e interés social la preservación, defensa
y salvaguarda de todas las obras, conjuntos y lugares creados por el
hombre o de origen natural, que se encuentren en el territorio de la
República, y que por su contenido cultural constituyan elementos
fundamentales de nuestra identidad nacional.”
16

De todo lo anterior se colige la necesidad de determinar la correspondencia o


contradicción existente entre lo que se establece en el ordenamiento jurídico
Venezolano, incluidas las normas técnicas de Organizaciones No
Gubernamentales como ICOM e ICOMOS, reconocidas como Normas obligatorias
por la UNESCO en lo relativo al Patrimonio Cultural Material e Inmaterial y la
realidad objetiva, vale decir si se conservan o se destruyen las identidades
regionales y si existe o no un proceso devastación progresiva del Patrimonio
Cultural de la nación.
Afortunadamente, el Patrimonio Cultural Venezolano es particularmente rico,
las características geográficas de la región analizada, permitieron que durante
todo el período colonial y en épocas menos remotas, se efectuaran grandes
epopeyas, adelantos turísticos, que han marcado hondamente la vida y
personalidad de los venezolanos y las venezolanas que varía un tanto de acuerdo
a la región del país a la que se haga referencia, enfocando el problema jurídico
que representaría el progresivo deterioro de los distintos Monumentos Históricos
Nacionales y Regionales que se encuentran en el país, tomando como estado
piloto para la investigación al estado Vargas, esta situación pareciera desvirtuar lo
contemplado en los numerales primero (1º) y segundo (2º) del artículo 6 de la de la
Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (1993) que claramente, al
referirse a los elementos que constituyen el patrimonio cultural de una nación,
establece entre ellos a los monumentos históricos nacionales, incluyéndose en
esta categoría a los que han sido declarados como tales por su valor histórico,
ciertamente, el artículo 14 ebidem (1993), al definir que debe ser considerado
como monumentos nacionales establece: “Son monumentos nacionales los bienes
inmuebles o muebles que sean declarados como tales en virtud de su valor para la
historia nacional o por ser exponentes de nuestra cultura.” (Art. 14)
17

El daño y la destrucción progresiva del Patrimonio Cultural Venezolano


constituye una grave pérdida para su población, que ha visto como paulatinamente
va dilapidando sus principales monumentos históricos y artísticos, así como las
costumbres, valores y tradiciones, por lo que se está condenando al estado
Vargas a ser un pueblo sin historia y, un pueblo sin historia, es un pueblo sin
identidad, tal como lo señala Hernández H., P. (1996): “Cuando un pueblo, como
cuando cualquier individuo, pierde su personalidad, su identidad, su estilo propio,
deja de interesar. Ya no es auténtico, es uno más, algo falsificado o
estandarizado…” (p. 93).
El problema de la destrucción progresiva del patrimonio cultural atañe a toda
América Latina, tal como lo expresa Báez, F. (2008):

Encubrimiento y silencio, pero sobre todo complicidad impar para la


utopía del olvido: La vasta operación de adhesiones al saqueo cultural
no tuvo repercusiones entre quienes estaban llamados a denunciar el
fenómeno y la crítica se sostuvo en áreas económicas y sociales.
Raras veces se divulgó lo concerniente al patrimonio histórico, que fue
apenas la vaga reminiscencia de grupos académicos sin mayor poder
de convocatoria política o el reclamo sin dolientes de las etnias. La
nostalgia pasiva determinó durante siglos los esfuerzos teóricos
destinados al catálogo del escamoteo en el ámbito de la cultura.

Se hace entonces evidente la obligación del Estado y de sus habitantes de


realizar todas aquellas actividades dirigidas a la rehabilitación y reconstrucción de
todos los Monumentos Históricos de la región, así como de las tradiciones,
prácticas y costumbres de los antepasados, como mecanismo para recobrar el
ethos y con él, la memoria y el imaginario colectivo que se constituyen en la base
esencial de la venezolanidad, caso contrario, se estaría en presencia de una grave
18

violación de los derechos humanos difusos de todos los venezolanos a su


patrimonio cultural.
En el ámbito económico, la recuperación del patrimonio cultural venezolano
sería una maravillosa fuente de turismo y por ende de fuentes de trabajo, para el
bastante deprimido estado Vargas, en beneficio de la población, mucho más si se
piensa en la implementación de modelos endógenos de explotación y desarrollo
de dichos monumentos, con los consecuentes usos turístico-culturales que
servirían de elemento concienciador de la población, rehabilitar las instalaciones
de los monumentos históricos del estado Vargas, planificando y normatizando su
explotación y uso a través de la participación mancomunada de las autoridades
nacionales, regionales, locales y de los consejos comunales, esto sería un
importante paso para el rescate de todo el patrimonio histórico del país, púes el
estado Vargas serviría de ejemplo nacional de lo que se puede lograr rescatando
los valores de un pueblo, creando al mismo tiempo fuentes de estudio y de empleo
dignos para muchos varguenses.
Como ejemplo de ello se puede citar lo dicho por el Diario La Voz
(2004,03,26), con relación al Paseo Macuto:

Macuto ha sido la puerta de entrada a la historia del estado Vargas,


rica en cultura y con unas playas estupendas para el turismo y para los
mismos habitantes del estado…De esa época esplendorosa y
placentera con sus costas, hoteles y una infraestructura turística fuerte,
sólo quedan las ruinas y muchos de sus habitantes viven de la
reminiscencia, pero para los representantes de la Asociación de
Vecinos del casco de Macuto los recuerdos y cosas bonitas son cosas
del pasado, y prefieren trasladarse al día a día y nos señalan los
innumerables problemas que están confrontando... (P. 12)
19

Del análisis anterior se desprende la innegable importancia que para la


memoria cultural del pueblo venezolano tienen los Monumentos Históricos y
Artísticos que aún sobreviven en el estado Vargas, por lo que deben ser
rescatados y restaurados conforme a lo que prevé la Carta del Restauro (1972),
recuperados para beneficio de todos, siendo esto una insoslayable obligación del
Estado Venezolano.
Muchas veces, en la práctica se presentan muchas situaciones, en las que
se conflictuan los valores culturales con los Derechos subjetivos pretendidos, tales
como los Derechos de propiedad, posesión o cualquier otro que pueda entorpecer
las labores de protección y mantenimiento, un ejemplo de tales diatribas, se
observa en el contenido de la Sentencia Número 1106, emanada de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en fecha 08 de junio de 2004,
Partes: UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA en contra de la FUNDACIÓN
PARA LA PROTECCIÓN Y DEFENSA DEL PATRIMONIO CULTURAL DE
CARACAS (FUNDAPATRIMONIO) de Amparo en apelación, en la cual se
establece:

La sentencia del a quo, declaró con lugar la acción de amparo


intentada por los apoderados judiciales de la Universidad Central de
Venezuela, contra la supuesta vía de hecho en que incurriera
FUNDAPATRIMONIO al pretender el traslado de la estatua de “María
Lionza”.
En primer lugar calificó de vía de hecho la actuación de la Fundación
para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural del Caracas
(FUNDAPATRIMONIO), citando como fundamento una decisión del 13
de junio de 2001, de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo
y una del 8 de marzo de 1991, de la Sala Político Administrativa de la
suprimida Corte Suprema de Justicia, bajo el siguiente argumento:
“Que el hecho denunciado se contrae a decidir si la Fundación para la
Protección y Defensa del Patrimonio Cultural del Caracas
20

(FUNDAPATRIMONIO), tiene algún título jurídico que lo faculte para el


emplazamiento distinto al decidido por la Universidad Central de
Venezuela, así como de hacer una réplica o copia.
Al efecto, se observa que consta del oficio Nº C-U-3016, de fecha 13
de diciembre de 2003, dirigido al Presidente de la Fundación para la
Protección y Defensa del Patrimonio Cultural de Caracas
(FUNDAPATRIMONIO), licenciado Gustavo Merino Fombona, que el
Consejo Universitario le notificó de la decisión de autorizar el traslado
sólo a los fines de su restauración a un Sector de la Puerta Nº 5, de la
Ciudad Universitaria debiendo ubicarla nuevamente en su sitio de
origen.
(...omissis....)
De lo anteriormente transcrito se evidencia que efectivamente la
Fundación para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural de
Caracas (FUNDAPATRIMONIO), ha violentado el derecho a la defensa
de la Universidad Central de Venezuela, al incurrir en tal vía de hecho”.
Declaró con lugar la acción de amparo intentada por los apoderados
judiciales de la Universidad Central de Venezuela, contra la supuesta
vía de hecho en que incurriera FUNDAPATRIMONIO al pretender el
traslado de la estatua de “María Lionza”.
En primer lugar calificó de vía de hecho la actuación de la Fundación
para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural de Caracas
(FUNDAPATRIMONIO), citando como fundamento una decisión del 13
de junio de 2001, de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo
y una del 8 de marzo de 1991, de la Sala Político Administrativa de la
suprimida Corte Suprema de Justicia, bajo el siguiente argumento:
“Que el hecho denunciado se contrae a decidir si la Fundación para la
Protección y Defensa del Patrimonio Cultural del Caracas
(FUNDAPATRIMONIO), tiene algún título jurídico que lo faculte para el
emplazamiento distinto al decidido por la Universidad Central de
Venezuela, así como de hacer una réplica o copia.
Al efecto, se observa que consta del oficio Nº C-U-3016, de fecha 13
de diciembre de 2003, dirigido al Presidente de la Fundación para la
Protección y Defensa del Patrimonio Cultural del Caracas
(FUNDAPATRIMONIO), licenciado Gustavo Merino Fombona, que el
Consejo Universitario le notificó de la decisión de autorizar el traslado
sólo a los fines de su restauración a un Sector de la Puerta Nº 5, de la
Ciudad Universitaria debiendo ubicarla nuevamente en su sitio de
origen.
(...omissis....)
21

De lo anteriormente transcrito se evidencia que efectivamente la


Fundación para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural del
Caracas (FUNDAPATRIMONIO), ha violentado el derecho a la defensa
de la Universidad Central de Venezuela, al incurrir en tal vía de hecho”.

Sin embargo, en la referida sentencia la sala lamentó que una obra tan
conocida como la estatua de María Lionza, declarada Patrimonio Histórico de la
Nación, haya sido objeto de una diatriba política, entre sectores, que lejos de tratar
de dar cumplimiento a lo establecido en el artículo 178 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (2000), en cuanto a la preservación y
conservación de la referida estatua y todo el imaginario colectivo que de ella se
deriva, lo que se ha hecho es tratar el caso con criterios personalistas, alejados
del bien común.

INTERROGANTES DE LA INVESTIGACIÓN
Para determinar cual es la realidad objetiva de la aplicabilidad práctica del marco
jurídico del Patrimonio Cultural Venezolano, se deben analizar los factores
endógenos que establecen los paradigmas sociales, que de una u otra forma han
incidido en el nacimiento de tal legislación y en su aplicabilidad cotidiana. Ante
esta realidad sería conveniente reflexionar sobre las siguientes interrogantes:

¿Por qué el Patrimonio Cultural es considerado materia de Seguridad de Estado?


¿Existe correspondencia entre lo establecido en el ordenamiento jurídico
Venezolano en materia del Patrimonio Cultural y la realidad fáctica de su
conservación y protección?
¿Cuáles son los factores que han incidido en el progresivo deterioro del
Patrimonio Cultural del Estado Venezolano?
22

Objetivos de la Investigación
Objetivo General
Analizar el marco jurídico del Patrimonio Cultural del Estado Venezolano
Objetivos Específicos
1. Estudiar el marco jurídico del Patrimonio Cultural del Estado Venezolano.
2. Explicar la importancia del Patrimonio Cultural para la Seguridad y Defensa
de Estado Venezolano.
3. Contrastar la correspondencia entre la legislación venezolana en materia de
Patrimonio Cultural con la realidad cotidiana en materia de conservación y
vigencia de tales patrimonios culturales en el estado Vargas.
4. Determinar los factores que han incidido en el progresivo deterioro del
Patrimonio Cultural Venezolano en el estado Vargas.

Justificación.
El presente trabajo de investigación se justificará en los siguientes aspectos
importantes:
Aspecto Personal: Los adelantos tecnológicos han tenido un desarrollo
vertiginoso en los últimos años. El surgimiento del Internet y otros adelantos
importantes en materia tecnológica y en materia de comunicación han producido el
fenómeno denominado “globalización”, el cual se ha venido acelerando día a día lo
que a su vez ha generado, un gran proceso de transculturación mundial que ha
venido siendo utilizado por las grandes potencias para imponer su forma de ver el
mundo, soslayando la libre autodeterminación de la mayoría de los pueblos y los
derechos de las minorías étnicas, situación está que pudiera afectar a Venezuela,
generando una creciente pérdida de las tradiciones, hábitos y costumbres en el
país y la sustitución por valores extraños que desdibujan la identidad nacional, lo
23

que podría violentar lo consagrado en los artículos 99 y 100 de la Constitución de


la República Bolivariana de Venezuela (2000) que dan carácter de orden público y
de interés nacional a la protección, rescate y promoción de los valores de las
culturas constitutivas de la venezolanidad, por lo que resulta imprescindible la
concertación de una política lo suficientemente amplia dirigida a lograr el rescate
de la identidad social nacional, respetando las particularidades regionales, locales
y de los grupos aborígenes (mal llamados indígenas). En tal sentido, se hace
necesario tomar conciencia de los efectos jurídicos que la pérdida de identidad
pudiese estar generando en el país, pues el no darle la adecuada importancia a la
protección y conservación del patrimonio cultural de la nación, pudiese colocar en
situación de riesgo a la seguridad y la defensa nacional.
A ello se suman los procesos de invasión cultural, a través de los cuales las
grandes potencias imponen sus políticas consumistas y antivalores a los llamados
países del tercer mundo y es así como se puede observar como cambian las
costumbres, tradiciones, gastronomía y demás aspectos conductuales de las
sociedades menos desarrolladas. Uno de los mecanismos de invasión cultural
más poderoso han sido los medios de comunicación social y los cines, pues se
observa que más del 90% de las películas que se transmiten son de un solo país
extranjero e imponen ideas valores, costumbres propias de esa potencia, venden
el concepto del sentido de pertenencia imperial en perjuicio de la venezolanidad,
se prefiere destacar los monumentos de esa potencia sobre los que posee
Venezuela.
Ciertamente, toda la América Latina y en especial Venezuela, han sufrido un
brutal saqueo y destrucción de su cultura, desde épocas de la colonia, cuando se
avasallaron los derechos de los mal llamados pueblos indígenas (pues
erróneamente los asimilaron a las indias, hasta nuestros días) utilizado ese
etnocidio, como mecanismo de dominación y desintegración de los pueblos
24

sojuzgados, imponiéndosele el modo de pensar del conquistador, en opinión de


Báez, F. (2008), las fases de instalación de la estructura cultural de un imperio,
son cuatro (4), a saber: 1) El exterminio o deslegitimación de los símbolos
culturales del adversario: vale decir, ir desplazando paulatinamente las bases
mismas de la identificación cultural del pueblo sojuzgado, conduciéndolas al
ostracismo; 2) Colonización por medio de migraciones selectas que implantaron
instituciones jurídicas y religiosas para detener la resistencia y facilitar la invasión
con la aprobación inocente de los invadidos que incluso llegan a admirar a los
dominadores; 3) Dualismo cultural pedagógico en el esquema civilización y
barbarie: Lo proveniente del invasor es dado como bueno y lo proveniente de la
propia cultura del dominado tiende a ser calificado como atrasado y nefasto, por lo
que se logra la admiración del dominado hacia el sojuzgador; 4) Bipolarismo socio-
cultural: El dominado termina asumiendo la cultura del opresor, pero solo en los
aspectos que al opresor le interesan.
Aspecto Académico: La escasa bibliografía existente sobre esta materia, denota
la poca importancia que históricamente se le ha dado a los Derechos Culturales en
Venezuela, por lo que resulta imprescindible e impostergable la necesidad abrir
nuevas investigaciones, a todos los niveles, y que se continúe desarrollando la
política pública que en materia de educación establece la nueva Ley Orgánica de
Educación (2009), para el rescate de los valores culturales autóctonos, en respeto
a la confluencia de distintas idiosincrasias que en forma sincrética han moldeado,
a través de siglos de historia, la realidad cultural venezolana, con énfasis en las
particularidades de cada región, especialmente en la obligación jurídica del Estado
Venezolano de proteger, conservar y defender el sentido de pertenencia, el arte,
los monumentos históricos, la gastronomía tradicional, folklórica y típica de la
región, insertada plenamente en la idiosincrasia nacional a la cual se integra y
nutre en un todo.
25

Aspecto Económico: Mediante la adecuada implementación de políticas y


medios de rescate del Patrimonio Cultural en sus distintas manifestaciones y con
la concienciación debida a la sociedad Venezolana sobre el Derecho a la
Hospitalidad que asiste a los visitantes y turistas, se lograría un relanzamiento de
las identidades regionales en una forma integrada.
Aspecto Jurídico e Institucional: En el ámbito jurídico, el estudio de la soberanía
como un proceso humano, vivo, que reside y deviene de la población y que se
sustenta en la existencia de un Patrimonio Cultural sólido, sin cuya existencia
desaparecería, siendo que el Patrimonio Cultural “per sé” es un Derecho Humano
Colectivo que asiste a cada persona, a cada comunidad, a cada ciudad, a cada
nación de preservar su propia identidad cultural, partiendo del hecho cierto de que
cada sociedad es única, digna e irrepetible, púes no existen dos sociedades
iguales siendo que el Estado está obligado a profundizar la conciencia nacional,
regional y de los grupos aborígenes de la necesidad de establecer mecanismos
adecuados de rescate y conservación de los valores, principios y tradiciones que
componen el concepto de “la venezolanidad” Es así como los artículos 99 y 100 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), establecen la
defensa de los valores culturales, incluidos en esos valores el Patrimonio Cultural
como prioridad del Estado Venezolano, siendo objeto de protección integral e
incorporando a cada habitante como corresponsable de tal rescate y defensa, y
con el desarrollo de tales principios, contenido en la Ley de Protección y Defensa
del Patrimonio Cultural (1993), en concordancia con lo previsto en la Ley Orgánica
de la Administración Pública (2001), con la Ley Orgánica de Seguridad de la
Nación (2002), entre otros, con las instituciones creadas al efecto, son el punto de
partida de la refundación del marco jurídico de la conservación, protección y
rescate del Patrimonio Cultural del estado Venezolano, y que necesita, para
concretarse, de adecuados sistemas de evaluación y control de la aplicación
26

práctica de los nuevos paradigmas contenidos en la legislación venezolana para el


mejor y adecuado aprovechamiento de los monumentos históricos y de nuestras
tradiciones y costumbres, que el respeto y el desarrollo de la dignidad colectiva, en
base al respeto de la propia identidad social.
Aspecto Histórico: Ciertamente, el patrimonio cultural venezolano, es uno de los
más ricos del mundo, producto del sincretismo de diversas culturas de
características antagónicas, tales como la negra africana, la aborigen (mal llamada
indígena) y la española, con una menor incidencia de la inglesa, pues como lo
recuerda Mijares, A. (1997) el Generalísimo Sebastián Francisco de Miranda
Rodríguez, cuando arribó a costas venezolanas en el buque “Leander”, recibió el
apoyo directo de los ingleses e irlandeses, quienes a pesar de que no colonizaron
al país, si interactuaron con los ejércitos patriotas y lucharon por su
independencia. Tal es el caso de insignes militares irlandeses como los Generales
O`Connors y Mc Gregor, así como el de Daniel Florentino O`leary, quien a la larga
fue el edecán del libertador.
Aspecto Turístico.- En este orden de ideas, un elemento básico del desarrollo
económico y social es el turismo cultural, es el patrimonio cultural tanto material,
representado por los monumentos históricos, obras de arte, entre otros; como el
inmaterial, dado por las tradiciones, valores y demás manifestaciones culturales; y
el natural, representado por las formaciones naturales que definen la esencia de
las distintas regiones que integran el Estado Venezolano, comenzando para ello,
con rescatar el concepto de la venezolanidad, que no es otra cosa que la identidad
regional en concordancia con la nacional, para lo que se hace necesaria la
revisión del alcance del término identidad de los pueblos.
Sobre este particular, Arroyo, J.C. (2006), citado por
http://www.identidadegalega.net reflexiona sobre el punto bajo discusión y análisis,
estableciendo claramente que la recuperación de la identidad colectiva no implica
27

en modo alguno la exclusión o marginación del otro, por el contrario, es el


reencuentro de cada persona consigo mismo, no siendo en modo alguno algo
inmutable, resistente a los cambios sociales, por el contrario, es un contenido vivo
que se renueva constantemente, aceptando y enriqueciéndose con el entorno,
pero a la vez, manteniendo su peculiaridad. Es una circunstancia perfectamente
histórica que se evidencia en el contacto entre los pueblos y la perduración de su
idiosincrasia.
En efecto, todo cambio cultural sería-o debería ser-no la pérdida de una
Tradición originaria como conjunto de costumbres, leyes o visión del mundo, sino
la adecuación de una manera de ser a un determinado momento histórico. Es por
ello, que el concepto de identidad englobaría estabilidad y dinamismo a la vez.
Todo proceso de cambio, parte del núcleo mismo de toda cultura como un reflejo
adaptativo.
El arraigo, por tanto, supone el proceso de aprehensión y transmisión
constante de los contenidos vivenciales que hacen que un pueblo, nación o etnia
se definan como una identidad diferenciada. Y ese arraigo se presenta con más
fuerza, cuanto lo que se quiere revalorizar o recuperar esa identidad.
Ciertamente, el valor de identidad del Patrimonio Cultural como elemento
necesario para la afirmación de la conciencia colectiva de un pueblo, en una
época de despersonalización pasiva y de comercialización, vulgarización y
destrucción indiscriminadas de los valores auténticos locales impuestos por la
globalización, tales como el empobrecimiento de los idiomas y lenguas de los
pueblos con incorporación de terminologías invasivas; otorga a la filosofía del
mencionado Patrimonio Cultural, una importancia estratégica fundamental en toda
campaña de defensa activa de la personalidad histórica y cultural de todo pueblo.
Resultan muy preocupantes los intentos de privatizar, comercializar
libremente y desregularizar el control social del Patrimonio Cultural por parte de
28

los grandes intereses privados y gobiernos neoliberales, como quien privatiza los
recursos patrimoniales del petróleo, la tierra, las aguas, la energía eléctrica y la
educación mediante reformas legislativas, como las propuestas de una Ley
general del Patrimonio Cultural, presentado en el Senado mejicano en 1999, o la
adquisición de los derechos de explotación de todos los fondos artísticos y
culturales del Museo Británico por parte de Microsoft. Frente a ello, hay que
reivindicar y defender el incremento de la titularidad pública, el acceso colectivo,
su uso social y la pertenencia del Patrimonio Cultural a cada pueblo, comarca,
región o estado en que estén enclavados, al propio tiempo que unas leyes
conservacionistas que regulen su extraterritorialidad a las diversas escalas
mencionadas para evitar el expolio de los grandes grupos económicos y de poder.
Es importante destacar que la defensa y conservación del Patrimonio
Cultural parte de un compromiso moral y ético de carácter altruista en pro del bien
común y basado en el conocimiento de los bienes culturales que se pretende
defender.
De lo anterior se desprende la preocupación del autor, de la necesidad de que
se establezcan mecanismos de concienciación del pueblo, vale decir que se cree
un sentido social de pertenencia y responsabilidad para la retoma de las
tradiciones, hábitos y costumbres que forman el ethos cultural de la nación, con
especial respeto de los Patrimonios Culturales regionales, revirtiendo con ello el
proceso continuo de pérdida del gentilicio nacional y del concepto de la
venezolanidad, coordinando a través de las instituciones nacionales, regionales,
Municipales y comunales una política coherente, lo suficientemente amplia para
lograr el rescate de la identidad social. En tal sentido, se hace necesario
implementar mecanismos idóneos para el rescate del imaginario social y la
consecuente concienciación de la sociedad sobre los efectos que la pérdida de
identidad que se ha venido generando en el país en los últimos años, tiene sobre
29

la calidad de vida de los integrantes de esa sociedad, donde no se ha dado la


importancia estratégica que realmente tiene el patrimonio cultural de la Nación.
Por eso, se hace imprescindible concienciar a la población acerca de la
necesidad de rescatar su patrimonio cultural, histórico y artístico para las próximas
generaciones, lo que indudablemente permitirá recuperar el sentido de la
venezolanidad en todos los habitantes del país, entendiendo la venezolanidad
como el sentimiento de “pertenencia” de amor por el terruño, por la región, es
inyectar a la población un toque de amor por la región, un deseo de desentrañar y
reencontrar las costumbres y raíces de la nación.
Limitantes.
La escasa bibliografía, la falta de conciencia y lo extenso del tema
abordado, son las principales limitaciones encontradas para la realización del
presente trabajo. Sin embargo, a través de la revisión de algunos libros extranjeros
y el contacto directo con las instituciones nacionales e internacionales que
intervienen en la protección, promoción, restauración y desarrollo del Patrimonio
Cultural Venezolano en general, se pudo solventar con algunas dificultades ese
problema y redescubrir aspectos hermosos e importantes de la cultura venezolana
en general y de su incidencia en la Soberanía Nacional. Con relación a la
legislación vigente, a pesar de la dispersión existente, facilita el trabajo la
existencia del Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina
y El Caribe (IESALC) y el Instituto de Patrimonio Cultural (I.P.C.), Institutos estos
que han prestado la mayor colaboración para el desarrollo de esta investigación.

Delimitación del Problema:


Para la delimitación del problema, se parte de la legislación venezolana que
regula específicamente el Patrimonio Cultural material que a su vez se divide en
Patrimonio Histórico, Artístico y Arquitectónico y el Patrimonio Cultural inmaterial o
30

intangible, que a su vez, abarca las leyendas, costumbres, tradiciones y mitos del
Estado Venezolano, vale decir el acervo cultural de su población así como la
incidencia de este en la existencia misma del Estado Venezolano, analizando la
normativa legal que regula el Patrimonio Cultural de la Nación.
A través del presente trabajo, se pretende proponer un Análisis general y
práctico de la Legislación patria, en el ámbito del Patrimonio Cultural, su situación
actual, pretendiendo sistematizar su estudio y análisis.
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO

En este Capítulo se desarrollarán los aspectos que rodean el tema de la


investigación, TEORÍA: del verbo griego “theorein”, que significa ver. En la
presente investigación el marco teórico tiene entre sus objetivos fundamentales,
Analizar el marco jurídico del Patrimonio Cultural del Estado Venezolano, tratando
de explicar su importancia para la Seguridad y Defensa del Estado Venezolano,
contrastar la correspondencia entre la legislación venezolana en materia de
Patrimonio Cultural con la cotidianidad social y en caso de que surjan
incoherencias, determinar cuales son los factores que han incidido en el
progresivo deterioro del Patrimonio Cultural Venezolano; estableciendo las
implicaciones jurídicas de la progresiva degradación del Patrimonio Cultural de la
nación en sus distintas manifestaciones con relación a la Seguridad de la Nación,
todo ello, con el objeto de determinar y precisar el problema a estudiar, las
preguntas y/o las hipótesis con mayor claridad, facilitando a su vez la mejor
organización de los datos y su posterior análisis, a través de la elaboración de un
esquema de investigación, que comenzará con el estudio de otros trabajos previos
relacionados con la presente investigación.

Antecedentes relacionados con la Investigación:


Para el inicio de todo trabajo científico de investigación, resulta
imprescindible establecer una revisión general de otras investigaciones efectuadas
con anterioridad, relacionadas con el problema a ser investigado. En este sentido,
toda investigación científica debe ser analizada en un sentido holístico, tomando
en cuenta los conocimientos previos adquiridos, ya sea para demostrarlos, para
utilizarlos como conocimientos básicos del tema a investigar o para demostrar el
32

error incurrido en un trabajo anterior según sea el caso, ahora bien, en el presente
trabajo se efectuará el análisis de algunas investigaciones efectuadas dentro y
fuera de Venezuela, relacionadas con el rescate y conservación del Patrimonio
Cultural en sus distintas manifestaciones y su marco jurídico regulatorio.
Entre los trabajos realizados con anterioridad que guardan relación con la
presente investigación, se puede citar la tesis presentada por la autora Camps
Mirabet, N. (2000), para optar al Título de Doctora en Derecho en la Universidad
de Lleira, Lleida, La Coruña, España, titulado “La Protección Internacional del
Patrimonio Cultural”, con publicación; la cual tuvo por finalidad estudiar la
normativa internacional destinada a la protección del patrimonio cultural material e
inmaterial, partiendo del análisis de la evolución progresiva hacia el
establecimiento de un sistema de cooperación institucionalizada a escala
universal, así como del régimen jurídico-internacional del patrimonio cultural, sus
características principales, las obligaciones que comporta, la función que
desempeñan las Organizaciones internacionales, tanto gubernamentales como las
no gubernamentales en esta materia, con especial énfasis en la UNESCO, y el
régimen de aplicación de las normas internacionales en el ámbito cultural.
El tipo de investigación utilizado fue el de la investigación de campo no
experimental, tomando en cuenta los aspectos históricos y sociológicos que
inciden en la formación de las leyes nacionales y de los Convenios Internacionales
y Tratados Internacionales que tienen por objeto la protección y conservación a
nivel mundial del Patrimonio Cultural material, inmaterial y natural. En el
mencionado Trabajo se destacó claramente el carácter de Derecho Humano de
carácter social que reviste la cultura y por ende el Patrimonio Cultural de los
pueblos, así como la interrelación existente entre la protección internacional del
patrimonio cultural, con relación al concepto de soberanía de los Estados, lo que
ha generado una gran evolución del Derecho Internacional Cultural, dirigido a la
33

progresiva cooperación y colaboración de los Estados, tendente al rescate del


Patrimonio Cultural desde el nivel local hasta el internacional, puesto que el
patrimonio cultural, forma parte integral de la identidad de los pueblos y de la
memoria histórica de la humanidad.
Para ello, la autora profundiza en la protección del patrimonio cultural en
tiempos de paz y en tiempos de guerra, también se hace referencia en el trabajo
analizado, a las normas que regulan el Derecho Internacional Cultural,
distinguiendo la existencia de dos (2) tipos de normas: Las obligatorias y las
Normas Programáticas y estudiando sobre la obligación de los Estados de
conservar sus respectivos Patrimonios Históricos y Culturales. En este orden de
ideas, señala la autora de la investigación bajo análisis:

En este sentido, cabe destacar el reconocimiento de un estatuto


específico para el bien cultural que se concreta en la existencia de
distintos sistemas de protección derivados esencialmente de las
normas internacionales que se dedican exclusivamente a la protección
del patrimonio cultural pero también de instrumentos jurídico-
internacionales reguladores de otros ámbitos materiales, como es el
Derecho internacional humanitario, el Derecho del mar y el comercio
internacional. (p. xi)

Asimismo, se estudia el papel de los organismos internacionales en el área


cultural, especialmente la participación de la UNESCO y las competencias que le
vienen dadas por los instrumentos jurídicos internacionales, así como la
intervención de la Cooperación institucionalizada en el ámbito regional (Europeo).
34

Es de destacar un elemento importantísimo que aborda la tesis bajo


análisis, referido a la participación comunitaria en la conservación y protección del
patrimonio cultural, a partir de una visión progresiva de tal participación, lo cual
encuadra claramente con la visión de la democracia participativa y protagónica
que actualmente existe en Venezuela.
De lo anterior se colige la evidente relación entre la tesis analizada y el
presente trabajo de investigación, pues ambos van dirigidos al estudio de la
obligación jurídica del Estado y de los particulares de preservar, conservar y
mantener el patrimonio cultural, histórico y artístico de la nación, encuadrando tal
obligación no solo en la normativa nacional de los países, sino también en la
normativa internacional, dando especial importancia a la participación de las
comunidades en la protección y preservación del patrimonio cultural, la
intervención de las ONG’S en esta materia, lo que permite analizar instituciones
como ICOM, ICOMOS, entre otras, que son organismos no gubernamentales de
carácter internacional, que prestan un importante servicio de cooperación entre los
países.
Otro trabajo analizado, que sirvió de antecedente para la presente
investigación es la tesis presentada por la autora Vidal Casellas, D. (2005) para
optar al Título de Doctora en Geografía Turística, de la Universidad de Girona,
España, titulado “L`imaginari monumental i artistic del turismo cultural: El cas de la
revista Barcelona atracción”, (El imaginario monumental y artístico del turismo
cultural: El caso de la revista Barcelona atracción), con publicación; su contenido
va fundamentalmente dirigido al estudio del turismo cultural, como factor de
desarrollo de las poblaciones.
Ciertamente, al referirse a los monumentos históricos, la autora refiere que
la alegoría es una modalidad retórica de la cual una imagen (el monumento),
explica un sentido no evidente y cuyo valor no es derivado directamente de su
35

significado literal; aplicada al monumento, la alegoría significa la imagen


emblemática que encierra en sí misma la obra, en todo su valor y expresión.
A través de la investigación citada, se hace un profuso estudio sobre la
importancia del patrimonio cultural para la existencia misma de los Estados y
particularmente la del patrimonio histórico, que además tiene importancia
socioeconómica para el desarrollo del turismo cultural por regiones, a tales fines,
define el patrimonio histórico como aquellas obras y construcciones antiguas,
originalmente ligadas a unas estructuras familiares y relacionadas ambas con un
conjunto de bienes y valores que hemos heredado de nuestros antepasados. En
síntesis, es la comunicación de saberes de los seres humanos que constituyen su
identidad, sin la cual, los ciudadanos se desarraigarían. Para Choay (2001), citado
por Vidal Casellas, D (2005): “En nuestra sociedad, la palabra Patrimonio Histórico
ha originado el uso del término tribu mediática y se utiliza para articular dos modos
y visiones del mundo” (p. 66).
A juicio de la autora de la investigación, los Monumentos Históricos, como
parte esencial del patrimonio cultural de un país, actúan sobre la memoria
colectiva de los pueblos y son una defensa contra los traumatismos de la
existencia, un dispositivo de seguridad, se puede decir que ellos enseñan, dan
testimonio de la fuerza y de la grandeza de los siglos pasados, sirviendo de
proyección para nuestro desarrollo futuro.
Del mismo modo, se da una importancia capital a la conservación del
patrimonio cultural, por la simple razón de que es un testimonio de la historia y una
obra de arte, señalando a la arquitectura como una posibilidad de revivir el
pasado, asegurar la gloria del arquitecto-artista y autentificar el testimonio de los
historiadores, lo que trae a discusión otro Derecho Humano a veces desconocido,
como lo es el del Derecho al paisaje. En este sentido, identifica la autora a la
36

UNESCO, como el organismo internacional comprometido en la promoción,


identificación, protección y preservación del patrimonio cultural en todo el mundo.
Al referirse más específicamente al Turismo Cultural, vale decir, el
aprovechamiento del vasto mensaje que otorgan a los visitantes las obras
arquitectónicas y demás obras de arte de todos los géneros que constituyen el
Patrimonio Cultural, Histórico y Artístico de una región, a los fines de que millones
de personas de todo el mundo puedan conocerlas y constituirlas en elemento
importante para el desarrollo integral de las regiones y del planeta.
En el mismo orden de ideas, señala la autora analizada, como primer
documento dirigido al desarrollo sostenible de este tipo de turismo: “La carta de
turismo cultural (1976), constituido en el primer documento que de una manera
oficial enlaza al Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Históricos
(ICOMOS) con el turismo.
Ciertamente, ICOMOS considera que se ha de responder a la presión
negativa que está ejerciendo el turismo con relación a los recursos patrimoniales
fundamentales y en especial a los monumentos históricos y obras de arte, señala
la autora que el documento ICOMOS analizado, está constituido por un conjunto
de principios, a través de los cuales explica porque esa institución se siente
interpelada a garantizar y a promover el turismo cultural, como mecanismo que
permita entrelazar los lazos de paz entre los pueblos y permita a los habitantes de
cada región identificarse cada día más con sus propias raíces, promoviendo así el
rescate de los valores fundamentales del ser humano.
En el mismo orden de ideas, el documento analizado por la autora, solicita
la aplicación de la Convención Internacional para la Protección del Patrimonio
Mundial, Cultural y Natural adoptada el 16 de Noviembre de 1972, así como la
recomendación de Nairobi, confiando la responsabilidad de su cumplimiento en la
UNESCO y en la Organización Mundial del Turismo (OMT).
37

Entre las conclusiones y recomendaciones a las que arriba la autora, es


interesante destacar que en el ámbito de la gestión del Patrimonio Cultural, es fácil
y necesario efectuar un inventario de los recursos culturales, susceptibles de ser
productos turísticos y que resulta vital para la población, la conservación y
mantenimiento del valor del patrimonio monumental y artístico, lo cual es
obligación de toda la población: ciudadanos, gobernantes y turistas.
En el ámbito de la organización y coordinación de las iniciativas en materia
de turismo cultural, propone la celebración de congresos, asambleas y
federaciones de sindicatos de iniciativa turística, con la correspondiente
publicación inmediata de las respectivas conclusiones, a los fines de concienciar a
todos los que tengan interés directo o indirecto en el tema de la necesidad de
promover y resguardar el Patrimonio Cultural e Histórico de la Nación.
La relación entre la tesis analizada y el presente trabajo de investigación es
evidente, pues ambos van dirigidos al estudio de la obligación del Estado y de los
particulares de garantizar su propia existencia al preservar, conservar y mantener
el patrimonio cultural, histórico y artístico de la nación, encuadrando tal obligación
desde el punto de vista sociológico y geográfico, partiendo de la importancia del
turismo cultural, como mecanismo de desarrollo integral de la región, tomando en
cuenta no solo los aspectos antropológicos, sociales e históricos, sino además
aspectos jurídicos de interés, destacando la intervención de organismos
gubernamentales internacionales como la UNESCO y la OMT entre otros, así
como la de Organizaciones No Gubernamentales, tales como: ICOMOS.
Tales argumentos se adaptan muy bien a la realidad venezolana en materia
de conservación y preservación del Patrimonio Cultural e Histórico, se da especial
importancia a la participación de las comunidades en la protección y preservación
del patrimonio cultural y la intervención de las ONG’S en esta materia.
38

Dadas las tendencias contenidas en cuanto al Derecho Cultural como


Derecho Humano fundamental en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (2000), la cual establece en su artículo 2: Venezuela se constituye en
un estado social de derecho y justicia…”, de lo que se colige lo siguiente: es claro
que en esa concepción social del Estado, es obligación de todos los habitantes,
participar activamente en el desarrollo integral de la región, por lo que se consagra
la participación ciudadana y su corresponsabilidad en el mantenimiento de su
Patrimonio Cultural e Histórico y en el consecuente desarrollo del Turismo
Cultural, a través del racional uso y aprovechamiento de los Monumentos
Históricos y demás obras de arte.
En este orden de ideas, el Tribunal Supremo de Justicia en Sala
Constitucional, dictó la sentencia Número 85, Expediente Número 01-1274,
Partes: ASOCIACIÓN CIVIL DEUDORES HIPOTECARIOS DE VIVIENDA
PRINCIPAL (ASODEVIPRILARA) conjuntamente con los ciudadanos IGOR
GARCÍA y JUVENAL RODRÍGUEZ DA SILVA en contra de
SUPERINTENDENCIA DE BANCOS Y OTROS INSTITUCIONES FINANCIERAS
y del CONSEJO DIRECTIVO DEL INSTITUTO PARA LA DEFENSA Y
EDUCACIÓN DEL CONSUMIDOR Y EL USUARIO (INDECU) en Demanda de
Derechos difusos y colectivos, estableció el alcance del concepto de Estado Social
de Derecho en los términos siguientes:

..sobre el concepto de Estado Social de Derecho, la Sala considera que


él persigue la armonía entre las clases, evitando que la clase
dominante, por tener el poder económico, político o cultural, abuse y
subyugue a otras clases o grupos sociales, impidiéndoles el desarrollo
y sometiéndolas a la pobreza y a la ignorancia; a la categoría de
explotados naturales y sin posibilidad de redimir su situación. A juicio
de esta Sala, el Estado Social debe tutelar a personas o grupos que en
39

relación con otros se encuentran en estado de debilidad o minusvalía


jurídica, a pesar del principio del Estado de Derecho Liberal de la
igualdad ante la ley, el cual en la práctica no resuelve nada, ya que
situaciones desiguales no pueden tratarse con soluciones iguales. El
Estado Social para lograr el equilibrio interviene no solo en el factor
trabajo y seguridad social, protegiendo a los asalariados ajenos al
poder económico o político, sino que también tutela la salud, la
vivienda, la educación y las relaciones económicas, por lo que el sector
de la Carta Magna que puede denominarse la Constitución Económica
tiene que verse desde una perspectiva esencialmente social. El Estado
Social va a reforzar la protección jurídico-constitucional de personas o
grupos que se encuentren ante otras fuerzas sociales o económicas en
una posición jurídico-económica o social de debilidad, y va a aminorar
la protección de los fuertes. El Estado está obligado a proteger a los
débiles, a tutelar sus intereses amparados por la Constitución, sobre
todo a través de los Tribunales; y frente a los fuertes, tiene el deber de
vigilar que su libertad no sea una carga para todos.

También sirvió como antecedente de la presente investigación, la tesis


presentada por el autor García Mesanat, G. (2005), bajo la tutoría de la Dra.
Amparo Sancho Pérez, para optar al Título de Doctor en Economía en la
Universidad de Valencia, España, titulado “Medición de la capacidad de carga de
la población local y los turistas en un destino turístico”, con publicación; la cual
parte de la hipótesis de que la sostenibilidad de un destino turístico determina su
competitividad dentro del mercado. En su trabajo de investigación se refiere a tres
(3) componentes básicos para que exista tal sostenibilidad, a saber: económico,
socio-cultural y medio ambiental.
Dentro del aspecto socio-cultural, el estudio del turismo cultural asume
primordial importancia para garantizar la sostenibilidad en el tiempo de la industria
turística, no solo en España sino en cualquier otra parte del mundo, por lo que los
razonamientos y proyecciones presentados por el autor analizado, son
perfectamente aplicables a la realidad Venezolana, en la que debe igualmente
40

analizar, con especial interés el aspecto socio-cultural, vale decir, como incide la
actividad turística en el patrimonio cultural y en la conciencia de la población.
Tal como lo señala el autor, Los efectos socioculturales del turismo en las
comunidades locales no sólo permanecen sino que son de muy difícil retorno. Las
comunidades de pescadores que abandonan las barcas, o los agricultores que
transforman sus campos de cultivo en solares para construir bloques de
apartamentos, es muy improbable que retornen alguna vez a sus antiguos medios
de vida. El impacto en la forma de vida que el turismo tiene en la población afecta
todos los aspectos y tradiciones de las comunidades.
La tesis bajo análisis se basa en el hecho de que sólo serán destinos
turísticos competitivos aquellos que sean capaces de definir y aplicar un desarrollo
turístico acorde con los criterios de sostenibilidad económica, sociocultural y
medioambiental y que, en consecuencia, puedan mantener sus atractivos y
recursos en permanente buen estado para ser consumidos por el turista presente
y futuro.
Dentro de esta concepción, cobra evidente importancia el turismo cultural,
que permite no solo mantener, sino fomentar y rescatar las tradiciones de los
pueblos, su identidad y valores fundamentales, al mismo tiempo que se
fundamenta en el Patrimonio Cultural Material e Inmaterial de las poblaciones para
obtener el desarrollo económico y cultural de los pueblos, partiendo del análisis de
la evolución progresiva hacia el establecimiento de un sistema de cooperación
institucionalizada a escala universal, así como la necesidad de establecer un
régimen jurídico nacional y local acorde con los principios de sostenibilidad de ese
turismo cultural.
El tipo de investigación utilizado fue el de la investigación de campo,
basada en el manejo de estadísticas y estudio de casos, aunado a los principales
instrumentos jurídicos que en España regulan los aspectos a ser analizados para
41

determinar la sostenibilidad de la actividad turística. En el mencionado Trabajo se


destaca claramente las ventajas económicas, socioculturales y medioambientales
que aparejan el turismo cultural, que aumentan su sostenibilidad.
Es de destacar un elemento importantísimo que aborda la tesis bajo
análisis, referido a la necesidad de mantener los valores, tradiciones y principios,
salvaguardándolos en el ejercicio de la actividad turística para que esta sea
sostenible, para lograr esto, resulta necesaria la participación comunitaria en la
conservación y protección del patrimonio cultural, a partir de una visión progresiva
de tal participación, lo cual encuadra claramente con el paradigma de la
democracia participativa y protagónica que asume la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (2000), que en su preámbulo expresa: “Con el fin
supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática,
participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia,
federal y descentralizado” (Preámbulo)
En este sentido, la relación entre la tesis analizada y el presente trabajo de
investigación, parte de la obligación del Estado de planificar las actividades
turísticas en los Estados y comunidades a los fines de hacerlo realmente
sostenible para que no se convierta en un elemento adicional de pérdida de la
identidad colectiva.
Para desarrollar tales fines, dentro de los indicadores socioculturales es
necesario preservar, conservar y mantener el patrimonio cultural, histórico y
turístico de la nación, encuadrando tal obligación, no solo en la normativa nacional
de los países, sino también en la normativa internacional, dando especial
importancia a la participación de las comunidades en la protección y preservación
del patrimonio cultural y promoviendo esos valores y principios comunes de la
región a nivel local, nacional y mundial.
42

Se analizará igualmente la tesis presentada por la Autora Torbisco C., N.


(2000) para optar al título de Doctora en Derecho Público en la Universidad
Pompeu Fabra, Provincia de Catalunya, España, titulado Minorías culturales y
derechos colectivos: Un enfoque liberal. Aprobada con publicación.
El contenido del antecedente de investigación bajo análisis, está referido al
concepto del multiculturalismo, entendido por este al fenómeno creciente de la
diversidad cultural y étnica que caracteriza a la mayoría de las sociedades
contemporáneas, frente a los procesos de transculturación que pretenden
imponer las grandes potencias, a través de la denominada “globalización”, se
analiza en la tesis bajo análisis si los Estados están o no obligados a garantizar los
Derechos de las minorías a su propia identidad cultural y si tales derechos, de
naturaleza colectiva, pueden ser considerados dentro de la esfera de los Derechos
Humanos, igualmente se discute si las grandes potencias “pueden” pretender
imponer sus propios valores y principios a las minorías étnicas y religiosas, tal
como ha ocurrido con la guerra del golfo pérsico, la invasión a los kurdos, iraquíes
y afganos o en los derrocamientos de gobiernos como el de Haití, Granada y
Libia, con grandes motivaciones culturales de imposición y dominación, con grave
destrucción de los monumentos históricos de importancia mundial que se
encuentran en ellos, tal es el caso del bombardeo a la antigua ciudad de Ur, patria
del Profeta Bíblico y del Corán Abraham. En tal sentido, opina la autora de la
investigación bajo análisis, lo siguiente:

El objeto de esta investigación es el examen de la idea de derechos


colectivos y de los principales argumentos que pueden aducirse para
su justificación moral. En la actualidad, este debate ocupa un lugar
destacado en la discusión más genérica acerca del tratamiento jurídico-
político de las minorías por parte de las democracias liberales. En este
43

sentido indagar sobre el fundamento de los derechos colectivos


constituye un punto de partida interesante para el planteamiento de
cuestiones más complejas relativas al rol de la cultura en la
conformación de la identidad cultural o al significado para los
ciudadanos con identidades culturales distintas, de su reconocimiento
público como “iguales”. En el último término, el debate sobre estos
derechos puede contribuir a esclarecer aspectos centrales de la teoría
liberal y de la naturaleza de la ciudadanía en los estados multiculturales
(p.8)

El tipo de investigación utilizado fue el de la investigación de campo no


experimental, tomando en cuenta los aspectos históricos y sociológicos que han
incidido en la problemática bajo análisis, relativa al Derecho Colectivo con rango
de Derecho Humano, que tienen los grupos minoritarios y del tercer mundo de
conservar su identidad y sus raíces, así como las formas, a veces velada y a
veces agresiva de pretender imponer una cultura única, en la que se avasallen los
derechos de las poblaciones más débiles a conservar sus propias raíces y su
propia identidad, sobre la base de la tolerancia como elemento clave para
garantizar tal protección. Es así como han surgido numerosas Convenciones,
Convenios y Tratados Internacionales que tienen por objeto la protección y
conservación a nivel mundial del Patrimonio Cultural en sus distintas
manifestaciones: material, inmaterial y natural.
En el mencionado Trabajo se destaca claramente el carácter de Derecho
Humano fundamental que tiene la cultura no solo para los pueblos dominantes
sino también para las minorías en un mundo caracterizado por el multiculturalismo,
del cual Venezuela es un gran ejemplo, pues es el crisol de varias culturas en una
integración hermosísima y de gran riqueza en todos sus aspectos, pero que en
gran parte, debido al excesivo intervencionismo cultural, ha venido perdiéndose la
identidad colectiva en el tiempo, analiza la autora el Patrimonio Cultural de los
44

pueblos y la interrelación existente entre la protección internacional del patrimonio


cultural, con relación al concepto de soberanía de los Estados, lo que ha generado
una gran evolución del Derecho Internacional Cultural, que hace necesaria la
protección efectiva de los Derechos Culturales de las Minorías, a través del
respeto entre los seres humanos y los Estados y de la progresiva cooperación y
colaboración internacional, tendente al respeto del Patrimonio Cultural de las
minorías, desde el nivel local hasta el internacional, puesto que el patrimonio
cultural, forma parte integral de la identidad de los pueblos y de la memoria
histórica de la humanidad.
Es de destacar un elemento importantísimo que aborda la tesis bajo
análisis, referido a la participación comunitaria en la conservación y protección del
patrimonio cultural y de los grupos minoritarios en el rescate de sus propias raíces,
a partir de una visión progresiva de tal participación, lo cual encuadra claramente
con la visión de la democracia participativa y protagónica que actualmente existe
en Venezuela.
La tesis analizada y el presente trabajo de investigación están
entrelazados, pues ambos van dirigidos al estudio de la obligación de los Estados
de preservar, conservar y mantener el patrimonio cultural, histórico y artístico de la
nación, visto este no solo para la mayoría sino para todos y todas las personas
que habitan en el país, con expreso respeto al derecho de las minorías y a la
multiculturalidad, encuadrando tal obligación no solo en la normativa nacional de
los países, sino también en la normativa internacional, dando especial importancia
a la participación de las comunidades en la protección y preservación del
patrimonio cultural.
En el mismo orden de ideas, se analizó la tesis presentada por la autora
Nweihed, S. (2005) para optar al Título de Magíster Scientiarum en Conservación
y Restauración de Monumentos, en la Universidad Central de Venezuela, titulado
45

“La Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús: Estudio y proyecto de restauración de


Monumentos. Aprobada sin publicación.
El contenido del antecedente de investigación analizado va
fundamentalmente dirigido al rescate y restauración de la Iglesia en referencia,
dado su carácter de bien cultural, que forma parte del patrimonio cultural e
histórico de la nación, dando especial importancia al contenido social de los bienes
culturales como elemento que potencia y facilita la vinculación entre los individuos
y la clara necesidad que tienen las comunidades de diferenciarse de otros
individuos y grupos de individuos.
Es así que como lo señala ibídem (2005): “nuestra identidad cultural está
basada en nuestra cultura actual, producto esta de un proceso histórico, en el cual
el gentilicio y el entorno físico han sido protagonistas.” (p.2)., por ello continua la
autora reconociendo que para conocernos realmente, es fundamental el manejo
de nuestra historia como colectivo, a través de ciencias como la sociología de la
cultura y otras ciencias sociales (incluyéndose entre ellas, indudablemente a la
Ciencia del Derecho, la antropología cultural, entre otras) van creando la fisonomía
e identidad de las comunidades y de los pueblos, lo cual en criterio del autor es
acertado, puesto que el patrimonio cultural de cada sociedad, indiscutiblemente
está integrado por una serie de elementos que conforman la identidad de cada
pueblo, algunos de ellos, tienen carácter inmaterial, tales como los bailes, las
músicas tradicionales, la gastronomía local, las tradiciones en general, las fiestas y
celebraciones regionales, entre otras.
Paralelamente a ese Patrimonio Cultural inmaterial, también existe un
Patrimonio Cultural material, siendo en este aspecto, donde la arquitectura tiene
un papel preponderante y un contenido utilitario, ciertamente la arquitectura es
fundamentalmente un arte, una manifestación cultural, que por tener tal carácter
está protegida como un Derecho Humano fundamental siempre que el inmueble
46

construido, por su naturaleza o características constituya un elemento cultural


intrínseco de la región, de la nación o incluso del mundo.
Ciertamente, tal como lo señala ibídem (2005), al referirse al contenido
social de la arquitectura: “siendo la arquitectura un arte utilitario… es una
manifestación cultural, siendo fundamental advertir su valor como documento
histórico y también un valor social en función de su relevancia subjetiva para la
comunidad que la produjo y aquella a quien sirve.” (p.2).
Se señala en la investigación utilizada como antecedente de investigación,
la obligación de los arquitectos de coadyuvar en la conservación, rescate,
revalorización y continuo descubrimiento de las obras realizadas por los
antepasados, lo cual es una tarea interdisciplinaria, en la que los abogados
también tienen importantísimas obligaciones, pues el patrimonio cultural, es hoy
en día reconocido como un Derecho Humano fundamental de carácter social que
defiende intereses difusos, razón por la cual este trabajo tiene una orientación muy
similar a la del antecedente analizado, como lo es el de rescatar la conciencia
colectiva y resaltar la actuación del Estado, las regiones y los Municipios, así como
el sector privado y las comunidades en el rescate de obras arquitectónicas que por
su contenido histórico son necesarias para la conservación de la identidad de los
pueblos y de todos los demás bienes culturales que conforman la idiosincrasia del
estado Venezolano.
También sirve de antecedente a la presente investigación, el trabajo
elaborado por la autora española Inés Cabral Ururahy De Souza (2003), en su
trabajo denominado: “La construcción de la soberanía: Derechos Humanos y
Humanización del Derecho”, presentado por ante la Facultad de Derecho Público
de la Universidad de Burgos, Provincia de Burgos, España, para optar al título de
Doctora en Derecho Público, siendo aprobado con publicación. En su trabajo,
parte de la necesidad de refundar el concepto de la ciudadanía fundamentada en
47

nuevos valores socio culturales de los seres humanos, señala la autora que lo
deseable no es la unificación de las culturas como se pretende a través de la
globalización, sino el establecimiento de Derechos Humanos universalmente
aceptados que deban ser respetados por todos los seres humanos por igual.
Evidentemente que uno de esos derechos Humanos fundamentales es el
derecho a la diversidad cultural, a la individualidad colectiva de las sociedades, por
lo que la comunidad internacional está obligada a respetar el Derecho Humano
colectivo a la identidad social e individual de todos y cada uno de sus miembros,
señala en sus conclusiones la gran discusión existente sobre el concepto de
soberanía de los estados, púes hay algunos autores que señalan que debe
desaparecer y otros que debe transformarse, claro está, las culturas dominantes
pretenden aplastar las culturas insipientes de los pueblos más débiles, tal como
señala Julios Campuzano, citado por Cabral, I. (2003), “los estados
económicamente más débiles se ven arrastrados de manera inexorable por las
decisiones que los países más poderosos imponen “democráticamente” en los
procesos decisorios” (p. 354), esto pareciera más bien una forma de neo coloniaje,
a través de la invasión e imposición cultural, pero la autora no se conforma con
este planteamiento y señala que, en su criterio, es necesaria la profundización de
la democracia, garantizando la participación directa y masiva de los ciudadanos
comunes y corrientes en las actividades políticas, desmontando los aparatos
burocráticos responsables de la pérdida del sentido de pertenencia colectivo,
señala que debe existir una sociedad en la que los ciudadanos pasen de ser
ciudadanos ciervos a ciudadanos realmente soberanos.
Tal como lo expresa Cabral, I (2003), resulta evidente la relación entre la
ciudadanía y el Derecho, cuando se observa que uno de los principios
fundamentales es que nadie podrá ser obligado a hacer nada sino en virtud de la
Ley, la verdadera democracia se cimenta en el respeto a la Ley, pero no una Ley
48

impuesta, sino una Ley producto del consenso de la sociedad, el Patrimonio


Cultural es el elemento capaz de elevar la autoestima colectiva de los pueblos,
promoviendo la participación efectiva de las comunidades en la solución de sus
problemas y generando ciudadanos activos, capaces de defender su terruño, de
amar a su país; seres proactivos, con principios y valores fundados en la
solidaridad y el respeto al otro u otra.
De lo anterior se desprende la necesidad de garantizar la promoción,
rescate y defensa de los Derechos Culturales de los pueblos, evitando la
alienación colectiva y la pérdida del sentido de pertenencia y del deseo de cuidar y
proteger lo autóctono de cada región del país.
Otro trabajo de investigación analizado como antecedente de la presente
investigación, es el elaborado por la autora colombiana Vélez, C. (2002), en su
trabajo de tesis denominado “Propósitos de formación en salidas urbanas”,
presentado por ante la Universidad de Antioquia, Medellín, Departamento de
Antioquia, Colombia; para optar al título de Especialista en Didáctica Universitaria,
siendo aprobado el trabajo sin publicación. En su trabajo, parte de la
diferenciación del estudio de la ciudad como agente o medio de educación y la
ciudad como objeto de educación. En tal sentido, Ibídem (2002) los diferencia, en
los términos siguientes: “En el primer caso, la ciudad participa en la educación o
es el escenario donde se dan actividades educativas… En el segundo caso, se
considera a la ciudad como objeto, como tema a aprender.” (p.47).
Ciertamente, la autora se traza la necesidad de plantearse como objeto de
estudio en las universidades a las ciudades, reconociendo al fenómeno urbano un
carácter interdisciplinario, que debe abordarse en forma integral para poder
identificar y solventar los principales problemas que se presentan en las ciudades.
Para ibídem (2002), uno de los que tienen una intencionalidad formativa, lo
constituye el patrimonio urbano, el cual dentro de su integración cuenta con el
49

aspecto cultural, histórico y arquitectónico. En ese punto, la estrecha relación entre


el concepto de ciudadanía con el desarrollo de la ciudad a través de la historia ha
hecho considerar el estudio de la última, como una manera de lograr la formación
ciudadana. Es así que cuando dentro del proceso pedagógico se asume como una
reflexión sobre lo que es la ciudad, sobre las relaciones que se dan en ese
espacio, sobre las instituciones que lo regulan y controlan, favorece el sentido de
pertenencia, la convivencia en la ciudad y genera una mayor participación de los
individuos en su construcción.
De lo anterior se desprende claramente, la necesidad de conservar el
Patrimonio Cultural, Histórico y Arquitectónico de los pueblos, siendo además una
buena forma de poner en práctica algunos pilares de la educación como “aprender
a convivir” desde la propia ciudad, lo que indudablemente generaría un gran
sentido de pertenencia y una mejor conducta ciudadana, por esto, tal como lo
expresa ibídem (2002), “no es un aspecto puramente académico o un discurso
teorizante, sino un tema de plena vigencia que permite acercar el mundo de la
escuela con el mundo de la vida”, pues la ciudad y su patrimonio cultural se
constituyen en objeto directo de estudio para todos.
La autora analizada concibe la ciudad como objeto de estudio, visto desde
tres (3) dimensiones diferentes, vale decir: la dimensión política; la dimensión
demográfico-social y la dimensión histórico-cultural; siendo la última de las
dimensiones mencionadas, la que tiene incidencia directa con la presente
investigación: es así como la autora de la tesis que sirve de antecedente a la
presente investigación, al referirse a la necesidad de preservar el Patrimonio
arquitectónico, cultural e histórico de las regiones, expresamente señala:

La preocupación por recuperar o preservar los fragmentos de ciudad


que relatan su historia, generó en el ámbito mundial tendencias de
50

conservación, que en su sentido más tradicional iba dirigida hacia


edificaciones, objetos arquitectónicos de carácter museable y que se
pretendían salvaguardar de la destrucción del progreso. (p. 130)

Continúa reflexionado la autora sobre este punto, y explica como el hecho


planteado ha obligado a la comunidad internacional a promover la restauración y
conservación del patrimonio cultural e histórico de la humanidad, restringiendo las
intervenciones en algunos sectores, tratando de conservar ese pasado, esa
historia impresa en la ciudad. Es así como todas las ciudades, en mayor o menor
medida conservan unos fragmentos de su historia que se evidencia en espacios
físicos: edificios, plazas, que algunas veces son valorados y usados, y otras veces
no, lo cual conlleva a su destrucción.
Bases Teóricas
El Patrimonio Cultural de la Nación:
Antecedentes Históricos:
El primer antecedente legislativo nacional en materia de protección al
Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural, data del año 1914, tal como lo señala
Opus (1999) durante la Presidencia de José Gil Fortoul, fue decretada la
prohibición de extraer del país objetos históricos, aunque estos fuesen de
propiedad particular. Hecho este que muestra la preocupación que comenzaba a
surgir en el país de garantizar su memoria histórica. Posteriormente, el 16 de Julio
de 1945, durante el gobierno del General Isaías Medina Angarita, el Congreso de
la República de Venezuela, promulgó la Ley de Protección y Conservación de
Antigüedades y Obras Artísticas de la Nación, la cual creó la Junta Nacional
Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación.
51

En este orden de ideas, el artículo 3 de la Ley “sub iudice” establecía: “Se


prohíbe destruir, reformar, reparar, cambiar de destino o de ubicación, los
documentos y demás obras que constituyen el Patrimonio Histórico y Artístico de
la Nación.

El Patrimonio Cultural Material:


El crecimiento de la población mundial ha generado la necesidad de la
conservación del los Monumentos y sitios históricos, la cual debe marchar en
armonía con la necesidad de ensanchamiento de los pueblos y ciudades como
consecuencia del crecimiento demográfico que mantiene la sociedad y que de
seguro mantendrá o incrementará en los próximos años, a nivel mundial, nacional
y regional.
La necesidad de ensanchamiento de los centros poblados, ha venido
generando la destrucción progresiva de importantes monumentos y sitios
históricos, tal como lo señala, Opus (1999): “En este afán iconoclasta se
demolieron, para dar paso a ensanches urbanísticos, muchas obras que ya
formaban parte de la memoria de esos mismos pueblos y ciudades.” (p.144, VI).
Esta situación, había generado y continuaba generando graves pérdidas al
legado cultural de la humanidad, cuyos nocivos efectos deben ser frenados por el
Derecho, garantizando la convivencia social y el rescate de la identidad de los
pueblos; tal como lo señala Iglesias, J (2002), al referirse a este aspecto del
Derecho, señala: “El derecho brota de la entraña misma de cada pueblo, y de su
historia, y de modo cierto y no arbitrario, querido y no accidental.” (p.51)
Por tal razón la humanidad, consciente de la gravedad de la situación
generada por la progresiva destrucción del legado cultural e histórico de la
humanidad, en 1931, fue redactada por un grupos de países, la Carta de Atenas,
documento que según Opus (1999): “contribuyó a fomentar un vasto movimiento
52

internacional que despertó el interés de muchos países por el rescate y


conservación de su patrimonio documental.” (p. 144, II).
En el mismo orden de ideas, al referirse al Patrimonio Artístico de la nación,
Cabanellas, G. (1994), señala que este está constituido por sus monumentos
arquitectónicos, pictóricos, culturales y de cualquier otro orden, encontrándose
bajo la protección especial del Estado, teniendo proyección desde lo local como de
lo internacional por la necesidad de su conservación en beneficio de la
humanidad. Larousse (2002), define el Patrimonio histórico-artístico como:
“conjunto de bienes inmuebles y muebles que por su valor histórico, artístico o
cultural están sujeto a un régimen especial (p. 132).”
La importancia manifiesta del patrimonio cultural de todo país, la refleja
claramente Hernández, P. y otros (1996), al señalar: “Es necesario que la gente
conozca su propia realidad geográfica, histórica, etnológica, lingüística, artística…”
(p.19), toda vez que a través de ese conocimiento se recupera el concepto de
identidad y el sentimiento de arraigo local, regional y nacional, además de tener un
valor incalculable como atractivos turísticos en la región donde se encuentren.
Se lamenta Opus (1999), cuando refiere: “En este campo tan importante ha
reinado a lo largo de estas últimas décadas una verdadera anarquía.”
Ciertamente, se puede observar que muchos de los edificios y construcciones
arquitectónicas constituidos en Patrimonio Histórico de la Nación, se encuentran
hoy día en absoluto estado de abandono y desatención oficial.” (p.145 II)
Con relación a la protección del Patrimonio Histórico de las Naciones, la
Conferencia General de la UNESCO en su XVI reunión celebrada en París en
noviembre de 1972, aprobó una recomendación, en el ámbito nacional, del
Patrimonio Cultural, al señalar: es una riqueza cuya protección, conservación y
revalorización impone a los Estados en cuyo territorio está situado, obligaciones
53

no solo respecto de los nacionales, sino también respecto de la Comunidad


Internacional entera”.
Ahora bien, es importante precisar que es la UNESCO, en tal sentido,
Encarta (2006), al referirse a ese importante organismo internacional señala:

“UNESCO, siglas de United Nations Educational, Scientific, and


Cultural Organization (Organización para la Educación, la Ciencia y la
Cultura de las Naciones Unidas), organismo integrado en la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), creado en 1946 para
promover la paz mundial a través de la cultura, la comunicación, la
educación, las ciencias naturales y las ciencias sociales.” (Microsoft
Encarta (2007).

Continua ibídem (2006), señalando, entre los objetivos de UNESCO:


“Definir y proteger el Patrimonio de la Humanidad Cultural y Natural (concepto que
estableció en 1972 y entró en vigor en 1975) y defender la expresión de las
identidades culturales.” (Microsoft Encarta (2006).
Para seguir profundizando en esta materia, resulta importante entender
todo lo que encierra los términos cultura, historia, arte y turismo, en este orden de
ideas, para Espasa (2004), el término cultura significa: “Conjunto de modos de
vida y costumbres, conocimientos, grados de desarrollo artístico, científico,
industrial, etc., de una época o grupo social.” (p. 493).
Ahondando en el punto, en cuanto al término historia, Larousse (2002), la
define como: “Estudio de los acontecimientos del pasado relativos al hombre y a
las sociedades humanas.” (p. 524), vale decir, que no es otra cosa que el estudio
del desarrollo cultural de las poblaciones a través del tiempo. Con relación al
término arte, Encarta (2006), lo define como: “actividad que requiere un
aprendizaje y puede limitarse a una simple habilidad técnica o ampliarse hasta el
punto de englobar la expresión de una visión particular del mundo.”
54

En el mismo orden de ideas, el término turismo, fue definido en el Congreso


Internacional de Sociología celebrado en Méjico en 1965 como: “Conjunto de
interacciones humanas, como transportes, hospedaje, servicios, diversiones,
enseñanzas, derivados de los desplazamientos transitorios, temporales o de
transeúntes de fuertes núcleos de población con propósitos tan diversos como son
múltiples los deseos humanos y que abarcan gamas variadas de motivaciones.”
(Citado por Novo, G. (1994) p. 245).
Todas las definiciones señaladas en el párrafo anterior, evidencian que los
términos: historia, arte y turismo, están inmersos, vale decir, son parte integrante
de la cultura, de lo que se verifica que todo patrimonio histórico, todo patrimonio
artístico y todo patrimonio turístico, es a su vez patrimonio cultural. Sin embargo,
todo patrimonio cultural, necesariamente no tiene porque ser a un mismo tiempo
patrimonio histórico, turístico y artístico. Ya hemos analizado los conceptos de
Patrimonio Histórico, Patrimonio Cultural y Patrimonio Artístico pero no hemos
señalado absolutamente nada con relación al término Patrimonio Turístico,
definido por Novo, G.(1994), como: “Conjunto de recursos naturales y obras
creadas por el hombre, que estimulan el deseo de viaje y satisfacen las
necesidades que de este se originan.” (p.143)

El Patrimonio Cultural Inmaterial:


Con los procesos de globalización, se ha producido la pérdida paulatina de
las identidades regionales y nacionales, sobre la base de procesos de invasión
cultural, basada en el consumismo exacerbado, por lo que surge la necesidad de
rescatar las manifestaciones culturales y todos los elementos que conforman la
identidad de los pueblos, lo cual debe marchar en armonía con la necesidad de
adaptación de las comunidades a la creciente interacción entre las distintas
poblaciones y países.
55

En este sentido, la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural


Inmaterial (2003), el Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) es el patrimonio viviente,
el crisol de la diversidad cultural de los pueblos, su conservación, es tanto o más
importante inclusive que la del Patrimonio Cultural Material.
Ciertamente en el caso concreto de la investigación, el Patrimonio Cultural
inmaterial del estado Venezolano, refleja la diversidad cultural existente en su
territorio y la obligatoriedad y necesidad de su conservación. Se constituye
entonces en una garantía de creatividad permanente.
La UNESCO ha agrupado el Patrimonio Cultural Inmaterial, fundamentalmente
en los siguientes ámbitos:
 Tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del
patrimonio cultural inmaterial;
 Artes del espectáculo (como la música tradicional, la danza y el teatro);
 Usos sociales, rituales y actos festivos;
 Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo;
 Técnicas artesanales tradicionales.
La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial,
aprobada en París, por la UNESCO, el 17 de Octubre de 2003 y ratificada por
Venezuela señala una definición más concreta de lo que debe entenderse por
Patrimonio Cultural Inmaterial, describiendo en mayor grado los elementos que lo
componen y la importancia que este tiene para la humanidad, reconociéndolo
como un Derecho Humano Fundamental de carácter social. En tal sentido,
establece en el numeral 1º del artículo 2 de la Convención de marras, lo siguiente:

Se entiende por “patrimonio cultural inmaterial” los usos,


representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los
56

instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son


inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los
individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural.
Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en
generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos
en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia,
infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y
contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la
creatividad humana. A los efectos de la presente Convención, se
tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea
compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos
existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades,
grupos e individuos y de desarrollo sostenible.

El Patrimonio Cultural Inmaterial entonces tiene las siguientes características:


 Se transmite de generación en generación;
 Es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de
su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia;
 Infunde a las comunidades y los grupos un sentimiento de identidad y de
continuidad;
 Promueve el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana; es
compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos
existentes; cumple los imperativos de respeto mutuo entre comunidades,
grupos e individuos y de desarrollo sostenible.
El Patrimonio Cultural Inmaterial es en esencia tradicional, sin dejar de estar
vivo. Se recrea constantemente y su transmisión se realiza principalmente por vía
oral. Es difícil emplear el término “auténtico” en relación con el Patrimonio Cultural
Inmaterial; algunos expertos previenen contra su empleo en relación con el
patrimonio vivo.
57

Este patrimonio vive en la mente de la población de donde es originario y se


transmite de generación en generación, es parte fundamental del imaginario
colectivo que conforma el concepto sociológico de la nacionalidad. Con frecuencia
se comparten el conocimiento y las técnicas dentro de una comunidad, e
igualmente las manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial se llevan a cabo,
a menudo, de forma colectiva.
Los efectos de la globalización, amenazan en todo el mundo con la
destrucción definitiva de los Patrimonios Culturales Inmateriales, ciertamente, las
políticas homogeneizantes, y la falta de medios, de valorización y de
entendimiento, han conducido al deterioro progresivo pero reversible de las
funciones y los valores de estos elementos y a la falta de interés hacia ellos entre
las nuevas generaciones.
Es así como la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural
Inmaterial (2006), habla de comunidades y de grupos depositarios de las
tradiciones, pero no los especifica.
Una y otra vez los expertos gubernamentales que preparaban el
anteproyecto de la Convención de marras (2006), insistían en que estas
comunidades están abiertas, en que pueden ser dominantes o no dominantes, en
que no están necesariamente unidas a territorios específicos y en que una
persona puede muy bien pertenecer a comunidades diferentes o pasar de una
comunidad a otra.

Acervo Cultural:
El Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación, constituye elemento básico
de su propia identidad, no solo desde el punto de vista de la nación sino en sus
propias regiones que ven en esos monumentos, obras, costumbres y todo aquello
que integre su patrimonio cultural el reflejo de su esencia como pueblos. En este
58

orden de ideas, es claro el preámbulo de la Carta de Burra de (1979), al


establecer que: “Los sitios de significación cultural enriquecen la vida del pueblo,
proveyendo a menudo, de un profundo e inspirador sentido de comunicación entre
comunidad y paisaje, con el pasado y experiencias vividas.”
Ciertamente, los pueblos del mundo permanecen unidos y garantizan su
subsistencia, a través de la efectiva existencia del imaginario colectivo que
constituyen el fundamento real de las nacionalidades y por ende de los Estados,
que no tendrían razón de ser sin sus habitantes, por lo que la base de la sociedad
es el imaginario colectivo que crea el sentido de pertenencia de cada habitante
con su terruño. En este orden de ideas,
http://www.nuestro.cl/biblioteca/textos/diccionario.htm, sitio Web del Patrimonio
Cultural Chileno, define el vocablo acervo cultural como: “Conjunto de
conocimientos, creencias, prácticas y objetos que definen lo propio de un grupo
humano y lo diferencian de otro.”
En otras palabras, el Acervo Histórico es la identidad de un pueblo, cuando
se pierde esa identidad, se pierde igualmente la personalidad colectiva, su estilo
propio, su autenticidad, a consecuencia de ello, se pierde igualmente el sentido de
pertenencia y las ganas de proteger y cuidar la región a la cual se pertenece, ante
la ausencia de valores y costumbres tradicionales, invaden otras externas que no
guardan relación con la idiosincrasia natural del pueblo, acentuándose el
fenómeno de la transculturación y con él, se acentúa el proceso de desapego por
el terruño, lo que genera un verdadero círculo vicioso que ahonda el caos y la
pérdida de valores y personalidad de la sociedad.
En este sentido, el acervo cultural, como elemento inmanente del
Patrimonio Cultural es un bien plural y comunitario, que no puede estar sujeto a
los fenómenos derivados de la globalización, especialmente en aquellos casos en
que participa de las actividades que representan intereses de carácter
59

socioeconómico, por lo que la conservación del Patrimonio Cultural supone el


manejo racional del mismo y de las actividades productivas en las que participa,
entre las que destaca el turismo cultural, por lo que un pueblo que no tiene una
identidad propia que mostrar se convierte en una sociedad monótona, sumida en
el olvido, no interesa a nadie.
Principales Instituciones Internacionales y Nacionales con competencia en
Materia de Protección del Patrimonio Cultural, Histórico, Artístico y
Arquitectónico:
UNESCO: Siglas de United Nations Educational, Scientific, and Cultural
Organization (Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las
Naciones Unidas), organismo integrado en la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), creado en 1946 para promover la paz mundial a través de la
cultura, la comunicación, la educación, las ciencias naturales y las ciencias
sociales.
Los principales objetivos de la UNESCO son globalizar la educación,
fomentar una cultura de la paz, promover la libre circulación de información entre
los países y la libertad de prensa, definir y proteger el Patrimonio de la Humanidad
Cultural y Natural (concepto que estableció en 1972 y entró en vigor en 1975) y
defender la expresión de las identidades culturales.

Organización de Ciudades del Patrimonio Mundial: conocida por sus siglas


OCPM: Organización Internacional creada el 8 de septiembre de 1993 en la
localidad marroquí de Fez y que actualmente reúne a más de 180 ciudades en el
mundo, que tienen en su territorio algún sitio inscrito por la UNESCO en la Lista
del Patrimonio Mundial. En su conjunto, estas ciudades tienen una población que
supera los 120 millones de habitantes. La creación de esta organización es
consecuencia directa de las conclusiones adoptadas en el año 1991 en el Primer
60

Coloquio Internacional de las Ciudades del Patrimonio Mundial, convocado por los
gobiernos de Quebec y de Canadá, bajo los auspicios de la UNESCO, a cuyo
término se expresó el deseo de constituir una red de ciudades del Patrimonio
Mundial. Entre los objetivos y funciones de la Organización de las Ciudades del
Patrimonio Mundial figuran los siguientes:
 Contribuir a la aplicación de la Convención sobre la Protección del
Patrimonio Mundial Cultural y Natural y de la Carta Internacional para la
Salvaguarda de las Ciudades Históricas.
 Fomentar la cooperación y el intercambio de información sobre las
Ciudades del Patrimonio Mundial y establecer una estrecha colaboración
con las demás instituciones y organizaciones internacionales y regionales
que posean objetivos análogos.
 Fomentar y contribuir al establecimiento de una red de relaciones entre las
poblaciones de las ciudades miembros por medio de la organización de
programas de intercambios que puedan apoyar los esfuerzos de las
ciudades situadas en los países en desarrollo.
 Permitir que cada una de las ciudades miembros de la Organización saque
provecho de la pericia de todas las demás y de las soluciones que éstas
hayan encontrado para resolver sus problemas

Comité Intergubernamental de Protección del Patrimonio Mundial Cultural y


Natural: Creado mediante la Convención para la protección del Patrimonio
Mundial y Natural de la UNESCO: Creado en 1972, es el ente encargado de
llevar un inventario o Lista de los bienes culturales y naturales que integran el
Patrimonio Mundial Cultural y Natural, coordinando la asistencia internacional
necesaria para ayudar a los Estados Partes que así lo requieran en el ámbito
científico, técnico y económico, dirigido a la protección, vigilancia y mantenimiento
61

del Patrimonio Mundial, aún en casos de conflictos armados, respetando siempre


la soberanía de los Estados Partes.

ICOMOS: Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Históricos, fundado en


Varsovia, Polonia en 1965, tras la elaboración de la Carta Internacional sobre la
conservación y restauración de los Monumentos y los Sitios Histórico-Artísticos
(ICOMOS) es la única organización internacional no gubernamental que tiene
como cometido promover la teoría, la metodología y la tecnología aplicada a la
conservación, protección, realce y apreciación de los monumentos, los conjuntos y
los sitios históricos.
ICOM: Consejo Internacional de Museos, descrita por Encarta (2006): Es una
organización no gubernamental, profesional e independiente que, mediante sus
comités, publicaciones y actividades, constituye una tribuna para más de siete mil
(7.000) miembros de ciento diecinueve (119) países. Actuando en estrecha
colaboración con la UNESCO y con otras organizaciones internacionales, tiene por
misión desarrollar nuevos museos y crear vínculos entre los ya existentes, a través
de comités directivos nacionales que son responsables del organismo central.
ICOM tiene su sede en París (Francia), en donde se alojan la Secretaría y el
Centro de Información UNESCO-ICOM. Sus miembros, participan en actividades
nacionales, regionales e internacionales de la organización: congresos, jornadas,
publicaciones, formación, programas conjuntos, y en la promoción de los museos
a través del Día Internacional del Museo (cada año el 18 de Mayo).
Estas actividades están desarrolladas por los ciento quince (115) Comités
Nacionales y treinta (30) Comités Internacionales. Algunos Comités Nacionales
están también organizados en el ámbito regional en Organizaciones Regionales
para reforzar su actividad. Existen también 15 Asociaciones Internacionales
afiliadas a ICOM.
62

Entre las actividades desarrolladas por ICOM, destacan:


 Cooperación e intercambio profesional en materia museística
 Divulgación de los conceptos básicos sobre el mundo de los museos y
mayor atención al público
 Formación del personal
 Mejora de los estándares profesionales
 Defensa de la ética profesional
 Preservación del patrimonio y lucha contra el tráfico ilícito de los bienes
culturales. (http://www.icomespaña.com )

Instituto Internacional para la educación superior en América Latina y el


Caribe (I.E.S.A.L.C.): Es un organismo perteneciente a la UNESCO que actúa
como centro de reflexión y vínculo para armonizar, promover y coordinar todas las
iniciativas y demandas relacionadas con los sistemas de Educación Superior en la
región. (http://www.iesalc.unesco.org.ve/ )

Ministerio del Poder Popular para la Cultura: Es el órgano rector en materia


cultural de las políticas que emanen del Ejecutivo Nacional, con el fin de asegurar
el desarrollo del patrimonio cultural nacional. Entre sus múltiples funciones está el
impulsar los valores nacionales en materia de cultura, definir los objetivos y
lineamientos para la realización de actividades que incrementen el dialogo
intercultural nacional, así como la proposición de proyectos de Leyes que
beneficien el desarrollo de la cultura considerada como un Derecho Humano
fundamental.
(http://www.ministeriodelacultura.gob.ve/Jministerio/index.php?option=com_conten
t&task=view&id=13&Itemid=26)
63

Instituto para la Conservación del Patrimonio Cultural (I.P.C.): Este Instituto,


creado a través de la Ley de Protección del Patrimonio Cultural, publicada en la
Gaceta Oficial de la República de Venezuela Número Extraordinaria Número
4.623, de fecha 3 de septiembre de 1993, originalmente adscrito al Ministerio de la
Secretaría de la Presidencia, tal como lo establece el artículo 9 de la Ley bajo
análisis, actualmente se encuentra adscrito al Ministerio del Poder Popular para la
Cultura, como órgano rector en materia de Patrimonio Cultural. El artículo 8
eiusdem, establece como objeto del Instituto la identificación, preservación,
rehabilitación, defensa, salvaguarda y consolidación de las obras, conjuntos y
lugares culturales e históricos.

El Instituto del Patrimonio Cultural, es el órgano de inspección, vigilancia y


de autoridad en materia de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural en cada
una de sus manifestaciones y formas, constituyéndose en el organismo rector a
nivel nacional en esta materia, sin embargo trabaja en forma coordinada con los
estados y municipios en el ejercicio de sus funciones por lo que será obligatoria su
intervención y autorización en esta materia.

El área de Vigilancia y Control fiscaliza la adecuación de las actividades que


se realizan sobre el patrimonio cultural de acuerdo con la normativa legal vigente y
con los términos de las autorizaciones y aprobaciones emitidas por el Instituto del
Patrimonio Cultural; inicia en coordinación con la Consultoría Jurídica del instituto
los procedimientos sancionatorios respectivos.
A su vez, realiza el control técnico de las intervenciones y de todos los
aspectos que pueden afectar a los bienes patrimoniales, tanto los de origen
interno del bien como externo, contribuyendo no solo a la permanencia del bien
sino al enriquecimiento del conocimiento del mismo.
Parte importante del trabajo de vigilancia y control se refiere a lo relativo al
tráfico ilícito de bienes culturales. Por iniciativa del Instituto del Patrimonio Cultural,
64

y siguiendo las recomendaciones del Primer taller Sub-regional Andino relativo al


tema, celebrado en la ciudad de Quito, Ecuador, en septiembre de 2001, se crea
el Comité Técnico Venezolano Contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales con la
participación de diferentes organismos nacionales, y cuyo objetivo es coordinar las
acciones entre los distintos organismos para prevenir y controlar el tráfico ilícito,
así como formular recomendaciones para tal fin.
Además, el IPC espera incluir dentro de las exigencias de los estudios de
impacto ambiental, requerimientos específicos referidos a la protección del
patrimonio cultural asociado a las áreas bajo intervención urbanística, minera,
agropecuaria o de servicio.
El monitoreo a sitios o manifestaciones patrimoniales objeto de
intervenciones constituye otra preocupación institucional, por lo cual se está
avanzando en este sentido, con el diseño de reglamentos y normativas para
investigación o intervención que impliquen evaluaciones previas, durante o
posteriores a la ejecución de obras o actividades.

Consejo Consultivo del Instituto del Patrimonio Cultural: Es órgano asesor de


alto nivel del Instituto de Patrimonio Cultural, creado a través de la Ley de
Protección del Patrimonio Cultural, publicada en la Gaceta Oficial de la República
de Venezuela Número Extraordinaria Número 4.623, de fecha 3 de septiembre de
1993, su función principal, conforme a lo establecido en el artículo 11 de la Ley de
la Ley de Promoción y Defensa del Patrimonio Cultural (1993) es la de
recomendar al Instituto del Patrimonio Cultural los instrumentos, procedimientos y
mecanismos necesarios, asegurando la representación genuina de todos los
sectores nacionales interesados en la protección, promoción y defensa del
Patrimonio Cultural en sus diferentes manifestaciones. Está integrado por: El
Presidente del Instituto, quien presidirá sus deliberaciones; Un representante del
65

Ministerio del Poder Popular Relaciones Interiores y justicia, de libre


nombramiento y remoción por parte del Ministerio; Un representante del Ministerio
del Poder Popular para las Relaciones Exteriores; Un representante del Ministerio
del Poder Popular para la Defensa; Un representante del Ministerio del Poder
Popular para la Educación; Un representante del Ministerio del Poder Popular para
el Desarrollo Urbano; Un representante del Ministerio del Poder Popular del
Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables; Un representante del
Ministerio del Poder Popular para las Finanzas; Un representante de la Instituto
Autónomo Fondo Nacional de Promoción y Capacitación para la Participación
Turística; un representante de la Academia Nacional de la Historia; Cinco
especialistas en materia de arquitectura, arqueología, restauración de bienes
muebles e inmuebles, paleontología, ecología y restauración de libros, designados
por los gremios respectivos, conjuntamente con las Universidades Nacionales y el
Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas; Dos
representantes de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y
Producción, de libre nombramiento y remoción, por el órgano que lo designó.

Bases Legales:
De acuerdo a los objetivos específicos, se establecieron las variables y los
instrumentos de medición con la estructuración de los ítems correspondientes a
cada indicador de la investigación, con relación al primer objetivo específico que
es: “Estudiar el marco jurídico del Patrimonio Cultural del Estado Venezolano”,
partiendo de la realidad del estado Vargas, se partió de la determinación de las
Leyes contentivas de las disposiciones a ser analizadas las cuales serán
estudiadas, conforme a la jerarquización de las Leyes establecidas en la Pirámide
Kelsen, analizándose en orden descendente.
66

Cuadro Número 1
Pirámide de Kelsen:

Elaborado por Kelsen, H. (TRADUCIDO POR VERNENGO, R.) (1982) p.___

En tal sentido Kelsen, H., en su libro teoría pura del Derecho, traducida por
Vernengo, R. (1982), concibe el ordenamiento jurídico como un sistema de
normas, y siendo el objeto de la Ciencia del Derecho, precisamente la norma
jurídica, señala que la validez de todas las normas jurídicas emana y depende de
otra norma superior, a la que el resto deben su validez y su eficacia. El
ordenamiento jurídico sería pues jerárquico, escalonado, una especie de pirámide
cuya cúspide ocuparía la Constitución como norma suprema del sistema
normativo de un Estado (más allá estaría el orden jurídico internacional, en cuya
superioridad Kelsen creía) y por debajo de las cuales, con una eficacia derivada
de la Grundnorm o norma fundamental, estarían las leyes, los reglamentos, otras
67

disposiciones gubernativas de carácter general, los actos administrativos, en


función del rango jerárquico del órgano que la emana y de los efectos (generales o
particulares) que tales normas tengan.
Es importante destacar que, de conformidad con lo establecido en el
artículo 23 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), los
tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos, suscritos y
ratificados por Venezuela tienen rango constitucional y prevalecen en el orden
interno, siempre que contengan normas sobre su goce y ejercicio que sean más
favorables a los establecidos en la Constitución y demás Leyes de la República,
siendo que su aplicación es inmediata.
Sobre este punto, a los fines de aclarar cualquier duda sobre la
constitucionalidad de los Tratados de Derechos Humanos suscritos y ratificados
por Venezuela, es importante destacar el extracto del sentencia Número 1.505,
emanada de la sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia de fecha 21 de
noviembre de 2000, expediente Número C00-0743, Partes: MARCO ALEXIS
RODRÍGUEZ CÁCERES, en CASACIÓN, con ponencia del Magistrado Alejandro
Angulo Fontiveros, en la cual quedó establecido lo siguiente:

Ha habido una notoria insistencia de la Sala sobre los tratados


internacionales sobre derechos humanos, lo cual en principio está muy
bien; pero pareciera que a veces en Venezuela se le quisiera dar ahora
más importancia a esos tratados que a la propia Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (2000). En efecto, en Venezuela
ya muchos están creyendo, incluso muy distinguidos abogados
penalistas, que hay una supraconstitucionalidad de tales tratados sobre
la Constitución. No hay tal: La Sala Constitucional ha decidido que esos
tratados son aplicables por mandato de la Constitución. "Artículo 23:
Los tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos,
suscritos y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y
prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan normas
68

sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas por esta


Constitución y la ley de la República, y son de aplicación inmediata y
directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público. No puede
ser supraconstitucional sino constitucional, porque la misma
Constitución lo ordena cuando haya principios más favorables.
Entonces habría la prevalencia, por la remisión que hace la
Constitución a esos tratados. Pero esos tratados son aplicables en lo
que a la sustancialidad se refiere y no respecto a lo procesal o adjetivo,
porque sería renunciar a la soberanía. Tales tratados, etc., forman
parte del sistema constitucional venezolano por voluntad de la
Constitución; pero en caso de que haya una antinomia o colisión con el
dispositivo de la Constitución, deberá sin ningún género de duda,
primar la Constitución.
69

CUADRO NÚMERO 2

Convenciones Internacionales y Tratados Culturales Vigentes

Tipo de Disposiciones
Nombre del Instrumento Organismo Gaceta Oficial Adhesión
Instrumento legal referidas al tema
Declaración Universal de los
Declaración
Derechos del hombre del 10 de ONU 6,7,15,18,26
Universal
diciembre de 1948
37.098
Estatuto de Roma de la Corte Ley Aprobatoria de Preámbulo, 7 lit. J, 8
ONU Ordinaria
Penal Internacional la Convención (e,iv), 29
13/12/2000
Pacto Internacional de Derechos 2.146
Ley Aprobatoria del
Económicos, Sociales y ONU Extraordinaria 13, 15
Pacto
Culturales 28/01/1978
Convención sobre los Derechos
39.236
de las personas con Ley Aprobatoria de Preámbulo
ONU Ordinaria
discapacidad y su protocolo la Convención (d,v,y),2,4(2),30
06/08/2009
facultativo

Documento
Constitución de la UNESCO UNESCO I, III, IV, V, VI, XI, XII
Constitutivo
70
CUADRO NÚMERO 2… (CONTINUACIÓN)

Convenciones Internacionales y Tratados Culturales Vigentes

Tipo de Disposiciones
Nombre del Instrumento Organismo Gaceta Oficial Adhesión
Instrumento legal referidas al tema
Convención Internacional para la 4.191 1 al 38
Protección del Patrimonio Ley Aprobatoria de
UNESCO Extraordinaria
Mundial Cultural y Natural la Convención
06/07/1990
Declaración relativa a la 38.928
Ley Aprobatoria de
destrucción intencional del UNESCO Ordinaria I a la X
la Convención
Patrimonio Cultural 12/05/2008
Convenio de Berna para la 2.954
Ley Aprobatoria del
Protección de las obras literarias UNESCO Extraordinaria 1 al 38 Anexo: I al VI
Convenio
y Artísticas 11/05/1982
5.822
Convención para la Salvaguarda Ley Aprobatoria de
UNESCO Extraordinaria Preámbulo, 1 al 40
del Patrimonio Cultural Inmaterial la Convención
25/09/2006
Convención sobre las medidas
que deben adoptarse para
prohibir e impedir la importación, Ley Aprobatoria de Aceptado 1 al 5, 7, 10, 12, 13,
UNESCO
exportación y la transferencia de la Convención 21/03/2005 15, 17
propiedad ilícita de Bienes
Culturales (París, 1970)
71
CUADRO NÚMERO 2… (CONTINUACIÓN)

Convenciones Internacionales y Tratados Culturales Vigentes

Tipo de Disposiciones
Nombre del Instrumento Organismo Gaceta Oficial Adhesión
Instrumento legal referidas al tema
Convención para la Protección 1 al 6, 8, 9, 11, 12,
de los Bienes Culturales en caso 13
de conflicto Armado y 5.746
Ley Aprobatoria de
reglamento para la aplicación de UNESCO Extraordinaria
la Convención
la Convención. La Haya, 14 de 22/12/2004
mayo de 1954

34.451
Convención sobre los Derechos Ley Aprobatoria de
UNICEF Ordinaria 8, 31,
del Niño la Convención
29/08/1990

Conferencia de
Protocolo de enmienda al autoridades 39.085
Ley Aprobatoria del
Convenio de Integración audiovisuales y Ordinaria V, VI
Protocolo
cinematográfica iberoamericana cinematográficas 22/12/2008
de Iberoamérica

Convención Americana sobre 31.526


Ley Aprobatoria de Preámbulo, 20, 26,
Derechos Humanos "Pacto de O.E.A. Ordinaria
la Convención 32,
San José" 14/06/1977
72
CUADRO NÚMERO 2… (CONTINUACIÓN)

Convenciones Internacionales y Tratados Culturales Vigentes

Tipo de Disposiciones
Nombre del Instrumento Organismo Gaceta Oficial Adhesión
Instrumento legal referidas al tema
Protocolo adicional a la Preámbulo, 3
Convención Americana sobre
Derechos Humanos en materia 38.192
Ley Aprobatoria del
de Derechos Económicos, OEA Ordinaria
Protocolo
Sociales y Culturales "Protocolo 23/05/2005
de San Salvador"

Declaración de
Declaración de Caracas CELAC 03/12/2011 7,10,11,13,14
Principios
39.079
Tratado consultivo de la Unión Ley Aprobatoria del
UNASUR Ordinaria 2, 3
de Naciones Suramericanas Tratado
12/12/2008
31.993
Tratado de Cooperación Ley Aprobatoria del
OTCA Ordinaria V, IX, XIII,XIV
Amazónica Tratado
28/05/1980
CUADRO NÚMERO 2… (CONTINUACIÓN) 73

Convenciones Internacionales y Tratados Culturales Vigentes

Tipo de Disposiciones
Nombre del Instrumento Organismo Gaceta Oficial Adhesión
Instrumento legal referidas al tema
Convenio entre la República Preámbulo, I al VIII
Bolivariana de Venezuela y la
República del Ecuador para la 39.527
Ley Aprobatoria del Acuerdo
restitución de bienes culturales Ordinaria
Convenio Bilateral
robados, importados, exportados 08/10/2010
o transferidos ilícitamente

Convenio Básico de Cooperación


Técnica entre el Gobierno de la
República Bolivariana de
Venezuela y el Gobierno de la 5.507
Ley Aprobatoria del Acuerdo
República de Ecuador, para el Extraordinaria 1,2
Convenio Bilateral
intercambio de saberes 08/10/2010
ancestrales y conocimientos
tradicionales entre los pueblos
Indígenas
74
CUADRO NÚMERO 2… (CONTINUACIÓN)

Convenciones Internacionales y Tratados Culturales Vigentes

Tipo de Disposiciones
Nombre del Instrumento Organismo Gaceta Oficial Adhesión
Instrumento legal referidas al tema
Acuerdo entre el gobierno de la
República Bolivariana de
Venezuela y el gobierno de la
República Popular China de 37.095 1, 2
Ley Aprobatoria del Acuerdo
prevención del robo, tráfico, Ordinaria
Acuerdo Bilateral
excavación clandestina e 09/01/2009
importación ilícita de bienes
culturales

Acuerdo de Cooperación entre el


Gobierno de la República 38920
Ley Aprobatoria del Acuerdo
Bolivariana de Venezuela y el Ordinaria 1,2
Acuerdo Bilateral
Gobierno de Belarús en materia 29/04/2008
cultural
Acuerdo complementario al
acuerdo Marco de Cooperación
entre el Gobierno de la 39.122
Ley Aprobatoria del Acuerdo
República Bolivariana de Ordinaria 1,2
Acuerdo Bilateral
Venezuela y el Gobierno de la 17/02/2009
República de Sudán en materia
cultural
75
CUADRO NÚMERO 2… (CONTINUACIÓN)

Convenciones Internacionales y Tratados Culturales Vigentes

Tipo de Disposiciones
Nombre del Instrumento Organismo Gaceta Oficial Adhesión
Instrumento legal referidas al tema
Acuerdo de Cooperación entre el
Gobierno de la República 39.217
Bolivariana de Venezuela y el Ley Aprobatoria del Acuerdo 1
Ordinaria
Gobierno de la República de Acuerdo Bilateral
09/07/2010
Namibia en materia cultural
76

CUADRO NÚMERO 3

Normas de Derecho Interno (Nacionales)


Tipo de Entrada en Disposiciones
Constitución y Leyes Organismo Gaceta Oficial
Instrumento legal Vigencia referidas al tema
Asamblea 5.453
Constitución de la República
Constitución Nacional Extraordinaria 24/03/2000 2,99,100
Bolivariana de Venezuela
Constituyente 24/03/2000
5.929 23, 28, 36, 39, 44,
Asamblea
Ley Orgánica de Educación Ley Orgánica Extraordinario 15/08/2009 46, 51, 52, 59,97,
Nacional
15/08/2009 107
Ley Orgánica de Seguridad de la 37.594
Nación Asamblea
Ley Orgánica Ordinario 18/12/2001 2, 4, 5, 9, 10, 11
Nacional
18/12/2001
Ley de Reforma Parcial de la Ley
6.015
Asamblea
Orgánica del Poder Público Ley Orgánica Extraordinaria 28/12/2010 1, 2, 11
Nacional
28/12/2010
Municipal
Decreto Número 5.999, con Presidencia de 5.889 Exposición de
rango, valor y fuerza de Ley Ley Orgánica la República (vía Extraordinaria, 31/07/2008 motivos, 2, 6, 17,
Orgánica de Turismo. Ley Habilitante) 31/ 07/ 2008 27, 34, 36, 42, 66,78
1, 3, 4, 5, 8, 9, 12,
38.344
Ley Orgánica de Pueblos y Asamblea 14, 21, 22, 23, 42,
Ley Orgánica Ordinaria 27/12/2005
Comunidades Indígenas Nacional 54, 55, 58, 62, 72,
27/12/2005
74 al 96
77
CUADRO NÚMERO 3

Normas de Derecho Interno (Nacionales)


Tipo de Entrada en Disposiciones
Constitución y Leyes Organismo Gaceta Oficial
Instrumento legal Vigencia referidas al tema
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8,
4.623
Ley de Protección y Defensa del Asamblea 10, 11,13,15, 21, 24,
Ley Especial Extraordinaria 03/09/1993
Patrimonio Cultural Nacional 26, 27, 28, 31, 32,
03/09/1993
35, 40, 41, 44 al 48
38.981
Asamblea 1, 3, 5, 7, 10, 12, 31,
Ley de Idiomas Indígenas Ley Especial Ordinaria 28/07/2008
Nacional 35, 36, 37, 39
28/07/2008
5.806
Asamblea
Ley de los Consejos Comunales Ley Especial Extraordinaria 10/04/2006 1, 4
Nacional
10/04/2006
Ley de Demarcación y Garantía 37.118
Asamblea
del Hábitat y Tierras de los Ley Especial Ordinaria 01/12/2001 2, 9
Nacional
Pueblos Indígenas 01/12/2001.
39.338
Ley de Artesanos y Artesanas Asamblea
Ley Especial Ordinaria 04/01/2010 1, 4, 5, 6, 7, 8,
Indígenas Nacional
04/01/2010
CUADRO NÚMERO 4 78

Jurisprudencia

Órgano
Fecha Expediente Sentencia Ponente Motivo
Jurisdiccional
Alejandro Angulo Recurso de
21/11/2000 TSJ-SALA PENAL C00-0743 1505 Fontiveros CASACIÓN
TSJ- SALA
06/03/2001 Político- 0787- 278 Levis Ignacio Zerpa Recurso de Hecho
Administrativa.
Demanda de
TSJ-Sala
24/01/2002 01-1274 85 Jesús Enrique Cabrera Derechos difusos y
Constitucional
colectivos
Corte de
Apelaciones del
Rubén Darío Garcilazo Recurso de
22/05/2007 área metropolitana 3130-07 1728
Cabello Apelación
de Caracas, Sala
7

16/12/2005 TSJ-Sala Luisa Estella Morales sentencia


05-1430 5.128
Constitucional Lamuño, interlocutoria

TSJ-Sala Amparo en
08/06/2004 04-470 1106 Iván Rincón Urdaneta
Constitucional apelación
TSJ-Sala Político- Yolanda Jaímes
31/03/2011 2009-0002 00388 Recurso de Nulidad
Administrativa Guerrero
79

CUADRO NÚMERO 5

DOCUMENTOS PROVENIENTES DE ONG'S RECONOCIDAS POR LA UNESCO


Disposiciones a ser
Instrumento Organismo Aprobación
analizadas

Carta de Atenas sobre la conservación de los Grecia, Octubre


ICOMOS 1, 2, 4
monumentos de arte e historia (1931) 1931

Grecia, Febrero Primera Parte: c-f-h;


Carta de Atenas del Urbanismo (1933) ICOMOS
1933 Segunda Parte: a-e-g

Carta Internacional sobre la conservación y la


Venecia, Italia,
restauración de monumentos y de conjuntos histórico- ICOMOS 1, 8, 9, 10, 11, 12, 13
1965
artísticos, Venecia (1964)

Quito, Ecuador,
Normas de Quito (1967) ICOMOS II, III, V, VI, VII
1967
Venecia, Italia,
Carta del Restauro (1972) ICOMOS 1 al 12
1972
Carta de Machu Pichu (1977) ICOMOS Perú, 1977 toda
Carta de Burra (1979) ICOMOS Australia 1979 1 al 5, 8, 14 al 24
80
CUADRO NÚMERO 5, CONTINUACIÓN

DOCUMENTOS PROVENIENTES DE ONG'S RECONOCIDAS POR LA UNESCO


Disposiciones a ser
Instrumento Organismo Aprobación
analizadas
Estatutos del ICOM (1946) ICOM 2, 14, 22
Código de deontología del ICOM para los museos (1986) ICOM Seúl, 2004 2, 3, 4, 6, 7, 8

Convención de Viena (2007) ICOM Austria, 2007 1.1, 2.2, 3

Mesa de Santiago de Chile (1972) ICOM Chile (1972) II, 1 al 6

Corea del Sur,


Declaración de Seúl sobre la protección del patrimonio ICOM Toda
2011
cultural en situaciones de emergencia
81

A los fines de sistematizar el estudio de las normas señaladas en los cuadros


Números 2, 3, 4, 5 y 6 se respetará la especialidad sobre la generalidad sin que
ello afecte la jerarquización propia de las normas. En tal sentido, se efectuará
dicho estudio aplicando la interpretación lógico-gramatical, establecida en el
artículo 4 del Código Civil Venezolano (1982), el cual expresamente consagra:

Artículo 4° A la Ley debe atribuírsele el sentido que aparece evidente


del significado propio de las palabras, según la conexión de ellas entre
sí y la intención del legislador.
Cuando no hubiere disposición precisa de la Ley, se tendrán en
consideración las disposiciones que regulan casos semejantes o
materias análogas; y, si hubiere todavía dudas, se aplicarán los
principios generales del derecho.

Entonces bien, partiendo del análisis lógico gramatical y de la interpretación


de la voluntad del legislador expresada en las exposiciones de motivos de los
instrumentos constitucionales, legales y sublegales, se obtuvo lo siguiente: Para el
correcto análisis de los Derechos Culturales, es necesario comenzar
estableciendo que estos están referidos a Derechos Humanos fundamentales de
segunda generación, que tienen un carácter absolutamente colectivo, pues tal
como se señala en el Acta de dicha reunión, del Derecho Humano a la Cultura, se
derivan el derecho de las culturas a ser protegidas y promovidas en su
singularidad y creatividad como elementos indispensables en la dignidad humana
y en el ejercicio de los otros Derechos Humanos como el derecho a la libertad de
pensamiento, que no puede existir sin unos valores sólidos que conforman la
identidad genuina de las sociedades y que son el cimiento de los Derechos de
información, de asociación o de conciencia. También inciden en los derechos
82

culturales y son afectados por éstos, el derecho a la autodeterminación, a la no-


discriminación o el propio derecho a la educación, ciertamente por ello, la
Educación es el vehículo a través del cual se protegen, salvaguardan y conservan
los valores culturales.

Normas de Derecho Internacional Vigentes en Venezuela:

Como lo señala Aguiar, A. (1997): “el deber de prevenir (que corresponde al


Estado según lo previsto en la Convención) abarca todas aquellas medidas de
carácter jurídico, político, administrativo y cultural que promuevan la salvaguarda
de los Derechos Humanos”, por lo que evidentemente, al ser la cultura y su
desarrollo un Derecho Humano fundamental, el Estado está obligado a prevenir,
mantener y conservar el patrimonio cultural e histórico del Estado, así como el de
aquel que sea declarado Patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Tal como lo expresa Guerra Iñiguez, D. (1985), las normas de Derecho
Internacional son derecho positivo cuando están consagradas en Tratados o
Convenciones suscritos válidamente entre los Estados y forman parte del Derecho
Nacional de los Estados Partes al cumplirse el proceso constitucional empleado
para la formación de las mismas. Cuando el Convenio o Tratado contiene normas
que consagren o establezcan la protección o garantía de Derechos Humanos,
estas tendrán rango constitucional, tal como expresamente lo consagra el artículo
23 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), que
expresamente consagra:

Los tratados, pactos o convenciones relativos a derechos humanos,


suscritos y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y
prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan normas
83

sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas por esta


Constitución y las leyes de la República, y son de aplicación inmediata
y directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público.

La cultura constituye en sí mismo un Derecho Humano fundamental, razón


por la cual todas las Leyes Aprobatorias de los Tratados y Convenios
Internacionales relativos al desarrollo de la educación y la cultura tienen rango
constitucional, de acuerdo a lo establecido en el trascrito artículo 23 eiusdem.
Establece el artículo 15 Numeral 2 de la Ley Aprobatoria del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1978): “Entre las
medidas que los Estados Partes en el presente Pacto deberán adoptar para
asegurar el pleno ejercicio de este derecho, figurarán las necesarias para la
conservación, el desarrollo y la difusión de la ciencia y la cultura”.
En el mismo orden de ideas, el artículo 26 de la Ley Aprobatoria de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, Pacto de San José (1977),
consagra el desarrollo progresivo de este y otros Derechos Humanos, cuando
establece: “Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a
nivel interno como mediante la cooperación internacional, especialmente
económica y técnica, para lograr progresivamente los derechos que se derivan de
las normas…. sobre la educación, ciencia y cultura…” (OMISSIS)
En este sentido, cabe destacar la Convención sobre la protección del
patrimonio mundial cultural y natural, dictado por la UNESCO en 1972 y
debidamente ratificado por Venezuela, establece la obligación universal de los
Estados de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las
generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en su territorio, dado
que la cultura es un fenómeno inmanente al ser humano y la destrucción de un
84

bien cultural, por insignificante que este sea, acarrea perjuicios para la cultura de
todo el contexto internacional, lo cual es cada día más patente, con los procesos
de globalización que vive el mundo.
En este sentido, el artículo 1 de la Ley Aprobatoria de la Convención sobre
la protección del patrimonio cultural y natural (1990), define que se debe entender
por Patrimonio Cultural al establecer:

A los efectos de la presente Convención se considerará "patrimonio


cultural":
Los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pinturas
monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico,
inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o
de la ciencia,
Los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya
arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal
excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la
ciencia,
los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la
naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que
tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico,
estético, etnológico o antropológico.

También se asimila a la condición del Patrimonio Cultural, el llamado


Patrimonio Natural, definido en el artículo 2 ejusdem (1990), de la siguiente
manera:

A los efectos de la presente Convención se considerará patrimonio


natural:
85

Los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y


biológicas o por grupos de esas formaciones que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista estético o científico,
Las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente
delimitadas que constituyan el hábitat de especies animal y vegetal
amenazadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto
de vista estético o científico,
Los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas,
que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la
ciencia, de la conservación o de la belleza natural,

De las normas transcritas se colige la gran responsabilidad que desde el


ámbito internacional tiene Venezuela de conservar y mantener el Patrimonio
Cultural material e inmaterial, así como del Patrimonio Natural para las futuras
generaciones, sencillamente porque el Patrimonio Cultural es la identidad misma
de los pueblos, es el mecanismo de conservación de los valores sociales y por
tanto se constituye en una necesidad humana que va más allá del concepto de
soberanía de los pueblos.
Para ello la Convención bajo análisis (1990), establece en su artículo 4, la
obligación que tienen los Estados Partes de la Convención de diseñar y adoptar
políticas adecuadas que le permitan atribuir al patrimonio cultural y natural una
función de vida colectiva, con la integración plena de la población en los
programas de planificación general en esta materia.
Igualmente, es obligación del Estado, desarrollar la investigación científica y
técnica en el área del estudio del Patrimonio Cultural y Natural, con el objetivo de
garantizar la efectiva intervención del Estado en la identificación, valorización y
rescate de los bienes culturales.
Resulta importante destacar la obligación establecida en la Convención de
marras (1990), a los Estados Partes de tomar todas las acciones de naturaleza
86

jurídica que sean necesarias para promover y garantizar la protección del


patrimonio cultural de los pueblos.
Otro cuerpo normativo de importancia internacional en materia de
identificación, rescate y revalorización del Patrimonio Cultural, lo es sin duda
alguna la Constitución de la UNESCO aprobada en Londres el 16 de noviembre de
1945 y debidamente ratificada por Venezuela, su normativa tiene rango
constitucional, toda vez que consagra la protección y defensa de Derechos
Humanos, específicamente, los relativos al derecho al Patrimonio Cultural y a la
identidad de los pueblos.
En el preámbulo de la Constitución de la UNESCO (1945) reflexiona sobre
lo destructivo que ha sido el ser humano con sus propios principios, valores y con
la propia vida sobre la tierra. Ciertamente, el ser humano tiene en su mente las
guerras, por cuya materialización se han destruido numerosas culturas, así como
innumerables muertes, producto de la intolerancia entre los seres humanos.
Dentro de este contexto, en la búsqueda por minimizar los efectos nocivos
que las guerras producen en la memoria colectiva de los pueblos y a los fines de
garantizar la supervivencia del Patrimonio Cultural de la humanidad para las
futuras generaciones, es por lo que se aprobó en la ciudad de La Haya, Holanda
en el año 1954, la Convención sobre la protección de los bienes culturales en caso
de conflicto armado.
En la cual se ubica la protección del patrimonio cultural de los pueblos como
un elemento del Derecho Humanitario Internacional que debe ser garantizado por
las partes en conflicto, quienes no podrán destruir ni bombardear los monumentos
históricos durante los conflictos bélicos.

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE (1948)


Fue aprobada en la Asamblea de las Naciones Unidas el día 10 de diciembre
87

de 1948, tras este acto histórico, la Asamblea pidió a todos los Países Miembros
que publicaran el texto de la Declaración y dispusieran que fuera «distribuido,
expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de
enseñanza, sin distinción fundada en la condición política de los países o de los
territorios». LA ASAMBLEA GENERAL proclamó la DECLARACIÓN
UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los
pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las
instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la
enseñanza y la educación, el respeto a esos derechos y libertades, y aseguren,
por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y
aplicación universales y efectivas, tanto entre los pueblos de los Estados
Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.
En este orden de ideas, partiendo del hecho cierto que los Derechos
Culturales son Derechos Humanos Sociales, de los que se deriva la nacionalidad
como elemento socio jurídico que expresa el sentido de pertenencia que
indudablemente debe tener una persona con su terruño, sentido de pertenencia
este que dimana de dos (02) circunstancias o hechos fundamentales, del hecho de
haber nacido en un lugar determinado (ius soli) o el que es dado por la
nacionalidad de los padres (ius sanguini).
Esto es así porque la Nacionalidad, más que un Derecho está cimentada en
un imaginario colectivo, en una serie de valores, principios y creencias que en
conjunto, van conformando el ethos social, cuando los miembros de la Asamblea
de la ONU aprobaron el artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos
del Hombre (1948) lo hicieron partiendo del hecho del ser humano como ser digno,
único e irrepetible, con valores, tradiciones, costumbres y creencias que
conforman su personalidad y sus sentimientos, razón por la cual se tomaron en
cuenta los dos factores que generan un sentido de pertenencia real por el terruño,
88

como lo son el derivado de haber nacido, compartido y conocido una nación y el


de haber recibido esos valores, creencias y costumbres de la familia.
Tanto es así que la norma bajo análisis permite a cada persona cambiar de
nacionalidad, porque nadie puede ser obligado a pertenecer a una nación con la
que no siente ese arraigo que es inmanente a la nacionalidad.
En este punto, tiene especial importancia la educación, consagrada en el
artículo 26 de la Declaración bajo análisis (1948), que establece que uno de los
objetivos de la educación debe ser el de promover el respeto y la tolerancia de los
valores, creencias y costumbres de los otros, promoviendo la amistad entre las
naciones y todos los grupos religiosos. En este sentido, la tolerancia como valor
colectivo es la capacidad de aceptación de una persona a otra persona o grupo
cuyos valores o normas establecidas por su sociedad son diferentes a las suyas,
en otras palabras, es el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás
cuando son diferentes o contrarias a las propias.
En ese orden de ideas, el artículo 27 eiusdem, consagra el derecho que
tiene todo ser humano a participar libremente en las actividades culturales de su
comunidad, se persigue conservar los valores, tradiciones y costumbres de cada
grupo, partiendo desde la familia y desde la comunidad.
¿Por qué se incluye el patrimonio cultural en la gama de los derechos
humanos?
Es imposible analizar de una manera holística las normas de Derecho
Interno relativas al Patrimonio Cultural Venezolano, sin estudiar todo el entramado
de normas internacionales que regulan la materia, partiendo de la condición de los
Derechos Humanos de carácter social que se desprenden directamente de tal
regulación, por lo que resulta necesario entender que la protección del patrimonio
cultural desde la perspectiva jurídica se encuentra en un proceso de progresiva
internacionalización, además de ser un problema de seguridad de Estado, es un
89

elemento clave del que se derivan otros Derechos fundamentales como el


Derecho a la nacionalidad, el derecho a la libertad de conciencia y al de la
identidad colectiva de los pueblos.
Por ello, a través de las normas de Derecho Cultural se afirma el
reconocimiento de la dignidad de la persona humana, sobre la base del respeto a
sus valores, tradiciones y costumbres que conforman el imaginario colectivo e
incide directamente en su identidad y su conciencia, lo que se ha traducido en
normas internacionales se afirman la soberanía del Estado (normas de Derecho
humanitario y normas sobre el trato a los extranjeros), para, en una fase posterior,
desde una concepción distinta, hacerse también exigibles las obligaciones
derivadas frente al propio Estado de la nacionalidad (derechos humanos y
libertades fundamentales), limitando el concepto tradicional de la soberanía al
mismo tiempo que lo afirma, pues la soberanía sólo se autolimita en la
reciprocidad de las relaciones entre los Estados.
La responsabilidad internacional de los Estados
Al estar en presencia de un Derecho Humano de carácter social, del que
nace la soberanía de los Estados y que evidentemente es la base y fundamento
de su esencia, partiendo del hecho cierto que los Estados son organizaciones
conformadas por tres (03) elementos esenciales, vale decir: Territorio, población y
poder, dos de ellos de carácter humano y uno meramente físico, siendo que
dichas organizaciones básicas nacen en el imaginario colectivo y en el ethos
social, que crean un sentido de pertenencia y un amor por el terruño, de donde
surge la necesidad de conservar dichos patrimonios para poder garantizar la
existencia misma de los Estados, tal como expresamente lo consagra el artículo 5
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), que
establece: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo…” Ciertamente,
no puede haber soberanía sin pueblo, no puede existir nación ni Estado, ni
90

organización alguna sin las personas que la integran y no puede existir


organización alguna sin los valores que crean el sentido de pertenencia a tales
organizaciones.
En el mismo orden de ideas, no se puede hablar de comunidad
internacional sin la existencia de Estados que lo compongan, no puede entonces
existir comunidad internacional sin la confluencia de distintos valores, tradiciones y
costumbres que coexistan y se reafirman unos con otros, de donde se deriva la
obligación de todos los organismos internacionales y de los Estados en general de
proteger, promover y defender los patrimonios culturales locales, regionales,
nacionales, continentales y mundiales, puesto que, lo contrario es soslayar a los
seres humanos en su sentido individual y colectivo, de allí se deriva la obligación
de los Estados del respeto a los cultos, a la gastronomía, a los valores, tradiciones
y usos de cada región, a los monumentos históricos, artísticos, arquitectónicos y
cualesquiera otros que por su naturaleza sirvan para promover, recordar y
proteger dichos valores, principios e identidad colectiva.
Es por ello que surge la UNESCO, como organismo rector mundial para
garantizar la protección y defensa de dichos Patrimonios Culturales, siendo que
los Estados que integran la Comunidad Internacional están obligados y son
responsables a proteger y defender los Patrimonios Culturales Materiales,
Inmateriales y Naturales.
Sin embargo, es importante aclarar que los Convenios Internacionales de
Derechos Humanos, en principio, solo son aplicables a las personas naturales y
no a las personas jurídicas o ideales, tal como quedó expresamente establecido
en el extracto de la sentencia Número 00278, emanada de la Sala Político
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia de fecha 06 de marzo de 2001,
expediente Número 0787, Partes: CANTV, Servicios, C.A. Vs. Tribunal Noveno en
lo Contencioso Tributario en Recurso de hecho, con ponencia del Magistrado
91

Levis Ignacio Zerpa, en la cual quedó establecido lo siguiente:

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como órgano


competente en primera instancia para promover la observancia y
defensa de los derechos humanos, ha establecido constante e
invariablemente jurisprudencia sobre la inadmisibilidad de las
peticiones interpuestas por personas jurídicas empresariales, bajo la
condición de víctimas directas o donde el agotamiento de los recursos
internos fue realizado por éstas y no por las personas naturales que
integran la forma societaria. En este sentido, la Comisión ha estimado
que el Pacto de San José otorga su protección a personas físicas
naturales y excluye de su ámbito de aplicación a las personas jurídicas
o ideales, por cuanto éstas son ficciones legales, sin existencia real en
el orden material. (Caso Mevopal, S.A contra Argentina / Informe de la
Comisión Nº 39 del 11 de marzo de 1999) Así también, interpreta la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos que la estimación o
juicio que antecede se desprende del espíritu de la propia Convención,
a partir del verdadero significado que se le atribuye a la frase "persona
es todo ser humano" en el texto del Preámbulo de la misma y su
artículo 1, numeral 2, supra transcrito, cual es que los derechos
esenciales del hombre "tienen como fundamento los atributos de la
persona humana". (Caso Bendeck Cohdinsa contra Honduras / Informe
de la Comisión Nº 106 del 27 de septiembre de 1999)

De la sentencia cuyo extracto se transcribe se colige que la Convención


bajo análisis, protege fundamentalmente a las personas naturales.

ESTATUTO DE ROMA DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL (2000)


Aprobado el 17 de Junio de 1998 por la Conferencia Diplomática de
plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de una Corte
Penal Internacional, aprobado por Venezuela y publicado en la Gaceta Oficial de
la República Bolivariana de Venezuela Número 37.098 Ordinaria de fecha 13 de
diciembre de 2000.
92

Tal como se expresa en el Preámbulo, “todos los pueblos están unidos por
estrechos lazos y sus culturas configuran un patrimonio común y observando con
preocupación que este delicado mosaico puede romperse en cualquier
momento…” vale decir que la sumatoria de todos los patrimonios culturales,
constituyen la identidad colectiva, la conciencia mundial. De donde se colige la
necesidad de promover la tolerancia y el respeto a las ideas, condición, principios
y valores de los otros.
El Derecho Penal, fundamentado en el “ius puniendi” que en este caso tiene
la comunidad internacional va a dirigida a sancionar aquellos crímenes graves que
ponen en peligro la paz, la seguridad y el bienestar de la humanidad, es así como
se establece como grave crimen perseguible a nivel internacional, entre otros, el
de persecución de grupos o colectividades con identidad propia por motivos
culturales, religiosos, etc., es evidente que los bombardeos y destrucción de los
patrimonios culturales materiales de los invadidos pudieran configurar este delito
de lesa humanidad.
Al referirse a los crímenes de guerra, el artículo 8, (b), (ix), establece que los
ataques dirigidos intencionalmente contra edificios dedicados al culto religioso, las
artes, las ciencias o la beneficencia, los monumentos y demás patrimonios
culturales son delitos de guerra perseguibles internacionalmente.

PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y


CULTURALES (1978)
Adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea
General en su resolución 2200 A (XXI), de 16 de diciembre de 1966, entró en
vigor: 3 de enero de 1976, de conformidad con el artículo 27 del Pacto, ratificada
por Venezuela y publicada en la Gaceta Oficial Número 2.146 Extraordinaria, de
fecha 28 de enero de 1978.
93

Los derechos humanos que se quieren promover y proteger con este pacto
son de diferentes tipos: el derecho a trabajar en condiciones justas y favorables; el
derecho a la protección y a la seguridad social; a un nivel de vida adecuado y a los
niveles de salud física y mental más altos que se puedan obtener; y el derecho a
la educación, y a disfrutar los beneficios de la cultura y del progreso científico. En
El Pacto destaca y reconoce el carácter inherente de los derechos económicos,
sociales y culturales: “...los derechos económicos, sociales y culturales se
desprenden de la dignidad de las personas” y establece mecanismos de
seguimiento y control de las obligaciones asumidas por los Estados que al
ratificarlo se comprometen a garantizar el ejercicio de los derechos sin
discriminación de ningún tipo.
En el Pacto bajo análisis, la familia es reconocida, como el elemento natural
y fundamental de la sociedad; según el Pacto, merece la más amplia atención y
cuidados posibles. El matrimonio sólo se puede contraer a través del libre
consentimiento de los futuros cónyuges; los Estados deben otorgar especial
protección a las madres antes y después del parto, y también adoptar medidas
especiales de protección y asistencia en favor de niños y adolescentes.
Ciertamente, los valores éticos de la sociedad garantizan la existencia de
una familia y de un individuo sano, razón por la cual se establecen los derechos de
toda persona a la cultura, cimentada en la libertad de conciencia, al desarrollo
armonioso del imaginario colectivo, conservación de los espacios físicos que
sirven de recordatorio permanente de esos valores y la participación activa de
cada ser humano en las actividades culturales de cada comunidad.

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales


Entre los aspectos importantes que resulta necesario destacar en el Pacto
Internacional de Derechos Sociales y Culturales (1978), está la creación del
Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas que estableció
94

en 1978 un grupo de trabajo que más tarde, en 1985, se convirtió en el Comité de


Derechos Económicos, Sociales y Culturales, actualmente formado por 18
personas expertas e independientes que reciben informes de los Estados que han
ratificado el Pacto y efectúan comentarios generales acerca del Pacto y las
cuestiones que plantea.
Sin duda, los derechos culturales requieren de la planificación y
establecimiento de programas por parte de los Estados para hacerlos efectivos.
Esto no le otorga derechos a los Estados para dejar de cumplir con los
compromisos asumidos en virtud del Pacto. Por el contrario, más allá de la
supervisión internacional del cumplimiento de cada gobierno, la formulación de
políticas públicas y presupuestos nacionales tienen que efectuarse con el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales como parámetro.
El mecanismo de supervisión y protección de los derechos del Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales es únicamente el sistema de
presentación de informes.
Sistema General de Protección (Informes)
El Pacto establece como único mecanismo de protección la obligación de
los Estados de presentar informes (el primero dentro de los dos años de ratificado
y luego con una periodicidad de cinco años) sobre las medidas que hayan
adoptado y los progresos que hayan obtenido con el fin de asegurar el respeto a
los derechos reconocidos en él.
El Comité también puede recibir informes procedentes de organizaciones
no gubernamentales sobre el estado de situación de los derechos estipulados en
el Pacto, con lo cual, la preparación y estudio de un informe es una oportunidad
para efectuar un escrutinio público de las políticas gubernamentales que afectan
los derechos económicos, sociales y culturales de los pueblos.
95

El Comité estudia los informes periódicos que los Estados partes en el


Pacto tienen que presentar y efectúa observaciones generales sobre el alcance y
la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, y de los derechos contenidos en el mismo.

LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS


PERSONAS CON DISCAPACIDAD Y SU PROTOCOLO FACULTATIVO: (2009)
La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y su
Protocolo Facultativo fueron aprobados el 13 de diciembre de 2006 en la Sede de
las Naciones Unidas en Nueva York, quedando abiertos a la firma, para su
aceptación y ratificación, a partir del 30 de marzo de 2007, en ella, se obtuvieron
82 firmas de la Convención y 44 del Protocolo Facultativo, así como una
ratificación de la Convención, fue publicada en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Número 39.236 Ordinaria de fecha 06 de Agosto de
2009. Nunca una convención de las Naciones Unidas había reunido un número
tan elevado de signatarios en el día de su apertura a la firma. Se trata del primer
instrumento amplio de derechos humanos del siglo XXI y la primera convención de
derechos humanos que se abre a la firma de las organizaciones regionales de
integración. Señala un “cambio paradigmático” de las actitudes y enfoques
respecto de las personas con discapacidad.
La Convención se concibió como un instrumento de derechos humanos con
una dimensión explícita de desarrollo social. En ella se adopta una amplia
clasificación de las personas con discapacidad y se reafirma que todas las
personas, con todos los tipos de discapacidad, deben poder gozar de todos los
derechos humanos y libertades fundamentales. Se aclara y precisa cómo se
aplican a las personas con discapacidad todas las categorías de derechos y se
indican las esferas en las que es necesario introducir adaptaciones para que las
personas con discapacidad puedan ejercer en forma efectiva sus derechos y las
96

esferas en las que estos derechos les han sido vulnerados y en las que debe
reforzarse su protección.
El propósito de la Convención está consagrado en su artículo 1, el cual
textualmente consagra:

“El propósito de la presente Convención es promover, proteger y


asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los
derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas
con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente.
Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan
deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo
que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su
participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de
condiciones con las demás.

Entonces, la Convención parte de la concepción de la persona con


discapacidad, vista como un individuo digno, único e irrepetible y que por tanto
tiene el Derecho de gozar de un trato igualitario al resto de los seres humanos,
vale decir, a no sufrir ningún tipo de discriminación. En el caso concreto de las
personas con discapacidad se manifiestan dos valores fundamentales, tales como
la solidaridad y el respeto, los cuales son básicos para la existencia de toda
sociedad.
Evidentemente, dentro de la esfera de los Derechos fundamentales
establecidos en la Convención en beneficio de las personas con discapacidad,
tienen especial importancia los Derechos Culturales, es así como el artículo 18
eiusdem, consagra el Derecho a la nacionalidad que asiste a toda persona con
discapacidad, púes bien, tal como se ha venido señalando, la nacionalidad no es
un concepto meramente jurídico, para que esta sea plena debe trascender a lo
jurídico y convertirse en un sentimiento, en un sentido de pertenencia con el
97

terruño, esta es la razón fundamental, por la cual el artículo 10 de la Ley Orgánica


de Seguridad y Defensa establece al Patrimonio Cultural como elemento clave de
la seguridad nacional, sencillamente porque nadie defiende lo que no quiere.
Pero no se queda allí la Convención de marras, pues en su artículo 24 el
derecho humano a la educación que asiste a las personas con discapacidad,
siendo que, dada las discapacidades existentes, los Estados están obligados a
dotar a esas personas de material didáctico acorde con la discapacidad existente,
por ejemplo: dotando de método Braille a los ciegos, para que puedan leer y
aprender. La educación debe estar ligada al sentido de pertenencia que debe
tener toda persona por su terruño, es un elemento moldeador del ethos social,
púes a través de la educación, no solamente se otorgan herramientas al
estudiante para su incorporación a las actividades productivas, sino que también
se le crea consciencia de la necesidad de querer a la patria, de respetarla y de
respetar a las demás personas que lo rodean.
En el mismo orden de ideas, consagra el artículo 30 de la Convención sub
iudice (2009), el derecho y el deber de toda persona con discapacidad de
insertarse en el actividades culturales de su comunidad, de crear sentido de
pertenencia, arraigo y tolerancia por las opiniones, costumbres y tradiciones de
los demás, ese es el fin fundamental de la cultura, que busca la paz no como
ausencia de guerra, sino como un valor cultural, para ello los Estados deberán
facilitar y promover el acceso de las personas con discapacidad a los centros
culturales, tales como teatros, cines, etc., promover el desarrollo de las
potenciales culturales de cada individuo con discapacidad, pero sobre todo,
promover los valores que inspiran la venezolanidad.
CONSTITUCIÓN DE LA UNESCO (1945):
Partiendo de la concepción de cada ser humano como un ser digno, único e
irrepetible que debe aprender, día a día respetando y tolerando las ideas del otro u
98

otra para lograr que las suyas también sean respetadas y valoradas, partiendo de
la diversidad de ideas que se desprenden de su propia irrepetibilidad, lo cual es
también aplicado a las sociedades, púes cada sociedad es distinta a otra, por sus
creencias, por sus costumbres, por sus tradiciones, es por lo que surge la
necesidad de entender que para que haya paz verdadera, no basta con la
ausencia de guerra, sino que resulta necesario entender que la paz es una
manifestación de la cultura, un valor cultural que supone la construcción de un
marco de vida de acuerdo con la noción de dignidad humana, en el que todos los
excluidos, los aislados y los marginados encontrarían la posibilidad de una
verdadera reinserción social. Supone, asimismo, la eliminación de la pobreza y
sus males congénitos, compartir de una manera más equitativa la prosperidad y el
saber, y la posibilidad de que toda persona pueda obtener una educación, aunque
sea con retraso. Por último, supone la consolidación de los procesos democráticos
porque solamente la democracia puede garantizar el derecho al derecho y el
respeto de todos los derechos.
Es en el marco de estos grandes objetivos, que surge la UNESCO,
encargada de fomentar la educación permanente para todos. En este sentido, la
educación básica continúa como prioridad absoluta, ya que es el primer paso
esencial hacia la educación continua. Desempeña una función crítica en la
formación del sistema individual de valores humanos y sociales, la conciencia de
los derechos y las responsabilidades y habilidades necesarias para interactuar con
los entornos natural y social.
El 1 de noviembre de 1945 la Conferencia para la creación de una
Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura, comienza
sus trabajos en el Institute of Civil Engineers -Instituto de Ingenieros Civiles- de
Londres, en esa ciudad se reunieron los delegados de 44 países y a los
observadores de ocho organizaciones internacionales. Entre estos representantes
99

había personalidades del mundo de las letras, de las ciencias, del arte o de la
política; profesores de universidad, intelectuales, miembros de la resistencia,
embajadores, ministros de educación, antiguos primeros ministros y otros
ministros. La preponderancia del mundo anglosajón fue evidente.
La primera sesión plenaria de la Conferencia tuvo lugar bajo la presidencia
del profesor Alf Sommerfelt, presidente del Comité preparatorio.
Uno de los tópicos centrales de la mencionada Conferencia fue la
necesidad de construir una institución técnica del mismo género que las ya
creadas en el marco de las Naciones Unidas, o bien, establecer una organización
que, teniendo como objetivo principal la solución de problemas bien definidos, iba
a atender los objetivos más generales y vitales para el futuro. El papel previsto
para dicha organización era, en cualquier caso, el desarrollo de la cooperación
intelectual internacional con el fin de consolidar la paz mundial, creando un clima
ideal de confianza y de paz.
Todas estas inquietudes quedaron plasmadas en el Acta Constitutiva de la
UNESCO. Se trata, pues, de un texto portador de un mensaje ético. En efecto, y
pese a todos los avatares que han sacudido a la humanidad en estos 50 años, la
Constitución de la UNESCO y en especial su preámbulo y su artículo I, siguen
estando vigentes.
Partiendo de la base de que “puesto que las guerras nacen en la mente de
los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de
la paz”, la Constitución establece como objetivo principal el de “contribuir a la paz
y a la seguridad, estrechando, mediante la educación, la ciencia y la cultura, la
colaboración entre las naciones a fin de asegurar el respeto universal a la justicia,
a la ley, a los derechos humanos y las libertades fundamentales que sin distinción
de raza, sexo, idioma o religión, la Carta de las Naciones Unidas (1945) Aprobada
100

en San Francisco, el 26 de Junio de 1945, entró en vigencia el 24 de octubre de


1945, reconoce a todos los pueblos del mundo”.
Así, queda definido el lugar de la UNESCO dentro del sistema de Naciones
Unidas. Una Organización destinada, como las demás, a alcanzar gradualmente
“mediante la cooperación de las naciones del mundo en las esferas de la
educación, de la ciencia y de la cultura, los objetivos de paz internacional y de
bienestar general de la humanidad”.
La UNESCO tiene en común con las Naciones Unidas un mandato más
específico: erigir los baluartes de la paz apoyándose en la solidaridad intelectual y
moral de la humanidad. En tanto que el mantenimiento y restablecimiento de la
paz incumben a las Naciones Unidas, la UNESCO debe construir sus cimientos
actuando en campos de competencia (la educación, la ciencia, la cultura, y,
posteriormente, la comunicación), para favorecer la adquisición, la transferencia y
el aprovechamiento en común de los conocimientos, y asegurar el fomento de los
valores de libertad, dignidad, justicia y solidaridad.
Por lo tanto, para conseguir una paz duradera resulta insoslayable la
necesidad de “asegurar a todos el pleno e igual acceso a la educación, la
posibilidad de investigar libremente la verdad objetiva y el libre intercambio de
ideas y de conocimientos”.
Para llevar a cabo estos objetivos idealistas y utópicos, la UNESCO se
compromete, en lo que se refiere estrictamente a educación, a lo siguiente: “Dará
un nuevo y vigoroso impulso a la educación popular y a la difusión de la cultura;
colaborando con los Estados Miembros que así lo deseen para ayudarles a
desarrollar sus propias actividades educativas; instituyendo la cooperación entre
las naciones con objeto de fomentar el ideal de la igualdad de posibilidades de
educación para todos, sin distinción de raza, sexo ni condición social o económica
101

alguna; sugiriendo métodos educativos adecuados para preparar a los niños del
mundo entero a las responsabilidades del hombre libre”.
Para lograr el objetivo de la paz, la Constitución propone una doble acción:
por un lado, poner la educación, la ciencia y la cultura al servicio de los derechos
humanos y del entendimiento internacional, así como de los ideales de justicia,
libertad y solidaridad; y, por otro, desarrollar la educación, la ciencia y la cultura
con el fin de contribuir al progreso social y al bienestar general de la humanidad,
así como a la lucha contra la discriminación y las desigualdades.
Funcionamiento de la Organización. Sus primeros años
Inauguración de la Conferencia General
La Primera Conferencia General de la UNESCO se inició en la ciudad de
París, el 20 de noviembre de 1946, aunque la ceremonia de apertura tuvo lugar el
19 de noviembre de ese mismo año, en el Gran Anfiteatro de la Sorbona. El rector
de esa Universidad, profesor Gustave Roussy, dio la bienvenida y fraternales
saludos en nombre de esa casa de estudios a los delegados y observadores de
cuarenta y cinco Estados.
Así comenzó la labor de la Organización, con una aprobación tácita
expresada por las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1946, cuando la
Asamblea de las Naciones Unidas aprobó un acuerdo con la UNESCO por medio
del cual se establece que dicha Organización es reconocida por las Naciones
Unidas como una institución especializada para tomar todo tipo de medidas
conformes a las disposiciones de su Constitución.
Creación del Consejo Ejecutivo
El Consejo Ejecutivo de la UNESCO fue creado como contrapeso a las
presiones de las políticas nacionales, para garantizar el verdadero respeto y
promoción de los valores culturales y científicos de los pueblos. Sin embargo, en
su concepción original, el Consejo debía cumplir tres roles simultáneos:
102

representar a sus Estados o regiones; ser profesionales de relieve en sus


respectivos campos; y servir a la Constitución de la UNESCO.
En un principio se pudo llegar a pensar que el Consejo Ejecutivo fuese una
especie de “senado” mundial de intelectuales, científicos... Un Consejo Ejecutivo
compuesto por personalidades de gran nivel intelectual “competentes en artes,
letras, humanidades, ciencias, educación y difusión del pensamiento, que estén
calificadas por su experiencia y su capacidad para el desempeño de las funciones
administrativas y ejecutivas que incumben al Consejo”.
Sin embargo, esta concepción idealista y casi romántica del Consejo se vio
contrarrestada por la sugerencia del Reino Unido de que la composición del
Consejo fuera mediante representantes oficiales gubernamentales, cuestión esta
resuelta en 1954, con una enmienda al Acta Constitutiva propuesta por los
Estados Unidos de América, en donde se aclara que cada miembro del Consejo
Ejecutivo representará al gobierno del Estado Miembro del cual sea nacional.
Autonomía normativa del sector.
El Convenio constitutivo de la UNESCO confiere a esa Organización el
mandato de velar "por la conservación del patrimonio universal de libros, obras de
arte y monumentos de interés histórico o científico", para lo cual recomienda "a los
pueblos interesados la adopción de convenciones internacionales que sean
necesarias a tal fin" (artículo I, 2, c). Se iniciaba así la instauración de un plano
institucional de carácter específico y de ámbito universal, que ha tenido y está
destinado a tener una influencia complementaria a los esfuerzos desarrollados por
los Estados y por instituciones científicas y particulares en el plano relacional.
De la constatación de las deficiencias inherentes al sistema normativo en
vigor, agravadas por la gran capacidad de destrucción demostrada durante en los
patrimonios culturales mundiales, producto de la segunda guerra mundial, deriva,
en una parte importante, toda la actividad normativa internacional emprendida en
103

la más inmediata posguerra que condujo a la adopción de una Convención


específica sobre la protección de los bienes culturales en caso de conflicto
armado. Ésta se inscribe dentro del amplio movimiento humanitario, desplegado
como reacción a las atrocidades cometidas durante la guerra, que pretendía evitar
que en un futuro se volvieran a repetir, y que, en lo relativo a la protección del
patrimonio cultural, recibe una impulso definitivo con la creación de la
Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO).
En este periodo progresivamente se produce, asimismo, una toma de
conciencia de los graves perjuicios que amenazan, incluso en tiempo de paz, a los
bienes culturales ya sean inmuebles, afectados no sólo por catástrofes naturales o
vandalismo, sino también por el rápido progreso de los medios de producción, o
muebles cuyas amenazas principales son las excavaciones clandestinas y el
tráfico ilícito. A partir de ese momento se da un impulso definitivo a la actividad
internacional en materia de protección que se traduce en la adopción de una serie
de instrumentos jurídicos internacionales, que serán importantes tanto cuantitativa
como cualitativamente, y que en su conjunto conducen a una mayor
profundización de la cooperación en este ámbito.
Estas consideraciones pueden trasladarse al ámbito de la protección del
patrimonio cultural, en el cual la UNESCO desempeña una función prominente,
que se puso de manifiesto especialmente a partir de la adopción, bajo sus
auspicios de la Convención de 1972. La necesidad de su adopción deriva de la
insuficiente protección de los sitios naturales o de las riquezas culturales frente al
rápido deterioro, consecuencia de la evolución económica y social, que podía
provocar destrucciones irreversibles. De alguna manera, la creciente preocupación
respecto al patrimonio cultural, reflejada en el ámbito interno por la adopción de
104

instrumentos específicos destinados a su preservación, se dejó sentir igualmente,


si bien con posterioridad, en el plano internacional.
LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN INTERNACIONAL PARA LA
PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO MUNDIAL, CULTURAL Y NATURAL,
PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA NÚMERO 4.191 EXTRAORDINARIA DE FECHA 06 DE JULIO DE
1990
La Convención Internacional para la Protección del Patrimonio Mundial,
Cultural y Natural, fue aprobada por la Conferencia General de la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en su
décima séptima reunión celebrada en París del 17 de octubre al 21 de noviembre
de 1972, debidamente ratificada por Venezuela, y publicada en la Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela Número 4.191 Extraordinaria de fecha
06 de Julio de 1990.
En este sentido, la Conferencia General de la UNESCO, percatándose del
grave deterioro que han venido sufriendo los patrimonios culturales de los países,
derivados de la escases de recursos, ausencia de políticas coherentes en esta
materia y dada la importancia del patrimonio cultural, como elemento básico de la
conciencia individual y colectiva del mundo, púes la pérdida de cualquier bien
cultural apareja un gran empobrecimiento para todos los habitantes del planeta,
aunado de que es el patrimonio cultural el verdadero sustento y razón de ser de
los Estados como organizaciones y por ende de la existencia misma de la
comunidad internacional.
Por esta razón, la idea de proteger los bienes culturales ha experimentado
una evolución progresiva, adaptándose a los cambios sociales, que se han
incorporando en los instrumentos jurídicos internacionales. Se ha producido en
este ámbito un desarrollo considerable desde los orígenes hasta la regulación
105

actual; de modo que se ha considerado igualmente imprescindible la adopción de


medidas destinadas a preservar los bienes culturales en tiempo de paz, puesto
que el patrimonio cultural, al igual que el natural, se encuentra en una situación
cada vez más crítica, amenazados de destrucción “no sólo por las causas
tradicionales de deterioro sino también por la evolución de la vida social y
económica que las agrava con fenómenos de alteración o de destrucción aún más
temible”
Es así como la Convención, comienza diferenciando al Patrimonio Cultural
del Patrimonio Natural, definiendo en el artículo 1, que abarca el concepto de
Patrimonio Cultural, cuando establece:

Articulo 1 A los efectos de la presente Convención se considerará


patrimonio cultural":
- los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura
monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico,
inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o
de la ciencia,
- los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya
arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal
excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la
ciencia,
- los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la
naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que
tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico,
estético, etnológico o antropológico.

Ciertamente, esta Convención se enfoca fundamental a los Patrimonios


Culturales Materiales, haciendo una distinción entre los que provienen de la
actividad humana, a los que denomina: “Patrimonio Cultural” de los que provienen
de la naturaleza, a los que denomina e identifica como “Patrimonio Natural”, que
106

son todos los lugares, monumentos, formaciones naturales que tengan un valor
excepcional desde el punto de vista estético y científico, como podría ser el caso
del Salto el Ángel, en el Estado Bolívar o los morros de San Juan en el Estado
Guárico, por citar dos ejemplos.
En esa Convención se establece la obligación que tienen los Estados de
identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el
patrimonio cultural y natural situado en su territorio, le incumbe primordialmente.
Procurará actuar con ese objeto por su propio esfuerzo y hasta el máximo de los
recursos de que disponga, y llegado el caso, mediante la asistencia y la
cooperación internacionales de que se pueda beneficiar, sobre todo en los
aspectos financiero, artístico, científico y técnico, tal obligación no compete en el
país, solamente a las autoridades nacionales, por el contrario, es un competencia
concurrente en la que intervienen las autoridades nacionales, las estadales, las
municipales y las comunales en forma conjunta y bajo la rectoría del Ministerio del
Ramo, a través de Instituto de Patrimonio Cultural.
El artículo 6 de la Convención reconociendo la existencia de la soberanía de
los Estados, establece igualmente, que todas las riquezas culturales, forman parte
del Patrimonio Cultural mundial y que por ende interesan al planeta, por lo que
todos los seres humanos del mundo están obligados a coadyuvar para el rescate y
conservación de dichos patrimonios, el Patrimonio Cultural es el elemento
subjetivo social básico para la existencia misma de los Estados y de la comunidad
internacional, púes los propios Estados son creaciones y bienes culturales en sí
mismos.
Por ello la conservación, protección y fomento de los patrimonios culturales
se hará a través de un sistema de cooperación y asistencia internacional
destinado a secundar a los Estados Partes en la Convención en los esfuerzos que
desplieguen para conservar e identificar ese patrimonio. Es por ello que se creó a
107

través de la mencionada Convención un Comité intergubernamental de protección


del patrimonio cultural y natural de valor universal excepcional, denominado "el
Comité del Patrimonio Mundial", organismo este compuesto por 21Estados Partes
en la Convención, elegidos por los Estados Partes en ella, constituidos en
Asamblea General durante las reuniones ordinarias de la Conferencia General de
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Lo importante a destacar en la Convención de marras, es que, respetando la
soberanía de los Estados Partes, reconoce la trascendencia mundial que tiene la
protección de los patrimonios culturales partiendo de la unidad en la diversidad,
señalando que cada patrimonio cultural que se pierda afecta a la totalidad de la
comunidad internacional, empobrece a todos, por ello, se crea el concepto del
Patrimonio Cultural Mundial, que debe ser protegido en forma solidaria por todos,
siempre respetando la soberanía de cada Estado y bajo el concepto del bien
común, como fin supremo a ser alcanzado.
LEY APROBATORIA DE LA DECLARACIÓN RELATIVA A LA
DESTRUCCIÓN INTENCIONAL DEL PATRIMONIO CULTURAL, PUBLICADA
EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 38.928 ORDINARIA DE FECHA 12 DE
MARZO DE 2008
Aprobada en la Conferencia General de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, reunida en París en su trigésima
segunda reunión, en fecha 17 de octubre de 2003, en virtud de los graves daños
que se han venido produciendo en los patrimonios culturales nacionales y locales
con afectación directa de los bienes culturales que integran el Patrimonio Cultural
Mundial, partiendo del hecho cierto de que el patrimonio cultural es un
componente importante de la identidad cultural de las comunidades, los grupos y
los individuos, y de la cohesión social, por lo que su destrucción deliberada puede
menoscabar tanto la dignidad como los derechos humanos, e incluso la existencia
108

misma de los Estados como organizaciones básicas para la satisfacción de las


necesidades vitales individuales y colectivas de las poblaciones del mundo.
Está redactada en base a buenos deseos, utilizándose el verbo deber en
tiempo futuro condicional, siempre se establece que la actitud de los Estados en
caso de guerra debería ser la de tomar las medidas necesarias para evitar los
daños a los Patrimonios Culturales. La única disposición cuyo verbo está escrito
en forma de mandato, es la disposición VI, que consagra:

El Estado que, intencionadamente, destruya patrimonio cultural de gran


importancia para la humanidad o se abstenga de adoptar las medidas
oportunas para prohibir, prevenir, hacer cesar y castigar cualquier acto
de destrucción intencional de dicho patrimonio, independientemente de
que éste figure o no en una lista mantenida por la UNESCO u otra
organización internacional, asumirá la responsabilidad de esos actos,
en la medida en que lo disponga el derecho internacional.

La Convención bajo análisis está basada en buenos deseos dirigidos al


respeto de los patrimonios culturales nacionales, regionales, locales y comunales
más que en disposiciones concretas, son realmente recomendaciones a seguir
para tratar de frenar la destrucción progresiva de los Patrimonios culturales en
tiempo de paz y de guerra, basadas tales “recomendaciones” en el concepto del
Patrimonio Cultural Mundial y en la existencia de una “solidaridad internacional”,
basada en el bien común y en la garantía de la existencia misma de la comunidad
internacional.

LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN DE BERNA PARA LA


PROTECCIÓN DE LAS OBRAS LITERARIAS Y ARTÍSTICAS, PUBLICADA EN
109

LA GACETA OFICIAL NÚMERO 2.954 EXTRAORDINARIA, DE FECHA 11 DE


MAYO DE 1982
El Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas
(1982), más conocido como el Convenio de Berna, Convención de
Berna, CBERPOLA o Tratado de Berna, es un tratado internacional sobre la
protección de los derechos de autor sobre obras literarias y artísticas, su primer
texto fue firmado el 9 de septiembre de 1886, en Berna (Suiza), con posteriores
revisiones y enmiendas, siendo enmendado por última vez el 28 de septiembre de
1979, debidamente ratificada por la Asamblea Nacional.

La Convención de Berna se apoya en tres principios básicos y contiene una


serie de disposiciones que determinan la protección mínima de obras literarias y
artísticas que se concede al autor, además de las disposiciones especiales
disponibles para los países en desarrollo que tuvieran interés en aplicarlos.

La finalidad de la Convención es defender y garantizar los derechos que


tiene el autor sobre las obras señaladas en el artículo 2 de la Convención, tiene
por fin evitar el plagio y la piratería sobre las obras literarias, científicas y artísticas,
estableciendo los derechos que asisten al autor de la obra.

LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN PARA LA SALVAGUARDA DEL


PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL, PUBLICADO EN LA GACETA
OFICIAL NÚMERO 5.822 EXTRAORDINARIA, DE FECHA 25 DE SEPTIEMBRE
DE 2006
Esa Convención fue aprobada por la Conferencia General de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), en su trigésima segunda reunión, celebrada en París, del veintinueve
de septiembre al diecisiete de octubre de 2003. Pudiera decirse que es una de las
Convenciones más importantes de la UNESCO, referida al Patrimonio Cultural
Inmaterial (PCI) que no es otra cosa que el patrimonio viviente, el crisol de la
110

diversidad cultural de los pueblos, por lo que su conservación, es tanto o más


importante inclusive que la del Patrimonio Cultural Material.
Ciertamente, en el caso concreto de la investigación, el Patrimonio Cultural
inmaterial del estado Venezolano, refleja la diversidad cultural existente en su
territorio y la obligatoriedad y necesidad de su conservación. Se constituye
entonces en una garantía de creatividad permanente.
La UNESCO ha agrupado el Patrimonio Cultural Inmaterial, fundamentalmente
en los siguientes ámbitos:
 Tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del
patrimonio cultural inmaterial;
 Artes del espectáculo (como la música tradicional, la danza y el teatro);
 Usos sociales, rituales y actos festivos;
 Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo;
 Técnicas artesanales tradicionales.
La Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial,
aprobada en París, por la UNESCO, el 17 de Octubre de 2003, ratificada por
Venezuela y publicada en la Gaceta Oficial Número 5.822 Extraordinaria, de fecha
25 de septiembre de 2006, establece define que debe entenderse por Patrimonio
Cultural Inmaterial, describiendo en mayor grado los elementos que lo componen y
la importancia que este tiene para la humanidad, reconociéndolo como un
Derecho Humano Fundamental de carácter social. En tal sentido, establece en el
numeral 1º del artículo 2 de la Convención de marras, lo siguiente:

Se entiende por “patrimonio cultural inmaterial” los usos,


representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los
instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son
inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los
111

individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural.


Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en
generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos
en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia,
infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y
contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la
creatividad humana. A los efectos de la presente Convención, se
tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea
compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos
existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades,
grupos e individuos y de desarrollo sostenible.

El Patrimonio Cultural Inmaterial entonces tiene las siguientes características:


 se transmite de generación en generación;
 es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de
su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia;
 infunde a las comunidades y los grupos un sentimiento de identidad y de
continuidad;
 promueve el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana; es
compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos
existentes; cumple los imperativos de respeto mutuo entre comunidades,
grupos e individuos y de desarrollo sostenible.
El Patrimonio Cultural Inmaterial es en esencia tradicional, sin dejar de estar
vivo. Se recrea constantemente y su transmisión se realiza principalmente por vía
oral. Es difícil emplear el término “auténtico” en relación con el Patrimonio Cultural
Inmaterial; algunos expertos previenen contra su empleo en relación con el
patrimonio vivo.
Este patrimonio vive en la mente de la población de donde es originario y se
transmite de generación en generación, es parte fundamental del imaginario
colectivo que conforma el concepto sociológico de la nacionalidad. Con frecuencia
112

se comparten el conocimiento y las técnicas dentro de una comunidad, e


igualmente las manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial se llevan a cabo,
a menudo, de forma colectiva.
Los efectos de la globalización, amenazan en todo el mundo con la
destrucción definitiva de los Patrimonios Culturales Inmateriales, ciertamente, las
políticas homogeneizantes, y la falta de medios, de valorización y de
entendimiento, han conducido al deterioro progresivo pero reversible de las
funciones y los valores de estos elementos y a la falta de interés hacia ellos entre
las nuevas generaciones.
Es así como la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural
Inmaterial, habla de comunidades y de grupos depositarios de las tradiciones, pero
no los especifica.
Una y otra vez los expertos gubernamentales que preparaban el
anteproyecto de la Convención de marras, insistían en que estas comunidades
están abiertas, en que pueden ser dominantes o no dominantes, en que no están
necesariamente unidas a territorios específicos y en que una persona puede muy
bien pertenecer comunidades diferentes o pasar de una comunidad a otra.

LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN PARA LA PROTECCIÓN DE LOS


BIENES CULTURALES EN CASO DE CONFLICTO ARMADO, PUBLICADA EN
LA GACETA OFICIAL NÚMERO 38.092 ORDINARIA DE FECHA 24 DE
DICIEMBRE DE 2004
En las guerras, la primera víctima es el patrimonio cultural material del
pueblo agredido, ciertamente, lo primero que busca el atacante son los elementos
que crean el sentido de integración y pertenencia del enemigo, para así quebrar
con mayor facilidad su resistencia, por ello surge la necesidad de proteger los
bienes culturales, cimentada tal necesidad, en la voluntad mundial de preservar la
113

identidad de los pueblos y los elementos identitarios que componen ese


patrimonio cultural de su destrucción indiscriminada durante los conflictos
armados; esto representa una parte ínfima de los múltiples esfuerzos emprendidos
para mitigar los devastadores efectos de las guerras.
En tal sentido, tal como lo expresa Camps Mirabet, N. (2000), la idea de
proteger los bienes culturales ha evolucionado progresivamente a través de
diversos instrumentos jurídicos internacionales, de modo que se ha considerado
imprescindible la adopción de medidas destinadas a preservar los bienes
culturales en tiempo de paz y en tiempo de guerra, puesto que el patrimonio
cultural, al igual que el natural, se encuentra en una situación cada vez más
crítica, amenazado de destrucción “no sólo por las causas tradicionales de
deterioro sino también por la evolución de la vida social y económica que las
agrava con fenómenos de alteración o de destrucción aún más temible”
Ahora bien, para entender el alcance de la Convención bajo análisis, resulta
necesario tener claro que son los bienes culturales, a los efectos de su efectivo
amparo y protección en caso de conflicto armado, en tal sentido el artículo 1 de la
Ley Aprobatoria de la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en
caso de conflicto Armado (2000), establece Comprende bienes muebles e
inmuebles, esto es, monumentos arquitectónicos, artísticos o históricos, sitios
arqueológicos, obras de arte, manuscritos, libros y otros objetos de interés
artístico, histórico o arqueológico, así como colecciones científicas de todo tipo,
cualquiera que sea su origen o propiedad.
En su conjunto, los bienes culturales materiales, conforman el recuerdo de
los habitantes y crean un sentido particular de lucha sin el que no podríamos
existir como Estado Soberano, de hecho, en la práctica, cuando ha existido una
invasión de parte de una potencia para dominar a un pueblo, la primera víctima es
el Patrimonio Cultural, el dominante siempre busca verse agradable a los ojos del
114

oprimido, que este lo sienta superior y para ello, comienza tratando de destruir
todos esos valores, principios, sueños, monumentos y obras que conforman el
imaginario colectivo, si lo logran, se acaba la lucha, y el dominado se entrega
tranquilamente a la dominación, es por ello que, partiendo de la existencia de un
Patrimonio Cultural Mundial y de la necesidad de garantizar los Derechos básicos
de los pueblos que habitan las zonas de conflicto, que surge el Derecho
Humanitario, dirigido a garantizar los Derechos de las personas en medio de los
conflictos armados.
Esta Convención es una normativa de Derecho Humanitario.

CONVENCIÓN SOBRE LOS MEDIOS QUE DEBEN ADOPTARSE PARA


PROHIBIR E IMPEDIR LA IMPORTACIÓN, EXPORTACIÓN Y
TRANSFERENCIA DE PROPIEDAD ILÍCITA DE BIENES CULTURALES,
ACEPTADA POR LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA EL 21 DE
MARZO DE 2005
Aprobada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en su décima sexta
reunión, celebrada en París, del 12 de octubre al 14 de noviembre de 1970 y
aceptada por Venezuela, tiene por objeto frenar la Huaquería, que es el delito
económicamente más rentable después del narcotráfico, en un principio este
término estaba referido a las excavaciones ilegales de las tumbas y espacios
arqueológicos importantes para saquearlas y comerciar lo encontrado en el
mercado negro, generando una gran mafia.
Con el tiempo, el término huaquería fue adquiriendo una dimensión más
amplia, tal como lo define Real, F. (2009)
(http://www.almamagazine.com/entradas-saqueo_cultural-los_huaqueros): Los
huaqueros No son científicos ni arqueólogos, no les interesa para nada el valor
115

cultural que pueda tener un bien cultural, no los impulsa la fe en el conocimiento


sino el amor por el oro. Son los huaqueros. Se dedican a despojar yacimientos
arqueológicos, profanar sitios sagrados o robar reliquias de los templos virreinales,
Venezuela ha sufrido grandemente el saqueo, ante una sociedad indolente que ni
siquiera sabe lo que le están quitando. Pocos huaqueros logran la fortuna
deseada, ya que conforman el eslabón más débil de una larga cadena de
intermediarios, comerciantes y traficantes que se llevan la mejor parte y proveen a
coleccionistas inescrupulosos, licenciosos millonarios, museos y casas de
subastas. La venta de obras de arte y piezas arqueológicas es el cuarto tráfico
ilegal más voluminoso de nuestros tiempos, un ejemplo de ello, se puede ver en
las famosas momias del Dr. Knoch, que fueron robadas de La Guaira, donde
estaban, específicamente en el camino de los Españoles y hoy se encuentran en
el exterior, sin posibilidad cierta de que sea recuperada por el país.
A través de esta Convención se declara ilícita y por lo tanto, sin valor legal
alguno, la venta, traslado de bienes culturales, sin cumplir con los requisitos
legales correspondientes, se establece la responsabilidad de los Estados
firmantes de sancionar el delito de Huaquería y luchar contra el tráfico y
comercialización ilícita de bienes culturales.

LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL


NIÑO, PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 34.451 ORDINARIA DE
FECHA 29 DE AGOSTO DE 1990
La Convención sobre los Derechos del Niño es el primer instrumento
internacional jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos
humanos: civiles, culturales, económicos, políticos y sociales de los niños. En
1989, los dirigentes mundiales decidieron que los niños y niñas debían de tener
una Convención especial destinada exclusivamente a ellos, ya que los menores de
116

18 años precisan de cuidados y protección especiales, que los adultos no


necesitan. Los dirigentes querían también asegurar que el mundo reconociera que
los niños y niñas tenían también derechos humanos.
La Convención establece estos derechos en 54 artículos y dos Protocolos
Facultativos. Define los derechos humanos básicos que disfrutan los niños y niñas
en todas partes: el derecho a la supervivencia; al desarrollo pleno; a la protección
contra influencias peligrosas, los malos tratos y la explotación; y a la plena
participación en la vida familiar, cultural y social. Los cuatro principios
fundamentales de la Convención son la no discriminación; la dedicación al interés
superior del niño; el derecho a la vida, la supervivencia y desarrollo; y el respeto
por los puntos de vista del niño. Todos los derechos que se definen en la
Convención son inherentes a la dignidad humana y el desarrollo armonioso de
todos los niños y niñas. La Convención protege los derechos de la niñez al
estipular pautas en materia de atención de la salud, la educación y la prestación
de servicios jurídicos, civiles y sociales.
Ciertamente, el artículo 31 de la Convención establece el derecho de todo
niño y niña, al descanso, al sano esparcimiento y a participar en la vida cultural,
obligando al Estado a crear las condiciones para que el niño o niña realmente
conozca y se inserte en la actividad cultural del país, formando así su identidad
plena. Igualmente el artículo 8 eiusdem establece el derecho a la nacionalidad que
asiste a todo niño y niña.
CONVENIO DE INTEGRACIÓN CINEMATOGRÁFICA IBEROAMERICANA
(1999) Y LEY APROBATORIA DEL PROTOCOLO DE ENMIENDA AL
CONVENIO DE INTEGRACIÓN CINEMATOGRÁFICA IBEROAMERICANA,
PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 39.085 DE FECHA 22 DE
DICIEMBRE DE 2008:
El Convenio de integración cinematográfica iberoamericana fue aprobado
117

por la Conferencia de Autoridades cinematográficas de los países de


Iberoamérica, en la I Reunión Ordinaria celebrada en la ciudad de Caracas el 11
de noviembre de 1999, documento aceptado por las autoridades venezolanas, así
como el Protocolo de enmienda que lo reforma, aprobado por la Conferencia de
Autoridades cinematográficas de los países de Iberoamérica, en reunión efectuada
en la ciudad de Córdoba, España, en fecha 28 de noviembre de 2007,
debidamente ratificado por las autoridades venezolanas y publicado en la Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Número 39.085 Ordinaria, de
fecha 22 de diciembre de 2008.
El propósito de la Convención y su reforma es promover la presencia de la
cinematografía de los Estados miembros en los canales de audiodifusión
existentes o por crearse en cada uno de ellos, de conformidad con la legislación
vigente de cada país, promoviendo así el desarrollo de la industria del cine y las
producciones regionales y nacionales que promuevan, protejan y defiendan los
valores, tradiciones y costumbres de los Estados miembros.
Para ello la Convención de 1999 y su reforma establece que la Conferencia
de Autoridades Cinematográficas de Iberoamérica (C.A.C.I.) será el órgano rector
del Convenio, correspondiéndole elaborar el reglamento respectivo, establecer las
políticas a través de las cuales se desarrollarán los planes y proyectos derivados
de la aplicación de la Convención y del protocolo de enmienda y evaluar
periódicamente los resultados de su aplicación. Reglamento este que fue
aprobado en la ciudad de Guadalajara el día 12 de marzo de 1998.

LEY APROBATORIA DE LA CONVENCIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS


HUMANOS, PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA, PUBLICADO EN LA
GACETA OFICIAL NÚMERO 31.526 DE FECHA 14 DE JUNIO DE 1977
La Convención Americana de los Derechos Humanos, Pacto de San José
118

de Costa Rica, fue aprobada por los Estados miembros de la Organización de


Estados Americanos (O.E.A.), en la ciudad de San José de Costa Rica entre los
día 7 al 22 de noviembre de 1969.
Los Derechos Humanos que se quieren promover y proteger con esta
Convención son de diferentes tipos: el derecho a la vida, a trabajar en condiciones
justas y favorables; el derecho a la protección y a la seguridad social; a un nivel de
vida adecuado y a los niveles de salud física y mental más altos que se puedan
obtener; y el derecho a la educación, y a disfrutar los beneficios de la cultura y del
progreso científico. En la Convención destaca y reconoce el carácter inherente de
los derechos culturales, como inherentes a la existencia misma del ser humano y
establece mecanismos de seguimiento y control de las obligaciones asumidas por
los Estados que al ratificarlo se comprometen a garantizar el ejercicio de los
derechos sin discriminación de ningún tipo.
Ahora bien, deja claro la Convención (1977) que no solo son Derechos
Humanos, sino que también es imprescindible establecer y consagrar los Deberes
de los seres humanos, derechos estos que cada individuo de la especie humana,
independientemente de su sexo, edad, condición social, tiene con relación a la
familia, a la comunidad y a la humanidad, estableciéndose el Principio Jurídico de
la esfera de los Derechos, según el cual los Derechos de cada persona terminan
donde comienzan los derechos de los demás .
En la Convención bajo análisis, la familia es reconocida, como el elemento
natural y fundamental de la sociedad; según la Convención, merece la más amplia
atención y cuidados posibles, no solo por parte del Estado, sino también por parte
de las propias personas.
Ciertamente, los valores éticos de la sociedad garantizan la existencia de
una familia y de un individuo sano, razón por la cual se ratifican los derechos de
toda persona a la cultura, cimentada en la libertad de conciencia, al desarrollo
119

armonioso del imaginario colectivo, conservación de los espacios físicos que


sirven de recordatorio permanente de esos valores y la participación activa de
cada ser humano en las actividades culturales de cada comunidad.
También se promueve la tolerancia y el respeto como valores esenciales
para la existencia de un sistema democrático.

DECLARATORIA DE CARACAS, CELEBRADA EL 3 DE DICIEMBRE DE


2011
Los días 2 y 3 de Diciembre de 2011, se llevó adelante la Cumbre de
Jefas y los Jefes de Estado y de Gobierno de los países de América Latina y el
Caribe, acordando la creación y constituido de un nuevo organismo de
integración internacional, identificado como la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que comprende a los 33 Estados
soberanos del área, con el fin de alcanzar la unidad e integración política,
económica, social y cultural de América Latina y el Caribe, destacando la
importancia y los aportes culturales pueblos aborígenes y afrodescendientes en
las luchas independentistas y reconociendo sus aportes morales, políticos,
económicos, espirituales y culturales en la conformación de las identidades
regionales y en la construcción de las naciones y procesos democráticos. Se
estableció la necesidad de que la CELAC sea un espacio que reivindique el
derecho a la existencia, preservación y convivencia de todas las culturas, razas y
etnias que habitan en los países de la región, así como el carácter multicultural
de nuestros pueblos, y plurinacional de algunos de nuestros países en especial
de las comunidades originarias que promueven y recreen la memoria histórica,
los saberes y los conocimientos ancestrales, de promover la paz y la justicia
como valores fundamentales para el desarrollo de los pueblos, se establecerán
120

los mecanismos de integración, en base a la solidaridad de los pueblos y el bien


común.

LEY APROBATORIA DEL TRATADO CONSTITUTIVO DE LA UNIÓN DE


NACIONES DEL SUR (UNASUR), PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL
NÚMERO 39.079, ORDINARIA, DE FECHA 12 DE DICIEMBRE DE 2008

Los países signatarios del Tratado de Brasilia (2008), son: Argentina,


Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam,
Uruguay y Venezuela.

El objetivo fundamental de la organización Internacional creada a través


del Tratado, es la de construir una identidad y ciudadanía suramericanas y
desarrollar un espacio regional común, basado en las raíces comunes integrado
en lo político, económico, social, cultural, ambiental, energético y de
infraestructura, para contribuir al fortalecimiento de la unidad de América Latina y
el Caribe, partiendo de la colaboración y la solidaridad, siempre respetando la
soberanía de los Estados que lo integran.

Como eje central de la integración efectiva de los países miembros de


UNASUR, está el rescate, promoción y defensa de la identidad cultural de los
pueblos que la conforman, destacando el carácter multicultural, multiétnico y
plurilingüe de la región, siendo que la integración de los pueblos y por ende de
los Estados miembros se basa en la necesidad compartida de avanzar en el
desarrollo sostenible y el bienestar de los pueblos del sur, así como para
contribuir a resolver los problemas que aún afectan a la región, como son la
pobreza, la exclusión y la desigualdad social persistentes;

Cuando se habla de la construcción de una identidad suramericana a


través del reconocimiento progresivo de derechos a los nacionales de un Estado
121

Miembro residentes en cualquiera de los otros Estados Miembros, con el fin de


alcanzar una ciudadanía suramericana, lo cual no es factible sino se comienza
con el rescate de los Patrimonios Culturales de los países que la integran.

El Tratado constitutivo se firmó el 23 de mayo de 2008 en la ciudad


de Brasilia donde se estructuró y oficializó la Organización. La primera en ocupar
la presidencia pro tempore fue la por entonces presidenta de Chile, Michelle
Bachelet, en un mandato de un año de duración. El día 4 de mayo de 2010, en la
cumbre extraordinaria en Campana, provincia de Buenos Aires, se designó por
unanimidad a Néstor Kirchner (ex presidente de la República Argentina) como
primer secretario general de Unasur por un periodo de dos años.

Con la formación de la Secretaría General y el cargo de Secretario General


de la Unasur se le da un liderazgo político a nivel internacional y es un paso más
hacia la formación de una institución permanente en la construcción de la Unasur.

La Secretaría General del organismo tiene sede permanente en la ciudad


de Quito, Ecuador, mientras el Parlamento Suramericano se localizará en la
ciudad boliviana de Cochabamba.

El proyecto de integración regional de la Unión de Naciones Suramericanas


tiene como objetivo construir, de manera participativa y consensuada, un espacio
de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus
integrantes, utilizando el diálogo político, las políticas sociales, la educación,
la energía, la infraestructura, la financiación y el medio ambiente, entre otros, para
eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social, la participación
ciudadana y fortalecer la democracia.

El 24 de octubre de 2011, La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)


obtuvo el estatus de observador en la Asamblea General de la ONU después de
122

que la Comisión de asuntos jurídicos del organismo aprobara por unanimidad su


solicitud de adhesión.

LEY APROBATORIA DEL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA


(OTCA), PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL NÚMERO 31.993 DE FECHA
28 DE MAYO DE 1980

El Tratado de Cooperación Amazónica fue firmado en el Palacio Planalto,


sede de la Presidencia del Brasil, por los Cancilleres de las Repúblicas de Bolivia,
Brasil, Colombia, Guyana, y Venezuela, entrando en vigencia el 2 de Agosto de
1.980. Este instrumento, como está expresado en su alcance, afirma el propósito
de los 8 países signatarios de integrar sus respectivos territorios amazónicos a sus
economías nacionales, manteniendo el equilibrio entre el crecimiento económico y
la preservación del medio ambiente.
El Tratado Amazónico es un instrumento de naturaleza exclusivamente
jurídica, destinado a crear las bases para una conjugación concreta y pragmática
de esfuerzos de los respectivos gobiernos nacionales, con el fin de lograr el
desarrollo integrado y armónico de la región, teniendo en cuenta, entre otros,
aspectos tales como su interrelación fluvial y de telecomunicaciones, mecanismos
comunes de preservación de la flora y fauna, aprovechamiento conjunto de
recursos hídricos, navegación, meteorología, agricultura, turismo, recursos
pecuarios, salud, vivienda, desarrollo social, preservación de las riquezas
arqueológicas y etnológicas, creación y operación de centros de investigación y
producción experimental con empleo de tecnologías específicas y en forma muy
amplia, los estudios y las medidas conjuntas tendientes a propiciar el desarrollo de
un modelo integrado de complementación económica regional.
Tomando en cuenta la importancia que para la vida en el planeta tiene el
llamado “último pulmón vegetal del planeta” y tomando en cuenta que en el
habitan grupos aborígenes ancestrales que se han visto desplazados y
123

transculturados por personas que pretenden explotar ilegal e indebidamente sus


recursos es que se estableció este importante Tratado.
Desde el punto de vista del Patrimonio Cultural establece el artículo XIII del
Tratado bajo análisis que se desarrolla en forma armónica la actividad turística en
la región amazónica pero siempre respetando y protegiendo las culturas
ancestrales aborígenes (mal llamadas indígenas). Igualmente, el artículo XIV
establece que los Estados Partes cooperarán en la conservación y protección de
las riquezas etnológicas y arqueológicas que se encuentren en el área amazónica.
Vale decir, que si bien es cierto que el objetivo principal del Tratado es de
naturaleza ambiental, también garantiza y consagra los Derechos Culturales de los
aborígenes vistos como seres humanos dignos, únicos, irrepetibles y con
conocimientos ancestrales que deben ser protegidos y conservados e igualmente
se consagra el deber de conservar y proteger las riquezas arqueológicos, evitando
la huaquería y demás prácticas destructivas y depredadoras de esas riquezas.
Para garantizar el cumplimiento de la normativa consagrada en el Tratado
“in examine” se creó el Consejo de Cooperación Amazónica, encargado, conforme
a lo previsto en el artículo XXI del Tratado de marras de: Velar por el
cumplimiento de los objetivos y finalidades del Tratado, Velar por el cumplimiento
de las decisiones tomadas en las reuniones de Ministros de Relaciones Exteriores,
Recomendar a las Partes la conveniencia u oportunidad de celebrar reuniones de
Ministros de Relaciones Exteriores y preparar la agenda correspondiente,
Considerar las iniciativas y proyectos que presenten las Partes y adoptar las
decisiones que correspondan, para la realización de estudios y proyectos
bilaterales o multilaterales cuya ejecución, cuando fuere el caso, estará a cargo de
las Comisiones Nacionales Permanentes, Evaluar el cumplimiento de los
proyectos de interés bilateral o multilateral y Adoptar sus normas de
funcionamiento
124

CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA,


PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA
DE VENEZUELA NÚMERO 5.453 EXTRAORDINARIA DE FECHA 24 DE
MARZO DE 2000.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), es la


norma fundamental de la que se deriva todo el andamiaje político del país, su
contenido es programático, pues en ella se enuncian y consagran todos y cada
uno de los Derechos, Garantías y Deberes y reglas básicas de funcionamiento del
Estado Venezolano, las cuales son desarrolladas por el resto de las Leyes que se
desprenden de ella. Dicho de otra manera, la Constitución es el Documento
Constitutivo del Estado.
La actual constitución Venezolana es producto de un proceso constituyente
inédito en el país que tuvo muchos tropiezos y contradicciones propias de un
cambio radical de principios, pues cualquier proceso constituyente implica el
cambio total de las estructuras, cimientos y principios de un país, lo que en el caso
Venezolano se hizo de la forma más democrática posible, primero, ante la
ausencia de un procedimiento establecido en alguna normativa, el gobierno
nacional dictó el Decreto Presidencial N° 3 del 2 de febrero de 1999, que convocó
a un referendo consultivo para que el pueblo se manifestara en relación a si
estaba de acuerdo con una Asamblea Constituyente para re-fundar el país. Esta
medida tomó por sorpresa a todos los partidos tradicionales, los cuales
impugnaron la medida ante la extinta Corte Suprema de Justicia, pero fue
denegada; porque el Presidente de la Republica tiene toda la facultad de consultar
a la población en relación a si están de acuerdo con esa disposición (Decreto) ya
que la soberanía radica en el pueblo y es ella quien decide los destinos del país a
través de sus representantes, tal como expresamente lo consagraban los artículos
3 y 4 de la Constitución de la República de Venezuela (1961). En un referendo
125

inédito, celebrado el 25 de abril de 1999, por mayoría abrumadora la población


venezolana se manifestó a favor de iniciar el Proceso Constituyente, siendo que
se fijaron las elecciones para determinar quiénes serían los miembros y miembras
que integrasen la Asamblea Nacional Constituyente, elección esta que se llevó a
cabo el 25 de julio de 1999. Inmediatamente, los integrantes electos y
juramentados de la Asamblea Constituyente cumplieron su labor, Una vez
concluida la misión de elaborar una nueva carta magna, la Asamblea Nacional
Constituyente consultó a la población venezolana a través de un referendo
vinculante la aprobación de este proyecto el 15 de diciembre de 1999. El resultado
fue 71,19% de aprobación por parte del pueblo y una abstención del 53% (El
Nacional, 16/12/1999).
En este sentido, la Constitución Nacional (2009) establece en su capítulo V,
todo lo relativo a los Derechos Sociales y de la familia, que en el modesto criterio
del autor, son la verdadera esencia del resto del articulado que conforma nuestra
magna carta, porque el centro de lo que se quiere proteger cuando se crean los
Estados es al ser humano como individuo y viviendo en sociedad, púes el ser
humano es en esencia un ser social, ya que no se concibe al ser humano viviendo
sólo, alejado del resto, es por ello que para subsistir como especie, requiere el
esfuerzo de todos, en primer lugar de la familia, que es donde adquiere sus
primeros valores y luego en la sociedad que es donde los refleja e interactúa.
Entonces, la forma aprendida por cada ser humano para interactuar en la
sociedad es su patrimonio cultural personal, la sumatoria de todos esos
aprendizajes, crean el imaginario colectivo y el sentido de pertenencia que hace
nacer a una sociedad y a su vez esa sociedad organizada y asentada en un
territorio determinado conforma el Estado, de donde se colige que sin imaginario
colectivo no habrá Estado, es así como en el capítulo VI de nuestra magna carta
se consagran, en forma directa, los derechos culturales y educativos, es así como
126

el artículo 98 consagra el Derecho Humano fundamental que tiene todo individuo y


toda sociedad a la libre creación cultural, derecho este que no se limita a la simple
creación sino que también abarca su producción y divulgación, en el modesto
criterio del autor, la divulgación de ese patrimonio cultural además de un derecho
es un deber, porque cada producción cultural que se adhiere a las tradiciones de
un pueblo lo enriquecen e impactan en la percepción colectiva de la realidad,
también se reconoce en el derecho del autor a que se le respete y proteja
legalmente esa condición,
En tal sentido, el artículo 99 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela (2000), es claro al consagrar:

Los valores de la cultura constituyen un patrimonio irrenunciable del


pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentará
y garantizará, procurando las condiciones, instrumentos legales,
medios y presupuestos necesarios. Se reconoce la autonomía de la
administración cultural pública en los términos que establezca la ley. El
Estado garantizará la protección, preservación, enriquecimiento,
conservación y restauración del patrimonio cultural, tangible e
intangible, y la memoria histórica de la Nación. Los bienes que
constituyen el patrimonio cultural de la Nación son inalienables,
imprescriptibles e inembargables. La ley establecerá las penas y
sanciones para los daños causados a estos bienes.

Es así como el referido artículo 99 de nuestra magna carta (2009) establece


el Principio de la irrenunciabilidad de los valores culturales del pueblo venezolano,
por ser la esencia misma de la soberanía nacional. Ciertamente, los valores
culturales son el vínculo sentimental se la población con la patria, razón por la cual
el Estado Venezolano y la propia población están obligados a promover y
fomentar, bajo la garantía del Estado quien procurará las condiciones,
127

instrumentos legales, medios e instrumentos nacionales, también se reconoce en


la disposición bajo el análisis la autonomía de la administración cultural pública
que en la actualidad es regida por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y
el Instituto de Patrimonio Cultural, entendiendo que la administración cultural
pública es una competencia concurrente de la República, los Estados que la
componen, los Municipios, las comunas y los Consejos Comunales.
Parafraseando a Cabanellas, G. (1994), Tomo VII: Los valores culturales
están formados por el compendio de conceptos, creencias y actividades que le
permiten al ser humano comunicarse y ser competitivo en la sociedad donde se
desenvuelve, en razón de su identificación con dichos preceptos. En definitiva, los
valores existen para quien los adopta como forma de vida, sin aceptación no
existe el valor, (p. 312, VIII).
Aunque se consideran valores culturales a las tradiciones, los ritos, el
lenguaje, el arte, la culinaria y la vestimenta; se puede asumir, de acuerdo a lo
expresado en el párrafo anterior, que también los demás valores se inscriben
dentro de la categoría de valor cultural, en tanto que una sociedad los adopte
como modelos de vida. Dentro de ese grupo de valores culturales están: Los
Valores religiosos, valores morales, valores estéticos, valores intelectuales, alores
afectivos, valores sociales, valores físicos y los valores económicos.
A la par de los valores se erigen en la sociedad una serie de antivalores que
son aceptados como normas y asimilados como si fuesen verdaderos valores.
Este desplazamiento es lo que ha caracterizado a las sociedades modernas,
siendo la publicidad que se transmite por los medios de comunicación de masas
uno de los vehículos expeditos para la deformación cultural de los pueblos. No se
puede pretender, en un mundo globalizado como el de hoy, mantener encerradas
a las comunidades en nichos culturales impenetrables, pero sí es posible educar a
sus miembros con la clara consciencia de aceptar la diversidad cultural del
128

universo sin comprometer la fortaleza de sus propios valores como grupo social.
En la disposición bajo análisis se establece igualmente, la obligación del
estado de proteger, mantener, salvaguardar y rescatar el Patrimonio Cultural
material e inmaterial y la memoria histórica de la nación, vale decir que el Estado
Venezolano, los Estados que lo integran (incluido el Estado Vargas), los
Municipios, las comunas y los Concejos Comunales, en una competencia
concurrente, están en la obligación constitucional de velar por la conservación y
mantenimiento de todos los monumentos de valor cultural, tales como: el cine
lamas, el castillete de Reverón, el cementerio de los ingleses, la casa de los
ingleses, la calle Bolívar de La Guaira, el antiguo Hotel Miramar, por citar algunos
sitios declarados Monumentos Culturales de la Nación, ubicados en el estado
Vargas, que son parte del Patrimonio Cultural Material (denominado también
tangible), pero también es Patrimonio Cultural Material, las obras pictóricas, por
ejemplo, de Armando Reverón, las esculturas, entre otras.
Pero más importante aún que los patrimonios culturales materiales, es el
Patrimonio Cultural intangible e inmaterial, integrado por los valores culturales, la
música típica, folklórica y tradicional, tales como las gaitas decembrinas, que han
venido siendo desplazadas por estilos musicales invasivos y transculturizadores,
muchas veces con mensajes que promueven los antivalores, la descomposición y
afectan la integridad emocional y cultural del pueblo, pero especialmente de los
niños, utilizando frases, tales como: “a las mujeres les gusta la gasolina”, “las
mujeres quieren chorizo”, y otras terminologías deformantes, con sentidos
negativos y que promueven en muchos casos el vicio y el delito, deformando los
valores culturales de la población en contravención de la norma bajo análisis.
La conciencia colectiva se cimenta en valores ancestrales, transmitidos de
generación en generación, que nacen en la familia y se consolidan en la sociedad
y que obligatoriamente deben ser protegidos por el Estado Venezolano, porque la
129

pérdida de cada patrimonio cultural material inmaterial o natural, es una pérdida de


soberanía de la nación.
Es importante también destacar que conforme a lo previsto en el referido
artículo 99 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), los
bienes que constituyen el patrimonio cultural de la Nación son inalienables,
imprescriptibles e inembargables. La Ley establecerá las penas y sanciones para
los daños causados a estos bienes.
En el mismo orden de ideas, el artículo 100 de la magna carta (2000),
consagra expresamente la venezolanidad, reconociendo expresamente el carácter
sociojurídico y no meramente de la nacionalidad, porque la venezolanidad no es
otra cosa, que la forma en que cada venezolano, siente su nacionalidad, en el
sentido de pertenencia que realmente tiene, el nivel de arraigo con el ideario
colectivo que impulsa a amar a la patria, es el conocimiento de la historia patria, es
el orgullo individual y colectivo por esa historia, es el autoestima por ser
venezolano, es la defensa de los valores, de la historia, de su música, de su
gastronomía, es estar lejos y añorar a la patria, es llorar por ella, parafraseando a
Uslar Pietri, Arturo (1986), quien señala que la Venezolanidad debe asentarse,
entre otras cosas, en un genuino y auténtico rescate del pasado que se traduzca
sobre todo "en rastrear en el presente las grandes presencias del pasado.” (p.67),
vale decir, que el estudio de la venezolanidad debe trascender lo meramente
formal y adentrarse en el estudio del ethos social en el que se inspira, ethos este
que se afianza en la manifestaciones culturales populares, púes la música, el
teatro y el cine bien entendidos y encausados son la forma en que la población
señala sus quejas, manifiesta sus sentimientos, refuerza el ideario colectivo y de
allí nace la verdadera conciencia individual y colectiva, de allí nace el verdadero
ser humano crítico y a esa conciencia a la que se refieren los Convenios
Internacionales de Derechos Humanos, cuando se habla de la libertad plena de
130

conciencia, no vulnerada por el bombardeo constante de formas


transculturizantes, que de una forma antijurídica pretende imponer una forma
única de pensamiento señalando una libertad, que lejos de serlo es una agresión
es una guerra de pensamientos.
Es por ello que el Estado Venezolano está en la obligación de garantizar,
promover y proteger las culturas populares que conforman esa identidad colectiva
a la que denominamos “venezolanidad”, tales como la gaita tradicional, los
villancicos, las músicas ancestrales aborígenes (mal llamada indígenas), la arepa,
el asado negro, entre otras tantas manifestaciones culturales que emergen
directamente, muchas veces en forma anónima, de los pueblos y que son parte
inmanente de ellos, al destruirlas se destruye a la sociedad misma, un país sin
cultura es presa fácil de ambiciones externas, al analizar en frio la caída de Roma,
de la lectura del libro el Satiricón de Petronio publicado originalmente hacia 1664,
se puede observar claramente que fue la pérdida de identidad colectiva, del ethos,
del sentido de la Romanidad, lo que desencadenó su caída, porque de otra forma
¿cómo se explicaría que grupos bárbaros (extranjeros), casi sin armas,
hambrientos pudieran tomar las ciudades de la primera potencia militar de la
época casi sin bajas para ellos y sin mayores esfuerzos? Sencillamente, a los
romanos de esa época ya no les importaba Roma, no se sentían identificados con
su pueblo y nadie defiende lo que no quiere.
El artículo 101 eiusdem consagra la obligación que tiene el Estado de
garantizar la emisión, recepción y circulación de la información cultural, con
expresa mención del deber de los comunicación social de coadyuvar a tales fines
en los términos que desarrolla la Ley de Reforma Parcial de la Ley de
Responsabilidad Social en Radio y Televisión publicada en la Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela No 39.610, de fecha 7 de febrero de 2011, la
131

cual generó en su momento controversia y varias demandas de nulidad por


presunta inconstitucionalidad.
En tal sentido, la sentencia interlocutoria Número 5.128, emanada de la
Sala Constitucional de fecha 16 de diciembre de 2005, con ponencia de la
Magistrada Luis Estella Morales Lamuño, expediente 05-1430, partes: Alfonzo
Marquina contra la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión,
publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 38.081
del 7 de diciembre de 2004, alegando, entre otros argumentos, los siguientes: Que
se estaría violentando el artículo 13 de la Convención Americana de Derechos y
Deberes Humanos al exigirse que la información sea veraz, oportuna e imparcial,
pues eso atentaría contra la libertad de conciencia; que el hecho que se obligue a
los medios de comunicación a difundir determinada información tendría un
carácter arbitrario contra cuando no tenga relación alguna con la tutela de los
bienes jurídicos (…) referidos al respeto a los derechos o a la reputación de los
demás, la protección de la seguridad nacional, el orden público, la salud pública, la
moral pública. En este sentido, se opone rotundamente a que los medios de
comunicación estén obligados a dar información cultural ya que la extensión dada
al contenido de los mensajes culturales, educativos, informativos o preventivos de
servicio público permitiría imponer la transmisión de casi cualquier tipo de
mensajes, incluso aquellos que no están vinculados con la protección de los
bienes señalados en el artículo 13 (2) de la Convención Americana. No obstante,
la fórmula adoptada por el artículo 10 (2) (…), lo cual constituye una
imposición arbitraria de transmisión de informaciones a los medios de
comunicación que resulta contraria a la libertad de pensamiento y expresión
Que “(…) el artículo 14 de la Ley Resorte (sic) incurre en una manifestación
claramente incompatible con el modelo democrático ya que pretende imponer
desde el Estado un modelo cultural a toda la sociedad venezolana. El Estado
132

pretende privilegiar e imponer la aceptación de un determinado tipo de obras


musicales (…). El Estado ha decidido arbitrariamente que existen unas
determinadas categorías de géneros musicales cuya aceptación debe forzarse a
través de la intervención gubernamental y que existen otra serie de géneros
musicales cuya aceptación debe ir decreciendo en el tiempo a través de la
disminución de su presencia en los medios de comunicación” (Negrillas del
recurrente). Alega igualmente que “(…) sólo una concepción paranoica y arcaica
del intercambio cultural entre los pueblos puede llevar a sostener que la seguridad
nacional se encuentra en peligro si las preferencias musicales de los habitantes de
Venezuela no se inclinan mayoritariamente hacia las ‘obras musicales
venezolanas’ o hacia las ‘obras musicales de tradición venezolana’ (…).
Evidentemente, estas disposiciones habrían sido redactadas con el propósito de
limitar la difusión de música popular extranjera (…) en los medios de
comunicación. Si bien ‘Procurar la difusión de los valores de la cultura venezolana
en todos sus ámbitos y expresiones, el cual es uno de los objetivos generales
señalados en el artículo 3 (6) de la Ley Resorte (sic) (…), si bien es un objetivo
loable y respetable (…), no es lícito perseguirlo mediante una restricción
irrazonable por arbitraria, impuesta a la libertad de pensamiento y expresión (…)”.

Ahora bien, al analizar los argumentos antes descritos, a la luz de lo


previsto en el artículo 101 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (2009), llama la atención la negativa del recurrente a que los medios de
comunicación informen sobre la cultura, señala un desprecio por las tradiciones,
las costumbres y todo el imaginario colectivo que conforman la nacionalidad,
pareciera desconocerse la existencia de la UNESCO y de la Declaración para la
Protección del Patrimonio Cultural Inmaterial, se señala que es normal que estilos
tradicionales desaparezcan y surjan otros estilos extranjeros, lamentablemente,
con la reforma de la Ley no se ha producido sentencia sobre la nulidad planteada,
sería interesante saber si realmente existe soberanía sin los valores culturales, sin
133

el Patrimonio Cultural Inmaterial, sin ningún tipo de responsabilidad social para los
medios, ese tópico es materia controvertida y no ha sido decidido aún en el caso
bajo análisis.
Con relación al artículo 108 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela (2000), se establece la obligación que tienen los medios de
comunicación social de contribuir a la formación ciudadana, se trata de un
formación integral que abarca la formación académica, pero sobre todo, la
formación cultural, que implica la concienciación colectiva de la necesidad de
rescatar, promover y difundir los valores culturales que conforman la
venezolanidad.
En el mismo orden de ideas, el artículo 102 eiusdem, consagra el derecho a
la educación como un derecho humano de carácter social dirigido a desarrollar el
potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en
una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la
participación activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación
social consustanciados con los valores de la identidad nacional, y con una visión
latinoamericana y universal. Cuando el legislador hace mención a la identidad
nacional, hace mención a los valores culturales inmanentes a tal identidad.
Los artículos 119 al 126 ebidem consagran los derechos de los pueblos
originarios, llamados despectivamente, en la época de la colonia “indios”, término
este que etimológicamente proviene de las expresiones latinas “IN” prefijo que
significa carencia de, y -“DIOS” el creador. En tal sentido, ya legislaciones como la
argentina abolieron ese término por discriminatorio y lo sustituyeron por el vocablo
“aborigen” que significa: “originario”. En tal sentido, se reconoce la existencia de
los pueblos y las comunidades “indígenas”, su organización social, política y
económica, su cultura, idiomas y religiones ancestrales, se respeta la identidad
natural de esos pueblos. Se garantiza igualmente el derecho de los pueblos
originarios de desarrollar su propia identidad étnica y cultural plenamente, a recibir
atención médica respetando siempre sus creencias y prácticas ancestrales, se
respeta la propiedad colectiva del conocimiento que siempre han tenido los
pueblos originarios, dejando claro que el hecho de ser reconocido como pueblos
134

no implica el sentido que se da en la comunidad internacional a ese término y que


por el contrario, están obligados a defender a la patria si fuere necesario.
En el mismo orden de ideas, el artículo 130 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (2000) establece la obligación tienen todos
los venezolanos y venezolanas de honrar y defender los símbolos patrios, los
valores culturales, resguardar y proteger la soberanía, la nacionalidad, la
integridad territorial, la autodeterminación y los intereses de la Nación.

Al referirse a los órganos competentes en materia de Patrimonio Cultural,


se observa que se está en presencia de una competencia concurrente.
Ciertamente, partiendo de lo establecido en el Numeral 1 del artículo 178 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), que al referirse a
las competencias del Municipio en esta materia, expresamente consagra:

Son de la competencia del Municipio el gobierno y administración de


sus intereses y la gestión de las materias que le asignen está
Constitución y las leyes nacionales, en cuanto concierne a la vida local,
en especial la ordenación y promoción del desarrollo económico y
social…, en las siguientes áreas:
1. Ordenación territorial y urbanística; patrimonio histórico, viviendas de
interés social; turismo local; parques y jardines, plazas, balnearios y
otros sitios de recreación; arquitectura civil nomenclatura y ornato
público.

En el mismo orden de ideas, los numerales 19 y 20 del artículo 156


eiusdem, establecen entre las competencias del Poder Nacional, las siguientes:

Es de la competencia del Poder Público Nacional:


135

19. El establecimiento, coordinación y unificación de normas y


procedimientos técnicos para obras de ingeniería, de arquitectura y de
urbanismo, y la legislación sobre ordenación urbanística.
20. Las obras públicas de interés nacional.

En cuanto al rango constitucional de los tratados, pactos y convenciones de


derechos humanos ratificados por Venezuela, establece el artículo 23 ibídem:

Los tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos,


suscritos y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y
prevalecen en el orden interno, en la medida que contengan normas
sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas en esta
Constitución y en las leyes de la República, y son de aplicación
inmediata y directa por los tribunales y demás órganos del Poder
Público.

LEY ORGÁNICA DE EDUCACIÓN, PUBLICADA EN LA GACETA


OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA NÚMERO 5.929
EXTRAORDINARIA DE FECHA 15 DE AGOSTO DE 2009
Uno de los Derechos fundamentales del ser humano es la educación, vista
como un proceso continuo que comienza desde el mismo momento del nacimiento
y en el que intervienen la familia, la sociedad y el Estado a través del sistema
educativo, para Cabanellas, G (1994) Tomo III, la educación es: “Dirección, guía,
orientación para la conducta” (p.373), dicho de otra formas es el proceso de
socialización al ser humano, a través del cual aprende a actuar y a comportarse en
sociedad y es concienciado y dotado de los conocimientos necesarios para
insertarse en esa sociedad de una manera exitosa y efectiva, la educación
comienza desde el momento mismo del nacimiento y se va cumpliendo por fases a
136

lo largo de toda la vida del individuo. Ya en la lactancia, el niño comienza a crear


vínculos sociales, con quienes lo rodean. El ser humano, está constantemente, en
un proceso de educación. El hombre es una verdadera esponja, el cual va
reteniendo información, con todo aquello con que interactúa.
En el proceso educativo como parte esencial del proceso de socialización
del individuo, este aprende los valores, principios, hábitos y cultura que
encausarán su conducta futura. En este sentido, el artículo 14 de la Ley Orgánica
de Educación define la educación en los términos siguientes:

La educación es un derecho humano y un deber social fundamental


concebida como un proceso de formación integral, gratuita, laica,
inclusiva y de calidad, permanente, continua e interactiva, promueve la
construcción social del conocimiento, la valoración ética y social del
trabajo, y la integralidad y preeminencia de los derechos humanos, la
formación de nuevos republicanos y republicanas para la formación
activa, consciente y solidaria en los procesos de transformación
individual y social, consustanciada con los valores de la identidad
nacional, con una visión latinoamericana, caribeña, indígena,
afrodescendiente y universal. La educación regulada por esta Ley se
fundamenta en la doctrina de nuestro libertador Simón Bolívar, en la
doctrina de Simón Rodríguez, en el humanismo social y está abierta a
todas las corrientes del pensamiento… (Omissis)
La educación ambiental, la enseñanza del idioma castellano, la historia
y la geografía de Venezuela, así como los principios del ideario
bolivariano son de obligatorio cumplimiento, en las instituciones y
centros educativos oficiales y privados

La educación implica entonces, una concienciación cultural y


conductual, donde las nuevas generaciones adquieren los modos de ser de
generaciones anteriores. Los valores culturales se sustentan en un imaginario
colectivo del que son parte y constituye la base de la venezolanidad. Ciertamente
137

resulta imposible separa la educación de la cultura, toda vez que la cultura en sí


es un hecho cultural a través el ser humano rescata su estudio y conocimiento,
permitiendo a cada individuo apropiarse de los valores y principios que la
constituyen. En ese orden de ideas, el artículo 4 eiusdem al reconocer a la
educación como u derecho humano y un deber social fundamental a través del
cual el Estado está en la obligación de promover, fortalecer y difundir los valores
culturales que conforman la venezolanidad, tal como expresamente lo consagra el
artículo 4 Ibídem.
En este orden de ideas en el Capítulo II de la Ley Orgánica de Educación
(2009) se estable un sistema de corresponsabilidad en cuanto al desarrollo del
proceso educativo desde el punto de vista holístico, la cual no es exclusivamente
del Estado, pues se reconoce el papel de la familia quien tiene el derecho y la
responsabilidad en cuanto a la orientación y formación en principios, valores,
creencias, actitudes y hábitos en los niños, niñas y adolescentes, jóvenes, adultos
y adultas, para cultivar respeto, amor, honestidad, tolerancia, reflexión,
participación, independencia y aceptación, de donde se desprende la existencia de
una corresponsabilidad en esta materia, por lo que resulta importante destacar la
obligación del Estado por la conservación de la familia como eje de formación
inicial.
También son corresponsables en el proceso educativo la sociedad a través
de los consejos comunales, los pueblos y las comunidades indígenas quienes
están obligados a contribuir a la formación integral de los ciudadanos y
ciudadanas, porque ciertamente es en el ámbito familia-escuela-comunidad que se
va moldeando la conducta, los valores culturales, morales y sociales de cada
individuo, para ello también es necesario concienciar a los miembros de los
consejos comunales.
Tal como lo establece el artículo 27 eiusdem (2009) se respeta, valora y
138

promueve las culturas originarias de los pueblos aborígenes y afrodescendentes,


valorando su idioma, cosmovisión, valores, saberes, conocimientos y mitologías.
Estableciéndose un sistema intercultural bilingüe que se regirá por Ley Especial.
Especial importancia reviste la educación en las fronteras en la cual se
propiciará el fortalecimiento de la soberanía nacional y la seguridad de la nación
mediante la defensa y enseñanza del patrimonio cultural y de los valores de la
identidad nacional.

LEY ORGÁNICA DE SEGURIDAD DE LA NACIÓN, PUBLICADA EN LA


GACETA OFICIAL NÚMERO 35.794 DE FECHA 18 DE DICIEMBRE DE 2002
El objeto de la Ley bajo análisis es, conforme a lo previsto en su artículo 1,
regular la actividad del Estado y la sociedad, en materia de seguridad y defensa
integral, en concordancia a los lineamientos, principios y fines constitucionales.
Uno de los Principios Constitucionales en el que se sustenta la seguridad
de la Nación es el de la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil, en
tal sentido, el artículo 32 de la Ley Aprobatoria de la Convención Americana de los
Derechos Humanos (Pacto de San José) (1977), establece que toda persona tiene
deberes para con la familia, la comunidad y la humanidad.
Evidentemente, que también tiene deberes con relación a la patria
derivados de la propia nacionalidad, siempre se ha hablado de la responsabilidad
y las obligaciones del Estado con relación a las personas, pero para que pueda
existir el Estado también tiene que haber deberes de los particulares con relación
a la libertad, tal como lo señala el mencionado
artículo 32 eiusdem, los derechos de una persona terminan donde comienza el
derecho de las otras, es este el sustento básico de la seguridad.
139

En el mismo orden, al abordar la seguridad y defensa integral de la nación


desde la perspectiva de las obligaciones de los particulares, establece el artículo
130 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), establece
la obligación que tiene todo venezolano y venezolana de honrar y defender a la
patria, sus símbolos y valores culturales, resguardar y proteger la soberanía, la
nacionalidad, la integridad, la autodeterminación y los intereses de la nación. Al
enfocar la norma constitucional bajo análisis destaca, a los efectos de la presente
investigación, la obligación de los particulares a la defensa de los valores
culturales y por ende del patrimonio cultural de la Nación.
En este orden de ideas tal como lo señala Meier, citado por Opús (Tomo
VII), (1999):

“El derecho a la seguridad se fundamenta en el respeto a las


instituciones que aseguran y protegen la vida, la libertad y los intereses
de las sociedades, por cuanto ello vigoriza los pueblos, al enaltecer los
valores esenciales de la personalidad humana, creándoles un
sentimiento de integración, capaz de asegurar el sentimiento nacional y
así establecer las bases de la defensa nacional”

Profundiza aún más Meier, citado por Opús (Tomo VII) (1999), al referirse a
los componentes implícitos de la Defensa Integral de la Nación. En tal sentido,
señala:
La Defensa Nacional, implica:… La defensa y conservación del
patrimonio nacional cultural, histórico y natural, por cuanto allí se
desprende el mayor espíritu de la nacionalidad y de integridad capaz
de solidificar las bases espirituales del pueblos, haciéndolos menos
vulnerables a una posible agresión externa
140

Ciertamente, la Nación es un concepto sociológico, púes se deriva


fundamentalmente un imaginario colectivo que genera un sentimiento de arraigo a
una sociedad, exista o no territorio en donde asentarse, como ejemplo de esto, se
puede hablar de la nación Palestina o del Kurdistán, que aunque no han sido
reconocidos formalmente como Estados, si existen como Naciones. Ahora bien, tal
como los apunta Kelsen, citado por Opús (Tomo VII) (1999): “el Estado no es más
que la personificación de un orden jurídico específico que ha alcanzado cierto
grado de centralización” (p. 615), de donde se desprende el carácter sociojurídico
de la nacionalidad, que el derecho a pertenecer a una nación, a formar parte de
ella, derecho este que deviene del Estado como personificación jurídica de la
nación.
Igualmente se establece que la seguridad de la Nación es competencia
esencial y responsabilidad del Estado, fundamentada en el desarrollo integral de
ésta y su defensa es responsabilidad de todos.
De la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil, como
consecuencia de la democracia social, participativa y protagónica fue creada la
Milicia Nacional como componente de la Fuerza Armada Nacional, a los fines de
que la población civil estuviese preparada, a la orden de defender a la patria,
incluso con las armas, en tal sentido el artículo 43 de la Ley Orgánica de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana (2011) se crea la Milicia Nacional Bolivariana, es un
cuerpo especial organizado para complementar la acción de la Fuerza Armada
Nacional en la defensa integral de la Nación.
La justificación de la existencia de la Milicia Nacional Bolivariana radica en
la obligación que tiene el Estado de mantener la capacidad combativa a través en
diversas organizaciones técnicas especializadas en el manejo y empleo de las
armas nacionales.
Las grandes potencias han manejado en esta materia siempre un doble
141

discurso, mientras rescatan, promueven, conservan y defiende, a toda costa sus


patrimonios culturales, pretenden que ese patrimonio cultural sea uno solo,
impuesto por ellos, valiéndose para eso de los medios de comunicación social.
Ningún país en el mundo ha podido desarrollarse sin un sentido de pertenencia
colectivo, basado en los valores culturales, porque nadie cuida ni defiende lo que
no conoce ni lo que no quiere.
En este sentido, el artículo 2 de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación
(2002) establece cual es el alcance de la seguridad de la Nación a los efectos de
la Ley, en los términos siguientes:

“Artículo 2: Es la condición, estado o situación que garantiza el goce y


ejercicio de los derechos y garantías en los ámbitos económico, social,
político, cultural, geográfico, ambiental y militar, de los principios y
valores constitucionales por la población, las instituciones y cada una
de las personas que conforman el Estado y la sociedad, con proyección
generacional, dentro de un sistema democrático, participativo y
protagónico, libre de amenazas a su sobrevivencia, su soberanía y a la
integridad de su territorio y demás espacios geográficos.”

Para tales fines, conforme a lo previsto en el artículo Articulo 3 eiusdem se


define la Defensa integral, a los fines de la Ley como el conjunto de sistemas,
métodos, medidas y acciones de defensa, cualesquiera sean su naturaleza e
intensidad, que en forma activa formule, coordine y ejecute el Estado con la
participación de las instituciones públicas y privadas y las personas naturales y
jurídicas, nacionales o extranjeras, con el objeto de salvaguardar la
independencia, la libertad, la democracia, la soberanía, la integridad territorial y el
desarrollo integral de la Nación.
Es para garantizar la idoneidad en la defensa integral de la Nación que se
142

establecen límites fundamentados en la nacionalidad para ocupar cargos públicos.


En el caso de Venezuela, conforme al ordenamiento constitucional, se puede ser
venezolano por naturalización o por nacimiento, con relación a los venezolanos
por nacimiento, se permite que una persona tenga una o varias nacionalidades.
Ciertamente, una persona nacida en Venezuela, de padre portugués y de madre
camerunesa, será venezolana por el “ius soli” (Derecho al suelo) y será a la vez
portuguesa y camerunesa por el “ius sanguini” (Derecho de la sangre). En estos
casos, esa persona no podría ser Presidente de la República a menos que
renunciara a las otras dos nacionalidades y se acogiera únicamente a la
nacionalidad venezolana. Igualmente, podría ser Gobernador o Alcalde de los
Estados o Municipios, según el caso, no fronterizos, pero no podría serlo en los
Estados o Municipios fronterizos.
La razón de tal limitación viene dada por el carácter socio jurídico de la
nacionalidad, que fundamentalmente es un sentimiento, y en las personas con
varias nacionalidades, no pareciera único el sentimiento de arraigo, por ejemplo
¿Qué sucedería si una persona venezolana y colombiana por nacimiento alcalde
de Ureña, durante su gestión, estallara un conflicto bélico entre Venezuela y
Colombia? ¿Existiría garantía de su fidelidad para con Venezuela? Evidentemente
no.
El Estado Venezolano promoverá, conforme a lo previsto en el artículo 4 de
la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (2002), a través de la ejecución de
planes, programas, proyectos y procesos continuos de actividades y labores que
acordes con la política general del Estado y en concordancia con el ordenamiento
jurídico vigente, con el fin de satisfacer las necesidades individuales y colectivas
de la población, en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico,
ambiental y militar.
La familia es el eje central de la seguridad y defensa integral de la nación y
143

por ende debe ser protegida como unidad insustituible en el desarrollo y


formación integral del individuo, lo que se llevará a través del diseño, elaboración
e implementación de políticas que garanticen el derecho a la vida y los servicios
básicos, vivienda, salud, asistencia y previsión social, trabajo, educación, cultura,
deporte, ciencia y tecnología, seguridad ciudadana y alimentaria, en armonía con
los intereses nacionales, dirigidos a fortalecer y preservar la calidad de vida de
venezolanos y venezolanas, toda vez que la familia es el espacio donde realmente
se cimentan y establecen los valores fundamentales para garantizar el efectivo
sentido de pertenencia y arraigo de la población con su patria.
Por todo lo analizado, tal y como lo consagra el artículo 10 eiusdem, el
Patrimonio cultural material e inmaterial tiene que ser desarrollado y protegido
mediante un sistema educativo y de difusión del mismo, entendido éste como
manifestación de la actividad humana que por sus valores sirven de testimonio y
fuente de conocimiento, esencial para la preservación de la cultura, tradición e
identidad nacional. Todos y todas las personas naturales y jurídicas, los medios de
comunicación y las redes sociales están obligados a promover el sentido de
pertenencia individual y colectiva de los pueblos, puesto que lo contrario es atentar
contra la soberanía de los pueblos, puesto que no puede existir soberanía sin
patrimonio cultural que la sustente.
Los pueblos aborígenes forman parte integrante del pueblo venezolano,
participarán activamente en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y
programas de seguridad, defensa y desarrollo integral de la Nación.

LEY ORGÁNICA DEL PODER PÚBLICO MUNICIPAL, PUBLICADA EN LA


GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
NÚMERO 6.015 EXTRAORDINARIA, DE FECHA 28 DE DICIEMBRE DE 2010
144

El artículo 168 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


(2000) establece que los Municipios constituyen la unidad política primaria y
autónoma en la organización nacional, Partiendo del sistema de distribución
territorial del Poder, en cuatro niveles: Nacional, Estadal, Municipal y Comunal.
Por ello, al Municipio hay que inscribirlo dentro del sistema de descentralización
político-territorial. En el sistema constitucional venezolano se le considera un
vestigio del esquema de la Constitución de 1857 que establecía el Poder
Municipal. Parafraseando a Cabanellas, G. (1994), los Municipios son nivel
político-territorial, con plena autonomía y capacidad para adquirir, reivindicar y
administrar sus propios recursos, ejerciendo así una cuota parte del poder público
en el sistema de discusión vertical del poder.
En este sentido, los Municipios tienen competencias exclusivas y
concurrentes. Es así como el artículo 99 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (2000) establece que los valores culturales constituyen
un elemento intrínseco de los pueblos que el Estado está obligado a proteger y
conservar, como garantía de la venezolanidad y como parte inmanente a la
soberanía nacional, estableciéndose igualmente en el artículo 100 eiusdem que tal
protección está igualmente consagrada para las culturas populares que conforman
la venezolanidad.
Ahora bien, tal como lo señala Torbisco C. , N. (2001), es de la opinión que
los Derechos Culturales y el pluralismo cultural no debe cimentarse únicamente en
garantizar la identidad particular de las minorías, puesto que mal podría
sobreponer las identidades culturales sociales con relación a las necesidades
básicas para la supervivencia de los seres humanos, Sin embargo, es de destacar
que esos valores culturales particulares, en sí mismos, son elementos básicos
para la asociación y cooperación social entre los integrantes de los diferentes
145

grupos que conforman una nación y la sumatoria de todas esas culturas populares
y valores culturales conforman y enriquecen el Patrimonio Cultural Mundial.
Partiendo de lo expresado, es evidente que los valores culturales y las
culturas populares que, en conjunto, conforman la venezolanidad varían de un
Municipio a otro, siendo que, por ejemplo, las tradiciones y costumbres del
Municipio Sucre del Estado Miranda difieren en muchos aspectos de las
manifestaciones culturales intrínsecas del Municipio Libertador de Caracas.
En este sentido, es que el artículo 130 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela consagra el deber de todos los venezolanos y
venezolanas de honrar y defender a la patria y sus valores culturales como
elemento integrante del patrimonio cultural de los pueblos. En este sentido el
numeral primero del artículo 178 eiusdem, establece como una de las
competencias de los Municipios el mantenimiento, protección y desarrollo del
patrimonio histórico de la región.
En tal sentido, Cabanellas, G. (1994), define el patrimonio histórico como

“El culto al pasado patrio, con sus grandezas y adversidades


ocasionales, mueve el espíritu de la generación viviente, ante la
afirmación del progreso cultural, derivado de la enseñanza difundida a
todos los medios, y alcanza hoy a la generalidad de la población de
cada país.” (p.156, T. VI)

El patrimonio histórico es parte esencial del patrimonio cultural de un país,


contenido tanto dentro de lo inmaterial o intangible como dentro de lo material o
tangible, puesto que la defensa, promoción y protección del patrimonio cultural es
una competencia concurrente y un deber reciproco, población-Estado y viceversa.
Es el caso de lo establecido en el artículo 11 de la Ley Orgánica del Poder Público
146

Municipal (2010) que establece el derecho de los pueblos originarios (mal


llamados indígenas) de organizarse en Municipios, previa solicitud de los pueblos
y comunidades aborígenes atendiendo, entre otros aspectos, a los elementos
socioculturales de esos pueblos.
En otro orden de ideas, establece el artículo 19 eiusdem que, además de
los Municipios existen otras instancias locales territoriales como lo son: las
comunas, los Distritos Metropolitanos, las áreas metropolitanas y las parroquias,
entes estos que están obligados a proteger, conservar y difundir los valores
culturales que configuran el Patrimonio Cultural venezolano.
La importancia de esta normativa es la de garantizar la participación
protagónica de cada individuo en el desarrollo local, como base de las políticas
que se desarrollarán a nivel nacional, tal actuación protagónica debe cimentarse
un individuo consustanciado con los valores ancestrales que conforman la
nacionalidad, no como un concepto meramente jurídico, sino como un imaginario
colectivo que genera un sentido de arraigo y pertenencia colectivo basado en la
idiosincrasia y el ethos que nace del Patrimonio Cultural y de los valores culturales
que de él se derivan, tal como expresamente lo consagra el artículo 251 de la Ley
orgánica del Poder Municipal (2010).
En este orden de ideas, establece el literal a del numeral segundo del
artículo 56 eiusdem se establecen entre las competencias del Municipio la del
ordenamiento urbanístico y territorial, lo cual se lleva adelante a través del
catastro, que no es otra cosa que el inventario detallado de los inmuebles
existentes en el Municipio, incluidos en ellos aquellos que han sido declarados
Patrimonios Culturales Materiales de la Nación, de los Estados o de los propios
Municipios, siendo obligación del Municipio su conservación, promoción y
protección, se hace énfasis en el patrimonio histórico, parte intrínseca del
Patrimonio Cultural que abarca el Patrimonio Cultural material, referido a los
147

bienes tangibles, muebles e inmuebles, que por su significación sirven de


recordatorio de las epopeyas, logros y luchas de nuestros antepasados, así como
obras de artes que por su valor histórico enorgullecen el gentilicio local, por
ejemplo: las obras de Armando Reverón para los habitantes del Municipio Vargas
del Estado Vargas.
A los fines de rescatar todo ese Patrimonio Cultural Inmaterial Histórico, se
establece en los artículos 123 y 124 de la Ley de marras, el cronista Municipal,
quien debe ser un profundo conocedor del Patrimonio Cultural e Histórico
Municipal y estará encargado de la investigación continua y consecuente
promoción y difusión de tales valores culturales a todos y todas los habitantes del
Municipio.
En cuanto al Patrimonio Cultural se está en presencia de una competencia
concurrente que transversaliza todos los Poderes Públicas, por ser parte
intrínseca de la soberanía del Estado y que debe desarrollarse de conformidad
con lo establecido en el artículo 57 de la Ley Orgánica del Poder Público
Municipal (2010), vale decir que las competencias concurrentes deben
desarrollarse en base a lo establecido en las normas programáticas contenidas en
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000) y en los
Convenios Internacionales de Derechos Humanos ratificados por Venezuela que
regulan la materia, en la Ley de base que en el caso concreto es la Ley de
Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (1993) y en las Leyes de desarrollo
referidas a las Leyes Estadales y Ordenanzas Municipales que regulan la materia
de Patrimonio Cultural.
En otro orden de ideas, el artículo 62 de la Ley Orgánica del Poder Público
Municipal establece que los municipios con vocación turística promoverán dicha
actividad , teniendo en cuenta el carácter transculturizador que en si mismo tiene
la actividad turística, razón por la cual se establece la obligación de promover la
148

artesanía local como forma de conservar el Patrimonio Cultural, conservar las


áreas con potencial turístico, que están dadas, fundamentalmente por espacios
ambientales y Patrimonios Culturales materiales a ser mostrados a los turistas.
Partiendo de la concepción del turismo contenida en la Carta de Turismo
Cultural (1976), que lo considera un hecho social, cultural y económico
irreversible, establece en el aparte II, numeral 7 que la protección del patrimonio
cultural es la verdadera base del turismo internacional por lo que se comprometen
a ayudar en la lucha iniciada en todos los frentes contra la destrucción de este
patrimonio por todo tipo de contaminación; y, al efecto, se apela a los arquitectos y
expertos científicos de todo el mundo para que los más avanzados recursos de la
moderna tecnología sean puestos al servicio de la protección de los monumentos.
Vale decir, que en un Estado que se define como un Estado Social de
Derecho y justicia no puede concebirse al turismo como un hecho meramente
económico, sino que por el contrario es un hecho cultural, económico y social, por
lo que al atribuírsele a los Municipios la actividad turística como una de sus
competencias está implícita la obligación de ese Municipio de proteger, promover
y conservar esos Patrimonios Culturales.
Especial protección tienen los derechos de los pueblos originarios, mal
llamados indígenas, que, de conformidad con lo previsto en el artículo 67 de la Ley
Orgánica del Poder Público Municipal (2010), que establece que los Municipios
integrados en su mayoría por comunidades indígenas funcionarán en base a los
usos y costumbres de dichas comodidades, con ello se reconoce el Derecho que
tienen los pueblos aborígenes de conservar sus valores culturales ancestrales y
con ello su imaginario colectivo, sus creencias, su gastronomía, sus prácticas
ancestrales, sus lenguas originarias, en fin, respeto a los Derechos de las minorías
originarias.
149

En cuando a las competencias del Alcalde como jefe del Poder Ejecutivo
Municipal, en materia de Patrimonio Cultural, establece el artículo 88 de la Ley
Orgánica del Poder Público Municipal (2010), específicamente en sus numerales
4, 8, 10, 20 y 21, que corresponde al Alcalde proteger y conservar los bienes de la
Entidad, llevando adelante el inventario o catastro correspondiente, ese inventario
incluye los Patrimonios Culturales tangibles, constituidos por Monumentos
Históricos y culturales, museos, plazas y todos aquellos con un valor cultural
intrínseco y de necesaria conservación para la comunidad, para lo que deberá
promover la participación directa y protagónica del pueblo. Igualmente, presidirá el
Consejo Local de Planificación, a través del cual se planifican y diseñan las
políticas a seguirse en el Municipio, incluidas en ellas las dirigidas a la efectiva
protección, conservación y difusión de los valores culturales.
Cabe destacar el deber del control social que será ejercido directamente por
los ciudadanos y ciudadanas a través de las Contralorías Sociales y los Consejos
Comunales, tal como se establece en los artículos 270 y 271 de la Ley Orgánica
del Poder Público Municipal (2010).

DECRETO CON VALOR, RANGO Y FUERZA DE LEY ORGÁNICA DE


TURISMO, PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA NÚMERO 5.889 EXTRAORDINARIA, DE
FECHA 31 DE JULIO DE 2008
La actividad turística ha cobrado una gran importancia para la economía
mundial al representar una de las principales actividades económicas del planeta,
hecho este reconocido en la III Conferencia de Turismo y Artesanía, organizado
por la Organización Mundial del Turismo, desarrollada en la ciudad de Lima, Perú,
el 24 de septiembre de 2008.
Dada la evidente importancia económica que para la economía mundial
150

presenta el turismo, como fuente de obtención de riquezas, hace que muchos


autores vean en la actividad turística en su contenido meramente económico, para
Aurioles Martin, A (2005) “El turismo puede describirse como una actividad
económica integrada por aquellos servicios prestados a las personas en sus
desplazamientos y estancias fuera de los lugares donde residen habitualmente” (p.
23). Considera el citado autor español que el turismo es una actividad meramente
económica pero muy complejo en cuanto a su desarrollo por intervenir una
multiplicidad de factores endógenos y exógenos para su conformación. En otro
sentido, Ovalles, O. (1993) concibe el Turismo como un “proceso intercultural se
constituye en un juego de relaciones, siendo lo fundamental el intercambio de
sentidos, significados y significaciones.” (p.41), vale decir en un intercambio de
saberes, valores y principios con un efecto transculturizante inmenso. En tal
sentido, para Silva Montilla, J. (2010)

“El turismo es un acto comercial y, por lo tanto, un factor de desarrollo


económico, ya que vende servicios, cobra por ellos y así produce una
utilidad. Además el turismo es considerado un factor de desarrollo
social por generar servicios de recreación, producir empleos e
incrementar el bienestar social.” (p.37).

Sin embargo el Decreto con valor, rango y fuerza de Ley Orgánica de


Turismo (2008), concibe la actividad turística como un hecho socioeconómico, al
consagrar en su artículo 1 lo siguiente: “El presente Decreto Ley tiene por objeto
regular la actividad turística como factor de desarrollo económico y social del
país…(Omissis)”. En esta concepción, el turismo, como elemento cultural se nutre
de los Patrimonios Culturales de los pueblos para su sano desarrollo, pero si es
vista solo como una actividad económica, el turismo tendría consecuencias
151

devastadoras en la cultura del pueblo receptor. En criterio del autor, no basta con
conseguir ingresos y empleos, es necesario fortalecer y conservar los valores
culturales de los pueblos.
Ciertamente el turismo, tal como lo expresa Silva Montilla, J. (2010) el
turismo implica “un conjunto de actividades socioeconómicas destinadas a ofrecer
al turista una variedad de bienes y servicios con el fin de satisfacer sus
necesidades de recreación, esparcimiento, descanso e intercambio sociocultural,
dentro de su propio país o fuera de él.
Ahora bien, en el hecho turístico intervienen directamente varios actores,
vale decir: el turista, los prestadores de servicios, la comunidad y el Estado.
En este orden de ideas, la actividad turística gira en torno al turista, definido
por el Convenio de Nueva York, suscrito por la OIT el 4 de Junio de 1954 y citado
por el autor Aurioles, A. (2005), se entiende por turista “toda persona, sin distinción
de raza, sexo, lengua o religión, que entre en territorio de un Estado contratante,
distinto de aquél en el que dicha persona tiene su residencia habitual y
permanezca en él veinticuatro horas cuando menos y no más de seis meses, con
fines de turismo, recreo, deportes, salud, asuntos familiares, estudio,
peregrinaciones religiosas o negocios, sin propósitos de inmigración” (p.58).
De la definición transcrita se colige, entre otras cosas, que el turista es
siempre una persona natural, mal puede señalarse como turista a una persona
jurídica, entonces, el turista es una persona natural que se traslada del lugar
donde tiene su residencia habitual, con carácter temporal con fines diversos pero
sin propósito alguno de inmigración, no implica ese traslado que sea de un país a
otro, puede ser efectuado de una región a otra del mismo país.
Visto el turismo como un hecho social de relevancia económica, se
establece en el artículo 34 del Decreto con rango, valor y fuerza de Ley Orgánica
de Turismo (2008), que:
152

“Artículo 34. El desarrollo de la actividad turística debe realizarse en


resguardo del medio ambiente, dirigido a alcanzar un crecimiento
económico sustentable, tanto en lo económico como en lo cultural,
capaz de satisfacer equitativamente las necesidades y aspiraciones de
las generaciones presentes y futuras.”

En este sentido, el legislador señala que el turismo debe ser sustentable,


tanto en lo económico como en lo cultural, a tal fin, para Cabanellas, G. (1994), el
término sustentable, significa: “Defendible con razones o argumentos.” (p.581, VII),
vale decir, que una economía sustentable económica y culturalmente, es aquella
que logra el crecimiento económico sostenido con fortalecimiento del Patrimonio
Cultural material e inmaterial del receptor de la actividad turística.
Para lograr sus fines, el Decreto con rango, valor y fuerza de Ley Orgánica
de Turismo (2008), establece como órgano rector a nivel nacional de la actividad
turística al Ministerio del Poder Popular del Turismo, cuyas funciones están
desarrolladas en los artículos 7 y 8 del Decreto bajo análisis, las cuales se
pueden resumir en la promoción de la inversión turística, seguimiento y control de
los proyectos de desarrollo turístico, así como el registro, certificación y control de
las actividades turísticas del sector públicas dirigidas a la supervisión de los
prestadores de servicios turísticos, el mantenimiento de los registros necesarios,
otorgando las certificaciones previstas en la Ley y sus reglamentos.
También crea el Decreto bajo análisis (2008), el Instituto Autónomo Fondo
Nacional de Promoción y Capacitación para la Participación Turística, que,
conforme a lo previsto en el último aparte del artículo 10 eiusdem (2008), tiene por
objeto “administrar los recursos obtenidos conforme a este Decreto Ley,
destinándolos a la promoción nacional e internacional de Venezuela como destino
turístico y a la formación de recursos humanos para la prestación de servicios
153

turísticos.” Se establece claramente en el Título III del Decreto bajo estudio que la
actividad turística es una competencia concurrente entre la nación, los Estados y
los Municipios.
Igualmente el artículo 42 eiusdem establece que el turismo y la recreación
son derechos inherentes a las comunidades, constituyéndose en un servicio
promovido por el Estado, y eso es así, porque la recreación es necesaria para la
salud.

LEY ORGÁNICA DE PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS, PUBLICADO


EN LA GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
NÚMERO 38.344 ORDINARIA, DE FECHA 27 DE DICIEMBRE DE 2005
La historia de los pueblos aborígenes (despectivamente llamados
indígenas) a lo largo de todo el continente Americano, ha estado marcada por la
discriminación, el saqueo y la transculturación. Ciertamente, desde la llegada de
los conquistadores Europeos, se pretendió imponerles, de forma violenta, nuevas
creencias, nuevos valores culturales y nuevos paradigmas sociales.
Los pueblos colonizadores saquearon, de forma inmisericorde todas las
riquezas que pudieron de las tierras Americanas, destacando figuras jurídicas
como la de la encomienda, que era una institución socio-económica, mediante la
cual, un grupo de individuos debía retribuir a otros en trabajo, especie o por otro
medio, por el disfrute de un bien o por una prestación que hubiesen recibido.
Ciertamente, la encomienda fue una institución característica de
la colonización española de América y Filipinas, establecida como un derecho
otorgado por el Rey (desde 1523) en favor de un súbdito español (encomendero)
con el objeto de que éste percibiera los tributos que los grupos originarios,
denominados peyorativamente “indígenas” debían pagar a la corona (en trabajo o
en especie y, posteriormente, en dinero), en consideración a su calidad de
154

súbditos de la misma. A cambio, el encomendero debía cuidar del bienestar de


los indígenas en lo espiritual y en lo terrenal, asegurando su mantenimiento y su
protección, así como su adoctrinamiento cristiano (evangelización), que se
imponía por la fuerza y con amenazas de muerte, tal como sucedió en el caso del
célebre asesinato de Atahualpa en Ecuador por lanzar al suelo una biblia. Sin
embargo, se produjeron abusos por parte de los encomenderos y el sistema
derivó, en muchas ocasiones, en formas de trabajo forzoso o no libre, al
reemplazarse, en muchos casos, el pago en especie del tributo por trabajo en
favor del encomendero.
Después de la independencia se mantuvo la discriminación a los grupos
aborígenes u originarios de una forma más atemperadas, han sido excluidos de
todo tipo de protección, desconocidos sus derechos como comunidades más
antiguas que la de la propia República, se pretendió imponerles una religión
determinada, costumbres que no le son propias, lo cual se ha agravado día a día
con la aplicación del proceso de la globalización.
En este sentido, la Constitución de la República de Venezuela (1961)
establecía en su artículo 77, lo siguiente:

El Estado propenderá a mejorar las condiciones de vida de la


población campesina.
La ley establecerá el régimen de excepción que requiera la protección
de las comunidades de indígenas y su incorporación progresiva a la
vida de la Nación.

Del análisis de la norma transcrita se evidencia la situación jurídica que


tenían los pueblos aborígenes, a quienes no se les reconocía como comunidades
autónomas con valores culturales autóctonos, con reglas y normas propias de
155

convivencia acordes con tales valores, con una organización e idiomas propios, lo
cual no les era garantizado expresamente, por el contrario, la norma constitucional
bajo análisis, establecía la creación de un régimen de excepción que aceptando la
exclusión de los pueblos indígenas promovía una incorporación progresiva, futura
e incierta.
La condición de exclusión que sufrían los pueblos originarios, no era
solamente en Venezuela, sino en toda América. Como consecuencia de ello,
buena parte de estos grupos de población también se hallan sumidos en la
pobreza extrema, debido a factores relacionados con los que aún afectan a los
pueblos indígenas: diversas formas de despojo y desplazamiento territorial,
privación de acceso y/o destrucción de los recursos naturales en los cuales basan
sus modos de vida, y variadas formas de discriminación (cultural, económica,
jurídica, y política) que les ocasionan desventajas en términos de oportunidades
sociales
En este sentido, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(2000), consagra en forma definitiva el reconocimiento pleno de los Derechos de
los pueblos originarios (mal llamados indígenas), tal como lo establece el artículo
119 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000) que
expresamente reconoce la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su
organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres,
idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras
que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarios para desarrollar y
garantizar sus formas de vida.
Igualmente, el artículo 121 eiusdem consagra el derecho de los pueblos
originarios a desarrollar una identidad étnica y cultural propia, basada en valores
autóctonos con su propia y legítima cosmovisión y religiosidad. En fin, se
establece un respeto pleno a su patrimonio cultural material, inmaterial y natural.
156

Pero para que tales Derechos se hagan realidad, para que no se


conviertan en letra muerta, es por lo que la Asamblea Nacional decreta la Ley
Orgánica de Comunidades y Pueblos Indígenas (2005), que establece los
mecanismos que garantizan el reconocimiento constitucional de los pueblos y
comunidades como sujetos colectivos e individuales plenos de Derecho,
integrantes de un verdadero Estado Social de Derecho y Justicia.
En cuanto a los Derechos a la Educación y a la Cultura, consagrados en el
Título IV de la Ley bajo análisis, los artículos 74 al 76 de la Ley Orgánica de
Pueblos y Comunidades Indígenas (2005), garantizan el derecho de los pueblos y
comunidades indígenas al acceso a una educación propia de carácter intercultural
bilingüe, en la que se promueva, conserve y defiendan los idiomas autóctonos de
cada pueblo y/o comunidad indígena, destinado a favorecer la interculturalidad,
fundamentada en la cultura, valores, normas, idiomas, tradiciones, realidad propia
de cada pueblo y comunidad y en la enseñanza del castellano, los aportes
científicos, tecnológicos y humanísticos procedentes del acervo cultural de la
nación venezolana y de la humanidad, desarrollada en los programas de estudio
que se diseñarán e implementarán al respecto.
Como garante del cumplimiento de los fines de la Ley bajo análisis se crea
en su artículo 142 el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), con
personalidad jurídica y recursos propios, adscrito al Ministerio del Poder Popular
de Pueblos Indígenas.

LEY DE IDIOMAS INDÍGENAS, PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL DE LA


REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA NÚMERO 38.981 ORDINARIA,
DE FECHA 28 DE JULIO DE 2008
El proceso de globalización ha sido particularmente despiadado con las
culturas originarias, siendo que los idiomas, lenguas y dialectos son elemento
157

esencial dentro del Patrimonio Cultural Intangible, carácter este que es reconocido
por el artículo 3 de la Ley de Idiomas Indígenas (2008) pues se constituye en un
elemento esencial que acerca a las comunidades en su forma ordinaria de
comunicación, siendo que los propios pueblos indígenas están en la obligación de
la preservación, fomento y transmisión de los idiomas de generación a generación.
Sin embargo, en un estudio efectuado por el Antropólogo Oscar González
Ñañez y publicado en el Boletín Antropológico Número 47 – Septiembre-Diciembre
1999 del Centro de Investigaciones Etnológicas del Museo Arqueológico de la
Universidad de Los Andes, Estado Mérida
(http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/18480/2/omar_gonzalez.pdf),
expresa su frustración por la dificultad de localizar individuos que se expresen en
las lenguas descendientes de las familias Muku Chama, que eran los pueblos
aborígenes que habitaban la región comprendida desde la Cuenca Alta del Río
Chama hasta la zona de Lagunillas y los pueblos del Sur de los páramos andinos
Merideños, quienes eran denominados chontales, señala el autor que después de
una larga investigación apenas consiguieron muy pocas personas octogenarias y
nonagenarias que todavía conversaban en las llamadas lenguas chontales,
agregando además que posiblemente, para esa fecha ya habrían desaparecido,
solamente en esa región merideña, entre otras, las siguientes lenguas aborígenes:
cuica, timote, miguris, mocotíes, mukutú, chakantaes, canaguaes y mukuñoque.
Pero esa situación no era exclusiva de los Estados andinos, sino que se
venía reproduciendo en todo el país, forma parte de los procesos
transculturadores y del pillaje cultural, de los que han sido víctimas todos los
pueblos del continente latinoamericano y caribeño y al que no escapa la realidad
venezolana. Retomando lo expresado por el Antropólogo Oscar González Ñañez
(1999), propuso que se debía comenzar de inmediato una tarea de rescate y
revitalización, que debe ser acompañada por una urgente campaña educativa de
158

concienciación étnica y revitalización etno cultural que permita evitar la extinción


definitiva de dichas lenguas y la muerte progresiva de las culturas ancestrales y
originarias, que son parte esencial del crisol de culturas que nacieron de la mezcla
de las tradiciones, costumbres y hábitos aborígenes, africanos y europeos.
La principal contradicción que, en el modesto criterio del autor del presente
trabajo de investigación, presenta el proceso de globalización, es la de pretender
que exista un patrón cultural unitario, lo cual, además de ser imposible, pues sería
pretender anular la personalidad de cada comunidad, sería absolutamente
inhumano, vale decir, sería como convertir en autómatas a todos los individuos de
la especie humana, sobre todo si se parte del hecho de que todo individuo, por el
solo hecho de ser humano es digno, único e irrepetible, por lo que toda
comunidad, por el solo hecho de estar integrada por seres humanos, es
igualmente digna, única e irrepetible.
Por ello, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000)
reformó el contenido del artículo 6 de la Constitución de la República de
Venezuela (1961), que establecía como único idioma oficial de la nación el
castellano, por lo que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(2000), reconociendo la importancia de garantizar la integralidad del Patrimonio
Cultural Venezolano, y en especial, los Derechos Culturales de los pueblos
indígenas, estableció en su artículo 9 el reconocimiento expreso de los idiomas
indígenas (o sería mejor decir de los pueblos originarios) por ser parte intrínseca
de sus valores ancestrales.
Es así como el Estado Venezolano, a través de la Asamblea Nacional,
sancionó y decretó la Ley de Idiomas Indígenas (2008), que tiene por objeto
regular, promover y fortalecer el uso, revitalización, preservación, defensa y
fomento de las lenguas originarias, basado en el derecho humano fundamental
que tienen las comunidades aborígenes de proteger y conservar su patrimonio
159

cultural en todas sus formas y manifestaciones.


Para lograr los objetivos previstos en la Ley bajo análisis se crea en su
artículo 9, el Instituto Nacional de Idiomas Indígenas, el cual tendrá patrimonio
propio conforme a lo previsto en el artículo 11 eiusdem.
Entre las funciones y competencias del Instituto Nacional de Idiomas
Indígenas, están: la de asesoramiento a los órganos del Poder Público Estadal y
Municipal y demás organismos competentes en materia de protección,
conservación, fomento y desarrollo de los idiomas indígenas y en la planificación y
diseño de las políticas lingüísticas en materia educativa.
Igualmente, para garantizar la participación protagónica de los pueblos
originarios en la defensa de sus idiomas, como elemento básico de su
idiosincrasia, se crea el Consejo de Idiomas Indígenas, que conforme a lo previsto
en el artículo 24 del Ley de Idiomas Indígenas (2008) estará integrado por: el
presidente o presidenta, el vicepresidente o vicepresidenta del Instituto de
Idiomas Indígenas, un o una representante de cada pueblo aborigen con su
respectivo suplente, que deberán tener conocimientos en materia lingüística, un o
una representante del Ministerio del Poder Popular para la Educación, un o una
representante del Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior, un o
una representante del organismo competente en materia de pueblos indígenas y
un o una representante del organismo competente en materia de cultura.
Las funciones del Consejo de Idiomas Indígenas son de asesoramiento y
control al Instituto de Idiomas Indígenas.

LEY DE DEMARCACIÓN Y GARANTÍAS DE HABITAT DE LOS PUEBLOS


INDÍGENAS, GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA NÚMERO 37.118, DE FECHA 01 DE DICIEMBRE DE 2001
El hábitat y las tierras indígenas son el espacio propio para el desarrollo de
160

las específicas formas de vida, de producción, cultura, espiritualidad de los


pueblos originarios, así como sobre sus maneras de trasmitir la cultura y mantener
sus patrones de crianza, tipos de familia, uniones parentales, y también sus
conocimientos en relación a la naturaleza y su preservación. Todo el espacio
geográfico y cultural integral definido en estos hábitats, sus ríos, cerros,
montañas, cascadas, bosques, plantas, árboles etc., están llenos de significados
profundos sobre la cosmovisión de estos pueblos, para ellos el hábitat es el
santuario, allí está todo lo que cura, lo que da alimento, lo que da vida, lo que
mantiene y alivia el espíritu, él es el mensaje, el principio y el fin, la conexión con
el universo y aún después de la muerte los espíritus de los hermanos estarán otra
vez allí bajo otra forma y por ello, deben ser preservados y respetados.
Los hábitats y tierras de los pueblos indígenas son fundamentales para su
pervivencia y continuidad.
La destrucción progresiva de los hábitats naturales en los que desde
tiempos ancestrales han habitado las comunidades y pueblos indígenas tienen un
fin deliberado, que es lograr la transculturación definitiva de dichas comunidades,
para así lograr su aniquilamiento como pueblos libres y con valores, tradiciones,
religión e identidad propia, con la intervención de organizaciones extranjeras y
nacionales, los grupos aborígenes carecían de derecho alguno sobre las tierras
que habitaban, tierras estas llenas de misterio y leyenda de donde dimanaba gran
parte del Patrimonio Cultural ancestral de esos pueblos, al desarraigar a esos
pueblos y comunidades se destruían sus patrimonios culturales y desaparecían.
Por ello el Antropólogo Oscar González Ñañez (1999), veía con
preocupación, la desaparición de los valores culturales y autóctonos de varias de
la comunidades indígenas que antiguamente habitaban la región comprendida en
el Chama Alto hasta lagunillas, por lo que propuso que se debía comenzar de
inmediato una tarea de rescate y revitalización, que debe ser acompañada por una
161

urgente campaña educativa de concienciación étnica y revitalización etno cultural


que evite la muerte progresiva de las culturas ancestrales y originarias, que son
parte esencial del crisol de culturas que nacieron de la mezcla de las tradiciones,
costumbres y hábitos aborígenes, africanos y europeos.
Consecuencialmente, la Asamblea Nacional decretó la Ley de Demarcación
y Garantías de los Pueblos Indígenas (2001) que tiene por objeto, conforme a lo
previsto en su artículo 1, regular el plan nacional de demarcación y garantía del
hábitat y tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan los pueblos y
comunidades indígenas, establecido en el artículo 119 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (2000), lo cual se llevará adelante en base al
último censo de las comunidades indígenas y otros instrumentos que lo
identifiquen como tales.

LEY DE ARTESANOS Y ARTESANAS INDÍGENAS, PUBLICADO EN LA


GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
NÚMERO 39.338 ORDINARIA, DE FECHA 04 DE ENERO DE 2010.
Se establece la responsabilidad que tiene el Instituto de Patrimonio Cultural
de la creación de un Registro Nacional de Artesanos y Artesanas, además de
establecer la inclusión de las manifestaciones artesanales de los pueblos
originarios (mal llamados indígenas) en el Sistema Educativo Nacional.
La Ley de artesanos y artesanas indígenas (2010), conforme a lo
establecido en su artículo 1, tiene por objeto garantizar los derechos de los
artesanos y artesanas indígenas, así como proteger, fomentar, promover,
organizar y fortalecer la actividad artesanal indígena, como valor cultural
inmanente a la existencia misma de dichos pueblos y comunidades.
En su capítulo IV explica lo relacionado a la promoción y capacitación, y en
este sentido, establece que tanto en la educación intercultural bilingüe como en el
162

Sistema Educativo Nacional se deben incorporar las manifestaciones culturales y


artesanales de los pueblos y comunidades indígenas con fines de trasmisión y
preservación de conocimientos.
Se establece igualmente en el referido Capítulo IV, los mecanismos para la
creación de mercados, centros y complejos artesanales destinados a la
promoción, difusión, exhibición y comercialización de las artesanías indígenas. En
el artículo 16, insertado en el capítulo V de la Ley bajo análisis, se establece que
los órganos y entes con competencia garantizarán la actividad comercial artesanal
indígena, su intercambio con otros sectores de la sociedad e inclusión en los
mercados, en el ámbito municipal, estadal, nacional e internacional.
La actividad artesanal indígena estará exenta del pago de tributos
nacionales y el Estado apoyará proyectos de desarrollo artesanal indígena
provenientes de comunidades indígenas, y garantizará el acceso al financiamiento
crediticio a artesanos indígenas.
La Ley contempla la creación de un Registro Nacional de Artesanos y
Artesanas Indígenas, y de un Consejo Nacional Artesanal Indígena que esté
adscrito al órgano rector, con competencia en materia de política cultural. Este
Consejo Nacional estará conformado por voceros del Consejo Artesanal Indígena
Estadal y, a su vez, por miembros de los Consejos Artesanales Indígenas
Municipal.

LEY DE PROTECCIÓN Y DEFENSA DEL PATRIMONIO CULTURAL,


PUBLICADO EN LA GACETA OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA NÚMERO 4.623 EXTRAORDINARIA, DE FECHA 03 DE
SEPTIEMBRE DE 1993.
Venezuela, como país miembro de la comunidad internacional, integrante
de la UNESCO, está en la obligación de proteger, conservar y mantener los bienes
163

culturales, monumentos históricos, museos, instituciones científicas, artísticas


educativas y culturales que constituyen su Patrimonio Cultural y que son, por
tanto la esencia misma de la soberanía nacional.
En otro orden de ideas, la sumatoria de todos los patrimonios culturales de
los pueblos del mundo, conforman el patrimonio cultural de la humanidad, por lo
que el deterioro o desaparición de cualquier elemento tangible o intangible del
patrimonio cultural venezolano, constituye un empobrecimiento nefasto del
patrimonio de todas las naciones del mundo, por lo que cada país en su territorio
debe salvaguardar su patrimonio cultural para que se transmita de generación en
generación.
Partiendo de la garantía fundamental establecida en el artículo 99 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), que establece que
los valores culturales constituyen un bien irrenunciable del pueblo venezolano y un
derecho fundamental que el estado está en la obligación de promover y fomentar,
que obliga al Estado a rescatar, promover y conservar el Patrimonio Cultural
patrio, en todas sus formas y manifestaciones.
Teniendo claro que los derechos de acceso a la cultural y la participación
son derechos humanos fundamentales y que, por lo tanto, su violación conduce a
la humillación de la dignidad humana y de la libertad, pues los grandes procesos
esclavistas que se han vivido en la historia y la colonización de los pueblos
comienzan con el secuestro y destrucción del patrimonio cultural del que se nutre
la identidad y el imaginario colectivo del pueblo invadido y transculturado.
En este orden de ideas, la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (2000), establece en su artículo 2, que la República Bolivariana de
Venezuela se constituye en un Estado Social de Derecho y Justicia, lo cual se
cimenta en los valores culturales que fijan en la vida cotidiana su imaginario
colectivo y la ética social en una sociedad protagónica, que se perfecciona a
164

través de la participación activa de cada habitante y de cada nacional, lo cual está


acorde con los principios de derecho internacional emanados de los instrumentos
de la UNESCO, porque "la mejor garantía para la preservación del patrimonio
cultural se basa en el respeto y el apego que sentía por el propio pueblo ".
En consecuencia, la actividad de las ONG´s (locales, nacionales e
internacionales), cuando realmente nacen del sentir del colectivo, son una manera
de expresar la opinión pública y uno de los mejores medios para el
empoderamiento social en la gestión cultural.
En este orden de ideas es necesario enfatizar que la Ley Especial que
desarrolla el régimen legal específico de protección y defensa del Patrimonio
Cultural en cada una de sus manifestaciones y formas es la Ley de Protección y
Defensa del Patrimonio Cultural, publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria
Número 4.623, de fecha 03 de septiembre de 1993, la cual, al referirse a su objeto,
establece en su artículo 1:

Esta Ley tiene por objeto establecer los principios que han de regir la
defensa del Patrimonio Cultural de la República, comprendiendo ésta:
su investigación, rescate, preservación, conservación, restauración,
revitalización, revalorización, mantenimiento, incremento, exhibición,
custodia, vigilancia, identificación y todo cuanto requiera su protección
cultural, material y espiritual.

De la Norma transcrita, se derivan las siguientes obligaciones relativas a la


defensa y conservación del Patrimonio Histórico:
165

a) Investigación: Para UNA (2003), la investigación tiene por objeto descubrir


respuestas a determinadas interrogantes, a través de la aplicación de
procedimientos científicos.
b) Rescate: Para Cabanellas, G. (1994), el término rescate es sinónimo de
recuperación, que no es otra cosa que volver a tener aquello que se había perdido
(p.176, VII). En el mismo sentido, Larousse (2002) define rescatar como “liberar a
algo o alguien del peligro, trabajo u opresión en que se hallaba”. (p. 876)
c) Preservación: El Artículo 1, numeral 1.6 de la Carta de Burra (1979) este
término significa: “el mantenimiento de la fábrica de un sitio en su estado existente
y retardando el deterioro”.
d) Conservación: El Artículo 1, numeral 1.4 de la Carta de Burra (1979) define la
Conservación como: “todos los procesos de cuidado de un sitio, tendientes a
mantener su significación cultural”.
e) Restauración: El Artículo 1, numeral 1.7 de la Carta de Burra (1979) define
este término como: “devolver a la fábrica existente de un estado anterior conocido,
removiendo agregados o reagrupando los componentes existentes sin introducir
nuevos materiales”.
f) Revitalización: Para Larousse (2002) este término está referido a la acción de:
“dar fuerza o vitalidad a una persona o cosa”. (p. 882)
g) Revalorización: Para Larousse (2002) este término significa “devolución del
valor perdido a una cosa”. (p.493, VII)
h) Mantenimiento: El Artículo 1, numeral 1.5 de la Carta de Burra (1979) define
este término como: “el continuo cuidado de protección de la fábrica y el entorno de
un sitio y debe distinguirse de la reparación. La reparación involucra restauración o
reconstrucción”.
166

i) Incremento: Al referirnos al aspecto cultural, el incremento está referido a la


acumulación progresiva de nuevos Monumentos Históricos que ensanchen
considerablemente el Patrimonio Histórico de la Nación.
j) Exhibición: Para Espasa (2004), este término está referido a “manifestar,
mostrar en público”. (p. 698). En criterio del autor, ésta obligación específica del
Estado, es sumamente importante porque de nada sirve la conservación del
Patrimonio Histórico, si este no es accesible a la población en general y a los
turistas que quieran conocer aspectos históricos relevantes de una región, a través
del descubrimiento de sus Monumentos Históricos fundamentales, porque no es lo
mismo la fría lectura, a poder observar directamente el lugar donde se produjeron
los hechos analizados.
k) Custodia: Para Larousse (2002) este vocablo, significa “acción y efecto de
custodiar” (p. 310).
l) Vigilancia: Para Espasa (2004), este término está referido al “cuidado y
atención exacta en las cosas que están al cargo de uno”. (p. 1.750)
m) Identificación: Está referido a que el Estado está obligado a conocer a ciencia
cierta, cuales son los bienes muebles e inmuebles que tengan realmente
importancia histórica para su posterior estudio y conservación.
En el mismo orden de ideas, tal como lo señala el artículo 2 Ley de
Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (1993), el Estado está en la
obligación prioritaria de defender el Patrimonio Cultural de la República y de cada
una de sus regiones, lo que se deriva del hecho cierto, que el patrimonio cultural
se constituye en la identidad histórica de los pueblos, lo que ciertamente se va a
entregar a las futuras generaciones. Es en este sentido que el artículo 4 eiusdem
(1993), consagra el principio de inalienabilidad e imprescriptibilidad del patrimonio
cultural, razón por la cual, no puede ser vendido y su propiedad no prescribe, así
como tampoco la obligación que tiene el Estado Venezolano de protegerlo con
167

todas las implicaciones revisadas y analizadas en el artículo 1 de la Ley bajo


análisis.
El Artículo 6 ibídem (1993), establece cuales son los bienes que constituyen
el Patrimonio Cultural de la Nación, en tal sentido establecen sus numerales 1, 2 y
12, lo siguiente:

Artículo 6° El Patrimonio Cultural de la República a los efectos de esta


Ley, está constituido por los bienes de interés cultural así declarados
que se encuentren en el territorio nacional o que ingresen a él quien
quiera que sea su propietario conforme a lo señalado seguidamente:
1. Los bienes muebles e inmuebles que hayan sido declarados o se
declaren monumentos nacionales;
2. Los bienes inmuebles de cualquier época que sea de interés
conservar por su valor histórico, artístico, social o arqueológico que no
hayan sido declarados monumentos nacionales…
12. El entorno ambiental o paisajístico -rural o urbano- requerido por
los bienes culturales, muebles o inmuebles para su visualidad o
contemplación adecuada;

De la Norma transcrita se evidencia claramente que todos los inmuebles


que han sido declarados Patrimonio Cultural de la Nación están bajo la
superprotección del Estado, extendiéndose tal protección no solo al inmueble
como tal, sino que además, tal protección debe extenderse a todas sus zonas
aledañas, sobre todo si se parte del inmenso valor turístico que intrínsecamente
llevan aparejados los Patrimonios Culturales, cuyo fin último, es mantener un
mensaje vivo de la historia local y/o nacional.
Con relación al Patrimonio Cultural Inmaterial, establece el Numeral 7 del
artículo 6 de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (1993), que
también forma parte del Patrimonio Cultural del país, su patrimonio vivo, vale
decir, sus costumbres, tradiciones, vivencias, su lengua, sus ritos, sus creencias y
demás manifestaciones culturales que conforman su ser nacional.
168

Todos los monumentos y sitios históricos, así como los valores,


tradiciones y costumbres de las distintas comunidades que conforman el Estado
Vargas constituye la razón de ser de la existencia del Estado y conforman el
Patrimonio Cultural, Histórico y Turístico del Municipio Vargas, el cual es
declarado de utilidad pública, de conformidad con lo previsto por el artículo 2,
ibídem, que consagra: “Se declara de utilidad pública y de interés social y turístico,
la preservación, defensa y salvaguarda de … conjuntos monumentales… que se
encuentren en la jurisdicción del Municipio y que por su contenido cultural
constituyan elementos fundamentales de nuestra identidad regional…”.
También son considerados bienes culturales de la Nación, conforme a lo
establecido en los numerales 8, 9 y 10 del artículo 6 bajo examen, el patrimonio
documental y bibliográfico, archivos, bibliotecas, fototecas, mapotecas, fonotecas,
videotecas, cinematecas y demás instituciones de igual naturaleza; tutelados
actualmente por organismos específicos sin desconocer la titularidad de dichos
organismos sobre los mismos, así como Los objetos y documentos de personajes
de singular importancia en la historia nacional, sus creaciones culturales
trascendentes; Los objetos y documentos de personajes de singular importancia
en la historia nacional, sus creaciones culturales trascendentes y las obras
culturales premiadas nacionalmente.
El Título VI de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural
(1993), denominado “DE LAS SANCIONES”, establece cuales son los delitos y
las faltas contra el Patrimonio Cultural de la Nación.
En este sentido, el Artículo 44 eiusdem, consagra el deber de toda persona
de participar en forma activa en pro de la defensa, rescate y conservación del
Patrimonio Cultural de la República, ya que el Patrimonio Cultural es la memoria
colectiva y consciente de un pueblo,: Si se pierde el Patrimonio Cultural, se
produce la “Damna Memoriae”, vale decir, la pérdida de los recuerdos del pasado
169

(historia) y se perderá toda su identidad y la posibilidad de tener un futuro


coherente, además habrá perdido toda conciencia y gobernabilidad (toma de
decisiones) de su cuerpo, quedando en estado vegetal. En otras palabras, si se
pierde el Patrimonio Cultural (la memoria colectiva) no sólo se pierde la
idiosincrasia, sino que también se pierde la soberanía como Nación.
Por ello el último aparte del artículo 44 eiusdem, consagra el delito de
destrucción o daño intencional de los bienes culturales, estableciéndose una pena
de dos (2) a cuatro (4) años de prisión, para quien incurra en tal destrucción, de
manera dolosa.
En el mismo orden de ideas el artículo 45 ibídem establece el delito de
destrucción o daño culposos de los bienes culturales, estableciéndose en dichos
casos una pena equivalente a la mitad de la establecida en el artículo 44 ibídem.
El artículo 46 ibídem establece que cuando personas que ejecutando
búsqueda de bienes arqueológicos o paleontológicos, realicen exploraciones o
excavaciones no autorizadas, serán sancionados con la pena prevista para el
delito de destrucción o daño culposos de los bienes culturales, previsto en el
artículo 45 ibídem.

Igualmente, el Artículo 47 ibídem, establece que:

“Las demás infracciones a esta Ley y a sus Reglamentos que no


constituyan delito, serán sancionadas con multa de cinco mil (5.000) a
diez mil (10.000) días de salario mínimo urbano.
La sanción será impuesta por el Ministerio de Hacienda, a solicitud del
Instituto del Patrimonio Cultural.
170

Con relación a esta disposición, el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala


Político-Administrativa, dictó sentencia Número 00388, de fecha 31 de Marzo de
2011, Expediente Número 2009-0038, Partes I.T.C., C.A. en contra del Ministerio
del Poder Popular para la Cultura, con Ponencia de la Magistrada Yolanda Jaímes
Guerrero, en el Recurso de Nulidad contra la Providencia Administrativa Número
036/07, emanada del Instituto de Patrimonio Cultural, se estableció lo siguiente:

El actor Denunció que de acuerdo al contenido del citado artículo 47 de


la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, el Instituto en
referencia no está facultado para imponer la sanción a que se refiere
dicho dispositivo, ya que en éste se indica que “...la sanción será
impuesta por el Ministerio de Hacienda, a solicitud del Instituto del
Patrimonio Cultural...”.
Este órgano jurisdiccional con respecto a este alegato, considera que el
marco jurídico competencial acordado por el Legislador Nacional al
Instituto del Patrimonio Cultural se definió con claridad al fundamentar
la referida Providencia Administrativa N° 036/07 del 13 de noviembre
de 2007, confirmada por la Providencia Administrativa N° 004/08 del 10
de enero de 2008 y ulteriormente por vía del silencio administrativo del
Ministro del Poder Popular para la Cultura, pues tal y como fue
reseñado anteriormente, del contenido de los citados artículos 2, 6 y 8
de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural y el artículo
7 de su Reglamento Parcial N° 1 de fecha 12 de octubre de 1994,
surge con precisión el ámbito de competencia del Instituto del
Patrimonio Cultural, siendo que de acuerdo a lo previsto concretamente
en el artículo 8 eiusdem, a tal organismo corresponde la identificación,
preservación, rehabilitación, defensa, salvaguarda y consolidación de
las obras conjuntas y lugares a los que se refieren los artículos 2 y 6
del mismo cuerpo normativo y entre cuya enumeración se encuentran
aquellos bienes que hayan sido declarados de interés cultural.
Así, vista la declaratoria de Bien de Interés Cultural que pesa sobre
el Conjunto Arquitectónico y Paisajístico ubicado en el Parque Nacional
El Ávila, mediante Resolución N° 011/2000 de fecha 27 de marzo de
2000, publicada en la Gaceta Oficial N° 5.842 del 1° de agosto de
2000, esta Sala desestima el vicio de incompetencia alegado por la
parte accionante, puesto que según la normativa reseñada es el órgano
171

que ostenta la autoridad y la competencia para imponer las sanciones a


que hubiere lugar, previstas en la Ley de Protección y Defensa del
Patrimonio Cultural y su Reglamento N° 1. Así se declara.

LEY DE LOS CONSEJOS COMUNALES, PUBLICADO EN LA GACETA


OFICIAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA NÚMERO 5.806
EXTRAORDINARIA, DE FECHA 10 DE ABRIL DE 2006
Partiendo de la concepción de la Democracia participativa y protagónica
contenida en el artículo 5 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (2000), que establece que la soberanía será ejercida directamente por
el pueblo, a través de los mecanismos y formas que establezca la propia
Normativa Constitucional y el resto del ordenamiento jurídico que de él se deriva.
Uno de los mecanismos de participación protagónica concebidos en la
normativa venezolana, está constituido por los Consejos Comunales, que es la
participación directa de las comunidades en la toma de decisiones y en las
políticas públicas a ser aplicadas en la propia comunidad, siendo que la Asamblea
de Ciudadanos y Ciudadanas es la máxima autoridad comunal.
En este orden de ideas, el numeral 9 del artículo 21 de la Ley de los
Consejos Comunales, establece, entre las funciones de los Consejos Comunales,
la de Promover el ejercicio y defensa de la soberanía e integridad territorial de la
nación.
ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES EN EL
ÁMBITO DEL PATRIMONIO CULTURAL.
Patrimonio Cultural y equipos interdisciplinarios

Teniendo en consideración, que el Derecho Cultural es una de las muchas


disciplinas que participan en la conformación de los equipos de trabajo
172

interdisciplinarios que conllevan al estudio, mantenimiento y conservación del


Patrimonio Cultural, y tomando en cuenta además que esta disciplina, de acuerdo
a lo expresado por Charles Darwin, citado por Del Vecchio, G. (1960), el ser
humano es una especie social; y las sociabilidad es una de las condiciones de su
vida. Por lo tanto “el individuo inepto para vivir en sociedad es eliminado por la
selección, mientras que en cambio los mejores adaptados a la convivencia social
sobreviven.” (p.184), del carácter social del hombre, y del objeto mismo del
derecho que está fundamentado en garantizar la convivencia pacífica entre los
seres humanos, tiene de por sí un sustento de formación interdisciplinaria, dada la
diversidad de materias que estudia, ciertamente abarca todos los aspectos del
quehacer humano, como debe ser la interrelación entre todas las personas.
Tal como lo afirma Del Vecchio, G. (1960), el derecho es “esencialmente
una delimitación, una coordinación objetiva entre los actos de varios sujetos, una
norma de convivencia o consistencia. (p.313) Para poder establecer esas normas
de convivencia se hace necesario entender los factores sociales que inciden en
las sociedades, vale decir, los paradigmas valores, principios y necesidades que la
rodean en una época o momento determinado, para ello, el derecho se nutre e
interactúa con otras disciplinas y ciencias de manera de obtener una visión real de
la sociedad existente y de la sociedad que se espera, vale decir del como debe ser
la sociedad, siendo este el fundamento de lo que Juan Jacobo Rousseau definía
como el Contrato Social.
El científico del Derecho interactúa con las demás ciencias sociales para
conocer, a ciencia cierta, las principales necesidades y problemas que afectan a
una sociedad determinada, partiendo de la Ley como una regla de conducta
aceptada colectivamente e implementada sobre la base del estudio
fenomenológico de las fuerzas que interactúan en ella.
173

Ciertamente el Derecho no es una ciencia aislada, por el contrario, se nutre


de las investigaciones y estudios llevados adelante por otras ciencias. En el caso
concreto del Patrimonio Cultural, el Derecho Cultural se nutre de otras ciencias
tales como: La sociología, la axiología, antropología, psicología, ingeniería,
arquitectura, trabajo social, entre otras.
La labor de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s), en cuanto a
la protección nacional e internacional del Patrimonio Cultural, es de gran
importancia, en lo atinente a la labor de información, estudio y promoción de cada
una de las formas y manifestaciones en que se presenta ese Patrimonio Cultural,
su labor es vital, dada la complejidad y amplitud sin límites que contiene la
protección del patrimonio cultural.
En este orden de ideas, la UNESCO como ente rector a nivel mundial de la
protección del Patrimonio Cultural, se mantiene en constante interacción con
dichas organizaciones, sirviéndose, de los aportes contenidos en los estudios e
investigaciones que dichas ONG’S llevan adelante sobre temas específicos y, en
otras, invitándolas a modificar proyectos determinados, teniendo en cuenta los
problemas relativos a los bienes culturales.
En la Constitución de la UNESCO (1945) se autoriza a la Organización a
adoptar “cuantas disposiciones convengan para facilitar las consultas y asegurar la
cooperación con las organizaciones no gubernamentales que se ocupen de
cuestiones comprendidas en la esfera de la competencia de aquélla. Podrá
invitarlas a realizar determinadas tareas en sus respectivos campos de acción.
Esa cooperación podrá asumir igualmente la forma de una adecuada participación
de representantes de las referidas organizaciones en los trabajos de los comités
asesores creados por la Conferencia General” (art. XI.4).
Es así como el artículo 71 de la Carta de las Naciones Unidas (1945) prevé
la cooperación de la UNESCO con las ONG’s al estatuir que “El Consejo
174

Económico y Social podrá hacer arreglos adecuados para celebrar consultas con
organizaciones no gubernamentales que se ocupen de los asuntos de la
competencia del Consejo. Podrán hacerse dichos arreglos con organizaciones
internacionales y, si ello hubiere lugar, con organizaciones nacionales previa
consulta con el respectivo Miembro de las Naciones Unidas”.
En cuanto a la forma que reviste la interacción entre la UNESCO y las
ONG´s, se dan en dos grandes tipos, en función de los objetivos de la ONG
determinada y de la colaboración con la Organización, en: a) Relaciones formales
y b) Relaciones operativas. Las relaciones formales pueden ser de dos tipos:
relaciones de consulta y relaciones de asociación.
Los parámetros que sirven para definir el tipo de relación se concretan en
tres amplias categorías analíticas cuya aplicación “representa una garantía de
objetividad e imparcialidad en la evaluación individual de cada ONG”, son las
siguientes: calidad y regularidad de la cooperación con la UNESCO,
representatividad geográfica y legitimidad democrática.
a).- ONG’s que tienen reconocido un estatuto consultivo ante la UNESCO: Entre
las ONG’s que colaboran de manera permanente con la UNESCO en este ámbito
y que tienen reconocido jurídicamente un estatuto que las vincula a la
Organización cabe citar al Consejo Internacional de Museos (ICOM), creada en
1946 en París, bajo los auspicios de la UNESCO. La función institucional del
ICOM consiste en la promoción, protección, conservación y transmisión de los
bienes culturales, así como la lucha por la restitución de los bienes culturales
adquiridos ilícitamente por lo que su actividad ha adquirido un interés considerable
de difusión de las dimensiones del problema del tráfico ilícito de bienes culturales
muebles (huaquería) y de recuperación del patrimonio cultural disperso. La
organización comparte con la humanidad el valor universal de las colecciones
conservadas a los museos.
175

El ICOM para poder llevar a término las anteriores funciones se vale de la


elaboración de “códigos de conducta” y de la promoción de estudios que acerquen
el problema a la opinión pública. Cabe resaltar, también, su iniciativa de elaborar
un de código deontológico de las asociaciones nacionales de museos y de las
instituciones culturales particulares. El concepto de código de buena conducta
resulta un tanto ambiguo en el ámbito del Derecho Internacional. Se trata de una
noción que, en principio, es extraña al Derecho Internacional público, se traspone
el mismo a partir de una terminología propia del Derecho interno y privatista.
Desde la perspectiva del Derecho Internacional, la noción de código tiene dos
acepciones diferentes si bien un tanto interrelacionadas entre sí.
Así pues, puede definirse el código de conducta como “programa político de
los Estados” o bien “como tutela de comportamientos económicos privados”. En
este supuesto concreto la acepción que se corresponde con las pretensiones del
ICOM al proponer la elaboración de códigos de buena conducta es la segunda, es
decir el código de conducta como tutela ya que estaría destinado a garantizar en
el plano “moral”, un standard común de comportamiento con relación a la
adquisición y eventual restitución de bienes culturales que fuera conforme a los
principios generales que propugna la UNESCO.
Otra ONG, que tiene reconocido el nivel de estatuto consultivo es el
Consejo Internacional para la Defensa de los Monumentos y de los Sitios
Histórico-Artísticos (ICOMOS), que fue creado en 1965 a raíz de la adopción de
la “Carta de Venecia” (1964) sobre conservación y restauración de monumentos y
sitios. Su Secretaria internacional tiene la sede en París.
Su misión principal se centra en la elaboración de numerosos programas
relacionados con la protección y conservación del patrimonio cultural material, que
abarcan una amplia esfera de actividades. Éstas abarcan desde la labor de
impulso normativo a la formación de especialistas, misiones de expertos, estudio y
176

desarrollo de técnicas y metodología de la conservación, hasta la ayuda técnica en


los países en vías de desarrollo, etc. Todo ello realizado en el marco de la
cooperación con la UNESCO.
Otra ONG estrechamente vinculada a la UNESCO es la International
Organization for the Protection of Works of Art, (IOPA), la cual está integrada
por particulares, organismos de Estados miembros de las Naciones Unidas y
organismos especializados de la Organización de Naciones Unidas. Se ocupa
principalmente de la protección de las obras de arte frente a los múltiples actos
criminales de que puedan ser objeto. Para poder desarrollar esta actividad se basa
sobre todo en el estudio y adopción de medidas preventivas, entre las cuales
destaca la elaboración de un sistema de catálogo-inventario, de ámbito
internacional, de objetos de arte; éste ha sido configurado sobre la base de un
análisis científico que permite establecer criterios para la identificación del bien en
particular y atestiguar su autenticidad.
La Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial (OVPM), fue
creada en 1993 con el objetivo de desarrollar un cierto sentido de la solidaridad y
entablar relaciones de cooperación entre las ciudades del Patrimonio Mundial.
Esta Organización tiene como misión facilitar el intercambio de información, de
técnicas de gestión y de recursos financieros a fin de conseguir una protección
eficaz de los sitios y monumentos ubicados en las mismas.
b).- Otros organismos. La cooperación de la UNESCO con otros organismos y
organizaciones internacionales especializadas se halla prevista igualmente en el
artículo XI de su Constitución, siendo la finalidad básica de esta disposición el
permitir a la UNESCO cooperar con otros organismos y organizaciones
internacionales para la consecución de sus objetivos. Así la UNESCO mantiene
relaciones de colaboración con algunas Organizaciones que si bien no están
directamente vinculadas a la UNESCO por medio de la figura del estatuto
177

consultivo, cooperan con la misma en la protección del patrimonio cultural puesto


que entre las funciones que desempeñan se ocupan de cuestiones relativas a los
bienes culturales.
Entre las mismas destaca por su relevante papel la Organización
Internacional de la Policía Criminal (OIPC-INTERPOL) especialmente con
relación al tráfico ilícito de bienes culturales, para hacer frente al mismo la
cooperación policial en el plano internacional resulta primordial.
DOCUMENTOS ICOM
Estatuto del ICOM (1995)
Documento elaborado y aprobado en la décima sexta Asamblea General
del ICOM, celebrada en la ciudad de La Haya el 05 de Septiembre de 1989 y
modificado en la décimo octava Asamblea General del ICOM, celebrada en la
ciudad de Stavanger, Noruega, el 7 de Julio de 1995, se establecen las reglas
generales de organización de esa ONG, encargada de la promoción y difusión de
los intereses de la museología y demás disciplinas relativas a la gestión de los
museos, entendiendo el término museo como una institución permanente, sin fines
de lucro, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que
adquiere, conserva, investiga, difunde y expone los testimonios materiales del ser
humano y su entorno para la educación y el deleite del público que lo visita.
También se asimilan a museos conforme a los Estatutos bajo examine,
conforme lo establecido en el artículo 2 del Estatuto bajo análisis a los sitios
naturales, arqueológicos y etnográficos y demás sitios de contenido museológico
de carácter histórico que definan o muestren material de los pueblos y su entorno,
las instituciones que conserven y exhiban especies vegetales y animales, tales
como los jardines botánicos, zoológicos y viveros; los centros científicos y
planetarios; los centros de exposición y galerías de exhibición que dependan de
bibliotecas y centros de archivos; los parques naturales; las organizaciones
178

nacionales, estadales, municipales o comunitarias encargadas de museos; las


instituciones que realicen investigaciones sobre el área de museología; las demás
que determine el Consejo Ejecutivo, previo el dictamen del Consejo Consultivo del
ICOM.
En este sentido, de conformidad con lo establecido en el artículo 3 de sus
Estatutos, se pueden resumir los objetivos del ICOM en promover, difundir,
organizar, representar y fomentar la investigación y funcionamiento de los museos
a nivel mundial, luchando contra el tráfico ilícito de bienes culturales.

Código de Deontología del ICOM para los museos (1986)


El documento bajo análisis está inspirado en el concepto de servicio a la
sociedad, las comunidades, el público en general y sus diferentes componentes,
así como en la noción de profesionalidad de quienes trabajan en los museos.
El Código de Deontología del ICOM para los Museos es un instrumento de
autorregulación profesional en un ámbito fundamental de los servicios públicos,
adecuándose a las legislaciones nacionales y sus variaciones y distan mucho de
ser coherentes. Establece por tanto, normas mínimas de conducta y desempeño
del cometido profesional a las que pueden aspirar razonablemente los
profesionales de los museos del mundo entero, enunciando a la vez lo que el
público tiene derecho a esperar de éstos.
El Código bajo análisis proporciona una normativa general mínima en la que
pueden basarse las agrupaciones nacionales y los grupos de especialistas para
satisfacer sus exigencias específicas en la materia. Habida cuenta de que el ICOM
promueve la elaboración de códigos nacionales y especializados con miras a
satisfacer necesidades especificas, se agradecería que se remitiesen ejemplares
de los mismos.
Parte del Principio de que los museos son entes responsables de la
179

conservación, estudio y promoción del patrimonio natural y cultural, material e


inmaterial de los pueblos. La primera obligación de los órganos rectores y de todos
los interesados por la orientación estratégica y la supervisión de los museos es
proteger y promover ese patrimonio, así como los recursos humanos, físicos y
financieros disponibles a tal efecto.
Mesa de Santiago de Chile (1972)
Uno de los aspectos básicos que destaca el instrumento bajo análisis es el
estudio del término museo, proveniente del vocablo Museión, que se encuentra
presente desde la creación de los museos en Chile, a contar de la formación de la
República, en las primeras décadas del siglo XIX, por tanto, forma parte del
“patrimonio” de la gestión museal, que se transplantó de una realidad a otra. En
este proceso, el eje articulador lo constituyó a la idea de civilización, un patrón con
el cual nuestras nacientes republicas quisieron imitar todo lo proveniente de
Europa.
Por lo cual, se establece que los museos de carácter nacionales, se
encuentran con el problema y la necesidad de representar algo nuevo, pero con
esquemas viejos, lo que traerá como resultado la constitución del Museo-Patria,
es decir, un espacio anti-reflexivo, que reemplaza la contemplación por el culto a
los grandes héroes de la patria. La superposición de características que lleva a la
otra noción muy en boga de museo, el tipo Museo Academia, un lugar santo para
la experiencia superior de la ciencia, un templo sacro del saber de unos pocos. En
definitiva es la expresión del positivismo academicista decimonónico, recreada a
través de muestras museográficas al estilo de gabinete, donde las colecciones
importaban como piezas científicas clasificadas y ordenadas. Y en lo referente al
público este sólo es considerado como un espectador pasivo, carente de
significación crítica e interpretativa, lo cual determina que su opinión no es
trascendente a la hora de construir museo. De esta noción se deriva en una surte
180

de extremo el museo como espacio de un fuerte espíritu sacro, un verdadero


Templo del Saber.
La clave de la mesa de Santiago es que hay que entenderla como un
ejercicio crítico sobre los museos de Latinoamérica, en un sentido teórico y
práctico, una nueva forma de leer la realidad, sus aspiraciones en torno al rol
social de los museos,
Los conceptos de Museo como Industria Cultural, Museo como Parque
Temático, Museo Posmoderno y Museo Virtual, constituyen algunos de los
términos con que se pretende configurar una nueva realidad del campo museal,
que parece ser más bien una opción impuesta por los tiempos, que una necesidad
desde los propios museos.
Por ello, no basta con cambios cosméticos o de estilo, o de infraestructura,
la mirada debe ir más allá. Por ello se trata de abordar el rol de los museos en el
actual contexto. Con la mesa de Santiago se está en presencia de un nuevo tipo
de mueso que si bien difiere del modelo anterior, “tradicional”, en gran medida
reproduce muchas de sus condiciones estructurales.
Hablar sobre esta conceptualización de museo manifiesta en la región
latinoamericana, primero requiere aclarar que es lo que significa industria cultural,
Subercaseaux, B. (2002) entiende por industrias culturales “todo el sector de
bienes y servicios culturales que son producidos, reproducidos, conservados o
difundidos según criterios industriales y comerciales” (p. 130). Esta noción de
hacer cultura llegará al ámbito del patrimonio con mucha fuerza desde fines de los
años ochenta, en definitiva el museo como una institución inserta en un marco
político, social y económico será fuertemente influenciada por la lógica del
mercado, en esto posee, una gran responsabilidad el Estado, al hacer o mejor
dicho, dejar hacer en materia cultural.
181

La incorporación de la razio económica y el mercado en el Museo es un


tema de gran trascendencia, y en parte obedece a la constante de copiar modelos
extranjeros, como los casos de los Museos de Norteamérica, especialmente USA.
Debido a esta forma de enfrentar los problemas del museo tradicional,
surge una conceptualización moderna de museo, aplicándose algunos cambios
significativos en la gestión museal, al otorgar mayor dinamismo a las exhibiciones
y mejorar los servicios hacia la sociedad. Sin embargo, se puede percibir en este
nuevo modelo, un traslado de la idea del público como ente pasivo, a una donde el
público pasa a ser el cliente del museo, identificado de una forma más sutil como
“usuario”.

Declaración de Seúl sobre la protección del Patrimonio Cultural en


situaciones de emergencia (2011)
Instrumento aprobado en la Primera Conferencia Internacional del Comité
Internacional del Escudo Azul, efectuada en el Museo Nacional de Corea del Sur,
ubicado en la ciudad de Seúl entre los días 8 al 10 de Diciembre de 2011, parte de
la concepción del patrimonio cultural, a través de sus múltiples formas (mueble,
inmueble e inmaterial), visto como “una expresión importante de la creatividad
humana y un testigo de la historia mundial. Sin embargo, está enfrentado a una
gran cantidad de amenazas, las cuales se ven exacerbadas por el incremento de
la frecuencia e intensidad de las catástrofes, y su amplia gama de efectos
colaterales, y ante la necesidad de protegerlo en forma eficiente en situaciones de
emergencia, establece entre los puntos importantes acordados en la referida
Declaración los siguientes:
Se debería intentar movilizar y desarrollar las iniciativas de investigación y
las estructuras de colaboración profesional intersectoriales, permitiendo de esta
manera: 1) el desarrollo de actividades de capacitación en el área de preparación
182

y de reacción ante las situaciones de emergencia para instituciones patrimoniales,


y para los profesionales concernidos; otorgándose prioridad a aquellas áreas que
se encuentran en más alto riesgo; 2) la mejora de los sistemas de supervisión,
utilizando las tecnologías de la información y sistemas de información geográficas,
a fin de evaluar mejor el alcance de los daños, a medida que las catástrofes se
desarrollan, y, tras estos eventos, anticipar su acontecimiento en zonas de alto
riesgo; facilitando de esta manera la recopilación de información permitiendo la
redacción de informes exhaustivos destinados a organizaciones internacionales,
gobiernos y la sociedad civil.
Con este fin, os signatarios de la Declaración explorarán: 1) la posibilidad
de establecer un fondo de auxilio cultural inmediato en situaciones de emergencia;
2) los procedimientos necesarios para planificar y preparar de manera adecuada la
respuesta a emergencias culturales en todo el mundo; 3) la viabilidad de
conformar alianzas con otras organizaciones culturales y de socorro a fin de
mejorar las respuestas operacionales en el terreno a las crisis amenazando el
patrimonio cultural, donde sea que ocurran.
Considerando los mandatos de sus organizaciones constituyentes, su
conocimiento del contexto actual, su trabajo de evaluación de las necesidades y
de las prioridades futuras, y de anticipación de las soluciones requeridas para la
protección del patrimonio cultural en situaciones de emergencia, el Escudo Azul,
en tanto que organización paraguas, debería ser el punto focal en la coordinación
de rescate y socorro a nivel internacional cuando el patrimonio cultural esté en
peligro debido a catástrofes naturales o causadas por el hombre.

DOCUMENTOS ICOMOS
Según el informe publicado por el Comité Nacional de ICOMOS del año
2000, el Estado venezolano, en ninguno de sus niveles, tiene una conciencia clara
183

del significado y la responsabilidad que implica la protección y preservación del


patrimonio cultural. Esto lo señala el organismo no gubernamental de
profesionales, dedicados a la conservación de los monumentos y sitios históricos
del mundo, por la mala actuación del gobierno con respecto a la ciudad de Coro, y
al centro histórico de La Guaira. La primera no ha merecido la atención requerida
luego de la declaratoria, en 1993, como Patrimonio Cultural de la Humanidad por
la UNESCO, y la segunda tampoco ha contado con políticas claras y coherentes
luego de los desastres de 1999.
Otra situación que llamó la atención de los miembros de ICOMOS fue la
demolición indiscriminada de edificios de importancia, especialmente en Caracas,
como también el peligro que constituye para el patrimonio cultural las “zonas
libres” decretadas en el país, por la desnaturalización de los valores propios de los
sitios, producto de un indiscriminado desarrollo turístico.
Carta de Atenas sobre la conservación de los monumentos de arte e historia
(1931)
Recomienda que se respete en la construcción de edificios el carácter y la
fisonomía de las ciudades, sobre todo, en la vecindad de los monumentos
antiguos.
Recomienda con insistencia la supresión de anuncios, postes e hilos
telegráficos, industrias ruinosas y chimeneas altas en las proximidades de
monumentos de arte e historia.
Aprueba y emplea la tecnología moderna, especialmente del hormigón
armado.
En cuanto a la degradación de los monumentos recomienda la colaboración
de cada país y que la Oficina Internacional de los museos esté al corriente de los
trabajos en cada país.
Cuando se trate de ruinas se procederá a emplear materiales nuevos que
184

sean siempre reconocibles−Anastilosis. Antes de emprender cualquier


consolidación o restauración parcial ha de hacerse el análisis escrupuloso de las
enfermedades de los monumentos.
Desea que los Estados se presten una colaboración extensa y precisa con
el fin de favorecer la conservación de los monumentos de arte e historia.
La Anastilosis es un término arqueológico que designa la técnica de
reconstrucción de un monumento en ruinas, gracias al estudio metódico del ajuste
de los diferentes elementos que componen su arquitectura.

Carta de Atenas del Urbanismo (1933)


La Carta de Atenas es un manifiesto urbanístico redactado en el
IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) celebrado a bordo
del Patris II en 1933, en la ruta Marsella-Atenas-Marsella (el congreso no había
podido celebrarse en Moscú por problemas con los organizadores soviéticos)
siendo publicado en 1942 por Sert y Le Corbusier.
La Carta de Atenas ha pedido en materia de habitación:
 Que los barrios de vivienda ocupen en lo sucesivo, en el espacio
urbano, los mejores emplazamientos, aprovechándose la topografía, tomando en
cuenta el clima, la luz solar más favorable y las superficies verdes que sean
posibles.
 Que la elección de las zonas de vivienda venga dictada por razones
higiénicas
 Que se impongan densidades razonables, según las formas de
vivienda impuestas por la naturaleza misma del terreno
 Que se prohíba el alineamiento de viviendas a lo largo de las vías de
comunicación
185

 Que se tomen en cuenta los recursos de la técnica moderna para


levantar construcciones altas y que, construidas a gran distancia unas de otras,
liberen el suelo en favor de grandes superficies verdes.
La Carta de Atenas apuesta por una separación funcional de los lugares de
residencia, ocio y trabajo poniendo en entredicho el carácter y la densidad de la
ciudad tradicional. En este tratado se propone la colocación de los edificios en
amplias zonas verdes poco densas. Estos preceptos tuvieron una gran influencia
en el desarrollo de las ciudades europeas tras la Segunda Guerra Mundial y en el
diseño de Brasilia.

Carta Internacional sobre la conservación y la restauración de monumentos


y de conjuntos histórico-artísticos, Venecia (1964)
La Carta Internacional sobre la conservación y la Restauración de
Monumentos y de Conjuntos Histórico-Artísticos, fue elaborada por el Décimo
Primer Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos
Históricos, realizado en la ciudad de Venecia en el año 1964 y aprobada por
ICOMOS en 1965, mediante la cual se resalta el valor fundamental que las obras
monumentales de los pueblos tienen en el imaginario colectivo, al servir como
testimonio vivo de las tradiciones seculares.
Es por ello que la humanidad, concienciándose de la necesidad de
preservar los valores humanos de los pueblos como valor común que integra un
patrimonio cultural común, producto de la sumatoria de todos los Patrimonios
Culturales particulares y basados en la responsabilidad solidaria de todos de su
salvaguarda, que debe fundamentarse en la necesidad de transmitirlos en toda la
riqueza de su autenticidad.
186

Es por ello que se establecen en el Instrumento ICOMOS bajo análisis


cuales son los Principios que deben presidir la conservación y la restauración de
los monumentos de valor cultural, los cuales se fundamentan en lo siguiente:
En el artículo 1 de la Carta Internacional sobre la conservación y la
Restauración de Monumentos y de Conjuntos Histórico-Artísticos (1964) se define
a los monumentos históricos en dos aspectos, el primero de ellos como “la
creación arquitectónica aislada”, vale decir, la obra como tal, por ejemplo la
edificación del antiguo Hotel Miramar en sí misma; y el segundo aspecto “como el
conjunto urbano o rural que da testimonio de una civilización particular, de una
evolución significativa, o de un acontecimiento histórico. Se refiere no sólo o las
grandes creaciones, sino también a las obras modestas que han adquirido con el
tiempo una significación cultural.
Siendo la conservación y restauración de monumentos una disciplina que
abarca todas las ciencias y todas las técnicas que puedan contribuir al estudio y la
salvaguarda del patrimonio monumental, debe fundamentarse, en primer lugar en
la obligación que tienen los Estados de darle mantenimiento constante a dichos
monumentos, lo que implica, conforme a lo establecido en el artículo 6 del
documento de marras que la conservación de un monumento implica la de un
marco a su escala. Cuando el marco tradicional subsiste, éste será conservado, y
toda construcción nueva, toda destrucción y cualquier arreglo que pudiera alterar
las relaciones entre los volúmenes y los colores, será desechada, la idea es
conservarlo en su condición inicial, sin cambios visibles y que cuando sea preciso
restaurar, se haga con los mismos elementos y materiales con los que se hizo la
obra originalmente, conservando su color, decoración y volumen.
Para ello el restaurador se sirve del apoyo de otras ciencias, como la
Historia, para saber con certeza, cuáles fueron los materiales utilizados
originalmente, púes al introducirse cambios en la estructura original, dejaría de ser
187

una restauración y se convertiría en una reconstrucción, lo que estaría alejado del


sentido de la obra, el cual es, rescatar el mensaje original que para la población
presenta el monumento, vale decir, se desdibuja su verdadero valor histórico y
cultural.
Es así como el Artículo 7 del documento bajo análisis establece que El
monumento es inseparable de la historia de la que es testigo y del lugar en el que
está ubicado. En consecuencia, el desplazamiento de un monumento en el todo o
en parte no puede ser consentido nada más que cuando la salvaguarda del
monumento lo exija o cuando razones de un gran interés nocional o internacional
lo justifiquen. De igual forma conforme al artículo 8 de la Declaración, los
elementos de escultura, pintura o decoración integrados a un monumento sólo
pueden ser separados cuando esta medida sea la única posibilidad viable para
asegurar su conservación.
Normas de Quito (1967)
Las Normas de Quito (1967) plantean la temática de la necesaria
conservación, protección y mantenimiento del Patrimonio Cultural Monumental
latinoamericano en la relación de esfuerzos multinacionales que se comprometen
a realizar los Gobiernos de América. En tal sentido los Jefes de Estado dejan
reconocida, de manera expresa, la existencia de una situación de urgencia que
reclama la cooperación interamericana, partiendo del común propósito de dar un
nuevo impulso al desarrollo del Continente, se está aceptando implícitamente que
esos bienes del patrimonio cultural representan un valor económico y son
susceptibles de erigirse en instrumentos del progreso.
Ciertamente, el acelerado proceso de empobrecimiento que vienen
sufriendo LOS Patrimonios Culturales monumentales de la mayoría de los países
americanos como consecuencia del estado de abandono e indefensión en que se
encuentra su riqueza monumental y artística, demanda la adopción de medidas de
188

emergencia, tanto a nivel nacional como internacional, pero la eficacia práctica de


las mismas dependerá, en último término, de su adecuada formación dentro de un
plan sistemático de revalorización de los bienes patrimoniales en función del
desarrollo económico-social.
En tal sentido, dada la íntima relación que guardan entre sí el continente
arquitectónico y el contenido artístico, resulta imprescindible extender la debida
protección a otros bienes muebles y objetos valiosos del patrimonio cultural a fin
de evitar que se sigan deteriorando y sustrayendo impunemente y de procurar,
asimismo, que contribuyan al logro de los fines perseguidos mediante su
adecuada exhibición de acuerdo con la moderna técnica museográfica.
Todo monumento nacional está implícitamente destinado a cumplir una
función social. Corresponde al Estado hacer que la misma prevalezca y
determinar, en los distintos casos, la medida en que dicha función social es
compatible con la propiedad privada y el interés de los particulares.
Carta del Restauro (1972)
La Carta del Restauro (1972) es un instrumento técnico dictado por el
Instituto Central del Restauro, en la ciudad de Roma, con el fin de Ministerio
Instrucción de en el intento de llegar a criterios uniformes sobre la restauración de
los monumentos históricos, artísticos y demás construcciones que forma parte
integrante del Patrimonio Cultural tangible de los pueblos y del mundo, informe
este que gura sobre 4 aspectos fundamentales:
1. La salvaguardia y restauración de antigüedades;
2. La forma de proceder en las restauraciones arquitectónicas;
3. La ejecución de restauraciones pictóricas y escultóricas;
4. La tutela de los centros históricos.
En tal sentido, establece el Artículo 1 del Instrumento bajo análisis
que todas las obras de arte de todas las épocas, en la acepción más
189

amplia, que va desde los monumentos arquitectónicos a los de pintura y


escultura, aunque sean fragmentos, y desde el hallazgo paleolítico a las
expresiones figurativas de las culturas populares y del arte contemporáneo,
pertenecientes a cualquier persona o ente, con la finalidad de su
salvaguardia y restauración, son objeto de las presentes instrucciones que
toman el nombre de "Carta del Restauro 1972".
Igualmente quedan asimilados a estas, para asegurar su
salvaguardia y restauración, los conjuntos de edificios de interés
monumental, histórico o ambiental, especialmente los centros históricos; las
colecciones artísticas y las decoraciones de interiores conservadas en su
disposición tradicional; los jardines y parques que son considerados de
especial importancia.
A los fines previstos en el Artículo 4 del Instrumento bajo análisis, se
entiende por salvaguardia cualquier medida conservadora que no implique
la intervención directa sobre la obra; se entiende por restauración cualquier
intervención encaminada a mantener vigente, a facilitar la lectura y
transmitir íntegramente al futuro las obras de arte y los objetos definidos en
los artículos precedentes.
En tal sentido, Debe establecerse las operaciones de salvaguardia y
restauración y en ellas se prohíbe, para todas las obras definidas en los artículos
1, 2 y 3 de la Carta del Restauro (1972) lo siguiente:
1) Complementos estilísticos o analógicos, incluso en formas simplificadas y
aunque existan documentos gráficos o plásticos que puedan indicar cuál hubiera
sido el estado o el aspecto de la obra completa;
2) Remociones o demoliciones que cancelen el paso de la obra de arte a
través del tiempo, a menos que se trate de limitadas alteraciones deformadoras o
190

incongruentes respecto a los valores históricos de la obra o de complementos en


estilo que la falsifiquen;
3) Remociones, reconstrucciones o traslados a emplazamientos distintos de
los originales; a menos que esto no esté determinado por razones superiores de
conservación;
4) Alteraciones de las condiciones accesorias o ambientales en las que ha
llegado hasta nuestro tiempo la obra de arte, el conjunto monumental o ambiental,
el conjunto de decoración interior, el jardín, el parque, etc.
5) Alteración o remoción de las pátinas.
No obstante, conforme a lo que prevé el artículo 7 eiusdem las obras
definidas en los artículos 1, 2 y 3 del documento bajo análisis, se admiten las
siguientes operaciones o reintegraciones:
1) Añadidos de partes en función estática o reintegraciones de pequeñas
partes históricamente verificadas, llevadas a cabo según los casos o determinando
de forma clara la periferia de las integraciones o bien adoptando material
diferenciado aunque acorde, claramente distinguible a simple vista, en particular
en los puntos de encuentro con las partes antiguas, que además deben ser
marcadas y fechadas donde sea posible;
2) Limpiezas que, para las pinturas y las esculturas policromadas, no deben
llegar nunca al esmalte del color, respetando la pátina y los posibles barnices
antiguos; para todas las otras clases de obras no deberán llegar a la superficie
desnuda de la materia que conforma las propias obras de arte;
3) Anastilosis documentada con seguridad, recomposición de obras
fragmentadas, sistematización de obras lagunosas, reconstruyendo los intersticios
de poca entidad con técnica claramente diferenciable a simple vista o con zonas
neutras colocadas en un nivel diferente al de las partes originales, o dejando a la
191

vista el soporte original, de todas formas no integrando nunca ex Novo zonas


figuradas o insertando elementos determinantes para la figuratividad de la obra;
4) Modificaciones y nuevas inserciones con fines estáticos y de
conservación de la estructura interna o de sustento o soporte, a condición de que,
una vez finalizadas las operaciones, su aspecto no resulte alterado ni en el
cromatismo ni en la materia visible en la superficie;
5) Nueva ambientación o colocación de la obra, cuando no existan ya o se
hayan destruido el ambiente o la sistematización tradicional, o cuando las
condiciones de conservación exijan el traslado.
Además de las normas generales contenidas en los artículos de la "Carta
del Restauro", en el campo de las antigüedades es necesario tener presentes
exigencias especiales relativas a la salvaguardia del subsuelo arqueológico y a la
conservación y restauración de los hallazgos acaecidos durante las prospecciones
terrestres o subacuáticas.
El problema prioritario de la salvaguardia del subsuelo arqueológico está
necesariamente ligado a la serie de disposiciones y leyes referidas a la
expropiación, a la aplicación de vínculos especiales, a la creación de reservas y
parques arqueológicos. En conexión con las distintas medidas que hay que tomar
en los diferentes casos, será imprescindible en todo caso el oportuno
reconocimiento del terreno, encaminado a recoger todos los datos posibles
localizados en superficie, los materiales cerámicos esparcidos, la documentación
de elementos que eventualmente hayan aflorado, recurriendo además a la ayuda
de la fotografía aérea a las prospecciones (eléctricas, electromagnéticas, etc.) del
terreno, de modo que el conocimiento lo más completo posible de la naturaleza
arqueológica del mismo permita la adopción de las directrices más oportunas para
la aplicación de las normas de salvaguardia, el establecimiento de la naturaleza y
límites de los vínculos, la redacción de los planes reguladores y la vigilancia en el
192

caso de que se lleven a cabo labores agrícolas o edilicias. Para la salvaguardia del
patrimonio arqueológico submarino, ligada a las leyes y disposiciones que afectan
a las excavaciones subacuáticas, y dirigidas a impedir la indiscriminada e
irresponsable violación de los restos de navíos antiguos y de su carga, de ruinas
sumergidas y de esculturas hundidas, se imponen medidas muy especiales,
comenzando por la exploración sistemática de las costas con personal
especializado, con el fin de llegar a la elaboración de una Forma Maris con la
indicación de todos los restos y monumentos sumergidos, tanto para protegerlos
como para proceder a la programación de las investigaciones científicas
subacuáticas.
La recuperación de los restos de una embarcación antigua, no deberá
iniciarse antes de haber preparado los locales y el equipamiento necesario, que
permita poner a resguardo los materiales recuperados del fondo marino, así como
todos los tratamientos específicos que requieren sobre todo las partes líneas,
mediante abundantes y prolongados lavados, baños de sustancias consolidantes,
que determinan las condiciones del aire y de la temperatura.
Los sistemas de extracción y recuperación de embarcaciones sumergidas
deberán de ser estudiados en cada caso, con relación al estado particular de los
restos, teniendo en cuenta también las experiencias adquiridas internacionalmente
en este campo, sobre todo en los últimos decenios. En estas especiales
condiciones de rescate así como en las exploraciones arqueológicas terrestres
normales- deberán considerarse las especiales exigencias de conservación y
restauración de los objetos según su tipo y su materia: por ejemplo, para los
materiales cerámicos y para las ánforas se tomarán todas las precauciones que
permitan la identificación de posibles residuos o huellas de su contenido, que
constituyen datos preciosos para la historia del comercio y de la vida en la
193

antigüedad; además, deberá prestarse especial atención al examen y fijación de


posibles inscripciones pintadas, especialmente en el cuerpo de las ánforas.
Durante las operaciones arqueológicas terrestres, mientras las normas
sobre la recuperación y documentación se engloban más específicamente dentro
del marco de las normas relativas a la metodología de las excavaciones, por lo
que concierne a la restauración deben observarse las medidas que, durante las
operaciones de excavación, garanticen la conservación inmediata de los
hallazgos, especialmente si son susceptibles de un deterioro más fácil, y la
posterior posibilidad de salvaguardia y restauración definitivas.
En el caso de hallazgos de elementos sueltos de decoraciones de estuco,
pintura, mosaico, u opus sectile, es necesario antes y durante su remoción
mantenerlos unidos con lechadas de yeso, con gasas y adhesivos adecuados, de
forma que se facilite su recomposición y restauración en el laboratorio. En la
recuperación de vidrios es aconsejable no proceder a limpieza alguna durante la
excavación ya que están fácilmente sujetos a la exfoliación. Por lo que respecta a
cerámicas y terracotas es indispensable no perjudicar con lavados o limpiezas
precipitadas la posible presencia de pinturas, barnices e inscripciones.
Se impone una delicadeza especial al recoger objetos o fragmentos de
metal, sobre todo si están oxidados, recurriendo, además de a sistemas de
consolidación, también a soportes adecuados cuando sea necesario. Se deberá
prestar especial atención a las posibles huellas o improntas de tejidos. En el
marco de la arqueología pompeyana, sobre todo, está comprendido el uso, ya
experimentado amplia y brillantemente, de obtener moldes de los negativos de
plantas y de materiales orgánicos frágiles mediante lechadas de yeso aplicadas en
los huecos que han quedado en el terreno.
Con el fin de cumplir estas instrucciones se hace necesario que durante el
desarrollo de las excavaciones se garantice la disponibilidad de restauradores
194

preparados, cuando sea necesario, para una primera intervención de recuperación


y fijación.
Con particular atención deberá ser considerado el problema de la
restauración de aquellas obras de arte destinadas a permanecer o a ser
reinstaladas, tras su extracción, en el lugar del hallazgo, especialmente pinturas y
mosaicos. Se han experimentado con éxito varios tipos de soportes, bastidores y
pegamentos en relación con las condiciones climáticas, atmosféricas e
higrométricas, que permiten la reinstalación de las pinturas en ambientes
adecuadamente protegidos de un edificio antiguo, evitando el contacto directo con
las paredes y proporcionando, en cambio, un montaje fácil y una conservación
segura.

Carta de Machu Pichu (1977)


El planeamiento Urbano debe partir de la concepción de las ciudades
y las zonas circundantes como un solo escenario, tomando en cuenta que el
abrupto y descontrolado crecimiento de la población en las zonas urbanas ha
traído como consecuencia una situación de caos generalizado, por lo que se ha
hecho crítica la necesidad de un uso más efectivo de los recursos naturales y
humanos. Planificar como un medio sistemático de analizar necesidades
incluyendo problemas y oportunidades, y guiando el crecimiento y desarrollo
urbanos dentro de los límites de los recursos disponibles, es una obligación
fundamental de los gobiernos en lo concerniente a los asentamientos humanos.
La planificación en el contexto contemporáneo de urbanización, debe
reflejar la unidad dinámica de las ciudades y sus relaciones funcionales esenciales
entre los barrios, distritos y otras áreas urbanas, con el objeto de optimizar los
recursos y promover la dignificación del ser humano en la sociedad, toda vez que
la falta de planificación efectiva ha generado la aparición de grandes cinturones de
195

miseria en la periferia de las ciudades, lo que incide, en forma alarmante en el


aumento de los delitos y en la pérdida de la identidad colectiva, desfigurando el
ethos social.
Por ello, el objetivo final del planeamiento general, incluyendo el
planeamiento económico, el diseño y planeamiento urbano y la arquitectura, es la
interpretación de las necesidades humanas y la realización en un contexto de
oportunidad de formas y servicios urbanos apropiados para la población, lo que
requiere un proceso continuo y sistemático de interacción entre las profesiones del
diseño, los pobladores de las ciudades y su liderazgo comunitario y político.
Dentro de este contexto, establece la Carta de Machu Pichu (1977) que la
identidad y el carácter de una ciudad está dado no sólo por su estructura física,
sino también por sus características sociológicas. Por ello se hace necesario que
no sólo se preserve y conserve el Patrimonio Histórico-Monumental, sino que se
asuma también la defensa del Patrimonio Cultural inmaterial, conservando los
valores que son de fundamental importancia para afirmar la personalidad comunal
o nacional y/o aquellos que tienen un auténtico significado para la cultura en
general.
Asimismo, es imprescindible que en la labor de conservación, restauración
y reciclaje de las zonas monumentales y monumentos históricos y arquitectónicos,
se consideren su integración al proceso vivo del desarrollo urbano, como único
medio que posibilite la financiación de la operación.
En el proceso de reciclaje de estas zonas debe considerarse la posibilidad
de construir edificios de arquitectura contemporánea de gran calidad.
Carta de Burra (1979)
El Patrimonio Histórico y Cultural, constituye elemento básico de su propia
identidad, no solo desde el punto de vista de la nación sino en sus propias
regiones que ven en esos monumentos, obras, costumbres y todo aquello que
196

integre su patrimonio cultural el reflejo de su esencia como pueblos. En este orden


de ideas, es claro el preámbulo de la Carta de Burra de (1979), al establecer que:
“Los sitios de significación cultural enriquecen la vida del pueblo, proveyendo a
menudo, profundo e inspirador sentido de comunicación entre comunidad y
paisaje, con el pasado y experiencias vividas.”
Ciertamente, en opinión del autor, los monumentos históricos sirven para
trasladar al visitante en un gran viaje imaginario a la vida de sus ancestros, son un
mecanismo para recuperar los valores inmanentes de la población, un recordatorio
de sus raíces y de su propia identidad. Tal como lo señala el Convenio
internacional bajo análisis, los monumentos históricos, se constituyen en el
contacto directo de los habitantes del pueblo, así como de los visitantes y turistas
de su propio origen, de su historia regional, creando inmensos sentimientos de
arraigo de los nativos con su pueblo y dejando en los visitantes una hermosa
sensación de conocimiento profundo del sitio que visitan, conociendo así su
pasado, sus sueños, sus costumbres y tradiciones.
Dentro de este contexto, continua consagrando: “Los sitios de significación
cultural reflejan la diversidad de nuestras comunidades, diciéndonos quienes
somos y cuál es el pasado que nos ha formado” de la mencionada Carta.
Ciertamente, con la destrucción progresiva de los patrimonios históricos, se ha
venido produciendo, por vía de consecuencia, la pérdida de las costumbres y
tradiciones que dan identidad a los pueblos, lo que a su vez genera un
pragmatismo excesivo que aísla a los seres humanos cada vez más en un
universo de preocupaciones, a veces insignificantes otras de la propia
supervivencia, pero que conducen al progresivo deterioro de la interrelación
humana, afectando gravemente a la sociedad. Es por ello, que tal como lo
comenta Opus, la UNESCO, en la búsqueda del rescate de la identidad y valores
de los pueblos, en reunión efectuada en la ciudad de París en noviembre de 1992,
197

aprobó una recomendación sobre la protección en el ámbito nacional, del


Patrimonio Cultural y Natural, al consagrar: “es una riqueza cuya protección,
conservación y revalorización a los Estados en cuyo territorio está situado,
obligaciones respecto, no solamente a los nacionales, sino también respecto a la
comunidad internacional entera.” (Citado por Opus, p. 146). De todo lo anterior se
colige la obligación del Estado Venezolano de rescatar su Patrimonio Cultural,
Histórico y Natural de la República Bolivariana de Venezuela, como mecanismo
idóneo para el rescate de aquellos Monumentos y construcciones que por su
contenido arquitectónico y sus valores tradicionales merecen ser preservados,
llevando tal protección a todo el entorno que envuelve dicho bien, garantizando así
el valor cultural y artístico que se aspira rescatar y preservar.

Definición de Términos Básicos:

Soberanía: Es la autoridad suprema del Poder Público. Partiendo de la definición


dada por Carré de Malberg, citado por Opus (1999), la soberanía del Estado se
presenta habitualmente en dos sentidos: Desde el punto de vista externo, implica
para el Estado soberano la exclusión de toda subordinación, de toda dependencia
respecto de los Estados extranjeros, vale decir que todos los Estados, son iguales
los unos a los otros, sin que unos de ellos pueda pretender jurídicamente una
superioridad o autoridad cualquiera sobre otro Estado.
Desde el punto de vista interno, implica que el Estado posee una
superioridad y autoridad con relación a los individuos que son miembros suyos y
con las distintas agrupaciones públicas y privadas que lo conforman, vale decir
que la voluntad del Estado prevalece sobre la de sus súbditos.
198

Acervo Histórico: Para Encarta (2007): “(Del lat. acervus). Conjunto de bienes
morales o culturales acumulados por tradición o herencia.

Arraigo: Para Arroyo, J.C. (2006), citado por http://www.identidadegalega.net, el


término arraigo “supone el proceso de aprehensión y transmisión constante de los
contenidos vivenciales que hacen que un pueblo, nación o etnia se definan como
una Identidad diferenciada.” (http://www.identidadegalega.net). Ese arraigo se
presenta tanto con más fuerza, cuanto que se quiere revalorizar o recuperar esa
Identidad.

Bienes culturales: Tal como lo señala Camps Mirabet (2000): “La adopción de la
expresión bienes culturales y patrimonio cultural indica la transposición al plano
jurídico del interés de proteger no sólo las obras de arte, que responden a un
criterio de tipo eminentemente estético, sino todos aquellos bienes que sean una
representación material de la cultura individual o colectiva.”

“Damnatio Memoriae”: (Condena de la memoria) Siguiendo la opinión del autor


patrio Báez, F, (2008), este término latino se constituye en una sanción ejercido
contra el recuerdo de un individuo o incluso de una sociedad, “su efecto inmediato
consiste en neutralizar la vitalidad de un nombre o acontecimiento mediante la
exclusión oral o escrita de toda referencia que pueda despertar interés.” (p.311)
Generalmente este olvido provocado intencionalmente por factores
exógenos a la sociedad o individuo afectados, tiene por finalidad imponer nuevas
costumbres o paradigmas del agente generador, con el objeto de dominar o
manipular a esa sociedad o a ese individuo. Sin memoria no hay cultura no ni
identidad, desaparece el arraigo y por ende la nacionalidad pierde su sentido
sociológico y ontológico, convirtiéndose en una entelequia sin sabor a pueblo.
199

En este orden de ideas, Flower, H., citado por Báez, F. (2008) expresa: “Las
sanciones contra la memoria son estrategias deliberadamente diseñadas para
ayudar a cambiar el retrato del pasado, sea para borrarlo o redefinirlo, o ambos.”
(p.311)

“De marras”: Que es conocido sobradamente, se utiliza cuando se hace


referencia a algo de lo que se está hablando en ese momento para evitar
repeticiones innecesarias de términos.

Ethos: Partiendo de la definición dada por J. Larrain, citado por Silva, E. (2004),
es: “una experiencia común, una comprensión común nacida del encuentro con
seres humanos; no es una forma de argumento coherente o ideología, sino una
experiencia compartida que vive de su constante memoria” (p.77)

Etnocidio: Para Márquez, V. (1997), este término significa: Aniquilamiento de


sociedades, culturas y modos de vida, sin afectar necesariamente la existencia
física de seres humanos

Etnología: Para Microsoft Encarta (2007), etimológicamente, la palabra etnología


proviene de las voces latinas “etnos” y “logos” que significan: “Ciencia que estudia
las causas y razones de las costumbres y tradiciones de los pueblos.” Para hacer
una propuesta viable sobre el rescate y conservación del Patrimonio Cultural
material e inmaterial y del Patrimonio Natural del Estado Venezolano, se hace
necesario profundizar un poco en el origen de ese patrimonio, estudiando al
habitante venezolano desde el ámbito antropológico, étnico y cultural propiamente
dicho, con las correspondientes variantes por regiones.
200

Gentilicio: Para Encarta (2007), el término gentilicio, significa: Gentilicio, adjetivo


o sustantivo con el que se alude a los naturales de una provincia, una región, un
país o un continente.

Hegemonía: Para Gramsci, A. (1978), citado por Báez, F. (2008) “es una dirección
intelectual, política y moral por medio de la cual una clase dominante puede
articular sus intereses, a través del consenso o la coerción, para convertirse
entonces en rectora de una voluntad colectiva. (p.315).
En este orden de ideas, se configura la hegemonía cultural cuando se
impone o se negocia una concepción del mundo globalizada en la que el
dominante impone restricciones a los valores y símbolos culturales del dominado o
sometido y amplía el acceso de este último a sus propios símbolos.
Se hace ver a la cultura dominante como superior, disminuyendo la
autoestima colectiva de la sociedad que admirando los valores, costumbres y
hasta los defectos del dominante los asume como propio, tratando el
hegemonizador de imponer una cultura única en detrimento de las minorías.

Identidad de los pueblos: Para el autor, la identidad de los pueblos no es otra


cosa que la efectiva filiación de la población con la región donde habita, es el
sentido de pertenencia real y efectivo, todos aquellas costumbres valores y
principios que dan fisonomía propia a los pueblos.
Tal como reflexiona Nazareth Cortez, M. (2006), citada en la página Web
http://www.identidad.com.cl.: Los diversos procesos de aculturación que se han
implementado en las sociedades latinoamericanas, a los que no escapa la realidad
del estado Vargas, han ido borrando la identidad y el sentido de pertenencia de los
pueblos con descendencia africana, al tiempo que, como ya lo hemos dicho, se
continúa en la marginación y en el olvido, porque "la esclavitud en cierta forma
201

perdura como componente del cuadro sociohistórico, y esa perduración se


manifiesta en forma de conflictos y tensiones sociales que guardan relación clara
con los existentes antes de la abolición". No obstante y en contraposición, los
diversos movimientos y organizaciones que hoy existen o las diversas formas de
cimarronear que tuvieron y tienen estos pueblos son las que han permitido que
hoy se conserven elementos culturales y formas de ver la vida, así, como
mantenerse en el espacio y en el tiempo.

Idiosincrasia: Para el Diccionario Jurídico Venezolano (1994) el término


idiosincrasia etimológicamente proviene del griego “idios” que significa propio,
“sun” que significa con y de “krasis”, temperamento o manera. Vale decir que la
idiosincrasia es el conjunto de valores, costumbres, tradiciones y otros factores
sociales tales como costumbres, culturas, tradiciones, que configuran la
personalidad colectiva o individual de los pueblos. En el mismo orden de ideas, la
Enciclopedia Universal Grolier (1972) define este término como: “disposición
característica de cada individuo para reaccionar ante las impresiones que recibe.
Por extensión aplícase también a los pueblos y naciones.” (p.1069)

Imaginario Social: Partiendo de lo señalado por los autores Chacón, C. y otros


(2004), no es posible conocer el concepto del Imaginario Social sin primero
comprender el concepto de Imaginación; que en criterio de la autora Noel, M.
(1998), citado por Chacón, C. y otros (2004), la imaginación correspondería a
“...una función psíquica compleja, dinámica, y estructural; cuyo trabajo consiste en
producir en sentido amplio las imágenes” (p. 16); de acuerdo a lo cual, se puede
colegir entonces, que la imaginación es un proceso inherente a todo ser humano,
la que permite a cada individuo en particular, interpretar la realidad que se le
presenta; generando así, una construcción propia respecto de ésta, siendo las
202

imágenes por tanto, el resultado de este proceso de pensar la realidad, el cual


está constantemente ligado a los cambios de la realidad y de la historicidad.
En consecuencia, se puede interpretar entonces, que es la imaginación la
que permite a los sujetos dar sentido a los fenómenos que se le presentan, los
cuales se encuentran constantemente en cambio, ya que al ser sociales, van
evolucionando en tanto evoluciona la sociedad como tal.
Consecuencialmente, el imaginario social deviene de la incesante y
esencialmente indeterminada creación socio-histórica y psíquica de figuras,
formas e imágenes, las cuales proveen contenidos significativos y los entretejen
en las estructuras simbólicas de la sociedad; situación que estaría estrechamente
ligada al concepto de Imaginación, dado que es a partir de la Imaginación que los
individuos crean imágenes a las cuales posteriormente otorgan significados y que
finalmente al sumarse a otros significados, conformarían una parte de lo que es el
Imaginario Social; concepto que según David Bloor (1991), citado por Chacón y
otros (2004) implica: “...un conjunto de significaciones por las cuales un colectivo,
ya sea grupo, institución o sociedad, se instituye como tal” (p. 17), siendo el
análisis del registro de lo imaginario, tal como lo argumenta el autor, lo que
permite identificar las percepciones que los actores tienen de sí mismos, y las que
poseen de otros.
Señalan Chacón, C. y otros (2004) que:

“El Imaginario Social nace a partir del deseo o necesidad de cada


individuo por conocer e interpretar una determinada realidad, lo que
sumado a la necesidad de otros por explicar y dar significado a dicha
realidad, se interrelacionaría formando algo mayor, que en este caso,
sería el Imaginario Social, entendido éste como un conjunto de
significaciones provenientes de distintos individuos respecto de una
determinada realidad.”
203

En conclusión, el imaginario social es el producto de la imaginación


colectiva, en la que se cimienta el concepto de la nacionalidad y, por ende, del
sentido de pertenencia de un pueblo con relación a su terruño, que se ve
concretada en elementos cotidianos, tales como, las tradiciones, el folklore, los
monumentos históricos y sitios representativos, su gastronomía típica y tradicional,
y en fin, todos aquellos elementos que diferencian culturalmente a unos pueblos
de otros, dándoles fisionomías propias e identidades propias, surgiendo de tal
imaginario social los gentilicios nacionales y regionales.

Patrimonio Histórico: El Artículo 2 de la Ordenanza sobre defensa y


conservación del Patrimonio Histórico del Municipio Chacao (2002), presenta la
siguiente definición de este vocablo: Se considera como Patrimonio Histórico…el
conjunto de valores y bienes, que se encuentran íntimamente relacionados con su
historia, sus tradiciones e idiosincrasia y que constituyen elementos integrantes de
su identidad cultural.

Terruño: Encarta (2007) lo define como “Comarca o tierra, especialmente el país


natal”

Turismo cultural: Para Novo, G. (1994), el Turismo Cultural es el “Tipo de turismo


constituido por las personas que se desplazan con el objeto de autoeducarse o
ensanchar su horizonte personal a través de la participación en acontecimientos o
visitas a sitios de alto valor cultural.” (p. 246).
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO

El marco metodológico de la investigación está referido a las vías a seguir


desde que se inicia la investigación, hasta su culminación y que permite alcanzar
los objetivos que se propuso el investigador al momento de comenzar un trabajo
de investigación, en este orden de ideas, Balestrini (2001), citado por Claret, A.
(2004), define el marco metodológico, de la siguiente manera:

La instancia referida a los métodos, las diversas reglas, registros,


técnicas y protocolos con los cuales una teoría y su método calculan
las magnitudes de lo real. De allí que se deberán plantear el conjunto
técnicas que se incorporan en el despliegue de la investigación en el
proceso de la obtención de datos. El fin esencial del marco
metodológico es el de situar en el lenguaje de investigación los
métodos o instrumentos que se emplearán en el trabajo planteado,
desde la ubicación acerca del tipo de estudio y el diseño de
investigación, su universo o población, su muestra, los instrumentos y
técnicas de recolección de datos, la medición, hasta la codificación,
análisis y presentación de los datos. De esta manera, se proporcionará
al lector una información detallada sobre cómo se realizará la
investigación. (p. 77)

A través del marco metodológico se establecen los mecanismos a ser


utilizados para alcanzar los objetivos de la investigación, vale decir, son los
instrumentos y mecanismos utilizados para la obtención, revisión y verificación de
los resultados. El marco metodológico está referido al momento que alude al
205

proceso de investigación, con el objeto de ponerlos de manifestó y sistematizarlos;


a propósito de permitir descubrir y analizar los supuestos del estudio y de
reconstruir los datos, a partir de los conceptos teóricos convencionalmente
operacionalizados.

Modelo de investigación:
El Modelo de Investigación a ser empleado en el presente trabajo, será el
Realista-Materialista, definido por Sánchez, N. (2005), como el que: “se encarga
de estudiar el Derecho como una ciencia social, el mismo va de la mano con la
Sociología Jurídica, presentándose totalmente dependiente de la sociedad a
diferencia del dogmático que es independiente de la sociedad.” (p.p. 22, 23).
La investigación se llevará adelante bajo un enfoque cualitativo, propio de
las ciencias sociales, incluido el Derecho. En tal sentido, Rojas de Escalona, B.
(2010), señala que “Las construcciones del científico social deben basarse en las
que hacen los sujetos en su cotidianidad; es decir, son construcciones de segundo
orden. El actor y sólo el actor sabe lo que hace, por qué lo hace, cuándo y dónde
termina su acción.” (p.29). En este sentido, Hernández, R., y otros (2006), define
el enfoque cualitativo, “suele incluir los objetivos, las preguntas de investigación, la
justificación y la viabilidad, además de una valoración de las deficiencias en el
conocimiento del problema y la definición inicial del ambiente o contexto.” (p.524)
De esta manera, a través del enfoque cualitativo de la investigación, se
logra una interpretación material y abierta de las circunstancias y hechos
materiales y sociales que rodean el problema a ser investigado, púes este es
analizado desde la perspectiva de sus cualidades, que permite detallar mejor los
elementos sociojurídicos del problema. Tal como lo expresa Crewell (2005), citado
por ibídem (2006), los diseños cualitativos se adentran en el problema con énfasis
en aspectos como profundidad, complejidad y pertinencia social.
206

Cuando se aplica el enfoque cualitativo a la investigación de problemas


jurídicas, se observa con mayor énfasis, la problemática social que lo genera,
púes no se puede perder de vista que, desde el ámbito científico, la ciencia de
Derecho parte del estudio de los fenómenos sociales como entes creadores de
necesidades colectivas que obligan al surgimiento de regulaciones de conductas
de los individuos para garantizar la vida en sociedad.

Método de investigación:
El Método que se empleará en la presente investigación será el Método
analítico. Al respecto, Sánchez, N. (2005), al examinarlo, señala: “Este método
consiste en un análisis de los hechos, partiendo de los sucesos que ocurren en la
realidad.” (ob. citada, p. 48). Vale decir que el Derecho como ciencia social que es
no puede vivir aislada de la sociedad cuya conducta pretende regular, pues caería
en la obsolescencia, derivándose en anarquía, por lo que para llegar a las causas
primarias se debe partir del análisis documental y de campo dentro del ámbito
fáctico de la sociedad. En el mismo orden de ideas, afirma Savigny, citado por
Márquez, V (1997) que: el derecho evoluciona y se transforma con entera y
completa independencia de las voluntades individuales y de acuerdo con las
diversas manifestaciones del espíritu popular.” (p.57). Es la evolución del
imaginario colectivo y el ethos cultural de la población de donde nacen los
Estados, y que a su vez producen el surgimiento de las fuentes materiales que
son la necesidad del surgimiento de determinadas Leyes que deben nacer en
concordancia con esa realidad social que le dio origen para garantizar la
efectividad de su aplicación.
A través de esta metodología se investiga la norma jurídica, como regla
reguladora de la conducta humana, pero indagando sobre los hechos sociales que
los originan y sus efectos sociales para su análisis.
207

Distinguir entre lo normal y lo patológico: A tales efectos, “llamaremos


normales a los hechos que exhiben las formas más generales y asignaremos a los
restantes el nombre de mórbidos o patológicos” (ob. cit. p.p. 76,77). Los
fenómenos normales, son a su vez fenómenos explicables, se determinan una vez
concluido el proceso de observación, se hace más patente el carácter de
normalidad de un fenómeno en tanto que se determina que forma parte de la
naturaleza intrínseca del problema estudiado.
El método analítico analiza las causas que motivaron el hecho a través del
análisis se llega a la fuente principal de que como sucedieron los hechos.

Tipo de investigación:
Se llevará adelante una investigación jurídica del tipo de investigación de
campo no experimental, definido por Arias, F. (2003) como:

La investigación de campo es aquella que consiste en la recolección de


datos directamente de los sujetos investigados, o de la realidad donde
ocurren los hechos (datos primarios). Sin manipular o controlar variable
alguna, es decir, el investigador obtiene la información pero no altera
las condiciones existentes. De allí su carácter de investigación no
experimental. (p.31)

Aunque el trabajo que se pretende llevar adelante tiene un basto contenido


documental, a través del análisis de los distintos instrumentos legales que
contienen normativas relativas al Patrimonio Cultural Material e Inmaterial, se
pretende verificar lo señalado, a través de la realización de entrevistas con el
objeto de llevar al investigador al conocimiento de las realidades que se
208

constituyen en las fuentes materiales que dan origen a la existencia del Estado
Venezolano desde la perspectiva del patrimonio cultural y el surgimiento de la
soberanía nacional, que es la fuente primigenia de las normas jurídicas y a
investigar las razones, por las que en determinadas circunstancias, no se produce
la aplicación efectiva de normas jurídicas, que aunque vigentes, son desconocidas
e inaplicadas en la práctica por las comunidades, lo que indudablemente afecta la
soberanía, la seguridad y la defensa nacional.

Nivel de investigación:

Se llevará adelante una investigación jurídica del tipo de investigación


analítica, definido por Hurtado, J. (2006)

En investigación Holística, la investigación analítica implica mas


explicativa, el investigador trata de encontrar posibles relaciones, a
veces causales, respondiendo a las preguntas porqué y como del
evento estudiado. La investigación explicativa no se conforma con
descripciones detalladas. Intenta descubrir las leyes o principios o
generar modelos explicativos y teorías. (p. 52)

El trabajo explicativo no se conforma con la simple descripción del problema


a ser estudiado, por el contrario enfoca su atención en las causas y modo de
ocurrencia del mismo, estudiando holísticamente el problema para obtener un
mejor diagnóstico del mismo, pretende llevar al investigador al conocimiento de las
causas reales que se constituyen en el origen del problema, investigar las razones
y hacer recomendaciones tendentes a optimizar los resultados.
209

Diseño de la Investigación.

La presente investigación se efectuará bajo el diseño no experimental, vale


decir, implementando la revisión de la bibliografía, legislación y la realización de
entrevistas sobre la problemática planteada, las cuales serán analizadas bajo la
metodología de triangulación de fuentes, a los fines que las conclusiones,
recomendaciones y propuestas que se deriven de tal investigación estén
adaptadas a la realidad social y a las necesidades de desarrollo cultural del
Estado Venezolano, partiendo de la realidad del estado Vargas. Parafraseando a
Hurtado, J. (2006), el diseño de la investigación es el mecanismo a través del cual
se hacen explícitos los aspectos operativos de dicha investigación, es decir, el
diseño de investigación está referido a las condiciones de tiempo y lugar de la
recopilación de la información, así como la amplitud de la información a recopilar,
de modo que se pueda dar respuesta a la pregunta de investigación con la mayor
idoneidad posible.
Para Rojas de Escalona, B. (2010), define la triangulación es una técnica de
investigación que “consiste en contrastar datos provenientes de diversas fuentes,
técnicas, métodos, investigadores e interpretarlos desde distintos enfoques
teóricos.” (p.166).
En la presente investigación se utilizará el diseño de investigación de dos
etapas, en una primera fase se empleará el método exegético para descomponer
y analizar las normas jurídicas reguladoras del Patrimonio Cultural Venezolano,
para la Escuela Exegética la interpretación jurídica debe consistir en la consulta de
la Ley como fuente única y exclusiva del Derecho, como lo señala, parafraseando
a Sánchez, N. (2007), el contenido de una norma debe ceñirse a la voluntad del
legislador. En este sentido, la interpretación de las normas jurídicas que integran
el sistema de protección del Patrimonio Cultural Venezolano, se analizará
210

partiendo de lo dispuesto en el artículo 4 del Código Civil Venezolano (1982), que


textualmente establece:

“A la ley debe atribuirse el sentido que aparece evidente del significado


propio de las palabras, según la conexión de ellas entre sí y la
intención del legislador,
Cuando no hubiere disposición precisa en la Ley, se tendrán en
consideración las disposiciones que regulan casos semejantes o
materias análogas y, si todavía hubiera dudas, se aplicarán los
principios generales del Derecho.”

En la segunda fase de la investigación se aplicará a las entrevistas la triangulación


cualitativa de las respuestas aportadas por los 5 expertos y cultores entrevistados,
a través del levantamiento de la matriz de triangulación respectiva, a los fines de
determinar las coincidencias, refutaciones y contradicciones sobre la realidad
fáctica del hecho cultural.

Población.
Una de las características del método científico es la generalidad, por lo que
las investigaciones deben tener una utilidad práctica, de manera que los
resultados puedan ser aplicables a otras situaciones similares. En este orden de
ideas, la población es definida por Arias, F (2006) como “un conjunto finito o
infinito de elementos con características comunes para los cuales serán
extensivas las conclusiones de la investigación. Esta queda delimitada por los
problemas y por los objetivos del estudio.” (p.81)
A los fines de llevar adelante la investigación, se hace necesario la
utilización de la bibliografía existente sobre la materia (libros, revistas, internet,
211

periódicos, entre otros), así como la doctrina y opiniones provenientes del Instituto
de Patrimonio Cultural, como organismo rector a nivel nacional de las políticas
oficiales en materia de preservación, rescate y defensa del Patrimonio Cultural.
Todos estos instrumentos e instituciones conforman la población analizada, lo que
permitirá obtener resultados con un mayor nivel de confiabilidad, es así como el
citado autor, al definir la muestra señala: “La muestra es un subconjunto
representativo y finito que se extrae de la población accesible.” (ob. cit. p. 83)
En cuanto a la Población que servirá de base a la presente investigación, al
tratarse de un trabajo documental, se efectuará una etapa meramente de análisis
normativo de la investigación, mediante el análisis de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (2000), los Convenios Internacionales
ratificados en Venezuela, las Leyes nacionales y estadales que rigen la materia,
las cuales son: Constitución de la República Bolivariana de Venezuela Gaceta
Oficial Extraordinaria Número 5.453, de fecha 24 de marzo de 2000; Ley Orgánica
de Seguridad de la Nación (2002), publicada en la Gaceta Oficial Número 37.594
Ordinaria, de fecha 18 de diciembre del 2002; Ley de Protección y Defensa del
Patrimonio Cultural (1993), publicada en la Gaceta Oficial Nº Extraordinario 4.623,
de fecha 03 de septiembre de 1993; Ley Aprobatoria de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos “PACTO DE SAN JOSÉ”, publicada en la Gaceta
Oficial de la República de Venezuela Número 31.256 Ordinaria, de fecha 14 de
junio de 1977; Ley Aprobatoria de la Convención Internacional para la protección
del Patrimonio Cultural y Natural, Publicada en la Gaceta Oficial de la República
de Venezuela Número 4.191 Extraordinaria, de fecha 06 de julio de 1990; Ley
Aprobatoria del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, Publicada en la Gaceta Oficial de fecha 10 de agosto de 1978.
De igual manera, se desarrollará la investigación en torno a las opiniones
de otros autores e investigaciones anteriores sobre la materia de Derecho Cultural,
212

Soberanía y Patrimonio Cultural como garantía de la existencia y permanencia del


Estado Venezolano y entrevistas a funcionarios y personalidades defensoras del
Patrimonio Cultural Venezolano.
Paralelamente, se efectuarán cinco (05) entrevistas a expertos en el área
cultural con distintos enfoques profesionales, a los fines de contratar lo que surja
de la investigación del marco jurídico normativo del Patrimonio Cultural con la
situación fáctica, no de una forma totalmente objetiva, pues se trata de opiniones
de expertos, sino partiendo de la visión que dichos expertos tienen sobre la
materia.
En este orden de ideas, la presente investigación es meramente
documental, la población documental está integrada por la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (2000), los Convenios Internacionales que
regulan la materia ya señalados anteriormente, las leyes nacionales y regionales
sobre la materia, teniendo una Población finita, pues se refiere específicamente a
un número determinado de instrumentos legales y sublegales debidamente
determinados o determinables.
En la mencionada investigación serán utilizadas las fuentes de
conocimiento, constituidas por los libros, tesis de grado, Internet, revistas y
cualesquiera otros trabajos relacionados con la problemática bajo estudio, vale
decir, es el producto de investigaciones y trabajos anteriores, la situación fáctica
que crea la necesidad de que algo se regule.
En cuanto a las entrevistas efectuadas se diseñará y utilizará una matriz de
triangulación de datos, basada en un análisis documental y de observación de los
valores intrínsecos y extrínsecos sobre las condiciones actuales, con especial
énfasis en el rescate y conservación de los Monumentos Históricos existentes y la
conservación de las tradiciones y costumbres que conforman la venezolanidad,
manejando como población cinco (05) expertos en el área, al mismo tiempo se
213

analizará también la población de los bienes culturales declarados Patrimonio


Histórico de la Nación que se encuentran en el estado Vargas como estado piloto
de la investigación, sobre la base del inventario presentado al efecto por el
Instituto de Patrimonio Cultural, inventario este publicado en la página web del
mencionado Instituto y en el que se detalla la ubicación y situación actual de cada
uno de ellos, a los fines de determinar con precisión las fuentes materiales que
deben servir de sustento al diagnostico que se pretende presentar, se establecerá
la aplicación de los instrumentos que resulten necesarios después de la aplicación
del juicio de expertos para la validación de los instrumentos de recolección de
datos a ser utilizados, así como también para la validación de las preguntas de las
entrevistas que se vayan a practicar sobre la problemática bajo investigación.
Es un trabajo de campo no experimental. En el ámbito documental, al estar
analizando una problemática jurídica con un alto impacto social, se analizará la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), los Convenios
Internacionales ratificados por Venezuela, específicamente: Convención para la
salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, aprobado por la UNESCO en Abril
de 2006, con el apoyo de 30 países (no ha sido ratificado por Venezuela); Ley
Aprobatoria de la Convención Internacional para la protección del Patrimonio
Cultural y Natural, (1990); Ley Aprobatoria de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos “Pacto de San José”, (1977); Ley Aprobatoria de la
Declaración relativa a la destrucción intencional del Patrimonio Cultural, (2003);
Ley Aprobatoria del Pacto Internacional de derechos económicos, sociales y
culturales, (1978). También forman parte de la Población, las Leyes Nacionales,
las cuales son: Ley Aprobatoria de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos “PACTO DE SAN JOSÉ”. Publicada en la Gaceta Oficial de la
República de Venezuela Número 31.256 Ordinaria, de fecha 14 de junio de 1977;
Ley Aprobatoria de la Convención Internacional para la protección del Patrimonio
214

Cultural y Natural, Publicada en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela


Número 4.191 Extraordinaria, de fecha 06 de julio de 1990; Ley Aprobatoria del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, publicada en
la Gaceta Oficial de fecha 10 de agosto de 1978; Ley Orgánica de seguridad de la
Nación, Gaceta Oficial N° 37.594 Ordinaria, de fecha 18 de diciembre del 2002;
Ley de protección y defensa del Patrimonio Cultural, Gaceta Oficial Nº
Extraordinario 4.623, de fecha 03 de septiembre de 1993; Ley orgánica de
seguridad de la nación, Gaceta Oficial N° 37.594 Ordinaria, de fecha 18 de
diciembre del 2002.
También serán objeto de estudio, las organizaciones internacionales con
competencia en la materia que funcionen en el país, así como las organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales con actividades en esta materia, las
cuales son: Iesalc, Icomos, Icom, Oreal Unesco, Ministerio de Participación
Popular para la Cultura, Ministerio del Poder Popular para el Turismo, Instituto de
Patrimonio Cultural, entre otras.

Técnicas e instrumentos de recolección de datos.


Para poder recopilar información que después será analizada para resolver
el problema de investigación en función de los objetivos, se requiere definir en
primer lugar los instrumentos o herramientas que se utilizarán para tal efecto y la
forma o técnicas como se van a utilizar dichos instrumentos. El instrumento
consiste en la herramienta o formulario diseñado para registrar la información que
se obtiene durante el proceso de recolección de información. La técnica es el
conjunto organizado de procedimientos que se utilizan durante el proceso de
recolección de datos.
215

Como instrumentos se elaborará y desarrollará un cuadro detallado de los


instrumentos jurídicos y metajurídicos a ser analizados, partiendo para ello de la
jerarquización de las normas establecida en la pirámide de Kelsen, seguidamente
se procederá al análisis lógico gramatical de dichas normas, con ayuda de la
doctrina y la jurisprudencia sobre la materia analizada,; también se utilizarán
entrevistas con expertos y representantes de las instituciones públicas y privadas
con competencia en materia de protección, conservación y mantenimiento del
Patrimonio Cultural y de proyección del Turismo Cultural.
El objetivo de la entrevista, tal como lo define García, F. (2005), “es obtener
la información relativa a las características predominantes de una población
mediante la aplicación de procesos de interrogación y registro de datos.” (p. 20).
En el caso concreto se pretende conocer cuál es el nivel de conciencia de los
representantes de las instituciones públicas y privadas, así como las políticas a ser
desplegadas para el rescate del Patrimonio Cultural Venezolano, como elemento
esencial para la protección y defensa nacional.

Validez:
Los instrumentos de investigación deben garantizar su validez, púes, tal
como lo define Briones, G. (2003), “la validez es la propiedad de un instrumento de
medir aquello que se pretende medir.” (p. 65). La validación está referida al grado
en que un instrumento realmente mide la variable que se pretende medir. Para
tales fines se procurará la validación a través de la intervención de al menos tres
(03) expertos en la materia que prestarán su colaboración para la elaboración
definitiva de la presente investigación, en el caso concreto se solicitará la opinión
de expertos estadistas, metodólogos y expertos en turismo, cultura y sociología.
216

Confiabilidad:
Partiendo de la definición de Briones, G. (2003), “la confiabilidad es la
propiedad de una prueba para dar el mismo resultado cuando es aplicada varias
veces.” (p. 66). En el caso de las entrevistas, que serán implementadas en el
presente trabajo, estas se medirán fundamentalmente basándose en el grado de
confiabilidad de consistencia interna, vale decir, la consistencia con la cual todos
los ítems de una prueba están midiendo una propiedad y se analizarán aplicando
las técnicas de la hermenéutica o análisis de resultados de la población
documental.
Con relación a la parte documental de la investigación, está se
fundamentará en el análisis de las Leyes Aprobatorias de los Convenios
Internacionales debidamente suscritos por Venezuela, así como la Legislación
Nacional en todos los ámbitos geográficos de aplicación, con incidencia directa en
el caso bajo estudio. Igualmente, se efectuará una labor de investigación de
Hemeroteca en revistas y periódicos que hayan tratado el tema y por Internet.

Sistema de Variables:
Consiste en establecer a través de un cuadro representativo las variables
que servirán de fundamento para la presente investigación, las cuales se derivan
directamente del objetivo general y de los objetivos específicos, las variables que
se presentarán en el cuadro correspondiente están referidas a la factibilidad,
desde la perspectiva de la ciencia del derecho, de analizar de manera crítica al
Patrimonio Cultural como elemento esencial e inherente de la Soberanía Nacional,
partiendo de lo consagrado en el artículo 10 de la Ley Orgánica de Seguridad y
Defensa (2002) que establece que le patrimonio cultural es materia de Seguridad
y Defensa Nacional, pues nadie defiende lo que no conoce y no quiere como
propio, teniendo claro que peligra la independencia nacional, sino se logra la
217

concienciación efectiva de la población venezolana sobre la necesidad de


recuperar los valores perdidos y encontrar la identidad de las sociedades y de las
culturas originarias con sus raíces, valores y tradiciones comunes.
Variable es todo aquello que puede asumir diferentes valores, desde el
punto de vista cuantitativo o cualitativo.
Las variables pueden ser definidas conceptual y operacionalmente. La
definición conceptual es de índole teórica, mientras que la operacional nos da las
bases de medición y la definición de los indicadores.

Conceptuación del sistema de Variables:


Para Bavaresco, A. (1992) las variables “representan las diferentes
condiciones, cualidades, características o modalidades que asumen los objetivos
en estudio desde el inicio de la investigación”. (p 76). En el mismo orden de ideas,
para Claret Véliz, A. (2004): “una variable es un elemento que se va desglosando
de lo general a lo particular, hasta llevarlo a la expresión más específica”. (p.87).
En resumen, se puede decir que las variables es la determinación de todas las
cualidades de un objetivo a ser investigado, a través del método deductivo, vale
decir partiendo de lo general conocido a lo particular.
En cuanto a la definición operacional de las variables, Briones, G (2003),
señala: “La definición operacional de una variable está constituida por una o varias
proposiciones que le dan un significado por medio de la especificación de las
operaciones que se necesitan para su medición.” (p.32). En el mismo orden de
ideas, Arias, F. (2003), define la operacionalización de las variables como “el
proceso mediante el cual se transforma la variable de conceptos abstractos a
términos concretos, observables y medibles, es decir, dimensiones e indicadores.”
(p.63).
218

Para operacionalizar las variables, resulta necesario establecer los


indicadores, constituidos por el conjunto de actividades o características propias
de un concepto, los indicadores son algo específico y concreto que representan
algo más abstracto o difícil de precisar.
No todos los indicadores tienen el mismo valor. Es decir, aunque haya
varios indicadores para un mismo fenómeno, habrá algunos más importantes que
otros, y por lo general, cualquier indicador que se tenga está basado en una
probabilidad de que realmente represente al fenómeno.
En la presente investigación, se trabajarán las variables en tres
dimensiones, vale decir, desde la dimensión jurídica, social y política, para ello se
establecerán los indicadores, los cuales, se aplicarán, según la variable de la que
se trate sobre un contenido documental fundamentados en los cuerpos normativos
a ser analizados, con relación al marco jurídico del Patrimonio Cultural y su
incidencia en la soberanía nacional, con el análisis social correspondiente.
Cuadro Número 6
Operacionalización de Variables:
219

OBJETIVOS ESPECÍFICOS VARIABLES DIMENSIÓN INDICADORES INSTRUMENTOS ITEMS


Estudiar el marco jurídico del Marco jurídico del Soberanía
Patrimonio Cultural del Seguridad Legislación
Patrimonio Cultural del Estado
Estado Venezolano Jurídico Defensa Vigente
Venezolano Ethos
Idiosincracia
Identidad
Explicar la importancia del Jurídico Seguridad Legislación
Importancia del Defensa Nacional Vigente
Patrimonio Cultural para la
Patrimonio cultural para
Seguridad y defensa de Estado la Seguridad y defensa Internacional Soberanía Convenios
de Estado Venezolano. Internacionales
Venezolano.
Imaginario 2, 6, 7, 11,
Social Identidad Entrevistas 12
Contrastar la correspondencia Correspondencia entre la Jurídico Soberanía Legislación
Valores
entre la legislación venezolana legislación venezolana
Ethos
en materia de Patrimonio en materia de Patrimonio
Imaginario Entrevistas 5, 6, 7, 8,
Cultural con la realidad Cultural con la realidad
Social Damna Memoriae 9, 10, 11,
cotidiana en materia de cotidiana en materia de Idiosincrasia 12
conservación y vigencia de tales conservación y vigencia
patrimonios culturales de tales patrimonios Soberanía
Militar Seguridad Entrevistas 4, 6, 9, 10,
culturales
Defensa 11, 12
Determinar los factores que han Factores que han Jurídico Dispersión Legislación
incidido en el progresivo Ethos Vigente
incidido en el progresivo
deterioro del Patrimonio Familia
deterioro del Patrimonio Cultural Cultural Venezolano. Escuelas
Social-Turístico Medios de Entrevistas 4, 7, 8, 9,
Venezolano.
comunicación 10, 12
Elaborado por el Autor de la Investigación (2012)
CAPÍTULO IV
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS

Los resultados que se expondrán a continuación se organizaron a través de


un esquema, según lo definido en la primera parte de esta investigación (Capítulo
I), cada punto de dicho esquema corresponde al análisis e interpretación de las
unidades de análisis para cada objetivo específico. Dentro de estas
configuraciones, se presentan entonces los resultados del presente estudio:
De acuerdo a los objetivos específicos, se establecieron las variables y los
instrumentos de medición, estableciéndose los ítems correspondientes a cada
indicador de la investigación, con relación al primer objetivo específico que es:
“Estudiar el marco jurídico del Patrimonio Cultural del Estado Venezolano”, fue
desarrollado en el Capítulo I, específicamente en el Subtítulo denominado “bases
legales”, mediante la aplicación del método analítico lógico gramatical contenido
en el artículo 4 del Código Civil Venezolano (1982) y con el Principio de
jerarquización de las Leyes desarrollado en la Pirámide de Kelsen, para ello, se
establecieron cinco (5) indicadores, como lo son: “Convenios Internacionales y
Tratados Culturales Vigentes”, “Normas de Derecho Interno (Nacionales)”,
“Normas sublegales y reglamentarias de Derecho Interno (Nacionales)”,
“Jurisprudencia” y “Documentos provenientes de Organizaciones No
Gubernamentales reconocidas por la UNESCO”.
Con relación al segundo objetivo específico, el cual es: “Explicar la
importancia del Patrimonio Cultural para la Seguridad y Defensa de Estado
Venezolano”, se establecieron dos (2) indicadores, como lo son: “Patrimonio
Cultural y Soberanía Nacional” y “Valores Culturales”.
221

En cuanto al tercer objetivo específico, el cual es: Contrastar la


correspondencia entre la legislación venezolana en materia de Patrimonio Cultural
con la realidad cotidiana en materia de conservación y vigencia de tales
patrimonios culturales, se establecieron cinco (5) indicadores, como lo son:
“Instituciones Públicas”, “medios de comunicación social”, “redes sociales”,
“colegios (incluidas las universidades)” y “la familia”.
Por último, se estableció como cuarto objetivo específico “Determinar los
factores que han incidido en el progresivo deterioro del Patrimonio Cultural
Venezolano”, para ello se establecieron tres (3) indicadores, como lo son:
“Legislación vigente”, “Instituciones Públicas”, “medios de comunicación social”,
“redes sociales”, “colegios (incluidas las universidades)” y “la familia”.
En este sentido, se efectuó una Entrevista Estructurada de preguntas
abiertas, para ello, se elaboró el instrumento, en base a un guión de entrevistas
fueron tabulados, analizados y triangulados sobre la base de una investigación
cualitativa, sobre diez interrogantes que se efectuaban a los entrevistados, sobre
la base siguiente:

CUADRO NÚMERO 7

GUIÓN DE ENTREVISTAS:
1 Diga usted su nivel académico, cargo que ocupa y funciones
2 ¿Qué entiende usted por Patrimonio Cultural?
¿Ha tenido relación o ha prestado servicios en algún
3 organismo encargado de la custodia de algún tipo de
Patrimonio Cultural?, de ser así ¿Dónde?
¿Considera usted que los organismos públicos han sido
4 eficaces en la protección y conservación del Patrimonio
Cultural?
¿Cómo ve usted la situación actual del Patrimonio Cultural
5 material e inmaterial en la nación?
222

CUADRO NÚMERO 7… Continuación

GUIÓN DE ENTREVISTAS:
6 En su criterio ¿Cuál es la relación existente entre el
Patrimonio Cultural y la Soberanía?
En base a su experiencia ¿Considera que ha habido
degradación del imaginario colectivo y por ende de las
tradiciones, gastronomía y demás costumbres que
7
conforman el Patrimonio Cultural inmaterial Venezolano? De
ser afirmativo ¿Cuáles serían las razones de tal
degradación?
¿Cuál es el papel de los Colegios en la pérdida o
8 conservación de los valores culturales autóctonos?
¿Cuál es el papel de los Medios de Comunicación Social,
9 incluidas las redes sociales, en la pérdida o conservación de
los valores culturales autóctonos?
¿Cómo influye la familia en la pérdida o conservación de los
10 valores culturales autóctonos?
¿Qué políticas considera usted, deberían ser tomadas en
11 materia de rescate y conservación del Patrimonio Cultural
Inmaterial?
¿Cómo podría concienciarse a la población sobre la
12 necesidad de rescatar, proteger y conservarlos Patrimonios
Culturales regionales y nacionales?

Elaborado por el Autor de la Investigación (2012)


El Guión de entrevistas fue aplicado a las siguientes Personas:
CUADRO NÚMERO 8
ENTREVISTADOS
CARGO O
NOMBRES Y
PROFESIÓN ACTIVIDAD
APELLIDOS
ACTUAL
Lic. en Historia
(U.C.V.), Msc.
Historia de
Cronista del
Jesús Cumare Venezuela (U.C.V.),
Municipio Vargas
Doctorante en
Innovación Educativa
(UNEFA)
223

ENTREVISTADOS
CARGO O
NOMBRES Y
PROFESIÓN ACTIVIDAD
APELLIDOS
ACTUAL
Coordinador de
Lic. en Psicología Control y Registro
(U.C.V.), Lic. En Académico del
Eduardo Lessman Educación mención Ministerio del Poder
Geografía e Historia Popular para la
(I.P.C.) Educación
Universitaria
Cultor popular,
declarado
Luis Santana Compositor y teatrero Patrimonio Cultural
viviente del estado
Vargas
Abogado (U.C.V.),
ex-juez superior
Especialista en
primero penal del
Derecho Penal
estado Vargas,
(U.C.V.), Msc.
Henrry Hamdam Presidente del
Derecho Penal
Colegio de
(U.C.V.), Dr.
Abogados del
Derechos Humanos
estado Vargas
(U.C.V.)
Periodista del Diario
Ciudad Ccs.
Lic. En Comunicación Asistente de Área,
Luisana De Sario
Social reportera, adjunta a
la Coordinación de
cultura
Elaborado por el Autor: (2012)

A continuación, se presenta los resultados de la triangulación cualitativa de


las respuestas de los entrevistados a cada uno de los ítems formulados,
señalados y numerados en el Cuadro Número 8, a los fines de su análisis y
triangulación:
224

Ítem Número 1: “Diga usted su nivel académico, cargo que ocupa y


funciones”:
Obteniéndose los siguientes resultados:
Se verificó una variedad de profesiones, relacionadas con el Patrimonio
Cultural Venezolano desde perspectivas y profesiones diversas. En este sentido,
dos de los entrevistados (Lic. Eduardo Lessman y Msc. Jesús Cumare) tienen
estudios relacionados con la Historia, toda vez que uno de ellos es Historiador y
Msc. En Historia de Venezuela y el otro es Licenciado en Historia, de igual forma,
el Lic. Eduardo Lessman es un profesional del estudio de la conducta de la
psiques del ser humano, de su conducta y sus impulsos al ser psicólogo. La
entrevistada Lic. Luisana De Sario es periodista y estudiante de la licenciatura en
Arte, el quinto entrevistado, vale decir, el Sr. Luis Santana, no posee título
universitario alguno, pero es un compositor reconocido a nivel regional, nacional e
internacional, con gran cantidad de temas elaborados, razón por la cual fue
declarado Patrimonio Cultural viviente, en este particular, de las personas
entrevistadas, el Sr. Luis Santana y el Lic. Eduardo Lessman fueron declarados
Patrimonios Culturales vivientes del Estado Vargas.
A los fines de comprender la importancia de ser declarado Patrimonio
Cultural viviente, partiendo de la definición contenida en el informe final de
investigación sobre Patrimonio Natural efectuado por Sabsay, C. y otros (2007)
(http://www.farn.org.ar/investigacion/codigo_ambiental/informe_final_ dic07 /parte
especial/patr_cult_farn.pdf), en el cual señala: “El Patrimonio “Cultural viviente:
constituyen también una particular categoría, aquellas personas o grupos sociales
que por su aporte a las tradiciones, en las diversas manifestaciones de la cultura
popular, ameriten ser consideradas integrantes del Patrimonio Cultural” (p.4).
En cuanto al cargo que ocupan, se puede observar que 2 de los
entrevistados ocupan cargos públicos relativos a la educación y al patrimonio
225

cultural, el primero cronista de La Guaira y el segundo Coordinador de Control y


Registro Académico del Ministerio del Poder Popular para la Educación
Universitaria, uno de los entrevistados se dedica al ejercicio libre del Derecho, la
entrevistada es periodista del área de cultura de un diario y el último de los
entrevistados se dedica a la promoción de la cultura, a través del teatro y la
música.
Del contraste realizado de los entrevistados, en cuanto a cargo y profesión,
se puede observar una variedad de profesiones y actividades que permiten
visiones de distintas ópticas del problema planteado, lo que sin lugar a dudas,
contribuye a la obtención de una visión más periférica de la materia analizada.

Ítem Número 2: “¿Qué entiende usted por Patrimonio Cultural?”


Los cinco entrevistados coincidieron en afirmar que el Patrimonio Cultural
es un hecho humana que tiene una fundamentación axiológica, vale decir que
tiene como cimiento valores ancestrales que se transmiten de generación en
generación y que configuran la identidad colectiva de un pueblo, el Dr. Henry
Hamdam comenta en su respuesta a esta interrogante que tales valores son
necesarios para garantizar que la población esté dispuesta a defender a la patria.
En este orden de ideas, todos los entrevistados coincidieron en aseverar que el
patrimonio cultural es fundamentalmente un sentimiento que identifica a cada
pueblo con sus raíces, de donde se colige que el patrimonio cultural conforma el
imaginario colectivo heredado de sus antepasados.
De hecho cuatro de los entrevistados coinciden en aseverar que los valores
culturales es el elemento que amalgama, que configura y que da nacimiento a las
comunidades. Ahora bien, estos valores, en opinión de cuatro de los
entrevistados, se expresan a través de bienes y manifestaciones tangibles
226

(materiales) e intangibles (inmateriales) que tienen un significado especial para la


comunidad.
También coinciden 3 de los entrevistados en el papel del ser humano, del
cultor y la cultora que con su obra mantiene vivas esas tradiciones, costumbres,
leyendas, mitos y demás manifestaciones culturales que conforman el patrimonio
cultural material e inmaterial, coinciden en señalar que esas personas también son
patrimonio cultural en sí misma, son patrimonio cultural viviente.
En este orden de ideas, para el análisis contrastado de las opiniones
expresadas en el presente ítem por los entrevistados, resulta necesario precisar
algunas definiciones, los entrevistados centran la importancia del patrimonio
cultural en los valores culturales, es así como Reale, M. (1979) señala que “los
valores existen como resultado y reflejo de motivos psíquicos, de deseos e
inclinaciones, de sentimiento de agrado o de desagrado. Las cosas valen en razón
de algo que nosotros mismos se presenta como deseable, apetecible y
placentero.” (p. 167), sin embargo, no se puede catalogar a los valores culturales
como la actividad volitiva de una sola persona, sino más bien es el producto de lo
que en doctrina se denomina “la conciencia colectiva”, que viene dada por un
imaginario colectivo de donde emanan los principios que permiten orientar el
comportamiento de cada integrante de ese grupo social en función de su
autorrealización personal. De donde colige el autor que los valores culturales son
creencias fundamentales que ayudan a cada individuo en particular a preferir,
apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de
otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.
Igualmente, al hacer referencia a las manifestaciones culturales, el profesor
CASANOVAS Y LA ROSA “, citado por Camps Mirabet (2000) considera que la
noción de patrimonio cultural debería comprender muchas manifestaciones
distintas de los “bienes culturales” propiamente dichos”; por tanto, cabría incluir,
227

entre otras, la protección de los derechos de autor y conexos, la conservación de


las imágenes en movimiento... con lo cual el objeto de estudio resultaría casi
inabarcable.” (p.iii), por tal motivo considera el referido autor que desde un punto
de vista jurídico y también por razones de eficacia, se ha optado por una definición
más restringida de patrimonio cultural circunscribiéndola a los bienes que tengan
un valor artístico, histórico o arqueológico, en definitiva el que podríamos
identificar como patrimonio cultural de carácter material excluyendo del análisis el
patrimonio cultural de carácter inmaterial o intangible, comprendido por el conjunto
de manifestaciones culturales, tradicionales y populares emanadas de una
comunidad, como son las tradiciones orales, las lenguas, la música, la literatura, la
danza, el arte escénico, rituales, artesanías.
El autor de la investigación considera que no se pueden excluir de la
definición del análisis del Patrimonio Cultural, al Patrimonio Cultural intangible y
mucho menos al Patrimonio Cultural viviente ya que, tal como lo han señalado los
entrevistados, la esencia y razón de ser de la protección jurídica del Patrimonio
Cultural es fundamentalmente intangible, está dirigida a la conservación, fomento
y defensa de los valores ancestrales que conforman el imaginario colectivo y la
idiosincrasia de los pueblos, sin esos valores, sin ese imaginario colectivo no hay
sentimiento de pertenencia y sin este último, no puede hablarse de nación y
menos aún de patria.
Los entrevistados señalan que el Patrimonio Cultural es hecho por el ser
humano, lo cual, en opinión del autor excluye el valor cultural que indudablemente
tiene el llamado Patrimonio Natural, representado en bienes naturales como: el
Guaraira Repano (Cerro El Ávila), el Salto el Ángel, los médanos de Coro, entre
otros, que aunque no son hechos por el ser humano, inspiran gran cantidad de
mitos, leyendas, valores y sentimientos culturales que forman parte integrante del
imaginario colectivo y de la idiosincrasia de los pueblos, por lo que, esos
228

Patrimonios Naturales, aunque no sean Patrimonios Culturales en el estricto


sentido de la palabra generan valores culturales que nutren la idiosincrasia de los
pueblos.
Tan importante es el Patrimonio Cultural para la existencia misma de los
pueblos, que la mayoría de las invasiones se inician con la destrucción
intencionada de los valores culturales y del patrimonio cultural material e
inmaterial de los pueblos a ser invadidos, resaltando los valores, costumbres y
tradiciones del pueblo invasor para que, a través de la transculturación, se
destruya el sentido de pertenencia y la capacidad de defensa del pueblo invadido.
Es así como se puede observar que en las grandes guerras invasivas de la
historia la primera víctima siempre ha sido el Patrimonio Cultural, como ejemplo de
ello, se puede citar la destrucción y quema de la biblioteca de Alejandría (Egipto)
durante la invasión y colonización de Roma a Egipto, que acabó con siglos de
historia.

Ítem Número 3: ¿Ha tenido relación o ha prestado servicios en algún organismo


encargado de la custodia de algún tipo de Patrimonio Cultural?, de ser así
¿Dónde?
La presente pregunta no fue contestada por el Dr. Henry Hamdam, por lo
que el análisis de este ítem se basará en las respuestas de los otros cuatro
entrevistados.
Este ítem pretende complementar al ítem Número 1, en cuanto al perfil de
las personas entrevistadas, en tal sentido, el Lic. Eduardo Lessman refirió haber
trabajado por más de 30 años en la Prefectura del Estado Vargas, participando en
actividades dirigidas a la preservación del Patrimonio Cultural del Estado Vargas.
El Msc. Jesús Cumare destacó las múltiples funciones que en materia de
conservación, protección y defensa del Patrimonio Cultural regional tiene el
229

Cronista de La Guaira, refirió igualmente que ha laborado en coordinación con el


Ministerio del Poder Popular para la Cultura, haciendo numerosas denuncias para
evitar la destrucción de Patrimonios Culturales materiales municipales, tales como
el puente de Navarrete (Maiquetía) o el cementerio de los ingleses (La Guaira) y
que forma parte de la Red para la protección y rescate del Patrimonio Cultural
Documental.
La Lic. Luisana De Sario, destacó que estudia actualmente una licenciatura
en artes, encontrándose en fase de presentación de tesis, como reportera siempre
ha cubierto el área cultural y ha asistido al Metro de Caracas, al Museo de Arte
Contemporáneo y al Centro de Arte la Estancia que tienen gran cantidad de obras
de arte.
El Sr. Luis Santana, señaló que laboró por 10 años en el Complejo Cultural
“Cruz Felipe Iriarte” de Maiquetía haciendo y promoviendo cultura.
En este orden de ideas, el autor de la presente investigación destaca el
perfil variado de las personas entrevistadas, donde se puede observar la visión del
docente que se involucra en actividades culturales de contenido social, la visión de
una periodista que vive el día a día del arte; del cultor, que de una manera
empírica crea cultura y lucha por la conservación de los valores ancestrales en el
Estado Vargas; del historiador que investiga, recaba información con el objeto de
que no se pierda la memoria histórica como base fundamental de la conservación
de los valores culturales ancestrales y la del abogado que pretende subsumir toda
esta realidad social en el jurídico venezolano.
Toda esta variedad de realidades, en criterio del autor, validan por si mismo
la información emanada de dichas entrevistas, púes permite contrastar criterios y
visiones distintas de un mismo problema, pero desde ópticas y profesiones
diferentes pero en ningún caso excluyentes la una de la otra.
230

Ítem Número 4: ¿Considera usted que los organismos públicos han sido eficaces
en la protección y conservación del Patrimonio Cultural?
En este particular, 4 de los entrevistados coinciden en que no, al referirse
al Estado Vargas los 4 entrevistados señalados coinciden en que los gobiernos no
han jugado el mejor papel en esta materia, hecho este no atribuible a un gobierno
en específico, sino que se viene arrastrando desde hace años.
En este sentido, coincide los 4 entrevistados existe indolencia, desidia, falta
de conocimiento que ha hecho que las intervenciones a los patrimonios culturales,
lejos de salvaguardarlos han contribuido a su destrucción. El Licenciado Eduardo
Lessman refiere que el Estado Vargas es entidad que ha sufrido la mayor
destrucción de su Patrimonio Cultural en el mundo, con la huaquería, que
generado el saqueo y destrucción de la casi totalidad del área arqueológica
prehispánica (tráficos de artefactos líticos, tumbas aborígenes, yacimientos
arqueológicos), de 17 fortalezas que contaba el Estado Vargas, provenientes de la
época de la colonia solo quedan 3, en este mismo sentido el Msc. Jesús Cumare
se lamenta de la gran destrucción del patrimonio cultural de La Guaira, por lo que
llega a la conclusión de que no existe ningún trabajo importante allí. El Sr. Luis
Santana enfoca el problema en cuanto a la falta de atención y protección de los
cultores en el Estado Vargas, vale decir del Patrimonio Cultural viviente, muchas
de esas personas abandonados a su suerte, en muchos casos, sumergidos en el
alcoholismo.
Sin embargo los 4 entrevistados analizados expresan que el actual gobierno
ha tratado de revertir esa situación, produciendo cambios importantes en pro de
salvaguardar los patrimonios culturales, pero consideran necesario concienciar
aún más a los organismos públicos sobre la importancia de resguardar, proteger y
conservar el patrimonio cultural.
231

Con relación a la quinta entrevistada Licenciada Luisana De Sario,


considera que ha habido esfuerzos de parte de los organismos del Estado para
garantizar la protección y conservación del patrimonio cultural, que en algunos
casos ha tenido éxito y en otros no. Sin embargo, destaca que la conservación y
protección del Patrimonio Cultural no es exclusiva responsabilidad del Estado, sino
que es una obligación compartida de todos quienes lo habitan.
En este particular el autor parte del hecho cierto que el Patrimonio Cultural,
en todas sus formas, es un Derecho Humano de carácter social, que ha su vez se
constituye en el elemento amalgamador de los elementos esenciales del Estado
Venezolano, su destrucción pone en peligro la existencia misma de la patria. Por
otro lado, son tan importante los Patrimonios Culturales que la Organización para
las naciones Unidas (ONU), creó en el año 1945 la UNESCO, que tiene entre sus
propósitos fundamentales garantizar la protección y conservación de todos los
Patrimonios Culturales del mundo.
En este orden de ideas, en el Preámbulo de la Convención sobre la
protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado, de 1954 y
publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Número
5.746 Extraordinaria, de fecha 22 de diciembre de 2004, citada por Camps
Mirabet, N. (2000), Así, se proclama que “la conservación del patrimonio cultural
presenta una gran importancia para todos los pueblos del mundo (...)” y, por tanto,
resulta conveniente establecer un sistema eficaz de protección colectiva de este
patrimonio.
De lo anterior se colige la obligación que tiene el Estado Venezolano de
promover, proteger y conservar su Patrimonio Cultural, en todas sus formas, a los
fines de garantizar la existencia misma del Estado, su soberanía y contribuir con la
conservación y defensa del patrimonio Cultural mundial.
232

Ítem Número 5: ¿Cómo ve usted la situación actual del Patrimonio Cultural


material e inmaterial en la nación?
Para el Msc. Jesús Cumare en el Estado Vargas, el Patrimonio Cultural se
encuentra en serio peligro de desaparición por la falta de políticas y de
planificación dirigida al sector, aunado a malas intervenciones y a la falta de
conocimiento sobre el tema, considera necesario crear conciencia sobre la
necesidad de rescatar los monumentos y sitios históricos de la región, al
compararlo con otros estados, manifiesta que esta misma situación se repite. Sin
embargo, para el resto de los entrevistados, se han producido grandes progresos
en materia de rescate y conservación de los patrimonios culturales regionales,
cuya sumatoria constituye el Patrimonio Cultural Nacional.
En este orden de ideas, el Dr. Henry Hamdam señaló que a raíz de la
entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
en el año 2000 y la enmienda en el año 2009, se incorporaron nuevas
disposiciones constitucionales con el fin de garantizar la protección integral de los
Derechos Culturales del pueblo. Igualmente, la Licenciada Luisana De Sario
destacó la importancia las políticas que han venido siendo implementadas por el
Instituto de Patrimonio Cultural, destacando entre ellas, la realización del censo
actualizado de los bienes culturales de la Nación.
Sin embargo, el licenciado Eduardo Lessman, a pesar de que reconoció la
labor que en su criterio, ha llevado adelante el gobierno para el rescate del
Patrimonio Cultural, este esfuerzo se ve afectado por el bombardeo mediático
llevado adelante por los medios de comunicación social que de forma manifiesta
privilegian las manifestaciones culturales extranjeras, sobre todo estadounidenses
sobre los valores culturales patrios, en relación que calificó de 99% a 1%.
En este particular el autor de la presente investigación considera que
ciertamente la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), es
233

mucho más amplia en el desarrollo de los Derechos Culturales que la Constitución


de la República de Venezuela (1961), tal como se analizó en el punto del capítulo
II del presente trabajo relativo a las bases legales, si por ejemplo se hace
referencia a los derechos de los pueblos originarios (mal llamados indígenas), en
la Constitución de 1961, los excluía abiertamente de sus Derechos Culturales al
consagrar que irán siendo incorporados progresivamente, en cambio la Carta
magna (2000) vigente, les consagra, reconoce y desarrolla el derecho a su propio
idioma, a sus propias costumbres, a su propia organización e inclusive a su propia
religión, vale decir el Derecho a rescatar su identidad como pueblo.
Desde el punto de vista de la actuación de los medios de comunicación,
pareciera que ciertamente el Patrimonio Cultural inmaterial Nacional no tuviera
importancia para ellos, por lo que este autor comparte el criterio de que
ciertamente existe una invasión cultural mediática.
Ítem Número 6: En su criterio ¿Cuál es la relación existente entre el Patrimonio
Cultural y la Soberanía?
El Sr. Luis Santana, en este particular, se limita a destacar la labor del
gobierno en cuanto al apoyo a los patrimonios culturales vivientes, sin entrar a
analizar la relación que esta actuación pueda tener con el concepto de soberanía,
por lo que se podría decir que no dio respuesta a esta interrogante.
En cuanto, al resto de los entrevistados, coinciden en manifestar que el
Patrimonio Cultural es parte integrante, es un elemento inherente a la soberanía,
la licenciada Luisana de Sario expresa que el reconocimiento del Patrimonio
Cultural es el mecanismo a través del cual se ejerce la soberanía, coinciden con
ello el Msc. Jesús Cumare y el licenciado Eduardo Lessman, cuando expresa que
el Patrimonio Cultural es la raíz de la patria, si esta se pierde y que la soberanía es
también la conservación de los elementos identitarios que tal como lo expresa el
Dr. Henry Hamdam constituyen la conciencia de la nación, por ello coinciden todos
234

los entrevistados en que a través del Patrimonio Cultural es que se aprende a


amar la patria a defenderla, pues nadie defiende lo que no quiere. Agrega el
licenciado Eduardo Lessman que es por ello que cuando las potencias o sectores
dominantes invaden otra nación o territorio, lo primero que buscan es destruir su
memoria histórica o manifestaciones culturales, a fin de poder ejercer soberanía
en los mismos.
Sin embargo, el Msc. Jesús Cumare expresa su preocupación por la
situación de desarraigo generalizado, que en su criterio, vive actualmente el
Estado Vargas, señalando como una de las causas de tal desarraigo la actuación
de los medios de comunicación social en cuanto al desarraigo de los venezolanos
a su propios país, señala que cuando el bombardeo mediático lleva a la población
a asumir gastronomías, formas, modos y tradiciones distintos a los de Venezuela,
esto atenta en contra del arraigo de las personas y por ende contra la Seguridad e
integridad de la Nación.
Para el Msc. Jesús Cumare toda esta situación forma parte del proceso de
la globalización en el sentido postmodernistas, donde no hay fronteras, ni
nacionalismos, ni localismos, todo es aldea global con una cultura única y una sola
forma de pensar, pero mientras las grandes potencias tratan de imponer una sola
cultura y forma de pensar acabando con los Patrimonios Culturales locales, al
mismo tiempo, promueven y fortalecen los propios. El Dr. Henry Hamdam coincide
con la opinión expresada por el Msc. Jesús Cumare al referirse a la globalización,
haciendo referencia al libro llamado “fin de la historia” escrito por el autor Japonés
Francis Fukuyama, que según el entrevistado desnuda la intención de las
potencias de eliminar todos los Patrimonios Culturales, lo que llevaría implícito la
pérdida de los valores y el ethos de los pueblos.
Con relación a este particular resulta conveniente comenzar con entender
que es la soberanía, entendida por Cabanellas (1994), Tomo VII como la
235

“manifestación que distingue y caracteriza el Poder del Estado, por la cual se


afirma su superioridad jurídica sobre cualquier otro, sin aceptar limitación ni
subordinación que cercene sus facultades ni su independencia dentro de sus
territorio y posesiones” (p.457).
Sin embargo, en los últimos años esa idea de soberanía de los Estados ha
venido siendo puesta en entredicho como consecuencia del proceso conocido
como “globalización”, conocida también por algunos autores con el término de
“desterritorialización”, definida por García Canclini, citado por Tomlinson, J. (2001),
lo define como “la pérdida de la relación “natural” de la cultura con los territorios
geográficos y sociales” (p.126) y defiende esta situación el propio Tomlinson, J.
(2001), cuando asevera:

“…trataré de analizar aquí a través de la categoría de


“desterritorialización”, que es fundamental para el modo en que vivimos
nuestra vida diaria en las sociedades modernas: toca así todos los
aspectos de nuestros usos comunes, se ha naturalizado y se da por
sentada en el flujo habitual de la experiencia; además constituye una
condición cultural compleja y ambivalente;” (p.128)

Para el autor, es así como los pueblos van perdiendo los valores
autóctonos, comunes y habituales que configuran su identidad nacional, pues el
proceso de desterritorialización abarca prácticamente todas las actividades del
quehacer humano, tales como la música, la gastronomía, las fiestas, la forma de
vestir, que tiende a uniformarse y con ello se va desdibujando el ideal de nación,
hasta el punto que en la doctrina, se empieza a hablar del concepto de
“monocultura”.
236

Tal como lo denuncia Schiller, citado por Tomlinson, J. (2001), “el poder
económico y político de las transnacionales y su alcance global está acompañado
por el poder ideológico de definir la realidad cultural mundial” (p.96); esto se
lograría mediante la emisión de una sola forma de pensar impuesta a través de los
propios medios de comunicación social, que es lo que los entrevistados han
denominado “bombardeo mediático”.
En criterio del autor, la soberanía nacional, nace y deviene de sus
nacionales, no puede existir soberanía sin personas, son los individuos de la
especie humana quienes se organizan, crean la estructura del Estado y
determinan la forma en que este funcionará, es por tanto la soberanía un producto
cultural, y por ende parte intrínseca del Patrimonio Cultural. Si se pierden los
valores que crean y consolidan la nación, esta se debilita y tiende a desaparecer,
es por ello que cuando una potencia invasora va a atacar a una nación para
invadirla, lo primero que trata de destruir es su imaginario colectivo, para debilitar
así el sentido de pertenencia y poder dominarlos a veces sin disparar un tiro.

Ítem Número 7: En base a su experiencia ¿Considera que ha habido degradación


del imaginario colectivo y por ende de las tradiciones, gastronomía y demás
costumbres que conforman el Patrimonio Cultural inmaterial Venezolano? De ser
afirmativo ¿Cuáles serían las razones de tal degradación?

Los entrevistados Lic. Eduardo Lessman, Msc. Jesús Cumare y Dr. Henry
Hamdam, coinciden en afirmar que si se ha producido degradación del imaginario
colectivo, coinciden los tres entrevistados analizados en identificar como una
causa fundamental de tal degradación, el bombardeo mediático que pretende
imponer las manifestaciones culturales foráneas en detrimento de las
manifestaciones culturales nacionales.
237

En este orden de ideas, los 2 entrevistados coinciden en afirmar que los


medios de comunicación social tienen una política sistemática de transferencia de
las tradiciones venezolanas y de transculturación progresiva por valores foráneos
que afectan el comportamiento , gastronomía, usos y costumbres de la población
desarraigando a la población y creando desgano en la población para la
conservación de los valores autóctonos , sustituyéndolo por estilos musicales que
propenden a la destrucción de los valores morales de la población, tales como el
reggaetón, que en la mayoría de sus temas presentan mensajes deformantes.
Coinciden igualmente en señalar los referidos entrevistados en que se ha
impuesto un condicionamiento clásico e instrumental de necesidades artificiales en
base a los modos y costumbres estadounidenses en desmedro de las nacionales,
alienando el imaginario colectivo con costumbres que le son extrañas a los
venezolanos, como Halloween, día de la independencia de los Estados Unidos,
etc. , igualmente, se van desdibujando y fusionando las tradiciones autóctonas,
perdiéndose o degradándose y se incorporan modismos y “anglicismos” que
empobrecen el vocabulario de los nacionales, términos tales como: “carteluo” (en
alusión a los carteles de la droga, como si se tratase de algo bueno), shopping
(para decir que van de compras”, etc.
El Dr. Henry Hamdam, opina que ver un restaurant de comida venezolana
en Caracas, hoy en día, es una atracción turística para los propios visitantes, púes
la transculturación vivida ha sido tan fuerte que se puede ver comidas de todas
partes del mundo menos las autóctonas. Igualmente, otorga gran importancia los
colegios en materia de rescatar de los patrimonios culturales, señalando que lo
que se aprende en los colegios no se olvida, se hace parte de la formación integral
del individuo.
En este orden de ideas, el Dr. Henry Hamdam da particular importancia al
estudio de la historia, la cual debe ser revisada y mejorada en cuanto a su
238

enseñanza que ha sido un tanto deficiente. Sin embargo señala que a partir de la
entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
de 2000, se ha venido comenzando el rescate de los patrimonios culturales
originarios, pone como ejemplo, que la referida Carta Magna (2000), consagra, por
primera vez, el derecho de los pueblos originarios a tener y utilizar sus propias
lenguas, las cuales deben ser enseñadas por las escuelas donde existan pueblos
indígenas, el derecho a la justicia, de acuerdo a sus costumbres, a organizarse de
acuerdo a sus culturas, en fin, el derecho a la identidad e imaginario colectivo.
Igualmente, expresa que el nuevo marco constitucional garantiza, promueve y
defiende el rescate de los valores, tradiciones y demás manifestaciones culturales
de las regiones y de las comunidades en general.
Sin embargo, la licenciada Luisana De Sario y el señor Luis Santana, no
comparten el criterio esbozado por los otros 3 entrevistados al considerar que no
ha existido tal degradación del imaginario colectivo, y por ende, no ha existido
degradación de las tradiciones, gastronomía y demás costumbres que conforman
el Patrimonio Cultural Inmaterial venezolano. Para la licenciada Luisana De Sario
considera en este particular que no ha habido degradación, aunque reconoce que
algunas tradiciones se han olvidado por el desuso, piensa que aquellas tradiciones
que han sido olvidadas, siempre existe alguien quien quiera rescatarla aunque no
siempre con éxito.
En el mismo sentido, opina el señor Luis Santana sobre este particular que,
desde el punto de vista de la música, ha crecido muchísimo y que en materia de
gastronomía también, pone por ejemplo, el cado de la Escuela Taller de La
Guaira, que señala que enseña cocina tradicional con una atención muy buena y
esmerada.
239

Para el autor, a los fines de saber si existe o no degradación del


Patrimonio Cultural Inmaterial y por ende de la pérdida de la
gastronomía y valores y manifestaciones culturales, dado que de las
respuestas efectuadas a este particular por los entrevistados, se
observa que no existe uniformidad de criterios en cuanto a la existencia
o no de degradación del Patrimonio Cultural inmaterial, tal como lo
expresa el Diputado Alfonzo Marquina en su escrito contentivo de la
demanda de nulidad de la Ley de Responsabilidad Social de Radio y
Televisión, cuyo análisis está contenido en la sentencia interlocutoria
Número 5.128, emanada de la Sala Constitucional de fecha 16 de
diciembre de 2005, con ponencia de la Magistrada Luis Estella Morales
Lamuño, expediente 05-1430, partes: Alfonzo Marquina contra la
Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, publicada en la
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 38.081 del
7 de diciembre de 2004, señala el demandante, entre otras cosas, lo
siguiente: “sólo una concepción paranoica y arcaica del intercambio
cultural entre los pueblos puede llevar a sostener que la seguridad
nacional se encuentra en peligro si las preferencias musicales de los
habitantes de Venezuela no se inclinan mayoritariamente hacia las
‘obras musicales venezolanas’ o hacia las ‘obras musicales de tradición
venezolana’ (…). Evidentemente, estas disposiciones habrían sido
redactadas con el propósito de limitar la difusión de música popular
extranjera (…) en los medios de comunicación”

Se observa, de la argumentación transcrita, la ausencia de disposición de


parte del actuante, para que se coloque música tradicional venezolana, por el
contrario, se observa una predilección hacia la música extranjera con relación a la
nacional. Ciertamente, en opinión del autor, durante los últimos años se ha visto
un incesante y progresivo desplazamiento de las tradiciones venezolanas por
nuevas formas y manifestaciones culturales foráneas, muchas veces con
mensajes alienantes y deformantes, por solo dar un ejemplo, este año la gaita
tradicional marabina, que siempre ha sido característica primordial de las
navidades venezolanas, se vio desplazada casi totalmente por “el raggaeton”,
estilo musical foráneo caracterizado por mensajes destructivos a los valores
240

fundamentales de una nación, un estilo que en criterio del autor, es absolutamente


deformante de los valores culturales de la nación y de la integridad cultural de los
niños, niñas y adolescentes de la patria, lo que iría en contradicción a lo
establecido en el artículo 17 de la Ley Aprobatoria de la Convención Sobre los
Derechos del Niño (1990), que establece;

“Los Estados Partes reconocen la importante función que desempeñan


los medios de comunicación y velarán por que el niño tenga acceso a
información y material procedentes de diversas fuentes nacionales e
internacionales, en especial la información y el material que tengan por
finalidad promover su bienestar social, espiritual y moral y su salud
física y mental. Con tal objeto, los Estados Partes:
a) Alentarán a los medios de comunicación a difundir información y
materiales de interés social y cultural para el niño, de conformidad con
el espíritu del artículo 29;
b) Promoverán la cooperación internacional en la producción, el
intercambio y la difusión de esa información y esos materiales
procedentes de diversas fuentes culturales, nacionales e
internacionales;
c) Alentarán la producción y difusión de libros para niños;
d) Alentarán a los medios de comunicación a que tengan
particularmente en cuenta las necesidades lingüísticas del niño
perteneciente a un grupo minoritario o que sea indígena;
e) Promoverán la elaboración de directrices apropiadas para proteger
al niño contra toda información y material perjudicial para su bienestar,
teniendo en cuenta las disposiciones de los artículos 13 y 18.”

De la norma transcrita se evidencia que el Derecho de los medios de


comunicación social no es en modo alguno omnímodo, la información transmitida
debe ser acorde a su edad y debe propender al rescate de los valores y principios
básicos, incluidos en ellos el Patrimonio Cultural Inmaterial como elemento
inmanente a una existencia digna y decorosa, por ello, el autor opina que si existe
241

una gran degradación del patrimonio cultural inmaterial que se ve expresado en


todos los aspectos del quehacer diario de la sociedad y que resulta necesario
detener, a los fines que no se vea perjudicada la venezolanidad,

Ítem Número 8: ¿Cuál es el papel de los Colegios en la pérdida o conservación


de los valores culturales autóctonos?
Todos los entrevistados coinciden al reconocer que los colegios son
fundamentales para el rescate de los valores culturales que componen el
Patrimonio Cultural inmaterial venezolano. Consideran que la escuela es el
elemento ideologizante e ideologizador utilizado por el Estado para transmitir los
valores y creencias fundamentales que constituyen la venezolanidad, para la
licenciada Luisana De Sario la escuela es la segunda conexión después de la
familia.
Para los entrevistados, en la escuela se fijan los patrones de conducta, se
forma (valores) y se deforma (antivalores). Paradójicamente, en opinión de los
entrevistados la escuela también es fundamental en el proceso de degradación de
los patrimonios culturales, al sustituir la enseñanza de los valores culturales
autóctonos por esnobismos y manifestaciones foráneas que nada tienen que ver
con la venezolanidad, olvidar la importancia de los pueblos aborígenes en la
historia patria, sus valores, creencias y principios.
Con relación a este punto, el autor concuerda con la opinión expresada por
los entrevistados concibiendo a la escuela como el mecanismo idóneo para
retomar el estudio de la historia patria, de los valores culturales, de la idiosincrasia
y el ethos social.
En este orden de ideas, establece el artículo 4 de la Ley Orgánica de
Educación (2009):
242

“Artículo 4: La educación como derecho humano y deber social


fundamental orientada al desarrollo del potencial creativo de cada ser
humano en condiciones históricamente determinadas, constituye el eje
central en la creación, transmisión y reproducción de las diversas
manifestaciones y valores culturales, invenciones, expresiones,
representaciones y características propias para apreciar, asumir y
transformar la realidad.
El Estado asume la educación como proceso esencial para promover,
fortalecer y difundir los valores culturales de la venezolanidad.”

Ítem Número 9: ¿Cuál es el papel de los Medios de Comunicación Social,


incluidas las redes sociales, en la pérdida o conservación de los valores culturales
autóctonos?
Los 5 entrevistados coinciden en que los medios de comunicación son un
elemento ideologizador e ideologizante por natruraleza, que multiplican la
información promoviendo la formación de valores. Sin embargo 4 de los
entrevistados (Lic. Eduardo Lessman, Dr. Henry Hamdam, Sr. Luis Santana y Msc.
Jesús Cumare) coinciden en señalar que en muchas ocasiones los medios de
comunicación social, lejos de promover los valores culturales autóctonos, muchas
veces los deforman, convirtiendo en un elemento transculturador, que lejos de
rescatar el sentimiento de la venezolanidad lo que hacen es atentar contra la
seguridad y defensa nacional.
En este orden de ideas, el Msc. Jesús Cumare considera que las redes
sociales son elementos peligrosos en los que hay que participar a los fines de
servir de fuerza de contención para evitar la destrucción definitiva de los valores
culturales que conforman la venezolanidad.
Para los 4 entrevistados bajo análisis los medios de comunicación y las
redes sociales son instrumentos creadores de necesidades artificiales, influyen
243

grandemente en la formación de los niños, niñas y adolescentes, en muchas


ocasiones con mensajes y valores destructivos, lo que sin duda afectaría la
soberanía nacional.
Para 3 de los entrevistados (Lic. Eduardo Lessman, Dr. Henry Hamdam y
Msc. Jesús Cumare), afortunadamente el Estado Venezolano ha establecido un
conjunto de políticas dirigidas al uso de los medios de comunicación social y de
las redes sociales en un sentido constructivo y positivo de los valores culturales
que conforman la venezolanidad.
En este orden de ideas, el artículo 1 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley
de Responsabilidad Social en radio y televisión (2011), al establecer cual es el
objeto de esa Ley, consagra:

ARTÍCULO 1. OBJETO: Esta Ley tiene por objeto desarrollar las


normas y principios contenidos en la Ley Orgánica para la Protección
del Niño y del Adolescente, en la Ley Orgánica de Educación, en la Ley
Orgánica de Salud y en la Ley Orgánica de Telecomunicaciones, para
garantizar que a través de los servicios de divulgación se contribuya al
desarrollo social, cultural y económico de la sociedad venezolana y, en
particular, al desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes, a los
fines de lograr el necesario equilibrio entre los deberes, derechos e
intereses de las personas, de los prestadores de servicios de
divulgación y sus relacionados.

De la norma transcrita se colige la importancia que tienen los medios de


comunicación social y las redes sociales en la formación, rescate y conservación
de los valores culturales de la sociedad venezolana. Ciertamente, dado el carácter
multiplicador y promotor que indiscutiblemente tienen los medios de comunicación,
incluidas las redes sociales, debe orientarse su uso hacia el rescate de los valores
y principios que constituyen la venezolanidad.
244

Ítem Número 10: ¿Cómo influye la familia en la pérdida o conservación de los


valores culturales autóctonos?
Los 5 entrevistados coinciden en que la familia es el agente de
socialización primaria, por lo que juega un papel fundamental en el rescate y
conservación de los valores culturales, para la licenciada Luisana De Sario, la
familia es el vínculo principal con la identidad colectiva del pueblo u si identidad
no hay Patrimonio Cultural.
Los 5 entrevistados coinciden en que la familia es el primer contacto con la
realidad donde los niños y niñas aprenden sus primeras formas de conducta, tal
como lo afirma el licenciado Eduardo Lessman, a través del modelaje de conducta
en los hijos por imitación o aprendizaje vicario, por lo que si lo padres han recibido
valores culturales desviados, transmitirán esas desviaciones a sus hijos, por
ejemplo: los hijos de los padres agresores, generalmente serán agresores cuando
sean padres, razón por la cual, coinciden los entrevistados en afirmar que es
necesario fortalecer el seno familiar rescatando los valores cotidianos del hogar.
Agrega el licenciado Eduardo Lessman que una familia con una formación
adecuada en valores, servirá de contención al bombardeo mediático.
Para Sánchez Román, citado por Cabanellas, G, (1994), se entiende por
familia

“la institución ética, natural, fundada en la relación conyugal de los


sexos, cuyos individuos se hayan ligados por lazos de amor, respeto,
autoridad y obediencia; institución necesaria para la conservación,
propagación y desarrollo, en todas las esferas de la vida de la especie
humana.” (p. 23-24, IV).
245

Para el autor, es innegable que la familia es el primer agente socializador


con el que hace contacto todo individuo de la especie humana, de una manera
casi instintiva, aprende los elementos básicos de su conducta que le permitirán
enfrentar el día a día en sus condiciones cotidianas. De la familia aprende incluso
cosas elementales como el idioma, a relacionarse con los demás y los patrones de
conducta aceptables en sociedad, si la familia no está centrada en los valores, los
hijos que de ella surjan tampoco lo estarán, por lo que resultaría impensable tratar
de rescatar los valores culturales de una comunidad, sin rescatar dichos valores
en los senos familiares que la integran.
En el mismo orden de ideas, Silva Montilla, J. (2010), señala que “el
concepto de familia está intrínsecamente ligado a la sociabilidad del hombre.
Desde que se tienen noticias de la existencia del hombre, se le ha encontrado
viviendo en agrupaciones compactas que le facilitan el contacto con la sociedad
total.” (p.10), Las agrupaciones compactas a las que hace referencia el citado
autor son las familias, que es la forma natural de organización de los seres
humanos, de las que se deriva el comportamiento de los individuos en la sociedad.
Coincidiendo plenamente con la opinión del Msc. Jesús Cumare en este
particular, hay que fortalecer el seno familiar, rescatando los valores familiares,
con una familia cada vez más unida y centrada en valores de honestidad,
responsabilidad, solidaridad, amor, tolerancia y respeto.

Ítem Número 11: ¿Qué políticas considera usted, deberían ser tomadas en
materia de rescate y conservación del Patrimonio Cultural Inmaterial?
Para el Msc. Jesús Cumare ninguna política tendrá éxito si no se cree en
ella, es necesario que la política cultural del Estado se construya de forma
estructurada y no espasmódica. Para ello, es necesario comenzar creando
conciencia en los gobernantes y en la propia comunidad de rescatar los valores
246

culturales en toda su expresión, esto debe hacerse de una manera sistémica,


entendiendo para que se debe rescatar el Patrimonio Cultural Inmaterial.
En este orden de ideas, el licenciado Eduardo Lessman propone que se
reforme el pensum de estudio en los colegios a los fines de incluir programas y
contenidos que reivindiquen el Patrimonio Cultural; propuso igualmente fomentar
jornadas, encuentros, foros, congresos a través de los cuales se difundan y
premien trabajos, investigaciones y publicaciones que conciencien a la población
sobre la inmensa y rica variedad de elementos culturales. Con relación a este
punto, el Dr. Henry Hamdam, que se debe incorporar nuevas bibliografías en los
colegios destinadas a la formación del estudiantado en valores culturales patrios,
propuso que se retomara el estudio de la materia denominada “Formación Social,
Moral y Cívica” por considerar inexplicable su eliminación del pensum actual.
El licenciado Eduardo Lessman propuso igualmente que se debe regular la
programación de los medios de comunicación social para darle cabida a la
promoción y difusión de las manifestaciones culturales autóctonas, en ese mismo
sentido, concuerda la licenciada Luisana De Sario, quien opinó que se debe
profundizar en la estudio y detección de los Patrimonios Culturales con el fin de
promoverlos y difundirlos para evitar que se pierdan.
El señor Luis Santana ahonda aun más en este particular y señala que se
debe promover el desarrollo del arte comunitario, sobre todo en expresiones
artísticas como la música y el teatro con obras que promuevan los valores,
tradiciones y costumbres autóctonas.
En este orden de ideas, el autor chileno Subercaseaux, B. (2002) resalta “la
necesidad de fortalecer y desarrollar las industrias culturales locales en América
Latina, industrias culturales que junto con operar con criterios mercantiles deben
orientarse también por criterios de bien público y preservación de la diversidad
cultural y estética.” (p. 71). Tales industrias se justifican para hacer frente al
247

proceso de globalización que pretende borrar las identidades culturales locales,


imponiendo una especie de “monocultura” hegemónica.
Profundiza Subercaseaux (2002) en el particular, cuando señala que:

“También le corresponde en políticas culturales un rol fundamental a la


sociedad civil. Por una parte ejerciendo sus derechos comunicativos y
culturales y por otra organizándose y ejerciendo presiones o trabajando
en conjunto con los otros agentes para que el Estado ejerza un papel
regulador en función del bien común.” (p.71)

En fin, resulta imprescindible establecer políticas estructuradas por el


Estado con las comunidades y con los distintos entes que gestionan la cultura,
promoviendo el cine, el teatro y la producción nacional en general con una visión
integral de identificación, rescate y promoción de los patrimonios culturales en
general y con especial énfasis en el desarrollo armonioso de las culturas
originarias.

Ítem Número 12: ¿Cómo podría concienciarse a la población sobre la necesidad


de rescatar, proteger y conservar los Patrimonios Culturales regionales y
nacionales?
Los 5 entrevistados coinciden en que para poder concienciar a la población
sobre este tema, resulta indispensable dar a conocer las bellezas naturales y
culturales que posee la patria y la importancia que tales lugares, costumbres y
valores encierran para cada una de las personas que integran el país, toda vez
que el conjunto de tales elementos constituyen la identidad colectiva e individual
de cada comunidad y de cada uno de sus integrantes.
En tal sentido concuerdan 4 de los entrevistados en que no se puede lograr
ningún avance en materia de concienciación general en materia cultural si no se
248

comienza trabajando directamente con la comunidad, que como lo señala el Msc.


Jesús Cumare, son quienes en definitiva viven en esos Patrimonios Culturales
materiales , se debe comenzar con una fase educativa, enseñándoles que fueron
y para qué sirven esas edificaciones históricas, por ello, como dice el Señor Luis
Santana, se debe partir de los Consejos Comunales como unidad básica para
descubrir las tradiciones, costumbres, valores culturales y sitios de significación
cultural de cada comunidad para que a través de la propia comunidad, se exalten,
enaltezcan y proyecten dichos Patrimonios Culturales entre los propios Consejos
Comunales.
El Dr. Henry Hamdam y el licenciado Eduardo Lessman, coinciden en
afirmar que para concienciar a la población es necesario promocionar lo propio, no
dando tanta cabida a lo foráneo, porque nadie es capaz de defender lo que no
conoce, siendo que la mayoría de la población desconoce sus valores
patrimoniales autóctonos y es esto lo que explica la pasividad e indiferencia de la
población ante la destrucción del casco colonial de La Guaira, por citar un ejemplo.
Con relación a este punto es importante redireccionar las ferias y fiestas
patronales, dirigiéndolas al rescate de las tradiciones, de lo autóctono de cada
región y de la patria, sin que se soslaye la posibilidad de que se presenten
también grupos foráneos, pero siempre privilegiando lo propio. Se deben efectuar
encuentros etnológicos y etnográficos a través de los cuales se difunda la
gastronomía, la música, el teatro, el cine y demás manifestaciones culturales
autóctonas de cada región.
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

CONCLUSIONES
El Patrimonio Cultural, es el componente integrador de los elementos
esenciales del Estado, pues de él dimanan los valores, la ética y los principios
colectivos que configuran la fisionomía de un pueblo, su esencia. Para ello, el
Patrimonio Cultural se nutre del imaginario colectivo, que se transmite de
generación en generación, creando un sentido de pertenencia por lo propio.
Ese sentido de pertenencia, desde el punto de vista social, es lo que se
conoce como “nacionalidad” que es asumida por las legislaciones de los países.
Partiendo del hecho cierto de que la nacionalidad, más que un Derecho es un
sentimiento, es por lo que en Derecho se han establecido dos fuentes de la
nacionalidad, el “ius Soli” (Derecho del suelo), que se deriva del sentido de
pertenencia que produce haber nacido y convivido en un pueblo o nación
determinada, aprendiendo y compartiendo las costumbres tradiciones y valores de
ese pueblo, por lo que el individuo es parte integrante de él. La segunda fuente de
la nacionalidad es el “ius Sanguini” (Derecho de la sangre), que se deriva del
sentido de pertenencia por la familia, de quien cada individuo recibe sus valores,
costumbres y creencias, por lo que la nacionalidad, vista como un sentimiento es
parte inmanente de la misma familia, independientemente del lugar de nacimiento.
De lo anterior se colige que la nacionalidad no es un concepto jurídico sino
sociológico protegido jurídicamente.
En este orden de ideas, los Estados existen en la medida en que la
población los asume como tales, un pueblo sin valores culturales es un pueblo
250

desarraigado, condenado a desaparecer, no se puede hablar de soberanía


sin una identidad colectiva fuerte que la apuntale, sin un pueblo dispuesto a luchar
día a día por engrandecer el concepto de patria, esta patria no es uniforme en
cuanto a los valores culturales que expresa, por el contrario, es el producto de la
sumatoria de todos los patrimonios culturales locales, regionales y nacionales que
lo integran, se da incluso el caso de Estados en el que conviven varias
nacionalidades, tal es el caso, de Irak en el que conviven los Kurdos, los persas,
los shiitas y los sunies, convivencia esta que solo es posible mediante el respeto
de los valores, creencias, tradiciones y costumbres de cada uno de los pueblos
que lo integran.
Venezuela, se caracteriza y así es reconocida por la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela por ser una Estado-Nación, en donde
confluyen una variedad de culturas que en muchos casos se han sincretizados,
pero que no por ello, han perdido sus identidades particulares. En efecto, en
Venezuela conviven las culturas afrodescendientes, las culturas aborígenes (mal
llamadas indígenas), las culturas europeas y las interculturadas, producto de la
combinación y mezcla de todas las culturas anteriormente señaladas.
Sin embargo, es con la entrada en vigencia de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (2000) que se comienza a garantizar el
respeto a esa multiculturalidad propia de todo el continente Americano en general
y específicamente en Venezuela, pues se comenzaron a reconocer los Derechos
culturales de los pueblos originarios, reconociendo que Venezuela es un país
donde conviven distintas agrupaciones humanas con culturas e idiomas diferentes
que deben ser respetados y promovidos.
Lamentablemente, las grandes potencias han pretendido hegemonizar la
cultura, se habla en doctrina incluso de una “monocultura”, lo que evidentemente
atenta contra la dignidad de los seres humanos y su irrepetibilidad, como
251

civilizaciones y pueblos, es por ello que se ha desatado un real y efectivo ataque


sistemático, a través de los medios de comunicación social, dirigidos a imponer un
solo esquema de conducta, una sola escala de valores, donde la potencia
dominante siempre debe ser vista como superior. El resultado de ello, ha sido la
aniquilación progresiva de los valores culturales de las sociedades de la periferia.
A ello se ha unido, la degradación del sistema educativo, que ha dejado de
sembrar los valores de la venezolanidad, como la música, el teatro y los valores
cotidianos que configuran el imaginario colectivo, razón por la cual las músicas
tradicionales, tales como las gaitas, el joropo, el polo, entre otras, han venido
siendo desplazadas por otros estilos de música extranjeros, tales como: el
vallenato y el reggaetón, que en muchos casos presentan mensajes destructivos y
deformantes de la moralidad de un país, mercantilizando a la mujer y banalizando
el sexo.
Con relación a la familia, este es otro de los factores básicos que han
propiciado la destrucción progresiva de los valores culturales del pueblo
venezolano en general y en particular los del Estado Vargas, pues en el país se ha
producido un proceso de marginalización progresiva de la familia, con una pérdida
progresiva de valores, donde lo material es lo más importante (el zapato de marca,
el blackberrie, etc), lo cual es uno de los factores generadores de violencia, pues
una sociedad sonde lo importante es la obtención de bienes materiales, ascender
a las altas clases sociales sin esfuerzo alguno, vivir de la apariencia, donde las
cosas se logran más por amiguismo que por esfuerzo propio, es una sociedad que
se hace improductiva, en la que a muy poca gente le importa si sus bienes
patrimoniales están en buen o mal estado, porque nadie les ha enseñado cual es
su significado, donde es más importante el reggaetón que las tradiciones propias.
Afortunadamente, del análisis triangulado de las entrevistas efectuadas y de
la legislación revisada, se observan cambios legislativos que apuntan a
252

transformar la realidad descrita, rescatando los valores, tradiciones, costumbres,


mitos y leyendas de los pueblos que integran la patria venezolana. Aunque se han
visto muy pocas mejoras en la insfraestructura patrimonial del Estado Vargas.

RECOMENDACIONES
Resulta entonces imprescindible el rescate de los valores esenciales que
conforman la venezolanidad, concienciando a la población de la necesidad de
rescatar el patrimonio cultural, histórico y artístico regional y nacional para las
próximas generaciones y al Estado de su obligación de garantizar ese rescate, lo
que indudablemente permitirá recuperar el sentido de la venezolanidad en todos
los habitantes del país entendiendo que la venezolanidad no es en modo alguno,
un sentimiento xenofóbico, por el contrario, es el sentimiento de “pertenencia”, de
amor por el terruño, por las raíces comunes, es inyectar a la población un toque de
amor por la región, un deseo de desentrañar y reencontrar las costumbres y raíces
más profundas de la sociedad, todo esto en desarrollo de lo que expresamente
ordena la legislación patria en el artículo 99 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela
Resulta necesario que el sistema educativo en general conciencie
efectivamente a los estudiantes acerca de la importancia de establecer
mecanismos de cogestión cultural, para garantizar la permanencia en el tiempo de
la nación, alcanzar la mayor efectividad posible en el cumplimiento de los objetivos
del Estado Venezolano, logrando minimizar los efectos perniciosos del
empobrecimiento paulatino del imaginario social.
Pero no es posible la implementación de un adecuado sistema de rescate,
conservación y preservación del Patrimonio Cultural Material, Inmaterial y Natural,
sin un proceso coordinado y estructurado de preparación y educación que se
llevará adelante por los distintos órganos con competencia en la materia, para ello,
253

se hace necesario que se inicie de inmediato las tareas de capacitación, dirigidas


especialmente a los funcionarios públicos con competencia en la materia.
El Patrimonio Cultural podemos protegerlo de diversas maneras.
La primera es difundir de su existencia a toda la comunidad, el conocimiento y la
comprensión del Patrimonio Cultural; esta difusión es el mejor seguro que pueda
tener, pues mientras más entienda la gente que es parte de su historia y que de
ella se puede forjar muchas cosas, entre ellas, el Desarrollo y la Identidad
Nacional.
Una buena manera de difundir el valor del Patrimonio Cultural es
trabajando, sobre todo, con los más niños a través de una política organizada, o
por lo menos dirigida, por el Ministerio de Educación o su equivalente estatal; ¿Por
qué los niños y por qué el Estado?, porque los niños tienen menos prejuicios y es
más fácil que aprendan a querer su Patrimonio, además que ellos son el Futuro, y
el Estado debe de cumplir con una política organizada alrededor del progreso del
pueblo, parte de esta política es tener un plan de instrucción pública a corto,
mediano y largo plazo, y que además tiene el deber irrenunciable de proteger y
administrar lo que pertenece a la Nación.
Los inmuebles arqueológicos e históricos pueden convertirse, sin perder su
función y estructura, en focos de desarrollo económico de la comunidad que exista
alrededor, por ejemplo por medio del turismo se pueden crear comercios como
son: la venta de recuerdos, transportes especiales y garantizados, restaurantes
con comidas típicas y servicios de guías especializados. Además esta comunidad
puede apoyar en la construcción de museos de sitios con ambientes para
investigación que redundaría en beneficio de todos.
Se pueden proteger los bienes muebles de la nación haciendo réplicas de
los originales (para evitar la venta de estos últimos) a todo aquel que lo desee;
estas piezas replicantes deben tener un sello y códigos16 especiales
254

identificatorios que solo lo deben autorizar los organismos dedicados a la


protección del patrimonio.
Para proteger al Patrimonio Mueble e Inmueble se deben crear instituciones
autónomas con fondos independientes y lo menos burocráticos posibles, con
gente profesional y de amplio criterio y acción.
Se debe crear un Código de Derecho Cultural que organice de una manera
metódica la legislación cultural que se encuentra demasiado dispersa, perdiendo
con ello efectividad, en ella se debe reflejar el firme compromiso de proteger el
Patrimonio Cultural en todas sus formas y manifestaciones, no de forma ligera ni
contradictoria que sólo favorecen la desaparición de los objetos, sino también la
pérdida de los datos, además la legislación debe clara, precisa, tipificando los
delitos y con penas punitivas fuertes, en especial a los contumaces y autoridades
corrompidas, dichos delitos deben ser imprescriptibles.
El Estado Vargas, debe establecer el compromiso firme de rescatar sus
monumentos y sitios históricos, tales como la calle Bolívar, el antiguo Hotel
Miramar, el Cine Lamas, la casa de los ingleses, los fortines, fortalezas y baterías,
la Ermita el Carmen, solo por citar algunas.
Debe ser obligatorio en los colegios, el estudio de la música, el teatro y las
bellas artes tradicionales y autóctonas de cada región sin que ello signifique
despreciar las foráneas, es aprender a sentir y amar a lo propio. Resulta increíble
que la mayor parte de la población del Estado Vargas ni siquiera conozca su
Himno Estadal.
Se debe profundizar en el estudio de la historia de las regiones, de una
manera más efectiva.
Pero, indudablemente, el mayor esfuerzo debe ser dirigido al rescate de la
familia como célula motor de la sociedad, una familia compacta, formada en
valores ciudadanos, donde lo más importante no sea lo material sino los valores
255

que dignifiquen al ser humano y que hagan que día a día exista mayor arraigo y
orgullo de la población con sus gentilicios locales, regionales y nacionales.
Todas estas propuestas no pretenden, en modo alguno, crear sentimientos
xenofóbicos sino hacer consciente a la población de la necesidad de tener una
República firme en principios y valores, con amor a lo propio, capaz de defender
su identidad y a la patria misma, porque nadie defiende lo que no quiere y nadie
quiere lo que no conoce.
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